Reflexiones

Homo politicus

“Nuestro razonamiento moral se parece más al de un político en campaña que al de un científico en busca de la verdad”, escribió recientemente el sicólogo estadounidense Jonathan Haidt.  Moralmente hablando, sugiere Haidt, somos similares a los políticos. O mejor, los políticos son semejantes a nosotros. Sus falencias morales son más visibles. Por obvias razones. Pero no son distintas a las del hombre de la calle. O a las del ciudadano indignado. O a las de un profesor universitario.

Como los políticos, que exigen cientos de pruebas cuando un copartidario es acusado de corrupción pero están siempre dispuestos a condenar a un contradictor con un único indicio, somos oportunistas en nuestras pesquisas, escépticos o creyentes según convenga. Los sicólogos han documentado innumerables veces esta forma de oportunismo mental. Si un examen (de inteligencia, por ejemplo) nos favorece, aceptamos los resultados inmediatamente. Si no, cuestionamos su pertinencia, su veracidad o las intenciones de sus creadores. En términos generales no usamos la información objetivamente. Por el contrario, la manipulamos para acomodarla a nuestras necesidades, para llegar a las conclusiones deseadas.

Como los políticos, que viven rodeados de especialistas en fabricar excusas, tendemos a usar nuestra capacidad de raciocinio no para obrar según algún precepto moral, sino para justificar nuestras actuaciones. Cualesquiera que sean. “El razonamiento consciente –dice Haidt– funciona como un secretario de prensa que justifica automáticamente cualquier posición tomada por el presidente”. Con frecuencia ponemos la razón al servicio de la sinrazón. Y no sólo en la política. También en la vida diaria. Las personas más inteligentes no tienden a actuar más correctamente. Simplemente son más hábiles para justificar sus deslices. La inteligencia no reduce nuestras fallas morales, solo ayuda a esconderlas.

Como los políticos que incurren en actos deshonestos cuando perciben que pueden salirse con la suya, muchos ciudadanos tienden a hacer trampa cuando consideran que sus actos quedarán impunes. En un experimento ya famoso, los participantes podían ganar una suma considerable de dinero si reportaban falsamente que habían resuelto una serie de problemas matemáticos. La mayoría hizo trampa. Reclamó dinero indebidamente. No mucho, solo la cantidad que les permitía seguir justificando ante sí mismos que habían actuado honestamente. Como en la política, en la vida privada (o en algunos experimentos controlados al menos), la corrupción también suele llevarse a sus justas proporciones.

Como los políticos, que usualmente viven obsesionados con las encuestas, todos tenemos una preocupación igualmente obsesiva con las opiniones de los demás. Y como los políticos, tendemos a negarla. En política, dicen algunos, lo que parece, es. En la vida de los hombres ocurre lo mismo. “Uno no es lo que es, sino lo que los otros le permiten creer que es”, escribió alguna vez Fernando Vallejo.

En fin, los políticos reflejan nuestras falencias morales con una fidelidad inquietante, incomoda por decir lo menos. Por ello probablemente los odiamos tanto. Porque son iguales a nosotros. Porque nos recuerdan nuestros defectos más protuberantes. Porque nos representan como somos, no como queremos ser.

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  • Alejandro Gaviria
    14 julio, 2012 at 11:11 pm

    Recomiendo el libro de Jonathan Haidt: The Righteous Mind: Why Good People Are Divided by Politics and Religion. “La moral une y ciega”, dice Haidt. La moral es parroquial. Nos une a nuestras familias y comunidades. Pero nos ciega o nos insensibiliza al sufrimiento de los otros seres humanos. Es un punto conocido, una especie de reiteración de Hume. Pero que es pasado por alto recurrentemente quienes imaginan que si tan solo elimináramos las fronteras y los países la humanidad podría unirse en un gran abrazo.

  • Alejandro Gaviria
    14 julio, 2012 at 11:11 pm

    El experimento descrito en la columna fue realizado someramente por Dan Ariely. Ariely no es mi economista favorito. Pero algunos de sus experimentos contribuyen ciertamente a entender nuestras intuiciones morales. Refuerzan, creo yo, la idea de que los seres humanos no son moralmente muy admirables.

  • Alejandro Gaviria
    14 julio, 2012 at 11:12 pm

    La columna es un poco por joder. Pero dada la histeria colombiana creo que vale al pena joder.

  • Juan F. Naranjo
    14 julio, 2012 at 11:29 pm

    Alejandro, muy buena la joda y pertinente para estos tiempos de indignación. Con permiso traigo una cita de Uribenomics: "Somos crédulos con lo que nos conviene. Y desconfiados con lo que nos perjudica. Científicos unilaterales.
    Así somos. Renuentes a abandonar la comodidad de nuestros dogmas. Dados a manipular los estándares de prueba para salvaguardar nuestras convicciones más queridas".
    Espero no le caigan encima algunos visitantes del blog diciendo que se está repitiendo.

  • Juan Isaza
    14 julio, 2012 at 11:46 pm

    Muy buena!

  • Alejandro Gaviria
    15 julio, 2012 at 1:29 am

    Juan F. Naranjo: hace poco leí una entrevista con Paul Krugman. Dijo, entre otras cosas, que escribir columnas es ante todo un ejercicio de reiteración. No hay de otra. Saludos.

  • Alejandro Gaviria
    15 julio, 2012 at 1:51 am

    The notion that man is dangerous runs, therefore, closest to that order’s implications for human morality. Every writer is a reader, and if you scan your library’s shelves, you must realize that most of the books you’ve got there are either about betrayal or murder. At any rate, it seems more prudent to build society on the premise that man is evil rather than the premise of his goodness. This way at least there is the possibility of making it safe psychologically, if not physically (but perhaps that as well), for most of its members, not to mention that its surprises, which are inevitable, might be of a more pleasant nature.

