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Cuestión de principios

“El TLC con EE.UU. permitirá como mínimo 1% más de crecimiento en el PIB, 250 mil nuevos trabajos y aumentar las exportaciones en 6%”, escribió el Presidente Santos en Twitter el jueves en la mañana. El impacto podría ser menor. Mucho menor incluso. No lo sabemos. No podemos saberlo. Los números en cuestión son una apuesta, una creencia disfrazada de certidumbre aritmética. El efecto del TLC es incuantificable. Depende de muchas cosas imposibles de prever, del surgimiento de nuevos negocios, por ejemplo. Las preferencias arancelarias, creadas hace 20 años, tuvieron un efecto positivo sobre la economía peruana, contribuyeron al surgimiento y posterior desarrollo de varios negocios de exportación agrícola: los espárragos y el brócoli, entre otros. En Colombia, por el contrario, las mismas preferencias no impulsaron la aparición de nuevos sectores exportadores.

La defensa del TLC no debería sustentarse en números inciertos. Inventados. Los argumentos tienen que ser de otro tipo. Conceptuales. Lógicos. Incluso ideológicos. Colombia ha vivido muchos años ensimismada, escondida en sus montañas. Nunca, en 200 años, hemos tenidos vías de comunicación confiables, que conecten eficazmente las cordilleras con el mar. Los opositores del TLC argumentan que la falta de infraestructura es un escollo insuperable, una razón para desechar el tratado. Pero su lógica es confusa. La mala infraestructura constituye una forma eficaz de proteccionismo, una manera indirecta de restarle relevancia al tratado, de entorpecer tanto las exportaciones como las importaciones. Sin quererlo, involuntariamente, Andrés Uriel Gallego contribuyó a la causa proteccionista. El MOIR debería rendirle un homenaje. En fin, la mala infraestructura no es una razón para oponerse al TLC. Más bien, el tratado es una razón para construir, de una vez por todas, las carreteras que nos conecten con el mundo.

El TLC también podría contribuir a desmontar uno de los aspectos más irritantes de nuestra realidad económica: los privilegios de los terratenientes. No casualmente los ganaderos y los arroceros se oponen al tratado con particular vehemencia. Unos y otros quieren conservar la excesiva protección que ha causado, entre otras cosas, una valorización exorbitante de la tierra. Las rentas que crea el proteccionismo agrícola terminan siendo capturadas por los dueños de las grandes haciendas. Paradójicamente, la izquierda proteccionista ha terminado, involuntariamente tal vez–nadie sabe para quién trabaja–, defendiendo los intereses de los terratenientes. Fedegan y el MOIR están del mismo lado, unos por interés, otros por ideología. Reaccionarios y radicales se oponen al TLC con la misma fiereza con la que se han opuesto a ley de restitución de tierras. Ambos prefieren el statu quo: un país aislado y protegido.

El TLC no es la panacea. Apenas nos pone en igualdad de condiciones con Chile, Perú y los países centroamericanos. Yo dudo de las cuentas alegres del gobierno. Pero si el TLC contribuye a conectarnos medianamente con el mundo, a diluir algunas rentas odiosas y a tener unas condiciones de acceso similares a las de nuestros competidores regionales, habrá logrado su cometido. Sea lo que fuere, siempre que se juntan reaccionarios y radicales para defender el statu quo incumbe ponerse del otro lado. Por principio. Sin mirar los números.

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  • Alejandro Gaviria
    16 octubre, 2011 at 1:21 am

    De todas las sectas religiosas que existen en Colombia, la secta del MOIR es probablemente la que mejor uso hace del discurso apocalíptico. Esta columna de Robledo ya suena a delirio:

    El TLC con Estados Unidos es lo más malo que le ha ocurrido a Colombia luego de la Independencia de España, el 7 de agosto de 1819. Porque lleva las relaciones entre los dos países a unas muy parecidas a las que tuvo la Nueva Granada con la Corona española, le arrebata al país toda posibilidad de resolver sus graves problemas económicos, sociales y políticos, condenándolo, mientras dure el Tratado, a la pérdida de la soberanía, el atraso científico y productivo, la desnacionalización económica, la concentración de la riqueza, el maltrato laboral y ambiental, la corrupción, el desempleo y la pobreza. Ganarán, sí, los pocos colombianos que logren separar su suerte personal de la de la nación, al conectar sus intereses con los de las trasnacionales que avasallan a Colombia.

  • Alejandro Gaviria
    16 octubre, 2011 at 1:21 am

    Como escribió Javier Moreno hace unas semanas, mi objetivo con algunas columnas (esta, por ejemplo) es hacerme odiar. Sobre todo de algunos foristas del EE.

  • Alejandro Gaviria
    16 octubre, 2011 at 1:21 am

    Enlazo un artículo que escribí hace ya varios años sobre los efectos del TLC. Algunos de las conclusiones principales siguen vigentes. El artículo termina, en tono pesimista, sobre la preeminencia de los prejuicios (ideológicos digamos) en este tipo de debates.

    “Ningún tema en economía se ha decidido con base en los hechos”, “tampoco con base en la teoría” por lo tanto, “todas las implicaciones de política sobre asuntos económicos son cuestiones de fe”.

  • Javier Moreno
    16 octubre, 2011 at 1:40 am

    ¿O sea que a Robledo le parece mala la independencia de España (¡lo más malo que le ha ocurrido a Colombia!)? Eso demostraría contundentemente lo que don Jaime Ruiz ha dicho muchas veces acá y en otras partes: la casta de Robledo y compañía desciende directamente de los encomenderos.

  • Maldoror
    16 octubre, 2011 at 2:00 am

    Alejandro:

    Nunca pensé que iría a decir esto, pero les queda mejor la defensa utilitarista del TLC. Que va a crear no se cuantos millones de empleos, que va a hacernos crecer 2 puntos más del PIB, que vamos a comprar leche y presas de pollo más baratas y que podremos vender uchuvas en el creciente mercado norteamericano. Así sea mentira o exagerado…al menos es más creíble.Porque los argumentos de "principio" que esgrime son falaces. Según ud, al oponerse al TLC la izquierda encuentra un punto en común con la derecha, pero eso no invalida per se las razones por las que la izquierda se opone al tratado (que no son necesariamente las mismas que las de la derecha). Por lo demás, ud parte de equívocos: no todos los ganaderos o agricultores que van a joder por el TLC son grandes terratinietes.

    Ahora, si en verdad les preocupa tanto la distribución de la tierra en este país, pues carajo, hagan una reforma agraria. Devuelvan las tierras que fueron robadas a sangre y fuego a sus legítimos dueños: millones de campesinos en este país. Para eso no se necesita ningún TLC, sólo un sentido elemental de la justicia y voluntad política. Cosas que, creo, muchos de los defensores del TLC no parecen tener…

  • Alejandro Gaviria
    16 octubre, 2011 at 2:12 am

    Maldoror: más que la concentración de la tierra, me preocupan las rentas artificiales de los terratenientes. El arrendamiento de una hectárea en el Tolima vale dos millones de pesos, más que en casi cualquier otra parte de la región. La razón: el proteccionismo.

    Las familias campesinas viven en buena medida del autoconsumo o del café o de productos que no compiten con importaciones. Hace un tiempo hicimos un informe para la FAO al respecto. Hasta los mamertos de la Naciones Unidas aceptaron las consecuencias. Nunca es tarde para recapacitar.

  • Pedro P.
    16 octubre, 2011 at 2:57 am

    Qué tanto podría cambiar con el TLC sabiendo que contamos con el ATPDEA?

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 3:09 am

    Estababilidad, no estar pendientes cada año de esa espada de Damocles que era el Atpdea. Además, compromiso de largo plazo con la apertura y la busqueda de mercados.

  • Luis Felipe Jaramillo
    16 octubre, 2011 at 3:42 am

    Alejandro,

    ¿Se puede acceder al informe de la FAO de alguna manera? Interesante el asunto.

