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Mentiras piadosas

Como si no bastara con las excomuniones del cardenal López Trujillo o las imprudencias del Papa Ratzinger, algunos directores de la Iglesia Católica han decidido ahora opinar sobre los asuntos mundanos de la economía. Según la Pastoral Social, estamos viviendo la peor crisis humanitaria de nuestra historia, como resultado, entre otras cosas, de la aplicación de un modelo de desarrollo perverso. En suma, el diablo parece haberse apoderado de la economía: por las oficinas del Ministerio de Hacienda se siente el olor a azufre. Y ni qué decir del Banco de la República, donde lucifer mismo parece haber instalado una sucursal.

Ante el anuncio de la catástrofe, uno esperaría un sustento detallado, una descripción precisa de nuestra realidad social. Pero no. Los directores de Pastoral simplemente reiteran las cifras oficiales (las mismas vilipendiadas cifras del DNP): 50% de pobreza total y 68% de pobreza rural. No hay revelaciones extraordinarias. Ni visiones nuevas. Ni milagros estadísticos. Sólo homilías exageradas con base en los mismos datos. Sin rodeos: cuando la Pastoral Social habla de la “mayor crisis humanitaria de nuestra historia” está diciendo mentiras. Todos los estudios publicados, sin excepción, muestran que la pobreza ha descendido durante los últimos años. Desde una perspectiva de más largo plazo, todas las estadísticas disponibles señalan, sin salvedad, que el bienestar material de los colombianos ha aumentado durante la última generación.

Quizás los jerarcas argumenten que sólo se trata de una mentira piadosa. De exagerar la situación para llamar la atención. Para despertar la solidaridad social y la acción estatal. Lo mismo han argumentado, casualmente, algunos analistas nacionales que han convertido la hipérbole social en una marca registrada. Tristemente, la sobreestimación de la pobreza se ha transformado, con los años, en una forma habitual de exhibicionismo moral. Pero las mentiras de Pastoral Social no tienen nada de piadosas. Confunden al país (para el diario El Tiempo, por ejemplo, “el buen desempeño de la economía contrasta con un aumento, también galopante, de la pobreza, denunciado esta misma semana por la Iglesia Católica”). Deslegitiman las instituciones. Alientan la peor forma de populismo: la que trata de aliviar los problemas sociales con programas asistenciales. No sé si la Pastoral Social quiera convertir al Estado en una agencia de caridad cristiana, pero éste puede ser precisamente el efecto acumulado de sus exageraciones.

La Pastoral Social pide un modelo más justo de desarrollo y una mejor distribución del ingreso. Pero más allá de estos objetivos loables, no presenta ninguna propuesta. No dice el milagro. Ni revela el santo. Las propuestas, dirán ellos, no generan titulares: son los diagnósticos escandalosos los que llaman la atención. Pero la justicia social necesita de propuestas concretas en general y de buenas políticas educativas en particular. Para igualar las oportunidades, incumbe convertir la calidad de la educación pública en un objetivo preponderante, como lo ha hecho, por ejemplo, el alcalde de Medellín. Se requiere, al mismo tiempo, multiplicar las bibliotecas públicas, aumentar los cupos universitarios y expandir la capacitación técnica. Pero la Pastoral no habla de educación. Su modelo de intervención estatal, podría uno pensar, tiene un eje distinto: la limosna.

Pero más allá de las implicaciones prácticas, la facilidad con la cual se aceptaron las exageraciones de la Pastoral pone de presente un rasgo típico de la realidad colombiana de estos tiempos: la fiebre moralista. La idea (en palabras del filósofo británico Jamie Whyte) de que es imposible contradecir a los comprometidos, de que los justos de corazón tienen licencia para mentir y de que la verdad debe acomodarse a la moralidad.

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  • Anónimo
    24 septiembre, 2006 at 4:14 pm

    Señor Gaviria:Entrar a discutir si la desgastada iglesia dice mentiras, facilmente cae uno en un debate moralista(que es el tansfondo de su notícula).

    Pero como la ignorancia y la estupidez de la que gozo es mucha , expliqueme usted.

    Porqué será, si las estadisticas muestran que el bienestar material y la felicidad se han apoderado de los colombianos, uno encuentra en las calles mas y nuevos mendigos, la vida en los asentamientos de desplazados es más angustiosa y sin salida de mejoramiento.Conozco de cerca los fracasos de pequeños emprendimientos económicos de comunidades pobres ya que los creditos de capital semilla son costosos, los sectores medios de la población ya no tienen ganas de aparentar que están mejor, porque tienen menos, trabajan para pagar servicios públicos, la capacidad de ahorro es menor etc.etc.etc.etc.etc…..

    ¿Será que la realidad es ficción?¿Será que lo que uno conoce, vive,constata,palpa,es una trampa de la imaginación?

    Parece ser que lo real son las estadisticas, que según quien las haga muestra lo que le intereza mostrar.¿Porqué usted ve lo que quiere ver y no constata en fuentes directas, aquello que es?
    Su notícula tiene rabias y odios chiquitos muy bien guardados que sin embargo salen a flote con evidentes contradicciones.Por un lado critica a la desprestigiada iglesia por querer convertir al inmarcesible y glorioso estado en algo que ya no es,en un estado benefactor y limosnero que da porque tiene que dar, y por otro lado cita como deber ser, las politicas del alacalde de Medellín MÁS bibliotecas , MÁS cupos, MáS de algo más que de más,etc. Es decir glorifica el mismo estado benefactor que le critica a la pastoral de la iglesia. Se deja usted llevar por las rabias y las antipatias y descalifica por descalificar, en conclusion es muy ambiguo como lo son las estadisticas en relación a la realidad . Ya parece pues que ciertos colombianos sufren de trasvetismo. Son, pero no son, aparentan una cosa pero sufren porque no son lo que aparentan, le hechan la culpa a los demás de lo que son incapaces de lograr y se encierran en estadisticas para evadir lo crudo de de la realidad.Definitivamente Colombia es pasion y poca inteligencia.

    Señor Gaviria , usted que todo lo sabe, diganos.¿Como sobrellevar la felicidad decretada y el bienestar material demostrado cientificamente así la realidad cotidiana diga otra cosa?

  • Daniel Vaughan
    24 septiembre, 2006 at 4:22 pm

    Por lo que veo, usted trata por lo menos tres puntos concretos:

    1. La Iglesia Católica anuncia unas cifras que todo el mundo conoce, pero olvida una dinámica que muestra exactamente lo contrario a lo que están denunciando: la pobreza no sólo no ha aumentado, sino que en los últimos años se ha venido reduciendo.

    2. La Iglesia Católica denuncia (de manera sesgada, ver punto 1) y critica, pero no propone nada.

    3. La sociedad acepta que los «justos y buenos de corazón» mientan, es decir, «tienen licencia para mentir».

    ———————————

    Sobre sus puntos:

    1. De acuerdo, pero por qué debemos esperar que la Iglesia Católica, o los medios, o cualquier mortal, maneje unas cifras que hacen parte de la especialidad de los economistas? Lo ideal sería: «no hable si no maneja el tema», de acuerdo, y los economistas debemos mostrar los errores que cometen cuando lo hacen (así como el médico debe informar a la madre que cuando decide auto-recetarle a su hijo está cometiendo un error), pero es inevitable que la gente opine, así sea de manera desinformada e ingenua, sobre política social, y sobre pobreza, y los economistas no podemos condenar a los demás mortales por no saber lo que nosotros creemos saber (además no nos conviene! Si no, ¿de qué vamos a vivir?)
    El otro tema son las intenciones de una institución como la Iglesia, o El Tiempo y los medios de comunicación en general. Me atrevo a decir que a El Tiempo no le interesa revelar «la verdad», en el sentido que no les interesa el contenido de la noticia, sólo que hay una noticia, y eso vende. En Colombia, cualquier pronunciamiento de la Iglesia vende, al igual que cualquier cosa que se diga sobre la «Pobreza». Y la Iglesia, bueno, la historia ha mostrado en innumerables ocasiones cuáles son las verdaderas razones de la Iglesia cuando hace pronunciamientos. Así que, como en el caso de Caballero, yo ni siquiera le «pararía bolas».

    2. Tiene que ver con el punto anterior: ¿Por qué debemos esperar que un no especialista haga propuestas viables? A mí, como economista, eso no me preocupa. Lo que me preocupa, nuevamente como economista, es que nuestros ilustres economistas, profesores y decanos de las mejores universidades del pais, con títulos de doctorado de las mejores universidades del mundo, los verdaderos «especialistas», sean incapaces de hacer propuestas. La labor del economista en Colombia, y usted muy bien lo sabe porque me atrevo a decir que buena parte de sus trabajos y artículos han sido así, es hacer un análisis crítico, pero nunca proponer. Vaya a la página del Banco de la República, del CEDE, de Fedesarrollo o del DNP, realmente no importa dónde, y escoja un artículo al azar (si existe tal cosa como el «azar»). Me atrevo a decir que el artículo que coja va a hacer un análisis descriptivo (probablemente con técnicas sofisticadísimas que sólo entienden unos pocos economistas) pero no proponen nada. Y como yo también soy economista, esta crítica también me incluye por supuesto. Mi punto es «no le pida eso a los no especialistas cuando ni siquiera nosotros, los mal llamados «especialistas», lo estamos haciendo.

    3. Este punto se tocó ligeramente en el primer punto. No es que haya tal licencia: a El Tiempo y los medios de comunicación realmente no les importa lo que publican. Alguien con peso habla, sean tonterías o no, y lo publicamos, eso es noticia.

    Saludos,

    DV

  • zangano
    24 septiembre, 2006 at 5:29 pm

    a dv: la entereza de caracter,el sentido de ser consciente es lo que menos se ve en los salvadores del pais,soy profesional de otra rama que la suya,si en mi trabajo,hubiera tenido los resultados que la economia nacional,no las estadisticas, muestran, hace tiempos,me hubieran descalificado,como inepto e incapaz,la economia nacional,es como una fantasia en que los academicos y sus patrones, los gobernantes describen maravillas que el ciudadadano comun y corriente aprecia,unicamente, en las estadisticas y los articulos que los economistas escriben magistralmente

  • Jaime Ruiz
    24 septiembre, 2006 at 5:29 pm

    Iba a burlarme de la metodología del primer anónimo hasta que me di cuenta de que yo también la aplico, por eso no creo que el gobierno se desprestigie con ninguna estadística porque todos los colombianos que yo recuerdo descreen de las estadísticas que conocen, aunque admiten la posibilidad de que hubiera alguna que fuera confiable. Yo también creo que habrá alguien que llega a algún grado de objetividad.

