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Contra el paternalismo

«Aspiro a ser presidente sin vanidad de peor… Miro a mis compatriotas hoy más con ojos de padre de familia que de político”, escribió hace ya siete años el entonces (y todavía) candidato Álvaro Uribe Vélez. El presidente Uribe dejó entrever desde su primera campaña sus inclinaciones paternalistas, su idea de despojarse de los disfraces vacuos del poder y consagrarse a la tarea noble de gobernar a Colombia con la dedicación obsesiva de un padre de familia. El paternalismo no es un subproducto de un estilo meticuloso de gobierno. Todo lo contrario: forma parte de la esencia de la doctrina uribista.

En el debate sobre la penalización de la dosis personal, el Gobierno ha reiterado sus pretensiones paternalistas. “Si una persona atenta contra su salud, el Estado debe protegerla aun contra su voluntad”, dijo esta semana el ministro Fabio Valencia Cossio. “Yo veo el tema de la legalización más como padre de familia que como Presidente. Tengo alguna inclinación más de sentimiento de padre de familia que de raciocinio frío”, ha dicho el mismo presidente Uribe. Pero el paternalismo gubernamental no termina con el tema de las drogas. Poco a poco, la política social ha ido adquiriendo un énfasis paternalista. Cada semana, en los municipios de Colombia, se reparten cheques acompañados de homilías en diminutivo por parte de un Gobierno que aspira a convertirse en una figura paternal, necesaria para muchos ciudadanos. El asistencialismo, sobra decirlo, es una manifestación natural del paternalismo.

El paternalismo es un abuso de poder, una forma tolerada (incluso popular) de despotismo. Desde hace varios siglos, los filósofos liberales han denunciado los peligros de los gobiernos que tratan a los ciudadanos como niños. “Un gobierno erigido sobre el principio de la benevolencia hacia el pueblo como la de un padre hacia sus hijos, esto es, un gobierno paternal en que los súbditos se ven forzados a comportarse de modo puramente pasivo, como niños incapaces que no pueden distinguir lo que les es verdaderamente provechoso o nocivo… es el mayor despotismo pensable”, escribió Emmanuel Kant en 1793.

El paternalismo subordina la libertad del individuo a un supuesto “derecho social” definido de manera oportunista. “El libre desarrollo de la personalidad tiene un límite en los derechos de los demás”, afirmó esta semana el ex ministro Andrés Felipe Arias. En 1859, John Stuart Mill, otro filósofo liberal, denunció los peligros de esta tesis arbitraria. “El principio monstruoso —escribió—, según el cual toda persona que cometa la más pequeña falta viola mi derecho social, es infinitamente más peligroso que cualquier otra usurpación de la libertad; no existe violación de la libertad que no pueda justificar”.

En Colombia, el liberalismo está en retirada. El Congreso se dispone a aprobar la segunda reelección, un paso definitivo en el desmonte de la democracia liberal. Seguramente también aprobará la penalización de la dosis personal. Ya sin mayores límites a su poder, el presidente Uribe podrá, entonces, consolidar su proyecto paternal, su pretensión de convertirse en el árbitro del bienestar y las costumbres de los ciudadanos.

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  • Gheysel Naranjo
    29 marzo, 2009 at 5:13 am

    El papá gobierno funciona pero cuando el enfoque es industrial, y extiende competitividad a la gente y vela por el desarrollo de sus capacidades.

    Ahí va un pequeño guion cinematografico llamado «Colombia primer mundo… brilla por su capital humano… jejeje espero que no sea ciencia ficcion:

    Colombianos:
    – Oh señor papá gobierno vuestros hijos tienen sed de incidir de verdad en el comercio internacional y volver a los valores humanos de Smith… Nos hemos dado cuenta de que aquí lo pocos que tienen plata son una sociedad de lujo que compra todo en Miami… pero no invierten un carajo en nuestra industria. No queremos hacer microempresitas ni pendejadas… queremos incidir de verdad en el comercio internacional y aprovechar nuestro paraíso de tierras para producir grandes cosas.

    Papa Gobierno:
    – De acuerdo hijos míos, la crisis internacional no puede ser excusa de nuestro problema de consumo y que Colombia quede ahí, relegado, sin empleo, regañado, con hambre y lleno de limites psicologicos y fisicos. Entonces a trabajar, trabajar y a educarse… Y pues les dejaré el páís a los economistas para garantizar la economia de nuestro país… espero no arrepentirme…

  • Anónimo
    29 marzo, 2009 at 12:42 pm

    Respecto al BID, .. acaso Luis Alberto Moreno no es aquel que tuvo problemas con el BanPacifico?
    http://www.primerapagina.com.co/MostrarDocumentoPublico.aspx?id=1157234

    Los Hampones de cuello blanco tambien tienen protagonismo…sobretodo en medellin.

  • Alejandro Gaviria
    29 marzo, 2009 at 1:05 pm

    Héctor Abad escribe que deberíamos resignarnos de una vez a la reelección de Uribe y cambiar de tema. Puede tener razón. He pensado varias veces lo mismo durante las últimas semanas. Pero no lo he cumplido. Mi raciocinio ha sido el contrario, a saber: la segunda reelección implica una concentración de poder tal que incumbe, al menos, hacer un contrapeso permanente en la prensa. El problema es que la crítica repetida tiene rendimientos decrecientes. En fin, no sé qué hacer.

    Por casualidad, me encontré esta semana con un librito (The Powerholders ) escrito por un psicólogo gringo (David Kipnis) en los años cuarenta. El libro no tiene nada que ver con la política. O no tenía originalmente. Pretendía ser sólo un compendio de información útil para administradores de empresas. El libro lista los ocho efectos más comunes de la acumulación de poder:

    1. El poder es placentero e intoxicante.
    2. El que tiene el poder pone mucho esfuerzo en lograr más poder.
    3. El juicio de la persona poderosa se nubla debido a la preocupación con ganar influencia y control.
    4. El que tiene el poder usa los recursos para su propio beneficio.
    5. La retroalimentación negativa por parte de los subordinados desaparece y en su lugar el poderoso recibe halagos permanentes.
    6. El poderoso se forma una visión idealizada de sí mismo y de sus acciones.
    7. El valor de los subordinados es devaluado por el poderoso.
    8. El poderoso se lleva el crédito de los logos de los subordinados pero nunca la culpa de sus yerros.

  • Anónimo
    29 marzo, 2009 at 1:09 pm

    Buena opinión de doña Marianne Ponsford sobe el mismo tema.

  • Alejandro Gaviria
    29 marzo, 2009 at 1:22 pm

    Esto dice Rudolf Hommes en su colunma de hoy en El Colombiano :

    Desde el gobierno se ejercía el poder con prudencia, por respeto a la ley y a la democracia, pero también porque se tenía conciencia de que quienes lo detentaban no iban a estar ahí permanentemente. Esto comenzó a cambiar para mal cuando se permitió la primera reelección del Presidente, y mucho más ahora que el gobierno está presionando abiertamente y sin tapujo alguno, con los medios a su alcance, un cambio de Constitución que permita un tercer período. En el pasado, todo esto hubiera suscitado un furioso debate. En las circunstancias actuales ha predominado el silencio.

    Algunos medios tienen miedo de que no les otorguen el tercer canal, otros están metidos dentro del gobierno, o sus propietarios tienen contratos prorrogables con el sector público. Al revés de lo que temía la mamá de Napoleón, que cuando lo coronaron decía «ojalá que eso dure», los empresarios colombianos que han hablado en contra de una segunda reelección temen que Uribe dure, y que lo que han dicho en público o en privado pueda tener consecuencias financieras. Estos temores pueden ser completamente infundados. Pero antes existía lo que los anglosajones llaman «checks and balances» (control y equilibrio entre poderes) y estos se han debilitado significativamente. Por eso es que es necesario opinar sin tenerle miedo al miedo.

  • Julio Carrizosa
    29 marzo, 2009 at 2:17 pm

    Alejandro: sus notas sirven pero pienso que lo más util en estos momentos puede ser tratar de colocar en el Congreso lo mejor del antiuribismo, incluyendo los uribistas arrepentidos y no desperdiciar esfuerzos tratando de impedir la reelección.