    Saludos,

    LF

  • jaime ruiz
    16 octubre, 2011 at 3:42 am

    Robledo no dice que la Independencia sea mala, sino que desde que Colombia es independiente no le ha pasado nada peor que el TLC. La estirpe encomendera no se manifiesta en nostalgias coloniales sino en el antiamericanismo-antiimperialismo, que es nostalgia de un mundo sin globalización. Ese ensueño de la "cultura nacional, científica y de masas", del desarrollo científico, ecológico y productivo autónomo, etc. es pura resistencia de jerarquías atávicas, a las que pertenecían sin la menor duda los fundadores del MOIR. Llamar "reaccionarios" a los terratenientes rentistas resulta una paradoja llamativa, los verdaderos reaccionarios son esos "radicales".

    Es muy interesante considerar en ese párrafo la acumulación de horrores: la pobreza es el efecto de la falta de soberanía, Puerto Rico es miserable mientras Albania o Birmania son opulentas, mejor dicho, no opulentas, pues eso ya es indeseable, sino armónicas y agradables. Ni hablar del atraso científico y el desempleo.

    Lo peor de esas resistencias no es la continuidad de casta que pretenden sino que las jerarquías que defienden lo son de personas patéticamente ignorantes, como muestra serlo el propio Robledo. El atraso científico en naciones apartadas y miserables es exactamente lo mismo que la autarquía y el aislamiento, cosa que los polpotistas remedian llamando "ciencia" a su deplorable recitativo.

    El malestar por la aprobación del tratado es muy justificado para Robledo: un país más abierto al mundo se empieza a avergonzar de los líderes que deslumbraban cuando no había más que ver. Ese malestar es patente también en personajes como Piedad Córdoba: parecen desesperados. Como que se embolató el rumbo del Alba.

    Lo mejor del TLC es lo que desespera a sus detractores. Todas las importaciones que se teme que destruyan la producción nacional serán las que determinen precios más asequibles a los bienes. Es decir, mejora del nivel de vida de la mayoría. Es decir, reducción de la desigualdad en el acceso a los bienes. Es decir, destrucción del orden que subyace a la sociedad y que defiende el MOIR y en definitiva la universidad, de la que el MOIR es sólo una rama añeja y raquítica, superada por las que se integraron en las industrias globalizadas y en lugar de paraísos camboyanos buscaron la relación directa con los dueños de la prensa y los gobiernos petroleros.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 4:14 am

    Un aplauso para Santos!.

    Pero Alejandro..le tengo una pregunta:

    ¿Cómo se encuentra la economía de EEUU en éstos momentos?

  • qth
    16 octubre, 2011 at 4:20 am

    TLC, otra burla del capitalismo salvaje, sobre países que no tienen un ordenamiento en su economía.

  • Carlos Méndez
    16 octubre, 2011 at 4:28 am

    Un tratado de libre comercio entre dos países simplemente permite, al rebajar aranceles y tal vez barreras no arancelarias, que haya mas comercio (entre esos dos países).

    Mayor intercambio comercial es lo único que se puede predecir que sucederá.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 5:58 am

    ¿Qué tan libre es el tratado si Estados Unidos sigue subsidiando el campo? Los aranceles igualaban las cosas para la industria colombiana, o la hacían por lo menos una competencia poco más justa.
    No estoy seguro, no sé como quedo el tratado, pero tengo en mi cabeza que se dió demasiado.
    No sé si alguien tiene alguna idea concreta sobre el efecto que pueda tener el TLC sobre la violencia, considerando que los arroceros y ganaderos están concentrados en zonas con muchos problemas de bacrim, guerrilla y demás. Caucasia, Montelíbano, Montería… los arroceros y ganaderos no viven solos, detras de ellos hay conductores, distribuidores, campesinos que probablemente se queden sin trabajo a medida que este cambie y termine en la costa, en los puertos.
    Ya termino con otra pregunta ¿qué tan prudente es aumentar o concentrar las exportaciones a Estados Unidos, porque supongo que eso va a pasar, teniendo en cuenta que la actividad económica esta moviendose hacia los mercados emergentes? por estar concentrados en un mercado en decancia se pueden estar perdiendo oportunidades de expansión a otros en aumento.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 6:02 am

    Antonio Caballero "hinca" a mas de uno con su artículo en Semana. Y por fin el lamesuelas de Planeación sale a flote.

  • Alejandro Gaviria
    16 octubre, 2011 at 1:10 pm

    Anónimo 23:14: la paradoja es que el TLC se firmó precisamente cuando el centro de gravedad de la economía mundial está cambiando, cuando el poderío económico de los EE.UU. viene en descenso. Ya Chile y Perú están mirando hacia el Asia. Brasil también. El Congreso chileno aprobó un TLC con China por unanimidad. No tuvo ni un voto en contra. Nosotros ni siquiera estamos contemplando esa posibilidad.

    Pero sea lo que sea, el mercado de los EE.UU. sigue siendo importante. Ojalá podamos sacarle provecho.

  • Alejandro Gaviria
    16 octubre, 2011 at 1:10 pm

    Carlos: de acuerdo. Pero a veces los efectos más importantes son los inesperados. Yo en particular tengo la esperanza que el TLC ordene algunas prioridades y solucione (parcialmente, al menos) algunos fallas de gobierno por el simple hecho de hacerlas más visibles e inconvenientes.

  • Alejandro Gaviria
    16 octubre, 2011 at 1:17 pm

    Antonio Caballero muestra, una vez más, las afinidades entre la aristocracia sabanera y el Moir.

    El TLC con los Estados Unidos no es un tratado: es un acta de sometimiento. Tras años de súplicas, cambiando los términos una y otra vez ante las exigencias crecientes de la contraparte, acatadas siempre y a veces incluso solicitadas con abyección obscena, los gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos consiguieron por fin entregar a Colombia.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 1:31 pm

    Alejandro no me queda claro el argumento que asocia el elevado precio de la tierra (rentas que reciben por alquiler los grandes propietarios de la tierra) como consecuencia de proteccionismo. Por qué con liberalización podría bajar el precio de la tierra?

  • jaime ruiz
    16 octubre, 2011 at 1:46 pm

    La simpatía por el TLC en Colombia es inversamente proporcional al nivel de estudios. Si se mide la gente de "universidades" prestigiosas y de carreras con carga ideológica, la relación es mucho más drástica. Si la carrera no es historia, periodismo, ciencia política, sociología, etc., sino materias cuyo fondo es la relación con la belleza (arte, música, literatura), la relación es mucho más drástica aún. El TLC es una agresión externa al núcleo de la sociedad colombiana, agresión que se apoya en el hecho de que la mayoría es indiferente a las esencias patrias.

    Ahora bien, ¿lo expuesto en el párrafo anterior es verdad o mentira? NUNCA NADIE CONTESTA. En todos los niveles, las "universidades" colombianas manejan una forma extraña de "doblepensar", que permite al interpelado exhibir una sonrisa idiota y replicar que no es verdad ni mentira sino todo lo contrario.

  • Alejandro Gaviria
    16 octubre, 2011 at 2:33 pm

    Anónimo 8:31: porque, en el caso del arroz, por ejemplo, la mayor competencia hará que el precio baje, disminuyendo así las rentas de los productores y por lo tanto las de los dueños de la tierra. Enlazo una columna anterior sobre el proteccionismo agrícola: Proteccionismo empobrecedor.

    Jaime: Ud. tiene razón, olvida un dato. Los estudiantes de ciencias sociales y humanidades son una minoría. En los Andes, casi 30% de los estudiantes son ingenieros industriales. Estoy seguro de que la mayoría apoya el TLC.

  • Alejandro Gaviria
    16 octubre, 2011 at 2:53 pm

    Gracias Pablo. Muy interesante.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 4:03 pm

    El imperialismo de los sindicatos estadounidenses http://online.wsj.com/article/SB10001424053111904106704576579381640579992.html?mod=WSJS_opinion_MiddleFeatures

  • charlie
    16 octubre, 2011 at 4:11 pm

    Alejandro : Exportar a Estados Unidos con el dolar devaluado ? Da risa. Mire los cultivos de flores abandonados en la Sabana de Bogotá.
    De los políticos solo se espera que repitan lugares comunes. De los economistas se esperaría algo de sentido común.

