Reflexiones

Decálogo de un economista escéptico

Un escéptico, alguien que haría mejor las cosas si solo supiera cómo hacerlas.
– Michael Oakeshott

Uno. La mezquindad humana es inmodificable; la convivencia entre egoísmos, problemática. De allí las dificultades del cambio social. De allí también la necesidad de una resignación compasiva (o de una compasión resignada) a la hora de juzgar muchas empresas humanas.

Dos. Los ideólogos de izquierda desconocen el progreso social; los de derecha, el avance moral. Unos y otros son inmunes a los datos. Pero vale la pena enseñárselos de vez en cuando (con alardes positivistas, por supuesto), así solo sea con el motivo perverso de hacerlos rabiar.

Tres. Los gobiernos no siempre controlan las principales variables económicas. “Los políticos están a cargo de una economía moderna –dice el economista Paul Seabright– del mismo modo en que un marinero está a cargo de un pequeño navío en una gran tormenta: su influencia sobre el curso de los hechos es poca en comparación con la influencia de la tormenta que los rodea. Nosotros, sus pasajeros, fincamos todas nuestras esperanzas y temores en ellos, y expresamos una profunda gratitud si llegamos a buen puerto, pero solo porque no tiene sentido agradecerle a la tormenta”.

Cuatro. La economía depende de las decisiones diarias de millones de personas. Los economistas podemos medir con exactitud los resultados de las decisiones descentralizadas (la desigualdad, el desempleo, etc.) y podemos también estudiar sus determinantes con pretensiones científicas, pero no podemos modificarlos a nuestro antojo. Algunas metas de los planes de desarrollo presuponen erroneamente que el gobierno controla la economía del mismo modo en que un jefe de planta controla la producción de una fábrica.

Cinco. La regeneración social no depende del Estado.

Seis. El cambio social no depende de la buena voluntad de unos cuantos héroes altruistas o misioneros sociales: Bono, Yunus, Sachs y similares.

Siete. Las «musculosas capacidades de la política» son una ilusión. Con la excepción, por supuesto, de las «musculosas capacidades» para hacer daño.

Ocho. Muchas tendencias sociales son irreversibles. La familia está desapareciendo lentamente, con consecuencias inquietantes. Pero no hay mucho que podamos hacer al respecto más allá de identificar las causas del problema.

Nueve. Las capacidades estatales se construyen gradualmente, poco a poco. Entre el “comuníquese” y el “cúmplase” pueden pasar años.

Diez. Las constituciones modernas prometen en general más de lo que pueden cumplir. La institucionalización de la demagogia caracteriza a muchas democracias occidentales.

(publicado previamente en El Malpensante, no. 125, noviembre de 2011)

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  • MAGA
    5 junio, 2015 at 3:59 pm

    En la universidad era una economista pro-Sachs y pro-Yunus. Con los años vino la realidad, lastimosamente.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2015 at 4:37 pm

    Maga:

    Esto lo escribí cuando estaba en la universidad: un héroe caído.

    Saludos.

  • MAGA
    5 junio, 2015 at 5:14 pm

    Gracias por compartirlo. Le perdí el rastro a Yunus hace rato pero en mis épocas más románticas fue casi un modelo a seguir, presenté en varias materias el proyecto de microcrédito para Manizales -primero- y luego para el país entero.
    A pesar de lo que la realidad refuta, creo que ese romanticismo económico que vamos perdiendo hace más bien que mal a la humanidad (y hasta a uno mismo). Saludos.

  • Alejandro Gaviria
    5 junio, 2015 at 5:53 pm

    Tal vez la clave está en un sano equilibrio entre realismo y romanticismo. El exceso de realismo lleva al cinismo. El exceso de romanticismo, a la necedad. Como funcionario una de nuestras responsabilidades (no la única, aclaro) consiste en no crear falsas ilusiones. Saludos.

  • palimpsesto.blogspot.com
    7 junio, 2015 at 3:41 am

    El escepticismo llega con los años y la dura realidad cotidiana. Las terapias ensayadas son solo placebos. En el plano personal ser escéptico es una manifestación de salud mental: ¿piensa mal y acertarás? En el plano profesional una dosis razonable(?) nos evita el vértigo de las recetas vudú…Gracias mi estimado y admirado Alejandro por resistir al discurso maximalista…

  • Alejandro Gaviria
    7 junio, 2015 at 6:19 pm

    Diozkouroi: escríbame a [email protected]. Quedo pendiente. Saludos.

  • Dreamer ph D
    21 agosto, 2015 at 10:25 pm

    Fascista, la reduccion de becas creditos a medicos en formacion es un acto dictatorial y una persecucion contra las personas que luchan por la salud. Ahora que sigue, prohibirnos el acceso a la salud por marchar?

  • pajaritu
    14 septiembre, 2015 at 4:03 am

    El justo medio y moderado son Duflo y Banerjee, ¿no le parece Profesor? En algunos casos le dan la razón a Sachs, pero en otros, desafortunadamente, Easterly fue el más acertado…

    Si bien los ideólogos de uno u otro lado de la balanza se atreven a desconocer la realidad demostrada por los hechos y los datos, siempre estaremos todos de acuerdo en que los recursos son limitados y debemos acogernos a herramientas que nos permitan tomar "las mejores" decisiones. Y es allí, precisamente, donde Duflo y Banerjee traen sus soluciones, casi "salomónicas".

    Pero al final están los hacedores de políticas (no sólo de política) … y entra en juego la convivencia de egoísmos y nuestra mezquindad … en fin.

    Gracias Profesor por compartir sus pensamientos y la pasión que genera la ciencia económica.

  • pajaritu
    14 septiembre, 2015 at 4:05 am

    Y ojo … es pasión, nunca idealismo.

  • Adrián Zuur
    24 septiembre, 2015 at 7:01 pm

    Hacía rato que estaba buscando el autor de la analogía del navegante y la tormenta. Gracias por desenterrar esto.

  • Luís A. Daza C.
    12 octubre, 2015 at 11:24 pm

    Excelente entrevista la realizada por la Revista de la Universidad de Antioquia; en políticas públicas es fundamental ser pragmático y menos utópico.

    La que más me ha gustado:

    Dos. Los ideólogos de izquierda desconocen el progreso social; los de derecha, el avance moral. Unos y otros son inmunes a los datos. Pero vale la pena enseñárselos de vez en cuando (con alardes positivistas, por supuesto), así solo sea con el motivo perverso de hacerlos rabiar.

    PD: Ministro, me podrías desbloquear en Twitter? (Prometo no volver a bombardearte tu cuenta), mi usuario es @ladazac

    Especial saludo.