    Bueno, voy a intentar ser objetivo: ¿no hará falta una estadística sobre la disposición de la gente a creer en estadísticas? Los mismos lectores de esta página, ¿a cuánta gente conocen que no crean que pueden refutar con datos sacados de su experiencia personal cifras evaluadas científicamente?

    (La columna muy acertada, aunque desafío al lector de mente abierta a encontrar una frase que no fuera exacta sustituyendo «Iglesia» por «Universidad»: es que el sobrino nieto del obispo de 1940 es un profesor o investigador progresista de la Universidad Nacional y tiene el mismo rango, la misma productividad, el mismo nivel de renta de su pariente. Y no hace falta decirlo, sus mismos intereses de clase y hasta sus mismos valores. Sólo hay un innegable declive en el tránsito de Escrivá de Balaguer a Florence Thomas, de la España y la Cuba de 1940 a esos mismos países en 2006: la caridad del gremio moderno es la de Lazarus Morel.)

  • DV
    24 septiembre, 2006 at 11:27 pm

    Zangano,

    Quienes son los salvadores de la patria? Los economistas no pretenden serlo… los economistas que hacen politica tal vez, pero asi son todos los politicos.

    Sobre su otro punto, los economistas tenemos la ventaja que nunca nos podran culpar de haber hecho un mal juicio o un mal analisis, sencillamente porque al mismo tiempo muchos choques afectan la economia. Por ejemplo, algunos creen (y me incluyo en esta lista) que la crisis de finales de los noventa es culpa de la politica monetaria restrictiva del Banco de la Republica (tratando de defender un sistema de bandas cambiarias en el que nadie creia), asi que esas personas culpan a la Junta Directiva del Banco por la recesion de esos años. Pero los economistas siempre podemos buscar argumentos como «la crisis asiatica, la volatilidad de los mercados financieros, el alto deficit fiscal, etc.etc.etc.», y es dificil de probar que no es asi! En economia no hay verdades absolutas, sencillamente porque no es una ciencia exacta, como la Fisica o la Quimica. Mejor dicho, probablemente si usted trabaja en una empresa, y usted la embarra, lo echan del trabajo. Es facil identificar que usted la embarro. En economia la cosa no es tan sencilla, asi que los economistas gozamos de una cierta inmunidad. Asi que hacer el juicio que usted hace contra los economistas no es tan sencillo.

    Sin embargo estoy de acuerdo con usted! Es inaceptable lo que ha venido sucediendo en el pais, es inaceptable que tengamos gente preparada, incapaces de proponer politicas economicas y sociales que nos saquen del subdesarrollo, que reduzcan la pobreza, que mejoren la calidad y acceso de educacion.

    Nuevamente, lo digo como economista. Y como economista, cada vez mas me convenzo que lo que menos necesitamos en el pais es mas economistas! Lo que necesitamos es gente que tenga una verdadera vocacion de trabajo, gente con capacidad de autocritica, y sobre todo gente con creatividad, porque para sacar al pais del subdesarrollo no necesitamos mas economistas con PhD sino una alta dosis de creatividad! El caso de Mockus, Peñalosa y mas recientemente de Sergio Fajardo es clarisimo!

    DV

    PD1. Para los protectores del correcto uso del lenguaje que habitan con frecuencia en este blog, pido excusas por la pesima ortografia. Estoy en un teclado sin tildes, y hace rato olvide los caracteres ASCII para eso (a duras penas me acuerdo del Alt-164 para la ñ!)

    PD2. Valga la aclaracion, soy economista y en este momento estoy haciendo un doctorado en economia. Asi que la critica no es para A.Gaviria, o para cualquier otra persona en especial, sino para nosotros, los economistas, en general. Y por supuesto me incluyo.

  • Sergio Méndez
    25 septiembre, 2006 at 2:23 am

    A mi si me gustaría que el profesor Gaviria publicara referencias «de todos los estudios que muestran que la pobreza ha bajado». Sería interesante revisar eso, porque incluso uribistas furibundos no les cuadran las cuentas respecto a las cifras de pobreza.Este no es el único país donde los técnocratas como él salen a desestimar las cifras sobre pobreza y no será el único donde la gente sospechará de ellos (ellos que consideran, no sin razón, el asistencialismo a los pobres como populismo, pero que quedan callados con respecto a los privilegios que el Estado le da a las grandes empresas y bancos y lo presentan como «responsabilidad ecónomica» etc…)

  • zangano
    25 septiembre, 2006 at 11:19 am

    dv:mi intencion,no fue personalizar en ud los fallos nombrados,al contrario,admiro su candor y su posicion honesta, de admitir las falencias del ejericio economico,no se que pensara ud de joseph stiglitz,este es un ejemplo de economista ,que ojala fuera seguido por la gran mayoria de su colegio profesional.

  • Anónimo
    25 septiembre, 2006 at 2:32 pm

    Eso que dice Daniel puede ser cierto, pero por una mala lectura que se hace del positivismo. Esa interpretación light de las universidades de hoy en día, sacada de manual de primer semestre, que contrapone ciencia positiva y ciencia normativa, la primera como «lo que es» y la segunda como «el deber ser».

    P:D, sí proponen Daniel, los economistas de aquí sí proponen, estupideces, pero proponen. Aquí tenemos muy malos economistas, así estén engalanados por diplomas prestigiosos. Si no me cree, mire el artículo que está colgado en el CEDE, el de la estrategia para la erradicación de la pobreza extrema.

  • Alejandro Gaviria
    25 septiembre, 2006 at 5:38 pm

    Yo creo que Daniel parte de una premisa cuestionable: que los economistas pueden hacer mucho más de lo que hacen. Son precisamente los economistas quienes han señalado, con mayor insistencia, los límites de la ingeniería social. Usualmente los economistas que más proponen son los que más estupideces dicen, como sugiere un usuario anónimo. Los grandes transformadores sociales no son economistas, no pueden serlo; son soñadores que logran generar un consenso acerca de un ideal de sociedad, de una utopía posible (y cabe el oxymoron).

    Pero eso no significa que los economistas seamos inútiles. Los economistas tenemos un papel que cumplir. Sobre todo en un país donde los políticos han convertido las decisiones públicas en melodramas morales, donde los jueces se han transformado en justicieros cósmicos y donde los periodistas desprecian la realidad. Puede que nuestro papel sea simplemente él de aguafiestas. Quizás no metamos muchos goles pero al menos podemos atajar muchas barbaridades.

    Usualmente los economistas le damos mucha importancia a nuestro papel de asesores, de tecnócratas que proponen para que los políticos dispongan. Pero creo que la mejor manera de influir sobre la realidad es mediante la participación activa en el mercado de las ideas, mediante la denuncia de las mentiras, vengan de donde vengan. Por eso creo que es importante advertir sobre las mentiras de la Pastoral Social. Las decisiones públicas dependen, en última instancia, del clima intelectual imperante, de lo que Douglass North llama los modelos mentales, y los economistas tenemos un papel que cumplir como educadores. Como moldeadores de las formas dominantes de pensamiento.

    Sergio: le sugiero que lea algunos de mis posts anteriores. Allí encontrará críticas contra las exenciones empresariales (algunas de ellas fueron, incluso, recogidas y publicadas por The Economist). Sobre los estudios, lo invito a visitar las páginas del CID (Unal), del CIE (UdeA), del Observatorio Laboral (UExternado), y del DNP. Así podrá darse cuenta de que todos los estudios muestran que la pobreza ha descendido.

  • Jaime Ruiz
    25 septiembre, 2006 at 5:50 pm

    Excelente la última respuesta de Alejandro (perdón por la confiancita), sólo me parece que en cadenas verbales como ésta:

    en un país donde los políticos han convertido las decisiones públicas en melodramas morales, donde los jueces se han transformado en justicieros cósmicos y donde los periodistas desprecian la realidad

    falta señalar el aspecto de atropello y de robo que hay detrás. Es decir, puede que las decisiones públicas sí sean problemas morales, pero la dramaturgia barata al respecto es un camino para favorecer intereses espurios o ensanchar el propio poder, al igual que las perfecciones que decretan los jueces o las pasiones de los periodistas. Si sólo fueran personas que no han recibido alguna información Colombia sería un país rico y culto.

    Y tampoco se puede hablar de «los economistas». ¿Se incluyen personajes como Eduardo Sarmiento o Álvaro Montenegro? La última publicación de este último en El Tiempo no tiene nada que ver con la economía: «el gobierno necesita más plata porque la seguridad democrática es cara». ¿Y qué? Eso lo dice con la misma propiedad cualquier borracho sin Ph. D., pero se ofrece al público adicto como el dictamen incuestionable. La cuestión de si hay alternativa a la seguridad democrática no parece un aspecto técnico que vaya a resolver ningún economista, y tampoco la explica Montenegro (y después se quejan de que uno diga que Colombia es un muladar: ese nivel de discusión no aparece en un país civilizado ni en la propaganda partidista).

  • Arturo Ardila Gómez
    25 septiembre, 2006 at 8:48 pm

    Dr. Gaviria: de acuerdo con usted en que la Pastoral Social exageró al decir que era la peor tragedia de la historia de Colombia. Pero lo que usted no puede negar es que sea una tragedia humana tener al 50% de la población de país por debajo de la línea de pobreza y al 15% por debajo de la línea de indigencia. O que ganar dos salarios mínimos coloque a un hogar por debajo de la línea de pobreza.

    Como persona con formación en Economía (de Uniandes) me llama la atención que usted caiga en aquello de vender el sofá y no solucionar el problema. Veamos: en los últimos 10 años la economía colombiana solo ha crecido un año por encima del 5%. Y 5% es la cifra por encima de la cual, según la CEPAL, deben crecer las economías latinoamericanas—de manera sostenida—para que haya una reducción sostenible de la pobreza. Igualmente grave, en los últimos 10 años hubo 4 años de crecimiento tan bajo que la población creció más rápido. Medido por habitante, fuimos más pobres cada uno de esos años.

    Otro indicador: el salario real, tan usado por los economistas (no yo, por lo menos) para decir que al bajarlo se gana en competitividad (si tan solo más economistas leyeran a Michael Porter…). ¡El salario mínimo real colombiano actual es inferior al de 1988! Han pasado 18 años desde ese momento, casi una generación. ¿Si estamos mejor que hace 18 años? Por lo menos el salario real sugiere que no.

