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Un mundo feliz

En 1932, hace ya 75 años, fue publicada por primera vez la célebre novela del escritor británico Aldous Huxley, Un mundo feliz. La novela recrea un mundo estratificado, poblado por hedonistas sin alma, donde el placer ha sido institucionalizado, la felicidad es distribuida en pequeñas cápsulas de una droga mágica y la promiscuidad sexual es la norma socialmente aceptada, la forma casi obligatoria de multiplicar la felicidad neumática de los encuentros humanos. El mundo feliz de Huxley es también un mundo de estabilidad social. La población ha sido condicionada para aceptar la felicidad artificial. Ha perdido la libertad de manera dócil. Los habitantes de Utopía son esclavos voluntarios de una especie de superutilitarismo impuesto por medio de artilugios científicos.

Setenta y cinco años después, algunas de las predicciones de Huxley parecen, como diría García Márquez, aterradoras en su clarividencia. El consumismo compulsivo, la promiscuidad generalizada, los avances de la biología, el uso masivo de alucinantes, etc., fueron anticipados por la novela. Así, muchos críticos del capitalismo señalan la validez de las predicciones y la relevancia de las advertencias de la novela de Huxley. Pero tal insistencia es equivocada. Más allá de las apariencias, de las coincidencias del paisaje, las advertencias de Huxley son irrelevantes. Sus temores, infundados. Falsos, en mi opinión.

En el año 2007, la gran preocupación de los países desarrollados, de los centros del capitalismo mundial, no es la felicidad artificial. Todo lo contrario. La preocupación parece ser la llamada paradoja de Easterlin, la aparente desconexión entre la riqueza y el bienestar subjetivo, el supuesto fracaso de las sociedades más avanzadas en la búsqueda de la felicidad. El capitalismo depende demasiado de las exigencias del super yo para caer en la trampa de la felicidad pasiva. Está animado por una mística, por una lógica que nada tiene que ver con la decadencia generalizada, con los hedonistas hipnotizados de Huxley.

Como lo ha señalado Christopher Hitchens, las drogas tampoco se han convertido en un mecanismo de control estatal. De nuevo: todo lo contrario. Algunos han acusado a los instigadores del capitalismo en Rusia de reducir deliberadamente los precios del vodka. Otros han acusado a la CIA de distribuir cocaína en los barrios deprimidos de las grandes ciudades norteamericanas. Pero tales acusaciones son fantasiosas. El capitalismo ha sido el principal patrocinador de la guerra contra las drogas. En contravía a lo advertido por Huxley, las autoridades capitalistas quieren mantener sobrios a sus súbditos. La distribución de pildoritas de la felicidad como forma de control social es una fantasía. Una pesadilla irreal. Otra de las predicciones erradas de la novela de Huxley.

Huxley planteaba que, con el tiempo, los gobiernos capitalistas resolverían el problema de la felicidad, convertirían a sus súbditos en consumidores dóciles, esclavizarían al pueblo mediante la estrategia engañosa de la felicidad. Pero Huxley señaló, en mi opinión, al enemigo equivocado. El consumismo y los alucinantes no son instrumentos de dominación. Pueden ser incluso liberadores. Los enemigos de la libertad no utilizan las armas sutiles del capitalismo. Usan los instrumentos ordinarios de la violencia y la intimidación: los campos de concentración, los delatores, la policía, los fusilamientos, etc.

En fin, setenta y cinco años después de la publicación de Un mundo feliz, el problema de la felicidad sigue sin resolverse. Pero el totalitarismo sigue, en todo caso, tan amenazante como siempre.

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  • Juan Francisco
    17 noviembre, 2007 at 3:49 pm

    desde que leí Un Mundo Feliz he creído que la ficción planteada por Huxley carece de verosimilitud, no porque sus metáforas científicas sean improbables o lejanas a las posibilidades, sino porque su comprensión de los condicionantes que operan en una sociedad es ingenua. Creo que su visión crítica es desafortunada porque niega el simple hecho que, independientemente de los esfuerzos que supuestamente hacen algunos por dominarnos, los seres humanos estamos condicionados y determinados por una multiplicidad de eventos, e incluso por los efectos de nuestras propias acciones. Pensar que la libertad es la ausencia de cohersión, o que la felicidad es la ausencia de condicionantes es simplificar demasiado las cosas. Es negar que nuestra naturaleza social y nuestras necesidades más personales también son superficiales y banales. Creo que el ejericicio de Huxley fue desafortunado desde un punto de vista literario porque, contrario a la verdadera literatura, su exzposición de las contradiccíones humanas no tuvo un logro en particular. Ahora, desde un punto de vista científico, es todavía más discutible, porque es una extravagancia. Si la ciencia puede e nefecto responder a las inquietudes sobre la felicidad, tendría que empezar por indagar qué acontece en la vida de las personas que dicen experimentarla. Sin lugar a dudas, los científicos nunca aceptarían la idea de felicidad impuesta y anómica. Empezando por el simple hecho que por lo general ellos mismos son personas felicez.

  • Juan Francisco
    17 noviembre, 2007 at 3:52 pm

    disculpen: felices

  • Tarantini
    17 noviembre, 2007 at 4:50 pm

    El tema de la felicidad no es del estado, ni del regimenes capitalistas ni de los totalitarios. Yo creo que la felicidad depende del individuo por más colectivistista que sea el régimen político.

    Es más, cada vez que los estados o las iglesias, en especial la católica, que es el caso que mejor conozco, se meten en la esfera individual de las personas se tiran el paseo e imponen modelos fracasados. Quien más infeliz que los padres de la patria (trabajar, trabajar y trabajar).

  • Maldoror
    17 noviembre, 2007 at 6:39 pm

    Me da la impresión que este artñiculo parte de una lectura equivocada del texto de Huxley, y en general de lo que en ciencia ficción llaman el planteamiento de las distopías. Huxley no estaba tratando de predecir como iba a ser el futuro. Más bien estaba tratando de advertirnos de los peligros (usando un artificio literario) del totalitarismo y del cientifismo aplicado a la vida en nuestras relaciones sociales (no creo tampoco que A Brave New World fuera una advertencia contra el capitalismo). Y creo que en muchos aspectos nuestra vida si se ha automatizado al igual que nuestra comprensión del mundo (un ejemplo de esto último es la llamada sociobiología o el auge a las explicaciones genéticas de todos los acontecimientos en la vida de los inidviduos y las sociedades). Ese texto, al igual que otras distopias, es una advertencia contra el poder del Estado, cosa que hemos apreciado (sea que se haya incrementado por la aparición de nuevos gobiernos de izquierda que quieren resolver los problemas sociales ampliando el control estatal sobre la economía, o de derecha que en nombre de nuestra «seguridad» nos imponen un control cada vez más ferreo sobre nuestras vidas y nuestras libertades elementales).

  • Anónimo
    17 noviembre, 2007 at 6:48 pm

    «….las drogas tampoco se han convertido en un mecanismo de control estatal.» Esta afirmación, disculpe Alejandro, pero se cae de su propio peso. Puede que las «drogas callejeras» no se conviertan en un mecanismo de control estatal pero lo que si lo constituye son las drogas psiquiatricas. El control que en su época hacia la iglesia con la inquisición por medio de la estigmatizacion de los que eran un peligro para el dominio de esta, con el advenimiento de los Estados esta estigmatizacion se traslado al campo mental. Seria interesante que se documentara mas de cómo ha sido la «evolucion» de la psiquiatria para que se de cuenta que esta siempre ha sido encaminada a mantener el «control».

  • Jaime Ruiz
    17 noviembre, 2007 at 9:12 pm

    El «valiente mundo nuevo» pretendía ser una caricatura de EE UU, sobre todo de lo que resultaba EE UU en los años veinte a ojos de un intelectual europeo. El tema obsesivo no es la felicidad artificial sino el industrialismo, a tal punto que la misma gente es producida industrialmente y en gran escala. El carácter maleable, hedonista y como anodino de esos personajes no tiene tanto que ver con el sometimiento mediante drogas por parte de un poder maligno sino con el desconcierto y la falta de referentes (de arraigo) de la gente del «mundo nuevo».

    Del mismo modo 1984 es una caricatura, que curiosamente se queda corta, del mundo soviético.

    No se debería malentender a Huxley, que no era precisamente un enemigo de las drogas: cuando supo que iba a morir pidió que le inyectaran LSD intramuscular. Y lo de la «felicidad» es algo que se presta a cuanta interpretación caprichosa se presente. La persona riquísima, cultísima, elegantísima, longeva, saludable, prestigiosa, etc., puede vivir amargada por cualquier contrariedad puramente estética y la persona desnutrida, mutilada y sin instrucción presenciarlo y reírse desde su tranquilo conformismo. No creo que haya nadie en este mundo que sacrificara ningún valor cierto a cambio de esa felicidad. También la felicidad como meta de la vida es sumamente problemática. En alguna parte dice Nietzsche «No se debe querer gozar de esa manera, y no se debe querer gozar«. Después explica que el goce, como la inocencia, no depende de nosotros, no es algo que aparece porque lo deseemos sino una condición que está antes. En última instancia el «querer gozar» es sólo la confesión de aburrimiento y fracaso. El hombre, en cuanto animal que fascina al filósofo, es feliz en la medida en que se hace más fuerte, no anhela el goce sino la plenitud.

