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La revolución ruidosa

Un reportero del Canal Caracol informó la semana anterior que los campesinos de algunos pueblos del departamento de Bolívar han roto una tradición centenaria y han reemplazado al burro por la motocicleta. “El burro soporta ahora su carga más pesada: la marginalización y el olvido”, dijo con evidente nostalgia. Esta suerte de cambio tecnológico ha ocurrido no sólo en Bolívar, sino en toda la región Caribe, en la zona cafetera y en buena parte del oriente del país. Ya va siendo hora de actualizar el atuendo de Juan Valdez. La mula debería cambiarse por una motocicleta; el sombrero aguadeño, por un casco duro; el poncho, por un chaleco luminoso; etc. Estamos, toca aceptarlo, en el capitalismo del siglo XXI.

La revolución ruidosa de la motocicleta ha ocurrido de manera súbita, intempestiva. Ha sido impulsada por la apreciación del peso (que implica bajos precios), la caída en la tasa de interés (que implica créditos baratos) y por la misma informalidad laboral (que implica la generalización del rebusque). En los últimos años, la economía colombiana no ha producido muchos empleos formales en la industria y en la agricultura, pero ha generado cientos de miles de mototaxistas en las ciudades intermedias y de mensajeros motorizados en las ciudades más grandes. Hoy en día más de tres millones de personas viven de las motos. Un estudio reciente del Banco de la República muestra que, en la ciudad de Sincelejo, los empleos asociados directa e indirectamente al mototaxismo (conductores, mecánicos, almacenistas, comerciantes, etc.) equivalen a 43% de la población económicamente activa. “Esta cifra refleja el alcance de esta actividad y constituye una de las principales razones por las cuales resulta ineficiente su prohibición”, dice el estudio de manera recatada, como si la prohibición de una actividad que genera casi la mitad de los empleos fuera apenas un asunto de eficiencia económica.

Hace diez años los ensambladores colombianos producían 50 mil motos anuales, actualmente producen más de 400 mil. Dos terceras partes de los compradores ganan menos de dos salarios mínimos. 40% deriva ingresos directos del uso de la motocicleta. Los beneficios sociales de la revolución ruidosa, medidos en plata o en tiempo, han sido notables. Pero todas las revoluciones traen problemas. Los accidentes de tránsito han aumentado sustancialmente. En Sincelejo, por ejemplo, 20% de los mototaxistas reporta haber sufrido un accidente durante el último año. En otras ciudades, la accidentalidad es relativamente menor y parece estar disminuyendo.

La revolución de la motocicleta ofende la sensibilidad de mucha gente. Algunos románticos ya lamentan el fin de una tradición (la del burro, por ejemplo). En Bogotá las autoridades quieren prohibir la circulación de motos de dos tiempos, supuestamente por razones ambientales. Pero este ambientalismo clasista es sospechoso, refleja un sesgo estético, una aprehensión odiosa hacia la democratización del transporte particular. No creo sinceramente que una moto de dos tiempos contamine más que una camioneta de cuatro mil centímetros cúbicos. Pero nadie ha propuesto prohibir la circulación de camionetas. La ley es sólo es para los de moto.

En fin, a pesar del clasismo soterrado, el creciente consumo de bienes durables (teléfonos celulares, computadores, motos y demás) sólo tiene un nombre: progreso.

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  • Alejandro Gaviria
    10 julio, 2011 at 2:08 am

    Casualmente Adolfo Meisel escribió hoy sobre el mismo tema, usando los mismos datos, casi el mismo título y casi la misma comclusión. Buena cosa.

  • Anónimo
    10 julio, 2011 at 2:18 am

    Alejandro, posiblemente una camioneta de cuatro mil centrimetros cubicos contamine mas que una moto de dos tiempos, pero las motos las venden casi que con la cedula, y cada dia se venden muchisimas mas motos que camionetas. Por lo tanto la analogia no es apropiada. La cantidad de motos esta creciendo muy rapidamente, eso es lo que preocupa.

  • Alejandro Gaviria
    10 julio, 2011 at 2:23 am

    La de carros está creciendo igualmente. No entiendo la satanización de las motos. Y creo, por el contrario, que le han cambiado, para bien, la vida a mucha gente.

  • Vidrro
    10 julio, 2011 at 2:31 am

    Más que progreso lo que está fomentando es la pereza (lo digo por el sector rural, en el urbano la cotidianidad es la pereza física), la gente anda en moto para todo lado, con decirle que cuando voy a las afueras de Bogotá y organizo una pequeña caminata; mi grupo es el único que anda a pie. Los campesinos parece que ahora le tuvieran miedo a pisar los caminos de herradura… Una lástima.

  • Anónimo
    10 julio, 2011 at 2:38 am

    No es pereza. Es comodidad. No podemos caer en el romanticismo que se queja de que los campesinos ya no caminan.

  • Vidrro
    10 julio, 2011 at 2:46 am

    No es romanticismo, es un hecho: no caminan, los conozco, he hablado con ellos, con decirle que hace poco escuché una historia que incluso es jocosa: un hombre que toda su vida se movilizó en moto hasta su lugar de trabajo (con ganado) y ahora sufre del corazón, se propuso la meta de salir a caminar todos los días; aunque no lo crea, hace unos días el tipo llegó al portón de su finca y luego de meditarlo se devolvió porque le dio p.e.r.e.z.a.

