
Durante los años noventa, hubo dos fenómenos sociales sin muchos antecedentes en nuestra historia. El primero fue la migración externa. El segundo fue la violencia. Ambos fenómenos dejaron una cicatriz en las pirámides demográficas En la pirámide para todo el país los resultados apenas son evidentes pero en algunos municipios (o localidades) los efectos saltan a la vista.

De otro lado, el efecto de la violencia es evidente en la pirámide del municipio de Puerto Berrio (Antioquia). En lugar de disminuir gradualmente, el porcentaje de hombres entre 15 y 19 años de edad cae abruptamente con respecto al porcentaje entre 10 y 14. Algo similar ocurre para los hombres entre 20 y 29. El contraste con la distribución de las mujeres es evidente. El boquete del lado izquierdo de la pirámide constituye la típica marca demográfica de un exceso de mortalidad de hombres jóvenes, como corresponde a una situación de violencia generalizada.
Fuente de los datos: Dane, Censo (2005).