Reflexiones

Extravíos del poder

En sus memorias, uno de los testimonios políticos más interesantes de la historia contemporánea de Estados Unidos, Robert S. McNamara, ex secretario de defensa y ex presidente del Banco Mundial, relata una conversación que mantuvo con el presidente John F. Kennedy en 1961: “En los inicios del gobierno –recuerda McNamara– tuve la oportunidad de discutir los retos de la presidencia con Mr. Kennedy. En la discusión dibujé una gráfica. El “poder” era medido en el eje vertical; el “tiempo”, en el eje horizontal. ´Señor Presidente –le dije– usted llega a la Oficina Oval con una gran cantidad de poder. Espero que se vaya con ninguno, habiéndoselo gastado en lo que considere más pertinente para la Nación´.  Kennedy –cuenta McNamara– estuvo completamente de acuerdo. “Pensaba de esa manera y creo que habría actuado de esa manera…Era un hombre que veía el mundo como la historia, con una gran visión de largo plazo”.

Muchos gobernantes llegan al poder con propósitos similares, con una visión instrumental del poder, con la intención de usar su capital político en proyectos o iniciativas de largo plazo. Pero casi todos terminan haciendo lo contrario, acumulando poder como un fin en sí mismo. En su predicción, McNamara olvida que el poder cambia profundamente a quienes lo detentan, que, con el paso del tiempo, los presidentes suelen invertir sus prioridades.

Hace ya varias décadas, el psicólogo estadounidense David Kipnis describió de manera minuciosa los efectos del poder sobre gerentes y mandos medios en las empresas privadas de su país. Sin quererlo, Kipnis escribió un pequeño tratado de filosofía política o al menos una advertencia necesaria sobre los extravíos del poder (The Powerholders es el título del libro). El que tiene poder, encontró Kipnis, se forma una visión idealizada de sí mismo: la retroalimentación negativa de los subordinados desaparece y los halagos se vuelven permanentes. Con el tiempo dedica mucho tiempo y esfuerzo en lograr más poder y tiende a usar el que tiene a su disposición en su propio beneficio. Además, la preocupación preponderante con ganar mayor influencia y control suele confundir sus juicios y apreciaciones. En fin, el poder corrompe.

No sé cuál habrá sido la intención inicial de la reforma a la justicia, probablemente tuvo, en su origen, objetivos loables, pero, como bien lo predice Kipnis, terminó convertida en una estrategia de acumulación de poder, en una transacción política en la que el ejecutivo ofrecía cierta impunidad y varias prebendas a los otros poderes públicos a cambio de mayor autonomía y menor oposición. Probablemente los congresistas se tomaron más de lo ofrecido y los magistrados no quedaron satisfechos con lo ofertado. Pero la reforma parecía una iniciativa no para gastar buenamente el poder presidencial, sino para acrecentarlo.

La Constitución de 1991 está inspirada, parcialmente al menos, en un conveniente escepticismo sobre el poder, en la idea del poder fragmentado. Pero los poderes independientes siempre son vulnerables al poder presidencial. No sólo a la intimidación, sino también a la cooptación. Como bien predijo Kipnis y como nunca sospechó McNamara, casi todos los presidentes comienzan acumulando poder para gobernar y terminan gobernando para acumular poder.

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  • Alejandro Gaviria
    24 junio, 2012 at 2:23 am

    Recomiendo el libro de McNamara: In Retrospect. Vale la pena. O en su defecto, este documental: The Fog of War.

    • Anónimo
      25 junio, 2012 at 2:44 pm

      Alejandro, una pregunta que no tiene que ver con este tema: ¿Dónde consigo en Nueva York su libro "Política antidroga en Colombia? No lo encuentro en Kindle store.

  • Alejandro Gaviria
    24 junio, 2012 at 2:24 am

    Sobre el tema de la columna, habría que decir, adicionalmente, que la estrategia no le funcionó plenamente a Santos. Por ahora, al menos, la fallida la reforma a la justicia lo puso en una disyuntiva difícil entre el favor de la opinión y el apoyo del Congreso. Hoy me decía un senador que Santos optó por lo primero y que el costo serán las reformas tributa y pensional.