    En fin, la felicidad es algo que se presta a tantas interpretaciones que conviene enmarcar la perla más reluciente de este foro:

    Quien más infeliz que los padres de la patria (trabajar, trabajar y trabajar).

    La felicidad sólo se concibe bailando, emborrachándose y con música, como el hombre que está en una fiesta y va uno con cara seria a llamarlo: «Si tiene algo que decirme, dígamelo con música»; «A su mama la mató un camión, la mató un camión, la mató un camión».

    Huxley tiene un libro terrible que trata del mundo después de la explosión atómica y de un tipo humano degenerado que se entrega al culto del demonio y de la locura. Se llama Mono y esencia.

  • Juan Francisco
    17 noviembre, 2007 at 9:23 pm

    No entiendo el concepto de «cientificismo», y mucho menos qué tiene que ver la psiquiatría con el «control».
    Qué relación existe entre el desarrollo de la ciencia y el ejerecicio político? creo que en partircular ninguna que pueda ser directa, precisametne por esto es tan extravagante la distopía de Huxley. Además, por qué seguir creyendo que el entendimiento de los condiocionamientos biológicos es necesariamente distinto al entendimiento de los condicionamientos sociales y culturales? Por qué creer que la historia de las sociedades y de sus culturas es diferente a la historia de nuestra especie? Y por qué creer además que el entendimiento científico del comportamiento humano es una automatización? si es que este término no es de por sí un error categorial.
    Afirmar que los psiquiatras «controlan» a sus pacientes me parece tan inverosimil como afirmar que los científicos controlan los hilos del poder. Qué es el poder realmente? Exite uno solo, o mas bien varios? son conscientes quienes tienen el «poder» de lo que hacen y el por qué de ello? Son las sociedades absolutistas afines al conocimiento y a la ciencia? Puede llegar a creerse que la ciencia obedece a una lógica capitalista? Es el capitalismo una forma deliberada de dominio y ejercicio del poder?
    Creo que a todas estas preguntas no se les puede dar respuestas racionales porque parten de muchos mitos y mal interpretaciones.

  • Anónimo
    17 noviembre, 2007 at 10:45 pm

    El «Estado Terapéutico» es una frase acuñada por el psiquiatra norteamericano Thomas Szasz en 1963. Estados Unidos, bajo la presidencia de George W. Bush, se encuentra planeando implementar una investigación a nivel nacional, el llamado Nuevo Comité de Libertad sobre Salud Mental, que buscará diagnosticar supuestos trastornos psiquiátricos en todos los residentes de la Unión . De ser aprobado por el Congreso e implementado, el proyecto tendría una significativa influencia de las compañías farmacéuticas. Quienes abogan por las libertades civiles advierten que el matrimonio entre el Estado y la psiquiatría podría tener consecuencias catastróficas para la civilización . Szasz cree que debe existir un sólido muro entre la psiquiatría y el Estado. – wikipedia-

  • Juan Francisco
    17 noviembre, 2007 at 11:06 pm

    creo que el término «trastorno psiquiátrico es confuso». si entendemos al trastorno simplemente como una afectación constante en el tiempo, más de dos meses, en el estado del ánimo o en la conducta (todo lo que hace una persona), veremos que no es algo tan extraño o irreal. La idea de considerar al trastorno como una disposición inmodificable en la persona surge de un error categorial. Por lo general estas afectaciones son permanentes mas no inalterables. Se definen por déficits observables y no por estimaciones de los aspectos escenciales de una persona. Creo que la indignación presente en quienes sienten su libertad o libre albedrío amenazados por el simple hecho que es posible hacer estos diagnósticos se debe a que parten por sí mismos de concepciones erradas sobre el malestar o el déficit psicológico o conductual. Ante la dificultad de entender estas realidades como propias de déficits en del propio cerebro y de aprendizajes inadecuados, surge el mito de la «dominación». La anti psiquiatría es curiosamente afín con el anti imperialismo… ambas prefieren indignarse antes que corregir las contradicciones que presentan en sus ideass por el predominio ideológico de las mismas.

  • Anónimo
    18 noviembre, 2007 at 12:07 am

    1.Los trastornos psiquiatricos no son enfermedades medicas.
    2.los psiquiatras tratan exclusivamente trastornos mentales no enfermedades cuya existencia se haya comprobado.
    3. La psiquiatria nunca ha establecido la causa de cualquier trastorno mental.
    4. La teoria de que los trastornos mentales se originan debido a «un desequilibrio químico» en el cerebro es una opinión no comprobada, no es un hecho.

  • Alejandro Gaviria
    18 noviembre, 2007 at 12:21 am

    Las ideas expresadas de la columna no son interpretaciones caprichosas. Están basadas en las opiniones del mismo Huxley, en un ensayo de su autoría escrito años después de la publicación de la novela. Allí Huxley afirma que el tema de la felicidad se convertirá en el proyecto fundamental de los estados modernos (en el nuevo Manhattan Project). Y dice también que lo dicho en la novela será realidad más temprano que tarde: “the characteristic features of that happier and more stable world –the equivalents of soma and the scientific caste system—are probable no more than three or four generations away”. En fin, Jaime y Sergio tendrían que reclamarle al mismo Huxley la interpretación errónea de su propia novela.

    Huxley no sólo uso drogas al final de su vida. Lo hizo desde mucho antes, y fue por largo tiempo un conocido (y elocuente) defensor del LSD. Pero, como ha sido señalado muchas veces, Huxley fue toda su vida un mar de contradicciones.

    Huxley fue profesor de francés de Orwell en Eton. Orwell nunca se lo tomó en serio. Y lo acusó de haber plagiado Brave new world, de haberla copiado de una obra menos conocida, traducida como We, y escrita por el autor ruso Yevgeny Zamyatin. Uno podría resumir el argumento de la columna diciendo que las advertencias de Orwell son hoy más relevantes que las de Huxley. En el futuro, con los avances de la biología, probablemente las advertencias de Huxley serán cada vez más importantes.

  • Anónimo
    18 noviembre, 2007 at 12:32 am

    Maldoror: ¿qué tiene que ver la automatización con la sociobiología? Como alguna vez dijo Alejandro, me parece que, en el tema particular de la biología, usted pasa de la ignorancia al revisionismo con una facilidad pasmosa. Simplemente repite, como un lorito, cosas que lee por ahí, sin jamás haberse tomado el trabajo de estudiar una disciplina compleja y apasionante.

  • Maldoror
    18 noviembre, 2007 at 1:47 am

    Anónimo:

    Primero lea bien. Lo que dije es que la vida se ha automitazado al igual que automatizado nuestra comprensión del mundo. Y la sociobiología es una forma automatizada y cientificista de comprender la interacción social. No recuerdo el comentario de Alejandro, pero la verdad sea dicha, tampoco recuerdo haber hecho mayores comentarios sobre la materia. De lo que sie he hablado y lo que si he sostenido es que pretender explicar el comportamiento humano como un mero derivado de la programación de nuestros genes y la función de nuestros organos es reduccionista y está honda e ideológicamente cargado. Eso si, tendrá que explicar a que diablos se refiere con «reduccionismo». Hagalo preferiblemente dando la cara y no detrás de un anónimo

  • Maldoror
    18 noviembre, 2007 at 1:49 am

    Alejandro:

    No tenía ni idea de ese texto, asi que le concedo el punto. Lo que todavía no me queda claro es porque la novela es un ataque al capitalismo.

  • Alejandro Gaviria
    18 noviembre, 2007 at 2:48 am

    Sergio: el texto de Huxley, escrito en 1946, es el prólogo a una edición barata que tengo del libro. Creo que la mayoría de las ediciones publicadas actualmente en los Estados Unidos incluyen el texto en cuestión.

    De otro lado, la novela está llena de alusiones al consumismo, al condicionamiento, a las actividades que requieren de manera artificial el consumo (el golf con obstáculos, etc.). Por tal razón, ha sido considerada, de tiempo atrás, como una critica al hedonismo vacío que supuestamente promueve el capitalismo, a la proliferación de consumidores sin alma, para usar una expresión de William Ospina, una de los tantos que ha interpretado la novela como una crítica al capitalismo.

  • Anónimo
    18 noviembre, 2007 at 3:44 am

    hedonistas sin alma je,je,je

  • Lanark
    18 noviembre, 2007 at 11:05 am

    Este artículo, y, para ser justo, muchas otras cosas que se han escrito sobre la distopía de Huxley, me parecen un ejemplo excelente de lo que la crítica literaria debe evitar. Sin que eso sea un ataque al autor, porque esta columna no pretende ser crítica literaria, sino un comentario respecto a la interpretación de ese libro como una supuesta crítica al capitalismo.

