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El país de la tutela

En el país de la tutela nunca hay nada seguro. Todo depende de la voluntad caprichosa de los jueces. Hace unos días un juez de la república (en su inmensa sabiduría) anuló el proceso de selección de los aspirantes a una beca estatal para programas de doctorado. En opinión del juez, Colciencias, la entidad encargada de seleccionar a los becarios, violó el derecho a la igualdad de una de los aspirantes cuya aplicación fue rechazada (aparentemente por un error de su parte). Más de doscientos becarios vieron truncados sus planes de manera abrupta. Quedaron literalmente desprotegidos. Algunos de ellos ya anunciaron que interpondrán una tutela en contra de Colciencias que quedará, según parece, doblemente entutelada. Así son las cosas en este país.

Las tutelas no sólo son una fuente de incertidumbre. Son también un negocio. Un negociazo. “Hemos desarrollado una aplicación en línea que nos permite brindarle toda la asesoría y seguimiento de su caso desde la comodidad de su hogar” dice la página de internet de SuTutela.com. “Pensionados: ¿cómo lograr que le incrementen el valor de su mesada pensional?” anuncia la misma página de manera directa, casi desenfadada. Y la verdad sea dicha, los consejos de los profesionales de la tutela son valiosos. Por cuenta de miles de decisiones judiciales (de tutelazos) el pasivo pensional ha crecido de manera sustancial en este país durante los últimos años. Algunos fallos son claramente arbitrarios; otros, posiblemente corruptos. Sea lo que fuere los abogados siempre cobran comisión.

Por cuenta de las tutelas, el negocio de la salud se ha hecho más lucrativo. Los vendedores de equipos médicos, aparatos y artilugios han encontrado en Colombia un mercado en expansión, casi sin límites. “Aquí vendo diez máquinas al año, en Francia sólo dos” me dijo inadvertidamente uno de los mercaderes en cuestión en medio de una conversación de aeropuerto. “La tutela is good for business” anotó más adelante sin ningún asomo de ironía. Paradójicamente el Estado social de derecho (en su versión colombiana) creó las condiciones para el desarrollo del peor tipo de capitalismo oportunista. La venalidad de los jueces y la ambición de los capitalistas puede ser una combinación peligrosa.

El abuso de la tutela ha llevado también a una excesiva judicialización de la vida privada. En el ámbito de la educación, por ejemplo, ha distorsionado la toma de decisiones. En las universidades ya no se discute con franqueza el mérito de las distintas alternativas (en un caso disciplinario, por ejemplo). Simplemente se trata de minimizar el riesgo de una tutela. Cualquier cuestión, por pequeña que sea, requiere asesoría legal. El espectro de los jueces es omnipresente. En últimas el abuso de la tutela ha abolido el sentido común. Ha recreado uno de los peores vicios del sector público: la excesiva aversión al riesgo (incluso la inacción) que produce el temor a una justicia arbitraria, entrometida.
Muchos fallos de tutela invocan el derecho a la igualdad. Pero con frecuencia logran el efecto contrario: un aspirante insatisfecho, ya lo vimos, truncó las oportunidades de más de doscientos becarios de Colciencias. En el país de la tutela, como diría Orwell, todos los ciudadanos son iguales pero los favorecidos por los jueces son más iguales, mucho más iguales que todos los otros.

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  • Alejandro Gaviria
    7 noviembre, 2010 at 2:49 am

    Editorial reciente de Portafolio sobre la tutela.

    La historia de Juan: una columna vieja sobre el mismo tema.

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 5:52 am

    y los puntos a favor ?..acaso la minorìa no reclama sus derechos?

  • Javier Moreno
    7 noviembre, 2010 at 7:49 am

    ¿Por qué es que los mercaderes de equipos médicos venden más aparatos gracias a la tutela?

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 11:39 am

    Tutelitis aguda y crónica

    Un ejemplo de equipos e insumos que se han beneficiado de las tutelas son los utilizados en las cirugías bariatricas.y el sleve gástrico que son los procedimiento para reducir el estomago en caso de obesidad mórbida. Estos procedimientos están disparados por las tutelas y muchas de esas cirugías realmente no están debidamente justificadas, entonces el médico las solicita atreves de un requerimiento a la EPS denominado formulario de medicamento o procedimiento NO POS que en la práctica corresponde a un derecho de petición, si esto no es concedido va por vía tutela y el juez en su sabiduría la ordena.

    En el sistema de salud las tutelas se fundamentan en el derecho a la vida, pero muchas veces ese derecho no beneficia al paciente sino a las casa farmacéuticas o al que vende el insumo o procedimiento. El negocio no solo es para el distribuidor, ni para el médico, ya las EPS negocian un precio por debajo del que le cobran al FOSYGA por lo que no es raro que promuevan el uso de medicamentos o procedimientos no incluidos en el POS. Lo compran en cien por docenas lo cobran a doscientos al gobierno
    Lelo69

  • Apelaez
    7 noviembre, 2010 at 12:47 pm

    La mayoría de las sentencias de tutela son sobre el "derecho de petición", que es básicamente una forma de obligar a las entidades a contestar lo que se les pregunta. Una cosa que suena tonta, pero que es clave para un estado de derecho. Esto no genera un caos horrible, ni desestabiliza el país, ni nos convierte en un estado donde nada es seguro. O como se dice, no pone en riesgo la "seguridad jurídica".

    Las tutelas sonoras como la del ICFES son marginales y suelen ser revocadas en segunda instancia, pero aun así, queda en la opinión la idea de que la tutela es una herramienta de desestabilización que sólo sirve para extraer rentas estatales (como si esto no se pudiera hacer por otras vias, incluso judiciales) o para dar rienda suelta a las veleidades de los jueces (que además siempre quedan pintados como unos brutos). De hecho muchas de las sentencias de tutela corrigen decisiones de la administración que tambien son abiertamente absurdas e injustas. Pero eso nunca sale en la prensa, poco interesa que un juez de titiribí haya echado para atrás alguna decisión absurda de la secretaria de gobierno o de alguna otra entidad. Lo mismo pasa en los Colegios, en mi epoca lo podian botar a uno sin mayor problema por tener el pelo largo, arete o estar embarazada, ya no, ahora se la tienen que pensar dos veces. No me parece que eso haya sido para mal, mas bien lo contrario, así tengan que contratar abogados para que les ayuden a botar a la gente.

    La otra cosa es que no le veo el problema a que alguien ponga un negocio para utilizar la tutela a favor de sus clientes. Eso no es muy diferente a lo que hacen las firmas que asesoran a las empresas en temas tributarios (o como explotar el sistema a su favor), de las que pocos se quejan.

