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Extravíos feministas

Esta semana, en su columna del diario El Tiempo, Florence Thomas argumentó que el aumento del embarazo adolescente tiene su origen en una imposición cultural, en una opresión simbólica; en lo que ella llama el desmesurado fetichismo de la maternidad. La maternidad, escribió, “es el proyecto de vida que la cultura promueve, un proyecto que obnubila todos los otros posibles que les permitirían (a las adolescentes) construirse como mujeres autónomas”. “¿Cómo culpar a las adolescentes —preguntó—, quienes, finalmente, no hacen más que cumplir el mandato cultural de ser madres a toda costa?”. Las adolescentes, sugiere Florence, son víctimas de la cultura dominante, de la fijación con la maternidad, incluso de sus mismos padres, quienes las obnubilan desde niñas con bebés de plástico y jugueticos de crianza, las causas remotas de los embarazos precoces.

La explicación de Florence es inadecuada y parcializada. Inadecuada porque la idealización de la maternidad es una constante, un fenómeno de larga duración, que no puede usarse para dar cuenta del aumento reciente de los embarazos juveniles. Y parcializada porque deja de lado la otra cara de la moneda, el revés del asunto: la devaluación de la vida de los hombres, los desechables de la cultura. Si uno quiere argumentar que la cultura les impone la maternidad a las adolescentes, debería también —por simple honestidad intelectual— indicar que la misma cultura les impone la violencia y los riesgos a los hombres. Las mujeres y los niños salen primero. Los hombres quedan atrás. Devaluados. Como dijo recientemente el psicólogo Roy Baumeister, para maximizar la reproducción, cada vagina cuenta pero muchos penes sobran. La mayoría son desechables. Prescindibles.

Florence y sus colegas sólo miran hacia arriba, hacia lo más alto de la sociedad, hacia donde están los mandamases de turno, políticos, presidentes de empresa, directores de orquesta, hombres en su mayoría. Pero, como ha señalado el mismo Baumeister, las feministas deberían también mirar hacia abajo, hacia el fondo, hacia donde están los relegados, los encarcelados, los informales, los muertos en combate o en los socavones, hombres en su mayoría. De los 3.000 soldados estadounidenses muertos en Irak, sólo 262 eran mujeres. De los 14 cadáveres encontrados en el campamento del Negro Acacio, sólo uno correspondía a una mujer. La proporción es semejante. Y refleja un sesgo cultural convenientemente ignorado por las feministas.

Las explicaciones feministas —incluida la de Florence sobre el aumento del embarazo juvenil— parten de una premisa equivocada. Suponen que la mayoría de los problemas sociales resultan de una conspiración masculina, de una estrategia cultural urdida por los poderosos y sus amanuenses. “El cuerpo femenino adolescente —escribió Florence— ha sido arrebatado por esta misma cultura y entregado a los hombres, quienes fueron proclamados como sus dueños, amos y señores”. Esta frase, esta forma de paranoia que parece percibir en cada hombre un O. J. Simpson en potencia, no sólo es equivocada; es también perjudicial. Confunde los diagnósticos e impide las soluciones.

El embarazo adolescente no es una imposición machista o una muestra de poder. Por el contrario, puede tener mucho que ver con el fracaso de los hombres. A diferencia de Florence, las mujeres jóvenes residentes en zonas marginadas conocen plenamente el fracaso masculino. Para muchas de ellas, la decisión de tener un hijo es también una abdicación, una reflexión sobre la imposibilidad de encontrar un hombre que produzca más de lo que consuma, un compañero de crianza por quien valga la pena postergar la maternidad y apostarle a otra cosa. Muchas adolescentes optan por la maternidad pues anticipan la ausencia de padres eficaces.

Cabría terminar, entonces, con la reiteración de un lugar común: los destinos de los hombres y las mujeres están íntimamente ligados. Así muchas feministas opinen lo contrario, si a los hombres les va bien, a las mujeres también. Y viceversa.

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  • Anónimo
    8 septiembre, 2007 at 3:59 pm

    Cuando leí el artículo de Florence no me sonó tan parcializado pero Alejandro me ha hecho caer en cuenta que efectivamente cuando se habla de embarazos adolescentes solo se mira un lado de la historia, la madres. Que pasa con los padres adolscentes? No son estos muchachos jovenes también víctimas de este flajelo? No son estas vidas también afectadas de manera permanente? Los último estudios muestran que en el largo plazo las niñas les va tan bien como les iba a ir en ausencia del embarazo, será esto cierto para los niños? No será que quienes terminan asumiento las pérdidas permanentes son los hombres? Los que por razones culturales tienen que ser los únicos proveedores de bienes y servicios para el hogar? Quizás estemos buscando las victimas en el lado equivocado de la ecuación.

  • Javier Moreno
    8 septiembre, 2007 at 4:06 pm

    Anónimo: Por lo general, los padres adolescentes desaparecen. No proveen, no sufren, no pagan nada. La vida no les cambia, ni siquiera temporalmente. Las madres adolescentes son también madres solteras. Los hijos de madres adolescentes no tienen papá.

  • Maldoror
    8 septiembre, 2007 at 4:41 pm

    Alejandro:

    Creo que esta columna tiene el problema, cada vez más generalizado, de convertir a los opresores en víctimas, es especial cuando uno habla de cuestiones de genero. Es cierto que los hombres son también víctimas del mismo sistema patriarcal dominante, pero no porque el sistema este hecho para convertirlos en victimas, y sobre todo, no porque el sistema este construido para oprimir a los hombres.

    Alejandro nos trata de conmover con datos: los hombres pueblan nuestras cárceles, mueren en nuestras guerras. Quizás eso tenga que ver con que socialmente se condiciona a que los hombres son «guerreros» «agresivos» y a que a ellos les queda bien expresarse a través de la violencia (lo cual da como resultado que en efecto muchos más hombres que mujeres peleen en guerras – usualmente guerras que se usan justificándose en un lenguaje masculino- o que los hombres cometan muchos más crimenes que las mujeres. Pero esas consideraciones no tapan el hecho de que el sistema prevalente es uno donde los hombres son privilegiados por encima de las mujeres, aún cuando haga victimas en su propia absurdidad a muchos hombres en el proceso.

    Contrario a lo que dice Alejandro, eso no es producto de una «conspiración» imaginada por las feministas de los hombres. Es simplemente una estructura social perpetuada fundamentalmente por hombres, porque en últimas los hombres han encontrado beneficio en ello (y no hay necesidad de pensar en una conspiración o una premeditación para entender la idea). Lo cual no quiere decir que los hombres no tengamos que asumir la responsabilidad de admitir que es inherentemente injusto y que somos responsables de ayudar a cambiarlo

  • Anónimo
    8 septiembre, 2007 at 5:57 pm

    la postura ideologica de alejandro,revela una insensibilidad colosal al sino de nuestras mujeres,sabe alejandro cuantas colombianas se prostituyen en colombia y en el mundo,ellas son avispadas ya que la gran mayoria o no queda embarazada o previene el embarazo,talvez alejandro le molestan mas las adolescentes que se embarazan que las que se prostituyen.

  • CarlosH
    8 septiembre, 2007 at 6:51 pm

    «Para muchas de ellas, la decisión de tener un hijo es también una abdicación, una reflexión sobre la imposibilidad de encontrar un hombre que produzca más de lo que consuma, un compañero de crianza por quien valga la pena postergar la maternidad y apostarle a otra cosa. Muchas adolescentes optan por la maternidad pues anticipan la ausencia de padres eficaces.»

    Como puede ser que anticipar que el niño no va a tener «padres eficaces» cree un incentivo a la maternidad adolescente?

  • Alejandro Gaviria
    8 septiembre, 2007 at 8:08 pm

    Quisiera reiterar algunas de las ideas de la columna para despejar algunos malentendidos. La primera: el embarazo adolescente no puede, en mi opinión, ser entendido a la luz de la obsesión feminista con los conflictos de género. Sergio, por ejemplo, cae inmediatamente en la retórica de las victimas y los victimarios, en la tentación de clasificar el mundo en buenos y malos para luego (previsiblemente) ponerse de lado de las victimas. Pobrecitas.

    Segunda idea: los hombres jóvenes son más proclives a la violencia, más propensos a dejar sus estudios tempranamente y a fracasar en el mercado laboral. Hoy en día en Colombia, a diferencia de México y Perú, por ejemplo, las mujeres son más educadas que los hombres.

    Tercera idea: el embarazo adolescente puede estar relacionado con el fracaso masculino. ¿Cómo? El mecanismo es sencillo, y ha sido ilustrado por varios estudios etnográficos realizados, entre otros, por William J. Wilson. Claramente un embarazo a temprana edad disminuye la probabilidad de que una mujer pueda entrar en una relación estable y duradera. Por lo tanto, las expectativas de una relación de este tipo son un contrapeso, un factor disuasivo para los embarazos. Pero cuando buena parte de los hombres son pandilleros o nómadas del rebusque o vagos sin futuro, las mujeres interiorizan la situación y deciden que no vale la pena esperar. Anticipan que sus hijos no van a tener “padres eficaces” y deciden quedar embarazadas. El documental La Sierra muestra de manera descarnada esta situación.

  • Alejandro Gaviria
    8 septiembre, 2007 at 8:17 pm

    ¿Qué piensa el anónimo 12:57 (creo que es Zangano) de la columna de Ramiro Bejarano de esta semana que quiere prohibirle a Lina Moreno expresar sus preferencias políticas? ¿No le parece la petición del columnista una forma descarada de machismo, una manera de exigirle a la primera dama que se calle la boca y se dedique a lo suyo, a hacer obritas de caridad? ¿O será que las tendencias feministas, la solidaridad con las mujeres, solo se expresa cuando conviene?

    A mi la columna de Bejarano me pareció repugnante. Para no hablar de la de Molano que termina soñando con la llegada de Marulanda a Caracas en medio de pompa y circunstancia.

  • Tarantini
    8 septiembre, 2007 at 9:59 pm

    Alejandro:

    Por fin una columna sobre machismo y feminismo que comparte mis íntimas ideas sobre el tema. Creo, con todo respeto por la mujeres y hombres feministas, que esta lucha entre los sexos es inocua, desgastante, rivalistas y no lleva a nada.

    Este tema del embarazo y los demás que afecten a mujeres y hombres se debe abordar desde el punto de vista de los derechos, que no tienen sexo, ni color, ni edad…, en donde los derechos son para todos sin distinción.

  • Anónimo
    8 septiembre, 2007 at 10:18 pm

    Javier Moreno:
    Existe la creencia generalizada que el padre desaparece una vez la niña queda embarazada y que no sufre ninguna consecuencia.
    No existe pues la demanda por inasistencia alimentaria?
    Sin conocer las cifras me parece aventurado lanzar una hipótesis al respecto, pero lo cierto es que la mayoría de padres de hijos de madres adolescentes que conozco sí responden al menos por la alimentación de estas criaturas. En ese sentido, se ven afectados por el evento, les toca al igual que la madre dejar de estudiar y proveer para la alimentación de cuanto niño vayan dejando por la vida.

  • Maldoror
    8 septiembre, 2007 at 11:11 pm

    Alejandro:

    No sé de donde saca que la columna de Ramiro Bejarano es machista. El argumento no es que Lina Marulanda no pueda expresar sus simpatías políticas por un candidato por ser mujer sino que al hacerlo está abusando de la posición política como primera dama. Cosa bastante distinta.

    Por otro lado, no entiendo su argumento sobre la posible explicación de porque las mujeres «anticipan» (¿Es acaso un fin inevitable el de una mujer terminar embarazada, para que sea algo que llegue «tarde» o «temprano»?) su embarazo ¿Si un embarazo a corta edad tiene los inconvenientes que ud menciona (destruye la posibilidad de entrar en una relación laga y duradera (entre otras cosas), que ganan «anticipando» el embarazo y además haciendolo con «vagos y pandilleros»?

    Tarantini:

    El feminismo no se trata de «una guerra entre sexos», sino de que las mujeres dejen de estar oprimidas por los hombres. Que eso implique muchas veces que las mujeres y las feministas tomen una postura beligerante contra esa situación, y que eso se confunda con un ataque a los hombres per se, no quiere que las feministas «odien a los hombres», como usualmente las quieren pintar

  • Tarantini
    8 septiembre, 2007 at 11:24 pm

    Maldoror o Sergio:

    Dos precisiones, una, es Lina Moreno, no Marulanda. La otra, estoy de acuerdo con usted que el tema feminista, en sentido estricto, no promueve el odio por los hombres, eso es una idea errada que muchos pregonan.

    Mi tema es simplemente mirarlo desde el punto de vista de los derechos, que son para todos, y en Colombia la Constitución Política, ha hecho un gran trabajo en ese sentido. Es un error simplificar los derechos de las mujeres y los hombres, con base en ideas feministas, que en veces enredan la consecución de los derechos de «ellas» y se focalizan en «ellos» como los personajes que impiden la realización de sus derechos. Los derechos de las mujeres y de los hombres deben «desexualizarse», si es que esta palabra existe.

  • Maldoror
    8 septiembre, 2007 at 11:28 pm

    Tarantini:

    Gracias por la correción

    Obviamente el paso más elemental es la igualdad de derechos ante la ley entre hombres y mujeres. Pero eso no quiere decir que las desigualdades se solucionen, o que sigan existiendo formas de opresión cultural y privadas contra las mujeres. Y también estoy de acuerdo en que la solución a estas no implica la creación de una serie de privilegios para las mujeres por parte del estado. Lo cual no quiere decir que esas desigualdades no existan o que no tengamos una obligación en solucionarlos.

