En 2004, a la mitad del primer período de Uribe, Santos estaba en la oposición o, al menos, en una posición incómoda, muy lejana del poder y sus encantos. Entonces todavía hacía parte del Partido Liberal. Y todavía creía que el partido de sus ancestros tenía posibilidades electorales, que se podía llegar a la presidencia enarbolando el trapo rojo. “Si el Partido Liberal vuelve a sus raíces sociales, poda su tronco de esquemas obsoletos y permite que surjan de su seno planteamientos audaces y soluciones novedosas para un país sumido en la pobreza, la desigualdad y la violencia, podrá sin duda convertirse de nuevo en el gran intérprete de las mayorías colombianas”, escribió a mediados de 2004.
Por aquella época, según relata el ex canciller Jaime Bermúdez en sus memorias (algo insípidas) del primer gobierno de Uribe, empezaron los coqueteos entre Santos y Uribe. Los primeros contactos no fueron espontáneos. Por el contrario, necesitaron de un componedor o celestino, hoy caído en desgracia. Cuenta Bermúdez que fue José Obdulio Gaviria (nadie más) quien primero le sugirió a Santos que se uniera a Uribe y apoyara la reelección. Si esta se aprueba, “se ubicaría en muy buena posición política y, en caso de no aprobarse, sería una persona que podría actuar en el panorama de la sucesión”, dice Bermúdez que le dijo José Obdulio al hoy presidente Santos. El celestino, cabe reconocerlo, hizo bien su trabajo.
Santos captó el mensaje, previó un camino cierto hacia la presidencia. Y lo recorrió más tarde con una paciencia casi maquiavélica. En 2005 ya se había convertido en el principal escudero de Uribe. Salió, por ejemplo, a contradecir a Alfonso López Michelsen cuando el ex presidente liberal llamó a cerrar filas en contra de la reelección. Fundó el partido de la U con el propósito único de apoyar la segunda candidatura de Uribe. Fue nombrado Ministro de Defensa. Esperó calladamente, con un servilismo sobreactuado, el fracaso (más o menos cierto) del segundo embate reeleccionista. Y finalmente fue elegido presidente de Colombia con los votos de Uribe.
Santos sacó provecho de Uribe. Y Uribe sacó provecho de Santos. En teoría de juegos, eso se llama un equilibrio. Pero las circunstancias cambiaron. Los intereses ya no están alineados. Y no habrá celestino capaz de recomponer una relación sin sentido. Hoy Santos está con Vargas. Peñalosa, con Uribe. Pastrana anda buscando pareja (Samper está disponible). En fin la política es cambiante, estratégica. La teoría de juegos es la esencia de la ciencia política moderna. Los estudiosos de estos asuntos reconocen, en últimas, que los políticos se juntan y se separan no tanto por cuenta de las ideas como de los intereses. Quienes suponen o desean lo contrario no saben donde viven. O mejor, viven en otro planeta.
El matrimonio entre Uribe y Santos está llegando a su fin. Tiene los días contados. Las rabietas electrónicas del primero son cada vez más frecuentes. La promiscuidad partidista del segundo no puede durar mucho más tiempo. Nada parece unirlos. Ni las ideas. Ni mucho menos los intereses. Pero este divorcio no debería sorprendernos. Las uniones políticas (o las uniones en general) son casi siempre temporales. Dinámicas. Duran mientras ambas partes perciban un beneficio real. Y después se acaban.
Alejandro Gaviria
20 marzo, 2011 at 3:30 amEstuve en el primer debate televisado de la campaña electoral anterior en los estudios de Caracol TV. Recuerdo la antipatía, el odio casi, entre Santos y Pardo, los mismos que estaban coqueteando esta semana sobre el color de sus corbatas.
Uribe y Fabio Valencia Cossio se enfrentaron a puños en una oficina de la Registraduria de Antioquia. Hoy son aliados políticos, uña y mugre.
Petro y Clara López fueron la fórmula del PDA en la campaña anterior. Hoy son enemigos declarados. Petro dijo haber llevado a Robledo al PDA, hoy no se hablan.
En fin, los ejemplos son redundantes: las parejas políticas se rompen y s componen, es parte del juego electoral.
Alejandro Gaviria
20 marzo, 2011 at 3:31 amEntre quienes viven en otro planeta estás por supuesto los marxianos.
Alejandro Gaviria
20 marzo, 2011 at 3:31 amColumna de Juan Manuel Santos en 2004 cuando estaba en la oposición constructiva.
Andrés
20 marzo, 2011 at 3:59 amOjo Alejandro lo demanda Uribe por difamación y daño al buen nombre con lo de la pelea a puños con Valencia Cossio. Usted sabe, es la moda
Jorge Rincón Hernández
20 marzo, 2011 at 4:30 amEn la carrera ascendente hacia el poder, todo político es un traidor. Traicionarse a sí mismo es solo el principio. Luego, se necesita el concurso de muchos traidores.
Alberto
20 marzo, 2011 at 12:13 pmPero algo influye en la posibilidad del "equilibrio" la extraña naturaleza de la política colombiana. En España, por ejemplo ¿podría Mariano Rajoy ser ministro de Zapatero y regresar después al PP?
Te dejo una imagen a propósito de tu columna
El estilo de Santos
Nota; ¿Sería posible dejar de aludir al sabio Maquiavelo en tratándose de hipocresias y cálculos bananeros?
Harold H. Londoño
20 marzo, 2011 at 1:45 pmLos electores no nos quedamos atras: comparto, con un poco de vergüenza, la dinámica reciente de mi corazón político.
Voté por Serpa en su momento. Nunca me afectó que fuera el mininteior de un Presidente elegido con dineros del Narcotráfico.
Estando Uribe en el Poder y quizá ante el impresionante despliegue mediático, fui por algún tiempo un poco uribista. Meses después me volví antifuribista.
En las recientes elecciones voté en la consulta liberal por Cecilia López, en la de los verdes por Enrique Peñalosa. Luego me sumé a la Ola Verde (tengo una camiseta que dice Muckus – Fajardo) y más que hablar bien del nuevo partido me la pasaba fustigando a Santos "fue el ministro de un Gobierno corrupto" "no todo vale!!"" Blablabla" (cosa que nunca hice cuando voté por Serpa)
Hoy, estoy complacido con Santos, y creo que su reelección le haría muy bien al país.
En cuanto a la Alcaldía de Bogotá, creo que el mejor es Peñalosa, con o sin los verdes. Si para ganar hay que unirse con Uribe pues que se una.Todo si vale!!! Es más, de un tiempo para acà Mockus me produce cierta pereza, y a Uribe empiezo a verlo con mejores ojos.
Como ven, estoy un poco confundido, la verdad, me desconozco.
Harold H. Londoño
20 marzo, 2011 at 1:53 pmUn punto adicional: antes, al existir sólo dos partidos (liberal y conservador) era más fácil tener posición.
Hoy, con tantos partidos, y paradójicamente, pocas diferencias ideológicas, necesariamente para ganar las elecciones toca unirse con otro partido.
La proliferación de partidos, en ùltimas, legitima y estimula las deslealtades políticas.
Alejandro Gaviria
20 marzo, 2011 at 2:05 pmLa existencia de partidos fuertes evita cierto tipo de trashumancia política pero no la elimina completamente, al menos al interior de los partidos. Recuerden lo que decían los Clinton sobre Obama y hoy son sus principales aliados.
Alberto: en un ensayo sobre Berlin, el mexicano Jesús Silva-Herzog M. hace un bello elogio de Maquiavelo: “El Maquiavelo de Berlin es el pluralista que rompe la ilusión de encontrar el principio único que rige la vida de los hombres. Su Maquiavelo es el revolucionario que clavó una espada en la conciencia de Occidente al romper en dos el código que pretendía normar la vida de los hombres. El autor de El príncipe aparece como el hombre que hizo trizas la fantasía de la sencillez moral. Frente a la moral que transmite la iglesia está la moral que exige el Estado. Maquiavelo aparece así como un inconsciente precursor del pluralismo, algo así como un pionero de la tolerancia liberal”.
Alejandro Gaviria
20 marzo, 2011 at 2:06 pmDice Jaime Ruiz en Twitter que la columna es frívola y cínica. Tiene razón. Es frívola, está escrita en tono menor, la levedad es a veces la mejor forma de tratar las pasiones vanas de la política; y es cínica, la ciencia política, al menos como la practican los gringos, es un ejercicio permanente del cinismo, supone casi automáticamente que debajo del barniz de las ideas solo hay intereses.
Jaime Ruiz
20 marzo, 2011 at 2:14 pmombia. Alguien de otro país se preguntaría de qué partido serán esos políticos y qué sentido tendrá su acción de gobierno. Si la gente elige a un gobierno para que combata los secuestros y a las organizaciones terroristas y se dedica a promoverlos, pues "de malas". ¿No es EXACTAMENTE lo que dice este artículo? "De malas", es que hay intereses. Y ciertamente es así: los intereses de Herederos de Martha Catalina Daniels Inc., hoy aliados del gobierno (por esos gajes de la política, no vayan a pensar otra cosa), y sin duda incentivadores de este arquetípico canalla que deslumbra a su gremio por leer textos de economía en inglés.
Anónimo
20 marzo, 2011 at 2:52 pmNo puede haber equilibrio en el juego si en la matriz de pagos existe perdedor
Alejandro Gaviria
20 marzo, 2011 at 3:12 pmDe acuerdo, el juego entre Santos y Uribe ya es de suma cero.
Anónimo
20 marzo, 2011 at 3:31 pmPeñalosa no se adhiere a Uribe.
