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Política en acción

Esta columna quiere llamar la atención sobre las dificultades de la política social. Y, en particular, sobre los problemas de una de las principales iniciativas sociales del Gobierno: la expansión del programa Familias en Acción. Este programa otorga transferencias en efectivo a hogares en condiciones de pobreza. Un hogar beneficiario con tres niños menores de 18 años recibe aproximadamente 100 mil pesos mensuales. La transferencia está sujeta a que los niños en edad escolar vayan a la escuela y a que los niños menores asistan a controles médicos preventivos. El programa busca reducir la transmisión intergeneracional de la pobreza, mediante los incentivos a la acumulación de capital humano y el incremento de los ingresos familiares.

Las primeras evaluaciones del programa mostraron efectos positivos sobre la asistencia escolar, el consumo de proteínas y la lactancia materna, entre otros. Estos resultados respaldarían la decisión del Gobierno de triplicar su cobertura. El Plan de Desarrollo definió una meta de 1,5 millones de hogares beneficiarios, que representan más o menos 20% de los hogares colombianos. “Un programa de millón y medio de Familias en Acción en todo el país —dijo esta semana el presidente Uribe—, es un programa que… le resuelve problemas sociales a la familia y a la sociedad, y le da capacidad de demanda a la economía, le da dinamismo a la economía. O sea que esto ayuda mucho desde todos los puntos de vista”. Incluido el político, por supuesto.

Los beneficios sociales de la expansión del programa son inciertos. Inicialmente el programa estuvo circunscrito a zonas rurales apartadas. Ahora se aplicará también en las grandes ciudades. La experiencia internacional sugiere que los efectos sobre la asistencia escolar, ya mencionados, son mucho menores (y pueden llegar a ser despreciables) en las zonas urbanas. Además, en las ciudades, el programa puede tener efectos adversos sobre la participación y la formalización laboral, especialmente si se acompaña de otros programas asistenciales: régimen subsidiado, subsidios de vivienda, auxilios alimenticios, etc. En presencia del programa, el rebusque puede convertirse en una alternativa racional. En una trampa eficiente. En una manera, ya no de romper el círculo de la pobreza, sino de cerrarlo definitivamente.

Pero si los beneficios sociales del programa son inciertos, los réditos políticos pueden ser inmensos. En México, donde un programa de este tipo fue diseñado e implantado por primera vez, existen disposiciones legales que prohíben explícitamente su uso en actividades proselitistas. Los administradores han intentado separar el programa de la imagen pública del Presidente. Incluso, las normas presupuestales no permiten la adición de nuevos beneficiarios en los seis meses previos a las elecciones nacionales y locales.

Pero, en Colombia las cosas son distintas. “Abiertas inscripciones a 100 mil Familias en Acción en Bogotá”, anuncia de manera destacada la página de internet de Presidencia. La disposición a asociar el programa con la imagen del Presidente es obvia. Y su utilización política, evidente. En el caso particular de Bogotá, el cronograma de expansión fue adelantado. Y la selección de beneficiarios no ha respetado las recomendaciones técnicas, que llamaban la atención, entre otras cosas, sobre la importancia de evitar la duplicación con algunos programas distritales. La premura política ha desplazado la prudencia técnica. Y los votos (la política en acción) han impuesto nuevamente las prioridades.

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  • Lanark
    4 agosto, 2007 at 3:58 pm

    ¿y no decían que Uribe es «diferentísimo» a Chávez?

  • Juan Francisco
    4 agosto, 2007 at 4:00 pm

    Estoy completamente deacuerdo con esta columna.
    Pero además creo que esta temática se relaciona con la de la anterior columna, con la del deterioro institucional.
    Primero, porque una isntitución que tiene sus objetivos regionales determinados a lo que diga o no diga el presidente es una institución que desmotiva cualquier iniciativa por hacerse realmente eficiente y por desarrollar una cultura de trabajo realmente productiva. Esto mantiene el círculo vicioso de creer que la intervención social solo consiste en repartir plata y dar cupos, sin evaluar la eficacia real de las mismas medidas y sin crear formas de empoderamiento en las comunidades, que garanticen los cambios sociales y culturales que deben acompañar a los fenómenos de movilidad social.
    Y como segundo punto, el encadenamiento que a través de la retórica Uribe a querido plantear entre las entidades del estado para atender los programas sociales ha sido completamente ineficiente y lo único que lo mantiene son los mismos intereses del presiente por seguir con estas labores tan improductivas. Yo lo vi con mis propios ojos. Se supone que Acción Social coordina todos los programas de asistencia para población desplazada y para familia estrato 1 y 2. Solo aquí existen conflictos porque acción social tiende a interesarse más por las familias estrato 1 y 2 que por la población desplazada, me pregunto si es por razones electorales. Los directivos a nivel regional de Familias en Acción están ahí por pura politiquería, lo vi con mis propios ojos, y son personas sin la preparación necesaria para desempeñar sus funciones. No existe una cadena que siquiera aclare la diferencia de funciones entre Acción Social y Familias en Acción. Ahora, se supone que estos dos programas presidenciales (el solo nombre ya delata la propaganda proselitista de lso mismos) se encargan de coordinar las intervenciones que en materia social hacen las otras instituciones. Porque el Sena debe capacitarlos, el Incoder solucionar los problemas de tierras, ICBF debe alimentar a sus hijos y cuidarlos, La adsministraciones locales deben presentar propuestas legislativas de beneficio para estas poblaciones y desarrollar programas de asistencia… pero la realidad es que estas relaciones no existen realmente, y esta burocraia premoderna solo se mueve con aparentes ejecuciones cuando la corte ha proclamado nuevos autos que exigen una pronta solución a inmensos problemas sociales, lo cual conduce a las directivas a exigir resultados de papel, mas no resultados verdaderos. Y todos estos problemas tienen mucho que ver con que los mismos directivos de estas instituciones desestiman estos programas, pero al mismo tiempo son ideológicamente partidarios de Uribe. Esta es una hermosa contradicción que pone en evidencia la mediocridad y la falta de convicciones de todos los cortesanos, no solo los de palacio, sino los que Uribe eligió como directores de entidades públicas y a quienes ha mantenido en los mismos cargos.
    El clientelismo y la mediocridad siguen desbordados. No existen verdaderos cambios ni en la sociedad, ni en las instituciones, ni en la convicencia, ni en el manejo político del estado.
    Posdata:
    Sí, este programa del gobierno no debería llamarse Acción Social, sino Acción Politiquera. Es que el problema de todo esto parte de la ramplonería intelectual de Uribe y de lo felices que están los cortesanos con un jefe que es tan fácil de manipular.

  • Tarantini
    4 agosto, 2007 at 5:04 pm

    Alejandro:

    Esta columna suya me gustó bastante. Sus puntos de vista por lo general los comparto. Yo agregaría a manera de opinión que desde el presidente Uribe, en Colombia las encuestas de popularidad y aceptación se volvieron la regla general para hacer política y para determinar quien es bueno y quien no, en los cargos públicos.

    Lo que olvidamos es que las políticas sociales, económicas, educativas… a largo plazo se han venido dejando de lado, olvidando el fin de la política, y todo poco a poco se va volviendo politiquero, o con fines electorales o con objetivos de permanecer viviendo del estado por siempre, ejerciendo cargos públicos perenemente.

    Los medios masivos de comunicación: la radio, la televisión y la prensa escrita se volvieron asesores de imagen o golpes de imagen para los diferentes candidatos o funcionarios públicos, de manera tal que, importan más los impactos de imagen que los logros o programas propiamente dichos. Ese ejemplo lo he observado particularmente en Uribe y Fajardo en Medellín, entre otros. Nos volvimos gente de imagen y no de ideas o logros a largo plazo que busquen los fines de la política.

    Un ejemplo del impacto de opinión en los medios de comunicación fue la imagen televisada del presidente debatiendo con Moncayo y la ciudadanía civil en la plaza de Bolívar hace unos días. Un deplorable ejemplo de populísmo muy barato y descarado del presidente Uribe, quien abusa de la cultura de su región, y hace honor a la filosofía paisa del «bobo cariado», que por dejarse cariar hasta mata a la máma.

    Uribe en mi opinión desacredita día a día la cultura paisa, con sus bravuconadas de paisa berraco o verraco. Como paisa, me siento triste y humillado con su discurso de profesor de pueblo. Aunque valoro su capacidad de trabajo y algunas cosas que no ha hecho mal. Pero su estilo personal y su politiquería me ofenden infinitamente.

  • julio
    4 agosto, 2007 at 5:51 pm

    Ay mi Para-Colombia…hasta donde llegaremos con Uribito y sus secuaces.
    y de que sirven $100.000 para 3 niños???

