Reflexiones

Pasiones políticas

La había leído en uno de los ensayos del historiador Jorge Orlando Melo. Volví a leerla recientemente en El cuervo blanco, el último libro de Fernando Vallejo.

Es una carta escrita en 1885 por el ingeniero Luis María Lleras Triana a su amigo y compadre Rufino José Cuervo. Lleras había abandonado a su familia en Bogotá y se había unido a las milicias liberales que luchaban en contra del gobierno conservador. La carta es conmovedora y trágica al mismo tiempo. Es un testimonio (elocuente digamos) sobre la futilidad de las pasiones políticas, sobre el heroísmo dudoso de quienes dan la vida por un ideal.

“Compadre —escribió Lleras—, la guerra es un vértigo, es una locura, es una insensatez; y los hombres más benévolos se vuelven bestias feroces; el valor del guerrero es una barbaridad. Pero cuando uno toma las armas no puede, no debe dejarlas en el momento de peligro, no puede volver la espalda a amigos, enemigos y hermanos, sin cometer la más baja de las acciones, sin ser un cobarde y un miserable”. Pocos días antes había escrito: “Dios sabe si nos tocará dejar la barriga al sol mientras llegan los gallinazos”. En suma, la lucha es de vida o muerte, su abandono, el peor pecado, y la lealtad con los compañeros de causa, la más alta virtud.

A Luis Lleras lo mataron a los pocos días de un bayonetazo en la batalla de la Humareda, “esa oscura refriega de una oscura revolución de una oscura patria”. El sacrificio fue en vano. Algunas semanas después, Rafael Núñez anunciaría la muerte de la república federal. Cuenta Vallejo que cuando escribió la carta de marras, el 11 de junio de 1885, Lleras llevaba seis meses sin saber de sus ocho hijos, a quienes había abandonado con el propósito de luchar por el bien de la patria o el bienestar general o una sociedad más justa o las sacrosantas ideas liberales o cualquier cosa por el estilo. Escribe Vallejo: “Esto es lo que en español castizo, que tan caro leerá a don Rufino, se llama un solemne hijueputa. Para Colombia era un buen colombiano”.

Como Luis Lleras, muchos colombianos han sucumbido ante las pasiones políticas, han dedicado su vida a refriegas oscuras, a luchas ideológicas sin sentido. Otros han abandonado sus familias en busca de un ideal imposible. Pero a todos, en mayor o menor grado, nos pasa lo mismo. Odiamos a quienes no conocemos por cuenta de sus ideas u opiniones políticas. Peleamos encarnizadamente por defender ideologías dudosas. Vivimos obsesionados con los demagogos que nos gobiernan. Protestamos por sus pronunciamientos más insulsos. Nos tomamos demasiado en serio el espectáculo consuetudinario de la política.

Cinco años antes de su muerte, Luis Lleras trabajó con el ingeniero cubano Francisco Javier Cisneros en La Industria, una publicación quincenal que pretendía “llenar un vacío que se nota en esta sociedad, ocupándonos única y exclusivamente en asuntos que tiendan al desarrollo material: lo cual clara y distintamente quiere decir que este periódico no tendrá color político”. Pero el asunto no prosperó. El ingeniero Lleras prefirió las luchas políticas al desarrollo material y murió como un dudoso héroe militar. Después de su muerte en la Humareda fue ascendido de coronel a general, un homenaje insulso que enfatiza la inutilidad de su sacrificio y la futilidad de nuestras pasiones políticas.

You Might Also Like

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 1:17 am

    Tengo edición vieja (Biblioteca Nacional, 1942) de las cartas del archivo de Rufino José Cuervo.

    Hay varias de Luis Lleras. Una de enero 31 de 1883 dice lo siguiente sobre La Industria:

    A riesgo de que quede demasiado larga esta carta, voi a satisfacer de una vez una curiosidad que le va a entrar a U., si ya no le ha entrado. ¿Qué gana Cisneros o espera ganar en el periódico? ¿Pretenderá lograr lo que nadie ha logrado aquí, a saber, la fundación de un periódico que no sea político? En verdad, a mí no me toca la resolución de ese problema; bástame que me paguen mi salario, i asunto concluído. Sin embargo, me figuro que el negocio es éste: Cisneros paga hoy por la inserción en otros periódicos de los escritos referentes a sus empresas, lo que casi basta a pagar un periódico; i como algo habrán de dar los avisos y las suscripciones por pocas que sean, queda, en cuanto a gastos, lo mismo que está hoy, i tiene le ventaja de publicar lo que se le antoje i cuando se le antoje….

    Otra de marzo 6 de 1883 dice lo siguiente:

    Le envío los números 2 y 3 de La Industria. Perdone las cuchufletas a los académicos: alguna salsa debía tener el periódico, i, en este caso, es la Academia la que paga el pato…A Anjel que me escriba un artículo sobre la industria de la cerveza en Bogotá para nuestro periódico; i que si allá bebe Valdepeñas, que se acuerde de mí al llevarse la copa a los labios…Luisito ha adelantado mucho en el violín. Pone piezas al oído y por nota, y todos me dice que tiene muchas disposiciones. ¿Será por halagar mi amor de padre? El ahijado se ha enfermado, aun no olvida a su padrino Rufino. Luis Herrera se casó. Saludo a Anjel con un abrazo. Su affmo. amigo y compadre.

    Otro de junio 18 de 1883 dice:

    Volviendo a la pobreza del gobierno, este ha pensado, para salir de apuros, cobrar con anticipación de un semestre las rentas de aduana con una rebaja de 20% que se ofrece a los introductores: esto mismo hizo el Dr. Nuñez, y tendrá que hacerlo también cuando vuelva a encargarse del gobierno. Todo esto no impedirá que algunos se enriquezcan sin trabajar, sin negocio ni oficio conocido, como tantos que Ud. y yo conocemos. Aquí diría Gonzalón para explicar tan raro fenómeno: por eso.

    Poco ha cambiado desde entonces.

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 1:19 am

    Una carta de junio 22 de 1883 cuenta una noticia:

    No sé si ya le he dicho que Santiago Pérez saldrá pasado mañana para Nuevo York, con Santiaguito y Eduardo. Entiendo que va con el ánimo de ver si puede establecerse allí con la familia, fundando un periódico…
    Santiaguito es Santiago Pérez Triana, quien también aparece en El cuervo blanco como protagonista de un gran escándalo de corrupción: aparentemente las compañías británicas lo contrataron como intermediario con el fin de entregarles sobornos a algunos funcionarios que tenían en sus manos decisiones cruciales sobre la renegociación de contratos de los ferrocarriles.

    Años más tarde, Pérez Triana le serviría de modelo a Joseph Conrad para la confección literaria don José Avellanos, un personaje de Nostromo, su novel política latinoamericana que es, entre otras cosas, un gran alegato sobre la futilidad de la pasiones políticas.

  • Javier Moreno
    29 abril, 2012 at 1:32 am

    ¿Y qué pensaría Cuervo de esas cosas que le escribía su amigo?

