El debate económico en Colombia, en estos tiempos de crecimiento acelerado y entradas masivas de capital, gira en torno al tema del empleo. Los datos no dejan dudas sobre la recuperación de la economía. Pero con respecto al empleo, los datos son ambiguos. Más contradictorios que concluyentes. Más polémicos que definitivos. Esta semana, por ejemplo, la prensa nacional reportó simultáneamente una reducción de la tasa de desempleo, un estancamiento del empleo industrial y un aumento del empleo temporal. Los datos ambiguos se prestan para todo tipo de interpretaciones. Cada quien se sirve lo que quiere para satisfacer su apetito ideológico. Y la diversidad de opiniones termina alimentando la confusión.
Así las cosas, incumbe presentar un versión balanceada de los hechos. O, en otras palabras, urge separar la discusión instrumental de la discusión política. Primero los hechos, después las arengas. Un primer punto es innegable. La recuperación económica ha beneficiado a los pobres. Las cifras muestran, en particular, que los ingresos de los hogares más pobres han crecido durante los últimos años a tasas mayores que los del resto de los hogares. Este hecho no admite atenuantes. Ni cuestionamientos estadísticos. Los que afirman que la recuperación no ha beneficiado a los pobres, están poniendo los prejuicios por delante de los hechos. Son autistas ideológicos. Disonantes cognitivos.
Pero la discusión no termina allí. Una versión matizada de la realidad social tiene que llamar la atención sobre otro hecho innegable. Los ingresos de los hogares más pobres no crecieron durante la última década. Son similares a los observados en 1996. La recuperación ha beneficiado a los pobres. Pero la crisis los había golpeado más que proporcionalmente. Una cosa compensó la otra. Todo cambió para que todo siguiera igual.
Un balance de la situación social debería también poner el dedo en la llaga de la informalidad laboral (y me perdonarán los lectores por la metáfora desgastada). La tasa de informalidad del empleo no ha disminuido. Así lo reconoce el mismo Gobierno. Según el Informe del Presidente al Congreso, el porcentaje de trabajadores informales era 58,6% en 2004, 58,7% en 2005 y 58,5% en 2006. Nada cambió. Todo siguió igual. Un resultado más o menos predecible. Consecuente con la lógica de los incentivos. Si se subsidia la informalidad y se grava la generación de empleo formal, no resulta sorprendente que (aun en los mejores momentos) la informalidad laboral no disminuya. Las malas políticas ocasionan malos resultados. Así de simple.
Lo mismo podría decirse con respecto al empleo agropecuario. El último boletín de empleo del DANE señala un derrumbe espectacular (casi increíble) del empleo agrícola. En el trimestre de junio a agosto, la participación de la agricultura y la ganadería en el total de la población ocupada en zonas rurales se redujo cinco puntos porcentuales. Esta reducción debería suscitar un debate nacional. Un juicio de responsabilidades.
Por desgracia, muchos analistas insisten en negar los efectos sociales de la recuperación. En confundir las tendencias estructurales de la industria con los desatinos coyunturales de la política económica. En mezclar los hechos con la ideología. En plantear el debate equivocado. El debate no es sobre productividad industrial, como lo planteó erróneamente la Universidad Nacional esta semana. Es sobre una combinación inconveniente de políticas que ha impedido la formalización laboral y que parecen estar destruyendo empleos en el campo. Lo otro, creo yo, es un discurso sin sustento.
Alejandro Gaviria
6 octubre, 2007 at 3:18 pmNota: el gráfico, tomado del boletín de prensa del DANE, publicado la semana anterior, muestra los cambios (en puntos porcentuales) de la contribución de las diferentes ramas de actividad económica en la población ocupada habitante de zonas rurales. La caída en la participación de la rama “agropecuaria” es notable.
eureka
6 octubre, 2007 at 4:30 pmQue bueno que alguien ponga en plata blanca los datos y los contraste con los datos. Cuando esta semana leí el aparte sobre el estudio del CID de la Nacional, me dió la impresión que era como cuando alguien sale corriendo gritando que ha encontrado culpable al mismo de siempre, no se preocupan por analizar o encontrar explicaciones más allá de las evidentes a su subjetividad.
De la agricultura, preocupante. Las políticas impulsadas por Uribitwo (como Vladdo le dice al Min. Agricultura) no han sido muy afortunadas, sin embargo ser el favorito de Uribe y andar con camisetas arengando por todo el país puede que le granjeen el favor de la prensa. Que AGaviria esta semana y Hommes la semana pasada hayan escrito sobre lo mismo y en el mismo sentido, debería servir como alerta temprana sobre los resultados de ese sector.
caborca
6 octubre, 2007 at 4:33 pmAlejandro, y ¿cuáles son esas políticas?, Según he leido no hay esperanzas por ese lado. Transcribo una entrevista lúcida:
«-¿Nos convertiremos todos en trabajadores temporarios? – El trabajo asalariado está en vías de desaparición como base principal para construir la propia vida, una identidad social, un futuro personal. Pero tomar conciencia de este hecho tiene un alcance esencialmente subversivo, pues mientras a la gente se le diga: su trabajo es la base de la vida, es el fundamento de la sociedad, es el principio de la cohesión social, no hay más sociedad posible que ésa, con lo cual la gente se vuelve psicológica, política y socialmente dependiente del empleo. Por lo tanto, se fuerza a los individuos a tratar de conseguir a toda costa uno de esos empleos cada vez menos frecuentes. Y cuanto más lo hacen, mayor poder ganan los empleadores sobre ellos. El discurso sobre el carácter central del trabajo, sobre la perpetuidad de la sociedad laboral, de la sociedad salarial, tiene una función de estrategia de poder de parte de la burguesía, del capital y de los empleadores.
-Usted afirma que la disminución constante, en términos reales, de los ingresos del trabajo para los empleados convive con el acaparamiento de las riquezas derivadas del trabajo por parte de un 1% de la población. -Es lo que ocurre en los EE.UU.. En los últimos quince o veinte años, los frutos del crecimiento fueron aprovechados en un 99% por un 1% de la población estadounidense”. Esto dijo en una entrevista André Gorz, pensador francés que murió el mes pasado. Y hace una propuesta sobre América Latina que ojalá se comente en este blog. Saludos a todos.
http://www.antroposmoderno.com/antro-articulo.php?id_articulo=63
Jaime Ruiz
6 octubre, 2007 at 6:37 pmDios mío, todavía hay quien lee a André Gorz. Lo que más me gusta es que se estén quedando con las riquezas derivadas del trabajo. ¿Cómo se demuestra que son derivadas del trabajo? Lo dijo Marx, camaradas, el capital no es sino trabajo humano acumulado.
La manera en que opera esa superstición es muy parecida a la de quienes combaten el etnocentrismo desaprobando las jerarquías que impone Occidente: ¿qué evidencia empírica va a haber de que un ballet de Prokófiev tiene más valor que el solo de ventosidades de mi vecino el artista innovador? ¿Y de que tiene más sentido leer la Divina comedia y no una creación inspirada del laureado periodista y pensador Felipe Zuleta? Porquería de Occidente, no podemos dejar que nos vengan a imponer sus jerarquías.
En la propaganda totalitaria esa calidad de «creación» colectiva de la riqueza es un elemento decisivo, muy apto para naciones en las que ciertamente nadie ha inventado nada como no sea algún pretexto para prosperar gracias a los asesinatos. Es difícil encontrar un ejemplo más preciso de la mentira colectivista, de eso que denunciaba Ayn Rand que llevaba en sí el término «nosotros» y que sirve precisamente para robar a los que trabajan.
En uno y otro caso se encuentra el aplauso fácil de la mayoría, a tal punto que quien haya leído a los clásicos o se haya inventado una máquina que produce por cientos de sufridas personas tiene que agachar la cabeza avergonzado ante el fervor multitudinario de los que representan una ruptura justiciera. ¡Adelante, valientes, todas sus universidades existen para enseñar precisamente eso!
eureka
6 octubre, 2007 at 7:14 pmHasta Kalmanovitz añade una oración esta semana sobre el Ministro de Agricultura!!
Federico
6 octubre, 2007 at 8:28 pmEs importante desviar la dicusi�n acerca de lo que es la no disminuici�n de las altas tasas de informalidad, pero eso no significa que lo que presento la Universidad Nacional sa un discurso sin sustento. Nada m�s el titulo es alarmante: Industria, ni un empleo permanente en 14 a�os. �C�mo es esto posible cuando hay reducciones tan importante del IPP?, preocupante.
Por otro lado, muchos t�cnicos del Banco de la Rep�blica cuando se debate la informalidad sacan art�culos muy interesantes debatiendo la existencia de un salario m�nimo debido a que �ste es una r�gidez para el «mercado laboral»..
Notese el uso de la palabra: «mercado laboral». Yo creo que son conclusiones demasiados ortodoxas, muy tecnocratas. Recuerdo las tesis de Keynes y,del propio Adam Smith,quienes dec�an que un «mercado laboral» realmente no existe y por ende no se puede analizar como cualquier mercado. No hay una paridad en el poder de negociaci�n. No es un mercado como cualquier otro, no es la venta de carros, por ejemplo.
YO creo que esto se debe tener en cuenta cuando se analiza la informalidad, y sobretodo, la generaci�n de empleo, porque en pleno auge econ�omico y la industria nisiquiera un empleo medio decente.
Maldoror
7 octubre, 2007 at 12:38 amJR:
La teoría del valor por el trabajo no se la inventó Marx, en caso de que no se haya enterado. La sostuvieron antes David Ricardo, en parte Adam Smith, y antes de ellos los camaradas Benjamin Franklin y John Locke….
Maldoror
7 octubre, 2007 at 3:29 amAlejandro:
Una cosa que me dejó intrigado de su columna…¿como se subsidia la informalidad en Colombia?
Felipe
7 octubre, 2007 at 3:37 amCómo se puede conseguir o dar trabajo en un país en el que es practicamente imposible montar una empresa? Pero como acá lo que quieren es que el gobierno crezca y crezca y que cada vez haya más leyes y requisitos para montar un negocio, pues…Colombia es el país de las trabas y de la corrupción, se atenta contra el sector privado y después sale la gente a decir que no hay empleo.
Jaime Ruiz
7 octubre, 2007 at 1:16 pmYo creo que las teorías de Marx son muy interesantes, por ejemplo se podría considerar la plusvalía en términos de la parte del salario que va a manos de la clase explotadora. Como Colombia es un país de «frenteros» la cosa no se disfraza, la parafiscalidad es la parte del salario que va a manos de los profesores de la Nacional: la clase parasitaria y explotadora que vive de predicar su idoneidad para un rango más alto, que se rodea de lujos a costa del empleo y el salario de la gente pobre y que gracias a eso tiene modo de quitarle la novia a los ciudadanos honrados, como en la canción de Orlando Contreras. (Sí, no me cabe duda, ¡Marx vive!, ya en el Manifiesto comunista se denunciaba la calumnia de la «comunidad de las mujeres» señalando que los explotadores disfrutaban de las mujeres de los demás explotadores, aparte de las esposas e hijos de los explotados.)
Por cierto, la columna de Alejandro presenta una continuidad que puede servir a interpretaciones falaces: da la impresión de que las fuerzas que provocaron el empobrecimiento de los más pobres en el período 1996-1999 fueran las mismas que han provocado la recuperación en el período 2002-2006, pero yo diría que son fuerzas opuestas. Según Kalmanovitz el crecimiento se da en todo el tercer mundo, lo cual es como decir que la crisis de 1999 afectó a toda la región, una verdad a medias. Al inferir que la política nacional no influye se pasa por alto el crecimiento monstruoso del gasto público en tiempos en que gobernaba la izquierda democrática, así como la hipoteca que paga el Estado colombiano por las concesiones de esos años y que impide tanto reducir el gasto como orientarlo a labores más productivas que la prosperidad artificial de los millones de jubilados precoces. Cosa que probablemente en los demás países no ocurre, como no ocurre la necesidad de aumentar el gasto militar para impedir que los promotores de pensiones tempranas, los mismos que publican el demagógico estudio sobre el empleo industrial, conviertan el país en otra Camboya.
De lo cual tampoco se debería inferir que las políticas de este gobierno son óptimas. Por el contrario, Armando Montenegro señala que hay muchos intereses creados que impedirán que se levante la parafiscalidad, respecto de la cual este gobierno ha sido de lo más indolente.
Anónimo
7 octubre, 2007 at 3:13 pmBRABONEL.
El crecimiento económico disminuye la pobreza y aumenta el empleo, eso es algo indiscutible. Quien asegure que el crecimiento económico produce miseria no es un tarado sino alguien con intereses ocultos. Aparentemente al Gobierno Uribe, le resulta rentable que la discusión se centre en que si el crecimiento genera desigualdades o no, por que de esa forma evita que toquen el tema de la parafiscalidad que si produce informalidad ¿pero hasta cuando? Es insostenible seguir manteniendo los impuestos sobre el empleo indefinidamente. Digamos que la economía Colombia logre crecer por encima del 7% durante un largo periodo, ese crecimiento no es garantía que se baje la informalidad, todo lo contrario, es posible que los nuevos sectores que surjan gracias a esa expansión económica ayuden a crear empleos informales, agravando aun mas el problema.
Entonces, quienes hasta hace algún tiempo centraban su discurso en que el crecimiento económico crea desigualdad y pobreza tendrán argumentos verdaderamente sólidos ¿el Gobierno Uribe esta mordiendo el anzuelo? Pareciera que si, por que una discusión que le resulta cómoda mas tarde puede echar para otras todo lo que se a logrado hasta ahora. Por esa razón la parafiscalidad no puede convivir con el desarrollo del País como lo quieren hacer ver algunos, entre ellos, el mismo Presidente Uribe. En Colombia el problema no es de pingüinos y gente que piensa que la riqueza que produce el cobre o petróleo o gas se tiene que repartir. Aquí el problema es la desigualdad del empleo, por que mientras la actual política siga irrigando a unos pocos de derechos laborales, la gran mayoría silenciosa de excluidos en cualquier momento alzaran la vos o alguien las alzara por ellos con intenciones nada sanas.
El Gobierno Uribe debe pensar en cambiar al Ministro de Protección Social para de esa forma tomar nuevos bríos y darse la pela de desmontar esa bomba de tiempo llamada parafiscalidad. La columna de Armando Montenegro da ideas valiosas que deben tomarse en cuenta.
Maldoror
7 octubre, 2007 at 3:41 pmOtro par de preguntas…
1 -Ya que hablan de la columna de Montengro, este habla de desmontar los «subsidios al capital» (cosa de la que obviamente no habla JR ni Barbonel)…¿cuales son esos subsidios al capital?
2- ¿No ha pasado este gobierno una reforma laboral como incentivo a la generación de empleo, con el aplauso entusiasta de los industriales y el patronato de este país? ¿No se puede considerar un fracaso?
Alejandro Gaviria
7 octubre, 2007 at 3:47 pmSergio: El régimen subsidiado de salud, familias en acción, los subsidios familiares de vivienda, entre otros, son programas que privilegian (de manera implícita) a los informales. Un trabajador podría perder algunos o todos los beneficios si consigu un empleo formal o decide formalizar sus relaciones laborales.
