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El efecto Íngrid (i)

Al comienzo de la semana, un importante diario de negocios tituló con gran despliegue: “Choque institucional crea alarma económica”. Los analistas citados por el diario vaticinaron unánimemente que la economía colombiana pagaría un costo muy alto por cuenta del enfrentamiento entre el Presidente y la Corte Suprema. Al final de la semana, otro diario de negocios tituló a varias columnas: “Ya se siente ‘Efecto Íngrid’ en la economía”. Los analistas cambiaron sus predicciones y auguraron entonces que la economía percibiría un enorme beneficio por cuenta del llamado “Efecto Íngrid”. Así, los análisis de la prensa colombiana sugieren que la economía se mueve al ritmo impredecible de la política. Sube y baja según las vicisitudes de la vida nacional, según el voluble estado de ánimo colectivo. Al son que le toquen baila.

La relación entre los hechos noticiosos y la economía, entre las convulsiones de la política y las variables económicas, es objeto de permanente especulación por parte de los medios de comunicación. Hace unas semanas, un domingo muy temprano en la mañana, recibí una llamada de un periodista impaciente que quería conocer mi opinión acerca del efecto de la muerte de Manuel Marulanda sobre la tasa de desempleo. En medio del asombro, por la pregunta y por la impertinencia matutina, me limité a decir que el efecto no era claro pues, hasta donde yo entendía, Tirofijo estaba retirado, había salido de la fuerza de trabajo desde hacía un buen tiempo. El periodista quería, aparentemente, una opinión previsible que conectase la muerte de Tirofijo con el optimismo empresarial y por lo tanto con la tasa de desempleo.

Periodistas y analistas de pocos y muchos pelambres tienen una fascinación extraña por una hipótesis, propuesta hace ya muchos años por John M. Keynes, según la cual “una proporción significativa de la actividad económica depende del optimismo espontáneo”. Unos y otros creen fervientemente en la importancia económica de la psicología de masas, en el efecto de los cambios repentinos en la opinión pública, en el efecto Íngrid, en el efecto Choque de trenes, en el efecto Tirofijo, etc. La economía, en su opinión, es un reflejo instantáneo del estado de ánimo colectivo, de la suma de entusiasmos individuales.

Pero, en últimas, el efecto económico de los hechos políticos, incluso de los más espectaculares, es menor. El clima de inversión (el optimismo espontáneo del que hablaba Keynes) cuenta pero cambia lentamente. Las euforias transitorias o los desánimos repentinos no lo afectan de manera duradera. La muerte de Pablo Escobar, por ejemplo, generó una gran euforia, pero su efecto sobre el clima de inversión se diluyó en cuestión de semanas. El asesinato de Luis Carlos Galán creó una gran consternación, pero su efecto sobre la confianza inversionista no duró mucho. La política de seguridad democrática ha tenido un efecto innegable sobre la confianza, pero los éxitos puntuales, la muerte de Raúl Reyes o la de Tirofijo, por ejemplo, no parecen haber tenidos efectos autónomos, adicionales al efecto global ocasionado por la mejoría en las condiciones de seguridad.

En suma, el efecto Íngrid es una ficción que no va a resolver los problemas de la economía. El efecto Íngrid plantea, incluso, una paradoja, un rompimiento con la historia: la gente está contenta, eufórica, pero la economía está en problemas. En forma de caricatura: el país va bien, pero la economía va mal. Éste es, en últimas, el verdadero efecto Íngrid.

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  • Alejandro Gaviria
    6 julio, 2008 at 3:29 am

    El gráfico superior muestra la evolución de las “condiciones sociopolíticas para la inversión” para el período 1988-02. Esta variable, un indicador de clima de inversión basado en la Encuesta de Opinión Empresarial (EOE) de Fedesarrollo, estuvo deprimida durante el período 1995-02. Los sucesos más dramáticos de todo el período mostrado (el asesinato de Galán, la muerte de Pablo Escobar, etc.) no afectaron la tendencia de la variable en cuestión. Sólo tuvieron un efecto transitorio sobre el clima de inversión y probablemente un efecto marginal sobre la economía.

    El gráfico inferior muestra la evolución de la misma variable para el período 1993-08. El clima de inversión se recuperó sustancialmente desde el año 2003 y ha permanecido en un nivel alto desde entonces. Los distintos escándalos, la parapolítica, por ejemplo, no han afectado el clima de inversión. Así, el clima de inversión parece cambiar de manera parsimoniosa y no parece responder de manera permanente a los eventos políticos y sociales, incluso a los más dramáticos. Los sucesos del 11 de septiembre, por ejemplo, no incidieron de manera significativa sobre las decisiones empresariales en los Estados Unidos y, según todos los estudios, tuvieron un efecto marginal sobre la economía.

  • Carlos
    6 julio, 2008 at 4:59 am

    Yo no diria que la economia esta mal al margen del aumento de la inflación que es un fenomeno mundial.

    La ultima edición de la revista Dinero muestra que la euforia inversionista no ha disminuido en las regiones.Todo lo contrario.

    El efecto Ingrid si puede aumentar la percepción que «estamos ganando la guerra» independiente de si sea cierto o no. Lo cual puede conducir a mayor inversión.

    Por lo menos la moneda se revaluó los dias que siguieron a los de Ingrid y los indicadores accionarios mejoraron. Tal vez el efecto sea marginal, pero un golpe tan fuerte a las FARC, no creo que no tenga efectos duraderos en la percepción y en la coyuntura política.

    Que puede hacer la oposición contra un presidente con un 90% de aprobación?

    Ya la Corte Constitucional anució que no revisará el fallo de la reelección.