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 2:07 am

    Javier: la mayoría de las cartas de Cuervo a sus amigos se perdieron. Los biógrafos deben contentarse con la mitad de la conversación. Sea lo que sea, Lleras era sin duda su mejor amigo.

  • Vidadementiras
    29 abril, 2012 at 2:15 am

    El peligro mas grande que enfrenta el hombre del siglo XXI es tomarse las cosas demasiado en serio . La democracia no se puede tomar en serio , nos pide que seamos ciudadanos antes que padres, amigos , hijos…

    La democracia le pide al hombre , mas de lo que el puede darle . La democracia y por tanto la política son inhumanas.

  • Javier Moreno
    29 abril, 2012 at 3:33 am

    ¿Será que Cuervo le podía responder? ¿Dónde estaba Cuervo? ¿Ya en París?

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 3:40 am

    Vida de mentiras: completamente de acuerdo. Me gusta esta frase de Tocqueville: "la adhesión a las causas políticas sólo puede ser una adhesión moderada, nunca una pasión desbordante".

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 3:42 am

    Javier: ya estaba en Paris. Dejó Bogotá (para siempre) en 1882. Respondía juicioso. Escribió miles de cartas. Saludos.

  • jaime ruiz
    29 abril, 2012 at 8:07 am

    Claro que la gente puede ser mendaz o veraz, cuando ¡no importa! sino que sólo es la medida en que se es una cosa u otra, se está ante una templanza que a los fanáticos nos parece bajeza y acomodamiento con los peores criminales. Por ejemplo, acerca de si la violencia en el cono sur la empezaron las dictaduras militares, si la "educación superior" en Colombia reduce la desigualdad (al respecto enlazo esto porque Alejandro manifestó estar de acuerdo con Isaza), si la culpa de la persecución política contra Arias y muchos otros es del público y la de la violencia en Colombia de los prohibicionistas, de si la señora Hurtado no vuelve a Colombia porque si lo hace Uribe la manda matar (esta obra de arte fue citada por Alejandro), de si las promesas de premiar el crimen alientan a los terroristas y muchísimos otros asuntos, el problema no es si uno razona de un modo o de otro, sino la dosis de exaltación que ponga.

    Es la ideología colombiana. Cuando obras de amor como la de ayer en el Caquetá den su fruto, los determinadores ascenderán y serán ministros, y están cómodos en sus puestos en las universidades, porque a diferencia de Luis Lleras ahora todo lo que comporte peligro se "terceriza", se le deja al Servicio Doméstico Armado. Basta con ver lo que produjeron los carros bomba de Escobar y el M-19.

    La prédica es por completo innecesaria en Colombia: el fervor de odio de sicarios morales como Abad Faciolince (la perla que enlacé lo retrata de cuerpo entero) va siempre acompañando la carrera y el futuro de benefactores de la humanidad como Carlos Gaviria. En el mismo lado de ellos pero con más desasimiento está Alejandro, no vaya a ser que sus compañeros, que ya se ven como ministros vitalicios, lo vean como un rival ansioso de figurar más de la cuenta.

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 10:50 am

    No había un tema menos rebuscado para evitar opinar sobre la política santo-chavista de regalar casas a los pobres y hacer chillar a los ricos?

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 12:26 pm

    En cuanto a la política de vivienda, hace unos meses participé en este estudio que fue discutido por constructores y financiadores. Allí recomendamos la ampliación de los subsidios, incluso los subsidios completos. Allí también revisamos las experiencias de Brasil, Chile y México que ha mencionado el gobierno.

    En mi opinión, la gran restricción no es de demanda sino de oferta. Aún con subsidios de 100% habrá problemas para cumplir la meta de 100 mil casas por escasez de suelo. En Bogotá, si uno junta lo ofrecido por la Nación y el Distrito, ya existían los subsidios completos, pero no se ha construido una sola vivienda VIP (de interés prioritario) en los últimos años.

    El debate político sobre este tema no me interesa. Unos demagogos acusan a otros demagogos de demagogos y viceversa.

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 12:27 pm

    En cuanto al lenguaje de Santos, ayer escribí lo siguiente en Twitter: un estadista dice "vamos a tener un política tributaria más progresiva"; un populista, "vamos a poner a chillar a los ricos".

    Explicación (a veces son necesarias): la frase intenta ser sarcástica habida cuenta de las pretensiones de estadista de nuestro presidente.

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 12:35 pm

    ¿Cree Uds. que Daniel Coronell habría escrito la columna que escribió esta semana (pésima) si la situación fuera la contraria? Las pasiones políticas han producido miles y miles de páginas insulsas.

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 1:06 pm

    Cuando comprenderá el economista que la suerte de un país, de un imperio o de un municipio, no puede entenderse al margen de la política y del poder. Fueron aquellos liberales radicales los que sembraron buena parte de las semillas del progreso y de las libertades de las que, mal que bien, hoy gozamos. Aquella primera república liberal tan vilipendiada significó el despegue de obras públicas muy importantes en todo el país, verbigracia el primer intento serio de construir ferrocarriles, junto con el plan estratégico de trazar una vía férrea que fuera de Bogotá por el Carare al río Magdalena, en el que aún hoy se piensa sin que se tomen medidas serias al respecto. Buena parte del programa político de los radicales liberales, hoy vigente, sigue sin ejecutarse y a ello obedecen los amagos de rebelión en todas partes. Lo del apoliticismo del periódico La Industria obedece a que estaba orientado por extranjeros dedicados a los negocios, en este caso cubanos como Rafael María Merchán y Francisco Javier Cisneros sobre cuyo nombre no cabe equivocarse si se pretende dar cátedra sobre el siglo XIX colombiano. Hay mucho de manipulación ideológica en el intento de tildar como un mal padre a Luis Lleras, el último Lleras revolucionario, quien entregó su vida en la gloriosa batalla de La Humareda en 1885. Sobre aquella página trágica de la historia nacional escribió Vargas Vila: “Banco, puerto inmortal!! Cuanto le debes al liberalismo expirante! Allí fue a dejarte sus despojos más nobles, sus muertos más ilustres, las últimas y más gloriosas páginas de su brillante historia!… / Tu guardas las cenizas del más tremendo incendio, los despojos de la más recia borrasca. Tú eres para la patria un altar de recuerdos y de gloria y de enseñanzas sublimes. A ti vendrán las generaciones futuras, para retemplar el patriotismo y cuando quieran aprender que: Sólo se es esclavo si se quiere y si falta valor para morir.”

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 1:15 pm

    Yo no estoy diciendo que la suerte de un país pueda entenderse al margen de esa lucha. Pero cualquier lector desprevenido de nuestro historia, del s. XIX en particular, se dará cuenta de los miles y miles de sacrificios inútiles impulsados por la retórica de borracho de Vargas Vila y muchos más.

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 1:23 pm

    Desde un punto de vista económico, en el s. XIX no pasó nada: el PIB per cápita de 1900 era el mismo de 1820.