La parafiscalidad es la manifestación más visible de un problema mayor, de la idea perversa de financiar la política social con impuestos al trabajo. Además de los parafiscales, habría que mencionar las contribuciones extras para salud y pensiones (que financian parte del régimen subsidiado y parte de los programas de asistencia a los ancianos) y la monetización de la cuota de aprendices (que financia el llamado Fondo Emprender). Los subsidios a la informalidad financiados con impuestos al trabajo formal son un despropósito quese ha fortalecido con el Presidente Uribe.
El problema no es sólo de economía política como menciona Montenegro. Es también de falta de comprensión (y sensatez) por parte del mismo Presidente. Esta semana estuve en una reunión en la cual un grupo de expertos extranjeros le explicó a Uribe la inconveniencia del asunto. El Presidente no prestó la más mínima atención. Su respuesta fue un conjunto de lugares comunes. El Ministro de Protección Social ni siquiera estuvo la reunión. Probablemente estaba repartiendo subsidios.
Alejandro Gaviria
7 octubre, 2007 at 3:55 pmMontenegro se refiere a los estímulos tributarios a la inversión, introducidos de manera transitoria en 2003 y de manera permanente en 2006.
La reforma laboral no tuvo los efectos previstos. Fracasó sin duda en ese sentido. Pero la reforma laboral no resolvió el problema en discusión: el encarecimiento absoluto (y relativo con respecto al capital) de la mano de obra
Daniel Vaughan
7 octubre, 2007 at 10:42 pmAlejandro,
¿Ha hecho, o me puede recomendar algún estudio donde se haya hecho, en donde se cuantifique cuánto y cuándo se ha encarecido el trabajo en términos relativos y absolutos?
Gracias.
DV
Alejandro Gaviria
8 octubre, 2007 at 12:36 amEl estudio más reciente acaba de ser publicado por la revista Carta Financiera de Anif .
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 12:42 amAlejandro,
Gracias por el dato. No pude descargar el documento. Hay algo que depronto no sea tan reciente, pero que se pueda descargar, así sea como documento de trabajo?
Gracias!
DV
Alejandro Gaviria
8 octubre, 2007 at 12:55 amDaniel: Nosotros hicimos unos cálculos similares para el informe de la Comisión de Gasto Público. No los tengo a la mano pero mañana te los envío. También voy a tratar de conseguir una copia electrónica del artículo de Carta Financiera.
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 1:02 amAlejandro, mil gracias! Saludos.
Anónimo
8 octubre, 2007 at 1:22 amDoctor Gaviria,
Si le entendí su columna, aunque la economía creció dado que los pobres peridieron mucho poder adquisitivo en el pasado, en la actualidad quedaron como empatados. O sea, no notan el crecimiento. Entonces ¿no siguen siendo igual de pobres?
Según entiendo no es que Colombia tenga el crecimiento más exhorbitante. Todos los países de la región han crecido. Inclusive algunos al doble que Colombia ¿Por qué el crecimiento de Colombia es, diriamos, mediocre?
¿No considera ud. peligroso la manera como la gente se está endeudando en el país? Desafortunadamente no encuentro el artículo donde hablan sobre el número de personas que este año perderán sus propiedades por «no pagar a tiempo».
Quisiera también que usted contrastara estas cifras del crecimiento con las de emigración. Si es verdad que crecimiento conduce a bienestar, la gente se iría menos ¿o no? ¿O lo uno no tiene que ver con lo otro?
Sr. Gaviria, yo no pongo en duda las potencialidades de este país y su gente. Pero si nos quedamos diciendo que todo está o pinta bien, pues ahí si que no va a pasar nada. Ud. que es un hombre viajado, habrá notado como en los llamados paises «desarrollados», la población en general parece nunca estar contenta. Alguna vez un ciudadano de un país de estos me dió la explicación: las cosas, las situaciones, siempre son susceptibles de mejorar.
Y una recomendación. Cuando desee señalar a un detractor ideológico pues hágalo, pero no señale a toda una institución, como suele hacerlo con la universidad pública más grande del país. Esta universidad es tan grande que trabajan en ella economistas de muy diversas tendencias.
En todo caso, Profesor Gaviria, permítanos que algunos seamos escépticos con esto de la macroeconomía. O que espera usted de un país en donde a cualquier apellido se le agrega el sufijo «ismo» y se convierte en filosofia, cualquier venta parcial de una empresa del estado se le llama «democratización», donde a la gente de entidades públicas la botan a la calle porque «todos, todos son corruptos» y después reabren dichas instituciones total o parcialmente privatizadas y llaman a esos mismos empleados para ofrecerles trabajo, el mismo que les quitaron, pero claro con unos salarios irrisorios.
O como ocurrió con la «modernización» del DANE, donde echaron a la gente con una indemnización pírrica y después les ofrecieron cursos de actualización, entre otros, como hacer empanadas. Y no estoy inventando, conozco personalmente a personas afectadas.
Cómo quiere que saltemos de la felicidad con el crecimiento económico en un país donde cualquiera puede ser tildado de terrorista o, más común aún, de «apátrida». Cualquiera, hasta un padre de familia que ha sido tildado de todo, sólo por mover cielo y tierra para recuperar a su hijo.
Un país donde cualquiera que medio desee ejercer un derecho es disque «revolucionario», un país en donde el ministerio de ambiente estuvo bajo el mando de una cosmetóloga, que nadie sabe que hace ahora en la casa de Nariño. Un país donde de una manera irresponsable un miembro de medicina legal informó que «los brazos del obciso se despegaron con el paso del tiempo» y ahora un año después, en una noticia no muy divulgada por los medios, reconoció la fiscalia, lo que muchos ya sabiamos que al asesor de esta afamada congresista lo asesinaron y no que los brazos le salieron caminando solos.
Un país donde se han realizado en el último año más de 200 ejecuciones extrajudiciales. Y mejor no seguimos. Ojalá las cifras y las encuestas fueran la solución a tantos injusticias jurídicas, sociales, a tanto dolor y tanta muerte. Ojalá.
JJaramillo.
Alejandro Gaviria
8 octubre, 2007 at 2:11 amJJaramillo: la columna afirma que el bienestar de los pobres ha mejorado durante la recuperación económica. Pero plantea, al mismo tiempo, la existencia de otros problemas. El propósito no era celebrar el presente y negar la necesidad reformista. Pero el cambio social no se construye sobre diagnósticos falsos o sobre versiones convenientemente exageradas de la realidad.
La migración, de otro lado, siguió la misma dinámica de la pobreza. Aumentó durante la crisis y disminuyó ostensiblemente durante la recuperación. Muchos de los profesionales que se habían ido están regresando al país.
Concedo que pude haber sido más concreto en mi referencia a la Universidad Nacional. Pero el titular de El Tiempo del día jueves había hecho lo mismo.
Maldoror
8 octubre, 2007 at 2:32 amAlejandro:
Gracias por los datos, aunque -y creo que esa discusión la tuvimos una vez- yo no llamaría a eso subsidios para el capital (más bien lo llamaría privilegios). Otra pregunta…según los datos que ud tiene, los pobres se han recuperado lo que perdieron gracias al crecimiento, al punto que sus ingresos son similares a como eran hace 11 años (1996). La pregunta es…¿Cual es la comparación para el sector más rico? ¿Cuanto ganan hoy en comparación con lo que ganaban en 1996? ¿Que tanto se ha ampliado la desigualdad?
Alejandro Gaviria
8 octubre, 2007 at 2:41 amLa desigualdad se ha ampliado desde el año 1996. Pero más que la relación entre la desigualdad con el ciclo económico, yo enfatizaría el aumento secular de la desigualad (un fenómeno mundial) que viene ocurriendo desde comienzos de la década del noventa (ver aquí ).
Anónimo
8 octubre, 2007 at 3:05 pmBRABONEL.
Maldoror, si se hubiera hecho una reforma laboral creíble, en estos momentos no se estuviera hablando de tanta informalidad. La mejor reforma laboral es la que quita el impuesto al trabajo y la que facilite su contratación.
Como lo dije, el problema del Gobierno Uribe es creer que la parafiscalidad es compatible con el desarrollo económico. Con una natalidad cada vez mas baja y un crecimiento económico que muchos analistas serios le dan largo aliento, en un tiempo relativamente corto el País podrá duplicar o hasta triplicar su renta por habitante ¿pero cuales serán los argumentos que se utilizaran para asegurar que los informales también se benefician del eventual robustecimiento de la economía? En ese escenario ganaran los que aseguran desde hace mucho tiempo que el crecimiento económico produce miseria sin atacar la parafiscalidad, por que lo de ellos es cambiar el modelo económico, por uno socialista arcaico
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 4:01 pmBrabonel,
La pregunta importante es: ¿Cuáles son los incentivos que tiene, o puede tener, la empresa privada para contratar trabajadores formales?
La respuesta es: ninguno, incluso si quita los parafiscales. Contratar trabajo formal es más costoso. Acá por supuesto toca empezar por definir qué es trabajo informal, y la definición que me parece más apropiada es la de cotización en salud y pensiones.
Si uno acepta esta definición, los costos asociados al trabajo formal son las cotizaciones a seguridad social. Las propuestas de los analistas, incluidas la Comisión de Gasto Público, sugieren cambiar los parafiscales por otro tipo de impuestos, pero no se toca el sistema de seguridad social. La pregunta entonces es: Si usted desmonta los parafiscales, por qué debería aumentar el trabajo formal, es decir? Una respuesta es la siguiente: si usted quita los parafiscales, los costos laborales se reducen, así que una empresa puede contrar más trabajo formal. Pero también puede contratar más trabajo informal. De hecho, uno de los problemas de la informalidad, bajo esta definición, son los trabajadores cuenta propia, es decir, los independientes. No tengo los datos acá, pero si usted mira, los independientes suelen tener ingresos laborales altos, y ni siquiera así cotizan. ¿Qué hace uno con estos tipos? Desafortunadamente se puede hacer muy poco. Lo mismo sucedes con los pequeños empresarios: incluso si usted les quita los parafiscales, seguirán en la informalidad, porque no tienen el incentivo de volverse formales: hacerlo es más costoso.
Así que no es claro que una reforma laboral disminuya la informalidad. Puede llegar a pasar que, como con la anterior reforma laboral, quitar los parafiscales sólo reduzca los costos laborales de las empresas, pero no aumente la formalidad. La única forma de hacerlo es generando incentivos para esto, y la reforma no lo está haciendo: sólo hace que el trabajo sea relativamente más barato, pero el trabajo informal seguirá siéndolo también.
DV
Alex
8 octubre, 2007 at 4:20 pmCoincido con la idea que se plantea en algunas entradas en el sentido de que la informalidad es señal de un problema para crear empleo. En un estudio de la Universidad de Harvard se compara el proceso de creación de empresas entre países y se concluye que entre más tortuoso sea éste mayor la informalidad. Lo interesante es la comparación internacional que se resume en una de las tablas de los anexos; por ejemplo, para crear una empresa en Colombia se necesitan 17 trámites e invertir 55 días mientras que en Canadá son 2 trámites que toman dos días. El estudio es del año 2000 y lo más probable es que una parte importante de la información ya no sea pertinente, aprovecho entonces para preguntarle a alguno de los lectores si conocen algún estudio similar pero más reciente.
Alex
8 octubre, 2007 at 4:22 pmParece que el vínculo anterior no quedó bien copiado. La dirección en la que pueden encontrar el artículo es http://www.nber.org/papers/w7892
Apelaez
8 octubre, 2007 at 5:47 pmAlex: El banco mundial se la pasa haciendo ese tipo de estudios. Puede encontrarlos aca
http://www.doingbusiness.org/
Apelaez
8 octubre, 2007 at 6:01 pmDaniel, creo que se le olvida una parte de la ecuación y es el costo de contratar «informales».
Para una empresa es bastante riesgoso no cumplir con las normas laborales porque sus empleados pueden recurrir a la justicia bajo la modalidad de «contrato realidad» y cobrar sumas considerables.
De hecho, casi ninguna empresa formal contrata a la gente sin los requisitos de ley. El castigo es severo y la probabilidad de que se presente es alta.
En consecuencia, las empresas formales no tienen esa disyuntiva entre contratar informales o contratar «formales», sólo contratarán si se cumplen las normas. (asi sea bajo contratos temporales, cooperativas de trabajo cuando se pueda -que son formas legales de mas o menos burlar la ley laboral)
Por lo tanto, si se reduce el costo de la formalidad, si es probable que se aumente el trabajo formal.
Otra cosas ocurre en las empresas no formales o semi informales, como pueden ser los transportadores, por ejemplo, las tiendas de barrio, etc etc. En este tipo de trabajos generalmente se violan las normas laborales y el tema de los parafiscales poco efecto tiene. Un propietario de una lechoneria que tiene trabajando a destajo un par de personas en la informalidad, dificilmente los contratara cumpliendo todos los requisitos hagan lo que hagan con los parafiscales.
Pero bueno, ahí viene todo el gran problema de las economias en la sombra y de la informalidad empresarial.
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 6:59 pmApelaez,
No se me olvida ninguna parte de la ecuación: de hecho, en ausencia de métodos de monitoreo, el juicio ético es el único incentivo que puede tener una empresa para volverse formal, pero por supuesto, eso no paga.
Yo no se usted en qué país vive, pero en el que yo viví hasta hace un tiempo, la ilegalidad era el status-quo. En un país donde la ilegalidad es el status-quo, por definición, «no es bastante riesgoso» no cumplir con las normas laborales.
En Colombia cerca del 50% de las empresas (y de los trabajadores) son informales. Las estadísticas son totalmente claras al respecto. Le recomiendo que lea el artículo de Cárdenas y Mejía sobre esto. Ahí podrá ver cuáles son las características de las empresas (y trabajadores) informales.
También podrá ver que la evolución reciente no cuadra con la hipótesis de encarecimiento relativo del trabajo en el gobierno Uribe. Es claro que la la Ley 100 tuvo ese efecto, y eso se puede ver en los datos. Pero las otras explicaciones parecen no tener mucho sustento empírico.
DV
Apelaez
8 octubre, 2007 at 8:04 pmDaniel.
Tener contratada a la nómina de manera informal es un riesgo ENORME para una empresa FORMAL con más de 10 empleados ( y a la cual le puedan embargar algo).
No creo que las empresas cumplan con la normatividad laboral por una cuestión ética, la cumplen porque saben los riesgos que implica violarla. Cuales riesgos? Demandas laborales, multas administrativas y cierres de los establecimientos.
Yo no se usted en que pais vivio, pero le aseguro que una empresa FORMAL se gasta sus buenos pesos en abogados para que le manejen el tema laboral y le indiquen las estrategias requeridas para mitigar el riesgo. No actuan por un incentivo ético.
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 8:09 pmApelaez,
Totalmente de acuerdo: ni las empresas ni los individuos (en general) actúan por incentivos morales: todo se reduce a los incentivos materiales, y en un país donde es tan fácil hacer trampa (y tan rentable!) los incentivos están dados para que este sea el status-quo.
Ese es mi punto: el riesgo de recibir multas es muy bajo. La justicia no funciona, los procesos son muy largos, los abogados hacen de todo y no pasa nada.
Así que repito mi conclusión: es muy idealista de su parte creer que en Colombia las empresas son formales por miedo a las multas. Una buena parte de las empresas son informales, y esto se explica porque no hay tal miedo a las multas: hay leyes pero no quién las cumpla.
O le cambio la conclusión para atarla al punto inicial: una reforma a la parafiscalidad no va a generar los efectos que se esperan si no se generan incentivos para que las empresas se formalicen: mientras que las empresas puedan permanecer como informales lo van a seguir haciendo.