Uribe se adhiere a Peñalosa.
A Santos le pidieron la cabeza de uribe. Amanecerá y veremos.
Anónimo
20 marzo, 2011 at 3:36 pmAnónimo anterior: Uribe fue el de la iniciativa. Pero Peñalosa se mostró más que dispuesto. Hace apenas unos meses estaba despotricando del gobierno de Uribe, diciendo que era el paradigma de la corrupción.
Anónimo
20 marzo, 2011 at 3:43 pmUna columna que involucre a JMS casi que por definición debe ser frívola y cínica; al fin de cuentas, eso es lo que Santos es: frívolo y cínico. Uribe en cambio no es ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario: un fundamentalista extremo de sus propias convicciones y de su mesianismo y por lo tanto mucho más peligroso. Si fuera un tantico cínico daría menos miedo.
Harold H. Londoño
20 marzo, 2011 at 4:03 pmAlianzas para el 2014; van mis apuestas:
1) Santos, Pardo y Petro; 2) Vargas Lleras,Roy Barreras y Jorge Robledo); Samuel Moreno y Pastrana 3)Uribe, Mockus y Piedad Córdoba; 4)Angelino con cualquiera.
Alejandro: de la manera más respetuosa y aprovechando el espíritu frívolo y cínico de la columna, podría colgar, de existir, algùn link en el que usted en algún momento le hubiese hecho campaña o algo parecido a Uribe previo a su elección en 2002.
Me imagino que haber pertenecido al primer gobierno de la era Uribe, de alguna manera simpatizaba con su candidatura.
Además, supongo que los tecnócratas también tienen derecho a un corazón político y a unos intereses.
Animese, creo que puede resultar divertido.
jaime ruiz
20 marzo, 2011 at 4:08 pmSólo hay una cosa que vale la pena recordar siempre, y es que no ocurre nada fuera de la mente. Por ejemplo, ¿pasa algo por allá en los sitios en que intrigan los políticos? Si ocurriera, no tendría importancia en comparación con lo que pasa en los comentarios a esta columna, y en realidad en toda la prensa y en toda la "conversación" colombiana. El hecho de que la gente elija algo y se haga lo contrario no incomoda a nadie, no sorprende y evidentemente más bien halaga y complace a los comentaristas. Luego, en Colombia no hay democracia, porque los funcionarios elegidos no hacen lo que la gente les manda. Y las elecciones son una grosera farsa que la mente del lector y comentarista acepta porque es un componente de su propia corrupción. Y los columnistas, políticos, politólogos, universitarios, etc., son unánimemente antidemócratas porque a ninguno se le ocurre desaprobar semejante fraude.
Cuando usé en Twitter los términos "frivolidad" y "cinismo" me refería a la ostentosa desfachatez del abusador. La frivolidad de las bailarinas y el cinismo de Diógenes son cosas de un mundo inconcebiblemente ajeno a la gentuza que puebla el muladar.
Maldoror
20 marzo, 2011 at 4:38 pmEntre quienes viven en otro planeta estás por supuesto los marxianos.
Alejandro:
Si mal no recuerdo la teoría marxista dice que toda la política burguesa liberal obedece a intereses de…clase (bueno, en una simplificación grosera, lo admito). En eso comparten el mismo nivel de cinismo de la ciencia política gringa.
Luis Felipe Jaramillo
20 marzo, 2011 at 5:11 pmMuy interesante el debate que surge de la frasesita que dice que la teoría de juegos es la esencia de la ciencia política moderna. Eso la haría, más o menos, un subproducto de la economía contemporánea. Qué dirán los politólogos?
Alejandro Gaviria
20 marzo, 2011 at 5:24 pmMaldoror: un marxista (o marxiano) diría que Uribe, Santos, Samper, Pastrana, etc. pertenecen todos a la misma clase y tienen por lo tanto los mismos intereses. Cosa que no es cierta. Cada uno tira para su lado según sabemos.
Jaime: Uribe sabía quién era Santos. Pero decidió entrar en una alianza de conveniencia con plena conciencia. La traición hacia parte del acuerdo. O por lo menos de las posibilidades.
Usted trata otro tema relacionado, el de la renuncia del candidato ganador a su programa. A mí me preocupa. Pero debo aceptar que es fenómeno extendido, frecuente y tal vez inevitable. escribí lo siguiente sobre el tema hace un tiempo:
El argentino Guillermo O’Donnell señaló, hace ya quince años, que en muchos países de América Latina la democracia representativa había sido desplazada por una forma de gobierno más precaria, menos desarrollada, la “democracia delegada”. En esta última, no hay plataformas, ni mandatos. Durante las campañas, los políticos dicen lo que la gente quiere oír.
Ya en el gobierno, hacen lo que estiman conveniente, lo que les da la gana. El electorado delega y juzga en retrospectiva, no repara en las inconsistencias entre lo prometido y lo actuado.
El presidente Santos ha confundido a propios extraños. Algunos de sus electores se han declarado decepcionados; muchos de sus opositores, gratamente sorprendidos…Si los políticos pueden renunciar fácilmente a sus principales promesas, las elecciones se convierten en poco más que una farsa. Al fin y al cabo, la democracia está basada en un intercambio de promesas por votos que implica, al menos, cierta coincidencia entre las palabras del político y los actos del gobernante.
Alejandro Gaviria
20 marzo, 2011 at 5:24 pmHarold: participé muy poco en la campaña. Estuve en una reunión, en noviembre de 2001, cuando Uribe estaba muy abajo en las encuestas, y después en otra, ya cuando su triunfo era inevitable. En la primera, Uribe habló todo el tiempo de caballos: había una porcelana de un caballo al galope en la mesa del apartamento donde nos reunimos. En la segunda, hablamos de temas de educación, en particular del nuevo estatuto docente. No escribí ningún documento de campaña. Alberto Carrasquilla era el principal asesor en temas económicos. Yo fui un testigo irrelevante.
Entré al gobierno por recomendación, creo, de Rudolf Hommes. Y en parte probablemente también de Juan Luis Londoño. Lo que só escribí (en buena parte) fue el primer plan de desarrollo de Uribe. Aquí está el enlace. Vale la pena leer los objetivos (páginas 15 a 22).
Alejandro Gaviria
20 marzo, 2011 at 5:27 pmLuis Felipe: algunos politólogos todavía se resisten. Pero en los Estados Unidos, al menos, la ciencia política ha adoptado casi completamente las herramientas de la economía. Hay un hecho representativo: muchos departamentos de ciencia política prefieren contratar economistas, no politólogos. Para bien y para mal, digamos para no alborotar el avispero.
W
20 marzo, 2011 at 5:39 pmJuegos hay en todas partes.
Las organizaciones utilizan la estrategia esa de dotar al narco, o al paraco, o al guerrillero de dignidad.( un botón de muestra la opinion de la Org. JR)
Por otra parte, lo que hizo el "gago" fue una obra de arte; obtuvo el voto del mandril de jose obdulio y la aprobación del enano uribe. Y puso a proteger al uno con el otro. Hoy, cuando observa lo mañoso que fueron y la traición de los intereses legítimos de la nación, ayuda a la otra mitad de sus amigos a volver compatibles la política y la moral.
Uribe no se doblegaba porque no le convenía; Santos por su parte, sabe llevar el oportunismo y la contradicción.
El único común demominador de estos dos señores era el accionar contra la actividad criminal de las farc.
Lo que viene para Colombia es una avalancha de "trapitos al sol" que se avecina. Los mafiosos están asustados porque la justicia ya no se compra ni con dinero ni con poder. Los mafiosos ya están utilizando la palabra "persecución".. Ja !..Tan irónico, eso mismo decía la UP en los ochenta.
jaime ruiz
20 marzo, 2011 at 5:59 pmAlejandro: Uribe sabía quién era Santos y contó con una gestión continuista, no sólo más realizable sino también más rentable en términos de popularidad. La apuesta por la cleptocracia y el clientelismo ramplón parece más la reincidencia de un vicioso que la jugada mezquina de un político desleal.
Me acordaba de su columna sobre el pastranismo sobrevenido pero en la última parece haber olvidado las aprensiones de entonces, cosa comprensible considerando que el medio es unánimemente complaciente con el giro de Santos. El rechazo de Uribe a ese giro, que usted llama "rabietas electrónicas" (la descalificación incluida en ese lenguaje es lo que resulta cínica complacencia con el fraude), lo comparten en internet todos los activistas y lectores que apoyan a Uribe. Es probable que sea menor entre la gente que lee menos la prensa, pero precisamente porque está menos informada.
Las alianzas y rupturas por intereses entre políticos siempre son normales, claro, pues cada uno tiene su agenda de protagonismo y mando. Los cambios de rumbo de la gestión estatal sólo lo son en sociedades inmaduras, en las que los poderosos desprecian a sus votantes y sólo cuentan con los apoyos que obtienen gracias a trámites que en últimas son indistinguibles de la corrupción.
Ojalá hubiera INTERÉS en examinar más bien el sentido real de la labor de Santos, y no sólo en legitimar ese nuevo statu quo grato para los enemigos de Uribe y representantes (ya que hablan de marxistas) de las clases dominantes que poseen la superestructura y que son las que frenan el desarrollo de las fuerzas productivas. La inverecundia de tal actitud escandaliza por esto: lo que termina rigiendo fue lo que salió derrotado en las urnas, debido a lo cual no tiene sentido que la gente elija nada.
