Literatura

shhhhhhhhhup

La conversación (que tuvo lugar en el Hay Festival en Cartagena) llevaba quince minutos. Comenzaba apenas. Probablemente Deirdre McCloskey sintió la necesidad de concitar la atención del público, de sorprender al escenario. De eso se trata el entretenimiento (y los festivales literarios son una forma de entretenimiento sofisticado). Se paró, caminó hacia una esquina del escenario y anunció que iba a hacer una representación estilizada de la historia de la humanidad, de los últimos 12 mil años o algo así.
 
Estiró el brazo hacia abajo y dobló la muñeca de manera que la mano formara un ángulo de noventa grados con el antebrazo. “Esta altura –dijo– equivale a menos de un dólar por día por persona, así empezamos hace doce mil años, 99,9% de la humanidad era pobre”. Caminó lentamente de una esquina a otra del escenario, cada paso representaba varios siglos. La mano seguía bajo, en la misma posición, la palma perpendicular al antebrazo. Nada pasó por siglos, por buena parte de la historia, decía mientras caminaba; la pobreza era la norma, 99%, señalaba con insistencia.


De un momento a otro, recorrida casi toda la historia (o el escenario que en este caso es lo mismo), comenzó a levantar la mano, primero lentamente y luego, “shhhhhhhhup”, a toda velocidad: la palma apuntaba ahora al techo del teatro. La humanidad salió de su letargo así súbitamente, dijo. Primero en Holanda e Inglaterra, luego en casi toda Europa y Estados Unidos y, más recientemente, en China e India, el estándar de vida se multiplicó, creció varios órdenes de magnitud: shhhhhhhhhup podríamos llamar al evento más significativo de la historia, la gráfica lo dice todo.


 



 

 

Deirdre McCloskey tiene una explicación. No es la acumulación de capital como argumentaron tantos economistas. Tampoco las instituciones, la protección de los derechos de propiedad y el control al poder arbitrario de monarcas y emperadores, como han afirmado recientemente algunos historiadores económicos. Fueron las ideas, en particular, la adopción o aceptación de una idea transformadora: el liberalismo igualitario con su mensaje de libertad y dignidad para la gente del común.
La revolución –dijo– comienza en Holanda, con el crecimiento de la burguesía, con el rechazo de las costumbres aristocráticas y con el crecimiento concomitante del prestigio social de los mercaderes, lo que implicó, a su vez, la valoración del trabajo y la disciplina que imponen los mercados. Este fenómeno, enfatizó, se denomina usualmente “capitalismo”, pero el nombre es equivocado, debería llamarse: “avance tecnológico e institucional a un ritmo frenético puesto a prueba por el libre intercambio entre las partes involucradas”.
Lo que importa éticamente, dijo, no es la igualdad de resultados, son las condiciones de vida de los trabajadores, del hombre de la calle. “Los ricos se han enriquecido, pero los pobres también. Y para ellos significa mucho más”. “La desigualdad de cualquier forma imaginable de confort genuino (no representado por el número de Rolex) ha disminuido”. “La pobreza absoluta ha caído fuertemente, no tanto así la pobreza relativa, pero la primera, digan lo que digan los clérigos, es la que importa”.
Al final de la conversación, ya relajados, cuestioné algunos de sus argumentos: las sociedades más desiguales, le dije, son más violentas y menos saludables; el poder económico puede cooptar el poder político y cambiar las reglas a su favor; además, el desafío ambiental parece cada vez más acuciante. No prestó mucha atención. Volvió sobre lo mismo. Todo es cuestión de perspectiva, dijo, hay problemas, como siempre, los clérigos seguirán con sus letanías autoincriminatorias, pero los hechos son incontrovertibles. En suma, shhhhhhhhhup.
Razón no le falta.