  • Alejandro Gaviria
    10 julio, 2011 at 2:49 am

    Una defensa de la prohibición de las motos de dos tiempos en Bogotá. No me convence. No tiene en cuenta que las motos de dos tiempos se irán extinguiendo solas. Además, algo parecido se podría decir del vehículo particular.

  • Carlos Méndez
    10 julio, 2011 at 3:12 am

    Plenamente de acuerdo. Es progreso.

    Las prohibiciones en Bogota son cada vez mas absurdas: pico y placa, venta de licor, toque de queda a menores (que creo que ya lo quitaron).Ley zanahoria (que medio la quitaron) En fin. Vivir en Bogota cada vez es mas harto.

  • panÓptiko
    10 julio, 2011 at 3:20 am

    Muy buena columna.

    Si aceptamos la teoría de la transición epidemilógica, que el campesino se muera de paro cardiaco y no de parásitos intestinales, es progreso. Si aceptamos la definición de Sen del desarrollo, que tiene en cuenta la ampliación de las opciones de vida, también es progreso.

  • Vidrro
    10 julio, 2011 at 3:38 am

    Si dicho "progreso" fuera de la mano con mejoras en el sistema de salud, no habría de qué preocuparse.

  • Anónimo
    10 julio, 2011 at 5:00 am

    Muchos campesinos abandonaron no sólo el burro sino el campo y ahora trabajan de Mototaxistas en las ciudades.
    En las ciudades el Mototaxismo es una opción de supervivencia ante la falta de oportunidades, sin embargo, debido a su proliferación, las ciudades se tornan (aún más) caóticas principalmente por la imprudencia de los conductores de las motos (fanáticos del zigzagueo) y a la superpoblación de estos vehículos.
    En algunas poblaciones de la costa el crecimiento del Mototaxismo ha mermado porque no es nada agradable ni saludable exponerse todo el día al sol inclemente encima de una moto. De cualquier forma sería bueno analizar el efecto de la regulación de esta actividad, debido a que actualmente los mototaxistas no pagan los impuestos o cupos que pagan los prestadores legales del servicio público (taxis, buses), tal vez si eso ocurre dejaría de ser una alternativa rentable.

  • JuanDavidVelez
    10 julio, 2011 at 5:05 am

    Creo que en alguna parte leí que tal vez otro aspecto adicional con las motos sea la aceleración de la "bancarización", yo no sé si la bancarización sea buena, pero las motos seguro contribuyen a acelerarla. Resulta que nosotros el pueblo compramos las motos a 40 meses de plazo con entidades muy cercanas a los bancos, no se me ocurre que cosa en el pasado reciente, antes de las motos, nos llevaba tan masivamente al pueblo a los bancos, el credito de uno era por club y/o prestamos en natilleras exclusivamente. Aunque aclaro que no estoy completamente seguro que eso sea así, por lo tanto por ahora es solo una hipótesis de trabajo.

  • Agente P
    10 julio, 2011 at 6:38 am

    No sólo lo que comentó acertadamente el Sr. Gaviria en su columna: también el fenómeno del mototaxismo intrudujo un elemento de "guerra de guerrillas" en la guerra del centavo de los transportadores de buses. Por ejemplo, en Barranquilla, mientras hubo mototaxismo en su plena expresión, rutas de buses desaparecieron por completo (a pesar del peligro, la gente prefería el mototaxi), y los transportadores aunque se fueran a paro, no podían poner de rodillas al distrito.

    Ahora que Alex Char redujo el mototaxismo a su mímima expresión, veamos que tendrán que decir los dueños de buses.

    Casualmente en este link ya también se había comentado el tema: http://bit.ly/dNco72

  • Anónimo
    10 julio, 2011 at 2:50 pm

    Dos apuntes:

    1) En Cali, hace unos 8 años, el índice de Homicidios se disparó (si,mucho más de lo habitual). Y a que no adivinan cuál fue la medida que tomaron nuestros gobernantes. Si, efectivamente: prohibieron el parrillero en moto.

    Sobra decir, que los homicidios siguen disparados. La venta de motos también.
    2) Me imagino que Alejandro, desprovisto de cualquier tipo de clasismo, dentro de poco nos sorprenderá llegando a Uniandes en su RX 115, envenenada.

    Harold Londoño.

  • Anónimo
    10 julio, 2011 at 3:05 pm

    esto se va convertir en un mexico; colombia un país con mayor contaminación ambiental.

  • Alejandro Gaviria
    10 julio, 2011 at 3:10 pm

    Cierta regulación es necesaria: chequeos técnicomecanicos, exámenes y capacitación a los conductores, registro, etc. Yo no me opongo a ello. También se podría aumentar la prima del Soat aunque al respecto he oído versiones contradictorias. Unos dicen que hay un subsidio cruzado a favor de las motos, otros que no. Pero quienes piden acabar con el mototaxismo (muchos al menos) lo hacen por razones estéticas o por prejuicios de clase. A mí me sigue pareciendo una forma decente de ganarse la vida.

    Harold: ya tengo la RX 115 lista, engallada. No me falta sino aprenderla el zigzagueo.

