Esta semana el gobierno dio a conocer los primeros datos sobre la nueva distribución regional de las regalías. Aparentemente la mermelada no quedó tan bien repartida como decía el Ministro de Hacienda. Las grandes ciudades parecen haberse quedado por fuera de la repartición. Los municipios adyacentes a las principales capitales recibirán también sumas irrisorias a pesar de sus ingentes problemas sociales. Buena parte de las regalías permanecerá en los municipios productores de petróleo o irá a municipios pequeños que tienen mayores tasas de pobreza estructural.
La distribución anunciada discrimina en contra de los pobres de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, etc. Los criterios usados pasan por alto un hecho obvio, casi trivial: la tasa de pobreza es menor en las grandes ciudades que en el resto del país, pero el número absoluto de pobres, por razones meramente demográficas, es mucho mayor en las principales áreas metropolitanas que en los municipios más pequeños. En términos más generales, la distribución de las regalías revela un sesgo conocido, una idea influyente y generalizada; a saber: la supuesta obligación del gobierno nacional de transferirles a los municipios pequeños y a las zonas rurales una mayor cantidad de recursos por habitante con el fin de disminuir las brechas socioeconómicas y evitar la migración hacia las grandes ciudades. Muchos analistas siguen sosteniendo que el futuro de Colombia pasa por el campo. El diagnóstico no ha cambiado en 200 años. Inercia intelectual, digamos.
Pero el diagnóstico es cuestionable. El progreso social depende usualmente del crecimiento de las ciudades. Para reducir la pobreza primero hay que urbanizarla. Así lo muestra, por ejemplo, la experiencia reciente de China y la India, donde la rápida disminución de la pobreza ha estado acompañada del crecimiento acelerado de unas cuantas ciudades conectadas con el mundo. En todas partes, las ciudades ofrecen al menos la esperanza de una vida mejor. En Colombia, la mayoría de los desplazados no quiere regresar a sus lugares de origen. Sea lo que sea, prefieren el dinamismo urbano al sosiego rural. Los paraísos rurales sólo existen en la imaginación de algunos comentaristas románticos (que viven en las ciudades por supuesto).
Tradicionalmente las ciudades han sido no sólo los escenarios del cambio social, sino también los espacios de la innovación. “¿Qué tanto habría perdido el mundo si Thomas Edison o Henry Ford hubieron sido forzados a pasar sus días en el campo?”, preguntó recientemente el economista estadounidense Edward Glaeser. Las ciudades parecen incluso estimular el desarrollo cognitivo. Los resultados de la Encuesta Longitudinal de la Universidad de los Andes (ELCA) muestran que los niños pobres de las zonas urbanas tienen, desde los cinco años, un desarrollo verbal mucho mayor que casi todos niños, pobres y no pobres, de las zonas rurales. Aparentemente el bullicio urbano es más estimulante que la tranquilidad rural.
Pero el gobierno parece subestimar la importancia de las ciudades. No solo en el tema de las regalías. La ley de restitución de tierras, su proyecto bandera, es una forma de saldar cuentas con el pasado. Pero nuestro futuro depende de otra cosa, de la capacidad de nuestras principales ciudades de lidiar con los crecientes problemas de movilidad, seguridad e informalidad. Las ciudades pueden ser nuestra salvación. O nuestra condena.
Maldoror
11 marzo, 2012 at 1:23 amPara reducir la pobreza primero hay que urbanizarla. Así lo muestra, por ejemplo, la experiencia reciente de China y la India, donde la rápida disminución de la pobreza ha estado acompañada del crecimiento acelerado de unas cuantas ciudades conectadas con el mundo. En todas partes, las ciudades ofrecen al menos la esperanza de una vida mejor
Esta idea me parece peligrosisima. Si su modelo de "urbanización" implica manipular la economía para hacinar millones de personas en ciudades como mano de obra barata, construir centrales de energía baratas con base al carbón y destruir el medio ambiente, a través de una política autoritaria de casi desplazamiento (gulp, acá ya lo tenemos, lo había olvidado), entonces estamos la olla.
Anónimo
11 marzo, 2012 at 1:31 amMaldoror: India es una democracia (por si no lo sabia) y en China el autoritarismo es al reves, para que la gente no migre a las ciudades. Todo el mundo se quiere ir.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 1:36 amMaldoror: no hay nada más favorable para el medio ambiente que las ciudades densas, los edificios. Y no hay nada peor que los suburbios o la vida campestre. Le recomiendo la conferencia de Sam Sullivan que voy a enlazar abajo.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 1:37 amPor supuesto este es un debate viejo, casi interminable. Tuvo un capítulo interesante en Colombia en los años setenta: la famosa polémica entre Lauchlin Currie y Carlos Lleras sobre urbanización y reforma agraria. Currie ganó en su momento. Pero los argumentos de Carlos Lleras han sido más duraderos; además, siempre fueron los favoritos de la aristocracia bogotana. Antonio Caballero, por ejemplo, los defendió en su columna recientemente.
Recomiendo el libro de Edward Glaeser, The Triumph of the City. Relevante y entretenido.
Aquí Edward Glaeser sobre Jane Jacobs.
Successful cities need both the human interactions of Jane Jacobs and the enabling infrastructure of Robert Moses.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 1:38 amHace unas semanas estuvo en la Universidad de los Andes Sam Sullivan, ex alcalde de Vancouver. Allí expuso una tesis interesante: la pax metropolitana. En su opinión, la confianza interpersonal, la tolerancia y en general las preferencias pro sociales aumentan con la densidad urbana. Aquí está la conferencia.
Maldoror
11 marzo, 2012 at 2:09 amAnónimo:
Debí aclarar que me refería más que todo a China.
Alejandro:
Yo no recuerdo haber propuesto "subsidios para los suburbios o la vida campestre". En cambio su modelo se basa en ciudades densamente pobladas gracias a políticas forzadas o semi forzadas de emigración por la mano del Estado. Y no ciudades particularmente limpias, propuestas por algún ecologista o académico occidental, sino ciudades que funcionan con plantas de carbón y de migración descontrolada. Ese es SU módelo, o por lo menos del que saca inspiración para la columna. Por lo demás, el modelo de la revolución industrial no es precisamente uno nuevo. ¿Tiene, que, 200 años?
panÓptiko
11 marzo, 2012 at 2:12 amComentarios rápidos:
+ Estoy de acuerdo en que, mientras se habla de pobreza, esa discusión debería darse por superada. Mucho más interesante es la discusión sobre la descentralización y como ayudar a crear más ciudades robustas que descongestionen el monstruo capital.
