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No es el Gini

Varios analistas, en Colombia y América Latina, han postulado una conexión casual, casi directa, entre el coeficiente Gini (que mide la desigualdad en el ingreso) y las protestas y el malestar social (que han afectado a varios países latinoamericanos). Esta conexión no solo carece de un sustento empírico claro; puede también llevar a soluciones y políticas equivocadas. Confunde el diagnóstico y entorpece el tratamiento. Distrae la discusión y omite las desigualdades más protuberantes.

El coeficiente Gini (que va de 0 a 1, “0” siendo igualdad perfecta y “1”, desigualdad absoluta) es usado usualmente para medir la desigualdad del ingreso a lo largo de la distribución. Tiene la ventaja de ser invariante a la escala. Si, por ejemplo, los ingresos de todas las personas involucradas se multiplican por dos, el Gini no cambia. En general, su cálculo es sencillo e intuitivo y permite comparaciones simples entre países y entre períodos de tiempo en un mismo país o región.

En América Latina, el Gini aumentó sustancialmente durante las últimas décadas del siglo anterior. A finales de los años noventa, alcanzó los mayores niveles históricos (existen cifras comparables desde los años setenta), pero ha disminuido de manera notable por más de una década. El descenso puede explicare, entre otras cosas, por el aumento en las coberturas educativas y un cambio tecnológico más neutral, menos sesgado en favor de los más educados. Los niveles actuales siguen siendo muy altos, inaceptables podría argumentarse. Pero quién postule una conexión directa entre el Gini y las protestas, tendría que presentar simultáneamente una teoría del rezago: ¿por qué ahora y no antes?, ¿por qué la tolerancia a la desigualdad del ingreso aumentó precisamente cuando el Gini lleva varios años cayendo? En fin, la conexión entre Gini y malestar social es una explicación por lo menos incompleta.

Coeficiente Gini, América Latina

El último Informe de Desarrollo Humano del PNUD, publicado esta semana, contiene una crítica implícita al énfasis exagerado en la distribución del ingreso (esto es, en el Gini): “La dignidad entendida como tratamiento igualitario puede ser incluso más importante que los desbalances en la distribución del ingreso”, explica. En Chile, dice el Reporte, 53% de las personas afirman que la desigualdad del ingreso les molesta. Pero un porcentaje mucho más alto, cercano a 70%, lamenta las desigualdades en el acceso a la salud, la educación y en el trato.

La búsqueda de dignidad requiere incluso un cambio en el discurso. La fijación con la meritocracia contradice las vivencias de la gente. Como bien dice la economista chilena Andrea Repetto, “La gente se esfuerza en contextos no tan favorables y, por lo tanto, que no les vaya tan bien no es un indicador de falta de esfuerzo». Reconocer el contexto, las dificultades diarias, las diferentes experiencias de vida, resulta fundamental en la búsqueda de dignidad.

Al mismo tiempo, el Gini, que por construcción ignora cualquier consideración intergeneracional, nada dice sobre las preocupaciones ambientales y las desigualdades intergeneracionales que han estado en el centro de las protestas. El Gini, por decirlo de alguna manera, soslaya el futuro, revela muy poco sobre los reclamos de los jóvenes. Es un indicador de otra época, más del siglo XX que del siglo XXI.

En fin, el Gini poco tiene que ver con el malestar latinoamericano. No es el Gini, es la dignidad y la crisis climática. América Latina se moviliza a pesar de la disminución en la desigualdad, pues las preocupaciones de la gente poco tienen que ver con la evolución general de la distribución del ingreso. El Gini, en últimas, esconde mucho más de lo que revela.

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  • Valentina
    16 diciembre, 2019 at 11:55 am

    Alejandro, ¿qué tiene que ver la «crisis climática» con las protestas en Latinoamérica?

    Gracias.

    • administrador
      16 diciembre, 2019 at 12:53 pm

      La crisis climática alimenta la incertidumbre sobre el futuro. En una de las marchas, pregunté informalmente a un grupo de jóvenes sobre las razones de sus descontento: varios respeondieron que marchaban por los paramos. En Satander, el tema de Santurbán es fundamental, por ejemplo. En fin, los reclamos ambientales (en últimas, la desiguldad intergeneacional «percibida») tienen algo que ver con las protestas.

