Esta semana, en una ceremonia solemne, el presidente Juan Manuel Santos sancionó la llamada ley del primer empleo. La ley busca estimular la generación de empleo formal por medio de incentivos tributarios. Las empresas podrán ahora descontar del impuesto de renta la totalidad de los aportes parafiscales y una fracción de las contribuciones a salud y pensiones de los trabajadores nuevos que cumplan con ciertas características: menores de 28 años, desplazados, reinsertados, discapacitados, sisbenizados, madres cabeza de familia, etc. “Felicitémonos porque hemos logrado este primer gran paso…Esta ley puede considerarse como uno de los mejores frutos de la Unidad Nacional” dijo el presidente en tono satisfecho, autocelebratorio.
“Aquí aportaron todos…: el Partido Liberal del que tomamos la propuesta, el Partido de la U que procuró el beneficio de los grupos vulnerables, el Partido Conservador que impulsó la inclusión de las mujeres y Cambio Radical que propuso un tratamiento preferencial para los departamentos de la Amazonía”, señaló el presidente al final de su discurso. Resumiendo: cada partido aportó su grupo favorito, su partecita dentro del todo. Aparentemente todos quedaron contentos. Pero la ley de primer empleo terminó siendo una colección desordenada de iniciativas. Una ley distinta que beneficiara a los cotizantes primerizos, sin importar su edad, género o condición, habría sido más clara, más fácil de administrar y probablemente más eficaz. Pero reñía con los imperativos de la coalición de gobierno. En la Unidad Nacional, ya lo veremos, el todo es menor que la suma de lo que proponen las partes (o los partidos).
La ley de primer empleo revela los problemas de la coalición de gobierno, las dificultades que surgen cuando se quiere complacer a mucha gente muy distinta. El gobierno de la Unidad Nacional ha sido muy exitoso a la hora de sumar promesas. Supo incorporar en su agenda las propuestas de liberales y conservadores, de uribistas, pastranistas, samperistas y gaviristas. Pero ha sido menos eficaz a la hora de tomar decisiones. El presidente Santos parece propenso a la inacción, a los reversazos. Anunció primero la liquidación de las Corporaciones Autónomas Regionales y se arrepintió días más tarde. Propuso inicialmente el aumento de las edades de jubilación y retiró la propuesta una semana después. Dijo hace un tiempo que la puerta de la paz estaba abierta y afirmó esta semana que ya no, que estaba cerrada. Pero aclaró también que la llave no reposaba en el fondo del mar. Ya dirá que la puerta se abrió nuevamente.
Después de todo no es fácil ser uribista y no uribista simultáneamente. Tampoco lo es cosechar aplausos entre los conservadores convencidos y los liberales acérrimos. Toca prometer mucho y hacer poco. Practicar una especie de frentenacionalismo paralizante. Como en la ley de primer empleo, el éxito de la Unidad Nacional implica paradójicamente el fracaso del gobierno. O viceversa, el éxito del gobierno necesita dejar de lado una coalición imposible (su unión es todo, su intersección es nada), y plantear de una vez por todas con quién se quiere gobernar y con quién no. La política es elección de valores, ideas, aliados y rivales. Gobernar con todos equivale a no decidir nada, al titubeo más o menos insulso de los últimos días.
Alejandro Gaviria
20 febrero, 2011 at 2:54 amEn general soy escéptico sobre los efectos de la ley de primer empleo. La ley 789 de 2002 (o reforma laboral), en su artículo 13 (régimen especial de aportes), planteaba algo similar, un descuento parcial de los impuestos al trabajo para las empresas que contrataran trabajadores vulnerables. El artículo en cuestión no sirvió para nada, en parte porque, como en la nueva ley, los estímulos eran apenas por unos años, y en parte porque los incentivos eran relativamente modestos. La nueva ley tiene mucho de retórica de la acción. Lo malo es que es lo único que está haciendo el gobierno en el frente laboral.
Alejandro Gaviria
20 febrero, 2011 at 2:58 amEn esta columna, que celebraba el apretón de manos entre Santos y Petro, plasmé una visión optimista de la Unidad Nacional. Me pareció entonces al menos una apuesta civilizadora.
Pero, como se desprende de la columna, he cambiado de opinión al respecto. La Unidad Nacional me parece artificial. Santos estuvo esta semana en una reunión programática de los godos. Ha estado en reuniones similares del Partido de la U. Estará tarde o temprano en algún conclave liberal. Toda esta revoltura sólo es posible si no se dice o se opina superficialmente sobre todo. Como diría Isaiah Berlin, “We are doomed to choose and every choice may entail irreparable loss”.
