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Un paliativo populista

La inflación puso fin al letargo noticioso del inicio de año. El aumento en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) sorprendió al gobierno, a los gremios y a los analistas. Nadie tenía en sus cálculos una cifra de inflación superior a 3% para el año 2010. Pero, contra todos los pronósticos, la inflación terminó en 3,17%, empujada por un aumento abrupto en el precio de los alimentos. En solo el mes de diciembre el precio de la comida creció 1,65%. 2011 podría ser otro año (uno más) de comida cara.

El precio de los alimentos está aumentando en todo el mundo. El índice de precios de productos básicos agrícolas, calculado por la FAO, una agencia de las Naciones Unidas, alcanzó un pico histórico en diciembre de 2010. “La situación es alarmante. El mundo enfrenta un nuevo choque en el precio de los alimentos. Si se prolonga algunos meses, podría convertirse en una crisis” dijo esta semana un vocero de la misma organización. Las sequías en Brasil y Argentina, las inundaciones en Pakistán y Australia, y en general la severidad del fenómeno climático de La Niña han llevado a un rápido aumento en el precio de los alimentos en los mercados globales. “Los altos precios han resurgido como una amenaza al crecimiento y la estabilidad social” escribió el martes el Presidente del Banco Mundial. La cosa es en serio.

Algunos analistas temen una repetición de los disturbios de los años 2007 y 2008, protagonizados por masas hambrientas en más de treinta países. Otros plantean un escenario más preocupante: una repetición de la crisis alimentaria de mediados de los años setenta, con todo y sus desastrosas repercusiones sociales. En Colombia, como lo señalan las investigaciones pioneras de Adolfo Meisel, los nacidos en la primera mitad de los años setenta, en medio de la crisis alimentaria, miden en promedio casi un centímetro menos que los nacidos algunos años antes o después. La crisis en ciernes podría tener consecuencias desastrosas. Y permanentes.

La discusión doméstica se ha centrado en un asunto específico, casi secundario: el incremento en el salario mínimo en un contexto de inflación creciente. Como corresponde a nuestra tradición santanderista, la discusión se ha planteado en términos jurídicos, ha girado en torno a la constitucionalidad del incremento en el salario mínimo decretado por el gobierno a finales del año anterior. Pero el tema, sobra decirlo, va mucho más allá. El reajuste del salario mínimo, anunciado el viernes por el Presidente Santos, es poco más que un paliativo populista, nada contribuirá a mitigar la disminución de los ingresos reales de los trabajadores informales y por ende a aliviar el predecible aumento en la indigencia y la pobreza.

Si el gobierno fuera serio en sus intenciones, debería estar discutiendo, simultáneamente al reajuste del salario mínimo, un aumento de los subsidios monetarios de Familias en Acción, una disminución de los aranceles agrícolas y una expansión de los programas de nutrición. El aumento en el precio de los alimentos afecta a decenas de millones de personas y podría tener, ya lo vimos, efectos permanentes. Por desgracia la única respuesta del gobierno ha sido, al menos hasta ahora, una propuesta irrelevante, simbólica. En últimas, las medidas simbólicas son eso, gestos que buscan efectos políticos, no consecuencias reales.

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  • Alejandro Gaviria
    9 enero, 2011 at 2:55 am

    Columna anterior sobre protección agrícola y pobreza.

    Comparación del salario mínimo (como porcentaje del PIB per cápita) en varios países de la región.

  • haroldmoma
    9 enero, 2011 at 2:59 am

    Lo triste para el ciudadano de a pie es que ve como periodo tras periodo el gobierno siempre decepciona y uno no sabe si es porque no quiere o porque no puede. Voto tras voto; sea de derecha o de izquierda, el de turno nunca actua como toca.

  • Anónimo
    9 enero, 2011 at 4:38 am

    Alejandro, que opinion le merece la columna de Daniel Coronell en Semana? Creo que el esta confundido porque dice que el SM de Colombia es uno de los mas altos de la region. Se le olvido normalizar algo a Daniel? (Perdon por la falta de tildes).