DV
Apelaez
8 octubre, 2007 at 8:13 pmDaniel, mi punto no contradice la evidencia empirica. La cosa es que hay que distinguir la formalidad laboral en dos escenarios: las empresas FORMALES y las empresas INFORMALES.
En las empresas formales violar las normas laborales tiene un riesgo alto y ellas se cuidan de cumplirlas en una gran medida debido al riesgo que implica no hacerlo.
En las empresas informales, el riesgo de violar las normas laborales es ínfimo (no tienen bienes embargables y jurídicamente no existen).
Reducir los parafiscales si puede incentivar la contratacion de mas empleados formales en el primer caso, puesto que estas empresas no corren el riesgo de contratar informales.
En el segundo caso, la reducción de los parafiscales no tendrá el más mínimo efecto porque igual no se lo estan pagando a nadie -estan en la informalidad total-.
Apelaez
8 octubre, 2007 at 8:20 pmDaniel,no soy idealista, creame que si usted es una empresa FORMAL el riesgo de contratar de manera ilegal es bastante alto. A ningún gerente de empresa FORMAL se le ocurriria, por ejemplo, pagar menos del salario mínimo, no pagar salud y pensiones o tener a toda la nómina con contratos de prestación de servicios.
Otra cosa es en el mundo informal, donde ahi si el riesgo es mínimo. Y estoy de acuerdo con usted en que en Colombia hay pocos incentivos para que las empresas se formalicen. Hasta cierto punto es mas rentable permanecer en la informalidad.
De hecho, sólo vale la pena «formalizarse», cuando se requiere interactuar con el sistema financiero o cuando los clientes le exigen formalidad.
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 8:29 pmApelaez,
Ha oido hablar de «contratos de prestación de servicios»? Bueno, los contratos de prestación de servicios son utilizados por empresas públicas y privadas y son una fuente de informalidad, en el sentido de cotización a seguridad social, importante.
Insisto, el problema es que no hay incentivos ni para que los trabajadores cotizen ni para que los empleadores ofrezcan este tipo de contratos, y esto no cambia con la parafiscalidad.
DV
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 8:38 pmApelaez,
Y claro que es idealista: usted niega de plano que las grandes empresas incumplan las leyes porque «el riesgo es bastante alto». No me cabe la menor duda que las grandes empresas y los más ricos son los primeros en buscar mecanismos «legales» (acá me estoy metiendo en el oscuro mundo de los abogados tributaristas) para no pagar los impuestos que les corresponden, por ejemplo.
Por otro lado, usted da un argumento de autoridad con el «créame», así que me gustaría ver cómo puede darle peso a esta afirmación.
Pero mi punto original va exactamente en la dirección que usted tomó, aunque equivocadamente, creo yo: si se quiere que la informalidad baje, con o sin reformas a la parafiscalidad, es necesario cambiar el statuos-quo de ilegalidad.
Dicho en los términos que usted está utilizando: es necesario que sea «bastante riesgozo» no cumplir con la ley. Mientras que esto no suceda, y en ausencia de incentivos morales, las reformas laborales seguirán siendo un fracaso.
DV
Apelaez
8 octubre, 2007 at 8:42 pmDaniel, si he oido de ellos y le reitero que ninguna empresa formal con mas de 10 empleados tiene a TODA su nómina por esta modalidad. Es un riesgo enorme porque esta gente puede demandar a la empresa por no tener un contrato laboral.
Sin embargo, estas empresas si contratan con este tipo de contratos a la gente que efectivamente presta un servicio pero no esta subordinado (como al contador externo, por ejemplo)
En el sector público la cosa es diferente. Los contratistas hacen parte de lo que se denomina «la nomina paralela». Probablemente usted en el DNP era parte de esta nomina paralela (yo lo era).
Ahora a los contratistas se les obliga a cotizar salud y pensiones y el pago se lo condicionan a esto. Lo cual es una perrada para mantener el sistema de salud y un abuso, de paso, pero bueno, pagar eso no hace a la gente mas «formal»
Apelaez
8 octubre, 2007 at 8:47 pmDaniel, le cambio el «creame» por esto: Si usted tiene trabajando a una persona sin contrato laboral, sin pagarle las prestaciones de ley y lo despide injustamente sin pagarle un solo peso; y este personaje lo demanda laboralmente, la probabilidad de que usted gane el juicio es cercana a 0.
Alejandro Gaviria
8 octubre, 2007 at 8:51 pmLa preocupación de Daniel es válida en el caso de algunas microempresas pero no en el caso de las empresas grandes y medianas. Para éstas es casi imposible evadir los parafiscales y las contribuciones a la seguridad social, más aun con el tema de la planilla única. Además, los juzgados laborales sí funcionan. Y las demandas se fallan casi siempre a favor de los trabajadores.
Yo estoy en la junta directiva de varias empresas, y los tributaristas se ocupan de cómo reducir el impuesto a la renta o al patrimonio pero jamás se ocupan de cómo evadir los parafiscales o las contribuciones a la seguridad social.
Apelaez
8 octubre, 2007 at 8:57 pmY los laboralistas se ocupan de diseñar esquemas que permitan flexibilizar al máximo el recurso humano. (usando empresas de servicios temporales, cooperativas de trabajo asociado, etc) Nunca a recomendar que se contrate a personas sin el cumplimiento de los requisitos legales
Maldoror
8 octubre, 2007 at 8:59 pmAlejandro:
¿Pero hacer contratos de prestación de servicios no es una forma legal de evadir pagar las contribuciones de seguridad social? Y esa si es una estrategia muy propia de los empresarios (y del Estado mismo) de evitar tener que pagar esas contribuciones…
Apelaez
8 octubre, 2007 at 9:06 pmMaldoror: No sólo es una forma de evadir el pago de pension y salud, es una forma de evadir todas las garantias que vienen con los contratos laborales (vgr. vacaciones, cesantias, indemnización por despido injusto, etc).
El tema es que las empresas pequeñas y medianas lo usan lo mínimo posible porque usar estos contratos es riesgoso. Es facil que un contratista que lo tienen con contrato de servicios y lo tienen trabajando como un empleado cualquiera (cumpliendo ordenes y horarios por ejemplo) demande a la empresa y gane.
De paso, la probabilidad de que el contratista gane el caso es muy elevada.
Apelaez
8 octubre, 2007 at 9:07 pmperdon, empresas medianas y grandes
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 9:15 pmBueno, van datos y más datos porque el créame y las probabilidades igual a cero son fácilmente discutibles:
1. Presentación DNP: ¿Quiénes son los informales en Colombia?
Por individuos, tanto asalariados com independientes se «sienten a gusto con el estatus de informales». Dicho de otra forma, cerca del 50% de los asalariados e independientes no contribuyen a la seguridad social de manera voluntaria. Una reforma a los parafiscales lograría reducir la informalidad voluntaria sólo si genera incentivos para esto, y aunque uno puede montar escenarios que así lo sugieran (ej. un empleo formal da estabilidad, y si los salarios son competetitivos, y lo que los trabajadores quieren es estabilidad, la reforma a la parafiscalidad abre espacio a nuevas contrataciones). Pero el escenario, aunque es posible, no es claro.
Esto mismo se corrobora por quintiles de ingreso.
A nivel empresarial, es claro que la informalidad es generalizada en las pymes, y que se reduce con el aumento de la escala de producción. Pero casi el 30% de las empresas de más de 11 personas estuvo o ha estado en la informalidad, medida por tener o no registro mercantil.
Al ver la informalidad por ramas de actividad, es claro que el trabajo temporal tiende a ser más informal que el trabajo con contrato a término indefinido: esto es particularmente cierto en los sectores construcción y comercio, que, no es sorprendente, son los que han jalonado el reciente crecimiento económico. ¿Por qué es sorprendente lo que sucede con el empleo entonces? Yo no se, pero no he visto un sólo analista que haya mirado esto. Siempre van a las complementariedades factoriales y a los altísimos costos no salariales, que, insisto, aunque intuitivos, tienen poco sustento empírico (la grafiquita de Costos No Salariales y la razón Informales/Formales del documento de Mauricio Cárdenas que pegué en otro post es clara: el aumento en la informalidad se dio posterior a los cambios fuertes en la legislación, y como resultado de la recesión económica. Por eso, en la primera tabla de la presentación del DNP el coeficiente del crecimiento del PIB es tan importante, en magnitud. Esa grafica, que va hasta 2004, si no me equivoco, muestra una leve mejoría al final de la muestra, sugiriendo que, si la informalidad no muestra un comportamiento inercial, puede que vuelva a su nivel de «equilibrio» anterior: yo no creo que esto suceda, y creo que tiene que ver con la institucionalición, o cambio en el status-quo, de la informalización. Pero esta hipótesis tiene poco o ningún sustento empírico: es totalmente conjetural, si es que esta palabra existe).
Y bueno, ya me extendí mucho: al que quiera ver datos un poco más detallados, puede encontrarlos acá, por ejemplo.
DV
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 9:23 pmApelaez,
Yo no se de derecho laboral, así que para que esto no se quede en una discusión sin fundamento, puede decir exactamente por qué (y en dónde se encuentra la ley):
1. ¿Usar los contratos de prestación de servicios es riesgoso? ¿En qué casos es ilegal? ¿Cuáles son las diferencias entre el sector privado y el sector público?
2. ¿Por qué la probabilidad de que el contratista gane el caso es elevadísima?
DV
Luis Ernesto
8 octubre, 2007 at 9:23 pmPuedo estar equivocado, ustedes me dirán.
Cuando una empresa y un prospecto de empleado se sientan a negociar un suledo (no importa la modalidad de contratación ni la diferencia de poderes de negociacion), la discusion que se da es: por el lado del empleado, sobre el fujo de caja que va a tener, básicamente la plata que le queda libre; y por el lado del empleador, el costo de tener a esa persona.
En ese sentido uno esperaría que los contratos de prestacion de servicios fueran más caros que los laborales, al menos en el valor nominal. Daniel, acuerdese que en DNP los contratistas ganan más que la planta, básicamente porque se les reconoce el cuento de los aportes a EPS y pensión, de tal forma que los flujos de caja se igualan.
Por eso a mi no me parece para nada loca la idea de que reduciendo parafiscales aumenta la formalidad.
Y por otro lado, no se si usted ha visto que las ofertas laborales con empresas privadas formales suelen ser contratos laborales. Los contratos de prestacion de servicios son un riesgo como decía apelaez.
Imagínese esto, un sueldo de 1 millón, durante cinco años en prestacion de servicos. Al tipo le deben al final de los cinco años, las cesantías (5 sueldos), las vacaciones (3 sueldos más o menos), el 60% de la seguridad social (casi 12 sueldos), las primas (5 sueldos). Eso da 25 sueldos, 25 millones sin intereses de mora, los intereses propios de las cesantías, inflación e indemnización. Eso es algo así como 40 millones.
Ojo, el sueldo del tipo era un millón, así que no es muy alto. ¿Usted cree que no hay incentivos para demandar, incluso si el proceso se demora tres años?
Más cosas, si el proceso se demora tres años al tipo seguro no le renovaron el contrato, se metió a trabajar en otra cosa y cuando el proceso revienta le tienen que pagar brazos caidos por el tiempo que no trabajó. Eso lleva las cuentas por encima de los cien millones. ¿Usted contrataría así?
Diferente es el caso del sector público, donde usted no contrata porque tiene una tonta ley que le dice que la planta no puede crecer. Así que su unica salida son los consultores. Al final, si a ellos les da por demandar, el que paga es el Estado, no ud. Por eso se dan tanto ese tipo de contratos.
Creo yo que los informales son informales porque no pueden encontrar trabajo en una empresa formal, como dice Apelaez. No porque la empresa formal los contrate de manera informal.
Apelaez
8 octubre, 2007 at 9:29 pmDAniel, perdón, pero cual es su punto?
Luis Ernesto
8 octubre, 2007 at 9:30 pmVea daniel, yo no soy abgado, pero la cosa es así.
Un contrato laboral tiene todas esas arandelas de las q hablamos: parafiscales, cesantias, seguridad social, etc.
Para que se configure un contrato laboral no es necesario q esete escrito, solo se necesita que haya subordinacion (que ud tenga un jefe), un lugar de trabajo y un horario.
Demostar eso es muy facil, no es sino mostrar su bandeja de correo electronico y los registros de entrada al edificio.
De ahí para allá, lo unico qu necesita es paciencia para esperar el fallo.
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 9:35 pmApelaez, ¿cómo así que cuál es mi punto? Usted está haciendo una afirmación que debe tener sustento legal, no? Si no lo tiene, su argumento se va para el piso.
DV
Apelaez
8 octubre, 2007 at 9:36 pmPor otro lado, es el empleador el que tiene que demostrar que no existio la subordinación (que no cumplia ordenes u horarios), en consecuencia, para el contratista es aun más facil ganar el caso.
Anónimo
8 octubre, 2007 at 9:37 pmBRABONEL.
Daniel Vaughan, los incentivos se encuentran en la formalidad. Yo no creo que la mayoría de la gente que trabaja por cuenta propia nade en el mar de la felicidad, tampoco creo que los micro y mini empresarios encuentren felicidad en la informalidad. Se es informar por que serlo resulta muy costoso. Conozco casos de segregación en muchas pequeñas y medianas empresas ¿de que forma? Pues los dueños deciden jugar a dios. Cotizan para alguna raza de empleados, en riesgos profesionales seguros de salud y pensión, dejándose llevar por instinto creyendo atinar cuales serán los mas propensos ¿sabe por que lo hacen? Un empleado que sufra un accidente o alguna enfermedad costosa puede llevar al micro o mini empresario a la quiebra -he conocido muchos casos- a causa de alguna demanda o el mejor de los casos lo tendrá que mantener de por vida. Usted necesita vivir en carne propia las penurias de los pequeños empresarios para dar un juicio, por que desde otro lugar-una universidad pública etcétera- se puede dictar veredictos de forma muy fresca.
La mejor reforma laboral es la que facilite la contratación y el despido y que el empleado cotice mas para su propio colchón. Es hora de dejar ver al empresario como un explotador y al empleado como un explotado. Esa visión en muchos casos hace que las cosas sean al contrario.
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 9:38 pmLuis Ernesto,
No le entendí: ¿Por qué se reduce la informalidad si se elimina la parafiscalidad?
DV
Apelaez
8 octubre, 2007 at 9:39 pmDAniel , no me referia a eso, me referia al post anterior.
Sobre la normatividad, pues se tiene que leer el codigo sustantivo del trabajo, en especial, los artículos sobre el «contrato realidad».
Puede poner en google «contrato realidad+Colombia» y probablemente le salgan varias sentencias en donde explican el tema.
Le pongo un extracto:
La Sección Segunda del Consejo de Estado consideró que entre Martha Cecilia Vera y el municipio de Floridablanca (Santander) existió un contrato realidad, por la labor realizada como docente. La Sala, luego de analizar el contrato de prestación de servicios suscrito entre las partes señaló que en este caso se demuestran los elementos propios de la relación de trabajo, es decir la subordinación, prestación personal y remuneración de ahí que debe ser reconocida la existencia de una relación de trabajo que, en consecuencia, confiere al trabajador el derecho a que se le reconozcan prestaciones sociales.
