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Desplazados y estadística

Esta semana, la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento (Codhes) llamó la atención sobre el aumento en el número de personas desplazadas durante el primer semestre de este año. Codhes reportó que 270.675 personas fueron desplazadas, lo que representa un crecimiento de 41% con respecto al primer semestre de 2007. El Gobierno cuestionó las cifras de Codhes y reportó que el número de desplazados fue muy inferior, de 46.600 personas, lo que equivale una caída de 45% con respecto al año anterior. Las diferencias entre las dos fuentes son abismales. El debate sobre la dinámica del desplazamiento parece ocurrir en un vacío empírico en el cual las partes interesadas acomodan las cifras según sus convicciones políticas.

Las cifras del Gobierno están basadas en el llamado Registro Único de la Población Desplazada. El registro se realiza después de una declaración minuciosa de los hogares sobre el origen y las causas de su desplazamiento. El registro excluye a los hogares que no declaran, a los expulsados como consecuencia de la erradicación o fumigación de cultivos ilícitos y a los provenientes de algunos municipios donde, según el criterio oficial, ya no existen condiciones objetivas para el desplazamiento. Los desplazados del Bajo Cauca, por ejemplo, no son tal para el Gobierno. Algunos expertos consideran que las cifras oficiales más recientes subestiman el número de desplazados por cuenta de exclusiones equivocadas o políticamente motivadas.

Las cifras de Codhes son menos transparentes que las cifras oficiales. Las fuentes de información son desconocidas. En teoría, la información es proporcionada por organizaciones no gubernamentales y autoridades locales, y complementada con los reportes de 34 periódicos, diez revistas y varios noticieros de televisión. Codhes denomina a este método extraño de recopilar información “estadística por consenso” (casi un oxímoron). Las cifras están plagadas de dobles y triples contabilidades. Los hogares que regresan a sus sitios de origen no son excluidos de las bases de datos. Si salen, regresan y vuelven a ser desplazados, son contados dos veces. En algunos municipios, la población desplazada es mayor que la población total en el período inicial. Los campesinos del Bajo Cauca que regresaron a sus veredas siguen siendo desplazados en la contabilidad de Codhes.

Los deslices estadísticos del Gobierno han sido denunciados de manera repetida. Pero los de algunas organizaciones no gubernamentales son usualmente exculpados sin mayor debate. Codhes usa la estadística como arma retórica. Construye ficciones aritméticas para darle mayor eficacia a un discurso político. O simplemente miente con exactitud. Los pensadores dobles de la izquierda denuncian, con razón, las ligerezas estadísticas del Gobierno, pero celebran la misma práctica cuando, como en el caso de Codhes, favorece a su discurso político. La honradez intelectual no tiene muchos adeptos en este país.

El debate sobre las cifras de desplazados llama la atención sobre un hecho general. Tristemente los colombianos parecemos obligados a escoger entre las mentiras de José Obdulio Gaviria (los desplazados son migrantes) y las de Codhes (los desplazados deben contarse varias veces). No sé qué pensaran los lectores, pero yo me niego a aceptar esta forma extrema de polarización, esta disyuntiva extraña entre una mentira y otra.

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  • Adolfo Eslava
    5 octubre, 2008 at 3:50 am

    Lamentable el criterio mediático y político con el que se manejan las cifras de nuestras calamidades sociales, pero más lamentable aún es la inconsistencia entre las políticas y su implementación. El caso del desplazamiento es ilustrativo: el país cuenta con Ley, ordenanzas y acuerdos para hacerle frente, así como con sentencias y autos de la corte, todo lo cual le ha merecido el calificativo del mejor marco normativo del mundo -según António Guterres, Acnur-. En la práctica, los gobiernos locales son reacios a brindar la atención por temor a convertirse en destino atractivo del desplazado.

    En mi blog, alguna vez señalé que este panorama de óptima normatividad con serias limitaciones prácticas, coincide con otra característica determinante que podemos llamar la negación ciudadana. La ciudad embiste al desplazado no solo por sus condiciones físicas urbanas, sino, sobre todo, por las personas que la habitan quienes no tienen otra cosa que ofrecerle que desprecio y alguna moneda que estorba.

  • Sergio I Prada
    5 octubre, 2008 at 12:49 pm

    Tiene razon Alejandro. Adicional a su argumento de defensa ideologica. Dos temas mas me inquietan. 1) De donde viene esta absurda dinamica de los gobiernos (no este, todos en general, alrededor del mundo incluso) de estar permanentemente en modo «defensa» o «extasis». El modo «defensa» lo tienen cada que se expone un tema delicado en los medios, inmediatamente arremeten contra quien les critican y niegan o minimizan todo problema. Y el modo «extasis» lo tienen cuando las aguas estan relativamente calmadas. Entonces salen a vanagloriarse y a pedir aplausos y reconocimientos por todas partes.
    2) La constante desinversion publica en cifras. Presupuestalmente el DANE es castigado y castigado. Es esto conspiracion? Es miopia? Es pobreza?
    La democracia tal y como la conocemos definitivamente tiene serios problemas de incentivos hacia el buen gobierno.

  • Sergio I Prada
    5 octubre, 2008 at 1:04 pm

    Saramago se pregunta aqui donde esta la izquierda?.

  • Maldoror
    5 octubre, 2008 at 2:21 pm

    Alejandro:

    Valga su crítica. Dos preguntas

    1- ¿Existe alguna agencia internacional que mida el desplazamiento en Colombia? ¿La ONU o algún organismo afiliado?

    2- ¿Donde ve uno la metodología del CODHES? ¿En su website?

  • Anónimo
    5 octubre, 2008 at 3:41 pm

    No existen los desplazados.

  • Anónimo
    5 octubre, 2008 at 3:47 pm

    Entre codhes y jose obdulio, me quedo con codhes.

  • Anónimo
    5 octubre, 2008 at 3:54 pm

    Algo bueno tenia que tener la Crisis

    El fin de los ‘yuppies’

    Maria Jimena Duzan Semana
    Se les puede ver en la zona T del norte de Bogotá, rumbeando y gastando, pero siempre al debe, manejando plata ajena
    María Jimena Duzán
    Si nos atenemos al escepticismo con que los analistas económicos han recibido en Colombia la aprobación del paquete de medidas votado el viernes por el Congreso norteamericano, estamos lejos todavía de conjurar la crisis financiera mundial ocasionada por el derrumbe de Wall Street. Esa es la mala noticia. La buena es que en esta hecatombe económica no sólo han caído en desgracia los Bancos de Inversión como Merryl Lynch o Lehman Brothers, sino que con ellos ha caído también una especie del género humano engendrada por ellos mismos a mediados de los 80, para infortunio de los mortales: me refiero a los yuppies, esa tribu urbana que personificó de manera impecable la ambición desmedida que impulsó ese auge de los bancos de inversión en las últimas décadas y que les permitió por muchos años ganar altos rendimientos haciendo millonarias operaciones de compraventa al debe, hasta que se autodestruyeron.

    Con la desaparición de los bancos de Inversión, uno sí aspiraría a que los yuppies -la abreviación para Young Urban Professionals, que en castellano se traduciría en «Jóvenes profesionales en ascenso»- queden, si no extintos, al menos reducidos a su mínima expresión. Y eso, repito, no sólo es una buena noticia, sino el fin de una maldición.

    En realidad los yuppies son algo más que jóvenes profesionales en ascenso. Son un ejército de consumistas pretenciosos y ególatras que crearon una forma de vida dominada por el derroche y el rápido éxito económico, especulando con el dinero de los otros. Se distinguen de otras tribus urbanas porque su ambición suele ser tan grande como su ropero, en el que, además, todas las prendas tienen que ser de marca.

    Para desgracia nuestra, los yuppies no sólo nacieron y se multiplicaron en Wall Street, sino que son especies que aprendieron a sobrevivir en cualquier hábitat. Se les puede ver en la zona T del norte de Bogotá, rumbeando de noche, gastando como si fueran hijos de narcos, pero siempre al debe, manejando plata ajena. Vivan en donde vivan, los yuppies se comportan igual. Todos viven del leasing. Ni su carro descapotable es de su propiedad, ni su apartamento de soltero, ni su televisor plasma. En el fondo no tienen nada, sólo su celular, y unos cuantos gramos de ‘perico’. No obstante, viven como si lo tuvieran todo, pensando que la vida es como un videojuego.

    A la hora de asumir riesgos, son seres sin hígados. Si los tuvieran, no habrían tenido las agallas de vender títulos que no contenían sino aire -en muchos de esos títulos había ya propiedades cuyas hipotecas pertenecían a carteras morosas- a incautos que los compraron, seducidos no sólo por la labia de estos culebreros modernos, sino por el afán de parecerse a ellos.

    La huella de sus estragos en Colombia ya se empieza a sentir con la noticia de que una parte de los fondos de pensiones fue puesta en Lehman Brothers, y se acrecentaría de ser cierto lo que afirma el senador Gustavo Petro en el sentido de que el Banco de la República habría perdido 2.500 millones de dólares en reservas internacionales en el derrumbe de Wall Street, hecho que no ha sido confirmado todavía por las autoridades del Banco. Claro que no hemos necesitado de los yuppies para tener pruebas fehacientes de la ineptidud de los administradores de los recursos ajenos. Ese es el caso de los Fondos de Pensiones que no le han dado a una sola, en las distintas etapas del ciclo económico. A finales de los 90, muchos vimos marchitar nuestros ahorros de toda una vida cuando se estalló la burbuja tecnológica afuera, y la inmobiliaria en Colombia. Luego, cuando se recuperó la economía mundial, nos salieron con la excusa de que la revaluación impedía que esos rendimientos se recuperaran, y ahora, con la crisis internacional, nuestras pensiones se devaluaron.

    Sean snobs y arribistas como los yuppies, o veteranos administradores de Fondos, todos hacen fiestas con la pata ajena y el que lleva del bulto siempre es uno. De todas formas, lo deseable es que por cuenta de esta crisis se acabe de desterrar el pequeño yuppie que muchos llevamos dentro.

  • Apelaez
    5 octubre, 2008 at 4:31 pm

    Maria Jimena Duzán es una de esas personas que posan de profundas, reflexivas y críticas -sobre todo críticas-, pero cuando uno la empieza a leer se da cuenta que es todo lo contrario. Sus opiniones son lugares comunes y reflexiones fáciles, como en su última columna, donde clava su puñal contra los yuppies, a quienes culpa de todas las crisis. Dice que especulan con plata de otros, que son egoístas, nuevos ricos con mal gusto y consumistas insaciables. Se le olvida, a conveniencia, que estos tales yuppies trabajan para otros, para gente como ella, que invierte su platica buscando buenos retornos y que por eso ganan bien y pueden ser consumistas (y bueno, ¿cómo porque es malo ser consumista?). Seth Freedman tiene una columnita en el Guardian que podría ser una especie de respuesta a doña Jimena.

  • Maldoror
    5 octubre, 2008 at 4:39 pm

    Apelaez:

    Si de acuerdo, la columna de la Duzán es frívola. Pero sus criticas me parecen dudosas (¿Como es que ud conoce tan bien los hábitos financieros de los columnistas de prensa? ¿Que relevancia tienen en todo caso respecto a la veracidad de sus argumentos).

    La columna que ud cita es una verdad muy a medias. Si, echarle el agua sucia al gringo promedio no es falso del todo, pero no me vengan con el cuento de que los grandes bancos, mucho más cercanos a las esferas del poder que el ciudadano promedio, no tienen una responsabilidad mucho más grande de mantener y sostener un sistema insostenible.

  • Alejandro Gaviria
    5 octubre, 2008 at 5:25 pm

    Sergio: la metodología del Codhes ni siquiera está descrita en su página de internet. La descripción de la metodología la tomé del nuevo libro de la investigadora Ana María Ibañez (que recomiendo a los interesados en el tema). Ana María lleva cinco años trabajando en el tema y sus trabajos sirvieron, entre otras cosas, como base de la sentencia de la Corte. Acnur es la agencia de la ONU encargada del tema de desplazados en Colombia. Pero creo que no lleva un registro independiente de los desplazados.

    La columna de María Jimena es penosa. No acierta ni siquiera en la explicación del acrónimo yuppie en inglés ([y(oung) u(pwardly mobile) p(rofessional)]). El Banco de la República tiene una buena parte de sus reservas en bonos el tesoro gringo que se han valorizado con la crisis. Probablemente otras papeles han perdido valor (algo apenas natural) pero la devaluación ha sido una bendición para un banco que acumuló en los años anteriores gran cantidad de reservas. Los yuppies (en general, salvo algunos corruptos) no hacen plata especulando con el dinero de público Los yuppies ganan sus grandes comisiones invirtiendo el capital de sus empresas, lo que llaman proprietary trading. Y bueno ahora que los precios bajaron y que el mercado está subiendo y bajando van a ganar más plata que nunca. Así que la va tocar a María Jimena cambiar de sitios de rumba.

    Para una buena descripción de la vida y los hábitos de los yuppies latinoamericanos en Nueva York recomiendo el libro Golden Boys del argentino Hernán Iglesias Illa. Un libro bien investigado, bien escrito, repleto de buen humor y carente de lugares comunes. En fin, todo lo contrario de la frivolidad petulante de María Jimena.

  • Carlos
    5 octubre, 2008 at 5:31 pm

    Excelente articulo. Creo que demuestra una vez mas lo politizado que es el debate sobre estos temas(una muestra de la politización de las sociedades), y porque en la política poco importa la realidad, sino otros aspectos.