  • Anónimo
    9 enero, 2011 at 5:35 am

    Alejandro, usted se la pasaba diciendo que era mejor disminuir los susbsidios de familias en acción, ahora solo por la supuesta "crisis alimentaria" ya cambió radicalmente de parecer?

  • Anónimo
    9 enero, 2011 at 5:47 am

    Alejandro, no es un poco apresurada la tesis de que los precios de los alimentos mundialmente estan en aumento por la severidad de los efectos climaticos de la Niña. Segundo, usted acaso en el pasado no proponia acabar con familias en accion, porque ese cambio de frente.

  • Carlos Méndez
    9 enero, 2011 at 11:38 am

    Los alimentos venían baratos. El invierno afectó los cultivos.

    El aumento de los precios a nivel global hace parte del fenómeno del aumento de todos los "commodities".

    Pero no estoy seguro que el aumento en Colombia en Diciembre sea consecuencia de algo mas que el invierno…

  • Carlos Méndez
    9 enero, 2011 at 11:41 am

    Esos datos del salario minímo como porcentaje del PIB parecieran mostrar una correlación importante con el desempleo en cada país. Todos los paises que tiene un salario mínimo menor (como porcentaje del PIB) tiene 2,3 o hasta 4 puntos de desempleo menos que Colombia.

  • Alejandro Gaviria
    9 enero, 2011 at 1:35 pm

    Coronell no normaliza. Comparar el salario mínimo en dólares en Colombia y Chile, por ejemplo, dadas las grandes diferencias en productividad, no tiene sentido. Además usa las altas de desempleo de Colombia para justificar el alza en el mínimo cuando, si uno cree en las leyes de oferta y demanda, el argumento debería ser el contrario.

    La relación entre La Niña y el alza de los precios de las commodities agrícolas no es un invento mío. Ha sido señalada por muchas analistas y organizaciones internacionales. El Financial Times decía esta semana que los agentes del mercado de commodities se volvieron expertos en asuntos climáticos.

    Yo creo que la expansión de FA fue exagerada y politiquera. Pero, más allá de estas críticas, en un contexto de precios de la comida en aumento, tiene más sentido subir el subsidio que el salario mínimo. Lo segundo al menos podría ser un contrapeso, lo primero no va a atenuar de ninguna manera el posible aumento de la indigencia.

  • Alejandro Gaviria
    9 enero, 2011 at 1:36 pm

    El salario mínimo sí explica algunas de las diferencias regionales en desempleo e informalidad. Enlazo un artículo clásico al respecto.

  • Alejandro Gaviria
    9 enero, 2011 at 1:51 pm

    Sobre FA, no he cambiado de opinión. Tarde o temprano este país tendrá que pasar de un equilibrio como el actual (de bajo empleo formal y altos subsidios) a un equilibrio distinto (con más empleo y menores subsidios). Pero va a tomar tiempo. Y los subsidios, cabe reconocerlo, puede ser eficaces para lidiar con una crisis alimentaria transitoria.

  • Anónimo
    9 enero, 2011 at 2:00 pm

    Contrafactual: Si Uribe hubiera ordenado, sin consultar a sus ministros, una revisión del salario mínimo, muchos lo habrían tachado de populista.

    Pero Santos, para los mismos, está actuando como un estadista.

  • Alejandro Gaviria
    9 enero, 2011 at 7:18 pm

    Columna de Héctor Abada sobre la pasada polémica con William Ospina. No había notado la anáforas de William Ospina.

  • Anónimo
    10 enero, 2011 at 1:19 am

    Profesor Gaviria, sobre la pasada polémica con William Ospina, ¿qué tal le pareció la columna de Mauricio García Villegas?

    http://www.elespectador.com/impreso/columna-242154-economia-y-poesia

    ¿Y la de Rodrigo Uprimny?

    http://www.elespectador.com/columna-241520-justicia-ambiental-e-inundaciones

    (Yo creo que usted tiene razón en varios aspectos.)