    J. Brodsky

    Siempre me ha llamada lo atención que muchos novelistas e intelectuales colombianos, que deberían conocer la verdad del corazón humano –bastaría con una mirada rápida a su biblioteca–, sean los primeros en sumarse a la indignación ingenua y en defender la idea de que el cambio social necesita simplemente “políticos honestos”.

  • Alberto
    15 julio, 2012 at 2:03 am

    Alejandro;

    Buena columna; La joda es algo muy serio, eso lo saben los niños y algunos buenos poetas.

    (Pero, para seguir en ánimo de joda, me parece que asimilar a la "sinrazón" esa lista de ejemplos en contra del principio de objetividad es una afrenta a esa extraña cualidad que alimenta obras como las de, por ejemplo, Alfred Jarry, Artaud, Nietzsche, Calder, Bioy, etcétera).

    Buena noche.

  • Anónimo
    15 julio, 2012 at 4:34 am

    Certero y bien jalado el artículo en semana de daniel samper ospina; me hizo reír muchísimo; imaginarnos a un truhán de presidente.

  • Ruiz_senior
    15 julio, 2012 at 6:51 am

    Lo fastidioso no es que las ideas de las columnas se repitan, sino que se repitan las ideas repetidamente denunciadas como falaces: como esa de que Colombia es igual a otros países, halagador prejuicio que genera un universalismo que termina haciendo reír.

    Para no extenderse basta la recomendación de la columna de Samper Ospina, primero porque la columna se queja exactamente de aquello en lo que incurre el comentarista, segundo porque de considerarse empleado para poder comprar acciones a cometer alguna de las proezas de los Samper, ahora aliados con Chávez (¿lo negará o no querrá verlo Alejandro?) hay un trecho y tercero porque en un país civilizado sería inconcebible que los grandes medios toleraran esa clase de "humor" (como lo de cruzar los dedos a diferencia de Vargas Lleras). Alejandra Azcárate es una discípula de ese genio.

    Colombia es el territorio de una humanidad distinta. Que un colombiano hable en nombre de toda la especie es como que el personaje que encarna Jeff Bridges se atribuya el patrimonio del gran Lebowski.

  • Anónimo
    15 julio, 2012 at 8:55 am

    Alejandro, por qué Ariely no es su economista favorito?

  • Anónimo
    15 julio, 2012 at 11:01 am

    Pues sí.

    [Y por favor no se justifique, que por joder, que tal y Pascual]

  • Mariana
    15 julio, 2012 at 1:51 pm

    Jaime: el método de DSO, la crítica clasista al clasismo, me ha parecido siempre fallido. Por decir lo menos. Sobre los chistes de mal gusto, son solo eso. Yo prefiero no leerlos.

    Anónimo 3:55: porque con frecuencia le basta un experimento con 30 estudiantes para sacar grandes conclusiones generales, como, por ejemplo, que los incentivos pecuniarios no importan.

    Anónimo 6:01: no me estoy disculpando. Pero mí intención, lo reconozco, también era joder a los Gustavo Bolívar (y similares) de este mundo.

  • Nelson Vanegas A
    15 julio, 2012 at 2:23 pm

    Alejandro,

    Algunos aspecto de las ideas de Haidt pueden tener una base y fundamento, pero las conclusiones a las que a veces llega… no. Aun si los bueno sentimientos cristianos nos llevan a dar limosna o construir una escuela, eso no los vuelve correctos a la luz de la ética. Y su apoyo a George W Bush apesta…

  • Vidadementiras
    15 julio, 2012 at 3:43 pm

    Parece que Jaime ha resuelto el enigma colombiano . Por favor divulgue la buena nueva , ¿ Qué tenemos los colombianos que nos hace diferente al resto de la humanidad ?.

    El ombliguismo colombiano es patéticio . Nosotros los colombianos no somos especiales . Para bien o para mal, somos iguales al resto del mundo .

    No creo que la solución a nuestros problemas sea tan complicada como insinúa Aleandro . Basta con cambiar el espejo en el que nos miramos los colombianos .

  • Maldoror
    15 julio, 2012 at 3:47 pm

    Alejandro:

    Si, la gente del común no es particularmente distinta a los polìticos; somos todos humanos, gran descubrimiento. Sin embargo, la diferencia es que los polìticos son una clase en si misma, un clase que està libre de las consecuencias de sus actos. Cuando la gente del común roba ya mata, tiene un gran riesgo de ir a la càrcel. Un polìtico que hace lo mismo corre, si acaso, el riesgo de ser reelegido.

  • Anónimo
    15 julio, 2012 at 3:55 pm

    Otro vano intento de naturalizar fenómenos que requieren explicaciones sociales. Norbert Elias diría que hacemos parte de un proceso civilizatorio que está lejos de concluir. Expediente fácil aquel de explicarlo todo a través de la "naturaleza humana" que nos hace "buenos colombianos" del estilo de "los buenos somos más" o "asesinos por naturaleza", “maldad innata” o “somos así”. No somos ni lo uno ni lo otro y con este recurso desesperado a la naturaleza renunciamos a explicar científicamente nuestro comportamiento individual y colectivo a través de un prolongado proceso civilizatorio que es esperanzador para caer en un total relativismo moral.

  • Anónimo
    15 julio, 2012 at 3:56 pm

    Tendrá el señor londoño MORAL para hablar de corrupción?

    Ese es el Puro CUENTO Democrático;centrar al terrorismo como la mayor amenaza que golpea el centro nervioso de nuestra economía.

    Je!..Muchos incautos son locuaces.