  • Carlos
    7 noviembre, 2010 at 1:17 pm

    Creo que la columna perdió una magnifica oportunidad para criticar el problema de fondo: la constitución del 91. Específicamente, el Titulo II, el de los derechos por su concepción socialdemócrata o de "estado de bienestar" copiado de Europa (que ahora, ahogado en deudas esta desmontando lentamente). Apelaez dirá que son unos cuantos jueces, unas "manzanas podridas", pero ya se ha visto, hasta la saciedad, que los mismos magistrados de la Corte fallan tutelas sin importarles ni cinco los costos fiscales o las implicaciones operativas. Sin todos esos "derechos sociales y economicos" inventados por los serpistas y los ex-guerrilleros del M-19 (las mayorias en la constituyente del 91) no tuvieramos estos problemas. Los derechos eran un concepto creado para defender al individuo de los abusos del Estado o de otros particulares, no para obtener rentas ni para imponer un modelo socialdemocrata ni evitar perder en concursos o no somoterse a estatutos y reglas de organizaciones privadas.

  • Alejandro Gaviria
    7 noviembre, 2010 at 1:22 pm

    Javier: las tutelas han ordenado (a veces, aclaremos) tratamientos experimentales que necesitan de equipos costosísimos. Los vendedores de equipos lo saben y han aprovechado (repito, algunas veces) la ligereza de los jueces y la generosidad descentralizada del sistema.

    Apelaez: la transmutación de los derechos sociales en derechos fundamentales, producto en buena medida de la acumulación de sentencias de tutela, podría quebrar el sistema de salud y está desbaratando la transición pensional. Los abusos en el tema de pensiones son inmensos. Y hay buena plata de por medio.

    Los líos de los colegios y las universidades son peores de lo que usted supone. Muchos maestros se quejan de que han perdido completamente el control. Dicen que, por cuenta de la tutela, se convirtieron en simples regentes de centros disciplinarios. Hace falta una investigación al respecto. Pero los testimonios que yo conozco son preocupantes.

    Si se trata de evitar los abusos, ¿por qué no regular también la vida en familia? Allí se cometen más abusos que en los colegios.

    En fin dudo de que el balance sea tan positivo. Finalmente si trata de agilizar los derechos de petición, bastaría con una ley de transparencia o alguna cosa parecida.

  • Alejandro Gaviria
    7 noviembre, 2010 at 1:34 pm

    Carlos: no estoy de acuerdo con su comentario. El problema no son los derechos económicos, sociales y culturales (decs). Estos derechos existen en todas las constituciones modernas. No son un invento del M19 o de Serpa. Ya habían sido completamente racionalizados en los años cincuenta del siglo anterior por T.H. Marshall entre otros.

    El problema es el abuso del concepto por parte de los jueces colombianos. El problema surge, por ejemplo, cuando la Corte comienza a utilizar este tipo de argumentos (cito el fragmento de una sentencia vieja):

    El derecho a la seguridad social no está consagrado expresamente en la Constitución como un derecho fundamental. Sin embargo, este derecho establecido de forma genérica en el artículo 48 de la Constitución, y de manera específica respecto de las personas de la tercera edad (CP art. 46 inc. 2), adquiere el carácter de fundamental cuando, según las circunstancias del caso, su no reconocimiento tiene la potencialidad de poner en peligro otros derechos y principios fundamentales como la vida (CP art. 11), la dignidad humana (CP art. 1), la integridad física y moral (CP art. 12) o el libre desarrollo de la personalidad (CP art. 16) de las personas de la tercera edad (CP art. 46).

    Si se borra la distinción entre los derechos fundamentales y los decs, los jueces se convierten inmediatamente en ordenadores de gasto. Y comienza el despelote. Repito, el problema no es la Constitución del 91; El problema es su aplicación, o mejor, el abuso de la tutela.

  • Alejandro Gaviria
    7 noviembre, 2010 at 1:35 pm

    Tiene razón la nueva Contralora cuando dice: "la Corte está para tutelar los derechos fundamentales del individuo. Cuando se mete en la protección de los derechos sociales, necesariamente se está saliendo de su fuero y de su competencia, y está usurpando la competencia del Congreso".

  • Apelaez
    7 noviembre, 2010 at 1:46 pm

    Sin duda hace falta un estudio, porque casi todo está basado en oidas. Por ejemplo, en el sistema de salud, una parte importante de las tutelas es para obligar a que se hagan procedimientos o se entreguen medicamentos que están incluidos en el POS. Los pacientes no les queda otra que acudir a este mecanismo para que les cumplan con lo que ordena la ley, nada menos.

    Pero si, es evidente que hay que ver como se regula el tema de los "derechos sociales y económicos". En la mayoría de paiese estos derechos son solo metas a largo plazo, cosas sin efecto práctico. Acá se los tomaron en serio y eso ha sido un problemón

  • Nelson
    7 noviembre, 2010 at 1:50 pm

    Lo que yo me pregunto es ¿cuál es el tipo de jueces y abogados que forman nuestras universidades? ¿cómo es que no logramos impartir en los programas de derecho las competencias éticas y ciudadanas que hagan que estos exabruptos no se den y que jueces y abogados no se conviertan en la punta de lanza de lo que juraron combatir?

  • Alejandro Gaviria
    7 noviembre, 2010 at 1:55 pm

    Apelaez: el problema es cómo evitar los abusos. Con toda la jurisprudencia pasada de la Corte y con el clima intelectual a favor de la extensión de los derechos, yo soy pesimista. Los abusos seguirá por un buen rato, tal vez hasta que se quiebre el sistema de salud (ya están hablando de gravar todas las rentas, no sólo las laborales). En todo caso, como dijo alguna vez un político gringo, lo que es insostenible tiene que parar.

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 2:17 pm

    Para las tutelas relacionadas con lo del POS que es obligatorio mencionado Apelaez, ¿por qué no crear un desincentivo que le ponga fin al jueguito éste, es decir, imponer una multa adicional lo suficientemente elevada a los tutelados, de modo que no sólo cumplan con lo que están obligados a cumplir por POS, sino que además sufraguen los gastos en que incurra la justicia por tener que llenarse con estos casos? Con eso se les quita la guevonada.

  • Tarantini
    7 noviembre, 2010 at 2:54 pm

    El problema de la justicia en Colombia no es la acción de tutela per-se, es la estructura misma del sistema judicial. La tutela resultó ser una forma rápida de hacer reconocer los derechos, pero se distorsionó por parte de todos los actores que la utilizan.

