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Muchos años después…

Hace ya casi 25 años, Gabriel García Márquez recibió el Premio Nóbel de literatura. En diciembre de 1982, nuestro más celebre novelista pronunció un hermoso discurso sobre las raíces de la soledad del nuevo mundo. Para García Márquez, esa condena centenaria, “el nudo de nuestra soledad” como él la llama, tiene una causa esencial: el colonialismo intelectual. En su opinión, los colombianos (o los latinoamericanos en general) hemos sido condenados, por cuenta del imperialismo de las ideas, a interpretar una realidad exuberante y desaforada con esquemas importados. Con modelos exóticos. Con ideas ajenas.

“La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios”, escribió García Márquez en lo que uno podría interpretar como un llamado a la emancipación intelectual. “Todas las criaturas de [esta] realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida”. Es como si fuéramos habitantes de otra realidad, de un planeta distinto regido por leyes inaprensible por los métodos tradicionales de las ciencias y de las artes.

El excepcionalismo asociado a la exuberancia natural ha sido, por siempre, una de nuestras convicciones más férreas. La realidad descomunal es al mismo tiempo una realidad rutinaria. Pero es también, en opinión de García Márquez, una realidad que requiere de métodos propios. “Es comprensible que insistan en medirnos –escribe nuestro Nóbel en contra de los conquistadores intelectuales– con la misma vara con que se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para todos”. Así, el autoctonismo se transforma en un imperativo epistemológico. Pareciera que la superación de la soledad necesitara de una suerte de impermeabilidad intelectual. O al menos de cierto recelo hacia los esquemas ajenos.

Quizás de manera inadvertida, García Márquez planteó en su discurso una de las disyuntivas fundamentales a la que nos enfrentamos los habitantes del llamado nuevo mundo. Hace ya casi medio siglo, Albert Hirschman definió la cuestión de manera certera. Nuestro debate –dijo– sigue estando definido por una cuestión fundamental: «¿Cómo podemos progresar? Mediante la emulación de otros o mediante la búsqueda de nuestra propia vía”. En contravía de la opinión (y de la elocuencia) de García Márquez, creo que las salidas autóctonas generalmente no conducen a ninguna parte. Que el futuro (nuestro futuro) pasa por la emulación. Que las ideas ajenas no son la causa de nuestra soledad.

Las salidas autóctonas, incluso las más ingeniosas, raras veces pueden resolver nuestros problemas más apremiantes. Los ejemplos abundan. Los recursivos ingenieros de Gaviotas (innovadores tropicales para el trópico) diseñaron, hace un tiempo, unos calentadores solares con base en tubos de neón usados, los cuales nunca pudieron masificarse pues la materia prima era, en este caso, un producto del mismo desarrollo que los innovadores autóctonos estaban tratando de evitar. Algo similar ocurrió en la India, donde otros ingenieros tropicales crearon unas tejedoras de pedal a partir de repuestos de bicicletas oxidadas. De nuevo: la ingeniosidad de los inventores se vio truncada por la falta de bicicletas o porla falta de desarrollo. En últimas, la soledad, de la que habla García Márquez, puede ser más mítica que real. La verdadera soledad, creo yo, no viene del colonialismo intelectual. Sino del aislamiento. Del solipsismo de las ideas y las razones.

No creo que las ideas ajenas nos hagan cada vez más tristes, más desconocidos y más solitarios. Por el contrario, la improvisación aislada, infructífera, a puerta cerrada, constituye la definición misma de la soledad. En mi opinión, no existe soledad más grande que la de Aureliano Babilonia en el cuarto de Melquíades: “Aureliano no abandonó por mucho tiempo el cuarto de Melquíades. Se aprendió de memoria las leyendas fantásticas del libro descuadernado, la síntesis de los estudios de Hermann, el tullido; los apuntes sobre las ciencias demonológicas, las claves de la piedra filosofal, las centurias de Nostradamus y sus investigaciones sobre la peste, de modo que llegó a la adolescencia sin saber nada de su tiempo, pero con los conocimientos básicos del hombre medieval.”

Creo, en últimas, que existe una sola manera de destrabar el “nudo de nuestra soledad”: la incorporación del conocimiento universal al estudio de nuestra realidad. La globalización con un propósito. La curiosidad sobre lo nuestro alimentada por la sapiencia acerca de lo ajeno. La innovación inspirada por los “recursos convencionales”. Para que así, algún día, no tengamos que conformarnos con la sapiencia que nos llega de afuera en una caravana de gitanos.