  • Alejandro Gaviria
    10 julio, 2011 at 3:17 pm

    Me gusto este comentario de un lector de EE:

    Estuve unos dias en un municipio sabanero observando esos hermosos paisajes naturales y respirando el fresco aroma de nuestra vegetación, disfrutando del abrigo de la ruana en esas mañanas frias y aun lluviosas. Observe como la Moto se ha convertido efectivamente en compañera de faena del campesino. Lleva sus hijos al Colegio, va al Cultivo, pasa a la tienda del Pueblo por la Sal, el Pan y el Chocolate. Tareas a las que destinaba 2 horas yendo a pie, las realiza en 20 minutos con su Moto sin agotarse. Muy util…

  • Alejandro Gaviria
    10 julio, 2011 at 3:31 pm

    Leí hace poco, en un libro sobre narcotráfico, la opinión de un sociólogo sobre el boom de durables. Decía que la proliferación de televisores, equipos de sonidos y motos entre los colombianos de estratos bajos era una muestra de la “cultura mafiosa”. Los comentarios de EE reflejan el mismo sesgo. Alguno dice, sin ninguna ironía, que un pobre con moto, celular, televisor, equipo de sonido sigue siendo pobre. No sabe uno qué pensar.

  • Javier Moreno
    10 julio, 2011 at 3:38 pm

    Al margen: Aquí Jim Simons habla de su viaje en moto desde Boston hasta Bogotá por allá en los años sesenta, recién graduado de MIT.

  • Anónimo
    10 julio, 2011 at 3:44 pm

    Creo que la discusión es muy interesante, pero sugiero no confundir o revolver los siguientes elementos, a pesar de sus traslapes: 1) Consumo de motos; 2) Sustitución burro por moto; 3) El mototaxismo como fuente de generación de ingresos y como solución de transporte (Meisel dice que no congestiona?, vamos, Sincelejo ofrece una imagen y una situación de escenario de Mad Max sabanero); 4) Incremento del ingreso medio de los hogares por la vía del trabajo informal y 5) Progreso Social.

    No está puesto en duda que es trabajo decente en la mayoría de los casos. Pero al ser una alternativa espontánea e informal, no necesariamente es sostenible, y sin regulación y enquistada en su informalidad por tensiones políticas…puede llevar a desvíos en el proceso de desarrollo…discontinuidades (pequeños auges que después pasan la cuenta de cobro), como el hecho de que muchos mototaxistas sean jovenes que se salen del colegio(y sí, se salen porque la tasa de rentabilidad del bachillerato lo permite). La seguridad y los accidentes no son un problema menor, así como la invasión del espacio público…no es un sentimiento elitista, es simple hastío por la congestión del espacio del público…y la carencia de un mínimo de reglas de convivencia.

    Creo que esta alternativa de incrementar los ingresos por la vía del mototaxismo es legítima dado el contexto de los hogares de los mototaxistas, pero creo también que dista mucho de ser un síntoma de progreso social. No todo incremento del ingreso medio de los hogares debería ser visto, pienso yo, como un síntoma de progreso…

    Saludos
    RA

  • Alejandro Gaviria
    10 julio, 2011 at 4:21 pm

    Roberto: no me parece obvio que tengamos que diferenciar o analizar de manera separada los cinco fenómenos o hechos mencionados. 1. Y 2. me parecen similares: 1. es sólo un ejemplo de 2.

    Yo plantearía, mejor, dos dimensiones. La primera es el aumento en el porcentaje de hogares pobres que tienen moto. Este hecho representa, en mi opinión, un progreso innegable. Le ha cambiado la vida a mucha gente, sobre todo en las zonas rurales.

    La otra, que está relacionado pero es distinta—no todos los mototaxistas son propietarios, por ejemplo—, es el crecimiento de actividades informales basadas en la moto. Yo no mencionaría sólo el mototaxismo, hay otros fenómenos similares: los domicilios en Bogotá son cada vez más comunes, etc. Seguramente estas actividades ameritan regulación. Yo no niego que generen externalidades negativas. Un prima más alta del Soat tiene sentido. Pero yo no las restringiría.

    Cómo dije en una columna anterior, cuando se nos aparece el capitalismo popular, por alguna razón, nuestra tendencia es a restringirlo o a eliminarlo.

  • Anónimo
    10 julio, 2011 at 5:23 pm

    Sí, estoy de acuerdo con las categorías que ud hace de los elementos que identifiqué de la discusión. Lo importante al final sí es diferenciar esas dos dimensiones de análisis. La del burro la puse para sumar el argumento romántico.

    La primera, el consumo de motos que mejora las condiciones de vida de la población, es innegable. La segunda amerita una regulación profunda. El punto nunca será prohibirlas, en esto estoy de acuerdo. Creo que estoy de acuerdo en casi todo menos en el optimismo de llamar a eso, tal como está hoy, así tal cual con las fotos de la columna, progreso, por los extravíos que mencioné si se mantiene en ausencia de regulación y reglas de juego. Ellos no solo pujan políticamente por existir, pujan por tumbar cualquier asomo de fijación de regla de convivencia.

    De cualquier manera, creo que vale la pena la discusión e indagar más antes de catalogarlo como revolución o progreso.

    Saludos

    RA

  • Anónimo
    10 julio, 2011 at 6:37 pm

    Los mismos que odian las motos protestan por el impuesto a la gasolina. Doublethinkes. O clasistas como dice Alejandro.