Es algo incomunicable: ninguna democracia europea o de un país civilizado toleraría eso. Los patanes que visitan su blog y estudian en su universidad sonríen satisfechos y con aire de superioridad (pese a su estremecedora indigencia intelectual) sonríen satisfechos porque a fin de cuentas lo que salva Santos es un orden que los favorece. Pero esa sonrisita de imbéciles (como el hijo de la fecodista) sólo los tranquiliza respecto de otra cosa: ¿de qué modo un grupo social se vuelve opresor respecto de los demás? Claro que se reparten diplomas y halagos, pero al final la voluntad de los ciudadanos no representa nada. La supuesta democracia es otra burla, y tras esa burla está el espíritu de dominación y exclusión de la sociedad de siempre.
Ahí son felices, y si el país es el reino del crimen, si nunca se sale de la miseria, si las grandes fortunas de la minería terminan en últimas financiando la emigración de los más emparentados genéticamente con Europa y Norteamérica, nadie tiene por qué quejarse.
Lo ridículo es que usted pretenda ser otra cosa que un adorno tecnocrático para esa especie de conjura de los opresores y parásitos, liderados por los dueños de los medios que le pagan y lo promueven.
Pablo Abitbol
20 marzo, 2011 at 6:06 pmEstoy parcialmente de acuerdo con que "la teoría de juegos es la esencia de la ciencia política moderna" porque:
1. Si miramos la práctica moderna de la ciencia política, la afirmación no es sino parcialmente cierta; la teoría de juegos no fundamenta todo lo que se hace en ciencia política, sino sólo lo que se inscribe en la escuela analítica o positiva.
2. Quizás Alejandro querría decir que la teoría de juegos *debería* ser la esencia de la ciencia política. Con esto yo estaría más de acuerdo, pero…
3. … no estoy de acuerdo con la implicación de la afirmación de Alejandro en uno de sus últimos comentarios, según la cual la teoría de juegos es una herramienta *de* la economía. Es, más bien, una herramienta matemática que ha sido muy útil en la economía, así como en la sociología, la ciencia política, la filosofía, la psicología y la biología. En este sentido, no creo que la ciencia política esté adoptando herramientas de la economía, sino que estamos viviendo la reconstrucción del paradigma perdido de las ciencias sociales: una (nueva) economía política.
4. … y con la salvedad de que a veces dudo que una ciencia, para ser ciencia, requiera de una esencia; en el sentido de una fundamentación axiomática (que es – en últimas – lo que ofrece la teoría de juegos).
En todo caso, la teoría de juegos está pasando por una crisis (así como toda la orientación analítica/racionalista en ciencias sociales, cuyo paradigma es la economía neoclásica): ¿hasta qué punto sus supuestos son incompatibles con la realidad empírica de la psicología humana, y hasta qué punto puede la teoría seguir funcionando con supuestos más realistas?
Alejandro Gaviria
20 marzo, 2011 at 6:36 pmPablo: un comentario adicional. La teoría de juegos clásica está en crisis en un sentido restringido: algunas de sus predicciones han sido invalidadas por la creciente evidencia experimental t demás. Pero, de otro lado, la teoría de juegos está emergiendo como el lenguaje de las ciencias sociales: ha permitido, por ejemplo, una colaboración más fluida entre antropólogos, politólogos, psicólogos y economistas, hasta el punto de que ya muchos hablan de una unificación de las ciencias sociales.
Algunos científicos sociales ven esta tendencia con sospecha o resquemor, como si se tratara de “imperialismo económico”. Pero no es así. La ventaja de la teoría de juegos, entendida de manera amplia, es que permite acomodar los supuestos de todas las disciplinas, clarifica los desacuerdos y acaba con muchas barreras artificiales. Muchas veces ya es difícil saber si un artículo lo escribió un politólogo, un economista o un antropólogo. Es un desarrollo positivo, producto, creo, de la popularización de la teoría de juegos.
Suramérica
20 marzo, 2011 at 6:49 pmCreo la cuestión relevante aquí, es que el artículo no proporciona ningún análisis político de la política y lo político en Colombia. No solo porque en el artículo no se emplea realmente la mencionada teoría de juegos, y aún si así lo hubiera hecho (como lo prometió en el título) se hubiera quedado muy corto o pobre en el análisis. La teoría de juegos y la racionalidad, centrales en el perfil dominante de la ciencia política norteamericana, no ofrecen elementos analíticos relevantes. Vale la pena indagar otras categorías para el análisis de la política y lo político. Ayer estuvo Uribe, hoy está Santos, y ante un aparente distanciamiento, lo importante en el análisis no es qué personaje político ganó, sino qué se ha modificado del proyecto político en el país, o preguntarse porqué en el país existe la imposibilidad de construcción de un proyecto político diametralmente opuesto a lo que se ha vivido en la historia del país.
Gheysel Naranjo
20 marzo, 2011 at 7:05 pmEsa teoría de juegos está en el ritmo de la actividad política y económica de nuestro país. Un país de juramentos, convenciones, y acuerdos… pero que se violan esos acuerdos por la sed exasperada del poder… Claro que ese juego pasa en todo lado. Por ejemplo Obama prometió en su gobierno que se retiraría de la guerra, pero allí está que le apunta a Libia. Que lo haría cambiar su posición? Qué le haría cambiar de parecer a Santos su aprecio Platonico hacia Uribe, convertido ahora en un aprecio aristotélico… O mejor, una operación Jaque o un aprecio encantador y maquiavélico.
En fin la politica, así como la vida, es un androide lleno de buenas intenciones luminosas de majestad y grandeza, tranparencia, sencillez , y deseos sublimes de prosperidad… pero (así seas el principe), tambien la política está llena de oscuridad y de infiernos. Toda una “Divina y Retórica Comedia”…llena de secretos y misterios cambientes… de angustia, de gracia, la vida, de satisfaccion, con pasos circulares no al cielo sino al purgatorio, y al infierno… donde se hace poderoso a través de otros…
Y finalmente la política colombiana es tambien como nuestro querido futbol. Dificialmente competimos a nivel europeo, porque en este continente no funciona el “toque- toque”, funcionan definidores hábiles para llegar hasta allá, convertir la velocidad y resistencia en cruces de profundidad, y en goles. 5y 6 toques y adentro!!!!. Aquí, mil “toques” políticos para lucirse y ganarse el espacio, pero y nada de prosperidad futbolista…
Solo una pregunta, qué implicaría “El paraiso” en nuestra comedia política?
Gheysel
Anónimo
20 marzo, 2011 at 7:13 pmGehysel:
la política colombiana es tambien como nuestro querido futbol: donde los hinchas se matan!.
Luis Felipe Jaramillo
20 marzo, 2011 at 8:24 pmChistando un poco: El nuevo equilibrio de las Ciencias Sociales, vale la pena decirlo, quedó "de nuestro lado".
juan francisco muñoz
20 marzo, 2011 at 8:41 pmDe acuerdo Luis Felipe.
Que la fuerza de acompañe (Un chistesito geek).
Alejandro Gaviria
20 marzo, 2011 at 8:44 pmCopio un comentario anterior de Juan Francisco (borrado por este programa):
No sé qué tanto pueda aportar lo siguiente a la teoría de juegos, que no conozco muy bien.
Pero Alan Fiske parece haber dado, desde el punto de vista teórico, en algo muy interesante para esa integración en las ciencias sociales, que también parece darse gracias al uso de la investigación experimental. Su propuesta sobre los cuatro modelos de interacción social es de lo más interesante: Es simple, podría comprobarse experimentalmente y parece soportarse por la evolución. Además, fue el resultado de un análisis crítico a las teorías más influyentes sobre el comportamiento social.
Creo que catalogar una teoría como positivista para decir que su valor científico es limitado ha sido un gran error. La verdad, es que la ciencia es positivista, en el sentido de Popper. Así como es reduccionista. Pero hay académicos que todavía insisten en darle una connotación negativa al positivismo.
Me llamó la atención la propuesta de Fiske al ver que, en mucho tiempo, ha sido lo único que ha puesto de acuerdo a dos grandes representantes de la psicologái moderna con epistemologías totalmente contrarias: Steven Pinker y Emilio Ribes.
Anónimo
20 marzo, 2011 at 9:45 pm"La teoría de juegos es la esencia de la ciencia política moderna."
No es a este tipo de racionalismo excesivo, al que justamente se opone David Brooks en su último libro?
Alejandro Gaviria
20 marzo, 2011 at 10:06 pmAnónimo: no lo he leído todavía. Pero algunas reseñas, leí unas cuantas en Amazon, critican las extrapolaciones científicas de Brooks y su desprecio exagerado por el racionalismo.
Quisiera dejar de lado la discusión metodológica y volver sobre un argumento implícito en la columna. Supongamos que tenemos que escoger entre dos visiones distintas de la política. La primera supone, de entrada, axiomáticamente, que los políticos simplemente tratan de maximizar su poder político o económico y que las ideas o los programas son un instrumento más en su arsenal. La segunda supone que los políticos son una especie de empresarios en el mercado de las ideas que tienen como objetivo primordial promover una visión particular del cambio social.
Entre estas dos visiones simplificadas, yo escogería (anticipando que tiene mayor capacidad predictiva), la primera.
Pablo
20 marzo, 2011 at 11:37 pmSi tomamos como cierto que la política es solo una alineación de intereses, no significa esto entonces que la política no tiene capacidad transformadora o emancipadora si se quiere? Yo creo que seguramente hay intereses y predominan, pero a veces el político quiere y hace imponer una voluntad política, en contra de ciertos intereses políticos.