  • Alejandro Gaviria
    4 agosto, 2007 at 6:29 pm

    El Ministro de Protección Social publicó en El Espectador de esta semana una columna en la que responde a algunas de las críticas formuladas esta semana a raíz de las cifras de empleo. La columna hace una defensa de la política social del Gobierno (y de los parafiscales en particular) que, en mi opinión, es equivocada.

    La primera frase de la columna es un joya.

    Es fácil, cuando uno vive en un cómodo apartamento de cualquier ciudad, criticar los programas sociales que se adelantan en el gobierno del presidente Uribe y sobre el tema laboral.

  • Anónimo
    4 agosto, 2007 at 6:32 pm

    «… El Plan de Desarrollo definió una meta de 1,5 millones de hogares beneficiarios,
    que representan más o menos 20% de los hogares colombianos.»

    Yo soy muy ignorante y no tengo ni idea quienes y con que mecanismo hacen el plan de
    desarrollo. Me gustaria mucho saber como funciona eso del plan de desarrollo.

    «… En presencia del programa, el rebusque puede convertirse en una alternativa racional.
    En una trampa eficiente. En una manera, ya no de romper el círculo de la pobreza,
    sino de cerrarlo definitivamente.»

    Pero si uno dice eso es un hijueputa desalmado. Sabiendo que el problema es realmente para
    la gente pobre. Porque uno mal que bien seguira viviendo dignamente.

    Yo queria escribir aca que la gente pobre no entiendo esto porque es muy ignorante. sin embargo
    me gustaria que alguien comprobara que la gente realmente no entiende el problema y la trampa
    que encierran esas ayudas cuando no se implementan tecnicamente.

    Una forma de comprobarlo es preguntarle a la gente afectada que les parecio la medida tomada en
    Medellin de desconectar los servicios a las dos cuentas vencidas. Porque hay algunos
    politicos hijos de puta que hacen campaña diciendo que esa medida fue perjudicial.
    Sin embargo, por pura curiosidad a mi me gustaria saber que opinan las personas
    REALMENTE AFECTADAS por esa medida.

  • Jaime Ruiz
    4 agosto, 2007 at 8:31 pm

    No estaría mal relacionar el infierno que describe Tarantini con algo que decía Alejandro hace unos meses sobre la calidad y la cantidad continua de Estado. Creo que acertó completamente: él cree en una calidad variable de las políticas públicas y algunos creemos en una cantidad variable del poder estatal. Es decir, que las posibilidades de reducir la desigualdad, la pobreza, el atraso y sobre todo la violencia política sólo están en una reducción drástica de la proporción de poder Estatal y de participación del Estado en la economía.

    Mucho peor: que las propuestas de mejora de la calidad sin remedio servirán para otros rentistas y otros corruptos y otros malos gestores. Eso sí, todos son justicieros y solidarios y enemigos resueltos de la corrupción antes de acceder al cargo.

    Llega un momento en que la única diferencia entre una facción política y otra es el nombre de los usufructuarios de los negocios estatales, y la crítica siempre resultará facilísima y exitosa pero sólo servirá para poner a verdaderos representantes del pueblo que llenarán con sus caras el hueco de la foto de los corruptos encorbatados (como en las ferias en que aparecen pieles rojas con sus penachos y un hueco en el que pone uno la cara para la foto).

    Desgraciadamente en Colombia la idea de reducir el Estado no tiene partidarios, pues su último contenido es la aceptación de la maldición del trabajo, que en todos los sueños de la verdadera justicia y el verdadero castigo a los corruptos se deja a los demás. Por eso ya no un disparate atroz como el impuesto al empleo sino cualquier política basada en el despojo de los que trabajan (cuando lleguen al poder los de la izquierda democrática habrá una necesidad extraordinaria de recursos para programas de doctorado, medida que sin la menor duda aplaudirá Alejandro), todo lo que garantice rentas a sus defensores y ayudas de cámara bien dotados, seguirá aplicándose.

    Y no hay de qué quejarse: como todas las políticas son por definición mejorables, todos los que aspiren a obtener las rentas tendrán razón y serán irreprochables moralmente y la crítica podrá empezar a ser un negocio tan amable como lo ha sido la protesta para las últimas generaciones. Y sin la menor duda a cada gobierno le saldrá su resistencia armada, pues ¿quién habrá de convencer a nadie de que sus sueños no son mejores que la realidad?

  • Anónimo
    4 agosto, 2007 at 11:05 pm

    BRABONEL.

    Yo no creo mucho en los programas de asistencia Gubernamental. En los Estados Unidos son viejos y no han ayudado a reducir la pobreza de quienes reciben esa ayuda. Otra cosa que esta mal, es darle plata a la gente por el número de hijos, por que incentiva a la procreación. A esos programas hay que hacerles mucho seguimiento. Para mi seria mejor mandar a hacer escuelas en los lugares mas deprimidos y darlas el manejo a Colegios privados, esto acompañados de horarios continuos para que los niños desayunen almuercen y reciban una especie de Cena a la hora de salida. Con solo quitarle el manejo a FECODE las ganancias se verán de inmediato.

    El tema Político es otra cosa. Yo no creo que existe mucha gente con moral para hacerle contra peso Político a la iniciativa del Gobierno ¿es que la prensa y los círculos intelectuales no son mayoritariamente mamertos? ¿No fue de esos lugares de donde salio la versión de que Peñalosa quería hacer lucir unas cuantas calles de Bogota como versalles y el resto de la Cuidad emulando a blangadesh? ¿No eran ellos mismos que ponían la cara de idiotas tristes cuando hablaban de la necesidad de poner énfasis en lo social y para eso esta el Lucho Garzón? ¿Se hablo de control Político o existieron críticas de gente seria? Yo no leí a ninguno criticando la Política “social” de Guasón, es que hasta Rudolfo Hommes las aplaudía. Ahora que nadie me venga con el cuento que el Uribismo se quiere perpetuar en el poder gracias a tratar de contrarrestar las críticas que lo ponen como el enemigo numero uno de lo Social.

  • Alexander Tamayo
    5 agosto, 2007 at 12:53 am

    A mi juicio, la políticas de tipo social son consecuencia del concepto de moral que ha evolucionado a través del tiempo en la sociedad. Es decir, lo que se ha determinado que está bien o lo que está mal. Lo que se «debe» o lo que «no se debe».En fin, todo el tipo de acciones que debe realizar un individuo para ser «mejor» cada día.

    Así, los dirigentes políticos saben que la desigualdad social, la pobreza,etc. No son vistas con buenos ojos por las masas. Es decir, esto no «debe» suceder, es inmoral. Por lo tanto, dichos dirigentes, que han sido formados bajo intrucciones morales, han sido domesticados y ahora quieren domesticar, dominar, tener poder. Tienen muy claro que es lo que se debe hacer. Para el caso de la columna, el presidente Uribe sabe que «familias en acción» es la manera de mostrarse ante las masas como un dirigente formado en los valores morales y con los escrúpulos suficientes para dirigir el país. Bajo esta situación, no importa si los resultados son los mejores, no importa el contexto del que habla Alejandro (Rural y Urbano). El hecho es solo mostrar que tipo de acciones se acometen en pro de los valores morales y el número de «beneficiados» o personas afectadas por dicha política. Ahora, resulta que no solo es el ¿Qué? sino el ¿Cómo? y es en esta parte en la que el gobierno no hace los análisis suficientes o simplemente se hacen los de la vista gorda.

    En fin, toda esta carreta que hasta incoherente será, es sólo para decir que el gobierno tiene claro que la política social da votos, sube la popularidad y muestra al gobierno cómo un actor formado en los valores morales. Lo que no tiene claro, es ¿Cómo? o ¿Cuál es el mejor mecanismo para hacer política social?

  • Carlos
    5 agosto, 2007 at 1:16 pm

    Los programas asistencialistas siempre y en todas partes han sido usados políticamente. Hasta en las democracias mas antiguas como la de Estados Unidos existe un clientelismo disfrazado pero enorme en los programas de bienestar social.

    La creencia que este tipo de programas se pueden manejar solamente de forma «técnica» es una ilusión, un «wishful thinking». Los criterios técnicos son usados para disfrazar/maquillar intenciones políticas. Pero un tipo de programas que crea buena prensa («porque ayuda a los pobres») y que además genera clientela política (incluso de varias generaciones!!) es demasiado tentador para los políticos. En los pueblos he conocido gente que por ejemplo, se hace llamar «liberal» porque el abuelo recibió alguna beca o algun subsidio de un político liberal hace ya varias decadas. Y es que la política colombiana es una forma de feudalismo sobre los recursos y no solamente sobre la tierra. En vez promover relaciones horizontales entre personas independientes y autonómas (es decir, el odiado comercio) promueve relaciones verticales y jerarquicas de repartición de servicios y bienes económicos. Esto obviamente promueve el mantenimiento de la jerarquía y del status quo político, pero infortunadamente esto escapa al análisis de los economistas que apoyan este tipo de iniciativas.

