Academia

Pacto por la salud

En días pasados, el Procurador General de la Nación hizo un llamado a un pacto por la salud. La construcción de un pacto social como el propuesto no parte de cero. Todo lo contrario. Las premisas fundamentales están ya definidas tanto en las leyes como en la jurisprudencia. El pacto debe partir, en mi opinión, de los siguientes cinco elementos. Los tres primeros deben protegerse. Los dos últimos, terminar de consolidarse.

  1. Solidaridad: el sistema de salud colombiano es solidario en su financiamiento (el más solidario del mundo según la Organización Mundial de la Salud). El sistema está basado en una norma básica de equidad: cada quien contribuye según sus ingresos. En el Régimen Contributivo, una persona que devenga 20 salarios mínimos contribuye 20 veces más que una persona que devenga un salario mínimo por el mismo paquete de beneficios. Además, los afiliados al Régimen Contributivo contribuyen parcialmente al financiamiento del Régimen Subsidiado. No todos los colombianos son conscientes de este elemento de equidad. Algunos consideran que el sistema debe devolverles lo cotizado en la forma de prestaciones en salud. Creen erróneamente que el sistema de salud es un sistema de cuentas individuales. No perciben plenamente que sus aportes ayudan a financiar la salud de todos.
  2. Igualdad: el sistema de salud colombiano es igualitario en los beneficios. Todos los afiliados tienen derecho al mismo paquete de beneficios sin distingo de si contribuyen o no. El paquete de beneficios, por ejemplo, es el mismo para los afiliados al Régimen Contributivo que para los afiliados al Régimen Subsidiado. En la mayoría de los países de la región, en México, Costa Rica, Perú, etc., existe una brecha (casi un abismo) entre los beneficios para los trabajadores formales y para el resto de la población. Además, Colombia es uno de los países en desarrollo con una menor penetración de pólizas complementarias y medicina prepagada.
  3. Un sistema mixto: el sistema colombiano permite la participación de empresas privadas (con y sin ánimo de lucro), mixtas y públicas en la administración y la prestación de servicios. El sistema reconoce que las capacidades de la sociedad residen con frecuencia por fuera del sector público. La prestación de alta complejidad es mayoritariamente privada. En la administración del Régimen Contributivo, hay una importante participación de la Cajas de Compensación Familiar. En el Régimen Subsidiado, por su parte, predominan las mutuales y cooperativas (en Bogotá y Medellín, existen empresas mixtas). La participación del sector financiero es minoritaria. Paradójicamente los administradores mejor evaluados por los ciudadanos tienen ánimo de lucro.
  4. Garantía de financiamiento: la salud es un derecho fundamental, establecido primero por la jurisprudencia y luego consolidado por la Ley Estatutaria (Ley 1751 de 2015). Este hecho institucional tiene una implicación inmediata: el financiamiento de las prestaciones incluidas en el plan de beneficios (financiadas con cargo a la UPC) y de las prestaciones por fuera del plan de beneficios (financiadas directamente por el Estado) debe estar garantizado, no puede estar sujeto al arbitrio o la priorización del Ministerio de Hacienda o el Congreso de la República. Actualmente, sin embargo, los recursos de la salud no están garantizados de la misma manera que lo están, por ejemplo, los recursos para las pensiones o el servicio de la deuda.
  5. Límites razonables: los sistemas públicos de salud tienen que tener límites razonables: el derecho fundamental a la salud no implica el acceso a todos los tratamientos o medicamentos sin importar su costo (ver, al respecto, un artículo reciente en la revista inglesa The Lancet). En Colombia, la Ley Estatutaria plantea que lo que no esté autorizado por el INVIMA, lo que no tenga evidencia sobre su eficacia y efectividad, lo que tenga que ser prestado en el exterior y lo que sea experimental debe excluirse. La ley del Plan Nacional de Desarrollo (Ley 1753 de 2015) plantea, por su parte, que la incorporación de los nuevos medicamentos y dispositivos debe tener en cuenta el valor agregado y el precio. Pero estas normas no están consolidadas. El sistema de salud paga actualmente cientos de miles de millones de pesos en medicamentos sin registro sanitario (vitales no disponibles), en terapias de dudosa efectividad y en procedimientos muy costoso de aporte marginal en el mejor de los casos.

Estos cinco elementos deben estar acompañados, por supuesto, de un compromiso de todos los agentes por el buen uso de los recursos públicos, el respeto y la humanización. En suma, las bases para un pacto social por la salud están plenamente definidas.

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  • Alejandro Gaviria
    2 mayo, 2017 at 1:27 pm

    Un profesor de la Javeriana hizo un ejercicio interesante en una de sus clases. Después de borrarle el título y cualquier nombre o referencia que permitiera identificarla, les mostró a sus alumnos el texto de la Ley 100 de 1993 y les pidió que la leyeran y opinaran sobre lo leído. Casi unánimemente todos dijeron que ese era el sistema que necesitaba Colombia.