    Mucha gente, sabiamente, desconfía de las estadísticas estatales, pero es menos obvio que debemos desconfiar de los estudios de estas «ONGs independientes».

    En todo caso, se vuelve a lo mismo. Cualquier resultado de estudios, cualquier cifra que publican en los medios,venga de donde venga, se debe tomar, como dicen los gringos, «with a grain of salt».

    Mientras uno no conozca bien los detalles de estos estudios, la metodología, la muestra,etc, es mejor no sacar conclusiones basadas en sus resultados.

    Muy bien Alejandro por revelar los defectos de este estudio de CODHES y los del gobierno.

    Saludos,
    Carlos

  • Apelaez
    5 octubre, 2008 at 5:58 pm

    Maldoror. No tengo idea de los habitos financieros de los columnistas, ni de si Maria Jimena invierte en acciones. Simplemente me parecio que la columna era, más que frívola, pendeja y mediocre. Tiene usted razón en que esa frase sobraba y no aporta nada. Lo otro es que en la columna no hay «argumentos» que rebatir.

  • Anónimo
    5 octubre, 2008 at 6:08 pm

    La democracia es el abuso de la estadísticas
    Jorge Luis Borges

    En el tema de los desplazados todos mienten, miente el CODHES por que de los desplazados vive y así se justifica, miente el gobierno por que esa es su defensa natural, miente muchos que pasan por desplazados, pero tenemos que aceptar que son muchos los desplazados, muchos más que los que el gobierno reconoce y mucho menos que los que el CODHES predica, de todas formas el desplazamiento es una tragedia y una vergüenza. No importa si es un millón y medio o tres
    Lelo69

  • JuanDavidVelez
    5 octubre, 2008 at 6:15 pm

    El libro que puso Alejandro me da pie para hablar yo tambien de un libro, estoy leyendo un libro impresionante al que le encuentro una relacion tanto con la columna de la señora como con la columna de Hector Abad, el libro se llama «Masters of doom», es la historia de los manes que crearon ese juego.

    Esos cuatro manes (si cuatro) REVOLUCIONARON los juegos para pc en 1991, y lo hicieron trabajando en computadores «robados» oyendo Metallica. A uno en la universidad le decian que esos programas muy bacanos los hacian super equipos llenos de recursos, nada, cada vez se de mas cosas en software que hicieron un pequeño grupo de personas talentosas y locas, no siempre lo pequeño es ineficiente, algunas veces es hermoso (tengo claro que puede ser la excepcion)

    Por favor no me pongan datos de los ejercitos que trabajan en las empresas de software de juegos de la USA, yo se que son gigantes, lo que es impresionante es que esos juegos los hicieron 4 desadaptados muy tesos sin estudios universitarios. Parece mentira, pero no. La relacion con la columna de Hector Abad es que por alguna extraña razon esas cosas solo pasan en la USA, y la relacion con la columna de la señora es que en el imaginario popular el exito no esta relacionado con el talento sino con la pedanteria, estos manes del libro que les hable, por ejemplo, ademas de talentosos son medio hijueputas y desconsiderados y pedantes.

  • JuanDavidVelez
    5 octubre, 2008 at 6:23 pm

    De cerquita solo conozco por ahi 6 yuppies, mi conclusion es que en general ellos si son gente claramente superior, por mas rabia que me de, esos manes son superiores.
    Los cupos para ser yuppie los deberian vender, como venden los cupos para taxis, que uno pueda comprarse su cupito.

  • Alejandro Gaviria
    5 octubre, 2008 at 6:26 pm

    El punto de Juan David es bueno. Pareciera que la mayoría de la gente (incluidos algunos de nuestros columnistas que, al menos, tienen el merito de promediar lugares comunes) subestima el papel del talento y el esfuerzo en el éxito socioeconómico. Las roscas, la corrupción y las herencias lo explican todo, según los modelos mentales predominantes.

  • yuppie
    5 octubre, 2008 at 6:46 pm

    Carlos,por ejemplo, es una extraña combinación de yuppie y desplazado de Wall Street, así que el Cohdes no lo va a contabilizar. JO a lo mejor sí. El problema es que va a quedar más desocupado que marxista leninista después de la caída del muro de Berlín. Así que JO lo va a clasificar pero de migrante.

    En cuanto a María Jimena, me daría miedo verle el yuppie que lleva dentro.

    Yo era yuppie y nadie me vendió el cupo. Era fácil serlo en los 80. Ya me jubilé de yuppie. ¡Yupi!

  • Carlos
    5 octubre, 2008 at 7:54 pm

    Anonimo 13:46: Pues si, Yuppie significa simplemente «Young Urban Professional», pues claro que tengo mi parte. Apelaez tambien clasifica.Tal vez otros aquí.

    Pero Yuppie tiene una connotación mas amplia que implica el gusto por endeudarse para consumo y en eso si me alejo bastante. Solo uso las tarjetas de credito a una cuota. Los carros que he comprado siempre nunca son de lujo, solo presto la mitad, y pagó antes de un año.

    Prefiero vivir en arriendo porque no caigo en el error de creer compra vivienda es una inversión.

    En realidad, no me gustan las deudas. Prefiero moderar consumo e invertir.La liquidez da la ventaja de aprovechar las diferentes oportunidades que van apareciendo.

    Pasando a la columna de Maria Jimena, concuerdo con algunas de sus criticas. Yo conozco ese tipo de personas, que les encanta comprar los ultimos gadgets, el audi, comer en restaurantes caros a cada rato,etc. Pero todo al debe.

    Curiosamente muchos trabajan en el sector financiero, que en estos tiempo de crédito y dinero barato se ha sobre-expandido y por eso pagan salarios tan altos. Pero su afición al endeudamiento para consumo refleja pésimas habilidades financieras.

    Y sufren del clásico sindrome de creer que sus titulos universitarios, sus MBAs, reemplazan su falta de experiencia.

    Ojala esta crisis financiera,de verdad sirva para promover las verdaderas virtudes burguesas, en especial la prudencia

    Saludos,
    Carlos

  • Alejandro Gaviria
    5 octubre, 2008 at 7:58 pm

    Virtudes burguesas .

  • MARO
    5 octubre, 2008 at 8:06 pm

    La vaina es que la gente como Ma. Jimena piensa en dicotomías: buenos vs malos; no hay matices, y por ahí derecho no hay análisis, no se sopesan los hechos, todo queda en un mar de juicios a priori, nacidos de un imaginario colectivo pernicioso: todos los ricos son malos, por ende todo pobre es bueno. Por eso precisamente me causa tanta gracia leer a Vallejo, sobre todo cuando se burla y ataca a los pobres; en Colombia los pobres son, o excusas de los pseudointelectuales como Duzán, o caballitos de batalla de politiqueros demagogos; y nadie, salvo Vallejo, se los toma en serio, así sea sólo para mamarles gallo.

  • Apelaez
    5 octubre, 2008 at 8:40 pm

    Carlos, y porque es mal negocio comprar casa propia?

  • Carlos
    5 octubre, 2008 at 8:40 pm

    Europa entra en crisis financiera.

    Supongo que eso tambien es culpa de «la desregulación de Reagan y Bush».

  • Carlos
    5 octubre, 2008 at 9:07 pm

    Apelaez: comprar vivienda para vivir en ella no digo que sea mal negocio. Digo que no es ni siquiera negocio.

    Una vivienda, si uno va a vivir en ella, es un bien de consumo durable. Mientras que una inversión produce un ingreso.

    La decisión de comprar casa, exclusivamente desde el punto de vista de consumo, al parecer es buena comparada con el arriendo, pero tal vez no, si se tiene:

    1. El costo de los intereses para la deuda

    2. El pago de impuesto predial, valorización,escritura,etc.

    3.Los gastos de mantenimiento de la vivienda

    4. El tener que comprar un seguro o apartar fondos para cubrir riesgos (ej: incendio)

    Una prueba de que es un bien de consumo, es que en la decisión de comprar una vivienda tipicamente el factor «status» tiene un peso importante(el barrio, la estetica de la casa o del edificio,etc) mientras que para un activo real no tanto(no muchos industriales comprarían una maquina porque les parece bonito, o pondrían la fabrica donde «dé cache»)

    Y como la compra de vivienda tipicamente implica, para la mayoría de personas, endeudarse por varios años, no me parece sensato endeudarse tanto tiempo y por montos altos para adquirir un bien de consumo.

    Naturalmente, comprar vivienda de contado si no sería tan malo.

    Cordial saludo,
    Carlos

  • jaime ruiz
    5 octubre, 2008 at 9:18 pm

    Pero ¿no es la señora Duzán una persona riquísima relacionada con la elite de la sociedad? Muy humilde no parece: en Barcelona el consulado en su tiempo ocupaba un edificio elegantísimo y sin duda muy caro. Tanto supuesto maniqueísmo/radicalismo, tal como lo describen la mayoría de los que han aludido a ella en esta discusión, no tiene nada que ver con esa señora, la cual es (como casi todos los dirigentes de la izquierda), característicamente arrogante en el sentido de una conciencia extrema, patética y muy elocuente sobre su condición, de pertenecer a una clase muy poderosa. Yo creo que uno ve a esa señora a cien metros y ya sabe que es alguien que maltrata a las empleadas domésticas: una caricatura tropical de los dueños de esclavos, nada que ver con justicieros ofuscados.

    Previsiblemente, el artículo de Alejandro no se pregunta qué motivos tendrán los de Codhes para falsear las cifras de desplazados. Y ese «renuncio» casi lo explica todo: las guerrillas son pura injerencia selenita, las doctrinas hegemónicas de las clases altas (es decir, las creencias de María Jimena Duzán) son inocentes divertimentos de personas ingenuas y si se ve alguna violencia es por culpa de la prohibición del comercio de drogas.

    Lástima que no se emprenda una investigación verdaderamente independiente sobre el origen del desplazamiento y su verdadero impacto. Puede que de ese modo se pudiera perseguir a quienes lo llevan a cabo, de tal modo que cesara. Lo peor de Codhes no son las mentiras sino aquello para lo que se publican: una leyenda que suscriben también todos aquí: los campesinos son desplazados por el gobierno y sus aliados paramilitares (lenguaje de Amnistía Internacional) y eso porque quieren robarles las tierras. Claro que tienen casi toda la prensa dedicada a la misma propaganda castrista, pero lo que es pruebas reales de esas acusaciones en estos años no aparecen.

    El silencio sobre el sentido de las mentiras de Codhes es la mayor mentira. La que corresponde a la exculpación de todos los empresarios del terror (pues los miembros de las FARC son sólo «lumpen» disfrazados de revolucionarios y si el PDA siempre los apoya, alienta, justifica y protege es por esa ingenuidad que los sensatos y ecuánimes tratan de mitigar con sus buenas razones).

  • Apelaez
    5 octubre, 2008 at 9:53 pm

    Siguiendo a Jaime, y bueno, para empezar quiénes son los de Codhes? En la página no salen nombres (salvo el del presidente que es profesor de la Unal). Cómo manejan sus recursos, quien los financia, que es exactamente lo que hacen?

  • Alejandro Gaviria
    5 octubre, 2008 at 10:00 pm

    Jorge Rojas, el presidente de Codhes, se presentó para un cargo de elección popular y no salió elegido: el proselitismo estadístico tiene sus límites. De resto, poco se sabe.

    Por otra parte, parece que los problemas con el registro único de Acción Social no son solo de subestimación. En Santa Marta se venden cupos en el registro por 40 mil pesos.

  • Maldoror
    5 octubre, 2008 at 11:09 pm

    Bueno, lo del Codhes son especulaciones. En cambio cada vez sabemos más quienes manipulan los datos del lado del gobierno y sabemos con mucha claridad que intereses sirven.

  • Adolfo Eslava
    6 octubre, 2008 at 12:10 am

    Profesor Gaviria, ¿es posible tener la versión electrónica de su discurso inicial del pasado jueves en la inauguración del congreso de economía colombiana?

    Interesante su resumen del desarrollo en tres ideas.

    Gracias

  • jaime ruiz
    6 octubre, 2008 at 12:17 am

    ¿Y qué intereses son esos a los que obedece el consejero presidencial?

    Bueno, yo recuerdo muy bien una historia de desplazados: los alcaldes de todos los departamentos periféricos fueron expulsados por las FARC de sus municipios y en las capitales los recibían los filántropos para convertirlos en lobby contra el gobierno, exactamente igual que ocurrió con los familiares de secuestrados, a los que la Alcaldía de Bogotá organizaba para presionar por el intercambio humanitario. El otro desplazamiento forma parte de lo mismo, es eso mismo.

    Para que la gente vuelva a donde vivía o se quede donde le resulte más grata la vida es necesario que cese la amenaza guerrillera. Pero es precisamente lo que Codhes y los cien mil avatara de Kidnapping Corporation intentan impedir: no quieren la paz como victoria de la democracia y el imperio de la ley, sino la paz como rendición de los demás a la actividad terrorista. Los desplazados son un recurso eficaz para ese fin, exactamente igual que los familiares de secuestrados en cuyas campañas se gastaba el señor Garzón los recursos de los bogotanos.