  • Anónimo
    10 enero, 2011 at 3:45 am

    Profesor Gaviria, en los dos últimos párrafos de esta columna se hace una propuesta sobre el salario mínimo y el empleo:

    http://www.elespectador.com/columna-239829-salario-minimo-e-informalidad

    Pero ¿sí es una buena propuesta?

  • Carlos Méndez
    10 enero, 2011 at 2:43 pm

    Leyendo los articulos del financial times se observa que el aumento del precio no es solo a causas climáticas. También la devaluación del dolar, es decir la política inflacionaria de la FED ha contribuido.

    Los aumentos de precios entonces combinan un choque de oferta con inflación. Pero este ultimo punto no lo ha mencionado Alejandro (ni en el articulo principal ni en los comentarios)

    El 2007-2008 la causa era mas inflacionaria.

    La debilidad del dolar también es la causa parcial del aumento del precio del petroleo, por ejemplo.

  • Alejandro Gaviria
    10 enero, 2011 at 2:58 pm

    La columna de Mauricio García me gustó. Me pareció una buena presentación de los argumentos. Pero como dice el politólogo gringo Alan Wolfe, “good poetry makes bad policy.”

    Sobre la columna de Uprimny, tengo más dudas. No estoy seguro de que el enfoque de justicia ambiental sea muy productivo. La idea de que los ricos contaminan y los pobres padecen las consecuencias me parece un poco elemental. Tal vez la discusión sobre justicia ambiental pueda dar algunas luces en las discusiones globales sobre cambio climático pero su utilidad en el debate local y en el diseño de políticas domésticas es limitado. Claro que hay injusticia ambiental, claro que los pobres sufren más en las catástrofes naturales pero siempre se ha dicho que la pobreza es multidimensional. Uprimny vuelve sobre lo mismo pero, más allá del cambio de lenguaje, no veo mucho de novedoso o interesante.

    Sobre la columna de Eduardo Sarmiento, la propuesta de un subsidio al empleo es interesante. Ya se ha discutido varias veces. El problema, como casi siempre, radica en la puesta en práctica. ¿Cómo impedir, por ejemplo, que las empresas despidan trabajadores y los contraten nuevamente en empresas nuevas, creadas artificialmente para recibir el subsidio? Tampoco estoy de acuerdo con un aumento del mínimo de 10%. En mi opinión agravaría el problema de informalidad.

  • Alejandro Gaviria
    10 enero, 2011 at 3:03 pm

    Carlos: tiene razón. La política de la FED es en últimas una política comercial disfrazada, en esto tienen razón los brasileños. Esta política ha afectado, entre otras cosas, el precio de los alimentos. También cabe tener en cuenta que la demanda ha crecido rápidamente y lo seguirá haciendo.

  • Daniel Payares Montoya
    10 enero, 2011 at 3:07 pm

    Alejandro, sus debates con Ospina me parece que quedaron finalizados con el ensayo suyo "William Ospina: el hermano de las águilas". ¿No sería más fácil que le regalara "Guns, Germs and Steel" a Ospina para tener que evitar que él vuelva sobre el mismo tema una y otra vez?

  • Alejandro Gaviria
    10 enero, 2011 at 3:16 pm

    Daniel: Ospina jamás aceptaría este tipo de argumentos.

  • panÓptiko
    11 enero, 2011 at 1:00 am

    El artículo sobre los empleados públicos en el mundo de esta semana en el Economist está muy informativo.

    Saludos,

    (ayer traté de colgar dos veces comentarios y no aparecieron… no se si a otros les haya pasado)

  • Alejandro Gaviria
    11 enero, 2011 at 1:36 am

    Comentario anterior de PanÓptiko (no sé que pasaría: me llegó al correo pero no apareció aquí).

    (Escribí un comentario largo, lleno de referencias a otras páginas, pero se borró cuando lo envié. Así que ahora sólo me queda tiempo para un resumen)

    * Esperaba más que otro apocalipsis de Alejandro. Mientras las organizaciones internacionales y los periódicos (y a veces los políticos) viven del miedo que alimentan, uno lee los columnistas porque ellos se supone que no.

