- A los dogmáticos de izquierda y derecha que creen en la infalibilidad del Estado o de los mercados.
- A los que niegan el progreso social y se resisten a enfrentar hechos incómodos.
- A los intelectuales melancólicos y su reaccionarismo progresista.
- A los oidores de Santa Fe y sus herederos en las cortes que sobrestiman el poder de sus fallos y exhortaciones.
- A los indignados permanentes que pontifican desde la superioridad moral.
- A las mayorías extorsivas que no toleran la diferencia.
- A los iliberales y sus arrebatos románticos en favor de los caudillos y sus utopías.
- A los que desprecian la ciencia y sus verdades incómodas.
- A los puritanos que se duelen de la felicidad ajena (incluidos los de la izquierda mojigata).
- A los mercaderes de la inmortalidad (la iglesia católica y la industria farmacéutica, entre otros).
Anónimo
21 diciembre, 2016 at 7:03 pmMe inscribo en su escuela. Feliz Navidad y un excelente 2017.
Richard
22 diciembre, 2016 at 12:26 amExquisita selección ministro. A todos ellos, que parecen uno.
Felicitaciones por su pensar. No desfallezca ministro, su discurso es creíble.
pajaritu
23 diciembre, 2016 at 1:17 amY que no falte: Llevarnos la contraria a nosotros mismos para que no sesguemos nuestra visión. De usted aprendí sobre la importancia y la necesidad de ser "autosubversivos".
Gracias infinitas por compartir estas ideas y reflexiones. Su uso del lenguaje es magnífico y la transmisión de ideas, impecable.
Siempre, siempre, siempre, es y será, un placer leerlo.
Ana Cecilia Guingue
14 mayo, 2017 at 11:08 amMe encanta este!!
Yuber Calixto
23 diciembre, 2016 at 3:53 pmNe antojé del libro. Feliz año.
Anónimo
23 diciembre, 2016 at 5:08 pmMinistro, incómodos tiene tilde.
No desfallezca, saludos.
Alejandro Gaviria
23 diciembre, 2016 at 9:23 pmGracias a todos por los comentarios. ¡Feliz navidad!
Gonzalo Araujo Daza
24 diciembre, 2016 at 1:00 amMe identifico plenamente con el Ministro, solo le critico arrodillarse ante Ardila Lule y el azúcar de sus bebidas en la reforma tributaria
[email protected]
24 diciembre, 2016 at 2:01 pmMe apunto al libro ministro. Sobre el último comentario de Gonzalo, recuerde que lo intento por varios frentes. Ahora debera hacerlo desde el ministerio. Lo mismo pasa con la necesidad imperiosa de prohibir el asbesto para salvar miles de vidas en el futuro.
Alejandro Gaviria
24 diciembre, 2016 at 4:44 pmMil gracias. Esa es la tarea para el año entrante. Con lo de las gaseosas se avanzó mucho. Pero no pudimos. Seguiremos en la lucha.
jorge juan Orozco S.
27 diciembre, 2016 at 9:01 pmMinistro, si intelectualidad, su academia en el sector de la salud fue una luz para mi cuando tuvieron a bien nombrarme como secretario de Salud de La Guajira, lástima que no alcanzamos a poner en orden la casa, pero quedo una gran enseñanza, sustraída de ud y su equipo y más que ministro, veo uno de los funcionarios públicos con el pie en la tierra, yo considero que el que se cae es por que estaba de pie y el que nunca se ha caído es porque siempre ha estado arrastrado y no tienen su talento, entre muchos la mayoría del congreso, mi reconocimiento y respeto hacia ud.
Ana Cecilia Guingue
14 mayo, 2017 at 11:11 amMe encanta este comentario!
Luís A. Daza C.
26 diciembre, 2016 at 11:39 amEstá súper el post. Un abrazo y mi apoyo total apreciado Ministro!
santiago puerta
26 diciembre, 2016 at 2:16 pmExcelente sentencias, totalmente acuerdo. Solo agregaria que se necesita capacidad intelectual y valentia para defender nuestras propias convicciones.
Pd:Gonzalo el arrodillado no fue el ministro sino el congreso en pleno.
Anónimo
29 diciembre, 2016 at 1:39 pmInteresante.
Anónimo
29 diciembre, 2016 at 1:56 pmMuy interesante ¿Qué tal esta otra lista? Hay que llevarle la contraria a:
1. Los políticos travestidos de técnicos que son puestos en sus cargos para que todo permanezca igual.
2. Los ministros ególatras.
3. Las EPS que fueron tan beneficiadas por usted.
4. Los bancos con quienes usted se siente tan en deuda.
5. La industria de licores, a quienes usted ni toca en sus argumentos de salud pública.
6. Al gobierno mentiroso, que no hace nada serio contra la corrupción.
7. A los ministros que usan los medios institucionales para promocionar un libro propio, sin ningún pudor.
8. A los que manosean los datos y dicen que son iluminados por la ciencia.
A usted, ministro, hay que llevarle la contraria.
