Camilo Jiménez tiene razón. Muchos estudiantes no conocen los rudimentos de redacción, no son capaces de juntar dos frases. Pero su perorata, su manifiesto apesadumbrado, dice más sobre los profesores que sobre los estudiantes. Camilo no es el primero, ni será el último profesor que denuncia la frivolidad de los jóvenes, que recurre a la misantropía inteligente para ventilar las frustraciones de un oficio extraño, descomedido. La melancolía siempre ha sido el riesgo ocupacional de los profesores. “Nos sentimos, simultáneamente, superiores e infravalorados, por encima del resto de los mortales pero aislados e insuficientemente recompensados y reverenciados”, escribió recientemente el ensayista estadounidense Joseph Epstein.
Cada vez que me asaltan sentimientos parecidos, en lugar de escribir una carta denunciando la perdición del mundo, releo un texto producido hace ya varios años por el filósofo Robert Nozick, una biografía estandarizada de los profesores universitarios. Todos fuimos cortados con la misma tijera. Pasamos veinte o más años por el sistema escolar coleccionando buenas notas, recibiendo encomios de padres y maestros, siendo apreciados y reverenciados. Después de haber acumulado muchos títulos, decidimos, razonablemente, permanecer en el mismo mundo, el de las aulas de clase, que había sido el escenario de nuestros grandes proezas, de nuestras gestas académicas.
La cosa funciona bien por un rato, dice Nozick. Pero, con el tiempo, las tensiones comienzan a florecer. Tarde o temprano, nos damos cuenta de que nuestros compañeros de clase, aquellos que no eran capaces de escribir un parrafito, tienen vidas reconfortantes, mientras tanto nuestras angustias se multiplican cada día: no sólo las financieras sino también las espirituales. La docencia resulta menos atractiva de lo que parecía (sigo citando a Nozick). Los estudiantes no demuestran una pasión acorde con nuestros sacrificios y conocimientos. Todos parecen más interesados en los juguetes de la modernidad que en la búsqueda de la sabiduría. Poco a poco, la frustración le va dando paso al resentimiento hasta que llega un día en que renunciamos o escribimos una carta rabiosa denunciando la injusticia del mundo y la ignorancia de sus pobladores más privilegiados, los veinteañeros acomodados.
Los jóvenes de esta época, como todos nosotros, son hijos de su tiempo. Algunos no son capaces de borronear un párrafo. Pero qué más da. Casi todos dominan a su antojo los milagros de la época. No me gusta la condescendencia, pero convertir a los alumnos en blanco de nuestro bien aprendido resentimiento es una tontería. Prefiero la autoironía, al esnobismo profesoral. Después de todo, cabe reconocer que, en la gran mayoría de los casos, el problema no son los estudiantes, somos nosotros los profesores.
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 1:27 amTormentos existenciales de Constantini Villegas. La misma idea, escrita casi simultáneamente y de manera independiente.
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 1:29 amAdvertencia: no tomarse muy serio la columna. Tengo pocas ganas de pelear, no sólo por la época del año sino también por un virus jodido, incapacitante.
Soliloquiono
11 diciembre, 2011 at 1:37 am¿Cuál es el texto de Nozick del que habla en la columna?
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 1:38 amEl resentimiento de algunos profesores comienza cuando se vuelven profesores complementarios o monitores. Los mimos los hacen arrogantes o la mera idea de ser el complementario de digamos, Raquel Bernal -solo un ejemplo hipotetico-, los sumerge en el desvario
panÓptiko
11 diciembre, 2011 at 1:55 amAlejandro, esta respuesta habla de lo mismo, pero añade algo que me parece importante y que la columna sólo menciona: eso de llevar el asunto a las proporciones que lo lleva—publicado en el Tiempo, con nombres propios.
Muy bueno el llamado a la humildad, que no a la resignación. De tarea que vayan de voluntarios a ayudar a limpiar las casas inundadas en Bosa, para que se sientan útiles.
Que se mejore.
Saludos,
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 2:08 amNo he encontrado el texto de Nozick que tengo en una fotocopia: Aquí hay un buen resumen:
There they were successful. They were judged against others and deemed superior. They were praised and rewarded, the teacher's favorites. How could they fail to see themselves as superior? Daily, they experienced differences in facility with ideas, in quick-wittedness. The schools told them, and showed them, they were better.
The schools, too, exhibited and thereby taught the principle of reward in accordance with (intellectual) merit. To the intellectually meritorious went the praise, the teacher's smiles, and the highest grades. In the currency the schools had to offer, the smartest constituted the upper class. Though not part of the official curricula, in the schools the intellectuals learned the lessons of their own greater value in comparison with the others, and of how this greater value entitled them to greater rewards.
The wider market society, however, taught a different lesson. There the greatest rewards did not go to the verbally brightest. There the intellectual skills were not most highly valued. Schooled in the lesson that they were most valuable, the most deserving of reward, the most entitled to reward, how could the intellectuals, by and large, fail to resent the capitalist society which deprived them of the just deserts to which their superiority "entitled" them? Is it surprising that what the schooled intellectuals felt for capitalist society was a deep and sullen animus that, although clothed with various publicly appropriate reasons, continued even when those particular reasons were shown to be inadequate?
Pero sobre todo recomiendo los capítulos 6 y 8 de un librito de Epstein titulado Envidia.
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 2:11 amPanÓptiko: muy buena la columna. No había pensado en lo que usted menciona, pero es un asunto crucial: el enjuiciamiento general a una Universidad (y a una carrera) es injusto y en últimas irresponsable.
CosasdeK
11 diciembre, 2011 at 2:25 amCreo que es la primera vez que no estoy de acuerdo con lo que propone en una columna. Para certificar el conocimiento hay que escribir. Las competencias orales y las habilidades sociales son más útiles para competir en el mundo laboral que la destreza para escribir bien pero en la academia uno avanza/escala escribiendo. Supongo que una persona como ud. nunca ha experimentado la frustración de no poder entregar un paper de lujo. No se trata de elegir entre los gadgets de la modernidad para asistir al proceso de escritura o el método tradicional para" Writing Process ". Cuando yo era profesora de primaria trataba de integrar lo mejor de los dos mundos. Pero yo tenía 23 estudiantes, asistente, múltiples recursos bibliográficos y podía dedicarme a la engorrosa tarea que es metérselo de lleno a eso todas las semanas ( lo engorroso es corregir … la parte preliminar es genial) . Con 50-60 estudiantes supongo que no habría dado la talla … y la mayoría de estudiantes en Colombia vienen de aulas "apretadas".
No creo que la escritura formal sea un asset de 2a categoría y prescindible …
JuanDavidVelez
11 diciembre, 2011 at 2:33 am¿como así que irresponsable? ahí siguen los curas manejando mal la universidad, pero manejando bien los milagros del otro mundo ¿que más da?
Simplemente que los curas demuestren que él está hablando carreta y que esa carrera en esa universidad es muy buena. Una chica de allá, de esa carrera, escribió una carta diciendo que de 29 profesores ella le había aprendido algo a tres, parece que la carrera allá sí tiene un problemita, pero que más da, lo importante es proteger su prestigio y por favor no a los nombres propios.
Y no, pues cuidado se juega con el prestigio del centro docente, decirle resentido a los profesores vale culo, pero que por favor no se metan con las marcas de las universidades. Parece que agaviria está hablando en nombre de Fenalco preocupado por que se piense mal de un sector economico.
JuanDavidVelez
11 diciembre, 2011 at 2:38 amY puede que la universidad sea buena, incluso la carrera, yo que voy a saber. Lo que sí sé es que hay dos cartas, una de un profesor y una de un estudiante donde dicen que hay algo mal.
Pero como así, que los curas o Alejandro o cualquiera en nombre de ese cluster comercial de las universidades caras salga y demuestre que no es mala y que Camilo está equivocado. ¿no? ¿o no nos gustaba pues el debate por medio de textos?
Por ahora lo que hay, es que Alejandro dijo algo como: sí, estos estudiantes de periodismo puede que no sepan escribir un parrafo, pero eso que importa si manejan los milagros de este mundo.
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 2:48 amLa critica debe ser con nombres propios y firmada. Si se causa un dano injusto, para eso estan los tribunales. No a la critica solapada
Miguel Barrios Payares
11 diciembre, 2011 at 3:29 amBueno, una cosa: Los buenos estudiantes, los dos o tres que mencionaba el profesor (los que lograron componer el párrafo) terminarán (según la deducción que me deja hacer esta columna) como futuros profesores, sin embargo, el resto se repartirá los buenos puestos y por tanto los buenos sueldos. Con razón hay tanta Soho, TVyNovelas y demás. Pobre profe, pobres profes. Ah, seguro a estos chicos les publicarán alguna novelita y le luego a esa novelita le harán una versión para televisión. Caramba.