  • lelo69
    29 marzo, 2009 at 3:04 pm

    TOTEM Y TABU
    FREUD
    A PROPOSITO DE NUESTRO PADRE URIBE

    Un padre violento y celoso que guarda todas las hembras para sí mismo y expulsa los hijos a medida que crecen. (…) Cierto día, los hermanos que habían sido expulsados retornaron juntos, mataron y devoraron el padre, colocando así un fin a la horda patriarcal. Unidos, tuvieron el coraje de hacerlo y fueron bien sucedidos en lo que les habría sido imposible hacer individualmente. (…) El violento padre primero fuera a buen seguro el temido y envidiado modelo de cada uno del grupo de hermanos; y, por el acto de devorarlo, realizaban la identificación con él, cada uno de ellos adquiriendo una parte de su fuerza. (…) Odiaban el padre, que representaba un obstáculo tan formidable a su anhelo de poder y a los antojos sexuales; pero lo amaban y lo admiraban también. Después de que se hayan librado de él, satisfecho el odio y puestos en práctica los antojos de que se identifiquen con él, la que todo ese tiempo había sido recalcada estaba a hacerse sentir y así lo hizo bajo la forma. (…) El padre muerto se hizo más fuerte que el fuera en vida (…) Lo que hasta entonces fuera vedo por su existencia real fue de ahora en adelante prohibido por los propios hijos (…) Aunque los hermanos si hubieran reunido para derrotar el padre, todos eran rivales unos de los otros en relación a las mujeres. La nueva organización terminaría en una lucha de todos contra todos (…) Así, los hermanos no tuvieron otra alternativa se querían vivir juntos, (…) de lo que instituir la ley contra el incesto, pela cual todos, de igual modo, renunciaban a las mujeres que deseaban y que habían sido el motivo principal para que se libren del padre. De esa manera, salvaron la organización que los hube hecho fuertes (…) Garantizando así la vida unos de los otros, los hermanos estaban declarando que ninguno de ellos debía ser tratado por otro como el padre fuera tratado por todos en conjunto” (FREUD, [1912-un 13]/1980:169-174).

  • Tarantini
    29 marzo, 2009 at 3:29 pm

    A propósito de paternalismo: ¿no han notado ustedes que en estos comentarios falta el toque femenino? Extraño, no creen. ¿Qué será? Vale la pena contratar un estudio al respecto.

    El presidente Uribe ejerce un poder extraño en los medios de prensa, todos tienen que hablar de él, bien o mal, pero hablar de él. Valdría la pena una campaña de silencio respecto al hombre, haber sino lo reeligen los colombianos.

    La columna de hoy me pareció poderosa, no tengo ningún comentario. Hacía rato no leía algo tan contundente.

  • Carlos
    29 marzo, 2009 at 6:46 pm

    Alejandro, el paternalismo no es realmente de Uribe sino de las mayorías colombianas.

    Por eso tenemos un estado cada vez mas grande, mas regulador, mas entrometido en la vida de los ciudadanos,etc.

    Uribe es, tal vez, el resultado de una tendencia iniciada ya hace tiempo y que marca efectivamente un punto de quiebre en el declive del liberalismo como ideología.

    Por lo demás, el fenomeno caudillista tipo Uribe tambien se esta viviendo en Venezuela, Ecuador y Bolivia.

    Y es un modelo viejo en america latina, solo que en Colombia era extraño. Aquí nunca afianzó el caudillismo (por las razones que dió Hommes en su columna de hoy) como en otras partes de america latina….por algo aquí intentaron matar a Bolívar cuando comenzaba a convertirse en Dictador..hasta que llego Uribe.

    Aunque tal vez recordando un poco si hubo fenonemos caudillistas antes como Rafael Uribe Uribe (coincidencialmente familia de este Uribe según me parece haber leído en alguna parte) y Nuñez….pero aún asi el caudillismo siempre fue menor aquí en por ejemplo en Venezuela…

    La solucíón, en mi opinión, no se logrará simplemente sacando del poder a los uribes (podría venir otro igual o peor)..sino rescatando las ideas y principios liberales…pero esas ideas y principios son extraños para gran parte de la clase educada de nuestro pais hoy en dia…empezando por la tecnocracia que es paternalista hasta decir no mas..

  • Anónimo
    29 marzo, 2009 at 8:24 pm

    HREF=»http://www.princeton.edu/~magalys/files/el_ciclo_perverso.pdf»

  • Anónimo
    29 marzo, 2009 at 8:25 pm

    «http://www.princeton.edu/~magalys/files/el_ciclo_perverso.pdf»

  • Anónimo
    29 marzo, 2009 at 11:15 pm

    Una parte del Establecimiento, la podrida, la que en estos siete años ha recibido del Estado patentes de corsario, no puede darse el lujo de que Uribe no siga en el poder.
    Falsea encuestas para crear un clima ficticio de unanimismo.
    Por un lado, lo adula para hacerlo creer providencial y, por el otro, lo asusta con la Corte Penal Internacional.
    Uribe, como lo han sido todos los dictadores, es el personaje de una tragedia inatajable.

  • Anónimo
    29 marzo, 2009 at 11:45 pm

    Como bien lo mencionò hace unos meses Daniel Coronell, lo que viviremos en 2009 será el copamiento total del Estado por parte del uribismo, y claro todos los colombianos estaremos convencidos de que es absolutamente democràtico.

  • Mía
    30 marzo, 2009 at 2:04 am

    Una vez dijo, no deseo tener una pensión de expresidente, como no no s dimos cuenta que ahy nos estaba diciendo que se quería perpetuar en el poder, claro al no querer pensión de expresidente es porque quiere durar en el poder hasta morir, la historia nos absolvera

  • Alejandro Gaviria
    30 marzo, 2009 at 4:24 am

    Carlos: yo creo que el proceso es de doble vía. Hay una demanda evidente por paternalismo pero es necesario que exista al mismo tiempo un caudillo dispuesto a interpretarla y explotarla para su propio beneficio. Las reformas de los noventa (que prometieron mucho y lograron poco) han ciertamente alimentado el paternalismo, la oferta y la demanda.

    Enlazo una entrevista con Lula en el cual dice claramente que podría reelegirse pero cree que la democracia necesita de la alternación.
    Look, we have to respect the local cultures, the political traditions of each country. Given that I have 84 percent support in the public-opinion polls, I could propose an amendment to the Constitution for a third term. I don’t believe in that. But Chávez wanted to stay … I believe that changing the president is important for the strengthening of democracy itself.

  • Alejandro Gaviria
    30 marzo, 2009 at 4:32 am

    Para escribir la columna, volví a leer los famosos 100 puntos de Uribe. El último punto, en el cual el Presidente menciona que mira a los ciudadanos con ojos de padre, termina con una confesión (algo mesiánica) que habría permitido anticipar la intención reeleccionista.

    …Aspiro a ser Presidente para jugarme los años que Dios me depare en la
    tarea de ayudar a entregar una Nación mejor a quienes vienen detrás. No quiero morir
    con la vergüenza de no dar hasta la última lucha para que mi generación pueda
    tranquilamente esperar el juicio de la historia.

  • Daniel Vaughan
    30 marzo, 2009 at 3:19 pm

    El argumento paternalista es usual cuando la crítica a la penalización del consumo se hace desde la perspectiva liberal, y es difícil no estar de acuerdo.

    Pero si uno utiliza el mismo argumento para, por ejemplo, sugerir que la educación pública no debe ser obligatoria la cosa parece ser menos clara.

    Es el paternalismo bueno en algunos casos y no en otros? O siempre es malo?

    DV

  • Eduardo
    30 marzo, 2009 at 3:54 pm

    Constitucion del 91 y el paternalismo del Estado.

    ………..

    ARTICULO 25. El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas.

    ARTICULO 46. El Estado, la sociedad y la familia concurrirán para la protección y la asistencia de las personas de la tercera edad y promoverán su integración a la vida activa y comunitaria.

    El Estado les garantizará los servicios de la seguridad social integral y el subsidio alimentario en caso de indigencia.

    ……….

    En otras palabras no es solo el pisco de turno … es el sistema …

  • Alejandro Gaviria
    30 marzo, 2009 at 4:11 pm

    Yo tampoco me opongo radicalmente a las leyes que hacen obligatoria la educación hasta cierta edad. Entiendo las críticas de los libertarios. Pero no me parecen convincentes.

    Los proponentes del behavioral economics han venido promoviendo desde hace tiempo formas leves de paternalismo que tienen una justificación teórica y pueden tener alguna justificación práctica. Yo no me opongo, repito, al paternalismo como cuestión de principio.

    Pero cuando el Estado trata de legislar sobre las costumbres o adopta una definición extensiva de lo que Mill lama los derechos sociales o extiende el asistencialismo hasta crear dependencia, la cosa es distinta. La desfachatez de Valencia Cossio, cuando dice que el Estado puede obligar a los individuos a hacer lo que supuestamente les conviene, es aterradora.

