Una de las peculiaridades de nuestra historia reciente ha sido la ausencia de populismo.
En Colombia no hemos tenido un Perón, un Chávez o un Alan García (en su primera reencarnación). En términos económicos, no hemos sufrido hiperinflaciones, ni grandes crisis fiscales, ni corralitos, esto es, no hemos padecido las grandes distorsiones macroeconómicas que han caracterizado (o definido) los gobiernos populistas de América Latina. Desde una perspectiva económica, Colombia ha sido un país estable. Mediocremente estable quizá. Pero ese ya es otro cuento.
Como lo ha señalado el economista e historiador inglés James Robinson, la ausencia de populismo (y por lo tanto de grandes distorsiones macroeconómicas) es sólo una parte de la historia. La otra parte, mucho más problemática, es la omnipresencia del clientelismo (y por lo tanto de enormes ineficiencias en la provisión de bienes públicos y en el funcionamiento del Estado). Desde los años sesenta al menos, un arreglo pragmático, un pacto implícito, ha caracterizado el ejercicio del poder en Colombia: los partidos políticos tradicionales han permitido o tolerado un manejo tecnocrático y centralizado de la macroeconomía a cambio de una fracción del presupuesto y la burocracia estatal, a cambio de auxilios parlamentarios, partidas regionales y puestos. Para bien y para mal, el clientelismo ha sido el costo pagado por la ausencia de populismo.
Veamos un ejemplo representativo. En 2001, el Congreso aprobó una polémica reforma constitucional que redujo de manera significativa la tasa de crecimiento de las transferencias a municipios y departamentos. La reforma a las transferencias, promovida y defendida por el entonces ministro de Hacienda, Juan Manuel Santos, contribuyó decididamente a la sostenibilidad fiscal, pero su aprobación, cabe recordarlo, requirió una buena dosis de clientelismo en la forma de partidas regionales o auxilios parlamentarios. Históricamente, ya lo dijimos, el clientelismo permitió la estabilidad, pero lo hizo a un costo muy alto: la ineficiencia de buena parte del Estado y el menor progreso social. El clientelismo, sugiere el mismo Robinson, puede ser tan nocivo como el populismo.
Sea lo que sea, el clientelismo ha sido un equilibrio duradero. Los líderes que lo combatieron, quienes denunciaron los vicios inveterados de la corrupción y la politiquería, López Michelsen, Galán, el mismo Uribe, terminaron en lo mismo. O fueron asesinados. Pero los equilibrios políticos no son para siempre. Las cosas cambian. Muchas redes clientelistas han perdido influencia como consecuencia del debilitamiento de los partidos tradicionales. La competencia política es ahora mucho más abierta que en el pasado: actualmente una figura carismática puede ganar la presidencia sin muchos apoyos políticos o conexiones clientelistas. Además, la bonanza minero-energética (el espejismo petrolero, digamos) ha aumentado las demandas de la gente y las ofertas de los políticos.
En fin, el equilibrio clientelista parece mucho menos estable. Paralelamente el riesgo de populismo ha aumentado. Una cosa viene con la otra. En las próximas elecciones, ya lo veremos, todos los candidatos prometerán lo divino y lo humano. Los anuncios de las últimas semanas, las cien mil viviendas y demás, son apenas un anticipo ominoso de un fenómeno inédito, inconcebible hasta hace apenas algunos años: el populismo colombiano.
Alejandro Gaviria
6 mayo, 2012 at 2:38 amLa columna es un resumen (y una elaboración) de este artículo de James Robinson. Lo recomiendo. Es tal vez excesivamente reduccionista pero vale la pena.
Alejandro Gaviria
6 mayo, 2012 at 2:42 amSobre la reforma constitucional de 2001, es bueno recordar esta primera pelea entre Uribe y Santos.
Javier Moreno
6 mayo, 2012 at 2:49 am¿Para usted lo opuesto a populismo es tecnocracia?
Nelson Vanegas A
6 mayo, 2012 at 2:51 amAlejandro,
En realidad preocupa el timonazo de Santos. No por lo de las viviendas gratis en sí mismo o mejor dicho, no solo por eso. Lo que preocupa es este tufo de guerra entre ricos y pobres que Santos está dándole a su política. ¿"Chillarán los ricos"?