  • Gheysel Naranjo
    6 octubre, 2008 at 1:16 am

    Alejandro: tengo entendido de una presentación en términos económicos y politólogos respecto de la guerra de la que usted fue partícipe el pasado viernes. Siempre he tenido la inquietud de cómo se controlan los incentivos perversos en promover las guerras entre naciones y a nivel interior de quienes venden las mismas armas? Vender armas es un negocio, no? También de si hay algún registro hacia dónde dirigen las utilidades de las ventas de armas. Por su puesto en las próximas generaciones se darán guerras no solo por las tierras e hidrocarburos sino por todo: la guerra del maíz, la guerra del agua, la guerra por el oxigeno. No me quisiera imaginar el impacto de los desplazados no de tierras sino por el oxigeno…

    Muy válido conocer las estadísticas de los desplazados y que los incentivos se den para trabajar, no para no trabajar, pero también valdría la pena cómo se generan incentivos para hacer rentable el campo, se genere capital humano allá y los incentivos para los desplazados se den allá en sus hábitats, y no en la ciudad. Los proyectos de financiamiento de Italia no los conozco pero dicen que aportarían mucho.

    Con respecto a lo de los yuppies, algo extraordinario del sistema capitalista es que cada uno tiene lo que se merece, por su trabajo, inteligencia, organización, riesgo asumido, etc…Algo que me molesta: los incentivos perversos activados por la envidia de que el otro tenga más. Mucha gente no soporta que el vecino o compañero de estudio tengan más que ellos, y se inventan discursos para desprestigiarlos como de que son vividores, corruptos, etc. sin cuestionaren que fue fruto de un trabajo enorme, donde hubo sacrificio hasta de la propia familia- lo vital de una persona–, etc, El otro costo del capitalismo es que nadie tiene tiempo para nada, ni siquiera para ser personas, para ser felices, ni para ser libre, ni para saludar a un amigo… Por ejemplo en países como España dos vecinos de un mismo edificio y del mismo piso ni siquiera se saludan porque no tienen tiempo, no tienen tiempo, nunca tienen tiempo, viven muy ocupados, que mal por ellos: atentan contra lo más sagrado de ellos que es lo humano…En fin cada quien vive el capitalismo a su manera… los economistas son los que sufren más y son más egocéntricos, no me cabe la menor duda. Gracias a Dios yo no soy economista. Y pues quienes se pregonan socialistas son los más capitalistas, pues son quienes más envidian a los que tienen— uno de los principios del capitalismo—peor aun de los socialistas, al estilo Chavez, son los que menos les construyen verdadero valor a la sociedad… En fin en toda esta historia del desarrollo económico lo peor que le pueden decir a alguien es que no sea capaz… Pregúntenle por ejemplo a un verdadero yuppie si no es capaz de algo!!! Bomba…al instante te da mil posibilidades todas absolutamente válidas, demostrando capacidades enormes. El primer intento vale, así no tengo mucho conocimiento.
    Bueno en este momento en Colombia se impulsa un proyecto de 74000 millones de pesos, que revolucionará el mundo de los talentos de diferentes deportes. Si se le hacen algunos ajustes importantes de planeación deportiva a tiempo, se podría estar convirtiendo en un proyecto “Rey” que trabaja lo humano con lo económico.

    Gheysel Naranjo

  • Maldoror
    6 octubre, 2008 at 1:20 am

    Para los que no quieren hacerse los idiotas, esta es la idea de como maneja la cuestión de las tierras y del desplazamiento del gobierno, y estos son los ganadores.

  • Maldoror
    6 octubre, 2008 at 1:33 am

    Una anecdota para refrendar los puntos anteriores. Una persona cercana a mi, que trabaja en el sector del agro y que tiene que viajar a diversas partes del país de manera continua, me contaba que en Tumaco, en el aeropuerto está lleno de avionetas de fumigación de esas que manejan los gringos. En la región buena parte de los campesinos fueron expulsados de sus tierras, ya que las fumigaciones han destruido sus cultivos, ilicitos y lícitos. Y los que se han apoderado de las tierras son palmeros, que bajo la sombra de sus cultivos tienen también mucha coca (muchos de estos palmeros siendo paramilitares o estando estrechamente asociados a estos)

  • charlie
    6 octubre, 2008 at 3:28 am

    El articulo de MJD hizo de papel tornasol para conocer la trastienda mental de quienes escriben en este blog, anhelos frustrados incluidos.

  • Carlos
    6 octubre, 2008 at 12:11 pm

    Otro dia de fuertes caidas en las bolsas, especialmente en Europa(FTSE de Londres cae 6%).

    Supongo que este es el veredicto de la efectividad del rescate.

    Lo unico bueno es que el petroleo puede quedar por debajo de los 90 dolares.

  • Alejandro Gaviria
    6 octubre, 2008 at 12:41 pm

    Adolfo: aquí puede descargar el discurso. Coincido con usted en la necesidad de trascender la discusión estadística y pasar a los temas sustantivos. Pero creo que la política pública en esta área debe juzgarse de manera diferencial. No todo ha sido un desastre. La atención humanitaria de emergencia funciona bien, la prestación de servicios sociales (educación y salud, etc.) ha mejorado recientemente pero los programas de generación de ingresos, así como la política de retorno, siguen siendo muy débiles.

    Carlos: no estaba esperando una caída tan drástica de las bolsas europeas. Pero de nuevo hay que poner el plan de rescate en el contexto adecuado. No creo que sea cuestión de un rescate mal diseñado (una discusión secundaria en este momento). Esta es una crisis global que no va a resolverse con 5% del PIB de los Estados Unidos, hágase como se haga. Esta crisis costará, en solo recursos públicos, mucho más.

    Peo la cosa, de verdad, parece no tener fondo.

  • Apelaez
    6 octubre, 2008 at 1:23 pm

    Alejandro, el link del discurso no funciona.

  • Carlos
    6 octubre, 2008 at 3:07 pm

    Apelaez: si funcione. Lo que pasa es que la descarga la pone en una cola, y toca esperar varios segundos.

    No se porque Alejandro dejó de usar mybloop. Era más facil.

    Saludos,
    Carlos

  • Carlos
    6 octubre, 2008 at 3:24 pm

    Alejandro: En el discurso noté cierta similitud con las ideas de Easterly y Rodrik sobre el desarrollo, una mezcla de escepticismo y pragmatismo.

    Yo la llamaría la «escuela conservadora de crecimiento económica».

    Conservadora no en el sentido de mantener el status quo, sino en el sentido de prudencia frente a los cambios, escepticismo frente a grandes teorías (lo que llaman «conservatismo burkeano»)

    Saludos,
    Carlos

  • Alejandro Gaviria
    6 octubre, 2008 at 4:31 pm

    Carlos: deje de usar mybloop porque están teniendo problemas. Tiene razón en su interpretación del discurso. Hay una coincidencia en todo esto: el discurso está inspirado en Hirschman pero me enteré, la semana pasada, que Hirschman, cuando estaba escribiendo su obra clásica sobre el desarrollo, decidió volver a leer a Burke.

  • Anónimo
    6 octubre, 2008 at 4:38 pm

    Daniel PECAUT no Pecuat

  • Alejandro Gaviria
    6 octubre, 2008 at 4:40 pm

    Gracias. Ya lo corrijo.

  • JuanDavidVelez
    6 octubre, 2008 at 4:58 pm

    Que pena, es para pedir dos favores. El primer favor, Luis Carlos Valenzuela en sus discursos habla de agua potable, en el discurso de Alejandro Gaviria yo no vi el dato del agua potable.

    Y el otro favor es si me pueden decir en que consiste tener las necesidades basicas insatisfechas.

  • Alejandro Gaviria
    6 octubre, 2008 at 5:35 pm

    Las NBI están definidas con base en las siguientes variables (me pueden faltar algunas pero son en esencias éstas): calidad de la vivienda (materiales de pisos, paredes y techo), hacinamiento, disponibilidad de acueducto y alcantarillado, asistencia escolar de los niños, nivel educativo del jefe de hogar y empleo.

    La cobertura de acueducto en zonas urbanas fue de 65% en el censo de 1964. En el censo de 2005, fue de 86% en todo el país.

  • Alejandro Gaviria
    6 octubre, 2008 at 6:30 pm

    Este artículo , mencionado en este blog hace unas semanas, en una discusión sobre el soporte empírico de la psicología evolutiva, ganó el premio Nobel alternativo ig.

  • Gheysel Naranjo
    6 octubre, 2008 at 7:26 pm

    3…:

    1) El fondo de la doble contabilidad de los desplazados es para tener más argumentos de, con justas razones, culpar a la guerrilla de la violencia. Por su puesto los paras y las mafias también son actores de estos problemas socioeconómicos.

    2) En esta vida, “lo social” y todo en general se arregla con lo económico. Por ejemplo las familias se unen más y hay menos violencia cuando los hijos le llevan regalos a las mamás, a los amigos, los vecinos, etc. En Alemania, hay por ejemplo un 35% de desempleados, pero hay mucha orientación hacia la educación y lo productivo. En este sentido creo que la seguridad democrática no resuelve este problema, desde que no hayan motivaciones hacia los desplazados. El quid está en llevar la ciudad al campo, llevarle status social al campesino, y que haya justicia para ellos. Esto ultimo bastante difícil porque si no hay incentivos económicos para la misma justicia… Es triste pero si el pobre anda sin seguridad, el rico tampoco tiene seguridad. Por ejemplo Shakira anda con 5 escoltas, etc…

    3) Volviendo a lo de los yuppies o delfines que viven en sus cabinas de cristal, pues el poder siempre será una revolución humana. Si la queja es por lo de los vicios, nada que hacer, los vicios están en todos los estratos, los mismos hijos del rey de Inglaterra hacen sus escándalos de consumo.

    Gheysel

  • Alejandro Gaviria
    6 octubre, 2008 at 8:47 pm

    Respuesta de Codhes .

  • Apelaez
    6 octubre, 2008 at 8:57 pm

    Que respuesta tan pendeja la de Codhes. En últimas dicen que ellos hacen un menjurge con la información que les llega de todos lados (incluidos «los medios», pero no se preocupan por depurar la información, ni verificar si esta repetida, si es verdadera, etc. Es algo así como sumar el número de desplazados que se mencionan en las fuentes. (el tiempo 45, informe de la alcaldia 15, informe de acnur 40, para un total de 100 desplazados).

  • Anónimo
    6 octubre, 2008 at 9:20 pm

    virgen santa, jaime ruiz debe estar que se sale dentre los chiros con esta grabacion de sus heroes rito alejo del rio y fernando londoño, donde el primero le cuenta el segundo un plan para desprestigiar a la comision intereclesial de justicia y paz (claro, ‘cobramasacres’ segun el anonimo cobarde que firma como jaime ruiz, para que no lo denuncien por calumnia e injuria, como si fuera un delincuente)

    esperamos la predecible respuesta de alias jaime ruiz

  • Anónimo
    6 octubre, 2008 at 9:22 pm

    y difundir estas atrocidades de las auc es hacerle propaganda a lafar, segun alias jaime ruiz

  • jaime ruiz
    6 octubre, 2008 at 11:22 pm

    Realmente da rabia prestar atención a estos sicarios anónimos, pero es fascinante: ¡qué objetividad la de Noticias 1! Yo creo que esa noticia sobre la conversación del general y Londoño quedará como modelo de ética periodística, por no hablar de la posibilidad de que se denuncie a Giraldo.

    Ni Molano ni Piedad Córdoba ni los Cepeda, y obviamente ningún miembro de la triste tropa, es tan claramente responsable de la orgía de crímenes de las últimas décadas como ese jesuita para el que poner minas y emboscadas es «lícito». Con el pequeño matiz de que ninguno de esos otros criminales cuenta con el dominio de algo como la religiosidad de la gente.

    Bueno, «las autoridades» de que habla Noticias 1 son una caterva de criminales mientras mantengan la impunidad de ese asesino. Pero ¿es que la CSJ no jalea a los terroristas, a los que considera «altruistas», heroicos y agentes de justicia?

    Es como cuestión de cada persona: sin el silencio generalizado ante esos personajes no reinarían, ni habría ocurrido todo lo que ocurrió desde hace décadas. Sencillamente, Giraldo y el PCC y los demás psicópatas cuentan con la complicidad generalizada de los que pueden opinar, complicidad que tiene que ver con el miedo y con una especie de primitivismo que hace que el asesinato manifiestamente ordenado por esas personas resulte tolerable y olvidable.

    Bueno: esa perla de Noticias 1 no molestará a nadie, lo que no van a hacer es permitir que los consideren en el lado de Londoño.

    Por eso, sólo por eso seguirán matando y secuestrando.

  • Carlos
    7 octubre, 2008 at 12:40 am

    Alejandro: que opinión le merece esta explicación de Sebastian Mallaby sobre el origen de la crisis, que ponen al «saving glut» (causado por las políticas mercantilistas Chinas) como una de las causas ?

    Desde hace años se venía alertando sobre los problemas del famoso «saving glut».Parecería que al fin es claro las consecuencias del problema.

    Será que contamos con la suerte que ahora los paises asiaticos, en especial China, comenzarán a consumir mas y a ahorrar menos lo que ayudaría a paliar la recesión global?

  • sebastián jaén
    7 octubre, 2008 at 2:29 am

    Excelente columna Alejandro. Es cierto lo de la polarización, para un buen ejemplo, mira el libro de las verdades y mentiras de la parapolítica. Ahí haría falta una opinión al respecto.

  • Anónimo
    7 octubre, 2008 at 12:22 pm

    Aterrador relato de “El Iguano”
    , COLPRENSA-LA OPINIÓN – CÚCUTA

    Los paramilitares construyeron dos hornos de barro para quemar a sus víctimas. Uno en Juan Frío (Villa del Rosario) y otro en Banco de Arena (Cúcuta).

    La revelación la hizo ayer Jorge Iván Laverde Zapata, alias “El Iguano” ex comandante del bloque “Fronteras” de las Auc, que operó en Cúcuta y el Área Metropolitana entre 1999 y 2004, ante el fiscal octavo de la Unidad Nacional de Justicia y Paz, Leonardo Augusto Cabana, en el tercer día de la diligencia de versión libre en Medellín.