    • Ana Cecilia Guingue
      25 octubre, 2017 at 2:16 am

      Increíble y tanta crítica tan dura!

    • Jennifer Lorena Ortiz Melo
      26 octubre, 2017 at 1:56 am

      Totalmente cierto, estudiando economía ratifiqué mi fe en el sistema. Es un sistema desde su planteamiento equilibrado. Pero todos, en mayor o menos medida aportamos para que tenga obstáculos.
      Agregaría algunas cosas a los puntos:
      3. Las Ese deberían competir bajo estándares de calidad y alta gerencia y no permanecer protegidas por la norma. Se debe optimizar la prestación de servicios en zonas dispersas, y si esto requiere el accionar de un privado, debe hacerse.
      4. Falta en materia de control individual para garantizar más aportantes que a hoy con capacidad de contribución no lo hacen. Esos también son actos de corrupción.
      5. Promover el autocuidado y la responsabilidad del individuo es vital en aras a disminuir la carga de enfermedad por enfermedades no transmisibles directamente asociadas a modos, como condiciones y estilos de vida, así mismo, el razonamiento médico desde la evidencia por supuesto, pero también en términos de costo efectividad y a los gerentes en costo oportunidad.

      Como siempre un placer y un privilegio leerlo.

  • Alejandro Gaviria
    2 mayo, 2017 at 1:47 pm

    Aunque no compete directamente al sistema de salud (son normas de otra naturaleza), la formalización laboral debería también incluirse en cualquier pacto or la salud.

  • orlando mizar
    3 mayo, 2017 at 2:00 pm

    Siempre me llena de dudas el como manejamos o satanizamos el off label, ( indicaciones de medicamentos aprobados por invima para una cosa pero usados para otra) pues la verdad se usa muchas veces no para subir el costo del tratamiento tambn para lo contratio, en mi caso recuerdo el uso de acetaminofén oral para cierre de ductus arterioso, dentro del sistema, se deberían promover o financiar, investigaciónes que puedan ser costo efectivos en beneficio del paciente, y en mejora del sistema, un ejemplo como el ya mencionado.

  • RAUL FRANCO
    3 mayo, 2017 at 10:13 pm

    En Colombia confunden solidaridad con limosnas

  • Alejandro Gaviria
    3 mayo, 2017 at 11:48 pm

    De acuerdo Orlando. Mipres ha facilitado la prescripción de medicamentos "viejos" para segundos usos. Incluso ya se han quejado algunas farmacéuticas que mercadeaban medicamentos nuevos que poco aportaban con respecto los primeros. Saludos.

  • Pedro Cruz
    4 mayo, 2017 at 12:07 pm

    Estoy de Acuerdo con usted Señor Ministro que debe haber un pacto por la salud discutido con todos los actores del sistema de salud donde se acuerde de manera compartida una ética mínimas que además de los valores señalados por usted de la solidaridad y la igualdad estén complementados: la libertad, el respeto (que usted también lo señala) especialmente el respeto por los dineros del sistema y el dialogo entre los actores para generar confianza entre estos y así poder brindarle un servicio humanizado los usuarios del sistema.

  • Emisario
    6 mayo, 2017 at 1:24 am

    El primer elemento es una falacia, porque se aporta en tantas veces como se gana salario pero cuando se accede al servicio quien gana 5,01 salarios mínimos paga lo mismo que quien gana 30 salarios mínimos al mes, o sea casi $30.000 por cada cuota moderadora … RESULTADO: una enorme barrera de acceso que permite la incubación de patologías no transmisibles que luego se vuelven alto costo, por ejemplo. Se lo dije en persona al señor Ministro en una ocasión y se notó que la voluntad política para cambiar eso es nula; irá contra los intereses de las aseguradoras? (Puesto que ellos ganan en la medida en que menos atención en salud se prodigue, si el usuario no asiste pues no genera gastos).