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  • Adán
    25 octubre, 2006 at 8:39 am

    Está probado que si todos estamos de acuerdo, no hay debate. Apenas se suscitan 16 comentarios a la altura del miércoles. En ese caso, queda la posibilidad de lanzar una carga de profundidad, algo que encienda los ánimos, que exacerbe, que alborote. Algo como una apología de Medina, o un ataque a García Márquez…

    Con respecto al fragmento de discurso, puedo decir que el dilema entre escoger emular a los otros u optar por nuestras propias vías es inane. El llamado de García Márquez -y de otros muchos- es, a actuar según nuestros intereses, no en beneficio de los ajenos. Como bien nos lo enseñó, y que nos encontramos desde entonces y cada rato bajo distintas formas, y para tirar otra carga de profundidad, Antonio Caballero, cuando hablábamos convencidos de la bondad de las intenciones de los «países amigos», al decirnos:

    «Las naciones no tienen amigos. Tienen intereses».

  • Alejandro Gaviria
    25 octubre, 2006 at 1:36 pm

    Adán:

    No creo que el debate sea estéril. Hace algunos días, en este mismo espacio, tuvimos un debate similar. Si mal no recuerdo, fue usted mismo quien puso el tema.

    Lo que si me parece maniqueo (e inútil) es dividir el mundo entre quienes se venden a los intereses ajenos y quienes permanecen fieles (incorruptibles) a los intereses nacionales.

    Mi objetivo no es maximizar el número de comentarios. Simplemente quise continuar una discusión que quedo truncada en uno de los posts anteriores. Eso es todo.

  • Anónimo
    25 octubre, 2006 at 1:37 pm

    Y el premio de la academia de ciencias dentro de 25 años, ¿por qué va a ser? ¿Aguna emulación creativa que responda a nuestras particulares circunstancias de violencia desmesurada (donde la manida fórmula del 10% de predisposición genética no hace más que revelar descarnadamente la función que cumple el entorno)? Ah … no … ése es el que me quisiera ganar yo.

  • Anónimo
    25 octubre, 2006 at 1:54 pm

    Anónimo 8:37:

    El premio de este año se lo ganó Nubia Muñoz, una médica caleña que lleva 25 años viviendo en Francia, trabajando con los mejores científicos del mundo, sin depender del presupuesto nacional, sin nacionalismos de cajón, y que tiene un buen chance de ganarse el premio Nóbel por sus investigaciones sobre el virus del papiloma humano, las cuales ya condujeron a una vacuna para prevenir el cáncer de cuello uterino (comercializada por Merck).

    Ella comenzó emulando y terminó creando. Y no cree que los científicos colombianos deban ser diferentes de los demás.

  • Anónimo
    25 octubre, 2006 at 2:23 pm

    Anónimo 8:54:
    Yo coincido más con Gavíria que con García, pero también creo que los modelos a emular requieren ajustes a circunstancias particulares de las realidades en que se insertan, lo cual no tiene nada de novedoso. Y también hay ciertos asuntos en que en el debate entre la genética o la naturaleza humana y el entorno creo más en una proporción 50-50 que en 90-10. Aun en investigacines biomédicas que se supone benefician a todos, hay ciertos grupos que tienen particularidades que no se pueden ignorar, o entornos que hacen que una determinada solución sea más o menos efectiva. No era más.

  • panOptiko
    25 octubre, 2006 at 5:45 pm

    Me parece triste que use el término «Tropical» como peyorativo, porque inter tropicales somos, quieralo o no.

    Se que no es la intención, leeré de nuevo conncentrándome en los argumentos, pero por hoy cierro este blog.

    Aténtamente,

    Un lector tropical

  • Alejandro Gaviria
    25 octubre, 2006 at 6:56 pm

    Panoptiko:

    Lo tropical no debe ser peyorativo. Pero tampoco debe ser una virtud. Tropicales o intertropicales somos todos pero eso no dice nada somos nosotros. Mi idea era rebatir la idea de la exuberancia como una calidad de la geografía y una cualidad del espíritu.

  • Adán
    25 octubre, 2006 at 7:01 pm

    Y yo que veo como a una caravana de gitanos a quienes llamo El cartel de Oxford…

  • lelo69
    25 octubre, 2006 at 9:10 pm

    TROPICALIA
    En Colombia tenemos una figura tropical que mostramos orgullosos ante el mundo cuando en realidad es un papagayo de plumaje vistoso y que se la pasa recitando una perorata que ya no se la cree nadie, en el inefable Dr. Manuel Elkin Patarroyo, gran esquilmador de colciencias y chantajista de ministros de salud