  • CarlosH
    16 octubre, 2011 at 4:18 pm

    Hablando de certezas…

    "Como ha sido demostrado, lo que los economistas llaman tasa de retorno es, en educación, negativa"

    … y de comparar peras con manzanas:

    "¿No es una coincidencia que la suma de la deuda morosa de la clase media —12 billones— y el aporte del gobierno para educación superior —11 billones— sean casi iguales? Por boca y manos de los estudiantes protesta la clase media"

    Alfredo Molano en su columna de El Espectador.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 4:22 pm

    No soy experto en el tema, y, por lo mismo, hay varias preguntas que quiero hacer: Hace dos décadas hubo una liberalización de la economía colombia ¿qué balance dejó ese proceso? ¿Nos podría pasar lo mismo que le pasó a México o Argentina? Una pregunta mucho más tonta, por pura ignorancia: En momentos en que el sistema sigue experimentando signos fuertes recesión económica (lo viene haciendo desde 2008) ¿no sería más conveniente proteger sectores vitales para el país? Si me puede explicar un poco, porque estoy leyendo a Polanyi, y la verdad trato de enteder.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 4:32 pm

    Los Gobiernos del mundo entero, y sus expertos económicos son cantantes de karaoke. La música la ponen las Multinacionales.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 5:03 pm

    Desde ya se abre mercado y TLC con mexico.
    Exportamos exmilitares matones para asesorar a grupos narcoterroristas y enseñarlos a matar gente.

    Con razón los defensores de Plazas Vega, Rito Alejo, Cabrales y demás homicidas, están fascinados por abrir mercado y no solo intercambiar productos sino servicios. Me recuerda mucho al B2.
    Me pregunto si el Presupuesto en defensa nacional incluye pagar pensiones a estos exmilitares criminales; con razón estos sedientos chupasangres se especializan en juegos de guerra (sea Libia o Mexico).

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 5:11 pm

    Los mercados mundiales han cambiado de manera sustancial. Ya no están constituidos los países, o las regiones; ahora los mercados son las cadenas de valor manejadas por firmas globales que deciden, según sus estándares de calidad y productividad, quién puede entrar como proveedor y quien no. Los TLC son obsoletos.

  • Alejandro Gaviria
    16 octubre, 2011 at 5:22 pm

    Carlos H.: la columna de Molano es francamente ridícula. Saludos.

    Charlie: le falló la lógica esta vez. El TLC al menos compensa algo de la competitividad perdida por la revaluación. Los floricultores están celebrando. Mejor darles acceso sin aranceles que subsidios.

  • charlie
    16 octubre, 2011 at 5:59 pm

    Alejandro: Los floricultores no estan cerrando por la falta de la ATPDEA. Estan cerrando por la revaluacion. Aun, estando vigente, estaban liquidando.

  • charle
    16 octubre, 2011 at 6:43 pm

    Alejandro: Le muestro otro otro aspecto de los TLCs. En Colombia se compra ropa fabricada en China o en Indonesia o en Vietnam, etc, supuestamente proveniente de Chile, libre de impuestos por efecto del TLC con ese país. Ahora vamos a comprar la misma ropa, fabricada en esos mismos países, “proveniente”,esta vez, de Estados Unidos ( las fabricas son de empresas multinacionales ) ,con la ventaja cambiaria que no se tiene con Chile.
    Muy bueno para los consumidores, pero todavía mas letal para los productores nacionales.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 7:59 pm

    Bueno, ya entiendo la motivación de AG para incurrir en falacia tras falacia en el 50% de sus columnas. Si Robledo dice SI, el dice NO: POR PRINCIPIOS!

  • Alejandro Gaviria
    16 octubre, 2011 at 8:04 pm

    Anónimo 14:59: creo que he escrito tres columnas sobre Robledo en ocho años. No da para más. Lleva casi medio siglo con la aguja pegada.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 8:07 pm

    Robledo también es una terrateniente. Comercia con los votos de los mamertos que lo siguen con devoción religiosa. Son sus subditos, sus siervos, sus explotados.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 8:38 pm

    La manguala de financieros gringos y colombianos necesitaba urgentemente el TLC, para mantener, sin cortapisas ni impuestos, su mejor negocio en Colombia: vender diariamente mas de mil millones de dolares en la Bolsa y, revaluado el peso por la misma operación, recomprarlos unas horas después.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 9:09 pm

    La manguala de los finacistas funciona por idiotas como el que hizo el último comentario, siempe dispuestos a comprar caro y vender barato.

  • jaime ruiz
    16 octubre, 2011 at 9:09 pm

    La columna de Molano será ridícula, pero cada vez que uno lee algún comentario de un universitario en Twitter, la probabilidad es de más de nueve sobre diez de que diga esa clase de cosas:

    A los graduados en la Nacional —una de las seis universidades más prestigiosas de América Latina— poco o nada les toca. No los emplean simplemente porque son muy críticos y saben mucho.

    "Saber" es un obstáculo para que a uno lo empleen. Y lógicamente los explotadores no quieren que sus empleados "sepan", ni hablar de que sean críticos.

    No sigo. Puede que la mayoría de los ingenieros y estudiantes de ingeniería no secunden ese discurso, pero es como decir que los de ciencia política no son partidarios de los puentes de cables ni del marketing interno. El ingeniero sólo está en una fase intermedia de la estructura social, si acierta y prospera tendrá hijos que leerán Semana, estudiarán filosofía y amarán a Angelino Garzón. Si no, tendrá hijos que aspirarán a acertar y prosperar para tener hijos que lleguen a ese nivel.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 9:21 pm

    Jaime: le faltó terminar la historia. Los hijos o los nietos de los graduados de ciencia política tendrán tarde o temprano que empezar de nuevo por la ingeniería. La mamertería sólo es rentable para unos pocos. Eso nos salva. Saludos.

  • Daniel Payares Montoya
    16 octubre, 2011 at 9:56 pm

    Alejandro, qué tal estuvo la charla de Summers en Expogestión 2011. Increíble que lo promocionaran como el mejor economista del mundo.

  • Anónimo
    16 octubre, 2011 at 10:35 pm

    Alejandro,

    ¿Dónde se puede ver qué fue lo que realmente se firmó? porque dudo que que el tlc sea lo que en teoría significa: aranceles cero y libre acceso. ¿Qué habra pasado con las barreras no arancelarias? ¿Habrá cuotas o restricciones en algunos sectores?

    Creo que otro frente de batalla, además de la infraestructura, será superar los costos de las barreras no arancelarias. Creo que de esto se ha dicho poco.

  • Anónimo
    17 octubre, 2011 at 12:53 am

    Esta semana me enteré que la hija de Robledo estudia en los Andes. La hipocresía de estos tipos es proverbial. Echan carreta y carreta sobre la universidad pública, pero cuando llega la hora de la verdad, de decidir la universidad para sus hijos, escogen a los Andes.

  • Anónimo
    17 octubre, 2011 at 12:56 am

    Según la tesis de Caballero, Chile, Costa Rica, Panamá y Perú, entre otros, son esclavos rendidos a los pies de los EEUU y están peor que Colombia como resultado de sus intensas relaciones comerciales con el país del Norte via TLC.

  • Daniel Payares Montoya
    17 octubre, 2011 at 1:38 am

    Anónimo 19:53: No entiendo su comentario. Quién dijo que uno debe ser pobre para reclamar igualdad, haber sufrido el asesinato de un familiar para esperar justicia o haber estudiado en una universidad pública para exigir calidad en la educación estatal.

  • Alejandro Gaviria
    17 octubre, 2011 at 2:28 am

    Anónimo 17:35: tiene razón. Hay mucho por hacer: del acceso formal al real hay un trecho largo. Por ejemplo, los requisitos fitosanitarios son complejos, y se convierten a menudo en una barrera infranqueable. Pero sorprende que el ministro de agricultura (quien debería estar ocupado de estos asuntos) salga, después de más de un año de gestión, a decir que no estamos preparados.

    Daniel P.: la conferencia de Summers estuvo regular. No habló del tema internacional. Dijo que los países deben construir sobre sus fortalezas y que la fortaleza de Colombia está en los recursos naturales. Dijo también que había que ponerle atención a la revaluación. Y finalmente criticó la idea (equivocada en su opinión) de incentivar la innovación desparramando plata por todo el país.

  • Luis Felipe Jaramillo
    17 octubre, 2011 at 3:07 am

    Alejandro,

    Alguna vez le escuché al Ex-Ministro Plata decir que el Gobierno Uribe no había contemplado un TLC con China por que nuestra oferta exportable era la misma y que habían pocos productos en los que realmente podríamos encontrar oportunidades en ese país. Qué opina al respecto?