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 1:34 pm

    Copio del libro Origen, Programas y tesis del liberalismo de Otto Morales Benítez los siguientes párrafos: “En síntesis, las grandes reformas proyectadas por el radicalismo en el transcurso de 1849 a 1878 y relacionadas a continuación, se efectuaron en las siguientes administraciones: de José Hilario López (1849-1853); gobierno promisorio de Mosquera (1861-1863); las dos administraciones de Murillo Toro (1864-1866 y 1872-1874); Santos Gutiérrez (1868-1870); Eustorgio Salgar (1870-1872); Santiago Pérez (1874-1876) y Aquileo Parra (1876-1878). Excluidos los siguientes gobiernos que opusieron resistencia al cambio: general José María Obando (1853-1854); general José Maña Melo (1854); doctor Manuel María Mallarino (1855-1857); doctor Mariano Ospina Rodríguez (1857-1861).
    «He aquí las más destacadas: abolición de la esclavitud (1850); abolición de la pena de muerte por delitos políticos (1849) y por delitos comunes ( 1857-1863); descentralización de rentas y gastos que estableció la autonomía municipal y desmonte de las estructuras coloniales con la implantación científica de la Federación (1850); libertad absoluta de imprenta (1851); libertad de asociación (1849); libertad de enseñanza (1850); impuesto único y directo (1853); matrimonio civil y divorcio vincular (1853); sufragio universal (1853); modernización de la imprenta nacional (1849); el derecho de gentes (1863); la era de los ferrocarriles nacionales (1850-1872-1874); establecimiento del telégrafo(1865); facultades notariales a los cónsules (1865); el Diario Oficial (1864); introducción del eucaliptos (1865); formal establecimiento del primer banco (sucursal del London Bank de Londres, México y Suramérica) (1865); tratado sobre apertura del Canal de Panamá (enero 6 de 1869); Beneficencia de Cundinamarca (1869); Cámara de Comercio de Bogotá (1852); las escuelas normales (1870); Universidad Nacional (1867); reducción de la deuda externa de 34 a 10 millones (1873); consolidación de límites con Venezuela».
    En esa época se creó la ‘Escuela republicana’ que tenía como objetivo la modernización del Partido Liberal. Las ‘sociedades democráticas’, a la vez, realizaban tarea de adoctrinamiento y de movilización de sectores populares. Sin pueblo, no puede adelantarse ninguna tarea revolucionaria en el gobierno. Murillo Toro, en 1855, se opone a la creación de estados muy grandes, porque ello conduce al centralismo. Su proyecto eliminando la pena de muerte por delitos comunes, fue muy combatido por el periódico El Catolicismo. En estos apuntes, es imposible hacer un recuento de sus múltiples iniciativas. Pero hay una, la referente a la tierra, que cambia el criterio acerca de ella. Por ese espíritu, que se conservó durante ese período, fue posible hacer el proceso de colonización; se realizó la liberación de las fuerzas de trabajo campesino y se consolidaron, por primera vez, manifestaciones de lo que es el salario.”

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 1:41 pm

    Decir que "Desde un punto de vista económico, en el s. XIX no pasó nada: el PIB per cápita de 1900 era el mismo de 1820" compromete el nombre del economista o del historiador aficionado" Solo basta mirar el efecto de la abolición del estanco del tabaco o los primeros ferrocarriles. En 1900 fue la guerra de los mil días que destruyó el transporte férreo existente y tomó los barcos de vapor en el Magdalena para la guerra, era natural que la economía quedara destrozada.

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 2:22 pm

    La muerte de Camilo Torres, un supuesto acto heroico, pasó a la historia como una aventura ridícula.

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 2:23 pm

    Los economistas e historiadores aficionados quienes han invertido tiempo y esfuerzo en reconstruir las cifras económicas del s. XIX son Salomón Kalmanovitz y Miguel Urrutia.

    Claro que la abolición del estanco del tabaco tuvo efectos. Los ferrocarriles no tanto, como lo muestra María Teresa Ramírez.Pero mi punto es otro: el inmenso sacrificio de vidas humanas en nombre de ideas dudosas y calenturas políticas, en fin, la tragicomedia de la historia humana.

  • Harold Londoño
    29 abril, 2012 at 2:45 pm

    Este es el himno de muchos apasionados políticos en Colombia canción del elegido

    "hubo la historia de un golpe
    sintio en su cabeza cristales molidos
    y comprendio que la guerra
    era la paz del futuro

    lo mas terrible se aprende enseguida
    y lo hermoso nos cuesta la vida

    la ultima vez lo vi irse
    entre humo y metralla
    contento y desnudo"

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 3:05 pm

    La parte del libro “La infraestructura de transporte en Colombia durante el siglo XIX” correspondiente a María Teresa Ramírez está plagada de errores porque la autora desconoce el periodo y particularmente lo relativo a los ferrocarriles. En la página 3 dice que a diferencia de los estados unidos en colombiana existían canales cuando hacía siglos se había construido el canal del Dique y existía un canal que iba entre Ciénaga y el río Magdalena. Afirma que en 1905 las vías férreas nacionales no superaban 30 kilómetros lo cual no corresponde a la verdad, sobre todo si en la tabla de la página siete dice que en 1885 contábamos con 203 kilómetros de línea férrea. No puede hablarse (P.13) de que las concesiones que daba el gobierno a los constructores eran exageradas, Schumpeter muestra que los ferrocarriles norteamericanos se construyeron así y recuperaron con creces el Valor de esas concesiones (Schumpeter, Joseph. Business Cycles: A theoretical and statistical analysis of the capitalist process. New York: McGraw-Hill Book Company, Inc. 2 vols.). No es cierto aquello de que los concesionarios extranjeros construían la parte fácil de las vías dejando las difíciles al gobierno y a los concesionarios nacionales como puede verse en los ferrocarriles de Antioquia, Pacifico, Girardot, La Dorada, Bolívar, o Santa Marta. En la página 15 dice que hubo incumplimientos de los concesionarios con el gobierno en el ferrocarril de Santa Marta, esto no es cierto porque ese ferrocarril fue financiado y construido totalmente por capital privado: un rico hacendado y empresario Manuel Julián de Mier y un ingeniero práctico inglés Robert Joy. No todos los empresarios extranjeros eran rent seekers. No es cierto que faltaran conocimientos técnicos en la ingeniería colombiana en la segunda mitad del siglo XIX (p. 19): bogotanos construyeron el Ferrocarril de la Sabana, el Ferrocarril del Norte, la ferrovía de Cúcuta y lograron éxitos importantes en el desarrollo del Ferrocarril de Antioquia como lo reconoce Alejandro López.
    Pero, incluso los pícaros hacían avanzar los ferrocarriles como en el caso del Perú. Dice Hobsbawm: “Es difícil negar un poco de admiración incluso a los mayores estafadores de los grandes constructores de ferrocarril. Henry Meiggs fue en todos los sentidos un aventurero deshonesto que dejó tras él un rastro de facturas impagadas, sobornos y recuerdos de lujosos gastos a lo largo de todo el borde occidental de los continentes americanos y en los vastos centros de vileza y explotación como San Francisco y Panamá. Pero quienquiera que haya visto el Ferrocarril Central Peruano, ¿puede negar la grandeza de conceptos y logros de su imaginación romántica aunque pícara?”