    Comparemos ahora con Asia: el salario promedio real en la China se ha multiplicado por 4,5 entre 1991 y 2004, mientras que en Corea el salario promedio real creció al 20% anual entre 1987 y 1994. El Asia muestra un camino diferente.

    Finalmente, qué raro que la economía moderna (por lo menos en Latinoamérica) use tantas y tantas matemáticas tan complicadas para llegar a lo mismo: bajar el salario real para ganar competitividad y enfatizar la educación primaria. Tal vez, la experiencia asiática nos muestra que hay más cosas con ayudar a las firmas locales a ser competitivas sin generar rentas sino eficiencia al tiempo que el salario real y la demanda interna se expanden (vea por ejemplo: Amsden, A. 2001. “The Rise of the Rest: Challenges to the West from Late-Industrializing Economies.” Oxford University Press.)

    Gracias,
    Arturo Ardila Gómez, Ph.D.
    [email protected]

  • Anónimo
    25 septiembre, 2006 at 9:52 pm

    De acuerdo con Arturo, un verdadero economista, para que haya crecimiento hay que subir los salarios, así la gente tiene con qué comprar. Ya lo dijo Cecilia López Montaño.

  • Anónimo
    25 septiembre, 2006 at 11:45 pm

    Pero qué economistas tan brillantes! Si la cosa fuera tan fácil no habría nada de qué preocuparse: se suben los salarios y ya. Es que acaso los salarios se pueden subir así porque sí, independientemente de productividades (China, Corea)y cosas? Yo no soy economista pero no me puedo imaginar que la cosa sea tan sencilla.

  • Jaime Ruiz
    26 septiembre, 2006 at 12:09 am

    Señor o señora anónimo de las 6:45: Es que usted razona con lógica porque no ha estudiado esas cosas en una universidad colombiana, mientras que el economista ha aprendido a delirar. Yo no acabé el bachillerato y creo que aun antes de acabar la primaria habría entendido que los sueldos suben porque han aumentado el empleo y la productividad, pero este Ph. D. cree que es al revés, que un día un ministro chino buena papa dijo «subámosle el sueldo a estos pobres» y así se desarrolló el país. Por si acaso, los sueldos chinos siguen siendo más bajos que los colombianos, y la productividad mucho más alta, sobre todo porque los recursos no se van en pagar a sabios como ése para que protesten y clamen por sueldos «justos» que a la hora de la verdad sólo les llegan a ellos.

    (Vuelvo a leer ese comentario y veo a una persona que estrena estrato y se indigna: «¿cómo es que me han crecido menos del 5 %? Vean esos chinos y coreanos cómo crecen, y ustedes mamando gallo».

    Impresionante, pero para mantener esa jerarquía intelectual no vacilan en usar la violencia: hasta se jactan de no dejar hablar a Uribe en sus universidades.

  • DV
    26 septiembre, 2006 at 12:20 am

    Mi lectura de los comentarios hasta el momento es la siguiente:

    Algunos lectores creen que A.G. sugiere que los resultados en materia de reducción de pobreza son buenos. En ningún momento él está diciendo eso. Lo único que dice es, «Mire los datos antes de Uribe, y compárelos con los de ahora, y verá que hay una reducción de la pobreza, del desempleo, o visto de otra manera, una mejora en la calidad de vida de la mayoría de colombianos.» Esto es muy distinto a decir que los resultados son buenos, y A.G., que sabe mucho del tema, sería incapaz de decir eso, además porque contradeciría posiciones suyas anteriores. Ahora, interpetaciones sobre este fenómeno hay muchas: los uribistas dicen que es por el efecto «seguridad democrática» y la mayor confianza que hay en el país. Yo no descarto que este efecto sea importante, pero lo que no podemos olvidar es que el país viene de una de las recesiones más importantes de la historia reciente, así que esa reducción de la pobreza y el desempleo se podría explicar sencillamente por lo que yo llamo «inercia» y algunos economistas de hace algunas décadas llamaban «tasas naturales». Pero insisto, este punto es distinto, y no tiene nada que ver con lo que AG está diciendo.

    Sobre los comentarios de Alejandro a mi comentario anterior:

    Yo no creo que los economistas sean inútiles. Pero definitivamente creo que el papel que debemos cumplir va mucho más allá de ser «aguafiestas». Le pongo el ejemplo del médico otra vez: la razón de ser del médico no es sólo decirle a la mamá que no autorecete al hijo. Además debe decirle qué es lo indicado para que el hijo se mejore. Mejor dicho, no basta con decir lo que no se debe hacer.

    Todo esto va a lo siguiente: ¿Tiene sentido invertir al menos 10 años de su vida estudiando un tema y supuestamente ampliando el conocimiento en un área definida, para en la práctca ejercer como «aguafiestas»? Esa labor de aguafiestas la puede hacer cualquier estudiante que haya cursado más de 5 o 6 semestres de un pregrado en economía. ¡A un economista con doctorado no le podemos exigir lo mismo que un economista recién graduado del pregrado! Se le debe exigir mucho más que simplemente señalar cuando haya inconsistencias lógicas en las propuestas que hagan los demás no-economistas.

    El otro problema que veo, es que usted parte de la base que en economía hay verdades o leyes, que nosotros conocemos, pero que los no economistas no conocen, y por lo tanto, es nuestra función señalarlas cuando alguien las propone. ¿Cuáles son tales verdades? ¿Las que sugieren el FMI o la banca multilateral? ¿Las que sugieren los modelos diseñados en el primer mundo? Yo creo que todavía hay mucho que tenemos que «descubrir» en economía. Creo todavía hay muchas preguntas abiertas, y muchas verdades a medias, verdades que vendemos los economistas porque nos las aprendimos de memoria (ej. «el libre mercado es eficiente», «el tamaño del Estado debe ser mínimo», etc.etc.etc.), y que un no economista debe aceptar sencillamente por ignorancia (a mí me pasa lo mismo cuando voy al médico: si me dice que tengo tal enfermedad, no tengo otra opción que creerle, pues él es el especialista, no yo).

    Sobre el comentario hecho anteriormente, diciendo que «los economistas en Colombia si proponen, pero proponen estupideces», creo que uno no puede tomar a alguien en serio cuando se atreve a decir semejante insensatez. Como sugerí en otro comentario, cuando la discusión llega a este nivel, es mejor terminarla.

    Saludos,

    DV

  • Alejandro Gaviria
    26 septiembre, 2006 at 12:38 am

    Tiene razón nuestro anónimo no economista. La cosa no es tan fácil. Si bastara con subir los salarios para poner a rodar la economía, hace mucho tiempo se habrían acabado los problemas. No habría recesiones. Ni nada por el estilo.

    Lo de Antonio Ardila es un poco más sofisticado. Pero igualmente ingenuo: pretende que existe una receta conocida para aumentar la productividad y así empujar la economía hacia un círculo de altos salarios y alto crecimiento.

    Daniel: Gracias por la aclaración. Muy importante. Sobre lo de aguafiestas, no creo que sea un papel para estudiantes de sexto semestre. Como usted mismo lo reconoce, la economía no está hecha de verdades absolutas, lo que exige, de nosotros mismos, criterio para saber qué “verdad o modelo” aplicar en cada circunstancia. Mire no más que en está misma discusión ya muchos creen haber encontrado la receta. Su metáfora del médico es interesante pues es la misma que usa J. Sachs en su último libro. Pero no me gusta (Pj. la terapia de choque que propusieron Sachs y sus secuaces para el caso ruso fue un absoluto fracaso). Yo no creo que existan leyes inmutables en la economía. Lo contrario: porque creo que no existen (como sí existen en la medicina) me conformo con objetivos más modestos.

  • zangano
    26 septiembre, 2006 at 9:14 am

    si este debate alcanzara la gran mayoria de votantes,si hubiera un modo de retroalimentar la informacion,creo yo ,los economistas estarian cumpliendo su funcion en la sociedad.
    desafortunadamente esto se queda entre los centenares?que, leen este blog, a proposito cuantos colombianos estan conectados al
    internet?

  • simismo
    26 septiembre, 2006 at 1:54 pm

    Soy economista y al igual que el señor DV no consideron que seamos inutiles, porque como dijo Joan Robinson «the purpose of studying economics is not to acquire a set of ready-made answers to economic questions, but to learn how to avoid being deceived by economists». Es decir, nosotros tenemos la labor de abrirle los ojos a la gente, que no los engañen con políticas oportunistas y discursos transnochados de populismo y asistencialismo.

    Lo que podemos proponer es planes factibles!, factibles es decir que se pueden realizar y por esta razón es que para los economistas serios es díficil realizar propuestas. Ahora bien, lo que pasa es que el economista tiene su sesgo, puede interpretar las estadísticas con realismo, alejando las consideraciones morales que el profesor Gaviria intenta evitar en sus análisis (remenber economía de la silicona), pero en el momento que tiene que ser audaz, astuto y creativo se orienta por sus consideraciones de clase, sus resentimientos, sus intereses gremiales, etc. En ese momento no somos realistas, lastima.

  • syllogismes_mao
    26 septiembre, 2006 at 5:10 pm

    Una Pastoral para Pastores.Suficientemente oscura y candida.No exagera.Imita la representacion del oprimido.O sea que a nadie le importa. ( Oficiaba en Tunja un curita experto ‘comentador’ sobre los hoteles favoritos de los zares de Rusia.era arquitecto y entusiasta.esplendidos lugares.magnificos panoramas.decia.)

  • Arturo Ardila Gómez
    26 septiembre, 2006 at 6:02 pm

    Qué raro que Alejandro Gaviria y Jaime Ruiz interpreten mi análisis como un pedido para que el gobierno suba los salarios por decreto. NUNCA dije eso. Pero esta interpretación es válida cuando el mundo gira en torno a recomendar siempre lo contrario, eso sí por decreto o por ley (ej. reforma laboral): bajar los salarios reales. Reitero, tenemos un salario mínimo real menor que hace 18 años—y eso le parece perfecto a muchos. Pues no a mí.

    Mi punto es que Asia divorció la política de desarrollo económico de la idea de bajar el salario real para ganar competitividad y tuvo éxito. Caso contrario en América Latina. En México por ejemplo el salario real ha decrecido al 2,3% anual entre 1990 y el 2004. Mi punto también es que en Asia hubo y hay políticas públicas para ayudar a las empresas locales a volverse competitivas internacionalmente, al tiempo que aumentan la productividad y gracias a ello sube el salario real. No de otra forma se explica cómo el salario promedio puede multiplicarse por 4.5 en 15 años sin que haya un problema inflacionario y desbarajustes macroeconómicos. (Acuérdense de Allende en Chile: subir el salario por decreto no funciona).

