Dos cosas habría que decir sobre el discurso pronunciado por el presidente Uribe en la instalación del Congreso. Primero, fue un discurso primordialmente económico. Cincuenta minutos de oratoria escueta sobre finanzas públicas, sólo interrumpidos por dos breves referencias a la reforma de la justicia y a la reelección de alcaldes y gobernadores. Y segundo, el discurso fue un inventario deshilvanado de iniciativas, un recital de promesas sin orden aparente. Casi un álbum de fotos dispuestas al azar que sugiere varias cosas pero que no revela ninguna historia precisa. Ningún modelo. Ninguna teoría.
Entre otras muchas cosas, el Presidente prometió ventajas tributarias para las empresas que aumenten sus inversiones (“se propone una fórmula agresiva para que los contribuyentes puedan deducir el monto de sus inversiones durante el primer año de haberlas realizado”) y descuentos de impuestos para quienes adquieran acciones de empresas del sector agrícola (“estos incentivos tienen que empujar el propósito de convertir a Colombia en gran productor de combustibles biológicos”). Al mismo tiempo, anunció más transferencias en efectivo para las familias de escasos recursos, más auxilios directos para los ancianos indigentes, más subsidios de salud, así como devoluciones en efectivo para los hogares de los estratos bajos y apoyos directos a los productores agrícolas.
Pero detrás de la forma deshilvanada del discurso, puede vislumbrarse un esbozo de modelo económico. Las fotografías en desorden sugieren una historia en formación. El modelo económico del segundo mandato de Uribe parece estar basado en una mezcla de descuentos tributarios para las empresas y auxilios directos para los pobres. Un cruce extraño entre la doctrina tributaria del Wall Street Journal (menos impuestos, más crecimiento) y la política de gasto de la socialdemocracia (asistencialismo permanente para la mayoría). Una hibridación peculiar entre los estímulos dudosos del Reaganomics y los subsidios cuestionables del Estado de Bienestar. En últimas, el modelo es sencillo. Para incentivar las inversiones, se ofrecen regalos tributarios. Para paliar la indigencia, se reparten auxilios monetarios.
Pero lo grave de todo este asunto es la ineficacia de cada uno de los esquemas propuestos: de la mano derecha y la mano izquierda del modelo uribista. Los estímulos tributarios, de un lado, son inocuos en el mejor de los casos y perjudiciales en el peor. Ya lo dijo Paul Krugman en su reciente visita al país: “la verdad es que los incentivos tributarios a las empresas no garantizan un aumento de la inversión ni del crecimiento y sólo benefician a la gente rica”. Los subsidios estatales, de otro lado, disminuyen la formalización del empleo y aumentan la vulnerabilidad fiscal. El asistencialismo permanente, tarde o temprano, se revela como dañino para los hogares e insostenible para el fisco.
Pero el modelo económico de Uribe tiene otro elemento esencial: el exceso de dinamismo. Si los empresarios necesitan estímulos para invertir y los pobres subsidios para vivir, el Gobierno tiene necesariamente que asumir un papel preponderante. La diligencia debe ser permanente. La mano derecha y la mano izquierda tienen que estar en continuo movimiento. El repartir, repartir y repartir requiere de un incesante trabajar, trabajar y trabajar. Lástima que, al final de cuentas, tanta actividad resulte infructuosa. Pues la verdad del asunto (la triste verdad del asunto) es que los subsidios (a ricos y pobres) no traerán ni mayor crecimiento, ni menor pobreza.
Anónimo
23 julio, 2006 at 2:39 pmLa idea de los mesías es justamente ese: el «no-modelo.
Chavez, Uribe, y Lula tienen eso en común: No se dejan «atrapar» por ninguna lógica y maniobran entre las sub-lógicas y las contradicciones para satisfacer a unos y a otros. Su retórica no puede ser consistente, pero si efectista: Vamos a hacer el Mundial, pongamos a Virginia Vallejo de Embajadora y propongamos a Santofimio de Procurador General. A la vez que mantenemos los precios reales del petróleo a nivel interno y bajamos las transferencias a las regiones.
doppiafila
23 julio, 2006 at 3:14 pmRepartir y bajar impuestos no traen crecimiento, pero talvez generen «voticos»… se viene la tri-elección?
Saludos, Doppiafila
zangano
23 julio, 2006 at 3:48 pmlos incentivos para invertir pudieran ser la formula para ayudar a legalizar los capitales malhabidos, hay dudas sobre cual modelo economico tendra la segunda venida del mesias?
Libertario
23 julio, 2006 at 4:36 pmImportante recordar los nefastos resultados de las políticas basadas en el modelo del Estado de Bienestar. Los subsidios permanentes corrompen el espíritu humano de superación, lo que genera gran improductividad y de paso problemas fiscales. En EEUU durante los años 90 se cambió el sitema de beneficios y subsidios permanentes para madres solteras cabeza de familia, por un sistema que sólo daría apoyo por 24 meses. Esto incentivo la entrada de las madres al mercado laboral, que en últimas redujo significativamente la pobreza en ése sector poblacional y disminuyó el gasto del gobierno. Así entonces, el gobierno Uribe debería preocuparse por dar más oportunidades de emplo y tal vez otorgar subsidios temporales, pero nunca deberá hacerlo de forma permanente y alcahueta.
Respondón
23 julio, 2006 at 6:36 pmAl columnista le da pereza indicarles el camino a seguir? Mientras esperamos su modelo predilecto, permítenme decir unas palabras a favor del cuasimodelo propuesto por Uribe. Incentivos tributarios para hacer determinada cosa me parecen muy buenas, siempre que la cosa sea buena y creo que hay consenso en cuanto a las bondades de la inversión. Krugman (como si fuera oráculo, pero es otro tema)está criticando lps mal llamados incentivos tributarios de Bush, que no son incentivos sino regalos sin contraprestación de las empresas. Sobre la idea de regalarle plata a los pobres, mientras la condición de ser pobre se define como carencia de dinero, no se me ocurre criticar la idea de reducir la pobreza regalándolo. Me fascinan las bibliotecas de Peñalosa, por ejemplo, pero no me consta que le hayan reducido la pobreza a nadie.
m
23 julio, 2006 at 9:15 pmrespondón, la cultura, no quita el hambre, pero senta las bases para que se logre salir adelante,mientras que los subsidios, son el mal que ayuda a que el pobre siga siendo pobre, no hambriento pero si pobre de espiritú y de lucha, porque el subsidio no ayuda a que tengan mayores oportunidades de educación y de empleo.
