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Narcotráfico en Antioquia

El Centro de Estudios Políticos de La Universidad Eafit acaba de publicar un libro sobre economía criminal y narcotráfico en Antioquia. El libro contiene tres ensayos independientes que, en conjunto, dan luces sobre el pasado y el presente del crimen organizado en este departamento. El último ensayo, escrito por el investigador costeño Gustavo Duncan, intenta responder una pregunta antigua, recurrente: ¿por qué la exportación de cocaína surgió primero en Antioquia? ¿Cómo se explica la preeminencia inicial de los antioqueños? ¿Por qué los costeños jugaron un papel subordinado a pesar de su experiencia en el tráfico de marihuana? Duncan pone en duda algunas de las explicaciones culturalistas más comunes. Cuestiona, en particular, que la ventaja de los antioqueños provenga de una mayor predisposición hacia el crimen o de una cultura de violación de las normas. Científicos sociales y comentaristas de prensa han ilustrado esta tesis con base en una supuesta admonición de las abuelas antioqueñas a sus nietos: “consiga plata mijo, consígala honradamente pero si no puede… ¡consiga plata, mijo!”. Pero la frase anterior no es una ocurrencia perversa de las matronas paisas sino una máxima irónica del poeta latino Horacio, como bien lo señaló el historiador Jorge Orlando Melo hace un tiempo. Algunas explicaciones culturalistas, sobra decirlo, nunca han tenido mucho respeto por los hechos del mundo.Duncan anota que “la diferencia de los antioqueños con el resto de Colombia no estuvo en la cultura de violación de las normas…” sino en el sentido comercial, en los hábitos y las habilidades para el intercambio. Los costeños pobres, desventajados, dice Duncan, carecían de las habilidades necesarias para participar autónomamente en un negocio complejo, sofisticado. Muchos antioqueños, por el contrario, tenían habilidades comerciales evidentes, estaban habituados a las urgencias del intercambio. Sin estas habilidades, los antioqueños de origen humilde no habrían nunca podido dar el salto definitivo, improbable, de delincuentes locales a empresarios internacionales, a exportadores de cocaína.Las habilidades comerciales de los antioqueños, dice Duncan, son a su vez el resultado de una historia conocida. En muchas otras regiones de Colombia, los campesinos no tuvieron históricamente una participación activa en el comercio, su mundo estuvo circunscrito a la realidad excluyente, jerarquizada de la hacienda. En Antioquia, por el contrario, muchos pequeños propietarios tomaron parte en actividades comerciales de manera regular. Con el tiempo, el comercio amplió el panorama, multiplicó las ambiciones y creo unas habilidades prácticas innegables: todavía hoy, en muchos pueblos de Colombia, el comercio al por menor es dominado por antioqueños. Estas habilidades, ya lo vimos, fueran fundamentales en los orígenes del narcotráfico, en la preeminencia inicial de los habitantes de Antioquia.La tesis de Gustavo Duncan representa una ruptura importante (necesaria, diría yo) con una tradición moralista que ha querido ver en el narcotráfico un síntoma de todos nuestros males, un espejo incomodo, revelador. Las cosas son aparentemente mucho más complejas. En Antioquia, el narcotráfico fue el resultado no sólo de los males de la sociedad, sino también de sus virtudes más celebradas.

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  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 2:31 am

    Testimonio de Nicolás, un mafioso araucano, citado por Gustavo Duncan en su ensayo:

    Yo trabajé con los mellizos Munera como autodefensas, como narcotraficante nunca. Yo le decía: Don Pablo enséñeme porque usted no tiene un Phd, usted tiene un título aún más grande en comercio internacional. Le preguntaba, ¿cómo hace uno para hacer negocios con gente no conoce y que le cumplan y le manden la plata? Eso no lo hace un muchacho de los Andes que estudie comercio internacional.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 2:31 am

    La columna de esta semana de Mauricio García es casualmente sobre el mismo tema. No sé, sin embargo, si su mensaje es el mismo o el opuesto.

  • Camimi68
    5 junio, 2011 at 2:40 am

    Gracias, muy buena columna, dan ganas de conocer el trabajo de Duncan. Saludos.

  • Anónimo
    5 junio, 2011 at 3:06 am

    "Gobierno y Fecode firman histórico acuerdo a favor de los educadores" El Tiempo.junio 4, 2011. De lo que estoy seguro es que Mockus no hubiese hecho esto nunca. No, mientras no sea cinico.

  • Patricia
    5 junio, 2011 at 3:29 am

    El problema del narco trafico es causa y efecto, causa porque la baja productividad de muchos cultivos licitos acompañada de la inasistencia del Estado (y no me refiero a subsidios sino a infraestructura, créditos y capacitación) han hecho que muchos campesinos con ganas de trabajar bien se dejen llevar por los tentadores ingresos del narcotrafico. Su efecto: la prolimeración de estos cultivos genera un efecto domino que hace muchos otros campesinos también cultiven, se produzcan fenomenos infracionarios, se reduzca la producción agropecuaria de estos territorios volviendose dependientes de otros para su alimentación; pero sin duda que el efecto más terrible es la violencia que se genera desde los hogares hacia afuera.

