Más allá de la agresividad verbal, los participantes en los foros electrónicos de la prensa colombiana se distinguen por su falta de imaginación. Por la facilidad con la que repiten el mismo diagnóstico y señalan los mismos culpables: el sistema, el establecimiento, los cacaos, la clase dominante, el gran capital, etc. “Ahora el señor Hommes –escribió esta semana un forista indignado–dice que la pobreza disminuyó por las políticas neoliberales que practican los gobiernos desde el vende patrias de Gaviria. Cuando todos sabemos que la apertura ha sido la causa de la tragedia nacional.” Y sigue una larga retahila de acusaciones a los culpables de siempre. En fin, el diagnóstico está hecho. Y los malos, claramente identificados.
Es difícil tener paciencia con la ignorancia ignorante de si misma. Mi primera reacción es siempre de exasperación. Trato de buscar consuelo en la misantropía. Imagino replicas hirientes: resentido es aquel que confunde el fracaso personal con el fracaso del país. Intento, en últimas, seguir el consejo de Alain De Botton. Darse cuenta, dice De Botton, de que “las ideas de la mayoría de la población sobre la mayor parte de los asuntos están extraordinariamente transidas por el error y la confusión” puede ser tremendamente liberador. “Puede que, mediante una interpretación no paranoica de las deformaciones del sistema de valores que nos rodea, nos conformemos con asumir una postura de misantropía inteligente».
Pero allí no termina la cuestión. Incumbe indagar por las causas de tantos y tantos comentarios cortados por la misma tijera ideológica. ¿Por qué la mayoría de los foristas repiten el mismo diagnóstico y señalan los mismos culpables? ¿De dónde viene esta ideología tan precaria como extendida? Jaime Ruiz ha sugerido que la causa está en las universidades. O mejor, en los dogmas que se enseñan y se inculcan en nuestras instituciones de educación superior. Los foristas serían, en su opinión, victimas complacientes del adoctrinamiento. Simples repetidores de las ideas que sus profesores han repetido por décadas. Literalmente, estaríamos ante la repetición de la repetidera, magnificada ahora por la magia del internet.
Pero yo no creo que las universidades tengan tal capacidad de adoctrinamiento. O que los profesores universitarios sean ventrílocuos avezados con miles de muñecos obedientes. Los foristas son la manifestación de una realidad sociológica. De un modelo mental. La mayoría de ellos está convencida de que la sociedad colombiana es injusta, de que el trabajo duro no paga, de que las conexiones son causa del éxito y de que ellos merecen mucho más de lo que tienen: todos se creen víctimas del sistema. Este diagnostico está asociado con la existencia de desigualdades reales, pero, es al mismo tiempo, un fenómeno sociológico con fuerza propia. Un modelo mental que genera las condiciones para su propia reproducción.
Este tipo de pesimismo promueve las visiones justicieras del estado, el voluntarismo utopista, los deseos de revancha (que se convierten en un exceso de igualitarismo compensatorio). Y en últimas, favorece el crecimiento desordenado y corrupto del Estado. Y este crecimiento, a su vez, enriquece a unos cuantos privilegiados, concentra aún más las oportunidades y confirma las expectativas iniciales, el pesimismo generalizado. Jaime Ruiz ha sugerido una explicación similar. Pero yo difiero en un punto fundamental. Jaime cree que todo esto es deliberado. Pero no. Los foristas no son conscientes de las consecuencias de sus creencias. Desconocen que la causa última de su enojo es su mismo enojo. Su indignante indignación.
panOptiko
1 abril, 2007 at 4:46 amAlejandro, gracias como siempre por su valiosa visión del problema.
Yo rescato dos cosas de la lectura:
Vivir en Colombia es difícil, psicológicamente hablando, por la mayor certidumbre con la que la muerte nos rodea. Esto requiere más que el normal mecanismo de negación, una deformación que desvíe el sentimiento de culpa, que la deje lejos de nuestro cuerpo. Dentro de las mil caras del drama, el segmento de los foristas refleja todo lo que usted dice, pero parece que es el que quiere decir – ojalá hacer – y puede ser una puerta al cambio.
Por otro lado, definitivamente hay gente conciente de la situación que se decide a hacer «free riding», con motivaciones de diversa índole, pero todas perpetuadoras del modelo. ¿Por qué no hacemos un recuento de estas?
Estaré pendiente, como siempre. Feliz Domingo
Camilo Andrés
1 abril, 2007 at 6:36 am¿Por qué la mayoría de los foristas repiten el mismo diagnóstico y señalan los mismos culpables? ¿De dónde viene esta ideología tan precaria como extendida? Jaime Ruiz ha sugerido que la causa está en las universidades.
Pero yo no creo que las universidades tengan tal capacidad de adoctrinamiento. Si todavía no cree, lo invito a leer esta entrada en mi blog.
Este tipo de pesimismo promueve las visiones justicieras del estado, el voluntarismo utopista, los deseos de revancha (que se convierten en un exceso de igualitarismo compensatorio). Y en últimas, favorece el crecimiento desordenado y corrupto del Estado.¿Cómo así? ¿Cree, que este tipo de pensamiento convierte a las personas en corruptas? Y este crecimiento, a su vez, enriquece a unos cuantos privilegiados, concentra aún más las oportunidades y confirma las expectativas iniciales, el pesimismo generalizado. Jaime Ruiz ha sugerido una explicación similar. Pero yo difiero en un punto fundamental. Jaime cree que todo esto es deliberado. Pero no. Los foristas no son conscientes de las consecuencias de sus creencias. Desconocen que la causa última de su enojo es su mismo enojo. Su indignante indignación.
En esto último, me parece que le da la razón a Jaime Ruiz. Si no son conscientes, es por culpa de las universidades ¿no? o de sus adoctrinantes que les inculcan pensamientos resentidos (Violentos, salidos desde una percepción personal) solo para buscar esa compensación que tanto anhelaban.
Este artículo es clave para descifrar la tautología colombiana o más bien tautología (que vienen desde las universidades) de los ciberforistas.
Muy buen artículo Sr. Alejandro Gavaria.
Un saludo.
Sergio Méndez
1 abril, 2007 at 7:57 amLa mayoría de ellos está convencida de que la sociedad colombiana es injusta, de que el trabajo duro no paga, de que las conexiones son causa del éxito y de que ellos merecen mucho más de lo que tienen: todos se creen víctimas del sistema.
Interesante. Ud difiere con Jaime Ruiz ¿Pero no es Jaime Ruiz un ejemplo de la realidad que pretende explicar? Y más allá de eso ¿Ud en verdad piensa que la sociedad colombia no es injusta? ¿O eso es simplemente tener «falta de imaginación»?
Carlos
1 abril, 2007 at 11:14 amBuen articulo. Yo estoy de acuerdo con Alejandro: el problema es cultural. Lamentablemente en nuestras sociedades no se valora mucho la responsabilidad individual. Existe una tendencia a buscar responsables a nuestros problemas personales en todas partes menos en el espejo. A mi me exaspera, por ejemplo, la actitud de muchos profesionales recien egresados que creen que porque tienen un titulo, se merecen automaticamente que les den trabajo y además con un salario de X millones. Al llegar con esa actitud y enfrentarse a la realidad del mercado laboral colombiano,vienen las fustracionesy la indignación del tipo «aqui no pagan lo que me merezco». Pero casi nunca reflexionan si realmente han hecho el trabajo de adquirir las habilidades que realmente requieren las organizaciones colombiana.
Y asi somos. El responsable siempre es otro: los «ricos», el gobierno de fulanito, los gringos,etc
Lo cual no quiere decir que otras personas, en especial los poderosos(que por definición tienen mayor influencia), no hayan pecado por acción u omisión en el pasado, creando o permitiendo la existencia de problemas actuales.Y tampoco se puede negar la existencia de injusticias y equivocaciones cometidas en el pasado.Pero debemos aprender a asumir responsabilidades.
No se que influencia pueda tener la religión católica en este tema. Si puedo identificar mas facilmente la influencia del marxismo con su determinismo historico y su desprecio por la voluntad individual. Y por eso nuestra izquierda rara vez reconoce la responsabilidad individual de los menos afortunados en su propia suerte.Por eso en el debate de lo del choco, nadie le da siquiera alguito de responsabilidad a los propios chocoanos.
Saludos,
Carlos
Carlos
1 abril, 2007 at 12:36 pmTal parece que los problemas de choco no se deben a la «falta de estado» sino al exceso de estado en el nivel departamental y local.
No se porque no me sorprende esto. Será porque soy un «estupido liberal dogmático».
Saludos,
Carlos
Anónimo
1 abril, 2007 at 1:01 pmLo que sucede en Colombia es que por cada rayo de sol que alguien ve hay 200 que están listos a mostrar los nubarrones por entre los cuales se proyecta el haz de luz: «Mire que está saliendo el sol; el día va a mejorar», dice el optimista. «Qué va», contesta el coro de pesimistas, «no demora en soltarse el aguacero».
Y lo cierto, lamentablemente, es que tanto en Bogotá como en el Chocó llueve mucho.
Juan Francisco
1 abril, 2007 at 1:31 pmNo estoy Completamente Deacuerdo:
La afirmación según la cual el modelo mental justiciero y voluntarista promueve la desorganización, la corrupción del estado y el acceso privilegiado al crecimiento, me parece un tanto confusa. Pareciese tener nombres propios, pero no me imagino cuales puedan ser. Yo no creo firmemente esto. Estos problemas no se los atribuiría exclusivamente al error y la confusión. Sin lugar a dudas, están presentes, pero no creo que sea paranoico decir que hay personas corruptas y ambiciosas que han hecho valer sus intereses por encima de los demás.
Sin embargo, reconozco el valor de asumir una posición reflexiva dispuesta a escuchar y discutir argumentos, antes que en promober ideologías e ideas radicales y reformistas. También creo que las evidencias empíricas son las más importantes, y que los sesgos personales y sociales usualmente las distorsionan. Sin embargo, en el mundo social es necesario asumir ciertos compromisos. Aunque Alejandro hace evidente su compromiso con actitudes científicas, en este post veo una ligera negación al valor de los compromisos y de las quejas de los foristas, que en mi opinión, no siempre pueden ser atribuidas de forma exclusiva a las causas citadas por Alejandro.
Estoy completamente deacuerdo en que el enojo, la frustración y la rabia se convierten en un obstáculo para la argumentación, pero no creo que este sea tanto el caso de los foristas de este blog. Tal vez de las personas que opinan en el Tiempo.
panOptiko
1 abril, 2007 at 1:56 pmJuan Francisco, dos cosas: Creo que si la gente de veras está comprometida, lo reflejará en su queja de tal manera que no parecera una marioneta de alguien más. Tener posición es importantísimo, nadie lo niega, pero el camino que lleva a ella y su sustento es igual de importante.
Segundo, me atrevería a decir que Alejandro no se refiere a los comentaristas de este blog, pero el que se sienta aludido…
Anónimo
1 abril, 2007 at 4:21 pmA los economistas sucede lo que a los demás profesionales: para refrendar sus tesis consideran suficiente la aprobación de sus colegas. Solamente entre pares vale la discusión.
La Historia, sin embargo, ha enseñado que la verdad solo la decanta el tiempo y el sentido común. Común y no de especialistas.
Por ejemplo, para el sentido común, la verdad básica de la economía es que los salarios deben poder comprar lo que se produce. El total de los salarios, el total de lo que se produce. Demasiado obvio para que lo entienda el profesional con anteojeras. Eso tuvo su comprobación en 1929, cuando, al romperse ese equilibrio, se produjo tremenda crisis sin que los economistas se dieran cuenta.
Jaime Ruiz
1 abril, 2007 at 4:47 pmPanóptiko, pues yo me doy por aludido, y de paso le doy la razón a Sergio: soy la prueba viviente de eso que aparece en el fragmento que él copia, ya que me podría ganar la vida en un entorno competitivo mejor que los que han estudiado (si no perdiera el tiempo en los blogs).
A mí me parece que Alejandro da vueltas en el párrafo central de su post a lo que en mi opinión es el hecho decisivo; pero se frena, no porque no haya pensado eso sino que tiene aprensión para decirlo, tal vez por el hábito de la necesidad de la demostración científica. A veces a mí se me ocurre que esa recia autoridad de la ciencia es lo que no se ha demostrado, que el soneto con el que se declara el psicólogo puede no estar mejor escrito ni enamorar mejor a la muchacha. Veamos:
Pero yo no creo que las universidades tengan tal capacidad de adoctrinamiento.
Esto parece de otra época, de cuando los padres godos se escandalizaban de las doctrinas «foráneas» que aprendían sus hijos. Ciertamente la capacidad de adoctrinamiento de los profesores es limitadísima, y aun se podría suscribir que la inmensa mayoría de ellos están empeñados en enseñar la materia que conocen. Ahí no importa si es adoctrinamiento o instrucción rigurosa (objetiva, expuesta a la razón), la limitación (por supuesto, también provista por los educandos), impide cualquier resultado notable. Es decir, para sacar un Mohammed Atta puede hacer falta la misma alquimia que para sacar un gerente de Hewlett Packard, y es difícil.
La forma en que los profesores de universidad transmiten esa ideología expresada por el forista que cita Alejandro es puramente pasiva: ¿qué proporción de profesores universitarios colombianos sienten más simpatía por Bush que por Chávez? ¿Cuántos comparten más que desaprueban lo escrito en las columnas de Caballero? ¿Cuántos se entusiasman con el TLC? ¿Cuántos sueñan con un Estado más pequeño?
Todas las opiniones del forista las tiene el muchacho al entrar a la universidad, lo que pasa es que su acceso a la condición social superior le refuerza esas certezas porque no hubo quien se las refutara. Si se parte de ahí al conformismo generalizado de los profesores universitarios con las cosas que ocurren en sus centros, como que no se dejara hablar al presidente o que se den procesos de intimidación a quien no comparta la ideología unánime, ese papel de adoctrinamiento resulta más evidente. Basta un Abimolano por cada 50 profesores para asegurar la hegemonía ñángara.
Los foristas son la manifestación de una realidad sociológica. De un modelo mental.
Pues lo que valdría la pena sería describir ese modelo mental. Las semanas anteriores tenía muchas ganas de replicarle a Daniel Vaughan, ante la abrumadora superioridad de sus conocimientos económicos, «pero usted qué nos viene a decir si ni siquiera habrá leído a Ricardo Palma». La sociología y la economía parecen ciencias en las que se juega con muñecos y abstracciones mientras no se tenga una percepción literaria de la tradición cultural que habitan los sujetos que esas ciencias analizan. Lo que ese forista expresa es lo que retrata Ricardo Palma: el conjunto de valores de la sociedad tradicional, el orgullo del castellano viejo, el desprecio del trabajo, el colectivismo de la Antigüedad conservado en los sobreentendidos del catolicismo, la aversión al comercio y a la competencia, el cómodo anclaje en una sociedad en la que hay un respeto claro por la jerarquía. Cualquiera que escribe en un foro tiene estudios y cierta consideración social, el hecho de ver a los pobres, excluidos, rústicos como gente inferior a él le resulta casi natural y teme y odia cualquier circunstancia en la que esas personas le llevan ventaja, por ejemplo por trabajar y ganar mucho dinero.
Bah, he escrito cientos de posts tratando de explicar que eso que defiende la izquierda democrática no es lo que viene después de la burguesía sino lo que estaba antes, que el conflicto colombiano es sólo un episodio del Barroco exacerbado por el aislamiento, el desarraigo, la explosión demográfica, los largos siglos de esclavitud, la indigencia lectora…
La mayoría de ellos está convencida de que la sociedad colombiana es injusta,
Por Dios: la sociedad colombiana es injusta por la situación privilegiada del tipo humano y del medio social del que salen esos foristas. Ya he explicado una vez el caso de un médico que se felicitaba de la muerte de Juan Luis Londoño porque la ley 100 lo forzaba a cobrar como mucho 20.000 pesos por consulta. ¡Y era un foro sobre la desigualdad! Todo el mundo clama contra la desigualdad porque se compara con Santodomingo, pero ¿no sería lo más igualitario renunciar a todos los privilegios del sindicalismo estatal? La mayoría de esos foristas son empleados estatales que maldicen al gobierno (en el que ascienden los paisas y así) en su tiempo de trabajo. La rabia contra la desigualdad es admiración por el régimen cubano en el que el negro-esclavo ha llegado a estar peor que hace 200 años.
de que el trabajo duro no paga,
¡Claro que no paga suficiente, el problema es si debe pagar! Es simple: nadie quiere trabajar duro. La recompensa del trabajo siempre es deseable, pero la clase de colombianos que han pasado por la universidad puede permitirse la recompensa sin el trabajo. Al menos soñar con ella: si se pertenece a la clase más alta es posible, en todo caso la recompensa copiosísima. En los años noventa Luis E. Garzón se ganaba diez millones de pesos al mes, que eran más que 40 salarios mínimos, y sueldos similares tenían otros próceres de la izquierda democrática como Daniel García-Peña, Alfredo Molano y Carlos Gaviria. La queja porque el trabajo duro no paga puede ser un camino para tener la paga sin pecar, según el modelo eclesiástico, que es de donde vienen todos esos términos: beneficio, canonjía, prebenda…
Es la misma indignación del médico con un régimen en el que él tiene que cobrarles menos a los pobres: la pobreza refuerza su indignación con el FMI, pero su «modelo mental» es el que ya describió Jakob Burckhardt (en la parte final de La cultura del Renacimiento en Italia explica que un siglo después de que ese país cayera en manos españolas ya nadie pensaba en el trabajo, sin el cual sería inconcebible lo que se hizo en Florencia, por ejemplo, sino sólo en exhibir un linaje hidalgo y en convertirse en médico o abogado. Ese hombre del siglo XIX describe la Italia del XVII pero es perfectamente apropiado para la Colombia del XX).
de que las conexiones son causa del éxito y de que ellos merecen mucho más de lo que tienen
¡Claro, merecen mucho más acceso a la camarilla influyente!
todos se creen víctimas del sistema. Este diagnostico está asociado con la existencia de desigualdades reales, pero, es al mismo tiempo, un fenómeno sociológico con fuerza propia. Un modelo mental que genera las condiciones para su propia reproducción.
Claro, es una segunda naturaleza por ser como la identidad, el ADN de la sociedad colombiana.
Este tipo de pesimismo promueve las visiones justicieras del estado, [en las que ellos suben de estrato] el voluntarismo utopista, [que es muestra de cultura y educación, es decir, de estrato] los deseos de revancha (que se convierten en un exceso de igualitarismo compensatorio) [sobre todo por la generosidad de un Estado con miras sociales con el pueblo que se organiza y lucha: es decir con los doctores]. Y en últimas, favorece el crecimiento desordenado y corrupto del Estado. Y este crecimiento, a su vez, enriquece a unos cuantos privilegiados [entre los que esperan contarse los indignados], concentra aún más las oportunidades y confirma las expectativas iniciales, el pesimismo generalizado. [Salvo que entre tanto se haya adquirido cultura y contactos y se vea a los que echan espumarajos desde sus oficinas públicas como éstos ven a los recicladores desde las ventanillas de sus carros baratos].
[…]
Jaime cree que todo esto es deliberado. Pero no. [Creo que es deliberado por parte de quienes explotan esa ideología, de otro modo los columnistas de la prensa no serían quienes son. Quien tenga la paciencia de leerse ciertos textos de William Ospina encontrará disparates y propuestas atroces mucho peores que las de ese forista, pero ¿por qué son casi todos los columnistas así? Es verdad que los lectores son así, pero en la relación cuentan mucho las inclinaciones de Santos Calderón y Pombo.]
Los foristas no son conscientes de las consecuencias de sus creencias. Desconocen que la causa última de su enojo es su mismo enojo. Su indignante indignación.
La causa última de su enojo son los frenos que se presentan a su ascenso social: el hombre indignado con la desigualdad piensa en crear oportunidades de empleo, el profesional que se siente mal pagado y quiere igualarse a los poderosos quiere más libertad económica para volverse empresario. Son los parásitos de la política los que le parecen un freno, tanto los de la política tradicional como los de la izquierda democrática. Esos indignados como el que cita Alejandro son exactamente los lagartos que esperan ascender gracias a alguna revuelta que despoje a los demás, sea a través de desfalcos godo-liberales o de saqueos decretados por la izquierda democrática.
Sobre las universidades le recomiendo a quien se interese el capítulo dedicado a ellas en el libro Fabricantes de miseria, del trío Vargas-Mendoza-Montaner. Me parece muy apropiado. Y al que tenga paciencia conmigo le enlazo un par de posts de mi fenecido blog.
Daniel Vaughan
1 abril, 2007 at 4:47 pmVarios comentarios rápidos (hoy hay ajiaquito bailable en NY, así que hoy hay poco tiempo pa’la discusión (afortunadamente, dirán algunos, con razón, jejejej)):
1. Veo la prepotencia del académico presente en este post. Cuando uno dice:
«Más allá de la agresividad verbal, los participantes en los foros electrónicos de la prensa colombiana se distinguen por su falta de imaginación» hay un error de diagnóstico y de prepotencia.
El problema no es de falta de imaginación. Falta de imaginación hay cuando uno ha estudiado un tema y no se le ocurre nada más que la misma receta de siempre. El problema en los foros no es de falta de imaginación sino de falta de estudio de los problemas que se discuten.
2. Cuando no se ha estudiado un tema a profundidad, es fácil dejarse influenciar por lo que se dice en los medios, o lo que dicen los «expertos». No es casualidad que muchos digan (o «digamos», me incluyo) lo mismo: todos leemos lo mismo.
3. Los blogs son un sitio interesantísimo para estudiar el comportamiento humano. De los posts de la gente (nuevamente me incluyo acá) se puede decir mucho de las personas que los escriben.
¿Para dónde voy? De pronto me equivoco, pero la lectura de Jaime Ruiz del papel de las universidades parece tener un claro sesgo que creo haber identificado hace varios posts.
Me voy a arriesgar con el siguiente diagnóstico (sigo jugando a ser psicólogo) de Jaime Ruiz y me gustaría saber qué piensa el mismo JR al respecto (puedo estar totalmente equivocado, y no pretendo ofender a nadie con esto, así que pido disculpas de antemano si ofendo a alguien):
Mi impresión es que JR es un tipo muy culto que ha estudiado mucho por su cuenta (es decir, sin necesidad de haber ido a una universidad). Mi impresión también es que JR está todo el tiempo tratando de demostrar que sabe tanto o más que las personas que han ido a una universidad ha estudiar formalmente lo que él ha estudiado de manera informal.
Si mi diagnóstico es medianamente correcto, lo que esto sugiere es que la observación de JR sobre el papel de las universidades puede estar sesgada a tratar de demostrar nuevamente que el estudio informal de los problemas que se discuten acá es una ventaja sobre el estudio formal de las personas que van a las universidades.
Puedo estar equivocado, pero me arriesgo a hacer este diagnóstico por dos razones:
1. No veo un argumento claro para decir que las universidades están adoctrinando a los estudiantes.
2. Es repetitivo el uso de este tipo de afirmaciones, lo que sugiere que en efecto hay un «complejo de inferioridad» que sale a relucir con frecuencia.
Todo esto lo digo molestando. Estoy jugando a ser psicólogo. ¿Alguien quiere jugar a esto conmigo? Por ejemplo, alguien se arriesga a hacer un diagnóstico (por favor que no sea explícitamente ofensivo) mío? Ya hay gente que ha sugerido cosas como «prepotencia» y cosas similares. Como esas sugerencias han sido hechas con un tono decente, no ofensivo, no me molestan y acepto que pueden tener toda la razón.
Sobre el post no digo más. Creo que hay un error serio en el diagnóstico del fenómeno que discute, aunque la idea del post es buena: propongo que hagamos un análisis de los individuos que participan en los blogs (lo que se conoce como «autoselección» en el lenguaje técnico) y de las relaciones sociales que se generan en este tipo de foros (por ejemplo, la «pelea» entre Zángano, Sergio Méndez y JR, o entre Carlos y yo). Es bastante divertido analizar esto.
Saludos,
DV
Sergio Méndez
1 abril, 2007 at 5:06 pmJr me entendió mal. El no es la prueba viviente de lo que denuncia esta entrada porque «pudiera ganar mucho más dinero que los que han estudiado si no se dedicara a los blogs» (si Jaime Ruiz tuviera la mentalidad empresarial capitalista que tanto exige a tirios y troyanos, simplemente no perdería el tiempo escribiendo en blogs para empezar). Él es la pureba viviente de lo que denuncia esta entrada, porque en últimas su modelo es completamente predecible: culpar a los universitarios y a la izquierda demócratica de todo que pasa. Jaime Ruiz debe ir a comer a un restaurante, y si le sale una mosca en la sopa culpará de ello a los profesores universitarios y a la izquierda democrática, no me cabe la menor duda.
Jaime Ruiz
1 abril, 2007 at 5:49 pmNo, Daniel, no intento demostrar que se aprende más fuera de la universidad. Creo que la ideología que comparten la inmensa mayoría de los egresados y estudiantes universitarios en Colombia es un freno a la asimilación del país al modelo de los países desarrollados. Creo que la persistencia de un molde teocrático entre la gente de las clases altas es una causa mucho más plausible de la exclusión social (y también la pobreza y el atraso) que los robos de los corruptos o la perversidad de los avaros. Supongo que en general las personas que han estudiado tienen grandes ventajas en todos los niveles sobre los demás.