  • Alejandro Gaviria
    30 marzo, 2009 at 4:12 pm

    Un dato interesante. Este año se cumplen 150 años de la publicación de Sobre la Libertad de John Stuart Mill. Fue publicado el mismo año de El Origen de las especies . Nadie ha mencionado el aniversario. Pero vale la pena señalarlo. 150 años después ni las ideas de Darwin ni las de Mill han sido aceptadas plenamente. Ambas son consideradas peligrosas.

  • JuanDavidVelez
    30 marzo, 2009 at 4:45 pm

    Entiendo que para la dosis personal Carlos Gaviria se fajo tremendo carretaso, ¿para lo de la educacion tambien hay un carretaso asi lleno de filosofos?, ¿o fue una providencia con menos bibliografia?.

  • Carlos H
    30 marzo, 2009 at 4:57 pm

    Buen perfil de Paul Krugman .

  • Alejandro Gaviria
    30 marzo, 2009 at 4:59 pm

    Aquí está el carretazo de Carlos Gaviria.

  • Sergio I Prada
    30 marzo, 2009 at 5:10 pm

    Esta cita de Adam Smith aplica a Uribe bastante bien:
    «The man of system, on the contrary, is apt to be very wise in his own conceit; and is often so enamoured with the supposed beauty of his own ideal plan of government, that he cannot suffer the smallest deviation from any part of it. He goes on to establish it completely and in all its parts, without any regard either to the great interests, or to the strong prejudices which may oppose it. He seems to imagine that he can arrange the different members of a great society with as much ease as the hand arranges the different pieces upon a chess-board. He does not consider that the pieces upon the chess-board have no other principle of motion besides that which the hand impresses upon them; but that, in the great chess-board of human society, every single piece has a principle of motion of its own, altogether different from that which the legislature might chuse to impress upon it. If those two principles coincide and act in the same direction, the game of human society will go on easily and harmoniously, and is very likely to be happy and successful. If they are opposite or different, the game will go on miserably, and the society must be at all times in the highest degree of disorder. «

  • los nuevos
    30 marzo, 2009 at 7:16 pm

    Leamos a Mill. Propongo un debate razonada, serio y retrospectivo del ensayo «sobre la libertad», en este foro (obra miliar del liberalismo clasico, declaración manifiesto universal que no puede soslayarse y pasar inadvertido) como dice Gaviria.

  • Anónimo
    30 marzo, 2009 at 7:43 pm

    Dice Alejandro: Yo no me opongo, repito, al paternalismo como cuestión de principio.
    Entonces cual fue el punto de su columna? Joder a Uribe? se opone nada mas cuando es el? otra vez se le salio el fajardista en campaña

  • Hazard Rate
    30 marzo, 2009 at 7:54 pm

    Bueno, yo creo que un comentario de Jeffrey A. Miron, importa más que cualquier comentario que yo pueda hacer… leanlo, está de lujo.
    «Legalize drugs to stop violence».
    http://www.cnn.com/2009/POLITICS/03/24/miron.legalization.drugs/index.html

  • Alejandro Gaviria
    30 marzo, 2009 at 8:36 pm

    Anónimo 14:43: Yo no me opongo a la educación básica, ni a las pensiones obligatorias.Pero el prohibicionismo y el asistencialismo desbocado son cosas distintas. Pero reconozco: me gusta joder cuando los argumentos, como en el caso de Uribe, son una mezcla de ridiculez e intemperancia.

  • Alejandro Gaviria
    30 marzo, 2009 at 8:46 pm

    Los nuevos: aquí está el texto original de MIL ( On liberty ). Y aquí una traducción ( Sobre la libertad ). Los 150 años son un buen motivo para la discusión.

  • Daniel Vaughan
    30 marzo, 2009 at 9:13 pm

    Anónimo 14:43,

    Me meto, me imagino que también por joder un poco (será que, como las mujeres, economista que no joda no es economista?). Incluso si Alejandro es fajardista (no se si lo sea, pero si lo es, coincidimos en eso) de dónde saca la acusación?

    Aunque las reglas de participación en este tipo de blogs dan para que haya este tipo de comentarios, creo que vale la pena condenarlos.

    Su comentario no debe ser bienvenido en el blog, no porque uno esté en desacuerdo con usted, sino porque su objetivo es atacar por atacar y no discutir.

    DV

    Disclaimer: Lo de las mujeres también era jodiendo.

  • Anónimo
    30 marzo, 2009 at 9:35 pm

    The Anti-bono.

  • jaime ruiz
    30 marzo, 2009 at 10:46 pm

    Aparte de que la persecución del consumo de drogas es una barbaridad, agravada por lo que dice el señor Valencia Cossio, la deriva de la oposición es mucho más interesante: ¡ahora resulta que realmente son los castristas los defensores de las libertades! Ya puede Abad Faciolince mentir y cabildear a favor de las FARC o de sus socios políticos todo lo que quiera, siempre se estará de su parte viendo qué «podemos» hacer o dejar de hacer para salir de la dictadura. La abierta reivindicación de los felices noventa por Hommes, personaje con un sesgo chavista tan sospechoso como la lealtad de César Gaviria y Rafael Pardo a Piedad Córdoba, también es defendida sin tapujos, por no hablar del ¡increíble silencio de la prensa «unanimizada»! (Perdón por repetirlo tantas veces, pero de verdad el haberse limpiado en parte lo colombiano es incomunicable, tanta capacidad de suscribir mentiras inconcebibles como ésa remite a un daño en un nivel más profundo que el moral).

    Bah, yo de verdad sentiré siempre mucho más respeto por Piedad Córdoba y su gente. Uno sabe que son bandidos con un disfraz, como esos abogados defensores de traficantes de cocaína que a fin de cuentas son la verdadera mafia multimillonaria, poderosa e impune. Los bandidos haciendo de fiscales, veedores y maestros de moral son un escándalo mucho mayor.

  • Anónimo
    31 marzo, 2009 at 4:10 am

    Esto escribe Saúl Hernández en El Tiempo. En una cosa estoy de acuerdo con el columnista. Este país definitivamente va para el despeñadero. no sé en qué momento dimas esté giro en U hacia el franquismo. Berraca la cosa, sin duda.

    Es razonable suponer que un adicto no es un criminal, sino un enfermo, pero es inaceptable el argumento de que el adicto tiene derecho a mantener su enfermedad, a negarse al tratamiento. Esto no es opcional, porque el adicto no sólo se hace daño a sí mismo sino a los demás. Una cosa es negarse a tratamientos que prolonguen la vida inútilmente, en menoscabo de la dignidad humana, y otra es negarse a recuperar la dignidad.

    Y si hay algo cierto en todo esto es que este debate no lo pueden dar los drogos, son enfermos y tienden a no reconocer su problema. En cambio, las mamás, los profesores y los expertos sí ven claramente el despeñadero por el que vamos.

  • JuanDavidVelez
    31 marzo, 2009 at 5:28 am

    ¿Seguro que ese es el carretazo?.

    Yo me imaginaba una cosa mas poetica, pero no, es solamente diciendo que los marihuaneros merecen el mismo trato que los borrachos. Con graficos y todo, yo pensaba que los magistrados no gustaban de las graficas.

  • Anónimo
    31 marzo, 2009 at 9:26 am

    Alejandro y Daniel
    el titulo de la columna es «Contra el paternalismo», después se dice «Yo no me opongo, repito, al paternalismo como cuestión de principio» sera muchas ganas de joder mías pedir claridad al respecto?
    Alejandro sabe de donde sale lo de fajardista, en todo caso no creo que sea algo tan grave como para que Daniel lo denomine una «acusación».

  • Anónimo
    31 marzo, 2009 at 10:22 am

    me meto también, Daniel Vaughan por que no crea su blog y pone las reglas allá para darnos el gusto de NO entrar? en lugar de venir acá a dar bomba

  • Pascual Gaviria
    31 marzo, 2009 at 2:32 pm

    carretazo completo de la sentencia 221 de 1994. Incluido salvamento de voto.

  • Alejandro Gaviria
    31 marzo, 2009 at 3:14 pm

    Good bye, homo economicus. Cortesía de Ibsen Martinez.

  • Anónimo
    31 marzo, 2009 at 3:16 pm

    Ese anónimo tiene una especie de tendencia a lo José Obdulio: una mente de detective perverso. Esa especie de amenaza velada («Alejandro sabe de donde sale lo de fajardista») es típica de esos hps.