    “En esos dos sitios incineramos a más de 100 cadáveres para evitar que fueran encontrados”, narró “El Iguano”.

    En el 2001, fabricaron el primer horno, porque en una sola fosa tenían 28 cadáveres. “Si llegaban a encontrarlos se hubiera formado un escándalo afectando nuestra imagen”.

    Agregó que a partir de entonces los comandantes de la zona y de Cúcuta decidieron desaparecer a las víctimas y las llevaron a Juan Frío. “Luego de asesinarlas las incineraron”.

    “En 2003, le di la orden a otro comandante que construyera el segundo horno. Este lo hicieron en una finca que llamaban “Patolandia”. Allí incineramos otro sinnúmero de personas”, indicó “El Iguano”.

    Esta confesión dejó atónitos a los más de 40 asistentes a la trasmisión de la diligencia de versión libre. Los allegados de las víctimas le pidieron a la Unidad de Justicia y Paz que investigue y establezca quiénes son los incinerados.

    Algunos no lograron saber que pasó con los seres queridos ni cuáles fueron las razones por las que los mataron.

    ¡ PEORES QUE LOS NAZIS ! y muchas páginas pecuecas tapan el sol con las manos.

  • Anónimo
    7 octubre, 2008 at 1:39 pm

    los verdaderos sicarios son los que celebran esto con champaña y prostitutas

  • Gheysel Naranjo
    7 octubre, 2008 at 2:47 pm

    Este sesgo estadistico es un costo político para la seguridad democrática, en el sentido de que no han disminuido los desplazados, que igual nunca les compensaran sus perdidas. Al mismo tiempo este sesgo es un argumento para hacer más extensivo el plan de Familas en Accion y ganar más adeptos.

  • jaime ruiz
    7 octubre, 2008 at 5:15 pm

    Tengo la absoluta certeza de que muchos compañeros de la izquierda democrática y del periodismo celebran el reclutamiento y asesinato de un joven retrasado mental con champaña y prostitutas: están dichosos de encontrar pretextos para no pedir la liberación inmediata de todos los secuestrados y para seguir sacando provecho de la tropa de niños. ¡Ahora tienen ocasión de presentar a la gente que condena la esclavitud en Cuba y la tiranía en Venezuela como personas parecidas a ellos!

    Y los únicos parecidos a ellos, los únicos que ya tienen rasgos de miembros de la izquierda democrática, aparte de los genuinos profesores, son los que hicieron eso.

  • Lanark
    7 octubre, 2008 at 6:48 pm

    Para que vean que las ONGs también se antojaron de falsos positivos. Pero cómo no, si funcionan tan bien. Eso es lo lindo de la polarización: todos se alinean en dos equipos para diferenciarse lo más posible, y terminan pareciéndose lo más posible. Si les preguntan por qué perdieron su aprecio por la verdad, dirán que «un acontecimiento abolió el derecho» (adivinen de quién es esta perla) y que está en juego mucho para andarse con melindres, etcétera.

  • Maldoror
    7 octubre, 2008 at 6:57 pm

    Alejandro:

    Está bueno eso de los ig nobel. El mejor es el trabajo de quimica que muestra el efecto espermicida de la coca cola…y el otro trabajo que prueba que no tiene

  • Lanark
    7 octubre, 2008 at 7:04 pm

    Ole, realmente brillantes «reclutar» a este personaje. Antes le llamaban a eso «limpieza social», pero quién sabe cómo se llamará cuando el DotorJoseOdulio escriba los libros de historia. Dirán que la far se tomaba el trabajo de adoctrinar a los bobitos para llevarlos al monte, porque un bobito es lo más parecido a un estudiante universitario. A nadie se le ha ocurrido que un bobito muerto se debe ver exactamente igual que un vecino cualquiera muerto, y es facilísimo que lo trasteen así con los demás a la «zona de combates».

  • Anónimo
    7 octubre, 2008 at 7:34 pm

    Jaime Ruiz: Podría mostrarnos dónde es que Molano dice que las FARC defiende a los más pobres… o es sólo una más de sus visiones.

  • jaime ruiz
    7 octubre, 2008 at 8:21 pm

    Anónimo 14.34.

    Hagamos una prueba: proponga a algún comentarista con avatar que manifieste que él está a favor de la desmovilización completa de las guerrillas y que leía las columnas de Molano hace una década y cree que no eran resuelto apoyo a las guerrillas. Recuerdo una discusión con Eduardo Pizarro que apareció en UNPeriódico, en la que el líder del profesorado universitario (en esa época, ahora también pero no queda bien exhibir la adhesión a las FARC) decía que no se podía pedir a las FARC que cesaran en sus medios de financiación ilegales porque no tenían medios de financiación legales, por lo que venía a ser como pedirles que cesaran en su lucha.

    En un artículo reciente la alusión a la guerrilla está velada (las últimas palabras del escrito), de modo que los defensores de Molano podrán decir que no quería decir la guerrilla, al tiempo que los lectores partidarios de las FARC encuentran perfecto el argumento. Es como cuando dice que los Araújo eran traficantes de marihuana, no ellos realmente, sino su clase social (que es como cuando los niños rústicos retienen a algún bebé: están persuadidos de que el bebé es inocente, pero la culpable es su clase social).

    Al final, de este foro van saliendo cosas claras, cosas que el dueño no contradice y tácitamente legitima:

    1. Molano no justifica ni alienta a las guerrillas. (Sólo es un ciudadano honrado que busca la redención de este pozo de narcoparapolítica en que hemos caído, un digno émulo de otros abanderados de la decencia, como Felipe Zuleta, Ramiro Bejarano, Claudia López, León Valencia…)

    2. José Obdulio Gaviria es el representante de los paramilitares que originan el desplazamiento. Al igual que Uribe y todo el gobierno.

    Es normal que la honradez intelectual tenga pocos adeptos en este país: es lo que ocurre en la mayoría de los países. Pero al menos quienen la invocan deberían encontrar recursos para que no se ponga en duda la suya.

  • Anónimo
    7 octubre, 2008 at 10:09 pm

    dice el recluso de manicomio alias jaime ruiz: proponga a algún comentarista con avatar que manifieste que él está a favor de la desmovilización completa de las guerrillas y que leía las columnas de Molano hace una década y cree que no eran resuelto apoyo a las guerrillas.

    y si cumple esa condicion que? muchos de los comentaristas no leian a molano hace 10 años… tiene las columnas? tiene los nombres al menos? no, no tiene nada, no tiene pruebas, ni enlaces, ni nada, pura carreta para descrestar calentanos

    y sobre lo de celebrar la version costeña del holocausto nazi perpetrada por los amigos de uribe, queda claro con esa pelada de cobre que clase de ‘gente’ es alias jaime ruiz, alguien que carece de autoridad moral (no sabemos quien demonios es) para hablar de ‘honradez moral’

  • jaime ruiz
    7 octubre, 2008 at 11:05 pm

    Anónimo: en cambio todo el mundo sabe quién es usted. Bueno: no se puede contar con personajes como usted, pero ¿qué piensan los demás? ¿Cómo interpretan esa alusión a «los que los defienden» en la columna enlazada de Molano? ¿Nadie leía a Molano hace 10 años? No tanto, hace 7 años.

    Es muy interesante, repito, la actitud del dueño del blog: no quiere que se lo considere un adorno tecnocrático de la propaganda de Santodomingo, pero, hombre, tampoco va a decir que Molano alentaba resueltamente a las FARC. En realidad Molano figura para sumar a la gran campaña por la decencia con que cada prócer va a rebelarse antes de las próximas elecciones. La simpatía con las FARC termina siendo algo relativo: hasta Petro resulta respetable por mucho que diga que las FARC combaten al gobierno de Uribe porque no es democrático.

    Pero no es el único: puestos a exigirles a los congresistas gringos que sean liberales perfectos no hay quien vacile. Algo tan simple como aludir a Molano es demasiado compromiso, demasiado riesgo de que lo acusen de ser amigo de JOG y de su tropa de desplazadores.

  • eureka
    7 octubre, 2008 at 11:14 pm

    de la respuesta de Codhes «Este ejercicio, que se realiza desde hace 16 años, se soporta con validación en terreno, contrastación de fuentes (gubernamentales, no gubernamentales e internacionales) y consulta permanente a medios de comunicación e informantes calificados.»

    1. Que lo lleven haciendo 16 años no quiere decir que lo estén haciendo adecuadamente ahora.
    2. consulta a «informantes calificados», Será que los informantes no tendrán incentivos para torcer la realidad para algún lado?
    3. al final dicen que se ha pedido desarrollar una metodología apropiada, ojalá lo hagan…

    Ahora me viene a la memoria el tierrero que se armó hace un par de meses sobre la medición de hectáreas de coca sembrada en el país. El Gobierno salió a decir que iba a desarrollar su propia metodología porque tenía algunas objeciones a la metodología de la ONU.
    Hace una semana leí en elgún lado que ya están llegando a un acuerdo metodológico, y el gobierno echó para atrás su intención de crear una metodología propia.

  • Adolfo Eslava
    7 octubre, 2008 at 11:48 pm

    Profesor Gaviria, con la ayuda de Carlos Méndez logré leer su discurso. Me llamó la atención su alusión a Acemoglu et al -y creo recordar no haberla escuchado durante la lectura el pasado jueves-.

    Mi inquietud tiene que ver con su juicio a Acemoglu como pastor del pecado original, pues considero que sus planteamientos neoinstitucionales apuntan a un agente protagonista del diseño institucional antes que a la condena por la «path dependence». Además, su libro de introducción al crecimiento económico -de próxima publicación-, dedica menos de cien de sus 1.100 páginas a las instituciones como factor explicativo de la riqueza y en su lugar hace énfasis en la teoría neoclásica de crecimiento desde Solow hasta el presente, incluyendo la relevancia de la economía política en donde la variable política si importa.

  • Alejandro Gaviria
    8 octubre, 2008 at 12:03 am

    Adolfo: la teoría del pecado original fue expuesta por primera vez en este artículo de Daron Acemoglu y James Robinson. El artículo ha tenido un efecto grandísimo en la profesión (este otro artículo resume la creciente literatura al respecto). Hablo de sacerdotes porque el artículo original basa su análisis en las tasas de mortalidad de unos religiosos españoles en la conquista, en particular, en la idea de que alta mortalidad llevó a instituciones extractivas y en últimas a malos resultados de desarrollo.

  • Carlos
    8 octubre, 2008 at 4:23 am

    No sabia que las ideas de Acemoglu habian tenido tanto impacto.

    Parece una teoria interesante, por la linea de Jared Diamond, por el peso que le da a la geografìa.

    Pero yo no descartarìa las diferencia entre colonizadores.

    Las instituciones y tradiciones inglesas(la divisiòn de poderes, la fortaleza del parlamento, la debilidad relativa de la monarquìa) siempre fueron mas pro-comercio, pro-crecimiento. El paradigma legal era diferente («common law»).

  • Gheysel Naranjo
    8 octubre, 2008 at 9:48 am

    Nada que hacer, se necesita urgentemente un registro único de desplazados, y es que para generar políticas que funcionen exitosamente, parte del volumen y caracterización milimétrica de los desplazados por la violencia. La pregunta que queda quién asumiría la implementación de este registro? y cuánto costaría?

  • Adolfo Eslava
    8 octubre, 2008 at 11:21 am

    El modelo de Acemoglu propuesto en en «Institutions as the Fundamental Cause of Long-Run Growth» (publicado por el CEDE y disponible en NBER)es más amplio en el sentido de incorporar la condena por el pasado pero también abriendo la puerta de un diseño institucional, con prevalencia de las instituciones políticas sobre las económicas, favorable al crecimiento. Destacando también que no existen recetas de buenas instituciones.

    Sin duda la mirada neoinstitucional ofrece mucho campo de desarrollo teórico a la ciencia económica, a propósito tengo entendido que pensadores neoinstitucionales como Alchian, Demsetz y el mismo Williamson están opcionados al Nobel que se anunciará el próximo lunes, ¿cuál es su pronóstico?

  • Carlos
    8 octubre, 2008 at 12:21 pm

    Uno sabe que la situaciòn esta grave cuando un periodico como El Tiempo, no precisamente el ejemplo de liberalismo económico, le toca admitir esto en su editorial:

    «La agresiva intervención estatal en el sector financiero, que para algunos era la panacea de la crisis, no resultó tan efectiva ni tranquilizó los mercados, ni levantó las fuertes restricciones al crédito.»

    Bueno eso les pasa por sobrevender el rescate como la «gran soluciòn que habìa que aprobar ya, de inmediato» porque «toca hacer algo.»

    Y tambien pasa por el mismo error de siempre: juzgar las politicas por sus intenciones, no por sus resultados.

    Creo que definitivamente el referente de la «gran depresión» esta llevando a todo este tipo de decisiones. El problema es que pocas personas tienen una visiòn mas informada de lo que sucediò con la depresiòn de los años 30:

    » financial panics and crises are not as depressing as many believe. Current discussions point to the banking crises of the Great Depression as the best evidence that the financial crisis would devastate the U.S. economy. This is based on the very common misperception that the banking crises of the 1930s helped turn a garden variety recession into the Great Depression.

    Banking panics did not create the Great Depression, nor did the elimination of panics via the introduction of deposit insurance generate economic recovery. The first banking crisis of any national significance didn’t occur until the fall of 1931. Before this, there were regional banking crises that had no measurable impact on capital markets, as the spreads between Treasurys and risky obligations changed very little. However, the Great Depression was already «great» at this point — industrial production and employment had fallen by more than 35%. The genesis of the Great Depression was not a banking crisis.»