  • JuanDavidVelez
    9 septiembre, 2007 at 12:13 am

    El otro dia me parecio escucharle a Lucrecia Ramirez que la probabilidad de que una niña con un hijo repita el
    embarazo antes de dos años es muy alta.

    Una cosa muy interesante de esta columna es que expone una hipotesis de las razones del embarazo adolescente. Entre
    otras cosas es una hipotesis que a mi me parece descabellada. Pero lo importante es que lo pone a uno a pensar que
    es posible que la causa del embarazo adolescente no sea simplemente la ignorancia que es lo que tratan de corregir todas
    las campañas.

    Y tambien con la columna caigo en cuenta que las campañas ponen a los hombres en el lugar de los malos, creando tal vez un incentivo para que los hombres no se preocupen en lo mas minimo por la posibilidad de un embarazo.

    El anonimo 10:59 me podria decir cuales son esos estudios? Porque esos estudios contradicen todo lo que yo he escuchado acerca del tema.

    Una cosita para el anonimo 12:57: Yo he visto que la gran mayoria de las prostitutas tuvo un niño (o varios) cuando era adolescente.

    Y acerca del anonimo 12:57, Alejandro Gaviria sabe cuantas prostitutas hay en Medellin ? Y valdra la pena hacer un estudio serio de que pasa
    con los hijos de las prostitutas?, me encanta pensar que tienen una buena vida cuando crecen.

  • Alejandro Gaviria
    9 septiembre, 2007 at 1:30 am

    Yo no estoy diciendo que las mujeres ganen alguna cosa anticipando el embarazo. Mi argumento es por el negativo: no pierden nada. En particular, no reducen la probabilidad de tener una relación estable que les aporte algo a ellas y a sus hijos.

    Hay muchos otros factores que inciden sobre el embarazo adolescente. Y seguramente mucho más importantes que el señalado en la columna. Yo simplemente quise mencionar un factor (no despreciable) que muestra que la vulnerabilidad (perdón por la palabrita) masculina puede incidir sobre la femenina.

    Sobre Lina Moreno, ella simplemente (con prudencia) está expresando sus preferencias políticas. Como lo hace Lucrecia Jaramillo o como lo hizo Hillary Clinton. O como lo haría cualquier persona en su posición con un mediano interés por la política.

  • Javier Moreno
    9 septiembre, 2007 at 2:01 am

    El anónimo dice: ¿No existe pues la demanda por inasistencia alimentaria?

    Claro, existen todas las demandas habidas y por haber. Eso no soluciona nada. Las mujeres no demandan. Los hombres se vuelan. Las demandas son un recurso de personas con ciertos ingresos, con cierta «clase social».

    Aunque no estoy hablando con cifras, tampoco lo hago desde los prejuicios. Mi madre es médica pediatra desde hace treinta años y lidia con madres adolescentes con pasmosa y creciente frecuencia. El caso genérico es una muchacha con un niño y sin un padre. Así crecen la mayoría de esos niños hoy en día. Llamando papás a los abuelos.

    Igual pasa, por cierto, en las comunidades negras en Estados Unidos.

  • Javier Moreno
    9 septiembre, 2007 at 2:04 am

    La columna de Molano, y la entrevista a los ex-guerrilleros en Barcelona, también hecha por Molano, están miedosísimas. Espero que alguien (¿Alejandro?) le responda algo a Molano en su próxima columna.

    Eso de soñar con un desfile militar para recibir a Chávez en Marquetalia me da escalofríos. ¿En qué diablos está pensando? (Por no hablar del «dirigente estudiantil» que dice que las FARC sólo quieren una «modernización del país» en la tal entrevista.)

  • Alejandro Gaviria
    9 septiembre, 2007 at 2:37 am

    En mi comentario anterior escribí “Lucrecia Jaramillo” cuando debí haber escrito “Lucrecia Ramírez”.

    J: Estoy de acuerdo. Lo de Molano está miedosísimo. Y lo de Yesid Arteta, macabro.

  • Anónimo
    9 septiembre, 2007 at 3:34 am

    Seguramente Bejarano quiere que gane Luís Pérez y así recuperar para su partido una parte del antiguo monopolio Liberal sobre la corrupción.

  • Juan Francisco
    9 septiembre, 2007 at 4:02 am

    Algo que me pareció muy interesante de la columna de esta semana es que, independientemente de la particularidad de la temática de los embarazos adolescentes, nos hace pensar sobre dos cosas:
    Primero: Que hay posibles hipótesis sobre el comportamiento social que se basan más en una desestimación de una probabilidad que en la ocurrencia de la misma.
    Segundo: Que tenemos una gran cantidad de información y de evidencia que parecen hacer innecesarias las especulaciones un tanto metafísicas tales como «estructura patriarcal» «opresión simbólica», conceptos que curiosamente nos alejan de las particularidades de cada fenómeno social porque consisten en confirmar siempre lo mismo, y que a su vez nos alejan aun más de poder confirmar otras posibles variables más constantes porque oscurecen las relaciones entre las evidencias reales y las posiciones teóricas que buscan más explorar la circunstancia que asegurar conceptos imprecisos y demasiado generales.

  • Maldoror
    9 septiembre, 2007 at 5:24 am

    Juan Francisco:

    No tengo ni idea que entienda ud por «especulación metafísica», pero «patriarcado» y «opresión» (no tengo ni idea quién está hablando de «opresión simbólica») definitivamente no tienen nada que ver con el término, porque ciertamente aluden a realidades muy concretas (digo, un tipo de sociedad donde los que dominan son los hombres, y la privación de libertades de una persona o un grupo de personas por otras). Es como decir que el termino «capitalismo» nos aleja de la realidad histórica de los últimos dos siglos porque el que lo usa no «analiza las particularidades» de cada coyuntura

  • galactus
    9 septiembre, 2007 at 7:48 am

    Yo creo que es obvio que el machismo en Colombia es grandisimo (y no es una teoria conspiratoria paranoica que se invento F.Thomas) y me parece tambien mas o menos logico que tenga alguna incidencia en las cifras del embarazo adolescente. Claro, no sera el unico factor (no creo ni mucho menos que F.Thomas proponga eso), ni explica el reciente aumento. El reciente aumento es probablemente una manifestacion exacerbada de factores que siempre han estado ahi.

  • Alejandro Gaviria
    9 septiembre, 2007 at 11:52 am

    El machismo es mucho menor en Colombia que en la mayoría de los países de América Latina, al menos si nos atenemos a los diferencias en el desempeño socioeconómico entre hombres y mujeres. El machismo es mayor en México, en Perú, en Chile, en Bolivia y sigue un largo etc.

    Retomando el comentario de Juan Francisco, yo creo que proponer un aspecto permanente de la cultura o de la economía para explicar un fenómeno de coyuntura es un error. Es como decir que el capitalismo es el culpable del surgimiento de Al-Quaeda.

    Como decía Estanislao Zuleta, si alguien se lanza de un sexto piso, no es un gran avance afirmar que al suicida lo mato la ley de la gravedad.

  • Anónimo
    9 septiembre, 2007 at 2:00 pm

    El Tiempo publicó hoy una nota sobre las andanzas políticas de doña Lina Moreno.

  • Jaime Ruiz
    9 septiembre, 2007 at 3:27 pm

    Con perdón, si la atribución a la «cultura» de los embarazos adolescentes no vale por ser éstos un fenómeno puntual y aquélla una constante, ¿se debe entender que la posible influencia del fracaso masculino es un fenómeno puntual en esos ambientes y no algo que ha ocurrido durante mucho tiempo? No es que no haya evidencia empírica, claro, sino que es difícil encontrarle límites: ¿a qué generación precisa afecta el fracaso masculino y a cuál la explosión de embarazos?

    Partiendo de una situación socrática (no tener ni idea), la explicación de los embarazos porque no vale la pena esperar a que los zascandiles que las muchachas conocen vayan a convertirse en padres modélicos suena poco convincente. Por el mismo motivo podrían hacerse lesbianas o meterse monjas, situaciones menos embarazosas. Tal vez valga buscar otras explicaciones, como la resistencia a la disolución en las drogas, la promiscuidad, etc. O aun la búsqueda del pretexto para librarse del acoso de los pretendientes no deseados. O simplemente la persistencia de una potente tradición natalista y aun de expectativas gratas para los vástagos, a fin de cuentas la esperanza de vida ha aumentado y aun los niveles de consumo. Sin la menor duda, la exploración empírica daría resultados de no ser porque los investigadores van aviados de todas las respuestas y antes de que vayan ya se tiene la explicación de la cultura patriarcal o algún otro fragmento de recitativo (ahora que estamos todos dolidos por la desaparición de Luciano).

    Más interesante en todo caso sería pensar en propuestas alternativas al embarazo, la más obvia y tal vez eficaz de las cuales sería la oferta de empleo. Seguro que si las muchachas cuentan con autonomía económica y un futuro promisorio hasta creerán en encontrar maridos de mejor estrato y en criar hijos como Dios manda, pero «la cultura» conspira para obstaculizar la creación de empleo, a tal punto que no aparece en la propaganda de los candidatos a la alcaldía de Bogotá: si Peñalosa termina perdiendo ante Samu (EL Moreno) habrá que preguntarle por qué no presentó una propuesta de apoyo a la creación de empleo que entusiasmara a la gente.

    Acerca del «feminismo» de Florence Thomas hay siempre un malentendido: una cosa es la reivindicación femenina, sin que importe el radicalismo con que se plantee, y otra el discurso de la «izquierda» o como quiera que se llame el anticapitalismo o comunismo. Al igual que con los homosexuales o con cualquier grupo humano que se pueda sentir potencialmente agraviado, los izquierdistas construyen un nicho retórico en el que cabe la oposición entre buenos y malos y de ahí sale la gran amalgama de pobres, musulmanes, feos, negros, envidiosos, mujeres, inmigrantes, heterodoxos sexuales o alimenticios, etc., todos unidos por su diferencia con el gran satán BUSH y sus siniestros designios y naturalmente comprensivos con el liderazgo de Chávez (hoy hay un artículo muy interesante de Vargas Llosa en El País sobre los atropellos israelíes en Cisjordania: para la ocasión los judíos ya van saliendo de la lista de agraviados y el patán antisemita resulta el defensor de los buenos). En España eso se ha llevado al extremo, sacaron una Ley de Violencia de Género que resucita una antigualla jurídica de la época nazi, el delito de autor (escuela de Kiel). La vicepresidenta es una «feminista» de ese estilo y es la principal promotora de ese odio al varón que tan rentable le resulta. En La obsesión antiamericana Revel denuncia algo similar con el ecologismo.

    Lo bonito es ese enorme mérito contracultural de la Academia: sea usted varón, patricio, rico, blanco, apuesto, de apellido anglosajón o alemán, etc., y dado que cae (parado) en el mundo al revés, es innegable que obtendrá todos los reconocimientos de la institución, con el conveniente papel sellado y toda la evidencia empírica que haga falta, y gracias a ello podrá formar parte de la contracultura y hasta conocer personalmente a Florence Thomas.

    Lo de Ramiro Bejarano parece tener poco que ver con el machismo y mucho con la cultura leguleya tan típica del país, en la que cualquier ambigüedad en las leyes se convierte en paradigma moral: lo espantoso no es que una persona sin pene opine de política, sino que se sospeche que lo hace en representación del presidente. Ésa es mi tierra, los políticos tienen prohibido participar en política, los académicos son unánimemente contraculturales, el mayor multimillonario promueve el terrorismo, por pura ingenuidad, claro, no lee su periódico porque se pasa el día dándose baños de oro en su depósito de monedas… A Bejarano lo resume la «addenda» de su artículo: No obstante que el Gobierno se ufana del crecimiento de la economía, continúan los lacerantes desalojos de los pobres deudores de créditos de vivienda. ¿Cómo se atreven a seguir cobrando las viviendas, no son un derecho acaso? Pero es la moralidad corriente.

  • Juan Francisco
    9 septiembre, 2007 at 3:39 pm

    Maldoror:
    No niego que los conceptos de «opresión simbólica» y «estrcutura patriarcal» no tengan un valor conceptual ni tampooco una validez teórica. Pero sí considero que existen problemas sociales que deben ser entendidos desde teorías más eficientes y particulares que sean construidas con una observación juiciosa de los hechos presentes y no con un afán confirmatorio de conceptos tan generales. Por ejemplo, en una misma familia puede darse el caso de una hija que logra llegar a la universidad y termina casandose. Y otra hija que queda embarazada siendo adolescente. Afirmar que la opresión simbólica de un sistema patriarcal es la causa directa del embarazo de la segunda no permitiría explicar lo que pasó con la primera hija. No se, pero difiero en la sobreestimación del machismo en colombia porque algunos estudios culturales han demostrado el papel fundamental de la mujer en la crianza de sus hijos y en el sostenimiento del hogar. Creo que no se debe confundir los problemas asociados con la pobreza y la ilegalidad con un supuesto orden imperante de discriminación a la mujer, siendo que el papel de la mujer en las transformaciones silenciosas de esta sociedad ha sido tan trascendental. Es importante entender los criterios de víctimas y victimarios dentro de un análisis funcional de un fenómeno en particular y con un determinado tipo de muestra. Si no hacemos esto seguiremos adivinando las mismas «teorías» de siempre.

  • Anónimo
    9 septiembre, 2007 at 3:50 pm

    una pregunta para alejandro,si los jovenes colombianos se prostituyeran para hacerse responsables de su progenie no planeada,estaria sosteniendo su tesis?

  • Alejandro Gaviria
    9 septiembre, 2007 at 4:11 pm

    Jaime:

    El fracaso masculino al que hace referencia la columna es un fenómeno reciente asociado a otro fenómeno que usted mismo señala: la desaparición del trabajo.