Esta bien, hay intereses y los políticos tiene intereses, se alinean porque tienen intereses y por eso tambien se separan. La verdadera pregunta es intereses para que? para defender que? para el interese netamente personal o para el interés colectivo? Yo sigo confiando en la capacidad emancipadora y transformadora de la política. De lo contrario, no encontraria coherencia en la voluntad política para una ley de tierras,por ejemplo, tema que tal vez no iba en concordancia con la tonada política al momento de la elección ni hacia parte de los intereses que se negociaban. El presidente es un político pragmático, no significa que sin ideales. (Y no soy un ingenuo)
En la revista Semana hace un tiempo Se describió muy bien la visión política de Santos:
http://www.semana.com/noticias-nacion/santos/140237.aspx
Alejandro Gaviria
21 marzo, 2011 at 12:08 amEl punto de Pablo es bueno. El juego del poder no siempre significa que la política esté desprovista de ideales. Los políticos maquinadores pueden ser, al mismo tiempo, los principales protagonistas del cambio social. Pero la crítica política es necesaria sigue siendo, en todo caso, necesaria. Como dice el mismo Silva-Herzog M.: “Aunque haya cosas que celebrar, el festejo no puede engullir en ningún momento el recelo crítico. Hasta el más delicioso pastel de la política contiene gusanos. En política no hay obras perfectas a las que podamos entregarnos devotamente. Ha producido napoleones pero no ha dado vida a un solo Bach”.
Anónimo
21 marzo, 2011 at 12:52 amSenadores Liberales afirman que alrededor del Presidente Santos se puede dar la reunificación.
Alberto
21 marzo, 2011 at 1:04 amAlgunos comentarios;
1. Alejandro: Aunque me parece un poco exagerado sugerir que Maquiavelo pueda ser el precursor “inconsciente” del “pluralismo” y la “tolerancia liberal”, considero que hay mucha “frivolidad” –y desconocimiento- cada vez que se sugiere que el discurso de Maquiavelo (y el manido adjetivo que de él se desprendió) se circunscribe a la inmoralidad de un viejo mentecato que propuso la traición y la ambigüedad ética como herramientas para el buen reinar. Lo que se olvida siempre es que Maquiavelo inauguró la discusión moderna sobre el problema del gobierno.
2. Al Doctor Jaime Ruíz quisiera aclararle (a propósito de sus argumentos ad hominem –y decir argumentos es una benévola concesión- ) que quien escribe esta nota no estudia en ninguna Universidad. También quisiera preguntarle ¿Qué demonios es una superestrucutra?
3. Tal vez, el blog borra automáticamente los comentarios que le imputan a Popper posturas que jamás asumió o defendió –Si es así, quisiera conocer a los programadores de blogspot-. Decir que Karl Popper representa el positivismo es negar toda la teoría popperiana.
4. Alejandro, yo incluiría una tercera visión de la política, a saber; la política no como el ejercicio de la elaboración e implementación de políticas públicas, ni como la práctica de la elección y sus accesorios, sino la política como un campo de reflexión sobre el problema del poder. Considero que entendida así, aunque capacidad predictiva –experimentalmente hablando- sea menor, estaría dotada de una capacidad revolucionaria… Y no estoy utilizando la expresión en un sentido “marxiano”.
Maldoror
21 marzo, 2011 at 1:16 amPunto positivo para el comentario de Alberto.
Maldoror
21 marzo, 2011 at 1:17 am(el último comentario de Alberto, digo..especialmente para los puntos 1 y 3).
Suramérica
21 marzo, 2011 at 1:22 amAlejandro, me parece que estás queriendo hacer un análisis errado.
No puedes decir que quieres dejar de lado lo metodológico y a la vez empezar tu análisis eligiendo y estableciendo como axioma que los políticos simplemente tratan de maximizar su poder político o económico y que las ideas y los programas son un instrumento más en su arsenal, porque allí ya estás haciendo una definición metodológica y espistemológica para tu análisis. Aunque puede ser de hecho una entrada teórico-metodológica válida, a mi me parece que es una reducción excesiva del análisis político. Y es por ello que la teoría de juegos se queda corta. Decir que eliges la opción "analítica" del político maximizador sólo porque tiene mayor capacidad de PREDICCIÓN te ubica en un grave error desde el punto de partida, si lo que quieres hacer es análisis político. Estaría bueno revisar Gramsci, Laclau, Habermas…etc, y empezar a reorganizar el amplio espectro de entradas analíticas del orden y cambio social.
Alejandro Gaviria
21 marzo, 2011 at 1:45 amSuramérica: Tiene razón en la primera parte de su comentario. Aclaro: quise decir que no quería centrarme en la discusión general sobre la pertinencia de la teoría de juegos, sino más bien regresar al punto central de la columna, a saber: una supuesta preponderancia de los intereses sobre las ideas y las pasiones en el mundo político. De otro lado, me parece que usted despacha todo el positivismo, todos los esfuerzos por construir hipótesis evaluables sobre el comportamiento de los agentes políticos, con bastante ligereza.
Alberto: confieso que usé el adverbio en cuestión simplemente por razones de forma. Me pareció que la frase “paciencia maquiavélica” sonaba bien. Sonó peyorativo pero, en últimas, sin algo de paciencia maquiavélica muy pocas cosas son posibles en la vida política o en la vida en general.
Un último punto: Jesús Silva-Herzog M. dice que el Maquiavelo de Berlin se parece mucho a…el mismo Berlin.
Anónimo
21 marzo, 2011 at 1:54 amAlberto, es que JR es un hincha tan furibundo como inconsciente de Martha Harnecker, una chilenita "marxoide" (ojo, dr Gaviria)del siglo pasado. No voy a explicarle aquí lo que es la superestructura, pues estoy seguro de que JR hará un trabajo fenomenal en ese sentido.
Suramérica
21 marzo, 2011 at 2:07 amAlejandro creo que no los despacho con ligereza, por el contrario me parece que se debe ser más prudente y serio en el análisis de lo político. Recomendación con buena onda: Leer "where is political science going?" de Sartori y el libro de Cesar Cansino (2008. El mismo Sartori, el politólogo más famoso del mundo que contribuyó al desarrollo de la ciencia política escribió:"La ciencia política perdió el rumbo y hoy camina con pies de barro, al abrazar con rigor lo métodos cuantitativos y lógico deductivos para demostrar hipótesis cada vez más irrelevantes para entender lo político, terminó alejándose del pensamiento y la reflexión, hasta hacer de esta ciencia un elefante blanco y gigantesco, repleto de datos pero sin ideas ni sustancia, atrapada en saberes inútiles para aproximarse a la realidad en toda su complejidad" (sartori 2004, Cansino 2008).
Anónimo
21 marzo, 2011 at 2:44 amGeyshel es a este blog, lo que Ricardo Arjona es a la poesía y a la música
Anónimo
21 marzo, 2011 at 3:17 amAlejandro, yo no sabía esto. Yo pensaba que los políticos eran sinceros y nada oportunistas. Gracias.
Alejandro Gaviria
21 marzo, 2011 at 3:19 amCon gusto. Siempre se aprenden cosas nuevas.
Andrés Felipe Succar
21 marzo, 2011 at 5:53 amAlejandro, sabe cuál ha sido el impacto del robo de la CLL 26 en la economía bogotana?
Yo hace rato no paso por el blog, pero como he sentido que mi bolsillo tiene menos plata, los nule andan mojando tanta prensa, y acá se habla de economía, decidí volver para pasar a preguntar.
Saludos
jaime ruiz
21 marzo, 2011 at 6:22 amAlberto, la superestructura, según la doctrina de la marxistoide chilena Marta Harnecker, que en una época era la de la universidad colombiana, es la parte de la sociedad que controla las ideas: el sistema educativo, los organismos culturales o religiosos y los medios de comunicación.
Todo es tan extraño. Verdaderamente. Cuando usted declara que no tiene relación con una universidad colombiana me quedo pensando en la vocación tan manifiesta que posee, como si esa afirmación fuera otro " Ceci n'est pas une pipe ". Tal vez sus ingresos sean mejores, porque de otro modo se está desperdiciando. ¡Quedaría perfecto en la Javeriana o algún antro semejante con ese lenguaje tan fino: "ad hominem"! (mejor con una tildecita en la o, no vaya a parecer dedicatoria a Eminem), en fin, con esa comprensión de lectura (¿dónde hay algo remotamente parecido a "algo" "ad hóminem" en mi extenso comentario?), con esa elegancia de la expresión ("y decir argumentos es una benévola concesión" ¡Hosanna!)… Usted ha alcanzado por mérito propio la categoría de catedrático de un centro del saber parecido.
Lástima que la urbanidad no esté de moda. De otra manera, alguien le había enseñado una de las normas fundamentales que incluían los manuales antiguos: si eres un baboso no insultes.
(Universicariamente, todos los doctores hablan del paradigma de las ciencias sociales y demás finezas propias de su estrato. La supresión de la democracia y el fraude electoral no son temas propios de su condición, tal como la búsqueda de la paz es la labor estratosa apropiada a quienes lo comparten todo con quienes encargan las masacres. Eso sí, no con quienes las cometen, que tienen hasta pelos en los dedos de los pies.)
Alberto
21 marzo, 2011 at 8:46 amDoctor Jaime Ruiz;
Le contestaré; Mi solicitud, que reitero respetuosamente, no es para que me cuente qué es la superestructura para Harnecker, pues creo que ella habla y escribe en un español totalmente entendible.