Anónimo
20 febrero, 2011 at 3:34 amMuy buena columna. Tiene toda la razón. El único coherente con su propia agenda es Angelino, asi no convenga, como en el paro de camioneros: otro esfuerzo aparentemente truncado y perdido.
Alberto
20 febrero, 2011 at 7:41 amHoy es una de esas veces en las que tengo que suscribir de inicio a fin tu columna.
Se me ocurre preguntar si consideras posible que esta suerte de incapacidad para darle un correlato objetivo a la retórica pueda deberse a que el Presidente Santos no haya agotado aún la milimetría burocrática y esté preservando esta herramienta para enfrentar decisiones de mayor envergadura o si, por el contrario, ya la milimetría esté realizada pero no satisfaga a los grupos que dicen apoyar al actual gobierno.
Nota; en la edición digital del espectador está mal escrita la dirección del blog, dice; agaviria.blospot.com
Alejandro Gaviria
20 febrero, 2011 at 12:35 pmAlberto: yo creo que pasan dos cosas (estoy especulando). La primera, por talante y tradición, Santos es un tipo del Frente Nacional. No sobra recordar que fue el último designado y que ha estado en casi todos los gobiernos de los últimos años: ha sido gavirista, pastranista y uribista. Segundo, el equilibrio burocrático es imposible. Todos, menos los liberales, se sienten subrepresentados. Santos va a tener que lidiar todo el tiempo con demandas burocráticas insatisfechas.
Los Liberales exigirán más. Los de la U también. Los Conservadores no tiene muchas alternativas: les toca aceptar lo que les den. Veremos qué pasa.
Saludos.
Alejandro Gaviria
20 febrero, 2011 at 12:39 pmMuy bueno el artículo de Semana sobre El carrusel de los magistrados.
Increíble la desfachatez del Procurador (uno de los tinterillos mayores) a la hora de justificar los privilegios pensionales de la rama (nunca el calificativo habría sido mejor): “El argumento tecnológico, tecnocrático y yupiyólogo de los efectos macroeconómicos que se desprendan de esa situación no son argumentos para que se incumpla la ley; si no se está de acuerdo, entonces se debe modificar la normatividad”.
Descarado.
Alejandro Gaviria
20 febrero, 2011 at 12:42 pmCaída en los crímenes de alto impacto según Rodrigo Rivera:
En el 2010 tuvimos el más bajo número de homicidios en los últimos 24 años, la más baja tasa de homicidios por 100 mil habitantes en los últimos 32 años. Tuvimos 6 por ciento menos de criminalidad en relación con el 2009 en todos los delitos.
En los primeros 45 días estamos registrando un descenso del 20 por ciento en toda la criminalidad. En homicidios, 7 por ciento menos; en masacres, 17 por ciento; en secuestro extorsivo, 24 por ciento; en extorsión, 80 por ciento; en terrorismo, 9; en acciones subversivas, 65 por ciento menos.
Anónimo
20 febrero, 2011 at 1:10 pmSantos representa el ascenso del neoturbayismo.
Alejandro Gaviria
20 febrero, 2011 at 1:59 pmA Alfredo Molano le convendría estudiar un poquito de economía. Se daría cuenta, por ejemplo, de que los fletes sí afectan los precios (no basta con citar, demagógicamente, a los ciudadanos de a píe o de Transmilenio). También podría darse cuenta de que suponer, como lo hace, que la eliminación de la tabla de fletes llevaría simultáneamente a la cartelización y al aumento de la competencia es un error. O una tontería. Molano dijo hace un tiempo en una entrevista que dejó de leer, que solo habla con la gente. Se le nota.
JuanDavidVelez
20 febrero, 2011 at 2:36 pmDe acuerdo con lo de Molano, yo también lo había leido, el señor no tiene ni puta idea como es transportar carga, también de acuerdo con lo del señor procurador, que usó el mismo argumento mio "es la ley", el procurador y yo somos almas gemelas según parece.
De lo de Molano, no estoy seguro, pero sé que Molano tampoco, el caso es que yo creo que la tabla de fletes perjudica enormemente a los más pequeños propietarios de camiones, porque las empresas dueñas de las polizas lo que hicieron para "luchar" contra la tabla fue comprar ellos mismos camiones a la lata. Ya que solo con sus propios camiones pueden dar a los generadores de carga el precio que ellos pagan. A los generadores de carga les importa un pepino la tabla de fletes, ellos pagan el precio del mercado "señor transportador, sí usted tiene problemas en carretera por pagar menos flete problema mio no es, usted verá si me transporta".