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 3:12 pm

    Sobre los ferrocarriles, la corrupción y demás, recomiendo este libro acerca del caso de los Estados Unidos: Railroaded: The Transcontinentals and the Making of Modern America.

    Sobre los detalles de la historia colombiana, no soy experto. Los argumentos del anónimo 10:05 me parecen sólidos y convincentes.

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 3:18 pm

    La parte del libro “La infraestructura de transporte en Colombia durante el siglo XIX” correspondiente a María Teresa Ramírez está plagada de errores porque la autora desconoce el periodo y particularmente lo relativo a los ferrocarriles. En la página 3 dice que a diferencia de los Estados Unidos era que en Colombia no existían canales cuando hacía siglos se había construido el canal del Dique y existía un canal que iba entre Ciénaga y el río Magdalena. Afirma que en 1905 las vías férreas nacionales no superaban 30 kilómetros lo cual no corresponde a la verdad, sobre todo si en la tabla de la página 7 dice que en 1885 contábamos con 203 kilómetros de línea férrea. No puede hablarse (P.13) de que las concesiones que daba el gobierno a los constructores eran exageradas, Schumpeter muestra que los ferrocarriles norteamericanos se construyeron así y recuperaron con creces el valor de esas concesiones (Schumpeter, Joseph. Business Cycles: A theoretical and statistical analysis of the capitalist process. New York: McGraw-Hill Book Company, 1939, Inc. 2 vols.). No es cierto aquello de que los concesionarios extranjeros construían la parte fácil de las vías dejando las difíciles al gobierno y a los concesionarios nacionales como puede verse en los ferrocarriles de Antioquia, Pacifico, Girardot, La Dorada, Bolívar, o Santa Marta. En la página 15 dice que hubo incumplimientos de los concesionarios con el gobierno en el ferrocarril de Santa Marta, esto no es cierto porque ese ferrocarril fue financiado y construido totalmente por capital privado: un rico hacendado y empresario Manuel Julián de Mier y un ingeniero práctico inglés Robert Joy. No todos los empresarios extranjeros eran rent seekers. No es cierto que faltaran conocimientos técnicos en la ingeniería colombiana en la segunda mitad del siglo XIX (p. 19): bogotanos construyeron el Ferrocarril de la Sabana, el Ferrocarril del Norte, la ferrovía de Cúcuta y lograron éxitos importantes en el desarrollo del Ferrocarril de Antioquia como lo reconoce Alejandro López.
    Pero, incluso los pícaros hacían avanzar los ferrocarriles como en el caso del Perú. Dice Hobsbawm: “Es difícil negar un poco de admiración incluso a los mayores estafadores de los grandes constructores de ferrocarril. Henry Meiggs fue en todos los sentidos un aventurero deshonesto que dejó tras él un rastro de facturas impagadas, sobornos y recuerdos de lujosos gastos a lo largo de todo el borde occidental de los continentes americanos y en los vastos centros de vileza y explotación como San Francisco y Panamá. Pero quienquiera que haya visto el Ferrocarril Central Peruano, ¿puede negar la grandeza de conceptos y logros de su imaginación romántica aunque pícara?”

  • Noel Carrascal
    29 abril, 2012 at 3:47 pm

    Por lo menos, por lo que dice esta entrada, Lleras busco la pluma antes que las armas, aunque fracasó en ambos, por lo menos fracaso en lo pacifico primero. Eso es de respetar. Hoy en Colombia muchos toman la pluma después de haber dejado las armas, y muchos más pueden estar soñando con una columna en un periódico, o liderar una ONG por la "paz", si logran una amnistía impune. Eso es una medida de la bajeza a la que han llegado las pasiones políticas en Colombia.

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 4:14 pm

    Importante columna. Alguien me decía que las ideologías y digamos casi todas las creencias “calientan el cerebro” y a duras penas se puede pensar de manera sensata, las personas quedan atrapadas y difícilmente pueden ver el mundo desde otras orillas. El gasto de energías que se utiliza para defender las creencias, a la final según el grado de fanatismo, pueden crear el ambiente propicio para la violencia, el odio o al menos llevar una vida desgraciada pero sin ser conscientes de ello.

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 4:40 pm

    Luis Lleras es un caso entre muchos y muchos. Pero me parece especialmente interesante. Su vida siempre estuvo dividida entre las pasiones políticas y los interés materiales. Esta carta revela el saludable aburrimiento del mundo de los negocios y las inversiones:

    No recuerdo haberle dicho que Raul Pérez y su cuñado Ponce tienen unas máquinas de hilar algodón en un quinta situada más allá del Sargento Prieto. He tenido curiosidad de ver esto, porque creo, como Felipe Zapata, que una empresa de hilandería y tejidos de algodón daría muy buen interés al capital que se empleara. Por desgracia, esa empresa requiere mucho capital, y por consiguiente está fuera de mi alcance. Pienso, sin embargo, estudiarla por si alguna vez puedo acometerla como socio industrial. Hoy es buen negocio la exportación de algodón; luego nos vuelve ese mismo algodón en forma de tejidos, pagando crecidísimos derechos de aduana, peajes y fletes de transporte, etc. Por consiguiente conque solo se ganarán los derechos de importación, se podría obtener muy buenas ganancias. Y no hay riesgo de que los derechos de importación desaparezcan, porque la vida del gobierno depende de ellos.

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 4:47 pm

    tecnócratas se rasgan las vestiduras cada vez que chocan con la realidad del poder, la política y la ideología porque ellas desbaratan sus planes ilusos y teñidos de ideología como la columna de Gaviria hoy o las fórmulas de Fischer Black y Myron Scholes que contribuyeron a quebrar la economía mundial. Veamos un ejemplo de tinte ideológico en Miguel Antonio Caro a fines del siglo XIX: Yo creo, como aquel gran poeta, que vale mas el evangelio, que cuantos libros antes y después de él se han escrito; y que el decálogo, que solo consta de diez renglones, ha hecho mas bien a la humanidad que todos los ferrocarriles y telégrafos, y velas y vapores y máquinas cuyas resurrecciones, si no invenciones, aprecio como es justo y disfruto agradecido."

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 4:57 pm

    Caro por supuesto era otro fundamentalista, como los radicales, pero de signo contrario.

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 5:03 pm

    Hay muchos despistados (o acalorados o ignorantes) por ahí que se imaginan a los economistas tratando de dominar el mundo con una ecuación matemática en la mano.

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 5:05 pm

    Los mismos mamertos de la Nacional que piden paz celebran la guerra. A esos tipos se les quemó el cerebro.

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 6:40 pm

    Mi homenaje tardío a Luis Lleras va en esta frase, aunque pertenezca al general MacArthur: Los viejos soldados nunca mueren, tan solo se desvanecen en la lejanía.

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 7:13 pm

    muy bonita la frase. Tal vez los viejos ingenieros tampoco.

  • Anónimo
    29 abril, 2012 at 10:33 pm

    Sin duda Alejandro, la futilidad de esas quimeras. Muchos jovenes colombianos de los 70s les pasó lo mismo.