    Al respecto, vale la pena leer el análisis de LSV.

  • Alejandro Gaviria
    24 junio, 2012 at 2:24 am

    Esta columna, creo, vuelve a ser relevante: Matar un elefante.

  • Javier Moreno
    24 junio, 2012 at 2:27 am

    Enlace relacionado: The Fog of War. (Creo que la idea del documental es que McNamara caiga mal (por cínico), pero a mí me atrae mucho su pragmatismo general (aunque a veces también me dé miedo).)

  • Alejandro Gaviria
    24 junio, 2012 at 3:06 am

    Javier: McNamara tuvo una vida compleja. Creía en los números, contribuyó al desarrollo de la investigación de operaciones. Trabajó en la Rand Corporation. Se rodeó de la mejor gente, the best and brightest. Pero fracasó estruendosamente en el gobierno y más calladamente en el Banco Mundial. Su vida muestra los límites de la tecnocracia. Pero, a pesar de todo, hay algo de atractivo en su fracaso. Saludos.

  • Miguel Londoño
    24 junio, 2012 at 11:58 am

    Alejandro,

    Ocho años de dedicación a este blog y mantener atenta la atención de los comentaristas, a través de todos sus aportes es una gran mérito. Disfrute la Gran Manzana, si aún está allá.

    Que buen análisis del poder y el haberlo atado al problema con la reforma a la justicia.

    Con relación a su comentario al amor por los números, lo fáctico y la técnocracia (Mc Namara) vale la pena balancear la razón con la sin razón; de hecho varios economístas han demostrado que muchas decisiones económicas (y no económicas también) se toman irracionalmente (intuición).

    El emperador Adriano, en las Memorias de Adriano de Yourcenar, dice en el capitulo de "Patientia", y es relevante en esta discusión que:

    "The future of the world no loger disturbs me; I do not try still to calculate; with anguish, how long or how short time the Roman peace will endure; I leave that to the gods. Not that I have acquired more confidence in their justice, which is not our justice, or more faith in human wisdom; the contrary is true. Life is atrocious, we know. But precisely because I expect little of the human condition; man's periods of felicity, his partial progress, his efforts to begin over again and to continue, all seem to me like so many prodigies which nearly compensate for the monstrous mass of ills and defeats, of indifference and error. Castastrophe and ruin will come; disorder will thriumph, but order will too, from time to time. Peace will again establish itself two periods of war; the words humanity, liberty, and justice will here and there regain the meaning which we have tried to give them".

  • comentario entre parentesis
    24 junio, 2012 at 1:54 pm

    Me tomo el atrevimiento de comentar aquí la columna de Héctor Abad en EE de hoy porque allá no se puede.

    Abad fue sometido a la norma, y aprendió y compartió una invaluable lección. En Colombia la mayoría de los columnistas –y los editores de las publicaciones periódicas también– creen que como se trata de un espacio de opinión se puede decir cualquier cosa, independientemente de si las afirmaciones cuentan o no con algún soporte fáctico.

    Pues no. Toda opinión debe estar sustentada en hechos y datos concretos de la realidad y no en percepciones deformadas por los prejucios, los odios y las ideologías (Molano, Zuleta, Bejarano, Salud Hernández Mora, José Obdulio Gaviria y un largo etcétera).

    Si por ejemplo uno lee las columnas de hoy en EE y ET a la luz de estándar al que fue sometido Abad, por ahí pasan tres o cuatro máximo, sin incluir obviamente al padre Llano, cuya comparación de la prostitución prepago con la pederastia sacerdotal da para Ripley: inconcebible.

  • Carlos Méndez
    24 junio, 2012 at 2:33 pm

    Alejandro: yo tengo otra lectura. Tal vez mas compleja, y sin duda especulativa.

    Resulta que Juan Manuel Santos es un presidente débil, electoralmente hablando.

    Antes de la elección de 2010 nunca había estado en una elección popular. No era realmente un político. O si acaso, era un político de pasillos, de salones, no de tarimas, de manifestaciones.