JuanDavidVelez
20 febrero, 2011 at 2:39 pmEso que dije de los generadores de carga suena a exageración, estoy dudando, pero estoy seguro que hasta hace dos años era así. Supongo que finalmente los obligaron a pagar el precio de la tabla, pero es que necesariamente en esas operaciones tiene que existir una intermediación, alguien la tiene que pagar porque es un trabajo que es necesario y que se hace.
JuanDavidVelez
20 febrero, 2011 at 2:48 pmEn fin, que pena pues, pero era mi jefe dueño de una empresa de transportes el que me decía "los del sindicato de transportadores le estan haciendo un daño muy grande a su propio gremio".
Ojo, esos camiones los intermediarios de carga los compraron con las leyes esas de reducir los impuestos en la compra de activos.
Los intermediarios de carga son necesarios, mucho, organizar la transportada de un monton de contenedores es un trabajo que existe y el que lo hace se quiere ganar una platica. (el intermediario asegura la carga, se asegura que el número de camiones que necesitan este en el puerto a la hora que los necesitan etc).
Listo, no molesto más con eso, finalmente el problema ya lo arreglaron, ya no importa.
Anónimo
20 febrero, 2011 at 2:55 pmLo más chistoso de Molano es que ya ni las metáforas le funcionan y confunde la "mano de Dios" de Diego Armando Maradona con la "mano invisible" del mercado, acuñada por Adam Smith.
Anónimo
20 febrero, 2011 at 4:00 pmHoy están escondidos los que defendían la narcoparapolitica !
Wikileaks fué certera !
Anónimo
20 febrero, 2011 at 4:01 pmArmando Montenegro retoma un tema de la semana pasada: el deseo perverso de la derecha de que se deteriore el orden público: "El subconsciente de un furibista, en plan de recuperar el espacio político perdido, bien puede querer que, en contra de lo que proclaman sus principios, se deterioren las cifras de homicidios, secuestros y ataques guerrilleros".
Alberto Arango
20 febrero, 2011 at 4:03 pmAlejandro,
Increíble el tema del carrusel de los magistrados. Habrá que esperar a ver si este gobierno es capaz de modificar la norma que está permitiendo esos abusos.
No sé a usted, pero a mí me da la impresión de que en Colombia tratamos de darle gabelas a los funcionarios públicos para que hagan mejor su trabajo (salarios altos, pensiones altas, horarios flexibles, financiación de estudiios, etc.), pero el efecto resulta siendo el radicalmente contrario. Al ofrecer esos regalos, el estado fomenta la pereza, y termina atrayendo a los peores.
Saludos.
Anónimo
20 febrero, 2011 at 5:09 pmLeón Valencia también se queja de la ambiguedad de Santos.
Apelaez
20 febrero, 2011 at 11:50 pmAlejandro, le va tocar agregar a su perfil "yupiyologist" o algo asi
Alejandro Gaviria
21 febrero, 2011 at 1:43 amApelaez: sí, tocará agregar algo así como profesor e investigador en yupilología.
Al Procurador en todo caso no le interesan sólo los asuntos divinos, también los terranales, los negociados pensionales en particular.
Alejandro Gaviria
21 febrero, 2011 at 1:52 amComentarios de Harold Londoño (blogger sigue jodiendo):
Si se examina bien la columna de Santiago Montenegro, pareciera nutrirse, en buena parte, por los comentarios realizados en este Blog la semana pasada.
Pensé que el proceder de la Unidad Nacional, respecto al trámite de Ley de Primer Empleo, era lo más parecido a una democracia. "Una colcha de retazos que satisface distintos intereses y distintos matices".
Con Unidad, o sin Unidad, la democracia no da pa más.
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Lo que, a mi juicio, preocupa más allá de la forma y espíritu de Disneylandia que propicia la Unidad Nacional, es la pobreza que en materia de política pública se ofrece para problemas estructurales.
En empleo: nada; en el campo fiscal: nada; en pensiones: nada; en educación de calidad: nada.
Daniel Payares Montoya
21 febrero, 2011 at 2:22 amHace unos meses había escrito una reflexión sobre la ley cuando la radicaron. Creo que las mismas críticas siguen siendo válidas.
Leyendo como quedó definitivamente es evidente que tuvo varios cambios importantes. Imagino que así se obtiene gobernabilidad.