  • Alejandro Gaviria
    15 julio, 2012 at 4:15 pm

    Nelson: ¿a al luz de la ética? Como si fuera tan fácil hacer juicios éticos. Yo por eso me quedó con el naturalismo de Hume, con en el intento por comprender nuestra naturaleza, no con los mandamientos racionalistas o religiosos o lo que sea.

    Anónimo 10:55: el suyo, otro vano intento por negar la condición humana con la sempiterna cita a Elías.

    Maldoror: ¿en qué sentido los políticos son una clase? ¿En el mismo sentido que los empresarios son otra clase? ¿O los futbolistas? Además, creo que la impunidad que usted menciona es falsa. ¿O no la he leído los periódicos en los últimos diez años?

    Sea lo que sea, no está demás recordar que toda esta histeria antipolítica tiene mucho de hipocresía (en un sentido profundo).

  • Anónimo
    15 julio, 2012 at 4:22 pm

    No tengo muchas observaciones, pero en mi vida, he trabajado básicamente en Universidades, los que más hablan de moral son los que peor tratan a la gente, los más ambiciosos y los más hipócritas. ¿Pregunten como trataba Molano sus empleados en una finquita que tenía en La Calera? ¿O cómo mal tratan los mamertos de las universidad públicas (los conozco muy bien) a las secretarias? Y vienen por aquí a pontificar. Son peores que los políticos en ese se equivoca Alejandro.

  • Anónimo
    15 julio, 2012 at 4:41 pm

    ¿Mariana?

  • Maldoror
    15 julio, 2012 at 4:44 pm

    Alejandro:

    Los políticos son una clase en el sentido de los priviilegios y el poder que manejan. En cuanto a la impunidad, primero es muy iluso de su parte pensar que los polìticos son condenados en proporciòn a los crìmenes que cometen, y que las condenas que reciben son equivalentes a las que un ciudadano del común recibe por actos iguales o equivalentes (por ejemplo que haya senadores que hayan cumplido ya la pena por parapolìtica es un chiste).

  • Alejandro Gaviria
    15 julio, 2012 at 5:00 pm

    Maldoror: recuerdo que otros políticos han estado injustamente detenidos por años. En Colombia hoy en día perdonan más fácil a un guerrillero o a un mafioso que a un político. No creo que ese clima de linchamiento sea favorable. Y repito, me parece hipócrita en cierta medida.

  • Anónimo
    15 julio, 2012 at 7:10 pm

    Je!.. Si los que más hablan de moral son los que peor tratan a la gente…….. se imaginan a aquellos que CRITICAN a los que "hablan de moral"?

  • Anónimo
    15 julio, 2012 at 7:20 pm

    Pues son mejores, más sensibles a la hipocresía. Basta caminar por el campus de la Nacional para darse cuanta lo que produce el pensamiento mamerto…Ruinas y destrucción.

  • Anónimo
    15 julio, 2012 at 7:22 pm

    Algunos han confundido el mensaje bíblico de la columna. No es "todos somos iguales", es "quien este libre de pecado…".

  • Ruiz_senior
    15 julio, 2012 at 7:22 pm

    Anónimo 14.10 Pues a los que critican a los que más hablan de moral todavía se los soporta. El hedor del mal aflora en cuanto hacen presencia los que critican a los que critican a los que más hablan de moral. Uf. No está de [espacio] más señalarlo.

  • Ruiz_senior
    15 julio, 2012 at 7:27 pm

    Anónimo 11.22 Molano es un alma en pena de otro siglo, un atavismo, al igual que los comunistas típicos de las universidades públicas. Lo que en el resto del mundo se entiende por "derecha" (la facción de los ricos que despoja a los pobres y a toda costa intenta asegurarse privilegios) en Colombia se llama "izquierda", con el pequeño detalle de que el país no produce nada aparte de diplomas y entonces esos ricos no tienen empresas sino guerrillas, sindicatos y ONG.

  • Carlos Méndez
    15 julio, 2012 at 8:19 pm

    "The notion that man is dangerous runs, therefore, closest to that order’s implications for human morality"

    Alejandro se esta volviendo conservador…típicamente los conservadores desconfían de la moral del ser humano…

  • Anónimo
    15 julio, 2012 at 8:20 pm

    Primero era la verdad eterna del libre mercado, ahora es la eterna e inmodificable "condición humana", algo parecido a "la mano invisible". Resulta que según Gaviria los seres humanos son inmodificables: se trata de la fatalidad eterna. La historia dice otra cosa: Suecia, Noruega, Francia, Suiza, Alemania, Inglaterra, Dinamarca, todas esas naciones fueron bárbaras en sus remotos pasados y en algunos casos en su pasado reciente. Hoy se esfuerzan por tolerarse y vivir civilizadamente, de algún modo son espejos para nosotros. Aspiramos a vivir civilizadamente un día, a salir de la falsa y facilista respuesta de "la condición humana" que usted como cualquier mal teólogo considera como sustancia eterna. Todo es cambio, nadie se baña dos veces en el mismo río, decían ya los presocráticos.

  • Alejandro Gaviria
    15 julio, 2012 at 10:24 pm

    Lo que no entiende (ni va a entender) el anónimo 15:20 es que Alemania o Australia o los Estados Unidos (los ejemplos son muchos) fueron construidos (institucionalmente) no sobre la premisa de la bondad humana, sino sobre su peligrosidad. Le recomiendo leer la carta de Brodsky a Havel que enlacé arriba: “It’s not such a heady concept, as you know. Translated into common parlance, it means that man is dangerous. Apart from being a footnote to our beloved Jean-Jacques, this principle may allow us to build a social order resting on a less self-flattering basis than was our habit, and perhaps with less disastrous consequences…At any rate, it seems more prudent to build society on the premise that man is evil rather than the premise of his goodness”.