    * Recientemente Dani Rodrik y Oxfam han tenido una interesante conversación por qué "the news on the food prices front is always bad for the world’s poor, regardless of whether prices are rising or falling". (este es el último post, hay que buscar de para atrás el comienzo de la discusión).

    Lo que se esperaría de los tecnócratas es que presentarán mucha más información antes de salir a sugerir acciones a la loca.

    * Blattman ha mostrado que eso de las revueltas por escasez de alimentos tiene un dudoso origen.

    * La información del FT, que deja el tremendismo en el primer párrafo, muestra que el índice de alimentos ha subido por el azúcar, maíz, aceite vegetal, y la carne.

    Si esa es la razón en Colombia, y nosotros somos lo que nos abastecemos de ello, sería mejor aguantar para que vía precios el agro se recupere.

    * Sería bueno saber más de cuán significante es un centímetro en los 70s.

    * También saber más de que tiene en mente Alejandro cuando habla de programas en nutrición. Mi paso por la Secretaría de Salud no me permite vislumbrar que tipo de intervención tiene en mente.

    Por último, si de salir del letargo se trata, una columna sobre la situación en Túnez sería más apropiada: un país de donde generalmente no vienen noticias, alabado recién por el PNUD – algo que creo Alejandro comentó – en medio de violentas protestas por la tasa de desempleo. La chispa de los disturbios debería llamar la atención de los observadores del país: a un graduado universitario que sin trabajo vendía frutas la policía le botó la mercancía por alguna razón, así que el tipo decidió inmolarse en protesta. Ya van más de 20 muertos, y otro par de suicidas. Nada raro que esto se propague.

    Saludos,

  • Alejandro Gaviria
    11 enero, 2011 at 1:45 am

    Algunas reacciones rápidas:

    El centímetro de menor estatura es significativo por una razón sencilla: se trata del universo, no de una muestra representativa.

    Una columna de prensa, escrita por tecnócratas o por cualquiera, puede sugerir algunas cosas a la loca. O mejor, puede presentar un inventario de acciones (ninguna alocada en todo caso) con el fin de contrastarlo con las decisiones que se han anunciado.

    En todo caso PanÓptiko olvida un asunto trivial: en vacaciones a duras pena puede uno mantenerse al día con lo que pasa en Colombia. Apenas esta mañana, por ejemplo, me enteré de lo que está ocurriendo en Túnez.

  • Alejandro Gaviria
    11 enero, 2011 at 4:53 am

    Otro punto: mientras opera el teorema de la telaraña, esto es, mientras los altos precios hacen que la oferta crezca, pueden pasar varios meses o más: mucho tiempo habida cuenta de las consecuencias de largo plazo de la desnutrición infantil.

    Otro más: el aumento de los precios de los alimentos en 2008 disparó la indigencia varios puntos porcentuales. De acuerdo, no fue el apocalipsis pero fue un retroceso considerable.

  • Anónimo
    11 enero, 2011 at 1:35 pm

    Es que, frente a la desfachatez del uribestia, un comportamiento normal como el de Santos reulta comportamiento de estadista.

  • Anónimo
    11 enero, 2011 at 2:58 pm

    Lo del centímetro de estatura está muy, pero muy reforzado. Más bien debería tenerse en cuenta la diferencia en el anchor de las tripas.

  • Alejandro Gaviria
    11 enero, 2011 at 3:30 pm

    Reforzado o no, los datos parecen claros. Los enlazo nuevamente.

  • Anónimo
    11 enero, 2011 at 5:54 pm

    El problema no es escoger entre "la lirica ensoñadora(de Ospina) o el cinismo de los hechos irremediables(Gaviria). El problema, señor Abad, es que los dos son iluminados. Uno por los dioses chobchas, el pacha mama y la Gaia y el otro por los sueños de la razon pura.

  • Anónimo
    11 enero, 2011 at 7:36 pm

    JAJAJAJAJAJA, que anónimo tan guasón y sarcástico pero verdaderamente acertórico. Tanto Ospina como Gaviria son unos pedantuelos insufribles.