      • Juan Diego
        16 diciembre, 2019 at 1:54 pm

        Alejandro, gracias por la reflexión y en general por la relevancia que le ha dado a las protestas en Colombia. Le comparto dos puntos. 1. Sin duda el alto indice GINI en Latinoamérica puede ser mas un resultado que la causa principal, que en mi opinión es la inequidad en oportunidades y la posibilidad de percibirlo (aumentada por: redes sociales, noticias, y mayor índice de urbanización donde las diferencias se ven y se sienten)
        2. Creo que su respuesta a Valentina confunde dos conceptos, la «crisis climática» con la «degradación ambiental». El descontento en Colombia (o por lo menos su ejemplo) es más por la explotación minero energética en lugares que afectan nuestros recursos hídricos y biológicos, que por las emisiones mismas que aportan al cambio climático. Ambos conceptos muy relacionados, pero con suficientes matices que ameritan su distinción.
        Saludos

      • Valentina
        17 diciembre, 2019 at 5:33 pm

        Gracias por la respuesta. Yo también vi algunas protestas similares, pero me cuesta creer que hayan motivado las mismas.

  • Paulo Castrillón
    16 diciembre, 2019 at 1:27 pm

    Creo que precisamente el acceso a la información, ahora más equitativo, ha despertado esa intolerancia a la desigualdad que por generaciones ha sido inmensa.A pesar de la reducción, «los niveles actuales siguen siendo muy altos» y eso es cada día menos aceptable. Eso podría explicar por qué ahora y no antes. Esa intolerancia a la desigualdad, la entiendo como dignidad, que es un punto que usted argumenta como causal de las protestas.

  • administrador
    16 diciembre, 2019 at 3:11 pm

    Noah Smith:

    «Today when we think of «democracy», we think of formal institutions like elections, constitutions, and rights under the law. But it seems that our forebears also conceived of «democracy» as an attitude of equal respect for all people regardless of social station. Equal respect could thus be seen as one of America’s «founding virtues». And it’s not hard to imagine that when the writers of the Declaration of Independence wrote that «all men are created equal» – that cryptic, endlessly-debated phrase – what they meant was not equality of ability, but as deserving of equal respect by society.»

  • Cesar Leandro Peña Bustos
    16 diciembre, 2019 at 4:30 pm

    Discrepo de este articulo. El Gini no lo es la completa justificación de las marcha, pero si tiene mucho que ver y la teoría del rezago se argumenta en la redes sociales y su poder de sincronizar las masas.

  • Cesar Leandro Peña Bustos
    16 diciembre, 2019 at 4:34 pm

    Discrepo de este articulo. El Gini no es la completa justificación de las marchas, pero si tiene mucho que ver y la teoría del rezago se argumenta en la redes sociales y su poder de sincronizar las masas.

  • Miguel Uribe Barco
    16 diciembre, 2019 at 7:03 pm

    Alejandro es clara la desigualdad desde la perspectiva de los servicios ecosistemicos entre algunas regiones rurales en Latinoamérica, cómo podríamos mitigar los impactos de la crisis ambiental, de la cual estamos cada día sintiendo más los efectos?

  • Miguel Uribe Barco
    16 diciembre, 2019 at 7:10 pm

    Alejandro, como poder aportar desde la academia, a la disminucion de las brechas en el marco de los servicios ecosistemicos en comunidades rurales, puesto que es una desigualdad que cada día toma más importancia?

  • César
    16 diciembre, 2019 at 8:53 pm

    Buenas noches. Por qué la dignidad ahora y no antes? La dignidad de la gente ha viendo siendo pisoteada desde hace mucho … veo la evolución en el pensamiento ambiental y lo entiendo… pero lo de la dignidad ahora y no antes … mmm me quedan mis dudas. Gracias

  • Felipe Gaviria
    16 diciembre, 2019 at 9:58 pm

    Hola, Alejandro. Muy interesante y correcto su análisis. Le comparto este texto que sigue la misma línea. Un abrazo.
    https://www.npr.org/sections/goatsandsoda/2019/12/09/786315267/theres-a-new-kind-of-inequality-and-it-s-not-about-income

  • Emanuel Llanos
    17 diciembre, 2019 at 2:47 pm

    Hola Alejandro, esta entrada y las actuales protestas las veo muy relacionada con el primer Capítulo de 21 lecciones sobre el siglo XXI de Y. Harrari, donde expone el desgaste del discurso liberal demócrata. A su vez, Harari plantea que dicho desgaste se presenta de manera simultánea con la expansión de la IA en la vida diaria. Actualmente en Estados Unidos, candidatos presidenciales como Andrew Yang abordan las posibles implicaciones de la IA en el mercado laboral ¿ consideras que los efectos de la masificación de la IA van a tardar un poco en llegar a países como Colombia, o tenemos un poco de miopía al concentrarnos en las razones de la actual crisis y no en las amenazas futuras (no tan lejanas)?

    Gracias

  • Andrés Salcedo
    24 diciembre, 2019 at 9:36 pm

    Me alegra poder leerlo más a menudo. Sí, hasta ahora descubro este blog.