  • Alejandro Gaviria
    29 abril, 2012 at 11:43 pm

    Uribe sobre el tema de la semana anterior: la continuidad de la violencia en Colombia. Sus argumentos son casi idénticos a los de la izquierda radical.

  • Camilo P
    30 abril, 2012 at 2:42 am

    Recordando a Henderson -tema de la semana pasada- recuerdo ahora en su biografía de Laureano una cita casí al final, atribuida en principio al peruano arielista Francisco García Calderon quien observaba que en Colombia: "Las ideas asumian una cualidad religiosa y que, en la batalla librada por convicciones irreconciliables la verdad esta a salvo pero la nación queda arruinada."

  • Vidadementiras
    30 abril, 2012 at 2:50 am

    No deja de ser curioso como en un país con tantos problemas como el nuestro , las únicas soluciones que parecen llegar a la gente sean gestas heroicas que prometen cambiar el curso de la historia .

    Lo mismo con los políticos , entre mas obstinados y seguros ( no importa si están errados ) estén , entre mas mesías se sientan , mas respaldo obtienen .

    No creo que la estrategia de Santos de mostrar a Uribe como un "loquito" que vive en el pasado le sirva para controlarlo en las elecciones .

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 3:54 am

    Las pasiones políticas son horribles: ahí tenemos a Uribe y a Santos tratando de sacar provecho de los asesinatos de las hijueputas Farc.

  • Alberto
    30 abril, 2012 at 4:13 am

    Alejandro;

    Una cita de "Voyage au bout de la nuit" de Céline;

    Él, nuestro coronel, tal vez supiera por qué disparaban aquellos dos; quizá los alemanes lo supiesen también, pero yo, la verdad no (…) Pensé -¡presa del espanto!-: ¿seré el único cobarde de la tierra?… ¿Perdido entre dos millones de locos heroicos, furiosos y armados hasta los dientes? Con cascos, sin cascos, sin caballos, en motos, dando alaridos, en autos, pitando, tirando, conspirando, volando, de rodillas, cavando, escabulléndose, caracoleando por los senderos, lanzando detonaciones, ocultos en la tierra como en una celda de manicomio, para destruilo todo, Alemania, Francia y los continentes, todo lo que respira, destruir, más rabiosos que los perros, adorando su rabia (cosa que no hacen los perros), cien, mil veces más rabiosos que mil perros, ¡y mucho más perversos!

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 7:37 am

    Esas malditas ideas que la tecnocracia desprecian tienen su cura ¿no deberían abrir en uniandes un curso "colombia postapocaliptica: como hacer todo de nuevo" (sin ideas como prerequisito)?.

  • Alejandro Gaviria
    30 abril, 2012 at 1:17 pm

    Alberto: excelente la cita. Mil gracias. Saludos.

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 2:26 pm

    Temiendo por su vida, cuando se acerca el fin de la Segunda Guerra Mundial, Céline abandona Francia en 1944 con su tercera esposa, Lucette, con la que compartió todo desde 1936 hasta su muerte, pasando primero a Alemania y de ahí a Dinamarca en 1945. Allí es arrestado por orden del gobierno francés acusado de colaboracionismo durante la ocupación nazi en Francia y pasa más de un año en prisión. Más tarde, en 1950, es condenado in absentia a un año de cárcel y declarado desgracia nacional en Francia, a donde no regresará hasta 1951 tras ser amnistiado.
    Céline escribió tres panfletos pacifistas: Bagatelles pour un massacre (1937), L'École des cadavres (1938) y Les Beaux draps (1941), fuertemente antisemitas.
    Este es el nuevo héroe "pacifista" de Alejandro y un tal Alberto: un nazi-fascista.

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 2:32 pm

    Un Céline consciente antes de hacerse nazi: «Os lo digo, infelices, jodidos de la vida, vencidos, desollados, siempre empapados de sudor; os lo advierto: cuando los grandes de este mundo empiezan a amaros es porque van a convertiros en carne de cañón". Céline, Louis-Ferdinand (2008). Viaje al final de la noche. Edhasa. pp. 573. «83»

  • Alejandro Gaviria
    30 abril, 2012 at 2:47 pm

    Anónimo 9:26: la frase es buena. Eso es todo. Alguien citó ayer una frase guerrerista de McArthur, bonita también. Así lo reconocí. Ni Celine ni McArthur son mis héroes. Definitivamente las pasiones políticas nublan la razón.

  • Noel
    30 abril, 2012 at 3:25 pm

    "Hay muchos despistados (o acalorados o ignorantes) por ahí que se imaginan a los economistas tratando de dominar el mundo con una ecuación matemática en la mano."
    Bueno con la formula de Keynesian multipliers Obama nos tiene esperando una recuperación económica, endeudados hasta el cuello y nadando al borde de la inflación con QE, y aunque con esa formula no se dominará el mundo, como es que los abogados leguleyos si lo pueden hacer con micos en el congreso? Claro que los economistas, o 'gastonomistas', no dominarán el mundo hasta que se quiten de encima a los abogados que más frecuentemente son presidentes y nombran a un economista de ministro… creo que una las formulas son preferibles a los micos, y los economistas deberían dejar de ser tan neutrales y tratar de imponerlas por sobre la ambigüedad de las palabras de leguleyos.

  • Alberto
    30 abril, 2012 at 4:13 pm

    Anónimo 09:26

    Yo no tengo héroes. Me gusta la literatura de Céline, por su valor literario y en ese sentido me da lo mismo que Céline hubiese sido el traidor colaboracionista más miserable de la historia o un abstemio ejemplar. Si tuviese que verme obligado a conocer únicamente las obras hechas por los santos de la Santa Iglesia Católica mi vida sería muy aburrida (eso sin contar que la historia de los santos también está escrita con letras torcidas). Con su lógica absoluta, tendría que quemar “sin remedio” de Antonio Caballero, porque él apoyó en algún momento de su vida la combinación de las formas de lucha, y tendría que quemar “el tambor de hojalata” porque… y tendría que quemar “ser y tiempo” porque… y tendría que quemar toda la obra de Cortázar porque… y tendría que quemar todo recuerdo de Borges porque… Y tendría que mandar a derrumbar toda la arquitectura católica porque…

  • Alejandro Gaviria
    30 abril, 2012 at 4:46 pm

    “La guerra civil de 1885 fue combate de búhos agitándose entre escombros y tinieblas como los músculos de un cuerpo decapitado”.

    Gaitán Obeso

  • sansinverguenza
    30 abril, 2012 at 5:39 pm

    El ejemplo de Lleras afianza la tesis de "La Historia de Mayta" de Vargas Llosa. En Latinoamérica la tradición ética y romántica de los mártires de la iglesia fue reemplazada por la de los mártires socialistas. Fueron muchachos que crecieron con el santoral de los mártires como el máximo ejemplo de virtudes, y que cuando llegaron a la Universidad Pública sólo cambiaron un dogma por otro. A veces incluso bajo los dos dogmas, como Camilo Torres, el Cura Pérez, y todos los monaguillos de la Teoría de la Liberación. Del Santoral al Capital, los mismos ilusos de la redención de las masas oprimidos por el santo martirizado y desprendido. Tremendo lastre, hubiese sido mejor que se proyectaran como individuos egoístas apoderados de su propio destino material y espiritual, que como pastores convencidos de tener autoridad moral para matar, secuestrar y traficar para redimir al rebaño. Las ganas de consagrarse en el martirio explica la obsesión leguleya por glorificarse en condición de víctima.