Jaime Ruiz
23 julio, 2006 at 10:29 pmLo mejor es convertir la rebaja de impuestos en subsidio: ¿qué va a contar que los impuestos a las empresas sean los más altos del continente? Ahora las rebajas se llaman subsidios. ¿Quiere asegurar el profesor Gaviria que no aumentará la inversión por esa rebaja de impuestos?
La cita de Krugman también es grotesca en ese contexto, en Colombia los ricos no son empresarios. En Colombia se debería cobrar impuestos a los ricos según su ingreso personal, de modo que quien se gane el sueldo de 15 obreros pague al menos un 40 % al fisco. Las empresas que se ahorrarán impuestos no sólo proveen recursos a sus dueños, sino sobre todo a sus empleados, los cuales obtendrán beneficios de la inversión: seguridad en el puesto, ascensos, formación, etc. Sólo es que son gente productiva y no doctores dedicados a redactar informes para combatir la pobreza sin subsidios.
Alguna vez valdría la pena hacer un censo de los demagogos que han aflorado con ocasión de la reforma tributaria. El premio se lo llevaría Daniel Coronell, en cuyas cuentas el que se gane diez salarios mínimos (el lector de Semana, obvio, es una víctima del sistema. Un ingreso de ese tipo tributa muchísimo menos en Colombia (al cambio, no en comparación con el resto de la gente) que en cualquier país civilizado.
Y el libertario que nos recita el dogma de que los subsidios a los pobres degradan y demás está bien lejos de la realidad: ningún subsidio de los que promete el gobierno va a disuadir a ningún pobre de trabajar pues no alcanza para pagar nada. Es una ayuda ínfima y a mí no me gusta nada tal como está planteada, pues se pretende compensar el IVA en lugar de cobrar un impuesto progresivo sobre la renta personal. Sólo es que una tributación parecida a la de un país civilizado tendría a todos los demagogos llamando a tomar las armas, y al gobierno amenazado de no poder concluir el periodo.
Alejandro Gaviria
24 julio, 2006 at 1:24 amRespondón:
1. Qué tal disminuir los impuestos a la nómina para incentivar la creación de empleo formal (el Presidente propuso aumentarlos para aumentar los subsidios de salud). Aunque Jaime no lo crea, los informes (los vilipendiados informes) muestran que los subsidios han comenzado a afectar la formalización.
2. Qué tal crear reglas claras de salida para los esquemas de subsidios. Pero no las Familias en Acción son para siempre, las Familias Guardabosques son para siempre, el régimen subsidiado es para siempre (así se consiga un trabajo formal), la devolución de IVA será para siempre, etc. Si lee bien, yo no reniego de las intervenciones transitorias, sino de estas formas extrañas de asistencialismo permanente (y politiquero).
3. Qué tal si se mejoran los programas de capacitación o se establecen prioridades claras en infraestructura.
4. Qué tal una rebaja transparente en el impuesto de renta. Pero no el Gobierno prefiere los esquemas arriesgados de depreciación superacelerada (los mismos criticados por Krugman).
5. Qué tal si se piensa en serio en la innovación, la ciencia y la tecnología.
6. Jaime: son muchos los empresarios que han vivido por cuenta de la protección del Estado. Han conseguido rentas perennes a punta de lobby (fueron los grandes beneficiarios de la economía cerrada, por ejemplo). Ahora resulta que son héroes, que hay que colmarlos de regalos tributarios y ponerles la Cruz de Boyacá.
Libertario
24 julio, 2006 at 1:24 amJaime, creo que si los subsidios son permanentes son ineficientes porque sería entregar dineros del fisco sin ningún propósito claro. A su vez, unos subsidios transitorios serían una medida de choque, de corto plazo, pero no una solución para los altos niveles de pobreza. Lo que se debe hacer es crear incentivos para la inversión, que a su vez traería más oportunidades de trabajo y por ende un aumento en el nivel de ingreso a largo plazo.
Luis Ernesto
24 julio, 2006 at 4:24 pmAquí hay por lo menos cuatro puntos por discutir y con certeza varios se me quedan por fuera. Tampoco voy a hablar a fondo sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas, ya habrá tiempo para eso.
1) ¿La labor del estado es generar crecimiento o soluciones para la pobreza? (sin olvidar el hecho de que no son excluyentes, hablaré como si lo fueran)
2) ¿Subsidios transitorios o permanentes?
4) ¿Formalización o No formalización del mercado laboral?
Sobre el primer punto. Como ya lo había dicho en este blog y como varias personas me han visto sostener, incluso en contra de mi propio beneficio, la labor del estado NO ES generar crecimiento, no importa que tanto nos guste.
“EL PUEBLO DE COLOMBIA, en ejercicio de su poder soberano, representado por sus delegatarios a la Asamblea Nacional Constituyente, (…) con el fin de (…) asegurar a sus integrantes (…) la justicia, la igualdad, (…) dentro de un marco jurídico, (…) que garantice un orden político, económico y social justo” fijó las normas que: 1) definen qué es justicia y 2) definen la labor del Estado.
Esas normas, lejos de ser la expresión de los intereses de una centena de constituyentes, son la voluntad del pueblo, son una orden (casi divina) para cualquier servidor público y deberían ser los lineamientos para las opiniones de cualquier ciudadano. Obviamente esto pocas veces sucede.
Los individuos, y sobre todo los colombianos, solemos regirnos por lo que Kant llamaría imperativos hipotéticos, es decir, dejamos de hacer algo por miedo a sus consecuencias, o hacemos algo por la bondad de las consecuencias. Bajo imperativos categóricos las acciones se valoran por si mismas, este es el sentido de la Constitución y deberían ser los lineamientos que sigue cualquier persona que opine sobre las funciones del Estado, así como sobre la bondad o perversidad de sus políticas.
Los imperativos categóricos, que hacen parte de la Constitución, siguen una lógica de justicia inspirada en un libro de hace 35 años, A Theory of Justice (1971) escrito por Rawls, que presenta un imperativo del siguiente estilo: una sociedad justa debe ser una sociedad en la que se otorgue el mayor esquema de libertades posible compatible con el mismo esquema de libertades para todos (Principio de Libertad) y donde las desigualdades económicas y sociales estén estructuradas de manera tal que aseguren: a) mayor beneficio de los menos aventajados, y b) cargos y posiciones abiertos a todos en condiciones de justa igualdad de oportunidades (Principio de Diferencia).