    Mi gran temor es que la respuesta a esta crisis terminè siendo peor que la enfermedad. Dado que es casi seguro que ganarà Obama, solo queda cruzar los dedos para que el senador mas izquierdista e inexperto en ser candidato democrata a la presidencia, se rodee de buenos asesores econòmicos y no le parè bolas al ala mas izquierdista e intervencionista de su partido.

    Si Obama repite los errores de FDR, esto se pondrà peor.

    Cordial saludo,
    Carlos

  • Anónimo
    8 octubre, 2008 at 2:28 pm

    La gran diferencia entre la crisis del 29 y la actual es que en la primera los banqueros y financistas se tiraban por las ventanas de los rascacielos y ahora se van a celebrar el rescate gubernamental tirando por la ventana US$400.000 en diversiones. De modo que bastante hemos progresado.
    Tengo entendido que la persona que más sabe sobre la crisis del 29 es precisamente Ben Bernake, no los comentaristas de NSNBC o CNN. Ni siquiera los del WSJ.

  • Alejandro Gaviria
    8 octubre, 2008 at 2:39 pm

    Carlos: Leí la columna de Mallaby. Muy interesante. Pero no creo que el debate relevante de política sea sobre el exceso de ahorro de la China o del Asia en general. El debate tiene que ver con otro tema, con la inflación de activos. En varios artículos académicos, publicados a finales de los ochenta y comienzos de los noventa, Ben Bernanke (of all people) argumentó de manera vehemente que los bancos centrales no deberían ocuparse de la inflación de activos, que no deberían tratar de desinflar las burbujas especulativas y deberían concentrase exclusivamente de los precios de los bienes y servicios, de la inflación tal como es definida tradicionalmente. Esta idea hizo carrera, fue acogida por Greenspan, entre otros, quienes afirmaron muchas veces que no había forma de saber si estábamos o no ante una burbuja especulativa. En retrospectiva, Bernanke se equivocó. Y los bancos centrales seguramente se ocuparan en el futuro de la inflación de activos. Por otra parte, yo no soy un experto en historia de los Estados Unidos, pero debo decir que su juicio de FDR es polémico en el mejor de los casos. Algunas de las políticas del New Deal pueden ser criticadas en retrospectiva. Pero los juicios absolutos que desconocen las circunstancias históricas me parecen equivocados. El último libro de Paul Krugman, por ejemplo, hace una defensa interesante de FDR; los argumentos de Krugman no pueden descartarse sin un escrutinio juicioso, muchos de ellos, en mi opinión, son difíciles de rebatir.

    Adolfo: Acemoglu es un pensador sofisticado, y por supuesto sus argumentos tienen matices. Pero la idea del legado colonial como determinante de los resultados contemporáneos de desarrollo es, en mi opinión, su contribución más importante. Enlazo su último artículo al respecto que arguementa que la transmisión ocurre, esencialmente, a través de equilibrios políticos, no tanto a través de las instituciones coloniales.

    Ni idea quien va a ganar el premio Nobel de economía. Pero uno de los eternos candidatos, Eugene Fama de Chicago, proponente de la hipótesis de la eficiencia de los mercados, tampoco ganará este año. A no ser que el comité sueco decida hacerle competencia a los ig nobel.

  • Carlos
    8 octubre, 2008 at 4:52 pm

    anonimo 9:28: en el WSJ escriben economistas reconocidos, algunos de ellos premios nobel. (en los ultimos dias ha escrito Becker, y Phelps).

    En el caso del que cité hoy. Aquí esta su hoja de vida. El tipo ha realizado investigaciones sobre la gran depresión:

    -«Deflation and the International Great Depression: A Productivity Puzzle»

    -«New Deal policies and the persistence of the Great Depression: a general equilibrium analysis,»

    -«Why did productivity fall so much during the Great Depression?

    En general sus investigación estan relacionadas con los ciclos de la economía y la macroeconomía.

    No se si Bernanke sabe mas del tema que este personaje pero no es cualquier comentarista por ahí.

    Alejandro: si, el tema fue de inflación de activos. Y coincido en que Bernanke y Greenspan se equivocaron. El punto de Mallaby es que las politicas mercantilistas de China, que han disminuidos los precios de bienes manufacturados en todo el mundo, permitieron que en Estados Unidos no se notará la inflación en los bienes de consumo. A su vez, el exceso de ahorro de China se dirigió a activos Estadounidenses.

    Quien sabe si la teoría es cierta, pero me parece que evidentemente la disminución o contención de precios de bienes de consumo causada por el vertiginoso aumento de las exportaciones chinas, «enmascaró» la inflación de la moneda creada por la FED, al menos desde la recesión de comienzos de los 90s.

    Sobre FDR: cuando me refiero a las politicas de FRD son del tipo que menciona Lee Ohanian. FDR trató de cartelizar la economía gringa e implementó política que restrinjían la competencia. Esto afectó la productividad. Tambien hizó casi todo lo que le pedían los sindicatos.

    Aclaro que la culpa no fue solo de FDR. El «conservador» Herbert Hoover acabó con el libre comercio con la ley «Smoot-Hawley».

    Ese es el punto de Ohanian:

    «There are many historical precedents of bad policies following crises. The worst case was after the stock-market crash in October 1929, which produced a truly perfect storm of bad policies. Tax rates rose, tariffs rose (reflecting special interest groups attempting to insulate domestic producers from foreign competition), and both Presidents Herbert Hoover and Franklin Roosevelt strongly promoted industry-labor cartels that were designed to stifle domestic competition.

    In the absence of these policies, the Great Depression would almost certainly have been like every other U.S. recession — short-lived and relatively mild. Normal recovery didn’t begin until the most onerous of these policies were reversed, a process that didn’t begin until the end of the 1930s when antitrust activity was resumed, and during World War II when the National War Labor Board reduced union bargaining power by limiting negotiated wage increases to cost-of-living adjustments only.»

    Sobre Krugman, la verdad es que por epocas me da por leerlo en su blog, pero el tipo es pateticamente sectario y partidista (a favor de los democratas) que me cuesta tomarlo en serio. Para el, pareciera que todo depende que los «buenos»(o sea los democratas) esten a cargo para que todo funcione bien.

    Por el contrario, todo lo de los republicanos es malo por ser republicanos.

    Yo no niego que sea un economista reconocido y bueno. Pero su sectarismo político es escandaloso.

    Recientemente leí que no le gustaba el rescate simplemente porque faltaban 4 meses de gobierno de Bush y por lo tanto no iba a estar totalmente bajo la administración Obama.

    Así que no creo que vaya a tener una opinión medianamente objetiva de FDR, una leyenda del partido democráta.

    Cordial saludo,
    Carlos

  • Alejandro Gaviria
    8 octubre, 2008 at 5:12 pm

    Paul Romer (pensándolo bien, mi candidato para el Nobel) vuelve sobre la distinción entre fundamentalistas y realistas que se ha debatido anteriormente en este blog.

  • Anónimo
    8 octubre, 2008 at 5:19 pm

    Ben Bernanke on the Great Depression

    «Nominal Wage Stickiness and Aggregate Supply in the Great Depression», Quarterly Journal of Economics, August 1996, vol. 111, no. 3, pp. 853-883. With Kevin Carey.

    «The Macroeconomics of the Great Depression: A Comparative Approach», (Money, Credit, and Banking Lecture), Journal of Money, Credit, and Banking, February 1995, vol. 27, no. 1, pp. 1-28.

    «The Gold Standard, Deflation, and Financial Crisis in the Great Depression: An International Comparison», in R. Glenn Hubbard, ed., Financial Markets and Financial Crises, Chicago: University of Chicago Press for NBER, 1991. With Harold James.

    «Clearing and Settlement During the Crash», Review of Financial Studies, 1990, vol. 3, no. 1, pp. 133-51.

    «Unemployment, Inflation, and Wages in the American Depression: Are There Lessons for Europe?», American Economic Review, Papers and Proceedings, May 1989, vol. 79, no. 2, pp. 210-214. With Martin Parkinson.

    «Employment, Hours, and Earnings in the Depression: An Analysis of Eight Manufacturing Industries», American Economic eview, March 1986, vol. 76, no. 1, pp. 82-109. Reprinted in Melvyn Dubofsky and Stephen Burwood, eds., The American Economy During the Great Depression, New York: Garland, 1990.

    «Non-Monetary Effects of the Financial Crisis in the Propagation of the Great Depression», American Economic Review, June 1983, Vol. 73, No. 3, pp. 257-76. Reprinted in N. Gregory Mankiw and David Romer, eds., New Keynesian Economics, Cambridge, MA: MIT Press, 1991. Reprinted in Christopher M. James and Clifford W. Smith, Jr., Studies in Financial Institutions: Commercial Banks, New York: McGraw-Hill, 1994. Reprinted in David Laidler, ed., The Foundations of Monetary Economics, Cheltenham UK: Edward Elgar.

    Etc, etc, etc.

  • Carlos
    8 octubre, 2008 at 5:43 pm

    Respuesta al articulo de Romer.

    Creo que el articulo de Romer es bueno. Sin duda los modelos de «mercado eficiente» del estilo de Eugene Fama son poco utiles.

    El problema del articulo es que establece una falsa dicotomía: los que estan a favor del plan de Paulson son «realistas», los que no, son «fundamentalistas».

    Considerando que Paulson sacó su plan por presiones políticas y no porque tenga alguna idea de si va a funcionar, no creo que los «fundamentalistas» sean los que se oponen al plan.

    Nadie sabe si el plan va a funcionar. Pero «hay que hacer algo». Por lo pronto no ha cambiado mucho las expectativas de los inversores en los mercados financieros que han salido a vender como puedan.

    Saludos,
    Carlos

  • Pascual Gaviria
    8 octubre, 2008 at 7:34 pm

    Hasta Paul Auster tiene la obligación de opinar sobre la crisis financiera. Esto es lo dijo en España sobre el asunto:
    «es fruto del capitalismo-jungla, que siempre se autodevora y cree que se autorregula, lo que es falso: tres décadas de Milton Friedmann es demasiado…la intervención pública es inevitable para no ver males mayores: en EE UU hay gente que saca ya el dinero de los bancos, hay que parar ese pánico».

  • Anónimo
    9 octubre, 2008 at 2:40 am

    Asi fue la Gran Depresion:

    Durante los diez años que siguieron a la terminación de la Primera Guerra Mundial, el mundo pareció volver a la estabilidad y la paz. La ciencia y la técnica continuaron hacien¬do rápidos progresos: fue en el decenio de 1920 cuando se pusieron en uso el celofán, los aviones comerciales, las películas sonoras y la radio casera. Europa se recuperó de la destrucción material pro¬ducida por el holocausto de esos cuatro años. El capitalismo norteamericano estaba en auge, y lo mismo puede decirse de la economía de otros países, incluyendo a la derrotada Alemania. En los pequeños países europeos creados durante las conferencias ce¬lebradas en Paris, en 1919, se instalaron repúblicas y monarquías constitucionales.