  • Anónimo
    31 marzo, 2009 at 4:55 pm

    Alejandro: creo que también vale la pena destacar las palabras de Monseñor Rubén Salazar, presidente de la Conferencia Episcopal:

    ‘No es bueno afectar la democracia. Tenemos un régimen presidencial muy fuerte y por lo tanto no es conveniente una reelección indefinida del Presidente. Menos con la mentalidad centralista y autoritaria que tenemos en Colombia. Estas reformas a la Constitución para permitir reelecciones no son convenientes. La Constitución debe ser sagrada y no podemos jugar a modificarla de acuerdo con las conveniencias personales del gobernante. Eso es muy peligroso.

    Es antidemocrática la perpetuación de una persona en el poder. No es claro ni limpio, desde el punto de vista democrático, producir permanentes reformas a la Constitución para que un Presidente continúe. Nadie es irremplazable y hay gente capaz de gobernar al país. Y es bueno el relevo, porque origina nuevas ideas, nuevos puntos de vista, nuevas posibilidades.

    No estoy interviniendo en política. Estoy simplemente defendiendo la razón de ser de la democracia y expresando que para la democracia de nuestro país no es conveniente una reelección.’

  • Gheysel Naranjo
    31 marzo, 2009 at 8:12 pm

    Tres Puntos:

    1. Poder para el poder, omnipotente y absoluto… pero bueno digamos que hemos evolucionado en capitales asignados a la propiedad privada y social. Ello lo ratificó el BID.

    2. Si se quieren nuevos gobiernos, no creo que sea tomando lo mejor del antiuribismo en el congreso porque ello le daría más fuerza al Uribismo. Lo sensato, supongo, es estar al congreso con nuevas propuestas contundentes con su partido alterno sin ni siquiera nombrar uribismo ni antiuribismo (nombrar antiuribismo es una barra brava…)Quien quita que alguien, de tanto pensar en nuevos gobiernos y nuevas alternativas, diga como Arquímedes: EUREKA!!… en materia de equilibrio de poder

    3. Bueno, hoy debería ir por mi tierrita, pero por conflicto teológico el marcador el marcador será un empate o un 2-1 a favor de Colombia. Digo conflicto teológico porque en un partido cómo decide dios a quien le da el triunfo sin ambos partidos se encomendaron y se echaron la bendición?

  • celebratorofbecoming
    31 marzo, 2009 at 10:23 pm

    Esta «forma de abuso de poder» ha acabado con la etica en el país y aunque la política ya estaba debilitada, también ha acabado con ella. Este paternalismo constante permite justificar las alianzas de políticos con los grupos armados ilegales, permite que las ejecuciones extrajudiciales sean más importantes afuera que adentro.

    La oportunidad es cada vez más pequeña pero existe, sin embargo los candidatos siguen con la política tradicional no existe una opción diferente.. Es claro que sea el que sea el candidato tendrá que seguir con una política de seguridad, es descabellado que alguien se aleje de esto, lo que pasa es que el enfoque actual es perverso. Por lo tanto el debate de continuidad de la política de seguridad, no es el que definira la presidencia.

    El debate económico es la oportunidad, la economía puede acabar con el paternalismo porque si el padre no tiene para darle con que comer a los hijos que no reciben limosnas, estos reaccionan. Es decir la clase media, una clase muy golpeada por el Gobierno pero cada día más preparada.

  • Daniel Vaughan
    31 marzo, 2009 at 10:43 pm

    Hay algo que me parece interesante sobre el paternalismo: es el paternalismo una construcción cultural? O mejor dicho, es la crítica al paternalismo (i.e. el liberalismo) una construcción cultural?

    La tradición anglosajona es esencialmente liberal, o si se prefiere, es natural la crítica al paternalismo desde la cultura anglosajona.

    Pero, a menos que se le de un argumento universalista (que es el argumento usual de los liberales), hay poco en la «cultura hispana» que sea realmente liberal.

    Visto así, la crítica al paternalismo, creo yo, se queda sin fundamento: somos en esencia una sociedad paternalista, así que si el Estado representa los valores de la sociedad (una construcción de abajo a arriba) el paternalismo es una condición natural.

    DV

  • Daniel Vaughan
    31 marzo, 2009 at 10:55 pm

    Sergio,

    Andaba pensando que es extraño que un historiador sea universalista, no el parece? Creo que si algo queda claro del estudio de la historia es el imperialismo cultural (es decir, los valores liberales no son un estándar en la cultura occidental actual porque hayamos llegado todos, de manera independiente y racional, a la conclusión que el liberalismo es la filosofía política ideal— que creo es su argumento racionalista— sino por una «imposición» cultural).

    DV

  • Alejandro Gaviria
    31 marzo, 2009 at 11:36 pm

    Daniel:
    El problema es que el argumento “culturalista” puede utilizarse para justificar cualquier desafuero. Vallenilla Lanz, un intelectual venezolano, justificó la dictadura de José Vicente Gomez diciendo que los latinoamericanos nos caracterizábamos por nuestra entrega y devoción a los líderes carismáticos. Lo mismo dicen hoy los chavistas. Y José Obdulio Gaviria no está muy lejos de Vallenilla Lanz.

    No creo que los argumentos liberales sean universales (en un sentido positivo). Pero eso no implica que no puedan ser utilizados de manera normativa en casos como el que nos ocupa.

  • JuanDavidVelez
    31 marzo, 2009 at 11:46 pm

    Esta bacano lo de la dosis personal afortiori son bacanos los salvamentos de voto.

    En el salvamento mas bacano dice el salvador de voto acerca de porque no se comparan la nicotina y la droga. «la nicotina tampoco es una fuente, inmaginaria o real, de grandes poderes internos o de intuiciones.».

    La droga como fuente de intuiciones, muy bacano. Lo raro es que a ese magistrado el tabaco no lo descresta, a mi me parece una buena droga, en mi opinion es suficiente.

    Nota: En las comillas no va la palabra nicotina, yo puse esa palabra para que el contexto semantico quedara mas claro.

    Otra Nota: Yo no me lei todo eso, me dio pereza, el otro dia unos abogados jovenes estaban recitando sentencias al calor de unas cervezas, es indudable que de ese articulo no se recitaron nada, el articulo en si mismo no es muy recitable.

  • Daniel Vaughan
    1 abril, 2009 at 12:10 am

    Alejandro,

    Creo que en general estoy de acuerdo con usted. De todas formas no estoy seguro que el argumento culturalista pueda utilizarse para argumentar cualquier cosa: un análisis juicioso de la historia debería ser suficiente para descartar un montón de hipótesis.

    Puede entonces ser que el argumento liberal sea más difícil de vender en una sociedad que ha sido, tradicionalmente, organizada de manera vertical como la nuestra, que en una organizada de manera horizontal como la anglosajona.

    Dicho de otra forma, estoy de acuerdo con usted en que el argumento liberal puede utilizarse de manera normativa en este caso, pero es posible que haya sociedades en donde la cultura y las instituciones sean lo suficientemente fuertes como para dejarlo sin fundamento práctico.

    DV

  • Maldoror
    1 abril, 2009 at 12:27 am

    Daniel:

    Es raro que los historiadores sean hoy universalitas, tanto porque las corrientes filósoficas e historiográficas imperantes son abiertamente relativistas o están influidas por filosofías relativistas.

    Sin embargo creo que ud confunde el hecho de que las culturas sean distintas, con el valor de una teoría normativa en si misma. Yo estoy plenamente consciente que el liberalismo es la teoría política imperante en occidente, no porque esta sea asumida racional y de manera consciente por la mayoría de las personas. Pero eso es irrelevante para saber si el liberalismo es en si mismo una teoría política deseable o no. Son dos cosas distintas.

  • Daniel Vaughan
    1 abril, 2009 at 1:26 pm

    Sergio,

    Lo de la «deseabilidad del liberalismo», desde una perspectiva histórica tiene ingredientes culturales y económicos interesantes.

    Los culturales ya los nombramos superficialmente, y es interesante intentar buscar las causas de estas diferencias.

    Pero las económicas son aún más interesantes, porque pueden en buena parte explicar los movimientos de corto plazo: una hipótesis es que la demanda de paternalismo depende del ciclo económico: incluso las economías más liberales se han vuelto paternalistas (por un aumento de la demanda) en épocas de crisis. La actual es una buena muestra, pero en la historia hay innumberables ejemplos.

    Así que la «universalidad del liberalismo» a la que usted cree que se va a llegar por medio «de la razón» no sólo varía geográficamente sino en el tiempo, y creo que esto debe decir por qué las ambiciones normativas de los filósofos liberales serán difíciles de llevar a la práctica.