  • Anónimo
    10 junio, 2017 at 2:11 am

    Es inevitable decir, que usted como ministro de salud me produce grandes emociones contradictorias. Admiro su racionalidad, su juicio académico, su aporte como ingeniero y economista a un sector que indudablemente como todo en este mundo occidental, requiere de “dinero”, de organización y estrategia. “Dinero”, que siendo honestos los médicos no sabemos manejar, porque dedicamos toda nuestra formación netamente a la medicina. ¡Usted es como mi hermana, también ingeniera ella, indispensable para muchas cosas de economía y gerencia!
    Y vuelvo y leo su escrito y me parece tan lógico! Sobre todo esa última parte que dice: “Estos cinco elementos deben estar acompañados, por supuesto, de un compromiso de todos los agentes por el buen uso de los recursos públicos, el respeto y la humanización. En suma, las bases para un pacto social por la salud están plenamente definidas”.
    El problema es que como médica y especialista que soy, como paciente que he sido sin plan complementario (es decir, con EPS como cualquier colombiano de a pie), padeciendo una enfermedad tan mortal como la preeclampsia, y como madre de un paciente que afortunadamente no tiene ningún padecimiento grave; no puede dejar de ver que todas esos elementos que usted menciona, no están en la realidad del día a día de médicos ni pacientes.
    Y es ahí, cuando contrasto mi realidad como médica y paciente, y familiar de paciente, que emociones no tan positivas me surgen respecto a su gestión. Y me pregunto cómo hace el ministro para no darse cuenta que todo eso que está escrito en el papel, está tan lejos de la realidad de miles de trabajadores de la salud y de millones de pacientes? Y llego a esta respuesta: porque no es trabajador de la salud y seguramente está rodeado de trabajadores de la salud no de EPS normalita, sino de otros planes o que nunca han ejercido la profesión como miles de trabajadores de salud de este país. Nunca había sido realmente paciente, y no será paciente de EPS normalita, sino de prepagada! Y me digo: cómo le hace falta a este tipo tan pilo untarse un poquito del día a día del sistema de salud de Colombia, para poder mirarlo y analizarlo, también desde otra perspectiva!
    Desde el fondo de mi mente, espero que la medicina le ofrezca todo lo que racional y humanamente posee, para que se recupere. Y no lo digo con ironía, lo digo sinceramente, porque creo que su mente es brllante, pero está limitada por falta de más ventanas para observar. Y que cuando esa menta tan brillante, vea esas otras ventanas, realmente le va a poder ofrecer a este sector toda su genialidad.
    Creo sinceramente que aunque estar enfermo con un padecimiento grave, como en su caso o lo fue en el mío en mi gestación, es una experiencia aterradora, por más racional que se sea; en el caso de los que estamos involucrados en el sistema de salud, pero nunca habíamos sido pacientes, puede llegar a ser una experiencia sumamente enriquecedora para nuestras labores. En mi caso, esa experiencia me hizo volver a admirar a mis colegas en su mayoría por sus conocimientos y habilidades, pero sobre todo por el compromiso con el que ejercen la profesión a pesar de tanta adversidad. Pero también a darme cuenta que definitivamente se necesitan unas condiciones mínimas para prestar los servicios de salud, porque de lo contrario se termina haciendo más daño, y que por tanto no es suficiente solamente con ofrecer servicios sin importar su calidad, pertinencia y oportunidad, ya que los pacientes son seres humanos en extrema vulnerabilidad por el hecho de estar enfermos y la falta de estas condiciones los enferman más! Este es un sistema de salud que en la realidad produce más enfermedad, pero en el papel es maravilloso. Tal vez por eso, esos estudiantes que mencionó en otro escrito dijeron que ese texto que no sabían que era la ley 100, era el sistema de salud que Colombia necesitaba!

    • Wilmer Ortiz Aponte
      25 junio, 2017 at 4:10 pm

      EXCELENTE TU COMENTARIO, EL MINISTRO SEGURAMENTE BIEN INTENCIONADO PERO COMPLETAMENTE ALEJADO DE LA REALIDAD QUE VIVIMOS LOS CIUDADANOS DE A PIE, SOLO HAY QUE RECORDAR A EL PASEO DE LA MUERTE, LA NEGACIÓN DE SERVICIOS, O DE MEDICAMENTOS PARA CONCLUIR LO DICHO POR EL PROCURADOR Y PARAFRASEO EL SISTEMA DE SALUD CAUSA MAS MUERTES QUE LAS FARC Y COMPLEMENTO, LAS EPS CAUSAN MAS MUERTES QUE EL HAMBRE EN AFRICA

  • Wilmer Ortiz Aponte
    25 junio, 2017 at 4:30 pm

    MINISTRO, DIOS LE BENDIGA Y SANE, LA BASE IMPRESCINDIBLE DE UN PACTO POR LA SALUD EN COLOMBIA, ES LA IMPLEMENTACIÓN DE UN NUEVO SISTEMA EN EL CUÁL LA ÚNICA EPS SEA ESTATAL EN LA QUE TODOS LOS CIUDADANOS DESDE EL NACIMIENTO RECIBAN TODOS LOS SERVICIOS NECESARIOS PARA GARANTIZAR LA VIDA EN CONDICIONES DIGNAS, QUE LOS SERVICIOS LOS PRESTEN LAS IPS PÚBLICAS Y PRIVADAS EN CONDICIONES QUE GARANTICEN LA CALIDAD, OPORTUNIDAD, EFICACIA, EFICIENCIA, PERTINENCIA, TECNOLOGÍA DE PUNTA Y CALIDEZ HUMANA, EN DONDE LA VIDA PREVALEZCA SOBRE LAS UTILIDADES, MANTENIENDO LA SOLIDARIDAD,IGUALDAD, LIMITES RAZONABLES QUE EN MI VISIÓN IMPLICA LA EXCLUSIÓN DE LOS TRATAMIENTOS NO VITALES, Y LA GARAMTIA DE FINANCIACIÓN.
    SI SE ELIMINA DEL CÁLCULO EL INMENSO MARGEN DE UTILIDADES DE LAS EPS PRIVADAS OBTENDREMOS QUE LOS ACTUALES RECURSOS DEL SISTEMA SON SUFICIENTES PARA GARANTIZAR SU ÓPTIMO, EFICIENTE Y EFICAZ FUNCIONAMIENTO