    Todas las veces que lo he leído, me ha parecido una reflexión sobre las dificultades del individuo y la sociedad para definir la felicidad, o siquiera para definir qué es lo que se busca como deseable. Los trucos que usa para poner las cosas a la vista son un poco burdos, echando mano de los tabúes sobre la manipulación médica de los humanos, el uso de drogas, la jerarquización de la sociedad. Y el contraste fuerte con la sociedad supersticiosa y miserable de los salvajes.

    Por otro lado, el ensayo de Huxley sobre el libro, «Brave New World, Revisited» escrito muuucho tiempo después, pretende hacer el ejercicio de evaluar cuánto de la realidad mundial del futuro próximo se había reflejado en el libro.

    Es claro que las alusiones a Henry Ford, y a la edad de oro del capitalismo como origen de su distopía pueden tomarse como una crítica y una provocación, pero las críticas de Alejandro Gaviria, y otras que he oído o incluso se me han ocurrido, no permiten una interpretación del libro como una crítica al capitalismo.

    Decía que el artículo me mostró lo que la crítica literaria no debe hacer, y lo decía porque he visto muchos ejercicios desafortunados de crítica donde el crítico, de una manera tremendamente egocéntrica, trata de encontrar en el libro muchos más elementos de los que tiene, y convertirlo en un cúmulo de referencias de su propia cosecha, de modo que sea el crítico el que hace la obra maestra. Es lo que hacen los posmodernos con toda su cháchara sicoanalista, diciendo que en realidad todos los autores hombres ven la vagina dentata en todas partes y que todas las mujeres lloran la envidia de no poseer un falo. Bullocks.

    Otros, lo que hacen es proyectar sus manías conspiranoicas y sus obsesiones políticas en todos los autores, y parecieran incapaces de disfrutar ninguna literatura en la que se pueda adivinar intenciones ideológicas divergentes de la propia. Leer todo sólo desde la dimensión del poder es un criterio tan pobre como leer todo desde la dimensión genital. Pero pues cada loco con su tema.

  • Alejandro Gaviria
    18 noviembre, 2007 at 1:13 pm

    Lanark: Yo comparto su punto general: su crítica a la crítica que lee con una perspectiva ideológica estrecha, que trata de encasillarlo todo en un mismo esquema preconcebido. Pero en este caso, creo, la situación es diferente. Brave new world ha sido leído tantas veces como una critica al capitalismo que no es descabellado, ahora, 75 años después, volver sobre el tema.

    Tal vez tenga sentido decir que yo no estoy criticando a Huxley sino a los muchos autores que usaron su novela para componer diatribas fáciles contra el capitalismo. Esos autores incluyen, paradójicamente, al mismo Huxley.

  • Jaime Ruiz
    18 noviembre, 2007 at 1:52 pm

    Es muy graciosa la noticia de que Orwell acusaba a Huxley de haber copiado a Zamiatin; en una columna colombiana de hace unos años (creo que de León Valencia) era Orwell el que copiaba a Nosotros. Ambas referencias son disparatadas, en Huxley se analiza cierta disolución de referentes arraigados al caerse en una vida cómoda y degradada: la felicidad que produce el milagro industrial, entonces relativamente novedoso. En Orwell todo es espanto moral ante la amenaza del totalitarismo, mientras que Zamiatin sólo alude, con una prosa más bien fría, tanto que sus personajes parecen parte de una presentación en Power Point, a la disolución del yo frente a un modelo de Estado colectivista. Puede que fuera por evitarse problemas con la censura por lo que su relato tiene lugar en un mundo remoto y en ningún momento se siente la presencia de nada que pueda considerarse «mal». Lo contrario que en 1984, donde la presión del partido interior sólo se puede concebir como la tarea de unos criminales.

    En todo caso las drogas como proveedoras de felicidad parecen más una promesa que una amenaza: ahí está el Prozac y todos esos recursos contra la obesidad, la calvicie y demás causas de malestar. ¿Que todo eso conduciría o conducirá a la dominación de una burocracia perversa? Depende de que capitalismo: libertad de empresa, de conciencia, de expresión; limitación del Estado, etc. En este mismo foro se oyen propuestas de gastarlo todo en educación (excluyendo la literatura clásica y todas esas manías de Occidente) y claro, en salud (es decir, gastarse el dinero del trabajo ajeno en organizar servicios de salud que salvan más de lo que la gente desea, pues ¿cómo van a desear correctamente sin la suficiente educación?). Pero esos proyectos paradisíacos siempre son anticapitalistas.

    Yo no voy a decir lo que debe ser la crítica literaria, no vaya a ser que moleste a los seguidores del Clausewitz ruso, pero la interpretación «anticapitalista» de Brave new world me parece un malentendido lamentable, aunque muy útil para conmover a la gente que lee poco y se consuela de su indigencia comprobando con las treinta líneas semanales que ¡es tarde para el hombre!

  • Alejandro Gaviria
    18 noviembre, 2007 at 4:52 pm

    No quisiera plantear una polémica inútil pero creo que Jaime se contradice cuando manifiesta, por una parte, que las interpretaciones anticapitalistas de Brave new world son absurdas, y afirma, por otra, que la novela lidia con la felicidad del entonces novedoso progreso industrial, esto es, con la posibilidad ominosa de que el progreso industrial y científico (de que el progreso capitalista, en últimas) resulte en una especie de servidumbre voluntaria. Y feliz.

    En todo caso, quisiera señalar el contraste entre la felicidad dócil de la novela y la infelicidad de las sociedades capitalistas. Me parece interesante contrastar (i) el optimismo de Huxley, su certeza de que las ciudades industriales resolverán el problema de la felicidad (cómo hacer que la gente ame su propia servidumbre) y (ii) la preocupación permanente, documentada de manera continua en muchos medios populares y especializados, acerca del fracaso de las sociedades avanzadas en la búsqueda de la felicidad.

  • Alejandro Gaviria
    18 noviembre, 2007 at 5:08 pm

    Recomendación: copio un enlace a una muy buena película en la tradición de Brave new world.

  • Sebastian
    18 noviembre, 2007 at 7:35 pm

    Yo creo que lo más interesante es el papel paradójico que juega el capitalismo: requiere de trabajo duro, tenacidad y riezgo, sin embargo, se nutre de una forma muy considerable del hedonismo, la pereza y el deseo de evasión.

  • Jaime Ruiz
    18 noviembre, 2007 at 7:50 pm

    Bueno, es que «capitalismo» es una idea que se presta a múltiples interpretaciones. Para los filántropos de la educación y la salud (y la dignidad y hasta el derecho al trabajo) es el sistema en que la riqueza está en manos particulares y no la puede controlar la autoridad redentora. Una sociedad como la de la novela es lo opuesto al capitalismo realmente existente porque no hay competencia ni una continua invención de necesidades y desajustes. Si por «capitalismo» se entiende el progreso industrial, también la versión de Huxley nos resulta tediosamente anticuada: parecería que las grandes corporaciones metalúrgicas o eléctricas dominarían el mundo, pero por lo visto no contaban con la astucia de Monsanto ni la malhadada competencia coreana.

    Y la infelicidad que producen las sociedades avanzadas hace pensar en una interpretación muy subjetiva: ¿qué es infelicidad? Lo que reina en los lugares a donde quiere emigrar todo el mundo. Tal vez sea una meta del hombre, tal vez llegue el científico que demuestre que «infelicidad» sólo es «humanización», que los verdaderamente felices son los ratones.

  • Alejandro Gaviria
    18 noviembre, 2007 at 8:44 pm

    Jaime:

    1.En Brave new world, deshumanización es sinónimo de felicidad. Mi punto es que la felicidad deshumanizante no parece ser un destino probable en las sociedades industriales.

    2.La gente no cruza la frontera buscando felicidad. Van en busca de comida, como los ratones.

  • otro anonimo
    18 noviembre, 2007 at 9:13 pm

    Maldoror:
    Cuando usted le pide a un anónimo que dé la cara, a qué se refiere? Hay que mandarle foto?

  • Anónimo
    18 noviembre, 2007 at 9:26 pm

    Y es acaso, los ratones cundo comen no son felices. O es que acaso usted puede verle, en tercera dimension, la curva de indiferencia a los ratones despues de comer , asi sea en laboratorio?.