    Por otro lado, en el articulo se pierde la oportunidad de realizar una critica mas directa a este tipo de programas, reemplazandola por una critica a la forma como la ha manejado el gobierno actual. Como si ese manejo fuera algo inusual en todos los gobiernos colombianos tanto a nivel local, departamental y nacional. O como si ese manejo fuera inusual en todos los paises donde existe.

    Saludos,
    Carlos

  • Carlos
    5 agosto, 2007 at 1:35 pm

    Mauricio Vargas habla sobre los parafiscales y menciona favorablemente a Alejandro.

  • Juan Francisco
    5 agosto, 2007 at 3:20 pm

    Acabo de leer la columna del min de protección social. Interesantes tres cosas:
    Primero, que no está partiendo de un concpeto estructurado sobre el desarrollo social que le permita plantear si las ejecuciones del gobierno son congruentes o no con este concepto. Simplemente dice, «es que los ancianos necesitan los subsidios, así a la teoría económica no le guste esto». Esta fue otra joya de su columna, que demuestra su talante de misionero social.
    Segundo, el Desarrollo Social no es solo dar cupos en el Sena, por ejemplo. También es generar desarrollo social dentro del mismo Sena. La verdad es que ´las capacitaciones que brinda el Sena están muy lejos de generar verdaderas condiciones de movilidad social para la población vulnerable. Sin lugar a dudas el Sena ayuda, y existen casos extraordinarios de personas que logran desarrollar una actividad laborar gracias a esta capacitación, pero ellos son mas vale la excepción que la norma. Yo creo que el desarrollo social de la población vulnerable debe ser coyuntural al desarrollo de las instituciones y de las administraciones locales. Sólo así se genera un verdadero desarrollo social.
    Tercero, el Capital Social es un concepto complejo que el Ministro está concibiendo a medias. Afirmar que un subsidio que palia el hambre por un mes genera capital humano es una afirmación sin ninguna proporción. El asistencialismo es una forma de clietelismo, y este clientelismmo es uno de los principales enemigos de la formación del capital social. No exite capital social en una sociedad donde se intercambian votos por subsidios, porque el este concpeto trata sobre todo lo contrario. Trata sobre la capacidad de los ciudadanos de autorregularse y ser concientes de las prioridades públicas a costa de sus propios beneficios inmediatos. Consiste en que el ciudadano común pueda ejercer un papel político con base a argumentos y no a intereses.
    Es interesante ver como estos misioneros sociales parten constantemente de conceptos errados sobre estas temáticas del Desarrollo Social. A mí me gustaría que Hernando Gómez Buendía le diera unas clasesitas a Palacios, a Uribe y a Arias. Pero me temo que los sesgos «ideológicos» de ellos, que son más preocupantes que cualquier otros, termianan por hacerlos sordos. Palacios nop ha entendido las observaciones de Alejandro. Incluso cayó en uan estrategia retórica bastante baja de hacer alusión a un texto que él escribió en Planeación nacional. Esta estrategia retórica, que de argumentativa no tiene nada, demuestra el verdadero talante de los cortesanos de Uribe. Estoy más que seguro que Alejandro nunca hubiese recurrido a un recurso como ese. Pero es que los cortesanos no tienen verdaderas convicciones, sólo velan por sus intereses, y subirse al tren del uribismo es una forma barata de lograr todas sus ambiciones.

  • Apelaez
    5 agosto, 2007 at 3:28 pm

    Dejo una reflexion de ignatieff que salio hoy en la revista del NYtimes

    «In my political-science classes, I used to teach that exercising good judgment meant making good public policy. In the real world, bad public policy can often turn out to be very popular politics indeed. Resisting the popular isn’t easy, because resisting the popular isn’t always wise. Good judgment in politics is messy. It means balancing policy and politics in imperfect compromises that always leave someone unhappy — often yourself»

  • Alexander Tamayo
    5 agosto, 2007 at 4:09 pm

    Me pregunto que tan factible es ¿que una nación tenga poderío estatal y armamentista y al mismo tiempo propenda por un desarrollo cultural y social?

    Esto es complicado y recordemos que una vez que Alemania su vuelve una nación guerrera, armamentista todas las acciones culturales y sociales pasan a un nuevo lugar (Francia). Alemania deja de «producir» filosofos y grandes pensadores con la capacidad de «encantar» las masas.

    Es como tratar de combinar la musica y la poesía en un mismo escenario. Por momentos lo maravilloso de la música nos saca del «embrujo» poetico y viceversa. Es decir, así queramos, es dificil que nuestros sentidos logren captar lo «develador» y «encantador» de las dos acciones «Poesia y Musica» que se llevan a un mismo escenario, en el mismo tiempo.

    Con esta analogía, quiero tratar de explicar, que aunque el conciente del gobierno pretenda mostrarse como un gobierno de razón social, con principios morales y de bondad infinita; el inconciente, le juega una mala pasada. Y pone en el mismo escenario y en el mismo tiempo la lucha armamentista a la cual le dedica recursos y toda magnificiencia creadora de su gabinete con las acciones de política social, que aunque conciente de el efecto de tipo populista, no encuentra la manera ni los medios para ejecutarlas de manera eficiente, elocuente y productiva.

    De esta manera, el gobierno convence a las masas de su bondad social y manipula la verdadera esencia de las políticas, al tiempo que pone «mas» empeño e inteligencia de todo el gabinete para enfrentar una guerra. Lo preocupante de todo esto que es que ni se gana la guerra ni se mejora el problema económico social del país.

  • RuizSKBO
    5 agosto, 2007 at 4:11 pm

    En resumen, una manifestación del dañino populismo. Muy bonito!

  • Alexander Tamayo
    5 agosto, 2007 at 4:37 pm

    tarantini:

    Yo no sé si el discurso y los gestos de Uribe desacrediten la cultura paisa. Tampoco sé si quiera pasar por un paisa «berraco» o «verraco». Tampoco me siento triste ni humillado con su discurso de profesor de pueblo. Lo que creo, ese que Uribe tiene el discurso que cree debe tener.

    Utiliza ciertas palabras que en el contexto nacional y mundial tiene implicaciones políticas importantes. (narcoterroristas). Analice algunos de los discursos de Uribe y se dará cuenta que tan fuerte es la implicación de esta palabra y cuantas veces la repite, claro depende del contexto. Mire, ud tal vez critica el lenguaje coloquial, medio poetico y que a mi juicio está lleno de encanto.

    Ese lenguaje donde llama a Colombia la patria, ese lenguaje donde le dice a una humilde campesina negra «morena de ojos tristes, tus ojos tristes morena», ese lenguaje donde primero escucha y luego dice mi «querida señora». Lo que creo es que el presidente tiene encanto, tiene «angel» como dicen y sabe convencer las masas.

    Si te fijas bien, la palabra convencer a mi modo de ver es una palabra bien interesate. «Vencer con» y el presidente Uribe vence con encanto, con coloquialismo, con regionalismo, con poesia, con parroquialismos, con su esencia.

    Si comparamos en este sentido al presidente Uribe con Chaves no son muy diferentes. Recuerdo en el programa presidencial «Alo Presidente» una situación en la que Chaves entona una canción con una humilde campesina. Eso a mi juicio es convencer, es tener «angel» es tener encanto.

    Por tal la popularidad del presidente Uribe es tan alta en el país. Nunca antes habían escuchado al pueblo, nunca antes habían visitado al pueblo, nunca antes habían interactuado con el pueblo. El presidente Uribe es conciente de sus acciones y recuerde que todo discurso, todo escrito y toda acción tiene un fin y creame que el presidente Uribe lo tiene muy claro.

  • Alexander Tamayo
    5 agosto, 2007 at 4:40 pm

    Ahora, no estoy diciendo que este tipo de acciones mejoren la realidad nacional. Lo que estoy diciendo es que es muy conveniente para el presidente ya que la gran parte de las masas lo quiere y sé identifica con su manera de gobernar.

  • Alejandro Gaviria
    5 agosto, 2007 at 6:01 pm

    Carlos y Jaime exponen la opinión típicamente libertaria según la cual la calidad del Estado es constante o decreciente, lo que hace inevitable el fracaso de las buenas intenciones (de algunos programas sociales, por ejemplo). Los Gobiernos, dicen, no son los culpables; son los ejecutores de lo inevitable. Acusarlos de hacer política, sugieren, es cuestionar su esencia. Como si le pidiéramos a un león que cambie su dieta y se alimente de lechuga.