    Lo de Ingrid acabó con toda la «crisis institucional».

  • jaime ruiz
    6 julio, 2008 at 5:18 am

    También la muerte de Escobar reforzó al presidente Gaviria, es decir, a su partido, es decir, ayudó a subir a Samper. Y Samper llegó con líos y con un proyecto populista-clientelista que lo echó a perder todo. Lo cierto es que la muerte de Escobar cerró el capítulo de las guerras de los carteles de la droga contra el Estado, y al cabo de un tiempo eso habría servido para recuperar la confianza, pero fue más grave el fracaso de la política.

    Ese proceso Gaviria-Samper es muy interesante. Se suponía que el primero era el heredero de Galán mientras que el segundo devolvió al Partido Liberal a las peores costumbres clientelistas. ¿Cómo se manifiesta eso? En la retórica izquierdista. El samperismo fue un primer chavismo, y si hoy en Colombia el chavismo tiene pocas posibilidades no es sólo por las FARC ni por la escasez de recursos, sino porque la gente también recuerda el gobierno de Samper.

  • Alejandro Gaviria
    6 julio, 2008 at 2:07 pm

    Carlos: los inversionistas ya tenían la percepción de que “la guerra se está ganando”. Lo de Íngrid refuerza tal vez está percepción pero yo insisto en que su efecto será marginal en el mejor de los casos. Insisto también en el punto general, en la sobreestimación de los efectos económicos de los hechos políticos y en mi crítica a la especulación ligera sobre la psicología de masas o sobre el estado de ánimo de los inversionistas.

  • charlie
    6 julio, 2008 at 6:35 pm

    En Colombia la euforia dura hasta que Yidis y la parapolitica vuelvan a aparecer como manchas de humedad en la pared. Y en Francia, hasta que Carla Bruni vuelva a ser noticia.

  • Anónimo
    6 julio, 2008 at 8:55 pm

    BRABONEL.

    La liberación de Ingrid es positiva para la economía no tanto por el significado que tenía ella, que es más bien un valor político, como la forma en que se libero. Las Fuerzas armadas se metieron en la casa de las FARC y los dejaron sin electrodomésticos y se llego a ahí por que esas guerrillas están desquebrajadas y no en una retirada estratégica como muchos “analistas” afirmaban.

    Por mucho que los inversores pudieran creer que la guerra se estaba ganando siempre existe el temor político, es decir, que la percepción ciudadana se pueda llevar a un estado donde se recule a favor de la “paz negociada”. Con la operación jaque se esta llenando no solo el tanque de gasolina sino también todos los de reserva y políticamente será muy difícil vender la idea que la paz corre por cuenta de la sociedad Colombiana con sacrificios y todo el cuento y no por decisión unánime de las FARC.

    Talvez las palabras de Ingrid sean mas reveladoras. Mientras en toda América Latina renace la imagen del Che Guevara a los secuestrados les produjo temor desconfianza y un poco de asco al verlas en las camisas de los supuestos enviados para una comisión humanitaria. El Che es un símbolo fuerte en contra del capitalismo la democracia y la libertad y mientras se abraza en otros sitios aquí produce temor.

    El temor que corría por cuenta de que las FARC siguieran influenciando en la política, fuera por llegar a una mesa de negociación fuertes (fuertes en el papel por que a eso le seguían apostando sus aliados políticos y mediáticos) para imponer una agenda de corte socialista o por medio de combinación política y militar lograran colocar a uno de ellos en la Presidencia, se desvanece.

    Los inversores son más antropólogos y sociólogos que otras cosas y la guerrilla es un fenómeno antropológico que en cada golpe que se le da queda con menos argumentos para alargar su existencia. Lo casería de brujas que se monto con la parapolitica y después con Yidis eran para llevar a la Sociedad Colombiana a la perdida de esperanza que había significado la llega de Uribe al terreno político, ahora los pusieron en jaque mate aseguraría por que les será muy difícil armar una nueva conspiración con esas características en lo que resta de periodo Presidencial.

    En conclusión lo de Ingrid es una noticia positiva para economía por que refuerza la idea que no se percibe en el mediano plazo cambios bruscos en el manejo económico colombiano y que las reformas graduales además de seguir pueden acelerarse por el mejor ambiente que respira la sociedad.

  • los nuevos
    7 julio, 2008 at 1:39 am

    Bueno la columna esboza una tesis interesante. La inversión de la proverbial sentencia de Fabio Echeverry. Ahora nos dice Gaviria el Pais va bien la economia va mal.

    Bueno tengo una pregunta para el profesor Gaviria. En plata blanca quiere decir esto, como ya lo planteo en una de sus celebres columnas compiladas en su ultimo libro que la tragedia nuestra es la felicidad. Y tal vez convenga ser un poquito aguafiestas. Y que en tono un tantico aristotélico ser feliz no «consiste en procurarse el placer sino en evitar el mayor dolor». Si es asi es mejor hastiarnos rapidito del entusiasmo colectivo, el frenesi del efecto Ingrid, el gustico de la noticia y volver la cara a la realidad. «era feliz y me aburri». Aburrirnos rapido porfesor Gaviria.

    Camilo.

  • Carlos Forero
    8 julio, 2008 at 3:24 am

    Doctor Gaviria una inquietud.
    He detallado la influencia que tiene para el mercado de capitales de los EEUU la participación del presidente de la FED o de alguno de los gobernadores de esta en foros o coloquios. En Colombia estan mas pendientes de las investigaciones de las cortes o de la reeleccion presidencial. A que se debe esto? Al tamaño de los mercados, a la gravedad del conflicto interno, a la baja autonomia del Republica? Al poco peso de los ministros de hacienda? Gracias.