    Los que creyeron lo contrario, en la perfectabilidad del hombre o en su bondad intrínseca, terminaron muchas veces fusilando gente.

    Finalmente claro que hay cambio. Pero cualquier estudiante de bachillerato sabe que a Heráclito se opone Parménides y que ambas visiones (la del cambio y la de la quietud) son necesarias para entender nuestro destino en este planetica.

  • Alejandro Gaviria
    15 julio, 2012 at 10:25 pm

    Carlos: sí, conservador a lo Hume. O como algunos de sus interpretes modernos, Ken Binmore por ejemplo.

  • Anónimo
    16 julio, 2012 at 12:14 am

    Alejandro: cual es la premisa que permite inferir "científicamente" que en el estudio de los comportamientos de los seres humanos debe partirse de no de la bondad humana sino de su peligrosidad: pura ideología de tinte hobbesiano o ultragodo. De nuevo, ni lo uno ni lo otro.

  • panÓptiko
    16 julio, 2012 at 12:55 am

    La verdad, me quedo con la idea moderna de que la gente no es mala sino bruta. Por lo menos en relaciones internacionales, la pre-suposición de maldad es la base de los estados belicosos en los que la guerra es la primera opción. Además, suponer maldad también trae otras consecuencias inesperadas, sobre las cuales escribí hace unos meses.

    Por otro lado, una distinción importante si se va a la minucia del asunto, es la que existe entre ética y moral. No he leído a Haidt, pero por lo menos en teoría de cosmopolitanismo, Appiah deja claro que mientras es importante mantener esos estándares de bondad que se reúnen bajo el paraguas de la moral, todas nuestras decisiones son éticas, donde todos los factores mundanos entran en consideración y afectan los resultados de nuestros juicios.

    Los que piensan que la humanidad se podría unir en un gran abrazo tal vez son los cantantes y los poetas, pero no se si eso es algo que debamos reprocharles.

    Todas las semanas algo estimulante. Muchas gracias Alejandro.

    Saludos,

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2012 at 1:40 am

    Sobre la condición o naturaleza humana (y los negacionistas), recomiendo un libro ya clásico: The Blank Slate: The Modern Denial of Human Nature de Steven Pinker.

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2012 at 1:42 am

    Pinker gives several examples of harm done by the belief in a blank slate of human nature:

    Totalitarian social engineering. If the human mind is a blank slate completely formed by the environment, then ruthlessly and totally controlling every aspect of the environment will create perfect minds.

    Inappropriate or excessive blame on and guilt for parents since if their children do not turn out well this is assumed to be entirely environmentally caused and in particular due to the behavior of the parents.

    Release of dangerous psychopaths who quickly commit new crimes.

    Construction of massive and dreary tenement complexes since housing and environmental preferences are assumed to be culturally caused and superficial.

    Persecution and even mass murder of the successful who are assumed to have gained this unfairly. This includes not only individuals but entire successful groups who are assumed to have become successful unfairly and by exploitation of other groups. Examples include kulaks in the Soviet Union; teachers and "rich" peasants in the Cultural Revolution; and city dwellers and intellectuals under the Red Khmers.

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2012 at 1:43 am

    Panóptiko: gracias por el comentario. Muy interesante. Un saludo cordial.

    Anónimo 19:14: ya veo. Cuando faltan los argumentos (la filosofía de bachillerato mal aprendida) toca echar mano de los calificativos. Antes era “neoliberal”. Ahora es “ultragodo”. Pero bueno…

  • Anónimo
    16 julio, 2012 at 3:26 am

    Cuando menciono la palabra "ultragodo" no me refiero al autor de la columna sino al razonamiento. Aunque sea válido iniciar un análisis partiendo de la premisa de que los seres humanos tienden a la maldad, es escasa la evidencia que nos permite afirmarlo. Igual podemos partir de la premisa de la bondad como hipótesis. En los dos casos partimos de un juicio valorativo referido a la ética o a la moral que sesga cualquier resultado "científico". Quizá el trasfondo del tema que aborda Gaviria es otro: cuando algún grupo o individuo logra alguna audiencia, por ejemplo intentando revocar al Congreso, él dice: Bah!!!! vana ilusión!!! todo es futilidad!!! nada cambiará!!! que resulta ser una eficaz defensa del statu quo, muy en la línea de los falsos argumentos que criticara Hirschman en retórica reaccionaria.

  • Anónimo
    16 julio, 2012 at 3:57 am

    Alejandro:

    Creo que existe un consenso general en que invertir en educación es una buena idea. Independientemente de la inteligencia de las personas, la correcta formación académica y la "estructuración" del pensamiento parecen disminuir la cantidad de actos inmorales. Pinker, en su libro The Better Angels of Our Nature, muestra cómo vivimos en una de las épocas más pacíficas de la cual se tenga registro.

    En parte, creo yo, este aumento promedio de "paz" se debe a una mejor cobertura en educación y una mayor disponibilidad de la información. La humanidad le apuesta todo a la educación y parece desear que todos sus individuos sean cada vez más brillantes. Sin embargo usted plantea en su columna que:

    "Las personas más inteligentes no tienden a actuar más correctamente. Simplemente son más hábiles para justificar sus deslices"

    Seguramente el intervalo de inteligencia que se ha tomado para hacer la comparación es muy pequeño. Los efectos en ese rango son despreciables. Pero si se observa desde el Homo habilis hasta el homo sapiens, el aumento en la capacidad de raciocinio sí parece favorecer el comportamiento altruista. Hay menor tasa de actos inmorales.