    Fue elegido por el "dedazo" de Uribe, pero eligió o tuvo que pelear con este por lo cual, su poder electoral no es real.

    Entonces esto le crea una dependencia mas fuerte (de la normal que tienen los presidentes) de la clase política, de los congresistas, de los partidos.

    Y por eso terminó cediendo y dejandole hacer diabluras con la reforma.

    Y esta se la van a cobrar como usted dice. Las próximas legislaturas no van a ser tan fáciles para el gobierno.

    Cordial saludo,
    Carlos

  • Alejandro Gaviria
    24 junio, 2012 at 2:50 pm

    Carlos: yo comparto su interpretación. Tal vez Santos no quería tanto acrecentar su poder, sino mantenerlo. Hay otra característica relevante del santismo: una excesiva tendencia a las transacciones, a las negociaciones políticas, a los toma y dame parlamentarios. Santos ha conseguido mucho negociando con el congreso: su nombramiento como designado, la reforma a las transferencias (denunciado en su momento por Uribe), el marco para la paz, etc. Pero creo que esta vez no le salieron las cosas. Saludos.

  • Alejandro Gaviria
    24 junio, 2012 at 3:03 pm

    Miguel: gracias. Excelente la cita de Yourcenar.

    Me gustó mucho la columna de HAF. Tiene un vainazo en contra de Jaime Ruiz (creo). La columna retoma una discusión que tuvimos alguna vez en el consejo editorial de EE cuando alguien llamó sicarios a los hijos de Uribe y Héctor protestó airado. Con toda razón.

    También, como dice el comentarista de las 8:54, la columna llama la atención sobre la responsabilidad y el cuidado que se les exige a los columnistas en los medios más importantes del mundo. Estamos muy lejos de algo siquiera comparable en Colombia. Yo mantengo este espacio, en parte, como una forma de rendir cuentas, de explicar y expandir mis argumentos y de corregir los errores que vienen con el afán y la ignorancia.

  • jhonny
    24 junio, 2012 at 4:08 pm

    Me gusta su idea del poder político. Yo pienso lo mismo, -eso me dio a entender-, que el poder no es en sí el malo, sino la tacañería, ésa costumbre imprudente de acumularlo; ésto, en parte, porque los políticos no piensan linealmente, sino al tiempo como algo cíclico, el presente es el presente para siempre, y su escenario, el Olimpo de los Dioses.

    Pero el que ejerce ésa tacañería cíclica no sólo es el presidente, por mucho que el estatuo de las instituciones legislativas, judiciales, y demás sean más débiles al lado del estatuto del presidente. Ellos también caen en la misma ilusión de la vieja escuela política, como caen vulgarmente todas las instituciones socio-económicas.

    Por una parte, ésto no obra según "dad respiro..", lo que no obra según el paso a nuevas formas de sociedad, y por otro lado, el más fisiológico, desgasta a los mismos hombres de poder.

  • Anónimo
    24 junio, 2012 at 6:15 pm

    Alejandro, sin ánimos de desviar el tema, tiene Ud. Alguna columna dedicada exclusivamente al afán y la ignorancia?? Alguna vez escuche una regla heurística que me llamó la atención, pero de la cual se desprende un espíritu un tanto discriminativo: "La opinión del que no sabe, no merece ser tenida en cuenta" que piensa Ud. de eso??

  • Constantino
    24 junio, 2012 at 6:27 pm

    Tenemos también a Julio César en palabras de Cayo Suetonio:

    Impútanse, sin embargo, a César acciones y palabras que demuestran el abuso del poder y que parecen justificar su muerte. No se contentó con aceptar los honores más altos, como el consulado vitalicio, la dictadura perpetua, la censura de las costumbres, el título de Emperador, el dictado de Padre de la Patria, una estatua entre las de los reyes, una especie de trono en la orquesta, sino que admitió, además, que le decretasen otros superiores a la medida de las grandezas humanas; tuvo, en efecto, silla de oro en el Senado y en su tribunal; en las pompas del circo un carro en el que era llevarlo religiosamente su retrato; templos y altares y estatuas junto a las de los dioses; tuvo como éstos, lecho sagrado; un flamen, sacerdotes lupercos, y el privilegio, en fin, de dar su nombre a un mes al año. No existen distinciones que no recibiese según su capricho y que no concediese de la misma manera. Cónsul por tercera y cuarta vez, se limitó a ostentar el título, y se contentó con ejercer la dictadura que le habían concedido con los consulados; se substituyó a dos cónsules para los tres últimos meses de estos dos años, durante los cuales reunió sólo los comicios para la elección de tribunos y ediles del pueblo. Estableció prefectos en lugar de pretores, para que administrasen bajo sus órdenes los intereses de la ciudad. Habiendo muerto de repente un cónsul la víspera de las calendas de enero revistió con la dignidad vacante, por las pocas horas que quedaban, al primero que la solicitó. Con igual desprecio de las leyes y costumbres patrias estableció magistraturas para muchos años, concedió insignias consulares a dos pretores antiguos, elevó a la categoría de ciudadanos y hasta de senadores a algunos galos semibárbaros; concedió la intendencia de la moneda y de las rentas públicas a esclavos de su casa, y abandonó el cuidado y mando de tres legiones que dejó en Alejandría a Rufión, hijo de un liberto suyo y compañero de orgías. (Vida de los doce césares, 23).

  • Alejandro Gaviria
    24 junio, 2012 at 6:43 pm

    Anónimo 13:15: no, no he escrito nada al respecto. Creo que en muchos temas, en aquellos que involucran juicios de valor, por ejemplo, todas las opiniones cuentan por igual. En otros, sin embargo, las opiniones informadas deben tener una ponderación mayor.

    De otro lado, la columna de Héctor Abad es también una invitación a la autocrítica. Bienvenida sea. Empecemos por casa. En esta columna, escrita de afán, hay tres temas distintos, zurcidos a la carrera. El conjunto por lo tanto es algo confuso e inconexo. Habría necesitado más tiempo (y más espacio) para escribir una reflexión más ordenada sobre el tema en cuestión. La columna es mediocre. O pasadera, digamos.

  • economiaeafit
    24 junio, 2012 at 7:40 pm

    El estado y una empresa tiene mucho en común. El estado es una gran empresa dedicada a proveer a los ciudadanos y las empresas bienes y servicios para mejorar su bienestar. Sin embargo, la capacidad de renovarse y adaptarse a el cambio natural en el tiempo, determina la viabilidad de cualquier empresa. Es una de las principales criticas a la entonces URSS, la incapacidad de renovarse genera un estado anacrónico que pierde la capacidad de crear bienestar para la sociedad. Hoy es claro que nuestro ESTADO, no es capaz de renovar sus instituciones, manteniendo sendos dinosaurios burocráticos que deslegitiman el papel del estado (contraloría, justicia…)

  • Anónimo
    24 junio, 2012 at 9:12 pm

    Por supuesto que HAF se está refiriendo a Jaime Ruiz, quien no hace otra cosa que lanzar acusaciones sin fundamento a diestra y siniestra ocultándose en la "pulcritud" idiomática al tiempo que reclama: "díganme cuando he dicho yo una mentira". No, pues en el marco mental paranoico y enfermizo en que se mueve, nunca.

  • Vidadementiras
    24 junio, 2012 at 10:11 pm

    A veces dudo de que la actitud mesiánica de Uribe , sea mas peligrosa que la vanidad de Santos . Esa actitud hipócrita , tan necesaria para quedar bien con todos , puede terminar metiendo al país en un lío de los grandes .

  • Maldoror
    25 junio, 2012 at 12:06 am

    Chévere la columna de Hector Abad. Me queda la duda del nível de rigurosidad que piden para escribir columnas en Estados Unidos, cuando por ejemplo David Brooks puede publicar un disparate como éste en nada más y nada menos que el New York Times….