+ Toca ver el video, pero me pregunto si eso de la pax metropolitana ayuda a reparar las estaciones de transmilenio. Saquemos la estadística para olvidar el caso particular…
+ Eso de los desplazados es una fuente de ingreso para todos, porque entonces nunca dejan de ser desplazados y Colombia seguirá eternamente en el top 3. Algunas ONGs acá quieren meter en el club a Japón presentando a los más de 300 mil desplazados como IDPs. A ver si lo logran.
+ Las afirmaciones retóricas sobre los inventores no dicen mucho. Hasta donde se, Claude Shanon, a quien le debemos el alfa y el omega de las tecnologías de comunicación, se crió en un pueblito.
Saludos,
Jorge
11 marzo, 2012 at 2:12 amYo creo que el tipo de pobreza que un departamento de planeación quisiera erradicar, sí se erradica al trasladar el problema a la ciudad para hacerlo más visible, para que se corra el riesgo de que esta pobreza se traduzca en altos índices de criminalidad y así tenga impacto sobre la población urbana que es en últimas la que reclama.
Pero creo que filosóficamente, los campesinos que llegan a la ciudad siguen siendo pobres durante muchas generaciones. Como mucho un nieto de un recién llegado podrá aspirar a 3 o 4 salarios mínimos (un héroe), y ya no va a tener la seguridad que da tener muchas vacas en un potrero o la posibilidad del ingreso extra en navidad que dan los marranos de engorde. Aunque sí va a tener acceso a internet y va a poder poner música clásica en youtube, que no lo va a sacar de pobre pero que sí le va a proveer sensación de amplitud en un apartamento de 60 m2 donde no le caben las vacas. pero esos son los indicadores que importan, o por lo menos los que se miden.
panÓptiko
11 marzo, 2012 at 2:18 amLo que hace falta es el modelo de Indonesia en el siglo pasado: la transmigración. Ese deja contento hasta a Maldoror.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 2:21 amMaldoror: en ningún momento hablé de migración forzada. La columna simplemente sugiere que se revise el sesgo (a veces implícito, a veces explícito) en contra de las ciudades. Además, la revolución industrial produjo, entre otras cosas, el mayor aumento del bienestar colectivo en la historia de la humanidad. Esta grafiquita es ilustrativa.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 2:26 amPanÓptiko: la innovación y la investigación son empresas colectivas, necesitan de la interacción constante, de una masa crítica. Los genios nacen en cualquier parte pero casi siempre terminan trabajando en las grandes ciudades. Saludos y gracias por el enlace de la transmigración. Muy bueno.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 2:32 amCada semestre mis estudiantes escriben un ensayo sobre sus familias desde una perspectiva de movilidad social. En casi todos los casos, la movilidad se acelera en dos momentos: con la llegada a una gran ciudad y con el primer título universitario de uno de las familiares. Las pueblos y las zonas rurales la movilidad es poco menos que imposible.
Anónimo
11 marzo, 2012 at 2:35 amComo ya Mardoror me hizo el favor de identificar la conspiración de esta semana, no tengo que volver a entrar al foro y así trabajo.
Pascual Gaviria
11 marzo, 2012 at 4:03 amSobre el mismo tema con Medellín y Una mujer de cuatro en conducta como telón.
Centros de acogida
Pascual Gaviria
11 marzo, 2012 at 4:11 amUna más con el mismo tema. Andy Warhol como arguemnto principal.
De la ciudad al campo
Preocupada
11 marzo, 2012 at 7:07 amMe preocupan la forma como últimamente está planteando sus ideas. No son malos sus datos, pero está en el tono y en el enfoque que utiliza: esta columna suena casi a un desprecio por la sociedad rural.
¿O desconocimiento? Muchos desplazados no quieren regresar a sus tierras, pero asumir que es porque prefieren el dinamismo urbano es reducir un tema tan complejo al no explicar porqué. Lo digo como una persona que ha trabajado con campesinos desplazados, algunos que han regresado, otros que no (pero que guardan ese tono romántico de lo rural, como usted lo llama, que extrañan el jornaleo por encima del rebusque ciudadano). No me parece una ligereza explicar que muchos no vuelven porque en sus zonas continua la violencia, por ejemplo ("Eso allá está muy caliente, no me puedo devolver", es frase recurrente).
Pero un poco de campo me parece que cambiaría su tono: ir a hablar con los desplazados en los barrios pobres y violentos de Bogotá (sugerencia: Cazucá, o la comuna 6 de Soacha) a ver qué tan encantadora les parece a los campesinos la urbe.
Asumir que el bullicio urbano es más estimulante para la educación de los niños, es también tomar el tema desde un enfoque que, personalmente, me suena absurdo. Le creo a sus datos, que les va mejor a los niños pobres en ciudades que en zonas rurales. ¿Pero no es precisamente este un incentivo para mejorar la educación rural? ¿Y porqué no mirar casos de países dónde los niños reciben excelente educación primaria y secundaria en zonas rurales? Estudié en un colegio rural en Francia durante un tiempo, y le digo, nada tenía que envidiarle a un colegio privado en Paris.
Creo que está bien plantear el enfoque que el Gobienro de Santos ha puesto quizás más énfasis en lo rural que en lo urbano. Aplausos, es un enfoque crítico que creo que ningún columnista ha tomado.
Pero también, al leer el último informe del Pnud, Colombia es más rural de lo que suena en su columna, y no es despreciable que un presidente le ponga énfasis en estas zonas (y eso, que no me considero devota de Santos).
Quizás, solo quisiera sugerirle, que si bien sus datos son muy importantes para los debates actuales, su tono o su enfoque (que, asumo lo sabe, son claves a la hora de comunicar) pueden terminar por ocultar también puntos claves de los problemas complejos que escribe.
Andres Avila
11 marzo, 2012 at 11:35 amIgual que el anterior forista, he tenido la oportunidad de estar en el campo y hablar con campesinos,destacando que , algunos vivieron un pedazo de sus vidas en Bogotá e Ibague. La idea general que me quedo fue: La vida en el campo es dura, no es fácil acceder al crédito si se es pequeño propietario, las vías son un problema para sacar los productos PERO no desean volver a la ciudad.