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 6:18 pm

    sansinverguenza, cambiese "pastores" por "apostoles"….

  • Camilo P.
    30 abril, 2012 at 6:54 pm

    Sobre Céline.
    Por: Vargas Llosa

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 8:01 pm

    Mientras redentores, curas y monaguillos se dedicaban dizque a salvar a los pobres…
    …los amigos de sansinverguenza se dedicaban dizque a producir

  • Carlito
    30 abril, 2012 at 8:33 pm

    Ascenso de coronel a general? puede ser un caso de temprano carrusel pensional para la viuda?

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 9:32 pm

    Hay muchos ejemplos: Jean Genet, Borges, etc., cuya literatura admiramos porque son unos verdaderos genios con la pluma. Pero moral y personalmente pueden ser unas escorias, como bien anota Vargas Llosa de Céline, personajes a veces muy lumpenizados, que para el caso que nos ocupa no pueden constituir el modelo, ahora que Gaviria yerra de nuevo intentando enlodar la figura de un hombre íntegro, que quizá pudo equivocarse. Pero como dirían Max Weber, el capitalismo nada sabe de honor. Por otra parte, el actual Presidente del Perú es una suerte de Mayta a quien Vargas Llosa apoyó y Vargas Llosa estaba en lo correcto. En Mi Lucha de Hitler hay también pasajes edificantes, por favor, aconséjennos, dénnos luces!!!

  • Alejandro Gaviria
    30 abril, 2012 at 10:39 pm

    Qué poco saben de economía quienes no han pasado de Max Weber.

    Recomiendo este texto de Adam Smith es un buen antídoto contra cierto tipo de ignorancia.

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 10:41 pm

    Más escoria el asesino Guevara que el viejito Borges. Respeten hombre.

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 11:26 pm

    Finalmente, Gaviria nos da la razón con el texto de La teoría de los sentimientos morales de Smith. ¿Por qué no lo recordaron antes, hace 10 o 20 años cuando rezumaban el Smith de la riqueza de las naciones?. Como el mundo es más ancho que la economía, Weber nos da una lección memorable e insuperable sobre el espíritu del capitalismo. ¿qué era mal economista? Lo sabemos, pero no conocerlo sólo muestra ignorancia supina. Cuando hablamos de escorias, sólo retomamos la expresión de Vargas Llosa para referirse a Céline que era un lumpen desclasado, no a Borges que era más decente aunque resulte difícil explicar el que se sentara a manteles con Videla en el momento en que asesinaban argentinos en los cuarteles de ese país.

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 11:30 pm

    Y como Weber decía que el capitalismo nada sabe del honor, a estos personajes les resulta difícil de entender la parábola de Luis Lleras quien murió defendiendo además el librecambio.

  • sansinverguenza
    30 abril, 2012 at 11:36 pm

    Estimado Anónimo, Creo que su cita de Max Weber, aunque seguramente textual, cae fuera de contexto, pues contradice la idea central del mismo autor sobre la ética protestante, la cual encuentra honor, y hasta la salvación, en el capitalismo. Mayta no es Ollanta, siempre buscó el martirio y nunca transigió su dogna para perseguir el poder. Me quedo con Ollanta.

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 11:37 pm

    a estos personajes les resulta difícil de entender la parábola de Luis Lleras quien murió defendiendo además el librecambio

    Al decir de ellos, "ideas dudosas y calenturas políticas".

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 11:46 pm

    El tal Weber explica bien como la ideología, que alimenta la pasión política, jamás desaparecerá mientras los seres humanos habiten la tierra. Ello indica que aún en el análisis más racional deberá contarse con ese dato o variable y que quien no lo haga jamás se acercará a la objetividad. La ideología es una falsa conciencia, como diría Marx o Lukács, de la que no puede prescindir ningún análisis y de ideología está impregnada la técnica mal defendida por los ideólogos desde la pasión atacan a la pasión.

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 11:48 pm

    La ideología es una falsa conciencia, como diría Marx o Lukács, de la que no puede prescindir ningún análisis. De ideología está impregnada la técnica mal defendida por estos ideólogos que desde la pasión política atacan a la pasión política.

  • Anónimo
    30 abril, 2012 at 11:53 pm

    Lea la Ética protestante y entenderá que no hay contradicción.

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 12:01 am

    Por otra parte hay que saber de quien es hijo Ollanta Humala para saber porque es quien es.

  • Alejandro Gaviria
    1 mayo, 2012 at 12:04 am

    No entiendo si el anónimo defiende la ideología normativa o positivamente, como un dato del mundo o como un atributo deseable. Weber da para todo.

  • jaime ruiz
    1 mayo, 2012 at 12:05 am

    Colombia es tal muladar que no falta el sicario que le da clases de moral a Borges. A fin de cuentas un compañero de activismos de Alejandro, León Valencia, asesino de miles de personas y responsable de miles de secuestros, también tiene su púlpito para dar cátedra.

    Cuando Borges se enteró de los crímenes de la dictadura de Videla, que no eran públicos ni salían en los periódicos, los denunció.

    En la tierra de los subhombres en cambio se respeta la orientación moral de Julio Cortázar, que sin vacilación alentaba a matar gente y justificaba los secuestros en falacias repugnantes (como que el interés de los bancos justificaba los secuestros).

    Colombia es una hedionda sociedad de asesinos y otros tipos de canallas.

  • Alejandro Gaviria
    1 mayo, 2012 at 12:06 am

    En cuanto a la defensa del librecambio, prefiero las argucias burocráticas de Florentino González al heroísmo inútil de Luis Lleras (por quien, reconozco, es muy difícil no sentir afecto).

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 12:16 am

    Realmente soy poco versado en economía, aunque de Schumpeter creo saber más que el columnista. Por demás, si alguien sabe mucha neoclásica bien le valdría olvidarse un poco de ella y reaprender por lo menos Keynes.

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 12:29 am

    Borges era un hombre capaz de sacrificar un mundo por pulir un verso, para usar la expresión de Guillermo Valencia. Un ejemplo de ideología es por ejemplo el sesgo de Ruíz, Borges si, Cortazar no, el pensamiento por parejas: bueno, malo, bonito feo. Los dos, escritores fuera de serie que nunca buscaron ser preceptores morales.

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 12:33 am

    Si yo digo viva la ideología, abajo la ideología, a la ideología le importa un rábano, simplemente está ahí.

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 12:56 am

    La ideología no siempre triunfa, recuerden a Dean Xiaoping: “da igual que el gato sea blanco o negro, lo importante es que cace ratones".

