Las cifras de empleo de octubre, reveladas ayer por el DANE, confirmaron la caída abrupta del desempleo que había sorprendido a propios y extraños el mes anterior. En octubre, el desempleo nacional estuvo cercano a 10%, apenas un punto porcentual por encima de la meta de 9% prevista en el Plan Nacional de Desarrollo.
Pero las cifras son extrañas. En mi opinión corresponden más a una distorsión estadística que a un fenómeno real. El gráfico muestra la evolución de las tasas de desempleo y subempleo objetivo durante lo corrido del año. Los series son promedios móviles de doce meses (esto es, corrigen por las distorsiones estacionales) y corresponden a las trece principales ciudades del país (esto es, no están afectadas por los problemas de medición del empleo rural). El gráfico muestra que, desde julio aproximadamente, el subempleo comenzó a crecer rápidamente y el desempleo comenzó, por su parte, a disminuir. Estas tendencias no tienen una explicación clara. La única explicación que se me ocurre es que las tendencias son artificiales, que bedecen a una reclasificación arbitraria: algunos desempleados pueden estar siendo ahora contabilizados como subempleados.
Pero las cifras son extrañas. En mi opinión corresponden más a una distorsión estadística que a un fenómeno real. El gráfico muestra la evolución de las tasas de desempleo y subempleo objetivo durante lo corrido del año. Los series son promedios móviles de doce meses (esto es, corrigen por las distorsiones estacionales) y corresponden a las trece principales ciudades del país (esto es, no están afectadas por los problemas de medición del empleo rural). El gráfico muestra que, desde julio aproximadamente, el subempleo comenzó a crecer rápidamente y el desempleo comenzó, por su parte, a disminuir. Estas tendencias no tienen una explicación clara. La única explicación que se me ocurre es que las tendencias son artificiales, que bedecen a una reclasificación arbitraria: algunos desempleados pueden estar siendo ahora contabilizados como subempleados.
Sea lo que sea, el gráfico muestra que el agregado de desempleados y subempleados no ha disminuido. En fin no hay mayores motivos para celebrar. Los resultados siguen siendo preocupantes. Y probablemente reflejan más la realidad del DANE que la del país.