En el fondo de la columna se mueve la tensión que siempre ha tenido el país por la tenencia de la tierra, y actualmente por dos modelos de economía: una de alta densidad poblacional en las ciudades junto a un campo industrializado vs. ciudades menos densas con un campo donde conviven lo agro industrial con la Economía campesina.
Por ultímo, creo que el autor (que por lo que le he leido tiene facetas de antropólogo, sociólogo y politólogo) tendría que considerar la importancia del espacio, el territorio y el lugar para cualquier persona; pues el vínculo que se elabora en las regiones entre tierra y habitante es inevitable. Para bien o para mal.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 12:42 pmPreocupada y Andrés: muchas gracias por los comentarios. Ya lo he dicho otras veces: las columnas requieren algo de histrionismo. Acepto en que el tono puede sonar sobreactuado. Pero me gusta plantear los temas de manera tajante.
Quisiera plantear tres puntos. El primero tiene que ver con los servicios sociales. Uno puede argumentar, en abstracto, que los datos sugieren la necesidad, imperiosa digamos, de fortalecer la educación rural, de contrarrestar con políticas estatales los problemas mencionados. Pero, por economías de escala al menos, la provisión de servicios sociales es mucho más fácil en las ciudades. La educación, la salud, el saneamiento básico, etc. son mejores en las ciudades, no por un sesgo antirural, ni tampoco por voluntad de las autoridades económicas.
Esto me lleva a mi segundo punto. Hay ejemplos de comunidades rurales prosperas y felices: la campiña francesa o algunos cantones suizos. Pero estas comunidades son producto de circunstancias históricas únicas que no pueden ser reproducidas artificialmente por el Estado. A mi sinceramente no me gustó el informe del PNUD. Reitera una y otra vez la idea de la ruralidad como un fin en sí mismo. Está lleno de lugares comunes (y de errores de ortografía). Repite las mismas conclusiones que ha repetido Absalón Machado durante 30 años.
Por último, las condiciones de vida de los desplazados son deplorables. Nadie podría negarlo. Pero muchos de ellos anticipan que sus hijos tendrán más oportunidades en las ciudades. Como dice el mismo Glaerser, con un exceso de realismo tal vez, las ciudades no crean los pobres, los atraen. O en el caso de los desplazados, los retienen.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 12:55 pm¿Qué hacer con la movilidad?
No soy experto en el tema. Pero me atrevería a mencionar algunas cosas. Me gusta la idea de los precios de congestión. También creo en las ciudades densas y en la de ciudades dentro de las ciudades. Pero el mensaje de la columna era otro: la necesidad de que el gobierno nacional juegue un papel más protagónico. Uribe al menos le apostó a los transmilenios. El gobierno de Santos no parece preocupado por el tema. Ha opinado tímidamente sobre la ALO. Pero no mucho más.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 1:21 pmDos puntos adicionales:
Muy incompleta la información sobre regalías (sobre la distribución, en particular) que aparece en la página del llamado Sistema General de Regalías que administra el DNP.
Las locomotoras de Santos no incluyen la industria, el comercio y los servicios, los sectores urbanos por excelencia.
Anónimo
11 marzo, 2012 at 2:04 pmAlejandro, yo creo que usted está sumando peras con manzanas. El campo y la ciudad son importantes por razones distintas: es cierto que existen actividades humanas que se favorecen con la urbanización: el emprendimiento, que es precondición de la innovación, y la creación y difusión de conocimiento, por poner dos casos. Pero hay otras actividades humanas tan o más importantes que dependen del campo: todas aquellas relacionadas con el cuidado y protección de la biodoviersidad y la seguridad alimentaria. Eso, por no hablar del caso particular colombiano, en el que la violencia que vivimos es resultado de un campo miserable. Y para terminar: usted no puede usar como contrafactual de las ciudades en Colombia al campo. Tienen instituciones distintas, los derechos de propiedad privada no se preservan de igual manera, y la lista sigue… Me parecio muy ligero el análisis Alejandro, esperaba mucho más.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 2:22 pmAnónimo 9:04: no entendí la crítica. No he negado los problemas del campo, institucionales o e economía política o de lo que sea. No soy el primero en hacer comparaciones entre zonas urbanas y rurales. Usted mismo, involuntariamente tal vez, señala un problema complicado: si el papel del campo es el medio ambiente (o la agricultura productiva), mucha gente tendrá que migrar a las ciudades pues los empleos serán cada vez más escasos. Desarrollo y urbanización son inseparables.
Anónimo
11 marzo, 2012 at 2:37 pmLos supuestos que utiliza el columnista sobre las ventajas de la urbanización en los aspectos que señala relacionados con la pobreza y el desarrollo son correctos.
Sin embargo, en un país como Colombia, dotado de climas medios y saludables en muchas de sus jurisdicciones más rurales, y asumiendo que logramos llegar a niveles de inseguridad más o menos aceptables, bajo la tesis de Gaviria sería imposible desarrollar un polo que atraiga a los jubilados del mundo (un mercado enorme) a asentarse en sitios rurales que se adecúen a sus necesidades de tranquilidad, cuidados de salud, etc.
Anónimo
11 marzo, 2012 at 2:53 pmEn el decreto 4950 de 2011 están las asignaciones directas.
Es de imaginarse si San Antero (cordoba) y Puerto Gaitán (meta) continuarán con su misma infraestructura y sus mismos problemas sociales.
El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal y como siempre las ha hecho.
jfk
Anónimo
11 marzo, 2012 at 2:54 pm"A city is a place where there is no need to wait for next week to get the answer to a question, to taste the food of any country, to find new voices to listen to and familiar ones to listen to again".
Margaret Mead
Nelson Vanegas A
11 marzo, 2012 at 3:02 pmCreo que aquella idea de "el buen salvaje" permea muchos estudios y conceptos en la vida moderna: para muchos "el campo" es un concepto idílico, un re-encuentro con la naturaleza y un regreso a cosas básicas, especialmente con "el campesino"; un concepto pre-concebido del ser humano medio salvaje y en conexión directa con la tierra, que la verdad poco tiene que ver con la gente real que vive en el verdadero campo.
