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Sociología antiuribista

“¿De quién está cansada de escuchar?”, le preguntaron a Marianne Ponsford en una entrevista publicada por este diario esta semana. “De Uribe”, dijo sin dar explicaciones innecesarias, sin ahondar en la obsesión nacional con el Presidente. Marianne, supongo, está cansada no sólo de escuchar, sino también de leer sobre Uribe, sobre sus arrebatos, sobre sus primos y sus fincas, sobre sus arrodilladas piadosas, sobre sus gestos y sus discursos. Cansada, en fin, de la cosmografía extraña en la que se ha convertido la prensa colombiana: el Presidente en la mitad y los periodistas y comentaristas dando vueltas alrededor de la misma figura omnipresente. Esta columna aspira a cuestionar esa cosmografía. O al menos, a ilustrar el tamaño de la obsesión.

En la cosmografía peculiar de la prensa colombiana, el Presidente no sólo es el jefe de gobierno, sino también el hacedor de la moral pública. Todo lo que dice y hace tiene consecuencias morales inmediatas. En esta suerte de freudianismo antiuribista, el presidente-papá es quien moldea los valores de los ciudadanos-hijos. “El Presidente de la República –escribió recientemente Salomón Kalmanovitz– no puede dar ejemplo de que desafía la ley. En ese caso, todos los ciudadanos se verán tentados a violar o torcer la ley”. Otros comentaristas han ido más lejos. El pago de recompensas, dicen, ha degradado la moral. O la Ley de Justicia y Paz ha corroído los valores. Los científicos sociales deberían tomar nota. Los columnistas colombianos parecen haber descubierto la génesis de la moral en la figura del Presidente de la República.

Pero el Presidente no sólo moldea los valores. Sus poderes, suponen algunos sociólogos aficionados, van más allá. Si reza o eleva plegarias al cielo (por devoción u oportunismo), está propiciando la aparición de un Estado confesional. Pueden más los gestos de una persona que décadas de secularización, que las muchas transformaciones sociales que han disminuido el otrora nefasto poder de las sacristías. Pero, en esta cosmografía particular, una oración presidencial no sólo es un gesto anacrónico, irritante, si se quiere, sino también una amenaza para el Estado de derecho. De nuevo, los estudiosos deberían tomar nota. Los opinadores colombianos han descubierto en las plegarias presidenciales ante el cuerpo embalsamado del padre Marianito uno de los principales obstáculos para la modernización de Colombia.

En Colombia, el debate necesario sobre los efectos institucionales del autoritarismo presidencial ha dado paso a una discusión extraña sobre los efectos sociológicos de la figura del Presidente. La filosofía política ha sido desplazada por la especulación sociológica, por una serie de teorías peculiares, casi cómicas, en las cuales el Presidente es presentado como reclutador de fieles o hipnotizador de multitudes o forjador de valores o todas estas cosas a la vez. No sé que pensará Marianne, pero escuchar todas estas especulaciones no sólo produce cansancio, sino también cierta exasperación.

En últimas, buena aparte de la crítica presidencial ha terminado diluida en banalidades, en especulaciones sin sustento. En lugar de señalar las crecientes iniquidades del sistema tributario o el problema del empleo o el mismo deterioro institucional, muchos columnistas han optado por denunciar una supuesta crisis de valores inducida desde arriba o unos supuestos riesgos de la religiosidad pública (y teatral) del Presidente. La insoportable levedad de la sociología antiuribista no sólo es intelectualmente desdeñable, sino también perjudicial. Engañosa en el mejor de los casos. Tal vez sea hora de hacerle caso a Marianne. Ya que no podemos cambiar de Presidente, deberíamos al menos cambiar de tema.

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  • Anónimo
    20 julio, 2008 at 6:00 am