  • Jaime Ruiz
    25 octubre, 2006 at 10:46 pm

    Uf, perdón por la falta de rigor, me pareció entender en el fragmento de discurso que se atribuye a García Márquez una inclinación al ensimismamiento, pero eso es extraño. Mejor dicho, es algo localizable en su discurso, pero no es algo que lo defina a él, pues se trata precisamente del colombiano más cosmopolita, el que mejor conoce la literatura clásica castellana y la literatura estadounidense que estaba en boga cuando él era joven y las líneas de literatura fantástica afrancesada que popularizó Julio Cortázar. Es muy llamativo por ejemplo comparar el estilo de sus novelas, sobre todo de Cien años de soledad con el de la novela de Antonio Caballero (de la cual no pude leer más de un par de páginas de lo tedioso que encontraba cuando lo intenté tanto localismo). En general en sus novelas son raros los giros o las expresiones que no entiendan los españoles o los argentinos o los mexicanos. Lo contrario que en Caballero.

    Lo que hay en ese discurso y en el García Márquez de la época posterior es un discurso a la defensiva para que no le reprochen su adhesión mezquina y canallesca al castrismo. Hay un discurso de Bolívar a un francés en El general en su laberinto que casi resume ese planteamiento. Algo como: «No nos vengan a decir cómo tenemos que ser, porque ustedes también tienen su historia». Todo eso es una reacción contra la embestida del fundamentalismo democrático y las quejas por la falta de derechos humanos en Cuba y en realidad por los crímenes de las guerrillas colombianas. El apoyo en Bolívar es muy apropiado para ese fin: no es tan descabellada la comparación que establecía Alfredo Molano en 2001 entre Bolívar y Tirofijo, sólo que los extranjerizantes no idolatramos tanto a Bolívar.

    Sobre García Márquez y las guerrillas se puede decir mucho, empezando porque nadie conoce una declaración del novelista pidiendo a las guerrillas que dejen de matar y acepten. Su intervención a favor de la negociación con el ELN no es una llamada a la paz sino un cabildeo por la banda. Obviamente no les pide que dejen de matar y secuestrar gente y renuncien a pretender que sus fusiles pueden valer más que la elección de los demás colombianos, sino que pone su prestigio para que haga peso en el lado de la balanza en que están las pretensiones del ELN. Ya en una ocasión Octavio Paz señaló que el papel de García Márquez en los años setenta era servir de embajador a las guerrillas del continente en los hoteles y restaurantes de Barcelona.

    En realidad todo ese nacionalismo chimbo, expresado de forma patética en ese texto de «lo que está en juego» por el lamentable William Ospina, no es una pasión xenófoba ni una borrachera de piedad con los coterráneos sino un pretexto para la retahíla humalista que esperan propagar para aprovechar el poder guerrillero. Todos los nacionalismos tienen un aspecto criminal, pero ése en particular es típico argumento de esclavista: «No me venga usted a enseñar cómo debo tratar a mi montura porque usted persiguió a los argelinos».

    Si Colombia no fuera el país de los aduladores intimidantes, García sería un personaje muy vilipendiado. (Perdón por no decir nada del discurso.)

  • Anónimo
    25 octubre, 2006 at 11:06 pm

    Gaviria no está acusando a García Márquez de ensimismamiento. El fragmento no es una acusación personal: es una denuncia a una forma de pensar (al primitivismo intelectual), tan popular que incluso es defendida por “el colombiano más cosmopolita”.

    El fragmento no es original. Pero a mi me llamó la atención la paranoia nacionalista de García Márquez.

  • Juan Francisco
    26 octubre, 2006 at 1:33 am

    Me parece que el escrito de Alejandro es de una alta calidad intelectual. Definitivamente, el destacar más a la elocuencia que a la opinión de nuestro gran novelista es una observación muy acertada, que también cabe para nuestro poeta William Ospina. El hermoso discurso de Gabo nos alimenta es por la calidad de sus metáforas y por lo conmovedor de su humanismo, pero epistemológicamente esta errado, y concuerdo por completo con usted Alejandro al destacar la importancia del llamado despectivamente «colonialismo intelectual». Algo que uno aprende de Antanas es que el conocimeinto nunca es un problema, venga de donde venga. Por el contrario, las producciones de la ciencia, la filosofía y el arte que son de mayor envergadura, tienden a tener un carácter de universalidad, que es supremamente estimulante y productivo, y que por lo general, llevan a una unión entre las culturas, entre los conocimientos y entre las artes. Tan universales como las novelas de Gabo, son las de Dostoievsky. Tan universal es la música de Duke Ellington como la de Lucho Bermudez. Y en el caso de la ciencia social, aunque las diferencias culturales nos exigen nuevas metodologías de investigación, para entender el comportamiento individual y social hay muchos puntos comunes entre todas las sociedades del mundo.