  • Javier Moreno
    5 junio, 2011 at 3:29 am

    ¿De verdad es la primera vez que alguien plantea esa hipótesis?

    Me cuesta creer que no fuera una cosa medio aceptada desde hace muchos años.

  • Fernando Torres
    5 junio, 2011 at 3:37 am

    De lo que nos ufanamos como virtud, se convierte en nuestro grillete

  • charlie
    5 junio, 2011 at 4:58 am

    Loco, llaman en Medellín, al que no le interesa la plata.

  • Anónimo
    5 junio, 2011 at 5:06 am

    “El impacto del narcotrafico en Antioquia” de Mario Arango Jaramillo Editorial J.M.Arango 1988

  • Anónimo
    5 junio, 2011 at 5:39 am

    Estoy de acuerdo con Javier; creo que la hipotésis propuesta es intuitiva. Cuando empece a leer la columna pensé que entre las teorías culturalistas estaba esa, que también acude a rasgos culturales como explicación.

  • JuanDavidVelez
    5 junio, 2011 at 5:52 am

    Tampoco entendí si el mensaje de Mauricio García es el mismo o el opuesto.

    Repitiendo lo de la columna de los renault 4 porque creo que viene al caso, según esta columna de hoy el ensayo de Duncan da una explicación de por qué en Antioquia, ¿también explica por qué los colombianos que somos como pais unos mediocres para todo, para la exportación de cocaina en cambio somos unos perfeccionistas muy competitivos mundialmente?

  • JuanDavidVelez
    5 junio, 2011 at 6:14 am

    Suponiendo que los antioqueños sean los fenicios colombianos, con esa premisa es lógico que la participación colombiana en este negocio internacional de la cocaina tuviera varios créditos antioqueños en sus filas, eso es lógico.

    Lo que yo me pregunto es si ese cuento de que los antioqueños son "los comerciantes de Colombia" si es cierto. ¿si es verdad eso? supongo que ahí es donde agaviria pasa del paper a la anecdota "yo conozco mucho antioqueño negociante". Supongo que entre los economistas existe un dicho que dice que no todo pueden ser correlaciones, ese dicho les debe ser muy útil de vez en cuando.

  • Sergio Polifroni
    5 junio, 2011 at 6:15 am

    No he leído el escrito de Duncan, así que mi comentario podría ser tendencioso. Las explicaciones culturales no deben descartarse. El narcotráfico no es una venta de papas o legumbres. Su exitoso desarrollo exige pagar altos costos en degradación moral y descomposición social. No todas las sociedades están dispuestos a pagarlos.

  • Anónimo
    5 junio, 2011 at 6:50 am

    Completamente de acuerdo con el comentario de Javier Moreno

  • jaime ruiz
    5 junio, 2011 at 7:19 am

    Se me adelantaron varios con lo obvio (ya verán en el periódico): que esa explicación también es culturalista y que aflora a la lengua como primera ocurrencia. Pero hay algo más bravo: ¿de dónde sacan que los paisas tienen mayor cultura de violación de las normas? ¿No se ha dicho siempre que hay más civismo en Medellín que en Bogotá?

    Los temas de Alejandro las últimas semanas, más patéticamente que nunca, y es mucho decir, parecen aludir a un país que no pasa por un momento angustioso. No sé si es síntoma de frivolidad o de mala fe. Mientras se suprime por completo la democracia y la administración de justicia se dedica abiertamente al crimen, los que medran gracias a ese estado de cosas se meten las manos en los bolsillos y silban un viejo tango que se oía en Guayaquil.

    Perdón por la cuña, pero me gustaría que vieran este video que publicamos en Atrabilioso.

  • jaime ruiz
    5 junio, 2011 at 7:28 am

    La columna de Mauricio García no distingue a los paisas de los demás, ni discute si el talento comercial ayuda a tener éxito a un mafioso o no. Pinta el mundo del tráfico de drogas como una rebelión conformista y a la jerarquía rural como modelo en el que se ven los nuevos amos (ansiosos de tener dinero para mandar donde lo que importa no es el dinero sino el abolengo). Para terminar anuncia el progreso visto desde la universidad colombiana. En contraste con la familia, la clase social y el honor, el hombre muestra como ejemplo de progreso "el Estado, la igualdad social y los bienes públicos".

    Pol Pot no lo habría dicho mejor.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 11:40 am

    Yo también estoy de acuerdo con Javier Moreno. Pero hay un punto que no es del todo obvio. Una cosa es hablar de cultura de la ilegalidad y otra cosa muy distinta es hablar de habilidades comerciales, de una capacidad empresarial bien extendida. Tal vez lo que me llamó la atención del ensayo de Duncan fue la forma, el tonito, algo que no captura la columna. Me sentí leyendo una historia empresarial, no un tratado sociológico lleno de conceptos metafísicos.