La Corporación aclaró que en este caso no existió una relación de coordinación porque la señora Vera cumplió su labor de acuerdo con instrucciones impartidas por sus superiores y presentaba informes al centro educativo donde trabajaba. Por lo tanto, concluyó que “mal podría sostenerse, entonces, que existieron relaciones de coordinación, cuando la actividad de la demandante se llevó a cabo de conformidad con las orientaciones emanadas del centro educativo mencionado, y no de otra forma o bajo su propia dirección y gobierno”.
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 9:52 pmApelaez,
Con todo respeto, creo que uno tiene que ser honesto sobre cuál es el ramo de experticia de uno. Sus argumentos de autoridad no tienen fundamento y esto es importante aceptarlo. La respueta fácil es por supuesto, mandarme a Google.
Sobre mi otro post, del que no entendió el punto, lo de siempre, hablar sin ver lo que los datos sugieren es peligroso. Colgué unos datos y comento algunas cosas.
DV
Luis Ernesto
8 octubre, 2007 at 9:53 pmPorque baja el costo realtivo del contrato laboral, aunque siga siendo mayor.
Eso sumado a los riesgos del contrato de prestacion de servicios, por ejemplo, genera incentivos a reducir la informalidad.
Por otro lado, hace que las empresas formales puedan aumentar sus trabajadores a un menor costo. Luego uno esperaría que esa gente que está en la informalidad (en empresas informales) migre a empresas formales.
De paso uno esperaría que dada una tendencia a contratar más empleados formales por parte de las empresas formales, las empresas informales tengan un mayor incentivo a formalizarse.
———
Antes de que alguien diga que lo que harian los empresarios es quedarse con la plata que se ahorran, empiezo por darle la razón.
Sí, se va a quedar con la plata que se ahorran, y a menos que decidan consumir más, seguramente invertirán la plata nueva que se ahorran en alguna actividad formal que termina por generar más empleos formales.
Esta es una simplificación muy grande y yo no estoy muy familiarizado con los temas del mercado laboral, pero me parece que ese sería el mecanismo.
Apelaez
8 octubre, 2007 at 9:58 pmDaniel, lo que yo digo no son argumentos de autoridad, es lo que dice la ley y lo que han dicho los jueces. Si usted no me cree, pues revise el Código Sustantivo del Trabajo, la jurisprudencia y la doctrina. COmo dicen los abogados, usted tiene la carga de la prueba.
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 10:01 pmUno podría montar el siguiente argumento, que le oí a Alejandro en una entrevista en La W, que tramó a Alberto Casas, el experto en temas económicos del programa radial:
La cosa era algo como esto: las recientes políticas del gobierno han aumentado el costo relativo del trabajo, con respecto al capital, generando el incentivo de sustituir trabajo por máquinas. Debo admitir que para un público acostumbrado a oir que el problema son las cifras del DANE, el uso de palabras como «sustituibilidad», «elasticidad» y hasta «capital», es tramador. ¿Pero qué tanto contenido tiene esta afirmación? ¿Hay evidencia? La evidencia es que se crearon estímulos temporales, ahora permanentes, a la inversión. Así que si uno toma el libro de texto y arma el precio relativo de capital con respecto a trabajo (r(1-t)/w(1+…)) es innegable que, dados unos supuestos sobre la elasticidad de sustitución, la cosa suena bien.
Y bueno, yo hasta ahí voy bien, sigamos a los datos: si la hipótesis fuera cierta, uno vería cambios en la informalidad derivados de éstas reformas. Eso no se ve: se ve un aumento inmenso debido a la recesión económica, y un lento (lentísimo) regreso a los niveles de antes de la recesión.
Así que por más intuitivo que suene el argumento, yo quiero ver evidencia de que efectivamente lo que pasa es que ahora es mejor comprar máquinas que contratar trabajadores formales. Tal vez el problema es que ni siquiera el libro de texto está bien?
No se…
DV
Luis Ernesto
8 octubre, 2007 at 10:01 pmDaniel, ya le mostré de donde sale la definición de contrato laboral. Esos elementos estan en el fallo que pego apelaez. Le dije como sería la parte probatoria y apelaez nos contó que la carga de la prueba esta en el empleador.
Entonces ¿qué más necesita para creer que ganar esos pleitos es sencillo? Uno puede ser o no abogado, pero este tema no es de doctrina, es algo que esta escrito y leer es algo que todos hacemos.
Ahí esta el CST.
http://www.secretariasenado.gov.co/leyes/C_SUSTRA.HTM
La inversión de la carga de la prueba esta en el la sentencia C-665-98
Y el artículo de presunción (el que hace que el contrato no tenga que ser escrito, sino que se cumpla su definición) es el 24.
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 10:02 pmApelaez,
Si yo fuera un abogado, habría dado la siguiente respuesta: «Daniel, sobre la ilegalidad de los contratos de prestación de servicio, la jurisprudencia es…».
Su comentario sólo demuestra que no tiene ni idea de lo que está hablando. Así que como usted me está dejando de tarea hacerle la tarea, creo que su punto no tiene mayor validez. A menos que quiera dar un argumento más fuerte.
DV
Jaime Ruiz
8 octubre, 2007 at 10:12 pmEn definitiva, ¿alguien paga los parafiscales? Hay que darse cuenta de que la inferencia lógica de lo que dice Daniel es que nadie los paga (salvo el Estado). Lo que le han demostrado es lo contrario, pero bastaría hacer las cuentas: ¿recibe el Estado plata por ese concepto?
Después hay dos asuntos que se confunden, una cosa es el aumento del empleo formal; otra, el del empleo. Si se quitaran los colombianísimos impuestos al empleo, los costes laborales de las empresas que los pagan se reducirían, lo cual alentaría la contratación y la inversión aunque fuera por parte de esos empresarios. Si le quitamos la moralina a las palabras va a resultar que expandir los negocios comporta «explotar» a más gente. ¿Hay algún problema en eso? Claro que podría haber condiciones por las que los empresarios no contrataran a más gente, pero lo normal es que el motivo sea la inseguridad respecto al futuro, y la reducción de los costes laborales reduce también esa inseguridad.
Después está la cuestión de la formalidad. Un amigo me contó que en ciertas empresas en Colombia es imposible tener un cederrón pirata porque las inspecciones conducen a multas astronómicas. ¿Qué no pasará con las contrataciones irregulares? Claro que no lo hacen con el comercio de barrio, pero las empresas grandes sí están expuestas a esos castigos.
De modo que tenemos en los comentarios repetidos de Daniel que no hay incentivos morales para pagar la parafiscalidad (tiene razón) y tampoco hay coacción eficaz. Creo que la falsedad de eso es obvia: todos sabemos que alguien paga.
Pero también respecto a los impuestos de las empresas, el hombre de las evidencias empíricas nos sale con la más jesuítica moralina: ¡se las arreglan para no pagar los impuestos que les corresponden! Ahí se pone un atributo moral a la tributación, de modo que buscar la forma de pagar menos es más o menos como un crimen. Pero sólo son unas normas a las que se adaptan los agentes económicos, no hay un imperativo moral para pagar impuestos (a menudo parece que lo hubiera para no pagarlos).
Supongamos que el gobierno contrata a miles de personas (temporales, ojo) para que persigan la informalidad laboral: el precio de seguir en la ilegalidad sería más alto que el de cumplir con la ley. Al desaparecer el impuesto al empleo (sobre el que sí pesa una carga moral tremenda, pues sólo es una forma disfrazada de la encomienda, del tributo que sólo pagan quienes trabajan, traducción del suplemento de trabajo que pagaban los indios; no es sorprendente que en ningún país civilizado haya un impuesto semejante) la formalización sería más fácil. Hoy en día muchas empresas cerrarían si las forzaran a formalizar los contratos.
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 10:14 pmLuis Ernesto y Apelaez:
El punto creo que es sencillo: uno va a los datos y mira qué porcentaje de asalariados e independientes son informales (ver la presentación del DNP por ejemplo, o el documento del DANE arriba). Como el porcentaje está entre el 50 y el 60%, uno puede concluir una de dos cosas:
1. Ser informal no es ilegal (sea cual sea el tipo de contrato laboral para los asalariados), y por eso el porcentaje es tan alto.
2. Ser informal es ilegal, pero la probabilidad de ser multado es minúsucula.
Por eso, aunque desconozco la ley, cualquiera de las hipótesis desvirtúan lo dicho por Apelaez.
DV
Alejandro Gaviria
8 octubre, 2007 at 10:18 pmDaniel:
Yo no he escrito el paper. Y nadie lo va a escribir por un buen rato: no hay datos suficientes. Pero su argumento no funciona, no tiene en cuenta que hoy la economía está creciendo a tasas muy altas y que el efecto sustitución planteado puede verse compensado, así sea parcialmente, por el efecto ingreso derivado del mayor crecimiento. Siempre es más fácil dudar que probar. Pero sus argumentos son fácilmente rebatibles. Hasta Alberto Casas lo podría hacer. En fin, los datos son perfectamente consistentes con la hipótesis planteada.
¿Qué pueden existir otras explicaciones para la baja dinámica del empelo formal? Seguramente. Pero usted no ha planteado ninguna alternativa.
Pd: mañana le envío el paper de ANIF. Me lo quedaron de enviar a primera hora.
Luis Ernesto
8 octubre, 2007 at 10:37 pmDaniel, ud esta viendo agregados. Usted nos esta hablando de frutas y nosotros diferenciamos manzanas de peras
Apelaez y yo le estamos hablando de la porcion del mercado laboral en las que se encuentra unas empresas que son formales. Ud nos rebate con números que salen de la totalidad del mercado laboral.
Básicamente estamos hablando de cosas diferentes.
Seguro que ese 50%-60% de personas q son informales pertenecen a actividades o bien públicas (donde ud no demanda a su empleador por una cuestion de lealtad por la forma en que consguió el trabajo) o bien a actividades en condiciones muy precarias, con personas que no tienen educación y demás.
Obviamente es muy facil volarsele los derechos a los trabajadores poco sofisticados y desinformados. De hecho, usted desconoce tanto sus derechos que tambien se los podrían quitar. El caso ahí es que en el medio en el que ud ese mueve, o no demanda por lealtad o lo contratan formalmente.
Daniel Vaughan
8 octubre, 2007 at 10:40 pmAlejandro, lo de Alberto Casas dolió.
No mentiras. Gracias nuevamente por lo del paper.
DV
Apelaez
9 octubre, 2007 at 1:31 pmDaniel: ¿Usted si sabe que son los parafiscales?
Daniel Vaughan
9 octubre, 2007 at 3:21 pmAlejandro,
Por supuesto que di algunas alternativas, que repito a continuación:
1. Crecimiento ha sido impulsado por sectores construcción y comercio, en donde los niveles de informalidad (trabajo temporal) son bastante altos.
2. Como el aumento de la informalidad se dio principalmente por la recesión económica, hay varias alternativas que explican por qué puede haber histéresis en la informalidad:
(i) Si las firmas entienden que pueden seguir contratando trabajo informal, que es por definición menos costoso, sin incurrir en riesgos lo harán. No hay incentivos para la formalización, y en este caso, la eliminación de los parafiscales tampoco generará el efecto deseado. Esta hipótesis depende, por supuesto, del supuesto que las firmas hayan entendido que esta es una posibilidad que no trae muchos riesgos: el supuesto es intuitivo, y la recesión pudo haber sido la excusa para el «período de prueba».
(ii) Algo similar al anterior pero tiene que ver con la institucionalidad de la informalidad, o la institucionalidad de la ilegalidad, de manera más amplia. El mecanismo es ahora distinto: el status-quo cambia con la recesión: antes de ésta el status-quo era contratar trabajo formal (ver gráfica en el trabajo de Mauricio Cárdenas, por ejemplo) pero las condiciones mismas de la recesión generaron un cambio en el status-quo. Esta hipótesis es un poco menos optimista, pues volver al «equilibrio» anterior a la recesión necesita un choque exógeno lo suficientemente fuerte (como lo fue la recesión para pasar del «buen equilibrio» al «mal equilibrio»).
Así que bueno, ahí hay dos hipótesis adicionales. La hipótesis tecnológica que usted sugiere es una tercera, más cercana a la ortodoxia económica, o como lo he llamado, al libro de texto. Las tres tienen la capacidad de generar resultados empíricos similares, pero insisto, sólo las primeras dos (las que yo propongo) tienen algo de fundamento empírico: si uno mira la evolución de la informalidad, y la evolución de los Costos No Salariales, la hipótesis de sustituibilidad no parece tener mayor sustento empírico.
Ahora si, espero para ver qué dice Alberto Casas al respecto.
DV
Apelaez
9 octubre, 2007 at 3:26 pmDaniel, veo que se hizo el sordo ante los argumentos de Luis Ernesto y mios.
Le vuelvo a preguntar, usted si sabe que son los parafiscales??
Apelaez
9 octubre, 2007 at 3:30 pmDe paso, el hecho de tener un trabajo temporal no implica que este sea informal.
Daniel Vaughan
9 octubre, 2007 at 4:12 pmApelaez,
No me hice el sordo: el argumento que dio Luis Ernesto es el argumento de libro de texto de sustituibilidad de factores, que es el que Alejandro ha venido sugiriendo de un tiempo atrás. Mi crítica a este argumento está en mi último post. Sobre sus comentarios, usted ni siquiera ha dado un argumento que explique por qué el trabajo informal puede caer con la eliminación de los parafiscales. Bueno, lo que usted sugirió es que para «las empresas es riesgoso contratar trabajo informal» y no dio argumentos para esto. Utilizó argumentos de autoridad («créame») o me mandó a mirar el código sustantivo del trabajo, momento en el cuál di por terminada esa discusión en particular. Lo invito nuevamente a que de un argumento transparente que explique el fenómeno que usted sugiere.
Su pregunta sobre si se qué son los parafiscales es irrelevante y por eso también la dejo ahí.
Sobre la relación entre trabajo temporal e informalidad, tiene razón: una cosa no implica la otra, y no era esa mi intención. Lo que yo sugiero, aunque lo dejo abierto a discusión, es que el trabajo temporal tiene asociados niveles más altos de informalidad, utilizando la definición de cotización en seguridad social. ¿Por qué lo sugiero? Mire los datos por rama de ocupación y entenderá por qué no es una afirmación loca.
DV
Apelaez
9 octubre, 2007 at 4:45 pmNo, lo que decia Luis Ernesto es que usted tiene que distinguir la informalidad laboral en dos escenarios: las pequeñas empresas y las medianas y grandes.
Y que las conclusiones deben partir de esta diferenciacion. No se si usted le parece eso «de libro de texto».
Sobre el riesgo laboral que implica contratar informalmente el mismo luis ernesto le copio el articulo, y una sentencia y le explico detalladamente. Por supuesto, no existe un paper en donde midan este riesgo.
Sobre lo de los parafiscales, sigo creyendo que usted no tiene la mas minima idea de lo que son, y sin embargo, ya tiene toda una «teoria» sobre el impacto de estos en el empleo formal.
Anónimo
9 octubre, 2007 at 5:11 pmEn la gràfica del Dane que Alejadro coloca, no nos muestra que todos los sectores menos trasnporte, ah bajo los indices de contrataciòn… lo que aprueva la idea de la U. Nacional
Daniel Vaughan
9 octubre, 2007 at 5:55 pmApelaez,
La distinción por tamaños es importante, y está en las estadísticas (de hecho, una definición de informalidad es precisamente el tamaño de la empresa).