Oponerse a alguna reforma tributaria o denunciar su plan por populista no es ser rico o chillar simplemente. Las críticas están siendo descalificadas aun sin ser completamente formuladas porque el plan del Gobierno ni siquiera está formulado. Y eso es ademán de político en campaña, no de presidente.
Dividir al país en ricos vs. pobres, eso peor, es un truco barato y dañino. Muchos de quienes tienen más recursos probablemente no tendrían problema en ayudar a resolver los problemas estructurales de pobreza si se plantea un plan bien estructurado para eso, otros se van a oponer y tienen derecho a hacerlo.
Pero lo que no está nadie dispuesto a aguantar es ser descalificados porque no se piensa como el presidente y sus aúlicos (leáse el periódico El Tiempo) o porque no se siente felicidad de darle más dinero a la corrupción.
Ese discurso nosotros contra ellos (el Santos adalid de los pobres contra los ricos que chillan) pasa a populismo con tinte totalitario que muchos vamos a rechazar. La democracia es mucho más importante que los problemas que median y la democracia es lo que está arriesgando Santos, cada vez más parecido a su nuevo mejor amigo.
No hay un solo tipo de populismo, lamentablemente. Y Santos está allegando el peor.
Oscar Torres
6 mayo, 2012 at 5:29 amQue problema con esas 100 mil casas gratis, es claro que a Uribe eso no le ofende, lo que le ofende es que Santos no le metio los Ministros que el queria. Y el mayor ejemplo de conflicto entre ricos y pobres fue el Programa Agro Ingreso Seguro, programa en su papel destinado para los pobres pero aplicado para los ricos. Santos es mas social que Uribe.
Alejandro Gaviria
6 mayo, 2012 at 6:14 amLa definicion, tomada del paper de Robinson, es populismo = grandes distorsiones macroeconomicas, las cuales resultan, a su vez, de un manejo imprudente de la economia. La tecnocracia puede ser prudente o imprudente. No se necesita en la definicion.
No se que dijo Uribe sobre las casas. La verdad no me interesa. Santos me parece una figura mas interesante: un representante del viejo clientelismo que terminara, los tiempos han cambado, haciendo populismo.
(Escrito sin tildes dese el Kindle)
CosasdeK
6 mayo, 2012 at 7:02 amAlejandro :
En medio de todo el hype y el bombo por : Colombia , the Little Violent Engine that Could … está también el diagnóstico de Why Nations Fail en contravía. Ellos dicen que no son tan optimistas con las proyecciones sobre Colombia y resaltan la inoperancia del estado en ciertas poblaciones como el principal motivo (Rudolf Hommes lo menciona en su columna de esta semana). Ud. cree también que no vamos para ningún Pereira? o que si hay motivos para creerle así sea un poquito a los optimistas ?
jaime ruiz
6 mayo, 2012 at 8:39 amYo no veo la relación entre regalar cien mil casas y hacer populismo. ¿Es populismo robar al pueblo para comprar lealtades? ¿Qué es populismo?
Previsiblemente esa singularidad del populismo colombiano no merecería ningún comentario de Alejandro. Tal como la certeza (que otros se encargan de divulgar, porque cada uno tiene su estrato y su tarea en la gran orquesta terrorista-oligárquica) de que el AIS fue un despojo a los pobres en favor de los ricos.
Los de voces agudas dan menos asco.
Javier Moreno
6 mayo, 2012 at 2:48 pm¿Uribe no era también "populista"?
Harold Londoño
6 mayo, 2012 at 2:58 pmSupongo que una banca central independiente reduce considerablemente el riesgo de una inestabilidad macro, tipo hiperinflación.
Alejandro, ¿usted cree que la posibilidad de reeleción presidencial puede estimular el populismo?
Alejandro Gaviria
6 mayo, 2012 at 7:57 pmCosasdeK: estuve en Cartagena en la conferencia que mencionó Rudolf Hommes en su columna del viernes. Le pregunté a Robinson directamente por su pesimismo. Me dijo, “sí, soy pesimista. Nada ha cambiado en Colombia”. He leído casi todo el libro y no creo que los argumentos allí expuestos justifiquen el pesimismo de Robinson sobre Colombia. Es más una opinión personal que cualquier cosa.