    Estoy de acuerdo con su énfasis en el trabajo como explicación del embarazo adolescente pero con un giro: el trabajo para los hombres jóvenes es tan importante como el trabajo para las mujeres.

    De otro lado, resulta parroquial, en mi opinión, asociar la unanimidad contracultural de la academia a un fenómeno colombiano. Las ciencias sociales en todo el mundo sufren del mismo mal. En los Estados Unidos, la unanimidad es completa. Casi ridícula. Joseph Epstein ha descrito a los sujetos en cuestión (los Florences Thomas o los Molanos de este mundo) de manera magistral:

    Se sienten simultáneamente muy superiores y enormemente infravalorados, por encima de sus colegas pero aislados de ellos, y por ende insuficientemente premiados y reconocidos. Evidencian una permanente decepción: se advierte que piensan que en cierto modo el mundo los ha defraudado. A veces esto se revela en forma de amargura general, y a veces adquiere la forma de una postura política radial y desesperanzada. No es muy difícil comprobar que estas posturas políticas con mucha frecuencia contemplan un complejo cambio y una reorientación de la sociedad para que gente como ellos puedan participar en el poder tal y como se merecen.

  • Apelaez
    9 septiembre, 2007 at 4:11 pm

    Sobre el tema de la Columna: La señora con acento frances lleva una eternidad encuadrando cuanto fenómeno social se le aparece en el discurso feminista. Para la señora con acento todo se reduce a la opresión patriarcal del macho latino y a las sumisas mujeres de por aca. Es básicamente, una mirada miope sobre todo.

    Sobre lo de Molano: Leo este columnista desde antes que lo fuera y, la verdad, algunos de sus relatos y crónicas me parecen entretenidas y bien escritas. Sin embargo, también me queda claro su escondido amor y respeto por la lucha guerrillera, y en especial, por la adelantada por su compañero de curso: Alfonso Cano. Supongo que un escenario ideal para Molano consistiría en ver al Polo democratico en el Poder, gobernando con una gran coalicion compuesta por los desmovilizados de las FARC con marulanda a la cabeza e imponiendo la receta chavista. Ese es el escenario deseado por el señor Molano y es por eso que a uno le parece tan macabro.

  • Alejandro Gaviria
    9 septiembre, 2007 at 4:21 pm

    Anónimo 10:50:

    Reitero mi idea: si a los hombres les va bien, si logran conseguir un trabajo, vislumbrar un futuro, ganarse la vida dignamente, el comportamiento de las mujeres puede cambiar para bien. Eso es todo. No es una idea original. Ha sido expuesta por sociólogos que han estudiado el mismo problema en los Estados Unidos. No es la única explicación del problema. Ni la más importante. Pero sí una que pone de presente que los futuros de hombres y mujeres están conectados.

  • Jaime Ruiz
    9 septiembre, 2007 at 4:36 pm

    Alejandro, sobre la contracultura, hace tiempo leí un texto muy divulgado de Nozick sobre la hostilidad de los intelectuales hacia el capitalismo. Creo que no se puede comparar lo que ocurre en Colombia con eso del resto del mundo por dos razones, la primera es la existencia de una guerra civil de baja intensidad (en ninguna otra parte podrían estar cobrando sueldos estatales los profesores por predicar el asesinato de los agentes estatales) y la segunda es el peso de esa clase de personas en la sociedad: la extrema afinidad entre los linajes poderosos, la «academia» y la opinión publicada en los medios describe la cúspide de un orden social que tal vez no aparezca en los (stamped) papers pero de la que hay suficiente evidencia empírica.

    No vale escandalizarse por lo que dice Molano ahora, ¿nadie leyó a Daniel Samper esta semana? ¿Y a Duzán? ¿Y el editorial de El Tiempo sobre Chávez? La búsqueda del premio del terrorismo no es una causa personal de ese patricio brutal (buen escritor, por lo demás), que dedicó una columna a protestar porque le había tocado barrer, sino un designio unánime de toda la casta dominante.

  • Maldoror
    9 septiembre, 2007 at 4:42 pm

    Juan Francisco:

    Aún no sé de que habla con «opresión simbólica» (no recuerdo que yo o alguién haya usado la expresión). Para el caso de la columna, el punto no es que Alejandro no tuviera razón en demandar una explicación más específica para el embarazo de las mujeres adolescentes en esta coyuntura particular. Si se hubiera quedado ahí, no tendría nada que decir. El problema es que Alejandro pretende hacernos creer que las feministas interpretan el mundo como una «conspiración» de los hombres contra las mujeres, y además pretende hacernos creer que en una sociedad patriarcal los hombres son igualmente victimas de la opresión que la mujeres. Yo lamento diferir.

    Ahora, con respecto a la explicación que ofrece Alejandro, sigue partiendo de toda una serie de supuestos extraños: que las mujeres tienen el afán de tener hijos, y que en x circustancias preferirán tenerlos más temprano que en y circustancias. Pero la pregunta sigue siendo ¿De donde sale la idea de que las mujeres quieren ser madres, como si eso fuera algo inevitable en el transcurso de su vida? ¿Peor aún, porque querían tener hijos en un momento tan desventajoso de su vida, con hombres que «han fracasado» o parecen estar condenados al fracaso?

  • Maldoror
    9 septiembre, 2007 at 4:52 pm

    Alejandro:

    Sobre su cita de Epstein….no es ni mucho menos que los intelectuales neoconservadores como Epstein se les aplique…al fin y al cabo ellos ya participan del poder directamente, nutridos por los dolares de Think Thanks y de puestos en el gran gobierno que dicen despreciar

  • Apelaez
    9 septiembre, 2007 at 4:56 pm

    Maldoror: La idea de querere ser madres es una constante cultural y se explica básicamente por la supervivencia de la especie.

    Supongo,claro, que usted querrá una explicación mas conspirativa y menos básica. Adelante, diga que se debe a un dispositivo de poder destinado a oprimir a las mujeres, y eso si, no se olivide de usar prefijos como post, uber, y palabras con muchos guiones.

  • Maldoror
    9 septiembre, 2007 at 4:59 pm

    Apelaez:

    No necesito apelar a subterfugios post modernistas para decir que la idea de ser madres es una imposición cultural. Peor aún cuando se la meten a una mujer en una condición socio ecónomica desfavorable. Pero si esa idea tan complicada requiere prefijos y guiones para que le entre en la cabeza, entonces no soy la persona indicada para lograr dicho cometido

  • Alejandro Gaviria
    9 septiembre, 2007 at 5:09 pm

    Sergio:

    ¿De dónde saca que Epstein es un neoconservador? Fue editor del American Scholar durante veinte años y profesor de Northwestern University. Ha publicado sus artículos en revistas centristas (en su mayoría afiliadas al partido demócrata). The New Republic es un buen ejemplo.

  • Apelaez
    9 septiembre, 2007 at 5:10 pm

    Es una imposicion cultural con un claro sentido biologico. Si las mujeres no quisieran ser madres, la especie estaria en peligro.

  • Maldoror
    9 septiembre, 2007 at 5:15 pm

    Alejandro:

    Epstein ha escrito desde años en Commentary (bastión por excelencia del neoconservatismo desde su orígenes) y en The Weekly Standard. Y muchas de las cosas que dice sobre los intelectuales son parte de todo un discurso anti intelectual de círculos conservadores y sus teorías de «La Nueva Clase»

  • Maldoror
    9 septiembre, 2007 at 5:16 pm

    Apelaez:

    Yo no estoy diciendo que la maternidad no tenga bases biologicas. Lo que estoy diciendo es que la idea de que el ROL social de la mujer es ser madre (antes que cualquier otra cosa) es una imposición cultural.

  • Apelaez
    9 septiembre, 2007 at 5:30 pm

    cultural Y BIOLOGICA

  • Anónimo
    9 septiembre, 2007 at 6:04 pm

    Sr. Gaviria:
    Quisiera decir que me sorprende leer a un académico que se dedica a construirle justificaciones intelectuales a los prejuicios mas vulgares, pero desafortunadamente no, conozco muchos otros como Ud. muy queridos, respetados, que dirigen grupos de investigación y que incluso posan de defensores de la mujer. Creo que por su lógica y argumentacion, su columna se puede poner al lado de los productos de ‘historiadores’ y ‘científicos’ que pretenden ‘revisar’ la historia del holocausto o sustentar el diseño ‘inteligente’. A Ud., al igual que a los jerarcas religiosos y políticos que buscan imponer leyes sobre el aborto, le falta atender la opinión y la experiencia de las personas directamente afectadas por el problema, es decir, las mujeres. Sospecho, sin embargo que eso es precisamente lo que Ud. busca: ‘refutar’, desdeñar como ‘infundadas’ las posiciones de las mujeres, especialmente de las que tienen alguna reputación, formación o independencia de criterio para opinar sobre sus asuntos. Por eso necesita utilizar el mote explicaciones ‘feministas’, en su acepción de prejuicio, para evitar decir explicaciones de algunas mujeres, o de estudiosas de cuestiones de género.
    ¿Existe un mandato cultural cultural para que las mujeres sean madres muy jóvenes y a toda costa? Sí; ¿es exclusivo de Colombia?, No; ¿Qué tan extendido y arraigado esta en Colombia? Muchísimo. Es pura manifestación de niveles socioeconómicos o educativos? No. Aquí es importante añadir que por cuestiones de crianza, oportunidad y personalidad algunos hombres colombianos ricos o pobres, con educación formal o sin ella logran desconocer ese mandato, pero son la excepcion no la regla. ¿Por qué? porque les es muy difícil sobrevivir a la exclusión y el ostracismo por parte de los hombres y mujeres ‘socialmente adaptados’. ¿Quién lo dice? Una mujer como yo, muchas otras mujeres de diversas procedencias y ‘estratos’ y desde luego algunos hombres que no se niegan a percibirlo. Que el machismo es menor en Colombia que en otros países de Latinoamérica es un mito, parecido al de que en Colombia tenemos la democracia mas sólida de Latinoamérica o al de que hablamos el mejor español del mundo. Medir el ‘machismo’ no es cosa tan fácil ni equivale a contar número de empleadas, o de graduadas, o de mujeres que han llegado a posiciones de primera magistatura. Si así fuera, paises como Pakistan, India, Filipinas y hasta la inglaterra de Isabel I serían modelos de paraísos para la mujer. El problema se hace más complejo porque el machismo en los niveles socioeconómicos y educativos bajos se manifiesta en forma abierta, descarada y burda; pero en estratos altos y ámbitos académicos toma formas solapadas, refinadas e ‘intelectualizadas’, como la de su columna.
    Desde una perspectiva puramente personal, mi opinión corresponde a la de una mujer que decidió desobedecer ese mandato, pues como hija de madre soltera y joven, no tenía ningún interés en repetir la historia. Pero ¿qué les pasa a aquellas ‘rebeladas’ como yo contra el mandato, que deciden, por ejemplo, forjarse una preparación profesional completa antes de encaminarse en la maternidad? Que en la letra pequeña del trato, la que no nos molestamos en leer se incluye ‘la probabilidad mayor que el 90%’ de quedar de por vida sin pareja y sin hijos. No porque una cosa tenga algo que ver con la otra, sino porque ese es el esquema mental con que han alimentado a nuestros niños y niñas desde la cuna. Este esquema mental es tan fácil de absorber y tan difícil de notar, que se manifiesta aún en los templos más sagrados de la intelectualidad. ¿Cómo? Con estudiantes universitarias que repiten desde el primer semestre como discos rayados que tienen que apurarse no a graduarse sino a ser madres, no sea que lleguen a los 30; con profesores que ven en las aulas un escenario más para ejercer su masculinidad y la ejercen en formas desde el coqueteo tímido hasta el vulgar acoso con toda naturalidad, especialmente con las alumnas mas jóvenes. Nunca entendí como se puede considerar que un ambiente donde el asedio sexual es permanente sea apropiado para estudiar, pero por ahí hemos tenido que pasar muchas. Algunas de las solicitadas terminan participando en el juego de buena gana, pues han absorbido muy bien el programa de que lo que hay que lograr en la vida es que caiga un ‘pez gordo’ aunque cuente con 20 años mas que ellas. Para hacer justicia en la logica del Sr. Gaviria deberia mencionar que tambien conoci el caso de un compañero de universidad desprevenido de menos de 18 años, que sufrió el asedio sexual de un profesor homosexual y creame que el muchacho quedo profundamente afectado. Sin embargo, esa es la constante para las mujeres colombianas en las aulas, los recintos exclusivos, el ‘jet-set’, la calle, el bus, la plaza de mercado y la familia experimentamos que la manera principal de ejercer la masculinidad es como el asedio de una ‘presa’, especialmente si está bien tierna y carnosa; asedio que bienvenido o no, solicitado o no, es permanente. El ejercicio es ‘coronar’, obtener un trofeo vistoso y, como no, embarazar.
    Esa manera de ejercer la masculinidad está en conflicto claro con la mujer poderosa, la autosuficiente, la educada o la independiente, por eso la mayoría de los hombres no se atreven con ellas y se justifican como ‘confundidos’, ‘asustados’ por la mujer moderna. Por eso, como reflexionaba Isabella Santodomingo, los caballeros las prefieren brutas (y, debió añadir, tetonas, bonitas y adolescentes). Nos enteramos recientemente de que el fenómeno se da incluso en la guerrilla ‘donde una chica con pechos grandes y cara bonita puede desestabilizar un mando que ha estado junto por mucho tiempo’. ¿Y en la academia? Nuestros pares deciden que prefieren formar parejas con mujeres de menos preparación, exageradamente más jovenes que ellos, ojalá bien dependientes y con total vocación de hogar. Con nosotras se sienten ‘inseguros’. Presionan a las elegidas a estancar sus carreras o les rechazan cualquier deseo de promoción. Vaya sorpresa ¿por qué será que en los Estados Unidos se desvelan por no poder mantener más mujeres en la plantas académicas por encima de los niveles ‘de entrada’ o ‘junior’?. Pero además tenemos colegas hombres que se sienten ofendidos si los instruye una mujer, que sienten verdadera urgencia de descalificar la expresión de cualquier mujer ilustrada, minar cualquier signo de autoridad intelectual con figura femenina, refutar con las lógicas mas hipócritas y retorcidas cualquier opinión que exprese una mujer, porque cualquier mujer con opinión fundada no es una mujer es una ‘feminista’.

