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Hace ya casi una década, deslumbrado por los éxitos transitorios de las fumigaciones, el ex ministro Fernando Londoño anunció el final de los cultivos ilícitos. “El narcotráfico se acaba este año…Vaya usted a Putumayo y búsqueme un arbusto de coca. Lo podemos negociar. No hay uno”, dijo en enero de 2003. Más recientemente varios funcionarios, instigados por la caída del área sembrada en el año 2010, hicieron pronunciamientos similares, anunciaron una victoria definitiva en la lucha contra los cultivadores de coca y sus patrocinadores. Como en la guerra contra las Farc, la extrapolación optimista de los éxitos parciales llevó a un error de pronóstico, al anuncio apresurado del fin del fin. La mata que mata sigue viva. Paradójicamente.
Esta semana se conocieron casi furtivamente (ya explicaremos) las nuevas cifras sobre la extensión y la distribución regional de los cultivos de coca. En 2011, la tendencia descendente cambió de signo y el área cultivada aumentó 3%. El área total subió a 64 mil hectáreas. Desde el año 2004, el área ha fluctuado entre 80 mil y 60 mil hectáreas. Los cambios en el agregado nacional han sido relativamente menores. Pero la estabilidad nacional esconde grandes diferencias regionales. La geografía de la coca, sobra decirlo, tiene mucho que decir sobre la geografía del conflicto colombiano.
El sur de Colombia se ha consolidado como el epicentro de los cultivos ilícitos. Los cultivos de coca han aumentado en las zonas tradicionalmente dominadas por las Farc. En Putumayo, por ejemplo, las Farc han retomado el control de las arterias fluviales lo que ha facilitado la operación del negocio en general y el movimiento de los insumos y precursores químicos en particular. Las Farc están financiando activamente la resiembra de coca y usando los territorios colectivos para ampliar el área cultivada. Actualmente una de cuatro hectáreas sembradas con coca está ubicada en un resguardo indígena o en territorio de negritudes. En suma, en el sur de Colombia, el fortalecimiento de las Farc ha llevado a un crecimiento de los cultivos ilícitos. Y viceversa.
Por el contrario, en Antioquia, Córdoba y Bolívar el área sembrada con coca ha caído significativamente. Los capitales ilegales y la mano de obra se han movido del negocio de la cocaína hacia una actividad más lucrativa y de más difícil control: la minería ilegal. En el bajo Cauca y en el Sur de Bolívar, por ejemplo, las Bandas Criminales han obligado a muchos pobladores a dejar los cultivos de coca y a moverse a la minería de oro. Paradójicamente lo que no pudo la mano dura del Estado, lo está pudiendo la mano invisible del mercado. Sea lo que sea, la geografía de la ilegalidad está redefiniéndose: cocaína en el sur y en la frontera con Venezuela, minería ilegal en Antioquia, Bolívar y Córdoba, ambas actividades en Chocó y extorsión en todas partes.
Pero más allá del análisis sustantivo, existe un hecho preocupante. Esta semana el gobierno impidió la presentación oficial de los últimos datos del sistema satelital de monitoreo y medición de cultivos ilícitos (SIMCI) que coordina la Oficina de las Naciones Unidas para la Prevención del Crimen y el Delito. Ojalá los problemas políticos no lleven a la manipulación sistemática de la información socioeconómica y las estadísticas oficiales. Las angustias electorales no deberían empañar la urna de cristal.
Alejandro Gaviria
30 junio, 2012 at 11:05 pmHace unos años el general Naranjo también se quejaba de los datos de SIMCI. Hubo un intento fallido del gobierno de Uribe por crear una metodología paralela. “Matar el mensajero” ha sido siempre la reacción natural de los políticos (o de todos) a las malas noticias. Pero, la verdad sea dicha, SIMCI hace una excelente trabajo.