    Yo no estoy de acuerdo. No comparto plenamente su pesimismo. Creo que algunos de estos programas sirven, si son bien manejados, para igualar las oportunidades, y que, por lo tanto, tiene sentido denunciar los malos manejos. La Acción Politiquera, como dice Juan Francisco. Santiago Levy, un tecnócrata mexicano escribió recientemente un libro que resume la experiencia de su país con este tipo de programas. Y que muestra, creo yo, que otro tipo de manejo es posible. Que la politiquería no es el destino inevitable de la política social. A pesar de los evidentes beneficios del populismo que señala Alexander.

  • German Romero
    5 agosto, 2007 at 7:38 pm

    Alejandro.. me qeda una pregunta, ¿en realidad creé que con los subsidios prestantes las personas dejaran de trabajar? Personalmente no lo creería.

    De acuerdo, con usted, de la importancia en el ámbito rural, de programas de este índole, sin embargo, no podemos abandonar a la cuidad por el hecho de ser ciudad.

    Gracias |

  • Tarantini
    5 agosto, 2007 at 7:52 pm

    Alexander:

    Me parece una buena interpretación la que le das al discurso del presidente Uribe y considero que el hombre tiene su encanto, por eso es tan popular y querido por muchos colombianos.

    Lo que a mi no me gusta, es que el hombre es una cosa por fuera y otra por dentro. Abusa de su romantisismo montañero pero es fiero y pentenciero, detesta la crítica y no la usa a su favor pero mejorar sus programas. Usa lo que Alejandro resaltó de Coetzee, en su libro «Contra la censura», escuchar los argumentos del otro para demolerlo, o sea, ataca y destruye dialecticamente, usando el manido discurso popular y de plaza pública, que tiene impacto mediatico pero no real.

    Es un José Obdulio Gaviria disimulado. Mejor dicho, tener asesores y defensores de éstos, demuestra lo que el presidente realmente es, es decir, mucho discurso y poca sustancia.

    Todo eso es lo que me molesta, y que adicionalmente, use nuestra cultura paisa para mostrar valores de mentiras. Olvidando que uno de nuestros valores es el bajo perfil, hablar menos y hacer más, sin polarizar y sin hacer sentir a los demás que son menos. Esa polarización regionalista es muy dañina y chauvinistica. Ese es el meoyo, para mi, de todo este asunto mediatico y casi chavezco, aunque no me gusta esa comparación con Chavez porque creo que ambos presidentes en sus discursos son algo diferentes, y no quiero ni pensar que seamos tan desafortunados, los colombianos, de tener un presidente tan demagogo y «mete patas» como Chavez.

    Pero creo, por último, que tu forma de mirar el discurso de Uribe es acertado y más racional que el mio.

  • Jaime Ruiz
    5 agosto, 2007 at 8:00 pm

    Valiosas aclaraciones de Kalmanovitz sobre la cuestión del delito político. Valiosas pero insuficientes. El delito político es lo mismo que la tutela, una excepción que escamotea por completo la regla. En la medida en que es lícito matar gente para imponer proyectos políticos la voluntad de las mayorías no cuenta, sólo el poder real de quienes pueden organizar bandas de asesinos.

    Es decir, en el delito político se expresa la realidad de un sistema de valores predemocrático, igual que en el desprecio unánime y sempiterno de los universitarios por las urnas. Y no hay ningún engaño respecto al sentido «ricos contra pobres», «criollos contra indios-negros-mestizos» de ese ideal: todo el problema es la incapacidad de tomar partido de cada sujeto.

    Acerca de Bolívar decía Madariaga que en él convivían la arrogancia del conquistador con el resentimiento del conquistado. Es un fenómeno universal. Cuando se encuentra la universal incapacidad de ver en el narcoterrorismo una conjura patricia se ve que el resentimiento del conquistado obra en el interior del ámbito de definición identitaria como pretexto para afirmar la arrogancia del conquistador: donde uno pueda sentirse igual a Caballero o a Pombo, que les den a los de Vigía del Fuerte. Donde uno pueda soñar como un sufrido peón en un ingreso elevado para la inmensa mayoría, tal como en EE UU y cada vez más en ciertos países de la misma Hispanoamérica, de repente uno empieza a sentirse como ese peón y prefiere el bienestar de pertenecer a la clase de los jinetes.

    Pero conceptualmente no hay ningún misterio. La izquierda democrática es una conjura de los magistrados y los rectores, de los linajes presidenciales y los becados de profesión, de todos los que se saben con derecho a vivir sin trabajar y de los que explotan los rasgos predemocráticos (tipo Santodomingo) para sacar partido. Y el fin del narcoterrorismo se aplaza porque a la mayoría de los que tienen alguna influencia les parece más una amenaza que una promesa una sociedad abierta.

    Y esa cobardía es el único alimento de la conjura de los abimolanos y de la ristra incesante de crímenes que conlleva, y que terminará afectando a las ciudades. Y la única esperanza es que la migración e internet sirvan para romper la burbuja y la gente entienda que esa singularidad colombiana es superable. La gente que no tiene beca ni pensión temprana ni poder y prestigio en ese orden. Obviamente. Los demás seguirán en su ambivalencia o en su campaña.

  • Jaime Ruiz
    5 agosto, 2007 at 8:19 pm

    Creo que el ministro Palacio habría hecho mejor callándose, pues su artículo no dice nada respecto a la inmoralidad rampante que comporta el que se paguen impuestos por contratar gente, el que una organización productiva contribuya más no según lo que gane sino según el empleo que genere y la calidad de ese empleo. La parafiscalidad es una barbaridad en su definición y también en sus efectos. Lo que se debería hacer es exactamente lo contrario, pagar una parte de los gastos de contratación para reducir el desempleo.

    Y es que a fin de cuentas el que esos gastos no provengan de los ingresos de los ricos o del IVA sino del hecho de contratar empleados es lo que no contesta el ministro.

    Tampoco convence la discusión sobre el asistencialismo. Sí, a la gente muy vieja y sin recursos se le debería dar recursos asistenciales, por mucho que se entiendan como politiquería. Lo que no se puede decir es que el resto del «gasto social» no responde a aspiraciones políticas. Pero es el mismo punto de unos comentarios antes: ¿cuánto se gasta el Estado de lo que producen los ciudadanos? Puede que todos los ministros tengan que estar a favor de un gasto alto (como decía Alejandro de Carrasquilla), o aun resignarse a la configuración del país (como decía Carrasquilla sobre la parafiscalidad), pero para los demás esa cuestión debería ser la primordial.

    Es curioso, creen que el narcotráfico se acabará si no es negocio, pero en cambio el parasitismo estatal y el clientelismo se acabarán aunque sigan siendo negocio. «¡Pónganme a mí y verán lo que es administrar con rectitud!» parece ser su último argumento.

    Pero eso, PAM, «pónganme a mí» es lo inadmisible.

  • Javier Moreno
    5 agosto, 2007 at 9:19 pm

    ¿Cuáles aclaraciones de Kalmanovitz? ¿De qué artículo habla, Jaime?

  • Alejandro Gaviria
    5 agosto, 2007 at 9:25 pm

    J.
    Jaime estaba haciendo referencia a la columna de Kalmanovitz en El Espectador.

  • lida
    5 agosto, 2007 at 10:36 pm

    DrnAlejandro su columna de este fin de semana es de culidad en popayan ,el espectaculo deprimente de observar desde hace 8 dias miles de personas de dia y de noche para recibir lo de familias en accion deberian haber prohibido estan incripciones en epoca de la ley de garnatias por que aqui lo utiliza el alcalde de la ciudad para hacer creer a la gente mas pobre de popayan que este programa es del alcalde y que debe votar por el candidato a la alcaldid de la admon el ingeniero Bolaños Daza que tristeza ver a madres tiradas en el suelo con los bebes cuidando un puesto ,que triste que al alcalde no le importe la palabra planeacion y en lugar de tener hoy a esta hora estan las personas de las veredas ,de tener este espectaculo no organiza esto por comunas por veredas y trata a la gente como gente con dignidad con respeto pero no;no les importa y la gente cree que esto es gracias a el si votan por su candidato a la alcaldia esto es la politiqueria en marcha y no se si el Presidente no se ha dado cuenta que en las regiones la gente sabe que este progrma es del gobierno nacional y no del alcalde de turno y su candidato a la alcaldia para seguir gobernando tan mal como ahora pero en cuerpo ajeno

  • Maldoror
    6 agosto, 2007 at 1:43 am

    Alejandro:

    Ud tiene razón en que no necesariamente toda política social debe terminar en mera «politiqueria». Los libertarios cometen este error (aunque creo que en todo caso tienen razón en argumentar a al menos que hay una tendencia muy fuerte en aprovechar las políticas sociales como una forma de atar votos por parte de los políticos), y hay ejemplos de programas sociales eficiente (aunque yo miraría más al estado de bienestar europeo) que lo corroboran.

    El problema es que ud no ve del todo que la critica libertaria apunta hacia otro aspecto y es que los programas sociales crean un sistema de dependencia, y que en ultimas incrementan el poder del estado sobre el individuo, lo cual si puede traer consecuencias mucho más nefastas que la mera corrupción o mal uso de los fondos.