  • iniciarcaribe.com
    10 julio, 2011 at 9:05 pm

    Ruben Fernandez del Valle le comenta: Me parece excelente y, aún oportuno, su análisis sobre la situación actual del Motociclismo basado en las consideraciones del refrito Estudio (retoma estudio PNUD-2009) sobre el Mototaxismo contratado por el Banco de la República tomando como referncia a Sincelejo, el verdadero Mad Max Sabanero e ícono mundial del Mototaxismo. Esto es real, simple y llanamente porque en esta localidad no existen ni han existido nunca opciones ciertas de trabajo para la gente, no hay asomo de cultura organizacional ni incentivos u ordenamientos atractivos para la inversión seria y creciente de capitales; todo gira y ha girado siempre en torno a una protuberante y desbordada economía del rebusque que, disimuladamente estimulada por su "clase dirigente", ha vuelto al mercado laboral un caldo de cultivo propicio para el fomento de la informalidad con todas sus consecuencias; en el resto del pais, donde circulan casi 600.000 mototaxistas, esta "iniciativa emergente" también ha hecho carrera, simplemente porque la gente tiene problemas de supervivencia y gracias a la ignorancia y consabida indolencia de los administradores del Estado colombiano, quienes al parecer no tienen la capacidad, el interés y la suficiente idoneidad para afrontar este tipo de situaciones. El fenómeno socioeconomico del Mototaxismo es, jocosamente, "el enano que se le creció al circo" y como solo se le ha dado tratamiento de "circulación y Tránsito" (Ex-Mintransporte Uriel Gallego) es una "papa caliente" que el gobierno central le ha chutado a los Alcaldes volviéndolo su "Coco" de todos los días. Así las cosas, aquí no pasa nada, "apague y vámonos…"
    Dr. Gaviria: en los próximos dias estaremos prestos a dar inicio a la Fase I del Proyecto de soporte básico para la Alternatividad laboral-ocupacional y productiva de los jóvenes mototaxistas emprendedores de Sincelejo con articulación sistémica al sector productivo y a la
    comunidad, "Productividad & Empleo", gestado en el seno de la Corporación Iniciativa Empresarial -Iniciar, es y ha sido la única iniciativa creativa, novedosa y original que promete redireccionar gradual e inteligentemente a esta gran masa de colombianos hacia formulaciones legales de productividad y competitividad con inserción formal en la economía local y regional mediante la creación de empresas de acumulación y exito por la vía de la organización empresarial solidaria, los negocios inclusivos, las competencias ciudadanas y la autosotenibilidad. Parecerá extraño, porque realmente lo es: este Proyecto Nodriza no se parece en nada a los miles de tradicionales proyectos productivos que han consumido miles de millones en recursos y no muestran los resultados esperados. Para el caso del Mototaxismo todo lo que se diga vale, genera una gran discusión donde cabe de todo; hasta los tradicionales burros; pero una cosa si es cierta: la Alternatividad Laboral-Ocupacional y Productiva es la unica opción de desarrollo y de progreso que tiene esta gran población de colombianos para mejorar su calidad de vida. iniciarcaribe.com

  • Anónimo
    10 julio, 2011 at 10:38 pm

    Con respecto al primer punto, el del consumo de motos, recuerdo que a un grupo de mi oficina nos tocó ir a San Andres a una asamblea de diputados para defender por qué habíamos incluido la moto en las preguntas del SISBEN III…en San Andres querían que no les valiéramos esa pregunta puesto que todos tienen moto. Fue muy difícil hacerles entender que en cierta manera eso implicaba ser menos pobre…

    RA

  • Alejandro Gaviria
    10 julio, 2011 at 11:10 pm

    Ruben: gracias por el comentario. Estaré atento a la iniciativa. Si quiere enviarme información, la leeré con gusto. Mi correo es [email protected]. Salidos.

  • Miguel
    10 julio, 2011 at 11:46 pm

    Puede que las motos de dos ciclos contaminen más que las camionetas, auinque lo dudo mucho.

    Pero eso no justificaría el uso de las motos a dos ciclos, pero más bien podría ser argumento para que prohiban tambien las camionetas diesel.

    Y no por algo ser popular, necesariamente es bueno.

  • Anónimo
    11 julio, 2011 at 3:02 am

    El crecimiento del número de motocicletas con relación al de accidentes de transito, no debería ser proporcional; pues los accidentes de transito son consecuencia de la irresponsabilidad de los conductores no del número de motocicletas que circulen.

  • Pascual Gaviria
    11 julio, 2011 at 4:43 am

    Ayer estuve en una finca en Sajonia, cerca al aeropuerto José María Córdova. La pareja que trabaja en la finca, rionegreros de unos 30 a 35 años, tiene dos motos parquedas al lado de su casa de mayordomía. Tienen dos hijos y me pareció bacano verlos salir de paseo por la tarde, a comerse un chuzo de pollo en la dos motos, cada uno con un chino atrás: una nueva versión de la familia colombiana.

    Un dato. El sicario parrillero es una especie en vía de extinción, un mito que encarna Byron de Jesús Velásquez e Iván Daría Guizado. Pero los tiempos cambian. De los 881 homicidios de este año en Medellín apenas 5 han tenido al sicario parrillero como victimario. Estamos en la era del matón a pie, más desprevenido y menos visajozo.

  • Anónimo
    11 julio, 2011 at 1:27 pm

    Pintar las motos de amarillo!

    la solución.

  • Harold H. Londoño
    11 julio, 2011 at 1:39 pm

    Hay poblaciones a las cuales sólo se llega a pie o tomando atajos vía ferrea. Este es el caso de San Cipriano, Buenaventura.