Esas series de inferencias psicológicas son jartas, podría dar que por ser yo alguien que no tuvo la oportunidad de estudiar vivo lleno de resentimiento con los desalmados que van a Columbia, Harvard, etc., pero sólo tengo rechazo a los antiliberales. Entre los colombianos que más valoro intelectualmente están muchos que han ido a esos centros, como el difunto Londoño y el ex ministro Carrasquilla.
Jaime Ruiz
1 abril, 2007 at 5:56 pmSergio, ¿cómo se le ocurre que yo vaya a ir a un restaurante y hasta a tomar sopa para comprobar lo que usted dice? Bueno, tendría razón, porque de no ser por un representante de la izquierda democrática (usted) no me habría expuesto a tal situación. De hecho, la última vez que pedí sopa el mesero tenía el dedo pulgar dentro del plato…
Carlos
1 abril, 2007 at 6:39 pmQue se entiende por «adoctrinamiento»? Cualquier profesor tiene que explicar ideas, métodos,técnicas,aproximaciones,etc (para eso le pagan…) y si las explica es porque asume que son utiles o verdaderas, o puede ser que le impongan el contenido «desde arriba»? A que nos referimos con adoctrinamiento?
Como sería posible educar sin «adoctrinar»? Es posible educar sin vender ciertos valores de forma ímplicita o explicita?
Tal vez la unica salvación sea que el principal valor que inculque la educación sea la crítica y el esceptismo. Que los profesores le digan a los estudiantes: «les voy a enseñar o explicar estas ideas pero tengan mucho cuidado en tomarlas como la verdad revelada…»
Saludos,
Carlos
Carlos
1 abril, 2007 at 6:43 pmDaniel: y para que te enteres de algo: la «pelea» entre Jaime Ruiz y Sergio, lleva años.Me he puesto a leer entradas del Blog de Pais Bizarro desde el 2004,2005 y ya en esa epoca estaban discutiendo igualito que ahora…je,je…
Saludos,
Carlos
Jaime Ruiz
1 abril, 2007 at 7:43 pmPerdón por salir del tema: muy recomendable Christopher Hitchens en El Espectador.
lelo69
1 abril, 2007 at 10:27 pm“Bienaventurados aquellos que todo lo tienen claro, que de ellos es el reino de los ciegos” Juan Marsè
Pienso que la mayorìa de los latinoamericanos sufrimos de “desesperanza aprendida” por lo que asumimos permanentemente una actitud de incredulidad frente a los logros del otro incluyendo por supuesto al gobierno. Esta “desesperanza aprendida” es el resultado de experiencias reiterativas concretas y reales como testigos o victimas de atropellos y/ o actos de corrupción por parte de particulares y autoridades gubernamentales. Otro factor que favorece la cimentación de la “desesperanza aprendida” son las historias y escandalos de los polìticos y funcionarios de todos los pelajes que segùn la información que recibimos constantemente por todos los medios.
En conclusión todos en mayor o menor grado desarrollamos un nivel de incredulidad màs allà de lo prudente. Esta forma de analizar o entender (cogniciòn incrèdula) determina automáticamente que todo logro del otro tiene su lado oscuro que le resta legitimidad y le quita meritos, por lo contrario nuestro propio fracaso tiene un porcentaje “de culpa del otro” que nos exonera.
Roberto Angulo
1 abril, 2007 at 10:47 pmSe me ocurre enviar estos aforismos de Nicolás Gómez Dávila (Escolios a un texto Implícito I y II), lo hago a propósito del tema de este post. Por lo demás, solo anoto que la lectura de este autor siempre se me presenta como un acto edificante:
— Los hombres cambian menos de ideas que las ideas de disfraz.
En el decurso de los siglos las mismas voces dialogan.
— El prójimo nos irrita porque nos parece parodia de nuestros defectos.
— La madurez del espíritu comienza cuando dejamos de sentirnos encargados del mundo.
— Respetemos los dos polos del hombre: individuo concreto, espíritu humano. Pero no su zona media de animal opinante.
— Hay momentos en que el peor defecto, peor delito, peor pecado, parece ser la mala educación.
— Hay un analfabetismo del alma que ningún diploma cura.
— El diálogo sincero acaba en pelotera.
Anónimo
1 abril, 2007 at 11:52 pmSobre el particular, me tomo la libertad de reproducir un pasaje corto y brillante de «La mujer justa» de Sándor Márai que tal vez ayude a poner el tema de este blog en perspectiva.
“Teníamos muchos juegos. Estaba el del señor Kovács. Te lo explico […] Qué le dice un señor Kovács a otro señor Kovács si el tema de conversación es la crisis del gobierno, o el desbordamiento del Danubio que se ha llevado por delante a varios pueblos, o el divorcio de la famosa actriz, o el político de renombre del que se ha sabido que obtuvo su fortuna a costa de las arcas públicas, o incluso el paladín de la moral que se ha suicidado en una casa de citas? Pues el seño Kovács, en esos casos, refunfuña. A continuación dice: ‘Así va el mundo, señor mío’. Y acto seguido suelta un tópico colosal del estilo de ‘una de las características del agua es que es húmeda’ o bien, ‘una de las propiedades del pie humano es que se moja cuando uno lo mete al agua’[…]. Desde que el mundo es mundo todos los señores y señoras Kovács hablan así […]. Y siempre tienen razón. Quizás la vida sea tan inconcebiblemente canalla y desesperada porque los tópicos son inefables, y sólo el artista y el genio se atreven a mandar los tópicos al infierno, a descubrir en los lugares comunes lo que está muerto o es antinatural, y a demostrar que detrás de las verdades respetables y dogmáticas de los señores Kovács se esconde siempre otra verdad […] ” .
Anónimo
1 abril, 2007 at 11:59 pmOmití decir que este señor Kovács en particular correponde a Hungría, circa 1940
Sergio Méndez
2 abril, 2007 at 12:59 amJejej..patético Jaime Ruiz citando al mamertazo de Christopher Hitchens…otra vez queda al descubierto como el hipócrita que es. Tan patético como los argumentos de Hitchens
Camilo
2 abril, 2007 at 2:37 amPara empezar quiero decir que este artículo me pareció mas interesante que el que se publicó en El Espectador.
Yo no creo que el problema sea que las universidades adoctrinen a los estudiantes, sino que en algunos casos se les olvida que hay que repetir menos y pensar mas.
Me parece que este espacio sería mas interesante si no se extendiera en profundas discusiones bizantinas y se apelara al hermoso arte de expresar las ideas de manera concreta. No se puede confundir la argumentación con hechar carreta
Anónimo
2 abril, 2007 at 2:59 amEn resumen, el profesor Gaviria dice que tales foristas son resentidos porque son fracasados y fracasados por resentidos.
“La mayoría de ellos está convencida de que la sociedad colombiana es injusta, de que el trabajo duro no paga, de que las conexiones son causa del éxito y de que ellos merecen mucho más de lo que tienen: todos se creen víctima del sistema.”
Seria de jupies escribir a los blogs, henchidos de vanidad, satisfechos de sus éxitos, y de la sociedad que los propicia. Pero no tienen tiempo.
Carlos
2 abril, 2007 at 4:21 amCarlosh: Cree una entrada para intentar responder la pregunta que me hiciste la semana pasada que «porque la libertad individual es el objetivo fundamental».
Que pena la demora.
Saludos,
Carlos
zangano
2 abril, 2007 at 12:26 pmla sociedad colombiana ,no es injusta? preguntenle a los 3 y pico de millones de colombianos desplazados por la violencia en la gran mayoria de los casos, paramilitar y militar,preguntenle a los maestros de primaria con clases de mas de 40 alumnos,de los cuales un porcentaje significativo,se desmayan por la falta de comida,preguntenle a nuestros escasos indigenas sobrvivientes,si se les hace justicia, cuando se les arrebatan sus territorios,los uwa, seran ellos tambien resentidos?no, pareciera que alejandro no aprueba, la indignacion de algunos foristas por los atropellos a los ciudadanos y a la ninez, futuro del pais;rechazaria tambien la indignacion de las victimas ,y no las nombro a todas, en la sociedad colombiana;es que debieramos celebrar todo esto?pregunte en los comentarios, en el espectador, que clase de ceguera tiene alejandro, creeria,que alejandro debiera leer el pasaje biblico, el que senala la paja en el ojo ajeno.
asi, como los que apoyan su perspectiva de torre de marfil academica en este tema.
Anónimo
2 abril, 2007 at 12:50 pmYo soy de la idea, o de la ideología (no estoy seguro), de que este foro de discusión es para expresar opiniones (las de cada cual, evidentemente) frente a un tópico propuesto por el moderador. Eso no significa que pueda ser tomado abusivamente por los militantes de turno para hacer proselitismo e imponer su propia agenda a como dé lugar. Para eso tienen sus propios blogs. Y si nadie los visita, será que el mercado está hablando.
Anónimo
2 abril, 2007 at 3:29 pmSe equivoca Anónimo 7:50. Alejandro Gaviria como todo buen maestro suscita temas de discusión, no importa a donde lleguen. Que el blog sea tan concurrido y que se arme el despelote indica su éxito. Y, qué importa que se arme el despelote.
lelo69
2 abril, 2007 at 4:12 pmZángano:
La incomprensible piedra de Alejandro ante las argumentaciones de los “blogueros” comunes y corrientes quienes intentan o mejor dicho intentamos aportar nuestra visión de la problemática nacional en los diversos temas y que de alguna forma le suena a cliché estas intervenciones dada la reiteración de los parroquianos de acusar de responsables de nuestros males endémicos a la corrupción, a los políticos a los gringos, a la FARC, a los Paracos, a la CIA al centralismo a los antioqueños, a Samper, etc, etc, como si esos señalamientos injustos o no, tengan como origen común una tendencia innata del colombiano promedio de evadir las responsabilidades individuales como ciudadanos y cargarle la culpa de sus frustraciones y subdesarrollo al estado y a otros fantasmas. Será que la mayoría tiene igualdad de condiciones para progresar, o es falso que tengamos una clase política en su inmensa mayoría corrupta, es cierto que todos tenemos igualdad de acceder a las becas, la educación de alta calidad, a la medicina prepagada, a los créditos, al trabajo como cualquier Mauricio Cardenas para citar un ejemplo..
Anónimo
2 abril, 2007 at 10:03 pmEstos no ponen quejas en los Blogs:
«En Colombia hay un sector de la clase empresarial: el inversionista de los dineros de los narcos, de cuyo desempeño se ha mostrado muy agradecidos y orgullosos, el Gobierno por la manera como ha hecho subir los indices económico del país, y los adalides de la libre empresa por la exitosa demostración que han hecho de sus teorías.
Hasta ahora solo eran conocidos por un selecto grupo del Establecimiento , pero de ahora en adelante, cualquiera podrá consultar sus nombres, como en las Paginas Amarillas, en la Lista Clinton:
Jaime Ruiz
2 abril, 2007 at 10:20 pmPerdón por copiar esto aquí, pero después de que borraron los blogs de Sergio Méndez y otras personas «firmando» como Jaime Ruiz, los señores de la revista virtual equinoXio y un profesor de la Universidad Externado de Colombia no dejan de mandar a sus sicarios a continuar con las calumnias. Copio el comentario que dejé en Blogscolombia:
Bueno, es simple, Bilioso es el sicario del profesor de la Universidad Externado de Colombia Víctor Solano y Mornatur el de Álvaro Ramírez y Marsares. ¿Cómo es que no lo disuaden de seguir con sus calumnias? Ahora bien, ¿quién borró los blogs? Yo los invito a seguir el rastro de la señora española, que sin la menor duda padece un daño cognitivo terrible que la hace muy manipulable, para que vean que le borraron el blog para ver si era posible que presentara una denuncia personalizada en España. Después dirían que ella denunció a Jaime Ruiz e intentarían tapar con ruido el disparate increíble de que alguien vaya a hacer eso.
A fin de cuentas tienen como cómplices a los rosqueros más ruidosos y aun a los que podrían contarnos de qué computador de la Universidad Nacional llegaron calumnias y amenazas a blogscolombia el año pasado. Yo podría apostar a que esa pista daría con los que borraron los blogs.
¿O cómo es que nadie se ha interesado por averiguar de dónde es el IP de Barranquilla que publicamos? Todo el mundo sabe que con algún contacto en Colombia Comunicaciones se averigua eso, o poniendo una denuncia por la destrucción del blog de Lully. Pero están en la misma campaña y el silencio con que permiten a los lamentables sicarios andar propalando calumnias es prueba de ello.
Otro dato que puede explicarnos quién hizo borrar los blogs: fue la respuesta al post que publicamos dos días antes sobre la propaganda de que no puede haber paz sin justicia y sobre las órdenes de matar gente que da abiertamente el jesuita Javier Giraldo.
También leyendo la famosa discusión en la página de Víctor Solano se puede ver la determinación de manipular a los imbéciles mencionados para que siguieran convencidos de que alguien iba a hacer caso a sus calumnias. Y obviamente para alentar a la señora española, con la que el siniestro profesor Solano parece tener una relación privilegiada, a presentar la denuncia personalizada.
El problema son los que callan, no importa cuánto sepan, esa campaña ya debería hacer ver a todo el mundo que se lo está haciendo cómplice de una canallada.
Anónimo
2 abril, 2007 at 10:34 pm«…y sobre las órdenes de matar gente que da abiertamente el jesuita Javier Giraldo».
Y esto, ¿cómo se llama, señor Ruiz?. Esperemos que tenga pruebas porque por aquí le puede a llegar la demanda. Claro que cuando una persona se esconde bajo un alias para calumniar, pues se complica el asunto pero no es imposible.
Anónimo
2 abril, 2007 at 11:33 pm…entonces Doctor Alejandro, el problema no es disgustarse por la dificultad para sobrevivir con un salario minimo, ni enojarse porque en el concurso para el puesto de salario minimo queda primero ustde y se lo dan al amigo del concejal,ni sentirse ofendido viendo como los politicos se roban un hueco y no pasa nada, ni molestarse por la actitud arbitraria de los empleados publicos, ni salirsede casillas por ver los consecuencias de los dezplazamientos y las masacres ( de derecha o izquierda, escoja usted)….ahora resulta que el problema es el esquema mental….ah bonito…lo que faltaba, que regalen entonces libritos de autoayuda en las escuelasy colegios, en las univesidades…que nombnre an pader Gallo y alpadre Chucho, ministros o asosres de algo y qeu siga la fiesta….mientras ajustamos el esquema mental…buen intento Doctor Alejandro…
Jaime Ruiz
3 abril, 2007 at 12:46 amAnónimo 17:34
Esas órdenes están claramente descritas y copiadas en el post enlazado. Hablar de «órdenes» puede parecer excesivo, pero en un texto en el que se dice que el Estado colombiano es como el de Hitler la insistencia obsesiva en que poner minas para matar soldados es «lícito», «legítimo», etc. sólo puede entenderse como aliento a hacerlo, y dada la indudable autoridad de un sacerdote jesuita ese aliento equivale a una orden.
Eso sí, la universidad colombiana no encuentra JAMÁS la forma de defenderse con ningún argumento de ninguna acusación. La defensa es la intimidación, la comisión de delitos para acusar a terceros, etc. Yo tengo la certeza de que los estudiantes de periodismo del Externado sólo aprenden a delinquir.
Carlos
3 abril, 2007 at 2:42 pmNo es de extrañar el tipo de posiciones que tiene el padre Giraldo. Es jesuita, y esa congregración en America Latina ha tenido una enorme influencia en la «teología de la liberación», una escuela de pensamiento que ha tratado de incorporar elementos marxistas como la lucha de clases dentro del cristianismo.
Tal vez el este influido por esas ideas.
Saludos,
Carlos
Sergio Méndez
3 abril, 2007 at 2:44 pmUn par de cosas ¿Que tienen que ver las fantasias paranoicas de JR con toda la discusión inicial? Y para Carlos, ¿qué tiene que ver la teología de la liberación con el envío de «sicarios»?
Anónimo
3 abril, 2007 at 3:17 pmLo que no entiendo es por qué el Gobierno no pone preso al Padre Giraldo (y cierra el CINEP)si el texto que reproduce JR en su entrada en este blog es legítimo. Yo sugeriría que JR pusiera directamente el link que lleva al número de la revista Noche y Niebla de donde se supone que sale ese texto en el cual se justifica el minado como arma lícita, pues lo que él reproduce aquí lo pudo haber escrito cualquiera. Yo no creo que Giraldo se esté escondiendo. Por el contrario, parece que se la pasa enviándoles derechos de petición directamente al Presidente Uribe y al vicepresidente Santos sobre lo de San José de Apartadó, según pude ver en un sitio en la red a donde me condujo Google JG Si JR quiere responder a este comentario, favor hacerlo en su blog y así la discusión sobre el tema propuesto por el columnista regresa a su cauce.
Carlos
3 abril, 2007 at 4:37 pmSergio: la teología de liberación al incorporar elementos marxistas como la LUCHA de clases, implicita o explicitamente esta promoviendo la violencia, no dije que el envio de sicarios, pero el mismo uso del termino «LUCHA» ya implica pensar en violencia.
El marxismo se caracteriza por promover y/o reconocer la violencia como una forma validad dentro de «la combinación de las formas de lucha». Es lo que lo distingue de la izquierda menos violenta como la social democracia.
Dentro de la teología de la liberación mas radical, se aprueba o no se condena el uso de la violencia. No es casual que Camilo Torres, considerado el predecesor de la teología de la liberación (por intentar incorporar el marxismo a la doctrina cristiana/catolica), se fuera al monte a echar bala.
Ah, y que casualidad que el Padre Giraldo en su pagina web haga apología de Camilo Torres e incluso de su violencia:
«Todas las tradiciones filosóficas, religiosas y jurídicas, han mirado con respeto la opción de las armas cuando tiene el carácter de un último recurso puesto al servicio de ideales justos. Es difícil acusar a Camilo de no haber agotado los caminos a su alcance para lograr un cambio que juzgó como imperativo de su fe. Su cadáver ensangrentado y con los ojos entreabiertos, ha provocado innumerables reflexiones sobre la legitimidad de la violencia revolucionaria en estos 40 años. Sin embargo, la inmensa mayoría de esas reflexiones ocultan, encubren o disfrazan la tozudez de las otras violencias que bloquean y ahogan en sangre todas las luchas por la justicia.»
O sea que como Camilo no logró los cambios que se proponia, con sus escritos y con sus concentraciones del año 65 en varias ciudades, entonces era plenamente justificado el uso de la violencia. Dificilment se puede decir que Camilo Torres «agotó los caminos a su alcance para lograr cambios», cuando, que yo recuerde nunca se canditatizó siquiera a un cargo de elección popular ni nada por el estilo.
Y que tal esta «perlita» del padre Giraldo en apología de la violencia de Camilo Torres:
«Si algo nos enseñan estos 40 años es que no existen opciones puras frente a la violencia, y que la misma condena indiscriminada de la violencia, que pretende tranquilizar tantas conciencias, está casi siempre contaminada de connivencias implícitas y soterradas con otra multitud de violencias.»
Saludos,
Carlos
Sergio Méndez
3 abril, 2007 at 4:58 pmCarlos:
Primero que todo, a excepción del pacifismo rádical, prácticamente todas las corrientes ideológicas aprueban el uso de la fuerza para lograr sus objetivos (incluido el libertarianismo, dentro de un marco de condiciones específicas. En vez de quejarte por que Camilo Torres accedió a la vía armada harías mejor en explicar porque su apelación a esta fue erronea.
Segundo, es bastante inocente pensar que Camilo Torres debió presentarse a «un cargo de elección» popular antes de acudir a la vía armada: estamos hablando de la Colombia del frente nacional, donde si uno no se presentaba como liberal o conservador no había chances de absolutamente nada, dada la exclusión política tan marcada que vivía el país.
Finalmente creo que «la perlita» – como la llamas- del padre Giraldo es una frase que tiene mucho de verdad. En especial porque los llamados a condenar «la via armada» usualmente provienen de la clase dirigente de este país que ha sometido a millones de campesinos a sangre y fuego, despojandoloso de sus tierras y enviandolos a las ciudades como desplazados o refugiados. Y si esto último suena a frase de cajón, pues que le hacemos, si como frase de cajón o no, es una verdad de a puño que en este país aún seguimos empeñados en ignorar.
Anónimo
3 abril, 2007 at 6:39 pmA Carlos seguramente le parecerá tan inconcebible que los teólogos de la liberación hayan declarado su «opción preferencial por los pobres» (en un continente donde la Iglesia con mayúsculas siempre ha estado al lado de los ricos y poderosos), como al jesuita Giraldo y a otros admiradores de Camilo Torres les parecerá inmoral e inconcebible cualquiera de las tesis económicas de Hayek, Nozick, Friedman y similares. Seguramente las considerarán apologías del individualismo, del egoísmo y del socialdarwinismo. Estos curas, Carlos, por formación y por convicción, son pastores de rebaños, de rebaños asediados por los abanderados de la propiedad privada obtenida a cualquier precio, por los terratenientes que los han sacado a sangre y fuego de sus parcelas para «apropiárselas». Porque para nadie es un secreto que ESE ha sido el origen de la mayor parte la «propiedad» rural en Colombia durante los últimos 40 años. Y ahí están los paramilitares para defenderla.
charlie
3 abril, 2007 at 6:42 pmNo me gusto el tono arrogante del articulo de Alejandro Gaviria. Me parece que es una visión, por encima del hombro, de una realidad social. Muy de La Universidad de los Andes, a mi pesar y al de muchos otros exalumnos.
lelo69
3 abril, 2007 at 6:44 pmA proposito de los curas rojos.
«Si doy comida a los pobres, me llaman santo. Si pregunta por qué los pobres no tienen comida, me llaman comunista».
Dom Helder Camara
Sin comentarios..
Carlos
3 abril, 2007 at 7:10 pmSergio: el libertarianismo, al menos, el que yo conozco, solo aprueba el uso de la violencia en defensa propia. Nunca para «alcanzar el poder». Los fundamentos del libertarianismo son el principio de no-agresión y algo que definitivamente NO quiere es alcanzar el poder estatal. Lo que quiere es REDUCIR o ELIMINAR ese poder estatal.
Es muy diferente el uso de la violencia para defender la propia vida, la libertad o la propiedad, que usar la violencia para objetivos políticos (es decir, obtener el poder)
Si bien es cierto que existia la exclusión política del Frente Nacional, no creo que eso justificará irse al monte a iniciar acciones de agresión. Muchas personas de la izquierda no tomaron esa decisión. No lo hizo Gerardo Molina, por ejemplo.
Camilo Torres tenia gente, llenaba plazas en las ciudades en el año 65. El tal vez hubiera podido provocar cambios y reformas políticas, si hubiera tenido paciencia. Es imposible saberlo. Pero creo que lo que paso fue que no percibió que tenia el exito que «se merecía», y por eso prefirió volverse agresor. Eran los años 60, y en latinoamerica el ejemplo a seguir dentro de la izquierda mas radical, era la revolución cubana.
Dices: «En especial porque los llamados a condenar «la via armada» usualmente provienen de la clase dirigente de este país que ha sometido a millones de campesinos a sangre y fuego»
Este tipo de generalizaciones son clasicas de una visión marxista. Hay muchos entre la clase dirigente que SI han hechos actos de violencia. Es cierto. Pero muchos otros no. Esa idea tan marcada de «clase» es otro tipo de abstracción sin mucho sentido, especialmente en las sociedades modernas donde la ley no reconoce de forma explícita privilegios o derechos a ciertos grupos, como si sucedia en el viejo orden. Son los INDIVIDUOS los que ejercen violencia independientemente de su nivel economico, de su clase. Dentro de una «clase» hay muchos individuos diferentes y su composición no es estatica, cambia permanentemente.El mejor ejemplo es el «nuevo rico».
Ahora, ese argumento de que una idea toca aceptarla o rechazarla dependiendo de donde venga, es tipicamente marxista. Los marxistas siempre terminan rechazando argumentos opuestos porque son «ideología burguesa» o «capitalista». Acusan facilmente a los opositores de una motivación perversa solo porque pertenecen a la clase equivocada, la que no es «proletaria». Segun el marxismo, la forma en que uno piensa, lo que dice, esta predeterminada por pertenecer a cierta clase. Es el «determinismo de clase». La negación mas vil del libre albedrío del individuo.
Y que curioso que Fidel Castro, Camilo Torres, y muchos otros revolucionarios venian de la clase «burguesa», la que NO podia tener los pensamientos correctos.
Para un marxista, si la condena de la violencia viene del proletariado entonces es legitima. Si viene de la clase «dirigente» entonces, es ilegitima. Esto no es nada nuevo en el debate con los marxistas. Así lo explico Von Mises desde los años 20, en su libro «Socialismo»:
«Thus Marxism protects itself against all unwelcome
criticism. The enemy is not refuted: enough to unmask him as
a bourgeois.’ Marxism criticizes the achievements of all those who
think otherwise by representing them as the venal servants of the
bourgeoisie. Marx and Engels never tried to refute their opponents
with argument. They insulted, ridiculed, derided, slandered, and
traduced them, and in the use of these methods their followers are
not less expert.»
Saludos,
Carlos
lelo69
3 abril, 2007 at 7:12 pmSegún la ONU, seis millones de colombianos padecen hambre
Bogotá.