    Por Camilo Cortés: Alejandro, esta vez no me abstengo de escribirle, más cuando cae en varios errores como en la presente columna. En primer lugar veo en su artículo una confusión o distracción, que es muy común, entre el Señor Álvaro Uribe V. y el Presidente de la República. Hace Ud. una afirmación basada en una cita del profesor Kalmanovitz, que por cierto lo hizo mal pero que se debe a la confusión de la que le hablo. Cito entonces, sin omitir nada, al profesor y hago un odioso resalto: “El Presidente de la República ENCARNA EL ESTADO CON SU SEPARACIÓN DE PODERES. No puede dar ejemplo de que desafía la ley. En ese caso, todos los ciudadanos se verán tentados a violar o torcer la ley.” Esto Alejandro, cambia totalmente su conclusión, aclarando la cita, el profesor Salomón no dice que Uribe es un “hacedor de la moral pública” al contrario es un representante de ella. Las preguntas entonces son varias: ¿Cuál es esa moral pública? ¿La más razonable y éticamente aceptable? Si es así ¿no es más apropiado decir que el presidente Uribe es una EXPRESIÓN o síntoma de la moral pública Colombiana que un representante de la moral pública? Si es una expresión o síntoma de la moral pública Colombiana ¿no quiere decir que sus actos como presidente tienen connotaciones sociales importantes? ¿Acaso lo que haga Uribe no afecta en nada las dinámicas sociales de las que él hace expresión y que por lo mismo son bien vistas en la comunidad? En este sentido Uribe como Presidente de la República catapulta el sentimiento moral general, digamos que parecería institucionalizarlas. ¿Esto no incide en la conciencia colectiva, en las multitudes, en el sistema social o como quiera llamarlo? Deténgase y reflexione, yo creo que los columnistas Colombianos que hacen crítica diferencian los actos presidenciales de la maltrecha expresión Colombiana -tal vez sin saberlo en algunas ocasiones-, y sabe, eso es tal vez lo que molesta y me molesta. No la figura de Uribe sino la cultura política Colombiana en la Presidencia de la República. Pasa igual sobre las plegarias del Presidente ante Marianito ¿es el Presidente representante de las idiosincrasias Colombianas, o sea neutral? ¿O es Uribe como presidente rezando? ¿Sus actos no tienen efectos en la sociedad? ¿Está seguro?
    “el debate necesario sobre los efectos institucionales del autoritarismo presidencial ha dado paso a una discusión extraña sobre los efectos sociológicos de la figura del Presidente” aquí me parece que se contradice porque el autoritarismo no sólo puede tener efectos institucionales, de nada serviría si sus prácticas discursivas no tienen incidencia en la opinión pública general, desconocedora de los principios de un Estado de Derecho. ¡Y es aquí donde debe expresarse el columnista! No se debe callar como desafortunadamente usted lo sugiere.
    Entonces Alejandro, ubique el punto de sus críticas, apartando la objetividad para el representante y las relaciones subjetivas para el síntoma como expresión en la representación, ¿Qué hacer cuando éstas se funden en una? ¿Ser Uribista?

  • Maldoror
    20 julio, 2008 at 8:05 am

    Alejandro:

    Sólo voy a discutir el punto de la cuestión del rezo y la secularización, porque la verdad de los otros estoy cansado realmente, y el tema en particular es muy de mi interes.

    Ud dice:

    Si reza o eleva plegarias al cielo (por devoción u oportunismo), está propiciando la aparición de un Estado confesional. Pueden más los gestos de una persona que décadas de secularización, que las muchas transformaciones sociales que han disminuido el otrora nefasto poder de las sacristías. Pero, en esta cosmografía particular, una oración presidencial no sólo es un gesto anacrónico, irritante, si se quiere, sino también una amenaza para el Estado de derecho. De nuevo, los estudiosos deberían tomar nota. Los opinadores colombianos han descubierto en las plegarias presidenciales ante el cuerpo embalsamado del padre Marianito uno de los principales obstáculos para la modernización de Colombia.

    Me da la impresión antes que nada que esto es lo que en inglés llaman un «strawman». No creo que el punto de los «opinadores» sea que una plegaria de Uribe va a destruir la secularización de la sociedad colombiana. Más bien la idea es que cuando Uribe (o cualquier otro presidnete, porque el punto no es Uribe, o por lo menos no lo es para mí, por muy anti uribista que sea) desarrolla actos como estos, lo que está haciendo es socavar el estado laíco, no la secularización de la sociedad que son dos cosas bien distintas. Tampoco se trata de que cualquier plegaria en público es una amenaza al estado laico. Que el presidente vaya a rezar todos los domingos por su cuenta no me parece ningún problema. Que utilice actos públicos y oficiales como una forma de promulgar su fe si que lo es. Finalmente, puede que estas «plegarias institucionales» no resulten siendo una gran amenaza en ultima instancia. Pero el simple hecho de que representen un desafío a la laicidad del estado, es algo que debería preocuparnos, pues como dijo Camilo Cortés, Uribe encarna uno de los poderes del Estado a través de la rama del poder ejecutivo