Le pregunto a usted doctor ¿En qué sentido utiliza esa expresión? ¿Es el “tinglado”, las clases dirigentes,
“El monstro más frío de todos los monstruos fríos”? ¿Sabe usted qué es una “enunciación”? Mi inquietud, Doctor, surge de la sospecha de la enunciación; se me antoja que usted, está repitiendo una frase, enarbolando un slogan. Por supuesto, respeto el derecho republicano a enarbolar slogans. No obstante, el problema de su enunciación es que reproduce un viejo error que sitúa el poder en una “clase” en un “lugar” que podría llamarse de muchas formas, pero que, en resumen, sugiere que para transformar una realidad política es necesaria la toma del poder, o el cambio de “lugar” o el relevo de las “clases”. Al respecto, y ya que usted es tan versado en el idioma del inventor de la guillotina, le recomiendo desempolvar algunos libros de Foucault. Recomiendo también, que observe con atención nuevamente el cuadro de Magritte, pues su comentario pareciera indicar que eso es una pipa aunque Magritte diga que no.
Por otra parte, agradezco su sugerencia de la tilde, pero prefiero prescindir de ella –espero que sea usted el único capaz de confundir hominem con Eminem-. Pero le diré, doctor, que sus comentarios no tienen algo remotamente parecido a "algo" "ad hóminem" (sic), sus comentarios son casi un único y total argumento Ad hominem (v.gr. “representantes (ya que hablan de marxistas) de las clases dominantes que poseen la superestructura”; “Los patanes que visitan su blog y estudian en su universidad sonríen satisfechos y con aire de superioridad”).
Para terminar –y no aburrir a los lectores y al dueño del blog (puesto que el sentido del estorbo es uno de los pilares de la urbanidad)-, se me ocurre que aquí el que hubo utilizado agravios e insultos para sustituir los argumentos no soy yo.
Nota; Dr. Ruiz, si Magritte dice que Ceci n’est pas une pipe, entonces n'est pas une pipe, no insista.
panÓptiko
21 marzo, 2011 at 9:54 amAlejandro, se entiende de la respuesta a Suramericano que hay por lo menos tres visiones posibles de la interacción política: la estratégica, la ideológica, y la cognitiva. Usted se la juega por la estratégica para explicar su ejemplo, pero me imagino que hay otros casos en los que otras visiones pueden tener mayor relevancia predictiva. Por ejemplo, idiológicamente se hubiera esperado que usted se alineara con los Verdes; aunque tal vez JR diga que eso fue estratégico; y sólo usted sabe si no hubo algo pasional o inconsciente en el fondo de la decisión. Por lo pronto, ¿quién dijo que hay que cerrarse a una sola epistemología?
A son de reclamo, recordar que usted se queja cuando se le hacen comentarios académicos a las columnas porque los periódicos no son journals, y el espacio limitado. Pero en este caso la teoría es el todo, desoyendo sus propias advertencias.
Lo que si es medio triste es el prospecto de que el oficio de la ciencia política es saber si Santos y Uribe van a seguir juntos. Bien inoficioso estudiar eso: un diplomado sería suficiente.
Acá entre nos, me pregunto si me las memorias de Jaime Bermúdez menciona algo sobre su peluquero. No recuerdo que hayamos tenido antes un canciller tan play.
Saludos radioactivos,
Alejandro Gaviria
21 marzo, 2011 at 12:46 pmPanÓptiko: primero, un saludo. Espero que las cosas sigan mejorando. No hay que cerrase a una sola epistemología es cierto. Pero el excesivo eclecticismo es peligroso. Y el reduccionismo, según veo, genera discusiones más interesantes.
De otro lado, mi militancia verde (ya parte del pasado remoto) no es un buen dato para probar ninguna teoría. Al fin de cuentas, soy un simple adorno tecnocrático. Usted sabe que yo nunca fui un mockusiano convencido. Pero, en algún momento de la pasada campaña electoral, decidí pasar de la indiferencia al activismo. Alguna vez prometí que iba a explicar ese tránsito azaroso. Todavía quiero hacerlo. Pero le doy una pista. Tuvo que ver con esta alianza política que yo calificaría, con el perdón de Alberto, como maquiavélica.
La columna quedó mal titulada. Un mejor nombre habría sido “El Juego del poder”. Pero me parece que usted no valora completamente el papel de la aplicación propuesta. La idea no era tanto predecir la suerte de la alianza de los dos políticos de la foto, sino sugerir que esta pareja no tiene, como creemos, nada de especial.
Las memorias de Bermúdez, finalmente, no dicen nada de sus gustos. Sólo una cosa me impresionó: José Obdulio estuvo presente en todos los momentos decisivos del primer gobierno. Al final hasta redactaba comunicados económicos.
Un abrazo.
Alejandro Gaviria
21 marzo, 2011 at 12:47 pmAlberto tiene razón. Jaime nunca dejó realmente de creer en sus dioses de antaño, simplemente los convirtió en demonios. Dice Hofstadter: “en los movimientos contemporáneos de extrema derecha han jugado un papel particularmente importante los ex comunistas que se movieron rápidamente, aunque no sin angustias, de la izquierda paranoide a la derecha paranoide pero no abandonaron la psicología maniquea que caracteriza a ambas”.
Alejandro Gaviria
21 marzo, 2011 at 12:56 pmAndrés Felipe: Ni idea. Pero de una cosa estoy seguro. El daño causado, que incluye por supuesto el tiempo perdido de millones de persones, supera con creces el valor del contrato. Esta historia, de pronto ya la conoce, no sirve de consuelo, pero ayuda, como decía alguien, para aumentar la rabiecita.
jaime ruiz
21 marzo, 2011 at 2:19 pmAlberto, es que la comprensión de lectura es una vaina jartísima que se suele estudiar en la primaria y su ausencia tiene consecuencias graves después.
Así, escribí "y no sólo en legitimar ese nuevo statu quo grato para los enemigos de Uribe y representantes (ya que hablan de marxistas) de las clases dominantes que poseen la superestructura y que son las que frenan el desarrollo de las fuerzas productivas". Es obvio que uso el lenguaje de los marxistas porque digo que uso el lenguaje de los marxistas. Más claro aún: aquí vuelvo a señalar que usé el lenguaje de los marxistas para explicar que se debía entender que era el lenguaje de los marxistas por haber dicho que era el lenguaje de los marxistas (y que me perdone san Thomas Bernhard).
De modo que usted conocía la noción de Harnecker de la superestructura y espera que yo, pese a haber aclarado que se trataba del lenguaje de los marxistas, tenga otra noción. Ahora bien, mucho antes de Marx ya Tocqueville tenía nociones muy parecidas y claras sobre las clases sociales y su papel. Creo que es de él de quien toma Marx su concepción.
Pero no recuerdo a nadie que ponga en duda que los procesos históricos que cambiaron Europa desde el Renacimiento hasta el siglo XX tienen como protagonista a la clase burguesa, que sustituyó en el poder a la vieja nobleza (valga la rima asonante). A saber qué adorno de volutas se inventa Foucault, pero ciertamente otro paradigma sobre ese fenómeno no formuló. Ya les gustaría tener algo así para hablar mierda.
Acerca de los argumentos a Eminem (yo los llamo así siguiendo su ejemplo, dado que internet es libre), lamento decirle que usted no tiene la más remota idea de lo que es eso. No es cuando se desaprueba a alguien o se usan epítetos ofensivos, sino una falacia consistente en pretender demostrar algo con base en la persona. Si los parásitos sociales acompañan el fraude de Santos no hay otra forma de decirlo y no hay ninguna falacia en eso. La habría si la relación causal entre la condición y las opiniones fuera falsa, como la típica descalificación de las ideas políticas de alguien por su estatura (como suelen hacer ustedes con Uribe) o por su orientación sexual.
Pero no ha de sufrir por eso: puede que menosprecie un puesto en la Javeriana pero no desmerece del nivel. No hace falta entender lo que se lee ni saber qué es una falacia. Basta combinar con acierto el descreste y la intimidación y despachar las dudas sobre la noción de democracia (por ejemplo) con un par de adjetivos y clasificaciones brutales: "reaccionario", "fascista", "uribeño", "extrema derecha", "derecha paranoide", "psicología maniquea".
Fresco.
Pablo
21 marzo, 2011 at 3:17 pmLa política es el arte de lo posible. Ser radical en política aleja al política de los escenarios de poder, que es donde se ejerce la política. No existe tal concepto de "coherencia política" Ser coherente en política generalmente es ser extremista. La política no puede ser desprovista de su contenido ideológico y en eso encuentro sumamente acertado el extracto de Sartori traido por Suramerica. Al menos, todos venimos a este mundo con una preconfiguración o default ideológico. De Juan Manuel Santos podremos decir que no tiene "coherencia política" pero nunca que es un recio conservador. Y es en el juego político donde esas características se hacen evidentes. Podrán estas características matizarse por los "juegos de poder" claro!, pero precisamente ese es el fin de la política y el propósito de la democracia. Yo no me imagino al senador Gerlein con el trapo rojo en la mano, por ejemplo, por más cuotas burocráticas que le ofrezca el gobierno.
Anónimo
21 marzo, 2011 at 3:39 pmAlberto; al hablar de JRuiz no se dirija a una persona; dirijase a un grupo de personas determinado.
Perdón: diríjase, con tílde.
Anónimo
21 marzo, 2011 at 3:52 pmAlejandro y Luis Felipe: Detrás de cada contrato ronda el fantasma de William Vélez Sierra.
Daniel Payares Montoya
21 marzo, 2011 at 3:57 pmPablo, cuando leo, veo y oigo a alguien como el senador Jorge Robledo es imposible no reconocer que tiene coherencia política. Y ahí está con la tercera votación más alta para el senado, en todo un escenario de poder.