Gheysel Naranjo
6 mayo, 2012 at 8:00 pmInteresante los matices de estos dos sistemas de ejecución política y el dilema entre lo clientelista y el populismo. Pero sea cual sea el camino creo que ambos caminos políticos buscan lo mismo: Acceder al poder!!. Por naturaleza el político tiene que hacerse popular, ganarse al pueblo y pensar en las cosas cosa sencillas para el pueblo, sencillas como una vivienda, el tema de los servicios públicos, las escuelas, etc. También apoyarse de ciertas figuras y padrinos y lograr apoyo de ellos en proyectos o en votos con la promesa de futuros cargos para ellos. Creo que habría que analizar más la demagogia hacia el poder (concepto analizado bastante en este blog)además de los caminos demagogos del clientelismo y populismo. Aunque por naturaleza américa Latina ama el poder, la lucha por el poder y aspirar al dominio y control total…
Una figura interesante por estudiar de nuestra historia política es al personajes Rojas Pinilla, acá este link:
http://aplica.uptc.edu.co/Publicaciones/ApuntesCenes/Documentos/Vol41-8.pdf en contraste de
http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2012/Abril/Paginas/20120425_03.aspx
Att: @gheysel
Alejandro Gaviria
6 mayo, 2012 at 8:01 pmJavier: creo que sí. Parcialmente al menos. Quería cambiar la cartilla del Banco de la República. Estuvo a punto de arrebatarle la política cambiaria la Banco de la República. Pero tenía algunos frenos. Uno de ellos: sus relaciones, equivalentes a un suerte cogobierno a veces, con el sector privado.
Alejandro Gaviria
6 mayo, 2012 at 8:05 pmHarold: por eso, en mi opinión, el populismo vendrá más por el lado fiscal que por el lado monetario. Una anécdota: el artículo de Robinson fue publicado, como introducción, en un libro patrocinado por el Banco. Después de leerlo, José Darío Uribe, el gerente del Banco, me dijo: “vamos para el populismo”. De esta frase salió la columna.
Jaime: lo digo en voz grave: “AIS es clientelismo puro”.
Anónimo
6 mayo, 2012 at 8:22 pmProfesor Gaviria, habida cuenta de las consecuencias negativas del enorme clientelismo colombiano (el «menor progreso social» y las «enormes ineficiencias en la provisión de bienes públicos», etc.), entonces —aquí y ahora, no en términos absolutos— ¿el populismo es bueno o malo?…
José Miguel Rey
6 mayo, 2012 at 8:46 pmUn populista de verdad lo es desde el primer día que es elegido (incluso antes de serlo). Los demás son populismos (o populistas) efímeros y por conveniencia mientras salen reelegidos. Cuando Santos salga reelegido volveremos al clientelismo de siempre.
Alejandro Gaviria
7 mayo, 2012 at 2:44 amJosé Miguel puede tener razón. Pero las cosas han cambiado: el Estado es crecientemente percibido como el administrador de una bonanza externa y las barreras de entrada a la política son mucho menores ahora que en el pasado. Ambas cosas están asociadas (estadísticamente) con el populismo.
Alejandro Gaviria
7 mayo, 2012 at 3:00 amColombia vs. Perú: clientelismo vs. populismo.
Anónimo
7 mayo, 2012 at 3:10 am"La desventaja de no haber tenido un Estado populista: si a mediados del siglo XX el país hubiese experimentado la etapa populista, común a los grandes países latinoamericanos (Brasil, Argentina, México, Chile, Perú, Venezuela), nos habríamos ahorrado, quizás gran parte de la violencia y de las violencias posteriores, incluida la actual guerra y sus inocultables e incalculables secuelas degenerativas en el tejido social colombiano. El populismo, con todas sus fallas de política económica, sus proclividades autoritarias y sus ambivalencias, fue una etapa fatal que sirvió para integrar el pueblo a la nación y fortalecer el Estado dándole legitimidad popular al Estado mediante simbolismos y formulas institucionales de inclusión y negociación e inhibiendo la violencia como método apto para lograr el cambio social. Para evitar malos entendidos quisiera precisar algunos puntos de esta tesis. Ante todo me refiero a un eventual populismo a mediados del siglo XX o sea el gaitanismo en el poder, no al neopopulismo fiscal y clientelar de la década de 1990 que nos ha llevado a una de las peores crisis económicas de que se tenga noticia." (Marco Palacios: De populistas mandarines y violencias. Editorial Planeta, Bogotá. Pp. 11-12.