    Nuestro pariente más cercano es bastante violento en comparación con nosotros y su inteligencia es también bastante reducida. Para mi los más inteligentes si se comportan más correctamente. El rspeto por la lógica, característico de ellos, hace que tengan un mayour respeto por el prójimo e incluso que acepten sus propios errores y cambien de opinión.

    El Homo politicus planteado por usted es en gran medida envidioso. No solo critica los deslices morales de los demás, sino que también posee cierto desprecio por la inteligencia. Parece que ese parrafo lo hubiera escrito justamente un Homo politicus.

  • charlie
    16 julio, 2012 at 4:18 am

    El político es a la realidad lo que el cantante de karaoke a la música.
    Lo único real del político es su sueldo, lo que pudiere robar o ayudar a robar si es un picaro, o la cárcel cuando la merece.

  • Anónimo
    16 julio, 2012 at 6:30 am

    je!.. moral?- es una palabra que engaña;…. criticos de aquellos que hablan de moral?- son marulleros;

    Sorprende y desalienta el delirio agresor de la organización "Ruiz_senior" (por supuesto,ha cambiado su razon social); no se preocupe, también el uribismo ha fracasado miserablemente. je!..

  • Sebastián
    16 julio, 2012 at 11:53 am

    La columna mezcla varios temas interesantes. Algunos muy profundos como el falseamiento del mito del buen salvaje.Importantísimo en los debates de moral actuales. (Islam, Republicanos, Procurador…)

    Sin embargo, a fin de cuentas lo que tenemos hoy en día es la nueva crítica del Homo politicus, (twittercracia lo llamó Alejandro alguna vez)algo que presiona a los poderosos y los hace quedar en ridículo si meten las patas. Simón Gaviria un buen ejemplo.

    ¿Para qué criticar a las masas indignadas? No le veo mucha utilidad.

    Cordial saludo

  • Maldoror
    16 julio, 2012 at 1:51 pm

    De acuerdo con Carlos, hay una ideología muy goda detrás de los argumentos de la columna. Escudarse en Hume no cambia mucho: Mal que bien la Ilustración escosesa apesta con el hedor de la antropología calvinista, asi sea en su versión más atea.

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2012 at 2:06 pm

    Anónimo 22:26: yo no defiendo el status quo. Menos en un país como Colombia. En últimas la discusión (o el desacuerdo) no es sobre los objetivos, es sobre los medios. Cualquier persona medianamente familiarizada con la historia, sabe que el cambio social es complicado y que los reformadores tienen que lidiar con todo tipo de consecuencias imprevistas. El mismo Hirschman decía que el cambio social era incremental, no abrupto, no “un breve interludio entre dos sociedades estáticas: una, injusta y corrupta, que no admite la posibilidad de mejora, y otra, racional y armoniosa, que ya no es necesario mejorar”.

    Un dato interesante sobre Hirschmann, cuando escribió, a mediados de los años cincuenta, La estrategia del desarrollo económico (basado en su experiencia colombiana), estaba leyendo a Burke y a Hayek.

    Sebastian: puede que criticar las masas indignadas sea fútil. O equivocado. Pero yo, por temperamento tal vez, me resisto a sumarme al coro de la indignación barata.

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2012 at 2:09 pm

    Prefiero mil veces a Hume que a Kant o a Rousseau.

    Recomiendo este libro al respecto.

  • Anónimo
    16 julio, 2012 at 2:27 pm

    ¿Pero no fue el holocausto una consecuencia de la negación de "blank state"? al menos creo que podría pensarse así: los judíos eran corruptos por naturaleza, sin importar su condición individual… creo que es indigno de un espíritu científico atribuir consecuencias tan largas a tesis que, por lo filosóficas y abstractas, muy probablemente son inofensivas. Que haya o no una naturaleza humana debe ser una discusión sin sentido, y sin consecuencias políticas. Es algo parecido al problema de la transubstanciación, que tanta sangre derramo, pero que sin duda se reconoce como espurio hoy en día. ¿Cambiaria en algo nuestra política carcelaria si descubriésemos que el hombre es malvado por naturaleza, o si por el contrario, descubriésemos que es una conciencia pura y absolutamente libre? Estoy seguro que no…

  • Anónimo
    16 julio, 2012 at 2:33 pm

    ahora, afirmar que "Las personas más inteligentes no tienden a actuar más correctamente. Simplemente son más hábiles para justificar sus deslices" es simplemente falso. las personas inteligentes tienen una menor probabilidad de cometer actos criminales, son mas abiertos a nuevas experiencias, y son altruistas. todo esto, por supuesto, esta bien documentado…

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2012 at 3:09 pm

    Creo que Ud. está confundido. ¿Judíos corruptos por naturaleza? Esa nunca fue la acusación o la justificación para el Holocausto. Además, muchos de los argumentos más fuertes en contra del racismo han venido precisamente de Pinker y otros que han mostrado minuciosamente la falsedad de la tesis del blank slate.

    Toda las afirmaciones citadas en la columna están basada en los trabajos de Haidt y Mercier. Yo no inventé nada.

  • Anónimo
    16 julio, 2012 at 3:32 pm

    Creo que hay una confusion, sin duda. vease aqui como si se habla en la propaganda nazi de la naturaleza corrupta y degenerada de los judios. tambien aqui sobre la relacion IQ y crimen. creo que es usted quien esta confundiendo el sentido de los textos de Haidt y Mercier, que mas que hablar sobre inteligencia hablan sobre racionalidad, cosas harto distintas…

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2012 at 3:50 pm

    Cito a Haidt por ejemplo: “Smart people make really good lawyers and press secretaries, but they are not better than others at findings reason on the other side. People invest their IQ in buttressing their own case rather than in exploring the entire issue more fully and evenhandedly”.

