La noticia, con todo lo que tiene de trágico, triste y desconsolador, ha sido reportada con insistencia durante los últimos días: el mayor Edward Alexander Ossa murió de un cáncer en EE. UU. y su familia ha tenido que recurrir a la solidaridad de sus compatriotas, de nosotros los colombianos, para pagar una cuenta pendiente de más de 50 mil dólares en gastos médicos.
Sobre la dimensión humana de la noticia, solo cabe expresar la solidaridad, el aprecio a la familia y, por supuesto, la intención de contribuir, en la medida de nuestras posibilidades, a aligerar las penurias económicas que exacerban el dolor ya insoportable de esta muerte prematura.
Pero existe también una dimensión pública de este caso. Respetuosamente quisiera hacer varias aclaraciones al respecto.
Primero, este caso no compete directamente al Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS), a nuestro sistema de salud, sino al régimen especial de las Fuerzas Armadas.
Segundo, no creo que, sin conocer la historia clínica, sin analizar los detalles del caso, pueda decirse, como han dicho algunos periodistas, que los oncólogos colombianos son incapaces de diagnosticar un cáncer renal. Muchos de nuestros oncólogos tienen el mismo conocimiento y la misma preparación de sus homólogos en Estados Unidos y Europa. La calidad de nuestra medicina oncológica es innegable.
Tercero, el cáncer es una enfermedad compleja (por definición). Los tratamientos son inciertos y las posibilidades terapéuticas no son infinitas. La medicina moderna, a pesar de todos sus avances, tiene límites. La tiranía de la esperanza nos lleva, a todos, a desconocer estos límites. No es fácil (lo sé por experiencia), pero cualquier análisis de este caso (y otros similares) debería diferenciar entre las fallas de los sistemas de salud y los límites de la medicina moderna.
Y cuarto, este caso pone de presente, de manera indirecta, paradójica, una de las ventajas de nuestro sistema de salud: la protección financiera. Salvo contadas excepciones, las familias colombianas no tienen que hacer colectas públicas para pagar por la salud. En términos de protección financiera, nuestro país está en el mismo nivel de los países europeos de la OCDE. El gasto de bolsillo en Colombia es sustancialmente menor que en casi el resto de los países de América Latina. A veces incumbe valorar lo que tenemos.
Dario Fernando Acosta Rojas
30 marzo, 2018 at 5:49 pmLo importante es que se reconidca unas debilidades y se trabaje por corregirlas, y que las fortalezas por reforzarlas
#Lumicaso.
30 marzo, 2018 at 6:10 pmUno de mis hermanos, de 49 años fue diagnosticado con ese mismo tipo de cáncer; desafortunadamente el renal es de los más dolorosos y fulminantes. No se pudo hacer nada; un año de sufrimiento y finalmente falleció. Y que pena doctor, pero es que los medios y las redes solo saben…bla, bla, bla, bla, bla. En mi familia somos expertos en el tema, llevamos 7 casos de cáncer, de diferentes tipos, y de todas las edades, desde los 7 añitos, hasta los 77…
Unknown
31 marzo, 2018 at 10:27 amHay mucho de certeza en lo que dice ministro; pero debemos trabajar fuertemente en la aacesibilidad al sistema, para el inicio oportuno de tratamiento en los casos de cáncer. Su ejemplo personal es un caso de exito por un tratamiento oportuno y sin barreras adminustrativas, que son las que tienen muchos colombianos, principalmente con las EPS. Es bueno recordar que los atributos básicos de calidad en nuestro sistema de salud son: Pertinencia, Accedibilidad, Continuidad, Oportunidad y Seguridad.
JORODI44
31 marzo, 2018 at 6:42 pmMinistro la concepción teórica del sistema de salud de Colombia es muy sólida. El problema está en el talante con que los stabkeholders han abordado su papel: usuarios a cotizar poco o nada y exihir todo
Prestadores a facturar para maximizar el margen. Intemediarios a retener recursos negando servicios y pagos. Formadores de personal ofreciendo programas para recoger matrículas. Politicos generando normas para encontrar nichos de mercado que ellos sprovechan. Parece que emtonces no va a funcionar. Habria que empezar por empoderar al paciente para ayudar a cuidar los recursos. Esto se logra el dia que recuperen el poder escoger quien lo atiende y no a donde lo manden. Y a los médicos que recuperen su capacidad de toma decisiones basadas en el saber y la evidencia.
Mgarcia
4 abril, 2018 at 1:32 amGracias por el reconocimiento a la Oncologia que se practica en Colombia. Sin embargo, no es fácil comprender una ciencia imperfecta, donde como la Astronomia en su momento todavia creemos que somos el centro del mundo.
Anónimo
6 abril, 2018 at 9:24 pmNingún ‘falso positivo’ ocurrió al azar, se trató de una estrategia fríamente calculada para mostrar que la guerra contra las guerrillas la estaba ganando el Estado colombiano.
Conclusiones del ex teniente coronel Omar Eduardo Rojas Bolaños en Ejecuciones extrajudiciales en Colombia 2002-2010, obediencia ciega en campos de batalla ficticios.
Este es el Estado colombiano.