    Para el efecto, se inventaron algo llamado brujas (un carro de madera que se desliza por las paralelas del tren).

    Antes ésto se hacía a punta fuerza de alguién que empujaba la bruja.

    Empero, hace unos cinco años se utilizan las motobrujitas.

    A quienes les interese ver video aficionado.

    p/data1: lo más emocionante es cuando los niches dicen: viene el tren, viene el tren, bajarse ya!!!

    p/data2: San Cipriano, su río, es un auténtico Paraiso. Recomendadisimo.

  • Alejandro Gaviria
    11 julio, 2011 at 5:55 pm

    Muy bueno el video. Gracias Harold.

  • Anónimo
    11 julio, 2011 at 7:45 pm

    Motorcycle safety.

  • Anónimo
    11 julio, 2011 at 11:26 pm

    Lelo69

    Te quiero burrita: Raul Gómez Jattin
    Esta no la reemplaza nadie

    Te quiero burrita

    Te quiero burrita
    Porque no hablas
    ni te quejas
    ni pides plata
    ni lloras
    ni me quitas un lugar en la hamaca
    ni te enterneces
    ni suspiras cuando me vengo
    ni te frunces
    ni me agarrras
    Te quiero
    ahí sola
    como yo
    sin pretender estar conmigo
    compartiendo tu crica
    con mis amigos
    sin hacerme quedar mal con ellos
    y sin pedirme un beso".

  • Anónimo
    12 julio, 2011 at 12:34 am

    Uno mira el video y …conmueve el ingenio popular y aterra el atraso tan berraco!

  • Iván Mendivelso
    12 julio, 2011 at 5:19 am

    Profesor, antes que nada quisiera profesarle mi profundo respeto y admiración por su trabajo y porque siento que ha contribuido en gran manera en mi propia formación.

    Respecto a "El vandalismo sin fin de la Unal": a lo que me refería ayer en twitter era a que el problema del deterioro de las paredes de la Universidad Nacional por parte de estudiantes "mamertos" (reitero que no comparto tal actividad) no es endémico de la Nacho, pasa en toda universidad pública, al menos aquí en Colombia, no sé cómo será en otros países; si no estoy mal, pasa igual en otros lugares de América Latina -aunque no sabría decir exactamente cuál. Decir "el vandalismo sin fin de la Unal", para mí (aclaro que soy egresado de esta universidad), no logra alejarse de la alusión a que la institución posee un componente vandálico inmanente. Me parece un comentario impreciso y, la verdad, no logro entender en qué manera contribuye a generar una solución al problema.

    Metafóricamente, es como si yo dijera que en la casa del vecino contaminan mucho porque su chimenea da contra mi casa y cuando la usa, me cae el humo, tengo la impresión de que él contamina más. A menos que haya un estudio que lo pruebe y diga que este vecino mío definitivamente contamina más que el resto de la vecindad, quienes también tienen chimenea y la usan. La verdad, no sé si existen números acerca de la proporción de paredes con grafitis en la Nacho en comparación con la proporción que pueda haber en la Pedagógica, en la Distrital, en la Surcolombiana, en la Univalle…

    Espero, si recibió este mensaje, lo haya hecho de manera comprensiva, pues, como dije antes, soy un hijo de ese vandálico aunque maravilloso lugar.

    Reciba un muy respetuoso y cordial saludo,

    Iván Mendivelso

  • Anónimo
    12 julio, 2011 at 1:43 pm

    Iván, disculpeme pero su ejemplo del vecino no funciona. El ejemplo que sí podría funcionar es que pintar mamarrachos en las paredes de las universidades o agarrar a piedra las edificaciones equivale a que usted destruya su propia casa. ¿De quién es la universidad pública? De los estudiantes. ¿Por qué destruirla si es de los estudiantes y además es ahí donde pasan la mayor parte del tiempo? Para qué hablar de las universidades públicas de los países civilizados. Conozco una que UNESCO declaró patrimonio de la humanidad, por su arquitectura y la belleza de su campus.
    ¿Qué hicieron los estudiantes de la "Nacho" con las residencias? ¿Y qué lograron? En EEUU el 95% de los estudiantes de todas las universidades públicas y privadas vive en las ciudades universitarias, en dormitorios limpios y decentes y con cafeterías ídem. Además se rigen por códigos de honor que permiten que usted deje su computadora portátil en cualquier banca de un jardín, se vaya a trotar, y cuando regrese la encuentre donde la dejó. ¿Cómo la ve? La Nacional, y en general todas las universidades públicas en Colombia, son una verguenza. A lo mejor les deberían cobrar bien caro para a ver si aprenden a no destruir lo que es de ustedes.

  • Alejandro Gaviria
    12 julio, 2011 at 4:09 pm

    Iván: gracias por el mensaje. Distribuí la entrada en Twitter más pensando en las fotos (que le confieso me dieron rabia) que en los argumentos. Nunca pensé hacer una descalificación general ni nada parecido. No creo que el vandalismo de la Nacional sea inmanente. Pero sí creo que existe cierta tolerancia (o resignación) hacia un fenómeno ya inveterado que refleja, al menos, cierto desprecio hacia los bienes públicos. Los vándalos hacen más daño que quienes los critican con argumentos espurios o exagerados. Saludos y seguimos en contacto.

  • Alejandro Gaviria
    12 julio, 2011 at 4:15 pm

    Muchos comentaristas (en EE, por ejemplo) han dicho que los celulares no representan progreso, que el progreso se define en términos de educación y salud. La disyuntiva es falsa. Ver aquí por ejemplo.