Un 13,6% de los colombianos -cerca de seis millones- padece hambre, mientras que 98 personas murieron por ese motivo en 2006, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) divulgado hoy.
El documento fue divulgado en momentos en que se realiza una campaña para llevar alimentos al departamento de Chocó, en donde al menos 12 niños murieron por desnutrición en el último mes, según cifras de la Defensoría del Pueblo.
De acuerdo con las estadísticas, el problema afecta especialmente a las comunidades negras e indígenas en los departamentos de Chocó, Cauca y Nariño sobre el Pacífico.
Necesitamos a un Helder Camara en vez de un Rubiano…
Carlos
3 abril, 2007 at 7:43 pmanonimo 13:39: «Estos curas, Carlos, por formación y por convicción, son pastores de rebaños, de rebaños asediados por los abanderados de la propiedad privada obtenida a cualquier precio, por los terratenientes que los han sacado a sangre y fuego de sus parcelas para «apropiárselas». Porque para nadie es un secreto que ESE ha sido el origen de la mayor parte la «propiedad» rural en Colombia durante los últimos 40 años. Y ahí están los paramilitares para defenderla.»
Es cierto que mucha propiedad rural ha sido obtenida sangre y fuege. La mayor parte? No se. No tengo los datos(tu los tienes?). Pero ese es un argumento aun mas fuerte para el liberalismo. Si alguien defiende el derecho de propiedad(obtenida JUSTAMENTE, con el trabajo o a través de una transacción VOLUNTARIA) son las doctrinas liberales. Y este derecho de propiedad le sirve sobre todo a los pobres, no ves que los ricos, tienen el dinero y las conexiones «estatales», para proteger sus propiedades. El problema del robo de tierra es un ejemplo mas de la incompetencia del Estado Colombiano. Se supone que el Estado esta para reconocer y proteger la propiedad privada no para apoyar o no evitar que los terratenientes se la roben.
Saludos,
Carlos
P.D: no responderé a mas comentarios alejados del tema de la columna de Alejandro. Si desean continuar estas discusiones, me avisan y las llevamos a otra parte. Ofrezco mi blog con muchisimo gusto.
Sergio Méndez
3 abril, 2007 at 8:07 pmCarlos:
Primero que todo mi molestia se debe a que en este país se ha convertido en un autentica frase de cajón condenar «la violencia» como forma política de alcanzar un fin, cuando en efecto la mayoría de teorias políticas, y por dios santo, el sentido común, reconocen el uso de la fuerza en determinados contextos como válida. En el libertarianismo existe el derecho a la autodefensa, e irónicamente la principal guerrilla de este país comenzó como eso, como una autodefensa (contra la agresión de los grandes propietarios apoyados por el Estado contra pequeños y medianos propietarios en el campo).
Segundo, dejame decirte que el concepto de clase es perfectamente válido para un análisis. No quiere decir que todos los miembros pertenecientes a una clase tengan actuen de una menera igual, sino que existen patrones claramente distinguibles dentro de determinados grupos o subgrupos sociales, de comportamiento, intereses etc. Y si te molesta la aproximación marxista, puedes entenderte con la aproximación libertaria de clase, da igual.
Jaime Ruiz
3 abril, 2007 at 8:11 pmLa ideología de los comentaristas de El Tiempo es la ideología de Alternativa, prácticamente unánime entre los profesores universitarios, sobre todo de universidades públicas. No es algo extraño a Colombia, como no lo es el mismo Camilo Torres, sino una expresión en extremo genuina de la tradición nacional. Deje usted a un colombiano que ha ido a la universidad hablar cinco minutos y ya suelta la retahíla terrorista. Lo que cita Carlos en la condena de Giraldo al pacifismo es la teoría de la «violencia estructural», desarrollada por el jesuita español Ignacio Ellacuría (asesinado en El Salvador). El que trabaja ejerce «violencia estructural» sobre las huestes de Caballero o de Camilo Torres o de Javier Giraldo, pues algún recurso genera para sí. (El apoyo de Chávez a la delincuencia es exactamente el mismo fenómeno.)
De modo que nada extraño se da en la universidad aparte de esa expresión de la mentalidad tradicional que hace de esos seminarios (madrasas, más bien) algo hostil a la noción de centros de conocimiento. Pongamos que todo el mundo acepta que la clave de la productividad es el conocimiento. Por tanto, las personas instruidas estarán interesadas en que prime el mercado, ya que sus conocimientos les otorgan una ventaja extraordinaria. ¿No? Pues resulta que no, que la aversión al mercado es casi unánime entre los universitarios colombianos porque el título y el anillo les otorgan rentas según el molde de la tradición, sin trabajar, por estar organizados y tener contactos. Los recitadores de la retórica de Alternativa son una clase riquísima en Colombia pero su único conocimiento son esos rezos criminógenos. Sólo su adhesión al trasmundo les asegura rentas y eso corresponde exactamente a la función del clero en la sociedad colonial. Por eso los que no hemos «estudiado» podemos hacer las cosas más libremente, con más efectividad, porque pensamos en producir y no en asegurar un orden basado en la pertenencia étnica.
Otro ejemplo de cómo esas universidades no corresponden en absoluto a la noción que ese término tiene en el resto del mundo. Se supone que las personas que acuden a ellas tienen ideas y saben argumentar. Pues los cuatro pelagatos iletrados que creamos País Bizarro hemos recibido toda clase de insultos, de amenazas, de hechos prodigiosos como lo de borrar los blogs o escribir miles de comentarios insultantes y amenazantes a nombre de las AUC firmando como Jaime Ruiz (ÉSTA es la paranoia que irrita al gran Sergio Méndez)… PERO JAMÁS, JAMÁS, JAMÁS un solo argumento tratando de refutar lo que decimos. Bueno, ya se ve aquí al pensador que saca la cara por la Universidad de Los Andes. ¿Qué es lo que se aprende en las «universidades»? TODAS las agresiones provienen de personas relacionadas con esas «universidades». ¿Qué pasa?
(Las citas de Javier Giraldo y el CINEP en mi post enlazado antes se pueden encontrar en un documento en PDF llamado «marco conceptual» en la página Noche y niebla. Sobre San José de Apartadó hay un artículo de Semana enlazado en ese post y en el blog de Carlos, pero también hay un extenso reportaje de un periodista serio de la blogosfera sobre ese tema.)
Anónimo
3 abril, 2007 at 8:12 pmCarlos: Los datos sobre la llamada «contrarreforma agraria» oscilan entre 2 y 4 millones de hectáreas, dependiendo de la fuente (incluso estatales). Haga una búsqueda en Google y ahí sale.
Alejandro Gaviria
3 abril, 2007 at 8:16 pmNo he podido seguir la discusión. Estoy por fuera con limitado acceso a Internet. Van unos cuantos comentarios sueltos.
1. La columna no tiene pretensiones científicas. Es simplemente una hipótesis sobre una realidad ideológica que, en mi opinión, tiene efectos (no medibles) sobre las decisiones públicas.
2. Yo no pretendo negar las desigualdades colombianas. Ni decir que los problemas no son reales sino mentales (alguien insinuó algo parecido). Quise simplemente enunciar (sin demostrar) un mecanismo ideológico a través del cual se perpetua la desigualdad. Esto es, la desigualdad genera un modelo mental que asegura su propia reproducción.
3. El tono puede ser arrogante. Pero de eso se trataba. De combatir la intemperancia de algunos foristas (no de los participantes en este blog, aclaro) con algo de “misantropía despectiva”.
4. No quiero entrar en la discusión sobre los curas rojos. Solo quiero señalar que soy un defensor (a ultranza, si se quiere) de ese lugar común que denuncia el uso de la violencia con fines políticos.
5. Copio, como advertencia, una famosa cita del Che: ““El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo…que impulsa al ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta y fría maquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal”.
Misantropo
3 abril, 2007 at 9:37 pmLos universitarios colombianos de hoy en día no tienen ni la más remota idea de lo que fue la revista Alternativa. Jaime Ruiz se quedó en los años setenta, y desde entonces el país no ha cambiado. Ni cambiará. Colombia es, ha sido y será siempre un muladar. Típica lógica mamerta, reducidora y generalizante, pero de derecha. De éso habla la columna de Gaviria.
Jaime Ruiz
3 abril, 2007 at 10:01 pmMisántropo, ¿cuándo he dicho que tengan idea de lo que era la revista Alternativa? Digo que es su ideología, ELLOS están en los años sesenta recitando la propaganda castrista y camilista. Pero son absolutamente mayoritarios, incluida esta discusión. Usted no está solo, también hay un anónimo que cree que defender la propiedad es defender a los ladrones.
¿Sabe quiénes publicaban Alternativa? Son los que dominan absolutamente la opinión en Colombia: Santos, Caballero, Pombo, Molano, García Márquez, Daniel Samper… De ahí sale la ideología que comenta Alejandro.
Juan Francisco
3 abril, 2007 at 10:51 pmAlejandro:
¿es esta perpetuación de la desigualdad debida al modelo mental justiciero y voluntarista?
En su ensayo «Del romanticismo al realismo social» usted identifica las limitantes de cualquier actitud voluntariosa y reformista. Afirma que las intenciones iniciales de los reformadores con frecuencia terminan siendo muy distintas a los efectos finales de sus propias iniciativas, debido a las restricciones políticas e institucionales existentes, las cuales yo me atrevería a afirmar son causadas por el sistema clientelista. Claramente usted afirma que este es un problema de incentivos. No hay incentivos correctos para hacer bien las «reformas», y hay demasiados para hacerlas mal. Sin embargo en este post entiendo que afirma que es la realidad ideológica la que termina por justificar estos mesianismos ingenuos, que llevan a la toma inadecuada de decisiones públicas, en este mencionado afán reformista. Lo que no comprendo, es cómo los foristas llegan a influir en los círculos sociales que toman estas decisiones, que se encargan de orientar a la opinión pública. Pienso que esta responsabilidad recae en los discursos oficiales del gobierno, en los discursos oficiales de la oposición, en los discursos del congreso, en la falta de control del poder público a la manipulación de la opinión y a la influencia que ejercen medios de comunicación, que usualmente parecen más interesados en generar controversia que en informar, o incluso educar.
Sin embargo, creo que es muy interesante la hipótesis que afirma: la desigualdad genera un modelo mental que asegura su propia reproducción. Creo que en Venezuela y en Cuba acontece algo similar, y que en colombia, podríamos afirmar que el cancer de la polarización de la población es debido en gran parte a los resultados de la misma desigualdad. De acuerdo con Jaime, afirmaría que quienes se han acostumbrado a depender de la ineficiencia de las isntituciones son complices del clientelismo. Para estar deacuerdo con Zangano y Lelo, afirmaría que la clase dig¡rigente histórica ha fracasado en la manera de representar y de generar los incentivos correctos para la sociedad. Pero además, estando deacuerdo con Daniel, afirmaría que la falta de imaginación de los reformistas, e incluso de los foristas, que no entiendo hasta qué punto puedan realmente influir, es debida a la falta de conocimientos previos, a la falta de una mejor educación para todos nosotros.
Sin embargo, es muy interesante pensar en cómo se da esta autopropagación del modelo mental ideológico justiciero-voluntarista; tanto en la «derecha» como en la «izquierda». Cómo llega a integrar informalmente los pensamientos de los políticos y los misioneros, y cómo se perpetua, paradójicamente, gracias a las mismas inconsistencias y falencias institucionales. Creo que para poder describir aún mejor esta hipótesis harían falta otras afirmaciones y algunos ejemplos históricos, incluso sin llegar a generar una explicación de corte científico.
Anónimo
3 abril, 2007 at 10:53 pmSeñor Ruiz;
Por que ese odio suyo a la Universidad ? Le da miedo que la gente que se reúne a pensar resulte con ideas de izquierda, o de justicia social con cualquier ideología ?
No se da cuenta que esas ideas geminan porque en el mundo hay gentes como usted que predican el predominio del mas fuerte, del mas apto (según usted) y, perdone el termino, del mas jodido ?
Alejandro Gaviria
3 abril, 2007 at 11:26 pmJuan Francisco:
Mi hipótesis no es que los foristas influyan directamente, sino que son la manifestación más evidente de un modelo mental, de una forma de ver y entender el mundo, que puede (quiere ser cauto) tener consecuencias contraproducentes.
La política, en última instancia, se adapta a lo que piensa la gente. Y puede termina haciendo o implantado ciertas cosas que agravan el problema en lugar de resolverlo. Es la alianza inadvertida entre populismo y corrupción que mencionábamos hace unos meses.
Yo no quisiera pecar de reduccionista. No creo que que ello explica la desigualdad. Simplemente es un mecanismo más que la reproduce.
Jaime Ruiz
4 abril, 2007 at 5:45 amEl último anónimo era yo mismo, perdón por hacer eso, es que quería poner un ejemplo de la clase de argumentación que dan las personas «formadas» en las universidades colombianas: siempre dicen que se reúnen a pensar pero hemos publicado miles de páginas y nunca hemos encontrado un solo argumento de respuesta, aparte de disparates como que defendemos la supremacía del «más apto»; denunciamos el atropello de los privilegios de los sindicalistas estatales (entre los que naturalmente predominan los profesores de universidades públicas) y salimos defensores de la desigualdad; denunciamos la atroz asimetría de los impuestos entre lo que pagan las empresas (no los empresarios o inversores, que invierten donde haya rentabilidad, sino las empresas: los empleados, los consumidores, los demás proveedores…), y los salarios de los doctores de la izquierda democrática (que desgravan una cuarta parte)… ¡Y salimos defensores de la desigualdad!
Nadie me negará que me quedó bien la parodia, que hay montones de personas con la comprensión de lectura de ese anónimo, comparable a la del eximio analista de la Universidad de los Andes que profiere sin cesar sus recios dictámenes desaprobadores de lo que digo en este blog.
Jaime Ruiz
4 abril, 2007 at 6:02 amRemedio para la hambruna en Colombia: ¡subir los sueldos de los médicos! Claro, también las conquistas sociales de los «trabajadores» de la justicia, de la educación, de las telecomunicaciones, de los bancos, de las universidades públicas, de los ministerios. Obvio, hombre, ¿qué perversas razones pueden oponerse a una solución tan razonable?
Anónimo
4 abril, 2007 at 2:17 pmEl ultimo anónimo dejo a Ruiz “marcando ocupado”
Anónimo
4 abril, 2007 at 3:24 pmColombia es un país en donde no existe la responsabilidad política. Aquí todo el mundo se lava las manos diciendo ‘si he hecho algo malo que me muestren las pruebas’, y la responsabilidad de las equivocaciones tienden a atribuirse al antecesor. Ante esto, cuál es la sopresa de que la gente se desahogue en los pocos espacios que tienen para expresarse (así muy poca gente se dé por enterada). En vez de atribuírle este tipo de comentarios a un modelo mental estancado no sería más provechoso entenderlo como un síntoma preocupante de una percepción de falta de responsabilidad y de la ausencia de canales populares de expresión por medio de los cuales los ciudadanos se sientan participes de lo que sucede en el país?
Carlos
4 abril, 2007 at 4:04 pmJaime: muy bien que recuerdes quienes escribian en Alternativa. Por eso no me extraña que el periodico El Tiempo le haga propaganda a Garzón y al Polo «Democratico» cada vez que puede. Porque detras seguramente esta Enrique Santos Calderon, el que felizmente se tomaba fotos con los guerrilleros en los años 70.
Saludos,
Carlos
Anónimo
4 abril, 2007 at 4:06 pmA propósito de la falta de responsabilidad política a la que alude el último anónimo (y no del modelo mental per se como origen de lo que señala Gaviria), valdría la pena que los académicos se unieran para poner presión sobre el DANE para que aclare el asunto de las estadísticas laborales, que es un verdadera vergüenza. Al respecto véase la columna en Portafolio
Carlos
4 abril, 2007 at 4:17 pmJuan Francisco: muy bueno el dato del ensayo de Alejandro. Ya me puse a leerlo.
Alejandro, a pesar de darme palo a cada rato, tiene ideas muy parecidas las mias.
La idea de su ensayo finalmente es la conocida «ley de la consecuencias inesperadas«, que es una de las multiples razones por las que los liberales usualmente somos escepticos de las «políticas sociales y economicas».Esos intentos de intervención, de planificación economica y social, usualmente terminan favoreciendo(con o sin intención) grupos de intereses específicos. Son basadas en supuestos simplificadores de una realidad compleja (lo que llamamos «sociedad» y «mercado») que escapa a nuestra comprensión, por lo cual, lo mejor es la prudencia en la intervención o la abstención.
Saludos,
Carlos
Anónimo
4 abril, 2007 at 4:17 pm“ausencia de canales populares de expresión por medio de los cuales los ciudadanos se sientan participes de lo que sucede en el país? “ dice Anónimo 10:24
Así es.
En Colombia la Democracia la prenden a las ocho de la mañana el día de elecciones y la apagan a las cuatro de la tarde. Democracia y ejercicio del poder, nada que ver,
Juan Francisco
4 abril, 2007 at 4:28 pmANTANAS IS BACK
http://www.semana.com/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=101941
Daniel Vaughan
4 abril, 2007 at 4:29 pmJaime,
Vamos a hablar del papel de las universidades, porque su posición que no comparto por supuesto, me parece interesante. Pero igual quiero entenderla bien.
¿Le puedo pedir el favor que me vuelva a indicar por qué cree usted que las universidades adoctrinan a los estudiantes?
¿Desde cuándo? ¿Bajo la dirección de qué o de quién? ¿Es parte de una política de Estado? ¿Es parte de una política de clase? ¿Es el adoctrinamiento de los Andes, Javeriana, Nacional, ICESI, UAtlántico, UIS, etc.etc.etc. el mismo?
Y bueno, asumiendo que efectivamente hay tal adoctrinamiento:
1. ¿Usted cómo se dio cuenta de eso? (mejor dicho, ¿por qué usted se dio cuenta, y el resto no nos hemos dado cuenta? ¿Será que por haber pasado por esas universidades estamos ahora en total incapacidad de darnos cuenta que nos han adoctrinado?)
2. ¿Qué sugiere?
Saludos,
DV
Anónimo
4 abril, 2007 at 5:16 pmNi Alfredo Molano ni Daniel Samper hicieron parte de Alternativa.¿Y acaso creen Jaime Ruiz y Carlos Libertario que el Enrique Santos Calderón de entonces y el de hoy son el mismo? El Tiempo (ESC, quien escribe los editoriales) declaró su apoyo a Uribe para la reelección, así es que Carlos está pontificando por pontificar, como siempre. Lo dicho, mamertos de derecha. Nada cambia, nada cambiará, Colombia es un muladar, las universidades adoctrinan y asesinan, los sindicalistas roban, los pensionados abusan,los estudiantes del periodismo del Externado son delincuentes, los foristas amenazan, bla, bla, bla (o bah, bah, bah )
lelo69
4 abril, 2007 at 5:17 pmLa parábola de la burra mocha
Cuentan que hace unos años un hombre llamado Jaime fue a visitar a su hermano Pedro que vivía en un pueblito de a costa caribe colombiana cerca de una laguna.
Los dos hermanos habían tomado rutas diferentes en la vida, mientras Jaime se gano una beca y se fue a estudiar administración en una prestigiosa universidad americana, Pedro decidió estudiar agronomía en la universidad de Córdoba siguiendo un impulso romántico “quiero ayudar al pobre campesinado colombiano” estando en la facultad conoció a una linda loriquera por la cual perdió la cabeza y termino renunciando volver a la fría capital donde viven sus atribulados padres, personas exitosas social y comercialmente que nunca pudieron entender como su hijo menor el más mimado, el más inteligente renunciara estudiar en la Universidad de los Andes o mejor buscar una universidad americana como Jaime y terminar viviendo en un caserío de Momil Córdoba llamado Buenos Aires, con una carrera truncada por las huelgas y los excesos de ron.
Jaime viendo la tristeza de sus padres por la ausencia de su hermano menor, decide viajar a esos lugares para ver como estaba y como ayudarlo. Después de 18 horas de carretera, Jaime llega a su destino, la plaza principal del pueblito donde previamente acordaron encontrarse. Al apearse de su flamante BMW busco entre los parroquianos a su hermano Pedro a quien tenia casi 20 años de no ver, tardo casi un minuto para darse cuenta que el tipo de la camisa de flores azules, sombrero vueltito, con abarcas, gran barriga y cuatro pelaos llorones era Pedro, en cambio a este no le costo reconocer a Jaime quien continuaba igual físicamente y vestido con guayabera de lino, Después de un saludo bastante distante Jaime fue al grano y le pregunto a Pedro de que vives hermano y Pedro le contesto “de la burra mocha” como es eso le pregunta Jaime, entonces Pedro le cuenta que como ese pueblo no hay acueducto el “arrea” agua de la laguna y la distribuye en el pueblo y por eso se gana 25.000 diarios con lo que vive el, su mujer y los cuatro pelados.. Jaime le dice que quiere conocer la burra mocha, Pedro se embarco con sus cuatro hijos en el BMW de su hermano y arrancaron para el lote donde estaba Shakira pastando, llegaron en cinco minutos, se bajaron del carro y Jaime le pregunta a Pedro esta es tu burra y este responde orgulloso que si, entonces pasa lo inexplicable Jaime saca de su maletín de cuero una pistola 7.65 mm Walter Pk y le dice a su hermano: “más tarde entenderás, me perdonaras inclusive agradecerás lo que voy hacer” dicho y hecho apunto a la cabeza del noble jumento y le metió cinco tiros uno tras de otro, la burra no hizo un solo movimiento y cayo como un rayo en el pasto. Jaime guardo la pistola, se subió al carro y se fue sin despedirse, ni siquiera miro hacia atrás donde quedaron su hermano y sobrinos aterrorizados.
A los cinco años Jaime vuelve en su clásico BMW y parque frente a las impresionantes instalaciones del primer acueducto privado de la región que ostenta un enorme cartel Aguas del Sinù y que provee del precioso liquido a toda Lorica, Coveñas, San Antero, Jaime traspasa la puerta y se abraza con su prospero hermano Pedro quien agradece a Jaime el sacrificio de la burra mocha..
No seamos tan ...
4 abril, 2007 at 5:29 pmHasta los banqueros de Wall Street posaron para la foto con guerrilleros de las FARC en el Caguán.
Carlos
4 abril, 2007 at 6:55 pmAnonimo 12:16: Alfredo Molano y Daniel Samper SI colaboraron o hicieron parte de «Alternativa». Como que le fallaron sus fuentes de la izquierda «democrática».
Sobre Daniel Samper:
«La aparición de la revista Alternativa en 1974 marcó otro hito en el periodismo investigativo nacional con su estilo irreverente y riguroso, que la convirtió en la primera revista de oposición hasta 1980, cuando cerró por presiones del poder y dificultades económicas. Durante ese tiempo un equipo de brillantes periodistas encabezados por García Márquez, Antonio Caballero, Enrique Santos Calderón, Daniel Samper y académicos como Orlando Fals Borda y Antonio García»
Sobre Alfredo Molano:
«Finalmente Alfredo Molano es desde hace varios años columnista del semanario El Espectador. Es también sociólogo de la Universidad Nacional, tiene estudios en París y ha sido colaborador de varios medios de comunicación entre los que se cuentan la Revista Cromos, Alternativa, Semana y Economía Colombiana. También ha dirigido varias series de televisión.»
Que se podia esperar de alguien que cree que soy de «derecha»…..
Saludos,
Carlos
Jaime Ruiz
4 abril, 2007 at 7:31 pmBueno, Molano y Daniel Samper sí escribían en Alternativa y la idea de ESC es decir que apoya a Uribe para poder hacer propaganda por el canje, la solución negociada, los logros de Garzón, la parapolítica, el delito político y demás sin que se le note el interés. Basta con ver los columnistas que aparecen en ese periódico uribista. Vamos a suponer que su orientación correspondiera a los resultados electorales del año pasado (nadie espera que ESC sea «uribista»), habría casi dos tercios que serían más bien favorables al gobierno, pero en cambio hay más de dos tercios que son más bien favorables al PDA (el extremo de obscenidad es D’Artagnan vociferando contra el PP y en defensa de los posibles socios de la CEET: si las ideas de «izquierda» y «derecha» correspondieran a los valores de «equidad» y «privilegio» el PP sería mucho más de «izquierda» que el figurón gastronómico de estilo decimonónico).
Cuando yo tenía el blog sufría un azote llamado Sergio Méndez, un comentarista que había descubierto el secreto de hacérselo repetir todo cien veces, después de lo cual volvía al punto inicial y era evidente que sencillamente no le daba la gana aceptar nada de lo que se le había explicado. Lo mismo les pasa a los anónimos de este blog. La posición de ESC a favor de las guerrillas es clara, directa, manifiesta. Durante los cuatro años del Caguán hubo al menos dos mil artículos que se ocuparon del tema. ¡Ninguno! puso en cuestión que se negociaran las leyes con unos asesinos premiando sus crímenes o que se negociara en medio de las masacres. La primera vez que Pastrana amagó con concluir el despeje salió un editorial (que desde entonces han ocultado) en el que se decía exactamente que si las FARC fueran derrotadas al día siguiente otros tomarían sus banderas, porque la sociedad colombiana es muy injusta.