    ¿Es la capacidad comercial de los antioqueños un rasgo de su cultura? Aquí ya la discusión es semántica. E irrelevante. Yo prefiero una definición más estrecha de cultura que haga énfasis en las normas, las expectativas y las creencias.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 11:46 am

    En todo caso, así el argumento de Duncan sea medio obvio (al menos en mi versión simplificada), me parece importante señalar que no fue la maldad de los antioqueños, sus valore endebles, su moral maleable, sino su talento comercial, producto a su vez de una historia más igualitaria, lo que convirtió a Antioquia, en menos de diez años, de 1980, a 1990, en la región más violenta del mundo.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 11:52 am

    Jaime: yo soy un microeconomista, por eso escribo, sin temor a la irrelevancia, de los problemas de la salud, del lío de los celulares, de la economía del narcotráfico, etc. No sé por qué se sorprende. Usted sabe bien que yo soy simplemente un adorno tecnocrático en medio de un muladar sin salvación.

    En todo caso, llevaba más de una semana por fuera de Colombia. Y le confieso: estaba felizmente desconectado de las vicisitudes diarias de este país.

  • Javier Moreno
    5 junio, 2011 at 12:24 pm

    Por andar de paseo, Alejandro no se ha dado cuenta de que Colombia se convirtió durante las últimas semanas en una dictadura autocrática al mando del santo-chavismo cortés línea Tirana. Muladar era cuando todavía teníamos esperanza.

    Pasando a asuntos serios, ¿cuáles son los argumentos para sostener que los antioqueños son los fenicios criollos? Es claro que dentro de Colombia existe esa percepción al respecto de Antioquia, ¿pero hay estudios que le den un sustento más sólido o es como el cuento cachaco de que los costeños son unos vagos?

  • Anónimo
    5 junio, 2011 at 12:46 pm

    Enternece que Alejandro haya salido a defender a las abuelitas paisas de la injusta calumnia, pero en realidad no hay que ser Horacio para salir con una máxima de ese talante, sobre todo porque las abuelitas paisas tenían de a 14hijos y obviamente les tocaba decir algo así para que quedara claro que había que traer la mazamorra a la casa a como diera lugar.

    Y estoy de acuerdo con Javier y los que están de acuerdo con él. Nada nuevo bajo el sol.

    El espítitu emprendedor e industrioso antioqueño es legendario y no hay que estudiar mucho para saber que buena parte de la industria y el comercio en el país han estado históricamente en manos de los antioqueños. Que se sepa, Colombia no vivió en otra región un fenómeno de la magnitud e impacto económico y social de la llamada "colonización antioqueña".

    Quizás la "cosa nostra" paisa surgió como reacción a un modelo de desarrollo industrial tan dinámico como excluyente, y por eso los "pobres" de las numerosas familias (nótese que Pablo Escobar Gaviria y los suyos son los "primos pobres" de la familia Gaviria de la que también hacen parte José Obdulio y sus numerosos hermanos, o por lo menos eran los de la rama más morenita e aindiada frente a la camada de blancos ojocelestes de sus distinguidísimos primos) se abrieron espacio en la ilegalidad, que era lo que les quedaba para dar rienda suelta a su espíritu empresarial.

    Interesante también establecer en ese mismo sentido las diferencias que desde un principio se notaron entre los carteles de Medellín y Cali, como reflejo de dos empresariados notoriamente distintos, siendo el vallecaucano más calmado, menos estridente y habiendo producido mecanismos redistributivos y de vinculación de los más desfavorecidos como los promividos con tanto éxito y por tanto tiempo por la Fundación Carvajal y similares.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 1:04 pm

    Javier: los científicos sociales han mostrado un interés particular en los antioqueños y su historia. Algunos han equiparado sus valores a los de los protestantes gringos, otros han celebrado su ethos igualitario, otros más su talento comercial o su carácter aventurero. De todos los estudios que he leído o mirado, el que más me gusta es zel de Álvaro López Toro que enfatiza la importancia histórica de los comerciantes en Antioquia. La colonización antioqueña fue en últimas una empresa comercial que cambio este país. Para bien, creo yo.

    En todo caso, los paisas sí parecen estar sobrerrepresentados en el comercio. Las tiendas de Soledad, Atlántico o Cartagena del Chaira o Medellín del Ariari o Puerto Asis son atendidas mayoritariamente por paisas.

    En el negocio de la cocaína, finalmente, su gran mérito parece haber sido lograr integrar la red comercial de Bolivia a Miami (y a Jackson Heights).

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 1:20 pm

    Anónimo 7:46: no es el espíritu emprendedor o industrioso en general: es el talante comercial, la participación extendida y continúa en relaciones monetizadas por parte de los más pobres.

    De otro lado, las campesinas boyacenses también tenían 14 hijos. Y nadie está diciendo, que yo sepa, que se vieron obligadas, por mera supervivencia, a promover la ilegalidad o el delito. Su argumento es perezoso.

    Finalmente, el capitalismo antioqueño no fue siempre excluyente. Le recomiendo a Patricia Londoño, Religión cultura y sociedad en Colombia, Medellín y Antioquia: 1850-1930.

  • Apelaez
    5 junio, 2011 at 2:20 pm

    Es curioso que el emprendimiento paisa haya surgido, en parte, de lo que hoy llamarían "minería ilegal"

  • charlie
    5 junio, 2011 at 3:22 pm

    Acuerdese Alejandro cuando el plan en el Club Unión era apuntarse a algún envío de coca y cuando se le “aparecía la Virgen” al que le compraba la finca algún “mágico”.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 4:30 pm

    Charlie: sí, pero en todas parte les vendieron fincas a los mafiosos. En Antioquia las grandes empresas se enrocaron y los excluyeron.