Anónimo
7 mayo, 2012 at 3:20 amSi ustedes observan las publicaciones académicas del US Army War College, encontrarán que buena parte de ellas están dedicadas a advertir sobre el peligro del populismo en América Latina.
Alejandro Gaviria
7 mayo, 2012 at 3:31 amLa columna está enfocad en el segundo populismo que menciona Marco Palacio. Pero la distinción entre ambos es complicada.
Alvaro
7 mayo, 2012 at 4:18 amEl "animal" populista adopta una forma desafiante en cualquier tipo de situación o circunstancia; no está de acuerdo con los resultados que reducen su imagen.
De hecho los tecnocratas y los populistas se refuerzan entre sí; para la muestra una perla de un certero artículo en el que muestran al populismo en "derecho penal", quien dice representar "personas comunes" y que con paranoia y retorica exagerada defiende a sus clientes con hostiles enunciados en videos y camaras, con argumentaciones mediocres y desenfrenadas.
Allí vemos "claritico" el populismo en sí,(con sus conspiradores) aquellos que tienen planes siniestros con la libertad y la oportunidad.
Alberto
7 mayo, 2012 at 6:12 amAlejandro;
Comprendo que aquí se hace un uso restringido del concepto “populismo”. No obstante, me parece un poco raro deducir la ausencia de populismo en Colombia a partir de la inexistencia de los fenómenos económicos que se citan en el primer párrafo de la columna.
¿En una definición menos parca de populismo no cabría, por ejemplo; la historia guerrillera; Gaitán; Rojas Pinilla; la manera como han socializado las virtudes de los tratados de libre comercio; la manera como se han expuesto los peligros de los tratados de libre comercio; los actos legislativos al socaire de la noticia del noticiero de las siete; el Estado de opinión; los anuncios de corrupción en el sector salud; la rama judicial en prime time; Petro con su retórica de los ricos y los pobres; los progresos científicos de Patarroyo, etcétera, etcétera?
LHJ
7 mayo, 2012 at 2:30 pmOtro contrafactual de la ausencia de populismo: con populismo, Bogota tendria unos 3 bulevares grandilocuentes, con vias de 5 sentidos cada una, separadores anchos con arboles, bancas y parques. Incluso, tendria hasta metro!
Alejandro Gaviria
7 mayo, 2012 at 2:47 pmAlberto: la columna solo hace referencia al populismo económico, plantea una disyuntiva (que no inventé yo) entre distorsiones macro (hiperinfación, por ejemplo) y distorsiones micro (que van desde Patarroyo hasta las licoreras pasando por los auxilios parlamentarios en sus muchas reencarnaciones).
El Estado de opinión y los ataques al Banco de la República, ente otros, hacen parte de ese populismo emergente que menciona la columna.
Saludos.
Alejandro Gaviria
7 mayo, 2012 at 3:05 pmDos comentarios sobre la columna de Kalmanovitz:
¿En qué sentido la violencia del narcotráfico es un coletazo de la violencia política de los 40s y 50s? La continuidad postulada por Kalmanovitz está basada, en mi opinión, más en el dogmatismo que en un análisis cuidadoso de los orígenes de la violencia reciente.
La columna es casi tautológica. Me recordó a Hirschmann: “algunos economistas, decía, confunden las causas del desarrollo con el desarrollo mismo”. En la columna, la variable del lado izquierdo (lo que se quiere explicar) es la peligrosamente semejante a la del lado derecho (los factores explicativos).
Maldoror
7 mayo, 2012 at 4:08 pmAle:
¿No será que el narcotráfico aunque generó una violencia propia, también alimentó las otras formas de violencia ya existentes?