Alejandro Gaviria
30 junio, 2012 at 11:06 pmEl título no lo puse yo. Lo puso Pascual G. a última hora. Trató de explicármelo pero no le entendí. Probablemente su intención no era otra que sembrar dudas (sobre el título aclaro).
Alejandro Gaviria
30 junio, 2012 at 11:06 pmAquí está el reporte sobre 2010. El de 2011 está por ahora censurado.
Anónimo
1 julio, 2012 at 1:45 amAlejandro, no he tenido la oportunidad de leer su libro con relación a la política antidrogas pero pienso hacerlo prontamente. Sin embargo considero que una persona que haya ahondado tanto en el tema podría anunciar sus conclusiones acompañadas de propuestas -de como proceder- de una manera menos modesta que la que Ud. ha utilizado hasta ahora.
No se si estas recomendaciones se encuentren en el libro (espero que si) pero por lo menos públicamente, la imágen que yo tengo de AGU en el tema de la coca, es la de alguien que se ha dedicado a mostrar los desaciertos de la guerra contra el narcotráfico, pero que no ha propuesto la reglas de la transición a un eventual mercado no-prohibicionista. Tema inmediatamente siguiente al del falseamiento de la teoría antinarcótica.
Por un momento me gustaría que Ud. dejara de lado su papel de paladín estadístico y usara sus conocimientos de economía -incluyendo aquí claramente la biología, la filosófia y el derecho- para sentar las bases del eventual cambio de estrategia de control. Como serían las nuevas reglas de juego?? O es que pretende dejarle eso a alguien más??
Opinión para todos
1 julio, 2012 at 1:48 amLuis Francisco Hernández. Por que nos sembró la duda es que no creo lo del "Rolex"
Javier Moreno
1 julio, 2012 at 2:14 amLo que más me impactó del documental de Langlois sobre el combate que concluyó con su secuestro es que la muerte de todos esos soldados ocurrió durante un operativo para quemar dos laboratorios artesanales de pasta coca (uno de ellos abandonado) fácilmente reemplazables en cuestión de pocos días. Demasiado riesgo por tan poca cosa. Estamos sacrificando muchas vidas en una tarea imposible de lograr.
Alejandro Gaviria
1 julio, 2012 at 4:02 amAparentemente el Ministerio de Defensa está usando erradicadores civiles en zonas rojas (con la protección de policías sin experiencia), poniendo en riesgo sus vidas de manera irresponsable. El sacrificio de los erradicadores de coca es doblemente trágico: campesinos pobres sacrificados en una guerra sin sentido.
Pascual Gaviria
1 julio, 2012 at 5:09 amParece que A. Gaviria estaba dormido cuando le sugerí el título. Me pareció que la columna siembra dudas en dos sentidos: primero sobre el éxito contra los cultivos ilícitos, todavía vigente en Colombia pero con grandes dudas con lo que pasa en el Putumayo (y en el Chocó); segundo sobre la intención del gobierno de poner en entre dicho (a su vez sembrar dudas) los datos y la metodología del más confiable estudio sobre cultivos ilícitos. A. Gaviria no propuso nada mejor: “Coca y realidad”, era su opción.
Gart Valenc
1 julio, 2012 at 8:22 amAlejandro, podrías ampliar (con cifras si es posible) tu afirmación que "… los capitales ilegales y la mano de obra se han movido del negocio de la cocaína hacia una actividad más lucrativa y de más difícil control: la minería ilegal." Lo de la mano de obra es entendible, ¿pero los capitales?
Como bien sabes, en esto de las cifras sobre el mercado de drogas ilegales, cualquier cosa que se diga hay que tomarlo con una alta dosis de escepticismo, pero algunas fuentes reportan que en su viaje desde el productor al consumidor final, el precio de un gramo de cocaína pura pasa de 1.0 £/gr a 120 £/gr. Es decir, la cocaína puede llegar a valer más del doble de su peso en oro.