Buen día para todos.
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 3:59 amPues lo del virus incapacitante hasta da lástima y todo pero resulta que los estudiantes del profesor Camilo Jinénez están en una Facultad de Comunicación Social, y deben saber escribir un párrafo por lo menos claro, coherente y gramaticalmente correcto. Si no quieren aprender a escribir, ¿cómo pretenden transmitir los hechos, las ideas, los conceptos, el acontecer? ¿Cómo pretenden transmitir, convencer, disuadir? ¿Le parecería aceptable que la mayoría de sus estudiantes de economía no supiera sumar o resolver una ecuación simple? Lo dudo. ¿Se echaría usted la culpa? Perdóneme que me ría. A mí me parece que la frustración de ese profesor refleja su desespero con una actitud, con una tendencia, con un comportamiento generalizado que se inclina peligrosamente hacia la ley del menor esfuerzo. Impulsado o no por la tecnología, no sé. En realidad no importa. Me pregunto si esos mismos estudiantes son los que salen a la calle a reclamar calidad en la educación. Qué creen: ¿que la calidad se transmite por ósmosis y que es un derecho adquirido por el hecho de que pagan una matrícula? ¿Y la parte que a ellos les corresponde qué? ¡Nada! De ello, me parece a mí, se deriva el lamento del Jiménez. Legítimo, me parece a mí.
CosasdeK
11 diciembre, 2011 at 4:15 amTambién sería bueno que viera el lamento de Camilo Jiménez desde la óptica de un padre de familia y no como profesor … ¿Ud. se sentiría capaz de sostener lo que plantea en esta columna si sus hijos tuvieran un profe "bacán" de castellano o de inglés … uno que se adapta a los "desafíos posmo" y no se da mala vida por nimiedades como el rigor, la pertinencia, la claridad y la precisión al escribir? Lo dudo
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 4:52 amA mi francamente no me gusta ni cinco la pendejada esa de excusar la incompetencia y la mediocridad con las nuevas habilidades de la era moderna, como ser "multitask" o saber donde encontrar la información de manera mas ágil, simplemente porque lo anterior no excluye la capacidad de escribir una frase decente. Luego, me parece que la entrada de Jiménez podrá tener un tonito pretencioso y un discurso anticuado pero me parece pertinente.
Sin embargo, a mi me parece que donde Jiménez realmente saca la garra es cuando sugiere que sus inclinaciones estéticas, como la cinefilia de sus amigos o su gusto por Patty Smith, son la marca de esa curiosidad que tanto extraña.
DMoloc
11 diciembre, 2011 at 5:15 amEs una lástima que no tenga ganas de pelear, tanto que me gusta a mi una buena discusión XD. Bueno, por otro lado la cuestion es que en Colombia el trabajo de dar clases tiene mayor peso que en el exterior, ésto por la poca o nada labor de investigación, y menos labor de investigación de vanguardia que se realiza en el país, luego toma mayor relevancia el desempeno de los estudiantes. Nuestro viejo amigo el prof. Mankiew dudo mucho le interese que sus estudiantes no sepan escribir, problema de ellos, es mas, el problema alla fue al contrario, de estudiantes que (a mi parecer erradamente) consederaban el curso dictado deficiente. Quizas si los profesores en Colombia se dedicaran mas al desarrollo de su área les importaria menos que carajos hace un crio de pregrado, al fin y al cabo cada uno es responsable de su formación.
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 5:25 amUno ya no puede leer un libro tranquilo sin que lo tilden de intelectual…
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 5:29 amel problema no son ni los profesores ni los estudiantes, eso seria sesgar y sesgar injustamente, el problema es el sistema educativo y mas alla el sistema social que lo engloba, un sistema deforme que se recompone segun las demandas y caprichos del mercado y que exige a los unos lo que no pueden o no esperan dar y a los otros aquello para lo que no han sido enseñados demandar, en medio de una ruleta de avisos publicitarios y modas que van y vienen trastocando los valores, las costumbres y las esperanzas de todos…!
Jeanratiste
11 diciembre, 2011 at 6:00 amHace no mucho, tal vez un poco más de un año, cuando faltaban apenas días para culminar mi segundo semestre de ciencia política, sentía que el tiempo se condensaba a un ritmo cruel. Tenía pendiente la entrega de un ensayo para Historia política y socioeconómica colombiana del siglo XX, una cátedra alias dictada por alias “don mamerto”, un barbudo locuaz. La verdad es que un principio no le había parado muchas bolas al ensayo, era un trabajo en que el único requerimiento era pasar de las 12 páginas y ceñirse a la temática propuesta por el docente, Despreocupado me entregue a la vagancia, dejando que las semanas se sucedieran.
Fue después, con los parciales de otras materias encima, que advertí que la fecha de entrega se acercaba peligrosamente. Seguro se pueden imaginar la angustia de un universitario rebasado por obligaciones que lo superan repentinamente por cuenta de su propia irresponsabilidad. Me devoraba la angustia, tenía la certeza de que la realización de un buen trabajo demandaría tiempo con el que ya no contaba; ante la presión del requerimiento académico, yo opte por entregar un trabajo de márgenes inusualmente amplias, con mala ortografía, que con la ayuda de la barra espaciadora y una extensa bibliografía (en la que mencione varios títulos que ni siquiera ojee) logró alcanzar el requerimiento mínimo, las 12 páginas.
Sin embargo cuando entregaron las notas me encontré con la grata sorpresa de que el trabajo había sido calificado favorablemente: un 4.1 sobre 5, nada mal para un “ensayo” hecho a la carrera y con inocultables errores.
Ya en vacas, por curiosidad revise los trabajos de los compañeros que creía más pilosos (todos los ensayos fueron subidos al Blackboard, porque “don mamerto” consideró que podían sernos útiles en cursos futuros) y lo que encontré me dio rabia, parecía que todos se habían puesto de acuerdo para entregar mamarrachos ininteligibles, de envergonzante sintaxis, en los que abundaban el uso palabrejas pomposas de las que seguro no se habían tomado la molestia de buscar en el diccionario, mi ensayo era sin duda una tremenda porquería, algo impresentable, pero comparado con los otros no estaba tan malo, me habían evaluado por lo bajo.
Para mi resulta muy chistoso que a un politólogo, que se supone que se va a ganar el pan hablado carreta, no sea capaz de escribir algo medianamente entendible.
Gheysel Naranjo
11 diciembre, 2011 at 6:38 amLa pregunta es cómo hacer que los estudiantes incompetentes sientan el sufrimiento de la ignorancia y de no saber escribir y pulir, como a un diamante, un párrafo?, e independiente que el profesor renuncie o no, se sientan ardidos y hagan algo por escribir mejor y hacer lucir sus ideas, y sus talentos! con, valga la redundancia, parrafos bien escritos.
Por su puesto bien complejo renacer un nuevo formato de estudiantes decididos y apasionados en educarse más y mejor y escribir más y mejor. Pero pienso que el camino de ascenso educativo literario podría ser hacer funcionar estilos de reality donde se estratifique la belleza del conocimiento en virtud de lo que estudiantes y profesores puedan lograr, puedan escribir, y conectar su cerebro derecho, o izquierdo y sus emociones del mundo moderno . No está de más que sea con un sentido económico, industrial, de desarrollo , de relaciones internacionales, de diplomacia, de un mundo mágico, de un mundo cinematográfico, o de pulir sus lenguajes y escritos para aunque sea informativos y de cierre de comprar barato y vender caro… negocios. Y entonces, los estudiantes no lo logren o por lo menos no se esfuercen, que pierdan algo, no sé además de la matricula perder el prestigio que puedan tener y la potencia de conquista y persuasión de un mejor futuro…
En fin creo que Camilo hizo mal, en vez de haber esperado tantos meses de incertidumbre y esperar hasta el final llevarse la desilusión de que sus estudiantes no le entregasen párrafos pulidos como diamante, debió por lo menos generar incentivos o ideas para que los estudiantes primero tuviesen diamantes en bruto o acertijos temáticos, y asegurarse, con mucha dinámica de clase, que puliesen esos diamantes y al final en vez de leer párrafos aburridos y no bien escritos, leerse historias betseller, listas para publicaciones y journals…
Respecto del virus climatológico, pues tener mucho cuidado. Pues somos un país muy sensible al monstruo del cambio climático, quizá por las características de nuestros ríos, montañas y geografía tropical y biodiversa, que de nada las tierras erosionan y se desbordan y cambian los cilos de los ecosistemas, y los virus de los resfriados hacen de las suyas.