Creo que tener coherencia política sí genera alguna clase de reconocimiento tarde o temprano, y cierta capacidad para influir en la política.
Maldoror
21 marzo, 2011 at 3:59 pmJaime:
Una vez más es gracioso verlo a Ud. hablar sobre la comprensión de lectura de los demás al mismo tiempo que nos demuestra cuan pobre es la suya. Escribe Ud. lo siguiente:
El hecho de que la gente elija algo y se haga lo contrario no incomoda a nadie, no sorprende y evidentemente más bien halaga y complace a los comentaristas. Luego, en Colombia no hay democracia, porque los funcionarios elegidos no hacen lo que la gente les manda
[…] Cuando usé en Twitter los términos "frivolidad" y "cinismo" me refería a la ostentosa desfachatez del abusador
El problema es que en ninguna parte de la columna se aplaude un gobernante elegido haga lo contrario (su inferencia de que al llamar "pataletas" las diatribas electrónicas de Uribe es equivalente a dicha aprobación, es ridícula y, en si, digna de una mente paranoide). Al contrario se habla de la "promiscuidad partidista de Santos" (no precisamente un termino elogioso). En una columna anterior el mismo Gaviria escribe, refiriéndose a la unidad nacional (que si me memoria no me falla Ud. defendió en la época de campaña):
Practicar una especie de frentenacionalismo paralizante. Como en la ley de primer empleo, el éxito de la Unidad Nacional implica paradójicamente el fracaso del gobierno. O viceversa, el éxito del gobierno necesita dejar de lado una coalición imposible (su unión es todo, su intersección es nada), y plantear de una vez por todas con quién se quiere gobernar y con quién no. La política es elección de valores, ideas, aliados y rivales. Gobernar con todos equivale a no decidir nada, al titubeo más o menos insulso de los últimos días.
Ahora, su argumento de que ser elegido con un discurso y practicar otro es algo reprobable, es relativo. Claro que uno espera coherencia con sus ideas y honestidad de los políticos (esperanza que Alejandro critica acertadamente, no la honestidad y la coherencia en si mismas, cosa que Ud. en su pequeño cerebro no es capaz de diferenciar), pero a veces es preferible que los políticos violen esos valores. Si x es elegido con un discurso y se considera discurso y es nocivo o malo para el país, es mejor que x no practique el discurso y una vez en el poder. Si Chávez es elegido con la promesa de nacionalizar todas las empresas privadas de Venezuela y Chávez renunciara a dicha política al ejercer el poder, ¿nos vamos a quejar?
La pregunta que me queda es hasta que punto Santos es diferente de Uribe. Evidentemente no tanto como los fanáticos como Ud. quieren creer. En temas como seguridad o manejo económico son básicamente la misma vaina. Por otra parte el tipo está empeñado en meter algunas políticas de los liberales y el Polo como la cuestión de la reforma agraria o la reparación de las víctimas. Igual sospecho que es más un gesto y que o realmente no quiere o si en verdad quiere, no lo van a dejar en todo caso. La otra parte es que para quedar bien Santos está buscando conciliar a través de la repartición de platica para los proyectos políticos, pero eso no le debe incomodar mucho. Me acuerdo como defendía a Uribe en el mismo plan…la repartición de la torta burocrática es buena para Ud. siempre y cuando lo haga el gobernante "adecuado". Un ejercicio de noble realismo político según su conveniencia.
Finalmente me da risa cuando escribe que "[…] lo que termina rigiendo fue lo que salió derrotado en las urnas, debido a lo cual no tiene sentido que la gente elija nada. Es algo incomunicable: ninguna democracia europea o de un país civilizado toleraría eso.". ¿En serio? ¿En que mundo vive ud? La socialdemocracia europea es una prueba viviente de que lo que ud dice es falso. Incluso la derecha gringa también lo prueba; siempre gobiernan con la promesa de menos gobierno y cuando llegan al poder hacen exactamente lo contrario. Ejemplos sobran: Reagan, Bush padre alias " read my lips…no more taxes" y Bush Jr.
lelo69
21 marzo, 2011 at 4:06 pmTodos los políticos son cucarachas del mismo calabazo.. Marcos Pérez Caicedo popular locutor costeño.
Desde la perspectiva más simple propia de un ciudadano de a pie, siempre vi entre Uribe y Santos una relación impuesta por el diario EL TIEMPO que venía desde hace muchos años perfilando a Juan Manuel por lo que el Salgareño se lo tuvo que tallar a cambio del apoyo de este medio inmensamente poderoso, Uribe quiso pegarle conejo pero afortunadamente le falló una nueva reelección y se tuvo que plegar estratégicamente a su ex ministro sabiendo que más temprano que tarde lo iba a traicionar, pero nunca pensó que tan rápido y con su peor enemigo al que convirtió Santos a Chávez en un santiamén en su nuevo mejor amigo, sabiendo que para tipos como Uribe y como a Jaime Ruiz el enemigo de mi enemigo es mi amigo y el amigo de mi enemigo también es mi enemigo….
Para el país e inclusive para los Uribistas mas decentes la sacada del poder de Uribe ha sido algo refrescante, saludable y reconfortante menos Jose Obdulios, Valencias Cossios, Urieles y otros paisas marrulleros y rezanderos muy diferentes a Juan Camilo, a Cardona a Gaviria ministros decentes y señores.
Lelo69
juan francisco muñoz
21 marzo, 2011 at 4:33 pmAlberto
NO quise decir que Popper es "positivista" como Comte, es claro que su racionalismo crítico fue algo nuevo. Pero aunque él resaltó cosas nuevas como contemplar posibles errores, invalidar afirmaciones imposibles, entre otras cosas, sus escritos revelan a un hombre inclinado a las evidencias empíricas, a estimar más lo más probable y a analizar al mundo social como se analiza al mundo natural. Pues, para mí, eso es positivismo. Me parece que la discusión sobre quién pertenece a qué escuela es innecesaria. Simplemente toca ver quiénes están de acuerdo con ideas aunque reduccionistas interesantes. Y creo que Popper fue uno de esos filósofos que sí entendieron la ciencia.
Un filósofo actual que la entiende también es Daniel Dennet.
Pablo
21 marzo, 2011 at 4:57 pmDaniel: Cuando estaba escribiendo mi comentario pensé precisamente en el senador Robledo como ejemplo de "coherencia política". Empezó con unos cientos de votos de unos radicales, hoy es uno de los senadores mas votados. Sin embargo creo que si sigue con su "coherencia", su carrera política se estancará. No hay posibilidad que acceda al poder, ni que existan otros tres o cuatro senadores que compartan sus posiciones políticas.
Alberto
21 marzo, 2011 at 5:16 pmDoctor Jaime Ruiz;
Prefiero dirigirme a “la suya persona” por su nombre, si no le molesta. A pesar de la amable sugerencia del anónimo yo no puedo hablar de “ustedes”. Por cierto ¿A quién se refiere usted, Doctor, cuando utiliza la forma plural? ¿Cómo puede establecer usted cualesquiera relación entre las personas que participan en este foro? Una manifestación más de su tendencia a postular argumentos ad hominem –o ad hóminem, o a Eminem, como usted prefiera llamarlos. ¿Puede su vasta sabiduría convenir en que usted no me conoce, no sabe si soy enano, no sabe cuáles son mis filiaciones políticas, mis orientaciones sexuales, mis gustos en materia de repostería? (Concédame eso, por lo menos eso, Doctor Ruiz).
Conoce la definición de ese tipo de argumentos que usted gusta llamar “a Eminem”; no obstante, me parece que tiene una comprensión un poco restringida de tal definición. Tiene usted razón al decir que el ejemplo; “Si los parásitos sociales acompañan el fraude de Santos no hay otra forma de decirlo y no hay ninguna falacia en eso”, no es un argumento “a Eminem”, pero resulta que las forma que usted ha utilizado en sus mensajes no es esa, sino una parecida a; “Puesto que yo –Jaime Ruiz- considero que todos los que acompañan el gobierno de Santos son unos parásitos sociales, cualquier cosa que diga un seguidor de Santos debe ser reprochable, en tanto que dicha por un parásito social”. Y debo decirle que ni siquiera entiendo su ejemplo, porque yo no infiero de la columna –motivo de esta conversación-, ni de mis palabras fervor, respaldo o aceptación a las acciones del actual gobierno. Cuando usted escribe; “Los patanes que visitan su blog y estudian en su universidad sonríen satisfechos y con aire de superioridad (pese a su estremecedora indigencia intelectual) sonríen satisfechos porque a fin de cuentas lo que salva Santos es un orden que los favorece.” Pretende invalidar con ello los otros discursos (eso sin señalar la evidente paradoja que se desprende del hecho de ser usted un visitante del blog). Yo podría señalar, por lo menos, cinco premisas falsas en semejante diatriba; 1) Los que visitan el blog son patanes. 2) Los que visitan el blog estudian en la Universidad que usted imagina propiedad de Alejandro. 3) Los patanes que estudian en dicha Universidad sonríen satisfechos. 4) Los patanes que estudian en dicha Universidad adolecen de una estremecedora indigencia intelectual. 5) Santos representa un orden que favorece a los patanes que sonríen satisfechos.
Por último, cuando usted afirma que “el siglo XX tienen como protagonista a la clase burguesa, que sustituyó en el poder a la vieja nobleza” (y vale la rima), recae en el prejuicio de suponer que al poder le corresponde un “lugar”. Quizá esté usted confundido entre tantas “volutas”, pero no voy a insistir en ello porque debo reconocer que hace falta paciencia para comprender la, a veces, desaforada retórica de Foucault.