    Finalmente, sé que la “receta mágica” que desarrolla un país no existe. Pero tampoco debemos ser tan derrotistas como para temer que toda idea de política pública está automáticamente destinada al fracaso (claro está, excepto la recomendación de bajar el salario real por ley, que repito esa sí no funciona). O será cierto eso de que los economistas prefieren mil veces fallas de mercado y pobreza que una política pública que “pueda” llegar a funcionar…

    Gracias, Arturo (no Antonio) Ardila-Gómez
    P.D. Me pueden llamar ignorante, ingenuo, pecador, anatema, terrorista, etc., etc., etc. No me importa. Seguiré estudiando el desarrollo económico y diciendo que la política de desarrollo se puede desligar de aquello de bajar y bajar el salario real al promover políticas públicas que ayuden a las empresas a ser más eficientes, eviten el rentismo y fomenten la eficiencia.

  • Jaime Ruiz
    26 septiembre, 2006 at 6:54 pm

    Arturo, perdón por malinterpretarlo, no obstante, sigo creyendo que su comentario tiene algún que otro elemento discutible. Le prometo escribir algo sobre eso en este blog. Desgraciadamente tengo que incurrir en algo que siempre critico, que es oponer el prejuicio a la opinión informada: sus datos sobre México tienen que ser erróneos. El descenso del salario real que usted describe sería de más de la mitad, cosa que sería bastante famosa de haberse registrado. A lo mejor nos ayuda con el enlace del sitio donde se explica eso. Ah, y el crecimiento económico es facilísimo (está inventado hace tiempo), otra cosa es hacerlo realidad frente a las resistencias de los poderes establecidos. Pero eso ya es política y no digamos «ingeniería económica». En Colombia por ejemplo bastaría con quitar la parafiscalidad y buscar esos recursos en un impuesto sobre la renta de las personas, sobre todo de los ricos… Uf, ¿para qué?: si algo casi sobra en este mundo es sabios que tratan de inventarse la rueda en versión local. Una tributación como en Suecia (ponga cualquier país rico). Ya. ¿Que no dejan? Ya sé que no dejan, pero no hace falta inventarse nada. O bueno, algo para que dejen.

  • Arturo Ardila Gómez
    26 septiembre, 2006 at 7:22 pm

    Jaime: qué bueno que mis ideas sean discutibles. Eso significa que dan pie para aprender. Lo malo es creer que la verdad revelada existe. El debate es fundamental y por estoy en este blog–para aprender. Mi fuente sobre los datos de México es la CEPAL. Específicamente:

    http://websie.eclac.cl/sisgen/ConsultaIntegrada.asp?idAplicacion=1

    ¿Hay cómo pegar una gráfica de excel en este blog para mostrar los datos que tengo de méxico y colombia?

    Arturo Ardila Gómez

  • Alejandro Gaviria
    26 septiembre, 2006 at 7:23 pm

    Arturo:

    Yo no estoy defendiendo ninguna política pública basada en la disminución del salario real. Yo mismo he criticado la reforma laboral. Pero usted omite un hecho innegable: el salario real es un precio relativo: no es una variable de política. En esta misma página (cuatro posts más abajo) hay una grafiquita que ilustra el hecho claramente: el salario mínimo real ha subido de manera continua desde 1996 pero el salario medio real simplemente no le ha hecho caso. En otras palabras, el salario real es una variable endógena. Si ha descendido, no es porque así lo dispuso el ministro de hacienda o el FMI: es porque la productividad no ha aumentado lo suficiente, porque los bienes y servicios producidos internamente han perdido valor, etc.

  • Alejandro Gaviria
    26 septiembre, 2006 at 7:25 pm

    Arturo:

    Envíeme la gráfica por correo electrónico: agaviria. Yo la pego en el blog.

  • Anónimo
    26 septiembre, 2006 at 7:43 pm

    Qué tiene de malo que yo diga que los economistas colombianos sí proponen y que lo que proponen son estupideces? dejémos esa falsa costumbre de excluir el juicio de valor de las discusiones entre economistas.

    Es una falsa proposición de la que parten los economistas, muchas veces la economía es un ejercicio retórico (válido como no) para lanzar un juicio de valor.

    De otro lado, Frank Hare, filósofo moral y Amartya Sen, economista, hacen énfasis en lo que ellos denominan «juicios no compulsivos», al final del análisis económico, cuando se pasa del positivismo a la acción (cualquiera que sea, incluso la quedarse quieto), en el márgen del alcance de la teoría, donde se apaga la contundencia del arsenal económico, hay un juicio discrecional, una decisión, un saltico al vacío, la motivación que gobierna esta decisión, la razón para hacerlo se sale del ámbito de la teoría económica, es un juicio de valor. Este tipo de decisiones, que motivan acciones, en el caso de la Misión de Pobreza (misión de pobreza conceptual), yo la puedo catalogar como estúpida, y sigo estando en el marco del discurso económico, ¿por qué no?, podemos sr DV seguir hablando, créame ¿como no?. Incluso, con esto no estoy diciendo que en este caso la teoría fue llevada hasta sus últimas consecuencias, ni siquiera, puede ser estúpido incluso por el manejo estrecho de la teoría ¿por qué no?

    No todo en la vida es el supuesto mundo aséptico de los argumentos fríos y contundentes. Por eso los invité a leer las propuestas de la Misión de Pobreza, para que las lean y me contradigan se burlen de mi o me den la razón.

    En serio piensan que las discusiones se abortan cuando aparece el juicio de valor o la mofa? Acaso un foro de blog es el American Economic Journal? Acaso una columna de prensa es el paper seminal de…por así decirlo ¿Ramsey? no nos tomemos tan en serio las economía por favor. Esta disciplina no es seria, hay que aceptarlo.

    Yo por mi parte, siempre he sospechado de la gente que se toma tan en serio las cosas. Es un termómetro para detectar papanatas. Pero eso es personal, ups, rompí otro principio del debate entre economistas, no personalizar.

    Ahí se las dejo.

    P.D Quisiera recomendar un libro, no es de economista, (por favor DV, nuestro aséptico amigo de, esas sí, pastorales interminables, más largas que la columna (eso dice mucho, como esta también que ya esta muy larga) por favor haga caso omiso de la recomendación). Se llama el Arte de Insultar de Schompenhauer.

  • Alexander
    26 septiembre, 2006 at 8:41 pm

    Aunque es difícil negar que hoy estamos un poco mejor en términos económicos con respecto a hace 4 años (según el PIB), esto no es un indicador de que las cosas vayan tan bien como nos lo quiere hacer ver la mayor parte de los economistas que trabajan en el gobierno. Recordemos que esta mejoría no es más que la recuperación natural de una economía deprimida que no tenía como caer más bajo por la fuerte recesión económica de 1999.

    Es cierto que la iglesia en algunas oportunidades sale a hacer comentarios irresponsables sobre temas en los que no debería opinar (tal vez los más recientes, los temas del aborto y la anticoncepción). Pero en este caso la opinión de la iglesia no es más que la que podría tener cualquier colombiano de a pie que transita por las calles de Bogotá y cada vez con más frecuencia se encuentra con niños pidiendo limosna en las calles o vendedores ambulantes tratando de ganarse $10000 diarios para poder mantener una familia que en muchos casos no es inferior a 4 personas. Me parece que la afirmación del doctor Gaviria no es más que el árido análisis de algunos datos publicados recientemente por el DANE, en donde se muestra un crecimiento del PIB por encima de lo esperado y en donde se revela una leve mejoría en las tasas de desempleo.

    Pero ante estas cifras, será que no vale la pena preguntarse cuál es la calidad de este crecimiento?

    La calidad del crecimiento se puede medir en términos de las personas que son cobijadas por este. Si observamos las cifras de pobreza de Colombia lo que encontramos es que en los últimos 15 años el país no ha logrado reducirla en más de 4 puntos porcentuales, lo que nos lleva a hacer un primer cuestionamiento sobre el alcance de la afirmación del mejoramiento de la economía. Por otro lado si observamos la evolución de las tasas de desempleo urbano en el país lo que vamos a encontrar es que aunque se ha reducido el desempleo también se ha incrementado el subempleo. Además de esto desde 1996 tenemos tasas de desempleo que no bajan del 10%,

    Será que los números si reflejan la realidad del país?.

    Creo que los responsables de la política económica de este país se han concentrado en hacer lectura incompleta de números que muestran un crecimiento económico, pero han dejado de lado el análisis de la calidad del crecimiento. De nada sirve tener tasas de crecimiento del 8% anual (que a propósito estamos lejos de tenerlas) si este crecimiento no cobija sino al 1% de la población. El crecimiento debe ser medido en términos de calidad no en términos meramente cardinales. Hoy Colombia presenta uno de los índices de concentración de GINI más altos del mundo 0.57 y esta cifra parece no tener una tendencia a mejorar. En los últimos meses los sectores que han crecido básicamente son el finaciero y el de la construcción lo que puede ser un indicador de los estratos que están absorbiendo el crecimiento. No estoy en contra del crecimiento de estos sectores, por el contrario lo celebro porque reconozco que estos grupos también ayudan a estimular la demanda agregada. Lo que insinúo con esto es que el crecimiento no debería ser solo para unos pocos, este crecimiento deberia cubrir a toda la sociedad (en especial para grupo más pobre).

    Para finalizar no es trabajo de la iglesia dar soluciones a problemas económicos. O será que es trabajo de los economistas develar el sexo de los ángeles??, creo que no.

    Señores economistas no sobresimplifiquen un problema tan grave como es el de la pobreza, creo que el 50% de la poblacion del país que vive en condiciones de pobreza no está de acuerdo con usted. La realidad va más allá de un número la realidad llega hasta donde las personas del la sociedad la perciben.

  • Anónimo
    26 septiembre, 2006 at 10:49 pm

    Anónimo (para ponerle algún nombre en español y nuestro «anonimous»),

    No es que tenga algo de malo que usted diga que los economistas dicen estudideces… lo que es tremendamente estúpido (para utilizar la palabra que tanto le gusta, y que yo personalmente detesto porque me parece absolutamente prepotente) es que usted diga eso sin argumentos.