    Esperanza

  • Alejandro Gaviria
    9 septiembre, 2007 at 10:29 pm

    Esperanza:

    Su comentario vuelve sobre lo mismo. Sobre el estereotipo masculino. Sobre el hombre temeroso de la mente de la mujer y deseoso de su cuerpo. Sobre el predador sexual y el agresor intelectual. Sobre los machos que se sienten en este mundo como en su casa –como decía el poeta José Manuel Arango-, que todo lo consideran suyo, que quiebran y arrancan. Hasta la previsible alusión a Isabella Santodomingo aparece allí.

    El dialogo de sordos es a veces la mejor opción. Esta es una de esas veces. Después de leer su cometario, las dudas sobre lo que escribí en la columna –cuesta decirlo—desaparecieron completamente.

  • Maldoror
    9 septiembre, 2007 at 11:04 pm

    Alejandro:

    Si hablamos de estereotipo, creo que el suyo de la mujer que se sienta a esperar su príncipe azul para procrear, no es mucho mejor. Y al menos los que dice Esperanza se basa en su experiencia personal. Pero ud bien lo dijo, esto es un dialogo de sordos, y los hombres nos encanta taparnos los oídos a lo que tengan que decir las mujeres

  • Alejandro Gaviria
    9 septiembre, 2007 at 11:33 pm

    Sergio:

    Nada de lo que he dicho justifica su afirmación. A mi no encanta taparme los oídos cuando hablan las mujeres. En mi trabajo y en mi vida personal usualmente oigo más a las mujeres que a los hombres. Y muchas de ellas –la gran mayoría—se moriría de la risa con la perorata de Esperanza.

  • Jaime Ruiz
    10 septiembre, 2007 at 12:23 am

    Yo sí creo que hay mucho machismo, de otro modo todos estarían dispuestos a reconocerle a Esperanza los méritos intelectuales y la objetividad de Ramiro Bejarano.

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 2:13 am

    Alejandro:

    Pues no se le nota, pa que.

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 2:35 am

    Alejandro,

    Lamento meter la cucharada, pero creo que el post de Esperanza demanda una respuesta mejor que la que dio. La respuesta es tipica de alguien que se quedo sin argumentos. Creo que ahi hay cosas interesantes que vale la pena mirar con mas detenimiento: es claro el tono feminista, pero no por eso hay cosas que sean falsas. El machismo es una expresion cultural claramente observable, aunque como siempre pasa, puede ser mas facil de identificar para el observador externo o para la mujer.

    Por otro lado, andaba pensando en mirar como construir un indice de machismo con informacion de las encuestas (y del Censo, si es que algun dia lo sueltan en el DANE!). Por ejemplo, la proxy de fertilidad adolescente parace ser inapropiada, por lo menos de acuerdo con la intuicion que tengo (que puede estar igualmente equivocada, por supuesto) y los datos de Profamilia. Lo que los datos muestran de manera contundente es que las caracteristicas socioeconomicas explican principalmente la fecundidad adolescente. El paso de aca a una actitud machista no es tan facil de dar (aunque uno podria argumentar muchas cosas por supuesto, muchas de ellas razonables como por ejemplo que las oportunidades de trabajo y la calidad de los mismos es menor para las mujeres) y otro tipo de proxies parecen ser mas apropiadas:

    1. Papel de la mujer en la sociedad (por ejemplo, diferencias de genero por tipos de trabajo, y como han cambiado en el tiempo, es decir, por cohortes de edad y genero).

    2. Infidelidad: hay regiones en Colombia en donde es socialmente aceptado que el hombre tenga una o varias amantes o mujeres por fuera del matrimonio o relacion.

    3. Aspiraciones de las ninias: como muy bien lo dice Esperanza, las aspiraciones de los ninios se moldean desde el hogar y el colegio (y universidad), asi que seria divertido mirar directamente si hay diferencias de genero.

    Los primeros dos intentan medir el machismo por sus efectos (algo como un «machismo revelado») y el segundo en las aspiraciones. Sin lugar a dudas, en la generacion de mi mama o mi abuela, las mujeres aspiraban a casarse. Pasa lo mismo hoy? Por mis conversaciones con mujeres la respuesta es que no, por lo menos no en esa intensidad. Pero por supuesto aca hay un sesgo claro socioeconomico, asi que mi escasa experiencia no se puede generalizar. Que piensa una mujer pobre? O una mujer educada de otras regiones? No lo se…

    DV (sin tildes)

    pd. Apelaez, lamento tambien meter la cucharada en su discusion con Maldoror, pero creo que tiene que dar un mejor argumento que el biologico. Las explicaciones biologicas o evolutivas tienen umbrales de tiempo tan grandes (los fisicos de la epoca de Darwin se rieron de su teoria de la evolucion porque no cuadraban con sus calculos de la edad del universo… no sobra decir que la pelea la gano Darwin) que solo por esta razon la gran mayoria de explicaciones biologicas o evolutivas de fenomenos sociales han sido desechadas (por ejemplo, homosexualidad). Con estos espectros temporales tan grandes, la explicacion cultural (los llamados «memes») tiene mayor validez.

  • Javier Moreno
    10 septiembre, 2007 at 6:51 am

    El índice de machismo debería incluir también el número de mujeres maltratadas por sus maridos. (Que, entre otras, creo que es más fácil de calcular que el de los maridos infieles que propone Daniel. Aunque uno no sabe. Muchos de esos casos nunca se denuncian.)

  • Anónimo
    10 septiembre, 2007 at 9:20 am

    la deformacion machista en el razonar de alejandro lo lleva a declarar la incapacidad moral e intelectual de la mujer colombiana,en cuanto acomportarse»bien»que el supedita al empleo de sus dulcineos.
    por favor alejandro!

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 12:00 pm

    Javier:

    Y los índices de violaciones también habría que meterlos en ese análisis.

  • Alejandro Gaviria
    10 septiembre, 2007 at 12:24 pm

    Buena la idea del índice del machismo. Doy algunos datos de memoria. En el logrs educativo de las mujeres (con relación al de los hombres), Colombia tiene los indicadores más favorables de América Latina. En violencia intrafamilar, los indicadores recopilados hacia unos años por el BID nos ubican en el promedio regional. No hay indicadores comparables de brechas salariales, pero éstas han disminuido sustancialmente. En cuanto al mercado de trabajo, Colombia también es líder regional, en un sentido positivo. El Tiempo publicó la reseña de un reporte al respecto hace unos meses.

    Claro que el machismo es un problema. Pero la pregunta de Daniel es por su nivel relativo. Y allí me parece que no estamos tan mal.

  • Apelaez
    10 septiembre, 2007 at 1:09 pm

    Daniel: La idealización de la maternidad es exactamente eso: un meme. Un meme que tiene la clara función práctica de perpetuar la especie.

  • Apelaez
    10 septiembre, 2007 at 1:11 pm

    Alejandro o Daniel: estuve mirando que el Dane no quiere entregar los microdatos porque según el director saliente «se viola la intimidad». Y justifica su posicion en que en EE.UU esta informacion no se entrega. Pregunto: Es todo esto verdad? y Porque realmente el DANE no quiere entragar la info??

  • Alejandro Gaviria
    10 septiembre, 2007 at 1:23 pm

    En los Estados Unidos, la información se le entrega a todo el mundo. Usted mismo puede ir a la página del Censu Bureau y descargar los datos de las encuestas o del mismo censo. Yo lo hice, por ejemplo, para mi trabajo sobre los emigrantes colombinos. En algunos casos específicos, cuando se piden datos especiales, hay que firmar acuerdos de confidencialidad.

    No entiendo las razones del Dane. Pero no es difícil ser suspicaz. En cuanto al censo, al menos, el Dane sabe que si los datos se hacen públicos, el escrutinio general puede revelar algunas verdades inconvenientes.

  • Apelaez
    10 septiembre, 2007 at 1:31 pm

    Patetico entonces el pataleo del señor del DANE

  • panOptiko
    10 septiembre, 2007 at 1:43 pm

    Perdon por meter la cucharada sin mucho tiempo para las replicas necesarias, pero queria annadir, en linea con Alejandro, como la discusion deja en la sombra una de los problemas que considero mas graves de la sociedad actual: el menos precio por el ejercicio de la maternidad.

    Saludos,

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 2:02 pm

    Para Apealez y Daniel:

    Uds hablan de memes, pero quizás el concepto no sea más que una de esas teorias que explican todo y la vez no explican nada.

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 2:38 pm

    Alejandro,

    Aunque las comparaciones internacionales me parecen interesantes e importantes, lo que me parece más interesante es hacerlo a nivel nacional. A nivel internacional no se puede decir mucho interesante, mientras que a nivel nacional lo que a uno le gustaría es garantizar el acceso igualitario para hombre y mujeres a derechos y libertades (capacidades).

    Apelaez,

    Que usted le cambie el nombre al fenómeno no cambia la validez de su afirmación. Hay dos hipótesis contradictorias: (1) la idealización de de la maternidad tiene una función biológica y (2) la idealizacióno de la maternidad es un fenómeno social que tiene como objetivo el control de un grupo particular.

    Aunque el argumento biológico es intuitivo, me parece que hay un hueco en la argumentación que usted puede dar al respecto. Una acción se justifica evolutivamente si da una ventaja relativa en términos del número de descendientes del individuo. En este sentido, una sociedad machista debería tener una ventaja sobre una sociedad feminista, para dar un ejemplo en el otro extremo del espectro. Y acá es donde está el problema en la argumentación: ¿Es esto verdad? Yo no veo por qué esto es verdad como verá a continuación.

    Le pongo un ejemplo que se me viene a la mente ya. Hay especies de arañas en donde la hembra se come al macho después de haber copulado. Este es un ejemplo biológico de feminismo extremo, así que ninguno de los dos extremos parece tener una ventaja evolutiva.

    DV

  • Apelaez
    10 septiembre, 2007 at 2:48 pm

    Daniel, un ejemplo que da Gilbert el tocayo suyo. Una comunidad ultra radical en el siglo diecinueve optó por observar al pie de la letra los principios cristianos contra la sexualidad, el resultado: hoy quedan solo unos vejetes y la comunidad se extinguio.

    La idea de la maternidad (y no me estoy metiendo con el feminismo ni nada de eso) como algo que genera felicidad, es un mecanismo cultural que tiene una finalidad clara: perpetuar la especie.

    Si, pensando hipoteticamente, la maternidad se devaluara a tal punto que se convirtiera en algo indeseado, cual seria el resultado?
    Problemente la extinción de la especie. (o una dismunición extrema del crecimiento de la población)

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 2:49 pm

    PanÓptiko,

    Estoy de acuerdo con usted. De hecho hace rato vengo pensando en un problema en economía laboral que aunque parece haber sido resuelto por los economistas, a mí no termina de convencerme: ¿Por qué las mujeres ganan en promedio menos que los hombres que tiene condiciones similares de educación, clase social y experiencia? Este hecho empírico se ha encontrado en casi todas las sociedades occidentales por lo menos. Otro hecho empírico relacionado es ¿Por qué las mujeres se educan en promedio más que los hombres, al menos en el mundo desarrollado (aunque Alejandro comentó algo similar para Colombia antes)?

    La respuesta de los economistas es loca, como casi todas las respuestas de los economistas. Para la primera la intuición es sencilla: contratar a una mujer es más costoso que contratar a un hombre, dado que las mujeres deben tomarse varios meses por el embarazo y parto, meses que resultan costosos para una empresa que desea «maximizar sus utilidades» (que es el objetivo que se le asigna a las empresas en los modelos económicos). La manera de compensar por esto es una menor remuneración mensual: mejor dicho, la mujer paga por una responsabilidad biológica que tanto hombres como mujeres valoramos. Esto no suena muy bien y tiene que ver con lo que usted menciona.

    La respuesta para la segunda es un poco loca: antes de empezar a educarse (o durante el proceso) las mujeres hacen un análisis costo-beneficio de cuántos años tienen que educarse para compensar por las diferencias salariales mencionadas arriba. Una mujer racional (en el sentido económico, por supuesto, que tiene poco de racional) concluirá que debe educarse unos años más para compensar por esto. La respuesta es absurda por muchas cosas: qué información tiene alguien que está empezando a educarse sobre las condiciones del mercado laboral, y mucho más importante, sobre las condiciones del mercado laboral en su área de estudio (que por supuesto también fue seleccionada racionalmente)? Yo dudo mucho que la gente decida qué quiere y cuánto estudiar con esa información.

    Pero bueno, la pregunta entonces es cuál es la solución para ese menor valor que la sociedad le otorga al embarazo? La respuesta es difícil: uno podría intentar meter legislación que obligue a la paridad de salarios cuando mujeres y hombres tengan las mismas capacidades. Pero esta solución tiene problemas: por un lado, se le está metiendo más inflexibilidades al mercado laboral. Por otro lado, garantizar el cumplimiento de la ley parece tremendamente engorroso: supongamos que una mujer piensa que la empresa dejó de contratarla cuando el otro tipo tenía menos capacidades que ella. (1) ¿Cómo lo sabe ella? (2) ¿Cómo se miden estas capacidades? (3) La empresa tiene que demostrar que efectivamente el contrato se hizo siguiendo la ley. La mujer siempre tendrá incentivos para demandar a una empresa, así no tenga la información suficiente, a menos que se le ponga una multa que compense los gastos y tiempo de la empresa.