  • Roberto Angulo
    19 noviembre, 2007 at 1:18 am

    Yo creo que las predicciones de Aldous Huxley no contaban con que la biología y la eugenesia (especialmente) se fueran al traste como proyectos de investigación después de la segunda guerra mundial. Después de que el nazismo se apropiara de ellas y las convirtiera en una de sus banderas. Creo que no es gran cosa que no se cumplan las predicciones, así Huxley lo siguiera creyendo después de publicada. La ciencia ficción no es un horóscopo revistero (la mala lo es), y testear su calidad verificando las tesis ex-post es un ejercicio inocuo (creo yo), por más que quiera anticiparse la ciencia ficción es un testimonio de la época en la que se concibe y se escribe así como del medio y de la formación del escritor. Nieto del Bulldog de Darwin (Thomas), hijo y hermano de intelectuales biólogos (hermano mayor y hermano menor), Huxley expresa una apuesta entusiasta, muy de su época y de su familia, a la eugenesia y la biología como técnicas para el control de la sociedad, y falló claro, porque la eugenesia entró en un limbo durante mucho tiempo, entre otras muchas cosas. Y claro, la imperdonable, falló por subestimar el individualismo escurridizo del hombre.

    Pienso también, que es deleznable como argumentación la de los críticos del capitalismo que usan el libro de Huxley como la profecía que se cumplió: no se cumplió, ni se cumplirá y eso se sabía desde la post guerra.

    Recomiendo dos cosas, para la discusión: el capítulo Julián y Aldous en la novela «Las partículas elementales» de Michel Hoeullebecq (o la novela completa). Y el libro de ensayos «El hombre está solo» de Julián Huxley, escrito en plena segunda guerra mundial.

  • Alejandro Gaviria
    19 noviembre, 2007 at 2:20 am

    Roberto: la evaluación retrospectiva de las predicciones de la ciencia ficción es un divertimento literario. Yo no diría que es inocuo. Puede ser incluso interesante. En todo caso, el punto de la columna no era tanto una evaluación de la capacidad adivinatoria de Huxley, como un discusión sobre la crítica social inspirada en esa gran caricatura que es Un mundo feliz.

    Voy a releer el capítulo mencionada de Las partículas elementales.

    Otro dato curioso: Aldous Huxley murió el mismo día del asesinato de Kennedy. El recientemente fallecido Germán Espinosa escribió una columna al respecto en los años sesenta, reimpresa recientemente en una compilación publicada por el Fondo Editorial Eafit.

  • Alejandro Gaviria
    19 noviembre, 2007 at 2:40 pm

    Casualmente la última edición del New York Review of Books contiene un extenso un especial sobre el Prozac. Vale la pena echarle una mirada.

  • james bizarre
    19 noviembre, 2007 at 7:22 pm

    los cientificos colombianos solo enseñan teoria marxista-leninista en sus aulas. Acaso lanark sabe algo de física de particulas? acaso algun profesor colombiano enseña sobre leyes de termodinamica? Acaso algun profesor de los Andes tiene alguna remota idea de la biología celular y de la transducción de señales intercelulares. NO!
    CONOZCO MILES DE ESTUDIANTES COLOMBIANOS QUE NO APRENDIERON NADA EN SUS CARRERAS CIENTIFICAS, POR QUE EN LAS CATEDRAS IMPARTIDAS POR LA UNIVERSIDAD PUBLICA, LOS PROFESORES NO ENSEÑABAN NADA RELACIONADO CON LA CARRERA SINO que se la pasaban hablando sobre la inminente revolución y la crítica bolchevique a la sociedad capitalista. Lanark es un excelente ejemplo. Supuestamente en una universidad en Europa de lo único que sabe es de crítica literaria y de pensamiento de Izquierda. ufff!!!

    La ciencia colombiana debería ser mas como en paises decentes al norte de Tijuana. limitarse a estudios literarios especialmente al análisis NO UNIVERSITARIO de Borges y Vargas LLosa.
    Huxley -por ejemplo- es demasiado elevado para las mentes bajas de los profesores universitarios colombianos. Es a ellos a los que hay aplicarles la eugenesia, o convertirlos en enanos delta-epsilon, antes de que el polo poto implante su patríotica versión de 1984 en el muladar.

  • Juan Francisco
    19 noviembre, 2007 at 8:07 pm

    James Bizarre:
    Es interesante la forma de expresión que ha planteado. La ironía y la parodia como forma estética. Sin embargo me parece que el tema que discute no debe ser tomado exclusivamente en broma. En este tiempo que he estado de la Unal me he percatado que, a pesar de ser una gran universidad que posibilita adquirir conocimientos y habiliades de un valor incalculable, en la Unal los profesores que profesan ideologías marxista-leninistas, o en otros casos, ideologías «liberadoras», o lo que llaman hoy en día «pensamiento latinoamericano», sí tienden a cometer errores preocupantes en sus argumentos y en la calidad de las investigaciones que socializan. Aunque solo conozco lo que acontece en la facultad de ciencias humanas, en particular en Psicología, sí creo conveniente hacer una profunda reflexión sobre qué tanto nos explica y contribuye al desarrollo de nuestras disciplinas el mantenimiento de doctrinas ideológicas, y si las mismas no son producto simplemente de vacíos en la formación. Me preocupa ver cómo existen formas inadecuadas de plantear líneas de investigación solo porque los mismos investigadores siguen partiendo de supuestos dualistas, en los mejores casos, o ideológicos, en los más preocupantes.

  • Anónimo
    19 noviembre, 2007 at 8:16 pm

    Juan Francisco: Gracias por la honestidad y la relevancia de su comentario.

  • Jaime Ruiz
    19 noviembre, 2007 at 9:10 pm

    El enlace del Prozac está interesantísimo, y no estaría de más relacionarlo con dos temas constantes en la discusión actual, especialmente en Latinoamérica: la legalización de las drogas y la urgencia de que el Estado provea salud.

    Respecto a la cuestión de la tiranía de los médicos Savater ha escrito mucho, aunque creo que hay una tradición al respecto. En el caso del enlace sólo se trata de la manipulación de cualquier malestar para vender productos que supuestamente lo curan, pero la tiranía de los médicos es algo mucho más audaz y también es algo que requiere el socialismo. Se trata del gobierno de nuestra vida por un clero legitimado por algo más que retóricas para soliviantar envidiosos, y el cuento de que a través de las farmacéuticas se está cumpliendo la pesadilla de Huxley pasa por el olvido de que a nadie lo fuerzan a tomar nada… Creo que ese libro no se entiende sin recordar que durante esos años todo el mundo daba por caduco el liberalismo y por irresistible el ascenso del Estado.

    Bueno, el dominio de la vida por los médicos es la «salud» que por ejemplo reciben los venezolanos. Primero dejan de recibir recursos al perder su empleo por la necesidad de Chávez y los socialistas de hacerse con el control de la mayor parte de la economía y después los recursos petroleros se gastan en pagar a los médicos cubanos que van a atender a la masa creciente de pobres. Después esos médicos cubanos, malísimos según todos los testimonios que conozco, premian el comportamiento dócil con mejor atención y desde luego disuaden a cualquiera de protestar (no hablemos de cambiar de médico). A caballo «regalado» no se le mira el colmillo. Tras el despojo se reparten las migajas y los ladrones resultan proveedores milagrosos, aunque no disten mucho de imitar a Hitler.

    Pero es sumamente divertido que los mismos promotores del control estatal de ese tipo se desgañiten exigiendo la legalización de las drogas, actitud que en la mayoría de los casos es sólo un mecanismo de transferencia de culpa y un nuevo pretexto del antiamericanismo. De hecho, bastaría oír las explicaciones que da la gente en Colombia al origen del narcotráfico para refutar la hipótesis de que fue una lotería, vendría a ser como la señora que explica a su niño que en la entrepierna tiene la huella de un hachazo recibido en la guerra de Corea: esa lotería le tocó justito a los que iban a resultar víctimas de lo que los ha hecho millonarios, a los que tienen una constitución moral apta para eso.

    Con las drogas legalizadas (me lo dijo hace como veinte años un gringo antitabaquista), las campañas publicitarias promoviendo productos como la cocaína serían formidables. Y obviamente surgiría la necesidad apremiante de una planificación centralizada en defensa de la salud de todos.

    (La capacidad de distinguir entre «felicidad» y «comida» sólo es desconocimiento del hambre.)