Así que no tengo nada que decir sobre esto… es obvio. Por supuesto, es más fácil evadir o infringir la ley a una empresa pequeña que a una grande, pero también es cierto que empresas grandes tienen más poder (vea lo que pasó con Chiquita por ejemplo…).
Y bueno, lo de los parafiscales es realmente tonto, y no se por qué sigue insistiendo en esto. Por supuesto que he leído sobre esto. Hace varios meses tuvimos una discusión similar y pegué un paper, de alguien de la URosario, que tenía un resúmen de la legislación laboral, cuáles han sido los cambios, cuáles son los costos y las inflexibilidades que generan.
Yo di varios argumentos y sus respuestas son:
1. Busque en Google.
2. Apuesto que no sabe qué son los parafiscales.
3. Le aseguro que…
¿Por qué más bien no ataca los argumentos que yo di? Si en los argumentos hay evidencia que no se qué son los parafiscales, dígalo. Eso definitivamente es un buen contraargumento. Pero este juego es bastante infantil.
DV
Apelaez
9 octubre, 2007 at 7:13 pmLa mayoría de los juegos son infantiles
Apelaez
9 octubre, 2007 at 7:38 pmPero bueno, poniendonos serios, usted en el post en donde resume sus hipotesis dice en el primer punto que la reducción en los parafiscales no va a aumentar el empleo formal porque el riesgo de violar las normas laborales es bajo y no existen incentivos para la formalización.
Bueno, le repito por ochentaiava vez: distinga. Las reforma a los parafiscales no aumentará el empleo formal en las empresas informales, e incluso, no las incentivará para que dejen la informalidad. En eso estamos de acuerdo. Pero tambien es cierto que el recorte a los parafiscales tampoco hara que este segmento aumente la contratacion de informales, porque igual el recorte no les reporta ningun ahorro invertible. (no ve que no le pagan parafiscales a nadie)
En el otro rubro, el de las empresas formales, la reducción en los parafiscales si podrá incentivar el aumento de empleo formal. ¿Por qué? Porque este tipo de empresas no contrata informalmente y si los costos del trabajo se reducen, es probable que contraten mas gente. Como tambien podría ocurrir que se gasten el ahorro en whisky o en computadores. Pero suponiendo que al menos unos empresarios deciden invertir este ahorro en la contratacion de mas personas, pues bueno, ahi tendriamos un aumento del empleo formal en ese «estrato».
Como en el otro estrato de empresas (las pequeñas e informales) el impacto de la medida sera nulo, en el sentido de que no van a aumentar el empleo formal. El aumento de empleo formal en el otro sector tendrá como resultado un aumento en el empleo formal en general.
Y bueno, supongamos que usted tiene razón y que disminuir los parafiscales no sirve para generar empleo formal. Entonces, según esa teoria, ninguna reforma para flexibilizar el regimen laboral (disminuir los costos de salida por ejemplo) serviria, ¿Por qué? Porque en su mente, la regulación laboral simplemente no se aplica. Para usted la regulación laboral es un monacho pintado en la pared que nadie cumple y que por ende no debe ser tenida en cuenta.
Yo si quiero ver pruebas empiricas de esas que usted tanto le gustan en donde se demuestre que la regulación laboral esta pintada en la pared y no genera el mas minimo riesgo para los empleadores.
Jaime Ruiz
9 octubre, 2007 at 7:47 pmLa cuestión no es si Daniel sabe qué son los parafiscales, sino si alguien los paga.
A. Alguien los paga.
B. Nadie los paga.
Aceptando que sea real A (si llegara a haber evidencia empírica, etc.), se puede empezar a pensar en el impacto que tendría sobre el empleo su supresión. ¿Eso abarataría los costes laborales o no?
A. Abarataría los costes laborales.
B. No, no abarataría los costes laborales.
Siguiendo la misma tónica, suponemos que se acepta A. Entonces quedaría la posibilidad de que las empresas contraten más gente o no.
Pero ahí se cae en la falacia del empleo formal, respecto de lo cual conviene considerar lo que copiaron de André Gorz: se trata de un tipo de relación de otra época que ciertamente va en descenso en todas partes. Los sindicalistas hablan de «precariedad en el empleo». Yo creo que hay una falacia cuando se habla de eso sin tener en cuenta el volumen real de ingresos del trabajador. O incluso el volumen real de personas que tienen ingresos del trabajo.
Un caso nada raro, un vendedor de arepas consigue abrir varias sedes de su negocio y se da cuenta de que una administración ordenada mejorará sus ingresos. Podría contratar a un contabilista por un salario, pongamos, de un millón de pesos. Pero le resulta más cómodo, por muchos motivos, pagar ese millón de pesos a un contabilista que no tiene una dependencia laboral de él sino que trabaja para varios negocios. El trabajador está en una situación más precaria, desde ese punto de vista, pero sus ingresos y su autonomía personal son mayores.
Partiendo del corolario obvio de lo que viene diciendo Daniel (nadie paga los parafiscales, puesto que es más barato no pagarlos y la informalidad se ha vuelto un statu quo), también se cae en otra falacia: la idea de que para la gente da igual que haya o no parafiscales. Sencillamente, sin ese tributo habría más incentivos para ofrecer empleo (temporal o informal, que por lo demás no son sinónimos) y por tanto más oportunidades y mejores ingresos para los trabajadores. Esto es el libro de texto de la primaria, pero si no es así, ¿por qué no nos explica Daniel dónde falla el razonamiento?
Anónimo
9 octubre, 2007 at 9:07 pmDaniel, podría por favor volver a poner el título del paper del Rosario sobre legislación laboral?
Gracias
Maldoror
9 octubre, 2007 at 10:25 pmApelaez:
Pero yo si tengo otra pregunta ¿La idea de acabar con los parafiscales no es que el sector informal se formalice? ¿Que tantos empleos van a crear las grandes empresas y el sector formal en general con la abolición de los parafiscales? ¿Se estima significativa esa cantidad?
Apelaez
9 octubre, 2007 at 10:36 pmNo creo que la idea de quitar los parafiscales sea que el sector informal se formalice. Para eso tendrán que adoptar otras medidas.
La medida esta hecha para incentivar la generación de empleo. Si esto ocurrirá o no, no se
Daniel Vaughan
9 octubre, 2007 at 11:42 pmAnónimo, no me acuerdo cuál era el artículo, pero coja cualquier paper sobre el tema en Colombia y encontrará una discusión sobre la legislación. En alguna discusión antigua está el link, aunque seguro le queda más fácil buscarlo por Google.
DV
pd. Acá hay algo sobre los tipos de contrato de trabajo, otro más, y otro más, y un último que habla explícitamente sobre el tema de la parafiscalidad.
Camilo Andrés
10 octubre, 2007 at 6:57 amMi pregunta es:
¿Sí se tumba la parafiscalidad de donde se conseguiran los 5 billones de pesos para el SENA y el ICBF?
Anónimo
10 octubre, 2007 at 2:56 pm«paper»: en español se dice trabajo o documento que se prepara, entrega y/o expone en los ámbitos académicos.
Jaime Ruiz
10 octubre, 2007 at 4:51 pmCamilo Andrés, eso sólo es un problema por las resistencias de los que defienden la parafiscalidad; se podría hacer pagar impuestos sobre los ingresos personales de modo que si alguien gana más de 50 millones al año pague realmente al menos un 20 % y si gana más de 100 millones pague al menos un 30 %. Eso se parecería un poquito a la tributación de los países civilizados.
La parafiscalidad es sobre todo un problema moral: un empresario que contrate a mucha gente y le pague muy bien paga muchísimos más impuestos que uno que contrate a poca gente y le pague muy mal. En ese sentido se hace presión a la baja contra los salarios, en beneficio tanto de los ricos como de los burócratas. (Ah, son los mismos, por eso en los demás países no hay parafiscalidad ni tutela ni unanimidad de los poderosos acerca de premiar el crimen. Pasa como en las familias incestuosas, que las víctimas no se explican por qué las miran raro.)
Daniel Vaughan
10 octubre, 2007 at 6:14 pmJaime,
Usted dice «(e)n ese sentido se hace presión a la baja contra los salarios, en beneficio tanto de los ricos como de los burócratas».
Digamos que esto es verdad: digamos que los parafiscales generan una «presión a la baja» de los salarios. La presión a la baja se da porque los empresarios deben pagar 4%+2%+3% (Cajas de Compensación Familiar, SENA, ICBF, resp.) sobre el valor de la nómina, es decir, de todos los salarios. En este sentido, el salario que se paga es w(1.09), o un 9% más alto. Lo que usted está sugiriendo es que los salarios, netos de impuestos, son los mismos, es decir, usted está sugiriendo que en lugar de pagar x(1.09) pesos, realmente pagan x. Esta es la presión a la baja que usted sugiere que hay, que puede o no ser real (puede que si, y entonces el efecto sobre los costos es nulo, es decir, el valor de los «impuestos» se pasa 1:1 al salario, así que las empresas no reducirían su demanda de trabajo, o puede que no, y la relación sea menor que 1:1 y haya algún efecto sobre la demanda de trabajo).
No me voy a preocupar por eso ahora: digamos que usted tiene razón. Lo que quiero discutir es lo siguiente: usted termina diciendo que esto beneficia a los ricos (y los burócratas, aunque este calificativo sobra, porque para usted los ricos son los burócratas, no? en fin, olvídese de esto), pero la intuición sugiere lo contrario.
Si una firma es formal, paga un salario mínimo, es decir, hay un precio piso para el salario. Sobra decir que ese precio piso es efectivo para los menos capaces, que en general son los menos educados. Si hay una «presión a la baja de los salarios», entonces los parafiscales deberían beneficiar relativamente más a los más pobres que a los más ricos, no? Para ver por qué note que para todos aquellos que devengarían un salario mayor que el salario mínimo (w_m)*1.09, si los empresarios transfieren todo el peso de la legislación a los salarios (es decir, 1:1) los salarios todavía estarían por encima del mínimo. Es decir, un empresario podría hacer esto con todos aquellos que devenga un salario mayor que 1.09(w_m). Así que no es cierto que los ricos se beneficien más: dados los supuestos, los pobres se benefician más así que los parafiscales operarían como un impuesto progresivo.
DV
Anónimo
10 octubre, 2007 at 7:34 pmLos parafiscales pesan menos que otras cargas para producir empleo. Propongo algo, por qn vez de estar pidiendo que se desmonte los parafiscales se crea un ley donde los empleados aporten como minimo el 50% en aportes para cubrir su suegro de salud de riesgos profecionales y pencion, eso ayudaria a crear mas empleo que la eliminacion de las cargas parafiscales, ademas ayudaria mucho la informalidad laboral.
Daniel Vaughan
10 octubre, 2007 at 7:35 pmQuedan más dudas teóricas, por supuesto:
La idea que los parafiscales reducen el empleo parte de varios supuestos:
(1) Los salarios son inflexibles a la baja. Si no lo son, un empresario transferiría el valor del parafiscal por empleado (9% del salario), y los costos siguen siendo los mismos, así que la demanda de trabajo no ser reduciría.
(2) En caso que (1) se cumpla, el supuesto es que los mayores costos laborales no se transfieren a los precios. Los economistas suelen asumir esto, y la explicación que dan es que los precios los fija el mercado: si un empresario decide transferir el «impuesto» al precio, la competencia lo sacará del mercado, dado que el nuevo precio es mayor que los que cobran los competidores. Esto no es verdad, por supuesto, si todas las firmas hacen los aportes parafiscales: en este caso, todos los precios aumentan en la misma proporción, así que el impuesto se transfiere al consumidor (algo similar pasa con los impuestos a las ventas). Ahora bien, si las firmas informales no hacen los aportes (y no pagan salarios mínimos, por ejemplo) es claro que el precio en los mercados informales será menor que el precio de los formales, así que, todo lo demás igual, se está generando un incentivo a la informalidad (que es el argumento de Alejandro).
Existe también la posibilidad que firmas formales sólo compitan con firmas domésticas formales (o informales con informales), en cuyo caso no debería haber una reducción del empleo. Los datos sugieren que esto podría ser verdad (tanto por los datos por sectores, tanto como por los datos por la escala de las firmas).
También existe la posibilidad que en un mundo globalizado, los incentivos a la formalización sean mayores (una empresa que quiera exportar o importar debe tener registro ante la Cámara de Comercio, por ejemplo, y otra serie de regulaciones características del sector formal). En este caso, las empresas podrían no transferir el impuesto a los consumidores (el precio mundial es menor, digamos) así que esto generaría una reducción del empleo formal.
En fin, con esto sólo quiero decir que detrás del resultado obvio hay muchos supuestos que pueden tener más o menor validez en algunos casos, y eso es lo que toca analizar en este caso.
DV
Jaime Ruiz
10 octubre, 2007 at 8:04 pmDaniel, bueno lo de que los ricos son los burócratas es un poco hiperbólico, no para tomar literalmente, claro, habrá muchos negociantes o profesionales liberales ricos.
Lo de que sin parafiscales esos recursos irían a manos de los trabajadores también supone un ciclo más complicado, pues los empresarios de todos modos pagarán lo menos que puedan. Sólo que habrá incentivos para ensanchar la contratación formal (aunque probablemente la mayoría de los puestos serían temporales). La multiplicación del empleo tendría que traducirse en aumento de los salarios (en los países en los que los salarios son altos no ha habido un decreto generoso sino escasez de mano de obra dispuesta a trabajar por chichiguas y rentabilidad de los negocios pese a los sueldos altos). Es en ese sentido en el que digo que los parafiscales significan un despojo al trabajador, no que suponga que automáticamente les van a pagar lo mismo que les pagan más los parafiscales, sólo que los excedentes que se ahorrarían los empresarios serían un incentivo para la contratación.
Y respecto a su punto final, que viene del anterior, la verdad es que hasta donde yo sé a mayor libertad económica («capitalismo salvaje») mayores diferencias entre los salarios. Creo que es una fatalidad humana que las patentes no estén repartidas de forma igualitaria o que la productividad laboral de una persona sea muchas veces superior a la de otras. Por ejemplo, si nos dejaran solos con un encargo de hacer un trozo de la muralla china cada uno, habría tal vez alguno que se inventara una máquina y acabaría en días lo que otros harían en años.
Pero esa «redistribución» de que usted habla afecta sólo a los trabajadores ajenos al Estado, de modo que de nuevo el impuesto que se cobra (aceptando que la parafiscalidad sea el despojo que yo describo tal como usted lo interpreta) sólo es por trabajar. Sí, progresivo, como si un atracador pusiera su peaje en una esquina nocturna y cobrara según la ropa de la gente. Los pobres saldrían «beneficiados».
Por lo demás la desigualdad del ingreso se puede corregir relativamente mediante impuestos progresivos, según como se estila en los países prósperos, no hay que inventarse nada. Claro que eso tiene un límite razonable, no podría llegar a pasar lo de la escritora sueca Astrid Lindgren, que tuvo que pagar un 102 %. En Colombia ciertos burócratas (magistrados, congresistas y rectores) reciben el sueldo de varias decenas de personas y tienen un 25 % exento.
Daniel Vaughan
10 octubre, 2007 at 8:22 pmJaime,
Lo que la teoría (clásica) tiene que decirnos sobre cómo se fijan los salarios es poco: a usted le pagan su productividad marginal, o dicho en castellano, a usted le pagan lo que produce. Si usted es un tipo capaz, o mejor, calificado, su productividad es alta así que su salario es alto. Si usted no lo es, su salario es bajo.