    Creo que ese es un cambio cultural importante que se debe dar, pero es difícil saber cómo implementarlo.

    DV

  • Alejandro Gaviria
    10 septiembre, 2007 at 2:52 pm

    Complemento lo de apelaez:

    Las hipótesis culturales y biológicas no tienen que ser contradictorias. Los genes pueden estar detrás de los memes. El ejemplo típico es la prohibición del incesto, una norma cultural bastante generalizada que seguramente tiene un trasfondo biológico.

    En muchas culturas, existe una idealización de las mujeres de caderas anchas, un referente claro a la fecundidad que puede tener raíces biológicas pero que es en esencia cultural.

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 2:55 pm

    Bueno y voy a ser políticamente incorrecto. En mi escasa experiencia, me ha parecido que tanto en la universidad como en el mercado laboral, las mujeres atractivas se benefician más que los hombres igualmente atractivos. Niñas lindas sacan mejores notas que niñas menos lindas y que niños lindos y feos. Niñas lindas y algunas veces menos capaces son monitoras, asistentes de investigación, etc.etc.etc. Niñas y lindas, y algunas veces menos capaces tienen puestos de trabajo cuando no lo merecen.

    Ese machismo beneficia solo a unas pocas, pero las beneficia.

    Ahora, cuál es el argumento para esto? Se me ocurre que la explicación se encuentra precisamente en el corazón de una sociedad machista: los hombres son en general más coquetos, abiertamente, que las mujeres. O mejor, los hombres son mucho más abiertos para tratar de levantarse a la estudiante que una mujer.

    Puedo estar equivocado, pero suena coherente por lo menos.

    DV

  • Alejandro Gaviria
    10 septiembre, 2007 at 3:03 pm

    Estoy de acuerdo con Daniel. Creo que las normas sociales son claves para garantizar la igualdad de la mujer. Estas normas, en mi opinión, deben surgir de un consenso, de un acuerdo entre hombres y mujeres, de una cooperación efectiva, y no de un conflicto como plantean las feministas.

    Daniel: existe un paper de otro tocayo suyo Daniel Hemermesh que mide los efectos de la apariencia sobre los ingresos laborales.

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 3:06 pm

    Apelaez y Alejandro,

    El problema de adaptar estas explicaciones biológicas al ser humano tiene que ver con la capacidad del hombre de responder racionalmente a cambios en el medio ambiente. Como el ejemplo de las arañas sugiere, ni siquiera cuando el comportamiento es instintivo y no racional, la hipótesis tiene una explicación evolutiva congruente: es posible encontrar especies en el reino animal y vegetal de feminismo extremo (comerse a la pareja después de «comerse» a la pareja tiene que ser un ejemplo de extremismo) sin que esto represente su extinción.

    Ahora, volvamos al ser humano (o al hombre, para que las feministas pongan el grito en el cielo): es posible imaginarse una sociedad en donde el hombre realice todas las tareas de la mujer, a excepción del embarazo y parto por supuesto, sin que haya extinción de la especie humana? Por supuesto que si y creo que tiene que ver con lo que PanÓptiko mencionaba sobre el valor del embarazo.

    No hay ventajas biológicas de la sociedad machista en comparación con la soceidad feminista, a menos que, como Apelaez sugiere, las mujeres decidan dejar de tener hijos. Pero esto no tiene sentido: de hecho, las mujeres podrían utilizar esto para renegociar el contrato social, pero la amenaza no tiene mucha credibilidad, pues tiene que ver con un instinto animal no racional. La pregunta entonces es: ¿Por qué no lo han hecho?

    DV

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 3:08 pm

    Alejandro:

    ¿Por qué las mujeres requieren de un «consenso» para que les trate como seres humanos iguales a su congeneres hombres?

  • Alejandro Gaviria
    10 septiembre, 2007 at 3:15 pm

    Sergio:

    el cambio social requiere consenso: eso debería saber más o menos evidente para un historiador.

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 3:22 pm

    Alejandro:

    EL consenso no es la única forma de cambio histórico, o no ha oido hablar de las revoluciones o las formas activas de resitencia. Igual ud no entendió mi pregunta…mi pregunta es porque las mujeres requieren sentarse a esperar a negociar un consenso para obtener lo que es legitimamente suyo, sólo para que podamos evitar «el conflicto» (que supongo, no figura entre su lista de elementos de cambio social tampoco).

  • Alejandro Gaviria
    10 septiembre, 2007 at 3:33 pm

    Yo he oído hablar de las revoluciones y he leído sobre ellas. Y me imagino (pero es mejor no hacer suposiciones) que usted sabe que las revoluciones nunca fueron tan revolucionarias como creyeron sus promotores y que estuvieron precedidas de grandes cambios culturales y científicos.

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 3:35 pm

    Maldoror,

    Aunque usted tiene razón en que no es necesario el «consenso», así como que tampoco las mujeres deban esperar a que los hombres «decidan a sentarse a negociar con ellas», lo que Alejandro sugiere es un paso racional a un estado social igual de racional.

    Lo que a mi molesta del feminismo creo que es parecido a lo que le molesta a Alejandro y a otros foristas: poner esto como una lucha de géneros y de dominación con una víctima y victimarios claramente diferenciados. Un estado social donde hombres y mujeres tengan los mismos derechos es totalmente razonable y ponerlo como una lucha de mujeres contra hombres me parece molesto. En este sentido, creo que Alejandro aboga por un consenso racional.

    Ahora bien, la pregunta es: ¿si esto no pasa, qué pueden hacer? Es interesante que la revolución femenina parece no haber surgido de la acción explícita de la mujer, sino como un «by-product» de un cambio tecnológico claro: la píldora.

    ¿Qué deben hacer las mujeres? ¿Esperar que haya otro cambio tecnológico/social exógeno fuerte, como por ejemplo la posibilidad de reproducción sin necesidad de la mujer? ¿Amenazar con igualdad de derechos o fin de la especie? Es difícil. A mi me gusta pensar que una salida racional se puede dar, pero esto por supuesto es idealista y desconoce la historia reciente.

    DV

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 3:43 pm

    Alejandro:

    Lo felicito, aunque todavía no haya respondido a mi pregunta. Y si, si he leído sobre revoluciones y sé muy bien que muchas no solo no han sido «tan revolucionarias» sino que han terminado siendo peor que el mal que pretendían combatir. Lo cual no quiere decir que muchos de los motivos e ideales en que estaban inspiradas no estaban plenamente justificados.

    Daniel:

    Si a ud le molesta la idea de que en efecto las mujeres son victimas de los hombres, le pregunto ¿No será porque en ultimas es ese es el caso?

  • Apelaez
    10 septiembre, 2007 at 3:45 pm

    Daniel: Creo que si es posible una sociedad radicalmente diferente en donde las madres tengan los hijos y los padres se encarguen del resto y tambien me puedo imaginar una sociedad en donde ni siquiera la madre tenga que quedar embarazada y la reproducción sea completamente artificial y en donde la crianza sea llevada a cabo por instituciones al estilo espartano.

    Uno se puede imaginar muchas cosas. Estoy de acuerdo con usted con que esto puede ser posible. El tema es que hoy y desde hace milenios, la «felicidad» de la maternidad ha servido para perpetuar la especie. Tal vez mañana las cosas cambien y ese «mito» termine siendo remplazado por otro, o por otro mecanismo que incentive que alguien tenga y cuide a los bebes.

  • Luis Ernesto
    10 septiembre, 2007 at 3:53 pm

    No se si ya lo dijeron (escribieron tanto que no alcancé a leer todo), pero creo que falta algo que, para mi, explica porqué apurarse a tener hijos.

    Estoy completamente convencido de que adelantar el embarazo, en ausencia de hombres que valgan la pena para casarse, es una decision completamente racional.

    El incentivo: Adivinen de donde sale la pension de la gente sin acceso al mercado labora formal.

    Como los hijos son la pension, tener hijos rápido garantiza pensionarse más rápido. Seguramente más de una niña esta pensando en eso cuando se deja embarazar a los 15 años, a sabiendas de lo que pasa.

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 4:00 pm

    Maldoror,

    Lo que me molesta es volver una pelea entre géneros algo que se puede resolver racionalmente: es razonable y deseable que haya igualdad real de géneros.

    No me gusta que la causa sea de las mujeres contra los hombres porque creo que cualquier hombre y mujer razonable estarían de acuerdo en que hay un mejor estado social que se puede alcanzar y que vale la pena hacerlo.

    Es esta misma razón la que me molesta en EEUU de las discusiones entre negros y blancos: es deseable y razonable que haya igualdad entre géneros y lo único que genera el lenguaje violento que utilizan los líderes de comunidades negras (como Florence Thomas en sus columnas feministas) es más segregación y odios que imposibilitan lograr acuerdos razonables y deseables.

    DV

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 4:09 pm

    Daniel:

    ¿Cúal es el «lenguaje violento» que utilizan las feministas que tanto le molesta? ¿Podría darme ejemplos? ¿Por lo demás, si estamos de acuerdo en que es deseable y necesario que exista igualdad de generos, que es lo que hay que «negociar» en el «consenso»?

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 4:09 pm

    Apelaez,

    Me parece perfecto que usted mantenga una posición inamovible sobre esto. Sobra decir que hasta ahí llega la discusión porque usted lo da como una verdad indiscutible, pero el argumento sigue sin fuerza por los contraejemplos biológicos que le di.

    Cuando uno pone un argumento evolutivo se busca mostrar que una característica en particular aumenta el número esperado de descendientes. En muchos casos esto no es verdad, sino que esto sucede como un producto (un bi-product) de otro cambio que si tiene una función evolutiva. Por ejemplo, las alas con plumas no se desarrallaron, dicen los expertos, para volar, sino como una ventaja evolutiva para protegerse del frío. Algo similar parece haber sucedido con la capacidad del lenguaje y de la música en el ser humano.

    ¿Cuál es la ventaja evolutiva de la idealización de la maternidad? Note que la respuesta que usted va a dar no responde la pregunta: usted va a decir que sociedades machistas, o mejor, sociedades que idealizan la maternidad, tienen como consecuencia garantizar la perpetuación de la especie. Pero esto no es necesariamente cierto, como el ejemplo de las arañas sugiere. Algo similar sucede con la religión: hay gente que argumenta que la religión tiene como ventaja evolutiva la cohesión social, necesaria para garantizar la no extinción. El argumento que varias personas dan (ver el libro de Dawkins, «The God Dellusion») es que este argumento es falaz porque la cohesión social, o si prefiere, el comportamiento moral necesario para garantizar la estabilidad de un grupo social, se logra sin necesidad de la religión.

    DV

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 4:14 pm

    Maldoror,

    Las columnas de Florence Thomas y el lenguaje de las feministas suele estar lleno de arengas contra los hombres. A esto me refiero con lenguaje violento. No voy a buscar citas en internet para esto, pero si lee cualquier columna de FT seguro encontrará a qué me refiero. Lo mismo sucede con los grupos de negros que buscan la igualdad racial en EEUU.

    Ahora bien, que usted, Alejandro y la mayoría de foristas estemos de acuerdo en que es razonable y deseable no significa que la sociedad colombiana esté de acuerdo, por supuesto. Hay diferencias regionales importantes (acuérdese del caso de Liseth, o Lisbeth, no me acuerdo como se llama, en la Costa, que fue maltratada por su marido, quién terminó en la cárcel, pero que ella misma perdonó, tal vez por el miedo de quedarse sola, o algo similar), y diferencias en educación también.

    Así que el consenso es necesario. O bueno, como esto es una democracia, tal vez si las mujeres logran tener más gente en el Congreso, ese ideal de consenso no es necesario. Sólo una mayoría que deberían poder alcanzar porque el 51% de la población es mujer (esto último que acabo de decir es bobo, por supuesto, porque en regiones de Colombia, como donde vive Liseth, las mujeres han sido educadas para no sólo aguantar sino defender ese estado de víctimas que a nosotros nos parece irracional, pero que para ellas tiene todo el sentido del mundo).

    DV

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 4:25 pm

    Daniel:

    El lenguaje de las feministas es en general combativo, que es distinto a violento. Y lo es por la sencilla razón de que tiene que serlo. No sólo por la magnitud de la injusticia a la que se oponen, sino porque es la única forma de hacer entender la sociedad lo grave de esa injusticia.

  • Apelaez
    10 septiembre, 2007 at 4:26 pm

    Daniel: Primero, el ejemplo de la araña me parece equivocado porque las arañas bebes no requieren del cuidado de nadie, son prácticamente autosostenibles desde que nacen. Por el contrario, un bebé humano requiere del cuidado intensivo por varios años.

    En consecuencia, las arañas no requieren la práctica de la maternidad (ni de la paternidad)para sobrevivir como especie.

    El humano, por el contrario, si requiere de alguien que cuide las crias por un periodo largo de tiempo. La respuesta ha sido que la madre se ocupe, y la adaptación: la exaltacion de la felicidad de la maternidad.

    Si la maternidad no tiene una función de supervivencia de la especie, entonces que es?