  • Anónimo
    25 junio, 2012 at 12:14 am

    Alejandro:

    HAF, en todo caso, dista mucho de ser objetivo con lo hechos. Cuando ocurrió hace poco una tragedia por el invierno en Manizales, escribió una columna responsabilizando al Alcalde corrupto. En ese caso, entonces, parece ser que no necesitó de ninguna sentencia judicial para hacer sus juicios.

    Saludos,

    SV

  • Anónimo
    25 junio, 2012 at 12:50 am

    Maldoror:

    Yo no sé si usted trabaja, pero en caso de que lo haga, y que no sea el dueño del negocio, qué prefiere: ¿tener por jefe a un idiota incompetente o a una persona que le despierte admiración, cuyas ideas lo inspiren y con quien desee realmente cumplir metas compartidas?

    ¿Qué tienen de malo tener líderes y seguirlos? Yo llevo bastante tiempo leyendo este blog y me da la impresión de que usted es un fiel seguidor del discurso feminista de Florence Thomas, ¿o me equivoco?

    No entendí cuál esra el "disparate" de David Brooks, que es uno de los tipos mejor infomados y más ecuánimes que uno puede leer.

  • Anónimo
    25 junio, 2012 at 3:19 am

    Excelente el artículo sobre el verificador de hechos y el fabulista, pues refleja muy bien la sensación que siempre me han producido los libros de Alfredo Molano, quien por años ha vendido como sociología una serie de relatos en los que cocina montones de testimonios para ponerlos al servicio de una narrativa prefabricada. En cambio me pareció fenomenal y devastadoramente honesta la posición de Javier Cercas con su "Anatomía de un instante", un libro de una pulcritud histórica probablemente a prueba de "fact checkers" pero que sin embargo publicó como ficción porque no tenía la certeza de que su interpretación de algunos vacíos documentales y de las posibles motivaciones de los protagonistas fuera acertada. La ficción, entonces, lo liberó y le permitió narrar de manera brillante su lectura de un gesto, desmenuzado hasta sus últimas consecuencias e interpretado al derecho y al reves a lo largo de más de 400 páginas.

  • Anónimo
    25 junio, 2012 at 3:28 am

    Tan extraño

    Los ladridos o trinos de uribe, sobre la reforma a la justicia no se ven !!…..

  • Anónimo
    25 junio, 2012 at 3:38 am

    Esta entrada de Ariely en su blog esta muy relacionada con la columna. Incluso lideres escogidos de manera aleatoria se sienten "entitled" a tomar mas que los demás
    http://danariely.com/2012/06/20/social-power-and-morality/

  • Maldoror
    25 junio, 2012 at 4:17 am

    Anónimo:

    Una cosa es que uno pueda tener admiración por una persona y desear seguirla. Otra cosa es creer que es una obligación de la gente admirar ciegamente a otras personas sólo porque se hacen elegir como políticos en algún cargo representativo. No sé si nota la diferencia.

  • Anónimo
    25 junio, 2012 at 11:14 am

    Maldoror: Le recomiendo que lea nuevamente columna de Brooks e identifique donde indica que …

    "es una obligación de la gente admirar ciegamente a otras personas sólo porque se hacen elegir como políticos en algún cargo representativo".

    Si no lo logra, entonce dejemos así.

  • Maldoror
    25 junio, 2012 at 12:38 pm

    Anónimo:

    Pues yo no sé ud, pero la columna es una oda no simplemente al liderazgo, sino al liderazgo político. Y creo que el mensaje de Brooks es bastante claro:

    Democratic followership is also built on a series of paradoxes: that we are all created equal but that we also elevate those who are extraordinary; that we choose our leaders but also have to defer to them and trust their discretion; that we’re proud individuals but only really thrive as a group, organized and led by just authority.

    It’s mostly because more people are cynical and like to pretend that they are better than everything else around them. Vanity has more to do with rising distrust than anything else.

    To have good leaders you have to have good followers — able to recognize just authority, admire it, be grateful for it and emulate it.

    O resumido mascado para ud: hay que ser buenos y obedientes borregos, no cuestionar a nuestros líedres (pues si llegaron a una posición de poder es por que son mejores) y antes agradecerles. Al fin y al cabo representan la "autoridad" justa.