Las FARC y el ELN son la fuerza de choque de una fuerza que es más sociológica que política y corresponde al patriciado que procede directamente de los encomenderos. La izquierda democrática es la fuerza de choque urbana y de masas, la prensa es el gran medio de propaganda. El gran recurso de Santos Calderón es el sobreentendido: ¿cómo es que salen toda clase de noticias en las que se interpreta que la presión por el canje es solidaridad con los secuestrados y no apoyo a las FARC? Sería facilísimo plantear que se intercambiaran todos los guerrilleros de las FARC presos por todos los secuestrados en manos de las FARC, siempre y cuando los primeros se fueran a otro país. Eso ya es terrible e inicuo, pero estaría bien para conseguir la libertad de los secuestrados. No, la presión por el «intercambio humanitario» es una explotación de los familiares de los secuestrados, temerosos de que empalen, mutilen o torturen a sus seres queridos, para promover el reconocimiento de beligerancia de las FARC y el despeje de territorios, la «ventaja militar» que tanto quieren explotar. ¿Alguien recuerda lo que ha leído en El Tiempo al respecto.
Lo mismo se puede decir del «delito político». Ya he explicado otra vez en este blog que según A. Caballero Carlos Gaviria es un liberal porque defiende el delito político, pero ésa sólo es una noción fascista, que también explotaron los muy jesuíticos falangistas españoles (no hay realmente matices entre José Antonio Primo de Rivera y el Che Guevara, sólo los lectores creen que son distintos por la ignorancia que transmiten las universidades). Bueno, un pensador liberal español, Fernando Savater, se dedicó en las décadas pasadas a denunciar esa noción. Al respecto los muy «progresistas» dueños de la opinión en El Tiempo hacen silencio y sencillamente promueven columnistas que veladamente defienden esa noción. El «delito político» es la licencia para matar para quienes aspiran a ocupar cargos públicos. En la jerga mussoliniana se llamaba «violencia caballeresca». El sentido de esa campaña de ESC es mantener la esperanza de la tropa de que aun fracasando en su guerra quedarán impunes porque tienen una red poderosa de patricios e intelectuales que los protegen. La defensa de esa noción es, igual que lo del canje, una muestra de que Santos y Pombo sencillamente promueven a las FARC y esperan sacar partido de sus crímenes.
Otro caso, Carlos Gaviria dijo en España que los secuestros son culpa de la política de seguridad democrática. Hace unos meses, Carlos Gaviria fue a España a pedir que se sacara a las FARC de la lista de terroristas. Ése es un tema silenciado en El Tiempo. Cuando se habla de Carlos Gaviria nadie se entera de eso.
También con ocasión de los intentos de quitar las efigies de Camilo Torres y el Che Guevara de la UN salieron con un editorial defendiendo la identidad universitaria, por no hablar de todo lo que tiene que ver con la satrapía cubana.
Los secuestros y masacres son a la sociedad colombiana como los rasguños que se hace quien se rasca. Por mucha sangre que produzcan, la verdad es que el mal de fondo, lo que produce la piquiña, es la infección de valores esclavistas y serviles que ciegan a todo el mundo ante infamias como el delito político. Ya una vez Alejandro me regañó por asociar el sindicalismo estatal con las FARC y el ELN, como si la historia de ambos fenómenos no fuera íntimamente entreverada. ¿Quién va a decir que el intento de suprimir el derecho a elegir a los gobernantes tiene que ver con la aspiración de esa casta de patricios de congelar la jerarquía de siempre? Eso suena a puro disparate a los colombianos porque en realidad lo natural para Colombia es la guerrilla y no la democracia, flor rara que hace cien años casi no se veía ni siquiera en Europa.
Claro, «democracia» se llama a cualquier cosa, pero lo que corresponde a las urnas siempre ha sido menospreciado por la casta y por sus mandaderos cooptados y adoctrinados en las universidades. Cualquiera que se tome el trabajo de leer datos sobre la historia de Cuba y sobre el mundo interior del castrismo se encuentra exactamente con el mismo fenómeno.
Pero ¿con quién discute uno? ¿Quieren esos anónimos que los guerrilleros renuncien a todas sus pretensiones y se queden en regiones controladas por ellos pero sometidas a las leyes colombianas, impunes, ricos y aun respetados? NO, eso no es lo que quiere la llamada izquierda democrática. ¿O sí? No importa, Colombia se podría definir por esos dichos tan elocuentes: el diablo hace hostias (es decir, los promotores del terrorismo defienden la inocencia de un patricio que los apoya), los pájaros disparan a las escopetas (el pacifista es en realidad un violento que se hace cómplice de la violencia estructural que hace que el médico o el tendero vivan mejor que el atracador)…
Da igual, Colombia, su clase alta (los lectores de Semana) no está sola en el mundo: transita por una carretera en la que van los demás y le ocurre como a ese conductor que oye que un loco se metió en contravía: «¿Uno? Yo he visto por lo menos veinte». Lo que digo sobre Colombia lo dice por ejemplo el historiador izquierdista español Antonio Elorza sobre Cuba. Para los colombianos de clase alta es una sarta de disparates, pero es lo que resulta obvio para cualquiera que lea la prensa colombiana y no esté comprometido en el programa de aplicación de los valores de siempre.
Jaime Ruiz
4 abril, 2007 at 8:10 pmDaniel, desgraciadamente no tengo nada que añadir a un post de hace como tres años. Éste es el enlace
Jaime Ruiz
4 abril, 2007 at 8:14 pmBueno, Daniel, sí tengo algo que agregar: he vivido varias décadas en Europa y he conocido gente culta de muchísimos países. Cuando voy a Colombia tengo que hablar con personas que no han ido a la universidad (o en todo caso que no han estudiado ciencias sociales ni literatura, arte, filosofía, derecho, política, etc.) para encontrar opiniones parecidas a las predominantes entre las personas cultas del primer mundo. Conozco algún árabe que me cuenta exactamente lo mismo respecto a las escuelas coránicas y su país. Curioso, ¿no?
Anónimo
4 abril, 2007 at 8:21 pmCarlos: Molano y Samper nunca fueron columnistas o colaboradores permanentes de Alternativa, como sí lo fueron ESC, Antonio Caballero y …téngase bien … Hernando Corral (el «camarada»), quien últimamente dirigió el periódico de campaña de reelección de Alvaro Uribe Vélez y es hoy en día furibista de primera línea. Por otra parte José Obdulio Gaviria, el gran ideólogo del uribismo, no colaboró en Alternativa pero fue activísimo militante de Firmes, un movimiento político que surgió de las entrañas de la revista Alternativa.
Jaime: Me encantó su última entrada. Es un retrato suyo de pies a cabeza. No hay nada que agregar.
Anónimo
4 abril, 2007 at 8:43 pmMe equivoqué con lo de Samper, quien sí fue fundador, al igual que ESC y Caballero.
Daniel Vaughan
4 abril, 2007 at 8:52 pmJaime,
Mientras leo el otro post que «linkeó», déjeme preguntarle a qué se refiere con:
«(…) opiniones parecidas a las predominantes entre las personas cultas del primer mundo.»
Como no entiendo le explico lo que estoy tratando de sacar por contexto:
1. Hay un tipo de conocimiento que yo (JR) valoro: ese es el conocimiento «predominante entre las personas cultas del primer mundo».
2. En Colombia sólo puedo encontrar este tipo de conocimiento (u opiniones) cuando hablo con gente que NO ha estudiado en la universidad.
Por lo tanto, de 1 y 2 infiero que el conocimiento útil o que yo valoro (desde mi punto de vista, es decir, el de JR) no se obtiene en la universidad.
¿Lo estoy entiendo bien? (esta semana estoy bastante cansado, así que puedo no estar entendiéndolo)
Si lo estoy entendiendo bien, no veo cómo puede uno inferir que en las universidades están adoctrinando a los estudiantes.
Lo único que usted puede inferir es que no se está enseñando lo que usted valora o cree útil (o le parece interesante, si prefiere).
Ahora leo lo otro.
Saludos,
DV
Daniel Vaughan
4 abril, 2007 at 8:53 pmJaime,
Otra pregunta con la que llevo peleando con varias personas desde hace años:
¿Qué es una persona culta?
¿Me puede dar una definición de eso?
Saludos,
DV
Carlos
4 abril, 2007 at 9:08 pmLo mejor de los comentarios de Jaime,es que usa un estilo ironico y a veces humoristico para explicar ideas que normalmente los intelectuales les dedican aburridos ensayos.
Sobre las criticas de Jaime a los Universitarios (y yo soy uno!), les recomiendo este ladrilludo ensayo del filosofo Nozick titulado «¿Por qué se oponen los intelectuales al capitalismo?«. Estas son unas de las mejores partes:
«¿Por qué entonces los intelectuales contemporáneos se sienten con derecho a las más altas recompensas que su sociedad puede ofrecer, y molestos cuando no las reciben? Los intelectuales piensan que son las personas más valiosas, las de mayor mérito, y que la sociedad debería premiar a la gente en función de su valía y mérito. Pero una sociedad capitalista no cumple el principio distributivo «a cada uno según sus méritos o valía». Aparte de los regalos, las herencias y las ganancias del juego que se dan en una sociedad libre, el mercado distribuye a aquellos que satisfacen las demandas de los demás expresadas a través del mercado, y lo que distribuya de este modo depende de lo que se demande y del volumen del suministro alternativo. Los empresarios fracasados y los trabajadores no sienten la misma animadversión al sistema capitalista que los intelectuales forjadores de palabras. Solamente la conciencia de una superioridad no reconocida, o de unos derechos traicionados, produce esa animadversión.»
«¿Qué factor provocó la sensación, por parte de los intelectuales, de que tenían un valor superior? Voy a centrarme en una institución concreta: las escuelas. A medida que el conocimiento libresco se hizo cada vez más importante, se extendió la escolarización -enseñar a los jóvenes a leer y familiarizarse con los libros. Las escuelas se convirtieron en la principal institución al margen de la familia para forjar las actitudes de los jóvenes, y casi todos los que más tarde se convirtieron en intelectuales pasaron por la escuela. Allí triunfaron. Se les juzgaba frente a otros y se les consideraba superiores. Se les ensalzaba y premiaba, eran los favoritos de los profesores. ¿Cómo podrían dejar de sentirse superiores? Diariamente experimentaban diferencias en la facilidad para las ideas, en el ingenio. Las escuelas les decían, y les demostraban, que eran los mejores.
Las escuelas, también, exhibían y por tanto enseñaban el principio de la recompensa de acuerdo con el mérito (intelectual). Al intelectualmente meritorio se dirigían las alabanzas, las sonrisas de los profesores y las calificaciones más altas. En la moneda que ofrecían las escuelas, los más inteligentes constituían la clase alta. Aunque sin que formase parte de los currículos oficiales, en las escuelas los intelectuales aprendían las lecciones acerca de su propia valía, superior en comparación con los demás, y de cómo esta valía superior les daba derecho a mayores recompensas.
La más amplia sociedad de mercado, sin embargo, enseñaba una lección distinta. Ahí las principales recompensas no eran para los más brillantes verbalmente. Allí a las habilidades intelectuales no se les concedía el mayor valor. Instruidos en la lección de que ellos eran los más valiosos, los que más merecían la recompensa, los que mayores derechos tenían a la recompensa, ¿cómo podían los intelectuales, por lo general, dejar de estar resentidos con la sociedad capitalista que les privaba de las justas retribuciones a que les «daba derecho» su superioridad? ¿Es sorprendente que lo que sentían los intelectuales instruidos, hacia la sociedad capitalista, fuera una profunda y sombría animadversión que, aunque revestida de diversas razones públicamente apropiadas, continuaba incluso cuando se demostraba que esas razones particulares eran inadecuadas?»
Saludos,
Carlos
Jaime Ruiz
4 abril, 2007 at 9:35 pmDaniel, es muy sencillo: TODAS, las personas que comentan los foros de El Tiempo en la línea del que citó Alejandro han estudiado en la universidad. Ese apego al sueño guevarista es ampliamente mayoritario, prácticamente unánime (lo mismo que la certeza de que Bush se está robando el petróleo iraquí, o que Chávez está favoreciendo a los pobres en Venezuela), pero sólo en las universidades. Los demás, lo muestran las encuestas y las urnas, apoyan opciones más afines a EE UU.
¿Quién representa con precisión las universidades latinoamericanas? Sin la menor duda, el comandante Gonzalo, profesor de filosofía y derecho. ¿Quién representa el pensamiento en Latinoamérica? Sin la menor duda el bachiller Jorge Luis Borges. También en Colombia: ¿dónde hay un pensador genuino y honrado, por mucho que errara con frecuencia? En el autodidacto Estanislao Zuleta. El profesor más aplaudido y homenajeado de las universidades colombianas es Alfredo Molano, para quien el secuestro es tan cruel que el gobierno debe apresurarse a pagar el rescate para que no sufran las víctimas, y el terrorismo es el recurso de los débiles (según Arnold Toynbee, claro).
Bueno, sobre esa relación de la izquierda con las universidades hay textos de Enrique Krauze y de Jorge Edwards. Lo que pasa es que no vamos a entendernos porque para mí la jerarquía del prestigio literario pesa más que la académica, y no hay modo de convencer a nadie de que acepte eso.
Una persona culta es la que ha leído cerca de un centenar de libros o más; o bien la que dedica una hora o más a leer cada día; o bien la que puede aprobar un examen de cultura general.
Daniel Vaughan
4 abril, 2007 at 9:36 pmJaime,
Retomo su otro artículo. Lo comento por partes:
1. «Las universidades son supuestos centros de conocimiento que reúnen a grupos bastante considerables de personas fuertes: sanas, jóvenes, talentosas, bien situadas socialmente… Casi sin remedio las universidades generan ese sentimiento de superioridad y de autoridad sobre la sociedad. Eso en general y en todo el mundo.»
R: Eso es verdad si los que pueden ir a la universidad son sólo unos pocos (en Colombia, cerca del 75% de la gente en ese rango de edad puede hacerlo, y de acuerdo con un estudio de Darwin Gordillo y Natalia Ariza (Archivos de Economía-DNP- No. 286 de julio de 2005) que por su puesto puede descargar fácilmente allá, sólo el 2.6% de los colombianos en ese rango de edad (18-24) termina universidad). Así que ir a la universidad es como ganarse la lotería, aunque es una lotería sesgada hacia la élite de siempre.
2. «Lo que pasa con la universidad colombiana es que al no haber industria ni una actividad productiva que ocupe a los titulados, éstos se forman para ocupar cargos públicos. Por eso han abundado siempre los revolucionarios.»
R: Sí hay industria y actividad productiva que los ocupe. Yo no se usted de dónde puede concluir esto (de hecho el décil 10 de ingresos es el que menos desempleo tiene, y por lo tanto, los educados en universidades si son empleados. Esto lo saco del mismo estudio, páginas 20-21). El dato sobre si están empleados en el sector público no lo tengo en este momento, pero estoy seguro (y creo que esto usted ya lo ha discutido con AGaviria) que la mayoría están en el sector privado. Lo digo porque la remuneración en el sector privado es más alta (aunque usted no lo crea) así que los retornos a ir a la universidad son más altos si se emplea en el sector privado, y no en el sector público. Pero sin los datos a la mano cualquier cosa que se diga es especulativa.
3. «Hay que meterse en la piel de una persona de ésas (los titulados) para entender que todo el tránsito de adolescente visionario a terrorista es bastante rápido.»
R: Yo no veo cómo uno puede concluir esto. Para mi es una afirmación ad-hoc, sin ningún tipo de argumentación.
4. «¡Es tan fácil ver un mundo en el que todo opera según la visión de uno y todos los que no le gustan a uno pierden poder e importancia!»
R: De acuerdo. Creo que esta frase le aplica a usted, y a otros foristas habituales de este blog.
5. «¡Es tan fácil para alguien de un país pobre, atrasado, humillado y desvertebrado sentirse con derecho a imponer cualquier ensueño!»
R: Suena nuevamente a que su experiencia en Europa ha sido totalmente iluminadora. Pero creo que hay un error de diagnóstico nuevamente: ¿Por qué es tan fácil? Si de 100 gatos sólo hay 10 educados (supongamos) y esos 10 educados dirigen el país (ya sea desde una empresa, o como Presidente de la República o como un Magistrado de alguna de las altas Cortes), definitivamente la solución es: 1. Que nadie se eduque o, incluso mejor (creería yo) 2. Que todos se eduquen.
6. «De todo eso a la violencia hay muy poco.»
R: ¿Para qué violencia, si la elite está como quiere estar? Lo que si puede uno argumentar, aunque no está libre de discusión (lo que se ha llamado las «causas objetivas de la violencia»), es que la desigualdad genera violencia: si el 10% más rico obtiene el 90% de los ingresos (y los va a seguir obteniendo por siempre, porque el sistema educativo no se universaliza), es intuitivo o razonable pensar que ese 90% más pobre puede estar descontento con la situación (yo lo estaría, creo).
Así que la violencia no la genera (por lo menos no materialmente) la élite que va a la universidad, sino el 90% más pobre (o una fracción de estos). Uno podría argumentar, nuevamente, que la élite es el que la está generando en primera instancia por mantener el status-quo, pero ese es otro cuento, y sobre todo, uno bien distinto al que usted está vendiendo.
6. «De modo que no hay que imaginarse una guerrilla ajena a la universidad que la infiltra y pretende dominarla.»
R: ¿Qué es «la universidad»? ¿Cualquier universidad? Nuevamente (y no es sorpresa, por lo menos para mí) no veo el argumento. Lo vende como una verdad clara, luego de una serie de deducciones lógicas, pero a parte de la etiqueta, yo no veo las deducciones lógicas (aunque puede ser 1. El cansancio, o 2. Que yo fui a una universidad, y eso me bloquea a ver algo más que «mi verdad», la verdad de una «casta» a la que pertenezco).
7. «La universidad está condenada a ser el refugio de esas castas parasitarias.»
R: Estoy de acuerdo con usted en que la universidad está condenada a ser el refugio de las ELITE. Pero esa condena se acaba si 1. Nadie estudia, o 2. Mucha más gente estudia (insisto que a mi me suena más 2, pero puedo estar cansado).
8. «Y por tanto ver que la universidad por su propia definición produce sociólogos, filósofos, antropólogos, psicólogos sociales, literatos, abogados, economistas, historiadores, etc., que por fuerza se sienten mal en una sociedad capitalista en la que su actividad no se vende mucho y tampoco sus discursos calan en el electorado, de modo que no pueden pensar en ocupar cargos públicos.»
R: ¿Por fuerza nos sentimos mal? ¿Quiénes? Insisto, creo que su muestra no es representativa (es decir, la gente que usted conoce no representan al estudiante promedio de universidad) de la población colombiana que se educa. Por eso no es bueno echar en el mismo costal a un estudiante de los Andes o Javeriana, con un estudiante de la Nacional o de alguna universidad pública o privada de esas que se llaman «universidades de garaje». Los primeros tienen garantizados los mejores trabajos (y por lo tanto el capitalismo no sólo no les molesta sino que si pensaran en eso les gustaría), y los segundos acceden a trabajos menores remunerados, o incluso haciendo algo diferente a lo que estudiaron (como ser taxistas, por ejemplo, y no lo digo de manera peyorativa).
8. «Es decir, son partidarios de regímenes de fuerza por su propia condición, no porque alguien los corrompa.»
R: Hay que tener mucho cuidado con ese diagnóstico. Usted sugiere que estas castas que hoy en día se «identifican con el uribismo», y por eso hace esta aparente deducción. Yo creería que el fenómeno de la popularidad del uribismo se explica por muchos factores diferentes a la universidad (de hecho, si no fuera así, la popularidad del 60 o 70% que se la ha visto no coincidiría con la población que ha sido educada en universidades): no estamos hablando de esto ahorita, pero es indudable que el fracaso del proceso de paz de Pastrana (es decir, el contraste entre un gobierno que lo cedió en todo, y uno que por lo menos parece estar poniendo la cara y teniendo algo de orgullo) catapultó a Uribe.
—————————
En fin, aunque la etiqueta (es indudable que escribe bien) parece mostrar una lógica clara y unos argumento contundentes, creo que hay un desconocimiento total de los datos (como siempre) y por lo tanto un error en el diagnóstico.
También creo que la hipótesis psicológica que sugerí hace varios posts arriba, tiene algo de cierta.
Saludos,
DV
Daniel Vaughan
4 abril, 2007 at 9:49 pmJaime,
Sobre qué es una persona culta. Su definición es por lo menos problemática:
Yo discutía sobre esto hace unos años con un familiar mío: suponga que yo he leido por lo menos 100 libros de economía (o el equivalente en artículos académicos). ¿Soy «culto»? ¿Es más «culto» alguien que oye Mozart, que alguien que oye a Niche o a Rubén Blades?
¿Qué significa ser culto?
Usted cita con frecuencia diccionarios, entonces ahí va la definición de la RAE:
«Dotado de las calidades que provienen de la cultura o instrucción».
Si sigue la definición por el lado de la «instrucción» yo soy culto. si lo sigue por el lado de la cultura, su uso absolutista deja de ser útil (porque la cultura varía geográficamente, así que lo culto para sus amigos arabes u orientales, o los señores cultos del mundo desarrollado que usted conoce, es distinta de la de la cantaora Etelvina que canta bullerengues y que vive en la Costa Norte de Colombia).
Apelar al argumento de autoridad que le confiere a alguien por el hecho de ser «culto» es totalmente inaceptable en una discusión razonable.
Saludos,
DV
Jaime Ruiz
4 abril, 2007 at 10:15 pmBueno, Daniel: ¿dónde hay más proporción de partidarios del régimen cubano, del Che Guevara, de la guerrilla, etc., en la universidad pública o de elite o en el resto de la sociedad?
Las castas de parásitos ricos se identifican con el antiuribismo y podría hacer la lista aquí de los más famosos.
Las guerrillas nacieron en las universidades. ¿Nadie se lo ha dicho? Si las universidades acogen a la elite y al mismo tiempo son la cuna y el mayor apoyo de las guerrillas, la inferencia obvia es que las guerrillas defienden a la minoría parásita, que es lo que he dicho decenas de veces. ¿De dónde sale que la casta poderosa se identifica con el uribismo? Tal vez estaría bien una casta de unos 15 millones de personas (los votantes y sus hijos menores).
Es todo bien simple: hace 200 años el derecho a la renta no exigía nada más que pertenecer a la casta de criollos. El diploma es un pretexto para mantener eso. Y le puedo asegurar que los antropólogos y filósofos no tienen mucho trabajo fuera del Estado.
Ya que le gusta tanto el análisis con datos, ¿por qué no compara la proporción de titulados universitarios a los que contrata el Estado en Colombia y en EE UU, por poner un caso? Siempre quedaría pendiente la proporción de profesionales de la destrucción del Estado, pero ya con los titulados quedaría muy claro.
Jaime Ruiz
4 abril, 2007 at 10:19 pmDaniel, sobre ser «culto» basta con pensar en la capacidad de leer la prensa. El raspachín tiene la cultura de la recolección de coca y el chamán la del yajé, pero ¿pueden leer la prensa o no?
Es simple: la mayoría de las personas que han estudiado en las universidades públicas colombianas es extremadamente afín a las ideas del comandante Gonzalo. Los demás colombianos no. La violencia sale de las universidades, sea en forma de las hordas que salen a matar policías, de los que ponen las bombas, de los que se van al monte… ¿Nadie le ha dicho eso?
Carlos
4 abril, 2007 at 10:47 pmJaime: que pena. Quien es el comandante Gonzalo?
Saludos,
Carlos
Jaime Ruiz
4 abril, 2007 at 11:04 pmDaniel, creo que su desglose de mi texto confunde:
3. «Hay que meterse en la piel de una persona de ésas (los titulados) para entender que todo el tránsito de adolescente visionario a terrorista es bastante rápido.»
.
R: Yo no veo cómo uno puede concluir esto. Para mi es una afirmación ad-hoc, sin ningún tipo de argumentación.
¡NO!, antes de «Hay» decía «revolucionarios»: no es meterse en piel de los titulados sino de los revolucionarios. Toda la continuación parte de ese malentendido:
4. «¡Es tan fácil ver un mundo en el que todo opera según la visión de uno y todos los que no le gustan a uno pierden poder e importancia!»
R: De acuerdo. Creo que esta frase le aplica a usted, y a otros foristas habituales de este blog.
PERO correspondía a la carrera del revolucionario. Sigue el mismo párrafo:
5. «¡Es tan fácil para alguien de un país pobre, atrasado, humillado y desvertebrado sentirse con derecho a imponer cualquier ensueño!»
R: Suena nuevamente a que su experiencia en Europa ha sido totalmente iluminadora. Pero creo que hay un error de diagnóstico nuevamente: ¿Por qué es tan fácil? Si de 100 gatos sólo hay 10 educados (supongamos) y esos 10 educados dirigen el país (ya sea desde una empresa, o como Presidente de la República o como un Magistrado de alguna de las altas Cortes), definitivamente la solución es: 1. Que nadie se eduque o, incluso mejor (creería yo) 2. Que todos se eduquen.
Sólo continuaba la descripción del proceso mental del revolucionario, que encuentra en la violencia un camino hacia el ministerio o la embajada vitalicia. Y no: los estudiantes son varios miles y los ministerios y embajadas son pocas decenas. La revolución es la carrera política rápida y eficaz donde no hay instituciones firmes (ocurre en toda África).