Mauricio Jaramillo Marín
6 enero, 2017 at 3:57 pmSumo:
– A los que, bajo anonimato injustificado –porque no hay amenazas, ni riesgos al revelar la identidad–, lanzan acusaciones sin sustento.
– A los que con sus comentarios solo destilan veneno, en lugar de hacer aportes y críticas reales.
Alejandro Gaviria
8 enero, 2017 at 5:17 pmGracias Mauricio por poner el dedo en la llaga del dogmatismo y la cobardía.
Ana Cecilia Guingue
14 mayo, 2017 at 11:10 am????????????????????????
Aldo Beltrán
9 enero, 2017 at 1:55 amA los servidores de capitalistas y políticos corruptos que defienden a capa y espada un sistema de salid que enriquece a pocos y mata a muchos, a "servidores" como usted hay que llevarles la contraria, así nos bloquee en sus redes sociales porque nuestros comentarios no le agradan.
Anónimo
15 enero, 2017 at 3:29 pmLlamativa discusión.
Habla bien del ministro el no haber borrado la diatriba. Sin embargo, decir que alguien quien no revela su nombre es un cobarde, parece algo cínico en un país donde se sanciona, se corrompe o se mata a quien se expresa en contra del establecimiento, que en este caso representa el ingeniero Gaviria.
Supongamos que la autoría recae sobre una persona que ha sido víctima de los atropellos del sistema de salud, o alguien que simplemente está harto de lo que el ministro representa. Igual, no ha sido el ministro en cuestión ejemplo de tolerancia, al menos eso dicen en la entidad que tiene a cargo.
Hablando de cobardía, podría endilgarse tal característica a quien pudiendo hacer lo que está a su alcance para cambiar este estatus quo colombiano, donde políticos ladrones y asesinos se adueñan de los recursos de la salud, no afronta su momento en la historia con integridad.
Los personajes públicos en Colombia pierden la noción de que siempre alguien ve lo que hacen, alguien, conoce de sus ambigüedades morales, de sus verdades a medias.
Usted sabe ministro que
– la gerencia de cada hospital público en el país tiene un precio.
– congresistas, aliados del gobierno, están detrás del saqueo de los recursos de la salud.
– el sector salud y el sistema están desfinanciados y que con la reforma tributaria no se resolverá el problema por la vena rota de la corrupción.
– los controles dentro del sistema de salud fueron diseñados para fallar (por omisión o intención) y usted no ha hecho lo necesario para corregir esos errores.
– usted corrió a aprobar licencias para marihuana curativa pocos días antes de que se aprobara en el Congreso una ley que cobraba por esas licencias.
– usted no quiso comprometerse en la causa contra el asbesto, cuyos daños a la salud están comprobados.
– el gobierno no quiso reformar realmente el sistema de salud, manteniendo el negocio de los que ganan con esto.
– el sistema de salud no ha mejorado sustancialmente, aunque los indicadores que usted prefiere muestren una realidad que no vive el colombiano promedio.
– la intervención al grupo SaludCoop fue nefasta y los recursos comprometidos son de dudosa recuperación.
Así que no busque cobardes en quienes no dicen su nombre. La pregunta es si lo que afirman es cierto o falso.
La cobardía, ministro, podría encontrarla usted, en la autorreflexión.
A propósito, mi nombre es Emiliano Botero, para servirle.
Alejandro Gaviria
16 enero, 2017 at 2:11 pmEmiliano (o cualquier otro enmascarado): Tengo la conciencia tranquila. Completamente tranquila. Si Ud. se tomara el trabajo de estudiar un poco, si Ud. tuviera al menos una intención distinta a la calumnia y la mentira cobarde, se daría cuenta, por ejemplo, de que manera los controles se han fortalecido, en los recobros, en el recaudo, en la información, etc.
Lo de la marihuana, es falso, el decreto del gobierno salió seis meses antes del proyecto del Congreso, el cual estaba por entonces paralizado.
Hemos apoyado siempre la causa del asbesto. La prohibición debe tener una transición como ha ocurrido en todos los países europeos.
Yo he denunciado toda la corrupción. Robledo, de quien Ud. toma en parte las calumnias, omite por ejemplo la corrupción de sus compinches ideológicos .
En fin, seguiré luchando contra las fuerzas del oportunismo, la insensatez y la mentira.
Nohora Garcia
10 marzo, 2017 at 11:37 pmLa prohibición del asbesto debe tener una transición. Por favor, explíquese. Transición para que más personas sigan muriendo y las empresas sigan haciendo dinero?
Robin Mario Naranjo Manchego
24 abril, 2017 at 3:22 pmMinistro, leí su último libro y estoy interesado en adquirir los dos anteriores. Dónde los puedo adquirir?