En este sentido, el capitalismo salvaje, como usted lo llama, sugiere que lo «eficiente» es un mundo sin regulación de precios, y esto por supuesto, implica un mundo sin salario mínimo. Así que en este bello mundo, la distribución de salarios está dada por la distribución de capacidades.
Lo que la «nueva economía», la llamada «economía de la información», sugiere es que ese bello mundo neoclásico no es cierto, pues asume perfecta información. En un mundo con asimetrías de información, uno «segundo mejor», no es necesaria que se fijen los precios exógenamente, pues las asimetrías de información son suficientes para generar ineficiencias: por ejemplo, yo soy un egresado de la Universidad de los Andes, usted lee este blog así que intuye que los uniandinos son tipos capaces, y como medir la productividad individual es costoso, usted utiliza mi título como «señal» de mi productividad: después de todo, sólo los más capaces llegaron (y sobrevivieron!) a los Andes. Otra posibilidad es que los salarios sean inflexibles a la baja, porque los empresarios utilizan estos como incentivo para que sus empleados trabajen más y mejor.
En fin, su afirmación es cierta teóricamente. Tan cierta como las ley de los gases ideales de la física, pero tan teórica como esta.
DV
pd. Las instituciones de los países en desarrollo, como nuestra bella Colombia, son diferentes que las del mundo desarrollado. Por eso, a veces toca «inventarse» cosas distintas: la economía que aprendemos los economistas a veces, no siempre, está bastante alejada de la realidad, y aún más cuando la realidad es la de los países como el nuestro.
Alejandro Gaviria
10 octubre, 2007 at 8:23 pmSobre los recursos para financiar la parafiscalidad, vale la pena señalar lo siguiente. Primero, podrían eliminarse las exenciones a la inversión que ya suman casi dos billones de pesos. Además, también cabría preguntarse si la totalidad de los recursos están siendo bien gastados: al menos un punto de la plata que va a las Cajas podría eliminarse, por ejemplo. Las Cajas gastan sin supervisión y la certeza del recaudo ha creado una cultura de la ineficiencia. Lo mismo podría decirse de algunos programas del SENA y el ICBF.
Alejandro Gaviria
10 octubre, 2007 at 8:28 pmUno puede encontrar miles de razones teóricas o empíricas para cuestionar los efectos de una disminución de los impuestos al trabajo sobre el empleo. En economía nunca hay certezas. De allí la importancia de un conocimiento amplio de la literatura. Con el perdón de Daniel, me parece que sus comentarios adolecen de una clara falta de criterio, asociada, tal vez, a la falta de conocimiento de la literatura relevante.
Voy a ser un poco pedante (pido perdón de antemano) pero los ejercicios empíricos de Heckman y Pages (o el libro entero editado por ambos) sobre la asociación entre resultados de mercado laboral y restricciones en América Latina, los trabajos teóricos de Santiago Levy sobre los efectos nocivos de subsidiar la informalidad con impuestos al trabajo, los mismos trabajos de Jesús Botero para Colombia, además, por ejemplo, del último reporte el Banco Mundial sobre informalidad, señalan (no de manera definitiva pero sí convincente) la relevancia práctica de las ideas discutidas en la columna.
Siempre habrá razones para dudar. Pero la economía consiste no en enunciar las dudas sino en examinar su relevancia. Existe, en otras palabras, un grado correcto de escepticismo. El que duda de todo está tan desenfocado como el que traga entero.
En fin, yo sigo encontrando cierta contradicción en los reclamos de Daniel. Una insistencia en la evidencia sobre lo que dicen los demás y una preferencia por la especulación teórica propia.
Jaime Ruiz
10 octubre, 2007 at 8:33 pmDaniel, no sé si he dicho eso ya. Supongamos que cierta empresa es intensiva en mano de obra (por su actividad), de las ventas de esa empresa va más dinero al fisco que de las de una que contrate muy poca gente. Lo mismo si se trata de una empresa que da trabajo a personas calificadas, por ejemplo a cocineros de mucha categoría; la parte de sus ventas que iría al fisco sería mucho mayor que la de McDonalds (creo que un argumento antiimperialista tiene más resultado).
Pero es mucho peor: cada día que pasa la automatización avanza, a tal punto que yo temo que el dominio industrial chino puede caducar muy pronto si se desarrollan robots que reemplacen a los obreros (aunque produzcan muy barato y también usen robots, no tendrán que vender porque los países ricos optarán por lo propio); una fábrica que dé trabajo a 50 obreros pagará una parte mayor que una que use a 50 robots. Contratar gente se vuelve un pésimo negocio. (Creo que es el argumento de Alejandro.)
Anónimo 14:34, eso que usted dice sería mucho más difícil de aplicar porque implicaría poner a los asalariados a pagar servicios que ahora no pagan, es decir, porque implicaría hacer fuerza sobre una parte sensible de la sociedad. Lo de quitar los parafiscales puede tener menos impacto pero es más practicable. Si fuera por los costes en salud y pensiones también se podría pensar, ¿por qué no pagarlos con lo que sale del subsuelo? Es el tipo de razonamiento que siempre lleva a la conclusión de que lo mejor sería arrojar una bomba de neutrones y empezar con gente menos torcida.
Alejandro Gaviria
10 octubre, 2007 at 8:35 pmHay un reclamo justificado. Más que reclamo lo podríamos llamar una falencia epistemológica. Los economistas no tenemos buenas herramientas para medir los efectos del tema en cuestión. Pero sí podemos, hacer algunas predicciones informadas sobre el signo de los efectos. Algunos modelos han mostrado que la reducción de los parafiscales crearía hasta medio millón de empleos directos pero las dudas son muchas. Dudas sobre la cifra exacta, creo yo, no sobre el sentido de los efectos.
Alejandro Gaviria
10 octubre, 2007 at 8:42 pmJaime: pagar una parte de las pensiones con las regalias es una buena idea. Fue recientemente implementada de manera bastante innovadora en Chile. El tema de la salud es distinto pues requiere un flujo presente y estable de recursos.
Insito en un tema. Lo que se propone no es sólo una eliminación de los parafiscales, sino un cambio radical en la financiación de la inversión social. Desde la Ley 100 de 1993, los impuestos al trabajo se convirtieron en la principal fuente de recursos para la inversión social: subsidios a los informales pagados con el empleo formal. Esta situación, reitero, parece haber creado una trampa de informalidad.
Daniel Vaughan
10 octubre, 2007 at 8:43 pmAlejandro,
Por supuesto que la evidencia empírica es importante, pero de pronto es necesaria más evidencia empírica, no cree? Yo estoy proponiendo unas hipótesis, y tal vez, esa evidencia que existe no las está contrastando. No dudo que hay un montón de trabajos teóricos sofisticados, y un montón de trabajos empíricos igualmente sofisticados. ¿Es esto suficiente para descalificar mis argumentos? Tal vez, tocaría mirarlos uno a uno. Pero por experiencia personal, yo sería un poco más conservador en esa afirmación: los modelos teóricos no son más que una formalización de la intuición y la robustez de los resultados empíricos puede no ser la mejor.
En fin, su comentario es cierto. Yo no estoy diciendo que las hipótesis no sean ciertas. Sencillamente estoy dando argumentos, teóricos, que tal vez valga la pena analizar antes de sugerir una reforma como la que algunos están sugiriendo. No dudo que muchas de las reformas anteriores también estaban sustentadas en trabajos empíricos y teóricos tremendamente técnicos. Pero usted bien sabe que algunas de esas reformas no han tenido los efectos esperados.
DV
Alejandro Gaviria
10 octubre, 2007 at 9:21 pmDaniel: Como nunca vamos a tener pruebas empíricas definitivas, toca echar mano de la evidencia existente. Toca relajar los estándares de prueba. Toca tomar decisiones y plantear reformas con base en lo que hay. Y lo que hay, tomado en conjunto, sugiere, en mi opinión, que una reducción de los impuestos al trabajo sería benéfica en términos sociales.
Sus dudas son razonables. Pero le hago una pregunta. Si estuviera en el Congreso y le tocara votar por una eliminación de los parafiscales, ¿que haría?
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 3:35 pmAlejandro,
Tenemos una intuición de los beneficios de la reforma. ¿Cuáles son los costos? La propuesta es reemplazar los parafiscales por qué otro instrumento? ¿Cuáles son los efectos esperados de la reforma?
DV
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 4:06 pmMás preguntas: suponga que la economía efectivamente se está recalentando, como el Banco de la República ha sugerido en numerosas ocasiones. Dicho de otra manera, las firmas están operando cerca del máximo de la capacidad instalada. Si esto es verdad (datos de Fedesarrollo así lo sugieren), la única forma para aumentar el empleo es expandiendo la capacidad instalada.
La Comisión Independiente de Gasto propuso (en el último párrafo) quitar los parafiscales y financiar los programas que se nutren de estos recursos eliminando las excenciones al capital. La intuición es sencilla nuevamente: si quitamos las excenciones y quitamos los parafiscales, el precio relativo del trabajo se reduce (relativo al trabajo), así que contratar trabajo (formal? con cuál definición?) es relativamente más barato: conclusión, las firmas sustituirán capital por trabajo. Es lo que dice el libro de texto, y por supuesto, asume cierto grado de sustituibilidad (si se produce con proporciones fijas, por ejemplo, la recomendación es absurda).
Si las firmas están cerca de su máxima capacidad, ¿cuál es el efecto de la reforma? Probablemente no el que la Comisión sugiere.
DV
pd. ¿Cuáles han sido los efectos de las excenciones sobre la inversión? Este dato es importantísimo en esta discusión: si la inversión privada ha aumentado, quitarlas excenciones puede generar efectos totalmente opuestos a los que se esperan.
Apelaez
11 octubre, 2007 at 4:14 pmDaniel, se cerró la votación y usted no emitio un voto.
Es que es bonito dudar y dudar y recontradudar cuando uno no es el que esta tomando las decisiones.
Creo que eso es lo que tanto le critican a los academicos.
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 4:36 pmApelaez,
Un voto desinformado es más irresponsable que una abstención desinformada. Acá no estamos hablando del placer que genera participar en la votación. Estamos hablando de reformas que pueden tener un impacto significativo, y el análisis tiene que ser un poco más profundo que el que sugiere un libro de texto.
DV
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 4:39 pmApelaez,
Usted ha repetido en varias ocasiones que a los académicos le critican cosas. ¿Quiénes hacen esas críticas? ¿Usted dónde las ha oido?
Por acá, las únicas críticas que he oido son las suyas y las de Jaime, pero las de este último tiene que ver con una generalización absurda (académicos=FARC, o algo parecido). La suya parece ser una crítica más personal que generalizada. Si nos puede dar más información sobre esto podríamos discutirlo un poco más.
DV
eureka
11 octubre, 2007 at 4:47 pmHaciendo un break en la discusión de los parafiscales. ¿Vieron lo contento que estaba ayer el presidente en Bogotá repartiendo los subsidios de Familias en Acción?¿Recuerdan las inmensas filas?. La cereza del helado es la entrevista a los beneficiados diciendo que bueno que les den algo pero es que ellos necesitan más…….
Apelaez
11 octubre, 2007 at 4:54 pmA mi me parece tambien importante tomar las decisiones de la manera mas informada posible. Pero cuando usted esta ejecutando, la información es incompleta y el tiempo es corto. Se tienen que tomar decisiones y no es posible simplemente salir con que no esta suficientemente ilustrado.
Bajo ese parámetro, si usted fuera congresista, simplemente no haria nada. Pero a pesar de su falta de acción, la decisión se tomaría con su voto o sin su voto.
En los cargos ejecutivos se le paga a la gente para que decida, no para que dude y dude y dude. Si usted fuera ministro, por ejemplo, lo habrían votado hace rato por su falta de decisión (o su miedo a decidir).
eureka
11 octubre, 2007 at 4:58 pmDaniel, me sorprende que no hay escuchado críticas a los académicos ¿a trabajado en alguna empresa privada o solamente se ha dedicado a estudiar con un break en Planeación?. En el mundo privado siempre se acusa a los académicos de no ser oportunos con sus recomendaciones o de dilatarlas hasta más no poder, tratando de encontrar evidencia suficiente.
Sobre la abstención informada o el voto activo, es una buena guí ética para congresistas, pero ¿cuál cree usted que la aplica? Maía Isabel Urrutia, Martha Lucía Ramírez, los para políticos?.
Apelaez
11 octubre, 2007 at 5:01 pmSobre los academicos, pues hay de todo. Los que estan dedicados completamente a su ciencia y a enseñar, los que interactuan con el sector privado, los que tienen en la U un baluarte para ejercer sus jodas políticas, los que entran y salen de la academia al gobierno y viceversa.
Supongo que tambien son muy diferentes de universidad a universidad y aun de facultad a facultad, así que no podría hacer un juicio global de ellos.
Mi crítica es para aquellos revolucionarios de salón que se escudan en la universidad para hacer política sin ningún contacto con la realidad, pero bueno ese tema me parece una ladilla y Jaime ha dado lata y recontra lata con eso
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 5:06 pmApelaez,
Tal vez la decisión no se tomaría: lo que yo estoy haciendo en esta discusión es precisamente poner en discusión los supuestos que están detrás de las recomendaciones de los expertos.
A usted esto le parece innecesario. Para usted las intuiciones que tiene son suficientes. Yo le estoy dando ejemplos claros de por qué las intuiciones que tiene no sólo no son convincentes sino que puede tener los efectos contrarios. Pero la crítica no va para usted: usted no es un experto y no se espera eso de usted.
Y bueno, ese es uno de los papeles de la academia. El ejemplo de los cargos directivos, o el ministerio, es malo precisamente por eso. Las restricciones de tiempo no son nuestra preocupación. Nuestra preocupación es entender un fenómeno y hacer recomendaciones. De hecho, como los efectos de las recomendaciones pueden tener efectos sociales importantes, lo responsable es no tomar decisiones bajo presión. Lo responsable es hacer recomendaciones informadas, y lo que usted está presenciando acá es eso: una discusión académica.
DV
ps. Nos queda debiendo las críticas a los académicos.
Luis Ernesto
11 octubre, 2007 at 5:11 pmDaniel, es la misma crítica que usted pone en un documento en Webpondo. La academia dice y dice; y al final no hace nada. (Claro, sin el cuento de ponernos a investigar lo que investigan en Alemania).
Por otro lado, si usted va a meter al Republica en esto, por el cuento del recalentamiento, dejeme le recuerdo algo.
El Banco, con su cuento de recalentamiento, trabaja en el corto y mediano plazo. En cambio, cuando uno le mete la mano a la legislacion laboral, trabaja en el mediano y largo plazo. Sería muy tonto cambiar el CST para mejorar una situación coyuntural, y de paso políticamente tan costosa, que habría que ser muy miope para meterse en tal lío.
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 5:32 pmLuis Ernesto,
Esa no es la crítica que yo hago de la academia.
Sobre lo otro, no importa para qué usa el Banco los datos sobre capacidad instalada. Lo que importa es ver si esos mismos datos nos permiten tomar una decisión más informada a nosotros en el tema que nos preocupa, que por supuesto tiene que ver tanto con el corto plazo (50% de informalidad y 12% de desempleo, mientras que la economía crece al 7%!) como con el largo plazo.