No me refiero a grupos que existían desde antes de la creación del narcotráfico, sino que fue un combustible para alimentar un tipo de violencia encamanido al despojo masivo de tierras y el desplazamiento forzoso de millones de personas de sus hogares en el campo (o en otras palabras, el narctráfico alimentó un conflicto por la tierra que viene desde los años 40 y 50, por no decir que desde el mismo siglo XIX). ¿O ud en verdad niega que existe esa continuidad como un factor motivante de la violencia en Colombia?
Camilo P.
7 mayo, 2012 at 6:01 pmla razón populista.
Anónimo
7 mayo, 2012 at 6:10 pmEl narcotráfico agravó el problema de la tenencia a la tierra en el campo al sacar de circulación tierras aptas para la agricultura y la ganadería, de alguna manera redujo la frontera agrícola y apuntaló con ejércitos privados más sofisticados el antiguo poder de los Señores de la tierra sobre la misma que viene desde los encomenderos. ¿de cuándo acá el Banco de la República es independiente? ¿no depende del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional? Es una institución al servicio del neocolonialismo de la banca multilateral que no defiende el interés nacional y que perdió US$2,7 millones por quiebra de Lehman Brothers en E.U.
Rara coincidencia entre la retórica de los teóricos del US Army War College, la universidad imperial de la guerra del Pentágono, contra el populismo como el principal enemigo de USA en América Latina y este tipo de columnas. Sin ánimo de ofender, escriban en Google "Populism Us army War College" y verán. Por otra parte, para mal o para bien, luego de YPF en estas semanas y Francia y Grecia ayer, lo de moda son las estatizaciones y el populismo pues las recetas neoliberales fallaron. Paul Krugman es muy claro en todo esto.
Alejandro Gaviria
7 mayo, 2012 at 6:42 pmMaldoror: alguna continuidad existe. En esto y en todo. Pero la violencia urbana del de los años 80s y 90s tuvo unas causas muy particulares, independientes, en mi opinión, de la violencia rural de los años 40s y 50s.
Colombia ha tenido muchas guerras. No una sola guerra espasmódica, que resucita cada cierto tiempo como parece creer Kalmanovitz.
Recomiendo la versión de Mary Roldan sobre la violencia reciente en Medellín y Antioquia.
Daniel Vaughan
7 mayo, 2012 at 7:48 pmPero Alejandro, el argumento de A&R depende crucialmente de esa continuidad institucional (de las que las guerras son un síntoma). Mi lectura es que Kalmanovitz está hablando de esto.
Saludos,
dV
Maldoror
7 mayo, 2012 at 8:55 pmAlejandro:
¿"Alguna"? ¿Mejor dicho, como cuadra eso con las cifras de desplazamiento masivo del campo por cuenta de la violencia? Si la lucha por la tierra (y las cifras detrás de eso en personas y hectareas) no respaldan la continuidad de un conflicto, entonces no tengo ni idea que lo convencerá.
Alejandro Gaviria
7 mayo, 2012 at 11:02 pmDaniel: en A&R las instituciones conectan el pasado con el futuro, pero no creo que de allí uno pueda deducir, sin más, la continuidad de la violencia partidista y la del narcotráfico. Si Kalmanovitz hace esa deducción, creo que está equivocado.
Maldoror: mire el mapa de la violencia de los 40s y 50s (de los homicidios, por ejemplo) y el de la violencia más reciente (de la misma variable) son completamente distintos. En las comunas de Medellín, en las barriadas de Cali, en Barbacoas Nariño, en Orito Putumayo, en el mismo bajo Cauca, la gente no se estuvo (o no se está) matando por la tierra.
Maldoror
7 mayo, 2012 at 11:07 pmAlejandro:
Pero es que violencia no es solo matar. Un grupo paramilitar no necesitaba matar a todos los miembros de un municipio rural para obligarlos a huir de sus tierras. Con una o dos masacres de 20 o 30 personas ya era más que suficiente para enviar el mensaje. Y el desplazamiento ha sido y sigue siendo un fenómeno rural, no urbano.