    De cualquier forma, me parece que el tiempo y los recursos que la anterior administración gastó para intentar la aprobación de este TLC (elusiva hasta la semana pasada) pudieron ser mejor utilizados buscando más contactos con Asia. Hace un par de semanas escuché en un foro a Rafael Nieto, acompañado por el Presidente Uribe, decir que eso no se había hecho por que había (hay) una moratoria para la entrada de nuevos miembros en el APEC. Pero, ¿era ese el único camino para acercarse a los chinitos?.

  • Alberto
    17 octubre, 2011 at 3:14 am

    Alejandro;

    Tres comentarios:

    1. Cuando dices que reaccionarios y radicales se oponen a la restitución de tierras ¿de esos radicales hace parte el MOIR o te refieres a eso que anacrónicamente se llama la izquierda armada?

    2. Muy rara la "columna" en la que piden la renuncia del decano de los Andes, pues en ella el tipo está diciendo que efectivamente las drogas tienen una capacidad para promover la creatividad.

    3. Una imagen sobre el tratado de libre comercio;
    La clave de mi éxito

  • Rodrigo Cruz H
    17 octubre, 2011 at 4:43 am

    Creí que en la política partidista era rescatable tener principios, Hay gente que no los ejerce dentro de los partidos, sino que los utiliza como medios para proyectos personales. Deduzco que ni siquiera acepta ud que el MOIR tenga principios en la política partidista, o que defiende la política para proyectos personales.

    Por otra parte, algunos queremos ver a Colombia pasar por las etapas de la producción por las que pasaron EEUU y Europa, pasando por el mercantilismo, la industrialización y finalmente la era tecnológica. Pero algunos profesores (tecnócratas) de administración tomaron mecánicamente el libro del Postcapitalismo de Drucker, y lo aplicaron a la economía colombiana. Que alguien me cuente, ya que estos profesores nunca me respondieron, cuándo pasó Colombia por el postcapitalismo. Eso sí que fue un acto de fé, si hablamos de sectas religiosas.

  • Anónimo
    17 octubre, 2011 at 12:59 pm

    Hay partidos que se basan en el principio de la supremacía racial. ¿Acaso todos los principios son buenos por definición?

  • Alejandro Gaviria
    17 octubre, 2011 at 1:08 pm

    Rodrigo: creo que usted se quedó anclado (o atrapado) en una especie de marxismo vulgar que postula una series de etapas imprescindibles, una escalerita que debe subirse peldaño a peldaño. Si algo que caracteriza a los países en desarrollo (o economías emergentes o como las llamen) es que su proceso de progreso económico es acelerado, heterogéneo, desordenado. Afortunadamente no tenemos que trasegar los 400 años comprendidos entre la Inglaterra medieval y la de los indignados de hoy en día.

    Alberto: ahí está el MOIR. Anteriormente al menos tenían un discurso coherente anticorrupción. Pero, más recientemente, Robledo fue promotor y alcahueta de los Moreno. Sólo les queda el antiamericanismo obsesivo, casi religioso.

    Luis Felipe: hace poco le pregunté en un programa radial al presidente de la ANDI si estaba de acuerdo con un TLC con China. El tipo saltó de la mesa y dijo inmediatamente que no estamos preparados. La ANDI también se ha opuesta al TLC con Corea.

  • Alejandro Gaviria
    17 octubre, 2011 at 1:13 pm

    No todos los principios son buenos. A mí me gusta más el análisis costo beneficio. Pero, en este caso particular, específico, puntual, creo que vale la pena apelar a algunos principios: el rechazo al aislamiento y sobre todo la necesidad de oponerse a la alianza de conveniencia entre radicales delirantes y reaccionarios oportunistas.

  • Andrés Barreneche
    17 octubre, 2011 at 1:37 pm

    Profesor Gaviria:

    En principio (según lo que recuerdo de Macro I): si la balanza comercial es afectada negativamente por el TLC (es decir, aumentan las importaciones) no se devaluaría el peso y los exportadores pasarían a ganar más por sus productos?

    Los exportadores de sectores no competitivos terminarán pasando (dolorosa pero inevitablemente) a actividades de sectores competitivos, no es así?

    No es el comercio, sin contar efectos exógenos (por ejemplo, acceso a tecnologías incorporadas en productos), "un juego de suma cero"?

  • Andrés Barreneche
    17 octubre, 2011 at 1:51 pm

    Tal vez este gráfico es pertinente en el contexto de la columna.

    Ventaja Comparativa Revelada en Colombia, Años 2000 y 2009.

    Aquí explican la Metodología.

    No sé qué tan coherente sea con los sectores "ganadores" escogidos por Colciencias, meritorios de inversiones en innovación: Energía y recursos naturales, biotecnología, salud, materiales & electrónica y TIC. Aquí el CONPES que describe el 'despilfarro'.

  • Anónimo
    17 octubre, 2011 at 3:55 pm

    El desden asustado de los banqueros de Wall Street por los “indignados” , recuerda el de los cortesanos de Luis XVI por las plebes de Paris.

  • poposito
    17 octubre, 2011 at 4:04 pm

    Claro, el problema es que los indignados no van para ninguna parte, si mucho lo que van a hacer es destruir y luego devolverse para sus casas. Se supone que el modelo es el del 15 m de España, que ni siquiera pidió la renuncia de Zapatero por ser en gran parte responsable de la crisis.

  • Harold H. Londoño
    17 octubre, 2011 at 4:33 pm

    1) No deja de llamar la atención que a un tecnócrata reconocido ahora le de por analizar los impactos del TLC "sin mirar los números"

    Me imagino que los profes de econometría deben estar muy molestos. Y preocupados.

    Respetuoso saludo,

  • Alejandro Gaviria
    17 octubre, 2011 at 4:51 pm

    Harold: la econometría es inutil en este caso. Todavía no hay datos. Los números vienen de otro lado, de modelitos llenos de supuestos.

    En cinco o diez años miraremos los datos en detalle. Mientras tanto…

  • Anónimo
    17 octubre, 2011 at 9:41 pm

    Mientras tanto….. que se quiebren los agricultores.

  • Anónimo
    17 octubre, 2011 at 9:48 pm

    Los “indignados” no van para ninguna parte. Pero asusta a los banqueros lo que significan.

  • Ibeth Rivero
    17 octubre, 2011 at 11:49 pm

    Harold: tanto los que están a favor o en contra tienen que asumir que no es más que un acto de fe. Lamentablemente los economistas aún no tienen la capacidad para preveer el futuro en ese sentido porque tras que hay una clara ausencia de datos al final la situación depende de muchos factores que ellos no controlan tanto como quisieran. Es un total misterio el como reaccionará el gobierno ante la liberalización, o como lo harán otros agentes económicos.

  • Alejandro Gaviria
    18 octubre, 2011 at 12:24 am

    Andrés B.: el comercio no es un juego de suma cero. Las metáforas del pez grande comiéndose al chico o del gigante aplastando al enano son falaces. Tampoco puede decirse que el desarrollo de nuevos sectores exportadores ocurrirá a expensas de los viejos, al menos no necesariamente. Lo que sí va a pasar es que el aumento de las exportaciones vendrá acompañado de un aumento de las importaciones. Uno exporta para importar, esto es, para aumentar las posibilidades de consumo presente y futuro.

    Los banqueros de Wall Street están más asustados por las decisiones de los yuppies que por las arengas de los indignados. Dios no castiga no con palo ni con rejo…

  • Rodrigo Cruz H
    18 octubre, 2011 at 12:54 am

    Profesor Gaviria: naturalmente que no aspiramos a que pasen 400 años para que lleguemos a tener un Silicon Valley. Pero podemos adoptar otras agendas que no nos impongan las multinacionales con los testaferros nacionales. Por ejemplo, le aseguro que Brasil no tiene ni va a necesitar nunca un TLC para promover un crecimiento con distribución de la riqueza (de hecho, han bajado en varios puntos la pobreza en menos de diez años). En cambio, Brasil se articuló con la economía de sus semejantes, y fue de los primeros que se opuso al original TLC (ALCA).

    Por otra parte, curiosamente utiliza ud la figura que usa Friedrich List, donde señala que los EEUU subieron la escalera del desarrollo y la patearon para que nadie más pudiera subir. Ud es de los que decidió que no debemos ponerla de nuevo en su sitio.