  • Jaime Ruiz
    26 octubre, 2006 at 4:58 am

    Anónimo: no hablo de ensimismamiento personal sino social. Ustedes sobre todo aprenden a no entender.

  • Jaime Ruiz
    26 octubre, 2006 at 5:03 am

    Perdón, donde dice arriba «y acepten.» debe decir «y acepten la democracia».

  • zangano
    26 octubre, 2006 at 11:23 am

    leyendo este escrito de alejandro,y un numero de los comentarios,no todos,me pasma la cortedad de entendimiento ,de los que de otra manera,son aprendidos y estudiados. angel lo define bien:no es contra el conocimiento que gabo nos previene ,tal como quieren algunos de los cavernarios que contribuyen al blog, es contra la ciega aceptacion de formulas sobre todo economicas para salir de nuestro predicamento,que nos han llevado sin excepcion a conflictos sociales y economicos.
    miren la historia patria ,vean lo que ocurrio cuando el general santander aplico las formulas de otra globalizacion ,el modelo britanico,del siglo 19.
    ahora los adoradores del modelo economico made in usa,nos quieren vender el caballo troyano de bush ,el fondo monetario internacional,ect,habra alguno con suficiente edad ,que se acuerde del credo economico del ministro bernal? se acuerdan del «ideal de la vida cara»?
    que nos trajo? envilecimiento del peso,que en esa epoca estaba alrededor de un peso cincuenta por dolar,ademas trajo la violencia de mariano ospina ,es que no aprendemos nada?
    si este es el caso,les dejo un estribillo para que lo mastiquen.
    en los cincuentas ,creo,harry belafonte ,popularizo el calypso,de este les quisiera recordar,esto:
    there is a hole in the bucket eliza,there is!
    los modelos economicos, podrian muy bien ser the bucket,que nos venden repetidamente,como buenos credulos y veneradores del modelo angosajon.

  • Alejandro Gaviria
    26 octubre, 2006 at 2:31 pm

    Zangano:

    Ya que usted habla de la historia, no sobra recordar que en 1982, cuando GM se puso el liqui-liqui, estábamos en medio de la crisis de la deuda, la cual había puesto de presente el fracaso de las ideas propias, las de la CEPAL, las de la teoría de la dependencia y las de los desarrollistas brasileros.

    GM no estaba criticando el FMI como usted sugiere de manera anacrónica. Por aquellos días el Consenso de Washington no existía. El discurso de GM no es una anticipación de la histeria antiglobalizadora: es, por el contrario, un ejemplo perfecto de lo que Amartya Sen llama “the colonized mind”.

    Dice Sen: The limited horizon of the colonized mind and is fixation with the West –whether in resentment or admiration – has to be overcome”. Es era, precisamente el punto del post.

  • panOptiko
    26 octubre, 2006 at 2:59 pm

    Gracias, Alejandro. Pero no puede usted decir que no dice y decir al mismo tiempo. Por un lado está el uso que usted le da, que entiendo pues alude a ese lastre del «buen salvaje» que a hecho tantos estragos en el discurso ambientalista, entre otros, que domina la conciencia mundial y que la psicología evolutiva rebate tan contundentemente. Sin embargo, cuando termina hablando sobre «La curiosidad sobre lo nuestro», de lo cual es parte integral e importante lo tropical (un regimen de lluvias, regímenes de radiación solar más estrechos pero constantes, un ciclo estacional propio, unas enfermedades edémicas), deja usted en el aire una dinámica con una sola solución: es malo ser tropical pero nuestro deber es entender el trópico, entonces somos aun descubridores y colonizadores de estas tierras.

    Entiendo su punto, y estoy totalmente de acuerdo con su argumento central, pero perpetua el conflicto de identidad que subyace a muchas de las problematicas nacionales, la informacion con que el ciudadano comun toma decisiones en sus juegos.

    Mas bien lo contrario, afirmarse en el tropico haciendo las cosas bien, construiria ciudadania y apropiacion del territorio, quizá lo que por contraste puede ser nuestro propósito en la globalización.

    Ahí queda la invitación.

    Atentamente,

    Un lector tropical

  • Adán
    26 octubre, 2006 at 7:37 pm

    ANALISTAS ISTAS

    «México buscaba al presente afuera y lo encontró adentro, enterrado pero vivo. La búsqueda de la modernidad nos llevó a descubrir nuestra antigüedad, el rostro oculto de la nación» Octavio Paz.

    En una de las declaraciones más simplistas que he podido leer últimamente, nuestro anfitrión, Alejandro Gaviria, enfila sus baterías contra García Márquez, a sabiendas que es una de las posiciones que más consigue adeptos, sobre todo entre los jóvenes calenturientos que todavía no han cuajado un criterio.