Lo anterior implica que las políticas del Gobierno encaminadas a generar mayor crecimiento sólo son aceptables en la medida en que maximicen la mejora de la situación de los menos favorecidos, es decir, que no haya una política que pueda mejorar más la situación de los pobres frente a los resultados de la política de crecimiento.
En este caso debo decir que no creo que una política encaminada a incentivar la inversión sea la más apropiada para reducir la pobreza. Aunque no niego los resultados que el crecimiento tiene sobre la pobreza, es claro que estrategias redistributivas tienen un mayor efecto inmediato. En el largo plazo (lo que me dice la intuición, pues los estudios empíricos sobre crecimiento sirven para sustentar de todo, ¡hasta cambios de religiones!), el efecto sobre la economía de una mejor distribución y menor pobreza es suficientemente grande como para contrarrestar lo que se pierde por no haber seguido políticas pro-crecimiento.
Entonces:
1) ¿La labor del estado es generar crecimiento o soluciones para la pobreza?
En primera instancia, soluciones para la pobreza. El crecimiento viene por añadidura y si no, ya se podrá abordar el tema de crecimiento, cuando no haya pobres (es decir, la gente no muera de hambre, ni por enfermedades curables, ni en situaciones indignas).
2) ¿Subsidios transitorios o permanentes?
Como lo importante según nuestra Constitución (que es la voluntad del pueblo y nosotros no somos nadie para decirle al pueblo que debe querer), que sigue principios Kantianos y Rawlsianos, es la mejora de la situación de los menos favorecidos, los subsidios deben ser juzgados per se y no por sus efectos. En la medida en que los subsidios atiendan a las personas en las condiciones más miserables, los subsidios son justos y deseables sin importar si minan o no el espíritu de superación de las personas. Por esta razón, los subsidios deben ser permanentes mientras existan pobres.
4) ¿Formalización o No formalización del mercado laboral?
De nuevo, lo que se busca es mejorar las condiciones de los más pobres. Como es de esperar, los más pobres no son quienes hacen parte de un mercado laboral informal ni uno formal. Son aquellos a los que se les niega sistemáticamente el acceso al mercado, cualquiera que este sea. Por esta razón, antes que pensar en soluciones para el mercado laboral, se debe pensar en soluciones a la indigencia, esto es, subsidios permanentes.
Desde luego, lo anterior implica la existencia indefinida del régimen subsidiado en salud, los subsidios en efectivo a los pobres y todos los programas que busquen disminuir las condiciones de pobreza de los menos favorecidos.
La misión de hacer que estas políticas sean sostenibles en el largo plazo, como debe ser en un Estado que exige la permanencia de este tipo de asistencia, hace que deban generarse los mecanismos tributarios necesarios, bien sea con IVA (que lo pagan quienes tienen acceso al mercado y por tanto no hacen parte de los menos favorecidos) o con Renta. Es decir, lo criticable, desde este punto de vista, tanto a la reforma tributaria como a la política del Gobierno que empieza, son las prerrogativas a la inversión y no los aumentos en la base del IVA.
Libertario
24 julio, 2006 at 6:49 pmNo comparto el argumento «Rawlsiano» de ayudar a los más pobres a través de redustribución del ingreso. Creo que el gobierno debe centrarse en crear igualdad de oportunidades, pero no igualdad de ingresos.
Los ingresos deben ser reflejo de la compensación que el mercado le otorgue a cada individuo. Es más, los subsidios permanentes premian la pobreza y constituyen un incentivo perverso para no trabajar. Ahora bien, se pueden considerar medidas transitorias que ayuden a los miembros más necesitados de la sociedad de manera temporal, con objetivos claros, y con la idea de que ése individuo tendrá que incorporarse eventualmente al mercado laboral.
Por esto es que se debe insistir en políticas que estimulen el crecimiento de la actividad económica, para que así existan oportunidades reales y productivas para solucionar la pobreza.
Porque reglando plata y espantando inversionistas no se logrará nada.
Anónimo
24 julio, 2006 at 7:15 pmPero no cree el libertario que lo mismo sucede con las gabelas que les dan a los inversionistas y empresarios ricos, dizque para que creen empleo? Si se trata de empresarios capitalista serios, o sea a aquellos a los que solo les importa el «bottom line», aprovecharán sus deducciones de 30% y depreciaciones de tacazo para introducir eficiencias y aumentos en la productividad vía avances tecnológicos y no contratando mano de obra. Y así siguen felices ordeñando la vaca estatal, que es tan ingenua como el capataz de la finca, que está convencido de que con pedirles a los empresarios que conviertan los contratos temporales en definitivos, le van a hacer el «favorcito». El efecto de las gabelas es tan perverso o más (subvenciones para ricos!)que eternizar los subsidios a los pobres.
Luis Ernesto
24 julio, 2006 at 7:52 pmSeñor libertario, aqui el punto de si a uno le gusta o no Kant, Rawls o la Constitución no es el tema de discución, para eso ud. tuvo la oportunidad hace unos meses de elegir a sus representantes en la Cámara y el Senado.
El punto acá es sobre justicia. Por eso la redistribución es justa y buena.
El argumento no es socialista ni mucho menos comunista, es mas bien liberal. En la medida en que se garanticen mínimos (lease bien, MÍNIMOS) dignos para las personas, la demanda será suficiente para lograr que los empresarios inviertan.
De nuevo, si a ud. no le gusta la idea de reditribuir inicie una campaña para que cambiemos de Constitución.
Uno como economista, y sobre todo si trabaja en el sector público, lo único que puede hacer es acatar las decisiones de los colombianos en cuanto a que quieren que les provea el Estado. Lo otro es hacer caso omiso del pueblo, para eso nombremos dictador y ya.
¿no será que el Sr. Libertario es en realidad libertariano?
Seguramente nuestro Sr. Libertario debe estar de acuerdo con que el Estado construya refinerías para generar empleo y crecimiento. Lo mismo con la banca pública, las hidroeléctricas, los puertos, las carreteras, etc. Si eso es cierto la pregunta anterior se responde con un no rotundo.
Entonces ¿que bases de filosofía política tiene el Sr. Libertario? ¿no serán más bien de razones de lobby?