  • Anónimo
    18 octubre, 2011 at 1:00 am

    Quien iba a imaginar que los hijos predilectos del capitalismo y de su sistema financiero serian sus sepultureros. Los yuppies son producto premium de las Facultades de Economía, de manera que al pensum habrá que meterle mas corazón y menos dogma.

  • Alejandro Gaviria
    18 octubre, 2011 at 1:14 am

    Rodrigo: Brasil tiene un mercado interno grandísimo. Nosotros no nos podemos dar esos lujos. Además, Brasil está creciendo más lentamente que Chile, Colombia, Perú y México. El milagro brasileño está por verse.

    Anónimo: los yuppies son físicos, matemáticos, ingenieros y algunos economistas. Podría proponer que prohíban el cálculo estocástico y lo reemplacen por clase de religión.

  • Anónimo
    18 octubre, 2011 at 3:24 am

    Siguen los indignados con la columna de la semana pasado: Esto escribió un comentarista de El Tiempo:

    "es el colmo que alejandro gaviria, el decano de economía de la universidad de los andes casi que exija que la población consuma lsd y éxtasis. Por mucho menos se pidió la renuncia del bolillo gómez, se censuró a la brutal liliana rendón. No podemos quedarnos quietos ante esta incitación, a la producción, expendio, distribución y consumo de drogas que ha hecho alejandro gaviria. y anoto, una cosa es la libertad de expresión, otra muy diferente es que el diario el espectador se convierta en un medio para incentivar producción, expendio, distribución y consumo de drogas. El espectador se convirtió en la olla y alejandro gaviria en capo y jíbaro. ¿Por qué las autoridades no han aplicado a estos dos la ley 793 de 2002?"

  • Anónimo
    18 octubre, 2011 at 2:37 pm

    Alejandro, Argentina tiene un mercado interno(en número de población)menor que el de Colombia, pero en efectividad mucho mayor. De hecho, es la recuperación del mercado interno uno de los factores que ha permito la recuperación y las altas tasas de crecimiento del producto y del empleo en este país. Además de la incorporación progresiva pero bastante dinámica como el de la industria electrónica y de software. Y la recuperación del entramado productivo industrial. Así que la construcción de un mercado interno no tiene que ver sólo con el tamaño poblacional, tiene que ver con el proyecto de país que se quiere tener, si no importa la consolidación de la industria nacional y los diferentes sectores de la economía, con fuerte generación de empleo, con buenos niveles de salario y mejor distribuidos, poder adquisitivo y consumo, es imposible.

  • Anónimo
    18 octubre, 2011 at 2:38 pm

    Alejandro, Argentina tiene un mercado interno(en número de población)menor que el de Colombia, pero en efectividad mucho mayor. De hecho, es la recuperación del mercado interno uno de los factores que ha permito la recuperación y las altas tasas de crecimiento del producto y del empleo en este país. Además de la incorporación progresiva pero bastante dinámica como el de la industria electrónica y de software. Y la recuperación del entramado productivo industrial. Así que la construcción de un mercado interno no tiene que ver sólo con el tamaño poblacional, tiene que ver con el proyecto de país que se quiere tener, si no importa la consolidación de la industria nacional y los diferentes sectores de la economía, con fuerte generación de empleo, con buenos niveles de salario y mejor distribuidos, poder adquisitivo y consumo, es imposible.

  • Alejandro Gaviria
    18 octubre, 2011 at 4:05 pm

    Anónimo: el mercado interno de Argentina es mucho mayor que el de Colombia. Toca multiplicar la población por el ingreso nacional por habitante. Pero, más allá del tamaño del mercado interno, el crecimiento de la economía Argentina (no gracias a CK sino a pesar sus malas políticas) tiene una razón principal: el crecimiento de las exportaciones agrícolas en general y de las de soja en particular.

  • Alejandro Gaviria
    18 octubre, 2011 at 4:12 pm

    Los delirios de Cristina de la Torre:

    De momento, para corregir este pacto de adhesión que es el TLC, renegociarlo exigiendo cláusulas de excepción por razones de desarrollo y de seguridad nacional. O bien, para escándalo de nuestra intelligentsia neoliberal, ‘denunciarlo’: romper el tratado unilateralmente, o mediante consulta popular, por razones de soberanía. Como se estila en las democracias maduras cuando la tragedia se abate sobre ellas.

  • Anónimo
    18 octubre, 2011 at 5:15 pm

    A estos el mundo los atropella, les pasa por encima y ni se dan cuenta porque están ocupados en repetir la misma retahila de hace un siglo. Quien los oye: tan bravos, tan indignados, tan defensores de la soberanía nacional. Los Estados Unidos se puede derrumbar mañana mismo y estos ni se van a dar cuenta ensordecidos como están con sus propias denuncias y alaridos contra el imperialismo yankee. Qué pereza.

  • Anónimo
    18 octubre, 2011 at 5:19 pm

    Justamente en Argentina han logrado un PBI por habitante mucho mayor que en Colombia. Según usted cuáles son las malas políticas de CK???? Le ha dado una mirada a los otros aspectos de la economía, del sector productivo y otros, más allá de la realidad totalmente favorable de los precios de la soja y la nefasta expansión de este cultivo en detrimento de otras actividades agropecuarias.

  • Anónimo
    18 octubre, 2011 at 6:07 pm

    Esos vínculos ya me los sé. Y no es "sano" documentarse de una sola fuente, con una sola perspectiva, está bueno comparar diferentes fuentes. Lo que no me queda claro son las malas políticas de CK desde su punto de vista.

  • Anónimo
    18 octubre, 2011 at 6:12 pm

    En Colombia si bien hemos sabido tener la inflación controlada, de qué nos ha servido en materia de industrialización, diversificación productiva, diversificación y valor agregado en nuestras exportaciones, crecimiento del PIB, del empleo, de caída en los niveles de pobreza y desigualdad?

  • Alejandro Gaviria
    18 octubre, 2011 at 7:55 pm

    Yo tengo como fuentes los mejores economistas argentinos. Algunos prefieren las versiones ofciales. Yo no.

  • jaime ruiz
    18 octubre, 2011 at 7:58 pm

    Hace tiempo tenía la sospecha de que el ex ministro Alberto Carrasquilla lee habitualmente este blog.

  • Alejandro Gaviria
    18 octubre, 2011 at 8:08 pm

    ¿Peronismo?

  • jaime ruiz
    18 octubre, 2011 at 8:55 pm

    El anónimo de las 13.12 es un hermoso exponente de eso que yo llamo la cultura universitaria. ¿De qué sirve controlar la inflación si no estamos para crear Silicon Valley? (Albania y Corea del Norte lo intentaron. También Cuba, que tuvo trabajando al gran Eduardo Barreiros para producir motores.) Claro que si se le dijera: "Hombre, somos la tercera potencia industrial del mundo y decuplicamos el PIB per cápita" siempre podría decir" "Pero ¿somos más felices con eso? ¿Reciben todos los niños el abrazo de una madre cariñosa que los protege y los ama?", y si aun se le respondiera que sí, que increíblemente eso se había alcanzado seguiría mirando indignado: "¿Y creen que con eso tiene más sentido nuestra vida y aquellos que han sido forzados al pecado nefando van a encontrar redención?".

    Esa tenacidad de esta gente es lo que se dice "tenaz", hasta la inflación es una bagatela comparada con esa cruz.

  • Kankuamo
    18 octubre, 2011 at 9:00 pm

    Profesor Gaviria:

    En uno de los comentarios Usted afirma que tienen que transcurrir diez años para tener cifras y sacar balance. Sobre esa base, vuelvo a preguntar: ¿Cuál fue el balance que dejó la denominada apertura económica que hace 20 años nos prometió el entonces presidente César Gaviria? No soy experto en el tema, y para muchos las bondades del TLC no son claras en materia de empleo. Por el contrario, hay temores serios respecto a temas tan evidentes como el arrasamiento de los sectores avícolas y lecheros, como temores respecto a temas como los medicamentos y patentes.

  • Anónimo
    19 octubre, 2011 at 2:20 am

    No es del todo bueno alegrarse del mal ajeno, pero da cierto fresquito saber que ganaderos terratenientes (como los de AIS) o vivarachos floricultores van a tener que abandonar sus prácticas o se condenarán la fracaso.

