Con el ánimo de examinar esta hipótesis y otras similares, calculé, con base en el Latinobarómentro, una encuesta de opinión pública que se realiza anualmente en 18 países latinoamericanos, un índice del antiamericanismo en la región. La gráfica muestra, para cada país, el porcentaje de encuestados que dice tener una opinión mala o muy mala de los Estados Unidos. Los argentinos (65%) son los más antiyanquis y los hondureños (9%), los menos. La geografía del antiamericanismo es clara: es mucho mayor en el sur, mucho menor en Centroamérica, y toma valores intermedios en la comunidad andina. Este patrón geográfico sólo tienen dos excepciones: México (un país centroamericano claramente antiyanqui) y Venezuela (también más antiamericano que lo que predeciría su latitud). En fin, con la excepción de México y quizás de Venezuela, el antiamericanismo crece con la distancia.
Finalmente, los datos desmienten la pretensión de ligar el antiamericanismo con el tráfico de drogas. Los colombianos no somos particularmente antiyanquis pero les enviamos el polvo blanco en todo caso. Por venganza. O por amor.