  • Jaime Ruiz
    10 septiembre, 2007 at 5:00 pm

    La tesis de Luis Ernesto me parece enferma de economicismo o de «razón económica», qué barbaridad, las quinceañeras (o doceañeras) planeando la pensión que le proveerán sus hijos desde los 30 años. Podría haber incluso una industria, tres hijos antes de los veinte, tres mesadas a los cuarenta y, suponiendo la misma capacidad reproductiva, doce a los sesenta. Así se hace del útero una guaca…

    Se me ha ocurrido otra explicación de la proliferación de embarazos adolescentes: la disolución de las familias. Es decir, puede que el esfuerzo de estudiar o de hacer trabajos pesados por una miseria resulte menos atractivo para las muchachas que el emparejarse y tener niños, pero que en las familias constituidas haya una poderosa presión para impedir que «metan las patas». Al reducirse la proporción de familias formales, por ejemplo por pérdida del temor de Dios (aunque para el caso no importan mucho las causas, es un hecho que todo el mundo conoce), ese freno de la prohibición familiar desaparece y las chicas ceden ante la presión biológica.

    Una cosa característica de esta discusión en que predominan hombres jóvenes es el sobreentendido de que la maternidad no es algo de por sí grato y atractivo. Pero por ejemplo, en las comunidades monásticas católicas de África hay una enorme dificultad para convencer a las monjas de que no se queden embarazadas: les parece una renuncia degradante y humillante… Esos prejuicios convierten la discusión en algo infantil: se da por sentado que el coito es divertido pero que la reproducción es un problema, lo cual es una obviedad que contradice el punto de vista de la única mujer que ha opinado, ¡según la cual los hombres quieren dejar embarazadas a las mujeres! (Nunca he conocido a un solo hombre que no considere el dejar embarazada a una muchacha como un contratiempo, salvo que aspire a vivir con ella.)

    Pero en fin: ojalá el nivel de la discusión en Colombia dejara atrás ese dar vueltas y vueltas sobre los lugares comunes del sesentayochismo. Algo como la «construcción cultural de la identidad de género» sólo puede mover a risa, empezando porque el género es un accidente gramatical y siguiendo porque la inferencia de esos ingenieros sociales que prueban a buscar adeptos entre las elites del triste trópico a ver si encuentran quien deje probar con su ganado es que cuando a uno de ustedes se le van los ojos detrás de las piernas de una muchacha es porque la «cultura» los determinó para eso e igualmente podría determinarlos para volverse locos cuando ven un gato; y si la muchacha encuentra grato al extremo el hecho de tener algo suyo y mimarlo y dedicar su vida a esa tarea, como lo han deseado las hembras de los mamíferos desde siempre, ello es el resultado de una conspiración de la CIA y el Vaticano.

    La que se come al macho no es ninguna araña sino la mantis religiosa.

  • Anónimo
    10 septiembre, 2007 at 5:28 pm

    Sr. Gaviria:

    le felicito, ésta es una de sus mejores columnas, el tratamiento de un tema el que precisamente hay demasiados sesgos, fue el mejor. El penúltimo párrafo es perfecto.

    Jack In The Box

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 5:51 pm

    Apelaez,

    ¿Su mejor argumento para no aceptar el ejemplo de las arañas es que las crías de las arañas no necesitan cuidado mientras que los humanos si?

    ¿Qué hace que el cuidado de los bebés humanos sea tan especial? ¿No será posible que esto sea otro producto social o cultural? ¿Además, cuál es el argumento para sugerir que «las arañas bebés no necesitan cuidado»?

    Me parece totalmente ingenuo y divertido el argumento. ¿Recomienda algún programa del animal planet para apoyar sus afirmaciones?

    DV

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 5:54 pm

    Maldoror,

    Las diferencias son de lenguaje como siempre: para usted el lenguaje es «combativo», para mi es violento o explosivo.

    El punto tiene que ver con algo que se tocó hace un par de meses acá: este lenguaje combativo genera más división que intercambio de palabras e ideas. Las mujeres se convencen de su estado de víctimas, y los hombres se sienten atacados y rechazados, generando más segregación que la que había antes. Algo similar ocurre con el caso del racismo en EEUU.

    Pero tal vez usted tenga razón: tal vez sólo ese lenguaje «combativo» pueda producir los cambios que las mujeres quieren. Pero tal vez no… de pronto la historia nos da una mano en esto.

    DV

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 5:54 pm

    Jaime:

    Es cierto, la construcción de la identidad de genero a través la cultura es una discusión que da risa. No tiene sentido discutir algo que es un hecho consumado, excepto con gente ignorante.

    Ah, y si muchos generos de arañas que se comen a los machos tras la copulación. La «viuda negra» es un ejemplo muy común y popular

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 6:01 pm

    Maldoror,

    Y otro problema del lenguaje combativo es que identifica claramente a víctimas y victimarios, como Alejandro sugirió en la columna y en sus múltiples respuestas.

    ¿Pero es esto verdad? ¿Son las mujeres víctimas de los hombres? ¿Pueden los hombres escapar fácilmente a lo que dicta su cultura e instituciones sociales? Si la respuesta es negativa, entonces no hay tal cosa como victimarios.

    Ahora bien, ¿por qué puede ser la respuesta negativa? ¿Puede que haya tal cosa como una «inercia cultural» de la que se es posible escapar dadas unas condiciones especiales? ¿Qué hace que usted, Alejandro o yo seamos especiales? ¿Será la educación? ¿Tendrá que ver haber crecido en ciudades y generaciones donde el machismo es menos pronunciado (no se qué piense Alejandro, pero lo que oigo de amigos paisas es que la sociedad antioqueña es tremendamente machista… el papel de la mujer es servir al marido… o por lo menos así lo era hasta hace un par de generaciones)?

    Fíjese que acá, como siempre, llegamos al dilema de siempre, al dilema moral. ¿Quién dicta qué es correcto e incorrecto? ¿Por qué para usted y para mi es incorrecto maltratar a la mujer, serle infiel, restringirle las posibilidades de expandir su vida profesional y personal, pero para una gran mayoría de santandereanos— en un ejemplo que puede estar equivocado— no lo es? O bueno, para dar un ejemplo diferente, por qué para usted o para mi es incorrecto negarle la posibilidad a la mujer que se vista como quiere, pero para los musulmanes no lo es?

    En espacios culturales cerrados, escapar a lo que dicta la cultura puede ser difícil. Y en este caso, aunque hay víctimas, no hay victimarios. Y peor aún, puede que las víctimas no estén consientes de su estado, porque para ellas su cultura dictamina que ese estado de opresión es correcto.

    DV

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 6:05 pm

    Daniel:

    Nadie está diciendo que los seres humanos nos quede fácil sustraernos del ambiente en el que fuimos educados y de los valores(o anti valores) que nos han enseñado. Pero eso no tiene que ver con el hecho de que no tengamos responsabilidad alguna por actuar correctamente o no. Es como los que (creyendose muy historiadores) salen con el cuento de que hay que «entender la esclavitud», porque en la época en que la prácticaban esos era considerada socialmente aceptable. Lo más sorprendente de ese relativismo moral es que proviene de mucha gente que vive condenando el relativismo en general

  • Jaime Ruiz
    10 septiembre, 2007 at 6:29 pm

    Jua jua jua: ahora resulta que reírse de babosadas como la «construcción cultural de la identidad de género» es muestra de ser ignorantes mientras que creérselas es una forma de sabiduría. Basta con pegarle un vistazo por ejemplo a todos los autores prestigiosos en el ámbito hispánico, desde los clásicos del siglo pasado hasta los actuales a ver cuántos andan repitiendo mamarrachadas semejantes.

    Lo que visto desde lejos resulta fascinante es la deriva sectaria y delirante de la sociedad colombiana. Ya hay en marcha un proyecto para enseñar marxismo a niños de entre 5 y 8 años, al tiempo que el activismo comunista es la principal tarea de los profesores de Derecho de la universidad pública.

    ¿Qué se puede esperar? El contradictor apropiado para Sergio es un necio que piensa que el profesor que predica la violencia contra la democracia liberal es el opuesto a los funcionarios perezosos y arbitrarios. Y tal vez tenga razón en que él pertenece al mismo estrato que el profesor, pero no hace falta ni pensar por qué partido votan esos funcionarios.

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 7:03 pm

    Maldoror,

    Estamos hablando en dos lenguajes diferentes, y no es porque haya relativismo moral. Yo estoy haciendo un análisis descriptivo del fenómeno, mientras que usted está haciendo un análisis normativo del mismo.

    Para usted, y para mi y Alejandro, creo, el machismo es totalmente inaceptable. Pero toca ir más allá para entenderlo: toca entender cuál es su orígen y por qué hay personas (hombres y mujeres, como el caso de Liseth y muchas otras que aceptan ese trato) que piensan diferente a usted y a mi.

    Después de hacer un análisis descriptivo— de entender bien el fenómeno— uno puede intentar hacer recomendaciones, es decir, pasar al plano normativo. El problema es que en discusiones culturales (incluida la moral, por supuesto) es difícil llegar a un ordenamiento claro de qué es mejor o peor. Usted y yo tenemos una concepción ética clara, que puede ser mejor o peor que la que tiene los musulmanes. Pero ese ordenamiento no es claro. Por esta razón, hay personas que creen que la ética debe ser naturalista y no racionalista: la ética racionalista, nos dice desde la razón por qué debemos actuar de manera «virtuosa». Pero si el ser humano no es racional esos juicios éticos no nos llevan a ningún lado. Habrá gente que no piensa igual que usted o yo, sencillamente porque le dan más peso a otro tipo de atributos del juicio ético, como por ejemplo el religioso.

    DV

  • Apelaez
    10 septiembre, 2007 at 7:40 pm

    DAniel. Le recomiendo un programa en Animal Planet que se llama «Animales Ponzoñosos». Sobre los argumentos ingenuos, la verdad no se si usted ha visto un bebe humano y se ha dado cuenta que para caminar sin ayuda requiere entre un año y dos años, y para poder valerse por si mismo, por lo menos 12 años. ¿Me equivoco? En este periodo requiere del cuidado directo de alguien, o no?

    No se tampoco si habrá tenido la oportunidad de ver una cria de araña y como esta despues de que sale del huevo se mueve solita por el mundo (eso lo puede ver en el programa que le recomendé de animal planet, de hecho, si lo hubiera visto no estaria discutiendo esto, pero bueno). Ergo, el papel de la madre (y del padre) termina despues de poner los huevos. Ademas, el argumento ingenuo de la araña lo trajo usted a la conversacion. A continuacion le dejo un pedacito de texto a ver si lo lee

    «Infant Homo sapiens, adorable or not, are born into a world in which they desperately need assistance to thrive. They rely primarily on their mother, but also on others, to survive. It is difficult to raise children to adulthood. An estimated 36% of parturient! Kung San women die with no surviving offspring. What provisioning does the mother provide?
    Like all mammals, women produce milk from mammary glands to feed their baby. Human milk is quite dilute in comparison to that from other species (88% water and 4% fat), which reflects the fact that human babies are rarely far from the nipple and suckle on an ad hoc basis. Mammals that hide their offspring and return at periods to suckle them briefly have richer milk, as do species with a short period of lactation (that of seals is more like 60% fat). This constant supply of milk, albeit dilute, is obviously a huge cost to women (‘a tooth for every child’, according to the old saying). This is why the fat the mother put down at puberty, which triggered the production of leptin, entry into menarche and the start of fertility is so important. This vital fat has been laid down in female-specific areas: the buttocks, upper thighs and abdomen. In addition, of course, fat is laid down in the breasts, though larger breasts do not mean more milk, and the fat here is usually not metabolised to produce milk. Why human females develop large breasts early, and retain them even when not lactating, is not fully understood, though, once again, they could have been exapted to advertise youth and fertility.
    Only mothers provide milk: is help from the father needed? Human offspring are dependent for a long time, and there may be two offspring simultaneously reliant: something that rarely occurs in other great apes. One would imagine that input (direct provisioning or otherwise) from the father would be highly important, but most studies show that the role of the father varies greatly within and between cultures and the prevailing ecology will influence decisions made by both parents on whether to provision or desert their offspring.»

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 8:00 pm

    Daniel:

    Yo no tengo ningún problema con el análisis del fenómeno como tal y entiendo que hay una distinción entre lo normativo y lo descriptivo (aunque no es tan clara como ud cree). El punto es que la descripción del fenomeno, la comprensión de sus causas no puede convertirse en una justificación del mismo, así sea de una manera velada, que es en buena medida lo que está pasando acá (y lo que me sugiere la forma en que Alejandro hizo su análisis en la columna, desde una premisas francamente discutibles). De hecho Alejandro gastó la mayor parte de esta en una diatriba anti feministas, para refutar cosas que Thomas ni siquiera planeteó, pero desde luego la agresiva es Thomas y son las feministas.

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 8:09 pm

    Apelaez,

    Ese programa nunca lo he visto, pero mi papá me dijo que es muy bueno. Ahora con una segunda opinión seguro lo buscaré (además que el título siempre me ha causado curiosidad… «ponzoñosos» es una palabra bien interesante.).

    Sobre lo importante, bueno, qué parte de esas etapas que usted describe (1 año para caminar sin ayuda, 12 años para valerse por sí mismo) necesitan exclusivamente de la mamá? Ni siquiera la etapa de lactancia es necesaria (aunque por supuesto se sugiere tomar leche materna y no otro tipo de leche). Así que ese argumento, aunque intersante, no le da más fuerza al suyo.

    DV

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 8:13 pm

    Maldoror,

    ¿Cuál es el límite entre hacer una descripción de un fenómeno y aceptarlo/apoyarlo?

    Me parece que está haciendo una lectura extrema de los comentarios. Yo no conozco a Alejandro— o lo conozco tanto como a usted y a los otros foristas frecuentes— pero de mi lectura de su columna no puedo concluir que él apruebe el machismo.