Gheysel
jaime ruiz
11 diciembre, 2011 at 8:28 amUno lee la columna y los comentarios y siente unas ganas de sacar del ensueño a los autores. ¿Qué hay que hacer para que entiendan lo obvio, que Colombia es un puto muladar? Parece de lo más sensato tomarse al pie de la letra a Nozick, cuyos compañeros de estudio incapaces de redactar un párrafo alcanzaban vidas confortables, como si Colombia fuera igual que Estados Unidos. Los compañeros de Nozick prosperaban (y eso es muy relativo, la gente puede ganar comedidamente pero tener patrimonio, gastar con cuidado, invertir con acierto y aun aparentar más bienestar del que tiene) porque en lugar de hablar de moléculas y halagarse todo el día con lo listos que eran tenían que estar en la fábrica de plásticos pendientes de producirlos, por no hablar del problema de administrar negocios, que complica aún más lo otro. Si Bill Gates fuera juerguista y perezoso sería de todos modos un buen profesor.
En Colombia no pasa nada de eso. ¿Cuántos egresados de las universidades tienen empresas? ¿Qué proporción de las manufacturas que consume el país son importadas, por no hablar de exportaciones? En Colombia los puestos buenos son los de los profesores, o los de los políticos, cuya rentabilidad con muchísima frecuencia consiste en servir a mafias de igualados que cometen delitos comunes o de descendientes de profesores, que cometen los mismos delitos pero con la licencia que otorga la Constitución que impuso Pablo Escobar (y que congrega el apoyo de todos los canallas) a quien puede exhibir el alto ideal de la justicia social.
Tan increíblemente absurdo es todo en Colombia que el mismo Camilo Jiménez declara:
Nunca he sido mamerto ni amargado ni ñoño, no me voy a engañar: a los veinte años fumaba marihuana como un rastafari y me descerebraba con alcohol cada que podía al lado de mis cuates.
De modo que si él fuera un Bill Gates del periodismo sería… uf, Morales Rivera. Es decir, la aplicación del estudiante conduce a formar próceres como Miguel Ángel Beltrán.
Tampoco es tal el despropósito de que los estudiantes de periodismo no sepan escribir un párrafo. Los oyentes saben aún menos. Vicky Dávila no sabe escribir un párrafo, sin ir más lejos.
La discusión superficial pasa por alto una idea de Camilo Jiménez que sí preocupa a mucha gente, por ejemplo a Vargas Llosa.
Lo que han perdido los nativos digitales es la capacidad de concentración, de introspección, de silencio. La capacidad de estar solos. Sólo en soledad, en silencio, nacen las preguntas, las ideas.
Bueno, la segunda parte de la cita parece de puro tonto solemne, pero lo primero es cierto. ¿Cuántos clásicos han leído ustedes en el último año?
Por si acaso, ese ex profesor tiene una perspectiva chimba. ¿Tiene el promedio de los nativos digitales colombianos peor ortografía y redacción que sus padres o que sus abuelos? Parece que debieran tenerla porque se han abierto más cupos universitarios. Curioso que Corea del Sur produzca 1.200 patentes por cada una que produce Colombia. Allá probablemente tendrán 1.200 titulados por cada titulado colombiano.
En definitiva, la mala calidad de la redacción de los estudiantes de periodismo de una universidad cara y prestigiosa sería monstruosa en Corea, pero es lógica en Colombia, donde la dura realidad hace que saber redactar un párrafo resulte admirable: casi seguro que ni Alejandro ni Camilo Jiménez conocen, por decir algo, el opúsculo de Nietzsche Sobre el porvenir de nuestras escuelas. ¿Por qué los alumnos acomodados no van a poder estudiar si de todos modos es un derecho que debe alcanzar a todos?
Sigue.
jaime ruiz
11 diciembre, 2011 at 8:28 amLa idea de la educación superior como derecho hace pensar en un programa de eugenesia que debiera incluir a todo el mundo. Que no se sepa nada es lo lógico en Colombia, donde siguiendo el atavismo hispánico, no se trata de saber ni menos de hacer nada, sino de ser médico o abogado, según denunciaba Burckhardt que se había convertido, junto con ser hidalgo, en el único fin de la vida en la Italia posrenacentista, cuando el país cayó en manos españolas.
De hecho, la educación superior como derecho es la bandera del alcalde que impusieron los egresados universitarios en Bogotá, cuya ortografía le impediría acceder a la educación secundaria en un país civilizado.
Mauricio Duque Arrubla
11 diciembre, 2011 at 9:21 amLo que más destaco de la renuncia de Jiménez es su reflexión sobre qué faltó de él mismo. En resumidas cuentas se sabe que hay brecha entre profesores y alumnos y que por más normas y estándares tengan las universidades, deberán estar adaptándose siempre a lo nuevo. E imagino a muchos de mis malos profesores cuando alguna vez estuvieron ilusionados de los estudiantes de mi generación y terminaron resignados y conformes esperando su pensión.
tarantini
11 diciembre, 2011 at 12:01 pmYo era un apasionado de la cátedra pero me aburrí, no tanto por la falta de pasión de los estudiantes por encontrar la sabiduría y hacer mejor las cosas sino por la carencia de entusiasmo de la facultad y los docentes de tiempo completo por hacer mejor las cosas.
La universidad, por lo menos las que conocí, se parece mucho a la burocracia estatal: a cuidar el puestico haciendo poco.
Mucho mediocre encargada de la educación, con todo respeto, obviamente.
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 12:45 pmorganizacion jaime ruiz dijo: BLABLABLABLABLA muladar BLABLABLABLABLA FARC BLABLABLABALABALALALALALA terrorismo BLABLABLABLA crimenes BLABLABLABLA profesores universitarios BLABLABLABLABLA sicarios BLABLABLABLABLABLABLABLA Corea del Sur BLABLABLABLABLABLA izquierda BLABLABLABLABLA Estados Unidos BLABLABLABLABLABLABLABLABLABLABLA
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 12:55 pmCosasdeK: Tiene razón. Nunca quise, veo que sonó así, despreciar la escritura o sobrestimar la importancia de la escritura. En mi opinión, la escritura y la comunicación oral son fundamentales. Tal vez más que cualquier otra cosa. Pero, son difíciles de enseñar, siempre han sido más bien escasas y (fíjese que los fieles del blog –a todos nos gusta escribir–) no pasan de 20.
Además, yo conozco jóvenes que escriben muy bien. No me atrevería a decir que la cosa ha empeorado ostensiblemente. Camilo es un editor (y además profesor). Lo suyo es la refunfuñería. La carta es chévere, pero no creo que tenga razón.
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 12:56 pmInsisto: a mí me parece más grave el problema que menciona Tarantino (y otros relacionados) que el de la ya célebre carta de Camilo.
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 1:05 pmJuandavi: tal vez irresponsable no sea la palabra. El tema no son los nombres propios, sino la generalización. Claramente el problema no son todos los estudiantes de la Javeriana ni únicamente los estudiantes de la Javeriana. Valdría la pena haber hecho alguna salvedad al respecto. Los enjuiciamientos generales son antipáticos. Usted mismo me ha pedido que no estigmatice a todos los profesores de Fecode.
En fin, es un punto de forma. Precisamente del tipo de asuntos que debería interesarle a los editores.
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 1:14 pmRespondo a algunos comentaristas de Twitter que dicen, con la superioridad moral de siempre, con el dejo afectado tan característico, que me estoy quejando de mi situación económica. Bien les convendría una clase con Camilo. No de redacción, sino de comprensión de textos. La columna está basada en una caricatura, yo me incluyo por razones de estilo: al fin de cuentas soy profesor. Pero no es una queja personal. No es un testimonio propio. No es mi caso. Es una caricatura (una biografía estandarizada, digo en la columna), compuesta por Nozick y pertinente, creo, para la discusión.
La mamerteria es peor que la mala redacción.
Nelson
11 diciembre, 2011 at 1:34 pmAlejandro,
creo que este es el texto de Nozik (que sale como capítulo de un libro llamado Socratic Puzzles) aunque en esta versión la partición de párrafos es algo rara, pero la dejo…
http://ksf.amu.edu.pl/wdioc.pdf
Yo por mi parte, no me quejo de mis estudiantes. No importa si son regulares o un poco perezosos o distraidos, no me quejo. No asumo que no son capaces como tanto profesor que asume que sus muchachos no pueden. De hecho me he demostrado a mi mismo con los pocos experimentos pedagógicos que he hecho, que pueden aprender. No renuncio, tratao de estar ahi. Recuerdo que en la secundaria me enojaba con mis compañeros de grupo de estudio a los que les lanzaba llamas cuando decían "no soy capaz". Bueno, reconozco que hay personas que de pronto no son capaces de vez en vez, pero no puede ser la actitud ante la vida.
Todos podemos aprender y por ende cambiar la forma de hacer las cosas.
Este párrafo anterior lo tomé de mi modesta contribución al tema
http://deafan.blogspot.com/2011/04/el-oficio-de-profesor.html
Nelson
ps. les recomiendo fuertemente el libro "Mal de Escuela" de Daniel Pennac a quien le interese el tema desde la óptica del mal estudiante.