    Un pregunta general, para todos: ¿al fin de cuentas las elites paisas son excluyentes o abiertas al dinero fácil? Las dos tesis son excluyentes o al menos no facilmente reconcliables.

  • Anónimo
    5 junio, 2011 at 6:05 pm

    Era una broma tonta, no un argumento perezoso, al cual de todos modos tendría derecho por ser domingo.

    ¿Por qué más bien no estudiar cómo funcionó/a el negocio? Como se configuraron las redes? ¿Qué tipo de "modelo" empresarial siguió el cartel de Medellín, por ejemplo, y si fue realmente distinto al del de Cali y en qué se diferenciaron? ¿Tiene eso que ver con la manera como se desarrollaron los respectivos empresariados legítimos en las dos regiones? ¿Cuáles fueron los nexos que se fueron creando entre los dos universos, el de la legalidad y la ilegalidad económica en una y otra región? Eso sí nos llevaría a profundizar un poco más sobre la historia económica reciente de Colombia que establecer si las abuelitas paísas le dijeron o no a sus hijos y nietos "vea a ver mijo como responde por sus hermanos".
    Y después habría que ver qué tan "autóctono" es el modelo, comparado, por ejemplo, con lo que ocurre hoy en ciertas regiones de México donde por seguro no hay muchas abuelitas paisas y dosnde los paralelos son a veces escalofriantes.

  • JuanDavidVelez
    5 junio, 2011 at 6:14 pm

    Alejandro, que pena la bobada pero por dios que tengo la duda y no es por molestar ¿está preguntando si esa elite es abierta al dinero del narcotrafico o al dinero facil en general? para mi son dos cosas distintas.

    Muy bacana la pregunta en todo caso.

    Mi respuesta es no sé. Si hubiera que apostar yo apostaría que fueron excluyentes a la plata del narcotrafico. Esos ricos tradicionales antioqueños (los de "los cien empresarios" de la camara de comercio de Medellín) ahora odian el narcotrafico, finalmente les mataron y secuestraron muchos elementos. Me pareceria interesante saber si siempre lo odiaron o fue despues cuando la violencia narco afectó a toda la sociedad, mejor dicho, lo que me gustaría saber es como reaccionaban los ricos tradicionales ante los narcos en 1981.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 6:50 pm

    Anónimo 13:05: muy interesantes todas las preguntas. Difíciles sin duda. La columna es sólo una reseña de un ensayo (perdón de antemano por el cliché) que plantean más preguntas que respuestas.

    He estado mirando el tema, todavía no sistemáticamente. Aparentemente el papel de los emigrantes fue fundamental y los colombianos se tomaron el mercado gringo por las malas.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 6:58 pm

    Juandavi: yo creo algunos de los ricos tradicionales no se resistieron, hicieron negocios con los nuevos ricos. Pero otros dijeron que no antes de los secuestros. En 1983 hubo una corrida organizada por Medellín sin tugurios, fue, recuerdo bien, un acto social bastante concurrido. Las fotos deben estar en los archivos de El Colombiano. Valdría la pena mirar quién fue y quién no al autoagasajo de Pablo Escobar.

  • Anónimo
    5 junio, 2011 at 8:01 pm

    Sobre la última entrada de Gaviria, para ver la fusión que se dio entre la sociedad antioqueña "pura" e "impura" habrá que insistir en que vean el documental de ESPN "Los dos Escobar". Aleccionador. Ahí hay todas y las fotos y película de archivo que quieran.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 8:05 pm

    Copio un comentario de Francisco Thoumi en El Espectador:

    Las habilidades en el comercio facilitan la incursión en este tipo de actividades, pero no es suficiente. Se requiere además que los controles sociales sean laxos. Es necesario distinguir entre empresarios y negociantes. Estos ultimos solo buscan ganancias faciles, en el corto plazo y sin importar los medios que se empleen. Buenos empresarios se encuentran en muchos otros lugares, la pregunta es porque no incusionan en actividades ilicitas?.También es importante diferenciar entre moralismo y la importancia de las instituciones (normas sociales). Como evidencia empirica de la importancia de la cultura en estos temas recomiendo la lectura de los trabajos del Prof Eduardo Saenz Rovner, quien ha anlizado el tema desde la perspectiva historica con un juicioso trabajo de campo.

  • Anónimo
    5 junio, 2011 at 8:13 pm

    Yo pensaba que los carteles del Valle y de Medellìn habían empezado casi al tiempo –la diferencia siendo que uno exportaba por el atlàntico desde el Uraba, y el otro por el pacìfico.

    Si la hipótesis es que la cultura Antioqueña era excepcionalmente laxa con el dinero ilegal y que sus habilidades comerciales eran relativamente mejores que en otras regiones, eso no explica por qué desde Cali tambièn hubo narcotràfico tan generalizado.