  • Carlos Alberto
    20 julio, 2008 at 11:08 am

    Con todo respeto yo le recomendaría, doctor Gaviria, que relea su colunma de hoy. Tal vez eso le permita darse cuenta de que lo que usted pretende caricaturizar en su escrito NO es producto de la cosmografía u obsesiones de la prensa, sino de las actuaciones concretas del presidente Uribe. Es él quien se erige en «padre» de la nación; es él quien dice que debemos posponer el gustico; es él(su bancada, por orden suya) quien ha reintroducido seis veces el proyecto contra la dosis personal;es él quien cuestiona permanentemente las decisiones de la justicia por fuera de los conductos regulares que existen para hacerlo; es él quien invade las ondas herztianas desde el amanecer hasta que anochece con sus discursos indignados o iluminados sobre la patria, sobre lo que hacemos, sobre lo que deshacemos y sobre cómo debemos hacerlo. En eso no se diferencia mucho de Fidel Castro. Uribe es el presidente, y con frecuencia ministro del ramo; usurpa las funciones de los alcaldes; hace de gobernador si el titular del cargo se descuida un segundo, y de autoridad local en los consejos comunitarios; despide funcionarios que ni conocesin fórmula de juicio; hace que sus colaboradores se arrodillen y recen cuando a él lo invade el deseo de hacerlo. Y si él es el «padre de la patria», y se asume como tal, ¿por qué a usted le sorprende tanto la tesis de que su «ejemplo» (como el de cualquier padre que se respete, y entiendo que usted lo es)tenga un efecto desmedido en un rebaño de por sí muy podo dispuesto a discutir y a cuestinar la «sabiduría» paterna? Nosotros, pobres comentaristas improvisados, sociólogos aficionados sin título, solamente comentamos lo que vemos. Me parece a mí más bien que usted se está perdiendo de la gran historia de las presidencias de Uribe, que han consistido precisamente en reinstaurar la imagen del caudillo-padre decimonónico que desdeña procesos e instituciones y se dedica a regir los destinos del país como iluminado que espera la ciega fidelidad de sus seguidores. Así que tómese un café bien cargado y lea su columna nuevamente para que se dé cuenta de que la tal «cosmografía» inventada por la prensa no es otra cosa que un fiel retrato de lo que a diario vivimos.

  • Sergio I Prada
    20 julio, 2008 at 12:15 pm

    Alejandro, estoy de acuerdo con su crítica a los columnistas de los diarios colombianos. Me parece que Ud mismo tiene su obsesión con el tema del presidente Uribe, aunque supongo que Ud lo hace más preocupado por el tema del deterioro institucional que por alguna posición política personal. Pero eso es un tema menor. En realidad tomo su columna como un llamado a la mediocridad de nuestros columnistas, quienes en lugar de llamar la atención y educar a sus lectores en temas tan críticos como los que Ud señala (iniquidades del sistema tributario, el problema del empleo, el mismo deterioro institucional) se dedican a criticar los rasgos personales de Uribe. En fin me parece un buen punto de quiebre para su columna, Ud. mismo debería proponerse no caer en la trampa de discutir tanta farandulería y regresar a sus columnas de análisis sobre temas como el de las nefastas políticas pro-informalidad, o la catastrófica falta de ideas de nuestra economía. Que tal una buena serie de columnas respecto de las iniquidades del sistema tributario?

  • jaime ruiz
    20 julio, 2008 at 12:46 pm

    Me desconcertó un poco la mención al «autoritarismo» presidencial, porque parece un sobreentendido y como una concesión a la mayoría antiuribista del medio. Tal vez quedara mejor describiéndolo más minuciosamente.

    El cuento de Camilo Cortés respecto a la cita de Kalmanovitz es que se omitió la parte que le daba el sabor a todo. Creo que es lo que hace él:

    Gaviria pasó a conceptuar que tanto el Presidente de Colombia como la Corte Suprema se extralimitaban para concluir: “El Gobierno está en todo su derecho de señalar los sesgos de la Corte y denunciar sus excesos o mentiras”.