Anónimo
8 mayo, 2012 at 1:06 amMaldoror,
Pero la tierra no la quitaban los paras por la tierra misma, la quitaban por control territorial, pa mover droga, no pa sembrar arroz.
Eso la hace diferente a una violencia que buscaba la tierra por si misma.
La diferencia existente en el objetivo es al menos una razón para creer que son violencias diferentes.
Alejandro Gaviria
8 mayo, 2012 at 1:13 amReitero una recomendación: “Líbranos del bien” de Sánchez Baute. Permite entender una de las tantas guerras civiles locales que plagaron a este país durante los últimos años: la del Cesar en este caso. Jorge 40 y Simón Trinidad nada tuvieron que ver con la violencia política de los años 40s y 50s.
Repito: lo de Kalmanovitz es pura historia burda de piloto automático.
Maldoror
8 mayo, 2012 at 1:51 amAlejandro:
Decir que la violencia hoy y en los últimos 30 años en Colombia es un mero subproducto del narcotráfico es como decir que la violencia de los años 40 y 50 era meramente causada por el conflicto político bi partidista entre liberales y conservadores. Es mirar el problema muy en la superficie.
Maldoror
8 mayo, 2012 at 1:55 amAnonimo:
Pero es que está bastante bien documentado que los paramilitares no simplemente fueron esbirros del narcotráfico, sino que estaban conectados a las élites locales, que en muchas áreas rurales basa su poder en la posesión de la tierra. Muchos narcotráficantes y jefesparas acabaran la tierra y no era simplemente para tener donde cultivar droga.
Anónimo
8 mayo, 2012 at 5:14 amUnas preguntas salidas del tema para Alejadro:
¿Tiene alguna opinión sobre el enfoque a NGPD que propone Sumner? ¿Hay alguna situación específica en Colombia que afecte esa opinión?
Daniel Vaughan
8 mayo, 2012 at 7:53 amAlejandro,
Ahí hay un trabajo interesante para hacer (si no se ha hecho): cuál es la correlación entre violencia regional a principio del S.XX y la actual? Si entiendo bien el argumento de A&R en su libro nuevo es que la correlación debe ser positiva (y estadísticamente significativa).
¿Se acuerda de algo hecho en este sentido?
DV
Anónimo
8 mayo, 2012 at 1:39 pmCristina de la Torre está fuera de control.
juan francisco muñoz
8 mayo, 2012 at 2:24 pmNo creen que las últimas alcaldías de Bogotá también son el resultado del populismo?
Alejandro Gaviria
8 mayo, 2012 at 3:09 pmDaniel: muy interesante. Creo que nadie ha hecho nada. Incluso podría mirarse para tres momentos distintos (40s, 90s y ahora). Mínimo voy a proponerlo como tema de tesis. Saludos.
Alejandro Gaviria
8 mayo, 2012 at 3:25 pm¿Qué dirá Cristina de la Torre en algunos años cuando la economía colombiana sobrepase a la Argentina? ¿Que al menos los argentinos se están empobreciendo con dignidad?
sansinverguenza
8 mayo, 2012 at 4:19 pmEl clientelismo hace de Colombia una "Chanfocracia". Son más poderosos los dueños de los puestos que los dueños de los votos. Más poderoso Samper que Uribe. Más poderoso un Gómez Méndez que un Enrique Gómez… El populismo es peligroso, pero es más democracia que la Chanfocracia…
Anónimo
8 mayo, 2012 at 4:55 pmy de la reforma tributaria que?
no hay nada que decir?
se filtró la información….
Alejandro Gaviria
8 mayo, 2012 at 5:00 pmNo me la he leído. Entre clases, comités y una gripa horrible no me ha quedado tiempo. Espero meterle el diente esta noche.
Anónimo
8 mayo, 2012 at 7:02 pmCharles Bergquist escribió Café y conflicto…que es el mejor libro sobre la guerra de los mil días y que, que como se sabe finalizó entrando el siglo XX. Bergquist hizo luego un artículo en donde comparó la emergencia de personajes como Aristides Fernández, un producto violento y regional de esas guerras y la situación actual de Colombia.