    Más allá de eso la incertidumbre sobre los beneficios puede aclararse si se mira en detalle el aumento en las posibilidades de consumo de los colombianos de a pié y en algunos creativos colombianos que han preferido la diferenciación del producto por encima de la producción a bajo costo.

    Carvajal S.A. y su modo de diferenciación o el camino de Juan Valdés y la investigación en cafés especiales pudiera ser pista para eso de las ventajas competitivas, claro a la colombiana.

  • Anónimo
    19 octubre, 2011 at 2:21 am

    Quienes defienden el TLC, en el Gobierno, en la Academia y en los Medios, estan abogando, obviamente, por los que ganan con el Tratado. No por los que pierden.

  • sansinverguenza
    19 octubre, 2011 at 4:22 am

    Pues conozco a muchos ganaderos felices con el TLC, sobretodo los de ganado de carne. De hecho somos tan competitivos en carne que el gobierno tuvo que cerrar las exportaciones de carne para que la reducción de oferta no inflara la canasta familiar. Los azucareros están felices, contrario a lo que predicaba Hommes, son mucho mas competitivos que las ensambladoras y los floricultores que Hommes tanto ensalzaba. Alejandro Gaviria no puede caer en la onda Pancho Villesca de culpar a los terratenientes, así en abstracto. ¿cuanta renta capturaron los cinco accionistas de ensambladoras vendiendonos Twingos a precio de Cadillacs? Porque vale cuidar a los accionistas de Colmotores y no a los 550.000 ganaderos? Ya verán que los que mas provecho le sacan son los agroindustriales que llevan cinco siglos vendiendo en el mundo azúcar, quina, tabaco, café, ganado, madera, flores, aceite, etc., mientras los burócratas hacen todo lo posible para frenar todo lo que les suene a rico de provincia. Por ejemplo,¿cuantos siglos llevan los burócratas impidiendo que los cañicultores hagan ron? Lo grave es que la ética pastoral colectivista de Juan Camio Restrepo y la mayoría de la chanfocracia sigue impulsando una agricultura de parcelitas, como si pudiésemos competir con USA, Brasil y Argentina con parcelitas de 5 hectáreas. Así se quebró y paso hambre Mexico después de la revolución y Peru en los sesenta.

  • Alejandro Gaviria
    19 octubre, 2011 at 3:53 pm

    Sansinverguenza: creo que los molineros disfrutan de más rentas que los productores de vehículos. Claramente tienen más protección. Pero estoy de acuerdo. Uno podría defender el TLC con Corea con los mismos argumentos, cambiando simplemente terratenientes por ensambladores.

  • sansinverguenza
    19 octubre, 2011 at 4:36 pm

    Alejandro, Sobre el tema de los terratenientes vale resaltar que el estudio de la PNUD dijo que la concentración de la tierra es más alta en la parte fértil del Valle, Caldas y Antioquia. Son tres de los departamentos con mayor PIB per capita (especialmente rural), necesidades básicas insatisfechas y vocación exportadora (especialmente donde está la tierra concentrada!). Si la tesis de la pobreza amarrada a la concentración de la tierra fuese 100% cierta, debería demostrarse una correlación entre la concentración de la tierra y la pobreza de Chocó, Cauca, o Putumayo. Pero, ¿qué correlación existe entre la pobreza y las regiones donde funciona la propiedad colectiva? ¿Que correlación existe entre la pobreza del Pacífico y la propiedad colectiva de las negritudes declarada en la Constitución del 91? Creo que la línea que pasa por Cali y que usted menciona en su blog tiene mucho que ver con las tesis de Hernando de Soto. ¿Qué opina?

  • Apelaez
    20 octubre, 2011 at 9:02 pm

    Cristina de la Torre es la nueva CS

  • Anónimo
    20 octubre, 2011 at 10:39 pm

    "No por madre, la Sierra es puta" -CPD.

  • Alejandro Gaviria
    20 octubre, 2011 at 11:17 pm

    Apelaez: yo prefiero a CS. El esnobismo intelectual me parece más entretenido (y soportable) que la exaltación ideológica.

  • Esplandián
    20 octubre, 2011 at 11:57 pm

    De acuerdo con Alejandro sobre CS. Cansado de que la columna dominical se hubiera vuelto quincenal, me vi obligado a agregarla a facebook para poder leerla a diario.

    Saludos.

  • Alejandro Gaviria
    21 octubre, 2011 at 12:08 am

    Carta de Robledo:

    En su artículo del domingo pasado en defensa del libre comercio, Alejandro Gaviria no hace juicios, expresa prejuicios. Y con qué exageración. Para descalificar a quienes nos oponemos a los TLC es capaz de decir: “Sea lo que fuere, siempre que se juntan reaccionarios y radicales para defender el statu quo incumbe ponerse del otro lado. Por principio. Sin mirar los números”. Qué tal. “Sin mirar los números”. Aunque carezca de cifras para probar sus tesis, hay que darle la razón. Cuánta soberbia. Ni que las políticas del Consenso de Washington no hubieran llevado al desastre a Colombia y al mundo. Si no estuvieran detrás de esta desproporción los poderes globales que sí ganan con el libre comercio, ¿se atrevería a tanto?

    A lo anterior se le suma que Gaviria empieza su artículo diciendo, ahí sí con razón, que no son creíbles las cifras de crecimiento del PIB y del empleo que Santos dio en favor del TLC. “El impacto podría ser menor”, afirma. “Mucho menor incluso”, que es la verdadera razón para negarse a dar números, cosa que no lo lleva a renunciar al dogma pero sí a estigmatizar a los que damos cifras sobre el grave impacto negativo que el libre comercio –desde el gobierno de César Gaviria– le ha provocado y le provocará a Colombia.

    Alejandro Gaviria agrega que “el TLC no es la panacea”, una manera elusiva de decir que, en el mejor de los casos, se mantendrá el statu quo en Colombia, un statu quo de atraso científico y tecnológico, desempleo, pobreza, concentración de la riqueza, corrupción y pérdida de la soberanía. Pero ¡que viva el libre comercio! Prohibido buscar cómo salvar a Colombia.

    Como argumento a favor del TLC, Alejandro Gaviria explica que golpeará a los “terratenientes” y a las rentas que provienen de la propiedad del suelo rural. Pero calla que en el campo los principales lesionados no serán los grandes propietarios sino empresarios menores, campesinos e indígenas y que habrá enormes pérdidas entre los industriales, todo lo cual genera desempleo obrero. Tampoco dice que ganarán los poderosísimos hacendados norteamericanos y las trasnacionales de la intermediación y que en el siglo XXI las rentas principales son las del capital financiero. El decano de economía de la Universidad de los Andes tiene que saber estas realidades y que la política agraria de Santos, que él defiende, consiste en impulsar la gran producción de los monopolios nacionales y extranjeros, a partir de que el mercado de capitales, es decir, los banqueros controlen la producción y la tierra rural de Colombia. ¿Y ello ocurrirá sin una gran extracción de rentas?

    Sería muy grave que al país se le impusiera un debate económico sin pruebas en la mano y macartizando a los contradictores. Además, señor director, ¿no debería el decano Alejandro Gaviria terminar sus columnas en El Espectador informándoles a sus lectores que él es miembro de la Junta Directiva de Bancolombia?

    Atentamente,

    Jorge Enrique Robledo

    Senador

  • Alejandro Gaviria
    21 octubre, 2011 at 12:14 am

    La verdad no vale la pena responder. Cuando alguien se autocalifica de salvador de Colombia o del mundo, yo prefiero evadir la discusión. Los salvadores jamás oirán razones. Su fe de cruzados se alimenta de certezas inamovibles.

  • Alejandro Gaviria
    21 octubre, 2011 at 12:21 am

    Sobre el senador Robledo.

  • Lanark
    21 octubre, 2011 at 1:02 am

    ¿Qué representante de los sectores contrarios al TLC por ideología le gustaría a Alejandro? ¿le gusta que haya alguno en absoluto?

  • Alejandro Gaviria
    21 octubre, 2011 at 1:11 am

    No me gustan, en general, los conservadores nacionalistas y los izquierdistas retrógrados que ven en la expansión del comercio internacional una amenaza a la soberanía. Pero reconozco, también, que me gusta sacarles la rabia.