Gart Valenc
Twitter: @gartvalenc
Chucho
1 julio, 2012 at 12:27 pmDos comentarios: el agua sucia no deberia ir solo para el Gobierno. Se supone que Naciones Unidas es un organismo independiente y sus publicaciones no deberian estar sujetas a la voluntad del Gobierno.
Por otro lado, tambien debe revisarse el esquema de financiacion no solo del SIMCI -pagado casi todo por el gobierno- sino de toda la oficina de UNODC en Colombia, que tambien es financiada en un gran porcentaje por el Gobierno Colombiano.
Por ultimo, creo que el esquema de erradicacion con civiles no esta a cargo del mindefensa sino de la unidad de consolidacion territorial
Alejandro Gaviria
1 julio, 2012 at 1:57 pmChucho: De acuerdo. Pero es difícil, dada la dependencia económica que usted bien señala, que UNDOC se pare en la raya y presente los datos sin la anuencia del gobierno. El problema es, como siempre, cómo conseguir fuentes distintas de financiamiento. De allí la importancia de que el gobierno pague, pero esté dispuesto, al mismo tiempo, a aceptar los resultados.
Gart: la información de la columna está basada en algunos documentos oficiales y en testimonios y reportajes de la prensa. Hace poco incluso el NYT publicó un artículo al respecto. Saludos.
Alejandro Gaviria
1 julio, 2012 at 2:03 pmAnónimo 20:45: aquí hay un resumen de las conclusiones del libro. Me preocupa que en los últimos meses el gobierno haya descuidado las políticas de interdicción. De las tres políticas de control de la oferta, desarrollo alternativo, erradicación (manual o aérea) e interdicción, la última es la única que medio funciona.
Gart Valenc
1 julio, 2012 at 3:16 pmAlejandro, no me queda claro: ¿compartes el argumento de que los capitales se han movido hacía la minería por que ésta es más rentable? ¿No sería más plausible que los dueños de capitales illegales están diversificado su portafolio de inversiones?
¿Debo deducir de tu respuesta a Anónimo 20:45 que no apoyas la legalización regulada del mercado de drogas (oferta y demanda) como alternativa al régimen prohibicionista?
Gart Valenc
Twitter: @gartvalenc
Alejandro Gaviria
1 julio, 2012 at 3:39 pmGart: en el bajo Cauca y en el sur de Bolívar muchos grupos ilegales han desinvertido en el negocio de la cocaína e invertido en el de oro. No creo que sea una simple diversificación de portafolio, sino en una decisión basada la mayor rentabilidad de la minería ilegal.
Aclaro: sí estoy de acuerdo con la legalización regulada. Daniel Mejía, mi coautor, es mucho más cauto a la hora de hablar de legalización.
Saludos.
Maldoror
1 julio, 2012 at 5:03 pmAlejandro:
Una pregunta. Si mal no estoy, corríjame por favor, los cultivos de coca han decaido en términos generales en la última década, a pesar de todo. ¿Hay forma de determinar en que porcentaje esa caida se debe a las fumigaciones, el paso del negocio a otros países y a la competencia que la cocaina sufre por un montón de nuevas drogas sintéticas que han aparecido en este lapso de tiempo?
juan francisco muñoz
1 julio, 2012 at 5:07 pmUna amigo geólogo está acá en el Cauca buscando minas para la empresa privada. Le pregunté cómo va lo de la minería ilegal, y me dijo:"Las de oro, son las ilegales, las de las Farc, y las de cobre son las legales, las que yo busco".
El título, "Sembrar dudas" es lo mejor de la columna, a mi juicio. Le da un aire literario a un escrito riguroso en lo empírico.