  • Anónimo
    16 julio, 2012 at 3:52 pm

    ok. pero decir que "la gente invierte su iq mas en defender sus puntos de vista que en encontrarlos" NO ES LO MISMO que decir que "la gente inteligente no tiende a actuar correctamente", lo que por lo demas, por los estudios conocidos, es patentemente falso…

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2012 at 3:56 pm

    No tengo mucho más tiempo. Pero mire las encuestas de Mercier y encontrará que, para poblaciones comparables, por ejemplo de estudiantes universitarios, no hay diferencia en el comportamiento altruista ni en tendencia a hacer trampa según el IQ.

    Chistosa la alusión (contradictoria) a The Bell Curve, el libro que más lejos ha llevado el determinismo genético en las últimas décadas.

  • Anónimo
    16 julio, 2012 at 4:00 pm

    ok. lo investigare. y precisamente tengo una copia de the bell curve a mi lado…

  • Anónimo
    16 julio, 2012 at 4:03 pm

    y temo que para lo ultimo la restriccion de rango haria las encuestas de Mercier improcedentes…

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2012 at 5:23 pm

    Sobre un tema anterior, "Cargo Cult Science" by Richard Feynman.

  • Nada que ver
    16 julio, 2012 at 6:50 pm

    ¿Qué tal este dato? (Ni el Senador Robledo lo debe saber…)

    "In a chapter about the great chefs of France’s past, Dryansky recalls that Auguste Escoffier worked for Cesar Ritz and that “one of his last accomplishments was training a pastry chef who would abandon the trade. His name was Ho Chi Minh.”

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2012 at 7:10 pm

    Muy bueno el dato.

  • Alberto
    16 julio, 2012 at 9:41 pm

    La defensa de la bondad natural del hombre, así como su reverso, la maldad originaria, son dos versiones de un mismo moralismo. El bien y el mal son dos conceptos artificiales que nada tienen que ver con la naturaleza humana.

    cf. Genealogía de la moral; La verdad y las formas jurídicas; El Extranjero; Etcétera.

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2012 at 11:32 pm

    Estoy de acuerdo parcialmente con Alberto. En últimas, creo, defiende el enfoque naturalista: describir sin juzgar nuestras inclinaciones morales.

  • Anónimo
    17 julio, 2012 at 4:53 pm

    que jartera Jaime Ruiz

  • Anónimo
    17 julio, 2012 at 5:23 pm

    "El bien y el mal son dos conceptos artificiales que nada tienen que ver con la naturaleza humana."

    Chimbo. ¿De dónde vienen entonces? De juicios de valor que emiten los humanos a partir de la observación de sus propas acciones, así que de alguna manera son parte de la "naturaleza humana".

  • Anónimo
    17 julio, 2012 at 8:50 pm

    Tán cándido como creer que los más educados e inteligentes son ángeles, es creer en las sandeces del buen salvaje. Para la muestra Toribío…

  • Anónimo
    17 julio, 2012 at 9:56 pm

    "uno de sus más elocuentes defensores."

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  • Anónimo
    17 julio, 2012 at 11:47 pm

    El buen salvaje que añora William Ospina se ve reflejado en este texto sobre un poblado Pijao que describe el cronista Rodríguez Freile (cerca de Toribío): "..y una vez nos sucedió que habiendo
    dado un aluaso sobre el cercado del cacique Dura, a donde hallamos
    retirada la gente, porque nos sintió la espía y les dio aviso, halláronse solas dos indias viejas que no pudieron huir, y un chiquero de indios duhos que los tenían allí engordando para comérselos en las borracheras.
    Este chiquero era de fortísimos guayacanes, y la entrada tenían por
    alto, que se subía por escaleras.

    Nota: Vale la pena leer a Rodríguez Freile para entender porque la colonización antioqueña no pudo entrar nunca a las tierras altas entre Tolima, Valle, Huila y Cauca (Las Hermosas). Porque tuvieron que enviar a un grande de España y sobrino-nieto del Papa (Juan Borgia) a pacificar la región. Porqué el PCC escogió dicha región para fundar las FARC y porque parece ser el último reducto de la resistencia indígena en Colombia.

  • Alberto
    18 julio, 2012 at 1:13 am

    Anónimo 12:23

    Si lo entiendo bien, su merced dice que el bien y el mal de alguna manera son parte de "la naturaleza humana" porque:

    1. Son "juicios de valor". Lo cual es parecido a decir que el color blanco es blanco porque es blanco. Eso sin contar que una breve ojeada a la historia de tales juicios de valor, argumenta a favor de la variabilidad, del desplazamiento, del cambio, dependiendo de los regimenes de verdad.

    2. Los juicios de valor devienen de la "observación". Y, bueno, la obsevación no es una especie de comodín que confiera estatus de realidad o de verdad a una tesis. Hay mucha y muy buena epistemología desarrollada en el siglo XX que pueden explicarselo mejor que yo. El mismo viejo Hume, algunos siglos atrás, le propinó unos merecidos y justos golpes a la idea del establecimiento de relaciones causales a partir de la observación.

    3. La observación se hace "sobre sus propias acciones". Con la mano en el considere y piense, como decía mi tía Maruja, le pregunto: ¿La mayoría de sus juicios de valor a propósito del mundo y sus contenidos son el producto de su instrospección crítica o más bien son "enunciaciones" contextualizadas en su educación y en la serie de relaciones sociales en las que usted ha vivido desde que tiene memoria?