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  • Unknown
    17 febrero, 2019 at 2:32 am

    Qué oportuna reflexión, con ocasión del macondiano episodio de la multa de las empanadas!…. En Colombia hace falta trecho para que se dé tal escenario de desarrollo basado en las ideas de libertad. Vale la pena sin embargo, no dejar de reflexionar en lo que planteaba Mises "la única política económica viable para la raza humana era una política de laissez-faire sin restricciones, de mercados libres y el ejercicio sin trabas del derecho de propiedad privada, con el gobierno estrictamente limitado a la defensa de la persona y la propiedad dentro de su área territorial"…
    Abrazos.

    • Unknown
      19 febrero, 2019 at 3:13 am

      Ajá.

  • Julian Andres Guarin Reyes
    17 febrero, 2019 at 12:39 pm

    Alejandro, la ética protestante. Creo que fue definitiva para deshegemonizar a la iglesia, como poder absoluto ó paraestatal.

  • Anónimo
    18 febrero, 2019 at 3:57 am

    Hace un rato leí que, en los próximos 12 años, uno de cada cuatro trabajos que involucran tareas rutinarias desaparecerá en USA. Ayer leí que están diseñando y programando robots para que se encarguen del cuidado de las personas mayores. Hoy leí en el Washington Post que hay una "carrera" para reemplazar la mano de obra agrícola, escasa en Florida, dicen, para luego clamar sin avergonzarse: "Build the Wall!".

    https://www.washingtonpost.com/news/national/wp/2019/02/17/feature/inside-the-race-to-replace-farmworkers-with-robots/?utm_term=.f1c3f8e6ef15

    Hace unos días oí un podcast donde decían que en USA hay 500.000 camioneros que están en vilo porque muy pronto, con los vehículos automatizados, serán redundantes (Un camionero de larga distancia en USA se puede ganar unos US$70.000 al año. El ingreso es bueno, aunque el camello es durísimo en todos los aspectos:salud, vida familiar, etc.).

    También leo que las tendencias demográficas van en franco descenso donde quiera que aumenta la educación de las niñas, y que con tasas de fecundidad inferiores a 2,1 en el mundo desarrollado –e incluso en países como el nuestro– no hay ni para reemplazar a la población cerrada (sin inmigración).

    Tambien oigo hablar cada vez con mayor frecuencia del ingreso básico universal que todos terminaremos recibiendo sin necesidad de pedirlo siquiera, para asegurar que la sociedad de consumo siga medio funcionando.

    He leído igualmente que se está planeando crear un impuesto a los robots, ya que la gente que no produce ingresos no pueda pagar impuestos ni ahorrar para la jubilación.

    También sé, por lo que leo, que en el mundo hay un exceso de hombres jóvenes que ni estudian ni trabajan (ninis) llenos de testosterona y sin ninguna esperanza de salir adelante que están listos para servirles a los señores de la guerra, a los señores del narcotráfico, a los cruzados religiosos y demás.

    Todas estas tendencias en simultánea nos van a obligar a ser muy creativos para tratar siquiera de vislumbrar cómo lucirá el mundo en menos de 50 años.

  • Anónimo
    18 febrero, 2019 at 4:13 am

    Ah, se me olvidaba: voy a dejar de leer y oír tanta pendejada para poder ser optimista como los profesores Gaviria y McCloskey. ¡Los envidio de veras!

  • Anónimo
    18 febrero, 2019 at 3:03 pm

    vaaah y sin embargo a mi lo discursos tanto celebratorios como apocalípticos de la historia del capitalismo me parecen tan simplistas. historia rosa vs Historia negra como sino hubiera complejidad, matices y zonas grises en estos procesos.

  • Anónimo
    18 febrero, 2019 at 3:12 pm

    Entre la historia rosa y la historia negra, la primera está mucho más cerca de la verdad. Está bien que alguien lo diga de vez en cuando. Muchos se molestan, pero como no. Aceptar lo contrario sería aceptar que su vida como profesor de ciencias sociales ha sido una vida equivicada, monjes de una religión vacía, motivada por la envidia.