    No, para nada. El Gobierno tiene el supremo deber de acatar la justicia y recurrir discretamente a sus instancias regulares para apelar sus fallos. No debe, por ningún motivo, difamarla de terrorista o narcotraficante frente a los medios, donde ejerce un poder desmesurado. El Presidente de la República encarna el Estado con su separación de poderes. No puede dar ejemplo de que desafía la ley. En ese caso, todos los ciudadanos se verán tentados a violar o torcer la ley.

    ¿Está en su derecho o no está en su derecho el presidente de señalar la iniquidad de ciertos actos de la CSJ? Eso es lo que discute Kalmanovitz, y el paso siguiente es toda una exhibición de corrupción del lenguaje y manipulación infantil de lectores indigentes intelectualmente y presionados de muchas maneras para formar parte de la bandería de la CSJ, Kalmanovitz y Carlos Gaviria. (Muchos jóvenes, a los que el correspondiente Goldsmith les provee por lo menos superioridad moral, algo muy necesario en una edad tan difícil y con unos profesores tan exigentes.)

    El Gobierno tiene el supremo deber de acatar la justicia y recurrir discretamente a sus instancias regulares para apelar sus fallos.

    Pongo en negrita las palabras que permiten ver un discurso autoritario. ¿Qué es lo «supremo» para un gobierno? ¿Qué es supremo? «Que no tiene superior en su línea». Pero ¿qué es aquello cuya obediencia obliga al gobierno más que la estabilidad, la seguridad de sus ciudadanos, la aplicación de las normas, el abastecimiento, la educación y la salud? Los caprichos de una caterva de criminales de la peor especie, capaces de protestar porque el director de la prisión no llevaba a tiempo a Yidis Medina a su casa, de convocar a decenas de declarantes para unas diligencias previas sobre las relaciones de Piedad Córdoba con las FARC después de encarcelar a decenas de congresistas por testimonios de personajes como Pitirri, más creíble que la Interpol para ellos, capaces de procesar a la presidenta del Senado después de que una procesada recibe la visita de quien elogia en público a Tirofijo y que se sabe que cuenta con recursos fabulosos de lo que se roba el sátrapa venezolano a sus ciudadanos. Unos canallas capaces de proclamar tranquilamente que el intento de destruir la democracia e imponer una tiranía a punta de asesinatos es por definición altruista. ¿Tiene el gobierno el deber «supremo» de callar ante las tropelías de esos atracadores? ¿Qué es lo «supremo»?

    Todo eso lleva a la cuestión del autoritarismo: ¿qué es autoritarismo? «Dicho de un régimen o de una organización política: Que ejerce el poder sin limitaciones.» Exactamente es lo que hace la CSJ y el medio social al que está vinculada (el de Kalmanovitz), puede tranquilamente ofrecer beneficios judiciales a delincuentes presos para que digan que el presidente les encargó asesinatos y el presidente debe callarse, porque es su deber supremo: da lo mismo lo que tus sentidos te digan, lo que tu conciencia te hace parecer. Aquí manda la autoridad y tu deber es someterte. Ni siquiera siendo el presidente vas a poder cuestionar lo que mandan de arriba.

    Grotesco.

    Claro: para hacer pasar eso, Kalmanovitz encuentra el truco enseguida: la opresiva tiranía de unos socios de Giorgio Sale, Macaco, Ascencio y hasta Mancuso debe ser obedecida porque se llama a sí misma «justicia». ¿Ustedes se oponen a la justicia o no? Pero no sólo se llama justicia, se llama «ley». Decir a la gente que infamias como declarar que han cometido un delito unas personas a las que no se escucha son malintencionadas y espurias es «desafiar la ley». Esta palabra pasa a significar: «el poder de la CSJ». ¿Qué es la ley? ¿Qué es la justicia? Fácil: lo que mandan los que juegan en el bando de Kalmanovitz.

    Bah, eso era sólo por el autoritarismo, el paso siguiente es más complicado: si el día de mañana la gente sale a robar o matar a los vecinos va a ser porque el gobierno le dio ejemplo de desafiar la ley y de torcerle el pescuezo. ¿Cómo dio tan funesto ejemplo el gobierno? Quejándose de que se condenara a una señora ansiosa de inculparse sin escuchar a quienes según la sentencia cometieron el delito con ella. Si usted hace lo que el lenguaja y el sentido común y la tradición humana considerarían justo, usted está dando ejemplo para que prolifere la delincuencia. Un asqueroso semejante sólo puede atreverse a tanto en un sitio como Colombia, perdonen la repetidera, pero, como el torso de Apolo, no hay una parte de esa infamia que no los cuestione.