Esa idea mitológica la vemos a cuatro manos todos los días y termina siendo dañina. Honestamente hay que decir que las ciudades con todos sus problemas ofrecen buenas soluciones en servicios públicos, salud y educación. Si se hiciera una oferta para ver quien quisiera irse a vivir al campo creo que se (nos) apuntarían cuatro intelectuales que quieren tener una crisis existencial, algunos hippies de última generación y pocos más (uno que otro campesino sin duda).
En cuanto a las regalías, la idea de inversión de regalías en ciencia y tecnología la volvieron mierda, por ejemplo. Que Córdoba con unos 50 grupos de investigación reciba casi el triple de recursos que Bogotá muestra que incluso aquí se pretende que investigar e innovar deben también volver a la provincia… una idea bucólica traslapada de la peor forma. Y ese mismo espíritu se ve en apoyar a los pobres siempre y cuando no vivan en los centros de poder es ingeniería social en su peor expresión.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 3:02 pmjfk: gracias por el enlace.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 3:14 pmNelson: muy buena su entrada sobre las regalías para ciencia y tecnología. Voy a distribuirla por Twitter. Saludos.
Anónimo
11 marzo, 2012 at 3:25 pmNelson: los únicos que regresarían al campo son los que odian la humanidad, como Rousseau.
charlie
11 marzo, 2012 at 3:57 pm“Para reducir la pobreza primero hay que urbanizarla”
Alejandro: Dése una vuelta por Ciudad Bolivar o mire por la ventana los ranchos de la Circunvalar ( o la foto que publicó en el blog ) y verá la pobreza convertida en miseria.
Lo que sucede es que los miserables en la ciudad son mejor activo para el comercio que los pobres en el campo, y eso es lo que ustedes los economistas consideran progreso.
Anónimo
11 marzo, 2012 at 4:05 pmMe imagino que el modelo son ciudades densamente pobladas divididas por grandes muros para separar a los pobres de los ciudadanos. Se podrá tener allí detrás de los muros, gran cantidad de gente a los que se les brindará comida y ciertas atenciones, con la idea de tener trabajadores baratos cuando se necesiten. La idea es que no se mezclen con los ciudadanos y las ciudades se vean bonitas.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 4:13 pmCharlie: lo paradójico es que mucha gente (no sólo los desplazados) sigue abonando sus paraísos rurales para venir a vivir en los arrabales urbanos. Por algo será.
Lanark
11 marzo, 2012 at 4:58 pmEsto no compete al gobierno colombiano exclusivamente, pero pues ojalá no se nos acabe la comida. Estamos lejos de que la tierra la cultiven robots, y si lo hicieran sólo cultivarían materia prima para biocombustibles porque es a lo que lleva la cháchara MBA. Ya me dio hambre.
Juan Carlos
11 marzo, 2012 at 5:46 pm"Urbanizar", desde un contexto legal significa ordenar el territorio y proveer de servicios básicos: pavimentación, zonas verdes, espacios comunes, energía, acueducto y alcantarillado.
Desde esa óptica urbanizar la pobreza implica asumir la responsabilidad social de cubrir esas necesidades básicas. Y de allí la importancia del urbanismo como una forma interesante y seria de entender los problemas sociales.
Urbanismo, economía, pobreza…
eureka
11 marzo, 2012 at 6:03 pmDefinitivamente estar en el campo es muy duro, así no sea zona de conflicto armado. Aquello de que solamente tengas agua dos veces a la semana y sin alcantarillado es jodido. Pero la gente puede vivir con eso, igual antes se la pasaban sacando agua de un pozo.
LA verdad soy un convencido de la bondad de las ciudades, pero creo que el tiro va más por el lado que escribe panÓptiko, fortalecer las ciudades intermedias, que las 4 capitales de siempre no sean los únicos sitios hacia donde migrar. Mejor ir a ciudades con una aceptable infraestructura de servicios pero no tan densamente poblada.
Y si, definitivamente, es mucho más barato proveer servicios básicos a gente en las ciudades. Parece que con este esquema de redistribución de regalías seguirá la mayor parte del dinero en manos de los mismos políticos que construyen piscinas de olas en lugares con deficiencia de infraestructura básica.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 6:03 pmLanark: Estados Unidos y Canadá producen hoy mucho más comida que siempre con menos de 3% de su fuerza de trabajo empleada en la agricultura. El cambio tecnológico llegó para salvarnos.
Ricardo Muñoz
11 marzo, 2012 at 6:05 pmAlejandro, un problema adicional de la urbanización es el fenómeno inflacionario que puede generarse tras disminuir el numero de personas dispuestas a trabajar en el campo; disminuyendo la oferta de alimentos, y aumentando, desde luego, los precios de éstos.
eureka
11 marzo, 2012 at 6:07 pmUnintended consequence de la justicia mediática?
"Los tiros de la guerrilla son menos fuertes que los tiros contra el talante moral de un poder judicial que le ha logrado dar al país una estabilidad institucional por 200 años. La situación es tan complicada que todo lo que han hecho los subversivos en cincuenta años no ha sido tan gravoso para el país como lo que se hizo en estos días." Presidente del Consejo de Estado.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 6:30 pmUrbanización y desarrollo: China e India.
Anónimo
11 marzo, 2012 at 7:00 pmSalud Hernández también escribió sobre las regalías.
Lanark
11 marzo, 2012 at 9:31 pmY entonces, ¿en China e India (el modelo del futuro) también están produciendo más comida?
Jeanratiste
11 marzo, 2012 at 9:46 pmLa desaparición de los “piajenos”
Anónimo
11 marzo, 2012 at 9:46 pmNo se Lanark, hay una cosa que se llama google, con un poquito de esfuerzo puede encontrar la respuesta a su pregunta.
Anónimo
11 marzo, 2012 at 10:00 pmQuerido decano, no se si este mal interpretando su mensaje, pero la verdad me indigna, cuando dice que: "¿para que invertir en el campo" y cuando dice que "¿como seria la vida si Thomas Edinson hubiese nacido en el campo?". ¿que nos está queriendo decir?, ¿que la gente del campo no es capaz de contribuir a la sociedad de igual manera como lo hacen los grandes científicos?, le recuerdo que Colombia aun es un país agrícola en gran parte y que toda la gente que esta desempleada es por la falta de oportunidades en la ciudad; mientras que el en el campo no los hay porque tenemos variedad de climas y se pueden ejercer distintas actividades ,circunstancias en las que "ustedes" nunca se han fijado y en este país nunca se invertirá hasta que este totalmente tecnificado.