    DV

  • Daniel Vaughan
    1 abril, 2009 at 1:59 pm

    Alejandro,

    La discusión sobre paternalismo y penalización de la dosis personal me parece inadecuada, tal vez porque si la discusión se centra en en la pérdida de autonomía la discusión está perdida (por eso no creo que leer y discutir a Mill sea productivo, aunque puede ser un ejercicio académico interesante).

    El problema, como lo veo yo, tiene que ver con las razones para que Uribe quiera penalizar el consumo.

    Un argumento bueno para hacerlo tiene que ver con la salud pública, pero depende crucialmente de demostrar que el consumo de la llamada «dósis personal» tiene efectos negativos sobre la salud pública. El problema de este argumento es que no creo que haya evidencia a su favor, y si la hay, la misma evidencia llevaría a la prohibición del alcohol, por ejemplo.

    Otro argumento tiene que ver con la imposición de la moral de Uribe a los colombianos: sencillamente Uribe es tan conservador («más papista que el papa») que quisiera ver una Colombia libre de «pecados» (no trago, no drogas, no sexo, y sólo trabajo, trabajo y trabajo, y por supuesto misa los domingos). Esto por supuesto es preocupante, e intuyo que la cosa va más por ahí. Si esta es la razón, el argumento liberal es innecesario y sólo genera una distracción molesta, creo yo.

    Pero otro argumento es estratégico, y tiene que ver con la concepción de una política antidrogas global. Creo que hay algo de razón en que la política de Estado actual es inconsistente: cómo puede penalizarse la producción, pero no el consumo? Cualquier economista diría que la política de Estado actual está destinada al fracaso porque el marco regulatorio permite la demanda (local) pero prohibe la producción. El contraargumento, por supuesto, es que la demanda local es irrelevante.

    En resumen, aunque la discusión liberal es interesante para mentes distraidas, como las que solemos frecuentar el blog, creo que dista de ser la discusión importante en este debate.

    DV

  • Maldoror
    1 abril, 2009 at 3:37 pm

    Daniel:

    Creo que ud sigue malinterpretando mi posición. Yo no estoy diciendo que al liberalismo hayamos llegado o vayamos a llegar por medio de la razón (auque claro, aspiro que asi sea). Yo creo que lo que hace deseable una teoría normativa no depende de un argumento histórico, sino de su coherencia interna y solidez intelectual. Puede que esa posición le parezca ingenua o no, o falsa o cierta, pero lo importante es que ud entiende que esa es MI posición.

    En cuanto a lo que ud dice sobre el que el liberalismo no es la manera de encarar la discusión sobre la despenalizaciión de la droga, me da la impresión que ud parte de una idea bastante dudosa: que los principios del liberalismo son ideas remotas, accesibles para mentes elevadas o distraidas, que leen Mill o Kant. En el fondo creo que no hay nada más falso que eso. Creo que en el fondo la mayoría de las personas en el mundo comparten de hecho uno varios de los puntos fundamentales del liberalism: el principio de no agresión y la idea de que las otras personas no son MI propiedad. Es obvio que la gente comparte estos principios en medida de grado: en general la gente no cree que tiene el derecho a decirle a otros que hacer con sus vidas ni cree que pueden controlar su cuerpo, pero crean excepciones. Asi unos creen que pueden controlar lo que hacen sus hijo incluso cuando se vuelven adultos, o llegan a creer que el gobierno tiene el derecho a meterse en la cama o con los vicios de cada ciudadano (por no decir, con sus bolsillos). Es esa lógica la que hay que desafiar, si algun dia queremos vencer el paternalismo y el autoritarismo implicitos detras de la «guerra contra las drogas». Y para eso no es necesario que la gente lea Kant o Mill.

  • Daniel Vaughan
    1 abril, 2009 at 4:15 pm

    Sergio,

    Gracias por la aclaración. Su posición sobre cómo estamos donde estamos es clara, pero en alguna discusión hablábamos de la universalidad de los valores liberales, y creo que ahí quedó claro que tal universalidad futura depende de llegar ahí por medio de la razón, como usted muy bien lo dice, gracias a su «coherencia interna y solidez intelectual».

    Bueno, usted ya sabe que yo no creo que esto vaya a pasar, porque creo que hay culturas con una organización vertical fuerte y arraigada, en donde el individuo es una pieza más del andamiaje y veo muy difícil que «la razón» pueda cambiar esto: y no sólo porque, por definición, está en el «subconciente colectivo», sino porque las ventajas del liberalismo no son ventajas objetivas sino que dependen de una escala de valores subjetiva (por ejemplo, usted puede tratar de convencer a un japonés que lo importante es que él recupere su autonomía, y él le podría decir que por qué es tan importante la autonomía, y ahí se quedarán dando vueltas y vueltas).

    Por otra parte yo no creo que los principios del liberalismo sean ideas remotas. Sencillamente no creo que en una discusión como la que tenemos actualmente— una discusión de política pública— apelar a Mill sea ventajoso. En el peor de los casos ni siquiera permite empezar la discusión.

    Usted da el ejemplo de los padres que controlan lo que hacen sus hijos, y yo estaba pensando precisamente ayer en este ejemplo para ver que el paternalismo es inheremente una característica nuestra. Una forma de comparar esto es la edad a la que salen los hijos del hogar, en los países anglosajones, por ejemplo, con países como Colombia. De hecho he oido que en Japón la cosa es aún peor, pero ojalá PanÓptiko pueda comprobar esto.

    DV

  • Alejandro Gaviria
    1 abril, 2009 at 6:34 pm

    El autoritarismo de Putin también ha sido justificado con alusiones a la supuesta invetera preferencia del pueblo ruso por un Estado paternalista que, entre otras cosas, proteja a la población en contra las amenazas externas e internas. Esto escribió Perry Anderson hace unos años al respecto:

    In this vision, Putin’s regime occupies a natural place. Russians, the argument goes, lacking social or national cohesion, an understanding of property or wish for responsibility, cynical about democracy, wary of one another and fearful of outsiders, continue to value order over freedom. For them anarchy is the worst evil, authoritarian rule the condition of a peaceable life. Putin is popular, they say , precisely because he has reinstated Russia’s traditional model of government: an autocratic state in which citizens are relieved of their responsibilities for politics and in which imaginary foreign enemies are invoked to forge an artificial unity.

  • Maldoror
    1 abril, 2009 at 6:41 pm

    Daniel:

    Solo dos observaciones. Fijese que ud defiende el argumento relativista, y sin embargo habla de «caracteristicas inherentes» a «nosotros» (pueblo colombiano). Y partiendo de esa posicion contradictoria lo que quiero que vea, y esto lo sabe cualquiera que haya estudiado historia, es que una sociedad puede cambiar, incluso sus supuestas «caracteristicas» inherentes.

    Por otro lado, ud sobreestima el elemento autoritario presente en muchas culturas. Un ejemplo muy tonto que cualquier sociologo conoce, y no es ni siquiera producto de la modernidad, es el conflicto intergeneracional (siguiendo la cuestion de padres e hijos que veniamos discutiendo). Eso lo he visto en persona, por ejemplo con hijos e hijas de padres musulmanes en Europa, donde los hijos se rebelan y buscan mucha mayor autonomia y libertad.

  • Anónimo
    1 abril, 2009 at 7:05 pm

    LELO 69

    Guillermo Tell
    Canciòn de Carlos Varela donde sutilmente se queja del paternalismo de Fidel Castro

    Guillermo Tell no comprendió a su hijo
    que un día se aburrió de la manzana en la cabeza.
    Echo a correr y el padre lo maldijo
    pues, cómo, entonces, iba a probar su destreza

    Guillermo Tell tu hijo creció.
    Quiere tirar la flecha.
    Le toca a él probar su valor
    usando tu ballesta.

    Guillermo Tell no comprendió el empeño
    pues, quién se iba a arriesgar al tiro de esa flecha.
    Y se asustó cuando dijo el pequeño:
    “Ahora le toca al padre la manzana en la cabeza.”

    Guillermo Tell tu hijo creció.
    Quiere tirar la flecha.
    Le toca a él probar su valor
    usando tu ballesta.

    Guillermo Tell no le gustó la idea
    y se negó a ponerse la manzana en la cabeza
    diciendo que no era que no creyera
    pero que iba a pasar si sale mal la flecha

    Guillermo Tell tu hijo creció.
    Quiere tirar la flecha.
    Le toca a él probar su valor
    usando tu ballesta.