  • Alejandro Gaviria
    12 julio, 2011 at 4:29 pm

    Tráfico de motos en Vietnam.

  • Harold H. Londoño
    12 julio, 2011 at 4:40 pm

    Definición de progreso en wikipedia aquí.

    Cálculo, en economía, del indicador de Progreso Genuino aquí.

    Estimación del Indicador de Progreso genuino para Colombia,
    aquí.

  • Felipe
    12 julio, 2011 at 5:12 pm

    Tener acceso a bienes de consumo para satisfacer necesidades básicas indudablemente es un indicador del progreso de una sociedad, sin embargo medir el progreso por medio del acceso a bienes de consumo es equivocado.
    Al respecto les recomiendo el libro The story of Stuff de Annie Leonard

  • Anónimo
    12 julio, 2011 at 5:19 pm

    En nombre del esnobismo ambientalista me gustaría hacer un par de afirmaciones apocalípticas y temerarias (nada de raro hasta aquí) a la luz de los hechos recientes y una vez nos vayamos todos de cu…lo pal estanco cuando el despelote europeo haga ¡kabooom! y los jueguitos de poder de los republicanos en USA obliguen a Obama y al pelao Thimoty a seguir hablando de "cesación de pagos". Y China qué,¿ se va a comer eso con palitos????

    Lo cierto es que hasta aquí llegó la sociedad de consumo como la conocimos. De ahora en adelente, el bienestar no podrá ser medido en acumulación de bienes materiales porque el modelito no dio pa más. En ese sentido, el esnobismo ambientalista propone que nos apresuremos a cambiar las medidas e indicadores de bienestar por algo que en realidad podamos funanciar, no al debe, sino con lo que somos capaces de producir y con la ayuda de la tecnología.
    ¿Por qué no especular un poco sobre qué entenderesmos en dos o tres décadas por "bienestar". Porque lo cierto es que si los pobres se volvieran ricos y les diera por comenzar a hacer lo que los ricos han hecho siempre, ¡hastay!

  • Anónimo
    12 julio, 2011 at 9:44 pm

    El comentario del anónimo 12:19 me recordó a Chavez: "Pero aquí la única transición que está en marcha y tenemos que acelerar y que tenemos que consolidar es la transición del modelo capitalista, que está acabando con el mundo, al modelo socialista, que es la salvación de la humanidad".

  • Lanark
    13 julio, 2011 at 9:50 am

    Chévere que los pobres puedan movilizarse, pero personalmente preferiría que eso no fuera mediado por los bancos. Que los bancos "ayuden" a los pobres suele una receta para el desastre.

  • Alejandro Gaviria
    13 julio, 2011 at 2:24 pm

    Lanark: de acuerdo. Pero recuerde que los bancos de los pobres no son muy diferentes de los demás bancos. Simplemente tienen otra carreta.

  • Anónimo
    13 julio, 2011 at 3:29 pm

    El anónimo 16:44 evidentemente no entendió lo que dijo el anónimo 12:19.

  • Anónimo
    13 julio, 2011 at 3:44 pm

    ¿quién miente?

    http://terranoticias.terra.es/articulo/html/av2514643.htm

  • Anónimo
    13 julio, 2011 at 9:03 pm

    La gallina está cansada de denunciar en la comisaría que le roban los huevos. Ramón Gómez de la Serna.

  • Anónimo
    13 julio, 2011 at 9:23 pm

    Confieso que me parece muy curiosa la indignación que manifiestan tanto el dueño de la casa como algunos de los comentaristas sobre los graffitis de la Universidad Nacional ¿Cuál es el problema? ¿La agresión estética que rompe con la blancura inmaculada de las paredes? ¿Lo que afirman o argumentan los deslucidos garabatos? A mí, formado como profesional en una universidad pública las "pintas" me anuncian un clima de discusión saludable en el que no todos marchan con el ritmo de los tamborileros mayores, me dicen que hay voces que no languidecen en el silencio y que hay estudiantes que no se han entregado plenamente al paradigma del éxito y la obediencia. Deploro eso si, los insultos que no tienen detrás algo más que la descalificación personal.

    Señores, las universidades no son hospitales, templos o cuarteles, la sujeción el orden o la disciplina están, por necesidad, supeditas al debate, la discusión o el disentimiento. ¿Puede ser otro el ethos de esas instituciones?

    Con todo respeto a veces en la críticas lo que leo es una especie de molicie goda en la que cualquier alteración del orden es una insurreción infame, en la que lo importante no es la correspondencia entre lo que se dice y los hechos sobre los que se quiere hacer una supuesta denuncia sino la "agresión visual"…

    Juan C.

  • Alejandro Gaviria
    13 julio, 2011 at 9:35 pm

    Sinceramente a mí la defensa de la anarquía fácil de volverlo todo mierda no me convence.

  • Anónimo
    13 julio, 2011 at 10:13 pm

    Juan ce, soy grafitero, decime donde vivís y yo te voy a decorar la fachada!