    ¿Cuáles son sus argumentos? ¿Cómo define «propuestas estúpidas»? ¿Qué es una «propuesta estúpida»? ¿Las que no le gusta a la mayoría de la gente, es decir, las que no son populares? ¿La que alguno de los gurús que usted tanto respeta (Hare, Sen, Sachs, Misión de Pobreza, o el que usted quiera) también condena?

    Dénos argumentos. Probablemente coincidamos, probablemente no, eso realmente no importa… pero cualquier persona puede decir lo que usted dijo… su posición no aporta absolutamente nada, y por eso sugiero que la discusión se acabe. Porque así como usted dice eso, yo puedo, utilizando un argumento similar al suyo, decir algo como «2+2 = 10», o cualquier otra barbaridad que se me ocurra, tenga o no tenga que ver con el tema que se está tratando.

    Saludos,

    DV

  • Narzo
    26 septiembre, 2006 at 11:14 pm

    Si alguno de ustedes me puede hacer el favor de colaborarme en la resolucion de la siguiente pregunta, le quedaria muy agradecido:Como hace un colombiano, que viva en una ciudad, por poner un ejemplo bogota, para vivir con un salario minimo legal mensual vigente ($408.000.oo)?
    Por otro lado, el meollo del asunto está en ganar mas, o en que lo que se gane alcance para comprar mas?.

    Tambien, si la economia crece, pero la pobreza sigue «estable», quiere decir que hay una mala distribucion de los ingresos, y hay que empezar a tomar medidas para contrarrestar tal situacion.
    Por ejemplo: que los bancos no le cobren a uno el manejo de las tarjetas, teniendo en cuenta que son uno de los sectores que mas utilidades percibe en este pais. y que cualquier persona, que tenga tarjeta debito y de crédito, le toca pagar como minimo $16000/mes por concepto de manejo, eso sin contar con el cuatro por mil y seis mil pesos si lo hace en cajero diferente.Si un caso tan sencillo como el que planteo no lo puede proponer y hacer cumplir el estado entonces en que estamos?.

  • DV
    26 septiembre, 2006 at 11:49 pm

    Narzo, ahí van respuestas que sugiero a sus preguntas:

    1. No se cómo hace, pero de lo único que estamos seguros es que logra sobrevivir. Toca preguntarle a alguno, y no es difícil porque hay muchos en esa condición, e incluso en peores. (Pero probablemente no revisen este blog.)

    2. No importa: si usted baja TODOS los precios en el mismo nivel, da exactamente lo mismo si usted le aumenta el salario (nominal) en exactamente la misma proporción. Desde el punto de vista de política económica si importa claro! Pero esta no es una pregunta para contestar acá.

    3. Que la pobreza siga «estable» no significa que haya una mala distribución de la riqueza. Puede haber una muy buena distribución de la riqueza (ej. Suiza) pero los pobres siguen siendo los mismos, o por lo menos en la misma proporción que antes. El problema por supuesto es usted qué entiende por «buena distribucion de la riqueza». ¿Qué es lo «justo» para usted? Esa discusión es complicadísima, y da para muchas más líneas que las que se pueden escribir acá.

    4. Claro que el Estado puede proponer el caso tan «sencillo» que usted plantea. El problema es que su respuesta o solución no es necesariamente la mejor. Claramente es mejor para usted, pero no necesariamente lo mejor para «todos». Y para tratar de entender qué es lo mejor para «todos» toca entender de manera más amplia los efectos que una política como la que usted sugiere afecta al RESTO de la economía (ej. Su argumento es el de siempre: «los ricos, es decir los bancos, ya están ganando mucho, así que les podemos quitar un poco de esas utilidades». Pero si se hace eso, les está quitando el incentivo que tienen los empresarios, los bancos, y básicamente cualquier persona que tenga el interés de participar en el mercado! Así que para llevar el argumento hasta sus últimas consecuencias, aceptando que es tremendamente exagerado, si usted está haciendo política económica, tiene que tener en cuenta la posibilidad que por su decisión de «justicia» los incentivos para participar en un sector como el sector financiero se acaban. ¿Es eso deseable? La respuesta, por una simple observación histórica, es negativa.). Además tiene otros problemas que también toca tener en cuenta: suponga, por ejemplo, que usted propone que prohiban (o bajen, para no ser tan radical) la cuota de manejo en tarjetas de crédito y débito, y suponga además que el gobierno «le para bolas», porque «no es justo que Narzo pague esa cantidad». Con qué autoridad puede el Gobierno negar ese mismo «derecho» que tienen los demás colombianos? Por ejemplo, por qué, si DV propone que le bajen el precio a los balones de fútbol, no lo van a hacer (asumiendo que puedo probar que los fabricantes de balones de fútbol tienen utilidades «excesivas»?).

    Espero con mis respuestas (estén bien o mal, no descarto que haya alguna equivocación o contradicción) se de cuenta que tomar decisiones de política económica es mucho más difícil que lo que usted sugiere. La economía es compleja: muchos sectores dependen de otros, si hay unos que ganan, hay otros que pierden, y por esa misma vía, los que originalmente ganaban pueden perder (ej. Salario mínimo o TLC).

    En fin, lamento la extensión de este comentario.

    Saludos,

    DV

  • Anónimo
    27 septiembre, 2006 at 12:12 am

    Ja, no hay que sobre-racionalizar todo DV. Definitivamente se toma en serio la economía (já!). Yo no pienso que debamos exigirle nada a un doctorado, cada quien hace con su conocimiento lo que quiera, si quiere ser aguafiestas, que lo sea, no hay un deber ser del «economista doctoral» proporcional al tamaño del diploma ni a la ubicación de la universidad en el top five.

    Esta frase:

    ¡A un economista con doctorado no le podemos exigir lo mismo que un economista recién graduado del pregrado!

    es una perlita, lo felicito… así no más, con todo el entusiasmo de los signos de admiración. Por lo demás creo que sí tiene sentido estudiar no solo diez años, si no toda la vida, para terminar siendo un aguafiestas. Claro que lo tiene. De hecho más de 10 años diría yo.

    Deje de sentirse en una sustentación de tesis doctoral. Eto es un foro de blog. No puedo recomendar lecturas o emitir una opinión o un juicio de valor?. NO es grave, en serio. Así como no es grave que Caballero saque una columna burlona y que Gaviria la responda, al final, los lectores nos reímos y eso es suficiente.

    Una propuesta estúpida es eso, una propuesta necia y falta de inteligencia.

    Creo que no entendió:

    Yo no digo que 2+2=10

    pero sí puedo decir que un ordenamiento C-B-A me gusta más que un A-B-C. O que el ordenamiento B-A-C me parece estúpido.

    P:D Sachs, Bono y la Misión de Pobreza podrían formar un eje de propuestas necias y poco inteligentes para la disminución de la pobreza.

  • DV
    27 septiembre, 2006 at 12:51 am

    Anonymous,

    Estoy de acuerdo con usted en una cosa: no por tener un phd debemos exigirle más a un economista (o alo que sea).

    ¡¡¡Pero si ese economista trabaja en el Banco de la República, en el DNP, puede tomar decisiones de política económica, sencillamente o en una universidad haciendo investigación claro que tenemos que exigirle más (ahí van más signos de exclamación)!!! Y de hecho, si está haciendo investigación, la misma academia se encargará de pedirle más .

    Sabiendo que me va a dar «palo» por utilizar un anglicismo, es lo que en inglés se conoce como «accountability», palabra para la que no encuentro traducción, pero que significa, hacer responsable a alguien de una decisión que tomó. Coja el ejemplo de los ex codirectores del Banco que decidieron que para proteger la inflación (y la banda cambiaria, por supuesto) terminaron aumentando las tasas de interés hasta el punto que terminaron por ahorcar la economía (esta es la impresión que muchos economistas tenemos, aunque no por eso significa que sea lo que en realidad pasó… como dije en otro comentario, los economistas siempre podemos argumentar que no es nuestra culpa, sino que todo se debió a «choques estructurales externos»). Asumiendo que lo que digo es verdad, y que lo pudiera probar con total certeza, estos tipos deberían ser llevados a la cárcel, o algo por el estilo! Fue la peor recesión de la historia! El desempleo estuvo por encima del 20% durante varios meses! Todos los indicadores de calidad de vida alcanzaron niveles nunca antes vistos, niveles que hoy todavía estamos viendo, y que sólo lentamente empiezan a volver a su situación inicial.

    Pero bueno, esto no tiene nada que ver con tener doctorado. ¿Dónde entra eso acá? Pues sencillamente que usted con su doctorado está demostrando un alto nivel de calificación, o por lo menos eso es lo que se espera de usted. Usted es un experto, y con una alta probabilidad, ese título de doctorado le sirvió para que le ofrecieran el puesto del que estamos hablando (yo por lo menos no me acuerdo de algún ministro de Haciendo, codirector del Banco, director del DNP, o similar) sin por lo menos una maestría de una universidad reconocida. Así que el título de doctorado, que usted utiliza para mostrarle al mercado lo «capaz» que es, no es independiente del puesto que usted está ocupando, por lo menos en el sector público del que estamos hablando.

    Pero de acuerdo, si usted tiene un título de doctorado o una maestría, y se dedica a pintar o tocar música, no pasa nada. ¡Que envidia! Desafortunadamente yo sí creo (y ahí la posición es totalmente personal y subjetiva) que cada profesión u ocupación, y más aún el nivel de calificación, tiene una responsabilidad que asumir. La de los economistas, especialmente aquellos que hacen investigación o toman decisiones de política, es aún más importante todavía, porque una mala decisión puede llevar a la pobreza a una gran cantidad de la población.

    Pero bueno, como le digo, es una posición personal. Usted podrá no estar de acuerdo, y eso es absolutamente respetable. Es más, creo que la mayoría de colombianos actuamos de la misma manera que usted defiende: «yo hago lo que quiera, digo lo que quiera, y a quién le importa!». Y como siempre digo, «creo que esa es una de las razones por la que estamos como estamos».

    Nuevamente saludos,

    DV

  • Anónimo
    27 septiembre, 2006 at 1:26 am

    ¿Ve que sí podíamos seguir hablando?