    Por otro lado, creo que hay otras dos puntas de lanza del argumento libertario. Primero, que los programas de asistencia social – o cualquier gasto del Estado en general- parten de un principio inmoral, en tanto parten de un sistema fundamentalmente extorsivo (los impuestos) y de una violación del principio de no agresión. La segunda, es que los programas de «asistencia social» o la intervención del estado en «cuestiones sociales» no son simplemente un feudo para la «politiquería» o el clientelismo, sino también un feudo para ciertos grupos de interes que se enriquecen a costa del Estado prestando servicios en nombre del bienestar social.

  • Anónimo
    6 agosto, 2007 at 2:18 am

    http://www.vanguardia.com/2007/8/5/jud1.htm

    esa es una «politica de acción»

  • Jaime Ruiz
    6 agosto, 2007 at 11:41 am

    Finalmente el tema de los costes laborales está dando que hablar, lo cual ya es mucho. Aparte de Mauricio Vargas y el ministro Palacio, hoy sale la directora del DANE. Y no podía faltar la argumentación con cifras. Creo que la sociedad colombiana ha dado un salto del latinajo (mal empleado y mal concebido) de los abogados de las generaciones anteriores a las cifras de los economistas actuales. Todo con el fin de descrestar a los calentanos que no pueden refutar nada. ¡556.000! Es un número que le calla la boca a cualquiera.

    Pero la cuestión de la parafiscalidad y la evaluación previsiblemente complacida de una alta funcionaria del gobierno vendría a ser como si un corredor de los cien metros lleva la mochila con dos litros de agua para tomar cuando llegue a la meta. Si gana, quedaría demostrado que dos kilos de carga no alteran en nada el rendimiento. Si queda de segundo, también, siempre se podría argumentar mientras no se pusiera a correr a dos personas de condiciones muy parecidas una con carga y la otra sin carga… (aunque como todo el mundo sabe, ¡todo el mundo sabe que con carga se corre menos). Y las cifras siempre podrían ser satisfactorias: 44 segundos, todo un logro a nivel municipal (o en ese rango de edad).

    El problema de plantearse las cuestiones que en últimas son morales y remiten a la definición de los valores de la sociedad (es decir, a la tradición de despojar a los que trabajan) a partir de los resultados. Siempre habría pretextos para todo, sólo que extrañamente (como con la tutela y el derecho político) los demás países no se han dado cuenta de las ventajas del método.

    Yo creía que apoyaría un partido del trabajo y la libertad, pero cada vez me parece más probable que bastaría un partido «des-singularizador», un partido de la normalización que acabara de una vez por todas con el secuestro altruista y el derecho de pernada que mejora la raza. Pero partidos así son de momento en Colombia bien minoritarios.

  • Anónimo
    6 agosto, 2007 at 12:51 pm

    Jaime Ruiz, no sé si lo escribió con ironía pero el artículo fue escrito por la directora del DNP. Aunque, la vedad, parece la del DANE. Habla de cifras. Y no dice nada más.

  • Jaime Ruiz
    6 agosto, 2007 at 3:29 pm

    Anónimo, ninguna ironía, una distracción bien pendeja. Si Colombia fuera una democracia normal esos temas los abordarían los congresistas y estarían en los programas de los partidos.

  • Jaime Ruiz
    6 agosto, 2007 at 4:30 pm

    Los invito a reírse pero también a guardar un registro de su reacción. ¿Cuál de ustedes no será más listo que Montaner?

    Sólo espero que al cabo de cinco años puedan seguir riéndose. La verdad es que me gustaría que fueran más listos que Montaner.

  • Lanark
    6 agosto, 2007 at 7:19 pm

    Cerremos filas en torno a todo lo que es lindo y bueno

    Fuera Chávez de Colombia

  • Anónimo
    6 agosto, 2007 at 9:37 pm

    Santiago Levy es tan consecuente con sus ideas y convicciones que tengo entendido renunció a su cargo de director del instituto del seguro social mexicano cuando el gobierno de Fox creó un plan de jubilación totalmente subsidiado para el sector informal. Lo cual no hacía otra cosa que torpedear todos los esfuerzos de Progresa-Oportunidades para crear capital humano encaminado hacia la formalización. Eso es lo que hace la politiquería: ningún informal va a ser tan pendejo de buscar trabajo en el sector formal donde tendrá que pagar por beneficios (descontados de su salario) que en el informal recibe gratis por cuenta del populismo electoral.

  • Libertario
    7 agosto, 2007 at 2:14 pm

    Saliendome del tema.

    En el siguiente artículo se hace una reseña de todos los viceministros que tiene el gobierno. Me sorprende la gigantésca pobreza acdémica de la mayoría de funcionarios. En realidad que es una verguenza.

    Muchos ni siquiera tienen una maestría, sino un «Diplomado en Organización Integral de Eventos» del Externado.

    Indignante.

    http://www.eltiempo.com/credencial/2007-08-06/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR-3665123.html

  • Anónimo
    7 agosto, 2007 at 2:46 pm

    «Muchos ni siquiera tienen una maestría» Que frase tan idiota.
    Esta pintado el que no es mas que un titulo.

  • Libertario
    7 agosto, 2007 at 3:16 pm

    Anónimo,

    Un título no lo es todo pero sí es un criterio de calidad.

    Si su opinión es que las personas que ocupen esos cargos no tengan formación académica superior, creo que usted claramente esta revelando su caracter vacante, holgazán y mediocre.

  • la colombia que no claudica
    7 agosto, 2007 at 3:21 pm

    Jaime
    ¿Que propones, la tercera de Uribe? o Pachito o Juanmanuelito, o Vargitas o tu peñaloza (a propósito, esta haciendo falta tu blog para estas elecciones, esta bien este dialogo con mamertos grandes y quiquitos, pero hace falta la Colombia analítica)
    Un Abrazo

  • Jaime Ruiz
    7 agosto, 2007 at 3:47 pm

    Hay dos aspectos de la Academia que a mí enamoran: las credenciales revolucionarias y las credenciales libertarias. No es raro que escriban sobre eso en la revista Credencial.

    Pero el tema expuesto por ¡Libertario! es inagotable. ¿Por qué no evaluar la Academia según los resultados alcanzados por sus beneficiarios? Si yo fuera Uribe tendría mucho cuidado de rehuir la «calidad» de los doctores después de las propuestas brillantes de un PhD en economía de cambiar las leyes gradualmente según el número de secuestrados que fueran soltando las FARC, o las propuestas del profesor Carlos Castillo Cardona, de la Universidad Nacional, de remediar la Injusticia Social para conseguir el intercambio humanitario, o las definiciones del profesor de la misma Madrasa Mauricio García Villegas (hoy en El Tiempo), según el cual la guerrilla se levantó para corregir la injusticia social, noble enunciado que lleva dentro la identidad entre «justicia» y «comunismo»… ¡Personas formadas por pensadores de ese estilo es lo que falta en los ministerios!

    Pero ¿qué hacer? La galería de imbéciles es inagotable, no vacilan en mostrar su odio porque no saben el nombre de uno o en desarrollar las discusiones a partir del tratamiento en diminutivos. No importa el disfraz que se pongan, su tosquedad expresa esa humanización insuficiente del triste trópico, y anuncia, no les quepa duda, un triunfo chavista (como anuncia Montaner) con las mejores credenciales, eso sí.

  • Alexander Tamayo
    7 agosto, 2007 at 3:48 pm

    Yo no pienso que las políticas de tipo social, solo sirvan a los intereses de las clases dominantes. Si así fuera, de plano tendríamos que rechazar dichas políticas que acomete el estado. Lo que afirmo, es que el estado es conciente de los beneficios populistas que traen este tipo de políticas lo que no implica que en todos los casos se haga con tan negra intención.

    También creo, que este tipo de políticas propenden por una desestabilización de la clase dominante sobre el dominado, en el sentido de aprovecharse de su necesidad y mostrarse como el redentor de sus pesares. De tal manera, los gobiernos dentro de sus objetivos pretenden endulzar a los gobernados y de esta manera sentir menos presión.

    Yo al igual que Alejandro, creo que este tipo de políticas bien manejadas pueden servir. Pero los resultados serán diferentes dados las características o los intereses que llevan a estimular este tipo de políticas.

  • Jaime Ruiz
    7 agosto, 2007 at 3:50 pm

    La Colombia que no claudica: el peor punto de la sucesión de Uribe es la inexistencia de figuras conocidas por la gente y con capacidad de liderazgo. Tal vez el actual ministro de Hacienda sea el sucesor que le guste a Uribe, pero es muy probable un triunfo ñángara. Yo creo que lanzarán a Íngrid Betancur como candidata de la paz.