  • Anónimo
    18 julio, 2012 at 10:28 am

    Don Alberto, le recomiendo que, con la anuencia de su tía Maruja –quien se nota es mujer sabia– repase a Adam Smith:

    How selfish soever man may be supposed, there are evidently some principles in his nature, which interest him in the fortunes of others, and render their happiness necessary to him, though he derives nothing from it, except the pleasure of seeing it. Of this kind is pity or compassion, the emotion we feel for the misery of others, when we either see it, or are made to conceive it in a very lively manner. That we often derive sorrow from the sorrows of others, is a matter of fact too obvious to require any instances to prove it; for this sentiment, like all the other original passions of human nature, is by no means confined to the virtuous or the humane, though they perhaps may feel it with the most exquisite sensibility. The greatest ruffian, the most hardened violator of the laws of society, is not altogether without it.

    ¿Si ve, su merced?

  • Sergio
    18 julio, 2012 at 9:05 pm

    Anónimo 05:28 : Reconozco tu redacción en cualquier parte. Un gusto tenerte por acá. Como te dicen con cariño "Cucho"..

  • eureka
    19 julio, 2012 at 1:36 am

    Buena la columna.
    Yo pienso que la sociedad colombiana se indigna con los políticos no tanto porque esperemos que ellos sean unos ángeles impolutos y virtuosos, sino porque el ser políticos implica reducir, comparativamente con un ciudadano común, el riesgo de ser castigado en algunas actuaciones y cuando se descubre algo muy evidente se hace una feria de indignación y señalamiento como diciendo "si ve que se podía caer por algo pirobo…." Básicamente no nos indignamos de que actúe “mal” (aunque eso es lo que piensa la mayoría), más bien nos indignamos porque ese pendejo ya podía hacer ciertas cosas que los demás no y fuera de eso se pone a “tentar la suerte” y hace cosas peores. O en el caso del senador Merlano, no creo que la mayoría piense que está mal de que conduzca en estado de embriaguez (de hecho pensarán que lo malo es que lo pillen o que mate a alguien), lo malo es que trate de usar su fuero para escaparse.
    Sobre las discusiones en el blog, algunos comentarios.
    Algún anónimo menciona que está demostrado que "las personas inteligentes tienen una menor probabilidad de cometer actos criminales" Creo que no entendió el punto de la columna. No se estaba hablando de actos criminales, como homicidio o robo a mano armada, según entiendo se refería a la propensión a hacer trampa y esta no necesariamente implica acto criminal. De hecho los más inteligentes podrían en teoría analizar los riesgos en que incurren y cubrir mejor las pruebas de tal forma que sería un poco más difícil de condenarlos o comprobar un proceder criminal.
    Maldoror hace un comentario interesante sobre los políticos dice que son "…un(a) clase que està libre de las consecuencias de sus actos. Cuando la gente del común roba ya mata, tiene un gran riesgo de ir a la càrcel. Un polìtico que hace lo mismo corre, si acaso, el riesgo de ser reelegido." Creo que este comentario da en el punto de por qué nos indignamos tanto con los políticos y les caen tanto encima.
    Partiendo de que lo que dice Maldoror es en algún grado cierto, p. ej. en el libro sobre la Droga que publicó Los Andes y A.G. es editor, hay un capítulo que cita entrevistas a policias y dicen literalmente que ellos evitan retener a gente "bien" que consuma droga en lugares públicos "No va y sea que salga hijo de un senador y después me llame la atención mi coronel". Es cierto los políticos, aunque no estemos de acuerdo con ello, tienen cierta aura que los protege ¿porque el senador que encontraron borracho conduciendo le repetía a los patrulleros que llamara al comandante? porque sabía que estaba haciendo algo indebido y, más importante, sabía que el superior lo iba a respaldar y salir casi impune al respecto. Eso si no contaba con que los policías grabaran evidencia que le haría correr la butaca hasta al superior de ellos.

  • Anónimo
    19 julio, 2012 at 7:11 pm

    Eureka, la frase del anónimo es "las personas inteligentes tienen una menor probabilidad de cometer actos criminales, son más abiertos a nuevas experiencias, y son altruistas" no la edite a su gusto. Los actos criminales hacen buena parte de lo que entendemos por trampa. La columna en ese sentido, sencillamente se equivoco.
    Y el que la gente inteligente pueda cubrir sus crímenes con mayor astucia no alcanza a explicar por si solo la larga desproporción de crímenes cometidos por la gente menos inteligente. Revise la bibliografía al respecto, que es amplia…

  • Anónimo
    19 julio, 2012 at 7:15 pm

    de hecho, es cierto que los criminales mas inteligentes, en promedio, son los mas dificiles de atrapar aun asi, tambien es cierto que los inteligentes cometen menos crimenes

  • Anónimo
    19 julio, 2012 at 11:21 pm

    página

  • Sebastián
    20 julio, 2012 at 12:28 am

    Para contribuir con el debate del buen salvaje y sus elocuentes defensores creo que vale la pena analizar lo que pasó con el alcalde-cura en el Cesar.

    La redacción de decretos cristianos en Aguachica me hizo recordar esta columna de Julio César Londoño.

    Parece ser que el alcalde Alfredo Vega Quintero no solo desconoce las condiciones de funcionamiento de un estado laico sino que nunca leyó las recomendaciones en materia de teología que hizo Voltaire para los gobernantes.