    Que un proceso judicial en Colombia tome tanto años, es un absurdo jurídico, político y social. Es un decir los muchos abogados que la vida útil de un abogado litigante sean dos procesos ordinarios.

    Hasta los procesos ejecutivos, que deberían tomar un año, como máximo, pueden llegar a tardar cinco años. Ni se diga de los procesos ante la justicia contensioso administrativa que una sentencia de estos tribunales puede tardar décadas.

    La inoperancia de la justicia hace que la tutela sea una forma rápida al reconocimiento o no de un derecho.

    Que haya desvío de la acción de tutela, como usted dice en esta columna, puede deberse a la ineficacia misma de nuestro sistema judicial, que dicho sea de paso es un fiasco. Mire no más la elección de un simple fiscal general de la nación (¿cuál nación, además?)

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 3:13 pm

    Se acuerdan de esta tutela contra Jota Mario Valencia. Ahí estamos pintados.

  • Apelaez
    7 noviembre, 2010 at 3:22 pm

    Y más dificil aun cuando un partido (el Polo) tiene como razón de ser, la defensa de esos derechos sociales

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 3:31 pm

    Que tal este columnista que ha gastado tanta tinta denigrando del moralismo y de los que supuestamente quieren imponer sus juicios morales a los demás sin más argumentos que su aparente superioridad moral!

    Antes de estigmatizar a los jueces y servicios de asesoría legal como corruptos, negociantes, abusadores y de burlarse de su sabiduría, dónde hizo la estadística de cuántas de las tutelas (por centrarse sólo en el caso de salud) se deben a que las EPS cada vez más incumplen con los servicios que deben prestar, no responden ni a preguntas ni a reclamos si no es con derechos de petición?

    Por supuesto que en la tutela, como en cualquier otro mecanismo, hay aberraciones, como otro comentarista muy sensatamente señala. Los noticieros dan mucha publicidad al caso del viejo verde que entuteló para que le dieran viagra, pero no mencionan el caso de la señora con osteoporosis a la que le han reducido cada vez más los suministros de medicamentos, le han cambiado arbitrariamente el tratamiento para experimentar con fármacos más baratos y ahora hasta le niegan exámenes periódicos de diagnóstico como citologías, mamogramas y densitometrías porque, en contra de lo que dice la medicina, la EPS dice que el control debe hacerse cada N>3años, donde N aumenta cada que se solicita un nuevo examen. A mí también me hacen rabiar los abusos de la tutela, pero mientras casos como el primero apenas los conozco por noticieros, los segundos los conozco de cerca y por montones.

    Además de hacer la estadística seria antes de opinar, por qué no examinar trámites corruptos como el de los fiadores comprados y la industria, es sí ilegal, que hay detrás, o la de los vendedores de papeles falsos para tramitar visas. Casi para cada procedimiento hay un negocio paralelo de abuso. La tutela no es un mecanismo corrupto en sí, el columnista debería investigar antes de opinar al calor de un momento.

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 3:36 pm

    Que un partido defienda los derechos, vaya y venga. Pero que trate de llevar a cabo una plataforma a punta de decisiones judiciales es otro cuento, es una negación de la democracia. Tipos como Rodolfo Arango (politiqueritos de armario) se sienten con el derecho de legislar sin límite. No han conseguido un voto pero quieren mandar sobre todo.

  • Daniel Payares Montoya
    7 noviembre, 2010 at 3:43 pm

    La lentitud de los procesos judiciales hace que las personas utilicen la tutela como un mecanismo mas rápido del reconocimiento de sus derechos.

  • Alejandro Gaviria
    7 noviembre, 2010 at 3:47 pm

    Anónimo 10:31: el crecimiento de las tutelas No Pos (repito, No Pos) está documentado por todas partes, vale más de 2 billones de pesos, un negocio un poco más grande (creo yo) que el de los tramitadores de visas.

    La columna tiene un sesgado deliberado, a saber: señalar los abusos que son muchos. Yo también me entero semanalmente de abusos de médicos, abogados, jueces y Eps que actúan concertadamente para pasarle la cuenta al Estado.

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 3:50 pm

    ———–

    Uribe entutelará a los directivos del nuevo herald?

    ———

  • Daniel Payares Montoya
    7 noviembre, 2010 at 3:54 pm

    ¿Qué solución propondría Alejandro para este problema?

  • Alejandro Gaviria
    7 noviembre, 2010 at 4:13 pm

    Daniel: la solución no es fácil. Pasa por cierta autorregulación necesaria de jueces y magistrados. Es un asunto más de instituciones informales que formales. Por tal razón no creo en el proyecto que convierte la sostenibilidad fiscal en un derecho fundamental. Considero que se deberían abolir las tutelas sobre sentencias judiciales, que es necesario reglamentar las tutelas de salud y pensiones (no es fácil pero el gobierno está promoviendo una ley estatutaria) y que los jueces deberían ser sancionados si se apartan sustancialmente de la jurisprudencia.

    Además, como usted bien dice, el problema no es sólo la tutela: es la justicia en general. La cosa es de doble vía: la ineficiencia de la justicia promueve las tutelas y la avalancha de tutelas aumenta la ineficiencia de la justicia.

  • Dreamer Ph.D
    7 noviembre, 2010 at 4:31 pm

    Pertenezco al sistema de salud y creo que el problema no son las tutelas per se, mas bien es el nombre. En el sistema de salud simplemente son un mecanismo regulatorio a peticiones necesarias, altamente eficaz. Pero creo que esto no aplica para otros sistemas y lleva a tutelas patéticas. Me dió mucha risa cuando se publicó (de manera amarillista) la noticia del viejito que tuteló, para conseguir viagra. Muchas personas no saben que el viagra está indicado para el tratamiento de la hipertensión pulmonar crónica. De hecho, se descubrió en un estudio para esta enfermedad que no fue muy eficaz, y cuando se le pidió a los participantes que devolvieran el medicamento, estos se negaron contundentemente. Lo que propone Alejandro de reglamentar las situaciones que no requieren tutela, nos llevaría al otro extremo de que todo paciente se merece determinado procedimiento ( a modo de jurisprudencia) y en Colombia ese sistema no duraría 3 meses. Quizás la anécdota del vendedor de equipos médicos en Francia y Colombia, demustra que de algún modo estamos brindando una medicina basada en la demanda.

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 4:55 pm

    Tutelitis aguda tipa A.