  • Juan Francisco
    19 noviembre, 2007 at 11:47 pm

    El enlace del Prozac me deja con muchas dudas.
    No lo leí con todo el detenimiento, pero espero haber tenido claros algunos puntos.
    No sabría cómo refutar si la industria farmaceutica influye en la caracterización del DSM (manual estadístico para diagnóstico de trastornos mentales). . Y mucho menos si los síntomas secundarios que ocasionan las drogas pueden ser los mismos factores causales del malestar que suponen tratar. Es difícil tanto afirmar todo esto, como negarlo por completo, requiere de investigación. Sinembargo sí me parece que estas temáticas no pueden ser abordadas exclusivamente desde la perspectiva del escrto. El DSM esta lejos de ser una biblia para los psiquiatras y psicólogos clínicos, pero se emplea, al igual que su análogo europeo el CEI, porque permite orientar la diagnosis con criterios observables y comunes a muchos profesionales. El discutido diagnóstico multiaxial (al que se refiere el autor cuando describe el diagnóstico de estresores ambientales junto con las características del trastorno) esta lejos de generar una psicopatologización en todos los suejtos. Al contrario, permite abordar el problema desde varios puntos de vista.
    Ahorra, frente al argumento del aumento creciente de trastornos documentados cada año, que es relevante, cabe también la observación que el DSM ha permitido excluir otros que existían previamente, como la homosexualidad, y ha permitido dejar de lado otros conceptos confunsos y claramente mucho más psicopatologizantes, como la neurosis o la psicosis, conceptos que no partían de criterios de observación constantes en el tiempo, que no tenían puntos críticos y que se prestaban para múltiples interpretaciones. A su vez, el DSM permite diferenciar diferentes grados en los cuales un trastorno se presenta, y poder separar del mismo la diagnosisi de síndromes complejos como la esquizofrenia o las enfermedades degenerativas. A su vez, permite clasificar el grado en el que un malestar psicológico es causado por enfermedades médicas o no, cuando es exclusivo del desarrollo infantil y cuando no, cuando tiene una base psicobiológica determinante y cuando no… aunque sigue siendo discutible en tanto las teorías psicológicas y biológicas sobre el malestar psicológico y la desviación conductual no han podido dar la última palabra, y aunque tampoco permite dar orientaciones completamente definidas sobre el tipo exclusivo de tratamiento a recibir, el DSM es una herramienta muy conveniente para las personas.
    Para finalizar, quisera añadir que se ha encontrado que no existen diferencias claras sobre cuando es mejor para una persona un tratamiento farmacológico o una terapia conductual, o incluso una terapia de corte más autorreferencial. Según palabras de Barbara Stote, psicóloga clínica y neurocientífica de Austin, todavía no se sabe por qué unas personas responden mejor a una alternativa y otras a la otra. Pero, si bien podemos condenar intereses comerciales de las farmaceutas y los incentivos inadecuados que pueden crear, no por eso considero que hay que atacar las herramientas conceptuales y metodológicas que se ha logrado crear. Se que este es un tema escabrozo porque la maoría de las personas se sienten aludidas a cualquier forma de psicopatologización. Pero es que los profesionales en estas áreas nunca han pretendido que las poblaciones objeto superen el 5% por cada trastorno. Si la depresión presenta índices más altos, tal vez es una medida en la cual se confunden los estados de crisis vital con los estdos clínicamente significativos. Ahora, un trastorno no es sinónimo de incapacidad. Muchos se superan durante la vida. Algunos son propios de la infancia, otros de la adolescencia, otros de la vida adulta y otros de la vejez. La psicopatología es un tema demasiado amplio como para encasillarlo de la manera como creo lo hace el escrito.

  • Anónimo
    20 noviembre, 2007 at 2:51 pm

    Los colmillos son aditamento de los carnívoros, señor Jaime Ruiz. Encontrar un caballo con colmillos es más difícil que encontrar una yegua caníbal.

  • Jaime Ruiz
    20 noviembre, 2007 at 8:12 pm

    El anónimo de las 9:51 es sin la menor duda profesor de la U. Nacional, es imposible alcanzar tales cotas de ignorancia y suficiencia. Ver Colmillo.

  • Anónimo
    21 noviembre, 2007 at 1:34 am

    Don Alejandro parece que usted no sabe leer novelas y mucho menos este tipo de novelas, como se le ocurre que cada linea sea literal, se le olvidó interpretar y parece que esas cosas de la semiologia buste… ni idea.

  • Anónimo
    21 noviembre, 2007 at 3:33 am

    Alejandro:
    Hablando de “Idiocrazy”, basta ver las co-producciones latinoamericanas de la tv colombiana para darse cuenta del grado de imbecilidad al que ya ha llegado nuestro continente.

  • Alejandro Gaviria
    21 noviembre, 2007 at 3:58 am

    Sobre la semiótica, siempre he seguido el consejo de Vladimir Nabokov. Desdeño los símbolos. La semiótica, como decía el mismo Nabokov, es casi tan inútil como el psicoanálisis.

  • Juan Francisco
    21 noviembre, 2007 at 3:05 pm

    Anónimo 19:07}
    Me había olvidado de responder a sus afirmaciones. A continuación discuto cada una:
    1. Los Trastornos psiquiátricos no son enfermedades médicas: Entiendo que todavía se use el término Trs psiquiátrico, mas sin embargo, considero que es un error categorial. La psiquiatría es una técnica que surgió ante una demanda social cuando el desarrollo de las instituciones sociales hizo necesario dar una atención especial a los «enfermos», y a su vez, de manera lamentable, diferenciarlos de lo «otros». La psiquiatría, como disciplina (mas no es el caso de algunos psiquiatras) curiosamente nunca ha tratado de forma directa la investigación de las causas de los trastornos. La historia de la mayoría de los fármacos más utilizados ha sido casi por ensayo y error, y en los mejores casos, por estudios cuasi-experimentales. Realmente, ha sido el complejo de las neurociencias (neurobiología, fisiología, psicología, farmacología, entre otras, la historia de los procedimientos terapéuticos, la cual entregó concpetos y observaciones sobre diferencias individuales, y las investigaciones psicométricas y de aplicaciones estadísticas, las que han digado aun más sobre las cualidades y las posibles causas de los trastornos mentales.
    Pero además, si por trs psiquiátrico se entiende aquellos como la ezquizofrenia, las demencias, el síndrome de asperger, el retardo mental, el autismo… creo que pueden caber dentro de la categoría denominada «médica», aunque esta también es poco clara. Negar los determinantes biológicos de estos síndromes (que no son enfermedades por sus connotaciones sociales), es un error, porque las evidencias son condundentes.
    2. No se ha comprobado la existencia de trastornos mentales:
    esta afirmacion depende de lo que usted entienda por «comprobación». Creo que esta afirmación apunta más es al cuestionamiento de la categoría «trs mental». Por esto creo que es una duda epistemológica mas que escencialmente fáctica. Creo que usted afirmaría que debido que no se puden explicar por completo las causas de los trs mentales, es imposible afirmar que de hecho «existen». Mi respuesta para esta observación sería la siguiente; Existen trastornos mentales que tienen explicaciones muy claras. El retardo mental puede darse por hipoxia perinatal, por preclampsia materna y por mutaciones genéticas. La esquizofrenia, aunque es muy compleja, se presenta como un deterioro en la recaptación de neurotransmisores que altera por completo la química cerebral. El trastorno de pánico se presenta por el mal funcionamiento de estructuras del sistema límbico del cerebro, especialmente de la amígdala. El síndrome de estrés postraumático se presenta ante un evento traumático que genera una respuesta de generalización a estímulos que es completamente desadaptativa y que parece ser recordada por el funcionamiento conjunto de la amígdala y el hipotálamo (circuito que permite recordar de forma episódica y cargada emocionalmente). Y hay muchos otros ejemplos.
    Con su tercer punto estoy deacuerdo, pero por las razones que he expuesto, que son diferentes.
    4. La teoría sobre el desequilibrio químico como causa de los trs mentales no es un hecho:
    Aquí usted vuelve a caer en un error categorial. En el entendimiento del comportamiento humano y de lo psicológico, es necesario abordar los fenómenos que presentan regularidades obserbables (los trastornos en este caso) de manera integral. El desequilibrio químico se evidencia de maneras diferentes dependiendo de la cualidad e intensidad del trs en cuestión. Pero, como el cerebro y lo psicológico son realmetente dos manifestaciones diferentes de los mismo, así como lo biológico y lo socio-cultural también lo son, de la misma existencia, de la misma materia, las respuestas de nuestras células cerebrales están íntimamente relacionadas con nuestro bagaje genético, y estos a su vez están relacionados con el funcionamiento de las dierentes aprtes del cerebro, y este a su vez esta relacionado con el funcionamiento de los procesos psicológicos básicos tales como el aprendizaje, la percepción y el movimiento, y con respuestas complejas tales como la emoción, el afecto, el raciocinio, el recuerdo y el lenguaje (tal vez el más importante). Pero el funcionamiento del complejo cerebro- funciones del organismo, depende de la experiencia del mismo sujeto, y esta a su vez, de las convenciones sociales y culturales entre las cuales se destaca la Lengua, las reglas sociales, las costumbres, el conocimiento, las isntituciones…
    Como puede ver, el abordaje científico del malestar psicológico y la desviación conductual no han sido exclusivos de la psiquiatría, y hoy en día, nadie que trabaje en estos temas defendería el reduccionismo que usted mismo cuestiona.

  • Juan Francisco
    21 noviembre, 2007 at 3:52 pm

    Qué es el reduccionismo realmente?