Seguramente ud. es capaz de decirle a un niño con enfermedad terminal, a algun desplazado, a alguien con todas sus necesidades básicas insatisfechas o a cualquiera que necesite de la ayuda del Estado, que se espere un ratico, que las excenciones en Renta generarán crecimiento que en los próximos treinta años le permitirán costearse sus necesidades.
Hombre, ni el más puro y fanático seguidor de Arrow en su versión más Neoclásica es capaz de sustentar eso. Haga usted un par de integrales a la curva de demanda de Colombia a ver quién tiene razón.
sillogysmes_mao
24 julio, 2006 at 9:55 pmComo si dentro de dos meses a Uribe le apetece incurrir en enciclicas del Vaticano o en el Yoga del verano.El drama de los Neoliberales_Bolombolo es que al tratarse de una orbita profundamente burguesa,no encuentra el modo de «jalar» marginados.Lo expreso el denostado teologo Medina Reyes.»LAS TECNICAS PARA HACER TRAMPAS SON PEGAJOSAS».
Libertario
24 julio, 2006 at 11:07 pmAclaraciones:
1. No entiendo cual es el problema de aumentar la productividad vía tecnología. Ojala se pudiera hacer en Colombia.
2. Qué seria mas justo que otorgar las mismas oportunidades a todos los miembros de la sociedad y esperar que los mismos sean remunerados de acuerdo a lo que valga su aporte. Y quién decide cuanto vale el aporte? El mercado.
3. El Libertarismo es una corriente de pensamiento que basa sus ideales en la Ilustración. Dentro de sus principales ideas están (cabe resaltar que distintas situaciones pueden ser interpretados con distintos matices) las libertades individuales, la libertad de cultos, la eficiencia y un gobierno limitado a la defensa y la justicia -con énfasis en la protección de la propiedad privada y el hacer cumplir los contratos entre individuos. Para mas información del Libertarismo, recomiendo visitar la pagina web de «CATO Institute». (www.cato.org).
Anónimo
25 julio, 2006 at 2:00 amAumentar la productividad vía tecnología es una maravilla, siempre y cuando no le vendan a uno la idea de que las gabelas que le están dispensando a los ricos van a ir a crear empleo, cuando la realidad misma se encarga de sabotearle la buenas intenciones al gobierno.
Ser libertario es como ser marxista: la teoría funciona en las publicaciones de los centros de pensamiento respectivos pero poco en la realidad. En Colombia «la mano invisible» se la pasa diseñando beneficios tributarios para los que sin ellos harían exactamente lo mismo, y limosnas destinadas a los pobres para aparentar que la famosa mano no está cargada hacia la derecha.
zangano
25 julio, 2006 at 9:25 amsi las clases indigentes no deben recibir apoyo economico permanente,porque razon deben recibir apoyo economico permanente los mas ricos y favorecidos ,a traves de las rebajas del impuesto?
get real!
Jaime Ruiz
25 julio, 2006 at 11:14 amYo comparto las ideas del Libertario, pero en su caso las encuentro un poco doctrinarias. Me parece que la realidad colombiana plantea posibilidades de avanzar en esa dirección, pero de forma más bien gradual. Es tan terrible como si a un niño que tiene retraso en el habla se lo intenta forzar a recitar a Demóstenes en griego. Hay cosas monstruosas que hay que corregir.
Por ejemplo, poner una tributación remotamente parecida a la de un país desarrollado, donde tributan las personas y no tanto las empresas. Eso sería deseable pero muy difícil, dada la resistencia del gran poder encomendero. Puede que algún día se dé el fundamentalismo del mercado, de momento lleguemos al nivel de un país socialista, donde habría una rebelión si se enteraran que alguien que se gana el sueldo de veinte personas no llega a pagar ni el 20 por ciento de impuesto de renta. Porque Colombia sencillamente es un país esclavista.
La reforma va en esa dirección pero es tímida y crea mecanismos problemáticos, como esos subsidios. Acerca de la tecnología, también está errado el que cree que si una empresa tiene incentivos para invertir y los gasta en máquinas más modernas, para las que necesita menos personal, eso va en contra del empleo: si fuera así, los países con más desempleo serían aquellos de más alta productividad. Pero precisamente es la ésta la que asegura los puestos de trabajo y genera recursos para crear empleo en otros sectores.
Zángano y un anónimo creen que si se deja de cobrar impuestos se está regalando algo. Es una operación típica de corrupción del lenguaje. Lo que el Estado le roba a los ciudadanos se convierte en «recuperación». Lo ideal sería que no hubiera impuestos a las empresas sino sólo IVA e impuesto sobre la renta. ¿Por qué ha de pagar más impuestos quien produce que quien tiene una prebenda estatal si ambos ganan lo mismo?
Respecto a Alejandro, no me parece mal que se cobren impuestos a los ricos. Por ejemplo todo aquel que se gane un millón de dólares al año debería pagar digamos el 60 por ciento, y el que se gane medio millón, el 50 por ciento… Es normal que una sociedad mercantilista tenga «empresarios» enriqueciéndose a la sombra del poder político, el problema es que esos empresarios resultan favorecidos por los altos impuestos, pues respecto a ciertos sectores productivos no tienen competencia (nadie se pone a invertir) y ponen las tarifas que quieren, por no hablar de la protección y los subsidios. Eso no tiene por qué conducir a que los ricos no productivos casi no paguen nada.
Luis Ernesto debería leerse algo de Thomas Sowell sobre las causas de la tragedia de Nueva Orleans (lo encuentra en cualquier página liberal): nada ha debilitado tanto a los negros de EE UU como los subsidios.
zangano
25 julio, 2006 at 1:47 pmno hay logica en la argumentacion de jaimito,un empleado estatal ,si cumple su funcion ,maestro,barrendero,policia ect,esta produciendo trabajo,que tiene un valor x,un pequeno empresario produce un valor x+,gracias al esfuerzo y labor de sus trabajadores,que se le reconoce en su salario.
esto es diferente de subsidios a los ricos para que se beneficien mas del trabajo de sus empleados ,si es que los tienen,o de la renta de su capital invertido,el estado colombiano quiere saltarse la barrera,cobrandole iva a una poblacion que en un 80% esta con el agua al cuello, economicamente hablando. aqui donde resido,se leen noticias de cuan popular es la sopa de letras en colombia,chiste cruel, el reportero explica que hay no pocas familias, que cuecen periodicos con algun condimento o bastimento.
muy ilustrados estomagos pensaria yo. en cuanto a que mal los negros en eeuu estan,no es por los food coupons que reciben,sino por la falta de educacion y trabajo,ademas la exportacion de empleo a paises de salarios muy bajos causa penuria tambien a los blancos,talvez, jaimito es partidario de la politica economica de maria antonieta,que para los que no lo saben es:si el pueblo no tiene pan ,que coman tortas!