  • Anónimo
    19 febrero, 2019 at 5:09 am

    ''No es la acumulación de capital como argumentaron tantos economistas. Tampoco las instituciones, la protección de los derechos de propiedad y el control al poder arbitrario de monarcas y emperadores, como han afirmado recientemente algunos historiadores económicos. Fueron las ideas, en particular, la adopción o aceptación de una idea transformadora: el liberalismo igualitario con su mensaje de libertad y dignidad'' ¿el liberalismo igualitario? en China? en la chile de pinochet? en el japón imperial de antes de la segunda guerra mundial?
    en las monarquías petroleras árabes actuales? perdóneme, pero los ejemplos que acabo de poner en interrogante, son ejemplos de economías capitalistas exitosas y por ningún lado veo el ''liberalismo igualitario con su mensaje de libertad y dignidad''. Francamente me producen desconfianza las narrativas históricas que establecen un correlato entre capitalismo y liberalismo, como si fueran algo indisociable en todo lugar y todo tiempo. sin lugar a dudas, NO pongo en cuestión la tesis de que el capitalismo ha sacado de la pobreza a millones de personas en poco tiempo, pero valdría la pena indagar históricamente la manera en que el capitalismo se introdujo en otros lugares del mundo como Asia, África y América Latina, para darse cuenta que los factores pragmáticos, geopolíticos y sobre todo la imperiosa necesidad de insertarse en el mercado mundial, para desarrollar industrias nacionales, pesaron mas que los idilios de un liberalismo igualitario. Y en ese sentido, no importaba si eran dictaduras, monarquías o gobiernos totalitarios de un solo partido, el capitalismo se introduce donde sea.

  • Alejandro Gaviria
    19 febrero, 2019 at 5:49 pm

    No estoy acuerdo con todas las ideas de McCloskey. Pero sus ideas son sofisticadas, trascienden la prédica libertaria, el anarcocapitalismo. Sugieren tres cosas: el papel del capitalismo en la mejoría de las condiciones de vida del hombre del común, la preeminencia de las virtudes burguesas y la asociacion entre libertades individuales y libre mercado (con excepciones). Sea lo que sea, el capitalismo chino es preferible a las hambrunas de Mao, y Chile es hoy un país democrático: las libertades económicas ayudan a combatir la tiranía.

  • Alejandro Gaviria
    20 febrero, 2019 at 3:19 pm

    Cuba por el contrario es una dictadura ya triste de 70 años. La anulación de las libertades económicas ha servido para garantizar la estabilidad de un régimen autoritario.

  • Anónimo
    21 febrero, 2019 at 2:16 am

    Tiene razón el Anónimo de 00:09. Y la idea triunfalista del "fin de la historia" con la supuesta superioridad comprobada –y para la eternidad, aparentemente– de la dupla capitalismo-democracia liberal de Occidente durante los años de oro de la globalización se desbarató muy rápido. ¿Cómo se llamaba el tipo? Ah, sí, Francis Fukuyama.

  • Smart Speakers Colombia
    12 marzo, 2019 at 5:56 pm

    Doctor Alejandro buenas tardes, me gustaría hacerle llegar una invitación como speaker (conferencista) para ser parte de nuestro portafolio. Por favor, si le interesa podría visitar nuestra página web en Colombia y México y dejarnos un mensaje. Saludos. Nathalie

  • Mista Vilteka
    26 junio, 2019 at 5:04 pm

    Hay un enorme riesgo de llevar el concepto de la pobreza, que es una construcción social y contextual, tan lejos como desde el advenimiento de la agricultura. En particular cuando, justamente por la agricultura, las personas quedaron peor alimentadas y con más inseguridad de subsistencia que las que tenían antes y por, fácil, 75 mil años cuando el nomadismo imperaba. Por el otro lado, aunque definitivamente sí es un gran logro de la humanidad que un número tan amplio tenga su subsistencia (mínima) asegurada, también es cierto que ello no ha implicado, de manera causal, que la percepción de bienestar, que la satisfacción de la vida, mejor dicho, que la felicidad sea mayor ahora que antes. Corea del Sur probablemente es el mejor ejemplo. Japón también. Y esta última idea mía corre el riesgo de hacer romántica la pobreza pero sería conveniente cruzar curvas de satisfacción con la vida e ingreso per cápita.