    Afirma que si observamos uno de los rasgos de los Aurelianos, el de la propensión a la melancolía y a la soledad, si le añadimos un ejemplo propio del realismo mágico de unos loquitos con tubos de neón, y si además le sumamos el recurso de tomar cuatro líneas descontextualizadas del discurso de premiación de nuestro paisano ante la Academia Sueca, podríamos concluir que García Marquez es un solipsista. Simplista, Alejandro. Extremadamente reduccionista. La evidencia de las palabras de GM citadas para el caso, le resultan al ligero crítico «exepcionalismos» y no un llamado a detenernos en nuestras circunstancias particulares a la hora de aplicar cualquier teoría económica o método de análisis social. Las conclusiones de Patricia Londoño sobre «el caso antioqueño», no. Esas no le parecen exepcionalismos. Descubrir «autoctonismos» en las líneas que cita, es forzado. Y deducir que se pretende de ello un «imperativo epistemológico», requiere de cierta dosis de ingenuidad o de una clara intención de tergiversar. Apoyarse en Hirschman, o en cualquiera que propugne no importa cuál teoría que solo contenga blancos y negros, sin grises, invalida el recurso retórico.

    Es natural que ese tipo de discurso cale ante entusiastas y crédulos muchachos, o ante colegas como Kalmanovitz -el del galimatías del 21 del corriente en El Espectador-, donde trata la interpretación que de los fenómenos económicos de los años 40, 50 y posteriores se hacía, con sus notaciones y significados, con las mismas categorías epistemológicas de hoy en día, o ante Caballero Argáez, y su farragosa aunque obvia columna de la semana pasada. O ante la tropa de negacionistas, encabezados por Posada Carbó y todos los aspirantes a ser publicados por la Oxford University Press, que como argumentan los armenios ante los turcos, insistiendo en los colores rosas en realidad permiten la posibilidad de que las numerosas atrocidades que hemos vivido se repitan.

    Pero a la luz del rigor deja bastante que desear. Quedan en evidencia ciertos prejuicios, antiguas prevenciones de índole personal y sesgos interpretativos bastante caprichosos. ¿O no podría citar yo, pensando en Gaviria, no solo al verlo como una «colonized mind», sino como un contumaz muchacho que insiste en llamar autoctonismo a la aspiración de diagnosticar y resolver nuestras particularidades, la misma frase de Sen y subrayar «admiration»?

  • Anónimo
    26 octubre, 2006 at 7:49 pm

    Pero si en Colombia nos hemos gastado la vida buscando respuestas en nuestro pasado, en nuestra raíces, en mirarnos a nosotros mismos, que somos tan particulares, tan inimitables, tan únicos, y se nos ha olvidado mirar no sólo lo que pasa en el vecindario sino allende los mares, para saber que no siempre hay que reinventar la rueda y que evidentemente hay que hacerla funcionar en nuestros caminos pedregosos.

  • Anónimo
    26 octubre, 2006 at 7:53 pm

    O a lo mejor podemos pavimentar para que se deslice bien la rueda.

  • Adán
    26 octubre, 2006 at 8:02 pm

    Joven:

    Si te montas en una rueda y crees estar en San Bernardino Freeway y resulta que estás es en la Autopista Norte, te puedes llevar un totazo, ¿oíste?

  • Jaime Ruiz
    26 octubre, 2006 at 8:52 pm

    Es inevitable el reduccionismo, los que dicen que Colombia no está madura para la democracia son los que quieren que no esté madura. Pero tienen razón en una cosa, en que Colombia merece una atención especial, específica, diferenciada: como una tierra en que los caballos tuvieran tres patas. ¿En qué se sustenta eso?

    Fácil, en ellos: una persona de otro país que leyera las columnas de la última semana en la prensa sobre la bomba y la reacción del presidente tendría que admitir que los valores universales no pueden valer en un lugar así. Es decir, la prueba de que Colombia es sui generis son esos comentaristas.

    Hegemónicos, claro. ¿Cómo puede haber gente pensando que está mal poner bombas y secuestrar niños?

  • JPM
    27 octubre, 2006 at 12:16 am

    Excelente artículo y hermosamente elaborado para mi gusto (otros pueden opinar lo contrario pero a mí me gustó, espero nadie trate de rebatirme ésto).

    Respecto al argumento central, si lo entendí bien no es porque no creemos nuestro propio conocimiento, sino para que no desaprovechemos el conocimiento y lo apliquemos, como dicen más arriba, no reinventemos la rueda que es más facil copiarla, además, si queremos progresar y desarrollarnos no tenemos que empezar copiando la rueda, copiamos los carros (rimaba con lo de la rueda), no comencemos el conocimiento de cero sino que instruyamonos en qué va la ciencia actual primero para que de verdad podamos hacer aportes a nuestra realidad, y ojalá pronto, a la humanidad para lograr hacer quedar en alto a nuestro país.