Luis Ernesto
25 julio, 2006 at 2:07 pmLes agradezco sus comentarios. Sólo les recuerdo que el liberalismo tien bastantes corrientes que van desde los libertarios de derecha (que algunos llaman libertarianos -libertarianism) hasta la gente más de centro como los de «Welfare State».
Todos, desde sus argumentos, tienen razón. Ahora, lo importante es decidir como sociedad qué queremos, eso se hace en la Ley y la Constitución, ante eso no hay nada que podamos hacer.
No discuto, y estoy de acuerdo, con que los subsidios (tanto a ricos como a pobres) igual que cualquier política, cambian el esquema de incentivos. Por eso acepto el hecho de que un subsidio, por ejemplo, al desempleo, generará que alguna parte de la población (no toda, yo creo en los marginalistas) cierta proclividad a no trabajar.
Ahora, de nuevo, como dije antes, la sociedad decide como un todo y esa decisión esta en la Constitución. La Constitución no está hecha de imperativos hipotéticos (es decir, no juzga las políticas por sus consecuencias) sino de imperativos categóricos (juzga las políticas per se). Eso implica que no importa si se genera pereza en la gente, si Familias en Acción (por ejemplo) atiende a las personas sujetas de protección del Estado (y lo hace según la Constitución, pues son quienes carecen de más derechos) entonces la política es buena.
NO IMPORTA para la Constitución, si hay o no crecimiento, importa si hay dignidad como ella la define.
¿Queremos cambiar eso?
En mi caso creo que hay que ponerle ciertos matices, para eso estan las leyes estatutarias. Pido a todos los que hacen parte de este debate que entremos en cosas más productivas socialemte (menos egos incluyendo el mio) y propongamos como deben ser esas leyes estatutarias.
¿Hasta donde va el derecho al mínimo vital? (¿puedo cobrarles IVA a los más pobres?).
¿Hasta donde va el derecho a la igualdad? (¿puedo dar exenciones a los más ricos?).
¿Hasta dónde van los derechos económicos? (¿puedo hacer políticas que van en contra de esos derechos para una parte de la población?)
¿Hasta qué punto el fin del crecimiento es un fin legítimo para el Estado y cuanto puede reñir con los objetivos redistributivos?
Luis Ernesto
25 julio, 2006 at 2:27 pmPara un muy breve recorrido y algunas referencias sobre liberalismo uno puede leer «Liberales vs. Libertarios».
Está en Webpondo y la dir es http://www.webpondo.org/files_abr_jun_2004/libylib_wp.pdf
Libertario
25 julio, 2006 at 3:28 pmEs claro que mi opinión no va encaminada hacia un cambio inmediato de toda la estructura económica y política colombiana. Es obvio que no todos los preceptos del libertarismo se deben acatar al pie de letra y sin cabida a excepciones y matices. Lo que propongo, es que los hacedores de política tomen en cuenta el espíritu libertario.
Ejemplos de esto pueden ser el terminar con conductas proteccionistas en algunos sectores, o más específicamente, rechazar la absurda petición de la ANATO (Gremio que agrupa a las agencias de viajes) de imponer un impuesto a los tiquetes electrónicos porque afectaba su negocio. Aquí es donde el libertarismo sostienes que si los empresarios no innovaron, ellos son los que deben pagar las consecuencias, y no los consumidores con mayores precios.
También creo que los participantes de este espacio deben dejar de «satanizar» a los empresarios o «ricos» . Aunque es cierto que algunos de ellos tienen prácticas deplorables -como la ANATO- hay que recordar que ellos son los encargados de generar riqueza (i.e. empleo).
Libertario
25 julio, 2006 at 3:41 pmTambién queria expresar mi desacuerdo con la estigmatización del libertarismo como correinte de «derecha».
Si bien defiende un goberno reducido, bajos impuestos y otras ideas que muchos ubican en el espectro diestro de la política, es importante recordar que esta corriente también defiende ideas como el matrimonio entre homosexuales, la legalización de la droga, estricta separación Estado-Iglesia, libertad de cultos, entre otros. Todas, posiciones enfáticamente repudiadas por la «derecha».
Luis Ernesto
25 julio, 2006 at 4:36 pm“Un Estado mínimo que propenda exclusivamente por brindar seguridad, imponer justicia y garantizar el cumplimiento de los derechos y los contratos de esa reducida porción de la sociedad que está en capacidad de ejercer plenamente sus libertades y cuenta con una representación política. Un Estado mínimo que es completamente libertario y muy poco liberal.
“Quienes son realmente liberales generan una profunda antipatía tanto en la derecha como en la izquierda. Les tiende a ocurrir lo que le pasó a ese excelente escritor cubano que es Cabrera Infante, quien fue expulsado por Fulgencio Batista, por ser un sujeto desleal al régimen y pocos años después fue expulsado por Fidel Castro, por ser un sujeto desleal al régimen. Cabrera Infante era un excelente liberal a lo Mill; un regular liberal a lo Rawls y un deplorable liberal a lo Buchanan.
“El liberalismo, en sus mejores exponentes, como podrían ser Locke, Kant y Mill o en versiones más contemporáneas, Constant, Bobbio y Berlin, es una defensa radical a la individualidad. A la individualidad de todos, no de unos pocos.
(…)
“El problema grave, (…) es que esto [el libertarismo] es válido tan solo cuando todos y cada uno de los miembros de la sociedad se pueden constituir en agentes de mercado. En la medida en que este no sea el caso, de nada sirve proteger una libertad, que muy pocos tienen derecho a ejercer. La libertad, aún la económica, primero hay que crearla, para después defenderla.
“Nuestro nivel de desarrollo social nos conduce a acercarnos más al liberalismo de Rawls, que al libertarismo de Nozick. (…) Cabe recordar que aún Bentham, con sus maximizaciones de placer y minimizaciones de dolor, hacía sistemático énfasis en que el objeto era la mayor felicidad para todos. Nuevamente, para todos.