    En el mundo colonial, el sistema del mandato transformó los regímenes coloniales del viejo estilo, y dondequiera surgieron movimientos libertarios. En 1928 se reunieron en Paris los representantes de 15 naciones para firmar el Pacto Kellogg-Briand, que rechazaba ia guerra. Con el tiempo, más de 60 naciones apoyaron este pacto y, aun cuando no tuvo éxito como instrumento de paz, fue una señal del internacionalismo del decenio que siguió a la devastación producida por la guerra mundial.
    Se creía que volverían los tiempos anteriores a 1914, pero no fue sino una ilusión. Mucha gente se negaba a comprender que Europa había perdido su preeminencia y que los Estados Unidos se hablan revelado como la máxima potencia industrial y financiera del mundo. Tampoco presto el Occidente mucha atención al significado que podía tener el dinamismo ruso, la importancia cada vez mayor de Asia y la creciente ola nacionalista que corría por las colonias: lo cegaron el auge económico y las aparien¬cias de estabilidad política.
    La prosperidad disfrazó también otras dos cir¬cunstancias amenazadoras: una, que la bonanza pos¬bélica era frágil; antes de mucho, se desmoronara, lanzando a! mundo a! desquiciamiento económico. La otra, que la agresión estaba ya en marcha, llevando a! mundo hacia otra guerra total.
    A pesar de su frenesí, la nueva economía de los veintes era muy distinta de la del mundo de pre¬guerra, y sus bases eran otras. En primer lugar, la Gran Bretaña no era ya el banquero del mundo. Habiendo tenido que adquirir material bélico y armamentos, e imposibilitada para vender sus propios productos, se vio obligada a recurrir a sus inver¬siones en el extranjero y a sus reservas de oro; contrajo deudas y perdió su sitio como fuente de capital, que fue ocupado por los Estados Unidos. También Francia habla contraído deudas; también perdió sus cuantiosas inversiones en Ia Rusia zarista. Alemania, la vencida, había perdido la totalidad de su capital en el exterior, y se y agobiada por el pago de las reparaciones a los Aliados.
    La economía norteamericana, por su parte, se vio estimulada por la guerra. Entre 1914 y 1918 se triplicó el valor de las exportaciones agrícolas e industriales. Al iniciarse Ia conflagración, los Estados Unidos debían a Europa unos 4.000 millones de dólares; cuando terminó, quedaron convertidos en el principal acreedor del mundo, ya que los países europeos le debían casi 10.000 millones de dólares.
    Hubo también otros países que se beneficiaron con la guerra. El Japón vendió grandes cantidades de municiones a Rusia y desplazó a los comerciantes europeos en China y la India. En Iberoamérica, dos países, por lo menos (Argentina, y Brasil), establecieron industrias manufactureras ante Ia imposibilidad de adquirir productos británicos. En la India, la empresa textil familiar se convirtió en una gigantesca red de industrias metalúrgicas. La misma China, libre aunque solo fuera transitoriamente de la dominación extranjera, dio algunos tímidos pasos hacia la industrialización. El resultado de todo esto fue que, en 1918, Europa se encontró con que ya no era el taller que surtía al mundo.
    Aunque Europa perdió su preeminencia, el comercio mundial resurgió. En 1925, la producción mundial de alimentos y materias primas superaba en 16 por ciento el nivel de preguerra (el incremento relativo de la población era solamente de 6 por ciento), y la producción de artículos manufacturados había crecido en 20 por ciento. Los Estados Unidos conservaron el primer lugar conquistado durante la guerra; para 1928, producían más de las dos quintas partes de los artículos manufacturados de todo el mundo. En el caso de las nuevas industrias —vehículos motorizados, por ejemplo—, correspondían a este país cuatro quintos de la producción mundial.
    También eran los Estados Unidos el principal exportador de capital. Los créditos e inversiones de los bancos y ciudadanos particulares norteamericanos hicieron posible el resurgimiento de Europa. La misma Alemania. convertida ya en república, gozó de una rápida prosperidad que borró el recuerdo de la amarga derrota. Las industrias alemanas de Ia construcción —barcos y aviones comerciales— florecieron con el respaldo de los norteamericanos, que en el decenio de 1920 invirtieron en empresas alemanas más de mil millones de dólares. En ese período, las inversiones norteamericanas en el exterior se elevaron a más de 3,500 millones de dólares.
    La gente, en particular los norteamericanos, creían, pues, que todo iba bien en el mundo. Cuando Herbert Hoover tomó posesión de la Presidencia en marzo de 1929, habló como si nada pudiera oponerse al progreso. «Hemos alcanzado un bienestar y una seguridad jamás vistos en la historia del mundo», declaró. «Habiéndonos librado de la pobreza general, tenemos mayor libertad individual que en cualquier otra época… Marchamos hacia Ia formación de una nueva raza, una nueva civilización, grande por sus propios méritos.» En muchos países se abrigaba la esperanza de que algún día serían del dominio mundial los adelantos logrados en Norteamérica por Ia ciencia, la técnica y la industria.
    Sin embargo, la estructura económica tenia sus fallas, y eran de tal gravedad, que la economla mundial quedarla arruinada. Entre otras cosas, las exportaciones norteamericanas de capital no eran tan constantes como lo fueron las de la Gran Bretana antes de 1914, a la mayoria de los préstamos se concedian a corto plazo, lo cual significaba que su renovación dependía de la ininterrumpida prosperidad de los Estados Unidos. Además, el papel desempeñando por este país en el comercio era diferente dcl que correspondIa a la Gran Bretana antes de la guerra. Por aquella época, ésta era fuerte importadora, equilibrando la balanza mundial de pagos al aceptar alimentos y materias primas en pago de sus exportaciones de capital y maquinaria. Pero al terminar Ia guerra, los Estados Unidos habIan logrado do prácticamente la autosuficiencia: cultivaban los productos agrIcolas necesarios para alimentarse, cxtralan los metales requeridos por sus fabricantes. AsI pues, fijaron elevados aranceles a la importación para proteger el mercado interno. Y exigían dinero en pago de sus exportaciones. Además, el dólar se cotizaba muy alto, y el precio fue en aumento ya que, habiendo acumulado una considerable reserva en oro gracias a las ventas hechas a Europa durante ia guerra, los Estados Unidos habían adquirido una moneda fuerte; los países que carecían de oro sufrieron perjudiciales inflaciones c inestabilidad. Como las naciones europeas no podían pagar sus deudas más que con el dinero que recibían de los alemanes por reparaciones, y como los alemanes solo podían hacer estos pagos con préstamos norteamericanos, las finanzas mundiales quedaron encerradas en on circulo vicioso.
    Además de los comerciantes, los agricultores de todo el mundo tropezaban con graves dificultades. Durante la guerra, la producción de trigo en Europa disminuyó en un 20 por ciento. Al mismo tiempo, aumentó la demanda de trigo, los precios subieron, y los agricultores de otras partes del mundo tuvieron on incentivo para incrementar su producción, cosa que pudieron hacer gracias a la sustitución del caballo por el tractor y al empleo de Ia segadora trilladora mecánica que les permito sembrar mayores extensiones, y el cultivo científico aumentó el rendimiento por hectárea. Los cultivadores de trigo en los Estados Unidos, Canada y Argentina se percataron de que Ia expansión les rendirla utilidades, y muchos contrajeron fuertes deudas para adquirir más tierras y equipo.
    Terminada Ia guerra, la producción de trigo mantuvo su alto nivel. Al principiar el decenio de 1920, en los Estados Unidos y ci Canada superó en un sexto el volumen de la preguerra; al entrar el decenio en su parte final, aumentó en un tercio. Las exportaciones se habían duplicado, pero Europa reanudó poco después la producción y, además. se redujo la demanda: los europeos comían ahora más productos lácteos, carne y frutas que antes, y menos pan. Las existencias de trigo no vendido sumaban 15.900 millones de toneladas en 1929, y en todo el mundo los cultivadores estaban al borde de la ruina.
    También se vieron en dificultades los que cultivaban otros productos. La producción de algodón lana, maíz, cacao y café había crecido. El establecimiento de grandes plantaciones en las Indias Orientales incrementó ia producción de caucho: en Java, el cultivo científico de Ia caña se tradujo en mayor rendimiento de azúcar Los granjeros de Australia, Nueva Zelandia, África y América se enfrentaban a un nuevo problema: las maravillas de la ciencia moderna trajeron Ia sobreproducción y la baja de los precios. Para ellos, la agricultura científica era sinónimo de ruina, no de progreso. No podían liquidar sus deudas ni pagar sus hipotecas, y mucho menos comprar automóviles, radios y otros productos de consumo, a cuyas industrias estaba ahora vinculada su prosperidad.
    De los muchos defectos de la economía mundial, el más peligroso existía en Ia nación más prospera de todas: los Estados Unidos. En Wall Street, en Nueva York, se erguía el símbolo mismo del capitalismo norteamericano: la Bolsa de Valores de Nueva York. Conforme la industria crecía y aumentaban los rendimientos, la inversion en valores ofrecía magnificas perspectivas para quienes deseaban participar en su desarrollo. A mediados del decenio de 1920 la compra de valores se convirtió en una verdadera fiebre. Y al aumentar la pasión por las inversiones en los años finales de ese decenio, el precio medio de los valores negociados en la Bolsa Neoyorquina subió 25 por ciento en 1928, y 35 por ciento en los primeros meses de 1929.