  • Anónimo
    12 enero, 2011 at 5:34 am

    Profesor Gaviria, ¿qué opina de este análisis sobre el mismo asunto del empleo y el salario mínimo?

    http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/otroscolumnistas/una-propuesta-inoportuna_8780640-4

  • Alejandro Gaviria
    12 enero, 2011 at 4:07 pm

    Me gusto el artículo de Stefano Farné. Llama la atención sobre el cortoplacismo del gobierno. Solo diría lo siguiente: más que decir, como Stefano, que el salario mínimo no debe ser una herramienta distributiva yo diría que, en Colombia, en las circunstancias actuales, la eficacia redistributiva del salario mínimo es muy baja. Puede incluso ser nula o negativa. Un mayor salario mínimo, en general, no les conviene a los pobres.

  • Alejandro Gaviria
    12 enero, 2011 at 4:08 pm

    Noticia de Portafolio: El mundo toma medidas por escasez de alimentos.

  • Esperanza Giraldo
    12 enero, 2011 at 4:28 pm

    Estamos viendo los signos de los tiempos. Las inundaciones y sequías aquí y allá, la muerte intempestiva e inexplicable de miles de pájaros allá y acullá, etc., no son otra cosa que la prueba de que se acerca el fin. Así que los invito a tomar conciencia y a abrazar el evangelio entregándose al misericordioso Señor Jesucristo.

  • Anónimo
    12 enero, 2011 at 4:43 pm

    Lo que le faltaba a este blogger: una vieja pendeja apocalíptica. ¡Que pereza! ¿Por qué no buscará quien se la folle?

  • Anónimo
    12 enero, 2011 at 4:45 pm

    Un mayor salario mínimo, en general, no les conviene a los pobres… empresarios.

  • Esperanza Giraldo
    12 enero, 2011 at 6:59 pm

    Anónimo 11:43 eres un patán, un irrespetuoso y un cobarde que nisiquiera pone el nombre para ofender. Pero Dios es tan grande y misericordioso que hasta tipos como vos podrán ascender al cielo si se arrepienten.

  • Alejandro Gaviria
    12 enero, 2011 at 7:05 pm

    Nature: Food prices hit record high.

  • Alejandro Gaviria
    12 enero, 2011 at 7:06 pm

    Nature: Food special.

  • Anónimo
    12 enero, 2011 at 10:21 pm

    Interesante que no sólo el precio de los alimetos se estuviera afectando sinó también el precio de los millares de objetos suntuarios que alimentan los egos desbordados de los comsumidores a ultranza.

  • Alejandro Gaviria
    12 enero, 2011 at 11:07 pm

    Pascual Gaviria sobre la primera novela de Yuyin Li, recomendada hace unas semanas en este blog.

  • Juan David Escobar
    13 enero, 2011 at 12:08 am

    yo creo que el panorama no puede estar más grave.
    Los políticos no están a la altura de los hechos, y los ciudadanos no se ponen a la altura de sus gobernantes.

  • John Patiño Montoya
    13 enero, 2011 at 12:37 am

    Alejandro, sugiero borre los comentarios de predicadores y gente irrespetuosa. Simplemente no es el espacio.

  • Alejandro Gaviria
    13 enero, 2011 at 2:18 am

    Borré varios esta tarde pero se me pasaron dos o tres. Ahí quedan como curiosidades antropológicas. Saludos.

  • BAFOMETO
    13 enero, 2011 at 6:57 pm

    Profesor Alejandro: Anoche vi un programa que orienta Ernesto Mccausland en el que se trataba el tema del vil asesinato del sociólogo Alfredo Correa de Andreis y todo loque gira en torno al caso. Quedé estupefacto frente a la sinverguensería de la tal "Justicia y Paz", eso es un asco. ¿Qué piensa usted?

  • Anónimo
    13 enero, 2011 at 11:03 pm

    No parece extraño que el gobierno nacional supiera los nombres de los comandantes terroristas narcoparamilitares de cordoba en tan corto tiempo?