    Creo que esta es una pregunta relevante para hacerse en el foro de esta semana. Yo mismo me la hago en estos días por algunas discusiones que he presenciado, pero también porque considero que la objeción al «reduccionismo» que hace Huxley nos permite ver los posibles errores categoriales de lso cuales él mismo parte, que terminan por hacer de su novela un relato predecible, y más centrado en los detalles descriptivos que en una discusión con un fin claro, sobre, bien sea, la naturaleza de la sociedad y,o la naturaleza del hombre.
    Por esto quiero compartir mi entendimiento sobre qué es el rreduccionismo realmente.
    Priermo, creo que algunas críticas al reduccionismo, curiosamente padecen del mismo mal que acusan, sin percatarse de ello. Hay quienes sostienen que la naturaleza social del ser humano surgió como producto, bien sea del desarrollo del cerebro, o bien sea del desarrollo de las sociedades. Curiosamente caen en el mismo artificio creacionista cuando conciben y defienden a ultranza que la naturaleza social del ser humano es diferente a la naturaleza social de los animales, y que por ende, lo social y lo biológico pertenecen a «mundos» distintos. Estas posiciones dualistas son por lo general inadvertidas en quienes las defienden. Y son evidentes en quienes consideran que la libertad es una condición dada de la misma forma que el «pensamiento», o que la voluntad es un atributo de la misma naturaleza que la «mente».
    Y segundo, El verdadero reduccionismo no consiste en explicar al ser humano y a su comportamiento de una manera monista o incluso en definir algunos determinantes. Si no que el reduccionismo se presenta cuando somos dualistas, cuando definimos algo en los mismos términos en los cuales tratamos de explicarlo, cuando empleamos metáforas para aquello que requiere explicaciones más concretas, cuando confundimos las categorías más apropiadas en el lenguaje para referir fenómenos de diferentes niveles de abstracción, y especialmetne, cuando creemos que el conocimiento es válido si es válido bajo acontecimientos particulares y no generales.

  • Maldoror
    21 noviembre, 2007 at 10:29 pm

    Juan Fransisco:

    Cuando ud escribe…

    Curiosamente caen en el mismo artificio creacionista cuando conciben y defienden a ultranza que la naturaleza social del ser humano es diferente a la naturaleza social de los animales, y que por ende, lo social y lo biológico pertenecen a «mundos» distintos.

    creo que el que se equivoca es ud, porque las personas que resltan la primacia de los social como parte del ser humano, no pretenden que lo biologico y lo social sean dos cosas de naturaleza distinta. Más bien piensan que lo biologico está distanciado de lo social y del concepto de racionalidad, de la misma manera que la comprensión de la fisica está distanciada de lo biológico, aun siendo que los procesos biológicos responden a las leyes de la fisica.

  • Jaime Ruiz
    22 noviembre, 2007 at 2:22 am

    Perdón por meter cucharada, pero da la impresión de que Sergio concibe lo social como un conocimiento y no como una fatalidad. El hombre está condenado a aprender de su madre y de los demás, pero la comprensión de la física no es una condena inexorable asociada a la condición humana.

    Ahí la acusación de Juan Francisco («caen en el mismo artificio creacionista») encuentra demostración: la física resulta tan fatal como la socialidad y en últimas inconcebible como logro de una especie animal. Pero nada de eso ocurre, el hombre es un accidente del cosmos que podría llegar a dominarlo y darle un sentido, pero su mera existencia es un «milagro» tan increíble como la de cualquier otra especie. La superioridad «per se» que se genera al concebir los conocimientos sobre física como un hado inexorable es teísta y creacionista.

  • Anónimo
    22 noviembre, 2007 at 2:25 am

    «No existen análisis de sangre o pruebas biológicas que determinen la presencia o ausencia de la enfermedad mental, como existen para la mayoría de las enfermedades del cuerpo. Si se desarrollara una prueba de este tipo, entonces la condición dejaría de ser una enfermedad mental y se clasificaría como síntoma de una enfermedad física» Profesor Thomas Szasz, profesor de psiquiatría emérito

  • jean baptiste poquelin
    22 noviembre, 2007 at 3:25 am

    bah aqui en este asqueroso muladar ningún universitario tiene derecho a hablar de ciencias naturales. únicamente los agricultores lectores de Borges, la gente decente y culta.

  • Anónimo
    22 noviembre, 2007 at 4:11 am

    Dijo hoy(21-11-07)otro estudio que los colombianos son los mas felices de America Latina, tan felices como los ratones y mucho mas que Huxley. Son las evidencias de un mundo feliz.

  • Anónimo
    22 noviembre, 2007 at 4:54 am

    Dn Alejandro.
    La ficción es una construcción semiótica autónoma, se refiere a la materialidad del lenguaje, de ahi que la literatura es procedimiento y conectarla con la vida o la emoción, implica que no se sabe leer. Por lo tanto te perdiste a Lolita de Nabokov. Don Alejo uno aveces es feliz con el desdeño porque se aleja del esfuerzo de conocer.

  • Anónimo
    22 noviembre, 2007 at 5:20 am

    Por significados imaginarios se mata y se muere, se ama etc. o sino que le da sentido al gobierno de uribe, pues el significado imaginario de «la patria» y otros significados imaginarios acomodados a lomo de mula y con carriel montañero lleno de incontables mentiras. La tensión no está en los significantes solamente, está en los signos, sus valoraciones, su materialidad, leer es eso: sacudir significados.

  • Lanark
    22 noviembre, 2007 at 12:02 pm

    Sin meterle fatalidades ni valoraciones morales, quisiera anotar algo sobre el reduccionismo. El reduccionismo consiste en asumir que se puede reducir una descripción compleja a uno más simple, sin perder nada importante en el proceso.

    La manera más completa de entender esta reducción se enmarca en lo que se llama niveles de emergencia, el concepto desarrollado por Nagel, Bunge y compañía. La cosa va así.

    Hay un nivel donde las cosas tienen una complejidad baja (en términos de elementos y relaciones entre ellos): digamos que es el nivel físico, con unos pocos elementos muy bien definidos con relaciones sencillas entre ellos.

    Si juntamos muchos de esos (digamos, muchas partículas) puede aparecer un nuevo nivel de emergencia mas complejo, digamos el nivel químico. Ahí aparecen cosas nuevas: las sustancias, las reacciones, etcétera.

    Si estas cosas con estructura en el nivel químico se vuelven más complejas, puede aparecer el nivel biológico, y ahí hay cosas que no existían, como los organismos, los genomas, etcétera.

    Si estas cosas siguen complejizándose, puede aparecer el nivel comportamental, que según los conductstas es el que estudia la sicología. Los conceptos utilizados para explicar el comportamiento pueden ser tan distintos de los conceptos biológicos como el software es al hardware.

    Y así puede uno seguir ascendiendo en niveles de complejidad, aunque no hay consenso sobre si el nivel sociológico puede justificarse con características emergentes que no existan en el nivel comportamental.

    Pues bien, hay varios tipos de reduccionismo, y sólo los más radicales rechazan los fenómenos emergentes.

    Sospecho que el reduccionismo del que habla Juan Francisco es el que intenta reducir el nivel comportamental al biológico. Aunque esté de moda atacar todo reduccionismo, el caso contra el reduccionismo biológico no es fácil, porque la sicología no está suficientemente formalizada para definir sus objetos de estudio como fenómenos claramente emergentes, distintos a los biológicos.

    Sobre Huxley, es claro que él le da un papel muy importante a lo biológico en su descripción de la condición humana, pero en mi opinión, lo que hace que su libro sea una reflexión no trivial, y su utopía una distopía, es precisamente que lo comportamental, lo sicológico, no pueda reducirse a lo biológico. El mundo feliz, es feliz para los hombres en cuanto seres vivos, pero no tanto en cuanto seres pensantes. Por eso son sólo los individuos Alfa los que se rebelan; ellos tienen un comportamiento que es claramente menos determinado desde lo llanamente biológico.

    Obsérvese que lo que usualmente se llama reduccionismo es el reduccionismo a lo biológico, o, a lo sumo, a lo químico. En el siglo XX muy pocos han intentado una reducción de todo a la física, programa muy popular en el siglo XIX. Lo cual no impide a los posmodernos creer que es algo que está en la agenda de la racionalidad «occidental».

  • panOptiko
    22 noviembre, 2007 at 12:09 pm

    Venia a otra cosa. Antes perdon por pasar encima de su discusion y presentarles otra cosa. Como se que al selecto publico de este espacio tiene en alta estima lo que sucede en Venezuela, queria presentarles un incidente de estos dias:

    Primero se encuentra uno con este video, uno de los mas vistos del dia en youtube:
    http://www.youtube.com/watch?v=CTQAfjJMuxs
    el contenido es principalmente violencia, pero no se entiende de que se trata. Morbo puro.

    Un video mas alla, de la oposicion
    http://www.youtube.com/watch?v=ITH_4xKYUrA&feature=related
    resenna el incidente con todo detalle, tal vez con algunas exageraciones. Noten, que aun no sabemos de que se trata el asunto.