  • Lanark
    21 octubre, 2011 at 1:14 am

    sansinverguenza ¿los molineros que "están protegidos" son Harinera del Valle? Eso sería un monopolio que está protegido, no un gremio, no "los molineros". Yo no tengo cifras exactas, pero sospecho que con la apertura de Gaviria el número de molineros cayó en unas dos cifras (de los centenares a las unidades), al menos en provincia.

    Me queda la impresión de que el entusiasmo por la competencia es un cierto gusto por ver al pez grande comerse al pez pequeño, lo cual está bien, es una ideología, algo estético como pensar que pequeño es hermoso o pequeño es estúpido. Lo que sí es bobísimo es pensar que los uniformes metodológicos (indicadores, definiciones, cháchara de autoayuda-management) que vienen con la ideología son universales y "científicos".

  • Lanark
    21 octubre, 2011 at 1:29 am

    (volviendo a leer, caigo en cuenta de que fue Alejandro el que mencionó a los molineros. Tal vez sea a él al que habría que dirigirle mi anterior comentario.)

  • Alejandro Gaviria
    21 octubre, 2011 at 1:39 am

    Lanark: aquí hay un buen resumen sobre el tema del arroz.

    El arroz en Colombia es muy caro. Los colombianos pagamos por nuestro arroz el doble de lo que pagan los ecuatorianos por el suyo. Compruébelo usted mism@. Vaya a un almacén popular de cadena en Bogotá, como el Tía, y compre una libra de arroz. Aquí vale $1.200. Acto seguido, entre a la página web que tiene el Tía para sus almacenes en Quito y busque el precio de una libra de arroz allá. Son US$0,34. A la TRM del 29 de abril ($1.784) una libra de arroz en el Tía de Quito vale $600.

    ¿Por qué es tan caro nuestro arroz? Para comenzar, las tres o cuatro compañías molineras que manejan el mercado conforman un oligopsonio (cartel de compradores) que tiene demasiado poder frente a los productores. Y lo ejercen sin piedad.

    Los grandes molineros fijan los precios por los cuales compran las cosechas, de manera cuidadosamente coordinada para maximizar sus ganancias, e imponen, con mano dura, las condiciones de calidad y costos del secado. También prestan dinero a los productores para comprar agroquímicos que venden ellos mismos, y los presionan para que adquieran estos insumos, por encima de sus precios de mercado, como condición para que puedan vender su arroz al molino.

    Una vez los molineros adquieren control de la mayor parte del arroz producido en Colombia, se vuelve un oligopolio que puede imponer el precio de venta a las cadenas de distribución minorista.

    A quien le interese profundizar en las prácticas anticompetitivas del sector molinero, le recomiendo leer la Resolución 22625 de 2005 de la Superintendencia de Industria y Comercio. (Está en la red).

    ¿Qué relación tiene todo esto con el hambre? Asumamos que una familia pobre consume todos los días una libra de arroz. Con los $600 diarios que paga de más por su arroz, por no vivir en Ecuador sino en Colombia, esa familia podría comprar tres huevos. Pero a quienes son muy pobres a veces no les alcanza la plata ni para eso. Necesitan comprar primero sus carbohidratos y después, cuando pueden, compran proteínas. Y cuando no, comen arroz sin pollo.

  • Alejandro Gaviria
    21 octubre, 2011 at 1:40 am

    Habría que agregar que los molineros también son dueños de tierras y cultivan arroz.

  • Anónimo
    21 octubre, 2011 at 1:46 am

    Doctor Gaviria:

    ¿A qué le atribuye usted la disminución radical del número de comentarios en su blog? Viendo la entrada sobre Robledo y algunas otras antiguas que ha colgado de vez en cuando se nota, a ojo de buen cubero (Fuente: Elaboración propia), que la participación se ha reducido a la mitad o menos.

    ¿Será porque se acabó la época de las vacas gordas del radicalismo de derecha que tuvo su auge delirante durante Uribe?

    ¿Será porque Jaime Ruiz nos puso a dieta?

    ¿Será por los efectos del unanimismo y la "unidad nacional"?

    ¿Será por la competencia que se puso a sí mismo cuando le dio por trinar?

    Gracias.

  • Alejandro Gaviria
    21 octubre, 2011 at 1:55 am

    Anónimo 20:46:

    El blog fue por algún tiempo un punto de encuentro de un grupo (no muy grande) pero muy activo de cibernautas. Ya ese papel lo desempeña Twitter. A mí incluso me sorprende, gratamente, que el blog todavía tenga 100 comentario semanales.

    Paradójicamente el número de visitantes ha aumentado.

    Saludos.

  • Lanark
    21 octubre, 2011 at 1:58 am

    Concedo que el proteccionismo ha sido un gran amigo de los oligopolios (y oligopsonios). Pero es curioso el hecho de que el abandono del proteccionismo pueda golpear mucho más a los pequeños industriales que están por fuera de esas oligocosas. Ojalá haya muchos contraejemplos, de verdad que me alegraría.

    Eso seguramente no es un fenómeno muy interesante para los economistas, porque apenas sí tiene un impacto en las cuentas grandes o en los costos para el consumidor, aunque me sigue pareciendo que puede tener efectos indirectos apreciables.

  • Alejandro Gaviria
    21 octubre, 2011 at 2:41 pm

    No podemos olvidar que Robledo fue socio político, promotor y alcahueta de los Moreno en Bogotá. Nunca ha explicado nada. Nunca ha diho nada al respecto.

  • Anónimo
    21 octubre, 2011 at 2:46 pm

    El Blog, un dialogo inteligente. Twitter, la gente hablando sola.

  • Anónimo
    21 octubre, 2011 at 2:51 pm

    Profesor Gaviria: yo pienso que sí debería responderle a Robledo. Después de todo usted sí tiene cifras.

    Saludos.

  • Anónimo
    21 octubre, 2011 at 2:52 pm

    A lo mejor el odio es reciproco. Pero una persona inteligente reconoce la inteligencia del adversario. En este caso la de Robledo.

  • Alejandro Gaviria
    21 octubre, 2011 at 2:53 pm

    Anónimo 9:51: estaba pensando lo mismo. Pero no en la columna. Podría ser una entrada adicional aqui en el blog.

  • Anónimo
    21 octubre, 2011 at 3:44 pm

    Profesor Gaviria: de acuerdo, aquí en el blog. En todo caso, por favor considere hacer una referencia a su respuesta en la columna (en una breve posdata, por ejemplo).

  • Anónimo
    21 octubre, 2011 at 3:52 pm

    Juan F. Muñoz.
    Me da pena por Robledo. Ni siquiera se da cuenta de que él es parte del Status Quo.

  • Anónimo
    21 octubre, 2011 at 4:04 pm

    Alguien que lleva 30 años representando el mismo papel, diciendo lo mismo, jugando el mismo rol, es, como decirlo, un miembro honorario del status quo.

  • Anónimo
    21 octubre, 2011 at 4:14 pm

    Si hay alguién feliz en Colombia con la firma del TLC, ese es Jorge Robledo.

    El tratado, en últimas, le da juego, le da un papel en esta obra que acostumbramos llamar, democracia.

    Harold Londoño.

  • Anónimo
    21 octubre, 2011 at 7:02 pm

    “Sea lo que fuere, siempre que se juntan reaccionarios y radicales para defender el statu quo incumbe ponerse del otro lado. Por principio. Sin mirar los números”. el problema es quien va a armar la lista de esos reaccionarios y de esos radicales. ademas ¿no hace parte del Status quo un DIRECTIVO DE BANCOLOMBIA como Alejandro? aqui tenemos un decano que se niega a discutir con los "cruzados"; habra que, entonces, para discutir con él, estar de acuerdo de entrada y apenas aparentar discusion. un decano que se niega a discutir con quien no esta de acuerdo de entrada con él. digno exponente de la clase bancaria.

  • Anónimo
    21 octubre, 2011 at 7:02 pm

    Ojalá no me quede con las ganas

  • Alejandro Gaviria
    21 octubre, 2011 at 7:58 pm

    Anónimo: para su información yo no soy accionista de Bancolombia. No tengo ni una sola acción. Soy un miembro independiente de la junta directiva y trato por lo tanto de llevar la vocería del público en general. Creo, en todo caso, que es mejor ser directivo de Bancolombia que ser socio político y cómplice de los Moreno Rojas. Pero otros podrán pensar distinto.