  • Anónimo
    25 junio, 2012 at 1:56 pm

    Maldoror: ¿Usted si es lector de Brooks? Por que no parece. Si lo leyera con regularidad no diría semejante babosada. Eso que usted dice que Brooks est'a diciendo es el dicurso estalinsta, maoista, leninista. Su brillante interpretaci'on de la columna es que Brooks le esta dciendo que siga ciegamente a Alvaro Uribe sin cuestionarlo. Le recomiendo entonces que visite al gastroenter'ologo porque evidentemente no puede digerir.

  • Maldoror
    25 junio, 2012 at 2:31 pm

    Anónimo:

    Aparte de que ud no ofreció ningún argumento para rebatir mi interpretación de lo que escribió Brooks, le tengo que decir que lo he leido con alguna regularidad y no hay nada de sorprendente entre el contenido de la columna. Al fin y al cabo Brooks es un neoconservador elitista, y no tiene nada de sorprendente que fomente el culto ciego a la autoridad ni que su discurso sea comparable a los de autoritarios de otra estirpe. Diferente especie, misma familia.

  • juan francisco muñoz
    25 junio, 2012 at 3:31 pm

    Sergio:
    Brooks simplmente está planteando que una democracia no solo requiere de que los líderes sepan representar a los ciudadanos, sino también de que los ciudadanos sepan confiar en aquellos qu han elegido, porque es necesario que lo hagan. Creo que la crítica que hace a la vanidad de quienes siempre desconfían de una autoridad legalmente constituída no es despreciable, ni comparable a que está defendiendo el que se siga de manera ciega a la autoridad. Solo, creo yo, está resaltando la otra cara de la moneda de la democracia: La de la responsabilidad de los ciudadanos ante el poder legalmente constituido. Creo que en sus críticas a Tea Party tiene toda la razón. Brooks está haciendo una discusión profunda, así usted no la note, y es la de las contradicciones de la democracia representativa: Entre ellas, que es inevitable que esta democracia no genere a simetrías en las relaciones de poder entre los ciudadanos y una inevitable clase dirigente (o élite como usted la llama), una relación desigual que es un precio inevitable por la democracia, y que requiere, para funcionar, no solo del buen trabajo de los líderes y gobernantes, sino también de la confianza de sus electores. Brooks, creo yo, realmente está solo haciendo notar una paradoja: Que la democracia no puede evitar fomentar relaciones de poder desiguales, pero que las personas quieren seguir creyendo que solo los líderes que han sido víctimas del poder son aquellos que los pueden representar. Lo que pasa con Brooks, Sergio, es que él piensa más como un científico, que describe cosas reales, que como un filósofo que escribe sobre el ideal de las cosas.

  • Francisco Elorza
    25 junio, 2012 at 3:45 pm

    Pues estoy de acuerdo con Maldoror, respecto a la columna de David Brooks, me parece que se equivoca al valorar al poderoso, por su poder, como si el mero hecho de tenerlo lo hiciera justo o mejor, eso tiene cierto regusto a despotismo oriental. Aún así, el tipo no se equivoca del todo al denunciar cierta tendencia de las masas hoy en día, a considerarse mejores que sus gobernantes y en general a toda autoridad. Me parece bien que denuncie ese angelismo de nuestra época.

  • juan francisco muñoz
    25 junio, 2012 at 3:46 pm

    En mi humilde opinión, me parece increíble que un profesor doctorado, que ha dedicado años y viajes a estudiar la epistemología de la ciencia, siga mal interpretando a Karl Popper

  • Anónimo
    25 junio, 2012 at 3:51 pm

    Mardoror:

    Mladoror:

    Disparate este:

    "…no tiene nada de sorprendente que [Brooks]fomente el culto ciego a la autoridad ni que su discurso sea comparable a los de autoritarios de otra estirpe. Diferente especie, misma familia".

  • Alejandro Gaviria
    25 junio, 2012 at 9:33 pm

    Anónimo 22:38: muy buena la entrada de Ariely. Gracias.