Anónimo
8 mayo, 2012 at 7:25 pmComo en 1789, de nuevo Francia nos marca el camino del progreso. ¡Vive la France!
Anónimo
8 mayo, 2012 at 7:29 pmLo del Cesar viene de la ANUC y las luchas por la tierra de los años 70. Ese valle del Sinú guarda una riqueza inconmesurable que los señores feudales siempre han querido controlar.
Alejandro Gaviria
8 mayo, 2012 at 7:30 pmEl libro de Bergquist fue publicado en 1978 cuando el narcotráfico estaba apenas comenzando. No creo que “Coffee and Conflict in Colombia, 1886-1910” tenga mucho que decir sobre la situación actual de este país.
Anónimo
8 mayo, 2012 at 7:41 pmMe refiero a un artículo posterior en donde Bergquist compara a un personaje de su libro con la situación actual de violencia en Colombia.
jaime ruiz
8 mayo, 2012 at 8:05 pmAlejandro, no se trata de si AIS era clientelismo o no, ni siquiera de si benefició la producción agrícola, sino de si era un peculado a favor de los ricos como predican prácticamente todos los universicarios.
Las teorías sobre la violencia del bipartidismo y la del tráfico de cocaína tapan que en ambas el actor principal fue el partido. Propiamente, la cháchara "académica" tiene por único objeto ocultar ese protagonismo.
Anónimo
8 mayo, 2012 at 9:29 pm"Only at first does it seem paradoxical that the anti-internationalism of the conservative is so frequently associated with imperialism. But the more a person dislikes the strange and thinks his own ways superior, the more he tends to regard it as his mission to “civilize” others – not by the voluntary and unhampered intercourse which the liberal favors, but by bringing them the blessings of efficient government."
Hayek
Anónimo
8 mayo, 2012 at 9:37 pmSi con esa vehemencia defiende lo de invercolsa, como será con lo de AIS;
jaime ruiz
8 mayo, 2012 at 10:40 pmAnónimo de las 16.37: Bueno, enlacé a Rangel y Londoño porque publican cifras. Debería ser sencillo demostrar que son falsas.
Ustedes no llegan a mirar las cifras, les encargan los cinco minutos de odio contra alguien y ahí están vociferando a ver a qué hora pueden matar al Goldstein de turno (por ejemplo cuando fue Uribe a Los Andes).
A veces hacerle la vuelta a alguno de los grandes Goldstein resulta complicado y hay que conformarse con pendejos como ese pobre Colmenares.
Anónimo
9 mayo, 2012 at 1:08 amNo me interesan sus enlaces;
basta con mirar el macabro autor del artículo; un sicario moral !
Carlos Méndez
9 mayo, 2012 at 2:34 amInteresante el ranking de ciudades latinoamericanas (que incluye a Miami).
Anónimo
9 mayo, 2012 at 1:27 pm¿Desde cuándo a Jaime Ruiz le importan las cifras?
Sansinverguenza
9 mayo, 2012 at 5:38 pmEstimados, Alejandro nos criticó a algunos blogueros por traer a la mesa las ideas de Max Weber en los comentarios del post pasado sobre "el mártir del libre-cambio". Sin embargo, parece que las ideas de Weber sobre el impacto de la religión en la economía siguen vigentes…, al menos en el último número de THE ECONOMIST:
http://www.economist.com/node/21554173
Anónimo
9 mayo, 2012 at 8:25 pm"They are expected to proselytise for ten hours a day, six days a week. Few other groups experience anything as demanding at a similar age".
Si fueran tan eficientes y efectivos como dice el artículo, cómo se explica que solo el 2% de la población de USA sea mormona?
jaime ruiz
9 mayo, 2012 at 9:56 pmLa universidad colombiana es el dato más interesante del país, todo lo que se ha escrito en esta página sobre el AIS lo demuestra, pero también la pregunta del que quiere saber por qué sólo el 2% de los estadounidenses son mormones. Hasta hace pocas décadas no admitían a nadie que no fuera WASP, por no hablar de que la gente no cambia su religión por un invento cuyos rasgos delirantes son tan próximos.