    En una carta a Carolina de Beauregard escribe lo siguiente:

    ¿Debemos practicar alguna religión? Lo tengo por socialmente aconsejable. Señora, os confieso que temo al populacho si pierde toda forma de veneración por lo divino sin ganar las luces de la filosofía; pero aún temo más a los poderosos que no se ven refrenados en su ambición por ninguna ley sagrada. Tantas cosas se han hecho respetar a lo largo de los siglos por razones religiosas que corremos el peligro de que quienes pierdan toda religión crean que ya nada merece ser respetado. Supongo que si Dios no existe, deberíamos volver a inventarlo. Vemos, empero, que también las religiones persuaden a cometer atrocidades y que en la mayoría de los casos son peores en sus efectos sociales que la pura y simple impiedad.¿Cuál es pues la religión que considero preferible?¿No será la más sencilla?¿La que tenga mucha moral y pocos dogmas?¿La que ayude a los hombres a ser justos sin hacerlos absurdos?¿La que no ordene creer cosas imposibles, contradictorias, injuriosas para la Divinidad y perniciosas para el género humano, la que no ose amenazar con penas eternas al que tiene sentido común? ¿No será la mejor religión aquella que no imponga su credo por medio de verdugos, ni inunde de sangre la tierra por culpa de dogmas ininteligibles?¿La que no someta a los gobernantes a un sumo sacerdote a menudo incestuoso, homicida y envenenador, valiéndose de un par de juegos de palabras y algunos textos sacros falsificados?¿La que no enseñe más que la adoración a un Dios, la justicia, la tolerancia y la humanidad? Tal es la religión que deseo, señora, pero que no veo vigente en ningún rincón de la tierra civilizada.Pero ni siquiera ésta quisiera que llegara a imponerse por la fuerza de los gobernantes: un Estado bien regulado no debe coaccionar más a los ciudadanos en materia de religión que en cuestiones culinarias.

    Creo que Voltaire -caracterizado por su gran sentido del humor- no propone realmente la creación de "nuevos mitos" como sugiere William Ospina. Es más bien una burla a la imposibilidad de tal empresa.Con respecto al alcalde, pura demagogia llevada al extremo.

  • eureka
    20 julio, 2012 at 12:32 am

    Anónimo 14:11: seguramente a mayor IQ menores actos criminales, pero en el enlace que usted pone, se refiere claramente a acciones criminales que se pagan con carcel.

    Discrepo de su punto "Los actos criminales hacen buena parte de lo que entendemos por trampa.", sin ánimo de ser mockusiano, no todas las trampas son crímenes castigados penalmente por la sociedad. En ningún lado veo que la columna se reifere exclusivamente a actos criminales, más bien a actuaciones que se podrían tipificar como falla moral (lo que quiera que eso signifique).

  • Anónimo
    20 julio, 2012 at 4:45 am

    Una persona más inteligente no solo es capaz de justificar mejor sus actos deshonestos, también puede a sopesar mejor sus consecuencias. Por eso cometen menos crímenes: no se van a robar un equipo de un laboratorio sabiendo que pueden ir a la cárcel. Pero, fácilmente, pueden "amañar" los resultados de una investigación y ganarse una beca.
    Para la muestra el Libor y demás escándalos financieros del último año, actos difícilmente criminales pero muy poco éticos.

  • Anónimo
    20 julio, 2012 at 2:23 pm

    Anonimo 23:35

    ¿A usted le parece que lo del Libor es un problema meramente ético y no criminal? ¿Por qué? Por que los 16 pachás que se reúnen a manipular las tasas de interés en su propio beneficio no le dipararon a alguien directamente y lo mataron?

  • Anónimo
    20 julio, 2012 at 3:47 pm

    Sebastián: Muy buena la columna de Julio César Londoño. No la había leído y aunque no comparto muchas cosas de las que él predica, en este caso estoy de acuerdo.Es muy difícil respetar la inteligencia de un creyente fogozo.

    Cuando un dirigente lleva a cabo un acto de ignorancia -no saber elaborar decretos- y a eso se le suma su fe ciega e irracional, no hay duda que su inteligencia queda por el piso.

    El alcalde de Aguachica Cesar pertenece seguramente a la "categoría esencial" planteada por Alejandro en una columna.

  • Anónimo
    20 julio, 2012 at 5:08 pm

    Anónimo 09:23
    La manipulación del Libor no es criminal porque no viola ninguna ley (que yo sepa). Ese es el punto de mi comentario: uno puede hacer muchas cosas malas sin necesidad de hacer nada ilegal.

  • Anónimo
    20 julio, 2012 at 5:51 pm

    Investigación criminal por manipulación de la Libor

    http://www.guardian.co.uk/business/2012/jul/15/barclays-charges-us-libor-report

  • Anónimo
    20 julio, 2012 at 7:36 pm

    Los criminales no tienen patrón, no tienen raza, forma, perfil, virtud, brutalidad, inteligencia etc.

    Aunque.. la mayoría son políticos.

  • Alejandro Gaviria
    20 julio, 2012 at 7:37 pm

    Ospina lleva mucho tiempo haciendo lo mismo: infinitas variaciones (cada vez más triviales) del "Discurso sobre las artes y las ciencias" de Rousseau. Pero más que la reiteración del novelista, llama la atención el aplauso generalizado que suscita su empeño. Este tipo de loas a la ignorancia son tranquilizadoras para mucha gente.

  • Anónimo
    21 julio, 2012 at 2:20 am

    The Colorado suspect of killing and injuring almost hundred people was studying a PhD in Neuroscience, not precisely a discipline for low IQ morons or witless idiots.

  • Anónimo
    21 julio, 2012 at 11:03 am

    "The Colorado suspect of killing and injuring almost hundred people was studying a PhD in Neuroscience, not precisely a discipline for low IQ morons or witless idiots."
    Bueno, de nuevo hay que insistir en el significado de palabras como PROMEDIO…

  • Alejandro Gaviria
    21 julio, 2012 at 2:47 pm

    “Imagine there´s no countries”, propone Mauricio Garcia V. "Great idea, wrong species”, cabría responder parafraseando al biólogo E. O. Wilson (y en el espíritu de Haidt). Ver primer comentario de esta entrada.