    Al final no sé si hablé de lo que se trataba el artículo o simplemente dije lo que pienso.
    Un abrazo a todos.

  • syllogismes_mao
    27 octubre, 2006 at 1:44 am

    Me gusto el «sentido comun sofisticado» de este articulo.

  • zangano
    27 octubre, 2006 at 1:13 pm

    alejandro,si los esquemas economicos copiados desde el general santander, hasta el corriente avatar de mesias reelecto, son correctos,porque estamos todavia como estamos?porque tanto sufrimiento ,pobreza e inhumanidad,,estoy leyendo un libro titulado»the best democracy money can buy»cuando termine les dire lo que pienso,un adelanto de lo que el libro trata,con el respaldo de trabajo investigativo exhaustivo,transcribo comentarios de la contratapa:
    globalization is all about free trade and helping the poor.
    big business is a force for good.
    the candidate with the most votes wins. right?
    wrong on all counts.greg palast has found the documents that prove it.

  • sillogysmes_mao
    27 octubre, 2006 at 2:34 pm

    ZANGANO;
    Pillese este esquema.La cosa es que va uno por Chimichagua y se topa con un arbol que tiene las raices sobre la motola.Se llama al Dane y los tipos te cuentan que el monstruo pertence al estrato catorce.Llega el alcalde de Medallo y se lleva al monstruo para sus flaubertianas bibliotecas publicas.Se aparece Guillermo Cubillasss y se totea de la risa.El monstruo tambien.

  • sillogysmes_mao
    27 octubre, 2006 at 2:49 pm

    Zangano;
    Anotaba el Amable con sulfurica precision que sospechoso le parecia el voto mayoritario de los surfistas por la politica del NO-AsistencialismO.Permitaseme,ENTONCES,cocinar esta consigna del dramatico Tomasito Bernn-Hard que dejole el alma helada al Alcalde de Viena.»» Dejemos que el Estado Burgues Austriaco siga repartiendoles bagatelas.La provocacion y la polvora la conseguimos nosotros»». ( espero que Margarita no mire esto. por el bien de todas las nostalgicas diosas que vagan por el mundo.)

  • Jaime Ruiz
    27 octubre, 2006 at 6:48 pm

    Pobre Bernhard, ya resultó convertido en una mezcla de Robin Hood y el comandante Bochica. Es normal, es el «pensamiento» colombiano (y que viva el oxímoron). No les gusta que uno les diga que Colombia es un muladar, pero de verdad deberían tomarse el trabajo de leer alguna vez prensa de un país civilizado a ver dónde se encuentra la afirmación de que el neoliberalismo es lo contrario del liberalismo o la sugerencia de que Adam Smith es un precursor de Chávez, como aparece hoy en la columna habitual de Santos Molano.

    ¡Qué lástima que nadie haga una antología de las lindezas que escriben los columnistas colombianos! Supongo que los profesores no son muy diferentes. Por cierto, el barniz de modernidad y tolerancia que se ponen es de pésima calidad: según Abad Faciolince para los musulmanes el que sus mujeres muestren el pelo es como si para los cristianos sus esposas e hijas mostraran las tetas. ¿Cómo se va a tolerar eso?

  • Anónimo
    27 octubre, 2006 at 7:36 pm

    Jaime:

    Una pregunta. ¿Con qué motivo, o razón lee usted a Santos Molano? Simplemente para confirmar sus juicios. O para aumentar la rabiecita como decía un amigo mio.

  • sillogysmes_mao
    27 octubre, 2006 at 7:48 pm

    El populismo neoliberal ‘existe’ me aullo en un apasionado y patriotico eco clonico.Sufridor de barrio absolutamente anticipado.Algo asi como lector de codices en prensa extranjera.Todo eso justo cuando ya todo el mundo conoce la identidad secreta de Tom Clancy y sus variantes estrtegicas.Apartate,Comandante Zipa.

  • sillogysmes_mao
    27 octubre, 2006 at 8:07 pm

    Anonimo: La ‘rabiecita’ del Amable tiene una dosis de buen humor impagable.Inane.Su conecte con los cafetines austriacos es evidente.Lo imagino con un San Bernardo de la correa susurrando tangos sinfonicos.Escoge? Emula? O, simplemente es un patetico pomposo muy sentimental.El tipico pedagogo-Bolombolo por sus propios medios.