  • Alexander Tamayo
    7 agosto, 2007 at 3:56 pm

    Jaime:

    Yo tal vez estoy deacuerdo con ud en el sentido de que la academia no necesariamente es la panacea del buen vivir, de las buenas ideas, de las buenas decisiones. Pero creo que es uno de los caminos como tantos.

    Es un camino que no garantiza un cien por ciento de efectividad de las acciones que se acomente en fin de un resultado pero estoy seguro que la probabilidad es mas alta que en caso contrario.

    Yo soy un convencido de los beneficios de la academia pero creo que el espiritu animal, el instinto y la experiencia tambien juegan un papel importante. Así Jaime, creo que el secreto no es ser académico y tampoco no serlo, el secreto es la acción conjunta de estudio, experiencia, instinto y encanto.

  • Lanark
    7 agosto, 2007 at 4:00 pm

    Si es cierto que las universidades colombianas sólo deforman, y que sólo perpetúan una élite y demás, ¿porqué será que es así como los busca la actual administración? Muy pocos de los que realmente hacen las cosas tienen estudios en universidades extranjeras de prestigio (en el exterior también hay universidades de garaje, por cierto)

    No se ve mucha meritocracia. Curioso, ¿no? Sobre todo cuando «todos sabemos» que los salarios públicos son «increíblemente altos» comparados con lo que ganarían los funcionarios preparados en el sector privado. Aunque con esos embelecos de universitarios que llaman números se pueda decir otra cosa.

  • Lanark
    7 agosto, 2007 at 4:07 pm

    Colombia es PAISON: Necesitamos que se lance el doctor Londoño Hoyos, para que nos salve. O al menos exigir que todos los candidatos sean del Opus Dei.

  • Alexander Tamayo
    7 agosto, 2007 at 4:09 pm

    Lanark:

    Entonces según ud ¿A los cargos públicos solo pueden acceder las personas que tengan la oportunidad de estudiar en el exterior y en Universidades de «prestigio»?

    Saludos
    Alexander

  • Jaime Ruiz
    7 agosto, 2007 at 5:22 pm

    ¡Ya está! Lanark tiene títulos de universidades extranjeras de prestigio, estamos en manos de gente sin formación (preparación), por lo que lo deseable es que se escoja a personas como Lanark. Genial.

    Siempre es ocasión para recordar la anécdota de Salinger y su Seymour: el experto en caballos del emperador chino se jubila y recomienda un reemplazo, pero poco después el emperador lo manda buscar, indignado porque el reemplazo no sabe nada de caballos. ¡Confundió a un caballo bayo con una yegua blanca! Y el ex experto se asombra: «yo nunca llegué a percibir tan hondamente lo esencial».

    Eso nos pasa con Lanark: confunde los sueldos de los sindicalistas de Telecom, Ecopetrol, etc., con los de los ministros y otros técnicos de alto nivel. A su vez comparables con los de los ejecutivos de empresas privadas (que en países como EE UU pueden ser de cientos de millones de dólares al año).

    Pero es porque Lanark ve lo esencial y no esas cosas superficiales. ¡Ni siquiera importa el estado gaseoso o sólido ante la angustiosa tensión de los núcleos atómicos cuyas partículas elementales nunca aciertan a atravesársele a un neutrino y se preguntan qué fórmula de la mecánica cuántica las sacaría del apuro!

    Yo creo que el Estado colombiano no puede darse el lujo de perder a profesionales como Lanark. ¿Se lo imaginan dirigiendo una empresa privada exportadora de manufacturas o servicios con muchísimo valor añadido? No, no puede hacérsele eso a Colombia.

  • Lanark
    7 agosto, 2007 at 5:24 pm

    Alexander Tamayo: Si quiere leer entre líneas, algo mucho más cercano a lo que quise decir, sería que las personas con una formación académica sólida difícilmente querrían trabajar con esta administración; al menos, si su objetivo es aplicar lo que saben hacer.

  • Lanark
    7 agosto, 2007 at 5:29 pm

    Hombre, lástima que no haya reactores nucleares en Colombia, para que contraten a Jaime como interventor, dadas, en primer lugar, sus calidades humanas (es decir su apoyo al régimen), y, en segundo lugar, su comprensión tan poética de las partículas elementales.

  • Libertario
    7 agosto, 2007 at 5:41 pm

    No entiendo el punto de Jaime y otros comentaristas.

    Qué tiene en contra de alguien que se ha preparado? Según ustedes cuál seria el criterio para elegir funcionarios públicos de calidad?

    Siguiendo su línea de argumentación, ustedes no tendrían nada en contra de un Ministro de Hacienda bachiller. Porque en últimas lo demás son simples «títulos» y nada más.

    Reitero -alguien más también lo dijo, los títulos no son garantía de éxito, pero por lo menos establecen un criterio mínimo de calidad.

  • james bizarre
    7 agosto, 2007 at 6:09 pm

    Algo típico de los doctores universitarios es la intimidación sin argumentos. Para la muestra uno de los infamantes comentarios que han dejado en mi nuevo blog:

    Cuando MI maestro Huidobro decía que ella daba dos pasos hacia delante, daba dos pasos hacia atrás, jamás se hubiera imaginado que es ahora toda una nación la que camina para atrás como ese crustáceo de tenazas aguerridas. ¡qué asco! ¡qué inmundicia! ¿cómo explicar que los pueblos se estigman con resabios y dobleces que son obligados cortejos del progreso?

    Basta con que un ñángara de esa raza deforme que se dejó explotar en encomiendas se de un pequeño paseíto, para que toda la caterva faruquienta y maledicente estalle en hediondas exclamaciones.

    Pero no hay caso, somos nosotros, los hijos de gente humilde que se ha superado siguiendo la luminosa guía de Jorge Duque Linares, los que tenemos que empuñar el estandarte de la razón, y recibir los ponzoñosos dardos de la chusma zarrapastrosa. Es por eso que va mi pluma a permitirse un rato de charla y moraleja.

    Decía Schopenhauer que sólo sabía lo que le habían dicho, y remataba Platón que eran sombras todo lo que veíamos, pero en este pais todos los que tenemos ojos para ver y oidos para oir, que basta una sola frase para entender toda la creación de nuestra señor, y es que el diablo es puerco.

    ¿cuántas masacres más está encargando el ñángara de los pies hinchados? Probablemente cincuenta y dos millones trescientos treinta y ocho mil ochocientos una. Ya vendrán los señoritos con doctorado a decirme a mi ¡a James Bizarre! que son diez más o diez menos.

    Es lo mismo de siempre, el señor padre de las cinco prostitutas de 11 años que cuando llegan los camioneros se enoja porque no son capaces de seguirle su discurso ilustrado de doctor en filosofía política.

    ¿Qué otra cosa quiere el ñángara del páramo impío que hacernos creer que su hijo trabajaba en el ejército (¡por favor!) y que fue víctima de esa guerra que por fin estamos ganando? Eso no se lo creen sino los escribas de Tirofijo, aquel pasquín inmisericorde que fue finalmente comprado por el grupo editorial «voz proletaria». ¿no les parece sospechoso que nunca haya contado una de esas anécdotas del baño comunal cuando el hijo se estaba bañando y se le cayó el jabón?

    Déjenme vivir con las fantásticas o reales memorias de otro pais. Quiero soñar que vivo en uno de esos paises anglosajones del primer mundo, donde el desprecio profundo por los pobres que no quieren trabajar le enseñó a la gente que no hay que ser pobre, y por eso ya no hay pobres. Déjenme soñar que vivo en un país así. Pero no, yo no les voy a decir donde vivo, porque en cinco minutos vendría Sergio Méndez a darme serenata con un fusil soviético mientras el ¡Juglar del Zipa! me toma fotos.

    Jamás podran callarme, aunque quieran cerrar mi blog a sangre y fuego, porque yo lo voy a cerrar sin previo aviso ni razón cuando tenga a bien hacerlo, y voy a decir que fue que el frente virtual me propinó un atentado virtual escribiendo con mi nombre en las cajas de mensajes de 10 bloggers adolescentes. Si circunscribimos aquí, sin dar exhauste al tema, toda la gama de insultos que he resistido con gallardía y altura, sin jamás contestar con algo que no sea la más pura y luminosa verdad prístina y obvia para los ojos puros,

    Son reflexiones que apenas arañan, y, sin embargo, el rasguño es más hiriente que una lanzada.

  • james bizarre
    7 agosto, 2007 at 6:16 pm

    Los muladareños no dejan de asombrarme con su deformidad moral. Por ejemplo, hoy que se cumplen los 5 años de Uribe, La cadena caracol entrevistaba a proceres y prohombres de la patria, sobre la calificación que le pondrían a Uribe. Un conocido profesor universitario dueño de un blog de política economica, y que participo en el primer periodo de Uribe, dijo que le ponía 3.5 por algunas discrepancias con el gobierno. 3.5!!!!
    Ese 3.5 al mejor gobierno de las únicas décadas es la justificación de los profesores universitarios para que continuen otras 5 décadas de masacres y secuestros en Colombia. Bien por los prohombres que manejan al Muladar!!!