  • Alberto A
    7 noviembre, 2010 at 6:07 pm

    Alejandro,

    Una cita relevante para el tema:

    “El constitucionalismo, por su parte, ha sustituido la dogmática religiosa por una dogmática política no menos rigurosa, en la que hay que aceptar ciertos principios como artículos de fe, sin posibilidad de crítica; en la que hay una línea clara que separa la ortodoxia de la heterodoxia; y donde las ideas y las personas de la heterodoxia más que refutadas son condenadas al silencio y al olvido. En lo que aquí importa operan dos dogmas intangibles: el de que la organización política se encarga de dotar a la sociedad de leyes justas y el de que aquélla garantiza la aplicación de éstas a través de funcionarios justos. Quien cuestione estos dogmas se automargina sin remisión”. (Alejandro Nieto, Balada de la justicia y la ley)

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 6:18 pm

    Alejandro, me remitire en este comentario a la parte relacionada con el sector salud. Mi hermana es médica y le he remitido su columna del día. En su opinión, me comenta ella, muchas veces los pacientes tienen que recurrir a la tutela para que se les cubran ciertos medicamentos y/o tratamientos que en otros tiempos eran dados por las empresas de salud. La existencia de la ley 100 y en particular los servicios de las eps imposibilita en muchos casos que los pacientes reciban un tratamiento medianamente decente. No cree usted que los grandes defectos que tiene la ley 100 en particular los relacionados con los servicios prestados al usuario por las eps (y que han sido denunciados por los médicos desde la misma creación de las eps) son la razón principal de la avalancha de tutelas que usted comenta más no la existencia de la tutela perse?

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 6:50 pm

    siguiendo mi comentario de las 10:31, vea que las cosas toman un matiz distinto cuando se mencionan los datos pertinentes. Gaviria aclara (ahora) que se refiere a estudios documentados sobre tutelas no POS, mientras en la columna mete en el mismo saco diversas tutelas sin distinción, quedandonos sólo en el caso de salud.

    No controvierto el que haya desangres en el sistema de salud por tutelas no POS. Cuando se discutió la declaratoria de emergencia social al final del gobierno de Uribe se habló mucho de eso, pero se habló menos de la vinculación, durante el mismo gobierno, de muchos más usuarios subsidiados de los que el sistema podía sostener como causa importante de la crisis. Paradójico también que en un sistema al borde de la quiebra las EPS y fondos de pensiones sobresalgan como negocios boyantes.

    Para concluir, el enfoque de su columna es sesgado como usted lo reconoce, pero es que el tremendismo y la exhibición moralista no sólo son chocantes en los columnistas con los que Gaviria no está de acuerdo, se trata de aplicar lo que predica.

    Gracias.

  • los nuevos
    7 noviembre, 2010 at 7:09 pm

    Comparto plenamente la columna. El sesgo deliberado esta bien indicado. Los abusos son flagrantes, por montones, hacen parte ya de una cultura, de una idiosincrasia y cuadro de costumbres que dejan mucho que desear-por decir lo menos-; venalidad, ambición y corrupción por cuenta de un discurso de conmiseración moral y miserabilismo.

    Yo estuve en la corte constitucional revisando tutelas, la avalancha es enorme e inmisericorde (todas deben ser revisadas), cuando en verdad con solo establecer lineas juriprudenciales, obiter dicta,y una ley de transparencia con sanciones duras a los operadores jurídicos que se aparten de lo concluido por la corte-organo de cierre este si- sería justo y necesario.

    Ahora lo que dicen sobre el derecho de petición en el sector salud es cierto. Pero esto se podría resolver con los mecanismos de la jurisdicción contencioso-administrativa, con celeridad y una normativa clara de obligatorio cumplimiento.

    Creo que Carlos tiene en parte razón: La constitución del 91 esta inspirada en una socialdemocracia botaratas, en un espíritu que va más alla de Marshall, en cierta ilusión de expectativas irrealizables y cuentas alegres. Muy orwelliano para citar su columna.

    Dice Minogue: "The beginning of wisdom in politics is attention to signs of change. As a theatre of illusion. Politics does not reveal its meanings to te careless eye. Reality and illusion are central categories of political study. The problems begins with the very names of institutions"

    La tutela no es ninguna panecea. Ningún instrumento de paz, de autoregulación, la gran conquista del constituyente del 91 -como dice por ahin sus apologistas- hemos desaprovechado la oportunidad de reformarla. En un artículo viejo del historiador M. Palacios señala: "Una de las tantas consecuencias de la nueva constitución ha sido el desplazamiento del locus del conflicto social, derivado del dualismo y atraso de las estructuras económicas, hacia el campo de la intersubjetividad y de la moralidad pública. El acento se puso en aquellos aspectos clásicos que tienen que ver con la afirmación de variedades de individuo, según género , edad, personalidades, fantasías. Un análisis sociolingüistico de los miles de juicios de tutela que se entablaron y resolvieron en los últimos años (135.000 en cinco años) hallaría nuevos imaginarios ciudadanos y una acusada afición colombiana al litigio judicial de cualquier controversia"

    Hay que parar. Así esto sea la norma en otros páises.

    Camilo.

  • Daniel Payares Montoya
    7 noviembre, 2010 at 7:24 pm

    Estamos entonces ante un problema de tipo socratico: podemos señalar los inconvenientes y las deficiencias actuales pero formular un plan alternativo no es sencillo. Simplemente sabemos que no sabemos.

    Al final creo que se terminará por sacrificar a las personas en aras de la sostenibilidad fiscal, que es la solución default por decirlo de alguna manera.

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 7:36 pm

    Ética y tutela

    A veces la tutela necesaria y más justa es permitir que el paciente muera en paz, porque por abuso de esta figura a más de un pobre cristiano con una enfermedad terminal lo someten a lo que se llama encarnizamiento terapéutico por parte de versiones criollas del Dr. House apañados con la industria farmacéuticas o por la moda hecha ley de meter en las Unidades de cuidados intensivos pacientes terminales en vez de ofrecerle cuidados de atención paliativa en su propio domicilio a menor costo, rodeado de la familia y con dignidad.
    Lelo69

  • flp
    7 noviembre, 2010 at 8:11 pm

    La tutela es condenable porque un fulano esta mamado de revisar la avalancha enorme e inmisericorde de papeles relacionados ? esa excusa la usan en colciencias -entidad citada- para no responder preguntas sobre convocatorias por los canales que ellos mismos dan -correos, teléfono- hasta que toca ponerles derechos de peticion. La excusa sirve para cualquier papeleo de los que hay que hacer en colombia, que son tan abundantes que ninguna entidad da abasto. los del m19 no fueron los unicos que redactaron la constitucion ni los que la aprobaron.