6. «De todo eso a la violencia hay muy poco.»
R: ¿Para qué violencia, si la elite está como quiere estar? Lo que si puede uno argumentar, aunque no está libre de discusión (lo que se ha llamado las «causas objetivas de la violencia»), es que la desigualdad genera violencia: si el 10% más rico obtiene el 90% de los ingresos (y los va a seguir obteniendo por siempre, porque el sistema educativo no se universaliza), es intuitivo o razonable pensar que ese 90% más pobre puede estar descontento con la situación (yo lo estaría, creo).
No, no señor, Molano se siente agraviado por la casta de los Pastrana y espera generar la casta de los Molano. Ese 90 % más pobre es el que no apoya a la guerrilla ni a Correa ni el comunismo. ¡Qué curioso!
Así que la violencia no la genera (por lo menos no materialmente) la élite que va a la universidad, sino el 90% más pobre (o una fracción de estos).
QUE NO, QUE NO, QUE NO. DIOS MÍO: la guerrilla nace de la universidad y tiene en la universidad su principal sede. Si lo duda sólo tiene que leerse la página de las FARC, donde hay una sección de propaganda universitaria, o este artículo. Y todo lo que comenta sigue la secuencia sobre los revolucionarios.
Uno podría argumentar, nuevamente, que la élite es el que la está generando en primera instancia por mantener el status-quo, pero ese es otro cuento, y sobre todo, uno bien distinto al que usted está vendiendo.
En efecto, es que la psicología debería servir para explicar que alguien crea que la violencia es rebelión contra la élite que está en la universidad. Ante todo es intimidación contra las mayorías que no están organizadas y tienen que trabajar. Realmente hay algo enfermizo en la relación que usted establece: elite –> universidad versus rebelión –> gente excluida. Esta última es la VÍCTIMA de la violencia de los estudiantes y de las guerrillas que organizan.
6. «De modo que no hay que imaginarse una guerrilla ajena a la universidad que la infiltra y pretende dominarla.»
R: ¿Qué es «la universidad»? ¿Cualquier universidad? Nuevamente (y no es sorpresa, por lo menos para mí) no veo el argumento.
«La universidad» alude al conjunto de «verdaderas universidades»: las públicas y las de elite. De ese conjunto salen las guerrillas, ¿nadie se lo ha dicho?
7. «La universidad está condenada a ser el refugio de esas castas parasitarias.»
R: Estoy de acuerdo con usted en que la universidad está condenada a ser el refugio de las ELITE.
No, primero está la frase fuera de contexto, pero después, sencillamente la universidad es la sede de la TEOCRACIA. Por eso salen de ahí las turbas de asesinos a matar policías, o los grupos de estudiantes que nutrieron a las FARC, que crearon el ELN, el EPL, el M-19, el JEGA, etc., etc.
8. «Y por tanto ver que la universidad por su propia definición produce sociólogos, filósofos, antropólogos, psicólogos sociales, literatos, abogados, economistas, historiadores, etc., que por fuerza se sienten mal en una sociedad capitalista en la que su actividad no se vende mucho y tampoco sus discursos calan en el electorado, de modo que no pueden pensar en ocupar cargos públicos.»
R: ¿Por fuerza nos sentimos mal? ¿Quiénes? Insisto, creo que su muestra no es representativa (es decir, la gente que usted conoce no representan al estudiante promedio de universidad) de la población colombiana que se educa. Por eso no es bueno echar en el mismo costal a un estudiante de los Andes o Javeriana, con un estudiante de la Nacional o de alguna universidad pública o privada de esas que se llaman «universidades de garaje». Los primeros tienen garantizados los mejores trabajos (y por lo tanto el capitalismo no sólo no les molesta sino que si pensaran en eso les gustaría), y los segundos acceden a trabajos menores remunerados, o incluso haciendo algo diferente a lo que estudiaron (como ser taxistas, por ejemplo, y no lo digo de manera peyorativa).
NO, usted es un ejemplo de persona que desaprueba este gobierno y quiere uno como el de Correa, que quiere que se negocien las leyes con las guerrillas y que se legalice el narcotráfico. ¡La excepción universal! Dios mío. ¿Qué es capitalismo? Precisamente lo que ocurre en un sistema como el colombiano tradicional, que es el que defiende la izquierda democrática, los ricos tienen rentas seguras por su contactos familiares. Eso no es capitalismo, sistema competitivo basado en la productividad. ¿De qué habla usted?
8. «Es decir, son partidarios de regímenes de fuerza por su propia condición, no porque alguien los corrompa.»
R: Hay que tener mucho cuidado con ese diagnóstico. Usted sugiere que estas castas que hoy en día se «identifican con el uribismo», y por eso hace esta aparente deducción.
¿De dónde saca eso? Los universitarios colombianos, como los que comentan en El Tiempo o en los blogs, son partidarios de regímenes como el cubano. ¿Cómo que se identifican con el uribismo? Con el uribismo se identifica la gente que quiere prosperar en un país como los demás.
Carlos
4 abril, 2007 at 11:06 pmDaniel: ya respondi las dos primeras preguntas de las que dejaste en mi blog.
Que pena la demora.
Saludos,
Carlos
Jaime Ruiz
4 abril, 2007 at 11:06 pmCarlos, el comandante Gonzalo es el terrorista peruano Abimael Guzmán, líder de la banda Sendero Luminoso.
Carlos
5 abril, 2007 at 12:21 am«NO, usted es un ejemplo de persona que desaprueba este gobierno y quiere uno como el de Correa»
A mi todavía me sorprende, a pesar de las explicaciones de Jaime, que una persona tan estructurada como parece ser Daniel Vaughan sea partidario de un neofascista como Correa.
Pero bueno, hay que tener en cuenta que Daniel estudio en la Universidad de los jesuitas como el Padre Giraldo, así que por ahi es posible que lo hayan «adoctrinado» sin que se diera cuenta.
Es muy lamentable lo que ha sucedido con los Jesuitas en America Latina. De ser una influencia positiva , gracias a su enfasis en la educación (pero educación NO estatista, la que no le gusta a Daniel) algunos de sus miembros se han convertido en defensores y/o apologistas de la violencia.
Les recomiendo el libro «El Liderazgo al Estilo de los Jesuitas: Las mejores prácticas de una compañia de 450 años que cambió el mundo», para que se den una impresión diferente de los jesuitas, mas alla de los «Padres Giraldo», las «teologías de liberacion» y las «violencias estructurales»
Saludos,
Carlos
Carlos
5 abril, 2007 at 12:23 amJaime: gracias por el dato. Ese HP en cierta ocasión intento envenenar el acueducto de Lima. Seguramente pensaba que lo hacia en defensa propia por la «violencia estructural» del sistema.
Saludos,
Carlos
originales
5 abril, 2007 at 1:09 amEl mérito de Carlos y de Ruiz radica en que se adoctrinan solos.
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 3:07 amJaime,
Primero me disculpo por haber sacado de contexto lo de los titulados/revolucionarios del punto 3. De todas formas, como para usted titulados y revolucionarios son equivalentes (son de la misma casta) creo que no lo saqué tan de contexto.
Ok, entonces su argumento es que como las «guerrillas salen de la universidad» entonces la universidad está llena de revolucionarios.
Es difícil de entender ese argumento:
1. Aunque yo no soy experto en el tema (hace varios años trabajé con un experto en esto, así que voy a tratar de acordarme de lo que aprendí en esa época) creo que NO es cierto que las guerrillas salgan de la universidad.
a. Si no estoy mal (puedo estarlo, pero igual me gustaría que el que sepa bien esto lo aclare con nombres y fechas), las FARC son de extracción campesina, mientras el ELN y el M-19 nacen en las universidades, como usted muy bien menciona, y en el contexto de la Revolución Cubana.
2. Uno no puede descontextualizar las cosas: una cosa es que algunos líderes e ideólogos de los grupos guerrilleros hayan estudiado en una universidad, y otra muy distinta (que es el salto enorme que usted está tratando de dar) es que eso signifique que la gente que es capaz de estudiar (unos muy pocos) en las universidades sea afín (para no decir ni siquiera que son militantes) a los ideales de una u otra guerrilla.
Es verdad que Pizarro fue estudiante de Derecho en la Javeriana, y compañero de clase de Sámper (si no estoy mal), pero eso DEFINITIVAMENTE no significa que en esa época la Javeriana fuera un motín de estudiantes con ideas de izquierda. De hecho, si mal no recuerdo, Pizarro se salió de la Javeriana porque era claro que sus ideales guerrilleros iban en contravía de lo que la gran mayoría de estudiantes pensaban (esta última parte necesita evidencia… pero si me la va a pedir, por favor sea consistente con lo que pide, y cite evidencia histórica que respalde su hipótesis).
Hay una cosa que si es verdad, y de la que yo puedo dar testimonio, porque tuve la fortuna de estudiar en la Javeriana y en la Nacional (y que mi círculo cercano de amigos estudió en los Andes): si usted hace una encuesta sobre cercanía o filiación política en universidades públicas y privadas (ej. Andes + Javeriana vs. Nacional + Distrital), me arriesgo a decir que encontrará un porcentaje significativamente (en el sentido estadístico, y en el uso común) que es afín a la lucha guerrillera.
Eso lo digo de manera anecdótica y no tengo más prueba que haber hablado con estudiantes de tres de estas cuatro universidades sobre esto.
¿Quiere esto decir que las universidades públicas son «semillero de guerrilleros»? Por supuesto que no. Inferir eso tampoco es correcto. Hay que entender que los estudiantes de las universidades públicas como la Nacional y la Distrital (citando ejemplos de Bogotá, que conozco) son de estracción mucho más humilde que los estudiantes de los Andes y la Javeriana. Mientras que los primeros pagan matrículas semestrales de 30.000 pesos en promedio (mis datos nuevamente deben ser tomados con precaución, pero la gran mayoría de gente que yo conocí en el departamento de Matemáticas, en donde las ideas revolucionarias son mucho menos fuertes que en las humanidades, pagaban más o menos eso pero digamos que entre 30mil y 100mil) los segundos pagan entre 5millones y 10millones de pesos.
Por favor no descontextualice esto: es más fácil venderle los ideales de justicia social a un estudiante de estracción humilde, que a un joven rico que sólo está pensando en la rumba del fin de semana (lamento la generalización, pero casi siempre es así… no por eso digo que los jóvenes de estracción humilde no piensen en meterse borracheras y sexo… de hecho lo que más me sorprendió de ir a la Nacional es que en esto coincidían los unos y los otros).
Su hipótesis histórica es interesante. Yo nunca la había oído antes, y aunque no le veo ni pies ni cabeza, acepto que puede ser un problema de desinformación mía (aunque nuevamente menciono que hace varios años trabajé durante un par de años con alguien que hacía estudios de violencia y economía, y mi trabajo eran los datos y la revisión de literatura, así que en esa época leí mucho sobre esto). Si usted nos da fuentes de información en donde esto se pueda corroborar, esta discusión se pone mucho mejor.
Sigo en otro post.
Saluditos (chiquitos, porque vuelvo rápido).
DV
Sergio Méndez
5 abril, 2007 at 3:21 amCarlos:
Que flojera de argumentos. Según ud tenemos que creer que Carlos Alberto Montaner y Plinio Apuleyo son defensores del comunismo, de Castro y del Polo demócratico respectivamente porque «hace varios decenios fueron de izquierda», lo mismo que un pelele como Enrique Santos. Y ud se traga enterito el argumento de Jaime Ruiz. Pero más triste es el ensayo de Nozick, que ya en su primera frase parte de un argumento falso y es que los intelectuales » se sienten con derecho a las mas altas recompensas que la sociedad pueda ofrecer», afirmación que no sustenta con absolutamente nada y que hace que el resto de su argumentación se derrumbe como el mas debil castillo de naipes.
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 3:23 amJaime,
Continuo…
Veo más problemas:
1. Usted sugiere que los comentaristas de El Tiempo son universitarios. Eso es difícil de argumentar, y sobre todo, es imposible de probar (uno podría montar el siguiente argumento: de acuerdo a los datos de la CRT, la penetración de internet en el 2005 fue 13. algo %, así que esto debe corresponder con el 13% más rico, que son los que pueden estudiar).
Puede que haya un sesgo suyo: como es uribista (y ahora sigo con esto) se fija sólo en los comentarios que están en contra de Uribe (esto puede ser un sesgo inconciente, así que no me sorprendería que usted no se haya dado cuenta de que lo puede tener).
Ahí va otra anécdota: hace un par de años, antes de venirme a EEUU, trabajaba en el DNP y además estaba en el círculo académico (dictando clase en el Rosario, y presentando y participando de los seminarios propios de la academia). En ese momento, la poca gente que era educada que no era uribista eran (me incluyo) los académicos (y eso significa sólo una minoría de la gente educada). ¿Por qué no eramos uribistas? Porque entendíamos que el sistema de gobierno de Uribe estaba en contra de todo en lo que nosotros estábamos trabajando. Por ejemplo, muchos economistas sugerían que el déficit fiscal, que tocaba controlar- decían ellos- iba a aumentar por la forma como Uribe administra el gasto en los Consejos Comunales (de hecho ésta es una de las virtudes que casi todo el mundo resalta de Carrasquilla: que aprendió a decirle que no a Uribe). Otros economistas que trabajábamos en investigación en asuntos importantes (como el TLC, pobreza, desempleo, etc.etc.etc.) veíamos que estábamos limitados para decir lo que el análisis «objetivo» sugería. También nos molestaba que no había transparencia en el manejo de los datos (el cambio de director del DANE fue motivo de mucha discusión en el círculo académico).
Con todo esto lo que estoy diciendo es que el antiuribismo de la gente educada no es porque sean guerrilleros (porque estudiaron). En muchos casos es porque no gusta el estilo de gobierno de Uribe (y en esto hay algo que a mi molesta de los comentarios en El Tiempo, que es la grosería y el nivel de polarización irracional, tan irracional como el que aquí se maneja de vez en cuando, como decir «parauribismo», o «polofarquismo» que no aporta para nada en una discusión razonada), y algunos pocos que tenemos argumentos «técnicos» (lamento la prepotencia de la palabra, pero creo que esta es la mejor forma de describirlo) de por qué no nos gusta Uribe (o mejor, «qué no nos gusta de Uribe», porque a muchos de nosotros hay cosas que nos gustan de Uribe, y otras que no nos gustan para nada).
En fin, ahora mi hipótesis psicológica sobre su odio a las universidades está un poco más débil. Sigo pensando que usted quiere probar que no fue necesario ir a la universidad, pero ahora creo que también está siendo víctima de la polarización política que hay en el país.
Saludos,
DV
Anónimo
5 abril, 2007 at 3:25 amEl intelectual esta convencido de que todo anda mal porque nadie le hace caso.
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 3:42 amAhí van más argumentos flojos:
Carlos ha sugerido en repetidas ocasiones que «entiende que yo sea como soy» porque estudié en la Javeriana.
¿Qué entiende? Yo creo que no entiende absolutamente nada. De hecho me atrevo a decir que no entiende a los tipos que recita de memoria. Y digo esto porque muchas veces hay que saber de economía para entenderlos.
Carlos, en serio, yo pretendía discutir con usted. De hecho esperé durante varios días para que usted respondiera las preguntas en su blog, para seguir la discusión sobre libertarianismo allá, pero me aburrí de esperar. Además, yo se que con usted no voy a poder tener una discusión estructurada, así que opto por «yo paso, muchas gracias».
Tómelo como un acto de cobardía si quiere. Si se siente mejor pensando esto, incluso échele la culpa a los curas javerianos (aunque léase la primera versión de mi crítica a la academia- que es muy floja por cierto, por eso es la primera versión, y no la tercera que está en Webpondo- para que entienda que yo soy el peor exponente javeriano que usted pueda encontrar).
DV
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 3:46 amJaime,
Hace un par de posts lancé una aseveración que puede no ser verdad: es usted uribista?
¿Le puedo pedir un favor? Me puede dar los argumentos para que usted sea devoto de Uribe? A mi me gusta hablar de política (y hablar de religión y muchas otras cosas) así que me gustaría saber qué piensa un uribista como usted.
Estoy seguro que coincido en algunos, pero me gustaría discutir los otros. Ojalá podamos tener una discusión decente sobre esto. El tema Uribe se ha vuelto tan peligroso de tratar que uno no sabe si se puede preguntar abiertamente esto sin empezar a recibir insultos como que uno es un «poloforquista» o un «HP», como Carlos mencionó, de manera muy pasional, hace un rato.
Saludos,
DV
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 3:58 amJaime,
Si quiere empiezo yo:
Qué me gusta de Uribe:
1. Se nota que está haciendo su trabajo. Cuando uno ha tenido presidentes como Pastrana y Sámper antes (de Gaviria y los anteriores no puedo decir mucho porque en esa época yo andaba pensando en cosas distintas a la política) es fácil sentir afinidad por una persona como Uribe.
Contra de esto: trabajar 24 horas al día, 7 días a la semana, no significa que sea un buen presidente (Nota: me he encontrado con este argumento recurrentemente cuando hablo de Uribe).
2. Sin lugar a dudas era necesario alguien que llegara y dijera: si las FARC y el ELN (y los paras, y los demás) no negocian, el Estado está en obligación de combatirlos.
3. Su posición frente al intercambio humanitario me gusta. Uno no puede volver política de Estado aceptar el secuestro, y eso es lo que va a pasar si se firma el acuerdo humanitario.
Qué no me gusta de Uribe:
1. No veo que haya hecho nada en términos de política económica (sobre esto ya hablamos antes: hay gente que sugiere que sin la Seguridad Democrática no estaríamos como estamos. Yo ya sugerí en algún post anterior, que estaríamos como estamos con Uribe, Gaviria o el que sea. Sobre esto podemos hablar más aunque corro el riesgo de que Carlos diga que estoy volviendo el blog de AGaviria un sitio para publicar papers en economía).
2. Creo que la única salida real al conflicto armado es sentándose a negociar. De esto él mismo se dio cuenta: con o sin ayuda de EEUU no vamos a derrotar a las FARC. Se puede argumentar (como muchos lo hacen, y puede ser verdad) que se han debilitado, pero el conflicto sigue ahí.
3. No me gusta su estilo personal de gobierno. No me gusta que contribuya con la polarización saliendo a decirle a esta u otra persona que no tienen autoridad moral para hablar del conflicto (porque son reinsertados del M-19, por ejemplo) o que incluso apoyan a las FARC (con el llamado «polofarquismo», por ejemplo). Eso no lo puede hacer el presidente.
4. No me gusta su manejo de la política económica, aunque esto puede no ser culpa de él sino de Carrasquilla (aunque ya mencioné algunas cosas que fueron decisiones de Uribe, como el cambio del director del DANE, o incluso, el antiguo director del DNP con el que no pudimos trabajar nunca… no hago más comentarios sobre esto).
Si se me ocurre algo más de uno u otro lado, los pego más tarde. Acá ya es media noche, así que es hora de ir a la casita.
Saludos,
DV
Sergio Méndez
5 abril, 2007 at 4:09 amDaniel:
Lo más risible de todo es que estos ven la paja en el ojo ajeno pero no el aserradero que tienen instalado en el propio: ¿No es acaso Uribe mismo un universitario? ¿No es Rudolph Hommes un universitario? ¿No lo era Carrasquilla? ¿No lo es el infame ese del Londoño? Hasta ahí les funciona la «lógica»
Carlos
5 abril, 2007 at 11:01 am«¿Qué entiende? Yo creo que no entiende absolutamente nada. De hecho me atrevo a decir que no entiende a los tipos que recita de memoria. Y digo esto porque muchas veces hay que saber de economía para entenderlos.»
Daniel, segun tu, citar a una persona es «recitar de memoria».Todo el mundo, academicos o no, citan y se basan en ideas de otros. Yo NO cito a un hayek, porque sea a Hayek. Cito a Hayek porque estoy de acuerdo con sus ideas y me gusta como expreso una idea. De hecho, me la paso citando pensadores que muy poca gente conoce.
Ah, y yo no necesito pasar 5 años en una facultad de economía para entender sobre el tema.Yo no me pongo a leer los articulos técnicos de los economistas libertarios.Me parece aburrido.
Me pongo a leer los articulos sobre historia, política,etc. El merito de ellos es precisamente escribir sus ideas economicas y políticas en un lenguaje que podamos entender los que no somos economistas.
Tu pedanteria es increible. No se porque vienes aca a discutir con los mortales que no somos economistas.
Saludos,
Carlos
Carlos
5 abril, 2007 at 11:07 am«Carlos, en serio, yo pretendía discutir con usted. De hecho esperé durante varios días para que usted respondiera las preguntas en su blog, para seguir la discusión sobre libertarianismo allá, pero me aburrí de esperar. Además, yo se que con usted no voy a poder tener una discusión estructurada, así que opto por «yo paso, muchas gracias».»
Pues, ya te conteste y me disculpe por la demora. Yo siempre trato de responderte y tu muchas veces no lo haces y hasta dices «que hoy no tengo ganas de discutir».
No tomo tu deseo de discutir como un acto de cobardia, lo tomo una falta de cortesía.
A ti parece que no podemos tener una discusión estructurada porque partimos de supuestos muy diferentes.
Saludos,
Carlos
Carlos
5 abril, 2007 at 11:11 am«esto sin empezar a recibir insultos como que uno es un «poloforquista» o un «HP», como Carlos mencionó, de manera muy pasional, hace un rato.»
Daniel: lo de HP era para el «comandante Gonzalo» que intento alguna vez envenenar el acueducto de Lima. Nunca le diría eso a alguien de este blog.
Saludos,
Carlos
Carlos
5 abril, 2007 at 11:17 amSergio: el punto no es tanto como eran hacen unos decenios sino como son ahora. Has leido recientemente a Daniel Samper? a un Antonio Caballero? a un Molano? a un Enrique Santos?
Sus ideas siguen siendo las mismas. Ah, yo nunca he dicho que ser universitario implica ser «de izquierda». Yo soy el mejor contraejemplo. Soy universitario (y doble, porque hice un magister) y no soy «de izquierda». O bueno, si soy de izquierda pero si se entiende por izquierda querer cambiar el status quo y no favorecer la concentración del poder estatal.
Sobre lo de los Intelectuales, es posible que ni Nozick ni yo tengamos «los datos», pero por lo que he vivido si estoy de acuerdo con esa afirmación. Ayer nada mas vi un reportaje que le hicieron a un periodista quejandose que el problema de la libertad de prensa en Colombia era que a los periodista no les pagaban lo «que se merecian»….increible..
Saludos,
Carlos
Carlos
5 abril, 2007 at 11:22 amEste problema del adoctrinamiento parece ser global. El economista libertario Walter Williams, escribió sobre el tema en su ultima columna:
«Many of our nation’s colleges and universities have become cesspools of indoctrination, intolerance, academic dishonesty and the new racism. In a March 1991 speech, Yale President Benno Schmidt warned, «The most serious problems of freedom of expression in our society today exist on our campuses.. . . The assumption seems to be that the purpose of education is to induce correct opinion rather than to search for wisdom and to liberate the mind.»
«Other instances of academic dishonesty include professors having their students write letters to state representatives protesting budget cuts. Students enrolled in cell biology, math and art classes must sit through lectures listening to professorial rants about unrelated topics such as globalism, U.S. exploitation of the Middle East and President Bush.»
Incluso menciona, que crearon un sitio web para denunciar casos de «adoctrinamiento». El sitio es:
http://noindoctrination.org
Por lo menos estamos discutiendo una problematica global…..
Hasta el domingo. Me voy para girardot.
Saludos,
Carlos
policía bachiller
5 abril, 2007 at 11:45 amTal parece que, en lugar de continuar la discusión sobre el tema propuesto por Alejo Gaviria, los foristas regulares (Carlos, Ruiz, Vaughman, Méndez) decidieron ilustrarlo en la práctica.
Lo que vemos aquí:
1. La típica afirmación sin mayor justificación, más allá de los prejuicios paranoicos del denunciante, de que las universidades son las culpables de TODOS los males del país.
2. Declaraciones estadísticas del siguiente estilo: «si usted hace una encuesta sobre cercanía o filiación política en universidades públicas y privadas (ej. Andes + Javeriana vs. Nacional + Distrital), me arriesgo a decir que encontrará un porcentaje significativamente (en el sentido estadístico, y en el uso común) que es afín a la lucha guerrillera.» ¿Un porcentaje significativo que es afín a la lucha guerrillera dónde? ¿cómo? Obviamente faltan un par de palabras para que lo dicho por el econometrista Vaughman tenga algún sentido, pero incluso si hubiera logrado escribir lo que quería decir, ¿de dónde saca semejantes certezas? ¿es que a cuántos conoció en sus clases de cálculo en la nacional que fueran «afines a la lucha guerrillera»? ¿O acaso el argumento es que como pagan (tienen) menos, son más tontos, más sensibles?
3. El forista citador, estilo Carlos, que no hace sino ofrecer iluminados fragmentos de manuales escritos por «autoridades» (adaptados al tema de discusión) y creer que como suenan bien (y uno que otro ganó premio nobel) entonces son la verdad suprema.