    Después viene lo de «discretamente», que tal vez sea lo más interesante, lo más característico. Varias veces he enlazado en este blog una sentencia en la que niegan cualquier beneficio por asociación por delitos políticos a un tipo al que le habían encontrado unos uniformes de las AUC. La última frase de esa sentencia es algo así como: «Señalar que contra esta providencia no cabe recurso». «Discretamente» viene a ser todo: no se puede llegar al extremo de forzar la conciencia a la manera del gobierno de 1984, el presidente conserva el derecho a estar en desacuerdo con las lindezas de la autoridad judicial, pero no puede ponerse a hacer ruido con eso. Pero hacer ruido, mostrar a la gente lo que pasa, es lo único que puede hacer, pues el paso siguiente es lo que no puede hacer por su carácter cauteloso: denunciar a la CSJ y en últimas suspender la institucionalidad vigente. La inestabilidad consecuente no la provocaría Uribe de ninguna manera. Lo saben, por eso se atreven a tanto.

    Es decir, «discretamente» quiere decir: no puede hacer nada más que aguantarse porque para eso la CSJ es la autoridad. Lo de «instancias regulares para apelar sus fallos» es otra mentira indecente: no existen, pues en últimas la instancia superior es la CSJ, que dice la última palabra: no cabe apelación. «Apele discretamente para que no se note que no puede apelar». ¿Cómo llega alguien a tanto descaro?

    Pero el cinismo no se queda ahí:

    No debe, por ningún motivo, difamarla de terrorista o narcotraficante frente a los medios, donde ejerce un poder desmesurado.

    Hay un juego semántico complicado en «por ningún motivo, difamarla». ¿Qué es difamar? No es lo mismo que calumniar: ese «ningún» viene a ser algo importantísimo, quiere decir, «aunque sea verdad». Si usted tiene pruebas de que la CSJ es terrorista o narcotraficante, si en el computador de Raúl Reyes hubiera un correo electrónico rastreable hasta el computador y la cuenta de un magistrado y se estuvieran coordinando acciones para poner una bomba altruista como la de El Nogal, usted no puede ir a decir eso, porque usted es el presidente y su deber es no hacerlo.

    Pero ¿cómo se tiene poder desmesurado en los medios de comunicación? ¿Qué es poder? Si uno lee los medios escritos, al menos en los bogotanos, la inmensa mayoría de los artículos de opinión son difamadores respecto del gobierno. ¿Cuál es el poder que tiene? ¿Censura a alguien? Es una percepción subjetiva, y tiene que ver con lo de «discretamente»: la CSJ manda a la cárcel a quien quiera, saca de la cárcel a la casa por cárcel a quien le da la gana, retrasa años la apertura del sumario cuando son personas de su facción, se declara infalible… Pero el hecho de que la gente pueda enterarse de eso es una muestra de que el presidente tiene un poder desmesurado. Aquí cae el estribillo: ¿se entiende en Colombia la función del periodismo? Es el sentido último de la democracia, el que la gente se entera de las cosas y opina sobre ellas. Es lo que Kalmanovitz no quiere que ocurra y a pesar de la simpatía de los grandes poderes mediáticos no le basta y quiere que se reduzca la posibilidad de que el presidente se queje de lo que hace la corte.

    ¿Qué es lo que está por encima de las aspiraciones y juicios de la gente? La ley, una constitución acordada con una banda de asesinos y redactada por una Asamblea elegida por menos del 20 % de los colombianos, una judicatura formada por personas casi siempre de ideología totalitaria y conformadas moralmente según los hábitos de apartheid de la sociedad tradicional.

    Ese autoritarismo se puede describir, aunque sea en textos largos (aunque nunca tanto como la suma de protestas por los textos tan largos y demás intentos de censura). El del presidente no lo he encontrado descrito.

  • Alejandro Gaviria
    20 julio, 2008 at 1:41 pm

    Camilo: su comentario es confuso. Y (creo yo) contradictorio. Inicialmente dice usted que Uribe es un síntoma, un reflejo de los valores de la sociedad. Pero después usted mismo invierte el orden causal, y sugiere que Uribe no sólo refleja unos valores, sino que tiene también la capacidad de cambiarlos: “Uribe como Presidente de la República catapulta el sentimiento moral general. Esto no incide en la conciencia colectiva, en las multitudes, en el sistema social o como quiera llamarlo?” La incidencia de Uribe en la conciencia colectiva (para usar una expresión que usted usa) es mucho menor de lo que usted supone. En mi opinión, la sociología antiuribista es una supuesto, una hipótesis de sociólogos de periódico sin ningún sustento real.