    Será que la policia y demas estamentos militares tienen complicidad con el sicariato en cordoba?…

    están matando gente a diestra y sinietra; semejantes organizaciones criminales son más peligrosas que la Organización Jaime Ruiz

  • charlie
    13 enero, 2011 at 11:03 pm

    "Colombia se disparará: primer banco del mundo"

    Como seria de ridículo el titular, que ElTiempo lo descolgó de su pagina de internet.

  • juan francisco muñoz
    14 enero, 2011 at 3:46 am

    Dominic Johnson plantea en este paper algo interesante para el debate sobre cómo juzgar las causas del invierno en Colombia, aunque su escrito se centra en argumentar sobre el efecto paradójico de la "mente" humana al culpar a otros o a alguna causa superior a la de la naturaleza y el azar por el cambio climático, debido a la economía cognitiva que la selección natural y la adaptación social han premiado en nuestra evolución. Sustenta que entender las verdaderas causas de fenómenos al largo plazo es particularmente difícil para nuestras formas de atribución, nuestras percepciones distorsionadas y nuestra tendencia a decidir sobre un número limitado de opciones sobrevaloradas:
    "Dramatic events may not necessarily be valid indicators of whats happening, or what´s to come… The events can take a powerful symbolic significance, and while they not may in themselves represent evidence of an statistical pattern, they nevertheless heavely influence people´s perceptions…" (D.J)

  • Anónimo
    14 enero, 2011 at 5:13 am

    Ahora la lucha por el territorio, costas, manglares, selvas, etc, esta en manos de las BACRIM. Y en la mitad muren los inocentes.

  • Anónimo
    14 enero, 2011 at 1:03 pm

    A los jóvenes estudiantes de Uniandes no los asesinaron los Urabeños sino los Uribeños. Uno se pregunta: ¿Si hubiesen sido estudiantes de la "nacho" se hubiera actuado con tanta celeridad a la hora de señalar culpables y se hubiese ofrecido 500millones por sus victimarios?

  • Anónimo
    14 enero, 2011 at 1:06 pm

    Ó: ¿si el profesor asesinado por los paras no hubiese sido Alfredo Correa de Andreis sino Alejandro Gaviria el proceso judicial seria el mismo? Respuesta: CLARO QUE NO! En este país miserable, injusto y violento existen muertos de primera, de segunda y hasta de tercera.

  • Anónimo
    14 enero, 2011 at 2:09 pm

    El punto no es que existan muertos de primera o tercera.
    Lo triste es que existe gente de primera, quinta, y no quiero seguir contando. Soy egresado uniandino, pero sinceramente el show mediático por la muerte de estos dos compañeros me parece ridículo en términos relativos a las incontables muertes que ocurren diariamente en este país.

  • Alejandro Gaviria
    14 enero, 2011 at 2:29 pm

    El sesgo mediático es antipático: yo no voy a negarlo. Incluso hay un negocio implícito en todo esto: la venta de avisos funerarios es muy lucrativa e influye sobre las primeras páginas de algunos periódicos. Pero no quisiera tampoco minimizar el asesinato de los estudiantes. Debe haber, creo yo, una jerarquía en la indignación. Y hay gente que parece más indignada por la cobertura mediática que por el crimen mismo.

    Bafometo: no vi el programa. He seguido la noticia desde hace tiempo. He leído todas las cartas que ha escrito su hermana, algunas publicas en El Espectador. No sólo me parece aterradora la impunidad sino también la indiferencia del país ante este caso.

  • Anónimo
    14 enero, 2011 at 4:08 pm

    Yo no relativizo ningún tipo de muerte. Los asesinatos no son más ni menos que eso. Talvez he perdido la indignación ante estos sucesos por vivir tanto tiempo en esta mala patria.

    Pero no sé como llamar a los articulitos de este tipo:
    http://elespectador.com/impreso/temadeldia/articulo-244648-mateo-y-margarita-un-adios-inmortal

    Es como la apología ridícula de la indignación y el alimento de todos aquellos a los que el resentimiento enceguece.