  • Juan Francisco
    27 septiembre, 2006 at 3:56 am

    Saludos
    Solo quería comentar que la realidad del crecimiento en la economía y disminución de la pobreza en Colombia, para entenderla como la describe Alejandro, creo que hay que verla a través de las décadas para entender su ascenso. En este sentido, no se toma una posición política actual, sino que se describe una realidad encontrada en información específica sobre PIB, crecimiento industrial, aumento salario mínimo… He estado leyendo un estudio de economía en el Cauca (y no se nada de este tema, para que excusen mis llanos razonamientos) y explica que el el crecimeinto y la disminución de la pobreza en los años 60 y 70 fue muy importante, pero en la década de los ochenta descendió de una forma que en lo 90 no hubo posibilidad de recuperación. Sin embargo sí se puede decir objetivamente que ha habido un incremento en el capital al que pueden acceder las personas desde los años 50s. Otra cosa relativamente distinta, creo yo, son las causas de la violencia, que, por un estudio que leí de los Andes sobre las causas del desplazamiento, parecen tener que ver no tanto con la llana pobreza, sino con los conflictos por intereses económicos en zonas potencialmente productivas, pero que crecen muy desorganizadamente y amparadas por la ilegalidad y la injusticia. Es decir, que nuestra tragedia no es solo de pobreza, sino de la miseria que convive con opulencia y corrupción. Esto explicaría porqué a pesar del crecimiento económico de los últimos 50 años, existe tanta miseria y tanta violencia.

  • zangano
    27 septiembre, 2006 at 10:00 am

    en el reino unido, las operaciones de la banca,tienen un regulador llamado: financial services authority,este ente, tiene el poder de obligar a los bancos a,por ejemplo:reducir las penalidades a los usuarios por demorar el pago de sus obligaciones,la pregunta de narzo,sobre las cargas que se incurre por el uso de tarjetas de credito.
    esto me parece a mi, falta en colombia,deben haber limites para el poder de la banca,asi como otros poderes establecidos,el poder presidencial de hacer lo que quiera en materia economica.

  • Sergio Méndez
    27 septiembre, 2006 at 1:44 pm

    Señor Gaviria:

    ¿Ha criticado ud en su blog las políticas del FMIs obre recorte de gastos y austeridad fiscal? ¿ Las privatizaciones que no son más que otorgamientos de monopolios estatales a uno o dos actores privados (subsidiados directamente por el estado, no simplemente con excepciones) han sido criticados por ud? ¿Por qué me da la impresión que gente como ud son los apologetas por excelencia y no críticos de esa forma de beneficio estatal para el sector privado? ¿Cuantos ecónomistas de Los Andes han promulgado la necesidad de una reforma agraria en este país (que tienen muchas veces el descaro de rechazar en nombre de los derechos de propiedad privada, cuando es es la razón fundamental por la que hay que hacerla)?

    Publicaciones como The Economists ciertamente efectuan algunas de estas críticas, pero se quedan cortas en muchas otras que son más que justas y necesarias. En cuanto a las públicaciones de los informes, gracias, procuraré verlos pero la verdad, me mantengo esceptico por el momento.

  • Anónimo
    27 septiembre, 2006 at 2:44 pm

    Dos citas de Sergio Méndez:

    1) «A mi si me gustaría que el profesor Gaviria publicara referencias «de todos los estudios que muestran que la pobreza ha bajado»».

    2) «En cuanto a las públicaciones de los informes, gracias, procuraré verlos pero la verdad, me mantengo esceptico por el momento.»

    Espero que el hombre las lea, para que se le acabe el escepticismo. O por lo menos para que no sea de aquellas personas que hacen afirmaciones del tipo «estamos más pobres que hace 50 años» sin sustento.

    También espero que las cifras que estamos utilizando sean las reales… porque si el gobierno las ha estado manipulando da lo mismo citar al DANE o a Caballero.

  • Anónimo
    27 septiembre, 2006 at 4:45 pm

    este alegato tan tonto ignora que así la tasa de pobreza haya caído, si el NUMERO de personas pobres es mayor, una persona razonable puede decir tranquilamente que la POBREZA es mayor –y no dice mentiras. ¿O acaso es consuelo que mueran sólo diez niños de diarrea (por mala nutrición) el hecho que los cinco que se morían antes fueran una porción mayor de la población?

  • Anónimo
    27 septiembre, 2006 at 4:59 pm

    Lamentablemnete creo que sí.

  • syllogismes_mao
    27 septiembre, 2006 at 5:16 pm

    la economia es compleja pero no sagrada. !! que titulo para describir a los personajes novelescos que hacen economia politica con las ‘magicas’ cifras del DANE !!. en fin,delicatessen. han mantenido muy alto el rasgo mas literario de los colombianos.

  • Anónimo
    27 septiembre, 2006 at 8:08 pm

    Para los escepticos como Sergio cabe una frase que leí algún día: pasan de la ignorancia al revisionismo de un solo tirón. Sin nunca haber estudiado la materia en cuestión.

  • Narzo
    27 septiembre, 2006 at 11:38 pm

    en vista de tanta discrepancia, hago la pregunta siguiente: que factores definen que una persona sea rica o sea pobre? De los mas de 10 milones de familias que hay en este pais, cuantas tienen casa propia?.

    A mi parece que el estado si tiene que entrar a regular de una forma mas equitativa o si no le demas es pura chachara, porque a mi que no me vengan a decir que el hecho que un sector tenga utilidades exageradas no fomenta la pobreza o el numero de pobres o como quieran expresarlo. Ah! pero ya se, los economistas me diran que en la economia de mercado a mayor riesgo, mayor es la utilidad y que como aqui hay unos señores que asumen esos «riesgos» deben por lo tanto recibir mas utilidades y hacerse cada vez mas ricos.Pero cual riesgo si ellos colocan los congresistas para que creen un marco juridico que «fomente la inversion» en otras palabras que les disminuya el riesgo juridico (que se puede traducir en pesos como paso el año pasado con los bananeros y floricultores….que hasta trampa hicieron pa cobrar mas) y que les garantice los oligopolios…..y que a cambio de eso beneficios no son capacez ni siquiera de generar empleo, al contrario cada vez hay mas subempleo como anotaba alguien.

  • syllogismes_mao
    28 septiembre, 2006 at 4:06 pm

    ANONIMOUS 6:38 pm. MIRE USTED. Obviamente Bolombolo necesita una economia mas humanitaria.Y seria muy conveniente que se dejara de creer en que es posible imaginar un crecimiento infinito en un medio finito,una idea que Kennet Boulding atribuia a los locos y a los economistas. ( En tiempos de Emerson el ‘caballito-infinito’ era el ferrocarril.era la encarnacion del progreso,a cuyo avance nadie podia oponerse.una conquista del Oeste que se morfo un chorro de chinos y charros.)

  • syllogismes_mao
    28 septiembre, 2006 at 4:22 pm

    narzo: usted me hizo acordar de un versito tristan del realismo agresivo… «Si hubiera dependido de mi hubiera nacido rico».Para ilustrarlo el poeta repasa el lamento de los magnates griegos en la penultima subasta de arte Maya en New York.

  • Alejandro Gaviria
    28 septiembre, 2006 at 4:30 pm

    Como diría un Santos: It pays to choose your parents.

  • Adán
    28 septiembre, 2006 at 4:53 pm

    El Cartel de Oxford ataca de nuevo

    Hace apenas algunas semanas, apareció en El Tiempo la columna del Académico de los Anteojos Rosados, Eduardo Posada Carbó, en la que hacía un panegírico al libro de Santiago Montenegro, Sociedad abierta, geografía y desarrollo. En la edición del 23 de este mes de septiembre, la columna de El Espectador de Armando Montenegro, hermano de Santiago, le devuelve el favor y hace a su vez un grandilocuente elogio del libro de Posada Carbó, La Nación soñada.

    ¿Estamos ante una fértil y brillante generación de analistas? Eso quisiéramos todos, que los problemas del país radicaran en gran medida en la quebrada topografía de nuestro territorio, que bastara un esfuerzo extra para sobreponernos a las dificultades que esa característica entraña para poder conseguir el anhelado desarrollo, como parece proponer el menor de los Montenegro. O que fueran acertados los felices análisis que intentan aclararnos que los años 90 no fueron particularmente sangrientos, como nos informa Montenegro -el mayor- que desde sus seminarios de Londres propugnaba desde esos años mozos Posada. Que la interpretación equivocada proviniera de ciertos estereotipos emanados de la falta de rigor y de los prejuicios de pobres ensayistas como López de Mesa, Caballero Calderón, García Márquez o William Ospina. Eso quisiéramos todos. ¡Seríamos tan felices!

    Pero hay elementos que no permiten tanta dicha. La realidad, por ejemplo, que nos golpea inclemente. Ya sea detrás de la puerta del depacho, o en los bajos del edificio Fonade, o enseguida lleguemos a La Pola el día que no salgamos directo a la Circunvalar. ¡Hasta ahí llegaste, cabo de vela! ¡Bájate de ese bus y aterriza en la dura realidad! Nos damos cuenta de que no estamos propiamente en Picadilly Circus, ni en el campus de la UCLA o de Princeton. ¡Es Bogotá, papá! O Medellín (así Fajardo le afirme, con su sospechosa gestualidad, al señor inglés de la BBC con cara de pudding que lo está entrevistando, que si nos visitara pudiera andar tranquilo por toda la ciudad, ¡¡sin ningún temor!!). O Barranquilla, o, o…

    Preocupan también los protagonistas y moldeadores de esa realidad. Aburrido tener que referirme al hecho de que detrás de todos los tecnicismos de las diciplinas sociales y hasta de las estrictamente económicas, hay un transfondo político que las define y las decide. Que detrás de cada gesto individual o colectivo, conciente o no, hay una actitud política. Que la posición «apolítica» es también política. O que el ateísmo es una posición religiosa. El fenómeno se acentúa en lo que atañe a lo moral. Tan elemental que es, que todas las acciones o reflexiones del género humano, posean una órbita moral. Definitivamente, no es depreocupándose de ese aspecto como se niega.

    Desde la época del kínder de Gaviria ocupan los miembros del cartel que nombro, responsabilidad en las desiciones políticas que implantan las medidas económicas. Y hoy los vemos que adolecen, por lo menos, de claras posturas morales. O éticas, si prefieren. Nohemí Sanín, que siendo embajadora en España no se sabía si representaba nuestros intereses allá, o los de los algunos inversionistas chapetones acá. O el caso de Rudolf Homes, que era asesor directo de la presidencia y asesor de Violy McCausland, simultáneamente. O el curioso caso del equipo en pleno del cartel que se pasan de la decanatura de economía de Los Andes al DNP, al Banco de la República o al Ministerio de Hacienda (Armando Montenegro cuando César Gaviria; Santiago, su hermano; Kalmanovitz, en el B. de la R.; Carrasquilla, en MinHacienda, etcétera, etcétera). Comparten ellos la idea (¡y la difunden de modo beligerante y virulento!) de que la culpa de nuestras desgracias la tienen los cacareados ensayos de Antonio Caballero.