    Menos visto, 57 visitas, en el siguiente video se lee el panfleto que produjo tal actuacion:
    http://www.youtube.com/watch?v=Wz7Uv620xJE&feature=related

    Cada quien que saque su conclusion, que las hay en varios ambitos, mas si este es el nivel del problema dentro de Venezuela, puede que la catastrofe este a la vuelta de la esquina ( o sera que siempre ha estado alli?)

    *****

    Pero entonces me encuentro con el comentario suelto de Alejandro a las 22:58 y se me antoja que es como cuando todos en la vecindad se callan y queda el chavo diciendo algo sobre el profesor longaniza.

    De que manera desdenna los simbolos?
    Cuando los desdenna? Cuando son objeto de su critica o cuando los usa en sus escritos? O cuando se los topa en su vida diaria, o solo en el trabajo?
    Que le parece mas inutil la obra de Umberto Eco o el trabajo de los disennadores graficos y publicistas? O tal vez la semiotica medica, la computacional o la social?
    Es tal vez iconoclastia o capricho?
    O simplemente el nudo del subconciente que el realismo-empirismo exige cuando no se tiene confianza sobre los alcances del constructivismo y el lenguaje?

    De este tema ya veniamos hablando, Alejandro, y la ultima vez dijo, si no me equivoco, que no sabia cual era su posicion frente al lenguaje. Creo que esta interpelacion es un avance, al mejor estilo de Freud.

    Seguimos conversando.

    Saludos a todos.

    (las tildes y errores ortograficos son un hecho deliberado del autor para que recuerden la importancia de la ortografia)

  • Alejandro Gaviria
    22 noviembre, 2007 at 1:49 pm

    No quiero armar una polémica sobre la semiótica. Simplemente cada quien lee como quiere. A mí no me gusta leer pensando en que los pescaditos de oro son un símbolo de la fecundidad femenina o una alusión velada a la obtusidad masculina. Siempre sospecho de quienes ven en cada hendidura un abismo sexual.

    Panoptico: yo no estoy hablando del los diseñadores gráficos o del estudio de los símbolos por fuera de la literatura. Hice un comentario puntual sobre una forma de lectura, de abordar ciertos textos, que me parece equivocada. O aburrida.

    Mi desden por la semiótica no implica un desprecio por las metáforas, entendidas no como simples ornamentos sino como búsqueda de nuevos significados. Ni tampoco implica una crítica a las interpretaciones aventuradas que van más allá de lo que el texto propone. La novela de Huxley, completamente esquemática y deliberada, no se presta, en mi opinión, para las especulaciones semióticas.

    Hay un libro de entrevistas de Nabokov (Strong opinions) que me gusta leer de vez en cuando. Disfruto el desenfado orgulloso del novelista y poeta ruso:

    The notion of symbol itself has always been abhorrent to me. I never tire of retelling how I once failed a student for writing that Jane Austen describes leaves as “green” because Fanny is hopeful, and “green” is the color of hope. The symbolism…attracts computerized minds but destroys plain intelligence as well as poetical sense.

  • Alejandro Gaviria
    22 noviembre, 2007 at 1:51 pm

    Lanark: quienes se revelan no son lo alfas. Al menos no estrictamente. Son quienes están en la frontera entre los alfa y los beta. Los alfa defectuosos. Pero estoy de acuerdo: la felicidad irreflexiva siempre ha sido considerada como sospechosa. El mismo Mill (un utilitarista) afirmó que prefería a Sócrates infeliz que a cualquier estupido satisfecho.

    Quienes critican al reduccionismo terminan como el personaje de Borges, inmersos en la tarea imposible de construir un mapa de escala 1:1. En las ciencias sociales, existe la pretensión (o el discurso) de asumir la complejidad de las cosas, de considerar todas las dimensiones. Por ello los científicos sociales muchas veces terminan en descripciones inútiles, en inventarios de complejidades. Esto es, construyendo mapas a escala 1:1.

  • panOptiko
    22 noviembre, 2007 at 2:32 pm

    Alejandro, gracias por su aclaración, pero me parece que la generación de su comentario es una ligereza odiosa. Entiendo que lo que le desagrada es el simbolismo, y las interpretaciones convencionales, que no la semiótica y el estudio amplio de lo connotado y lo denotado.

    Está interesante los de los alfa defectuosos ¿dónde se puede leer sobre ello?

    Otra cosa,

    Y quienes critican la complejidad, ¿será que la ven muy fácil?

    De nuevo, en mi humilde opinión, la generalización es más que odiosa.

  • Maldoror
    22 noviembre, 2007 at 2:36 pm

    Quienes critican al reduccionismo terminan como el personaje de Borges, inmersos en la tarea imposible de construir un mapa de escala 1:1. En las ciencias sociales, existe la pretensión (o el discurso) de asumir la complejidad de las cosas, de considerar todas las dimensiones. Por ello los científicos sociales muchas veces terminan en descripciones inútiles, en inventarios de complejidades. Esto es, construyendo mapas a escala 1:1.

    Quizas, pero el opuesto o la tendencia opuesta es tan poco explicativa como pretender hacer un mapa 1:1.Se convierte en un argumentación ad hoc tratando de acomodar todo a un paradigma en el que uno o dos factores pretenden explicar todo.

  • Jaime Ruiz
    22 noviembre, 2007 at 2:45 pm

    Es desconcertante que en Colombia hagan escándalo por lo de Iris Varela, reflejo de lo grotesco que es un país en el que no se mira en el contenido de los platos sino en el material de los cubiertos. La violencia de los matones chavistas es casi un comportamiento respetable en comparación con las campañas por el «intercambio humanitario», que sólo es el cobro del secuestro. ¿Qué clase de seres humanos pueden convivir con eso? Unos que acudirían a un restaurante en el que les sirven filetes de carne humana y pueden salir fotografiados comiendo con tenedores de oro.

  • panOptiko
    22 noviembre, 2007 at 3:41 pm

    JR ¿Cuándo dice «en Colombia» se refiere a mi comentario?
    Si es así, me das mucho crédito, muy lindo de tu parte. Un beso.

  • Lanark
    22 noviembre, 2007 at 3:41 pm

    Jaime: Son los colombianos de bien los que comen proteína. Los demás sólo comen arroz y papa, y por eso son deformes ¿no? Igual que la deprivación de oxígeno hacía a todos, de los gamma para abajo, capaces de aceptar su condición y no querer ascender a alfas, en Colombia es a punta de carbohidratos que la gente pierde ese empuje «luterano» y se conforma en una sociedad «con castas».

  • Alejandro Gaviria
    22 noviembre, 2007 at 5:56 pm

    Sergio:

    Los reduccionismos no son simplemente simplificaciones arbitrarias. Buscan enfatizar lo esencial. Y además, para sobrevivir, tienen que ser capaces de explicar u organizar la evidencia.

    Siguiendo con las generalizaciones –y con el perdón de panóptico–, reduccionismo y ciencia son la misma cosa.

  • Lanark
    22 noviembre, 2007 at 6:39 pm

    La discusión de Maldoror y Alejandro en torno al reduccionismo me recuerda muchos puntos que se tocaron en el excelente libro de Regis Debray y Jean Bricmont, «a la sombra de la ilustración«. Debray es una figura del pensamiento posmoderno, precisamente por ser un investigador que se dedicó a hacer mapas 1 a 1, al estudio de casos particulares, y defiende a capa y espada esa forma de investigación. Y Bricmont, por otro lado, representa un racionalismo algo radical, una posición similar a la de Alejandro. Entre los dos logran un diálogo tremendamente interesante, encendido a ratos, pero siempre respetuoso, sobre sus enfoques del conocimiento.

  • Jaime Ruiz
    22 noviembre, 2007 at 8:54 pm

    La ironía de ese portento de intelectual que firma Lanark descresta al más pintado, Madre de Dios, qué genialidad, por comer sólo papas no llegan a ser luteranos, lo que se dice una respuesta enjundiosa y esclarecedora, no sé por qué me obstino en creer que en la U. Nacional sólo hay mediocres aferrados a una renta recitando la propaganda del terrorismo y exhibiendo una indigencia moral e intelectual que avergonzaría a los sicarios si les permitieran hablar.

    Resulta que en Colombia la mitad de los empleados públicos está en el primer decil de renta, y sumados a las personas que reciben pensión estatal, sin la menor duda muchas más, conforman una clase de gente rica y absolutamente parasitaria, que cobra por millones algún asesinato en la juventud como parte de la «lucha» sindical o de la carrera revolucionaria. Es la base social de la «izquierda democrática», la clase de gente que sostuvo a Samper y eligió a un hampón de peor calaña como alcalde de Bogotá.