    Anónimo 9:44: aquí puede conseguir el libro. O si me envía un correo, puedo enviarle el pdf.

  • Alejandro Gaviria
    25 junio, 2012 at 10:39 pm

    A mí me gusta la sociología humorística de David Brooks, es light pero interesante, sutil en su crítica social y puede ser incluso iluminante. Pero sus artículos de economía son muy malos y los de política, desiguales. Esta última columna es algo insulsa. En lugar de la descripción de los monumentos pudo haber usado ngrams de Google. Habría sido más instructivo.

  • Anónimo
    26 junio, 2012 at 12:38 am

    Tocará entonces poner un gráfico que refleje la frecuencia con que Gaviria ha colgado los artículos de Brooks en este blog para ilustrar o respaldar sus propios puntos de vista.

  • Alejandro Gaviria
    26 junio, 2012 at 1:11 am

    Anónimo: ese gráfico está muy difícil de construir. Por ahora enlazo una de mis columnas favoritas de Brooks: Bentham vs. Hume.

  • Anónimo
    26 junio, 2012 at 2:24 pm

    Muy buena la columna de Brooks. El problema con Hume es que cuando abandonó su posición fetal procedió a entregarle la plata de los ahorros pensionales de la gente a un grupo de adolescentes cuyo plan era irse para Las Vegas a probar fortuna, y adivine lo que pasó …

  • Alejandro Gaviria
    26 junio, 2012 at 7:24 pm

    Kurt Vonnegut: Cold Turkey.

    Power corrupts us, and absolute power corrupts absolutely. Human beings are chimpanzees who get crazy drunk on power. By saying that our leaders are power-drunk chimpanzees, am I in danger of wrecking the morale of our soldiers fighting and dying in the Middle East? Their morale, like so many bodies, is already shot to pieces. They are being treated, as I never was, like toys a rich kid got for Christmas.

  • Alejandro Gaviria
    27 junio, 2012 at 3:05 pm

    Interesante el utilitarismo del gobierno (y los empresarios): tenemos que hundir la reforma, dicen, pues está en juego la confianza de los mercados y la salud de la economía. No creo en este tipo de argumentos. Los mercados están preocupados por Grecia o China o Brasil. Las leguleyadas colombianas los tienen sin cuidado.

  • Alejandro Gaviria
    27 junio, 2012 at 3:11 pm

    Sobre McNamara también habría que decir que, desde el Banco Mundial, contribuyó a la proliferación de una especie peculiar: los elefantes blancos. Ver aquí.

  • Anónimo
    27 junio, 2012 at 3:23 pm

    Alejandro ¿Cuál es su fascinación por Vonnegut? A mi francamente me parece anodino, por ejemplo en la frase que cita no dice nada que ya no hayan dicho, con mucha mas elegancia, Cicerón o Bodino.

  • Anónimo
    27 junio, 2012 at 3:27 pm

    Lo de que el poder corrompe ha sido la opinión generalizada desde hace siglos.

  • Alejandro Gaviria
    27 junio, 2012 at 3:48 pm

    Anónimo 10:23: no es una fascinación. Pero sí puede ser un rezago adolescente. O tal vez cierto gusto por el anarquismo ochentero. Galapagos, por ejemplo, me parece una novela muy entretenida.

    Anónimo 10:27: la frase original o la más citada se debe a Lord Acton.

  • Anónimo
    27 junio, 2012 at 5:12 pm

    Y de algo sirvio la indignación…

  • Anónimo
    27 junio, 2012 at 10:53 pm

    Como van las cosas mi rezago adolescente será Héctor Abad.

  • sansinverguenza
    28 junio, 2012 at 12:19 am

    Estimados, Ante los anuncios recientes del resurgir de los cultivos de coca en los territorios colectivos. Y dado que sigue creciendo el spread de indicadores entre dichos territorios y el resto de la nación, propongo la lectura de este artículo de FORBES magazine. Hace alusión al estudio cuyo link propongo abajo, que explica porque, la obsesión pastoral-colectivista, nos mantiene en la pobreza. Según el estudio somos más comunistas que China!! Pero seguimos idolatrando a los Panchos Villas y a los Ches. Vale también ver la correlación entre este índice, la capacidad adquisitiva y el desarrollo de los servicios públicos de los países. A más propiedad privada, más ingresos y mejores servicios.