    ¿Sí será que la del cartel es una generación de prolíficos y brillantes talentos? ¿O, como a veces me temo, es apenas una pandilla que juega con dios, con las estadísticas, con los impuestos, con el mutuo elogio y con el diablo?

  • syllogismes_mao
    28 septiembre, 2006 at 6:51 pm

    En este ciber-cafe McDonald via Aspen desde donde escribo esta ultima pendejada que supongo es «absolutamente revocable» digo que tambien voy en contra de lo que tienden a pensar ciertos heideggerianos,que desconfian de la tecnica pero tienen la lagrima facil ante un arado.

  • syllogismes_mao
    28 septiembre, 2006 at 7:03 pm

    el Gaviria de las 11:30 estuvo divertido.un artista superior.con un nuevo buen humor de Ultratumba.esquiando en el fondo del pozo diria Henry Michaux. ( bibelots ? )

  • Ricardo Carvajal
    29 septiembre, 2006 at 12:36 pm

    Las mentiras de Alejandro Gaviria

    Alejandro Gaviria nos quiere convencer, a fuer de machacona insistencia, que la economía es una ciencia vedada a todos los mortales, salvo a los iniciados de la Universidad de los Andes, o similares, eso sí, postgraduados en Estados Unidos. Nadie, salvo la secta en la cual él oficia como uno de los sumos sacerdotes, tiene la más mínima idea de tan arcanos secretos de la economía. Lejos de ella los politólogos, los sociólogos, los profesionales del Derecho, entre otros: son apóstoles sociales, que confunden la realidad con el deseo, moralistas, ignorantes bienintencionados.

    Mucho menos deben pronunciarse sobre ella los clérigos, de cualquier pelambre o confesión: !Zapatero a tus zapatos¡ les espeta Alejandro con toda la «autoridad» que le otorgan las borlas y el bonete reservados a los intitulados de economistas.

    Para descalificar los clérigos, en su columna del 24 de septiembre de El Espectador, titulada «mentiras piadosas», se vale del recurso de empezar mencionando al malhadado López Trujillo, verdadero malhechor según juicio de Abad Faciolince, que comparto plenamente. Olvida que en su gremio también cuentan con el arquitecto de la carnicería de Irak, el matemático Paul Dundes Wolfowitz, hoy flamante presidente del Banco Mundial, el mexicano ¡Carlos Salinas de Gortari!, el cerebro del golpe de Estado en Argentina, Martínez de Hoz, el tenebroso López Murphy, o los cohonestadores y colaboradores de la dictadura chilena, los flamantes profesores de Chicago Friedman y Harberger o Hernán Büchi Buc, ministro de Hacienda de Pinochet.

    Dos o tres millones de campesinos desplazados por simpatizantes, colaboradores y compinches de la actual administración, que se han apoderado de 4 millones de hectáreas de tierras -según estudio publicado por su misma Universidad – con la expresa aceptación de este gobierno, ¿no hacen parte de la «peor crisis humanitaria de nuestra historia»? Son millones de personas que se hacinan en las grandes ciudades en condiciones cuya miseria es inenarrable. Son la expresión más clara y cercana que se pueda encontrar del estado de naturaleza hobbesiano: la vida de los desplazados es «solitaria, pobre, desagradable, brutal y breve».

    Santiago Montenegro, en un ejemplo de lo que alguien menos escrupuloso llamaría cinismo, se atrevió a presentar el cultivo de palma africana como una de las promesas de la agricultura colombiana frente al TLC y la globalización. ¡ Palma africana cultivada por los desplazadores en las tierras robadas a los desplazados ! Por no mencionar Finagro, el robo de los dineros de la salud por parte de los mismos sembradores de palma africana, la negociación con los Estados Unidos en el tema del agro, amén de un larguísimo etcétera.

    Si esto no es demoníaco, no sé que pueda serlo. Como no soy creyente prefiero decir abyecto, es decir despreciable, vil en extremo. Para criticar el modelo de ¿desarrollo? colombiano no se precisa más que dos dedos de frente y algo de honestidad. Recuerdo que en alguna ocasión incluso, Alonso López Michelsen, personaje que no es mi particular devoción, en polémica con César Gaviria, dijo que lo que había pasado en Colombia con la agricultura era, precisamente, demoníaco.

    Por la ilegitimidad de las instituciones no se preocupe Alejandro, que los curas no podrán contribuir a su deslegitimización: son ilegítimas desde que llegó por estas tierras don Gonzalo Jiménez de Quesada. En cuanto a confundir, no se preocupe que los miserables no se confunden: el hambre, la falta de oportunidades, el desempleo abierto, o el rebusque son inconfundibles.

    Alejandro, la limosna, si bien los curas la recomiendan a sus fieles, ha recibido el aval de un economista muy célebre, mucho más conocido que Vd., que reconociendo lo poco que puede hacer el mercado por los desgraciados, dirá: «un recurso tenemos, y en cierto sentido el más conveniente, es la caridad» . Alejandro, ¿a que no recordaba a Milton Friedman en este pasaje de Capitalismo y Libertad ?

    Para terminar ¿qué es eso de la fiebre moralista de la realidad colombiana? Será acaso la renuencia de algunos colombianos a aceptar tragarse los sapos de los tratos del Gobierno con los cultivadores de la palma africana?

    O, mejor, no será que de pronto, a algunos colombianos que tienen alguna visibilidad, por ejemplo economistas que no trabajan en Los Andes, les ha dado por leer al economista premiado en Estocolmo, Amartya Sen, quien afirma que «la sugerencia de que la liberación de hambre y de las necesidades básicas es dictada por la moralidad, puede ser percibida en algunos círculos como una piedra en el zapato».

    ¿Alejandro, pertenece Vd. a esa cofradía?

    P/D Alejandro: ¿a que no sabe que existen clérigos con doctorados en economía, incluyendo algunos de la London School of Economics?

    Ricardo Carvajal Alberdi
    [email protected]

  • Anónimo
    29 septiembre, 2006 at 3:52 pm

    Hombre, que no, que esta no es la «peor crisis humanitaria de nuestra historia». El hecho de que la situación de pobreza en Colombia sea catastrófica no implica que no se ha mejorado en ese aspecto. Tampoco implica que las personas que aceptan que ha habido mejoras piensen que «así estamos bien». De hecho Alejandro ha estudiado este tema a profundidad… ?será que uno investiga las cosas que no le preocupan?

    Hombre, más bien déjese de prejuicios (que abundan en lo que escribió) y deje la manía de insinuar que alguien ha dicho lo que no ha dicho (de esto también hay varios ejemplos en lo que escribió).

  • zangano
    29 septiembre, 2006 at 7:23 pm

    la realidad colombiana ,la experiencia de vivir un dia comiendo, el otro no,es una cuestion de justicia social,en colombia hay gente que se debilita sin comida nutritiva ,se enferma y muere.esto lo se de primera mano ,ya que tengo una parentela, a quien ayudo, en la medida de mi capacidad,los «subvenciono» para que sigan viviendo.
    esta es la economia real de gente hambreada,por la falta de trabajo,el desgreno y la corrupcion administrativa y la complacencia de los quue apoyan las medidas economicas, la privatizacion de los bienes publicos y el dichoso tlc.

  • Anónimo
    29 septiembre, 2006 at 7:40 pm

    Zángano: Le aconsejo que se cambie el apelativo, porque su participación en este foro con ese nombrecito equivale a la de alguien que decidiera identificarse como «Criminal» para debatir en un foro sobre la necesidad de reducir las tasas de homicidio: carece de credibilidad:)

  • Scared Crow
    29 septiembre, 2006 at 8:46 pm

    Un anònimo regañando a un zàngano!!

  • Alejandro Gaviria
    30 septiembre, 2006 at 12:33 am

    Ricardo:

    1. Yo no estoy en contra de la caridad. Estoy en contra de convertir al Estado en un repartidor de limosna.

    2. Yo no creo que el diseño de la política pública deba dejar de lado la moral. Pero desconfío de aquellos que mienten escudados en una supuesta moralidad.

    3. Si yo creyera que el debate económico debiera circunscribirse a una cofradía, no tendría este espacio. Yo no estoy en contra de los no economistas. Mi critica estaba dirigida a los que mienten por razones políticas o de conveniencia. Que es lo que ha hecho la iglesia toda la vida.

  • Anónimo
    30 septiembre, 2006 at 1:34 am

    «Que es lo que ha hecho la iglesia toda la vida»…. que generalización… muy por el estilo de Sergio Méndez o Jaime Ruiz.

  • zangano
    30 septiembre, 2006 at 9:11 am

    anonymus 2.40; la credibilidad no esta en el nombre del participante,nadie tiene que creer nada de lo que escribo,simplemente informese,compruebe en otras fuentes,vera si lo escrito es tan creible como las estadisticas del gobierno del mesias, quien tiene 7 y pico de millones de creyentes. los que creen, fueron llamados por el cofrade,los comulgantes de ruedas de molino, o sera que tampoco me cree esto ultimo.
    scare crow:el anonymus reganon es un devoto de las estadisticass economicas colombianas,sabes que la fe es algo que se tiene, o no,talvez ,como buen devoto,necesita que haya mas y mas creyentes
    asi se sentira mejor,hay seguridad en los numerosos!

  • lelo69
    30 septiembre, 2006 at 12:03 pm

    Un graffiti hace muchos años decia «los colombianos fiamos la comida pero nos morimos de hambre»

    Los economistas ven la pobreza en cifras los médicos la vemos en carne y hueso y realmente más en hueso que carne.

    En pleno 2006 41% de desnutrición es una vulgaridad, la muerte materna disparada es una verguenza, pero todo va bien entonces pobres pobres estan bien miren llas estadisticas y el PIB y mirale la barriga a Luis Carlos Sarmiento…
    No cree amigo Gaviria que hay que pisarle el acelerador a la economia y que le llegue la platica a los pobres y no se quede en las manos de unos cuantos.
    «El muero goza de cabal salud»

  • Alejandro Gaviria
    30 septiembre, 2006 at 12:15 pm

    lelo69: claro que creo eso. Pero mi punto era otro, a saber: no es menospreciando los logros, aunque sean modestos, como lograremos avanzar.

    La tasa de desnutrición no es 41%. Según la última Encuesta de Demografía y Salud, es 11%. Una tercera parte de lo que era una generación atrás.