    No había pensado lo del negocio, pero tiene sentido.

  • Anónimo
    14 enero, 2011 at 4:24 pm

    A propósito de asesinatos y temas afines, se necesitaba un genio colombiano como Enrique Santos Molano para que articule de manera tan brillante la teoría de la conspiración más patética de la historia sobre el atentado contra la vida de la Representante Gabrielle Giffords de Arizona (Demócrata ella, pero más bien conservadora y defensora de la segunda enmienda, relativa al derecho de portar armas…) y de por qué las balas siempre son más efectivas contra los objetivos con inclinaciones izquierdistas que derechistas. Además, Sarah Palin se cae sola de su propio escaso peso, como para que desde el ombligo del mundo aparezca un sapo de semejante tamaño a darle un empujón.

  • BAFOMETO
    14 enero, 2011 at 4:28 pm

    En su "Botella al mar para el dios de las palabras" García Marquez se queja de que la palabra "condoliente", a pesar de todo lo que connota y denota, aún no se haya inventado. Y es que no solo no se ha inventado sino que a fuerza de tanto ver y oir sobre crímenes y más crímenes, los colombianos hemos pasado de la indolencia a la indiferencia como si nada. Por eso, aunque la muerte de los dos estudiantes deba ser repudiada (al menos por aquellos que de una u otra forma nos sentimos humanistas), no cabe duda de que este hecho se ha utilizado como halaraca mediática en pro de intereses poco humanitarios, hasta el punto que el mismo Santos aprovechó el asunto para acrecentar su imagen de estadista comprometido con los derechos humanos. Pero eso no es más que una estrategia publicitaria. De ahí que el asunto resulte tan chocante.

  • Anónimo
    14 enero, 2011 at 4:41 pm

    Anónimo 11.24, lea y piense un poquito, se dará cuenta de que usted escribe por escribir:

    Si a eso sumamos la otra violencia, la que ocurre en los medios y es igualmente incontrolable, las consecuencias pueden ser desastrosas. Mucho se ha mencionado el hecho de que Sarah Palin, poco antes del tiroteo de Arizona, señalara a sus enemigos políticos poniendo en su página web el círculo y las líneas cruzadas de la mira de un arma de fuego. Pero no es la única. Mike Huckabee, ex candidato a la presidencia que cada tanto se ve obligado a recordarnos que no es del Tea Party, dijo del responsable de las filtraciones de Wikileaks: “No se merece nada menos que ser ejecutado”. Bill O’Reilly, comentarista situado a la derecha de Goebbels: “Quien haya filtrado esos documentos”, dijo, “es un traidor y debería ser ejecutado”. La pasión de los conservadores por la pena de muerte es unánime: Tucker Carlson, comentarista deportivo de la Fox, apareció hace poco en vivo y en directo para pedir la pena de muerte para el quarterback Michael Vick, que años atrás se vio implicado en un escándalo de peleas de perros. “Yo soy cristiano, he cometido errores y creo en las segundas oportunidades”, dijo Carlson, “pero Mike Vick mataba perros, y personalmente creo que debería haber sido ejecutado”.

    Recuerdo que a mediados del año pasado Sharron Angle, candidata entonces del Tea Party, sugirió en los medios que el gobierno de Estados Unidos era una tiranía, y que la Segunda Enmienda se había hecho pensando en eso: en que los ciudadanos se enfrentaran a la tiranía con las armas. “Espero que no veamos remedios de Segunda Enmienda”, dijo. De ahí a pedir que alguien mate al político de turno no hay demasiada distancia.

    Así lo de Arizona se entiende mejor.

  • Anónimo
    14 enero, 2011 at 4:45 pm

    Anónimo 11.24, siga leyendo:

    El portal de Internet del comité político de Sarah Palin incluía a Gabrielle Giffords, la legisladora de Arizona, en la lista de 20 miembros del Congreso que habían apoyado la legislación de Obama sobre salud. No era una lista cualquiera. Los nombres aparecían debajo de un mapa en el que los estados a los que pertenecían estos legisladores estaban marcados con la típica cruz de la mira telescópica de un rifle. En la parte superior del mapa había otra leyenda belicosa en la que se hace alusión a la necesidad de resistir.