    El volumen de las operaciones creció en concordancia, habiendo alcanzado la cifra de medio millón de acciones por día en marzo de 1928, y aquella primavera no se oía hablar sino de la posibilidad de que dicho volumen alcanzara los cinco millones. Lo alcanzó en junio. Cinco meses después, el 16 de noviembre de 1928, ocurrió algo que no tenia precedente: cambiaron de manos en un solo día seis millones y medio de acciones.
    Para entonces, las inversiones habían alcanzado un peligroso grado de especulación. Prácticamente, el mercado de valores operaba sin reglamentación alguna o, lo que es peor, se operaba mediante un sistema de créditos excesivamente fáciles, lo cual Se conocía como «compras con margen»: cualquier especulador podía adquirir grandes cantidades de acciones mediante un pequeño pago en efectivo, 10 por ciento del valor de las mismas, recibiendo de un corredor o de un banco un crédito por el saldo. La garantía del préstamo la constituía el valor de las acciones en el mercado, si dicho valor bajaba, el crédito dejaba, automáticamente, de estar cubierto por una garantía suficiente, y la persona que había comprado con margen debía cubrir la diferencia con dinero en efectivo… Pero el valor de las acciones no bajaba: subía constantemente, y nadie tomaba muy en serio dicha contingencia.
    Sin embargo, estaba cerca el día del ajuste de cuentas. Aun se especula acerca de las causas fundamentales del desastre, pero hoy podemos apreciar varias señales de peligro que aparecieron desde la primavera de 1929, si no antes. Por un lado, aun cuando se producía más riqueza que nunca, su distribución era muy desigual. La clase trabajadora recibía una participación muy inferior de la que hubiera convenido para Ia firmeza de Ia economía; su poder adquisitivo no era adecuado para sostener el alto nivel de la producción. Lo cierto es que, aunque por entonces nadie se percato de ello, la producción industrial disminuyó en
    junio de 1929, y el descenso prosiguió.
    Y mientras la producción bajaba, el mercado de valores proseguía su ascenso desenfrenado. La Bolsa suele entrar en calma durante el verano, lo que no sucedió en 1929. El indice de precios de los valores publicado por The .New York Times subió 110 puntos en tres meses; en 1928, un buen año, el alza, sin precedente hasta entonces, había sido de 86,5 puntos en 12 meses. En el verano de 1929 el volumen de las operaciones fluctuó entre cuatro y cinco millones de acciones al día, superando a veces dicha cifra. Los créditos de los corredores por las compras con margen ascendían a razón de 400 millones de dólares al mes, y al terminar el verano sumaban más de 7.000 millones de dólares, para de los cuales se había prestado con 15 por ciento de interés.
    El 24 de octubre de 1929, el «jueves negro», ocurrió la gran quiebra. El día no comenzó muy felizmente… y terminó con una avalancha de Ordenes para la venta de valores, al precio que fuera. Nadie conoce los orígenes del pánico, pero en la desbandada que se produjo bajaron los precios, y los especuladores que habían comprado a crédito tuvieron que vender sus acciones, una tras otra, a fin de liquidar el dinero pedido para comprarlas. Antes de que terminara el día, se hablan vendido casi 13 millones de acciones. Los precios Se precipitaron; algunos valores descendieron hasta 75 puntos, lo que significaba una pérdida de 75.000 dólares para quien poseyera 1.000 acciones, y de 750 para el pequeño inversionista que solo tenla 10.
    El 28 de octubre ocurrieron bajas más radicales: la General Electric bajó 130 dólares por acción; la Westinghouse, 194; el First National City Bank,500.
    Para fines de ese mes, los inversionistas habían perdido más de 40.000 millones de dólares; al 13 de noviembre, el indice de valores industriales había bajado de 469 puntos a 220: más de la mitad.
    Pero aun ocurrirían peores reveses. Exceptuando una breve mejoría en los tres primeros meses de 1930, los precios continuaron descendiendo hasta el verano de 1932. Para entonces, el valor medio de los 50 valores industriales clásicos había bajado de 252 a 61, y los hubo que bajaron más aun. Las acciones comunes de la U.S. Steel Corporation, por ejemplo, que pasado el DÍA del Trabajo (primer lunes de septiembre) de 1929 se vendieron a 262 dólares cada una, valían 22 dólares en julio de 1932. Acciones que se habían vendido a más de cien dólares bajaron a medio dólar, más o menos.
    La quiebra de Wall Street en el otoño de 1929 fue el heraldo de la crisis en la industria norteamericana, y de la gran depresión. Al desaparecer la fe en la economía, los inversionistas dejaron de gas tar pródigamente en la expansion industrial. Cayeron los ingresos de los~consumidores, y éstos deja ron de comprar. La disminución de las ventas provocó la cancelación de órdenes de producción, con lo que empezaron a acumularse existencias. Algunas fábricas redujeron su producción; otras, clausuraron. La Ford Motor Company redujo la semana de trabajo, de seis dais, a cinco en la primavera de 1930 y a tres en el otoño de ese año. La General Motores vendió cinco millones y medio de automóviles en 1929, y solo dos millones y medio en 1931. Entre 1929 y 1933, la producción industrial se redujo en más de la mitad; el ingreso nacional, en 75 por ciento, y los precios de mayoreo en cerca de un tercio. El número de cesantes subió de 1.500.000 en 1929 a más de 12 millones en 1932, es decir, casi el 25 por ciento de la población trabajadora, cifra aterradora si recordamos que hoy se tiene por peligrosa una proporción del 5 por ciento.
    La crisis socavó la confianza en los bancos. Los depositantes se apresuraron a retirar sus ahorros, pero muchos de los bancos se vieron imposibilitados de satisfacer las demandas de sus clientes, porque también ellos se habían dedicado a especular en valores. La consecuencia fue que en tres años 5.000 bancos norteamericanos se declararon en quiebra. Fueron tantos los de Detroit que cerraron sus puertas, que los trabajadores de esa ciudad no podían hacer efectivos los cheques de su salario; en Boston, a Ia policía se le dejó de pagar por algún tiempo. En el Medio Oeste los agricultores no tenían dinero para el forraje de sus animales, y las vacas dejaron de dar leche; en otras partes, las verduras se pudrían por falta de compradores.
    Y la crisis no se detuvo dentro de las fronteras de los Estados Unidos: se extendió por todo el mundo. Los banqueros norteamericanos retiraron los fondos que tenían depositados en el extranjero, con lo que dejaron sin base la prosperidad de Ale. mania y Europa Oriental. Como había sucedido en los Estados Unidos, también en Europa hubo pánico entre los depositantes y se completo el ciclo con una serie de quiebras bancarias. En mayo de 1931, el Creditanstalt de Viena, principal ban co de la cuenca del Danubio, se declaró insolvente, colapso que sacudió a los centros financieros de Europa. En julio, uno de los cuatro principales bancos alemanes se declaró en quiebra. La Bolsa de Valores de Berlín cerró sus puertas dos meses.
    Al iniciarse la crisis, los inversionistas británicos soportaron las pérdidas en los Estados Unidos y Europa central. Luego, desaparecieron los mercados para las exportaciones británicas. En 1931, el gobierno sufrió un deficit de un millón de libras por semana, debido a! gran numero de ciudadanos que cobraban el seguro de cesantía. Y los extranjeros, desconfiando de la esterlina, retiraron los fondos que tenían en Londres y cambiaron sus libras por oro, francos o dólares. Al mediar el verano de 1931, el Banco de Inglaterra perdía oro a razón de 2,5 millones de libras diarios a causa de los retiros. El 21 de septiembre de 1931, los ingleses abandonaron el patrón oro, sistema que durante casi todo un siglo permitió convertir la libra, a petición del tenedor, en 113 granos de oro de ley. Mientras perduró el sistema, la libra fuc la moneda más estable y respetada del mundo.
    Apenas habían descartado los ingleses el patrón oro, cuando la libra bajó cerca del 30 por ciento de su valor de preguerra: de 4,86 dólares, a 3,40. Por más de un siglo, ia libra había parecido invulnerable, y la libre conversión de la moneda en oro era uno de los artículos de fe de la economía capitalista: toda una época llegaba a su fin.
    La devaluación de la libra tuvo por objeto estimular las exportaciones británicas, pero en vez de ello, asestó otro golpe al comercio internacional. En menos de un año, más de doce países, entre ellos Portugal, Siam, Egipto, Bolivia, el Japón y los países escandinavos, habían devaluado su moneda y abandonado el patrón oro. Los Estados Unidos io hicieron en 1934, y los franceses en 1936. Para entonces, el patrón oro habla desaparecido y el comercio sc estanco.
    Repentinamente, la historia de los éxitos del capitalismo se ida a! revés. En todo el mundo occidental, hombres y máquinas estaban parados. La gran economía industrial se detuvo con gran rechinido de ruedas. En las ciudades, los hombres recorrían las calles en busca de cualquier trabajo que les permitiera mantener a sus familias. Hacían cola en las cocinas publicas, dormían en los refugios municipales. Abogados, ingenieros, arquitectos, maestros, paleaban nieve y cavaban zanjas.
    Habia hombres que vendian manzanas en las esquinas o hacian dibujos en las aceras para recoger algunos céntimos entre los transeüntes, La juventud, que solo vela ante sj un futuro sombrio, se desmoralizó. Hombres en la plenitud de la vida quedaron amargados, y se perdió la propia estimacion al verse obligada la gente a vivir de la caridad, de lo que les daban. los parientes, de las dádivas del gobierno. Nadie que haya vivido ese periodo podrá olvidar la angustia, la desesperanza: toda una generación quedo marcada.
    Dada Ia interdependencia de la economía del siglo XX, ningún país se libró de la tormenta económica. Las naciones industrializadas fueron las más afectadas, pero también los países aerícolas sufrieron las consecuencias, pues los precios descendieron verticalmente y desaparecieron algunos mercados de exportación. En 1933, los cultivadores de trigo y arroz vendían sus productos a dos quintos del precio de 1929. En Brasil, el precio del café cayó de 23 centavos de dólar Ia libra a solo ocho. Y lo mismo ocurrió con la caña de azúcar de la America Central, el caucho de indonesia, el algodón y la seda de Egipto y el Japón, Ia lana de Australia: es decir, con los agricultores de todo el mundo.
    Una de las principales victimas de la depresión fue la cooperación internacional. Al trastornar Ia economía mundial, la depresión alentó el aislacionismo. Todos los países se encerraron en sí mismos, buscando la protección de su economía. Fijarori cuotas a las importaciones y sujetaron el comercio a licencias y reglamentos; celebraron pactos bilaterales con otros países; empezaron a exportar sus productos a precios inferiores a los cotizados en el mercado interno, y elevaron las tarifas a las importaciones. En 1930, los Estados Unidos introdujeron las tarifas más altas de su historia. Otros países, entre los que figuraban Francia, Canada, Italia y Espana, se apresuraron a tomar represalias, lo que hicieron al año siguiente la India, Argentina Brasil y China. Hasta Inglaterra, la clásica tierra del libre comercio, adoptó tarifas proteccionistas, celebrando convenios especiales con Canada, Australia y Nueva Zelandia para comerciar en términos más favorables que con los demás. Cada país hizo lo que pudo a fin de conservar o conquistar mercados para sus exportaciones.
    La crisis afectó las finanzas en todos sus aspectos. A pesar de la desaparición del patrón oro y de que ya ningún país tenla que respaldar su moneda con determinado porcentaje de oro en barras, el metal amarillo siguió siendo un problema. Las monedas del Japón, Alemania e Italia cran inestables e inflacionadas, por lo que nadie las aceptaba en el comercio mundial. Así pues, los Estados Unidos exigían oro en pago de sus ventas, en vez de yenes, marcos y liras. Pero dichos países no podían pagar con oro, por lo que se esforzaron para lograr la autosuficiencia. Alemania, por ejemplo, celebró acuerdos de trueque con Bulgaria, Hungría, Rumania y Yugoslavia, con lo que esos países se convirtieron en dependencias económicas a las que Alemania enviaba productos manufacturados a cambio de productos agrícolas. Para salvaguardar sus intereses, el Japón celebró acuerdos semejantes con China, la India e Iraq.
    Antes de la depresión, el comercio era multilateral, sistema que permitía a un comerciante chileno, por ejemplo, vender nitratos a la Gran Bretaña, mientras otros chilenos podían comprar instrumentos de precisión en Alemania o perfumes en Francia. Nada importaba que los chilenos compraran poco en Inglaterra o vendieran poco a Ale mania y Francia. Las ventas hechas a un país equilibraban las compras efectuadas en otro. Libras, dolares, francos, marcos y pesos podían intercambiarse fácilmente a tipos de cambio fijos.
    Ahora desaparecía la especialización regional y el libre cambio entre compradores y vendedores, y el comercio se hacia cada vez más bilateral. El importador solo podía comprar en los países a los que el suyo hubiera enviado ya exportaciones suficientes. El contraste con la estructura anterior a 1914, cuando el comercio unía a las distintas partes del mundo, no podía ser más notable. Los gobiernos ejercían sobre el comercio un control nunca visto en tiempo de paz. El resultado de esa política nacionalista fue que casi todos los países operaban con propósitos opuestos, haciendo casi imposible la restauración del comercio internacional.
    Nadie veía una solución viable del conflicto. Algunos economistas afirmaban que la depresión era parte de un ciclo económico no regulado desde afuera, y que si se dejaba librada a sus propios recursos, la economía se recuperarla. El presidente Hoover compartía este punto de vista; «la prosperidad está a la vuelta de la esquina», aseguraba. El y muchos otros mantenían que la economía capitalista operaba según «leyes naturales», y que cualquier intervención resultaría perjudicial. Segun este parecer, el papel del gobierno era el de dar ejemplo de sobriedad y economía, inspirando así en los círculos financieros la confianza necesaria para lograr la recuperación. Semejante actitud exigía una fe y una paciencia que, dadas las circunstancias, no podía esperarse de muchas personas.
    Cuando la situación era más critica, Franklin Delano Roosevelt fue elegido Presidente de los Estados Unidos por una mayoría aplastante. Al contrario de los conceptos optimistas de su predecesor, Roosevelt se expresó sombriamentee en su discurso de toma de posesión, el 4 de marzo de 1933. «Las acciones han descendido a niveles fantásticos; nuestras fábricas están sin pedidos», declaró. «Las hojas marchitas de nuestra empresa industrial yacen esparcidas por doquier; los agricultores no hallan mercados para sus productos, y miles de familias perdieron los ahorros de muchos años. Y, lo que es peor, un ejército de ciudadanos sin empleo no pueden ganarse el sustento, mientras que otros, igualmente numerosos, trabajan de sol a sol por una escasa remuneración.’~
    Pero Roosevelt dio una nota de esperanza: «Nuestra primera y principal tarea es dar ocupación a la gente», dijo. «No es un problema insoluble si lo atacamos con inteligencia y valor. Puede resolverse, en parte, mediante el reclutamiento efectuado por el gobierno, enfocando la tarea como lo haríamos en caso de una guerra, y, al mismo tiempo, valiéndonos de este medio para realizar proyectos necesarios a fin de estimular y reorganizar el uso de los recursos naturales.»
    Roosevelt se apresuró a poner en marcha el célebre «New Deal» (Nuevo Trato). El gobierno federal subsidió obras publicas, programas de conservación de recursos y de construcción de viviendas populares. Creó fuentes de trabajo y alivió la situación de los desempleados con pago de ayuda. Concedió asistencia financiera a las empresas amenazadas. Desarrolló sistemas de electricidad y riego que transformaron la vida de regiones enteras y que, más tarde, sirvieron de modelo para la rehabilitación de la tierra en los países subdesarrollados del mundo.
    Adoptó leyes destinadas a vigilar el sistema bancario y las bolsas de valores, para evitar la repetición de la quiebra de 1929. fomento el desarrollo del sindicalismo y del contrato colectivo como medios para asegurar a las clases trabajadoras un mayor poder adquisitivo. Promulgo leyes que establecían los salarios minamos y el máximo de horas de trabajo a la semana. Siguiendo el ejemplo sentado anteriormente por Alemania, Inglaterra y los países escandinavos, los Estados Unidos adoptaron leyes de seguridad social que estipulaban el pago de fondos a los cesantes, los ancianos y los inválidos. Concedieron subsidios a los agricultores para alentar la diversificación de las siembras, a fin de no agotar las tierras, y avalaron hipotecas a bajo costo.
    Una importante innovación de estos programas fue que el gobierno los manejó por medio de un financiamiento deficitario, es decir, gastando más de lo que tenia. En los años treintas, los gobiernos emprendieron programas que no alcanzaban a cubrir con sus ingresos. Antes de la depresión, Semejante erogación era mal vista en los círculos privados, académicos y públicos. Después de ella, el sistema adquirió respetabilidad.
    De las audaces medidas adoptadas para acabar con la depresión, nació el Estado benefactor típico del siglo XX: Estado que produjo Ia reforma del capitalismo. Fue también debido a las medidas tomadas durante la depresión que los Estados Unidos sufrieron una transformación social y económica que aun sigue llevándose a cabo.
    Otro resultado de la depresión fue Ia reorganización formal de la economía ortodoxa, en la teoría y en la práctica. En 1936, mientras los Estados Unidos y otros gobiernos buscaban medios para salir de la depresión, John Maynard Keynes, un economista británico, publicó su libro Teoría general de Ia ocupacion, el interes y el dinero, donde revisaba las tradicionales relaciones entre gobierno y economía. Las ideas de Keynes llegarían a ejercer tanta influencia como La Riqueza de las naciones, de Adam Smith, publicada en 1776, que era la Biblia de la vieja economía capitalista. Keynes justificaba y trataba ampliamente los principios del financiamiento deficitario, los programas de obras publicas y la fluctuación de las tasas de interés y de los impuestos, de acuerdo con las cambiantes necesidades económicas de Ia nación. Reconoció los estrechos lazos que unían Ia economía con el comercio mundial. Impugno el tradicional concepto de que, a Ia larga, las leyes naturales permitieran la recuperación económica. «A la larga», escribía Keynes, «todos habremos muerto.»
    En notable contraste con el resto del mundo, la Rusia comunista escapó del colapso financiero y del desempleo producidos por la depresión. Rusia había quedado cortada del comercio internacional desde la revolución, y por una ironía del destino, emergió convertida en potencia industrial durante los años en que la industria de Occidente estaba atacada de parálisis.
    Durante ese periodo, Rusia fue gobernada con mano de hierro por José Stalin, ex estudiante de teología, expulsado de Ia escuela por insubordinación. Desde entonces abrazó el marxismo y se convirtió en revolucionario profesional. A la muerte de Lenin, en 1924, en el Politburo del Partido Comunista se entabló una lucha, que ganó Stalin. En 1928, habiéndose apoderado del gobierno, puso en marcha un programa para construir «elr socialismo en un país», haciendo a un lado el principio marxista de Ia revolución mundial. Creo un complicado aparato central de planeacion, con una enorme burocracia. Instituyó el primero de varios planes quinquenales destinados a industrializar a Rusia, y acicateó al país para superar a los países capitalistas.
    Stalin afirmaba en 1929: «Avanzaremos a toda velocidad hacia el socialismo por la senda de la industrialización, dejando atrás para siempre el proverbial ‘atraso’ ruso. Nos estamos convirtiendo en un pais de metal, de automóviles, de tractores. Y cuando la Unión Soviética vaya en automóvil y el campesino en tractor… veremos cuáles países son los atrasados y cuáles los adelantados.»
    El plan quinquenal de Stalin fijaba ambiciosas metas. Su objeto era transformar el carácter económico y social del pais sin necesidad de ayuda extranjera, y ello Se realizaría bajo la estricta vigilancia de la industria y la agricultura por el gobierno. El pueblo ruso tendría que trabajar duro por poco dinero, y mirar hacia el futuro como compensación. Sc establecieron granjas colectivas, cuyas tierras serian cultivadas por los campesinos que en ellas vivieran, usando equipo agrícola proporcionado por el gobierno. En las ciudades, el gobierno creó y sostuvo nuevas industrias que absorbían ejércitos de nuevos trabajadores. Entre 1926 y 1939, 20 millones de personas dejaron el campo por la ciudad para trabajar en la industria. A los trabajadores se les pagaba a destajo. Los salarios variaban según el trabajo, pero no había ni miserables ni gente demasiado rica. Al primer plan quinquenal siguió el segundo, en 1933. Juntos, ambos planes llevaron a Rusia a la era industrial y produjeron el embriagador sentimiento de que todos trabajaban unidos para levantar un glorioso Estado socialista.
    Aparentemente, la depresión puso al desnudo las debilidades de la civilización occidental que dominó al mundo hasta 1914. El Occidente parecía incapaz de comprender o controlar la acción interna de su propio capitalismo. Los comunistas vieron en la inestabilidad del sistema capitalista la vindicación del marxismo.
    En Alemania, donde el numero de desocupados llego a seis millones, de un total de solo 18 millones de trabajadores, la depresión tuvo terribles consecuencias. El pueblo pedía acción, y respondió a las arengas de Adolfo Hitler, genio loco nacido en Austria que se encumbró con la promesa de repudiar los onerosos tratados y la insoportable humillación que hubieron de admitir a! terminar la guerra; ofreció dejar de pagar reparaciones a los Aliados y elevar al pueblo alemán al sitio que le correspondía. Una vez en el poder, Hitler coordino todas las instituciones germanas hasta convertirlas en el Tercer Reich totalitario, racista y rnilitarista; hizo de los judíos la cabeza de turco, vistió de uniforme a Ia juventud, y a los desocupados los envió a las fábricas a producir armas. Muy pronto emprendió una política de agresión que hizo inevitable la reanudación del conflicto.
    En el Japón, la Depresión sirvió de excusa para emprender aventuras imperialistas. La industria japonesa dependía en gran medida del comercio exterior, en particular con los Estados Unidos. Cerca del 90 por ciento de la seda producida por el Japón se exportaba a dicho país, y Ia seda equivalía a dos quintas partes de las exportaciones totales del Japón. Pero en los años treintas, no se podía aprovechar este producto en los Estados Unidos, de modo que la depresión hizo perder al Japón su principal mercado. Conforme la depresión se fue acentuando, el comercio descendió un tercio y aumentó el numero de desocupados. En los años veinte, la camarilla militarista se adueñó poco a poco del gobierno, y en 1931 estos hambres se lanzaron a invadir a Manchuria con el propósito de quitarle a China un territorio que surtiria al Japón de carbón, petróleo, soya y trigo, sirviendo, al mismo tiempo, para dar salida a las manufacturas japonesas
    La depresión resultó una catástrofe económica de alcances sin precedente en Ia historia; en todo el mundo se escuchaban voces que pedían acción. Las medidas adoptadas para resolver la crisis, ya humanitarias, como en los Estados Unidos, o maléficas, como en Alemania, fueron radicales en todas partes. Irónicamente, Adolfo Hitler y su política de maldad contribuyeron indirectamente a salir de la depresión, pues cuando por fin el Occidente decidió enfrentársele, la iniciación de vastos programas armamentistas y la guerra liquidaron la crisis, y los países industriales alcanzaron la ocupación plena. Ante la catástrofe de una nueva guerra mundial los gobiernos procedieron movidos por el instinto de la propia conservación. Casi a pesar de si mismos, emprendieron programas que en años anteriores hubieran hecho temblar a cualquiera, gastando dinero que no tenían, dando trabajo a hombres que estaban desocupados hacía casi diez años, poniendo en movimiento una industria que dormía desde hacía otro tanto. Una vez recibido el impulso, la industria occidental mantuvo el paso después de la guerra, y se alcanzó la prosperidad.
    Fue así como el azote de Ia depresión, se mezcló con otro peor : el de la guerra. Y apenas salidos de esas pesadillas, recibirían un nuevo impulso los cambios que habían venido minando al Viejo Mundo desde los comienzos del siglo XX.