Anónimo
10 mayo, 2012 at 6:24 pmJaime Ruiz:
Usted es incapaz de guardar silencio incluso cuando no tiene nada significativo que decir o agregar. Por eso termina escribiendo tanta pendejada.
Alejandro Gaviria
10 mayo, 2012 at 11:18 pmLes dejo un datico que se me había olvidado: con esta columna completé ocho años en este negocio. No he faltado una sola semana. Después de tres o cuatro meses, esto es, después de que uno pasa de escribir porque ha pensado a pensar para escribir, este negocio puede ser agobiante. Saludos desde Nueva York.
Anónimo
11 mayo, 2012 at 3:02 amEl tema que sugiere The Economist fue desarrollado por Max Weber en un texto corto titulado "Las sectas protestantes y el espíritu del capitalismo", complementario de su famosa Ética. Una norma ética clave allí es: "Honesty is the best policy" asunto del que fracasaron los involucrados en AIS.
Alberto
11 mayo, 2012 at 3:23 amREFORMA A LA JUSTICIA
Anónimo
11 mayo, 2012 at 6:48 pmNeoliberales, tomen nota y sigan exigiendo IVA para la canasta familiar:
Crisis económica lleva a 1.100 universitarios al suicidio
En la Universidad de Cornell, algunos estudiantes saltan al vacío para quitarse la vida en inmediaciones del campus.
Estudio concluye que los estudiantes de pregrado están bajo demasiado estrés por las exigencias académicas y las deudas de estudio.
El informe para el 2012 del American College Counseling Association, publicado por la versión electrónica de la revista ‘Businessweek’, revela que las deudas en las que incurren los estudiantes para adelantar su educación superior, las exigencias académicas por mantener buenos promedios de notas y la lenta recuperación económica de Estados Unidos están ocasionando estragos a la salud de la población estudiantil de varias universidades.
Los problemas van desde alergias, depresión, ansiedad y estrés, hasta casos de suicidio, como los de la Universidad de Cornell, donde los estudiantes aprovechan los riscos y lagos circundantes para saltar al vacío con el objetivo de quitarse la vida.
Según el informe revelado por ‘Businessweek’, el 37,4 por ciento de los alumnos que buscan ayuda presenta desórdenes sicológicos severos, cifra que era bastante inferior en el año 2000, equivalente al 16 por ciento de esa población estudiantil.
El estudio entrevistó a 228 consejeros en diferentes instituciones educativas, de los cuales tres de cada cuatro coinciden en que se han incrementado los casos que requieren atención inmediata; 42 por ciento de los profesionales encargados de proveer apoyo a los alumnos dice que se incrementaron las autoagresiones, mientras que un 24 por ciento ha detectado desórdenes en la alimentación.
En cuanto a los suicidios, estos son la segunda causa de mortalidad estudiantil a nivel de educación superior, con una tasa de 1.100 casos al año.
El primer lugar en causas de muerte lo ocupan los accidentes, dentro de los cuales se incluyen las sobredosis con sustancias sicoactivas o alcohol, y los accidentes de tránsito, los cuales los expertos asocian en muchos de los casos a los mismos problemas de ansiedad y altos niveles de estrés. (Portafolio, 11/05/2012)
Anónimo
11 mayo, 2012 at 9:05 pmFeliz aniversario! Ocho años es un montón de tiempo, y además de tener que escribir la columna, le toca aguantarse las impertinencias de nosotros sus comentaristas, además de responder por sus propias opiniones. Los columnistas del pasado jamás tuvieron que ocuparse de sus lectores. Pontificaban y ya. Ahora no se puede.
Alejandro Gaviria
11 mayo, 2012 at 9:27 pmAnónimo 16:05: gracias. Este oficio sin duda ha cambiado. Pero para bien en mi opinión.
El IVA a la canasta familiar es no sólo una gran torpeza política sino también una pendejada: ¿van a poner a meter a todos los tenderos al régimen común?
Anónimo
12 mayo, 2012 at 2:12 pm"Qué abuso querer regular el mercado financiero; nosotros sabemos lo que hacemos; somos profesionales…" JP Morgan Chase.
importaciones
28 septiembre, 2012 at 3:26 pmInteresante!!
http://www.dataexim.com