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 8:11 pm

    Lelo, eso se resuelve muy fácilmente con lo que los gringos llaman un "living will", que es una papelito firmado que uno deja donde su doctor de atención primaria donde el paciente, en uso de todas sus facultades, declara su voluntad de que algún día, en caso de llegar a estados terminales, no se lo mantenga vivo de manera artificial y por medios extraordinarios, sino que se le den las consideraciones del caso para morir en paz.

  • Alejandro Gaviria
    7 noviembre, 2010 at 8:29 pm

    Anónimo 13:18: el problema no es sólo la Ley 100 de 1993. El plan de beneficios no se ha actualizado desde 1994 lo que incrementa la necesidad de tutelas. Al mismo tiempo se ha ido creando todo una maquinaria para sacarle provecho al sistema, a su generosidad descentralizada.

    Como dice Lelo69, los incentivos son perversos. Hace poco me decía un médico amigo que, antes de firmar la consabida tutela, les pregunta a los familiares, “¿ustedes estaría dispuestos a pagar 20 o 30 millones de su plata para un tratamiento de una persona de 80 y tanto años que ya no tiene ninguna calidad de la vida?”. Si la familia dice que no, mi amigo les llama la atención sobre el desliz ético de simplemente pasarle la cuenta el Estado. Muchos de sus colegas no están de acuerdo con este proceder. Dicen que para eso está el Estado, para hacer cumplir los derechos.

  • Alejandro Gaviria
    7 noviembre, 2010 at 8:39 pm

    Anónimo 13:50 (antes 10:31: más que una cantaleta moralista, quise señalar (con un exceso de retórica, lo confieso) los incentivos malignos de la tutela. No sólo en el tema de la salud. En general. En la educación el impacto no es económico pero, lo he vivido en carne propia, ha creado todo tipo de problemas.

    La columna quiere combatir la suerte de deificación de la tutela. Ante tanta devoción, bien vale una herejía. Saludos.

  • Anónimo
    7 noviembre, 2010 at 9:31 pm

    ¿ que pasó con Bejarano ?

    que alguien me explique por que el Dr bejarano no aparecio en las columnas dominicales?

  • JuanDavidVelez
    8 noviembre, 2010 at 12:38 am

    Anonimo, el Dr Bejarano en tuiter explicó los motivos de su ausencia, acá le copio las palabras del Doctor.

    "Por motivos delicados de salud no pude escribir columna este domingo, pero trataré el próximo domingo. Gracias a quienes me extrañaron"

    @RamiroBejaranoG

  • Alejandro Gaviria
    8 noviembre, 2010 at 3:46 pm

    Este gráfico muestra una paradoja. Según el archivo de noticias de El Tiempo, el aumento de las tutelas (muy grande en la última década) no ha estado acompañado de un aumento correspondiente en su cubrimiento periodístico. Hemos sido más o menos indiferentes ante la tutelitis.

  • Anónimo
    8 noviembre, 2010 at 5:00 pm

    Alejandro, ¿qué otras notas de prensa hay con detalles sobre el caso de Colciencias?. Yo sólo he visto la que según El Tiempo debemos saber.

  • Alejandro Gaviria
    8 noviembre, 2010 at 5:07 pm

    No hay mucho más. Enlacé más arriba el comunicado de prensa de Colciencias. Hay una sentencia vieja de la Corte que negó una tutela parecida. La Corte dijo lo siguiente en su momento:

    Rechazar a los aspirantes que no cumplen cualquiera de los requisitos señalados, no viola los derechos de aquéllos si deciden su no aceptación, siempre que los candidatos hayan sido previa y debidamente advertidos acerca de lo que se les exigía, que el proceso de selección se haya adelantado en igualdad de condiciones y que la decisión correspondiente se haya tomado con base en la consideración objetiva en torno al cumplimiento de las reglas aplicables.

  • Anónimo
    8 noviembre, 2010 at 9:31 pm

    Cuando a la filosofía le da por opinar sobre la eficiencia de los medios nace la mamertería. Es Kant jugando a ser Einstein, Platón jugando a ser Lagrange.
    La filosofía debe dar el fin y parametrizar los medios, la maximización le corresponde a la ciencia.
    Aquí ocurre lo mismo, los Jueces deben dictar la meta y los científicos sociales, los que genuinamente se merecen el primer calificativo, asignar el gasto (los medios) para alcanzarla.

  • Anónimo
    9 noviembre, 2010 at 2:40 am

    Otro negociazo: Siguen pillando a falsos desplazados.

  • Gheysel Naranjo
    9 noviembre, 2010 at 3:22 am

    “ Sinceridad” en las declaraciones y transparencia en “Los Abogados”, es el medio de defensa judicial apto, idóneo y eficaz para la protección derechos fundamentales violados o amenazados. Pero si no hay SINCERIDAD en quienes apelan a la tutela, y no hay justicia y PROFESIONALISMO EN LOS PROPIOS ABOGADOS Y LAS CORTES SUPREMAS, pues estos procesos judiciales de tutelas, muy bien lo ha dicho el doctor Alejandro, se convierten en el negociazo de, “entre comillas”, los más necesitados y los dioses de la justicia, inquisidores o SUPRIDORES DE LA HEREJÍA…no en el seno de la iglesia católica, sino en el seno de la corte suprema…

    Gheysel

  • Gheysel Naranjo
    9 noviembre, 2010 at 3:25 am

    Bueno y en mencion a la Transparencia, según un reporte presentado por "Transparencia por Colombia", parte de los inversionistas internacionales no gustan de contratar con el sector
    privado Colombiano en razón a la falta de transparencia…

  • Anónimo
    9 noviembre, 2010 at 4:07 am

    Alejandro, creo que estamos de acuerdo en que el problema no es la tutela sino el abuso y la ineptitud (o corrupción) de algunos jueces cuando las fallan.

    A mi modo de ver el ejemplo de Colciencias como abuso no es adecuado. Supongamos que los hechos son como los expone la demandante: ella llenó todos los requisitos y el sistema le generó un número de aceptación, después de cerrarse la convocatoria se entera del rechazo que porque le faltaba un papel y nadie en Colciencias le da una explicación. Siendo realistas, qué otro camino le quedaba a esta persona? A mi parecer, la tutela es exactamente para este tipo de casos.

    Ahora, los resultados de la convocatoria como están reseñados en El Tiempo son muy sospechosos: de 586 aspirantes el sistema excluyó a 317 porque no llenaron todos los requisitos -sí será que más del 54% de aspirantes a doctorados no saben llenar una aplicación?; quedan 269 aspirantes para escoger a 250 -pocas convocatorias terminan con esos chances.