    Guillermo Tell no comprendió a su hijo
    que un día se aburrió de la manzana en la cabeza

  • juan francisco muñoz
    1 abril, 2009 at 7:38 pm

    qué piensan del debate de ayer en el congreso, donde algunos senadores caucanos demostraron que el gobernador tenía conocimiento de la inversón ilegal en la cual se perdieron como dos mil millones de pesos de la salud y la educación. Me gustó la intervención de quien fue en representación de planeación. explicó que eso no era solamente un mal procedimeinto, si no que iba en contra de todas las leyes y normas. ahora el gobernador gonzáles espera culpar a su tesorera, como si él no se hubiese enterado de nada. Igual, no es el primero que hace esto, pero sí el priemro en negarlo con todo el cinismo del mundo. recuerden que es el mismo personaje que salio del ministerio de defensa en la presidencia de samper, porque recibir cheques del narcotráfico. ahora, los senadores que lo apoyan, tanto uribistas como liberales, lo defienden a putna de leguleyadas y artificios técnicos. La mafia política del cauca es desconcertante. Recuerden que Chaux, el goebrnante anterior, también está seriamente cuestionado por malso manejos y vínculos con paracos.

  • Daniel Vaughan
    1 abril, 2009 at 7:57 pm

    Alejandro,

    Es cierto que el argumento culturalista es peligroso porque puede ser difícil de falsificar. Y lo es por ser esencialmente un argumento histórico, pero principalmente porque no tenemos una definición precisa y cuantificable de lo que es cultura (hay definiciones más o menos precisas, pero siempre quedan dudas sobre el intervalo de tiempo, la «cobertura» sobre el total de la población, etc.etc.etc.).

    Pero creo que el ejercicio de mirar por qué la democracia moderna surge en un país con tradición anglosajona, como EEUU, dice mucho sobre las condiciones preexistentes para que pueda existir una democracia estable en el tiempo. El aporte de los neoinstitucionalistas, a la Engerman-Sokoloff me parece que es un ejemplo claro.

    Sergio,

    Por supuesto que la sociedad puede cambiar, o mejor, que la «cultura» puede cambiar. Y lo puede hacer de dos formas: endógenamente (por fuerzas internas, como por ejemplo, «la razón») o exógenamente (una guerra, una invasión, un cambio de régimen político, etc.etc.etc.).

    Desde un punto de vista histórico vale la pena preguntarse cuál de las dos ha sido más frecuente, y creo que la respuesta es que los cambios se han dado, principalmente, por choques externos, es decir, por imposiciones. Y esto no es de extrañarse si se hace preciso el concepto de cultura.

    Finalmente, no entiendo por qué estoy «sobreestimando el componente autoritario» de la cultura. Me pareció relevante el ejemplo de los valores y reglas sociales relacionadas con la familia porque no creo que sea difícil encontrar una relación entre las características del Estado y las características de la unidad familiar.

    DV

  • Hazard Rate
    1 abril, 2009 at 9:20 pm

    Tengo algunas preguntas, quizás alguno de ustedes me pueda ayudar a responderlas.
    Teniendo en cuenta las declaraciones de Timothy Geithner (secretario del tesoro de E.U), en donde expresa el deseo de la administración de regular el sistema financiero de los gringos para que la situación actual no se vuelva a repetir, pues el sistema financiero exige una administración más conservadora… Empiezo a pensar que el liberalismo es algo que depende de los ciclos (como lo expresa Daniel en uno de sus comentarios, y algo que sólo a través de éste blog consideré por primera vez).
    Bueno, ahora bien, leyendo el documento de la dosis personal o “carretazo” de Carlos Gaviria, veo que algunos de sus puntos se apoyan en el consumo del licor como generador de violencia. Me pregunto: ¿la violencia ha aumentado, disminuido o se ha mantenido constante durante el tiempo de la despenalización? ¿El consumo de drogas ha aumentado o ha disminuido? ¿La cantidad de muertos por causa de la drogadicción ha aumentado o ha disminuido? ¿Los beneficios de despenalizar la dosis mínima fueron mayores de alguna manera?… En fin, me gustaría saber cuáles son los costos sociales y económicos de penalizar y despenalizar la dosis mínima. En casos como en el de Estados Unidos (donde el problema es evidentemente económico) y en casos como en el de, por ejemplo, la Educación, no creo que sea un atentado contra nada ser paternalista, y ayudar como gobernantes. La verdad, me gustaría saberlo, por qué no sé, pero creo que tanto el paternalismo, como las criticas que veo en muchos articulos de opinión, deben tener un sustento solido,y adecuadamente medido. Espero me puedan ayudar, muchas gracias.

  • Maldoror
    2 abril, 2009 at 3:56 am

    Daniel:

    De su ultima intervensión me queda la duda de porque considera ud que «la razón» es un factor «endogeno». Las ideas (o si quiere, «el mercado de las ideas») mas que ninguna otra cosa funcionan en un circuito global que trasciende fronteras (y eso incluso antes de la modernidad, imaginese ahora).

    Respecto a mi comentario sobre su sobreestimación del peso del autoritarismo en una sociedad, yo no estoy negando que exista una correlación entre el tipo de estado y el tipo de relaciones sociales y de cultura prevalente en una sociedad. Lo único que, corrijame si me equivoco, es que hay un tono fatalista y de generalización sobre ese tipo de culturas…como si fueran un todo homogeneo en el que no existen conflictos por busqueda de autonomias y libertades frente a formas de paternalismo imperantes.

  • Daniel Vaughan
    2 abril, 2009 at 3:54 pm

    Sergio,

    Una aclaración que me parece importante: yo no estoy haciendo una defensa del paternalismo utilizando la explicación «culturalista». Como (casi) siempre, estoy haciendo un ejercicio mental tratando de entender tanto la oferta y demanda de paternalismo, como la oferta y demanda de liberalismo, y creo que es inevitable llegar a cuestionarse la universalidad de una u otra doctrina.

    DV

  • Anónimo
    3 abril, 2009 at 2:40 pm

    Se viene una columna sobre el G20, porque es la única manera de entender tanto silencio sobre el issue.

  • Alejandro Gaviria
    3 abril, 2009 at 3:27 pm

    Tres opiniones interesantes sobre el G20: Dani Rodrik , Jeffrey Sachs y Felix Salmon .

  • Carlos
    3 abril, 2009 at 9:06 pm

    Me quedo con esta frase de Sachs:

    «Monetary policy and exchange rates played a large role in the onset of the crisis, and we will need deep reforms of international monetary arrangements in order to secure a sustainable recovery.»

    Supongo que volver a la era pre-1971 (cuando Nixon de forma unilateral acabó con el patrón oro para el dolar) suena políticamente imposible, pero en estos tiempos los políticas pueden aducir la crisis y la emergencia como catalizador de cambios.

    Esta era de puro dinero fiduciario ha probado ser un desastre.

  • Carlos
    3 abril, 2009 at 10:07 pm

    Alejandro: dado que referencia a Rodrik, no se leyó este post reciente de el donde manifiesta escepticismo frente a la tecnocracia:

    «Simon’s account is based on a very simple, and I believe misguided, theory of politics and economics. It is an odd marriage of populist and technocratic visions. Countries fail because political elites always end up in bed with economic elites. The solution, apparently, is to let the technocrats (read the IMF) run your affairs.

    Among the many lessons from the crisis we should have learned is that economists and policy advisors need greater humility. Too many of us thought we had the right model when it turned out that we didn’t. We pushed certain policies with much greater confidence than we should have. Over-confidence bred hubris (and the other way around).

    Do we really want to exhibit the same self-confidence and assurance now, as we struggle to devise solutions to the crisis caused by our own hubris?»

    Saludos,
    Carlos

    P.D: Will Wilkinson comenta sobre la columna de Rodrik: algunos tecnocratas, dice, son ideologos (yo diría que los tecnocratas son ideologos todos)

  • Alejandro Gaviria
    3 abril, 2009 at 10:38 pm

    Carlos: Muchos tecnócratas terminan aliados con el poderoso de turno. Pero otros mantienen la distancia y son un contrapeso eficaz. Creo que su concepción del tecnócrata como un gran ingeniero social constituye un malentendido. O peor, un prejuicio. En todo caso, vale la pena señalar donde trabaja Rodrik: en la Escuela de Gobierno de Harvard, una institución que se dedica a una sola cosa: a formar tecnócratas.

  • Anónimo
    3 abril, 2009 at 10:40 pm

    Nuevo Director de Planeación:

    Alejandro, ud. conoce a Esteban Piedrahita Uribe? Tiene alguna referencia?

  • Alejandro Gaviria
    3 abril, 2009 at 10:46 pm

    No, no lo conozco. Ha trabajado con Luis Alberto Moreno desde hace un buen tiempo. Estudió economía en Harvard y en LSE. No tiene publicaciones académicas. Sus trabajos previos han sido en finanzas y periodismo. Me cuentan que era el speech writer de Moreno en el BID.