Lanark
11 marzo, 2012 at 10:12 pmAnónimo 16:46: No me interesa lo que aparezca en un blog de esos think-thanks corporativos que se inventan las cifras o en el de un economista amateur en proceso de lavado cerebral; espero más bien a que me diga alguien que sabe dónde obtienen las cifras.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 10:18 pmAnónimo 17:00: no he dicho que no hay que invertir en el campo. Tampoco que sus gentes sean menos creativas. Sí he dicho que la creatividad, la innovación, la provisión de servicios sociales, la generación de empleo etc. suelen tener un mejor desarrollo en las ciudades. La evidencia al respecto es casi incuestionable. Saludos.
Alberto
11 marzo, 2012 at 10:31 pmAlejandro; estoy de acuerdo con el punto central de la columna, pero me parece rara la argumentación de algunos apartes.
"En Colombia, la mayoría de los desplazados no quiere regresar a sus lugares de origen. Sea lo que sea, prefieren el dinamismo urbano al sosiego rural". ¿Qué sustenta esta conclusión, alguna encuesta, algún pálpito?
“¿Qué tanto habría perdido el mundo si Thomas Edison o Henry Ford hubieron sido forzados a pasar sus días en el campo?”, Con el perdón de don Edward Glaeser, esta es una pregunta, cómo decirlo ¿estúpida?
Maldoror
11 marzo, 2012 at 10:42 pmAlejandro:
Respecto a los desplazados hagamos un pacto: que se les devuelvan las tierras que les fueron robadas y que sus victimarios paguen por los daños cometidos contra estos. Después de eso, es decir, después de que se haga la más elemental de todas las justicias, si se quieren devolver a su tierra en el campo o venderla o arrenderla o lo que sea, que lo resuelvan ellos, no ningún político, no ningún tecnócrata.
Porque pareciera que ud le incomoda la idea de que se les haga justicia…una especie de "eso ya los robaron la tierra y les masacraron la familia; y como muchos de esos se las ingeniaron para prosperar en las ciudades a las que migraron, ¡deje así!". Francamente esa mentalidad es peligrosa, sobre todo para alguien que dice estar tan preocupado por los derechos humanos, como dijo en la columna anterior.
Alejandro Gaviria
11 marzo, 2012 at 11:31 pmAlberto: hay varias encuestas al respecto. Puede encontrar algunos datos, por ejemplo, en el libro de Ana María Ibáñez, El desplazamiento forzoso en Colombia: un camino sin retorno hacia la pobreza.
No me pareció tan boba la pregunta retórica de Glaeser. La interpreté como una forma (tal vez un poco infantil) de decir que la innovación necesita de una masa crítica, de un ambiente sociológico que solo está presente en la ciudades. Sin tal ambiente, muchos talentos podrían verse desperdiciados.
Maldoror: no me incomoda en ningún momento. Tal vez no debí mezclar los dos temas. Solo tengo un reparo a su comentario: ¿qué hacer con quienes no quieren regresar? La restitución parece dar por sentado que todos quieren hacerlo. ¿Deberíamos indemnizarlos en todo caso? ¿O castigarlos por su osadía?
Maldoror
12 marzo, 2012 at 12:09 amAlejandro:
Como yo lo veo, la indemnización no tiene que ver con quieran o no regresar. La indemnización es más o menos lo mismo que pasa cuando a ud le pagan una demanda por daños y perjuicios: las personas que desplazaron a millones de campesinos de sus hogares y sus tierras, los privaron de sus medios de subsitencia y los utilizaron luego para enriquecerse. Por eso, además de cárcel, deben pagar una indemnización o reparación, creo yo. Lo anterior es independiente de si los indemnizados deciden o no a volver a su tierra.
ala de mosca
12 marzo, 2012 at 1:14 amProfesor Gaviria : Ponga un tigre en su automovil y dese una vuelta por Calcuta. Saludos.
Alejandro Gaviria
12 marzo, 2012 at 1:27 amala de mosca: White tiger. Sobre el tema sugerido. Saludos.
Anónimo
12 marzo, 2012 at 3:19 amEstimado Alejandro, permitame discrepar.
No solo analistas nacionales sino tambien analistas internacionales sostienen q el futuro pasa por el campo. La vieja tesis del desarrollo dual de Lewis fue refrendada por muchos (Johnston y Mellor, Timmer) para recordarnos que aunque después del proceso de industrialización el peso del sector agrícola en el PIB sea menor, el campo juega un papel fundamental en el desarrollo espacial balanceado y equitativo de un país. No solo los spillovers industriales juegan un papel importante en el desarrollo, pero también la congestion causada por el problema del gigantismo urbano en el subdesarrollo. Y Latinoamerica es uno de los peores ejemplos en el mundo de las consecuencias negativas de este fenómeno (nada mas mire los Ginis y los índices de criminalidad) y donde los migrantes muchas veces tienen una historia de desempleo crónico antes de migrar.
Curiosamente, antes de 1980 la industria en China estaba dispersa a nivel geográfico por motivos de defensa militar. Y después de ese ano, una de las políticas que ha sido analizada como de mayor éxito en la China para el desarrollo de clusters industriales fue la de dar incentivos a los municipios para crear empresas locales (Ver TVEs). Algunas de estas no funcionaron, pero otras se conviertieron en los 90s en las mas dinamicas (p.ej. la industria de ropa infantil del municipio de Zhili). Un estudio de Fleisher muestra como el capital social establecido en las comunidades proveyó un buen sustrato institucional q reemplazo la falta de entidades legales y favoreció las relaciones contractuales. En China, no solo hay fuertes restricciones a la migración rural-urbana, sino que es citado como un caso de extremadamente lenta reducción en la proporción del trabajo agrícola como parte del PIB per capita (WDR 2008). Mientras que la mayoría de países Latinoamericanos están en la clasificación de urbanizados del BM, China ni siquiera entra en la categoría. Otra gran diferencia con China, es la gran inversión que la China ha realizado en educación y salud!