    No entendì la conexiòn el tràfico de drogas en los 80s, y el hecho de que el comercio al por menor es hoy "dominado" por antioqueños. Entiendo que el narcotràfico era comercio de gran escala –plantaciones extensas, embarques de toneladas por containers, etc.

    Será que por el contrario había algo diferente en las instituciones de la costa que reprimían el narcotráfico? Menos corrupciòn? … no sè—

    Ver http://historiayespacio.com/rev31/pdf/Rev%2031%20-%20El%20narcotrafico%20en%20Colombia.pdf

  • jaime ruiz
    5 junio, 2011 at 8:46 pm

    Varios comentaristas, como es preceptivo entre universitarios colombianos, acusan la influencia de la columna de William Ospina de la semana pasada, y de una vieja rutina (universitaria) local: el atribuir el tráfico de drogas a la "exclusión económica". A eso hay que adornarlo con tonito de paper y la vaina queda de lo más respetable.

    Parecido es lo de Thoumi: ¿cómo es que los empresarios en otras partes no se dedican a la ilegalidad? Para que la idiotez creacionista llegue a tanto hace falta cierta limitación cognitiva. Los ricos que fueron a los festines de Escobar habrían ido en cualquier otra parte de Colombia, y aun de toda Hispanoamérica, sólo es que no había criminales tan ricos que los invitaran.

    Los traficantes de cocaína no eran mayoritariamente empresarios ni nada parecido, sino delincuentes. Si en Antioquia fueron más eficaces hasta presentarse como "empresarios" no sería por virtudes de los delincuentes de otras regiones. Esa eficacia acarreó la multiplicación de la violencia asociada al negocio, también ayudada por un arraigo más reciente de la población y por un crecimiento demográfico más entusiasta (seguro que hay cifras, en la generación de Escobar seguro que había má familias con más de diez hijos en Antioquia que en Boyacá). Creer que el hampón que se enriquece es un empresario que se corrompe es muestra de estupidez.

  • Anónimo
    5 junio, 2011 at 10:20 pm

    "Creer que el hampón que se enriquece es un empresario que se corrompe es muestra de estupidez".

    Los Nule, por ejemplo. Los que abusaron de AIS para obtener diferentes fines a los del programa, por ejemplo. Hampa que se enriquece.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 10:21 pm

    Anónimo 15:13: las redes comerciales fueran fundamentales para la consolidación de los colombianos como los dueños del negocio: en sus inicios eran casi todos antioqueños, el “mexicano” y los caleños vinieron después. En particular, el dominio colombiano sólo consolidó plenamente cuando los antioqueños lograron controlar la distribución en los Estados Unidos.

    En fin, el argumento es más o menos el siguiente (el esquemita abarca más de un siglo): historia peculiar de pequeños propietarios (“mineros ilegales”) -> las clases bajas se familiarizan con las relaciones monetizadas -> el talento comercial se generaliza -> los emigrantes paisas crean enclaves en el noreste de los Estados Unidos -> los antioqueños (la mayoría de clase baja) son los primeros en aprovechar las posibilidades ofrecidas por la exportación de cocaína, un negocio que creció rápidamente impulsado, en buena medida, por el súbito aumento de la demanda en los Estados Unidos.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2011 at 10:36 pm

    Comentario de Eduardo Saenz Rovner (uno de los expertos mundiales en los orígenes del narcotráfico) en EE:

    La historia del narcotráfico (tal como la he trabajado en archivos en diferentes países) no se limita a Antioquia, ni a sus supuestas instituciones y cultura. Hay que tener en cuenta cambios socioeconómicos, desarrollo de las comunicaciones y regímenes políticos. Antes de los antioqueños traficaron cocaína los cubanos, los chilenos, los árabes radicados en Ecuador. En la marihuana los costeños se limitaban a exportar; los importadores eran generalmente gringos. En los años 60, como recuerda una forista, la cocaína salía de Bogotá. El golpe de Pinochet más la indiferencia de López Michelsen y el simulacro de represión en la Guajira de parte de Turbay permitieron que la cocaína se consolidara en diferentes regiones de Colombia ante la complacencia de las élites económicas y políticas. Lo que sí es cierto es que los antioqueños fueron capaces de construir redes en ciudades como Miami y Nueva York, aprovechando las colonias de colombianos, y enviando sus mulas (generalmente con papeles falsos) y sus cuadros para supervisar el negocio. Los antioqueños desataron vendettas sangrientas entre ellos en Miami hacia 1979-1980, pero sin meterse con narcos de origen cubano y norteamericano como equivocadamente salió en las películas y seriados de tv. Pero como están las cosas, los mexicanos nada tienen que enviadiarles en violencia y capacidades empresariales.

  • Anónimo
    5 junio, 2011 at 11:04 pm

    De ahí salió la serie "Miami vice".

  • Anónimo
    5 junio, 2011 at 11:20 pm

    Antioquia es la cueva de muchos hampones. Es un lugar estrátegicamente adaptado a las necesidades criminales de cualquier bando ( incluso del Estado ).

    Urabá (Chocó), Cordoba, Santander(Magdalena Medio), El viejo Caldas, son linderos usados para esas posibles "habilidades comerciales" que poseen los paisas.