    A mi no me parece descabellado que esto sea el resultado de corrupción en Colciencias. Alguien pudo haber borrado documentos de algunos de los aspirantes más fuertes para así incrementar los chances de los "protegidos" (por llamarlos de alguna forma), el sistema los descartó "automáticamente" y los rechazados pensarían que la competencia estuvo muy difícil y no dirían nada.

    Estoy seguro que entre los seleccionados hay gente muy buena que no tiene ninguna culpa. Pero si en realidad es un caso de corrupción tenemos que dejar de buscar culpables entre los que quieren hacer valer sus derechos y voltear la mirada hacia donde debe ser.

    Si es cierto que a la aspirante le faltó un documento, entonces porqué el sistema le dió un número de aceptación? Según leí, en eso se basó el juez al fallar la tutela.

    Por último, y de pronto tema para otra ocasión, los dos beneficiarios que fueron entrevistados por El Tiempo que dijeron que pensaban interponer otra tutela no dieron su nombre pero van a hacer un doctorado en ciencias políticas. Es doctores en ciencias políticas lo que necesita el país para salir adelante? Que pena pero hay muchos aspirantes a estudios en ingeniería, economía, salud, etc que deben ser premiados antes que los futuros políticos.

  • Alejandro Gaviria
    9 noviembre, 2010 at 12:30 pm

    Nubia Muñoz (hoy recibe la Legión de Honor en Francia) es la antítesis de Patarroyo.

  • Alejandro Gaviria
    9 noviembre, 2010 at 12:32 pm

    Anónimo 23:07: La torpeza burocrática de Colciencias es conocida. Pero Colciencias ha sido en general una entidad transparente. Yo no creo que éste sea un caso de corrupción. No estoy de acuerdo con la decisión de repetir todo el proceso. El juez podría haber ordenado que se le conteste a la demandante o que se revise el software, en fin, hay muchas opciones distintas. Además, siempre habrá aspirantes insatisfechos con una visión exaltada de sí mismos que no conciben, no pueden concebirlo, que se les rechacé su aplicación.

    Me temo que con este precedente Colfuturo, el Icetex, el Banco de la República, etc. podrían sufrir reveses similares. Incluso algo similar podría pasar con las admisiones a las universidades.

    Yo también tengo un sesgo a favor de las ingenierías y las ciencias básicas. Pero ese es otro tema.

  • Alejandro Gaviria
    9 noviembre, 2010 at 4:39 pm

    Editorial de el Espectador sobre el tema de la columna. Casi parece una respuesta.

    Sólo al final me pareció desenfocado. Plantea una identidad extraña entre democracia y poder judicial, y justifica (veladamente) la intromisión judicial en las esferas privadas (los feudos de poder que ya no serán inexpugnables).

    Hay salidas menos radicales para controlar el desbordamiento de las tutelas que no implican una restricción de su poder, como por ejemplo la creación de un sistema de precedentes con el que las altas cortes puedan controlar a los pequeños juzgados y, en virtud de este registro, sancionar a un juez que, por ejemplo, obliga a una EPS a cubrir una cirugía estética. Además, el número de tutelas, más que para cuestionar su razón de ser, debería utilizarse como indicador de normativas fallidas que merecen revisión. Y, por molesta que sea la siempre posible intervención de los jueces, este es el precio de la democracia y aquellos que quisieran conservar autonomía en sus feudos de poder no pueden sino ceder.

  • Andrés Barreneche García
    9 noviembre, 2010 at 4:49 pm

    Otro tema de interés es la puja de Estados Unidos por devaluar su moneda. La decisión de la Fed de inyectar 600 billones de dólares mediante la compra de bonos ha sido criticada mundialmente. Obama incluso está siendo inconsecuente con sus críticas al gobierno chino y sus esfuerzos por mantener el yuan artificialmente bajo. Se nota cierto desespero por parte del líder demócrata.
    Parece que esta jugada va a ser un tema central en la reunión del G-20 que comienza el miércoles.
    ¿Colombia, a pesar de los esfuerzos recientes, estará impotente ante la revaluación del peso frente al dolar? Me causa curiosidad saber qué posición tomará el gobierno ante esta política norteamericana.

    Por su parte, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, apoya volver a utilizar el oro como respaldo de las monedas. La mayoría de economistas piensan que el regreso al estándar del oro es problemático.

  • Andrés Barreneche García
    9 noviembre, 2010 at 4:55 pm

    Se me olvidaba que para los Estadounidenses un billón es lo que acá conocemos como mil millones. Así que la suma de arriba es de 600 mil millones de dólares.

  • Alejandro Gaviria
    9 noviembre, 2010 at 5:08 pm

    Andrés: los técnicos del BR parecen bastante pesimistas sobre las posibilidades de Colombia de contener la avalancha de dólares. No hay dique que aguante dijeron aquí en los Andes la semana pasada.

  • Alejandro Gaviria
    9 noviembre, 2010 at 7:39 pm

    Corte Constitucional ordena resarcir a 51 familias víctimas de ola invernal. Hay un millón de damnificados. Sin duda unos son más iguales que otros.

  • Anónimo
    9 noviembre, 2010 at 9:05 pm

    El editorial de El Espectador lo escribió Cesar Rodríguez o Apelaez ahora se parecen.

  • Harold H. Londoño
    9 noviembre, 2010 at 10:04 pm

    eufemismos cubanos.

    Se acabo la diversión, llego el mercado y mando a parar

  • Alejandro Gaviria
    10 noviembre, 2010 at 4:03 pm

    Columna de Pascual Gaviria sobre la burocratización de la educación por cuenta, entre otras cosas, de la tutela.

    Acuérdese que todo eso necesita pruebas, cuidado con las acusaciones temerarias, es la palabra suya contra la del muchacho.

  • Anónimo
    10 noviembre, 2010 at 4:05 pm

    No se quejen tanto. El siglo XXI es el siglo de los jueces.

  • Alejandro Gaviria
    10 noviembre, 2010 at 5:20 pm

    En causa propia. Editorial de Portafolio sobre las pensiones del sector judicial. Los jueces van por todo.

  • los nuevos
    10 noviembre, 2010 at 6:57 pm

    Excelente columna la de Pascual. Un jalon de orejas a los encargados de diseñar la política educacativa. Una nota de alerta y denuncia. Una radiografía exacta. Como se dejo esa tierra baldía – de matoneo, intimidación, burocratización, bobería- en los claustros escolares. Lo contrario de despotismo no es permisividad, bobaliconería es autoridad.