    Sergio (Maldoror) : cuando Kalmanovitz escribe, por ejemplo, que vamos en camino de ser una república confesional paisa, ¿no cree usted que está yendo más allá del asunto meramente puntual de la separación entre iglesia y Estado? Lo invito a que repase las columnas que se han escrito sobre este tema en los últimos días. Se dará cuenta, creo yo, que el straw man no es simplemente un invento mío. Muchos de nuestros comentaristas piensan (o dicen, al menos) que la beatitud presidencial es un factor retardatario, no simplemente un escollo institucional.

    Carlos Alberto: una cosa es que Uribe pretenda erigirse en padre de los colombianos, y otra muy distinta suponer, como usted supone, que los valores de la sociedad o la cultura son moldeados, determinados en buena medida, por el Presidente, por nuestro autoerigido papá. La sociología antiuribista, que usted defiende, ha alcanzado extremos ridículos. Hace un tiempo, María Jimena Duzán escribió, sin sonrojarse, que el Presidente era el responsables de última instancia, la causa última de la degradación moral que llevó a una niña caleña a decir que, cuando grande, aspiraba a ser sicaria. Las comparaciones con el franquismo son, francamente, mediocres. La sociedad colombiana ha cambiado, tiene hoy muchos mecanismos de defensa, muchas formas de contrarrestar el exhibicionismo religioso del Presidente. Reitero mi punto: creo que se está sobrestimando el poder simbólico del Presidente, su capacidad de transformar la sociedad por la mera fuerza de sus gestos y sus costumbres.

    Sergio Prada: la columna también tiene algo de autocrítica. La fijación con Uribe nos afecta a todos, hasta el punto de que ya ni siquiera nos ocupamos de sus políticas. Lo paradójico de todo esto es que la oposición más recalcitrante parece la más interesada en propiciar esta especie de culto a la personalidad.

  • jcastros
    20 julio, 2008 at 1:41 pm

    Jaime magistral, debería reabrir su blog para que sus escritos tengan mas audiencia.

  • Apelaez
    20 julio, 2008 at 1:44 pm

    Si fuéramos serios y cumpliéramos los mandatos de la Constitución en relación con eso del estado laico, el Presidente no debería rezar en actos públicos, no debería haber miembros de la Iglesia en Juntas directivas de organismos públicos y las altas cortes deberían desmontar las gigantescas cruces que adornan sus salas plenas. Pero es que no somos serios y la mayoría de las disposiciones constitucionales son embelecos retóricos sin importancia práctica. Sobre todo ese del estado laico.

  • Eslava
    20 julio, 2008 at 1:45 pm

    Profesor Gaviria. De acuerdo con su planteamiento. El paìs necesita superar el facilismo de muchos opinadores de detenerse en asuntos menores. Por el contrario, es preciso pensar en los verdaderos desafíos que enfrenta el país. A mi juicio, los hechos recientes abren la puerta para posicionar los temas sociales en la agenda pública; equidad, generaciòn de ingresos, educaciòn temprana y superior deben comenzar a escalar puestos en el debate en detrimento de la seguridad democràtica y las vanalidades. ¿Cuàl es su apuesta social?

  • Apelaez
    20 julio, 2008 at 1:52 pm

    Pero también a veces raya en lo ridiculo la inquisición que prentenden montar los ateos militantes con todo lo que huela a religión. Ya me imagino a Maldoror -si fuera Ministro de algo-, mandando botar las virgencitas que ponen los funcionarios al lado del computador, prohibiendo la rezada del rosario en las instalaciones públicas y renegando cuando le toque jurar «por dios y por la patria» en el acto de posesión. Eso sin contar el problema tan berraco que se le vendría encima en epocas navideñas: vetadas las novenas con los niños en los Ministerios, prohibidos los pesebres y las estrellas de david en los arboles de navidad. Pa risas.