Alejandro Gaviria
1 julio, 2012 at 5:19 pmSergio: es muy difícil separar las diferentes causas de la disminución de los cultivos ilícitos (algunas de ellas son complementarias). Pero algunos hechos son claros: (i) lo que ha perdido Colombia lo ha ganado parcialmente Perú (ver aquí), (ii) la producción potencial ha caída menos que el área sembrada (hay aumentos de productividad en el mediano plazo), y (iii) la minería ilegal le ha restado recursos importante al negocio del narcotráfico. En todo caso, la situación de Putumayo y Nariño es muy grave, el narcotráfico en el sur no ha perdido fuerza. Todo lo contrario.
Alejandro Gaviria
1 julio, 2012 at 5:21 pmPara la muestra un…
Anónimo
1 julio, 2012 at 5:37 pm«La marihuana sale del armario» | Mario Vargas Llosa
http://elpais.com/elpais/2012/06/29/opinion/1340962562_348677.html
Gart Valenc
1 julio, 2012 at 6:19 pmAlejandro, Anónimo 12:37 ¿Podrían decirme que tanto cubrimiento tuvieron en Colombia las declaraciones del presidente Santos sobre la propuesta del Uruguay de legalizar y regular la oferta de marihuana? A quienes les interese ésta es mi opinión.
Gart Valenc
Twitter: @gartvalenc
Anónimo
2 julio, 2012 at 1:48 amExcelente título por donde quiera que se le mire. Bravo Pascual. Y qué tal el otro dizque echándole la culpa al hermano de que los bárbaros que circulan por las alcantarillas de los foros electrónicos de EE no entiendan los títulos de las columnas.
Anónimo
2 julio, 2012 at 2:21 amAlejandro, una curiosidad, es cierto el confidencial de Semana con respecto a su participación en la nueva emisora?. Sería muy bueno y refrescante. Saludos¡
Alejandro Gaviria
2 julio, 2012 at 2:23 amAnónimo 20:48: uno de los problemas de los foros del EE es la sordera a la ironía y la solemnidad agresiva de los mamertos de izquierda y derecha. Yo simplemente quise hacer un chiste (malo ahora me doy cuenta) a partir de las muchas interpretaciones que pueden dársele al título. Le contaré a Pascual en todo caso.
Alejandro Gaviria
2 julio, 2012 at 2:26 amAnónimo 21:21: no, no es cierto. Yo ya tengo un trabajo de tiempo completo, quiero seguir haciendo investigación y no soy capaz de meterme en otra cosa. Gracias en todo caso.
Alejandro Gaviria
2 julio, 2012 at 12:36 pmEditorial de El Tiempo sobre el tema.
Alejandro Gaviria
2 julio, 2012 at 2:57 pmInteresante esta clasificación de blogs, columnas y opiniones en general: Opening Minds, Closing Minds.
Alejandro Gaviria
3 julio, 2012 at 7:30 pmEste tipo de indignación pendeja llegó para quedarse.
Anónimo
3 julio, 2012 at 8:57 pmAsí funciona la mano invisible
Anónimo
3 julio, 2012 at 10:35 pmlo más probable es que esta no sea una consecuencia buscada del artículo, pero como decías en una columna anterior, muchas cosas son consecuencias no buscadas. En este caso, resulta evidente el retroceso del país en seguridad y en especial en el Sur y los cambios en el centro, que no son una mejora… aunque exportar oro es legal, lo mismo podía decirse de los diamantes en países de África inmersos en guerras y en ciclos de pobreza bastante difíciles de soportar. El oro es legal pero la minería ilegal trae igual o más pobreza que la coca… los daños ambientales pueden ser peores. Volviendo al primer tema, aunque no era lo que buscaras, las cifras dan fundamento a las críticas uribistas.