Anónimo
21 febrero, 2011 at 2:46 pmMuy bueno lo de Guikiliks en El Espectador, y especialmente la apreciación de Fidel Cano en la W esta mañana cuando le preguntaron las chicas que qué le había parecido "un personaje tan importante como Julian Assange que ha cambiado el destino de la humanidad bla bla bla" y Cano contestó que, además del miedo que le producía que el tipo de verdad creyera que sabía y tenía dominio sobre todo lo que pasaba en mundo, a él le había parecido que Assange es "como lo que llamamos en Colombia un mamerto más o menos". Esperemos que Assange se demore bastante en "desencriptar" el significado de la palabra "mamerto" porque a lo mejor que quita la UBS con los 16.000 cables a Fidel Cano antes de que los haya procesado.
Anónimo
21 febrero, 2011 at 4:41 pmMamerto Cano que a duras penas habló una hora con Assange y anda diciendo estupideces.
Anónimo
21 febrero, 2011 at 6:42 pmLa UNIDAD NACIONAL la tienen los delincuentes; ellos roban y masacran unidos;
Anónimo
21 febrero, 2011 at 7:10 pmProfesor Gaviria:
A propósito de la tabla de fletes, ¿qué impacto ha tenido (o tiene) esta en los precios de los alimentos, en particular en los alimentos de primera necesidad?
Alejandro Gaviria
21 febrero, 2011 at 7:58 pmOtra promesa de Santos.
Juan Felipe
21 febrero, 2011 at 8:59 pmQue los políticos hagan promesas no es malo, pues se trata de un componente esencial de su condición de tales. Lo malo es que la gente no se organice para ejercer presión y hacer que las promesas se cumplan. Los activistas que defienden el río Bogotá deben estar ahí, respirándole a Santos en el cuello y ofreciendo su ayuda y sus conocimientos sobre el río para que su descontaminación se convierta un hecho, a sabiendas de que es un proceso muy costoso, que va a tomar mucho tiempo, que requiere la colaboración de mucha gente y que va a requerir una vigilancia permanente.
Alberto Arango
21 febrero, 2011 at 10:18 pmRecuerdan a gobierno Santos que metro fue promesa de campaña
Alejandro Gaviria
22 febrero, 2011 at 3:00 amDe acuerdo con Juan Felipe. Lo malo no son las promesas en si mismas sino las promesas incumplidas. En todo caso me preocupa la superposición de ciertas promesas eternas: el "canal seco", la descontaminación del río Bogotá, la devolución de tierras, etc.
Alejandro Gaviria
22 febrero, 2011 at 3:07 amEn un país como Colombia, donde los cereales se exportan casi en su totalidad, donde los centros urbanos están relativamente alejados de los centros de producción agrícola, los costos de transporte inciden sobre los precios de los alimentos. ¿Qué tanto? Es difícil de determinar. Pero la afirmación de Molano es completamente gratuita.
Alejandro Gaviria
22 febrero, 2011 at 3:10 amLos blogs del NYT en crisis por culpa de Twitter.
Solucion a las preocup de Molano
22 febrero, 2011 at 3:41 amhttp://www.elespectador.com/noticias/bogota/articulo-252346-localidad-de-san-cristobal-abastecera-de-alimentos-bogota
Ankh2007
23 febrero, 2011 at 12:10 amLos empresarios insisten mucho en eliminar los parafiscales para supuestamente crear más empleo. Como escuche alguna vez la declaración de un empresario antioqueño: "nosotros no somos monjitas de la caridad".
Segundo, en la época del Frente Nacional fue un pacto consocionalista que dejo por fuera muchos sectores sociales(especialmente la subversión). Antes el FN le hizó mucho daño a la politica colombiana, trajó muchos vicios como el clientelismo.
Creo que la unidad nacional que tanto clama el Presidente Santos es muy débil, porque la denominada "ultraderecha" cuando vio a Santos tomando de la mano a Chavez a muchos no les gusto y lo consideran un traidor.
Anónimo
23 febrero, 2011 at 12:33 pmA riesgo de caer en el lugar comun, por esto estamos como estamos . Solo falta pedir policias acostados cada 200 metros, para que los vendedores ambulantes puedan acercarse a vender sin preocupaciones…
Alejandro Gaviria
23 febrero, 2011 at 1:23 pmAquí está el enlace del comentario previo. Increíble la cosa.
Anónimo
23 febrero, 2011 at 11:55 pmA propósito del libro recomendado para el 2010. Aquí una buena crítica. No siempre la política es culpable, pero siemre habrá un apetito más voraz que no estará stasifecho y se llevara los demás por delante.
http://www.econtalk.org/archives/2011/02/acemoglu_on_ine.html
Maldoror
25 febrero, 2011 at 2:31 pmLibertarian unionism