  • Anónimo
    3 abril, 2009 at 11:08 pm

    Anónimo 17:40

    Político o tecnócrata? En esa línea, dónde cabe el periodismo económico?

    Me parece que es bueno que no tenga experiencia en el sector público colombiano y que sea un perfecto desconocido con buenas credenciales (al menos académicas).

    Será que el miedo de que Planeación se volviera como el Ministerio de Hacienda se apaciguó con la noticia?

  • Daniel Vaughan
    4 abril, 2009 at 12:41 pm

    Carlos, vale la pena que lea sobre los efectos del patrón oro y la duración de la Gran Depresión. Bernanke tiene varios papers al respecto.

    DV

  • Carlos
    4 abril, 2009 at 1:53 pm

    La tecnocracia obamista no tiene problemas apoyar mas y mas rescates a Wall Street pero claro si han recibido millones y millones de dolares de ese sector económico.

    Tecnocracia desinteresada y altruista (comparada con todos estos políticos corruptos)..si claro..solo en los libros de texto de economía.

  • Alejandro Gaviria
    4 abril, 2009 at 1:58 pm

    David Brooks escribió una buena columna sobre el artículo de Simon Johnson citado por Carlos. Brooks distingue entre dos historias. La primera, la de Johnson, preferida por Carlos, es la historia del surgimiento de una plutocracia, de la captura del Estado por Wall Street. Washington, dice Johnson, se vendió a los banqueros. La segunda historia, la preferida por Brooks, es la historia de una gran falla cognitiva, de la creencia generalizada en un nuevo paradigma, en la desaparición del riesgo. La crisis, sugiere Brooks, tiene mucho de depresión epistemológica.

    No siempre es fácil diferenciar entre la estupidez y la maldad. Para engañar a mucha gente es necesario también engañarse a uno mismo.

  • Carlos
    4 abril, 2009 at 5:55 pm

    Nombramiento de nuevo Director de Planeación de Nacional confirma lo observador por Alejandro en una columna pasada.

    El nuevo Director no ha sido academico y su experiencia en «políticas públicas» se resume a 3 años en el BID. De resto tiene mas experiencia como empresario o dirigente en el sector privado. Incluso tendría mas experiencia com periodista económico que en otra cosa.

  • Anónimo
    4 abril, 2009 at 6:00 pm

    Abril 2 de 2009
    La parábola del Titanic
    Enrique Santos Molano
    El Tiempo 3 de abril de 2009

    El 14 de abril de 1912, apenas comenzado su viaje inaugural, el más poderoso y lujoso trasatlántico jamás construido, el Titanic, «al que ni Dios podía hundir» (supongo que todos habrán visto la película de 1997, ganadora de infinidad de premios Oscar), chocó con un iceberg que se le atravesó sin ninguna consideración ni advertencia (aunque, sí, el capitán sabía que debería tener cuidado con los témpanos traidores del Atlántico Norte) y en pocas horas se hundió.

    Aparte del sentimentalismo con que los libretistas de cine abordan la tragedia del Titanic, el mundo en crisis de hoy debe mirarla como una parábola aleccionadora de lo que ocurre con la economía globalizada y con la sociedad, alienada ante las maravillas del neoliberalismo como lo estaban los pasajeros del Titanic con los lujos deslumbrantes y la imposibilidad de hundirse que se le atribuyó al barco prodigioso.

    Cuando la proa del gran trasatlántico fue agujereada por la lanza del iceberg, se les dijo a los pasajeros de primera y de segunda que no había de qué preocuparse. A los de tercera nadie se tomó la molestia de tranquilizarlos; todos sabían que el Titanic no se hundía y ninguno se alarmó, excepto el ingeniero constructor de la nave majestuosa, que, al examinar, incrédulo, el daño causado por el choque, sólo pudo indicarle al capitán: «Es irremediable».

    Para mantener la confianza de los pasajeros, el capitán sonrió, silbó, mandó que la orquesta tocara sin parar, y organizó bailes y juegos. Al llegar el momento dramático en que era inevitable que hasta los más confiados desconfiaran, el buen capitán les soltó dos noticias a cual más de novedosas. El Titanic sí podía hundirse (y se estaba hundiendo); en cambio, los dieciséis botes salvavidas no tenían cupo sino para novecientos pasajeros con lleno completo, por lo que les rogaba proceder con la debida serenidad a escoger quiénes subirían a los botes y quiénes se quedarían en el barco para disfrutar, hasta el último minuto, la excelente orquesta que tocaba y tocaba. Casi todo el pasaje de primera, y algo menos de la mitad del de segunda, subió a los botes. En el barco quedaron la mayoría de la tripulación, incluido el capitán, los pasajeros de tercera, algo más de la mitad de los de segunda y los músicos. Los de tercera no alcanzaban a escuchar las melodías interpretadas por la orquesta. Así se hundió el Titanic con su leyenda de insumergibilidad y con mil quinientas personas a bordo. Otras novecientas se salvaron en los botes. La negligencia del capitán fue el factor humano que precipitó la catástrofe.

    Algo similar (muy similar) le ha ocurrido al Titanic Neoliberal, que comenzó a hundirse ya muy averiado por distintos choques con icebergs económicos y financieros a causa de la corrupción de los especuladores financieros. Entre los principales recordemos la crisis de la deuda en los 80, la bancarrota argentina a comienzos del presente siglo, y el iceberg definitivo, la crisis de las hipotecas, que no hizo sino descubrir que el Titanic Neoliberal, del cual habían dicho sus panegiristas arrogantes que «ni Dios podría mejorarlo ni hundirlo», se estaba hundiendo debido a un daño irreparable. Los botes salvavidas les fueron entregados a los pasajeros de primera.

    En la agonía de su administración, W. Bush les arrojó un salvataje de setecientos millardos, y el actual presidente Obama les lanzó o les lanzará otro salvavidas de un billón de dólares, mientras que el resto de los náufragos (los que han perdido sus casas y sus empleos, los que han quebrado, los que están en la miseria) siguen a bordo del barco a pique, sin escuchar la música de la orquesta, una melodía extraña que dice que la nao se salvará, que la economía logrará superar la crisis, que todo habrá vuelto a la normalidad a principios del 2010, que estamos blindados para pasar de agache. Es la melodía del optimismo retorcido con que se pretende distraer los últimos momentos de los inmolados.

    La diferencia entre los que lograron subir a los botes salvavidas en el naufragio de 1912 y los que hogaño se treparon a los botes del salvamento financiero está en que aquellos pudieron bogar sobre un mar en calma y enseguida fueron rescatados por el vapor ‘Carpathia’, que se encontraba cerca, mientras que hoy el océano de la crisis no está en calma, sino azotado por una tormenta furiosa, implacable, que hundirá los botes en cualquier momento, y todos los sobrevivientes perecerán porque no hay próximo ningún ‘Carpathia’ que consiga rescatarlos.

    Como lo han anotado juiciosos analistas de Europa, en Estados Unidos y América Latina (‘vox clamantis in deserto’), la megacrisis del 2008 ha sido manejada con una irresponsabilidad casi criminal. Primero, los culpables del desastre resultaron premiados en lugar de castigados. Un señor Madoff, al que han condenado a mil y pico de años de cárcel por fraude y estafa en cuantía de 50 millardos de dólares, no es sino un vulgar chivo expiatorio, que se ofrenda en el ara sangrienta de los dioses para apaciguar sus iras y disimular a los verdaderos criminales. Es ridículo creer que una tumbada de cincuenta mil millones de dólares pueda desatar semejante tempestad universal como la que estamos padeciendo, cuando es sabido que la quebrazón (el daño irremediable) va arriba de los cuarenta billones. En fin, los culpables fueron premiados y los problemas que causaron han empeorado. Segundo, la esperanza y el cambio anunciados por el presidente Obama se ahogan en una palabrería insulsa que ha perdido todo significado. Tercero, no hay soluciones a la vista, ni parece que las habrá, por ahora.