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 12:58 am

    La ideología me obliga a decir viva la ideología, la ideología me obliga a decir abajo la ideología, la ideología me usa y yo uso a la ideología contra los de otra ideología que usan su ideología contra mi ideología.

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 1:00 am

    lo de Deng es ideología práctica contra otra ideología.

  • Alejandro Gaviria
    1 mayo, 2012 at 1:00 am

    Lleras fue víctima de las circunstancias, de sus conocimientos de artillería (digamos) y de la exaltación política de la época. Si hubiera nacido en otro momento, habría podido presenciar los progresos de Luisito con el violín y habría terminado fundado una de las primeras empresas de textiles de Colombia. Le tengo mucha simpatía. Por eso he copiado algunas de sus cartas, por eso he querido (perdón por la sensiblería) recordar su infortunado sacrificio.

    Entiendo el hijueputazo de Vallejo como una protesta en contra de esas mismas circunstancias. Por tal razón lo mencioné en la columna.

  • jaime ruiz
    1 mayo, 2012 at 1:01 am

    Rasgo cultural francamente cómico eso de hablar de lo que no se conoce. Borges sacrificando el mundo para pulir un verso es tan absurdo como apoyando a Videla para lucrarse. Quién sabe qué tonterías habrán oído.

    Las voces de aliento al asesinato y al secuestro, así como a los regímenes, como el nicaragüense, surgidos de esos hechos, son cosa muy corriente en los textos de Cortázar después de mayo del 68. En la orgía de locura y crimen del gobierno de Isabelita el Libro de Manuel tuvo que alentar a muchos asesinos idealistas y a muchos idiotas útiles en los que después se cebarían los torturadores golpistas.

    La universidad colombiana produce engendros de ese tipo: ¡no se va a escoger entre los que alientan a los asesinos y entre quienes dan ejemplo de rectitud!, no faltaría más sino ser maniqueo o moralista o cualquier cosa así.

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 1:02 am

    Si todo es ideología, entonces no hay nada que discutir: la ideología sería el concepto más vacío e inutil de las ciencias sociales. Lo que es todo, es nada.

  • panÓptiko
    1 mayo, 2012 at 1:03 am

    Muy buena la columna—sobretodo para tantos exaltados sueltos por ahí.

    Entiendo y comparto la preferencia por los atajos burocráticos sobre todas las formas de lucha para instaurar sistemas utópicos. Pero, ¿y qué si las gentes se especializan en diseñar, reformular, remediar y luego crear nuevos atajos en lugar de producir más y mejor?

    La tragedia parece fluir por más de un cauce.

    Saludos,

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 1:29 am

    Por eso discutimos tan encarnizadamente, porque la ideología lo impregna todo y desata la pasión política. Los más consecuentes defenderán a sus dioses o a sus demonios hasta el final. El manejo más burdo, menos sofisticado, de la ideología, es el de Ruíz, uno se imagina que si la discusión fuera de viva voz y de cuerpo presente con él, seguro le hundiría una daga al adversario y luego alegaría ira e intenso dolor. ¿Quien habló de lucro en el caso de Borges? Panóptico, en vez de dedicarnos a este ejercicio escolástico ¿qué producimos? ¿Salchichón? La sociedad anónima es un pobre sustituto del santo grial, decía Schumpeter.

  • Alejandro Gaviria
    1 mayo, 2012 at 1:49 am

    Porque si se quiere evitarle al hombre el destino de la guerra hay que empezar por confesar, serena y severamente la verdad: la guerra es fiesta. Fiesta de la comunidad al fin unida con el más entrañable de los vínculos, del individuo al fin disuelto en ella y liberado de su soledad, de su particularidad y de sus intereses; capaz de darlo todo, hasta la vida. Fiesta de poderse aprobar sin sombras y sin dudas frente al perverso enemigo, de creer tontamente tener la razón y de creer más tontamente aún que podemos dar testimonio de la verdad con nuestra sangre. Si esto no se tiene en cuenta, la mayor parte de las guerras parecen extravagantemente irracionales, porque todo el mundo conoce de antemano la desproporción existente entre el valor de lo que se persigue y el valor de lo que está dispuesto a sacrificar. Cuando Hamlet se reprocha su indecisión en una empresa aparentemente clara como la que tenía ante sí, comenta: "Mientras para vergüenza mía veo la destrucción inmediata de veinte mil hombres que, por un capricho, por una estéril gloria van al sepulcro como a sus lechos, combatiendo por una causa que la multitud es incapaz de comprender, por un terreno que no es suficiente sepultura para tantos cadáveres". ¿Quién ignora que este es frecuentemente el caso? Hay que decir que las grandes palabras solemnes: el honor, la patria, los principios, sirven casi siempre para racionalizar el deseo de entregarse a esa borrachera colectiva.

    EZ

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 2:10 am

    ¿Entonces qué?
    Entonces no hagamos nada.
    Dejemos así.

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 6:18 am

    El obtuso jose obdulio gaviria tomó las riendas de la banda Jaime Ruiz; escribe con cierto tono de fracaso y exaltación; tomemoslo en cuenta para que no pierda el tiempo frente a un computador ! jeje….

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 2:32 pm

    eJEm: Sin olvidar las condecoraciones que Borges recibió en el regimen de Pinochet… y otra cosa que menciona Woodall en la biografía de Borges: ¨En 1976 cuando Isabel Perón fue derrocada por los militares, Borges dió publicamente la bienvenida a sus sucesores. Almorzó con el nuevo jefe de gobierno, el general Videla y posteriormente declaró que su junta militar estaba compuesta de caballeros.¨ Cosas que no deben olvidar si queremos dejar la hipocresia cristiana atrabiliaria…

  • Anónimo
    1 mayo, 2012 at 2:45 pm

    Muy interesante la serie sobre Wall Street. Acerca de la "complejidad" de los instrumentos diseñados con el supuesto propósito de reducir el riesgo de las las hipotecas tóxicas, se me ocurre un ejemplo muy simple. Los dueños de una fábrica que procesa productos cárnicos sabe que hay ganado con aftosa, otro con brucelosis y otro con el síndrome de las vacas locas. También saben que hay carne de calidad excelsa proveniente de buenos hatos. Con el fin de disminuir el riesgo de intoxicación de la población, resuelven mezclar la carne buena con la mala, ponerle sello de "excelsa" expedido por las "calificadoras de riesgo cárnico" y vendérsela a otros distribuidores como carne molida, con el resultado previsible de envenenamiento masivo y mortandad generalizada. Quién es más asesino: ¿el Che Guevara con su síndrome de redentor o los dueños de la fábrica de productos cárnicos que se "ingeniaron" la mezcla para "disminuir el riesgo" de intoxicación y seguir expandiendo su negocio?
    Hay que ser genio a los 24 años para inventarse semejante esquema y venderle la idea a otros genios como Paulson, Greenspan y demás superdotados.

  • Vidadementiras
    1 mayo, 2012 at 5:01 pm

    Hablando de locos que , aunque con buenas intenciones , terminan arrastrando a todo el pueblo con ellos . Robespierre debería ser el ejemplo perfecto del peligro que representa tomarse demasiado en serio las ideas políticas .