  • Anónimo
    26 junio, 2017 at 6:26 am

    Señalar anécdotas personales como la generalidad del funcionamiento del sistema llevan a los incautos a la sensación del fracaso rotundo, en la realidad contamos con un sistema de salud universal y equitativo que seguramente puede mejorarse, pero que es muy eficiente para tratar el alto costo y las enfermedades catastróficas.
    Mauricio Chaparro

  • Nano Botero
    26 junio, 2017 at 3:15 pm

    Es cierto, parece que se les olvidó quien pagaba por el tratamiento de los que no tenían ISS o Caja de Previsión en el sistema nacional de salud anterior y en qué condiciones. Se lo digo a también a la dra. de la preeclampsia, yo fuí médico asistencial y directivo de atención a personas en ese sistema también.

  • LUIS EDUARDO PINO V
    26 junio, 2017 at 5:29 pm

    Cuando hacemos un analisis concienzudo de los diversos sistemas de salud regionales e inclusive de paises avanzados (con excepciones como Inglaterra y Canada), no existe estructuralmente un sistema tan solidario y beneficioso como el colombiano, con el gasto de bolsillo mas bajo de paises similares y con buenos desenlaces en salud. En realidad es un tema que trasciende a lo cultural, a esa creencia del colombiano de merecer todo -inclusive la inmortalidad- y de atribuir la culpa al otro de las propias irresponsabilidades. Mientras no haya un cambio cultural a una de prevencion y autocuidado lejos estaremos de tener un sistema de salud adecuado por mas dinero que se invierta.

  • Valentina Vergara
    22 julio, 2017 at 7:45 pm

    Señor ministro,
    Soy una estudiante del Colegio Abraham Lincoln de Bogotá y estoy en este momento realizando una monografía acerca del sistema de salud de Bogotá más específicamente acerca del concepto de la justicia desde la perspectiva del filósofo John Rawls, quien propuso en 1970 la teoría de la justicia. Quisiera saber si hay alguna de forma de comunicarme con usted y asimismo de recibir información acerca de la salud en los últimos años en Bogotá, como por ejemplo análisis sectoriales, acceso, calidad, etc. La monografía es un requisito para graduarme.
    Muchas gracias.
    Estaré atenta

  • Carlos Eduardo Perez Diaz
    25 octubre, 2017 at 4:40 am

    Ministro.
    Excelente reflexión. Como siempre centrado y justo.

    Mis reflexiones

    Existe la anti solidaridad.

    Cuando se oculta los ingresos para no aportar en salud. Y el deudor es más grande es el mismo estado. Acabar los regímenes especiales son colombianos mejores ? Y terminar con las famosas de alto costo. Las q cuestan mas son las q se tratan mal sin apellido. Eso solo crea ambición y selección adversa para buscar rentabilidad.

    Existe la desigualdad:
    1. El q mas derecho es el q más tutelas gana
    2. La peor enfermedad es no tener una enfermedad rentable como cancer, reumatológica, UCI o Vih. Con modelos financieros absurdos. Pero si tienen hipertensión no son paciente negocio
    3. Privilegiar en los actores de salud el pago a 90 días y más. Entre más demoren el pago mas Fácil para los corruptos sacar el dinero.

    Existe un sistema anti mixto : todos públicos o privados solo quieren hacer negocio. ( corrupcion ) La salud no genera plata eso es erróneo no es un banco.

    Existe falta de financiamiento

    Si se sigue subsidiando la enfermedad y no la prevención. Aquí hacen más fácil una resonancia xq es rentable y no se da una vacuna por q ?

    Existe límite razonable ?

    Claro pero la autorregulación debe ser acompañado de monitores idóneos. La restricción sin educación no sirve. La regulación de precios es muy buena pero esperar 2 años por moléculas COSTO efectivas es un desangre. Priorizar el registro lo q muestre ahorro y q puedan reemplazar lo existente debe ser la vocación del Invima no hacer cola para q le den registro. ( y evitar esa barbaridad de vitales no disponible ) si son vitales hay q hacerlos disponibles