  • Anónimo
    27 octubre, 2006 at 8:31 pm

    ¿Cómo se va a tolerar qué? Que las hijas y esposas cristianas muestren las tetas? (no hacen más) ¿Que las musulmanas muestren el pelo?(muchas lo hacen) ¿Que Abad haga esas equivalencias? (ni tan traídas de los cabellos –y perdonará el juego de palabras–, si se piensa en la burka y la purda, cosas que a lo mejor el hombre mejor informado del país ignora). Estoy tratando de imaginarme a Jaime Ruiz leyendo la prensa diaria ………………………………………………………………………..Plop!

  • galo
    27 octubre, 2006 at 9:02 pm

    Interesante discusión. La respuesta no es tan simple como realizar un modelo colombiano desde cero o copiar tal cual un modelo extranjero exitoso. Existen constantes globales (la más obvia es la gravedad, una que debería ser obvia y no lo es tanto, es que el asistencialismo lo único que consigue es perpetuar la miseria) y variables locales determinadas por la geografía, la historia y la cultura que no pueden ser tomadas a la ligera. Para que un modelo de desarrollo sea exitoso debe basarse en experiencias exitosas extranjeras pero teniendo en cuenta las singularidades de nuestro país.

  • Jaime Rucio
    27 octubre, 2006 at 10:18 pm

    Seguro que si el Nobel se lo hubieran dado a Jaime Ruiz por su magna obra, no habría escrito ese discurso que hoy horroriza al mundo.

  • Jaime Ruiz
    27 octubre, 2006 at 11:25 pm

    Estos mamertos… Estos mamertos… Si a un señor le molesta que su esposa muestre las tetas lo mejor que puede hacer es buscarse otra esposa. En el mundo libre existe el derecho individual al libre desarrollo de la personalidad PROPIA limitado por ciertas leyes, de modo que la imposición del velo a las mujeres no es un rasgo cultural cualquiera sino la negación de ese derecho a la mitad de la humanidad.

    Estos mamertos, ese Abad es un asqueroso que me escribió una vez porque le reproché en un comentario la basura que escribía sobre Irak, típica de un ignorante increíble, de un mamerto colombiano, y cuando notó que no era de los votantes del PDI me fue tratando de asesino. Hasta podría copiar sus palabras. Pero cuando alguien le quita la nariz a su esposa porque la considera coqueta (como se hacía en Afganistán) le parece un rasgo cultural tolerable. Por dárselas de buena persona sale a criticar al PCC porque no desaprueban los secuestros, pero al cabo de unas semanas llama a votar por Carlos Gaviria, el cual afirma que los «rebeldes» deben quedar impunes (lo explica con ejemplos que horrorizarían a Garavito) porque tienen un objetivo altruista.

    Todo ese magma de idiotez, cinismo, lambonería y frivolidad de los mamertos es como el núcleo de la colombianidad fósil: las masacres y bombas son sólo la sombra. El trabajo de los peones.

  • sillogysmes_mao
    28 octubre, 2006 at 1:13 am

    Es NOCHE DE JALOGUIN en esta surrealista aldea globali(zs)ada.VIVA EL TERROR.El Amable se disfrazo de Gusano.El San Bernardo aterrorizado huye hacia la carreta de gitanos aurelianos.Pinocheto resucita.Algun adicto a Paris Hilton se metio un par de guisquisitos.Ensimismado HERR Ratzinger baila una mazurca con su Rat Terrier paisita.Triqui.( a media noche les leeran a Juan Gelman para que se curen de espantos )

  • sillogysmes_mao
    28 octubre, 2006 at 1:33 am

    Nada personal. Tambien es viernes cultural. ( mierda que pena )

  • Sergio Méndez
    28 octubre, 2006 at 2:10 am

    Me parece que este artìculo plantea -al igual que el discurso de los «autoctonos»- una falsa disyuntiva. Obviamente que es muy estùpido cerrarse al mundo, ignorar valores que pueden y deben ser universales y pretender que la experiencia colectiva de la humanidad no es ùtil para salir adelante (el tèrmino «progresar» me parece cargado. Igual yo no preguntarìa «como progresar» sino QUE es progresar. En ùltimas como ha sido definido progreso en Europa y Estados Unidos tiene sus serios inconvenientes). Pero tambièn es tonto pensar que un colectivo humano no puede desarrollar sus propios medios y alternativas -aùn contando con el saber del resto de la humanidad, de valores universales- y no puede valorar nada de su propia tradiciòn e historia para ayudarse en el proceso. Peor si no desarrolla una capacidad crìtica a todo lo que llegue de afuera: esa manìa de comerle a todo lo que sea extranjero es muy latinoamericana y -deberiamos saberlo- muy colombiana.