    En esas zonas se presentan los más altos índices de violencia (narcotráfico, minería ilegal, terrorismo, prostitución ¿ tan raro no?

  • jaime ruiz
    6 junio, 2011 at 7:06 am

    Ustedes son geniales. Los Nule son, como Mockus y algún otro académico, fichas del combo de César Gaviria y Rudolf Hommes que prosperaron gracias al PDA, pero ahora se los cargan a Uribe.

    Hay algo de la desfachatez de ustedes que ningún "traqueto" antioqueño llega a emular.

  • Oscarc
    6 junio, 2011 at 3:22 pm

    Alejandro,
    Que el narcotráfico sea el reflejo de varios de nuestros males no tiene que ver con una tradición moralista..
    Ni Griselda Blanco ni Pablo Escobar hubiesen sido narcotraficantes exitosos sin su habilidad para asesinar gente.
    El ensayo de Duncan no dice mucho distinto a la carreta que todos (incluyendome) escriben.

    En realidad cree que para ser un gran narco se requiere más de habilidades comerciales que de habilidades exterminadoras?.

    Montar una red comercial de cualquier producto es muy fácil para cualquier empresario. Matar gente no lo es tanto.

    Cordial saludo

  • Alejandro Gaviria
    6 junio, 2011 at 4:31 pm

    Oscarc: tristemente es más fácil matar que organizar una red comercial. En todos partes, en todos los momentos de la historia de la humanidad, ha habido gente dispuestos a matar por cualquier cosa: el hombre es un animal peligroso. Pero no siempre unos cuantos asesinos sin educación han logrado hacerse a uno de los negocios ilegales más lucrativos de los últimos tiempos. Pablo Escobar fue un asesino, pero también apareció en la lista de Forbes. Es lo segundo, creo, lo que necesita una explicación. Saludos.

  • Anónimo
    6 junio, 2011 at 10:33 pm

    "Ustedes son geniales. Los Nule son, como Mockus y algún otro académico, fichas del combo de César Gaviria y Rudolf Hommes que prosperaron gracias al PDA, pero ahora se los cargan a Uribe." Afirmacion cierta. Comentario falaz.
    Uribe sin duda los protegio, o como explicar que el sabia de donde venian, con quien estaban, que hacian…y no paso nada?..Que uribe dejara pasar una papaya de esas para desprestigiar al PDA?….mmmm…no lo cree nadie…ahi hubo mucha gente que paso de agache por conveniencia (politica y/o economica): el PDA, Uribe.

  • Alejandro Gaviria
    7 junio, 2011 at 1:01 pm

    Dice Cristina de la Torre en su columna de EE:

    De allí que resulte providencial el resonante llamado de la Comisión Global de Políticas de Drogas a legalizar y regular el consumo de estupefacientes. Y la extensión del debate hacia los foros internacionales, sin cuyas decisiones Colombia poco puede. A negocio global, debate global. Deben de andar retrecheros los más feroces enemigos de la despenalización: los paraísos fiscales, el Banco Mundial, el FMI, los productores de armas e insumos químicos para procesar la droga, los ejércitos; las legiones de agentes de la DEA, de economistas, ingenieros y abogados, galaxia multicolor que vive espléndidamente de la guerra contra la droga, que en Estados Unidos funge como política de seguridad nacional.

    La ignorancia de esta señora es abrumadora. El Banco Mundial publicó el año pasado un libro que señala claramente el fracaso de la guerra contra las drogas. George Soros ha sido probablemente el principal financiador de las iniciativas que buscan un cambio de enfoque en las políticas antidroga. Los economistas (Milton Friedman, Gary Becker, los editores de The Economist, etc.) han sido los principales promotores de la legalización, etc. No desde ahora. Desde siempre. Creer que la política actual es simplemente el resultado de la eficacia y la cerrazón de algunos grupos de interés es una necedad.

    El cambio de mentalidad en este tema no sólo atañe a los prohibicionistas. Muchos de quienes abogan por la legalización están llenos de cucarachas en sus cabezas.

  • Alejandro Gaviria
    7 junio, 2011 at 1:03 pm

    Muy buen artículo sobre la economía política de la política antidroga. Ver de la página 8 en adelante.

  • Oscarc
    7 junio, 2011 at 2:17 pm

    De acuerdo Alejandro, el hombre es una especie peligrosa. Está dispuesto a matar siempre.
    Sin embargo, seamos sensatos. Matar aproximadamente 30 jueces, 400 policias y más de 10.000 personas en general no es nada fácil en nuestros tiempos. Más fácil crear una red comercial de lo que quiera.
    En la historia han habido asesinos públicos más ricos que Escobar. Lamentablemente el ranking Forbes es de nuestros tiempos (1986).

    Otra cosa que sería bueno investigar pues me da la impresión de que existe una correlación.

    Los narcotraficantes que mas se han lucrado son los que mas personas han asesinado. Los más sagaces, creativos, comerciales, en cambio; no lo han sido.

