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julio 2018

Academia

Buenas noticias

A pesar del pesimismo oportunista, de la algarabía amarillista de todos los días, analistas y observadores usualmente reconocen el progreso social, la mejoría sistemática de la mayoría de los indicadores sociales: la pobreza, el acceso a los servicios públicos, la mortalidad infantil, la esperanza de vida, etc. 

Muchos señalan, sin embargo, que este progreso nos es exclusivo de nuestro país, que ocurre, por el contrario, en la gran mayoría de los países en desarrollo, salvo alguna catástrofe humanitaria como la de Venezuela o Siria. Surge, entonces, una pregunta abierta: ¿ha sido ese progreso más rápido en Colombia que en la región? ¿Hemos podido avanzar a un ritmo más rápido del que uno esperaría habida cuenta de la inercia de las circunstancias?

La respuesta parece ser sí. Colombia ha progresado, en años recientes, a un ritmo superior al promedio regional. Los datos disponibles muestran de manera clara que el progreso socioeconómico de nuestro país ha sido notable en el ámbito regional.

Esta entrada analiza cuatro variables: la pobreza, la desigualdad, la fecundidad adolescente y la cobertura de educación terciaria.  En todas Colombia progresó más rápido que en la región como un todo.

1. Pobreza: la tasa de pobreza, medida a partir de una línea comparable de 5,5 dólares por persona y por día, sigue siendo mayor en Colombia que en el promedio de América Latina y el Caribe (LAC). Pero la diferencia se ha cerrado de manera ostensible, pasó de 10 puntos en 2008 a 4 puntos en 2016. 

2. Desigualdad: la desigualdad, medida como la brecha (en número de veces) entre el ingreso promedio del 10% más rico y el 10% más pobre, ha disminuido mucho más rápidamente en Colombia que en el resto de la región. Desde 2015, la desigualdad en Colombia ya está por debajo de la desigualdad promedio en LAC. 

3. Fecundidad adolescente: la fecundidad adolescente, medida por el número de hijos por cada mil mujeres entre los 15 y 19 años, también ha disminuido más rápidamente en Colombia. En 2008, era similar al promedio regional. En 2015, ya era un 20% inferior. 
4. Cobertura de educación terciaria: la cobertura de educación terciaria, medida por el número de personas estudiando como porcentaje de la población de referencia, ha crecido mucho más rápido en Colombia. En las mujeres, pasó de 30% en 2008 a 50% en 2013. En LAC, en el mismo grupo poblacional y durante el mismo período, apenas creció 10 puntos. 

Por supuesto, el progreso es incompleto y si se quiere insatisfactorio. Pero ha sido notable no solo en términos absolutos, sino también en términos relativos. Algo estamos haciendo bien.