Lo que estoy discutiendo en este momento es la propuesta de la Comisión: sustituya trabajo por capital. En el largo plazo esto no tiene sentido (y en el corto tampoco): en lo que los economistas llamamos el «largo plazo» hacemos referencia a restricciones tecnológicas, así que uno, en lugar de quitar los incentivos a invertir debería aumentarlos. Las restricciones tecnológicas afectan (en cualquier plazo, y por eso es importante los datos de capacidad instalada) las decisiones de contratar o no contrar personas: si tengo un exceso de capacidad instalada, puedo aumentar mi producción (jalonada por una mayor demanda) sin necesidad de contratar más gente o invertir.
Así que si queremos seguir financiando los programas que se benefician con los aportes parafiscales, probablemente es mejor buscar otro tipo de instrumento sustituto. De todas formas cualquier sustituto va a generar efectos negativos pues operará como un impuesto. Lo que toca hacer entonces es ver cuál instrumento genera el efecto mayor efecto neto.
DV
Alejandro Gaviria
11 octubre, 2007 at 5:49 pmVa una explicación breve de mi voto por la eliminación de los impuestos al trabajo y de los subsidios al capital.
Mi voto recoge el escepticismo de la profesión con (i) el supply-side economics y (ii) la política social financiada con impuestos al trabajo
Yo creo que la reforma planteada puede contribuir efectivamente a la generación de empleo (en el mediano plazo). En Colombia, los impuestos al trabajo son los mayores de toda América Latina y la tasa de desempleo es también una de las más altas. Seguramente ambos hechos están relacionados. El status-quo no es bueno. Lo que justifica el ímpetu reformista.
El efecto de las exenciones a la inversión es muy difícil de estimar. Sólo he leído un artículo que encuentra efectos positivos: hace referencia a una reforma similar implantada en Chile durante los años ochenta. Pero los autores señalan que este tipo de reformas sólo funcionan de manera transitoria y en circunstancias muy especiales. Los subsidios permanentes a la inversión son, según la mayoría de la evidencia, inconvenientes o irrelevantes. Estos pudieron haber tenido alguna justificación hace tres años. Pero ya no la tienen.
Alejandro Gaviria
11 octubre, 2007 at 6:23 pmCambio de tema:
Uno de las dos entradas que inauguraron este blog citaba extensamente a Doris Lessing, premiada hoy con el Nóbel de literatura.
Dos opiniones contradictorias sobre el Che: Che 1 y Che 2 .
Jaime Ruiz
11 octubre, 2007 at 7:04 pmMe temía que el enlace de Cromos era el texto de Alberto Aguirre pero algo no funciona en el enlace, hay que escribir simplemente http://www.cromos.com.co y después buscarlo en Columnistas. Cuando Alberto Aguirre escribe algo con sentido, es la más tediosa rutina ñángara, no debería pelearse con él (quien se ha entretenido leyendo literatura clásica recordará esas situaciones desesperadas en que el héroe busca a alguien que le dé una paliza a un ofensor de rango inferior, no porque tenga miedo de dársela él sino porque su prestigio se echaría a perder). Lo chistoso es la cita de Saramago, ese hombre definitivamente es prodigioso, visto que la literatura portuguesa no tiene público él se hace portavoz del fenecido comunismo y vende libros por montones. Pero es brillante, por ejemplo esa cita sobre el Che, tan cargada de lirismo, sólo es la traducción de lo que dice Jung sobre Jesucristo. Pero su público no conoce a Jung y eso permite el milagro.
Para ser sincero creo que el mito del Che no se analiza seriamente en esos artículos, ni en ninguna parte que yo conozca. Por ejemplo hay muchas biografías y muchas citas de sus dichos y siempre sale un comunista de clase alta sin mayor relieve intelectual. Lo que hay que estudiar no es lo que hizo o dijo Guevara, sino lo que despierta admiración y apego en él, y la cita de Saramago es muy ilustrativa. En el fondo de cada persona hay un Che, un hombre sin envidia (léase, de estrato 6) y sin interés (léase, entregado del todo a su ambición: un militar venezolano entrevistado en una ocasión decía que Chávez nunca había ahorrado, que se gastaba todo el sueldo. No es alguien que esté pensando en comprarse un apartamento sino en aparecer en los libros de historia) y sin remilgos para atreverse a odiar y a matar a quien se le oponga.
Pero en fin: para alcanzar el rango de héroe mítico falta algo más que ambición y determinación, al igual que con el Buda, falta arraigo en el bienestar. Cuando se piensa en el puro contexto colombiano y en el prestigio y poder de Carlos Pizarro, sale esa misma condición, que se manifiesta en la apostura física. El Che es lo que fácilmente quiere ser cualquiera de los que lamentan todos los días tener que pagar la hipoteca del apartamento y aprenderse montones de datos odiosos para aprobar el examen. Su disposición a matar y morir es como una plenitud primitiva, y en ese sentido el Che que todos llevamos dentro es como una nostalgia trufada con un sueño (los admiradores no son en especial la aristocracia).
Un detalle curioso, me puse a buscar en la wikipedia datos sobre el líder del ERP argentino, Julio Roberto Santucho, y al ver la foto me encontré con un tipo que podría competir en apostura con Guevara y Pizarro. Muy curioso. Pero vuelvo a pensar en el Buda que no sufrió y me parece inevitable la asociación, el Che es el Buda de un mundo brutal que está muy lejos de desaprobar realmente la violencia. Seguro que en Japón y en China no es un ídolo de las clases altas y sólo será considerado un endemismo bárbaro.
Bueno, en el budismo la única esencia de los seres es que son en potencia el Buda (por las reencarnaciones). El Che que los saramaguianos llevan dentro es una potencialidad semejante, pero el anhelo secreto no es no sufrir, sino hacer sufrir.
Jaime Ruiz
11 octubre, 2007 at 7:11 pmDaniel: «Académicos = FARC». Realmente usted sí puede prescindir de leer literatura, su comprensión de lectura le permite esa economía.
Anónimo
11 octubre, 2007 at 7:31 pmEsto dice The Guardian sobre Lessing:
In recent years, Lessing has certainly moved away from the feminism and social realism for which she was celebrated in the 1960s and 70s, both in ideological and literary terms. Her latest novel, The Cleft (2007), a pre-historical fable which depicts women as slothful and complacent and men as adventurous innovators, was greeted with horror by sections of her fan base, while its critical reception was decidedly mixed. She herself, however, has made no secret of her desire to distance herself from the iconic status she acquired after the publication of The Golden Notebook, which she has described in the past as her «albatross». Her appearance at the 2001 Edinburgh festival, in which she criticised elements of 21st-century feminist culture as «lazy and insidious» and claimed to be «increasingly shocked at the unthinking and automatic rubbishing of men which is now so part of our culture», caused uproar .
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 7:46 pmJaime,
Era sólo para «picarlo», y cayó. Usted sabe que es de cariño.
DV
Apelaez
11 octubre, 2007 at 8:00 pmDaniel, perdón, se me olvidaba que usted es tan crítico, que solo piensa «out of the box», mucho pensamiento lateral y todo eso.
En ultimas, nos quedamos sin su voto. Eso es lo que se le critica a la academia, que mucho pensamiento lateral y a la hora del te, nada.
Apelaez
11 octubre, 2007 at 8:17 pmIF THERE is a lesson to be learned from Che Guevara, it is that revolutionaries are well advised to die young lest they make fools of themselves.
Anónimo
11 octubre, 2007 at 8:58 pmY eso fue lo que dijo Jung de Jesucristo?
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 9:03 pmBueno, sobre el Ché hay cosas más interesantes… ando leyéndome un libro que habla sobre cómo fue la persona detrás de la insistencia por incentivos morales en lugar de incentivos materiales. A quien le interese, el libro es:
The Theory of Moral Incentives in Cuba, escrito por Robert Bernardo. Es un libro viejo.
DV
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 9:08 pmApelaez,
Ya tiene mi voto: si me toca votar sin información, voto en contra de la reforma. Es lo responsable. Si fuera un juego de niños, votaría a favor de la reforma. Pero como los efectos sociales pueden ser grandes, lo responsable es estudiar más el problema. En temas sociales, parece aplicar la regla «es mejor malo conocido que bueno por conocer».
Usted, por supuesto, votaría a favor, y está bien… pero mi profesión me da una responsabilidad mucho mayor. De usted no espero un voto informado, pero de mi tiene que esperarlo y exigirlo además.
DV
Apelaez
11 octubre, 2007 at 9:26 pmDaniel, no lo entiendo.
Usted ha señalado una cantidad de dudas sobre eliminar los parafiscales. En resumidas cuentas, dice que, según sus elucubraciones, eliminarlos no serviría para nada.
Eliminarlos, por el contrario, podría eventualmente generar empleo formal (lo dicen «los expertos» y usted, lamento decirlo, no es uno de ellos).
Entonces, porque debería uno abstenerse de intentar una medida que probablemente genere empleo y en el peor de los casos sólo beneficie a los empleadores?
¿Porque es mejor seguir con el sistema actual que intentar uno diferente?
Yo lo que noto es, como siempre, que a usted le gusta es llevar la contraria porque si, y disfrazar su desconocimiento del tema, en una falsa duda. Una especie de vanidad de pseudo-academico.
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 9:42 pmApelaez,
Esperaba esta respuesta. Su vida será más fácil si le cree a los expertos, así que sígalo haciendo. Es más fácil que los demás tomen decisiones por uno.
DV
Apelaez
11 octubre, 2007 at 9:49 pmPreferible que las tomen a que se queden esperando a que san pedro agache el dedo
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 9:53 pm¿Así sean malas decisiones? ¿O todas las decisiones que toman «los expertos» son buenas?
Se le olvida el por qué de las decisiones: uno pretende lograr un objetivo. Así que su preferencia por el acto en sí es tonta: la preferencia debe ser por el resultado de la misma.
DV
Alejandro Gaviria
11 octubre, 2007 at 10:13 pmLo yo puedo inferir de la respuesta de Daniel es un profundo conservatismo (al menos, en este tema). Daniel le impone al reformador una carga de la prueba imposible. Me temo que hay cierta incoherencia en su posición pues los estándares de prueba para las ideas o propuestas propias parecen bastante menores.
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 10:24 pmAlejandro,
Los estándares de prueba dependen de los efectos. Digamos, por ponerlo de manera pedante, que los estándares dependen del rango (máximo-mínimo) de los efectos. Puede que el rango de esta reforma sea mínimo así que «no hay nada que perder». Puede que no. Y ustedes, los expertos, no nos han hablado de esto. ¿Lo han pensado? Por el último párrafo del documento de la Comisión Independiente, prefiero pensar que no lo han pensado (dicho de otra manera, prefiero pensar que «se les pasó por alto»… si no, en manos de quién estamos?).
Y no se trata de carga de prueba imposible para el reformador. No es una responsabilidad del reformador sino del experto: si decido A, qué es lo mejor y qué es lo peor que puede pasar?
Digámoslo de otra manera un poco pedante: ser experto significa dos cosas. Una, saber de lo que se está hablando, la teoría. Un experto tiene que tener en la cabeza cuáles son las mejores y peores escenarios de la reforma. Esto es teoría pura. Pero el verdadero filtro del experto es el segundo componente: ¿Qué probabilidades le asigna a cada uno, y por qué?
DV
Apelaez
11 octubre, 2007 at 10:28 pmDaniel: Usted se considera un experto?
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 10:35 pmApelaez,
Por supuesto que no. Pero creo que tengo el conocimiento suficiente para discutir con propiedad y sensatez este tema. ¿Usted cree lo mismo de usted?
DV
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 10:39 pmApelaez,
Dado que ya sugería dos propiedades que un experto debe tener déjeme responder de manera más precisa. Considero que cumplo con la primera propiedad: el conocimiento teórico. Pero esta propiedad es fácil de adquierir pues sólo se necesita estudio. La segunda es más compleja pues exige conocimiento de los datos, y aunque yo leo mucho de estos temas, ni estoy actualizando mi lectura ni tengo una familiaridad profunda con los datos (el «feeling» que llaman por ahí).
DV
Apelaez
11 octubre, 2007 at 10:40 pmYo no, yo creo que mis comentarios son completamente insensatos y desinformados. Opinología pura y dura.
Apelaez
11 octubre, 2007 at 10:42 pmno tengo ni conocimiento teorico, ni conocimiento sobre los datos. Ergo, o me pongo a estudiar un doctorado o confio en los expertos.
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 10:46 pmApelaez, por primera vez en esta discusión (129 comentarios han pasado) estoy totalmente de acuerdo con usted.
DV
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 10:48 pmEl problema es cómo define usted un experto. La definición de experto depende, necesariamente del conocimiento que uno tenga. La suya puede ser una definición brusca porque, como usted sugiere, no tiene ni idea del tema. ¿No cree? ¿Cómo entra uno a calificar quién es un experto sin saber?
DV
pd. De hecho, le confieso una cosa. A medida que uno «crece», o escala esa «pirámide de conocimiento» se da cuento que no hay tal cosa como los expertos. Es como creer en el Niño Dios, si quiere.
Apelaez
11 octubre, 2007 at 10:52 pmPor el «signaling» como usted decia. Yo le creo mas a alguien que ha ocupado cargos importantes, que tiene un cartón de una universidad reconocida, que ha publicado, etc. A contrario sensu, no le creo de a mucho a alguien que no tiene mucho que mostrar.
Apelaez
11 octubre, 2007 at 10:54 pmlas vainas de la asimetria de la información
Daniel Vaughan
11 octubre, 2007 at 11:04 pmApelaez,
Bueno, pero ha aprendido algo, no? Se le olvidó leer que la asimetría de la información genera resultados ineficientes.
Esa parte parece ser importante en su ejemplo. Pero no se preocupe, un paso a la vez.
DV
Apelaez
11 octubre, 2007 at 11:06 pmSi, de acuerdo, produce resultados ineficientes, pero como es que era, lo otro solo funciona en teoria?
Apelaez
11 octubre, 2007 at 11:09 pm«solo en teoria»
Anónimo
12 octubre, 2007 at 2:01 amDaniel, si a un experto «se le paso algo por alto», no podria llegar una a pensar que tiene una intención, la cual no entro a valorar…por que si un experto deja de lado u omite algo en su presentación, pasa a la condiición de lo que apelaez llama con gran atino: opinologo, como el mismo, como yo, como los gerentes del Dane, como jaimito, como los profesores universitarios(algunos)
CarlosH
12 octubre, 2007 at 2:52 am«Su vida será más fácil si le cree a los expertos, así que sígalo haciendo. Es más fácil que los demás tomen decisiones por uno».
Daniel: Uno no puede aspirar a saber de todo en la vida. No alcanzan ni el tiempo ni los recursos; y uno se queda sin tomar las decisiones.
Daniel Vaughan
12 octubre, 2007 at 3:50 amCarlosh,
Existe otra posibilidad. Usted toma sus decisiones y se hace responsable de ellas. Toda decisión tiene sus riesgos, y para toda decisión hay algún «experto» que lo puede aconsejar. En algunos casos es aconsejable consultar a los especialistas (en los casos donde la pérdida puede ser muy grande por ejemplo, como con un médico o un consejero financiero) pero en otros— la gran mayoría— uno decide tomar el riesgo por uno mismo. A eso me refería con ese comentario.