    Saludos

  • Anónimo
    7 junio, 2011 at 2:17 pm

    Dos inconsistencias de Mockus: giraldoramirez.blogspot.com

  • Anónimo
    7 junio, 2011 at 2:45 pm

    Valdría la pena comentar la renuncia del asesor económico de Obama, Goolsbee, quien sucedió a Christina Romer. Una y otro decidieron sacarle el quite al reto y volver a refugiarse en la torre de marfil, donde se puede pontificar sin consecuencias aparentes.
    ¿Cómo la ve, profesor Gaviria?

  • charlie
    7 junio, 2011 at 5:46 pm

    La economía del siglo 17, a la que nos ha llevado la globalización, es decir el poder político de las multinacionales, esta siendo causa de revueltas en todo el mundo o del ascenso al poder de demagogos de izquierda. El próximo en Méjico ?

  • Anónimo
    7 junio, 2011 at 7:34 pm

    Anónimo 9:45:

    Tras las bambalinas académicas todo es muchísimo más fácil. No se toman decisiones, solo se opina. Es como los periodistas deportivos: Les encanta jugar a ser técnicos pero ni de vainas serían capaces de serlo de verdad.

  • Alberto
    7 junio, 2011 at 8:11 pm

    Alejandro;

    ¿Entonces Duncan pone en duda algunas explicaciones culturales para proponer otras?

  • Anónimo
    7 junio, 2011 at 11:52 pm

    el abuelo de pablo escobar era un famoso contrabandista (ver el libro de salazar), oficio en el que se combinan la habilidad comercial y lo ilegal, la sevicia de los enfrentamientos entre narcos y entre narcos y estado proviene de varias fuentes históricas: la sevicia de "la violencia" y la justificación de la violencia como arma política avalada por las guerrillas de los sesenta-setenta (lo que legitimó luchas colectivas luego justificó el ascenso individual-la oligarquía corrupta/excluyente -pablito también fue primero simpatizante del m-19 y luego su exterminador en antioquia, irónicamente, sus primeros sicarios fueron entrenados por el eme en las comunas como "ejército popular"). las relaciones con usa y los migrantes fueron antioqueños pero también vallunos y cafeteros; por otro lado, los rodriguez primero fueron empresarios y luego narcos (drogas la rebaja y la representación de chrysler ya eran exitosas antes de entrar a la coca).

    por último no olvidar el argumento clásico de thoumi: la economía ilegal florece al lado de las guerras (la violencia, las guerras guerrilleras), que crean la "relajación" moral que se convierte en ventaja comparativa de las economías ilegales a gran escala.

    el narcotráfico/contrabando mexicano es tan viejo que viene desde la ley seca de usa, igual que su corrupción institucional, lo novedoso es la violencia salvaje entre ellos (tienen antecedentes en la revolución y la guerra cristera, pero no recientemente), creo que esa es una habilidad aprendida en los últimos 20 años.
    pop_ulista

  • Alejandro Gaviria
    8 junio, 2011 at 3:59 am

    Los economistas gringos (o bueno, todos los economistas) tienen (tenemos) una relación complicada con el poder. Sufren de lo que allá llaman Potomac Fever (fiebre de poder), pero adoran, al mismo tiempo, la interesante irrelevancia de la academia: muchos departamentos de economía son indistinguibles de un departamento de ajedrez: estudian problemas intrínsecamente interesantes pero que son, en esencia, simples jueguitos intelectuales.

    Muchos economistas prestigiosos lidian con esta ambivalencia de una manera práctica: pasan dos años a Washington y regresan luego a la academia (un poco más sabios) a lo mismo, a contar citaciones. No es una situación ideal. Pero es mejor que aislamiento absoluto, que el refugio permanente en la torre de marfil. En fin, considero que la puerta giratoria es, después de todo, socialmente benéfica.

  • Alejandro Gaviria
    8 junio, 2011 at 4:00 am

    El argumento de Thoumi (guerra -> relajación moral -> narcotráfico) es interesante. Pero tiene un problema: su sustento empírico es casi inexistente. Además, no me gusta las insinuaciones moralistas implícitas en el argumento: la relajación moral, sugiere Thoumi, se paga muy caro.

  • Anónimo
    8 junio, 2011 at 1:42 pm

    ¿Por qué afirma que el sustento empírico del argumento de Thoumi es casi inexistente? Colombia, Cemtroamérica, el Creciente Dorado (Afganistán, Irán, Paquistán), el Triángulo Dorado (Birmania o Myanmar, Vietnam, Laos y Tailandia en los años cincuenta, sesenta y setenta)son todas regiones donde han florecido las guerras y por lo tanto el tráfico de armas y las drogas para financiarlo. No sorprendería tampoco que la exitencia de nuevas rutas en Africa surjan en o cerca de países donde prevalece el conflicto armado y la relajación no tanto moral como legal e institucional por causa de la corrupción que acarrean todas estas situaciones.

  • Anónimo
    8 junio, 2011 at 1:43 pm

    surja

  • Anónimo
    8 junio, 2011 at 7:40 pm

    En ningún lado Duncan muestra los vinculos de la polícia y el ejercito con el narcotráfico.

    acaso les falta cojones a estos muladares?

  • Alejandro Gaviria
    8 junio, 2011 at 8:43 pm

    El argumento de Thoumi no es el de la guerra: es el de la relajación moral como ventaja comparativa sociológica para el narcotráfico.