    A la reunión del G-20 (grupo de los países desarrollados) llegaron veinte mandatarios, cada uno hablando el idioma que le conviene. No saben (por lo que les hemos oído) qué clase de crisis es la que están enfrentando y, por consiguiente, tampoco saben cómo enfrentarla. La curiosa analogía que nos sugiere la reunión de los veinte jefes de Estado es la de los veinte músicos de la orquesta del Titanic. La sensación inicial que percibimos es que los líderes de nuestro tiempo se aferran a la idea de resucitar el cadáver neoliberal, o, en otros términos, que el Titanic Neoliberal se puede salvar del naufragio. El presidente Sarkozy lo ha explicado bien al expresar que «aspiramos a sacar de aquí un capitalismo renovado y mejor». No es a un mundo renovado y mejor a lo que aspiran esos mandatarios ilustres. No les interesa salvar el mundo, sino salvar el capitalismo, y el resto (que es el mundo) que se hunda. La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, dijo el miércoles que «confiaba en que la cumbre del G-20 en Londres expediría el acta de defunción del neoliberalismo». En lugar de esa acta, los primeros acuerdos dados a conocer tienden a ponerle oxígeno al cadáver neoliberal. Miles de ingleses expresaron en las calles de Londres su rechazo iracundo al G-20.

    Alguien debería decirle al Grupo de los Veinte que quien se aferra a un cadáver termina en el cementerio, o que quienes se quedan en un barco que naufraga van a dar al fondo del mar, sencillas verdades de Perogrullo. El mundo está minado por el cáncer de la corrupción, mas no hemos oído que los líderes del G-20 digan algo al respecto, ni que piensen tomar medidas contra el peor flagelo que padece la humanidad. Solo escuchamos palabras tímidas sobre «poner en cintura a la especulación» (que es corrupta en sí misma), pero en los hechos vemos al presidente Obama y a los jefes de la UE gestionando y gastando sumas inverosímiles para salvar a los corruptos, para correr en auxilio de los especuladores, sumas que habrían bastado y sobrado para resolver los graves problemas sociales que enfrenta el mundo no desarrollado, la víctima real de la corrupción de los poderosos.

    Por lo mismo el G-160 (los ciento sesenta países no desarrollados) debe ejercer la obligación y el derecho de decirles a los pasajeros de primera: «Ustedes no están pensando en salvarnos a todos sino en salvarse ustedes, y nosotros no estamos dispuestos a hundirnos con el Titanic para que ustedes se salven. En consecuencia, tomaremos nuestras propias determinaciones para tratar de salvarnos y de salvarlos a ustedes, si ello es posible, y no dejaremos que las determinaciones arbitrarias que ustedes veinte adopten vayan una vez más en perjuicio de los ciento sesenta que no hemos sido invitados a la discusión».

    Tal vez esta actitud firme y resuelta de los humildes países no desarrollados le haga entender al G-20 presuntuoso que, en medio de un naufragio y de una tormenta feroz, una orquesta no se oye bien. La paliza histórica que acaba de suministrarle el modesto equipo de Bolivia al invencible onceno argentino del gran Maradona, bien podría tenerse como el preludio de la zurra histórica que el G-160 tendrá que ajustarle al G-20.

  • Anónimo
    4 abril, 2009 at 7:14 pm

    El nuevo director del DNP no tiene ninguna experiencia en economía pública. En el Bid era una especie de jefe de comunicaciones. No conoce la economía colombiana. No se le conoce un solo escrito original. Pero nadie quiso aceptar el puestico.

  • Gheysel Naranjo
    4 abril, 2009 at 11:10 pm

    Bueno sería interesante que los países más poderosos encabezados por United Stated no sólo resolvieran los problemas a los grandes ricos que invierten en los bancos Suizos (y en islas y en bienes exóticos, yates, etc.), sino también destinasen dinero para la industria desamparada y así generar trabajo, donde entre otras países como Alemania tiene demasiado desempleo.
    Con respecto al futbol colombiano, sin palabras. Venezuela siempre le daña el paseo futbolístico, pero igual no sirvió de a mucho a la selección de mi país porque van re-mal. Definitivamente sí que falta, como dicen los estudiosos del tema, FÙTBOL OFENSIVO. ¿què es lo que hace falta?

  • Maldoror
    5 abril, 2009 at 1:19 am

    Alejandro:

    La estupidez y la maldad no son incompatibles entre sí….

  • Anónimo
    5 abril, 2009 at 5:51 pm

    Comparto la tesis de Alejandro «El paternalismo no es un subproducto de un estilo meticuloso de gobierno. Todo lo contrario: forma parte de la esencia de la doctrina uribista», Y eso lo aprendió muy bien el precandidato Andrés Felipe Arias, como lo deja ver en sus intervenciones.

    Desde su inicio el Gobierno Uribe se ha dedicado a decir y ordenar a sus gobernados que hacer como, actuar y como pensar, como si fueran niños chiquitos sin capacidad para discernir, ni si quiera lo que es bueno o malo para ellos mismos, basado en la profunda convicción de tener el poder para juzgar lo bueno y lo malo, lo debido y lo indebido, lo justo y lo injusto para ellos, desde una perspectiva totalmente parcial y viciada por la relación emocional existente entre un padre y un hijo.

    La expresión de Uribe «…Miro a mis compatriotas hoy más con ojos de padre de familia que de político» pone de manifiesto la importancia de la manipulación moralista por encima de el orden legal que debe regir el ejercicio del poder.

    El presidente y los seguidores de su doctrina deben entender y asumir la responsabilidad del carácter objetivo del ejercicio político y de su apego a la ley y al consenso, a la construcción social y no a consideraciones moralistas y a la actitud despótica.

  • SOROS
    7 abril, 2009 at 1:57 am

    Interesante el artículo del Sr. Gaviria, sin embargo me parece que juega con la palabra «paternalista» por cuenta de las «padres» palabras de Uribe. Mejor dicho, para él,el gobierno es paternalista porque Uribe quiere comportarse como un «padre», lo que Gaviria considera un abuso de poder. Pero veamos…

    Colombia, como cualquier otro país de América Latina, ha acostumbrado a su gente a vivir con las manos abiertas a la espera de recibir. Es el mismo patrón que sigue cualquier gobierno populista que pretende dar a sus «hijos» todo lo que pidan con el ánimo de mantenerlos en línea. Y es que argumentar que un gobierno es paternalista por el uso de la palabra «padre» me parece de poco peso y hasta risible. Un gobierno paternalista sigue el dictado de las novenas de aguinaldo.. «pide que todo te será concedido por los méritos de mi infancia» … trabaje o no trabaje, siempre y cuando no haga bulla ni proteste.

    Es un círculo vicioso: el pueblo que no exige de sus mandatarios porque este les satisface sus deseos, y el mandatario que por miedo a la bulla y las protestas no exige de sus ciudadanos.

    En América Latina, y eso que en Colombia, salimos hasta cierto punto favorecidos, hace falta una decidida inversión social en la educación, que no es otra cosa que el pilar fundamental para la tan deseada movilidad social. Hace falta menos tolerancia a la corrupción, para que quienes no estén en los círculos de poder tengan igualdad de opciones.

    Otra cosa es creer que todo viene por arte de magia. No. Esa movilidad social dentro de un mundo cada vez más competitivo requiere compromiso de parte del ciudadano. El gobierno da, pero el ciudadano debe también comprometerse con su propio desarrollo y reconocer que aunque no logremos el escenario deseado por ahora, hay que trabajarlo para cimentarlo hacia el futuro.

    Nadie cree en nadie. Todos marchan: marchan en Bolivia con el papá Evo, marchan en Venezuela con el papá Chávez, ruido de cacerolas y piquetes para la «mamá» Krischner, pitos y madres para el papá Uribe. Todos esperan más y más del estado, estados cada vez más débiles. Estados que reciben un espejo directo de influencia de países más equitativos difíciles de igualar sencillamente porque las realidades económicas son diferentes.

    Parecemos, todos, estar estancados en nuestro propio comportamiento de exigencias y comodidades independientemente de quien gobierne. Las corrientes alternativas demuestran tanta falta de respeto como las tradicionales. El «paternalismo» del Polo Democrático en Bogotá ha sido un fiasco, curiosamente enfrentado al exito de los en su momento «despiadados» Mockus y Peñaloza… un matemático y un ejecutivo que se acercaron a lo deseado como gobernantes. Claro está, tuvo que llegar el Polo para que los bogotanos se dieran cuenta que lo anterior, aunque muy criticado fue infinitamente mejor.

    Así que volviendo al tema, todos los gobiernos, por muy aparentemente democráticos o autoritarios que sean quieren tener a su pueblo tranquilo a través de «beneficios». Es mejor tenerlos bajo la ley del menor esfuerzo: la mano extendida para recibir del padre, que la mano levantada para trabajar y ayudar al padre a que le de lo que sea su obligación darle. Uribe paternalista, maravilloso fuera. El campo no estaría tan jodido como está!

    Saludos,

  • Sergio Fajardo
    15 julio, 2009 at 3:57 am

    Considero que el país necesita un nuevo aire a nuestra democracia tan golpeada.

    Un saludo