“Ese para todos, expresado por Bentham, el real espíritu del “mainstream” económico contemporáneo, es el que me permite afirmar que la libertad económica es un concepto amplio que no se justifica en la mínima intromisión posible del Estado, ni puede ser cuantificado exclusivamente por la contribución del mercado libre a la obtención de un mayor PIB.”
Tomado de:
Valenzuela, L.C. y A. Arregocés (2004) “Liberales versus Libertarios: Comentarios al Índice de Libertad Económica presentado por el Wall Street Journal y laHeritage Foundation,” Publicado en Webpondo.
Carolina
25 julio, 2006 at 4:41 pmMe parece que el argumento del Sr. Luis Ernesto tiene una contradiccion conceptual. Empieza argumentando que la labor del estado colombiano NO es generar crecimiento, sino soluciones para la pobreza, y aunque dice que no son excluyentes termina enfatizando que lo va a tomar como si lo fueran. Luego, cuando cita a la constitucion alude a que este debe garantizar «un orden político, ECONOMICO y social justo». Al decir que el Estado Colombiano debe velar por un orden economico justo, el crecimiento economico puede argumentarse como un efecto del mismo. Por otra parte, tampoco comparto el argumento «Rawlsiano» de subsidios permanentes. Como algunos bloggers acertadamente lo han sugerido, los subsidios permanentes tienen un efecto perverso, crean un efecto de «moral hazard» (o de acomodo permanente a dicha sitacion por parte de quien los recibe). Colombia tiene potencial y capacidad de generar crecimiento con politicas publicas, particularmente fiscales y comerciales acertadas. Hay varios casos de paises que tan solo unos años atras, como por ejemplo: China hace 40 años, Polonia hace 10 e Irlanda hace 15, tenian un PIB muy por debajo del PIB Colombiano. Finalmente me gustaría saber que solucion propone el Sr. Luis Ernesto para mantener fiscalmetne un aparato de subsidios permanentes. Gracias.
Carolina
25 julio, 2006 at 4:50 pm..y en cuanto a la ultima cita del ultimo comentario del Sr. Luis Ernesto:
«El liberalismo, en sus mejores exponentes, como podrían ser Locke, Kant y Mill o en versiones más contemporáneas, Constant, Bobbio y Berlin, es una defensa radical a la individualidad. A la individualidad de todos, no de unos pocos.»
No es acaso esto la mayor contradiccion conceptual? Como es posible defender radicalmetne la individualidad de todas las personas sin entrar en serias contraposiciones? Me parece que estos argumentos son pragmaticamente imposibles, son dogamticos y totalmente imposibles de aplicar en una sociedad comun (sea desarrollada o no). Desafortunada (o afortunadamente) en una sociedad comun, no se puede complacer estrictametne la curva de utilidad personal de cada persona, porque habran contridciones logicas. Desde esta perspectiva, como puede argumentar ud, desde el punto de vista legal, una situacion en donde dos personas tengan puntos de vista totalmente en desacuerdo?
Anónimo
25 julio, 2006 at 5:05 pmEl problema no son las personas que hacen empresa, crean riqueza y puestos de trabajo, y que se lucran con todo el derecho de sus actividades productivas y demás. Para eso estamos hechos. El problema son los ricos colombianos, los que se creen dueños del país, los señores feudales con mentalidad de finqueros, los rentistas, los que se la pasan llorándole al gobierno para que les den esto y lo de máa allá porque si no «no podemos crear empleo». Eso se llama chantaje. Yo me pregunto qué hubiera pasado si la admón. Uribe no les da a los empresarios esas deducciones del 30% y demás beneficios tributarios por sectores como el turismo y otros. Mi respuesta es: lo mismo (invertir, invertir, invertir), sin que al gobierno –que está haciendo su trabajo de crear confianza y mejorar la seguridad, es decir, el ambiente propicio para que las inversiones prosperen– le hubiera costado un céntimo.
Luis Ernesto
25 julio, 2006 at 5:19 pmCarolina, ud. tiene toda la razón, como dije en algun momento, en la medida en que haya igualdad de oportunidades, entendida como la capacidad de acceso al mercado (esto es: pobreza = 0%, lo que hace que nadie quede excluido del mercado) la demanda asociada con un mayor ingreso de los individuos da para que los empresarios inviertan y el PIB crezca.
Esto es una cosa de pura economia del bienestar, donde uno mueve el intercepto de la demanda con el eje de los precios, en función positiva del ingreso. Cuando eso pasa, las integrales de esa curva de demanda se hacen más grandes, es decir haymas plata, se pueden comprar más productos y bla, bla, bla.
En TODOS los paises la mayor proporción del PIB, más de la mitad, es el consumo. Por eso pensar que incentivando la inversión logramos mucho más que incentivando el consumo (es decir, redistribuyendo) es errado.
Ahora, hablemos de la sostenibilidad de las finanzas públicas.
El presupuesto nacional y en general el sistema presupuestal no son precisamente las leyes más sociales de la historia.
De hecho, la definición de gasto público social (GPS) incluye cualquier partida que contribuya al «mejoramiento de la calidad de vida de la población.»
En la medida en que dentro de este concepto quepan refinerias en Cartagena, dragados del Magdalena y muchas otras cosas, se puede decir que el GPS ha generado gran parte del déficit fiscal.
Ahora, si esa definición es pequeña, digamos salud, educacion, vivienda y saneamiento básico, entonces podemos pensar en que es sostenible.
Según el Mensaje Presidencial de la Ley de Presupuesto de 2006 el gasto social (sumando lo que en el mensaje aparece como partidas sociales) asciende a 21.6 billones. El presupuesto es de alrededor de 105.4 billones, el servicio de la deuda es de más o menos 35 billones. Es decir que entre lo social y la deuda se van alrededor de 56.6 billones.
Quedó la mitad del presupuesto, si se le quita la parte de funcionamiento deben quedar unos 20 billones que se van en programas menos importantes frente a los sociales. Esto implica que 1) solo dedicandonos a los social el presupuesto ahorraría casi seis puntos del PIB, es decir que el Gobierno presentaría superávit!!!!
Alguna duda de que lo social se puede enfrentar sin destruir el equilibrio macro?
Otra cosa son las rentas atrapadas en el Congreso, eso es harina de otro costal y un desmonte que está por hacer. Pero eso no implica la imposibilidad de que el Gobierno cumpla con sus deberes sociales sin minar las finanzas públicas.