    Anónimo 8:34: Tiene razón: caí en la misma dinámica que critico en mi columna de El Espectador de este fin de semana.

  • la colombia que no claudica
    30 septiembre, 2006 at 3:29 pm

    Así como en la naturaleza existen las aves carroñeras y los cucarrones mierderos, en el pícaro mundo de lo humano hay instituciones que cumplen ese papel a saber: Las iglesias y dentro de ellas las izquierdas. ¿Que seria de los curas y los mamertos si no hubiera pobreza? Pero a diferencia de los gallinazos y los cucarrones aquellos (curas y mamertos) la tienen que crear para poder vivir.

  • Anónimo
    30 septiembre, 2006 at 4:32 pm

    La Colombia que no claudica,

    además de curas y mamertos, ¿qué sería de los economistas ni no hubiera pobreza? Acaso no definen su bodrio intelectual como «la ciencia (sic) que estudia la asignación de recuroso escasos a necesidades ilimitadas?

  • Anónimo
    30 septiembre, 2006 at 4:35 pm

    MÁS MENTIRAS

    ‘Mentiras colectivas’

    Jorge Restrepo. Columnista de EL TIEMPO.

    Embolatadas no obstante su importancia, tres informaciones de estos días son prueba adicional de desatención por lo que muestra de verdad la situación nacional.

    Según encuesta reciente, la atención se concentra alrededor del 60 por ciento en política, que sería sano si eso fuera análisis y corrección de esta realidad. Las noticias fueron: la protesta del sector laboral; que el gobierno atenderá en tres años a cerca de 1,5 millones de familias que viven en pobreza extrema para reducir esta al 8 por ciento, y la tercera que Colombia bajó en competitividad mundial por sus calificaciones en salud y educación.

    La apreciación de estos hechos, como podría hacerse con la de otros, es para muy pocos base para crítica y oposición a la opinión dominante, para la cual no son patrióticas porque según dice consisten en ver solo lo malo, sin aportar soluciones, con insistencia enfermiza en pobreza y violencia.

    Ver solo lo malo es tan defectuoso como ver solo lo bueno. La crítica está en ver todos los elementos de una situación; su sentido político está en apreciar cuánto inciden en el bien general.
    El desacuerdo empieza cuando la misma crítica muestra que la vida pública colombiana carece de voluntad política para crítica y corrección, específicamente en los aspectos primarios del progreso social.

    La opinión dominante, la misma hace tiempo, insiste en que se mejora porque hay índices que lo prueban desconociendo los que muestran lo contrario. La reiteración en pobreza o desigualdad molesta particularmente a la tecnocracia económica porque la realidad contradice su punto de vista, su administración y una posición que no se expone al juicio del voto. Hay mejoría en ciertos índices, pero la crítica indica que no en los de beneficio mayoritario y no en la medida en que recursos y saber disponibles lo permitirían. Se supone que aumenta el PIB, donde y como lo afirma el Gobierno, pero sin beneficio mayoritario, inquietud que puede trasladarse al muy desigual reparto del crecimiento mundial.
    Según un candidato a Nobel que estuvo en el país, «la prosperidad es para ayudar a los más pobres no para hacer más ricos a los ricos», en cuestionamiento hoy más difundido a la noción corriente de prosperidad.

    La pregunta es si el crecimiento de Colombia la desarrolla socialmente y si disminuye su atraso frente al desarrollo socieconómico mundial. Es la discusión y en ella es difícil estar de acuerdo con el oficialismo, su burocracia, su tecnocracia, su academia y su gobierno, y en general con los empeñados en que las cosas van bien porque les conviene. Mientras la realidad sea como es, habrá oposición y crítica, entre otras como síntoma de sanidad social. Se han propuesto soluciones mundiales y nacionales para neutralizar la injusticia y democratizar la sociedad, unas viables, otras utópicas, muchas fracasadas, la primera el relevo de la política que se opone a ellas y por tanto produce miseria y el consiguiente recurso a la fuerza, que se ha generalizado hasta el punto de privilegiarse como salida preferida por gobierno y oposición. Otro sondeo mostró hace poco que la guerra en algunas regiones es opción mayor para los jóvenes.

    Solo reformas de fondo de la realidad social nacional modernizarían la disensión vieja entre la oposición, incluso la exagerada y la exasperada, y el unanimismo de los satisfechos con lo que hay. Pasa también que le va mejor al oportunismo, incluso al que critica por interés como hoy el Partido Liberal. La crítica es incómoda, poco rentable y peligrosa con frecuencia, pero sí más patriótica que la «mentira colectiva» de la lambonería.

    Jorge Restrepo

  • Adán
    30 septiembre, 2006 at 6:29 pm

    La prueba irrefutable del desenfoque del punto de vista de los analistas que yo llamo del Cartel de Oxford, es la columna de Posada Carbó de ayer viernes 29 del corriente. Citar una encuesta en donde, a su modo de ver, la percepción que los colombianos tenemos de nuestras instituciones es satisfactoria, cuando es de todos conocido que la crisis en algunas de las más fundamentales de la República atraviesa por uno de los picos más bajos de los últimos años, o al menos, de la época Uribe, es, por decir lo menos, inoportuno.

    Lo que logran análisis de esa talla, en vez de persuadir a los nacionales que las cosas no están tan mal, es transmitir la idea de que las encuestas son absolutamente inverosímiles. O que él, el analista, está bastante desorientado.

    Yo, si fuera Napoleón Franco o el gerente de Gallup, lo demandaría por daños y perjuicios.

  • lelo69
    30 septiembre, 2006 at 11:06 pm

    Alejandro 41% infancia
    11% quizás toda la población…

  • lelo69
    30 septiembre, 2006 at 11:15 pm

    Un ejemplo de pobreza que vemos los médicos y que pocos economistas miden.

    REVISTA COLOMBIANA DE PEDIATRÍA

    Dra. Diana Marcela Álvarez Vargas
    Médico U. De Cartagena
    Pediatra U. Del Rosario.

    Aproximadamente 200 millones de niños menores de cinco años (40% de todos los niños de esta edad en los países en desarrollo) carecen de nutrición suficiente para llevar una vida plenamente activa16.

    El departamento de Bolívar está ubicado en la zona norte de Colombia, tiene 1.600.000 habitantes resultado de la mezcla étnica de razas negra, blanca e India. De esta población más de el 64% tiene Necesidades Básicas Insatisfechas con sus consecuencias sociales y epidemiológicas, principalmente en los grupos etarios más susceptibles: 20% de los menores 5 años se encuentran en riesgo de desnutrición y de éstos, se estima que el 25% corresponde a desnutridos graves; son frecuentes las enfermedades diarréicas (Incidencia de 171,6 x 1000), las parasitosis (60%) y las infecciones respiratorias (incidencia de 311,4 x 1000) (17). La mayoría de los niños que presentan desnutrición en esta zona tiene antecedentes de una lactancia materna ausente o muy corta y una ablactación temprana con alimentos azucarados como el “agua de panela” (agua con melaza de caña de azúcar). Los adultos también presentan estados carenciales por falta de recursos y por hábitos de alimentación inadecuados, ya que su cultura promueve el consumo de alimentos pobres en vegetales y otras proteínas, pero ricos en carbohidratos que son aparentemente más económicos y sacian más.

  • Anónimo
    1 octubre, 2006 at 3:41 am

    lelo69, gracias por los datos. Es importante anotar que los economistas SI tienen en cuenta este tipo de datos. Por favor dejémonos de prejuicios.

    Por otra parte, ?El 41% de desnutrición de la población infantil es para Colombia? Si este es el caso, ?podría citar la fuente?

    Gracias

  • zangano
    1 octubre, 2006 at 9:38 am

    lelo,muy diciente la info que das sobre la desnutricion de la ninez colombiana,les guste o no al establecimiento privilegiado, en colombia, hay hambre.
    peor aun, hambre que afecta el futuro de la poblacion ya que la desnutricion en los dos primeros anos de vida, deja como secuela, cerebros subdesarrollados, que aun cuando sean alimentados mejor en el futuro,no compensaran las deficiencias de los dos primeros anos,esto es lo que hace que los opositores conscientes esten airados,como indica alejandro en su columna de hoy, que desperdicio de mentes y vidas,
    este es el crimen contra la humanidad que se perpetra en colombia,mas horripilante y menos denunciado y admitido por los detentadores del poder.
    que futuro nos espera,con la mayoria de nuestros ninez desnutrida,por la prioridad que se le da a la guerra, gastando 17 millones de dolares diarios en mantener una sociedad tan injusta e inhumana!

  • Alejandro Gaviria
    1 octubre, 2006 at 3:13 pm

    Las cifras que yo tengo, basadas en la ENDS-05, hace referencia a la desnutrición crónica (baja talla para la edad) de la población menor de siete años. Me da la impresión de que las cifras de lelo69 refieren al consumo de micronutrientes, especialmente de hierro, publicadas recientemente por el ICBF y obtenidas en el marco de la encuesta ENSIN.

    Pero reitero: el indicador tradicional de nutrición, con el único que podemos compararnos con otros países y otros períodos, la desnutrición crónica es inferior al 12%. A los interesados, puedo enviarles por email un artículo que escribí sobre el tema hace tres meses.

  • zangano
    1 octubre, 2006 at 3:50 pm

    alejandro:pongo en duda los resultados sobre la desnutricion infantil;aun en paises ricos, como el reino unido, hay una deficiencia de los llamados, acidos grasos esenciales, que afecta la ninez pobre de la gran bretana,no por falta de recursos,sino por la ignorancia y la cultura alimentaria de las clases desfavorecidas educacionalmente en ese pais,hay un chef culinario,jamie oliver,que lucha por cambiar el menu de las escuelas estatales britanicas,ha probado los efectos deletereos sobre el aprendizaje,la conducta y la salud de la ninez,de los menus provistos por las empresas privadas, que han ganado las franquicias de la alimentacion escolar en estas secciones desfavorecidas; si esto ocurre en un pais como el reino unido, el cuarto pais mas rico del mundo,que puede pasar en colombia.
    los acidos grasos esenciales se denominan asi porque la fisiologia humana no los puede producir ,tienen que ser provistos por fuentes externas alimentarias,ahora,esto es solo una de las deficiencias nutritivas, que muy seguramente,padecen la gran mayoria de la ninez colombiana,esto es un indice del futuro nuestro, que para ponerlo mal y pronto ,da grima.