  • Alexander Tamayo
    7 agosto, 2007 at 6:38 pm

    Lanark:

    Disculpe mi ignorancia, mi mala lectura y mi pobre interpretación. Pero sigo pensando que quiso decir otra cosa. Ahora si lo que quiso decir es: «Si quiere leer entre líneas, algo mucho más cercano a lo que quise decir, sería que las personas con una formación académica sólida difícilmente querrían trabajar con esta administración; al menos, si su objetivo es aplicar lo que saben hacer»

    Creo que la anterior era una mejor forma para que no se presentaran malos entendidos.

    Hay en algo que estoy deacuerdo con Jaime. Todo discurso, toda acción, toda representación tiene un objetivo.
    Me atrevo a especular:

    1. Lanark cuestiona y deja en evidencia la no participación en puestos públicos de profesionales egresados de universidades «prestigiosas en el exterior»

    2 Creo que Lanark estudia o estudió en el exterior.

    Luego Lanark quiere un puesto en el gobierno y se está haciendo proselitismo.

  • Alexander Tamayo
    7 agosto, 2007 at 6:41 pm

    Lanark. Con lo anterior no critico sus ambiciones. Lo que pienso es que para hacer prevalecer sus tesis, para mostrar que es mejor que los de las universidades nacionales simplemente lo puede hacer con hechos y no menospreciando el trabajo académico en Colombia.

    Pd. De antemano pido disculpas si las especulaciones no son ciertas y si mi interpretación esta mal enfocada

  • Lanark
    7 agosto, 2007 at 6:43 pm

    Alexander Tamayo: Me pido Inspector de Gallinas

  • Lanark
    7 agosto, 2007 at 6:48 pm

    Alexander Tamayo: De hecho, yo tengo una opinión mucho más favorable de la academia colombiana de la que puede parecer. Sé por experiencia que muchas personas que completaron todos sus estudios en colombia pueden despempeñarse de igual a igual, por formación, con sus colegas graduados de universidades del top 1000. Están en desventaja, claro, en visas y presupuestos, pero eso no demerita la calidad potencial de su trabajo.

    Mi comentario sobre la formación universitaria colombiana «que deforma» pretendía ser irónico, porque eso es algo que Jaime repite cada vez que puede, curiosamente defendiendo al actual gobierno.

  • Lanark
    7 agosto, 2007 at 6:50 pm

    James Bizarre: ¿De qué luciferes está hablando? ¿Quién es el ñángara de los pies hinchados?

  • Alexander Tamayo
    7 agosto, 2007 at 6:59 pm

    Creo que Jaime se refiere a Moncayo

  • la colombia que no claudica
    7 agosto, 2007 at 7:20 pm

    Lamark
    Necesitamos que tu te lances, tu que has demostrado la necesaria correlación entre la evolución política de la especie humana con la formación de la materia, tu el primer físico quántico social del mundo. Acéptalo, tu lugar en el mundo no puede ser otro distinto que la dirección de Colombia y del mundo, sal de la pequeñeces de estos blogs donde tu intelecto no es suficientemente admirado y se te trata de danzarín sobre cadáveres. Ve busca tu destino y sigue adelante. Adelante, que el mundo sepa que Colombia tendrá por regente algún dial al primer socialista quántico del mundo, tu el gran descubridor del camino que une a las ciencias naturales con las ciencias sociales. Por favor no te demores, lleva a la especie humana (en especial a los que habitan en Colombia) a la redención que nadie se quede sin ver tu luz.

  • Jaime Ruiz
    7 agosto, 2007 at 8:07 pm

    Lo impresionante de los canallas de equinoXio, Julián y compañía, no es que sigan escribiendo supuestas interpretaciones de lo que escribo, sino que hayan vuelto a borrar blogs, esta vez uno mexicano porque ya no hay quien caiga en Colombia. Bueno, son Lanarks.

    Alexander Tamayo: ¿cuándo me refiero a Moncayo?

    Libertario: vuelvo a lo mismo. Uno va a la universidad y estudia mucho tiempo al lado de profesores como Jaime Caycedo, Álvaro Montenegro, Carlos Castillo Cardona, Mauricio García Villegas. Ya está preparado para ser viceministro de Chávez. Para gobernar una sociedad democrática está mucho mejor el embolador, pues lo que hay en esas universidades con profesores como ésos es puro adoctrinamiento criminal.

    ¡Imagínense al patético ignorante Lanark evaluando el conocimiento de los titulados colombianos en comparación con los de otras universidades! Es un filósofo que cree que Nietzsche era un individualista y que Lenin era un militar, y se ocupa de la ciencia, a tal punto de comprensión que cree que las moléculas están igual en un sólido que en un gas.

    Libertario, la libertad es un valor negativo (se define por el NO), pero a usted le quedaría mejor el nombre «rutinario». El pensamiento de que en esos espantosos antros donde se adoctrina asesinos vayan a salir gobernantes de categoría es más o menos como si encargaran de la NASA a los graduados de las madrasas paquistaníes.

  • Anónimo
    7 agosto, 2007 at 8:26 pm

    James, eres insuperable. Ni el propio JR podría hacelo mejor que tú!

  • Alexander Tamayo
    7 agosto, 2007 at 9:09 pm

    Lo digo por lo de «ñangara»_ Simpatizante de la izquierda. y «pies hinchados»_ por lo de la marcha, después de 1000 kilomentros se tienen que hinchar.

  • Alexander Tamayo
    7 agosto, 2007 at 9:20 pm

    Ahora con eso no estoy diciendo que Moncayo sea simpatizante de izquierda. Pero algunos analistas interprentan que se dejó involucrar por ciertos individuos apologistas de la izquierda y de las farc. Y que de alguna forma perdió el norte de su manifestación

  • Libertario
    7 agosto, 2007 at 9:21 pm

    Jaime,

    Por ahora no me voy a meter en el debate acerca del tinte ideológico de las universidades.

    Pero me imagino que algún tipo de universidad le debe simpatizar. Sea en Colombia o en cualquier otro país.

    El punto es, no cree que deberían tener mayor tiempo de educación? Y eso que ni me estoy refiriendo a un doctorado, sino que por lo menos se haga una maestría!

    Es que tener viceministros educados a punta de «diplomados» sí es algo muy precario e irresponsable.

    O usted cree que nadie debe hacer educación superior de ninguna índole?

  • Jaime Ruiz
    7 agosto, 2007 at 9:58 pm

    Alexánder: ¿dónde hablo de Pies Hinchados?

    Libertario: vea, ciertamente alguna institucionalización de la enseñanza es imprescindible, pero para entender el problema de la universidad colombiana basta con comparar los blogs de universitarios y los que hacíamos personas sencillas. ¿Cuál fue la discusión? ¿Dónde hay argumentos? Los argumentos de la universidad colombiana son las amenazas, las calumnias, los insultos y los delitos cometidos «firmando» como otros (el que firma James Bizarre es sin duda uno del combo de equinoXio, que son los que borran los blogs capturando las contraseñas de la gente con phishing).

    En la universidad pública la sociedad colombiana invierte una parte grandísima de sus recursos en formar a sus verdugos, en propagar una serie de rutinas reaccionarias, en incentivar el parasitismo tradicional y sobre todo en perpetuar los mecanismos que preservan el orden de los gremios medievales. El que todo eso se defiende únicamente mediante la violencia va de suyo, así como que al final para no ponerse en peligro hace falta ser hipócrita y callar respecto al origen de la militancia de las organizaciones terroristas. O mirar para otro lado.

    Insisto, Colombia es un país en el que se valoran increíblemente los diplomas y anillos de grado. Yo podría contar miles de historias acerca de personas con esos títulos (siempre sin contar la ortografía, sólo por la ortografía la mayoría de los que se diploman en Colombia no habrían aprobado en España la secundaria básica – 15 años). Siendo así, ¿cómo es que los viceministros son personas sin maestrías ni doctorados? Usted cree que por capricho del gobierno de no nombrar a esas personas más capaces, pero curiosamente no piensa que esas personas más capaces o no son aptas o no están disponibles, pues al gobierno le daría prestigio exhibir los títulos de sus viceministros.

    Pero en general los doctorados en Colombia sólo demuestran que se ha avanzado mucho en la recitación de la salmodia guevarista. El caso de Álvaro Montenegro es paradigmático.