  • Alejandro Gaviria
    20 julio, 2008 at 1:54 pm

    Jaime: el Presidente Uribe da ordenes a los mandatarios locales sobre como invertir los recursos descentralizados (no estoy hablando de los Consejos Comunitarios, sino de asuntos puntuales), impreca públicamente a la Junta Directiva del Banco de la República, quiso cambiar el Censo Electoral después del referendo de 2003, muestra una exasperación casi intimidante (me toca vivirla) con los ministros que lo contradicen, mandó a detener arbitrariamente a un funcionario en un Consejo Comunitario. En fin, los ejemplos son muchos

  • Alejandro Gaviria
    20 julio, 2008 at 1:59 pm

    Apelaez: de acuerdo. A mí, por lo menos, me gusta ejercer mi ateismo de manera desapasionada, sin el fervor religioso de muchos. Sergio criticó alguna vez a Hitchens por sus ateismo militante. No sé si habrá cambiado de opinión.

  • Carlos Alberto
    20 julio, 2008 at 2:26 pm

    Dr Gaviria: Entonces qué, ¿sí o no? Los ejemplos funcionan cuando usted los usa (última respuesta a Jaime Ruiz), pero cuando los uso yo, ¿no? ¿Qué es un papá, en el sentido tradicional, si no autoritario?

    En cuanto a la sociología antiuribista, yo no la defiendo. Ni siquiera sabía que existía hasta que usted le dio forma, una forma que en mi humilde concepto, no respeta la realidad. Y si le indignan la afirmaciones ridículas de María Jimena Duzán, pues entonces dígalo así. Empréndala contra ella, como lo hace regularmente contra cualquier columnista que piense distinto de lo que piensa usted. Me da la impresión de que usted ha decidido erigirse en parangón de lo que debe ser en formador de opinión, llegando al punto de que se le ha vuelto costumbre cuestionar a todos los demás columnistas y su opiniones. Y también creo que a usted le parecen perfectamente pertinentes sus irritaciones con lo que dicen los demás, pero le irrita que los demás se irriten –o no se irriten– por cosas distintas a las que lo irritan a usted. Lo mismo con la relevancia o la irrelevancia de los temas. ¿Deberán llamarlo los demás columnistas a consultarle si el tema que piensan tratar en una determinada semana es relevante o no? Coincido con usted en que la figura omnipresente, omnisciente y omnipotente del presidente es insoportable, y que deberíamos ocuparnos de otros temas. Lo de las «iniquidades» del sistema tributario me parece especialmente interesante. Entonces esperemos que usted mismo deje de ocuparse de las opiniones de los demás y se decida nuevamente a expresar las propias sobre los temas que de veras son críticos para el país.

  • Anónimo
    20 julio, 2008 at 2:34 pm

    Sin ofenderlo, señor gaviria:

    El peor momento para un ateo es cuando realmente está agradecido y no tiene a quien agradecer.

    Robert Jastroz decía: «Para el científico que han vivido basando su fe en el poder de la razón, la historia acaba como un mal sueño. Él ha escalado las montañas de la ignorancia, y está a punto de conquistar la última cumbre, se estira para ganar la roca final … y al llegar a la cúspide es recibido por un puñado de teólogos que han estado sentado allí por siglos.»

    Tan escasa como es la Verdad y su oferta siempre ha sido mayor que su demanda…

  • Javier
    20 julio, 2008 at 2:37 pm

    ¿Para ud es casualidad, que la operación jaque se haya realizado en el mes, en que precisamente se celebra la independencia de tres países involucrados en el conflicto?

    FRANCIA – 14 de Julio
    E.U – 4 de Julio
    COLOMBIA – 20 de Julio.

    Todo eso se debe a las Oraciones de millones de colombianos.

  • jaime ruiz
    20 julio, 2008 at 2:44 pm

    El comentario de Sergio Prada me hizo volver a leer la columna, y, tal como me temía, pude confirmar un sesgo bienpensante que otras veces me ha parecido detectar:

    En lugar de señalar las crecientes iniquidades del sistema tributario o el problema del empleo o el mismo deterioro institucional, muchos columnistas han optado por denunciar una supuesta crisis de valores inducida desde arriba o unos supuestos riesgos de la religiosidad pública (y teatral) del Presidente.