    Esta nota fabrica del fracaso.

    Sobre un documental en EEUU muy pertinente.

  • Anónimo
    10 noviembre, 2010 at 8:35 pm

    La lectura de prensa de hoy deja dos conclusiones incuestionables: que los grillos son los más guevones de todos (aparentemente), y que los medios en Colombia son todavía más guevones que los grillos pues le dan peso de noticia de primera plana al hecho de que el Mono Jojoy haya dicho hace un mes que "la lucha armada tiene vigencia". ¿¿Cuál es la novedad ahí??!! Noticia sería que el Mono Jojoy hubiera dicho que la lucha armada NO tiene vigencia, equivalente a las declaraciones recientes de Raul Castro sobre la entrada del capitalismo a Cuba. ¿Será que Huguito le va a hacer juicio revolucionario? Y Fidel sí le cree porque si no no estaría pidiendo puesto en las Naciones Unidas, para que no le toque pagar impuestos.

  • Juan Camilo
    10 noviembre, 2010 at 9:27 pm

    Alejandro,

    Un cordial saludo.

    Yo creo que la tutela no es sino una manifestación de un problema mucho más amplio y complejo: el rol que los jueces asumen hoy en día, no solo en Colombia, sino varios países del mundo. Los "excesos" de la tutela en Colombia se podrían asimilar a fallos de jueces de otras partes que no tienen acción de tutela.

    Así, el análisis que debería hacerse debe abarcar no solo el tema de la tutela, sino otros factores. Creo que el editorial de El Espectador señala uno importante, que es el mal funcionamiento del Congreso frente a determinados temas que tienen un impacto social importante (como la seguridad social y la salud). Hay quienes dicen que la inactividad legisaltiva activa, en ciertos contextos, la actividad del juez. Lo dejo planteado como una idea. Y dejo también una cita al respecto, de John Ferejohn: “la función judicial no es siempre, ni incluso primordialmente, ‘negativa’, en el sentido de impedir a las mayorías legislativas actuar como ellas mejor consideren. Los jueces también elaboran la ley en un sentido positivo, actuando donde las legislaturas se han abstenido de hacerlo”.

  • Anónimo
    10 noviembre, 2010 at 10:34 pm

    Antes de las tutelas existía en las universidades públicas un tipo de de estudiante leguleyo y sindicalista que pasaba los semestre hablando mucho y estudiando poco, hoy están en las empresas y corporaciones del estado robando mucho y trabajando poco.
    Lelo69

  • Anónimo
    10 noviembre, 2010 at 10:39 pm

    Bien por JGM

  • Anónimo
    11 noviembre, 2010 at 3:50 am

    Tan extraño que no le den tanto bombo a las chuzadas !.

    será que ya lo tienen en la mira?

  • Anónimo
    11 noviembre, 2010 at 1:48 pm

    Alejandro, en el gráfico de la tutela en la prensa (normalizado), que explica ese crecimiento que se observa desde el año 91 al 94, o como se interpreta? Porque realice el ejercicio sin normalizar la serie y los años donde se presentan los mayores picos son 2007, 2008 y 2009, con un promedio de 1.103 noticias por año.

    Saludos,

    JPR

  • Anónimo
    12 noviembre, 2010 at 3:43 pm

    Tutela para que Piedad Cordoba vuelva al Congreso

  • Alejandro Gaviria
    12 noviembre, 2010 at 9:23 pm

    JPR: si no se normalizan los resultados, hay un sesgo evidente pues en los últimos años el archivo incluye noticias no sólo de la edición impresa sino también de la electrónica. Creo que el valor más alto de los primeros años puede ser explicado por la novedad del instrumento

  • Anónimo
    13 noviembre, 2010 at 3:39 am

    Como se normaliza una serie?? alguien me puede explicar. gracias

  • Alejandro Gaviria
    13 noviembre, 2010 at 11:59 am

    Anónimo: depende de lo que estemos hablando. Normalización en este caso quiere decir dividir la serie en cuestión por otra que mida el crecimiento en el número de noticias publicadas en el archivo electrónico de El Tiempo.

  • Alejandro Gaviria
    13 noviembre, 2010 at 12:11 pm

    Columna de Mauricio García sobre la tutela. Aprecio mucho el tono reflexivo y respetuoso.

    Tres comentarios sobre la columna.

    Primero, los derechos fundamentales sí están supeditados a la restricción intertemporal de gobierno. Esta restricción es inviolable. Pude ignorarse por un rato. Pero tarde o temprano se impone. Este no es un asunto ideológico: es un hecho del mundo. Uno no puede gastar infinitamente por encima de sus ingresos.

    Segundo, casi la mitad de las tutelas son sobre salud. No se necesita hacer una investigación empírica para darse cuenta de que la sentencia T760 ha incrementado sustancialmente este tipo de tutelas, y que los incentivos están mal puestos. La dinámica actual es insostenible.

    Y tercero, tampoco hay qué hacer una gran investigación para afirmar, por ejemplo, que las tutelas sobre sentencias crean inseguridad jurídica.

  • Apelaez
    13 noviembre, 2010 at 1:57 pm

    y faltó anotar que de esas sentencias sobre salud, la mitad son sobre medicamentos o procedimientos incluidos en el POS

  • Apelaez
    13 noviembre, 2010 at 2:13 pm

    una ayudita al tema: What is legal security? An idea that goes beyond the written law. A
    principle that inspires any legal system. Constitutionalists define it
    as predictability. Positively it means inspiring confidence.
    Negatively, the absence of surprises.

  • Gheysel Naranjo
    13 noviembre, 2010 at 2:58 pm

    Como en Colombia las vías normales del derecho son muy demoradas, no funcionan, y son tan complicadas, es obvio que este país sea un PAÍS TUTELISTA, porque la tutela es mucho más rápida y efectiva que la jurisprudencia. Lo preocupante, como se ha manifestado en esta columna, es que la TUTELA SE HA VUELTO UNA MANÍA. Por su puesto el equilibrio ideal (de Nash?) es que los SISTEMAS JUDICIALES SE AGILICEN Y SE PERFECCIONEN, y al mismo tiempo las TUTELAS TENGAN ARGUMENTOS MÁS VALIDOS Y TENGAN UNA RAZÓN DE SER.

    Gheysel

    nota: Los indicadores de alto número de tutelas en el sector salud, pues muy diciente de cuán complejo y poco transparente se encuentra el sistema judical en solucionar convencionalmente los problemas economicos, psicológicos y de bienestar ocacionados por la deficiencia de la salud, un derecho para todos los ciudadanos, pero un derecho muy muy muy muy muy costoso

  • Anónimo
    13 noviembre, 2010 at 6:37 pm

    Esta vieja es irremediable. Qué desgracia tan infinita!