    Se hace difícil no querer a los mártires . Si se les analiza individualmente , como Lleras , se ganan el cariño de cualquiera . Pero en contexto , se ve que sus sacrificios ademas de inútiles , forman parte de un circulo vicioso de nunca acabar .

    Las intenciones poco cuentan en la vida real , en política mas que en cualquier otro campo , hay que recordar el viejo dicho : "el infierno esta lleno de buenas intenciones ".

  • Alejandro Gaviria
    2 mayo, 2012 at 1:14 am

    Aclaración: no soy miembro de “Primero Colombia”. No conozco a nadie allí. Creo que algunas veces reproducen mis columnas. Soy (con orgullo) miembro independiente de la junta directiva de Bancolombia (no tengo ni una sola acción). Represento con diligencia y responsabilidad los intereses del público y los clientes. Lidero (también con orgullo) una facultad donde priman la diversidad y la libertad de pensamiento. No voy a permitir que este blog se convierta en una tribuna para unos cuantos ignorantes.

  • sansinverguenza
    2 mayo, 2012 at 1:37 am

    Del Santoral al Capital….. Inmunes a la ilustración.. No puede negarse que el fetichismo por el Che es idéntico al fetichismo de la virgen de Guadalupe,.. y está Santa Evita, y San Camilo el cura.. Y San Allende el redentor.. Todos pastores iluminados del pobre rebaño incapaz de defenderse del mal.. ¿No esconde un paternalismo racista incapaz de valorar, y también exigir, al latinoamericano como individuo libre y dueño de su propio destino? Creo que el continente nunca abrazó un ideal del individuo. Vale meter a Ayn Rand en el pénsum, para hacerle contrapeso a la obsesión pastoral..

  • Esudiante
    2 mayo, 2012 at 2:16 am

    Profesor Gaviria: no se preocupe por los insultos. La gran mayoría de sus alumnos lo admiramos y respetamos. Y lo defendemos también.

  • Anónimo
    2 mayo, 2012 at 5:23 am

    Profesor Gaviria, ¿qué opina sobre esto?:

    «Enlaces sobre economía empírica»

    http://politikon.es/2012/05/01/enlaces-sobre-economia-empirica/

  • Jeanratiste
    2 mayo, 2012 at 12:21 pm

    Profe yo espero su columna sobre el tema de la gasolina, entre tanto me entretengo con el populismo de la senadora Piraquive

  • Alberto
    2 mayo, 2012 at 3:49 pm

    Alejandro;

    ¿Cuál es el contexto de la aclaración y la advertencia?

    Buen día

  • Anónimo
    2 mayo, 2012 at 4:38 pm

    Hola Alejandro,

    usted de casualidad me podría hacer el favor de decirme si usted conoce algún trabajo que explique las diferencias entre el sistema financiero colombiano y el sistema financiero argentino?

    Muchas Gracias,

  • Alejandro Gaviria
    3 mayo, 2012 at 4:10 am

    Alberto: una serie de comentarios insultantes que escribieron aquí el martes en la noche. Saludos.

  • jaime ruiz
    4 mayo, 2012 at 8:24 am

    Anónimo 9.32. Cuando homenajearon a Borges en Chile, fue a hablar de Neruda. Y respecto a saludar la dictadura, resulta que durante buena parte del siglo XX Argentina estuvo regida por militares: ya era un lugar común que tras el caos que generaban los demagogos (los Kirchner son apenas representativos) llegaran los militares y pusieran orden. Los asesinatos y torturas no los proclamaban. Cuando se supo, y Borges ya era un anciano muy anciano, lo rechazó (cosa que sin duda influyó más de lo que se cree en la caída de la dictadura, tal como el radicalismo de Cortázar había influido en el fervor montonero y trotskista-foquista), o como García Márquez, promotor descarado de las guerrillas en su tiempo, influye en la persistencia de esos criminales en Colombia).

    Es triste tener que responder a patanes. Alguien que es capaz de aludir a lo de sacrificar un mundo para pulir un verso sólo refleja el nivel de la universidad hispanoamericana (unos cuantos miles de universitarios europeos de los siglos XVIII y XIX produjeron miles de veces más conocimiento que muchas decenas de millones de universitarios hispanoamericanos en toda la historia): burda incomprensión derivada del hecho de suponer que el conocimiento es un derecho y no una penosa alquimia.

    Excelente la cita de Zuleta. A David Lynch le fascina cómo surge el amor en el infierno, del mismo modo es increíble cómo aflora una lucidez tan afortunada en medio de toda la basura marxista y freudiana: como si un borracho tuviera que hacerse cargo de afrontar una catástrofe.

    El comedimiento de Alejandro sobre los fervores políticos es muy propio de político: sólo es un pretexto para resultar tibio respecto a la única pasión que vale la pena, que es la pasión de la verdad. No se trata de si uno va a hacerse matar por uno u otro gobernante, sino de si va a decir (comedidamente) o a rechazar que a Arias lo persiguen porque el público se ensaña con él y no con Piedad Córdoba (o de si la violencia en el Cono Sur la empezaron los militares, o si la señora Hurtado no vuelve a Colombia porque tiene miedo de que Uribe la mande matar, o si los salvadoreños tenían tal vicio homicida que ni la perversión prohibicionista les hizo falta para matarse tanto como los colombianos…). La moderación sólo es una forma atenuada de la mala fe.

  • Anónimo
    5 mayo, 2012 at 5:00 am

    Ruiz: Bueno, era un gran escritor pero saludaba a la dictadura. Muestre pruebas de que influyo en la caída de la dictadura, no creo solo su palabra de travestido. Y es posible que hayan ¨restablecido el orden¨ pero eso no les quita lo de torturadores y criminales. (Igual a las Farc, a Stalin, Al comunismo Chino y al de Castro y a Hitler y un millón de casos de los que ud solo habla cuando se trata de la ¨izquierda). Quien alude a lo de sacrificar el mundo? En cualquier caso yo no lo hago. Ni me importa lo que opine Alejandro sobre X o Y. No se trata de ser tibio sino de denunciar a los criminales sean Rusos, Cubanos, Colombianos, Chinos, Gringos, Israelies etc. Cualquier cosa diferente es ser un hipócrita, un zalamero asqueroso como lo es ud siempre. No se le puede pedir moderación a un Tartufo de la reiteración interminable. Escasamente se le puede pedir que muestre fuentes originales de toda la basura que proclama. Repito, no me contento con creer solo en sus palabras repetidas.
    PD:
    al bobazo de Arias lo soltaran en uno o máximo 2 años. Pero que hay hipocresia en ud y en la banda de cristianos atrabiliosos es un hecho innegable.

  • Maldoror
    6 mayo, 2012 at 11:26 am

    Para el tarado de Jaime Ruiz una dictadura en la que secuestraban, asesinaban y torturaban gente regularmente es "poner orden". Como es el mismo diría, Colombia es un muladar donde el sicario quiere dar clases…siendo el sicario él.