  • sansinverguenza
    21 octubre, 2011 at 9:57 pm

    Estimado Lanark, Tiene razón! Harinera del Valle no es un monopolio protegido. De hecho hay muchos molinos de trigo en Colombia (ver FEDEMOL), la mayoría cerca de los puertos. Había muchos más cuando se sembraba trigo en Cundinamarca, Boyacá, Nariño y Cauca, mucho antes de la apertura, cuando el precio era definido por el gobierno y la importación de trigo la manejaba el IDEMA (los cupos de importación eran manejados por familiares de un ex-presidente de trapo rojo). El consumidor sufría de harinas y panes carísimos y no exitían NOEL, COLOMBINA, BIMBOM, HARINERA DEL VALLE y otros gigantes que hoy dan trabajo y compiten en el exterior. El trigo en Colombia se acabó porque era un negocio de parcelitas que no podía competir con las mega plantaciones de USA, Argentina, o Canadá (y claro con los subsidios). Ni siquiera con proteccionismo pudieron competir. Harinera del Valle fue famosa porque hubo una época donde empezaron a vender a pérdida harina para sacar los competidores del mercado. Y en buena medida lo lograron. En esa época la SIC no le paraba bolas a eso. Hoy son un gigante de los alimentos que exportan y compiten sin necesidad de protección, por el contrario la competencia los consolidó. Pero en fin…. esta historia refuerza la tesis que le propongo a Alejandro que ponga en discusión, y es que Colombia no puede seguir señalando la agroindustria como un negocio de esclavistas que hay que expropiar y dividir en parcelitas, porque nos morimos de hambre y nos quiebran con o sin protección. Otra cosa es que capturen rentas, aunque no creo que los colombianos paguemos más sobreprecio al año por el arroz que por los carros. ¿Cuánto han pagado de más las clases medias por un carrito? En esa línea, vale resaltar del último estudio del PNUD y la correlación entre la alta concentración de la tierra en la parte fértil del Valle, Caldas y Antioquia, con un PIB per cápita alto, necesidades básicas satisfechas y movilidad social, en contraposición con la propiedad colectiva de Cauca, Chocó, Pacífico Colombiano y Putumayo, donde hay óptima repartición de la tierra pero pésimos índices de producción, miseria, violencia y coca, mucha coca. Con o sin TLC, tenemos que superar el discurso Pancho Villesco y empezar a valorar a Hernando De Soto (http://en.wikipedia.org/wiki/Hernando_de_Soto_Polar). La propiedad colectiva es el nuevo yugo de indígenas y negritudes. Bueno…, ni tan nuevo porque los resguardos los inventó Isabel la Católica hace 500 años. Lo más desconcertante es que el estudio del PNUD arroja estos resultados y Juan Camilo Restrepo concluye que hay que reforzar el discurso de Pancho Villa. Alejandro, ¿Será que es muy políticamente incorrecto De Soto en Colombia? ¿Hay tabú? ¿Perdería status en la academia el que critique la propiedad colectiva del Chocó? ¿Lo linchan como a Uribito?

  • Anónimo
    21 octubre, 2011 at 11:16 pm

    El lunático de Chávez. Tan amigo de Gadafi que no era mas que un lacayo incomodo del neoliberalismo. Mejor dicho, de las multinacionales.
    Como Mubarak.

    M

  • Anónimo
    22 octubre, 2011 at 1:40 pm

    Los industriales ya están chillando del susto del TLC. No lo hicieron a tiempo. Han debido darse cuenta que el TLC equivale a hacer de las hijas putas en lugar de casarlas.

  • Alejandro Gaviria
    22 octubre, 2011 at 3:53 pm

    Sansinverguenza: me parece interesante la hipótesis. Juan Camilo Cárdenas, un profesor de la Facultad de Economía, un colega mío para no ir muy lejos, está trabajando en una evaluación de los territorios colectivos. Vamos a ver qué concluye.

    Sobre un tema relacionado: le pregunté a Antonio Navarro la semana pasada acerca de alguna historia de éxito en su departamento, acerca de un sector o actividad económica pujante, que esté creciendo y haya superado las expectativas de los más escépticos. Se quedó callado y no me dijo nada. “El café”, dijo después de un rato.

  • Daniel Bocanegra
    22 octubre, 2011 at 7:25 pm

    "Nunca una nación se ha arruinado comerciando" – Benjamin Franklin

  • Anónimo
    22 octubre, 2011 at 11:27 pm

    Excepto cuando vende barato el trabajo de sus ciudadanos.

  • Anónimo
    22 octubre, 2011 at 11:40 pm

    Nuestros empresarios, raquitos de clase media, van a tener que poner bonitas sus fabriquitas para ver si se las venden a los gringos. Que es lo que siempre han soñado.

  • Anónimo
    23 octubre, 2011 at 12:35 am

    When people talk about impoverishing from protectionism, they were referring to WTO rules that allowed companies to sue countries for lost revenue if they passed labor and environmental laws. So if Indonesia said it no longer wanted 8 year olds making shoes and that the new minimum age was 14, Nike could demand that the Indonesian government give them millions of dollars in "lost" revenue.

  • LuisE
    24 octubre, 2011 at 1:41 am

    Me ha sorprendido su nivel de intolerancia. Le pregunté, a través de Twitter ycreo sin insultarlo, su opinión sobre la banca colombiana y ahora si usted tenía alguna relación profesional con algún banco?

    Y con sorpresa veo que me bloquea. ¿Esa es su respuesta ante el debate? ¿Se sintió atacado? Qué pésimo precedente deja usted, aunque claro, puede que para usted yo sea otro colombiano más y no le importe lo que piense – igual hay personas que adoran sus ideas, sin criticar, pero si me bloquea por preguntas tan simples. ¿Cómo será si alguien con mucho mayor conocimiento sobre economía lo enfrentara? ¿BLoquea, desaparece? Que mal precedente de todo un Decano de los Andes.

    @luiseduardoquin

  • profdrjas
    28 noviembre, 2011 at 4:46 am

    Estimado Sr. Gaviria,

    ¿Será que Usted no sabe el precio del litro de leche (COP 1800 actualmente en Mede-llín)? ¿O es que Usted no sabe cuál es el salario mínimo diario (en el 2011: COP 535.600 por mes o sea 22.316.67 por día)? ¿O es que Usted no sabe calcular el porcentaje? ¿O será que Usted cree que los lectores no conocemos estos datos y no sabemos calcular el porcentaje? (Un litro de leche cuesta 8,07% del salario mínimo diario.)

    Me parece que Usted reconoce el hecho de que económica y socialmente Colombia ha progresado tan poco en los últimos 60 años y que Ud. – por razones de clase (auto-preservación de la oligarquía) sienta la necesidad de convencer la gente que el sistema anti-democrático y anacrónico de este país ha producido algún progreso. Sí, hay menos gente que vive en tugurios con piso de barro. Pero hay gran número que viven en la calle.

    El sector productivo (el sector real) ha progresado poco en estas décadas. El empleo fijo en este sector se ha estancado. Lo que sí ha crecido es el sector financiero, sin que esto traiga alguna ventaja al 90% de la población.

    Es bueno que la gente ponga zapatos – los que tienen unos, pero este no es el único indicador del progreso.

    Atentamente,

    Prof. Dr. J. A. Smith

  • Anónimo
    18 mayo, 2012 at 3:25 am

    Al parecer el tan controvertido tlc resulta ser tan solo otro salto de fe que da Colombia en pro de su desarrollo , no hay cifras contundentes que respalden sus impactos positivos como tampoco negativos, bien dicen que los economistas se dedican la mitad de la vida a predecir lo que va a pasar y la otra mitad al porque no paso.
    Me conflictua mucho como estudiante que las opiniones de temas como el tlc estén divididas dependiendo de la carrera que se escoge ( es obvio pensaran muchos) , a mi parecer ese es el error , el colombiano no combate las decisiones integralmente , seguramente el tlc tiene mayores economistas detrás que cualquier cosa , y solo dan números basados en "fe" , y donde queda el impacto social que dejara el tlc si no funciona como se espera? Cual tratado nos va a salvar de ese caos del que todos saben pero nadie habla? .