  • Anónimo
    9 octubre, 2008 at 3:53 am

    Es vergonzoso leer al sicario Jaime Ruiz cuando habla de honradez, cuando la labor de ese asesino èstos ùltimos años ha sido la de perpetrar masacres contra universitarios y contra agrupaciones como fecode, pero bueno tal vez a la par con Jose Obdulio, alias Jaime Ruiz tambièn terminarà escribiendo la historia colombiana.

  • Anónimo
    9 octubre, 2008 at 2:43 pm

    alias jaime ruiz debe estar retorciendose de la indignacion: su heroe, el genocida george w. bush, va a NACIONALIZAR parcialmente los bancos (ahora dira que es propaganda de los judios del nyt, etc.); se le acabaron los orgasmos que le habran causado los hornos crematorios de sus amigos de las auc y los guiños de la creacionista sarah palin durante el debate de hace una semana que ruiz no se cansa de ver en youtube

  • Anónimo
    9 octubre, 2008 at 5:24 pm

    alias jaime ruiz tambien celebrara y justificara esto diciendo que el otro genocida de sadam esto, etc… para el hay crimenes ‘buenos’ y crimenes ‘malos’… esa es su ‘honradez moral’

  • SpambotJaimeRuiz
    9 octubre, 2008 at 5:46 pm

    Anónimos 9:43 y 12:24 Es triste [blablabla] anónimos [blablabla] ¿son o no son la misma persona que siempre me contradice con otros nombres? [blablabla] nostalgia de Saddam [blablabla] ¿cómo estaría el mundo si Bush no hubiera [blablabla]?
    [blablabla] izquierda democrática [blablabla] privilegios [blablabla] becas y pensiones millonarias [blablabla] Sarah Palin [blablabla] gente sencilla [blablabla] países decentes [blablabla] prácticamente no hay pobreza [blablabla] colombianos deformes [blablabla] Venezuela [blablabla] mico mandante [blablabla] Estados Unidos [blablabla] cristianos y trabajadores [blablabla] Thomas Mann [blablabla] Borges [blablabla] Mario Vargas Llosa [blablabla] ¿o es que acaso estoy loco?

  • jaime ruiz
    9 octubre, 2008 at 6:08 pm

    Sí, se pueden escandalizar todo lo que quieran, pero el visión de estos anónimos es lo que se aprende en las universidades colombianas. Bueno: dice Juan de Mairena que lo propio del necio es no asombrarse de nada. Ya no les asombra, el orgullo académico cuando es un medio como el colombiano no se asombra por esas cosas. Es lo que sirve para destacar.

  • paisparaco
    9 octubre, 2008 at 9:08 pm

    Hay asquerosos que se jactan de ser doctores y profesores universitarios y hay otros asquerosos que se jactan de tener un avatar que les brinda ese derecho adquirido de poder comentar y escribir posts blindandose en su anonimato bizarro.

    uff Colombia no es un muladar, es una pocilga.

  • jaime ruiz
    9 octubre, 2008 at 10:31 pm

    Apelaez, ese nombre le queda muy feo.

  • Lanark
    10 octubre, 2008 at 12:38 am

    Yo creo que el anónimo que pegó un artículo sobre la Gran Depresión es Elvis Presley, que no murió sino que se fue a Alfa Centauri, y de vez en cuando comenta desde allá.

  • Anónimo
    10 octubre, 2008 at 2:08 am

    Ciro Ramírez, se encuentra en La Picota por cuenta de la parapolítica y sus relaciones con narcotraficantes como alias ‘Mi Sangre’ y Gilberto Saavedra, alias el ‘Doctor’. La cuerda de Ramirez en el roscograma de la Justicia se extiende hasta el Consejo Superior de la Judicatura, donde tiene a Pedro Alonso Sanabria (quien fuera segundo en una lista a la Cámara encabezada por Rafael Flechas, dueño de una finca en la que en su momento acordaron reunirse Ciro Ramírez con alias ‘Mi Sangre’ .) Ciro Ramirez ya tenía serviciales amigos en esa misma institución y en el Consejo de Estado, además de las cuotas que mantiene con sus anfitriones del Inpec, y que incluyen a su propio hermano. Jorge, el hermano de Rafael Flechas, fue también, hasta hace unas semanas, magistrado del CS de la J.

  • Anónimo
    10 octubre, 2008 at 2:31 am

    Ojalá no le toque a Mendocita en la segunda Instancia, de seguro va providenciar que las pruebas no son suficientes y que la investigación no está completa.

    Líbranos señor del Fiscalito Mendoza !!!!!

  • panÓptiko
    11 octubre, 2008 at 2:09 am

    Muy buena columna. Intentando seguir el hilo de anteriores columnas – por lo que JR llamó el texto predecible, o algo así – ¿no les parece qué cada vez hace más falta estudiar porque en el país no se puede ser honesto con las cifras?

    Como alguien mencionó, sin importar la variación de la cifra, el sólo hecho de que hayan desplazados es un imperativo para el gobierno y para toda la sociedad. Pero la desinformación es tan o más perjudicial que la ignorancia. Tiene que ver con los incentivos para tener buenos políticos, de una columna remota. Incluso, incentivos para tener buenos científicos, o ciudadanos.

    Alejandro, su broma sobre sobre el nobel para Fama me hizo pensar que es este el único de los premios que le podría ser retirado a un ganador porque luego se encontrara que lo que hizo no era tan cierto.

    En ese sentido, esta semana salió este artículo sobre porque los artículos científicos que acaparan titulares suelen estar errados, y también McCloskey ha trabajado sobre ello dentro de la economía.

    Saludos

  • Carlos
    11 octubre, 2008 at 1:52 pm

    Panoptiko, muy interesante el articulo que referencia. Explica porque hay que desconfiar de cierto tipo de economistas mediatico (ej: Stiglitz).

    Aqui comentan el articulo(ver los comentarios de los lectores).

  • Alejandro Gaviria
    11 octubre, 2008 at 3:55 pm

    Panóptico: muy interesante el artículo. Pero los autores no mencionen que la demagogia científica generalmente es un buen negocio pues la publicación de resultados exagerados no tiene costo: la refutación futura aumenta las citaciones y casi nunca afecta la reputación de los investigadores. La maldición del ganador, por el contrario, implica pérdidas considerables para quien obtiene el premio mayor. En el caso de Codhes, los incentivos van en la misma dirección: llamar la atención para conseguir más recursos de los donantes internacionales.

    Carlos: ahora parece que los economistas académicos del mundo desarrollado se han puesto de acuerdo sobre qué hacer. Todo lo que he leído estos últimos días (ver aquí , por ejemplo) es una reiteración de los mismos tres puntos: (i) capitalizar los bancos a cambio de acciones, (ii) garantizar los créditos interbancarios de corto plazo, y (iii) actuar concertadamente al interior del G7. Mi predicción es que los mercados accionarios van a subir la semana entrante. Ya muchos analistas están comenzado a decir que las acciones están muy baratas. Mientras todo esto pasa, los comentaristas colombianos insisten en que todo es cuestión de la perversidad de los yuppies.

  • Carlos
    11 octubre, 2008 at 4:23 pm

    Alejandro: si, he visto que el consenso se ha movido hacia capitalizar los bancos.

    Sin embargo, Luigi Zingales se muestra esceptico ante la capitalizaciòn porque no resuelve el problema de fondo que esta en el mercado de vivienda (burbuja que explotò)y propone otra alternativa que implicarìa definir un procedimiento de re-negociaciòn de las hipotecas donde los propietarios y los bancos saldrìan en teorìa ganando, y no se requeriria usar dinero de los contribuyentes.

    En ultimas Zingales propone cambios institucionales temporales y no echarle dinero al problema.

    El plan de Zingales reconoce una de las causas del problema actual: las hipotecas en Estados Unidos son deuda «non-recourse», donde el prestamo se asegura poniendo como garantìa la propiedad misma pero si el deudor entra en cesaciòn de pagos el banco solo puede recuperar la propiedad y no el valor total del prestamo. Como los precios de las vivienda se han desplomado, al deudor le sale mejor entregar la vivienda y no seguir pagando el
    prestamo completo. El banco termina perdiendo la diferencia entre el valor total del prestamo y el valor actual de la propiedad.

    Con el plan de Zingales se generarìan incentivos para que los deudores sigan pagando, no pierdan su propiedad y los bancos tampoco pierdan parte de sus prestamos.

    Mi esperanza con los acuerdos del G-7 es que de pronto reestablecen usar el patròn oro para pagos internacionales.

    Cordial saludo,
    Carlos

  • Carlos
    11 octubre, 2008 at 4:38 pm

    Reporte detallado de como las tres ramas del poder publico en Estados Unidos forzaron el debilitamiento de los prestamos hipotecarios

  • Alejandro Gaviria
    11 octubre, 2008 at 4:40 pm

    Carlos: La propuesta de Zingales es interesante. En mi opinión, es complementaria no sustituta a las propuestas de capitalización. En todo caso, la renegociación que propone Zingales podría ser acordada voluntariamente por las partes. La ventaja de una ley es que crearía un punto focal y aceleraría por lo tanto muchos de los procesos de renegociación. Zingales sigue pensando que la crisis se puede resolverse sin grandes intervenciones estatales. No creo que esa postura sea muy realista en este momento.

  • Anónimo
    11 octubre, 2008 at 4:55 pm

    La pregunta del millon, o de los setecientos mil millones, es si el sistema, tal como lo conocemos hoy, es sostenible. El otras palabras, es viable un sistema que se fundamenta (subrayado) en el endeudamiento excesivo del consumidor, endeudamiento que a su vez se apoya en una ingenieria financiera de muy dudosos cimientos? Da la impresion de que los economistas tienden a basarse en premisas falsas, casi siempre asociadas con comportamientos «racionales». Construir prosperidad al debe no parece viable. Tocara adoptar el sistema de «pay-as-you-go».