  • zangano
    28 octubre, 2006 at 12:13 pm

    los cavernarios ,odian los subsidios,todos no,que tal el subsidio de 17 millones de dolares diarios,para beneficio de las fuerzas de seguridad ,los bancos, los vendedores y fabricantes de armas,mas uno que otro ministro mesianico,que hace su agosto con las comisiones?
    ah pero eso esta bien ,porque asi se mantiene a raya a los que piensan que otro mundo es posible,esos apostatas que el sumo pontifice excomulga con la maldicion mamerta,que si fuera asi haria que los pensantes y los pobres pueden ser exterminados ,siguiendo la doctrina carlos castano,hay que destruir cerebros!
    porque desgraciadamente las ideas no se matan.

  • Juan Francisco
    28 octubre, 2006 at 3:33 pm

    Entiendo que algunos blogeros comentan que Gabo no hacía referencia al conocimiento sui generis del mundo occidental, sino que denunciaba los males del modelo económico capitalista. Sin embargo, considero que esta postura tampoco enriquece la capacidad de hacerse una opinión estructurada, debido que su intención no está centrada en el conocimiento, sino en la denuncia, pero sin abordar variables claras y con un contexto histórico delimitado. Es importante que quienes nos gusta ser críticos, no caigamos constantemente en el juego de justificar nuestros conceptos generales pre existentes constantemente, porque así no se genera conocimiento. Entiendo que en el Blog todos quieren presentar no solo sus ideas, sino también su identidad, y en parte su historia personal. Pero ese énfasis nubla el juicio y empobrece la capacidad de argumentar, no porque no se tenga «razón» sino porque son razones demasiado amplias, muy generales, que poco o nada invitan a la discusión productiva y nos atan a la tragedia de nuestras pasiones y prejuicios. El espacio de opinión ya no lo hemos ganado. ahora, usemoslo.

  • zangano
    28 octubre, 2006 at 5:07 pm

    syllogismus mao:lo que se vio en chimichagua,me recuerda la letra de un porro, el de la llorona loca, que sale con un tabaco prendido en la boca, colombia es el epitome del mundo al reves ,o patas arriba como lo describe el uruguayo galeano por eso sera que nos siguen dando espejitos por nuestras riquezas naturales,promesas de globalizacion tan efectivas como las formulas pasadas.
    hace poco el electorado neerlandes y el frances le hicieron pito catalan a las formulas globalizantes que tony blair queria fueran adoptadas por la union economica europea,seran, como cree alejandro, histericos antiglobalizantes?
    o sera que son mas despabilados que los globalizadores?

  • Jaime Ruiz
    28 octubre, 2006 at 7:26 pm

    A ver: los colombianos tienden a ser penosamente serviles con los extranjeros y a considerar superior cualquier opinión o discurso por el hecho de ser europeo. Por eso andan embobados con la moda de la identidad, lo último que les llegó después de que la rebelión del 68 y el estructuralismo aburrieran a los franceses.

    Pero el apego servil a esa nación decadente es como un refugio para los colombianos parasitarios de toda la vida, un disfraz de sus jerarquías y de su aversión al trabajo y a la competencia y a las urnas y en últimas a la razón.

    «Ser nosotros mismos», como ya he explicado, es el derecho a cabalgar a los demás colombianos, a los que no escriben ni pueden pagar estudios universitarios. A los que sobreviven sin embargo y encuentran en EE UU una alternativa que ni creían posible, una recompensa por el trabajo que por increíble que parezca es mucho más grata que la caricia en la cabeza que el doctor comunista prodiga cuando está de buen humor en lugar de la patada habitual.

  • zangano
    29 octubre, 2006 at 11:30 am

    jaime ,debiera escribir en primer pronombre ,penosamente servil de sus manejadores de la cia y de sus politicas explotadoras de las riquezas del pueblo colombiano,no ha podido todavia tener respuesta de sus «handlers» de la cia a la pregunta de porque no hay guerra contra la droga en turquia,thailandia y birmania,mientras que los campesinos colombianos son desplazados de sus tierras ,algo que jaime alaba como buen espiritu empresarial de los narcoparacos que no tienen pereza, 4 millones de colombianos perezosos en el exterior disfrutan en los paises decadentes de la vieja europa,enviando miles de millones de dolares anuales,casi tanto como las corporaciones foraneas envian a sus accionistas.

  • Sergio Méndez
    29 octubre, 2006 at 6:39 pm

    Resumen del pensamiento de Jaime Ruiz:

    Hay que ser abietos a las ideas del mundo, siempre que pro mundo entendamos «Estados Unidos e Inglaterra». Que curiso.