4. Definiciones rotundas sobre tonterías como «ser culto».
5. Foristas cuyo verdadero propósito al participar es generar nuevas visitas para sus polvorientos blogs.
6. Personajes, como Sergio, que siempre, por principio, están en desacuerdo (incluso con ellos mismos).
Todos son predecibles, repetitivos y faltos de imaginación. No sería dificil hacer un programa que generara automáticamente discusiones verosímiles entre ellos.
Jaime Ruiz
5 abril, 2007 at 2:47 pmPolicía bachiller: tiene que leer a Chesterton. Para que ese programa fuera de verdad verosímil y representantivo de las discusiones colombianas siempre hace falta el FD (fiscal de discusiones) que sin necesidad de leer siquiera lo que escriben los demás dictamina que es basura repetitiva. Claro que también es el personaje más fácil de crear.
Daniel: Más tarde le contesto, el tema quita tiempo.
Sergio Méndez
5 abril, 2007 at 3:36 pmCarlos:
Que pena, Molano o Samper podrán ser de izquierda, pero Enrique Santos definitivamente no tiene absolutamente nada de izquierda (para él eso fue una «étapa adolescente ya superada»). Ahora, definir «la opinión predominante en la prensa» por lo que escribe Molano o Daniel Samper es una generalización carente de sustento.
En cuanto a lo de universitario, no es lo que ud piense, sino su aceptación ciega de «los argumentos» de Jaime Ruiz que asumen exactamente eso: que «los universitarios» están generalmente adoctrinados en ideas de izquierda, cosa completamente ridicula.
En cuanto a su experiencia personal, refiriendose a lo de Nozick, me parece irrelevante (yo también soy universitario y no he conocido el primero que diga que es que los «intelectuales deben recibir más de lo que ganan» o algo siquiera similar). Tanto Nozick como ud están en la obligación de producir una evidencia que vaya más allá de lo anécdotico para justificar tamaña afirmación. Mientras no lo hagan, por lo que a mi concierne, lo único que exponen es su prejuicio respecto a lo que «los intelectuales» dicen.
Sergio Méndez
5 abril, 2007 at 3:56 pmPolicia:
Aparte de que no es cierto que «por principio este en desacuerdo», lo que si me gustaría es que me mostrara (con un ejemplo concreto preferiblemente) cuando he «estado en desacuerdo conmigo mismo»…¿O lo que dijo lo dijo por decir y asi sonar más interesante?
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 4:39 pmPolicía Bachiller,
1. Muy bueno el nickname (aunque tal vez «chúcaro» suena mejor… esto es un chiste de alguien que prestó en el ejército).
2. Sobre la estadística de la Nacional debo volver a decir que uno, no son datos confiables, es una estadística que saco de mi experiencia en la Nacional, que como usted muy bien dice (y como yo digo explícitamente cuando digo «no son confiables») puede o no ser representativa de la población estudiantil en la Nacional. Me excuso con estudiantes o egresados de la Nacional que se sintieron ofendido por esto (son de esas horribles generalizaciones que uno no debería hacer).
De todas formas es indudable que hay diferencias claras ideológicas entre las universidades públicas y las privadas. Yo creo que nadie puede negar esto, y bueno, si quiere datos más confiables Juan Camilo Cárdenas (Uniandes-Economía) hizo un estudio bien interesante sobre la confianza entre grupos (comparando estudiantes de Andes+Javeriana vs. Nacional+Distrital… estoy seguro que lo pueden descargar de la página de JC, de donde yo lo bajé hace varios meses).
Debo rectificar una cosa (y le agradezco por obligarme a ser más preciso en este tipo de afirmaciones): no es que sean más afines a la lucha guerrillera. Esta afirmación es tan temeraria, peligrosa e incendiaria como las que he criticado de Uribe y partidarios.
Mi experiencia personal es que cuando le pregunté a mis amigos de las clases que estaba tomando sobre los paros, el cambio de Rector y su política, el papel del Estado y la lucha armada, el sentimiento que encontré fue uno mucho más cercano al de la lucha de clases y búsqueda de justicia social. A eso me refería, y a mi me parece razonable (vea la explicación que le doy a JR sobre esto).
Existe la posibilidad que mis amigos «de la clase de Cálculo», como usted menciona, sean los únicos con ideales de izquierda (muy distinto a ser guerrillero o afín a la lucha guerrillera), pero yo en serio no creo. Insisto, el Departamento de Matemáticas es (o era, hace unos 3 años) de los menos «revolucionarios», por llamarlo de alguna manera, tanto que eramos de los pocos departamentos que seguíamos en clase durante los tantos paros que hubo en esa época.
Me gusta su comentario, pero me gustaría que además de criticar lo que otros dicen, diga algo suyo. ¿Estudió usted en la Nacional? ¿Está de acuerdo con algo de lo que dije? ¿Si no, por qué?
Saludos,
DV
PD. La discusión de AGaviria se acabó desde el principio. No hay nada interesante que decir sobre esto (tampoco hay falta de imaginación… lea los comentarios del principio, que es cuando generalmente se discute ese tema).
Lanark
5 abril, 2007 at 4:41 pmJaime Ruiz: Policía Bachiller tiene que leer a Chesterton. De acuerdo en que Chesterton es una lectura agradable, ingeniosa e inteligente. Pero, ¿como para qué tiene que leer a Chesterton? ¿y qué tiene que leer? ¿»Francis of assisi», para entender la figura histórica de Francisco de Asís? ¿»Orthodoxy», para que el gordito trate de convertirlo al catolicismo? ¿»The club of queer trades», para entretenerse?
Bueno, he olvidado que hablamos del erudito de Encarta, y probablemente se refiere al libro archifamoso: «The man who was thursday». Tal vez ese libro justifique las fiebres conspiranoicas de Jaime, de alguna manera extraña, aunque no tenga mucho que ver con universidades.
O tal vez Jaime quiera que la lectura de Chesterton traiga de nuevo al Policía Bachiller, esa oveja descarriada, al rebaño del catolicismo, como lo hizo con Dawn Eden
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 4:50 pmPolicía Bachiller,
Vuelvo a leer su post y mi post, y veo que descontextualizó absolutamente todo. Si lee el párrafo que le sigue a mi sugerencia de encuesta, verá lo siguiente:
«Eso lo digo de manera anecdótica y no tengo más prueba que haber hablado con estudiantes de tres de estas cuatro universidades sobre esto.»
Así que no hay nada como una «estadística de primaria», como usted pretende sugerir.
Ahora sobre sus comentarios finales:
«¿de dónde saca semejantes certezas? ¿es que a cuántos conoció en sus clases de cálculo en la nacional que fueran «afines a la lucha guerrillera»? ¿O acaso el argumento es que como pagan (tienen) menos, son más tontos, más sensibles?»
1. Ahí está bien claro que no hay certezas, pero estoy de acuerdo con usted, y en el post anterior me excuso por esa generalización fea.
2. Cuando uno dice lo último que usted sugiere («el argumento es que como pagan menos, son más tontos, más sensibles») entiendo que ni siquiera terminó de leer lo que escribí (y lo entiendo, yo suelo tampoco leer posts tan largos como los que yo escribo).
Pero si pretende discutir, y mostrar es dósis de imaginación que usted tiene y los aquí presentes (o por lo menos yo, para no hacer generalizaciones odiosas) no tenemos, sugiero que termine de leer el post, o por lo menos, que no infiera qué es lo que estoy tratando de decir a partir de las primeras dos frases.
Me gustaría nuevamente saber si usted estudió en la Nacional, qué estudió, y si está en desacuerdo (asumo que esa es su posición, aunque como no hace nada más que criticar en su post puedo estar equivocado) por qué?
Nuevamente saludos.
DV
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 5:06 pmCarlos,
Respuestas sueltas a sus comentarios sueltos:
1. Del HP que lanzó contra alguien que no conozco al «es claro que es así porque estudió en la Javeriana» no hay mucha distancia. Lo que pretendía decir es que no creo que ni lo uno, ni lo otro, sean términos apropiados para una discusión razonada. Ojo, yo soy una persona muy grosera en el lenguaje común y corriente, pero hay términos que son más apropiados para determinadas ocasiones.
2. Según yo, citar y citar y citar repetidamente, sin decir nada nuevo habla muy mal de usted. Vuelvo al ejemplo del guerrillero razo y el cabecilla. Si a mi, DV, me tocara sentarme a negociar (discutir) con las FARC, lo hago con el cabecilla y no con el guerrillero razo. En este sentido, si a mi me tocara discutir con un libertario, lo hago con Hoppe y no con usted.
3. Desafortunadamente cuando las ideas libertarias tienen un fundamento económico importante (Friedman, Hayek, y otros, y bueno, lo último que leí, Hoppe) si hay que saber de economía. No es prepotencia o pedantería mía: si yo quisiera discutir (como lo pretendí hacer en su blog) sobre los fundamentos económicos del liberatarianismo, usted no tiene nada que decir (y bueno, ni siquiera sobre los fundamentos económicos: insisto que en todos sus blogs cuando usted dice algo suyo generalmente son esas frases no argumentadas que se le han criticado en repetidas ocasiones).
3. No hay que ser economista, pero hay que leer de eso y tratar de entender por qué lo que algunos economistas y filósofos dicen tiene sentido. A eso me refiero cuando digo que usted no sabe lo que dice. Creo que ni siquiera ha dado el paso anterior el pasito que le mencionaba antes: antes de poder construir hay que realmente entender lo que se está diciendo.
4. A mi no me parece que no podemos tener una discusión estructurada porque partimos de supuestos distintos.
i) Los supuestos o axiomas que usted menciona con orgullo no han sido expuestos de una manera clara. Yo todavía no se usted a qué se refiere con eso (y cuando leí a Hoppe fueron absolutamente claros).
ii) Si los supuestos son los mismos, y la lógica utilizada es la misma, las conclusiones son las mismas (eso es lo lindo de las matemáticas: no hay discusión sobre los resultados que se derivan de un conjunto de axiomas: la lógica deductiva es absolutamente concluyente). Por lo tanto, no hay discusión. Ahora, cuando los supuestos son diferentes es cuando puede haber una discusión interesante.
iii) La discusión con usted ha sido imposible porque: 1. Tiende a victimizarse («el libertario loco Carlos»); 2. Tiende a mandar al otro extremo a los otros («entiendo que tú por ser de la Javeriana no lo entiendas»); 3. Creo que no entiende bien de lo que habla y por lo tanto sus argumentos de autoridad son los de Friedman y Hayek (y bueno, muchos otros… no le quito el mérito de haber leído un montón del tema). Para eso leo a estos tipos y no discuto con usted (vuelvo a la historia del guerrillero razo y el cabecilla guerrillero).
Saludos. Pásela rico en Girardot. Que envidia.
DV
Anónimo
5 abril, 2007 at 5:42 pmUna cosa tienen (tenemos) en común los participantes en los blogs: la vanidad.
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 6:15 pmAnónimo,
Pero eso se puede decir de cualquier persona, no sólo de los que estamos acá.
Creo que usted trató de ser muy decente.
Saludos,
DV
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 6:23 pmAnónimo,
Hace rato vengo pensando en lo que usted sugiere: ¿Qué caracteriza a un participante de un blog?
Ahí van sugerencias varias (que las saco por introspección y por mi lectura de lo que dice la otra gente):
1. Creemos que tenemos algo valioso que decir (por los comentarios, acertados creo, de varios comentaristas, creo que estamos equivocados).
2. Creemos que tenemos la razón.
3. Nos gusta discutir (así sea por discutir).
4. Yo creo que de alguna forma este medio genera relaciones sociales (aunque son virtuales, por definición): ¿Será que somos personas solitarias, en busca de afecto? Yo creo que muchas de las comunicaciones virtuales por internet tienen algo de esto.
5. Algunos estamos por fuera del país, y es una forma de seguir en contacto con «lo nuestro», para utilizar un término bastante bobo.
Ahora bien, probablemente es más interesante aún ver cómo son las personas que tienen un blog. Creo que 1 y 2 son mucho más fuertes en ellos que en la mayoría de participantes de los blogs (el sólo hecho de tener un espacio propio, significa que uno cree que alguien va a encontrar intersante lo que uno dice).
Saludos,
DV
Juan Francisco
5 abril, 2007 at 6:38 pmOtra cosa que creo que tenemos en común los participantes al blog:
La personalidad puede ser descrita por tendencias a un extremo o a otro; tender a la extroversión o a la introversión, a la ansiedad o a la tranquilidad, a la escrupulosidad o a la procacidad… me atrevo a afirmar que los participantes a los blogs podemos tener en cuenta el hecho que somos muy independientes en nuestras actitudes con respecto a la opinión pública. Tendemos a querer expresar nuestras propias ideas sin estar seguros con antelación que nuestro grupo social de referencia las comparta o no. Es decir, que entre el espectro Conformismo-Inconformismo, tendemos hacia el este último extremo. Sin embargo, esto no garantiza que nuestros juicios sean razonables, bien fundamentados o que no nos afecte el modelo mental que comenta Alejandro. Por el contrario, podemos sentirnos muy dignos y muy independientes, sin percatarnos de lo predecibles y conformistas que son nuestras ideas a veces.
Anónimo
5 abril, 2007 at 6:49 pmLa vanidad es común, pero hay de todo: Jaime Ruiz, por ejemplo, es apabullante. Se manda con todo. No le alcanzan las palabras. Parece a punto de saltar por entre la pantalla vestido de Superman.
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 6:49 pmY todavía más interesante (y más arriesgado aún) es analizar a los lectores del blog que no participan activamente (o los anónimos):
1. Creen (¿saben?) que lo que acá se dice son bobadas y no sirven para nada (pero igual siguen leyendo y siguiendo las discusiones… será la timidez de la que habla JFrancisco? Yo creo que los participantes habituales somos todo menos introvertidos (bueno, aunque firmar con un seudónimo o de manera anónima sugiere lo contrario), de hecho creo que hay un exceso de confianza (probablemente no fundamentado)).
2. Les gustan las discusiones pero por timidez, falta de seguridad personal (que es difícil de argumentar, porque acá cualquier puede decir lo que piensa sin que lo identifiquen) o sencillamente por que son lo suficientemente inteligentes (como para no «discutir por discutir», o para saber que no es necesario hablar por hablar, como el presente, sin aportar nada a la discusión).
Ahora, lo que sí es más interesante es que tenía AGaviria en la cabeza cuando empezó este blog, y que piensa ahora (creo que la columna trata de manera tácita o implícita este tema, aunque el niegue que no está hablando de los comentaristas de este blog… uno diría cosas muy distintas de los comentaristas de El Tiempo, por ejemplo).
Saludos,
DV
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 6:52 pmAnónimo,
En ese sentido yo no veo muy distinto a Jaime Ruiz, Daniel Vaughan, Alejandro Gaviria, Carlos y otros.
Definitivamente hay gente que es mucho más tranquila y puesta en su sitio: resalto los comentarios de PanOptiko, que sólo comenta cuando siente que tiene algo que aportar (y por lo tanto aporta) y lo hace de manera respetuosa y humilde (que nos falta a muchos, empezando nuevamente por el presente), Carlosh (aunque no se ve con mucha frecuencia), Sergio Méndez y Juan Francisco (probablemente hay otros por ahí que se me escapan).
Saludos,
DV
Daniel Vaughan
5 abril, 2007 at 7:08 pmY otra más:
¿Son muy distintos los comentarios de las primeras veces que se participa en un blog de éstos, a los comentarios actuales?
Creo que en mi caso por lo menos si ha habido una transición de un estado más tranquilo, razonado y constructivo a uno más impaciente, con algunos comentarios totalmente fuera de lugar, y a veces ofensivo.
¿Por qué pasa esto? ¿Será por la impaciencia de discutir siempre lo mismo, con los mismos, sin que realmente haya algo de discusión? ¿Es esto adictivo, y por lo tanto aunque uno no tenga nada que decir, uno «siente la necesidad» de pegarse una leidita de los comentarios?
Yo creo que esto sí es adictivo, pero eso puede estar diciendo más de mi que de los blogs.
Saludos,
DV
policía bachiller
6 abril, 2007 at 12:16 pmSeñor Ruiz, del señor Chesterton sólo he leido las historias del Padre Brown. Prefiero a Sherlock Holmes. La intención de mi comentario era retomar la discusión propuesta por el profesor Gaviria. Me parece que usted ejemplifica a otro tipo de forista sin imaginación bastante frecuente que el profesor Gaviria no mencionó en este artículo.
Señor Méndez, dada su ligereza a la hora de controvertir, no dudo que se haya contradecido ya varias veces. Es común que eso ocurra cuando uno asume su actitud.
Señor Juan Francisco, estoy de acuerdo con su comentario de las 13:38.
Señor Vaughman, yo soy técnico profesional en archivística del SENA. Me gradué el año pasado. Vivo en Bogotá. No sé por qué eso sea relevante en esta discusión. A menos, por supuesto, que lo siguiente que usted me responda es que no estoy acreditado para participar porque ustedes deben ser todos profesionales. No me sorprendería. Ya me ha pasado antes en otros foros. Lo que tenía que decir ya lo dije, así que por ahora detengo mi participación para no incomodar sus disertaciones sobre los buenos, los malos, y el largo vacío ocupado por los que vivimos en el medio y no aparecemos nunca mencionados en sus estadísticas.
Anónimo
6 abril, 2007 at 2:03 pmPor fin aire fresco!
Sergio Méndez
6 abril, 2007 at 2:50 pmSeñor Bachiller:
Entonces básicamente ud tiene la certeza pero no ninguna prueba…¿Cierto? Hablando de ligerezas….
Anónimo
6 abril, 2007 at 3:11 pmSeñor Policía Bachiller:
Tan importante su oficio como el de cualquier profesional. Más, por lo concreto.
El complejo de superioridad de los profesionales es una actitud muy pendeja. Sobre todo, porque no se han dado cuenta que cada vez sobran mas.
Y, que tal, la de los que tienen posgrados.
PHDs y maestrías, a la hora de la verdad, solo sirven para adornar hojas de vida, porque, ya, con la cantidad que hay, ni para conseguir buen puesto. Y, obviamente, para llenar de plata a las universidades.
No les queda mas que dárselas.
Daniel Vaughan
6 abril, 2007 at 5:45 pmAnónimo y Policía Bachiller (PB):
Ustedes tocan un punto que me parece importante:
1. Nadie está diciendo que no ser profesional o que tener una carrera técnica sea peor que tener una carrera (así como nadie está diciendo tampoco que tener un doctorado es mejor que una maestría, y esto a su vez que una carrera).
La pregunta sobre los estudios de PB que yo hice no tuvo esa motivación: la única motivación fue que PB nos diera su impresión sobre el comentario que él criticó en un post anterior mío, y que se quedó sin respuesta, ya sea por prepotencia de PB, por timidez, o por simple aburrimiento.
2. ¿Cuál es el complejo de superioridad de los profesionales?
3. ¿Por qué sobran cada vez más los profesionales?
Intuyo que PB no va a responder (no va a tener «nada más que agregar sobre esto»), pero me gustaría que Anónimo respondiera 2. ¿De dónde saca uno que los profesionales tienen un complejo de superioridad?
Lo único que uno puede decir, con certeza, es que «el mercado valora más, en el sentido de otorgar una remuneración promedio más alta, a alguien que sea profesional». Esto no lo digo yo, lo dicen las Encuestas de Hogares (por ejemplo, ver nuevamente el documento del DNP que cité anteriormente).
¿Por qué? Esa es una muy buena pregunta, pero no una que valga la pena discutir ahorita.
Todo esto va a lo siguiente: me parece que la lectura de Anónimo o PB, o la mía, de los comentarios tiene un sesgo que me parece importante identificar: partiendo de los mismos comentarios (es decir, lo único que cambia es la interpretación subjetiva que ustedes y yo estamos dando) ustedes dicen que los profesionales y aquellos que tienen postgrados tienen un complejo de superioridad, mientras que yo digo que uno puede inferir un montón de cosas de estos comentarios, menos eso.
¿Opiniones sobre esto? O no hay «nada que agregar».
Saludos,
DV
PD (Cortico): Si uno se mete a discutir, ya sea en un blog o en lo que sea, cómo es posible «no tener nada más que agregar»?
Saludos nuevamente.
Jaime Ruiz
6 abril, 2007 at 6:38 pmDaniel: releyendo sus comentarios en este foro me doy cuenta de que hay una constante de descalificación que remite a una forma de ser colombiano y sobre todo de ser universitario colombiano. Es algo que hace años llamo «el arte de no entender», y lamento decirle que el procedimiento parece bastante burdo. Veamos un caso:
De todas formas, como para usted titulados y revolucionarios son equivalentes (son de la misma casta) creo que no lo saqué tan de contexto.
No, de ninguna manera he dicho que los titulados sean de una casta y que sea la misma casta que la de los revolucionarios ni que sean equivalentes. Exactamente lo mismo que preguntar qué es una persona culta, puede que en el medio juvenil-clasista colombiano (algo que, por desgracia tengo que decírselo, usted exhala por cada poro en cuanto se planta frente al teclado) sea muy chévere (¿o muy «play»?) proclamar que el «basuriego» tiene su cultura y ejerce su cultura de mezclar el polvo de ladrillo con el basuco mientras Vargas Llosa escribe sus novelas y artículos. Pero a ese paso, ¿qué es una persona? ¿Qué es ser? Yo hablo de personas de países ricos que han terminado carreras y leen la prensa, aun varios periódicos, cada día, y que ciertamente ven con horror a Chávez o a Morales o a Tirofijo. ¿Que es discutible aludir a esas personas como «cultas»? Claro, todo es discutible, todos somos «cultos», ¿qué es «persona»? Bah…
De modo que sólo hay que recurrir a la honradez elemental de cada persona: ¿ese tono del comentarista que cita Alejandro es típico o no de los maestros colombianos, de las personas que han estudiado en universidades como la Nacional, la Distrital, la Pedagógica, etc.? Que conteste Alejandro, por poner un caso, porque si es por usted siempre podrá pedirme pruebas, testimonios, estudios, etc. Y si se los diera siempre volvería a encontrar otro escalón para el estrato, ¿por qué estamos discutiendo en un foro de internet? ¿Por qué le ladran los perros a la luna?
Es simple, lo afirmo y sé que cualquier persona honrada que conozca un poco a Colombia lo confirmará: la mayoría de las personas que han estudiado en las universidades públicas comparten los valores antiamericanos, colectivistas y estatistas que en formato un poco tosco constituyen el chavismo. No voy a discutir si la gente tiene la cabeza encima del cuello o más bien debajo, considerando la relatividad del concepto, por ejemplo para alguien que esté en Filipinas. ¿Hay que demostrarlo? No: para discutir hay que estar de acuerdo, yo sigo adoctrinándome a mí mismo con la certeza de que esa relación guerrilla-universidad es algo patente. Usted y los anónimos seguirán exhibiendo su honradez intelectual tratando de frenar cualquier argumentación en ese punto. ¿Y si es que en realidad carecen de páncreas? Falta la estadística clínica que lo demuestre.
Veamos otro caso:
Ok, entonces su argumento es que como las «guerrillas salen de la universidad» entonces la universidad está llena de revolucionarios.
Es un ejemplo de descalificación ridícula de un argumento. No, las guerrillas surgieron en la universidad porque la universidad estaba llena de comunistas. El procedimiento de reducción al absurdo de los argumentos ajenos por la forma de no interpretarlos me hace sentir en presencia de otro clon de Lanark o Sergio Méndez.
Lo mismo: ¿nacieron o no las guerrillas en las universidades? Puede que a usted le escandalice, ¿no vive pidiendo datos? Bueno, yo lo afirmo solemnemente. La única aparente excepción (aparte del Quintín Lame, sobre el que no sé nada y que sin la menor duda fue una organización manipulada por universitarios) son las FARC. Primero, es obvio que en las regiones de colonización (vastísimas durante todo el siglo XX en Colombia) se presentan conflictos violentos a la manera del Oeste estadounidense en el XIX. ¿De qué manera esos conflictos se convierten en el sueño de tomar el poder e implantar un régimen como el soviético? Sencillamente esos conflictos encontraron los correspondientes «intérpretes de la angustia popular» en forma de grupos de intelectuales comunistas pertenecientes a los mismos grupos sociales que iban a la universidad. La mano de obra de las FARC es campesina, el espíritu dominante es el del PCC, formado en su origen por patricios (como el grupo del poeta Luis Vidales, como Gilberto Vieira), dirigidos por patricios (como Jaime Caycedo, como Vázquez del Real) y siempre por un conglomerado social ligado a la universidad. La militancia ideologizada de las FARC está dirigida por gente que se formó en la Juco, es decir, en las universidades.
Sigue usted:
Es difícil de entender ese argumento:
Claro, si ya lo ha desfigurado para que sea un disparate. Ya lo he dicho: que cualquiera se pregunte si esas opiniones que cita Alejandro no son predominantes entre las personas que han estudiado o estudian o enseñan en universidades públicas.
Más:
1. Aunque yo no soy experto en el tema (hace varios años trabajé con un experto en esto, así que voy a tratar de acordarme de lo que aprendí en esa época) creo que NO es cierto que las guerrillas salgan de la universidad.