    El artículo:
    http://www.forbes.com/forbes/2012/0625/current-events-property-rights-uber-alles-own-it-shlaes.html

    El índice:
    http://www.internationalpropertyrightsindex.org/ranking

  • Alejandro Gaviria
    28 junio, 2012 at 4:23 pm

    Una periodista de Harper's quiere citar un estimativo sobre lavado de dinero a través de los bancos de las economías avanzadas que apareció hace unas semanas en un reportaje de The Guardian sobre nuestra investigación (con Daniel Mejia) sobre política antidroga. Me ha escrito cinco correos con todo tipo de preguntas. El porcentaje no es ni siquiera una parte esencial de su artículo. Mis respetos.

  • Anónimo
    28 junio, 2012 at 4:43 pm

    Pero si usted le pregunta a alguno de los mismos de siempre qué piensa de la preguntadera de la periodista de Harpers, le dirá que es una pérdida de tiempo porque "todos sabemos" que son los bancos internacionales, especialmente los estadounidenses, los que más se benefician del tráfico de drogas, mientras que nosotros, pobres oprimidos y esclavos de los imperios, ponemos todos los muertos por culpa del consumo externo (le advierto que el consumo interno no causa muertos, según esos personajes). Así que, ¡para qué investigación ni que nada!

  • Alejandro Gaviria
    28 junio, 2012 at 9:52 pm

    Buena la columna de Tatiana Acevedo. Tengo la sospecha que muchos de los empresarios de la indignación serían iguales (o peores) que los políticos actuales.

  • jhonny
    29 junio, 2012 at 1:37 am

    Tal ejemplo de corrompido sólo es válido si se toma el origen de su discurso como el de Cicerón o Suetonio, esto es desde la noción del Imperio Romano Cesarino.

    Aunque es cierto que las formas de tal poder no les son ajenas a los Griegos, ni a otras comunidades Balcanicas, es imposible concebir su política más allá de un gobierno fisilógico, un gobierno que cedía ante la fuerza de su gobernante, ante la fuerza de un gobernante más fuerte que otro, y así… Ejemplos claro de este "militarismo político" es Esparta.

    Repito lo que pensé antes; el poder no es en sí el "malo", el que corrompe, sino quien lo retiene como un ser inmortal no dando paso al poder.

  • Anónimo
    29 junio, 2012 at 4:58 pm

    Hasta el momento, Yo confiaría más en un empresario de la indignación. Los hechos de los congresistas dan para pensar en no volver a confiar.

  • Anónimo
    30 junio, 2012 at 5:44 am

    Mas se perdió al "confiar" en los señores feudales. Posteriormente en los reyes, luego en los emperadores (Napoleón). Siempre se confiará en grupos dirigentes querámoslo o no. Lo que no se debe negar es que los dirigentes, (como conjunto comparativo entre épocas) tienen una tendencia a mejorar muchos aspectos y a empeorar pocos.

    No creo descabellado proponer que esta tendencia a lo conveniente se intensificará en los años venideros. Lo hará por muchas razones, entre otras por el mejoramiento moral de las sociedades y el gran flujo de información actual (migración de ideas y facilidad de búsqueda de las mismas). Antes ni Darwin fue capaz de leer el trabajo de Mendel a pesar de haber sido contemporáneos.

    Alejandro, tiene Ud. alguna columna (suya o recomendada) sobre este último tema? Es impresionante la capacidad <> de twitter y además lo dispuestos que estamos a incorporar estas herramientas en nuestra vida. Convengamos o no -como sociedad- hoy en día hay más personas más interesadas y mejor informadas sobre temas íntimos del poder. Ejemplo extremo: Bill Clinton y Mónica Lewinsky

  • Anónimo
    30 junio, 2012 at 5:47 am

    ****Es impresionante la capacidad "comunicativa" de twitter y además lo dispuestos que …