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 2:00 pmGracias Nelson. Voy a compartir su reflexión por Twitter. De Pennac leí alguna vez un excelente ensayo sobre la lectura.
JuanDavidVelez
11 diciembre, 2011 at 2:15 pmParece que los curas tienen menos problemas con los nombres propios en los periodicos que los mismos neoliberales oscurantistas como Panoptiko y Alejandro.
La carta la envió al tiempo el vicerrector de allá, un cura
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 2:24 pmA mí mo me parece que el asunto sea de capacidad o incapacidad sino de voluntad e interés de los estudiantes. Si fuera de incapacidad el problema sería otro. Tampoco me pareció mal que Jiménez hubiera dicho dónde enseñaba, porque en realidad eso no importa. Proferores frustrados con la actitud y rendimiento de los alumnos hay en todas partes, por ejemplo en la facultad de Economía de los Andes, en la Tadeo, en la Nacional… Y profesores malos, que no van a clase, que echan carreta y no preparan, también hay en todas partes y siempre los ha habido.
Lo importante es establecer si hay una tendencia cada vez más marcada a la desidia, al desinterés, al no querer hacer esfuerzo, a desperdiciar la inversión. Las tres o cuatro excepciones siempre existirán, pero esos no alcanzan para contrarrestar a los Nules de este mundo, que son a los que Alejandro les está garantizando el éxito desde ya.
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 3:26 pmAnónimo 9:24: no creo que la desidia juvenil sea cada vez mayor. Pero, sobre todo, no entiendo la alusión a los Nule, la cual sugiere una tendencia, esa sí pronunciada, a moralizar frivolamente cualquier discusión.
Miguel Angel
11 diciembre, 2011 at 3:27 pmUna que otra cosa a tener en cuenta:
Nosotros nos vendimos un cuento alrededor de internet desde hace 20 años y es aquel que habla de la internet como el lugar en el cuál se iba a reunir todo el conocimiento humano para beneficio de todos; evidente es que esto no es así, pero así se lo vendimos a los nativos digitales así que quejarse de google no tiene sentido, ellos le creen.
Hoy en día uno si ve que una parte de los jóvenes no les interesa saber más, porque debido al punto anterior ellos creen que al "estar" todo en internet no hay necesidad de profundizar en el conocimiento, simplemente hay que buscar y ya.
Internet lo que si ha hecho eficazmente es eliminar los intermediarios, y en el terreno de la localización del conocimiento no ha sido la excepción; en este contexto los profesores ya no son necesarios porque no están disponibles en cualquier momento para ubicar información y en esto internet los suple como fuente de referencia.
Pero, en este contexto los profesores frente a las tecnologías de la información sí tienen un papel importantísimo y es que por su trayectoria profesional son "curadores de información"; ellos pueden y deben guiar a la gente para encontrar la aguja entre la paja que es internet.
Las universidades conservan el monopolio de la certificación del saber, por eso aún son importantes; aunque desde hace un tiempo les están atacando esa posición desde otras áreas.
Que la gente no sepa escribir a lo mejor es producto de nuestro tiempo, en general la tecnología desincentiva la redacción y la escritura, hoy basta con hacer un video, ponerlo en facebook y esperar que la gente le de al botón "me gusta"
De ahí en más están los apocalípticos, pero que no se afanen, el otro año es 2012.
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 3:41 pmUsted mismo presentó la dicotomía citando a R Nozick, yo solo le puse nombre:
"La cosa funciona bien por un rato, dice Nozick. Pero, con el tiempo, las tensiones comienzan a florecer. Tarde o temprano, nos damos cuenta de que nuestros compañeros de clase, aquellos que no eran capaces de escribir un parrafito, tienen vidas reconfortantes, mientras tanto nuestras angustias se multiplican cada día: no sólo las financieras sino también las espirituales".
Usted tiene la tendencia a echarle vaina a los que se creen moralmente superiores, pero usted se ublica claramente del lado de los que se creen cínicamente superiores.
A mí me parece que la carta de Jiménez se presta muy bien para dar un debate inteligente sobre lo que puede estar pasando (o a lo mejor no…). Pero para eso hay que debatir y no cerrar el capítulo, como usted pretende hacer, porque para usted resulta mejor releer la fotocopia de Nozick. Otros preferimos dar la pelea, a ver si sale algo en claro.
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 4:17 pmPues sí prefiero el cinismo a la suficiencia moral. El primero es al menos más entretenido, en fotocopias y en el original.
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 4:26 pmA mi me gustaría que Alejandro Gaviria defina que es el "esnobismo profesoral". Primera vez que lo escucho en mi vida y me parece curioso. Entonces, que es el esnobismo profesoral
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 4:31 pmTodos los profesores, en mayor o menor grado, nos sentimos superiores al mundo que nos rodea. No sin razón, J.S. Mill definió el gobierno de los profesores como "pedantocracia".
Federico Sanabria
11 diciembre, 2011 at 4:53 pmPara los interesados, les recomiendo este radiodocumental.
Yo he tratado de aplicar las lecciones incluidas ahí, y debo admitir que no son nada fáciles. Enseñar a nivel de pregrado, hoy en día, es una cosa bien complicada. Yo entiendo la entrada de blog de Camilo Jiménez como una explicación de su incapacidad y su nostalgia. No veo el propósito de criticarle eso.
La hipótesis de Nozick es una vaina bien tonta, por cierto. No la sustenta ni un dato.
Alejandro Gaviria
11 diciembre, 2011 at 5:05 pmDatos sobre la hipótesis de Nozick.
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 5:20 pmNo entendí qué tiene que ver la mieseria de los intelectuales (respaldada por cifras, imagino) con la carta de renuncia de Camilo Jim[enez y lo que dice ahí.
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 5:25 pm“Nuestros jóvenes de hoy en día aman el lujo, tienen pésimos modales y desdeñan la autoridad, muestran muy poco respeto por sus superiores y pierden el tiempo yendo de un lado para otro, y están siempre dispuestos a contradecir a sus padres y tiranizar a sus maestros”
Socrates. Siglo IV AC.
“Nuestros jóvenes de hoy en día aman el twiter y el facebook, tienen pésima otorgrafia, desdeñan la autoridad intelectual de sus maestros, muestran muy poco respeto por sus superiores en autoridad, diginidad y gobierno y pierden el tiempo yendo de un lado para otro en la autopista de a informacion, y están siempre dispuestos a contradecir a sus padres y tiranizar a sus maestros, haciendo todo lo contrario a lo que se les pide"
Camilo Jimenez 2011
Soy docente, tengo 50 años, y en mis primeros años de trabajo deseaba mandar a la misma mierda a casi todos los estudiantes que tenia, no se ajustaban a mis expectativas.
Con el tiempo, entendi, que las expectativas de ellos, las mias y las del mundo no eran peores o mejores, eran diferentes. Aprendi, que acercarme a su mundo (tan diferente al mio) me permitia conocer sus intereses y ajustar los de mis cursos, sin sentir que estaba "perdiendo autoridad o status". Aprendi que sus necesidades como estudiantes son diferentes a las que yo tuve en mi epoca de estudiante. Aprendi, que los metodos que utilizaron mis maestros conmigo, la gran mayoria de las veces no funcionaban con ellos, la razon es sencilla,vivimos en epocas con tecnologias diferentes. Aprendi, que hay algo que no cambia con el tiempo, el deseo de crecer y aprender, y aprendii que es labor de nosotros los maestros (adultos)descubrir como hacer para que ese deseo no se pierda en ellos (adolescentes).
En resumen, creo que he robado a mis estudaintes, es mas lo que he aprendido, que lo que les he enseñado.
Andres Avila
11 diciembre, 2011 at 5:40 pmNo quiero generalizar en todos los estudiantes porque afortunadamente sigue uno sorprendiendose con compañeros brillantes. Pero particularmente con los estudiantes de dicha carrera (comunicación social)y los egresados de los últimos 5 años si existe un problema: la mayoría no tienen cultura general. Trabajo en medios y me ha tocado ver periodistas que confunden el Reino unido con Inglaterra o Niger con Nigeria. Además buena parte de esta nueva generación le falta "swing" al escribir. Si ellos son los que van a ser parte importante de la comunicación dentro del sistema, entonces hay que preocuparse por lo que de aqui en adelante se lea.
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 5:41 pmPonerse a pelear con la tecnología, o culparla de la actitud de los jóvenes, me parece una soberana estupidez, pues está ahí para quedarse. Lo que importa establecer es si hay un cambio en la tendencia (an la actitud frente al mundo y su acontecer), que puede estar siendo reforzado por la tecnología.