    Eso sí, en cuanto pueden se compran zapatos caros y resulta evidente que son de estrato 5 y la presión para cobrar de la ley 002 se convierte en mera opinadera y difusión de rumores (ya no hay que controlar a los hijos de los secuestrables como en otra época). En fin, también los que negocian los secuestros económicos tienen buenas maneras, en Colombia lo de Iris Varela es escandaloso porque todo el mundo se acostumbró a batirle la cola a los empresarios del secuestro y a ver si ven caer alguna migaja del negocio y lo único que cuenta es la marca de los zapatos que se ostenten. De hecho, fue el maldito capricho de la bola de la ruleta, podría haberse detenido en Japón o en Canadá, pero ya se ve, unos nacen con estrella y otros nacen estrellados.

    Panóptiko, pues sí, usted dice mas si este es el nivel del problema dentro de Venezuela, puede que la catastrofe este a la vuelta de la esquina ( o sera que siempre ha estado alli?), y me quedo pensando que tres mil secuestrados que llevan hasta cinco años en manos de los captores y una disposición unánime de toda la clase intelectual a tapar completamente ese hecho, ¿cómo va a ser considerada una catástrofe? Sólo un poco de mala suerte.

  • panOptiko
    23 noviembre, 2007 at 12:19 am

    Alejandro, es lo del vaso medio vacío o medio lleno. Aceptando su concepción de ciencia, en muchos casos el avance en ella ha sido lo contrario quitar de a poco las restricciones de los modelos sencillos. Creo de nuevo que su crítica va para los que quieren agarrar el todo desde el principio.

    JR, yo sólo quería decir que si el argumento que le queda a la oposición venezolana es hablar del bebé muerto de la señora, y los medios no muestran la totalidad de la historia, pues grave.Pero ya vi mi error y pido disculpas. Desde hoy voy a ser mejor persona. Gracias.

    Mas no hace falta que regañe al país entero, el del problema soy yo.

  • Jaime Ruiz
    23 noviembre, 2007 at 7:04 am

    También a Posada Carbó lo asusta la crispación y la polarización y se proclama portavoz del centro: ni de los que quieren el aumento de los secuestros y masacres ni de los que quieren su reducción, sino que se mantenga en los mismos niveles; no de los que quieren la desmovilización de las bandas armadas y la liberación de los rehenes, pero tampoco de los que quieren el triunfo y el premio de los secuestradores y masacradores: por el centro, sensatez se ha dicho, que se premien razonablemente los cilindrazos y minas, no faltaría más sino dejarse polarizar.

    Perdón, esa caricatura es injusta, me dirán que a lo mejor Posada Carbó no quiere más masacres… En realidad es mucho peor, la bajeza ya no se escuda en distracciones morales sino en limitaciones cognitivas: ¡el pobre ha olvidado las lindezas de Carlos Gaviria sobre el delito político, la ausencia de condena del PCC a los secuestros, la declaración programática a favor de la negociación política del PDA, la presión por el «intercambio humanitario», la obstrucción a todo esfuerzo por impedir más masacres que lleva a cabo el mismo partido…

    No podía faltar la cita a Garrigues Walker: a este señor la llamada a ir por el centro con una secta de canallas mucho más cínicos y sanguinarios que Batasuna le habría dado arcadas, pero en Colombia, como bien explicaba un comentarista de este blog, la gente es más laxa con esas cosas, sobre todo cuando alcanza poder en el periódico que dirige el director de Alternativa, el periódico que para combatir la crispación hizo cuanto pudo en tiempos de Pastrana para que se premiara a las FARC.

    La peor bajeza, la que se enmascara con el nombre de decencia o sensatez.

  • Lanark
    23 noviembre, 2007 at 8:45 am

    Acá tenemos una forma más pintoresca de reduccionismo:

    «portavoz del centro: ni de los que quieren el aumento de los secuestros y masacres ni de los que quieren su reducción»

    Maravillosa definición de la derecha (los que quieren «reducir» los secuestros) y la izquierda (los que quieren su «aumento»).

  • Jaime Ruiz
    23 noviembre, 2007 at 8:50 am

    Bueno, Lanark, excelente retrato. La izquierda en Colombia es el partido de los que no condenan los secuestros y sí los cobran. La «izquierda» es otra cosa, pero ¿qué va a entender nada alguien como usted? Para las criaturas de su calaña es legítimo que Tirofijo aspirara a ser papa: ¿acaso no se llama Pedro?

    ¿O es que el PDA no pide que se cobren los secuestros? Lo repugnante no es que un miserable como usted salga a defender «la izquierda», sino que es representativo de los que escriben aquí: ninguno se ha dado cuenta de que el PDA quiere que las masacres sean fuente de derecho, sólo de que son de izquierda y quieren la solución del conflicto.

    ¡Qué mala suerte la cayó a Colombia!

  • Lanark
    23 noviembre, 2007 at 10:33 am

    Por eso es que expresar ideas estatistas es peor que secuestrar y castrar policías, y «la respuesta al comunismo no es un argumento sino eficacia del ejército y la policía«

    Con eso, y su cuento de que a la UP la exterminaron «los demás narcos», ya se ganó alfombra roja en el blog de Mancuso.

  • Jaime Ruiz
    23 noviembre, 2007 at 11:22 am

    Ordenar que se secuestre gente y se castren policías es peor que hacerlo, sobre todo cuando el lucro resultante es por completo aleve. Y obviamente sin los asesinatos de candidatos rivales y los millones de las retenciones y el narco no sería posible comprar a la cleptocracia tradicional ni asegurar las prebendas: si la policía y el ejército hubieran sido eficaces impidiendo todos los crímenes que han enriquecido y «empoderado» a los comunistas, lo más seguro es que usted no disfrutaría de la beca ni iría tan jovialmente por el mundo (como tantos).

    Hay miles de personas ricas gracias a las castraciones, los pobres niños que las cometen son otras víctimas de esas personas. Pero ¿quién es responsable? Sin ir más lejos, en este foro no hay ninguna condena de esas personas sino un rechazo unánime a quienes las desaprueban.

  • Roberto Angulo
    23 noviembre, 2007 at 3:00 pm

    «Esto es un mapa de bogotá» dice el sensato.

    «Esto «es» bogotá» Dice el reduccionista.

  • Anónimo
    23 noviembre, 2007 at 3:26 pm

    Muy facilmente se puede demostrar que Alejandro Gaviria no existe, el es un simbolo con significado y significante, con solo usar el metodo de reduccion al absurdo queda demostrado que es alfa. La ecuacion es insoluble para JR.

  • Anónimo
    23 noviembre, 2007 at 4:18 pm

    Por ejemplo, jr nunca dice que piensa. Por eso escribe mucho.

  • Maldoror
    23 noviembre, 2007 at 6:02 pm

    Lo de Jaime Ruiz es un reduccionismo….cerebral propio….

  • Anónimo
    24 noviembre, 2007 at 9:47 pm

    jaim ruiz es un fenomeno colombiano bastante comun,quiere figuracion,se enoja con los que figuran,es como su idolo uribe velez,buen ejemplo del reduccionismo maniqueo.
    cantaleta feminista.

  • Anónimo
    24 noviembre, 2007 at 9:47 pm

    jaim ruiz es un fenomeno colombiano bastante comun,quiere figuracion,se enoja con los que figuran,es como su idolo uribe velez,buen ejemplo del reduccionismo maniqueo.
    cantaleta feminista.

  • Anónimo
    25 diciembre, 2007 at 1:02 am

    Los 500.000 habitantes del departamento del Chocó en Colombia se encuentran secuestrados hace más de un siglo. Secuestrados por la corrupción política, por el abandono de sus dirigentes, por la desidia de sus propios líderes. Es el departamento más pobre y más corrupto de Colombia. ¿Y que ha hecho Piedad Córdoba, su hija célebre, para evitar esta terrible situación de miseria que afecta a sus propios conciudadanos que viven hoy en palafitos de la edad de piedra, sin acceso a salud ni a educación básica?

    A la señora Córdoba le produce alergia la pobreza. Trabajar por su pueblo sería una labor casi anónima que no produciría titulares de prensa ni abrazos con presidentes. Ella es adicta al flash de las cámaras, al espectáculo, a los escenarios rutilantes. Revisen su labor pública durante más de un cuarto de siglo. ¿Qué ha hecho por los pobres de su departamento? ¿Por qué el Chocó, que siempre ha sido manejado por sus aliados y amigos políticos, es el más corrupto de Colombia?

    Esa es la dialéctica que manejan los Chavistas y el Movimiento Bolivariano del que ella es embajadora en Colombia: Horas y horas de discurso social, manipulación de los medios de comunicación, histrionismo, teorías rimbombantes de luchas de clases, que terminan convirtiéndose en más pobreza, más desigualdad, más opresión.

    ¿En eso aspira convertir la señora Córdoba a Colombia con la ayuda de los petrodólares de Chávez? ¿En un Chocó de 42 millones de muertos de hambre?

  • Anónimo
    16 abril, 2008 at 8:59 pm

    tio..no te enteras de nada cabron, mira tu ahora mismo eres un habitante de ese mundo feliz! y ni te das cuenta!! DESPIERTA!