    No me gustó el argumento que dió de los soldados (el argumento, «en este mundo machista tanto hombres como mujeres somos víctimas, pero ustedes las feministas sólo se preocupan por encontrar victimarios en donde no los hay»), pero no puedo concluir que esto sea un apoyo silencioso o implícito al machismo.

    DV

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 8:20 pm

    Apelaez,

    Para no seguir con discusiones bobas, le hago la siguiente pregunta:l ¿Cree usted que una sociedad donde el padre se ocupa de todas las tareas del niño que son biológicamente posibles, tiene la misma probabilidad de supervivencia que una en donde todo lo hace la mamá?

    Si su respuesta es positiva, el argumento biológico se cae y la discusión se acaba. Si su respuesta es que no, me gustaría oir el argumento. Si su respuesta es «yo me puedo imaginar muchos mundos, pero eso no me ayuda para nada en esta discusión» se acaba igualmente la discusión.

    La pregunta que parece ser importante es la siguiente: ¿Cuáles son las razones por las que un estado social machista se establece en lugar de cualquiera de las otras (infinitas) opciones?

    Su respuesta es biológica, pero la biológica da para otras muchas respuestas también, así que, aunque puede ser, puede no serlo también. Otra opción tiene que ver con la evolución de unas instituciones sociales en donde el hombre tiene un predominio sobre la mujer.

    Ya para terminar, queda una pregunta que también es posible: ¿Si la respuesta es social, por qué este estado social evolucionó y no cualquier otro? ¿Tiene una causa biológica? La respuesta puede ser positiva, como en el caso de las arañas: las hembras son más fuertes y se comen al macho; en este caso el poder parece estar dado por la fuerza, lo que también podría explicar, desde un punto de vista evolutivo, por qué esta institución en particular evolución y no cualquier otra que sea más razonable.

    DV

  • Luis Ernesto
    10 septiembre, 2007 at 8:21 pm

    Jaime, me siento tentado a contar cosas que pocas veces cuento.

    Una vez estaba yo terriblmente deprimido. Un amigo, de esos que no entienden las depresiones, decidió, en mi presencia, hablar con una señora que vende dulces a la entrada de Cha Cha. La idea de su conversación era demostrarme como mi vida era mejor que la de la señora y que el hecho de que ella fuera feliz, implicaba que yo debía serlo también.

    Bueno, ese no es el punto. El punto es que dentro de toda la conversación la señora nos contó que tenia tres hijos. Cuando le pregunté porqué tenía tantos (el marido la había dejado), la señora nos respondió que esos hijos eran su futuro. Básicamente una pensión.

    Dudo que la señora estuviera haciendo cálculos actuariales para ver cual debía ser su posición ópitma en número de hijos para ganarse una pensión de X pesos. Pero sí me pareció evidente que esa razón estaba ahí.

    Posiblemente la pensión no es la única razón, pero seguramente hace parte de las razones para tener hijos. Así como cierta gente tiene en cuenta el costo de la educación para decidir el número de hijos, la señora de mi ejemplo pensaba en los ingresos que obtendrían cuando ella cumpliera los sesenta años.

    A mi no me parece economisismo aberrante, me parece una realidad que también se podría constatar en las familias campesinas.

    Pero bueno, parece que el debate ahora es de feministas y antifeministas. Ojalá más gente respondiera.

  • Daniel Vaughan
    10 septiembre, 2007 at 8:37 pm

    Luis Ernesto,

    Eso que dice está bien interesante, pero hace que la causa sea todavía más difícil de identificar. ¿Será entonces esta una causa de los embarazos adolescentes y no una racionalización expost? Con esto último quiero decir que ya con 5 niños a cuestas uno le busca el lado bueno a la cosa. ¿Y por qué 5 y no 6, o 6 y no 7? ¿Y por qúe no seguir «produciendo hijos», así sea por etapas, o en «serie»?

    Igual está interesante…

  • Apelaez
    10 septiembre, 2007 at 8:43 pm

    Daniel: Me gustaría que me diera un ejemplo de una sociedad (ahora o en cualquier periodo historico) en donde los padres se dediquen exclusivamente al cuidado de los hijos y las madres hagan el resto de las tareas.

    Creo que esto no existe, y porqué: por razones biologicas (o fisiologicas). Como usted sabe, la crianza de los niños humanos requiere de mucho tiempo (al menos en relacion con otras especies), el niño depende, por lo menos su primer año, de la leche materna «Human milk is quite dilute in comparison to that from other species (88% water and 4% fat), which reflects the fact that human babies are rarely far from the nipple and suckle on an ad hoc basis. Mammals that hide their offspring and return at periods to suckle them briefly have richer milk, as do species with a short period of lactation (that of seals is more like 60% fat). This constant supply of milk, albeit dilute, is obviously a huge cost to women (‘a tooth for every child’, according to the old saying)».

    Estos detalles biologicos y fisiologicos, explican (al menos en parte) porque la especie humana ha optado por un arreglo social en donde la madre se ocupe (al menos de manera principal, cuando el cuidado es conjunto) de la crianza de los niños.

    Claro, hoy en dia y con las nuevas tecnologias las cosas pueden cambiar y puede resultar un nuevo arreglo social en donde sean los padres quienes cuiden de los niños e incluso, puede que las madres no tengan que pasar por el embarazo y el parto. En ese momento, un avance tecnologico (la alimentacion no materna del bebe) y un cambio social, podrá modificar la práctica de la maternidad como un asunto principalmente femenino. Eso, claro, esta por verse. Lo otro, como lo constata la historia, ya se vio.

  • Apelaez
    10 septiembre, 2007 at 8:44 pm

    Eso que dice luis ernesto lo dice Becker

  • Jaime Ruiz
    10 septiembre, 2007 at 9:06 pm

    Luis Ernesto: sin duda, para la señora, los hijos eran su futuro, pero no creo que las quinceañeras tengan ese cálculo. Podrían esperar hasta los 25. Cuanto más lo pienso más me convenzo de que la maternidad es algo de por sí grato para mujeres apegadas a la tradición, del mismo modo que lo es el sexo para los hombres. La ceguera ante esa posibilidad es lo que me parece ya no machista sino sumamente vulgar.

    (Bueno, dirán que es porque las educan para ser madres con muñecas y demás, pero no sé por qué se me ocurre que cuantas más muñecas tenga una niña menos probable será que se quede embarazada antes de haber alcanzado una mínima madurez personal y una situación que le garantice la crianza.)

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 9:14 pm

    Apelaez:

    La expliación biologica puede explicar hasta cierto punto una adhesión inicial de las primeras sociedades a la idea de que las mujeres criaran los hijos. Lo que no puede explicar es la extensión de ese «arreglo» primigenio, a la construcción de la identidad de la mujer como «amnegada madre» cuyo único rol en la vida, y el mantenimiento de esa orden social incluso en muchas sociedades modernas

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 9:15 pm

    De hecho, no puede explicar eso, ni la reducción casi que al status de un ser desposeido de derechos políticos para las mujeres durante siglos, por no decir milenios enteros

  • Javier Moreno
    10 septiembre, 2007 at 9:23 pm

    «Cuanto más lo pienso más me convenzo de que la maternidad es algo de por sí grato para mujeres apegadas a la tradición, del mismo modo que lo es el sexo para los hombres.»

    O tal vez a todos les interesa el sexo pero las mujeres quedan embarazadas y los hombres no. La educación en anticoncepción sigue siendo aún hoy bastante burda. A los tipos, además, no les gusta usar condón.

    Por otro lado, hay un programa que yo veía todos los días a las dos de la tarde cuando vivía en EEUU. El show de Maury, creo que se llamaba. Era una especie de Talk Show con temas recurrentes. Uno de los temas eran las mujeres que tenían un hijo y querían saber cuál era el padre (haciendole tests de ADN a varios posibles culpables.) Otro tema recurrente eran las niñas que le decían a su mamá que querían ser mamás. En ese caso no estaban embarazadas pero estaban empecinadas en conseguir quedar embarazadas acostándose con cuanto hombre se cruzaba por su camino. Las mamás lloraban y las niñas decían que las dejaran hacer su vida. Que ellas verían. Que ellas necesitaban tener hijos para no sentirse solas, para tener lo que sus mamás (igualmente madres solteras, tenían). Lo proponían como una especie de «seguro afectivo». Las niñas tenían entre los doce y los quince años, y bueno, probablemente había algo de actuación y amarillismo en todo el cuento, pero creo que había un fenómeno real subyacente: Niñas que querían ser madres para tener a alguien (no un marido, eso no les interesa, sino un bebé, un acompañante…).

  • Maldoror
    10 septiembre, 2007 at 9:30 pm

    Por lo demás nadie está diciendo que no haya mujeres que les guste ser madres. Lo que se está diciendo es que la idea que le meten a las niñas en la cabeza desde chiquitas de que ser madres es el objetivo único y fundamental de sus vidas es un adoctrinamiento ideológico que sirve a unos intereses de poder. Y que eso se muestra claramente cuando escogen ser madres en una situación claramente desfavorable con parejas clramente desfavorables

  • Apelaez
    10 septiembre, 2007 at 9:39 pm

    Maldoror: Estoy de acuerdo con usted, el tema biologico explica sólo en parte las cosas. Hoy en dia seria posible (y plausible) una sociedad en donde la maternidad sea una cuestión compartida y no una carga para la mujer.

    Creo, tal vez contrario a usted, que este cambio se esta dando (lentamente) y la sociedad esta modificando la forma en como se practica y se mira la maternidad. Hoy en muchas sociedades existen tipos de contrato que le permiten a la mujer y al hombre dedicarle tiempo al hijo y continuar trabajando, etc. Existen guarderias en los sitios de trabajo (cosas inexistentes anteriormente) y algunos mecanismos que ayudan en esto.

  • Apelaez
    10 septiembre, 2007 at 9:41 pm

    Eso si, me parece un poco ridiculo eso de que la maternidad es «un adoctrinamiento ideológico que sirve a unos intereses de poder».

    Eso me suena a refrito foucoltiano. A que interese de poder? A los hombres?? Acaso los hombres hacemos parte de un complot internacional contra la mujer para subyugarla y obligarla a ser madre. No me joda mano

  • Alejandro Gaviria
    10 septiembre, 2007 at 9:43 pm

    Creo que Sergio cae repetidamente en lo que se ha llamado la falacia naturalista. Confunde las explicaciones con las prescripciones, las teorías con los discursos de dominación. Es una tendencia bastante francesa, por cierto.

  • Jaime Ruiz
    11 septiembre, 2007 at 1:04 am

    Javier, la segunda parte de su comentario refuta la primera. Sin la menor duda existe ese afán de misión y de compañía, pero si el problema fuera de información sobre anticoncepción (y no de voluntad de tener hijos) ni habría cambios de tendencia ni se registraría eso que muestra la evidencia empírica (que quieren tener a los hijos). En todo caso la explicación de la decadencia de la familia me parece la más plausible, más teniendo en cuenta los casos de ese programa que usted menciona.

    Lo del adoctrinamiento ideológico es sumamente interesante. En el comentario de Esperanza había lo mismo, a los hombres se nos educa para «coronar» a cuanta mujer encontremos. Joder, para lo que se nos educa es para que no lo hagamos, el ceder ante ese deseo es pura falta de educación. Lo que más asusta a cualquier padre o pariente de una muchacha es que se quede embarazada sin formar un hogar, el embarazo adolescente no es el fruto de la educación sino el fruto del fracaso de la educación.

    Tras la idea de la esclavitud de la mujer como parte de un plan perverso del poder se manifiesta una clarísima concepción creacionista. El diseño inteligente anterior fue concebido por el poder para oprimir, pero ahora los amigos de los existencialistas ya tienen el nuevo diseño en el que todas las inclinaciones de todas las demás especies de mamíferos pierden relación con nosotros y creamos nuestra propia identidad.

  • Maldoror
    11 septiembre, 2007 at 2:59 am

    Apelaez:

    Me parece interesante que nombre a Foucault. Yo no soy muy amante de sus escritos, pero creo que el concepto de poder que el maneja es útil para pensar la cuestión. Contrario a lo que ud dice, ninguna feminista piensa que el patriarcado sea «una conspiración» de hombres, como si se reunieran conscientemente a planear todas las noches como mantener sometidas a las mujeres. Más bien diría que hace parte de una estructura social, que se reproduce porque entre otras cosas otorga poder a un grupo -los homres- sobre otro -las mujeres. Y la forma en que se reproduce ese poder es precisamente en la forma en que se ejerce: no como la imposición de un grupo encima de la piramide social sobre otro, sino a través de los comportamientos en la vida diaria de las personas. Para el caso de genero eso va desde la forma en que concebimos lo «masculino» y lo «femenino» hasta actos de violencia (violaciones, maltrato etc). Contrario a lo que dice Jaime Ruiz, no se trata de un caso de «diseño inteligente» o de «creacionismo», sino de la manera espontanea en que los mecanismos que permiten ejercer ese poder se sostienen (con nuestra complicidad, claro está)

  • Maldoror
    11 septiembre, 2007 at 3:05 am

    Alejandro:

    Es curioso, la falacia naturalista es un término usado generalmente en ética para rechazar la idea de que «lo bueno» pueda ser definido en términos naturales (por ejemplo, podríamos decir, que la maternidad no es buena en sí misma así sea «natural»). O al menos esa era la idea que yo tenía de lo que planteó Moore.

  • Alejandro Gaviria
    11 septiembre, 2007 at 3:35 am

    O podríamos decir: “la maternidad es natural” sin indicar necesariamente que sea buena o mala como usted supone inmediatamente que estamos haciendo.