En algún lado leí recientemente sobre un sondeo de opinión que se hizo entre estudiantes de secundaria en EEUU, donde se les preguntaba que querrían ser en su vida adulta. Un 30% dijo que les gustaría ser celebridades.
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 6:08 pmPetición de un periodista a Camilo Jiménez
http://www.kienyke.com/2011/12/09/peticion-de-un-periodista-a-camilo-jimenez/
Párrafos vs tecnología
Federico Sanabria
11 diciembre, 2011 at 6:37 pmNo entendí la réplica a lo de Nozick. Igual no importa. Tomo lo de este señor como uno de esos tantos comentarios sociológicos en los que se generaliza y se establecen relaciones causales sin el más mínimo recato empírico.
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 7:04 pmAlejandro cada vez se parece más a JR. Así como éste último encuentra una excusa (o a veces ni siquiera se molesta en presentar una) para hablar sobre los profesores universitarios y como todos hacen parte de las FARC, etc, Alejandro ahora encuentra cualquier excusa para denigrar de los intelectuales. En ambos casos, así el tema en discusión realmente no tenga nada que ver con sus diatribas.
Gheysel Naranjo
11 diciembre, 2011 at 7:37 pmSugerible para toda esta comunidad “Cartas a Un Joven Poeta” http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/rilke.htm , y en “Busca del Tiempo Perdido” http://www.ehu.es/zer/zer24/zer24-canet.pdf como modelos para conocer la estructura de un buen escritor.
Gheysel Naranjo
11 diciembre, 2011 at 7:37 pmhttp://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/rilke.htm
Gheysel Naranjo
11 diciembre, 2011 at 7:39 pmen fin el ultimo link termina en: rilke.htm
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 8:10 pmAlejandro: Cual es el miedo a apostar por el caballo equivocado, el tiempo de soluciones intermedias ya paso .
CosasdeK
11 diciembre, 2011 at 9:35 pmEstoy de acuerdo con que lo que plantea Tarantini es más grave aún. Uno asiste a clases presenciales esperando sacar algo valioso de esa relación ( maestro – docente) . Sino entonces que todos los posgrados y pregrados sean a distancia, nos ahorramos la platica que se va en campus y staff y el que tenga laptop y Wi –Fi estudia con menos gasto en matrícula, transporte y material bibliográfico.
Anónimo
11 diciembre, 2011 at 9:56 pmPara allá vamos, cosasdeK. Y el que quiera estudiar de verdad podrá comprar su educación a distancia en Harvard, si así le place. Se acabará la bobada esa de ir a perder el tiempo al "campus", a socializar, a emborracharse, a meter bareto, a jugar billar.
Y tendrán que dejar de culpar a "la sociedad". Acaso quién conforma la sociedad: ¿marcianos?. No, ellos mismos, los que se quejan de los males que les hacen "la sociedad", "el Estado", "el Capitalismo", "el Socialismo", "los intelectuales" … Todos menos ellos.
Te vi.
Penélope
12 diciembre, 2011 at 12:21 amProfesor Gaviria: le deseo una pronta recuperación. Estuve comentando en el blog de Constantino. En resumen dije que si los buenos profesores renuncian, estamos dejándonos derrotar en la batalla por una mejor calidad en la educación. Luego vi un comentario de Constantino diciendo precisamente lo mismo que usted: no hay que tomarse tan en serio esa perorata. Los buenos estudiantes lo son independientemente de sus profesores. Más aún, lo son los buenos escritores.
Prefiero no alargarme más. Mientras ustedes siguen rasgándose las vestiduras por este asunto, yo me pondré a ver unos capítulos de Seinfeld.
panÓptiko
12 diciembre, 2011 at 12:22 amAla, Juandaví, no es oscurantismo. Ya mencionó Alejandro que la generalización es desatinada. Además, hago eco a algo que menciona Cosasdek: hay una relación especial de confianza entre profesores y alumnos que se basa en cierta confidencialidad que se necesita para corregir los errores propios. ¿Vos sos de los que sale a despotricar del propio hijo en la reunión de padres de familia del colegio?
No estoy seguro, pero me parece que se confunde crítica con denuncia. Si fuera por elevar una crítica, ahí están de ejemplo las columnas del Profesor X, mostrando la mediocridad de los estudiantes en Estados Unidos. No se necesitan nombres propios para mostrar las falencias del sistema. A menos, claro está, que sea una cuestión pública y por definición la información deba estar al alcance de todos.
Si es una denuncia, bien por él que se explaye en detalles, pero me pregunto si es el lugar y la forma. La complicidad del jesuita no me parece más que una traición al vínculo que explico arriba.
Saludos,
Alberto
12 diciembre, 2011 at 1:12 amAlejandro;
Cuando te mejores, espero que sea pronto, podrías responder la siguiente pregunta;
¿Desde tu punto de vista, cuál es la función (o las funciones) de la institución universitaria?
Alejandro Gaviria
12 diciembre, 2011 at 2:18 amPenélope: siempre he creído que con los mejores estudiantes nuestra mayor responsabilidad es no hacer mucho daño. Mostrarles algunas alternativas. Motivarlos. Mantenerlos con los pies sobre la tierra. No mucho más.
charlie
12 diciembre, 2011 at 2:57 amUna persona piensa como escribe.
Alejandro Gaviria
12 diciembre, 2011 at 2:59 amCharlie: dicho de otro modo: escribir es pensar.
Anónimo
12 diciembre, 2011 at 4:00 am"Escribir es pensar." A. Gaviria.
Escribir es pensar. Es confrontar, es criticar, es producir,es crecer,
es aportar al crecimiento como sociedad.
Escribir es pensar. No escribir es no pensar, es acomodarse, es buscar rentar.
Escribir es pensar. No escribir es no pensar, es ser carne de cañon, es tener una vida alquilada para el crecimiento de los demas.
Escribir es pensar. No escribir es no pensar, es ser criticon, irreflexivo y dogmatico.
Escribir es pensar. Para escribir hay que leer, no solo entender los grafismos. a leer se aprende, leyendo, donde sea: en libros, en enciclopedias, en revistas, en papers, en folletos, en slas de espera, en el bus, en internet, en twitwr, en facebook, en donde haya algo que leer. Ya habra tiemnpo para hacer juicos de valor de lo leido, pero hay que empezar por leer. Leer ayuda a escribir y "escribir es pensar"!.
Luis Ernesto Taborda
12 diciembre, 2011 at 2:35 pmYo no se si lo que digo acá puede ser sustentado por algún estudio de pedagogía o de lo que sea, pero les comparto mi experiencia personal.
A mi siempre me han dicho que escribo bonito. No me parece tanto, saben? Bonito escribe Pedro Calderón de la Barca, James Joyce o Reiner Maria Rilke. Yo sólo intento escribir claro.
Antes, hace unos diez años tal vez, escribía esas parrafadas muy colombianas separadas por incontables comas, que subyugan unas ideas a otras, como si la gente estuviera obligada a mantener las ideas, unas tras otras, en su memoria, para lograr tener, sólo al final, una idea de lo que se escribió.
Este estilo, del que el párrafo anterior es una muestra medio improvisada, es gramaticalmente correcto. Pero muy complicado de entender.
Un día, hace unos siete años, alguien que escribe por estos lados, me dijo que las frases simples con conectores lograban transmitir mejor las ideas. Una vez apliqué esta sencilla tecnica, la gente que me leía empezó a decir que los mios eran textos muy claros.
Para escribir mis ensayos siempre pensaba el argumento principal, como si fuera un esquemita con flechitas, palabritas y palitos. Luego, intentaba atacarlo y cuando le encontraba huecos al esquema, miraba como podía cerrarlos. Así, lograba textos un poco más robustos.
Todo lo anterior, aunque suene un poco a vanagloria, es sólo para decir que si quieren que los estudiantes escriban bien (no bonito, que eso es otra cosa), hay que enseñarles lógica y argumentación. Esto, por demás, les permitirá no solo producir textos, también ecuaciones, modelos y demás cosas académicas. En últimas, la academia se trata de aprender lenguajes diferentes y argumentar en ellos. Por lo menos yo puedo decir que eso es lo que hacemos lo economistas.
Y bueno, ya cuando sale uno a trabajar en esas entidades que le permiten una vida cómoda, ese escribir bien (que no sirve para nada si ud está en una mesa de dinero o haciendo un estudio de suelos), le servirá para pensar mejor, para no dejarse 'meter los dedos a la boca'. Por qué? pues porque ese escribir bien partió de unas buenas bases de lógica y argumentación.
Si supieran la cantidad de veces que he visto tomar decisiones destructoras de PIB sólo por malas bases lógicas. Si supieran la cantidad de veces que una falacia, por simple que sea, logra dirigir el rumbo de empresas y políticas, ni los estudiantes pensarían que aprender estas cosas es perder el tiempo, ni sus profesores que cejar en el empeño de enseñarlas es válido.