¡Pero si es usted mismo el que dice que los expertos y la econometría confirman cualquier cosa! Su creencia no prueba nada, todo el mundo sabe que el ELN surgió (la historia está en un especial de Semana) de un grupo de universitarios que se fueron a entrenar en Cuba. El EPL otro tanto. Acerca del M-19 hay un libro de Vera Grabe que lo cuenta. Como siempre, faltan los datos: que alguien nos diga que no, que las guerrillas no surgieron de las universidades.
a. Si no estoy mal (puedo estarlo, pero igual me gustaría que el que sepa bien esto lo aclare con nombres y fechas), las FARC son de extracción campesina, mientras el ELN y el M-19 nacen en las universidades, como usted muy bien menciona, y en el contexto de la Revolución Cubana.
Las FARC eran el «brazo armado» del PCC y ciertamente el camino de la «extracción campesina» al estalinismo más demencial sólo ocurre con cientos y tal vez miles de personas formadas en la antigua URSS. Es como decir que el motor de explosión corresponde al medio social de los conductores de buseta.
2. Uno no puede descontextualizar las cosas: una cosa es que algunos líderes e ideólogos de los grupos guerrilleros hayan estudiado en una universidad, y otra muy distinta (que es el salto enorme que usted está tratando de dar) es que eso signifique que la gente que es capaz de estudiar (unos muy pocos) en las universidades sea afín (para no decir ni siquiera que son militantes) a los ideales de una u otra guerrilla.
Sigue siendo gracioso: la gente que es capaz de estudiar en una universidad es la que tiene aptitud intelectual y aun ciertos recursos. Antes era mucha menos que ahora, sólo que ¿quién ha dicho que se trata de algunos líderes guerrilleros? Las guerrillas se formaron entre grupos universitarios, al igual que toda la llamada izquierda, que salvo el PCC (lleno de profesionales pagados con los recursos soviéticos al menos desde los años cuarenta) era simplemente el «movimiento estudiantil». De nuevo: ahora resulta que la afinidad de la universidad con la guerrilla es sólo que algunos dirigentes hayan ido a la universidad.
En los años sesenta y setenta la inmensa mayoría de los estudiantes de universidades como la Javeriana eran apolíticos o conformistas, pero ¿desde cuándo esa universidad es numéricamente significativa? Sencillamente, los que acudían a universidades caras tenían un origen social y probablemente un nivel cultural más alto, lo cual por una parte los hacía más difíciles de soliviantar con retóricas y por la otra les daba ventaja a la hora de dirigir a los grupos revolucionarios. También los que eran de extracción más alta en las demás universidades. Así, la mayoría de los javerianos no eran revolucionarios pero los pocos que sí lo eran podían aspirar a dirigir las organizaciones. En las universidades públicas casi todos eran partidarios del catrismo, algunos pertenecían a las hermandades revolucionarias y unos pocos de ésos se fueron al monte, mientras que muchos otros colaboraron en las ciudades.
En cualquier caso la noción de “afinidad con la lucha guerrillera” no es lo que se discute, sino la hegemonía ideológica colectivista-estatista, ciertamente mayor hace 35 años que ahora. ¿Qué sentido tiene afirmar que porque la gente que va a las universidades públicas es de origen más humilde es más propensa a simpatizar con la guerrilla o con la izquierda? Ahí está el lamentable sobreentendido de que a los pobres les va mejor con Chávez, cosa que sólo es cierta en el sentido de que son más. Los muchachos que iban a la Javeriana tenían la vida prácticamente asegurada, sobre todo en épocas en las que siempre había algún crecimiento económico y sobre todo en carreras como ingenierías o medicina. Pero la mayoría de los estudiantes estaban en otros centros y en otras carreras, y ciertamente por tener un nivel cultural más bajo y más urgencia de asimilarse al estrato superior eran más manipulables. ¿Quiénes dirigían las organizaciones comunistas? En ninguna parte opera más drásticamente la jerarquía tradicional de la sociedad que en esas organizaciones, nadie que conozca el MOIR por dentro negará que quienes dirigen la organización son los de mejor familia, y lo mismo se puede decir de todas las organizaciones, guerrilleras o no, que comparten ese discurso. Una columna de Alfredo Molano sobre el origen de la facultad de Sociología de la U. Nacional es extremadamente diciente. Se trataba de varios linajes presidenciales desplazados.
Lo que inquieta realmente es hablar de “justicia social” cuando de lo que se trata es de privilegios para una minoría. ¿Nadie le ha dicho usted que los empleados de Telecom, Ecopetrol, la ETB, la EAAB el Banco de la República y muchísimas otras entidades públicas se pensionaban y muchos todavía se pensionan alrededor de los 45 años? ¿Y que los profesores de universidades de provincia se hacen nombrar rectores justo antes de pensionarse para quedar con esa pensión? ¿Y que los maestros cobran el sueldo y aparte la pensión si han cumplido 20 años en el puesto? La “justicia social” del comunismo sólo es el nombre cínico de la esclavitud.
Como siempre, su método de argumentación sólo es descalificación:
Su hipótesis histórica es interesante. Yo nunca la había oído antes, y aunque no le veo ni pies ni cabeza, acepto que puede ser un problema de desinformación mía (aunque nuevamente menciono que hace varios años trabajé durante un par de años con alguien que hacía estudios de violencia y economía, y mi trabajo eran los datos y la revisión de literatura, así que en esa época leí mucho sobre esto). Si usted nos da fuentes de información en donde esto se pueda corroborar, esta discusión se pone mucho mejor.
¿Cuál es esa hipótesis histórica? Si usted me describe qué es eso a lo que no le ve pies ni cabeza, yo con mucho gusto lo sustento, siempre y cuando corresponda a lo que he escrito. De paso, esa discusión en la que lo que afirma el otro necesita demostración me parece una farsa de discusión académica. Sencillamente alguien afirma: “Las guerrillas salen de las universidades”. Esto es la “verdad” que ha dicho esa persona. ¿Cómo se responde a eso? Se pregunta: “¿ah, sí, usted ha hecho un estudio sobre eso? ¿Qué calificación obtuvo? No, hombre, todo el mundo sabe que las guerrillas salen de las universidades y lo que hace falta es un estudio discrepante que demuestre otra cosa. ¿Que usted no lo cree? Mala suerte, tampoco tengo ningún interés en convencerlo, sobre todo porque cuando me tomara el trabajo de hacer todas esas averiguaciones y mostrarle todas las pruebas sencillamente correría un poco el filtro y pediría demostración de lo siguiente. Parece la mente académica: el de condición social más alta se convierte en profesor y “examina” al que afirma cosas que el profesor desde sus cómodas certezas desconoce. Si usted no sabe que las guerrillas salen de las universidades, pues a pesar de su alto nivel académico está bien desorientado sobre algo elemental, más o menos como cuando escribe “estracción».
1. Usted sugiere que los comentaristas de El Tiempo son universitarios. Eso es difícil de argumentar, y sobre todo, es imposible de probar (uno podría montar el siguiente argumento: de acuerdo a los datos de la CRT, la penetración de internet en el 2005 fue 13. algo %, así que esto debe corresponder con el 13% más rico, que son los que pueden estudiar).
Lo mismo: ¿por qué hace falta probar que los comentaristas que exponen la rutina chavista son universitarios? Daría lo mismo que algunos no lo fueran, pero sería muy sorprendente. Si quiere pruebas dese una vuelta por los blogs y en cuanto encuentre discursos antiuribistas, anticapitalistas, antiamericanos, etc., pregunte si el editor tiene estudios superiores. Nunca ninguna persona que yo conozca y que no esté determinada por la propaganda fecodista repite esos discursos en Colombia. A veces no es la universidad sino el colegio público, pero entonces esa persona es más tímida y no regaña con tanta propiedad a Hommes.
En El Tiempo hay comentarios uribistas pero por una parte son minoritarios y por la otra la mayoría son más ecuánimes cuando responden a columnas de economistas (son más groseros cuando se trata de políticos o de personajes como María Jimena Duzán). Y también se debe suponer que la mayoría han tenido estudios universitarios: no hay tal fatalidad por la que los estudiantes tengan que volverse comunistas, sino sólo el viejo orden de castas que coopta a la mayoría de los jóvenes de estratos más bajos que acceden a esos centros y los convence de que aprendiéndose un catecismo brutal ya están preparados para gobernar y sólo hace falta matar a unos cuantos policías. Su ejemplo del antiuribismo de los economistas no orienta mucho sobre los motivos del comentarista que cita Alejandro. Yo creo que los motivos eran los mismos (estatismo), pero los argumentos eran otros.
Con todo esto lo que estoy diciendo es que el antiuribismo de la gente educada no es porque sean guerrilleros (porque estudiaron). En muchos casos es porque no gusta el estilo de gobierno de Uribe (y en esto hay algo que a mi molesta de los comentarios en El Tiempo, que es la grosería y el nivel de polarización irracional, tan irracional como el que aquí se maneja de vez en cuando, como decir «parauribismo», o «polofarquismo» que no aporta para nada en una discusión razonada), y algunos pocos que tenemos argumentos «técnicos» (lamento la prepotencia de la palabra, pero creo que esta es la mejor forma de describirlo) de por qué no nos gusta Uribe (o mejor, «qué no nos gusta de Uribe», porque a muchos de nosotros hay cosas que nos gustan de Uribe, y otras que no nos gustan para nada).
El tema de la columna es la indignación que da por sentado que sólo falta el presidente justo que firme el decreto de justicia social. Las objeciones que se puedan tener a Uribe por jóvenes sin gran conocimiento de la política o de la historia (aunque sí de otras cuestiones “técnicas”) no tienen nada que ver, pues el problema es la rabia y la certeza de ser víctimas de un atropello que se adivina en esos comentaristas: hay una rabia contra Uribe por parte de los castristas, ¿qué tienen que ver las objeciones de los no castristas?
En fin, ahora mi hipótesis psicológica sobre su odio a las universidades está un poco más débil. Sigo pensando que usted quiere probar que no fue necesario ir a la universidad, pero ahora creo que también está siendo víctima de la polarización política que hay en el país.
No. Simplemente las universidades públicas son centros ideológicos colectivistas. La cuestión de si es necesario o no ir a la universidad forma parte de la vida personal de cada cual. Por ejemplo, a nadie se le ocurriría que para ocupar el ministerio de Hacienda no sea necesario ir a la universidad, pero eso tendría sentido si se estuvieran evaluando candidatos a ministros. Todo lo que yo digo es que la inmensa mayoría de quienes pasaron por universidades públicas colombianas en las décadas anteriores tienen una marca ideológica muy afín al chavismo: la ideología de Alternativa. Eso obviamente se ha ido suavizando tras la caída del comunismo y tras la decepción que produjeron las FARC en tiempos de Pastrana, pero las bases ideológicas siguen siendo muy parecidas. Obviamente a todas las personas que conozco y que están en edad de dejar los estudios las aliento a hacer una carrera. ¿Para qué excluirse? También mucha gente que ha recibido todo el adoctrinamiento puede entenderlo y rechazarlo.
Acerca de ser uribista le cuento: yo empecé a leer con mucha frecuencia la prensa colombiana en 1999, antes no tenía internet. Es algo difícil de comunicar el encuentro con Caballero y Molano y decenas de escritores como ellos cuando uno ha vivido muchos años sin leer nada parecido. A la gente la escandaliza que yo diga que Colombia es un muladar, pero es lo que se experimenta al leer a esos personajes. Más tarde he leído a otros peores, como William Ospina. En general en la prensa colombiana son raras las opiniones que defienden cosas obvias, como que prometer premiar a los asesinos sólo es alentarlos a cometer sus crímenes. Razonamientos semejantes, pongamos por caso no aceptar la falacia del delito político, hacen que uno sea inconcebiblemente extraño para los colombianos. Loco, ultraderechista, arrodillado, etc. Bueno, me aficioné a escribir comentarios en el foro de Caracol y en el de Terra. En cuanto oí que había un candidato que denunciaba la negociación del futuro del país en el Caguán me puse a hacerle propaganda. ¿Cuánto impacto podía tener eso? Modestia aparte, creo que alguno, sobre todo porque era una novedad, un político sin maquinaria en Bogotá y demás. Nadie debe olvidar que los godos y los “liberales” estaban comprometidos con ese proceso. Pero aun sin ningún impacto, es algo que cada persona se debería plantear porque ya sólo queda la vieja cuestión del muchacho alemán de los años cincuenta a su padre: “¿Qué estabas haciendo tú mientras gaseaban a los judíos?”.
De haber ganado Serpa en 2002 Colombia habría caído en manos de algún Suharto que habría resuelto el problema guerrillero a la manera de Videla pero en proporción a la fuerza y a los crímenes guerrilleros en Colombia. De nuevo, lo increíble, lo que define a una persona no colombiana es su sorpresa ante la tranquilidad de los colombianos de clases altas que leían cada semana noticias atroces (como que quemaban vivo a un campesino por no entregar a los hijos o como que castraban a un policía delante de sus vecinos) y seguían esperanzados en la negociación. Yo creo que el izquierdismo en Colombia sólo puede apoyarse en personas muy jóvenes o en personas muy cínicas, porque el proceso por el que se llega a condenar el esfuerzo que se ha hecho para detener la violencia sólo habla de una condición moral que está fuera de lo humano, que es subhumana. Uribe tendrá todos los defectos que se quiera, pero la tendencia normal después de esos años sería a un agravamiento de la violencia que no se ha experimentado. Y no se ha experimentado porque ese paisa brutal y obsesivo ha conseguido mantener el apoyo de la mayoría en defensa del sistema democrático y del imperio de la ley. Y es que en Colombia hay extremos “libertarios” y extremos asistencialistas o partidarios del Estado de Bienestar, pero todos estarían dentro de lo que se llama uribismo, pues en contra sólo están los que quieren que los representantes elegidos de los ciudadanos se reúnan con los representantes designados de los verdugos de los ciudadanos para acordar una nueva organización social. A mí esos opositores me parecen más perversos y cínicos que los mismos asesinos, pero acerca de eso no espero convencer a nadie porque no es algo del terreno de los argumentos, la inferencia es obvia.
(Y no, ni Mockus ni Rafael Pardo están en otro lado, el primero propuso ser el vicepresidente de Carlos Gaviria mientras que el segundo propuso una unión de todos, incluido el PCC, contra Uribe.)
1. No veo que haya hecho nada en términos de política económica (sobre esto ya hablamos antes: hay gente que sugiere que sin la Seguridad Democrática no estaríamos como estamos. Yo ya sugerí en algún post anterior, que estaríamos como estamos con Uribe, Gaviria o el que sea. Sobre esto podemos hablar más aunque corro el riesgo de que Carlos diga que estoy volviendo el blog de AGaviria un sitio para publicar papers en economía).
Corolario: dan lo mismo 3.000 secuestros al año que 300. Pero la política económica: ¿no se ha conseguido un crecimiento en 2005 y 2006 que ni se soñaba en 2002? Con Serpa tal vez habría millones de muertos. Bueno, “con Serpa” es un imposible, la guerra civil la ganaría la “derecha” porque siempre ha sido mayoritaria en la opinión pública.
3. No me gusta su estilo personal de gobierno. No me gusta que contribuya con la polarización saliendo a decirle a esta u otra persona que no tienen autoridad moral para hablar del conflicto (porque son reinsertados del M-19, por ejemplo) o que incluso apoyan a las FARC (con el llamado «polofarquismo», por ejemplo). Eso no lo puede hacer el presidente.
Lo que debería hacer es mucho más de eso, denunciar que Carlos Gaviria dice que los secuestros son resultado de la seguridad democrática o que pide que se saque a las FARC de la lista de terroristas, o que haya tantos poderes exigiendo el canje que conviene a las FARC… Lo peor del gobierno de Uribe es esa tendencia a contemporizar. Si alguien pusiera en duda las afirmaciones de los editoriales de El Tiempo ya hace tiempo que no habría guerrilla.
Daniel Vaughan
6 abril, 2007 at 7:19 pmJaime,
Ahorita no puedo responder a su comentario, que por cierto, creo que está muy bueno, pero déjeme pedirle un favor: puede hacer más claro este punto?
«(…) puede que en el medio juvenil-clasista colombiano (algo que, por desgracia tengo que decírselo, usted exhala por cada poro en cuanto se planta frente al teclado) sea muy chévere (¿o muy «play»?)»
¿A qué se refiere eso de «juvenil-clasista colombiano»?
Yo creo en los sesgos inconcientes, que por definición no son fácilmente identificables, así que entiendo que eso que usted llama un «sesgo juvenil-clasista colombiano» sea uno de mis problemas.
Tengo dos problemas: 1. Que no creo que sea clasista, y 2. Que no entiendo exactamente a qué se refiere.
¿Me ayuda a interpretar esto? Insisto, este favor se lo pido únicamente para ver si estoy de acuerdo con usted o no, e independientemente de si lo estoy , para tratar de entender si efectivamente soy como usted dice que soy, lo puedo cambiar.
En lo que estoy de acuerdo con usted ahora es que eso definitivamente no es bueno.
Saludos y prometo responder más tarde.
DV
Jaime Ruiz
6 abril, 2007 at 8:33 pmDaniel, bueno, es verdad que eso no se entiende bien, pero yo sí sé de qué hablo. Tal vez no lo he podido expresar bien. Digamos que la jerarquía social se manifiesta en forma de aristocracia intelectual, lo cual sería de lo más deseable salvo porque el nivel de exigencia del medio es más bien ínfimo y las madres enseñan el triste vicio de aparentar. Los jóvenes de clases altas quieren ser artistas y filósofos, pero si son pintores hacen instalaciones, si son músicos están en la hipervanguardia en que todo ruido es una concesión al tradicionalismo y si son filósofos se encuentran la secta hasídica, tántrica o gnóstica más increíble para afiliarse y no tener que tomarse el trabajo de expresarse en un castellano correcto ni que enterarse de lo que dice el diccionario. Increíblemente, para todas esas transgresiones lo único que tiene valor es el diploma y si uno sabe tocar el violoncelo va muy intimidado ante la posibilidad de que lo descubra algún doctorado en música que nunca ha perdido el tiempo distinguiendo ese instrumento de un contrabajo.
Es decir, el rango superior de esa jerarquía no corresponde a que uno haya expuesto en el MOMA o haya compuesto varias sinfonías estrenadas por la Filarmónica de Berlín, sino de haber ido más lejos a la última transgresión que los demás no han podido llegar a conocer. Es decir, de haber llegado a ser de estrato espiritual o artístico todavía más alto.
Bueno, ponía el caso de ser alguien «culto» como ocasión en que se manifieste el relativismo cultural (el sentido crítico, claro) que hace que dé lo mismo leer cuatro horas diarias que cuatro horas al año. ¡Todos somos cultos! Y para mí es una cosa típica de Colombia: todo el mundo tiene alguna estratagema que permite que cualquier certeza ajena resulta tener pies de barro. No hay nada que no se pueda relativizar o convertir en picadillo con el mayor desparpajo. Es algo muy característico.
Saludos.
Daniel Vaughan
6 abril, 2007 at 10:50 pmJaime,
Sus comentarios están buenos, díficiles de entender (por lo menos para mí, por el lenguaje que está utilizando, es casi como de leer con diccionario), y bastante complicados de responder.
Como entiendo que a veces es difícil identificar (por introspección) los problemas y sesgos personales, voy a concederle la razón sobre lo que está diciendo sobre mi, o por lo menos no se la voy a discutir: acepto que usted puede tener la razón en sus apreciaciones sobre mí. Voy a hablar, no de mí (de lo que me siento incapaz de decir algo interesante), sino de sus comentarios:
1. Hay algo de su posición acerca de las universidades que no he terminado de entender, y creo que es mejor si copio a lo que me refiero (espero no estar sacando nada de contexto, pero si lo estoy haciendo usted me corregirá):
«Digamos que la jerarquía social se manifiesta en forma de aristocracia intelectual, lo cual sería de lo más deseable salvo porque el nivel de exigencia del medio es más bien ínfimo y las madres enseñan el triste vicio de aparentar».
Varias personas en este blog han sugerido que una política social redistributiva de largo plazo es la educación: más y mejor acceso a educación para la mayor cantidad de gente.
Si mal no recuerdo a usted no le gusta este modelo de desarrollo (no importa en este momento cuál es la razón para esto). Mi pregunta es la siguiente:
¿No es este modelo de desarrollo una forma para acabar, o por lo menos reducir, los efectos (negativos) de esta «jerarquía social que se manifiesta en forma de aristocracia intelectual»?
Yo estoy de acuerdo con usted en que a mi tampoco me gusta esto: si DV es un mal economista o un peor aún músico o matemático, algo (no se qué) debería mostrar que por más que DV tenga PHDs o lo que sea, es malo para eso. La hipótesis de la educación funciona de la siguiente manera:
En vez de 10 gatos entrando a la universidad, obteniendo diplomas y saliendo a ocupar los correspondientes 10 puestos privilegiados (usted sugiere que son en el sector público, aunque yo no estoy muy de acuerdo con esto, pero olvidémenos por ahora de esto), va a haber 100 gatos, compitiendo entre ellos (con el mismo diploma) para obtener esos 10 mismos puestos privilegiados.
Hasta ahí mi primer comentario, que repito, intenta (probablemente de manera desafortunada) encadenar su posición sobre las jerarquías sociales y la educación.
2. Sobre las universidades (públicas, porque creo que ahora está haciendo explícito que está hablando de las universidades públicas), la lucha guerrillera y la cercanía ideológica:
Suponga que yo le digo:
«Jaime, todo el mundo sabe que las mujeres realmente son hombres que se disfrazan de lo que nosotros llamamos mujeres.»
¿Cuál sería su respuesta? Yo no se cuál sería su respuesta (aunque me inclino a pensar que empesaría con un categórico «¡Bah!», que comparto en este caso), pero la mía sería algo así como: «¿En serio? ¿Pero usted cómo sabe? ¿Tiene alguna forma de demostrar su afirmación?»
Esa es exactamente mi respuesta ante la siguiente afirmación:
«No, hombre, todo el mundo sabe que las guerrillas salen de las universidades y lo que hace falta es un estudio discrepante que demuestre otra cosa. ¿Que usted no lo cree? Mala suerte, tampoco tengo ningún interés en convencerlo (…)»
3, y con esto termino: Suponga que en un carro siempre hay 2 individuos, y que cada vez que uno sale del carro, alguien lo reemplaza de tal forma que siempre hay 2 individuos. Suponga que usted decide observar el comportamiento de sólo uno, que por casualidad, siempre ocupa el puesto de la derecha:
Apenas este individuo se baja del carro, usted se da cuenta que el tipo sale y roba un banco, independientemente de quién sea. Dicho de otra forma, sea quién sea quién ocupa el puesto de la derecha en un determinado momento, siempre que sale del carro (para no ocuparlo nunca jamás, y por lo tanto ser reemplazado), éste sale y roba un banco.
Usted puede concluir varias cosas sobre esto:
1. El señor, sea quién sea, de la derecha siempre roba un banco.
2. Cualquier persona que ocupe el carro roba un banco.
3. En promedio, los individuos que ocupan el carro (que salen de la población, así que esta es una afirmación sobre el habitante promedio de la población) tienen una predisposición para robar bancos.
Cualquiera de estas afirmaciones a mi me parece peligrosa y creo que son algunas de las afirmaciones que se han hecho acá. La suya en particular, creo que se acerca a la segunda.
Le cambiaría en algo su afirmación (2) si ahora se dedica a observar únicamente al de la izquierda, y resulta que este en lugar de robar bancos, sale y algunos juegan fútbol, otros oyen música, otros son gerentes de banco, mejor dicho, no puede encontrar un único patrón (contrario al de la derecha)?
Le dejo la pregunta abierta.
Saludos,
DV
Daniel Vaughan
6 abril, 2007 at 11:13 pmPolicía Bachiller (u otros visitantes anónimos que tengan una carrera técnica, o hayan estado en el SENA):
No recuerdo haber hablado sobre esto con alguien con una carrera técnica, así que me gustaría saber cuál es su opinión acerca de las carreras técnicas en Colombia?
¿Son buenas? ¿Les falta algo? ¿Les sobra algo? ¿A parte del SENA donde más se puede estudiar una carrera técnica? ¿Es difícil financiarla? ¿Cuando salen al mercado laboral, es fácil encontrar trabajo? ¿Creen que lo que se ganan es muy poquito? ¿Creen que lo que se ganan es muy poquito, comparado con lo que se gana un profesional que sabe lo mismo o incluso menos?
¿Si pudieran devolverse en el tiempo, y no hubiera restricciones de plata, estudiarían lo mismo? ¿Por qué? ¿Estudiarían en una universidad? ¿Por qué? ¿Estudiarían algo?
Yo no se cuál sea la proporción de estudiantes en carreras técnicas, o de profesionales en carreras técnicas, en comparación con el resto de estudiantes o de profesionales, pero no creo que sea muy alto (esto por supuesto se podría saber rápidamente si tuviera acá una Encuesta de Hogares), así que sería interesante saber usted PB u otros tienen algo que decir sobre esto, solo para informarnos (o informarme, puede que yo sea el único que no tiene respuesta a estas preguntas, o el único a quién le parecen interesantes estas preguntas).
Saludos,
DV
Daniel Vaughan
6 abril, 2007 at 11:41 pmBueno, ahí van unos datos que se encuentran en Internet sobre las carreras técnicas (a quién interese):
Lo primero es tomado del Informe Nacional Sobre el Desarrollo de la Educación en Colombia (http://www.ibe.unesco.org/
international/ice/
natrap/Colombia.pdf):
1. De 282 centros de educación superior en Colombia en el 2000, 53 y 63, eran institutos técnicos y tecnológicos, respectivamente. Los restantes eran instituciones universitarias o universidades.