Nota; Creo que en lo que si podemos estar de acuerdo es que sería deseable dar por terminada esta conversación, entre otras cosas porque yo no sé leer, ni escribir, y usted, Doctor, que lo sabe también, no parece dispuesto a hacerlo. Para resarcir cualquier malestar, le cedo la postulación que usted desinteresadamente hace de mi nombre para una cátedra universitaria en cualquier universidad privada de Bogotá; podrá allí reconciliarse y, a lo mejor, alguien algún día me cuente que lo ha visto sonriendo satisfecho…
Alberto
21 marzo, 2011 at 5:17 pmJuan Francisco;
Estamos de acuerdo en que el discurso de Popper no se parece al discurso positivista decimonónico. Estamos de acuerdo también en que los textos del viejo son unas de las piezas más interesantes en el ámbito de la comprensión de las ciencias en el siglo XX, y estamos de acuerdo en que resultaría innecesaria aquí una discusión sobre la pertenecía a eso que llamas “escuelas”.
Harold H. Londoño
21 marzo, 2011 at 5:35 pmDaniel y Pablo: creo que la coherencia política tiene lo que llaman su "nicho de mercado". Empero, no creo que de para más de 4 o 5 senadores. Mucho menos, para Presidente.
Cordial saludo,
Anónimo
21 marzo, 2011 at 6:04 pmAlejandro, cuando Uribe y Santos se unieron por unos intereses comunes, o que le creaban beneficios a los dos, cuales eranesos intereses comunes o beneficios de cada uno?. Por lo menos regaleme, por favor, tres.
2. Hoy la suma cero es para el pais?.
Por ultimo, regreso JR, y con el la bilis electronica y su basto y extenso conocimiento, mucho mayor a el de los doctores unversicarios.
Maldoror
21 marzo, 2011 at 6:11 pmAnónimo 13:04:
No es muy dificil imaginar que beneficios tendría la alianza Santos-Uribe en su momento. El primero se pegaba al líder populista de turno y encontraba la posibilidad para implementar ciertas políticas, sobre todo en el ámbito de la seguridad. Uribe por su parte se ganaba el apoyo de una de las élites tradicionales representadas por la familia Santos, tanto por su poder político, económico y mediático (obviamente hablamos de El Tiempo, que supuestamente – "como todos los medios"- quería el triunfo de la guerrilla, según nos explica el genio de "bastos conocimientos").
Anónimo
21 marzo, 2011 at 6:23 pmQuien nos impuso a Santos en la presidencia.? Quien trajo a el horroroso asesor venezolano para que manejara las "superestructuras".?
Alejandro Gaviria
21 marzo, 2011 at 6:50 pmLa coherencia de Robledo también es relativa. Se alió con Dussan y los Moreno en contra de quienes habían sido sus compinches ideológicos, entre ellos varios de los fecodistas. Sí, ha sido coherente en sus discursos, con la coherencia que, como decía Pablo, sólo se encuentra en los extremos. Pero a la hora de hacer alianzas también ha sido capaz (como toca) de hacerse el de la vista gorda.
Alejandro Gaviria
21 marzo, 2011 at 6:54 pmBueno…y alguna vez Uribe acusó a Santos de querer institucionalizar el clientelismo.
Alejandro Gaviria
21 marzo, 2011 at 6:57 pmJaime: usted, creo, sabrá reconocer que los “adjetivos y clasificaciones brutales” también hacen parte de su arsenal retórico. Y ¿opina, por el contrario, que usted simplemente recurre a los argumentos lógicos?
Andrés Barreneche García
21 marzo, 2011 at 10:14 pmUna critica a la teoria de juegos, particularmente como herramienta de analisis de la ciencia politica: exagera la racionalidad de los agentes, al igual que su capacidad de observar la totalidad de su espacio de posibilidades.
Un elemento clave de la historia de Santos y Uribe es la intervencion de Jose Obdulio: hizo falta de un enlace que los llevara a conocer su interes mutuo. Esto sugiere que las alianzas politicas dependen de las "distancias" entre las partes y, por tanto, que el sistema politico no es un sistema simple sino complejo (repleto de interdependencias, lo cual hace que el efecto de las decisiones sea dificil de modelar y predecir).
Un paralelo tecnologico: si todos tuvieramos la capacidad computacional para captar, procesar y utilizar informacion, estariamos utilizando el navegador de Google y tampoco habria falta de campanas como la de Microsoft para eliminar el uso de IE6 (lanzado en 2001).
Andrés Barreneche García
21 marzo, 2011 at 10:39 pmYo no creo que Santos haya "previsto un camino cierto hacia la presidencia". La afirmacion peca por desconocer la incertidumbre del momento y lo caotica que puede ser la vida politica. Bajo la supusicion de los intereses, la decision de Santos de apoyar la reeleccion fue, al fin y al cabo, una apuesta que resulto dar excelentes frutos.
Alejandro Gaviria
21 marzo, 2011 at 10:45 pmPara los interesados, enlazo una defensa breve y al punto de la teoría de juegos a propósito del capítulo 2 de "La lógica de la vida" de Tim Harford.
Alejandro Gaviria
21 marzo, 2011 at 10:49 pmAndrés: previó, en mi opinión, un camino posible y probable hacia la presidencia. Santos se la “jugó” y (ya sabemos) le fue bien.
Anónimo
21 marzo, 2011 at 11:53 pmAposto y gano(se la jugo). Pero la posibilidad para que ganara, se la balanceo Uribe. Luego, Uribe esperaria que el compartiera la ganancia del juego o de la apuesta, con el. Que gana Uribe con el juego de que Santos hubiese ganado?. O esperaria Ganar Uribe con eso. JR dice que Santos debio mantener la seguridad democratica. Como no la ha hecho es un taidor y los que no dicen eso y no hablan del fraude electoral son ahora amigos de Santos y enemigos de Uribe. En conclucion: Santos es un jugador (de poker) y el mundo es lineal. AX + BY + C = O.
Suramérica
22 marzo, 2011 at 12:35 amSantos se la jugó y ganó….clap clap clap clap….y?????? cuál es el análisis de lo político en todo ello??????
Alejandro Gaviria
22 marzo, 2011 at 12:59 amSuramérica: no entiendo su comentario. En todo caso sería muy instructivo que nos diera la lección completa e hiciera un análisis serio, sin caer, eso espero, en ningún reduccionismo, de la realidad política nacional. O de cualquier otra cosa.
Alejandro Gaviria
22 marzo, 2011 at 1:15 amCon respecto a la teoría de la decisión o la misma teoría de juegos, me da la impresión de que, para volver sobre una frase conocida, Suramérica está pasando muy rápidamente de la ignorancia al revisionismo.
Anónimo
22 marzo, 2011 at 1:33 amAleandro, tengo una pregunta fuera del tema de discusión, ¿Cuando en Colombia se usa el término billón se refiere a mil millones de pesos o a un millón de millones?, Creo que en ingles es mil millones mientras en español un millon de millones. ¿cuando se habla en los articulos colombianos cual se usa? Gracias
Suramérica
22 marzo, 2011 at 1:36 amEs usted el que ha planteado la teoría de juegos como una entrada analítica fascinante para el análisis político….y es por ello que soy yo quien espera con ansias descomunales SU análisis y PREDICCIÓN del juego político en Colombia….porque decir que Santos jugó y ganó, realmente no aporta mucho. Si estoy en un error, le pido por favor que me lo haga ver y me explique qué es lo novedoso en su columna. En palabras simples, no me pude llevar nada novedoso o interesante de su columna, nada diferente a lo que el sentido común puede brindar a cualquier desprevenido.
Alejandro Gaviria
22 marzo, 2011 at 1:37 amAnónimo: en Colombia (y en español en general) un billón significa un millón de millones. Para los billones gringos, se usa una palabra horrible que yo, casi por principio, me niego a usar: millardo.
Alejandro Gaviria
22 marzo, 2011 at 1:50 amSuramérica: la columna no pretende hacer ningún aporte novedoso. Ni tampoco tiene pretensiones descomunales. Dije arriba que estaba escrita en tono menor. Tal vez usted se confundió por el título. Simplemente quise traer a cuento, nuevamente, el carácter contingente de las alianzas políticas en Colombia, un tema que parece preocupar a muchos. Y argumentar, al respecto, que las mismas tienen menos que ver con acuerdos ideológicos o programáticos que con intereses coyunturales. Por ejemplo, detrás de la cacareada unión del partido liberal, yo no veo ningún fenómeno ideológico interesante. Eso es todo.
Sobre la teoría de juegos, creo que usted la desprecia más por prejuicio que por conocimiento. Pero ese es otro tema.
Anónimo
22 marzo, 2011 at 2:19 amolvidamos algo;
la alianza para-guerrillera, sin agraviar los nexos políticos del anterior gobierno.
Anónimo
22 marzo, 2011 at 2:59 amJaime, bienvenido,da gusto leer babosadas bien escritas,hacias falta. Ilustranos, maestro del insulto retorico. Iluminanos, faro de la necedad. Antes del regano, no tengo tildes ni enies….y me da una pereza buscarlas. Nuna cambies, ni nos abandones.
Mi PLACEBO
22 marzo, 2011 at 3:11 am"Pastrana anda buscando pareja (Samper está disponible)"… jaja, esta si la mejor de todas!!!