Saludos!
Anónimo
12 diciembre, 2011 at 3:05 pmLo de LET es la versión completa de "escribir es pensar", que es en últimas de lo que se queja Jiménez. El oficio de escribir tiene una mecánica que se aprende, sobre todo leyendo a los que lo hacen bien, y habrá quien la domine más o menos dependiendo del talento y la creatividad. Pero lo cierto es que nadie escribe por escribir, sino porque quiere contar algo, opinar, compartir un análisis, una reflexión. La pereza mental no conduce a pensar y a querer compartir lo que se aprende y se piensa. Pensar es una labor que exige muchísimo trabajo.
Anónimo
12 diciembre, 2011 at 3:40 pmMa encantó la opinión de Andrés García no sé qué sobre el caso que se debate aquí. Especialmente cuando dice "un tal Camilo Jiménez". Se parece a la foto de las señoras de Cali con sus negritas de adorno.
Camilo P.
12 diciembre, 2011 at 5:44 pmOtra contribución
al mismo tema por Andrés Mejía Vergnaud
Anónimo
12 diciembre, 2011 at 5:47 pmAlejandro, respetando el espiritu navideño y el virus que le afecta, solo me permito manifestarle que su columna esta muy buena, lastima que usted no haya entendido que la renucia del profesor de la Javeriana, porque es la mejor demostración de autoironia docente que hasta ahora se haya en Colombia. Su renuncia, si bien simbolica, es mejor, que que los que nos quedamos.Por lo que pido que de derribe la escultura del Bobo en los Andes y se reemplace por la de este profesor de la Javeriana. Feliz navidad y pronta recuperacion de ese maldito virus.
Anónimo
12 diciembre, 2011 at 6:18 pmQue alguien le enseñe a Gishel Naranjo hacer hipervínculos. Que le pasa. Nadie va pegar esas direcciones en el navegador, hey en Google te enseñan.
seamus
12 diciembre, 2011 at 8:02 pmMe recuerda esta cita relevante de Ludwig von Misses en su Anti-capitalistic Mentality: "(…) nobody ever contended that under unhampered capitalism those fare best who, from the point of view of eternal standards of value, ought to be preferred. What the capitalistic democracy of the market brings about is not rewarding people according to their "true" merits, inherent worth and moral eminence. What makes a man more or less prosperous is not the evaluation of his contribution from any "absolute" principle of justice, but evaluation on the part of his fellow men who exclusively apply the yardstick of their own personal wants, desires and ends.
Anónimo
12 diciembre, 2011 at 8:07 pmAnónimo 10:40: No es Andrés García es Andrés Mejía el del comentario.
seamus
12 diciembre, 2011 at 8:09 pmEn otras palabras, no es quien mejor escribe quien termina siendo más prospero, muy a pesar de la frustración y encubierta envidia del profesor Camilo.
Anónimo
12 diciembre, 2011 at 10:25 pmYo estudié con Guido Nule en la Javeriana, jugué dominó con él en algunas ocasiones, y si no estoy mal me vendió una calcomanía del Junior por 1.500 pesos. Era de bajo perfil. Me sorprendí cuando me di cuenta que era el mismo del escándalo. No recuerdo haber estado en una academia de Nules, ni de estar rodeado de ellos…creo que el pasó desapercibido más bien.
RA.
Alejandro Gaviria
12 diciembre, 2011 at 11:04 pmAlberto: los economistas partimos de una realidad más o menos obvia: las instituciones educativas son varias cosas a la vez.
Primero, son productoras de capital humano, esto es, de conocimientos específicos que incrementan la productividad laboral y por ende los salarios.
Segundo, son centros de acreditación, esto es, lugares que permiten reducir la asimetría de información entre empleadores y empleados, que certifican ciertas competencias mínimas.
Tercero, son clubes sociales, lugares donde se hacen conexiones, donde se acumula capital social.
Y cuarto, son ámbitos de reflexión, lugares donde se piensan las peguntas sin respuesta que han preocupado desde siempre a la humanidad.
Cada institución tiene una ponderación distinta. No todas las funciones son excluyentes, pero la cuarta es paradójica: los estudiantes la odian cuando están en la universidad y la reclaman cuando quieren protestar.
DMoloc
13 diciembre, 2011 at 3:05 am@ Seamus: Von Mises? austriacos? por Jebus, no seamos tan pendejos: http://www.economicprincipals.com/issues/2011.12.04/1314.html?
@ Alejandro Gaviria: "Y cuarto, son ámbitos de reflexión, lugares donde se piensan las peguntas sin respuesta que han preocupado desde siempre a la humanidad." Discrepo un poco en cuanto ésto al nivel de pregrado, es por eso que no le veo sentido a que se haga énfasis en ésto en ese nivel, el que quiera investigar que haga su master/doctorado.
Gheysel Naranjo
13 diciembre, 2011 at 4:32 amMás allá de "escribir es pensar", creo yo: "se piensa mejor escribiendo". De hecho cuando una persona escribe (continuamente) es buena persona, mal que bien reflexiona para bien, busca un concepto de justicia, su justicia a su manera pero no importa. Creo que el que escribe bien valora el dato, valora la gente que lo rodea e inteligentemente los escucha, buscando una verdad, o el acertjo de manera emocionante resolverlo… Y quien pule un poco su proceso de manera muy profesional con argumentos, con arquitectura, estructura, con algun sentido positivo, digamos que termina ganadose la confianza de la gente, de los empleadores, de los inversionistas, y en la medida que pula sus escritos, como un joyero pule un diamante, e integre sus producciónes literarias al mundo económico y el desarrollo industrial, con relaciones internacionales, la diplomacia, el mundo mágico de la cinematografía, los medios audiovisuales y la internet, pues está hecho. Este mundo es su mundo…, de la riqueza y la prosperidad…jejejeje, bueno creo, espero no exajerar
GHeysel
Anonimo 13:18: No tengo ni idea desde un blog como se genera el hipervinculo. Y me quedó grande buscando en google. La verdad creo más en asesores que buscarlo todo desde google. Sino respondes pues bueno trataré de pedirle el favor a un ingeniero de sistemas a ver si de una vez aprendo.
seamus
13 diciembre, 2011 at 5:14 amDmoloc, gracias por la referencia. Buen artículo que cuestiona el mito (predominantemente inglés) del debate Keynes vs Hayek como forjador del pensamiento económico contemporáneo. Sin embargo no olvide notar que Warsh no profundiza en:
– La cuestión de la influencia de los académicos en la sociedad.(Keynes y Hayek representan un ideal del académico).
– Warsh prefiere meterse en la vida personal de Hayek y deja sugerido para el último párrafo la enorme contribución y potencial de la metodología austriaca como complemento de la neoclásica.
– Es una lástima que Warsh no profundice en las diferencias ideológicas entre Keynes y Hayek o al menos sobre su debate monetario (estímulo de la inversión consumo vs. teoría de los ciclos de negocios; este último la razón oficial por la que le dieron el Nobel a Hayek).
Anónimo
13 diciembre, 2011 at 5:35 amLa verdad, los colombianos no sabemos si estos profesores hacen más daño que la misma banda terrorista de las farc.
Alejandro Gaviria
13 diciembre, 2011 at 1:11 pmDMoloc: al respecto vale la pena volver a mirar este artículo de Louis Menand: Debating the value of college in America.
Anónimo
13 diciembre, 2011 at 4:09 pmGishel ahi le envio, con gusto, la forma de hacer los hipervinculos y fresco. Es asi: escriba la palabra que quedara subrayada en en texto que servira de vinculo
Listo.
Anónimo
13 diciembre, 2011 at 7:34 pmConozco personalmente a Camilo y se por experiencia propia su habilidad y disposicion para explicar algo. No soy su amigo pero si puedo decir que se esfuerza por ayudarle a uno en la redaccion. Yo tengo la impresion que hay algo malo en la educacion colombiana y es esa vision paternalista. Cuando estudie en Alemania me di cuenta de que era yo el que debia poner mi esfuerzo para aprender y me costo debido a la influencia educacional de tinte paternalista recibida durante mi vida en Colombia. Con ello no quiero decir que todo este mal en el pais ni mucho menos, hay muchas cosas buenas por resaltar pero este es quiza, uno de los mayores defectos y que en mi opinion dificulta mucho el ser autodidacta. En resumen, echarle la culpa al maestro no es un argumento totalmente valido pero hace falta de que el estudiante tambien se esfuerce por aprender. Bien por Camilo que tomo esa decision
Ivan
Federico Sanabria
13 diciembre, 2011 at 8:42 pmViéndolo bien, creo que ya entendí mi problema con la referencia al texto de Nozick. Éste trata de los "intelectuales". De acuerdo al autor, intelectuales son
"those who, in their vocation, deal with ideas as expressed in words, shaping the word flow others receive. These wordsmiths include poets, novelists, literary critics, newspaper and magazine journalists, and many professors."