2. (Tabla 4 de: http://mt.educarchile.cl/
archives/ColombiaLoRes.pdf):
Del total de matriculados en 2000 (934085), 89% pertenecen a universidades o instituciones universitaris y el restante 11% a instituciones técnicas o instituciones de entrenamiento técnico.
3. Cobertura neta (sólo contando a la población en el rango 18-24 años de edad) en el 2000: 17% (o algo muy cercano. El dato lo estoy tomando de la Figura 5 del documento anterior).
Eso significa que de 100 colombianos entre 18-24 años sólo 17 estudian en la universidad.
4. Comparado con los paises de la región en 1997 (Tabla 5 mismo documento):
Colombia: 15%
Chile: 32%
Venezuela: 29%
————–
Corea: 68%
Reino Unido: 52%
Noruega: 62%
EEUU: 81%
————–
5. Cobertura Neta (sólo comparando con personas en el rango 18-24) por regiones (Tabla 6):
Bogotá: 32.9%
Chocó: 5.6%
Antioquia: 17.7%
Cundinamarca: 3.4%
——————–
Tabla 7: Phds
Número de programas de PHD:
Colombia: 4
Brasil: 5344
Alemania: 24174
UE: 69006
EEUU: 42705
Títulos de doctorado por cada MILLÓN DE HABITANTES:
Colombia: 0.4 (eso significa que 4 de cada 10 millones de habitantes en Colombia tienen un doctorado)
Brasil: 31
EEUU: 152
Alemania: 294
—————–
Tabla 9: Remuneración por grados de Educación (pesos de 2000)
Sin Educación: 137 mil pesos
Sólo Primaria: 208 mil pesso
Sólo Secundaria: 278 mil pesos
Terciaria: 886 mil pesos
Todo es mensual (es decir salario mensual promedio, por nivel de escolaridad)
El promedio de toda la población es 323 mil pesos mensuales.
———————–
Esos son sólo unos datos para quién le interese informarse un poco de cómo estamos.
Saludos,
DV
Sergio Méndez
6 abril, 2007 at 11:48 pmDaniel:
¿Si le entendí bien, el promedio de remuneración para un graduado de universidad es de 887 mil pesos? ¿Es ese el «fabuloso» salario de los profesores y graduandos universitarios?
Daniel Vaughan
7 abril, 2007 at 12:02 amSergio,
Ese es el dato que hay en este informe.
Es un dato de 2000 (que en pesos de 2006 sería algo como 1’250,000 pesos 2006).
Además es un dato promedio, probablemente sería más interesante saber el dato mediano (ese en el que el 50% de los profesionales están por debajo, y el restante 50% por encima), pero no tengo una Encuesta para sacarlo ahorita.
Para usted no es fabuloso pero no puse el resto de la tabla:
La última columna de esta tabla compara el salario por nivel educativo con el salario promedio de la población:
Sin Educación: 42.6%
Primaria: 64%
Secundaria: 86%
Terciaria: 274%
Así que mientras para usted eso no es nada, comparado con el promedio de los trabajadores colombianos, una persona con educación terciaria se gana casi 3 (2.74) veces más que el promedio.
Lo clave con estos datos promedio no es cuánto se ganan sino compararlo con los otros niveles educativos, porque eso explica en buena parte la desigualdad del ingreso.
Sería interesante saber cuánto se gana en promedio un egresado de universidades como los Andes, Javeriana, etc.etc. y compararlo con estudiantes de otras universidades. Esto desafortunadamente no se encuentra en las Encuestas. Lo que si se encuentra en las Encuestas, pero no lo tengo, es comparar privadas vs públicas.
Daniel Vaughan
7 abril, 2007 at 12:32 amSergio,
Para que entienda más por qué es importante compararlo con los otros niveles educativos ahí va una tablita (Cuadro 1: Escolaridad promedio de la población por decil de ingreso, tomado de Archivo de Economía No. 286, DNP)
Decil 1 4.5
Decil 2 5.0
Decil 3 5.2
Decil 4 5.8
Decil 5 6.6
Decil 6 7.0
Decil 7 7.7
Decil 8 8.4
Decil 9 9.5
Decil 10 11.9
Ese dato es de 2003 (encuesta de Calidad de Vida) y dice el número promedio de años de escolaridad de la Población en Edad De Trabajar (si no me equivoco a las personas con 12 años o más en zonas urbanas, y 10 años o más en zonas rurales, pero puede que para la ECV03 esto haya cambiado).
Así que en promedio una persona del decil más bajo ha estudiado 4.5 años (no terminó primaria), mientras que uno del decil más alto estudió casi 12 años (primaria + secundaria). Nuevamente estos son datos promedio y lo otro que es importante es que esto no son tasas de cobertura neta, es decir, como usted bien podrá imaginarse, si contamos a todas las personas mayores de 12 años, la escolaridad que acá aparece no está diciendo cuantos años de educación tiene una persona mayor de edad por deciles de ingreso.
Por ejemplo, si usted es un niño de 12 años, de una familia del decil más alto, el mayor número de años de educacíon que puede llegar a tener es 6 digamos (suponiendo que uno a los 12 años está empezando bachillerato… yo no me acuerdo, pero debe ser algo así). Así que este dato, que a simple vista parece bajito, tiene este sesgo demográfico: si hay muchas personas en la población entre 12 y 18 años, necesariamente este dato estará sesgado hacia abajo.
Saludos,
DV
Jaime Ruiz
7 abril, 2007 at 6:54 amDaniel, la historia de las guerrillas se puede encontrar en muchos sitios, sin ir más lejos hay un especial de Semana sobre el ELN. Lo que me parece muy cuestionable es ese recurso que calificaré de «leguleyo»: «Yo nunca he ido a ese pueblo, no tengo por qué saber si los habitantes tienen tres ojos o sólo dos». No, si las guerrillas no nacen del movimiento estudiantil y la difusión de la ideología comunista no procede de los grupos de intelectuales patricios enquistados en las universidades (y ocupados en hacer carrera política desde ahí, como ya expliqué respecto al origen de la facultad de sociología de la U. Nacional), le luciría a cualquiera demostrarlo. Pedir que se demuestre lo primero es lo que haría el abogado marrullero para salirse con la suya.
Pero lógicamente no se trata de que por ir a la universidad se sea guerrillero. Sencillamente hay una abrumadora mayoría de estudiantes de la época 1960-1990 que comparten los supuestos ideológicos colectivistas-estatistas, y muchísimos de ellos tomaron parte en actividades orientadas a imponer un régimen como el cubano. Es de esas certezas y de esos grupos de donde procede la columna vertebral de las guerrillas, también en sus miles de agentes en el exterior.
El problema de intentar convencer a alguien, perdone el tono feroz de esa idea en mi comentario anterior, es que ninguna demostración sirve cuando alguien ha tomado la determinación de concluir: «Pues no». Era algo que ocurría sistemáticamente en mi blog, a tal punto que lo puedo considerar un rasgo antropológico, en todo caso algo que expresa valores profundos de la sociedad colombiana: no importa lo que se diga sino lo que se sea (sobre todo lo que «sea» el papá de uno). O bien, no importa lo que se diga sino quién lo diga. En tal caso es como cuando otro niño no quiere jugar con uno, uno le da la espalda y se pone a hacer su edificio de piezas desmontables sin tenerlo en cuenta. Porque no se está tratando de acceder a la verdad sino de descalificar la argumentación ajena: «¡No lo trajo en papel sellado!».
Bueno, acerca de la educación, lo que se puede concluir de la Constitución del 91, a mi modo de ver, es que el aumento del gasto en educación no se tradujo propiamente en mayor conocimiento de la población, sobre todo no en forma proporcional a ese aumento. Sólo significó el «empoderamiento» del gremio docente, que empezó a cobrar sueldos más altos por tener diplomas sin que importara si servían para su trabajo, que se resiste a cualquier evaluación, que cobra el sueldo aparte de la pensión y que obedece a una organización aliada con las FARC. Esa obediencia determinó que parte del programa del sindicato fuera crear una conciencia antiimperialista.
Para mí en ese culto de la educación hay muchas falacias, la primera de las cuales es el sobreentendido colectivista, que es un rasgo profundo de la sociedad colombiana como las mismas guerrillas (asimilables a las huestes de Jiménez de Quesada y de Bolívar): hete aquí que los recursos son de todos y no de los demiurgos que los administran ad maiorem gloriam Dei. Si un padre decide que es mejor que su hijo vaya a una buena universidad en lugar de que se ponga a explotar la buseta desde los 18 años, se puede decir que es la decisión correcta. Pero ese gasto lo asume con SU dinero. En el fondo del acervo ideológico latinoamericano está la certeza de que el dinero es del Rey (en realidad va más allá, es de Roma), de modo que quien hereda o representa esa autoridad dispone como se lo «da» a los demás. Es la actitud de Chávez, personaje que expresa al mismo tiempo el peor tradicionalismo y la más exaltada visión de lo que en Colombia se llama «izquierda democrática». Es que son lo mismo, el trasmundo sin explotación por el que hay que ir a castrar policías (o a quemarlos con cocteles molotov, como vi yo hacer) sólo es un torpe trasunto del trasmundo sin dolor de los justos (y en realidad siempre se disfraza el otro rasgo hispánico, el trasmundo con huríes).
Pero la otra falacia es la adjudicación de virtudes omnipotentes a la educación: en cierta medida también es sometimiento. Perpetuación de una jerarquía, pues quien ocupa al principio el puesto docente representa una cadena de autoridad que siempre lleva ventaja sobre los demás: tanto sobre los educandos cuanto sobre el resto de los ciudadanos, ocupados en cosas tan superfluas como trabajar para pagar impuestos para insuflar energía al futuro. Ya he explicado en otra parte que si fuera por la educación Cuba sería el país más rico de América (no, no de Latinoamérica, región de la cual ya casi lo era en 1958), que los uruguayos educaron tanto a su población que le permitieron (a los que se educaron) volver a las patrias de sus abuelos con grandes ventajas laborales y que el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez mandó a cuanto joven talentoso encontró a estudiar al exterior, sin que a pesar de todo eso Venezuela remonte todavía ¡a Colombia! en el ranking de desarrollo humano.
La tercera falacia es la de la rentabilidad de la educación. Primero porque muchísimos cargos públicos se pagan según el diploma pero a menudo son cargos superfluos («corbatas»). Por ejemplo, los sueldos de muchos maestros están ligados a esos estudios, lo cual no quiere decir que al conjunto social le sirvan de nada. Pero segundo porque, tal como sale en la encuesta que usted cita, se atribuye la causa a la consecuencia. ¡Todos los que comen queso Rocafort auténtico en Colombia llegan a vivir en barrios ricos! (Pronto se explotará como reclamo publicitario.)
Pongamos el caso del estudiante anterior unos años después. El padre estudió 5 años, la madre 4, un par de busetas heredadas y una gran determinación de prosperar han hecho al padre dueño de 12 busetas al cabo de 30 años. Tiene 2 hijos (fíjese que podría decir 12 hijos), bueno, el muchacho de la buena universidad ha estudiado 18 años; su hermano, 17. Promedio familiar: 11. ¡Qué rentable es la educación!
Vuelvo a mi punto y lo lamento si usted opone el escudo de su escepticismo en lugar de procurar una refutación: hay un artículo de un columnista que además es decano de una importante facultad de Economía. Se comentan los asertos de unos comentaristas en los foros de un periódico. Esos asertos tienen una tendencia ideológica muy marcada, que de alguna manera escandaliza al columnista. ¿Compartimos ese rechazo o nos ponemos de parte de los foristas? En el primer caso, ¿podremos decir que las razones de esos foristas corresponden a falta de educación? Vuelvo a lo mismo: por ciertas circunstancias personales la mayor parte de las personas con las que trataba en Colombia pertenecían a la parte muy educada de la sociedad y TODAS decían cosas parecidas a las que copia Alejandro Gaviria. Una vez recibí la visita de un pariente que me confesó que nunca había leído un libro, y no obstante esa persona tenía opiniones mucho más razonables. Eso lo comprobé después con muchas otras personas de medios sociales afines. Para compartir el «sentido común» de que habla Alejandro Gaviria como último contenido de la ciencia económica es conveniente no haber ido a la universidad, al menos no tener que ver con medios intelectuales. Otras personas jóvenes de esos medios que conozco entraron a la universidad pública y empezaron a repetir cosas así. Bueno, cosas mucho peores (como que el conocimiento no es realmente necesario porque es más urgente transformar la sociedad).
Y el problema es de clase social (lo decía Sergio en estos días). La educación parece un ensueño de la clase poderosa. Un ensueño en el que el control permanece en sus manos y se administra desde las dependencias gubernamentales y a los que se alzan de entre las clases sometidas se los coopta e integra para que defiendan ese orden. Una de las primeras concepciones, típica, es que uno merece un ingreso por haber estudiado (lo mencionaba Carlos): un rasgo de esa cultura rentista, una forma de estar ya en el estrato superior y ser acogido por los señores como parte del vasto engranaje en el que el trabajo se sigue dejando a los demás. Parte de eso es el adorno que demuestra el rango, la radicalidad hiperlibertaria, hipertransgresora, etc. (Todo eso es otro atavismo hispánico: si se busca el rastro del término «petimetre» salen retratados todos nuestros intelectuales: siempre los hubo en la España que se hundía ahíta de rentas coloniales). A veces parece que Rawls y Buchanan forman parte de ese adorno. ¿Es que de verdad no basta con Martha Harnecker? Es decir, yo sólo he leído a esa autora, aparte de artículos de prensa, ¿por qué me escandaliza tanto como a Alejandro la proclama del forista que cita? Si ese forista ha ido a un buen colegio y su familia tiene recursos será economista y citará a muchísimos autores (es otra constante, en una discusión sobre la corrección lingüística la interlocutora terminó con una lista de los libros que había leído en el último semestre), pero mantendrá los mismos intereses de clase. No es que a ese forista (representativo de la mayoría de los que comentan en internet) le falten semestres de conocimiento económico, sino que le falta asimilar los valores de la modernidad.
Y la educación, en particular la universidad pública, puede estar vacunando contra esos valores. Y la guerrilla, hija de la universidad, sin la menor duda está defendiendo otros valores. Por eso es tan corriente el escepticismo acerca de su derrota. No se desea. Pero es duro, muy duro, admitir que no se desea.
Jaime Ruiz
7 abril, 2007 at 7:35 amPerdón por participar tanto: «Crecimiento económico de Colombia no beneficia todos, denunció este viernes la Iglesia católica». Es el titular de eltiempo.com Todo, incluido el gazapo, es un retrato de la sociedad colombiana difícil de lograr. Pío Baroja decía en una ocasión aludiendo a cierta región vasca «La gente de estos pueblos cuando se pone a razonar siempre lo hace como los curas, pero esto es en realidad algo que ocurre con todos los españoles». El editorialista del El Tiempo es un prelado exento del celibato por el buen nombre de su familia (al igual que el editor), y los sicarios que borraron los blogs para calumniarnos (en defensa de la universidad colombiana), clones de los que amenazan a Hommes, son el bajo clero de una sociedad en la que el cristianismo forzoso y reducido a estereotipos ha sido el acompañante perpetuo de un designio muy claro de saqueo y esclavitud. ¡Cuánto les duele que haya menos pobres, su «misericordia» resultará más difícil!
Anónimo
7 abril, 2007 at 1:34 pmDice Jaime Ruiz: «…el sobreentendido colectivista, que es un rasgo profundo de la sociedad colombiana…»
¿De dónde saca este señor que la sociedad colombiana es «colectivista?» ¿Qué entiende por «colectivista»? La sociedad colombiana es una sociedad feudal, de castas, de privilegios donde el Estado ni si quiera es percibido como fuente de poder para controlar o para imponer o para dirigir sino simplemente como una vaca para ser ordeñada, una fuente inagotable de expoliación. Y no solo el Estado central (un poco más maduro, institucionalmente hablando, aunque no todas las instituciones del nivel central lo son) sino especialmente el Estado en sus instituciones locales. Colombia ni siquiera es un Estado-nación sino un conglomerado de poderes regionales que se dedican a ordeñar a la vaca para mantener su privilegios de casta en sus áreas de dominio. La existencia de grupos armados ilegales de cualquier pelambre no es más que la manifestación de lo dicho, y tanto Tirofijo y sus secuaces como Mancuso y sus secuales se roban las platas de las regalías, y de las transferencias para seguir controlando sus feudos y para garantizar la continuidad de sus actividades económicas mafiosas. Uribe sueña con que manda, pero en realidad manda poco. Más aún, las lealtades de sus supuestos amigos, como Jorge Noguera, no se proyectan hacia él como jefe del Estado central, sino hacia sus patrias chicas y hacia los barones que allí mandan y desmandan, como el señor Jorge 40. Lo mismo sucede con los Araújo y los Yepes y todas las castas políticas regionales.
Jaime Ruiz
7 abril, 2007 at 3:40 pmAnónimo 08:34 No entiendo cuál es la diferencia entre su descripción de la sociedad colombiana, que encuentro más o menos acertada, y la noción de colectivismo:
1. m. Doctrina que tiende a suprimir la propiedad particular, transferirla a la colectividad y confiar al Estado la distribución de la riqueza.
Esto último corresponde a una serie de creencias y valores, mientras que su retrato es el de una serie de hechos reales. El primer elemento colectivista es la Iglesia católica (ya he explicado que se siente dueña del trabajo ajeno), pero también ese Estado que usted dice que ordeñan forma parte de un entramado colectivista. Pues siempre que hay un Estado dueño de todo y repartidor de todo hay grandes desigualdades en ese reparto. Mayores cuanto mayor sea la concentración del poder y menor sea la libertad individual. Me dirá que ese Estado no es dueño de todo, pero entonces ¿cómo es que tienen tanto dominio económico los políticos regionales? Sin esa preeminencia del Estado lo tendrían los empresarios que proporcionaran los bienes esenciales.
Eso sí, a usted eso le molestaría mucho más que lo que hay y que usted denuncia. No sé por qué siento que podría apostar a que usted le gustaría un orden más colectivista pero sobre todo más generoso con usted. Podría incluso darse el caso de que usted hallara razonable una morigeración del colectivismo a cambio de una participación suya en los beneficios del Estado. Es que… más bien es raro el colombiano, sobre todo el «educado» que no razone así. (Ah, y la inmensa mayoría de los colombianos han tenido la razonable ocurrencia de no vivir ni en Sucre ni en el Chocó, y ciertamente el despojo a que somete al Estado la izquierda democrática o su clientela es muchísimas veces mayor que lo que roban los «corruptos» en esos departamentos. Recuerdo que una vez me puse a hacer la cuenta de lo que se paga en pensiones que no se pagarían en el primer mundo y CADA DÍA se paga varias veces más que TODO lo que se robaron en el caso Dragacol.)
Juan Francisco
7 abril, 2007 at 3:54 pmJaime:
Me extrañan sus comentarios tan desatinados sobre Antanas. usted afirma que Mokus propuso ser formula a la vicepresidencia con C Gaviria. Nada más falso. Al contrario, el Polo se lo propuso y el no aceptó porque tiene diferencias muy grandes con la izquierda. Creo que en su tendencia por distorsionar y falsear la imágen de Antanas hay algo de cinísmo, tal vez porque usted sabe en el fondo que Antanas siemrpe ha sido la mejor opción, pero claro, aceptarlo implicaría para usted cambiar muchas opiniones.
Juan Francisco
7 abril, 2007 at 3:54 pmque pena por la tilde en cinismo.
Sergio Méndez
7 abril, 2007 at 4:14 pm«1. m. Doctrina que tiende a suprimir la propiedad particular, transferirla a la colectividad y confiar al Estado la distribución de la riqueza.»
A ver, yo sé que es inútil, pero intentemoslo: según esta definición, ¿Qué sociedad hoy en el mundo NO es «colectivista»? Si va a responder procure responder consiso, sin ladrillazos. Si va a hacer una excepción, explique con claridad. 😀
Anónimo
7 abril, 2007 at 5:11 pm¿Dónde, en Colombia, el Estado suprime la propiedad particular? (dije EL ESTADO) A no ser, claro, que usted suponga que el Estado es aliado de los paramilitares y mafiosos, quienes se han dedicado sistemáticamente a despojar a los menos favorecidos de sus propiedades particulares, para acumular y consolidar su poder en las regiones. En cuanto a la guerrilla, roba y despoja igual, aunque principalmente a los ricos, pero también a los que tengan dos vacas, es decir, a todo el que se les ponga por delante. Lo que el Estado es incapaz de hacer es garantizar la propiedad en Colombia, porque, ya le dije, no manda, aunque crea que sí. Y eso constituye una tremenda ironía, porque si algo hizo la Constitución del 91 fue convertir al Estado colombiano en un Estado GARANTISTA, que no es lo mismo que COLECTIVISTA. Y digo ironía porque el Estado colombiano tiene muy poca capacidad para garantizar, incluso lo mínimo: la propiedad, la vida, los derechos fundamentales de sus ciudadanos. Repito: no manda. Manda la corrupción, el clientelismo, el caciquismo, el gamonalismo y otros «ismos» de la misma familia.
Me pregunta usted que si el Estado no es dueño de todo, cómo es que tienen tanto dominio económico los políticos regionales. La respuesta es simple: Porque roban para su beneficio personal y para conservar el poder que tienen comprando votos y ofreciendo «puentes donde no hay ríos», y porque crean empresas con testaferros para lucrarse de los contratos estatales que ellos mismos presionan desde el Congreso. Entonce no es «el Estado» el que es dueño de todo, sino unos individuos, como tales, que dicen representar al Estado pero no se representan más que a ellos mismos, a sus familias y a sus amigotes.
Usted, señor Ruiz, para probar sus teorías, se dedica a SUPONER lo que piensan y hacen sus contradictores, y por eso SUPONE que yo espero cosas del Estado. Lamento desilusionarlo: no espero nada del Estado, ni pensión, ni cesantías, ni beneficios de ninguna especie, y sí, sí pago impuestos, cumplidamente, cómo le parece, porque creo que es la única manera relativamente sana y efectiva de redistribuir, si los fascinerosos que realmente mandan en este país no se robaran la plata de esos impuestos para su beneficio personal. Pero tampoco aplico la lógica muy colombiana de evadir mis responsabilidades contributivas porque «como en Colombia se roban todo». Sigo pagando con la esperanza de que un día dejen de robar y los recursos se puedan usar para lo que se deben usar: salud y educación para todos.
¿En qué ideología me ubica, señor Ruiz?
Jaime Ruiz
7 abril, 2007 at 7:12 pmAnónimo, a usted se le ubica en todas las ideologías porque a todas horas está opinando en miles de sitios dejando toda clase de opiniones. Pero por lo que dice en este post se le reconoce que es adepto de la ideología colombiana, según la cual el Estado debe ser el dueño de las cosas. Eso se llama colectivismo, tal como se define en el texto que copié antes. También expliqué que siempre (¿cómo hay que decirlo?) el Estado beneficia a unos sectores sociales a costa de otros porque el Estado es en origen una máquina de dominación y sólo muy tardíamente es una máquina de cohesión social, aunque de hecho la burocracia siempre pretende enseñorearse de la sociedad.
Y el Estado colombiano es colectivista porque la Constitución reza que la propiedad es una función social que implica obligaciones. Eso es una negación del derecho de propiedad. Si el señor Uribe ocupa la función de presidente, se entiende que es un cargo, él no es el dueño de la presidencia. Para la concepción de quienes redactaron la constitución, en buena medida antiguos guerrilleros (bueno, Colombia siempre ha estado en manos de guerrilleros), la propiedad es una función en la medida en que el verdadero dueño de las cosas es la organización capaz de matar a los dueños formales. Es decir, el «dueño» de una finca en el Caquetá tiene la «función» de hacer de propietario, pero sólo es un testaferro de quienes disponen tanto de su finca como de su vida.
Y el hecho de que la fuente de renta de los «corruptos» (ya he explicado, pero es hablar con sordos, que sólo en pensiones que no se pagarían en los países civilizados se ha gastado más de TRES MIL VECES lo que se robaron en Dragacol desde la fecha de ese desfalco) sean las transferencias muestra que la economía en muchos sitios sí está determinada por el Estado y no por la propiedad privada.
Pero sobre todo yo estaba hablando de las declaraciones de la Iglesia. ¿No es hegemónica entre la población esa organización religiosa? ¿No determina la identidad de los colombianos? Bueno, alguien trabajó, alguien hizo negocios, acertó y ganó dinero y al evaluarse eso sale que hay un gran crecimiento económico. ¿Cómo es que los obispos llaman a repartirlo? ¿Acaso no había propiedad? No, la propiedad es una función, quienes de verdad pueden disponer de las cosas son los obispos, los burócratas, los profesores de la Nacional (que son como obispos del pensamiento Gonzalo), los amigos de Santos Calderón, etc.
¿O no hay un fondo ideológico colectivista en el catolicismo, un fondo que se manifiesta en esas declaraciones de los obispos, en la promoción del asesinato por parte del CINEP, etc.?
Daniel Vaughan
7 abril, 2007 at 8:17 pm«Anónimo, a usted se le ubica en todas las ideologías porque a todas horas está opinando en miles de sitios dejando toda clase de opiniones.»
Está bueno el apunte.
DV