DV
CarlosH
12 octubre, 2007 at 4:25 amDaniel, pero es que la discusión era sobre los parafiscales… si la persistente tasa de desempleo no le parece una perdida muy grande…
Anónimo
12 octubre, 2007 at 11:35 am«Por decirlo de una manera pedante» en una aclaración que sobra completamente, viniendo de Daniel.
Lanark
12 octubre, 2007 at 12:04 pmMe perdonarán que no meta baza en la discusión entre Daniel, Apeláez y el mismo Alejandro Gaviria sobre los parafiscales y otros factores en el manejo macroeconómico del empleo, pero es que de eso no se gran cosa, y hay algo que capturó mi atención irresistiblemente.
Yo como que debería renunciar, porque el trabajo me está privando de cosas como leer rápido la perla jungiana-budista de Jaime, del che como encarnación del Buda. Un verdadero reto a todos esos posmodernos confundidos que mezclan a Jung, a Buda, a Wittgenstein y a todo el que se les atraviece bajo la premisa de que «todo vale». Realmente le da lustre a ese faro de la confusión que es Barcelona.
Creo que ese comentario lo voy a imprimir, enmarcar, y pegar en mi cuarto. Parece que la ignorancia de Jung, realmente produce milagros, como él dice.
No tengo el menor interés en explicar las posibles definciencias en la comprensión que se pueda lograr de Jung o del Budismo estudiando la enciclopedia Encarta de la A a la Z. Y más, estudiándola mientras se vive en un bunker de paranoia que sólo permite leer otras cosas en busca de personajes ñángaras con los cuales comparar a los eventuales contradictores. Pero no puedo menos que comentar las partes más hilarantes del comentario.
Es muy interesante este personaje que lee a Mann, a Borges, a Saramago, y a todos los del canon del bachillerato colombiano, sin una menor apreciación del valor literario (excepto para enriquecer el banco de ejemplos gramáticos), sino con el mismo morbo con que se leen crónicas judiciales para conocer personajes repugnantes.
Lo primero que comentaré, es lo de el «héroe mítico». Ese es un arquetipo que Jung pensó omnipresente en las narraciones de todas las culturas, el más importante de todos los mitos. Es una especie de elemento del sistema operativo humano, que permite entender algo la manera cómo se estructuran los mitos. Pero como la palabra «héroe» tiene implicaciones valorativas, brinca nuestro Jaime, a decir que el Che Guevara no es heroe, y que lo que pasa es que nadie ha estudiado a Jung en la Encarta como él. Y menos Saramago, que es un completo ignorante, porque ¿cómo puede ser ñángara sin ser ignorante?
Dice Jaime que en ninguna parte se ha hecho un análisis serio del mito del Che (en diversas universidades del mundo deben reposar los resultados de cientos de análisis no-serios). Por eso, él nos regala un análisis serio, que comentaré por pedazos:
«En el fondo de cada persona hay un Che, un hombre sin envidia (léase, de estrato 6)»
Cuando leamos menciones al Estrato en los comentarios de Jaime, estará aludiendo a una escala de la envidia. 1 para envidia máxima, y 6 para nada de envidia.
«sin interés (léase, entregado del todo a su ambición: un militar venezolano entrevistado en una ocasión decía que Chávez nunca había ahorrado, que se gastaba todo el sueldo. No es alguien que esté pensando en comprarse un apartamento sino en aparecer en los libros de historia)»
Voy a tomarme una de esas licencias que Jaime describe como «comprensión de lectura deficiente» y que él se toma todo el tiempo. «interés» se refiere al interés de los ahorros, el que le preocupa a la gente buena, que se preocupa más del estado de su cuenta que de valores abstractos como la trascendencia histórica, o algún otro ideal.
«y sin remilgos para atreverse a odiar y a matar a quien se le oponga»
No como Jaime, que no odia a nadie. Eso sí, Jaime no ha matado a nadie, asumimos, y se la pasa diciendo que se opone a los asesinatos, para después definir asesinato como la fe en la bondad de un régimen estatista. No como el exterminio de la Unión Patríotica: esos fueron ajustes de cuentas entre narcotraficantes, que podemos comenzar a decir que no ocurrieron cuando haya suficientemente pocos ñángaras.
eureka
12 octubre, 2007 at 3:02 pmDaniel: ¿cómo votaría usted la aprobación del TLC?.
Si hay que demostrarle, sin lugar a ninguna duda, que todo lo que se va a hacer da resultados muy buenos seguramente no se haría nada.
Apelaez
12 octubre, 2007 at 3:34 pmComo votaria la ley de justicia y paz? Como votaría la reforma tributaria? Como votaría el aumento de penas para violadores? Como votaria???
Creo que no votaría, asi que si algun dia se lanza a un puesto de elección popular, deberiamos hacer lo mismo, no votar
Daniel Vaughan
12 octubre, 2007 at 4:48 pmEureka,
La respuesta (rápida) con el TLC es más fácil:
Los vecinos (los centroamericanos), con los que competimos en el mercado de EEUU (nuestro principal socio comercial) negociaron y están firmando acuerdos de libre comercio con EEUU. Eso significa que, si se acaba ATPDEA (e incluso en sectores que están por fuera del ATPDEA)— que es un tratado temporal y unilateral que los gringos nos dan «como premio por nuestra lucha contra el narcotráfico», vamos a quedar en desventaja compitiendo con nuestro principal socio comercial. Eso no es bueno, y es el principal incentivo para firmar el TLC. Por razones estratégicas toca hacerlo.
Lo que yo discuto son los beneficios que nos tratan de vender: acá no va a haber «ganancias dinámicas» por el libre comercio, como el Ministro Arias ha dicho, de manera ingenua o hábil, dependiendo de la intencionalidad. La firma del TLC se debe hacer porque de no hacerlo perdemos: tenemos un limitadísimo poder de negociación (que ya de hecho era inexistente si los centroamericanos no firmaban). Pero no es claro que vayamos a ganar mucho. Los beneficios teóricos del libre comercio dependen de una cantidad de supuesto que no se cumplen en realidad.
DV
pd. Apelaez, yo por principio, no voto bajo presión, y su actitud es precisamente esa. Bastante infantil de su parte, aunque totalmente predecible.
Daniel Vaughan
12 octubre, 2007 at 5:41 pmApelaez,
Usted me puso a pensar en algo que mencioné hace un par de semanas: ¿Qué responsabilidades confiere el derecho al voto? ¿Por qué no dejamos votar a niños y a miembros de las FFMM?
La respuesta, sin lugar a dudas, parece ser que el voto de niños y soldados se puede manipular fácilmente: los niños votan por desconocimiento, y los soldados pueden votar por miedo al castigo de sus superiores.
¿No está operando el mismo problema con su voto? ¿Deberíamos, para ser consistentes con los niños por lo menos, quitarle su derecho al voto? Su voto es igual de desinformado que el de un niño, y es igual de manipulable: consiga un experto y listo.
Vale la pena pensar un poco más sobre esto.
DV
Anónimo
12 octubre, 2007 at 6:34 pmLas FFMM no deben votar xq se supone que deben mantenerse neutrales a cualquier bando político, pues tienen el monopolio del uso de la fuerza.
Daniel Vaughan
12 octubre, 2007 at 6:48 pmAnónimo,
Un paso a la vez: la pregunta es por qué podrían no hacerlo? Digo, por qué podrían no ser neutrales? La respuesta es obvia, pero me imagino que usted no prestó (o ha prestado) servicio. El voto de las FFMM puede manipularse fácilmente.
DV
Jaime Ruiz
12 octubre, 2007 at 8:40 pmDaniel responde del siguiente modo a la cuestión de la parafiscalidad y en general de los impuestos al trabajo: no se puede decidir nada sin haber probado con diferentes estudios de expertos los efectos de lo que se decida, pero no se puede confiar en los expertos. Eso sólo se resuelve siendo uno experto y los demás tienen que aceptarlo, sobre todo cuando es un experto que duda. Pero cuando se demuestra que su «experticia» no es lo que se dice la más completa sobre el tema, entonces le parece que hay siempre un derecho a disentir y a proyectar otras ideas…
Pero yo sinceramente creo que ante algo como la idea de gravar la nómina no hace falta más que un poquito de sentido común, que basta con ver que eso no se ha puesto en práctica en ninguna parte, que los demás economistas coinciden mayoritariamente respecto a la deseabilidad de suprimir esos impuestos, que difícilmente se va a ayudar a dar trabajo cuando hay que pagar mucho más que los salarios…
Lo que va quedando claro es que el hecho anómalo empieza a ser en la concepción de Daniel la idea de quitar los parafiscales, como si éstos no fueran remedios a otros problemas y no un complemento natural de la vida laboral. Es como si en alguna parte se curara alguna enfermedad dándole un garrotazo en la pantorrilla a los enfermos y alguien propusiera suprimir ese tratamiento. De estar Daniel en esa situación aconsejaría una serie de estudios muy concienzudos para tomar la decisión. La parafiscalidad es una forma de trasladar recursos del mundo productivo al de la politiquería y la imaginación en el poder, todo el mundo entiende que dejando esos recursos en el mundo productivo va a haber más aprecio del trabajo.
(Lanark, su comprensión de lectura es tan apreciable como su comprensión del mundo: ¿en dónde digo que Saramago desconozca a Jung? ¿De qué héroe habla? Yo mencioné alguna alusión de Jung a la presencia de una figura mítica que hay en el fondo de la psique y que él relaciona con Jesucristo, nada de «héroes». No creo que usted haya leído sobre Jung ni siquiera lo que diga la Encarta, pero si lo conociera un poco le parecería otro Nietzsche, un personalista que no hace pases a los otros jugadores.
Acerca de odiar, la verdad es que me indigna y me llena de rabia en el corazón que castren gente para que entes como usted tengan bien financiada la beca para estudiar budismo con práctica incluida. Y las muertes de miembros del PCC alias Unión Patriótica no fueron resultado de las ideas liberales, sino objetivamente un ajuste de cuentas entre narcotraficantes, por mucho que entre los responsables hubiera uniformados de graduación más alta que el mismo Lenin. Pero es algo que usted no puede concebir pues por una parte dice que las FARC son apolíticas mientras que las águilas negras no lo son, y por la otra opera según la misma lógica de sus afines ideológicos de equinoXio, a los que apoya, que en cuanto se ven confrontados reaccionan borrando blogs y profiriendo amenazas de muerte. La práctica incluida del budismo de todos modos sirve un poco para descrestar.)
Aparte: Hitchens tenía razón, ahora es muy probable que Gore se lance de candidato demócrata. Lo difícil es que gane, pero si gana las FARC tendrán grandes oportunidades de tomar el poder en Colombia. Naturalmente eso les parecerá paranoico, como si alguien hubiera anunciado lo que pasaría en Camboya después de la retirada norteamericana de la región en 1975. Todavía están festejándolo, todavía el odio a Pinochet es mil veces mayor que a Pol Pot, quizá por haber matado mil veces menos gente.
Jaime Ruiz
12 octubre, 2007 at 8:42 pmAh, Daniel, en todo el mundo democrático los militares votan. Sólo en Colombia no pueden votar, sin duda eso tiene que ver con el hecho de que matarlos sea legal.
Daniel Vaughan
12 octubre, 2007 at 9:06 pmJaime,
Los estudios hablan de los beneficios esperados, y Alejandro (y otros expertos, tal vez la mayoría) asigna una probabilidad alta al éxito de la reforma gracias a estos estudios. Yo pongo en duda la validez de los estudios para la pregunta en cuestión y segundo, la inexistente discusión teórica y empírica de los efectos del cambio de instrumento (ej. parafiscales por impuestos al consumo?).
Usted lo puede llamar como quiera, yo lo llamo un análisis completo, y por lo tanto, un análisis responsable.
Sobre el uso del sentido común, bueno, si de sentido común se trata varios posts arriba encuentra discusiones teóricas de por qué el sentido común puede fallar. Esa es la discusión relevante: si hay hipótesis contrarias, cuál es la que se acerca más a la realidad?
Sobre la homogenización de políticas y de expertos (reformas similares en diferentes países, y lo que la «mayoría de economistas» cree), no es difícil ver que lo segundo implica lo primero. Así que la pregunta obvia es: ¿Si la mayoría de economistas cree algo, debemos creerle? Y bueno, le respondo con un chiste: Dicen que la Economía es la única ciencia en donde se le da el Premio Nóbel a alguien un año, y al siguiente se le da a alguien que propuso algo totalmente contrario. Le dejo la inquietud para que mire si esto es cierto o no.
DV
pd. ¿En qué cambia que en todas partes los militares voten? Yo estoy discutiendo las razones por las que no votan en Colombia, y pongo esto como ejemplo, y el de los menores de edad, para sugerir una discusión más profunda sobre quién debe votar y la responsabilidad del derecho.
Anónimo
12 octubre, 2007 at 9:38 pmAl Gore. Alguien puede decirme como se dice lagarto en ingles?
Apelaez
12 octubre, 2007 at 9:52 pmQue tiene que ver la Paz con ser uno ecologista??? Ese nobel se ha desnaturalizado completamente
Anónimo
12 octubre, 2007 at 9:52 pmDV no le teme al ridículo. Es un mar de contradicciones. Le recomiendo usar su sentido crítico para revisar una basura de paper que escribió sobre los malos conocidos y por conocer.
Apelaez
12 octubre, 2007 at 9:54 pmTal vez solo deberian votar los que tienen doctorado o son candidatos a obtener uno.
Jaime Ruiz
12 octubre, 2007 at 10:27 pm¿Lagarto en inglés? ¿No será algorito? Perdón, no: es que me confundí con alligator.
Daniel Vaughan
12 octubre, 2007 at 11:20 pmAnónimo,
Lo invito a que, sin usar un lenguaje violento como el que utiliza, me mande comentarios del paper. Puede ser un paper malo, pero la forma de mejorarlo (si es que tiene forma de mejorarse, es posible que no y efectivamente toque botarlo a la basura) es haciendo una crítica argumentada.
Me preocupa el anonimato en este tipo de comentarios. Si se tuviera confianza como economista pondría la cara y me diría a la cara lo malo que es, y por qué es tan malo.
Eso por un lado. Por otro lado, la calidad del paper no tiene nada que ver con la calidad de mis comentarios acá. No he oido una sola respuesta que tenga sentido, ni siquiera de Alejandro. Como usted es tan buen economista, seguramente puede hacer críticas sobre esto, no? ¿Por qué le da miedo poner la cara? ¿Será que queda en vergüenza pública? No lo se. Si prefiere mándeme un mail: con sus comentarios. Seguro mejoro la calidad del mismo o por lo menos me convence que tal vez lo mío es la antropología o la psicología.
DV
Anónimo
13 octubre, 2007 at 12:52 amJR:
Que gracioso que el único candidato que haya propuesto el voto para los milicos haya sido Lucho Garzon. Pero su ignorancia es solo comparable a la fineza de su humor
Sergio
Alejandro Gaviria
13 octubre, 2007 at 3:00 amDaniel: yo también condeno la violencia verbal. Y comparto su molestia con las descalificaciones anónimas. Pero no creo que quepa decir que todos los comentarios carecen de sentido. No vale la pena, creo yo, responder a la grosería con intemperancia.
Jaime Ruiz
13 octubre, 2007 at 4:37 amTambi�n Carlos Caballero Arg�ez se ocupa del tema (el enlace est� bien por si alguien lee esto despu�s).