Alejandro Gaviria generaliza la perorata (esa sí) de Nozick a todos los profesores universitarios. Es una "biografía estandarizada de los profesores universitarios. Todos fuimos cortados con la misma tijera".
Hombre no, no todos. Yo me gradué 26avo de 32 en los Andes, de una carrera considerada apropiada para reinas de belleza en Colombia. Así que aquello de las proezas y los encomios, más bien poco. Trabajé en la empresa privada y me fue bien. No sé bien por qué terminé de profesor, pero creo que es porque a mí me gusta averiguar cosas medio inútiles, y sólo la universidad permite ese lujo. A mí no me duele que a la gente que sí hace cosas útiles, como el que fabrica jabones o los vende, le paguen más que a mí. Y sin embargo simpatizo profundamente con Camilo Jiménez. Yo sufrí las mismas frustraciones que él sufre. Muchos profesores sufren lo mismo en algún momento de su carrera.
Gracias a unos buenos mentores y colegas, y a un apoyo institucional extraordinario, creo que me convertí en un profesor decente. Al menos ya no refunfuño tanto. Ojalá el profesor Jiménez hubiera tenido un poco más del apoyo que yo tuve, y un poco menos del linchamiento virtual al que parece haberse sometido.
Felices fiestas.
JuanDavidVelez
14 diciembre, 2011 at 12:03 amLeí el enlace de los melancólicos irritados. Yo entiendo que la cantaleta de "nosotros eramos jovenes más cultos" es fastidiosa y termina siendo contraproducente, mejor una cantaleta que se centre solamente en que hay que aprender a escribir el párrafo.
Yo soy un melancolico irritado, sin duda, y eso sin ser profesor siquiera y sin haber sido estudiante de buenas notas, digo que soy un irritado porque en la universidad lo que me daba rabia es que la gente no respetara el estudio. Grave error, la palabra respeto sobra, que cada cual respete lo que le de la gana.
Pero lo que yo si creo es que hay que decirle a los estudiantes y a las universidades que hay que estudiar, que no sea por respeto, que sea para que haya más plata en el sistema, explicarles que el capitalismo necesita que la gente agregue valor para que como un todo podamos gastar más, decirles eso para que se motiven tal vez. No sé, no se me ocurre nada más.
Creo firmemente que la cantaleta de que estudien se necesita, puede que no en los andes o en la nacional o esas, pero de resto sí.
Yo creo en Epicteto.
JuanDavidVelez
14 diciembre, 2011 at 12:17 amLo otro es que doy fe que en 1992 los que eramos jovenes cuando eso, por lo menos en universidades privadas no muy tesas, tampoco es que fueramos muy inquietos por el estudio.
JuanDavidVelez
14 diciembre, 2011 at 12:23 amSi se va a echar cantaleta por el clasismo, que también se eche por no estudiar. Ese es mi punto. Puede ser una cantaleta sin alusiones al pasado y sin criticar la milagrosa tecnología de ahora y su buen uso por parte de los muchachos.
Que no toda la cantaleta se la chupen los pobres clasistas estigmatizados, que los estudiantes también tengan su dosis.
Caro Sanín
14 diciembre, 2011 at 1:23 amYo tampoco es que escriba muy claro que digamos.
Anónimo
14 diciembre, 2011 at 1:45 amMe parece pertinente que alguien le responda a Jaime Ruíz. Generalmente solo dice estupideces, pero en sus comentarios actuales, presenta varios puntos importantes.
El que calla otorga
Anónimo
14 diciembre, 2011 at 4:41 amAlejandro, aunque este comentario esta fuera del tema de la columna, hace un par de semanas indique y critique que muchos de los graficos que usted usualmente presenta en este blog (mas no en sus columnas de El Espectador porque me es claro que no es el espacio correcto) no presentan un estudio estadistico claro que corrobore y le den mas peso a sus conclusiones de manera mas concisa y precisa y que disipe las dudas. Hoy, viendo en vivo y en directo toda la discusion del boson de Higgs aca en el CERN, me acorde de lo fundamental que se vuelve ir a esos detalles tan finos para poder estar seguro de las conclusiones sacadas luego de un analisis. Para reivindicar mi critica, indico esta entrada de un blog de un fisico experimental (tambien recomiendo esta otra para ilustrar aun mas mi critica a Alejandro )y ahora, comparenla con este analisis de donde se sacan conclusiones de un cierto avance cultural….que los lectores juzguen el por que de mi continua critica bien fundamentada y que poco se discute en este blog. Se que esas discusiones se vuelven un tanto especializadas y que pueden desorientar a los asiduos lectores de este blog, pero son necesarias y muy saludables a la hora de defender un punto de vista basado en un histograma, curva de datos, etc….
un saludo desde Geneve,
Ivan
Dan Bazurto "Gobineau"
14 diciembre, 2011 at 4:48 amhttp://www.nber.org/papers/w15954.pdf
Lo que escribe el profesor de redaccion es cierto, haciendo el trabajo de campo en E.U. lo que se ha encontrado es que hoy los universitarios estudian aprox la mitad del tiempo que en los 60's. El descenso es generalizado, en todo tipo de universidades (privadas/publicas), selectivas y de enrrolamiento abierto, etc.. la consecuencia final es una enorme horda de tarados que son incapces de escribir claramente,resumir un articulo,etc (tal como lo denuncia el profesor) y cuyos profesores no pueden reprobarlos porque son profesores de catedra sin ninguna seguridad laboral.
jaime ruiz
14 diciembre, 2011 at 8:31 amAnónimo 20.45 No se imagina cuánta gente se alegraría de encontrar demostrado dónde está la estupidez, o siquiera la imprecisión, de algo que digo.
Es tremendo: ustedes sólo aprenden a intimidar, unos encapuchados como en la parada de ayer en la "Universidad" Nacional, otros con tono pedante que lleva detrás las amenazas. Por eso la discusión es inimaginable.
Para los profesores colombianos en el fondo la cuestión es acomodarse y ganarse un sueldito de varios milloncitos como parte del decorado en que reinan Múnera y Miedófilo y miles de personajes por el estilo. Los secuestros y masacres son el fruto de esa disposición: hay unos culpables directos y unos cómplices que al crimen añaden la cobardía.
Anónimo
15 diciembre, 2011 at 12:30 amJaime Ruiz: una vez hace poco ud dijo que habían cientos de artículos donde pedían matar a Uribe, y dejo algunos links al respecto. Una de las personas que comenta aquí no encontró ninguna evidencia. Otra cosa que recuerdo es que uds afirman que se oponían a segunda reelección de Uribe (lo cual no es completamente cierto) y luego apoyaron sin reservas al candidato Santos al que ahora consideran como una especie de jefe guerrillero (¿Entonces durante el gobierno Uribe Santos era una persona decente?). Eso es una pequeña cosa para comenzar. Igualmente aquì ud acusa impunemente a todos los comentaristas de ser secuestradores y asesinos, sin ninguna prueba (más que los comentarios que aquí se escriben). Por último no para de hablar de que la guerrilla no pasa de ser un ¨servicio doméstico¨ de la universidad, eliminando toda la responsabilidd de un jefe de frente, columna, o un mando medio (por decir) y suponiendo que la guerrilla como tal, es un ente completamente dependiente de esos ¨poderosos¨ en los que se incluirian desde Santos, hasta Santodomingo y un porcentaje enorme de profesores universitarios, que en ultimas estarian coordinados por Chavez, la trust Murzemberg (o como se escriba), la internacional socialista y supongo alguna inteligencia extraterrestre…. en fin.
Anónimo
15 diciembre, 2011 at 1:12 amEste sujeto detrás del seudonimo Jaime Ruiz (y el resto de la banda), les gusta asaltar las dirigencias y demostrar influencia y poder en sus mediocres escritos.
Esa organización "Jaime Ruiz" deberían ir a cobrar la factura del crimen en la fila en que están fernando londoño, jose obdulio gaviria, mario uribe etc etc.
Anónimo
15 diciembre, 2011 at 4:37 amhttp://www.elespectador.com/impreso/vivir/articulo-316626-se-educa-u-privada
jaime ruiz
15 diciembre, 2011 at 5:28 amAnónimo 19.30
Sería idiota que un instigador de asesinatos lo hiciera con las palabras directas: autolesionarse. Abad Faciolince sugiere el asesinato, que ya se ha intentado 15 veces, porque todos saben que Uribe sólo no se va a callar. Hay que callarlo, dice. No con esas palabras, sino "sería mejor que se callara". Así son muchos. Los defensores de Nicolás Castro no encontrarán ninguna evidencia, claro.