  • Anónimo
    13 julio, 2011 at 10:16 pm

    Yo estudié una maestría en la Nacional, me gustó la experiencia, estuve con profesores que marcaron mi formación…conseguí buenos libros en la biblioteca a pesar de que estaban plagados de hongos y casi se me quebraban en las manos…encontré buenos amigos, el Museo de Leopoldo Rother es increíble, entrar en él ya es una experiencia estética que le recomiendo a cualquiera, rampas, ventanales, acoplamiento al entorno, la fachada inclinada hacia adelante (como dato curioso, recuerdo que ahí censuraron a una amiga mia de la Javeriana que tenía una obra que consistía en una muñeca rusa que empezaba con una figura de Tirofijo)…perseguí con cuaderno de notas un buen grafiti, algo que no fuera una apología de lo obvio y lo que econtré fueron clichés sin ortografía…Nunca encontré algo medianamente inteligente en los grafitis de la nacional…me hacían reír más por patetismo que por efectividad. Es posible que esté bien que existan…que esa platica de la limpiada se gaste en eso si es que sirve como medio catártico o como argumento de libertad de expresión (también tengo dudas). Pero no más…son acríticos, clichés, erráticos…una mierda.

    RA

  • Anónimo
    14 julio, 2011 at 1:10 am

    Alejandro, ¿no exagera un poco cuando habla de anarquía? No creo
    que se trate de volverlo todo mierda, creo que entre rayar un pared, protegido por ls sombras y el ánimo autodestructivo de algunos hay alguns diferencias notables.

    Yo creo que si se debe formular una crítica a los grafitis, esta no consiste en su existencia sino en lo que dicen, o mejor, en lo que no dicen. ahora, lo que le resulta molesto a muchos no es la ausencia de ironía, la escasa agudeza o los yerros gramaticales sino la apropiación de un espacio que se dice público y del que se apropian algunos truhanes sin nombre que seguramente, en el juicio profundo de muchos críticos, deben ser cómplices o instrumentos de tenebrosas fuerzas.

    Algunos dirán que si alguien toca una de las paredes de una universidad ese acto solo puede tener pretenciones estéticas y el producto, entonces, debe ser una obra vanguardista de arte urbano que deje alelados a visitantes como RD, si es así, bueno, quien quita que nos aparezca por aquí un muralista digno de la quema de incienzo. Mi juicio es poco menos exigente.

    Supongo, por ejemplo, que muchos jusgarían con idéntico criterio esos "8A" que aparecieron en muchas de las blancas paredes cubanas de lo años 80, ante el horror de los policias morales y políticos, y claro, de algunos parroquianos que pensaban en el costo o el tiempo que emplearían en borrar aquello. Es que, seguramente, si no nos encontramos con un apotegma, nos encontramos entonces con una mierda.

    Juan C.

  • hermano sol
    14 julio, 2011 at 9:00 pm

    Vea Alejandro, esta opinión no está basada en ningún estudio de ninguna universidad criolla, ni mucho menos, de universidad inglesa de garaje (o en su defecto gringa), como esos que muestran en los noticieros del medio día para que uno vea como comer manzana sirve para alguna bobería peor que la anterior. La gente que maneja fincas, también, puede manifestarle que ese "progreso" de las motos, sin desconocerle que par cosas positivas trae, también ha sido la causa de más de un problema. Lo peor, y se lo digo con conocimiento de causa, que le puede pasar a un administrador de finca, es tener moto. No se, puede serlo, que el problema sea más cultural que de la moto en sí, como sucede con casi todo, lo cierto es que la demora es que a uno, o al mayordomo, se le ocurra poner una moto parqueada en la finca, para que ahí no trabaje nadie. Ciertamente lo intentamos, fue útil un tiempo, luego tuvimos que venderla porque sino era el mayordomo, era le hijo, o la señora, o el vecino, el que se chocaba, el que nunca estaba, que ya venía, que no se que, y siempre una excusa al rededor de la dichosa moto para no estar ahí haciendo su trabajo.

    Saludos,

  • Alejandro Gaviria
    15 julio, 2011 at 3:40 am

    Hermano sol: gracias por el comentario. Los motos siempre han sido emancipadoras. Para bien. O para mal.

  • Anónimo
    15 julio, 2011 at 1:24 pm

    Como prohibieron los parilleros y el uso de motos para bajar la criminalidad, los bandidos se pasaron a "los zapaticos" taxis pequeños nuevos, desde los cuales hacen lo mismo. Democratizacion del progreso.

  • Anónimo
    15 julio, 2011 at 1:35 pm

    Ante la competencia de las mototaxi, los taxistas, en Barranquilla, ahora hacen rutas como los buses y los pasajeros suben y bajan. !El mercado, el mercado! diria el capitan Kurtz en la peli de Copola.

  • hermano sol
    15 julio, 2011 at 2:32 pm

    Alejandro, no se que tan "emancipadoras" sean. La moto en mi finca no les ayudó a liberarse de la tutela o yugo de nadie, ahí se pagan sueldos acordes y prestaciones completas. Más bien, creo, resultan esclavizantes. Al ponerles la moto, además de contar con la buena suerte de encontrarlos en sus lugares de trabajo, en sus horarios de trabajo, cuando la moto resulta chocada (lo cual es la mitad o más del tiempo) no quieren hacer nada porque la moto está dañada, está en el taller, mejor dicho, sucede como en el capítulo de los simpson en el que homero termina abriendo hasta una lata de cerveza con una pistola nueva.

    Uno de los adminstradores se tuvo que ir por cuenta de la moto, y ahora, está "emancipado" buscando trabajo y esclavo de la pobreza y de las 4 bocas que tiene que seguir alimentando, y, de la moto, por supuesto.