En la India el mayor tipo de migración es rural-rural, no rural-urbana (Lucas 1999, WDR 1999-2000). Ha sido demostrado q la movilidad del sector informal al formal en Dehli es minima y que un 75% de las personas q migran a la ciudad mantienen enviándole dinero a los q viven en el campo (Banerjee).
Y estos paises ni siquiera son desarrollados. Si de comparar se trata miremos la diferencia en la urbanizacion q hubo en paises hoy desarrollados vs la de las ciudades Latinoamericanas. en paises desarrollados el sistema de transporte estaba hecho para llegar bien a todas partes, no en forma de HUB and SPOKE, es decir para llegar de ciudad grande a puerto.
En esos paises el empleo formal en las ciudades crecia a tasas mucho mas proporcionales a las de migracion. La cantidad de la poblacion y las tasas de fertilidad eran mucho menores (lo cual no da buen presagio para nuestra capacidad de crear empleo a tales tasas en las ciudades). Los flujos de migración de ahora no tienen precedente. En esos países no hubo el mismo grado de sesgo urbano q en los países latinoamericanos en la época de sustitución de importaciones, ni la destrucción del campo repentina con la apertura económica acelerada. Le debemos mucho a nuestros habitantes (antes) rurales, y en las ciudades no existe la capacidad de planeación, de infraestructura, etc. Para soportar tal concentración. Y el ultimo dato, uno de lso beneficios que han sido resaltados del TLC de MX con USA es el hecho de que la industria se salió de ciudad de Mexico y el empleo creció en todos los estados del Norte.
Anónimo
12 marzo, 2012 at 3:21 amDato curioso: India consume el 32% del oro del mundo. El oro se destina a la producción de joyas que los indios compran no como inversión sino para exhibirlas como símbolo de riqueza en los casorios y otros eventos sociales y públicos (el atraco no debe ser un problema en India). No, no es dote pues esta se encuentra prohibida ya que,como bien se sabe, India es una país moderno y educado.
Pilar
12 marzo, 2012 at 3:45 amEstimado Alejandro, ya abri ID. Olvide mencionar en mi post de las 22:19 que si uno mira los datos de poblacion actual, se da cuenta de q Latinoamerica es una excepcion en terminos de la baja densidad poblacional rural. Es evidente que eso tendra q cambiar y pareciera costoso dejar vaciar el campo hoy para volver a poblarlo despues. Finalmente, le agradezco por abrir debate.
Alejandro Gaviria
12 marzo, 2012 at 3:47 amPilar: Muchas gracias por los comentarios. Discrepo también en varios de sus puntos.
1. No creo que pueda decirse que la desigualdad en América Latina sea una consecuencia directa de la urbanización: la conexión entre urbanización y desigualdad no implica causalidad. Uruguay, un país urbano, es el más igualitario y pacífico de la región.
2. A pesar de las restricciones a la migración rural-urbana, la reducción de la pobreza en China ha venido de la mano de la urbanización. Esta gráfica es sugerente, por decir lo menos.
3. Yo no estoy abogando por un modelo de una sola megaciudad (escribí alguna vez un artículo al respecto). Si la mayor apertura al comercio internacional hace que el crecimiento sea mucho más rápido en Barranquilla que en Bogotá, mejor todavía.
4. Por supuesto, los países latinoamericanos se urbanizaron más rápido que los europeos. Tenía que ser así. Pero como dijo Currie hace ya muchos años: esta diferencia no es un problema, sino una oportunidad.
5. En la India, la vida rural niega cualquier posibilidad de movilidad social. La migración a las ciudades es una de las formas más expeditas de escapar un statu quo opresivo y corrupto.
6. Esta gráfica sugiere que las brechas rural-urbano comienzan muy temprano. Tristemente nunca se cierran.
Saludos.
Anónimo
12 marzo, 2012 at 4:05 amM, la niña campesina (Anécdota)
M era una niña campesina a quien sus padres le daban permiso para ir a trabajar los fines de semana a mi casa ayudando con el aseo. Como cualquier niña campesina, de lunes a viernes estudiaba en la escuela rural, ayudaba en su casa en todo tipo de tareas (sacrificar gallinas, cuidar la huerta casera, etc…). Llegaba a mi casa el sábado por la mañana, hacía aseo y el domingo al medio día se iba con algunos pesos en el bolsillo.
Como tenía la misma edad de mis primos y yo, recibía un trato diferente al de una simple empleada del servicio doméstico. Empezó a hablar con las muletillas de nosotros, niños citadinos. Su gusto se sofisticó un poco y aprendió algunas frases en inglés. Opinaba sobre nuestros amigos. El día de su graduación en la Escuela Rural, mi prima la maquilló, arregló y le prestó una cámara fotográfica.
Después de muchos años de pasar su vida dividida entre el campo y la ciudad, un día le pregunté a M (que ya no era tan niña) cual de las dos prefería. Para sorpresa mía, me dijo que el campo. "Por qué?" le pregunté. Y me respondió "porque hay más cosas qué hacer… si me aburro en la casa, puedo ir al río o a caminar, eso no se puede hacer en la ciudad… aquí si uno se aburre se tiene que quedar viendo televisión"
… y entendí que M tenía toda la razón… que las ventajas de la ciudad no son para todo el mundo ni encantan a todos por igual… ¿que iba a hacer ella, tomar un taxi e irse a ver vitrinas al Andino?, ¿comer con sus amigas en la 93?, ¿ir a una conferencia al Luis Angel?, ¿tomar café en Juan Valdéz?…en definitiva, M no era de las que prefiere el dinamismo urbano al sosiego rural.
Pilar
12 marzo, 2012 at 4:41 amAlejandro:
Respecto a 1. De acuerdo en q urbanizacion no es causal de desigualdad. Pero desde mi punto de vista, lo importante es el contexto institucional en el q se da la urbanizacion. Y el caso de Uruguay es precisamente uno diferente al de la mayoria de paises LatAm. Un pais mucho mas homogeneo culturalmente, con mucha mayor equidad antes de su urbanizacion.
2. Creo que la causalidad entre urbanizacion y reduccion de pobreza tampoco se puede establecer. Asi como la urbanizacion y la reduccion de pobreza en China se han dado simultaneamente, la urbanizacion y el aumento de pobreza se dan hoy en dia en muchas partes (Africa, Sur Asia,..). En realidad, la urbanizacion ahora se da en todas partes, independientemente de que el pais este creciendo o no.