Alberto
22 marzo, 2011 at 6:11 amAlejandro;
De acuerdo con las dudas sobre la coherencia de Robledo… La ventaja que tiene el diablo es que toda alma tiene su precio. Pero, en el transcurso de la discusión me parece que se han entreverado dos tipos de incoherencias que no siempre se manifiestan juntas. Una sería la incoherencia entre un discurso, los ideales de un partido, las promesas de campaña, etcétera, y las acciones de gobierno; la otra es una incoherencia que podríamos definir en términos generales como disciplina de partido. Es un hecho que Obama, por citar un ejemplo, ha practicado la incoherencia entre su discurso previo y su gobierno, pero nadie se imagina a Obama ofreciéndole a Sarah Palin una alianza para hacerse reelegir. Por tanto, yo no encuentro –al margen del escenario local y algunos otros ejemplos particulares- que el segundo tipo de incoherencia sea necesario para acceder y ejercer el gobierno.
Anónimo
22 marzo, 2011 at 2:10 pmAhora Patarroyo obtiene reconocimientos por ser solidario. Lo trágico (y cómico) es que, una vez más, no es por desarrollar la vacuna.
Finalmente, resulta gracioso el último párrafo del reportaje:
"Se valoró, además, sus esfuerzos en favor del fortalecimiento de la democracia en su país a través de una estrategia de vincular desarrollo político, económico y social."
http://www.elespectador.com/noticias/actualidad/articulo-258349-manuel-elkin-patarroyo-premiado-espana-su-trabajo-solidario
Anónimo
22 marzo, 2011 at 3:05 pmCon lo de Patarroyo, ocurre, en parte lo que JR dice: que los doctores en Colombia viven de las sutilezas propia de su estrato. En el pais hay no se cuantos grupos de investigacion clasificados por Colciencias en A1, A, B, C y D, que reciben recursos publicos y adelantan "proyectos de investigacion" y no hemos descubierto una sola molecula farmaceutica en todo este tiempo. Entonces que hacen?.
Alejandro Gaviria
22 marzo, 2011 at 3:06 pmEsto dice una de las páginas de propaganda de Patarroyo:
Hay seres humanos como Manuel Elkin Patarroyo, para quienes el afán de lucro no existe, y hay quienes trabajan por la plata, compran y se venden, engañan, mienten, acusan, denuncian, se autoproclaman guardianes de los bosques, de la fauna, del culo de las muchachas, de la ciencia, los mismos que barnizados de verde apuntan su dedo acusador contra cualquiera que no les convenga olvidando que mientras tanto otros tres dedos apuntan hacia ellos… pero son pocos, afortunadamente para la humanidad.
Carlos E
22 marzo, 2011 at 3:38 pmBonito recibir premios por intentar las cosas y no conseguirlas, en esa categoría no le falta mucho a Pataroyo para llevarse el nobel de la paz.
Anónimo
22 marzo, 2011 at 4:56 pmOfrecen 500 millones de pesos de recompensa por responsables de asesinato de juez en Arauca
Con esta información sobre asesinatos de fiscales que investigan a miembros de la fuerza pública en colombia, se dan a conocer piezas claves de este ajedrez criminal entre la política y los descabellados defensores de militares.
Es que los complices de fernando londoño, o jose obdulio gaviria alimentan a producir eso !.., criminales que aunque sean encontrados y castigados, ya no tendrán más destino que seguir haciendo lo que les fue enseñado.
Los colombianos estamos apesumbrados por estas desgracias, donde se defienden y se premian a "reclutas de rango" por el hecho de matar inocentes.
Es que es un peligro también opinar.
Alejandro Gaviria
22 marzo, 2011 at 7:33 pmEn Guatemala el juego de poder es aún más interesante. Ya lo deciamos: los matrimonios políticos son inestables.
La primera dama Sandra Torres inició el proceso para divorciarse del presidente Alvaro Colom, con lo cual estaría habilitada para participar como candidata en las elecciones presidenciales de septiembre.
panÓptiko
23 marzo, 2011 at 3:49 amMe pregunto por donde empezar a aprender teoría de juegos…
Por otro lado, dejo en claro que estoy a favor del uso de las matemáticas en todas las ciencias sociales—de hecho, ahora estoy buscando como hacer mis pinos en evaluaciones de impacto. Sin embargo, no está de más recordar que hace muy poco los "extremistas cuantitativos" sufrieron un revés importante: a pesar de millones invertidos por el Pentágono, no fue posible prever la caída de Túnez y Egipto. Esa platica se perdió.
Saludos,
Alejandro Gaviria
23 marzo, 2011 at 4:05 ampanÓptiko: me imagino que conoce este libro: descargar pdf. Saludos.
Harold H. Londoño
23 marzo, 2011 at 1:41 pmColumna de Nicolas Uribe: fundamentalismo verde.
Me gusta esta parte: "En política a veces se requiere hacer pactos con el diablo, y como dice Weber, quien no sea capaz de hacerlos no tiene vocación para la política".
Suramérica
23 marzo, 2011 at 1:59 pmGracias por link al libro.
Alejandro Gaviria
23 marzo, 2011 at 3:09 pmChávez habla del fin de los marcianos: una buena aplicación de la la teoría marxiana.
Suramérica
23 marzo, 2011 at 3:13 pmAh! y muy buen disparador para el análisis la columna de Nicolás Uribe.
Daniel Payares Montoya
24 marzo, 2011 at 2:33 amViendo ese video de Chávez sentí la misma pena ajena que sentía viendo Padres e Hijos.
Que tristeza que con la plata del contribuyente venezolano se paguen esas transmisiones de televisión.
Anónimo
24 marzo, 2011 at 4:58 amAlejandro gracias por el link del libro de evaluacion de impacto.
Alejandro Gaviria
24 marzo, 2011 at 4:08 pmNo conocía esto: El septimazo de Fernando Vallejo.
Alejandro Gaviria
24 marzo, 2011 at 4:13 pmArthur Lewis en sentido contrario: en los últimos años muchos trabajadores se han movido de sectores productivos a sectores informales, mucho menos productivitos. Dani Rodrik habla sobre este fenómeno, bastante generalizado pero particularmente preocupante en Colombia.
Anónimo
25 marzo, 2011 at 2:25 amRegresó jaime ruiz. Le hacía falta que alguien lo leyera.
Maldoror
25 marzo, 2011 at 1:09 pmMe pregunto si esto será sólo la punta del Iceberg de la "seguridad democrática".
Anónimo
25 marzo, 2011 at 5:37 pm¡Qué maravilla de video!
Anónimo
25 marzo, 2011 at 5:59 pmA los que escriben bajo la marca JR hay que explicarles que es un argumento ad hominem, justo como a M. Jourdain se le explico que hablaba en prosa. Que triste decadencia la de esa organización.
Pascual
26 marzo, 2011 at 7:30 amUna columna vieja relacionada con el nuevo round Soho-Procurador, una pareja inseparable.
Ángeles al desnudo
panÓptiko
27 marzo, 2011 at 2:38 amGracias por el link al libro. Si lo conocía, peor aún no le echo el diente. Si tiene algún recomendado de Teoría de Juegos, estoy atento (por ahora pienso echarle un ojo a la introducción que Binmore hizo para aquella colección de OUE).
Saludos,
Anónimo
27 marzo, 2011 at 8:18 pmSigo creyendo que garnupia supergabo, es el clon de colon irritable de José Obdulio. De ahí el resentimiento con que esputa su verborrea (que además sólo esconde -para qué negarlo- las trazas de verdad que encierra).
En algo si no comulgo con esta columna, y eso se lo debo a mi análisis personal de los gobiernos nacionales. En cifras grandes creo, la estrategia santista es la misma que habría asumido el uribismo de no venir tan estigmatizado por tanto teatro dramático. La fuerza que puso al mesías arriero, caracterizada por esas risitas que hoy a supergabo le indignan (pero que entonces imagino no eran relevantes), fue la misma encargada de bajarlo del caballo de gobierno -¿qué cosas no?-
El riesgo, no simplemente de la traición "filosófica" en la sucesión de poder con el (neo) liberal Juan Manuel, sino de terminar endilgando al principe de tranquilandia todos los males de la sociedad colombiana y de volverlo así el chivo expiatorio del nuevo siglo, siempre estuvo presente y lo sigue estando. El miedo y las rabietas cibernéticas del espíritu santo de los 12 apóstoles no está sólo en el desaire político. Veremos si a punta de medallitas de chocolate de institutos dudosos se puede proteger el jesucristo de la clase dirigente moderna (él se lo buscó por garoso)
Jorge I.
30 marzo, 2011 at 5:44 pmAlejandro: Tengo una duda que quisiera que me ayudara a clarificar. En negocios es bien sabido que el capital que se queda quieto va en detrimento de la empresa. En este orden de ideas (y ya que disto de la economía por formación) me asalta la pregunta sobre la importancia que puede -o pudo- tener para la economía americana los dólares que estuvieron -o que están, vaya uno a saber- enterrados, escondidos y necesariamente lejos del mercado internacional. ¿Es posible que ante la dificultad para blanquear estos activos de parte de los mafiosos nacionales, hubiera habido por este motivo una necesidad norteamericana de agilizar el proceso? Muchas gracias.
Alejandro Gaviria
2 abril, 2011 at 3:30 pmJorge I.: los capitales escondidos del narcotráfico, bajo cualquier estimativo, son insignificantes comparados con la dimensión de la economía de los Estados Unidos. Hay una tendencia a sobrestimar la importancia económica del narcotráfico: en Colombia, por ejemplo, todo el negocio no llega al 4% del PIB. No creo que la política antidroga de los Estados Unidos haya estado subordinada a intereses financieros. La izquierda ha repetido esta acusación muchos años. Pero nunca han demostrado nada. Es sólo otra teoría de conspiración.