    Usted lo dijo, también, emancipan para mal, aunque, yo, eso más bien lo veo como una cadena más.

    Saludos,

  • hermano sol
    15 julio, 2011 at 2:50 pm

    Ojalá no tilde este comentario de empirismo vulgar, así como yo no tildo el suyo como el del académico en la torre de marfil. No obstante, 1. Estoy casi seguro, que no ha tenido el placer de conducir o caminar por las calles de Sincelejo, al medio día (a unos 29 grados C.) esquivando infinidad de motorizados que tienen muy claro que lo mejor que les puede pasar es que uno, por estar esquivando uno, se lleve a otro. El señor ganaba 10 millones, y alimentaba a 50 familiares, además de la enorme posibilidad de ser linchado, va a tener un taxímetro que le va a marcar hasta el último de los aurelianos. 2. El sicariato, también, fue una de esas "emancipactorias" revoluciones ruidosas (hábleme si una uzi o la famosa mata policias no hace ruido), desconozco si fue a causa, pero de que fue (y es) en moto, fue (y es) en moto.
    3. No nos vayamos tan lejos, el sicariato es de unos pocos (y no estoy seguro que tan pocos). Estos personajes son los principales infractores de señales de menor importancia como semaforos y pares (con la consecuencia que le indiqué en el 1.) y, además, de "volarse" si se "llevaron", en sus afanes, un espejo, o similares.

    Creo, finalmente, que este puede ser un caso de esos llamados "difíciles" porque contraponen derechos de igual jerarquía. ¿Qué es más importante?

    Saludos,

  • Anónimo
    15 julio, 2011 at 5:31 pm

    pensandolo bien,

    resulta más economico comprar cuatro motos, que un taxi.

    uuuu…negocio redondo !

  • Anónimo
    15 julio, 2011 at 9:03 pm

    El cierto, gracias al "progreso" los campesinos ya no solo no caminan ni montan en burro: andfan en moto, ven tv y anhelan tener todo lo que tienen en las ciudades. Y como casi todos son muy pobres, pues entonces delinquen para obtener lo que quieren.

  • Anónimo
    15 julio, 2011 at 9:50 pm

    "delinque" el que escribe semejante estupidez.

  • Anónimo
    16 julio, 2011 at 2:05 am

    O quiere, un ejemplo de la democratizacion ilusa del progreso, cuatro narcos son los dueños de mas del 80% de las motos que circulan en Sincelejo. Todos los emancipados trabajan para llevarle lo couta diaria y los narcorevolucionarios no pagan Soat, Iss, Rodamiento etc. Bacano asi.

  • Anónimo
    16 julio, 2011 at 2:09 am

    Alguien que escriba una columna en un diario nacional con el titulo de: La tortura, Gadafi y los hermanos Arriagada. O es bobo o hay que comprarle una mototaxi.

  • Anónimo
    16 julio, 2011 at 2:14 pm

    ahora resulta que el cerebro del desfalco a la dian era un militar.

    los militares en colombia no tienen estudio psicologico; ellos torturan, matan, enran al palacio de justicia y desaparecen personas, secuestran, descuartizan esposas etc.

    otra "guerrilla"….

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2011 at 2:43 pm

    Hermano sol: gracias por las anécdotas. Tiene razón: no he tenido la oportunidad de caminar por las calles de Sincelejo a mediodía esquivando hordas de mototaxistas. Me falta todavía mucha etnografía relevante. Saludos.

    Enlazo La tortura, Gadafi y los hermanos Arriagada. No digo nada. Me abstengo de criticar por solidaridad gremial. La falta de tema es una cosa muy berraca.

    El estudio sobre el mototaxismo en Sincelejo (enlazado en la entrada) sugiere que el porcentaje de mototaxistas propietarios está cercano a 50%. No creo que el 90% sean simplemente rufianes a destajo de cuatro o cinco mafiosos.

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2011 at 2:49 pm

    David Brooks propuesta para el problema fiscal gringo: la generalización de la eutanasia.

    ¿Entendí mal?

  • Carlos Méndez
    16 julio, 2011 at 3:15 pm

    Lo que Brooks dice es que hay que reducir o evitar los altos costos de las enfermedades incurables.

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2011 at 4:35 pm

    Carlos: la pregunta es de qué manera hacerlo. Me parece que Brooks se equivoca al afirmar que el apego a la vida es una obsesión cultural de los baby boomers, similar a su gusto a las camionetas 4×4. El apego a la vida, creo, es un human universal.

  • Anónimo
    16 julio, 2011 at 9:40 pm

    En Sincelejo había un mototaxista atracador al que le decíamos el Motoratón.

    Si no exageremos, la gran mayoría no son sicarios -seguramente casi ninguno lo es por la potencia de las motos-, creo que hay más kamikazes…vayan a ver el Mad Max sabanero.

    RA

  • Anónimo
    16 julio, 2011 at 10:24 pm

    Alejandro solo dije que el 90% de las motos pertenecen a cuatro narcos y que estos no pagan impuestos. Dije tambien que los conductores de las motos le llevan la cuota a los cuatro narcos. El estudio enlazado sobre el mototaximo no lo hizo un organismo de control. Bueno, eso quice decir o lo aclaro, ahora.

  • Anónimo
    16 julio, 2011 at 10:28 pm

    No puedo creer que el columnista Francisco Gutierrez Sanin sea profesor del IEPRI de la Nal.