  • Anónimo
    7 agosto, 2007 at 10:03 pm

    El profesor Moncayo

    Por
    Fernando Londoño Hoyos

    El profesor Moncayo es un padre adolorido. Eso lo comprendemos todos los padres de Colombia y con tamaño dolor nos hacemos solidarios. Lo que no obsta para que ejercitemos el sagrado derecho a la crítica, ni nos impide declarar que encontramos profundamente equivocadas sus reacciones, gravemente lesivas del interés nacional y manifiestamente abusivas del cariño y el afecto que se le ha ofrecido.

    Cabe, en primer lugar, advertir que el profesor está equivocando el blanco de sus penas y de sus enojos. La inexpugnable fortaleza de Patascoy no podía caer, salvo que se la cuidara mal, y que la indisciplina, el desorden, y la abulia se asociaran al interés de las Farc en tomársela. Y será bueno aclarar que el Cabo Moncayo no pasará a la historia como modelo de la manera juiciosa con que se deben disponer unos soldados para la defensa de una plaza estratégica.

    Patascoy no fue bien defendido, pero no es ésta la hora para poner de manifiesto la cadena de errores que condujo a ese desastre. Los asaltantes se tomaron el cerro sin costo, simplemente porque el centinela no cuidaba y los demás dormían. Basta el hecho para poner las cosas en su sitio. Ya muertos unos cuantos de los defensores que no defendieron nada, las Farc han debido cumplir las reglas del Derecho Internacional Humanitario con los sobrevivientes que cayeron en sus manos. Y lejos de hacerlo, han cometido tal cantidad de crueldades, infamias y excesos que superan la imaginación más exacerbada y obligarían a que fuesen condenadas ante el tribunal de la Historia y la conciencia de los hombres de buena voluntad, empezando, desde luego, por los deudos de las víctimas. El profesor debería estar indignado con los captores de sus hijos y no dice contra ellos una sola palabra. Porque las destina todas a ofender al presidente Uribe, que es ofender la dignidad nacional que él encarna, quien no tuvo arte ni parte en el secuestro y mucho menos en las inicuas condiciones en que perdura por casi diez años.

    El profesor Moncayo ataca nuestro Ejército, que solo tuvo el mal cuidado de darle responsabilidades de Cabo a quien no las merecía. Y llega a sostener la tesis de que ese, nuestro glorioso símbolo de unidad y libertad, es un centro de corrupción para la juventud colombiana. Lo que no parece muy de acuerdo con el recibo de un sueldo que entre todos pagamos, sin recibir nada a cambio. El profesor no solo es un resentido, que paga favores con la ingratitud más negra, sino que ofende lo que todos amamos.

    El profesor pide un despeje, que ya tuvo por cuatro años, para unas conversaciones que estuvieron tan abiertas en el Caguán, para él y para todos los que quisieron llegar hasta allá con un reclamo o con una súplica. No es en esa materia consecuente con la verdad y con su propia experiencia. Ya sabe, demasiado bien, para qué sirven los despejes y los diálogos con los empedernidos criminales que retienen cautivo a su hijo.

    El profesor Moncayo se escuda en la ternura que su causa suscita, para destilar veneno marxista por las venas de Colombia. Venir desde Sandoná a exigirle al Presidente que considere inicua la propiedad que le ha costado una vida de trabajo, como lo quisiera Proudhon, no solo es una estupidez, sino un abuso. Alrededor de su carpa velamos por una dura prueba sentimental y humanitaria. No para la que la volvamos púlpito comunista.

    Y a propósito de esa carpa, levantada por el alcalde Garzón, tan cercano ideológicamente a los desafueros de Moncayo, cabe una postrera reflexión. El Presidente, generoso hasta el extremo en propuestas de paz, ha dicho que no hará despejes utilizables para que la guerrilla derrotada recupere energías y recobre perdidas posiciones. Por eso, cuidado con la carpa. Moncayo, y los que con tan malas intenciones lo acompañan en su caminata, está montando, con el auxilio de Garzón, una pequeña zona de despeje. Solo que ubicada en el corazón de Colombia y al pie de la estatua del Libertador, con los que algunos quieren compararlo. ¡Cuidado!

  • james bizarre
    7 agosto, 2007 at 10:16 pm

    Si hay algo arquetipico en la universidad colombiana, ese es el hecho de borrar blogs, y de hacerlo a nombres de personas decentes. Me Solidarizo con Jaime Ruiz y lo comprendo plenamente.
    Lanark: No puedo explicarle mis argumentos a alguien que no sabe leer y piensa que Lenin es un militar.

  • james bizarre
    7 agosto, 2007 at 10:23 pm

    alexander Tamayo: es obvio que el profesor universitario Moncayo no es más que un portavoz de la kidnapping corporation. Solo alguien con la típica moral deforme de los que ostentan su anillito de grado, podría pensar que Moncayo caminó 1000 kilómetros para pedir la libertad de su hijo.
    Hombre!! hasta un embolador le puede decir a ud que la ¨odisea¨de Moncayo, tiene como objetivo, para seguir justificando las masacres y los secuestros.

  • Alexander Tamayo
    7 agosto, 2007 at 10:37 pm

    Disculpas Jaime, el comentario era para james. Ahí disculpa la equivoación.

  • Lanark
    7 agosto, 2007 at 10:50 pm

    Caramba, debo reconocer que nuestro entrañable exministro Londoño se ha superado a si mismo.

    Me preocupa que esté dejando ese estilo cómico que tanto nos divertía, y se esté pasando al lado grotesco.

    ¿Será que al cabo Moncayo lo espera un consejo de guerra cuando vuelva? Muy conveniente, ¿no?

  • Maldoror
    8 agosto, 2007 at 12:25 am

    Lanark:

    De acuerdo. Al menos el artículo del «tio rojo» es más serio y sustentado que cualquier cosa que puedan escribir JR o Carlos Alberto Montaner…y lo hace reir a uno, y no de la rabia

  • Maldoror
    8 agosto, 2007 at 12:27 am

    Alexander:

    Los «analistas» dan risa….el profesor Moncayo perdió su «orientación» cuando su discurso toco al mesías o como dice el dueño de este blog «cuando empezó a vociferar los discursos de FECODE». Ya no era el niño bueno que repetía los aullidos del establecimiento, que tanto gustan por acá

    (por donde andarán Syllogysm mao y compañia…hacen falta en este blog)

  • Alejandro Gaviria
    8 agosto, 2007 at 2:14 am

    Sergio:

    Jaime Dusan es un miembro casi honorífico del establecimiento. Desayuna todos los días en club El Nogal.

    Por otra parte, estoy acuerdo. Hacen falta Syllogysm mao, bebe probeta y cia.

  • Maldoror
    8 agosto, 2007 at 2:32 am

    Alejandro:

    Creame que no soy el único partidario del Polo que piensa que Jaime Duzán es uno de los lunares del partido. Pero por más que Jaime Duzán desayune en el Nogal, no cambia que el discurso mayoritario por esos lares respecto a la guerra en este país sea muy distinto a lo que Duzán o cualquier miembro de la izquierda -malo o decente- sostengan.

  • Anónimo
    8 agosto, 2007 at 1:37 pm

    Se ve que no leen bien: syllogismes mao, bebe probeta y planeta enano: tres personas distintas y un solo mamagallista verdadero. es mi teoría.

  • Gilberto
    10 agosto, 2007 at 12:11 am

    MUY INTERESANTE SU PUNTO DE VISTA. INDUDABLEMENTE SE DEBE DIFERENCIAR EL IMPACTO DEL SECTOR RURAL Y EL URBANO. EN EL CAMPO, DONDE LAS CONDICIONES DE VIDA EN ALGUNOS SECTORES SON INFRAHUMANAS, NO SE PUEDE DESCONOCER UN EFECTO POSITIVO. (CONSTE QUE SOY ANTIURIBISTA, PERO NO PUEDO DESCONOCER COSAS POSITIVAS) SIGNIFICA QUE ALGUNAS FAMILIAS MEJOREN COMIDA Y GARANTICEN ESTUDIO A SUS NIÑOS.
    PERO ES INDUDABLE QUE ESO YA ADQUIERE UN TINTE PATERNALISMO MANZANILLESCO.
    GRACIAS POR SU ANÁLISIS

  • Anónimo
    10 agosto, 2007 at 1:38 am

    Para salvarnos de los pronósticos de Montaner tenemos que hacer tres cosas:
    1- Resignarnos a la presidencia vitalicia de Uribe.
    2- Reactivar a los paras.
    3- Salir del clóset, o sea, admitir, de una vez por todas, que toda la liquidez de la economía, de la nuestra y de la de los países latinoamericanos
    ( incluida Venezuela), proviene de la droga. De la que somos los principales productores y distribuidores en el mundo. Que somos, por lo tanto, los requisimos dueños de una multinacional gigantesca que nos permite competir, de igual a igual, con el señor Chávez. Para lo cual necesitaríamos una especie de Pedevesa del negocio.

    Hasta que nos invadan los gringos.