    Las experiencias de centroamericana, Afganistan o Colombia tienen explicaciones económicas más simples: narcotráfico -> recursos -> guerra. No es necesario meter la cultura en ese cuento.

  • Anónimo
    8 junio, 2011 at 8:58 pm

    Bueno, sí señor.

  • panÓptiko
    8 junio, 2011 at 9:31 pm

    Un poco tarde, recordar que por ahí hay estudios que muestran que el nivel de 'emporio de la ley' (rule of law) en la sociedad (británica, creo), es indirectamente proporcional a los tamaños de las familias. Y no porque estén muertos de hambre, sino porque la gente pone a la familia por sobre los mandamientos de la ley (e.g. al tío mafioso).

    Pero, como dice Alejandro, esto pasó en todo lado; no sirve de explicación.

    Saludos,

  • Anónimo
    8 junio, 2011 at 9:36 pm

    lo del "emporio de la ley" es chiste? será el "imperio" …

  • Anónimo
    8 junio, 2011 at 9:39 pm

    Es que es muy sencillo dominar 4/5 partes del negocio del narcotráfico en el mundo si asesino -literalmente- a la competencia, y así, de paso me quedo con las nuevas rentas.

    No me imagino a Steve Jobs poniendo bombas en las oficinas de head quarters de Microsoft.

    Dónde quedan las habilidades comerciales?

  • Anónimo
    8 junio, 2011 at 10:05 pm

    Y mientras tanto, el desempleo disparado en Estados Unidos.

    Que cobardía. Prefeir la comodidad de echar carreta en las aulas, a asumir la responsabilidad de hacer algo por tanta gente que lo ha perdido todo en ese país.

    Una de dos: o le quedó grande el reto, demostrando que efectivamente es pura m lo que enseña; o es un HP pusilanime.

    La verdad, no le veo mucho beneficio social, más allá de echar una que otra anecdota a un estudiantado igualmente cándido que se enorgullece de que su maestro hubiese sido un asesor efimero del Presidente.

    Cordial saludo,

    Harold Londoño

  • Anónimo
    9 junio, 2011 at 4:37 am

    podría parecer que thoumi insinúa algún castigo a la relajación moral (de cierta manera parece responder al argumento aquel de que todo es culpa de la hipocresía de los gringos), pero también pone ejemplos de circunstancias similares en donde florecen industrias ilegales, en afganistan y en las repúblicas de la urss al caer el comunismo

  • Anónimo
    9 junio, 2011 at 4:44 am

    guerra y narcotráfico se convierten en circulo vicioso,al caer el bloque comunista, las guerrillas aprovechan el narcotráfico u otros tráficos para financiarse, pero si vemos a colombia la ecuación no es tan simple, la bonanza marimbera es anterior y en un lugar donde el conflicto en ese momento no era tan fuerte como lo era el contrabando, mas bien parece que conflicto y narcotráfico se hubieran encontrado para beneficio mutuo, sin que uno antecediera al otro (aunque compartan precedentes comunes)

  • Anónimo
    9 junio, 2011 at 4:46 am

    para el anónimo anterior: eliminar físicamente a la competencia es condición inherente de cualquier gran negocio ilegal, y aunque suene feo no es tan fácil, no cualquier gatillero llega a capo

  • Anónimo
    9 junio, 2011 at 1:17 pm

    Resumiendo,
    Resulta casi evidente que la tesis de Duncan; por un lado no es nueva. Ya la había oído en algunas conversaciones de borrachos y tinterillos.
    Por otro lado, puede ser que explique en gran medida el surgimiento del narcotráfico en general para antioquia.
    Pero jamás va a explicar como Pablo Escobar y otros grandes capo) se hicieron tan ricos.

    Ya sabemos que Escobar no era el más inteligente ni el más comercial. En cambio, si ha sido el asesino colombiano más grande de nuestros tiempos.

  • Anónimo
    9 junio, 2011 at 5:51 pm

    y dígase del siniestro primo de Pablo Escobar, jose obtuso, perdón!, jose obdulio..

  • Anónimo
    9 junio, 2011 at 6:47 pm

    Y luego no digan que no

  • Alejandro Gaviria
    10 junio, 2011 at 9:12 pm

    Esa era una industria completa, pero, oiga: una industria que hay que defender a plomo o como toque. Esa es la joda de la droga y del contrabando: que van de la mano de la candela. Es que en esto, el decente, mejor dicho, el pendejo, ese o se arruina o termina en la cárcel o se muere. Esta vaina es así. Es para gente que tenga mucha saliva. Mejor dicho: es para guerreros.

    PE

  • Anónimo
    11 junio, 2011 at 4:17 am

    Profesor Gaviria por que razon en economia se dice que el gasto publico en educaciobn superior es regresivo.? Acaso tiene que ver con el tipo de impuesto que se usa para financiar este gasto?. A su atencion gracias.

  • L'enriq
    27 septiembre, 2011 at 7:36 pm

    Buen libro, seria interesante leerlo ya que la mayoría de los narcotráficantes se financian de manera similar. saludos.