3. De acuerdo.
6. El estudio de Raquel y Adriana muestra como esas brechas se generan hoy, desde mi punto de vista, por las politicas que hubo en el campo ayer. Simultaneamente, el reto es probar que el efecto del mejor desempeno verbal sobre los ingresos futuros supera los costos de la migracion.
Alejandro Gaviria
12 marzo, 2012 at 1:26 pmBuena la anécdota de la niña M. Un poco familia Ingalls (por la caminada por el río y demás) pero buena.
Pilar: las externalidades espaciales asociadas a las ciudades son un hecho probado. Me resulta difícil imaginar algo similar, un proceso parecido de rendimientos crecientes en el campo. En todo caso yo no estoy diciendo nada nuevo, el WDR de 2009 dijo más o menos lo mismo:
The World Development Report argues that some places are doing well because they have promoted transformations along the three dimensions of economic geography:
• Higher densities, as seen in the growth of cities.
• Shorter distances, as workers and businesses migrate closer to density.
• Fewer divisions, as countries thin their economic borders and enter world markets to take advantage of scale and specialization.
Anónimo
12 marzo, 2012 at 2:05 pm5. En la India, la vida rural niega cualquier posibilidad de movilidad social.
En Colombia, la vida rural niega cualquier posibilidad de movilidad, movilidad, o casi,como lo muestra este artículo del Washington Post. Entonces, mejor Transmilleno.
http://www.washingtonpost.com/world/the_americas/aging-dc-3s-serve-as-buses-of-the-jungle-in-colombia/2012/03/07/gIQATlOz6R_story.html?tid=sm_twitter_world&tid=sm_twitter_washingtonpost
Noel
12 marzo, 2012 at 2:16 pmLa ultima frase me lleva a una critica constructiva muy general a esta columna, No quiero insinuar con esto que hay algo equivocado en la columna, o despreciar su calidad o valor, solo que es algo que en lo personal me deja un sinsabor: "Las ciudades pueden ser nuestra salvación. O nuestra condena." Hay no dijo nada, ni sal ni pimienta, ni chicha ni limonada. Esto lo podría entender solo si esta columna no es considerada de opinión mas solo un foro para expresar conosimientos. Esta neutralidad convierte a esta interesante columna en algo un poco inconsecuente. Y aunque por un lado la extremada mesura del autor es una bendición en un país altamente polarizado, opiniones y convicciones fuertes le darían por lo menos algo de propósito. Me parece que la columna es de interés para economistas principalmente; en lo académico eso es bueno; en lo practico quien sabe?
Por ultimo dejo constancia que mi propósito no solo es criticar esta columna, la leo semanalmente y generalmente me enriquece, y cuando estoy de acuerdo no comento.
Alejandro Gaviria
12 marzo, 2012 at 2:35 pmNoel: entiendo su crítica a la frase final de la columna. La escribí el viernes en medio del despelote de transmilenio y quise insinuar que, a pesar de las ventajas obvias de las ciudades, los problemas pueden adquirir una dimensión preocupante por decir lo menos.
No creo, de otro lado, que la columna sólo les interese a los economistas. Saludos.
Harold H. Londoño
12 marzo, 2012 at 4:34 pmDos puntos:
1) Profesor Alejandro, quisiera conocer su posición acerca de tomar como referencia para dicha distribución de recursos a la pobreza estructural. A mi me tiene dudando un poco la conveniencia de hacerlo así. Fijese que, por ejemplo, el Valle del Cauca es de las regiones de Colombia con menor NBI, empero, Cali, su capital, es la única entre las principales ciudades del país donde el desempleo no cede.
Las casas tienen baldosas y un techo aceptable, pero la gente no come porque no tiene ingresos.
2)En la casa de mi abuela habían dos cuadros: el de unos perros jugando billar y uno parecido a este.
Me acuerdo, que los visitantes se quedaban siempre fijando su mirada sobre ese cuadro. Parecieran imaginarse una mejor vida. Al final de jugar dominó y con algunos brandys en la cabeza, más de uno salía diciendo: "cuando tenga platica me compro una finca y unas gallinas, me voy a vivir allá, lejos del ruido y el cemento" "eso es lo que de verdad me haría feliz".
¿a ustedes también les gusta mirar esos cuadros e imaginarse cosas?
Cordial saludo.
Anónimo
12 marzo, 2012 at 4:58 pmAlejandro:
Estoy de acuerdo con sus críticas al Sistema General de Reaglías pero tengo la sensación que los términos del debate que está detrás no son exactamente como usted los plantea.
(de hecho creo que gran parte del problema de la reforma de regalías es que no hubo en realidad debate ni ninguna idea subyacente más allá de la mermelada en la tostada).
Creo que la discusión ya no es en los términos de Lleras Restrepo y Currie, porque la verdad es que ya pasó lo que pronosticaba Currie; hace rato somos un país urbano.
La discusión que he visto ahora es alrededor de las desigualdades regionales y el problema no es tanto de sesgo sino de superficialidad. Se trata igual el problema de desigualdad entre ciudades (digamos que entre las ciudades de la costa y las de la zona paisa), que las desigualdades entre las regiones más y menos urbanizadas. Incluso se meten en el mismo costal los antiguos territorios nacionales, sugiriendo que deberían tener los mismos niveles de desarrollo del resto del país.
Así se habla de un fondo de compensación, pero no es muy claro qué es lo que quiere compensar. No sólo le pusieron una fórmula muy chambona de repartición en la que es más importante el porcentaje de población con NBI que el número absoluto de personas con NBI, sino que no dicen con claridad el objeto de los recursos. Tendría sentido, por ejemplo, darle màs recursos por estudiante a zonas apartadas que a las más densas porque seguramente van a tener menos estudiantes por salon y éstos van a tener que desplazarse una mayor distancia, pero no es tan claro que tengan que darle más recursos para pavimentar carreteras por las que casi no circulan carros.
Y está por supuesto la bestialidad que hicieron con el fondo de ciencia y tecnología que ya mereció hasta artículo de Salud Hernández. Por Constitución (es decir, desde el acto legislativo) dice que tiene que tener la misma distribución que la suma de los fondos de compensación y desarrollo. Por eso, las regiones más pobres quedaron con más plata para investigación. Entre otras cosas, eso no fue culpa de Colciencias, sino de los sabios del Ministerio de Hacienda que diseñaron la reforma. Detrás de eso no creo que haya ninguna concepción ni ideología, sino pura improvisación y afán de negociar rápido con los Congresistas.