Vuelvo a afirmar, cobrar IVA no es malo, lo malo son la exenciones en renta.
Luis Ernesto
25 julio, 2006 at 5:23 pmEste es mi último comentario, de nuevo a Carolina.
ES obivio que los derechos de una persona treminan donde empiezan los derechos de los otros. Por eso el principio de la LIBERTAD de Rawls. EL MAYOR ESQUEMA DE LIBERTADES COMPATIBLE CON EL MISMO ESQUEMA DE LIBERTADES PARA TODOS.
Eso defiende el liberalismo en general. Los matices no son otra cosa que puntos de vista sobre cómo llegar a ese estado ideal de libertades maximas e iguales para todos. OJO: de nuevo compatibles con el mismo esquema de libertades para todos.
Carolina
25 julio, 2006 at 5:49 pmLuis Ernesto, muchas gracias por la informacion acerca de las actuales partidas presupuestales. Sin embargo, y aunque no se excatamente cuales son los rubros que entran a ser parte del GPS, todavia no me queda todavia claro cual es la linea que define que hace parte o no del GPS. Posiblemente y para efectos contables, el gobierno los tiene bien definidos. Si no los tiene, creo que es una catrastrofe de proporciones mayores! Hay algun tipo de documento al que me pueda referir para este efecto?
En cuanto a su segundo comentario,estoy de acuerdo de que el limite de de la libertad personal termina donde el de otra persona comienza, sin embargo, este concepto tiene grandes limitaciones practicas, y prueba de ello es el actual debate de la educacion primaria en EEUU, en donde hay actualmente una gran controversia por la iniciativa de incluir el creacionismo (en contraposicion a la evolucion de Darwin) como una teoria valida de la creacion del universo. Dependiendo de la ideologia de cada familia, pueda que a muchos padres de familia no les guste lo que sus hijos estan aprendiendo en el colegio, pero ese es el precio de vivir en una sociedad, a veces se gana, a veces se pierde. Nadie puede tenerlo todo.
Luis Ernesto
25 julio, 2006 at 7:42 pmNi el Gobierno sabe que es el GPS, se calcula dependiendo de que se quiera mostrar.
Sobre la definición del GPS:
Decreto 111 de 1996 (aunque es aburrido de leer ahí está la norma que define el GPS y sus reglas)
Un arítulo de Carolina Rentería que sacará próximamente la CEPAL
Un artículo que sacará el MinHacienda y el Banco Mundial. «Antecendentes del Estatuto Orgánico de Presupuesto»
Esto se debe demorar un par de meses. Sin embargo en la página del MinHacienda, en la parte de Presupuesto se puede ver la exposicion de motivos de la reforma al EOP que arroja algunas luces sobre el tema.
Jaime Ruiz
25 julio, 2006 at 7:59 pmYo creo que las elucubraciones jurídico-morales de Luis Ernesto atienden poco a la realidad colombiana. Vamos a ver un caso bien simple, el de los recursos mineros que recibe el Estado (y para países como Venezuela sería algo muy interesante). No se trata de que hay un papel que dice que debe haber igualdad o libertad igual para todos, sino de unos recursos que en su mayor parte sirven para mantener el parasitismo de las personas de «izquierda» (sindicalistas estatales, maestros, etc.). El imperativo moral no debería ser la adaptación a ese superyó colectivo que no cuesta nada suscribir, sino el reparto equitativo de esos recursos entre todos. Si algún gobernante venezolano privatizara PDVSA repartiendo la propiedad entre todos los ciudadanos puede que escandalizara a muchos libertarios, pero seguro que ya no habría la amenaza de tiranos dispuestos a apropiarse de esos recursos para su tropa y contentar a los demás con halagos y migajas.
Yo sigo sin entender qué clase de droga hay que tomarse para seguir sin entender que empresario no es igual a rico. Un congresista o un magistrado (y son la inmensa mayoría de los ricos junto con muchos abogados, muchos rectores, muchos rentistas de distinto tipo) suelen ser mucho más ricos que la mayoría de los empresarios. ¿Por qué sus ingresos tributan sólo una parte de lo que tributarían en un país civilizado?
Sólo es que Colombia es un país en el que el esclavismo tiene plena vigencia, en el que el Estado sigue repartiendo recursos mineros entre sus dueños y como excusa para las «corbatas» les encarga sermones sobre el sexo de los ángeles y la justicia esculpida en las leyes.
La reforma propuesta les sube los impuestos a esa clase parásita y se los baja a las organizaciones productivas. Es el aspecto principal y el que genera toda la polémica. La resistencia se basa en falacias (rico=empresario) y en cuanto se la examina con atención resulta una descarada defensa de la desigualdad, como ese hecho de por sí estremecedor de que un hombre que se gana 60 salarios mínimos tenga 15 exentos, o de que un hombre que se gana 10 salarios mínimos resulte ahora víctima del gobierno que le va a ampliar la base del IVA (lean a Daniel Coronell, es impagable).
Lo de los subsidios a los pobres es una cuestión accesoria, que se ha vuelto la principal en esta discusión. Se supone que los compensa, pero tal vez sería mejor, creo yo, algo como lo que proponía Juan Luis Londoño de pagar una parte del salario mínimo a quien ensanchara plantilla con personas de ese nivel. Es una cuestión tediosa porque se rehúye lo principal. También se podría decir que el Estado subsidiará a los mayores de 60 años que no cobren pensión (o a los minusválidos o a las madres solteras), el problema es de dónde salen esos recursos si por un aumento pequeño del IVA ya se anuncia una rebelión de los ricos improductivos.
Es la consigna de los justicieros amantes del modelo sueco: ¡Impuestos sólo para los que trabajan! Cuando se escriba un diccionario de países, esa frase explicará a Colombia. De imagen serviría un barbudo de Sergio Cabrera cabalgando a un indio.
zangano
25 julio, 2006 at 9:45 pmlos maestros que jaimito denigra,son en las sociedades mas avanzadas del mundo los que entrenan y educan a las nuevas generaciones para que el progreso alcanzado sea mantenido o aumentado, gracias a una fuerza trabajadora bien educada,esta es la clave del avance social y economico,mientras que en colombia se siga desperdiciando los ninos y los jovenes ,al no educarlos, seguiremos en el hoyo en que estamos,el tan despreciado sistema sueco,pone la educacion de las nuevas generaciones y de los trabajadores como prioridad absoluta,asi siguen ellos ala vanguardia de los paises industrializados, envidiados por tantos que quieren lo mismo que los suecos obtuvieron desde que la social democracia llego al poder en los treintas.
