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diciembre 2013

Academia

Financiamiento del régimen Contributivo

La reforma tributaria, aprobada el año anterior, cambió parcialmente la estructura de financiamiento del régimen Contributivo. La reforma reemplazó las contribuciones de los empleadores para trabajadores que devengan menos de diez salarios mínimos con un nuevo impuesto a las utilidades, el CREE. El sistema tributario colombiano castigaba la generación de empleo: la reforma corrigió un problema inveterado y ha contribuido, según las cifras disponibles, a dinamizar el empleo formal.

¿Pone en riesgo la reforma tributaria el financiamiento del sector salud? No, de ninguna manera. Los recursos del CREE son más que suficientes para sustituir las contribuciones eliminadas y garantizar un adecuado financiamiento del régimen Contributivo. El cuadro anterior muestra los cambios en la estructura de financiamiento. Las contribuciones caen casi 4,0 billones de pesos, pero el CREE aporta recursos adicionales por 5,5 billones.  Con todo, los recursos disponibles aumentarán a pesar de la disminución de los excedentes de la subcuenta de compensación. La suma de las diferentes fuentes ascendería a 17,0 billones de pesos.

Como se muestra en el nuevo cuadro, el funcionamiento del régimen Contributivo, una vez incluidos los recobros, costaría aproximadamente 16,6 billones de pesos. Este cálculo tiene en cuenta la ampliación del POS y las nuevas medidas de regulación de precios de medicamentos. La comparación de ambos cuados (fuentes y usos) predice un superávit cercano a los 400 mil millones de pesos en 2014 (17,0-16,6).

Dos cosas quedan claras. La reforma tributaria no puso en riesgo el financiamiento del sector salud (todo lo contrario) y el cambio de la estructura de financiamiento ha contribuido a dinamizar el empleo formal (está creciendo al 7%). Con la ley Estatutaria, que consagra la salud como un derecho fundamental, los recursos de la salud son ahora (para usar la jerga presupuestaria) una inflexibilidad: el Estado, como ocurre con las pensiones, tendrá que apropiar cada año los recursos necesarios para garantizar el aseguramiento en salud de casi 50 millones de colombianos.

Academia

Mortalidad por cáncer infantil en Colombia

  1. Aunque la participación de los tumores malignos en la mortalidad de menores de quince años ha aumentado en las últimas décadas, el riesgo de muerte ajustado  por la estructura de edad ha disminuido. La disminución ha ocurrido tanto en la mortalidad por leucemias como en la mortalidad por todos los tumores.
  2. La supervivencia global observada está alrededor de 50% a cinco años para todos los tumores. El abandono del tratamiento es un factor crítico: los niños que continúan los tratamientos tienen una supervivencia cercana a 75%, los que no continúan tienen una supervivencia muy inferior, de apenas 30% (ver gráfico). Por tal razón hemos puesto en práctica una serie de medidas orientadas a reducir el abandono, entre ellas la hospitalización de los niños durante toda la fase de inducción del tratamiento.
  3. La tardanza en el inicio del tratamiento también afecta de manera adversa la mortalidad. Al respecto, hemos ajustado los sistemas de alerta y revisado estrictamente todos los procesos de atención.
  4. Todavía queda mucho por hacer. La habilitación de las unidades de atención en cáncer infantil, con el fin de garantizar que cumplan las normas existentes sobre calidad e integralidad de los tratamientos, es el mayor reto de los próximos años.
  5. En el tema de cáncer, otros avances son dignos de mención. Este año presentamos el Plan Decenal de Cáncer, reglamentamos la ley Sandra Ceballos, ampliamos sustancialmente la cobertura de vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (causante del cáncer de cuello uterino) e incorporamos al POS nuevos medicamentos y procedimientos contra las formas más prevalentes de cáncer.
  6. Los hechos no justifican los juicios catastrofistas. Pero tampoco, cabe advertirlo, invitan a la complacencia.
  Basado en información preparada por el Dr. Raúl Murillo, director del Instituto Cancerológico.

 

Academia

Gasto en salud

Los colombianos gastamos cada año 42 billones de pesos en salud. Los recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) suman aproximadamente 26 billones (estos son los dineros administrados por las EPS). Los recursos de los regímenes especiales (el del magisterio, el de las Fuerzas Armadas, el de Ecopetrol, etc.) ascienden a tres billones de pesos mal contados. Los recursos de oferta y los de salud pública (transferidos a las entidades territoriales) suman cuatro billones en números redondos. Con todo, el gasto financiado con recursos públicos llega a 33 billones (26+3+4).

De otro parte, el gasto financiado con recursos privados llega a nueve billones de pesos anuales: dos billones corresponden a los planes de medicina prepagada y los seguros voluntarios, un billón al Seguro Obligatorio de Accidentes de Transito (SOAT) y seis billones al gasto de bolsillo de los hogares que incluye, entre otras actividades, las compras de medicamentos y las consultas privadas.

Muchos confunden el gasto total (42 billones) con los recursos del SGSSS (26 billones). Otros suponen equivocadamente, como en la foto, que las EPS manejan la totalidad de los recursos. Otros más no diferencian el gasto privado del gasto público. Pocos conocen (o reconocen) que el gasto de bolsillo en Colombia es el menor de toda la región (en América Latina representa en promedio la mitad del gasto total). Así mismo, pocos parecen estar familiarizados con las estadísticas de gasto en salud por habitante (ver aquí). La frase «Colombia gasta mucho en salud» ha hecho carrera equivocadamente. No tiene ningún sustento empírico.

No está demás, entonces, insistir en una aritmética necesaria, ignorada por muchos y desconocida por tantos otros.