Sansinverguenza
3 julio, 2012 at 11:16 pmVale la pena insistir en la correlación entre propiedad colectiva por un lado, y marginalidad y criminalidad por el otro. Los territorios colectivos no son un adelanto progresista de la Constitución del 91, son la insistencia en un invento de Isabel La Católica de hace 500 años, diseñado para apaciguar y marginalizar los indígenas, a quienes consideraba la reina menores de edad incapaces de tener propiedad privada. Por ejemplo, si usted es una Señorita de Pajarito, (Boyacá) o Cerrito (Valle) y no quiere cultivar papa o sembrar uva, siempre puede vender la parcela de sus papás y comprar una peluquería en Tunja o una cigarrería en Cali. Pero si usted es un niche del alto San Juan, usted no tien nada, así su abuelo y bisabuelo hayan cultivado la parcela donde vive desde hace 100 años, y nunca será suyo porque es de todos. No puede vender para comprar camión, ni pedir préstamo para arreglar el baño. No hay libertad, no hay libre disposición del patrimonio, no hay créditos porque no hay garantías para ofrecer ni patrimonios con qué apalancarse. El spread entre los indicadores sociales y económicos de los territorios colectivos y el resto de la nación es cada vez peor. Incluyendo el spread de violencia y criminalidad. Eso explica la coca, la minería ilegal y la violencia. Cualquier esfuerzo de cultivar palma o de explotar minas legalmente en el Pacífico choca con un ejército de ONGs que se abrogan la voz del colectivo. ¿Y los individuos qué? ¿Quiénes somos nosostros para decir que niches e indígenas no son capaces de manejar la propiedad privada? Al menos deberían darles el chance de vender y comprar dentro de la propia comunidad, o de arrendar por 100 años sus terrirtorios como los Lores Ingleses y la Riviera Maya. La propiedad colectiva es igual a pobreza, marginalidad y narcotráfico. 21 años, o mejor 500 años, es tiempo suficiente para sopesar los resultados de ese experimento. No se puede hacer un sólo hotel decente entre Tumaco y Panamá, ni sembrar palma, ni hacer un puerto en Bahía Málaga, ni una carretera a Quibdó o Panamá. El bloqueo oenegero esconde, muchas veces, el interés de dejarles libres el paráiso a los narcotraficantes. Y un gobierno con miedo a la crítica Oenegera se vara porque se vara.
Anónimo
3 julio, 2012 at 11:49 pmQue tipo tan cansón ese tal sansiverguenza. Es como Jaime Ruiz…uno puede estar hablando sobre las últimas tendencias de la moda en Checoslovaquia y el tipo habla sobre los profesores universitarios, y éste lo hará sobre los "territorios colectivos".
Sansinverguenza
4 julio, 2012 at 7:00 pmAnónimo, Es verdad que padezco de esa obsesión. Pero no puede negar la correlación entre los terrirtorios colectivos, la coca y la pobreza. A veces hay que repetir y repetir para que un mensaje sea transmitido. Le apuesto a que la mayoría del crecimiento en la siembra de coca es en esos territorios o en su perferia. ¿No es la siembra de coca el objeto de la columna? Acepto la crítica pero considere el mensaje.
Anónimo
4 julio, 2012 at 7:12 pmLe repetición excesiva se convierte en ruido y obviamente el mensaje se pierde. Comunicación 101.
Anónimo
4 julio, 2012 at 9:32 pmSansinvergüenza: ¿a qué se refiere usted con territorios colectivos? ¿Es lo mismo que una zona de reserva campesina por ejemplo? ¿son colectivos todos los territorios donde se cultiva coca? Y relacionandolo con la columna ¿los raspachines son propios de los territorios colectivos, son migrantes o son pobladores que deciden racionalmente cultivar coca?
Alejandro Gaviria, ¿de que forma las Bacrim obligan a los cultivadores a pasarse a la minería ilegal? ¿Se utiliza la violencia o algún tipo de presión?
Anónimo
4 julio, 2012 at 9:35 pm¿mano invisible? ¿Adam Smith en pleno siglo XXI? y pensar que unas columnas atrás, aquí desecharon a Weber por ser anticuado.
Alejandro Gaviria
5 julio, 2012 at 1:41 amSmith vive.