    ¿Qué es lo que hay que resistir, según la señora Palin? Respuesta: nada menos que la marcha secular hacia el socialismo que la administración Obama quiere imponer a Estados Unidos. Así como lo leyó: hay una “marcha secular hacia el socialismo” y Obama es el artífice de esta transformación. Esa retórica ha sido una referencia repetida de Palin y otros bribones de la extrema derecha en Estados Unidos

  • Anónimo
    14 enero, 2011 at 8:11 pm

    Anónimo 11:41 y 11:45

    No voy a cuestionar sus afirmaciones sobre los personajes que cita en sus entradas. Muy seguramente todo lo que usted dice es cierto. Sin embargo, NADA DE ESO indica que el demente que le disparó a Giffords, mató a otros seis e hirió a 14 más tenga ABSOLUTAMENTE NADA que ver con lo que dicen esas bestias. Otras muchas cosas reprobables y deplorables en el debete político actual de USA sí tienen que ver con eso. Pero no la acción de un tipo que todo mundo que lo conoció ha señalado como un desquiciado. Culpar a Palin, o a Bill O'Reilly o a Glenn Beck por ese hecho, por muy tentador que sea, equivale a decir que la culpa la tuvo Marx porque entre las lecturas preferidas del loquito está el Manifiesto del Partido Comunista, tal y como aparece en su Facebook. Le recomiendo que lea el discurso pronunciado por el Presidente Obama hace dos días en el Campus de la Universidad de Arizona, en Tucson. El ha sido el mejor y más acertado intérprete de toda la situación. Hasta los conservadore más recalcitrantes lo tuvieron que reconocer. La columna de Enrique Santos Molano es un adefesio.

  • Anónimo
    14 enero, 2011 at 8:15 pm

    adefesio.

    (Del lat. ad Ephesĭos, a los efesios, título de una epístola de San Pablo, por alus. a las penalidades que pasó el santo en Éfeso durante su predicación).

    1. m. coloq. Despropósito, disparate, extravagancia. U. m. en pl.

    2. m. coloq. Traje, prenda de vestir o adorno ridículo y extravagante.

    3. m. coloq. Persona o cosa ridícula, extravagante o muy fea.

  • Mía
    14 enero, 2011 at 9:42 pm

    Alejandro: te acuerdas cuando hablamos sobre el tema del aumento penal del delito de violación y lo problematico que resulta que este asunto fuera tan mediatizado. Quisiera saber tú opinion con la euforia judicial que generó la denuncia a Silvestre Dangond. Que opinas de ello.

  • Alejandro Gaviria
    15 enero, 2011 at 4:03 pm

    Sobre el escándalo de Dangond, quisiera traer a cuento una frase del historiador inglés Thomas Macaulay: “No conocemos un espectáculo más ridículo que el del público en uno de sus frecuentes ataques de moralidad”. Lo hecho por el vallenetero fue grotesco. Pero la gran indignación y las amenazas de una demanda penal y todo lo que vino después es puro exhibicionismo moralista.

    A veces lo indignante es la indignación.

  • Anónimo
    15 enero, 2011 at 9:54 pm

    Sobre el escandalo del vallenato:

    Hay que dejar así? No es la razón la que nos provee de una dirección moral, sino la sensibilidad; es bueno darle un escarmiento a los mariquitas y a los pedófilos

  • panÓptiko
    16 enero, 2011 at 12:24 am

    Por si acaso alguno aún tiene ganas de pensar sobre el tema de la columna, acá un ejemplo de lo que sería interesante revisar en Colombia.

    Es una nota de un diario filipino sobre las lluvias en la despensa agropecuaria de la isla principal, Luzon. La nota describe los cambios en los cultivos y su distribución a causa de los cambios en los patrones de lluvias. Supongo que eso también pasa en Colombia, pero que no lo sepamos limita el universo de respuestas que se proponen a una emergencia.

    Saludos,