Alejandro Gaviria
13 marzo, 2012 at 1:09 amAnónimo 11:58: probablemente le estoy dando a este debate un sentido que no tiene y todo es improvisación. Pero, detrás, por ejemplo, del umbral de 35% de pobreza por NBI, hay todo un cuento, una carreta sobre la perversidad de las desigualdades entre regiones y zonas, y la necesidad de una política pública igualadora. Ya Colombia se urbanizó. Pero no todo el mundo se ha resignado a esta realidad. Basta con leer el último reporte del PNUD sobre el campo.
Harold: no siempre es fácil escoger entre los pobres y los empobrecidos. Colombia optó por los primeros porque tienen un discurso más eficaz.
Anónimo
13 marzo, 2012 at 3:25 amTiene razón en la idea central, de jugarsela por las ciudades, pero no en la forma de la columna, aunque entiendo que es un recurso retórico, esto lo digo porque hay matices, gastar en infraestructura basica en la periferia es necesario y no va en contra de liberar la expansión urbana. Es decir, no se libera la expansión urbana descuidando la infraestructura básica de la periferia (acueductos, colegios, jardines infantiles). No es factible dejar de construir acueductos en la periferia bajo la premisa de la liberación de la expansión urbana…así la premisa sea la de las ciudades (que comparto) solo es factible en un balance y no en una solución de extremos. Es posible que el umbral sea muy alto, que pudo ser menos de 35 para haber profundizado en la periferia.
Saludos
R
Pascual Gaviria
13 marzo, 2012 at 6:13 amEl regreso masivo a San Carlos Antioquia es un dato para pensar:
"La alcaldesa de San Carlos, María Patricia Giraldo , sostiene que gracias al desminado humanitario San Carlos ha vuelto a vivir, recuperar la esperanza y "prueba de eso son las 2.707 familias que han retornado al municipio, tanto al casco urbano como a la zona rural. Son unas 9.500 personas".
San Carlos acogió a sus desplazados
Julio Carrizosa
13 marzo, 2012 at 1:08 pmAlejandro. creo que usted tiene razón en lo general pero la vida en algunas de las ciudades colombianas puede ser muy difícil para quienes llegan del campo. Tal vez lo mejor sería identificar los municipios que puedan sostener más habitantes por razones ecológicas y económicas y tratar de orientar la inversión hacia la planificación y construcción de ciudades en esos sitios. El problema principal del retorno al campo son los obstáculos biofísicos y geoeconómicos a la rentabilidad agropecuaria; los ecosistemas tropicales son de difícil manejo por su alta complejidad más cuando están situados lejos de los mercados. Por poco político que sea en algún momento el DNP va a tener que decir que no en todos los municipios la población y la economía pueden crecer indefinidamente y establecer algún sistema para asegurar buenas calidades de vida en los municipios que crecen lentamente
coffin balance sheet
13 marzo, 2012 at 9:54 pmHay ciudades canallas : Tunja,Valledupar …
Hay ciudades tenebrosas : Medellin,Monteria …
Hay ciudades lascivas : Popayan,Quibdo …
Hay ciudades donde te capturan al instante sin un eco de cinismo o agresividad.
Anónimo
13 marzo, 2012 at 10:41 pmEl crecimiento excesivo de las ciudades crea otros problemas.
Llega un punto donde las distancias no son tan cortas y gracias al trafico el tiempo de viaje es máyor.
La sobreespecialización también es un problema, con dos o tres ciudades se pierden muchas oportunidades.
Mejor diez ciudades de un millón que una de diez.
Anónimo
14 marzo, 2012 at 4:08 amSemejante noticia, y los medios de este pais han hecho un acuerdo pa no darle trascendencia……….Caracol, la mostro como no queriendo hacerle bulla……RCN, escasamente la menciono….El Espectador, la muestra por alla entre otras, El Tiempo, presenta la noticia como de segunda categoria y con titular despistado,………este pais, tiene un acuerdo de paras y empresarios hace rato….y los medios, que papel juegan????
Alejandro Gaviria
14 marzo, 2012 at 9:59 pmJulio: En mi opinión la migración siempre involucra una transaccional intergeneracional muy complicada, casi trágica: los padres asumen el costo mientras los hijos disfrutan el beneficio. Cuando estudié en los EE.UU. muchos estudiantes asiáticos (los mejores) eran hijos de tenderos coreanos que trabajaban 16 horas diarias con un único objetivo: el éxito académico de sus hijos. Algunos migrantes del campo a la ciudad tienen motivaciones similares.
No veo al DNP con el ánimo de dar esa pelea. La forma cómo han manejado las regalías para ciencia y tecnología muestra que prefieren el camino de la menor resistencia política.
Saludos.
Alejandro Gaviria
14 marzo, 2012 at 10:03 pmAnónimo 17:41: las ciudades dentro de las ciudades de las que hablaba Currie son una forma de lidiar con ese problema.
Recomiendo esta página: The Future Cities Project.
Alberto
15 marzo, 2012 at 10:10 pmAlejandro;
En algunas conversaciones en este blog has insinuado el riesgo de lo que podríamos llamar el fetiche democrático, en resumen, el riesgo que supone dejar en manos de la opinión decisiones que requerirían otros criterios diferentes al estado de ánimo de los votantes.
No obstante, en un reciente programa en el que se discutía el precio de la gasolina, apuntaste a manera de conclusión (la cita no es textual); "no hay que tenerle miedo a la democracia y si eso es lo que la gente quiere… yo no estoy de acuerdo con quitarle cada vez más espacio a la democracia…"
¿Hay un cambio de perspectiva o eso fue una floritura para cerrar amistosamente el programa?
Alejandro Gaviria
16 marzo, 2012 at 8:37 pmAlberto: más que del fetiche democrático me he quejado del fetiche legal. Uno o dos veces (si mal no recuerdo) he criticado la proliferación de mecanismos directos de participación. Pero yo creo en la democracia representativa. Me parece conveniente, por ejemplo, que el precio de la gasolina se discuta en el congreso. Saludos.
Alejandro Gaviria
16 marzo, 2012 at 8:39 pm¿Por qué no hay blogs económicos en Europa?