Alejandro Gaviria
5 julio, 2012 at 1:42 amAnónimo 16:32: en un memorando oficial leí que usaban la intimidación. Pero no conozco detalles.
Alejandro Gaviria
5 julio, 2012 at 1:44 amPedro Fermín de Vargas.
Anónimo
5 julio, 2012 at 4:56 amEs muy sencillo; ningún gobierno ha combatido de frente y con gallardía al narcotráfico; todos han sido complices del mismo y han derivado en extender aún más los tentaculos de ese flagelo; política, economía, prensa,futbol, ejercito, fiscalía, policía, todos de alguna manera se han dejado contaminar por el mismo.
Olvida el autor, el magdalena medio; aunque era un epicentro de cultivos ìlicitos y de grueso calibre( por las rutas que ofrecìa, al norte con paramilitares, al sur con guerrillas), han querido disfrazar el manejo de la minerìa con la pasta que se produce;
¿extraño que no se hayan encontrado màs laboratorios de coca? los delincuentes ya no "cantan", la fracasada ley de justicia y paz solo sirviò para que las celulas terroristas se fusionaran, cambiaran de nombre y movieran capitales ilegales al estilo "Orejuela";
Volvemos al mismo punto ¿y la política agraria que?
un siniestro AIS al final del periodo Santos?
jk.
5 julio, 2012 at 5:15 am.
Estos paranoicos también siembran dudas.
Anónimo
5 julio, 2012 at 1:54 pmAlejandro, aún sigue pensando que el nuevo pico y placa fue "una alcaldada" de Petro?. Ya se retractó o hace parte del grupo de los que simplemente dicen que hay que esperar.
Anónimo
5 julio, 2012 at 3:42 pm¡Hey, hey, hey! Hizo trampa con el Ngram. Le doy lo que quiera que si lo amplía hasta 2010 gana Marx pues ciertamente la crisis de 2008 le dio una renovada popularidad al barbuchas. Mire a ver, y verá, como dijo el genio.
Alejandro Gaviria
5 julio, 2012 at 3:52 pmAnónimo 10:42: los datos posteriores al año 2000 no son confiables debido a problemas de propiedad intelectual. De allí que el propio Google haya fijado el valor por defecto en el año 2000. “Leer antes de usar” es siempre un buen consejo.
Anónimo 8:54: hasta ahora ha funcionado bien. Pero el tráfico de junio y julio es atípico. Toca esperar algunas semanas para hacer un juicio definitivo. Si toca darle el crédito al alcalde, así lo haré. Y con gusto.
Alejandro Gaviria
6 julio, 2012 at 4:52 pmVolviendo a una discusión previa, me alegró saber que la nueva ministra de justicia es egresada de la Universidad Libre de Pereira.
Anónimo
6 julio, 2012 at 7:01 pm¿Qué piensa de Uribe y esa gente de Primero Colombia? A mí me parecen peligrosos. Puede parecer exagerado, pero a juzgar por la historia de este país, no sería raro que en vez de terminar sepultados por la lucha de clases lo hagamos por un efrentamiento sangriento entre las elites, como durante la Violencia. Porque aquí el pueblo siempre ha sido carne de cañón de los feudos regionales.
Sansinverguenza
6 julio, 2012 at 10:01 pmAnónimo, Por territorios colectivos me refiero a (i) resguardos, (ii) teritorios colectivos de las negritudes, y (iii) ZRC, en cuanto limitan la libre disoposición del patrimonio individual. La idea cabe para todos los regímenes que limitan la libre disposición del patrimonio inmobiliario. Ahí está creciendo la coca y está arraigada la pobreza.
Vidadementiras
7 julio, 2012 at 1:28 amAlejandro , las locomotoras de Santos arrastradas solo por la minera me asustan mas que cuando las teníamos todas paradas . Ese boom minero , con su respectiva enfermedad holandesa , solo trae políticos despilfarradores prometiendo el cielo y un infierno ambiental . ¿ No le parece ?