Jaime Ruiz
25 julio, 2006 at 10:27 pmUn maestro que no le enseñe a un niño a no apoyarse en recursos penosos como el hablar de los demás en diminutivos (uno de los rasgos que más dejan ver a una persona tan vulgar que resulta diminuta), merecería quedarse sin trabajo.
Puede que en los países civilizados haya maestros que enseñen a los niños a leer y a escribir. En Colombia sólo les enseñan el odio a EE UU y al gobierno, y eso cuando se dignan acudir a clase, pues buena parte del año están en huelga. ¿Cómo se puede llamar «maestros» a esos adoctrinadores de sicarios? Colombia parece una representación cómica. Hay montones de doctores que no tienen ni remota idea de nada, «juristas» como Alfredo Beltrán y Araújo Rentería (en otros países los árbitros no salen de las barras bravas), y montones de personajes así. Nadie espera que los niños aprendan a leer, sino que las escuelas públicas son una excusa para dar un sueldo a unos activistas. Conocí a alguien que empezó a estudiar en la U. Pedagógica y al cabo de unas semanas hablaba con gran desdén del conocimiento: ¿para qué sirve eso mientras no se resuelvan los problemas sociales del país? Cuando el referendo de 2003 hubo varias semanas de reuniones que reemplazaban a las «clases», en las que incluso había activistas extranjeros que predicaban contra el referendo. Hay intercambios de estudiantes con Cuba y los muchachos cubanos tienen la misión de convencer a los colombianos de que en su país el presidente escucha a los jóvenes y discute con ellos las políticas del país. Yo podría contar cientos de cosas como ésas. De ahí salen «maestros» que no saben nada, lo cual sería lo de menos, pero sobre todo que han aprendido que su sueldo consiste en ser leales a la organización política que posee la Universidad Pedagógica y el sindicato de maestros. No van a enseñar a leer, un niño que haya acabado la primaria en una escuela pública colombiana por lo general no sabe leer ni sabe los rudimentos de la aritmética, sólo «sabe» que es pobre porque hay empresas que tienen dueños y porque EE UU se roba nuestras riquezas naturales.
Anónimo
25 julio, 2006 at 11:38 pmJaime definitivamente es de lo más godo que hay sobre la tierra. No tiene bases de nada, si tiene tanto que denunciar que denuncie!
que tal un gobierno presidido por ese señor!
zangano
26 julio, 2006 at 8:50 amanonymus 6.38 pm.:disculpandome de antemano por mi castellano macizo:jaimito, es uno de los ejemplares cavernarios mas destacados que me he encontrado en mi larga vida,un familiar mio,solia decir que en casos asi, hay que practicar la virtud de la paciencia,mas en el culo resistencia.
Sergio Méndez
27 julio, 2006 at 3:51 pmAlejandro:
No se complique tanto. El modelo de Uribe no es, en ningún sentido de la palabra asistencialisto o cercano al modelo de bienestar social europeo. Primero porque Uribe está empujando cada vez más la carga impositiva a los que menos tienen con impuestos regresivos como el IVA mientras baja el de Renta, y sobre todo, aumenta su cubrimiento a personas que son de clase media (stricto sensu). Es decir, el modelo de Uribe es un modelo de derecha, por muy hipersimplificado que suene. Y lo peor de todo es la forma en que Uribe piensa manejar su supuesto asistencialismo (el retorno del IVA a los pobres) es una clara forma de control político centralizado del Estado, del que obviamente él y sus partidarios sacarán el mayor provecho. Simplemente repugnante.
Anónimo
1 agosto, 2006 at 1:53 pm9 de agosto algo va a pasar con el IVA
Anónimo
2 agosto, 2006 at 1:56 pmEL 9 DE AGOSTO ALGO VA A PASAR
Comunicado de Prensa No 2
En un país tan pobre:
LOS ALIMENTOS SON INTOCABLES
Nosotros, ciudadanos y ciudadanas queremos expresar nuestra inconformidad con la reforma tributaria planteada por el Gobierno Nacional, al tiempo que invitamos a todos los se identifiquen con este sentimiento para que el 9 de agosto nos manifestemos dejando de consumir cualquier artículo o servicio que sea gravado con el IVA.
Sin embargo, somos concientes de que dejar de hacer muchas cosas al tiempo, podría dar la sensación de inmovilidad, por lo cual les proponemos los siguientes puntos:
No asistir a los centros comerciales y en su reemplazo, ir a la tienda más cercana, a la plaza del mercado ó aprovechar fortalecer en aquellas ciudades y barrios donde desarrollan actividades de economía justa como los mercados comunitarios y el trueque.
Apagar la luz y la televisión en la noche y encender velas nos permite recuperar la palabra con relatos, cuentos, historias que hagan sentirnos de nuevo en comunicación con otros.
No hacer ninguna operación bancaria que genere la ganancia del cuatro por mil al sector financiero.
No hacer llamadas a celular; recordemos que hace unos años este aparatito no existía y podíamos sobrevivir sin él.
No comprar la prensa. Estar informado de lo que sucede en el país es un derecho de una ciudadanía empoderada que exige que la información circule sin ningún tipo de impedimentos.
Estos cinco puntos realizados en diversas horas del día y de la noche sumados en infinidad de esfuerzos, es lo que constatará el poder que tenemos y que permitirá pasar de la comunicación de la propuesta a la acción concreta.
Por último, queremos manifestar que la alimentación es un derecho fundamental para la supervivencia de cualquier grupo humano y es injusto pretender gravarlo con impuestos, si se tiene en cuenta que los alimentos son intocables, sobretodo en un país tan pobre como Colombia.
PRIMERA JORNADA NACIONAL DE PROTESTA CONTRA EL IVA A LOS PRODUCTOS DE LA CANASTA FAMILIAR
Bogotá, 1º de agosto de 2006
MOVIMIENTO CIUDADANO POR LA NOVIOLENCIA
WWW. aquiestoypais.org
Correo: [email protected]
Teléfono: 2916520 Ext. 6669
Anónimo
2 marzo, 2007 at 1:01 pmWhere did you find it? Interesting read » » »
Anónimo
7 marzo, 2007 at 10:41 amVery nice site! »