  • juan francisco muñoz
    13 noviembre, 2010 at 8:54 pm

    La columna de Mauricio García parece militante del Derecho Constitucional, o por lo menos, temerosa por dudar de la lógica y la filosofía del enfoque de derechos.

  • juan francisco muñoz
    13 noviembre, 2010 at 8:58 pm

    A un joven abogado le envie la conlumna, esperando un interés por ideas nuevas que replantean la filosofía del derecho. Su respuesta fue que es un insulto referirse así de los jueces. Creo que el derecho tradicional tiene elementos de doctrina, y promuebe en sus estudiosos y en quienes lo aplican a ciegas actitudes lejanas de la ciencia y la búsqueda de evidencia empírica, y mucho menos, el interés por principios y parámetros reales en la sociedad. Le recomendé los textos de Jon Elster y Duncan Kennedy, pero creo que solo en la universidad de los Andes enseñan cosas nuevas en la facultad de Derecho.

  • JuanDavidVelez
    13 noviembre, 2010 at 9:42 pm

    Un comentario tematico: Poner tutelas es hasta de monarcas, vea a miss valle 2009. Una reina que se hizo respetar sus derechos, bien por ella.

  • Maldoror
    13 noviembre, 2010 at 10:04 pm

    En sus propias palabras.

    Juan Francisco: La columna de Mauricio García parece militante del Derecho Constitucional, o por lo menos, temerosa por dudar de la lógica y la filosofía del enfoque de derechos.

    Juan Francisco:Creo que el derecho tradicional tiene elementos de doctrina, y promuebe en sus estudiosos y en quienes lo aplican a ciegas actitudes lejanas de la ciencia y la búsqueda de evidencia empírica, y mucho menos, el interés por principios y parámetros reales en la sociedad.

    Alejandro Gaviria:Segundo, casi la mitad de las tutelas son sobre salud. No se necesita hacer una investigación empírica para darse cuenta de que la sentencia T760 ha incrementado sustancialmente este tipo de tutela

    Alejandro Gaviria:Y tercero, tampoco hay qué hacer una gran investigación para afirmar, por ejemplo, que las tutelas sobre sentencias crean inseguridad jurídica.

  • juan francisco muñoz
    13 noviembre, 2010 at 10:51 pm

    Sergio;
    Muy interesante el ejercicio que hizo. Pero qusiera entenderlo mejor. ¿Es para demostrar incongruencias? Digamos, entre mi idea de basar el derecho no en filosofía y doctrina sino en estudios empíricos, y las afirmaciones de Alejandro sobre que no es necsario hacer ciertos estudios empíricos para afirmar ciertas cosas. Si es eso, creo que la incongruencia solo es aparante, formal, si el caso es comparar literalmente los textos. No quiero ser reduccionista al afirmar que le Derecho no debe basarse en sus propios criterios jurisprudenciales, en que depende tanto o más de los análisis económicos como de las limitantes administrativas e institucionales que tratan de regular las leyes. Solo quiero plantear que el Derecho no debería ser solo esa parte doctrinaria basada en la filosofái del Derecho, sino que cada vez debería ser más cercana a los análisis económicos y científicos dados por disciplinas cercanas a la investigación empírica y experimental. Las teorías más interesantes de hoy en día para el Derecho, como las de Jon Elster, Douglas North, Duncan Kennedy, Oslom, entre otros, parecen ir por esa senda, prometedora, o por lo menos inspiradora.
    Gracias por las citas.

  • juan francisco muñoz
    13 noviembre, 2010 at 11:31 pm

    Jon Elster tiene un escrito sobre las constituciones. Si mal no recuerdo, plantea que lo que las hace efectivas no es su coherencia discursiva con la filosofía del Derecho, sino su éxito en poder retroalimentar sobre la estabilidad, la contabilidad y la credibilidad de la administración pública (y de los poderes en general, incluso privados). El compromiso de la constitución no está con la filosofía del Derecho, sino con la promesa de soluciones a problemas concretos y locales, que para ser entendidos requieren ser medidos. De hecho, en su libro Justicia local, expone como la evidencia empírica sobre la distribución de oportunidades y recursos demuestra la existencia de ciertos modelos de redistribución locales que son independientes de los imperativos legales nacionales, y cómo no dependen solo de lo prescrito en el sector público, sino también de lo funcional en el sector privado.
    La constitución, para Elster, y tal vez para lo más sensatos, no es un fin sino una herramienta para los fines que requieren ser medidos para poder definirse.

  • Anónimo
    14 noviembre, 2010 at 5:37 pm

    Profesor Gaviria, usted hace tres comentarios sobre la columna de Mauricio García Villegas.

    Creo que García Villegas y los demás profesores de DeJuSticia también estarían de acuerdo con usted en esos tres puntos.

    La cuestión es que la investigación empírica bien puede sobrar para saber que las tutelas sobre salud se han incrementado y que las tutelas contra sentencias crean inseguridad jurídica. Pero no sobra para saber cómo suceden o están sucediendo esas dos cosas ni, por tanto, para saber cómo solucionarlas.

    Aquí hay dos documentos de DeJuSticia sobre el tema:

    http://dejusticia.org/interna.php?id_tipo_publicacion=5&id_publicacion=75 (2005)

    http://dejusticia.org/interna.php?id_tipo_publicacion=5&id_publicacion=265 (2006)

  • Anónimo
    26 mayo, 2012 at 11:09 pm

    este post es tan sencillo como que los poderosos (las corporaciones) se estan quejando de que el igulado pueblo reclame sus derechos, como es eso que la regordeta del barrio pida por tutela cirugia de balon gastrico… ES UN EXABRUPTO, Verdad?. O que el Sidoso del barrio pida sus medicamentos… Demalas por el, verdad?… QUE TONTERIA DE POST. El poderoso quejandose de porque el igualado pueblo reclama sus derechos.

  • Anónimo
    26 mayo, 2012 at 11:14 pm

    Ademas, que me dice de los casos de corrupcion encontrados en las eps, o en el hospital de meisen, entre otros de bogota, o de que los medicamentos en Colombia son los mas caros del mundo. De eso si no hablas… Te limitas a decir que el problema es la tutela, que el problema es que el igualado pueblo reclame sus derechos, mas no mencionas que los poderosos corruptos son loq eu por su MALDITA ambicion no permiten que la gente tenga acceso a sus derechos minimos.