  • Maldoror
    11 septiembre, 2007 at 3:51 am

    Alejandro:

    Pero si están extrapolando que la maternidad es un deber ser, o al menos dan la impresión de eso

  • Javier Moreno
    11 septiembre, 2007 at 10:34 am

    Bueno, Jaime, son observaciones generales. El fenómeno del embarazo adolescente depende de muchos factores y esos tal vez incluyen lo que describe Alejandro y lo que describe Florence al mismo tiempo. El programa de Maury muestra ejemplos de un fenómeno similar en la población negra gringa. Habría qué ver cuánto de eso se puede poner en correspondencia con la situación colombiana. Yo creo que el descuido a la educación sexual también tiene su parte de culpa, al menos en el caso colombiano.

  • Apelaez
    11 septiembre, 2007 at 1:17 pm

    Maldoror: Nadie esta diciendo que la maternidad es un «deber ser».

  • que tanto es tantito
    11 septiembre, 2007 at 4:46 pm

    Esa adolescente fue mi enemiga:
    Tuvo un piano
    Un embarazo
    Un gato que desaparecio prematuro
    Era desigual y tonta
    Gracias por su colaboracion.

  • Anónimo
    11 septiembre, 2007 at 10:29 pm

    Lo de Florence suele ser mas hembrismo que feminismo,lo de Esperanza apunta mas alfeminismo….y entre el machismo y el hembrismo, que entre el diablo y escoja (no es con Jaime, conste)…otra vison del embarazo adolescente http://www.cambio.com.co/salud_cambio/740/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_CAMBIO-3709577.html

  • Maldoror
    12 septiembre, 2007 at 12:26 am

    Anónimo 17:59:

    Interesante el artículo. Sin embargo hay un punto que no me convence, y es que dice por un lado que los adolescentes tienen un acceso amplio a la información, y en el párrafo siguiente cita unas cifras sobre la creencia de la elevada tasa de adolescentes que creen que no pueden adquirir enfermedades de transmisión sexual o que creen que no corren riesgo de un embarazo

  • Anónimo
    12 septiembre, 2007 at 2:45 am

    Maldoror, trabajo con adolescentes desdehace muchos años, la informacion existe como tal: «recetas», «recomendaciones», descripciones», «indicaciones»,»estrategias»…ellos y los adultos que las «transmiten», las conocen y las repiten, pero no las viven…usted pregunta en un colegio, sobre metodo de control de natalidad y s despachan, se los «saben», acto seguido pregunta usted si los utilizan, respuestas: no….esa vaina no es efectivo, usarlos es pecado, a mi no me pasa nada, que los use ella/el…de modo qeu informacion hay mucha, lo que falta (ya es frase de cajon) es formacion: hablar de sexo desde la perspectiva de ellos, escucharlos sin enjuiciarlos, orientar con opciones abiertas no con «rercomendaciones o recetas unicas»…el trabajo es largo y duro y no se ha empezado, a principios de los 90 se monto el programa a nivel nacional (Alonso Acuña, Guerrero, Nader, etc..), se capacitaron maestros y padres, se trabajo un par de añoss y dicen, no me consta desde el Opus Dei se ordeno acabarlo, como efectivamente sucedio…en Bucaramanga, usted encuentra facilmnte cinco o mas docentes por institucion con especializaciones en educacion sexual y uno alcanzaria a pensar: buena cosa, pues no, la gran mayoria d ellos tienen «amplios conocimientos» pero muy poca formacion y gran incapacidad para genrar vinculos con los adolescntes…y asi no hay manera…conocimeinto+formacion a traves del vinculo…seria una manera de empezar…..respcto a las causas del embarazo adolescente, son muchas como lohan descrito aca….en mi quehacer diario, encuentro de modo frecuente el inadecuado manejo de los afectos: no aprender a querer y a quererse..no tener criterio de seleccion…nunca haber aprendido a decir NO…muchas por no decir la mayoria de estas niñas con muy malas relaciones familiares (indpendiente del estrato)…yo le apuntaria a una solucion centrada en lo afectivo…imagenese usted: que la institucion educacitva oeriente para establecer relaciones interpersonales de pareja adecuadas, positivas, en vez de persegurirlas..que promuevan la interaccion de adolescentes al interior de la insittucion en vez d reprimirlas…menos academia y mas formacion para la vida…dejar de pensar qeu ellos, los adolescente son el futuro y que hay que formarlos para el, sino entender y asumir que son el presente, y darles hrramienta de vida para hoy…no para mañana…para hoy…

  • panOptiko
    14 septiembre, 2007 at 4:10 am

    No entendi muy bien lo de la falacia de la naturalidad. Por supuesto que una parte de la maternidad es natural, si no un deber ser, si es un ni modo. El problema esta en la crianza, donde supongo radica la discusion. El problema, en mi opinion, radica en que es un tema del que no se habla, que se sobrentiende, de manera que no hace parte de una estrategia de dominacion, pero de una externalidad de ella – para salirse del constructivismo extremo.

    Tal vez el concenso, que le pica a Sergio, sea esquivo hasta el sol de hoy debido a que el dialogo esta centrado en encontrar una igualdad en roles sociales que intenta tapar
    una diferencia biologica. Como de plano esto es irreconsiliable, y los cambios sociales tan lentos, el desespero puede no dejar paso sino al lenguaje combativo. Cuando la discusion retome estos causes tal vez se veran avances, mientras tanto muchas columnas feministas solo suenan a cantaleta, y sus victorias provocar mas desigualdad de la que se traia.

    (Ya existen formas de tener hijos sin necesitar madres, y hablmos de ello en otra columna de Alejandro, cualqiere puede pasar y pegarle una revisada)

    El problema de las soluciones economicas que propone Daniel es que desincentivan el empleo, lo que las hace inoperantes en paises pobres o en desarrollo. Yo propondria intentos indirectos un poco sesgados – que son parte de la experiencia japonesa, una de las razones de su milagroso desarrollo: condicionar aumentos salariales a que los sueldos sean devengados por el conyugue. Uno de los espirales viciosos de la crianza en occidente es que ademas de dedicarse al bebe no se recibe ingreso, mientras que en Japon el sueldo lo reciben las sennoras y ellas admnistran absolutamente todo en el hogar, lo que devuelve status y poder a tan importante ocupacion.

    Solo unos pocos expertos en genero han sennalado los efectos no tan negativos – nadie puede decir que son buenos porque puede ser tildado de retrogrado – de estos incentivos, en los que ser ama de casa es una opcion respetable. He estado revisando como funciono la transicion epidemiologica de Japon, que paso en 50 annos de tener indicadores de pais pobre a tener la mayor longevidad del mundo, y, como todo en salud publica, aunque se hable grandilocuentemente de planes maestros, la clave esta en tener una poblacion capaz de aplicar el conocimiento y alerta al cuidado de la familia, en este caso las mujeres. Esto tambien tuvo conseecuencias positivas en la proteccion de consumidor – el pais tiene codigos alimentarios mas estrictos que los internacionales –
    y, aunque en menor medida, en las campannas ambientales y anti-nucleares. Hoy por hoy, parecen ser las que llevan el liderazgo en la integracion cultural, aunque la maternidad se ha vuelto un problema por otras razones: el hedonismo y la insatisfaccion creada por la entrada de nuevas formas de amor (incluidos los discursos feministas de occidente, defensores de esa igualdad a ultranza tan artificialmente universal), entre otras cosas- bueno pero esto seria materia para otro post.

    Saludos desde Saigon,

    Post data politicamente incorrecta: Muy curioso como en una columna sobre feministas y mujeres terminen recomendando ver «Animales ponzonnosos», muy curioso.

  • Maldoror
    14 septiembre, 2007 at 11:34 am

    Panoptiko:

    A mi el consenso no me «pica». Simplemente me parece absolutamente irrelevante para que a las mujeres las traten como iguales (es decir, las mujeres no tienen que sentarse a esperar a que varones como ud o Alejandro Gaviria se sienten a hablar del «consenso» para que dejen de ser golpeadas, violadas o para que se les deje de educar con uno objetivo en la vida: ser mamas). Puede que a ud eso le suene a «cantaleta», pero esa es una pobre manera de responder a las demandas de las feministas. Es simplemente taparse los ojos y los oídos ante el problema.

  • Daniel Vaughan
    14 septiembre, 2007 at 7:05 pm

    Y bueno, ando leyendo un artículo que cae como «anillo al dedo» a esta discusión:

    Gneezy, Niderle y Rustichini (2003), «Performance in Competitive Environments: Gender Differences», QJE.

    Copio un fragmento del paper (que creo está disponible acá. Las negrillas son mías.

    Even though the provision of equal opportunities for men and women has been a priority in many countries, large gender differences prevail in competitive high-ranking positions. Suggested explanations include discrimination and differences in preferences and human capital. In this paper we present experimental evidence in support of an additional factor: women may be less effective than men in competitive environments, even if they are able to perform similarly in noncompetitive
    environments.
    In a laboratory experiment we observe, as we increase the competitiveness of the environment, a signiŽcant increase in performance for men, but not for women. This results in a signiŽcant gender gap in performance
    in tournaments, while there is no gap when participants are paid according to piece rate. This effect is stronger when women have to compete against men than
    in single-sex competitive environments: this suggests that women may be able to
    perform in competitive environments per se.

    En las conclusiones dicen lo siguiente:

    Our main Žnding is that using tournament incentives
    in mixed gender groups resulted in a signiŽcant increase
    relative to the benchmark in performance of male participants,
    but not of female participants. As a result, we observe a signiŽ-
    cant gender gap in tournaments.

    En síntesis:

    1. Cuando no hay incentivos para competir, los resultados (en un juego) son los mismo para hombres y mujeres: en promedio realizan la misma labor, lo que sugiere que no hay diferencias significativas en habilidades, cuando la institución no premia el mayor esfuerzo.

    2. Cuando hay incentivos para competir («el que quede de primero va a ganar tantos pesos más»), el rendimiento de los hombres es en promedio mayor que el de las mujeres. Esto podría sugerir que los hombres son más competitivos que las mujeres.

    3. Para mirar si esto es verdad, comparan cuando cada género compite con miembros de los dos géneros (competencia mixta) o cuando cada miembro compite con individuos del mismo género: la idea es mirar si las mujeres responden, en promedio, menos cuando hay incentivos para competir. La respuesta que encuentran es que las mujeres si responden a los incentivos…

    Aunque la semana ya se acaba, y este tema estaba muerto hasta que PanÓptiko comentó nuevamente, ahí va más cháchara políticamente incorrecta.

    DV

  • Daniel Vaughan
    14 septiembre, 2007 at 7:14 pm

    PanÓptiko,

    Eso que cuenta de Japón está interesante. Una pregunta: ¿es la sociedad japonesa machista? ¿Hay diferencias significativas en salarios o cantidad/calidad de empleo? ¿Desde cuándo se empezó a utilizar este esquema?

    Le pregunto todo esto porque sería interesante ver cuáles son los efectos de esta política. Sin pensarlo mucho, se me ocrurren varios así rápidamente:

    1. Hombres tienen menor incentivo para trabajar. Estoy asumiendo que el esfuerzo (o los incentivos) están directamente relacionados con el ingreso que devengan, así que si el ingreso lo administra otra persona, esto podría generar una reducción en el trabajo.

    2. Mujeres tienen menor incentivo para trabajar también, y el argumento es análogo.

    3. Si el cambio no es reciente, lo que puede sugerir es que hay una endogeneidad de instituciones. Con esto quiero decir que la aparente igualdad de géneros (asumiendo que la hay, por eso las otras preguntas que le hago) puede no ser un efecto de esta política, sino una causa con orígenes culturales e institucionales.

    En fin, está interesante, pero el dilema moral es complicado porque es desligar, por lo menos parcialmente, el trabajo del ingreso, y finalmente, en una sociedad liberal (lo es? no se), darle la potestad legal (otra cosa es cuando esto sucede de manera voluntaria a nivel de pareja, como puede suceder muchas veces sin necesidad de legislación) a otra persona para que administre sus ingresos, va en contra vía con lo que parece ser el derecho de propiedad sobre el trabajo.

    Un último posible efecto:

    4. Menos matrimonios…

    Pero bueno, todo esto es carreta. Cuénteme qué piensa usted de su experiencia allá.

    DV

  • Maldoror
    14 septiembre, 2007 at 7:59 pm

    Daniel:

    ¿No será posible que las mujeres parescan menos competitivas porque usualmente son educadas para no serlo?

  • Daniel Vaughan
    14 septiembre, 2007 at 9:06 pm

    Maldoror,

    Esa esa es una posibilidad, que además creo que mencionan en el artículo.

    De hecho, una de las hipótesis es que a las mujeres no les gusta competir con los hombres (una explicación es la que usted da, y otra, racionalista, sugiere que uno sólo compite con quién cree— bien o mal— que puede competir).

    Esto lo prueban: ponen a competir a mujeres y a hombres por separado (mujeres con mujeres y hombres con hombres). Los resultados (sección IV.F) sugieren que las mujeres si compiten cuando la competencia es entre ellas.

    Eso por el lado del artículo. En la vida cotidiana hay un chiste sobre las mujeres, que pone en duda su hipótesis: ponga dos mujeres a competir entre ellas y verá el palo que se dan. No hay nada peor que las relaciones entre mujeres, que son ultracompetitivas entre ellas.

    Lo otro que es importante es que este tipo de hipótesis que usted sugiere varía entre culturas y en el tiempo. Las personas del experimento son estudiantes de pregrado de una universidad en Israel «que es muy competitiva» según los autores.

    Yo dudo mucho que las mujeres no compitan, o que estén educadas para esto. Por lo menos lo dudo en mujeres jóvenes como las del experimento.

    DV