2ª reelección. Sobre Santos, en Atrabilioso no publicamos ningún artículo laudatorio, sólo denuncias sobre la trama terrorista que había detrás de Mockus (por ejemplo con apoyos como los de Sergio Otálora o Antonio Morales Rivera, personajes tan ligados al terrorismo como Hitler a las cámaras de gas, que tal vez nunca llegó a ver, pero tolerables por gentuza que consume con tanto lujo como ellos).
Un comentario sobre Santos en marzo 27-10 (no se puede editar).
Muéstreme dónde acuso a todos los comentaristas de ser secuestradores y asesinos. Sobre la relación de la universidad con las guerrillas, con decenas de nombres propios. Los ejecutores de los crímenes son pobres diablos que sueñan con ser admitidos en la clase alta europea de los colombianos por la paz. Yo conozco a esa clase de gente, y de verdad le agradecería que al menos leyera la correspondencia del grupo de Piedad Córdoba con las guerrillas a ver quién es responsable y quién no.
Anónimo
15 diciembre, 2011 at 2:37 pmAy no !!….esa organización se convirtió en spam.
Anónimo
15 diciembre, 2011 at 4:06 pmLa Universidad es un simulacro. Un lugar donde uno puede jugarse o donde se puede aparentar que se juega la vida, pero donde nada es definitivo. Nada académico es tan determinante.
Las notas no lo son. Los profesores no lo son. Las clases no lo son. Los libros de textos no lo son (el mejor libro de la universidad es la literatura que uno pueda agenciarse y degustar a escondidas, mientras el resto se debate entre la pertinencia de los primeros planos y la semiótica aplicada en los géneros contemporáneos).
La universidad, por suerte, no es todavía cosa seria, y no debiera tomarse como tal, aunque casi todos los profesores, y casi todos los alumnos, piensen lo contrario. Y en consecuencia, actúen. Esto es: no faltar. No exasperarse. No infringir ciertas reglas. No permitirse algunos riesgos, por gratuitos e inconcebibles que estos sean.
Un profesor debiera aclarar siempre que todo lo que dice es mentira, y que, por consiguiente, el objetivo de los alumnos sería demostrarlo. Si el profesor no aclaró nunca la fragilidad de sus palabras, la evidente inexactitud de su discurso, los alumnos debieran darlo por sentado, y, por tanto, discutirle a toda costa, enemistarse. Un buen profesor es siempre un enemigo.
Pero esa actitud tiene su precio. Hay que leer de madrugada. La mejor universidad, nadie lo dude, es la noche. Todo lo que se aprende en la noche, es lo que luego se aplicará en la vida. Todo lo que vale la pena, es cuestión de desvelo y de silencio. El resto: convención social.
Alejandro Gaviria
15 diciembre, 2011 at 5:14 pmIván: usted tiene razón en la necesitad de acompañar ciertos gráficos y cuadros de información adicional que brinde alguna idea sobre la significancia estadística. He sido profesor de econometría y estoy de acuerdo con su advertencia ( y su regaño).
Pero a veces el problema puede ser el opuesto: el uso y abuso de la significancia estadística. Le recomiendo este buen artículo al respecto.
En el caso del reinado, por ejemplo, no estoy seguro de que los conceptos tradicionales de inferencia estadística sean válidos. Al fin y al cabo yo no estoy trabajando con una muestra, sino con el universo: mi base de datos incluye datos de todas las reinas desde 1970.
Saludos.
Alejandro Gaviria
15 diciembre, 2011 at 5:20 pmSobre otra dimensión extraña de la academia: the insanity of letters of recomendation.
Anónimo
15 diciembre, 2011 at 7:13 pmY todavía muchos parias que defienden el fuero militar; con razón el país sigue sumido a lo que digan las bandas criminales.
Anónimo
15 diciembre, 2011 at 11:31 pmEstá bueno el artículo de la signficancia estadística.
Curiosa presentación del documento, parece que fuera una publicación de los años 70s.
Anónimo
16 diciembre, 2011 at 12:44 amIs College Worth It?
College Presidents, Public Assess, Value, Quality and Mission of Higher Education
by Pew Social Trends Staff
CHAPTER 1: OVERVIEW
A majority of Americans (57%) say the higher education system in the United States fails to provide good value for the money students and their families spend, and about four-in-ten college presidents say the system is headed in the wrong direction, according to a pair of new nationwide surveys—one of the general public; the other of college presidents—conducted by the Pew Research Center.
At a time when sharply rising student debt burdens have touched off a national debate about the cost and value of a college education, the public survey shows that fewer than one-in-four Americans (22%) believe that most people today can afford to pay for a college education, down from 39% who felt this way a quarter of a century ago.
College presidents are not as concerned as the public about affordability, but their survey responses reveal broad misgivings about quality and standards—both of the institutions themselves and of the students attending them.
For example, just 19% of the 1,055 college presidents surveyed say they believe that the U.S. system of higher education is the best in the world. And just 7% say they think it will be the best in the world 10 years from now.
In addition, most college presidents (52%) say college students today study less than their predecessors did a decade ago, while just 7% say they study more. And 58% say that public high schools are doing a worse job of preparing students for college now than they did a decade ago, while just 6% say they are doing a better job.
Not all findings from the two surveys are downbeat. While a minority of the public says students get excellent (5%) or good (35%) value for the money they and their families spend on college, an overwhelming majority of the college graduates surveyed—86%—say that college has been a good investment for them personally.
Alejandro Gaviria
16 diciembre, 2011 at 1:43 amBuen artículo sobre la crisis de las universidades gringas.
CosasdeK
16 diciembre, 2011 at 6:34 amDon Jaime : ¿Existe un solo evento , fenómeno,debate en Colombia que no este relacionado con Kidnapping Corporation (como ud. dice )?
Anónimo
16 diciembre, 2011 at 2:22 pmChristopher Hitchens Dies At 62
jaime ruiz
16 diciembre, 2011 at 3:30 pmSirena de río: Muéstreme un solo caso en que la relación entre la industria del secuestro y las castas de parásitos que señalo sea arbitraria o no demostrable. Su pregunta es la típica descalificación que no alude a lo que uno escribe, sino a lo que el pueblo universicario espera.
Camilo P
16 diciembre, 2011 at 6:47 pmla canasta costosa.
Anónimo
16 diciembre, 2011 at 8:13 pmhttp://www.thefilterbubble.com/ted-talk
Por un internet objetivo y sin filtros
jaime ruiz
16 diciembre, 2011 at 8:39 pmQué contraste leer a Gabriel Zaid ("La canasta costosa") y a los autores colombianos, como Isaza: es como entrar a una cafetería agradable con gente recta comparado con caer en un calabozo con unos cuantos asesinos, cada cosa que profieren tiene intenciones torcidas y muestra hábitos intelectuales despreciables.
Maldoror
16 diciembre, 2011 at 9:13 pm"[…] un calabozo con unos cuantos asesinos, cada cosa que profieren tiene intenciones torcidas y muestra hábitos intelectuales despreciables."
Suena como la sala de su casa Jaime.
jaime ruiz
17 diciembre, 2011 at 12:18 amPrimero yo no tengo ninguna "casa Jaime", y segundo ¿cómo un párrafo suena igual que una sala?
Es imposible librarse de este muerto de hambre. No es raro que le hayan dado puesto en la "Universidad" Nacional, sólo hace falta ser ignorante e intimidador.
Anónimo
17 diciembre, 2011 at 4:34 pmLa imaginación la loca de la casa.
Santa Teresa
" un calabozo con unos cuantos asesinos, cada cosa que profieren tiene intenciones torcidas y muestra hábitos intelectuales despreciables."
Anónimo
17 diciembre, 2011 at 5:00 pmAnsiolítico
Anónimo
17 diciembre, 2011 at 6:06 pmLa organización Jaime Ruiz quiere importancia por favor!!!! ya que en atrababoso (el blog mediocre que nadie lee) no tiene protagonismo.
Anónimo
17 diciembre, 2011 at 8:02 pmQuien sabe si, finalmente, el mundo va a acabar en el 2012. Lo que si es cierto es que la historia de la humanidad ya se parece a esas telenovelas que se alargan y se alargan.
Anónimo
18 diciembre, 2011 at 6:10 pmAlejandro,
gracias por el articulo, lo he leido con atencion y estoy de acuerdo con usted. Debe ser que en mi labor me ha tocado ser tan estricto con ello que me lo tomo muy en serio y me choca no poder ver esos detalles. Aun asi, difiero un poco de los datos del reinado, me seria interesante ver la desviacion estandar en cada año pero supongo que eso usted ya lo ha tenido en cuenta en su base de datos.
Un saludo
Ivan
Anónimo
24 enero, 2013 at 9:25 pmHello i am kavin, its my first time to commenting anyplace,
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