    ¿Quiénes son los columnistas? Personas que se defienden escribiendo artículos y que cuentan con una trayectoria académica, burocrática o literaria que los hace interesantes para los lectores. Pero sobre todo se deben a éstos: un Jeremías que no los halagara sutilmente y no se presentara, también sutilmente, como su adalid, no tendría lectores. ¿Quiénes son pues los lectores? La gente acomodada, la gente universitaria, sobre todo bogotana. Pero, ¿cómo así que hay iniquidades (injusticias extremas) en el sistema tributario? ¿Cuáles? ¿Qué pasaría si se eliminara la parafiscalidad, por ejemplo? Bueno, cualquiera de los impuestos al empleo. ¿Quién tendría que pagar más impuestos?

    ¿Quién?

    La gente rica que lee las columnas y cuenta con una exención sobre el 25 % de sus ingresos, la gente que más consume y que podría ver elevada la tasa del IVA. Los columnistas, que a menudo son hasta decanos y rectores y tienen ingresos salariales altos y exenciones deliciosas, eh, Ave María, figúrense, no se ponen a decirles a sus lectores que por justicia y por el empleo deberían pagar más impuestos.

    Por el contrario, y esto es mejor, denuncian la militancia religiosa del presidente, siendo algo que constituye un halago automático para las personas instruidas y una adjudicación de razón y superioridad. Es lo que me parece «bienpensante». Uno tiene una pastelería y en lugar de poner un adornito de boñiga para que los clientes sepan lo amarga que es la vida y la penuria en que viven miles de personas en este mundo pese a tantos inventos modernos, les pone cerezas confitadas para que disfruten y vuelvan. Lo que hace la codicia.

    Respecto a los rezos del presidente se mezclan dos elementos, uno es el de la «verdad» de la religión, el otro el de la laicidad del Estado. El primero se oculta como por cortesía pero todos los lectores de columnas lo saben, incluso hay columnistas, como Juan Gabriel Vásquez, especializados en el tema. El columnista debe mostrarse respetuoso con los católicos, a menudo muchos de su propia familia, pero sus lectores saben bien que Dios no existe. Por lo general, los que creen en Dios y en la comunicación con Él a través de la oración son los que carecen de instrucción. El presidente explota esas creencias de la mayoría para ganar adhesiones, y los columnistas explotan esos gestos populistas para demeritar su gobierno. No pueden reprocharle que no quite la parafiscalidad ni le quite exenciones a su público (eso lo propuso el ministro Carrasquilla y no fue aprobado, ciertamente con el rechazo de la oposición a la que apoyan esos columnistas y esos lectores), pero entonces explotan esos gestos populistas para confirmar la adhesión a… hombre, a la CSJ como garante del derecho, por ejemplo, o el rechazo a la guerra en que se van los recursos que no se gastan en salud y educación, al alineamiento con Bush y al alejamiento de nuestros vecinos, a la violación del derecho internacional, a la perfidia y a las recompensas y a los inamovibles para no despejar y al señalamiento de las ONG como amigas del terrorismo.

    La religión, según Octavio Paz, es lo mejor y lo peor que ha inventado la humanidad. El gesto de halago de Uribe a la gente ignorante que adhiere al mito católico me recuerda mucho esos gestos luminosos de Chávez, como romper el protocolo y abrazar al emperador japonés. Va directo al corazón del venezolano excluido, ¿es que los protocolos de Japón sí valen pero los de Venezuela no? ¿Es que el emperador es el jefe de Estado, y el presidente que se hace querer del pueblo no es un jefe de Estado? Lo mismo: Uribe muestra que comparte con esa gente la fe y la piedad y el temor de Dios. Lo que en el plano psíquico representen la religiosidad (más allá de su sustento racional) o la reivindicación nacionalista es la diferencia.

    Pero es un tema muy extenso: la religiosidad da votos, pero afecta el principio de laicidad, pero da votos, y cuando se pelean la racionalidad y hasta las construcciones jurídicas contra la ignorancia de las multitudes, las minorías selectas tratan de imponer eso que consideran superior sin tener en cuenta a los ignorantes. Por eso la corte constitucional tiende a reemplazar al legislativo, y también por eso la inmensa mayoría de los universitarios de hace 30 años apoyaban el desarrollo de un foco insurreccional que destruyera este sistema que mantiene en la ignorancia a la gente.

    La oposición siempre ha querido mostrar a Uribe como un nuevo Laureano Gómez y el caso de la religión le viene como anillo al dedo. No se le puede pedir que resuelva el problema del empleo porque sus ideas son peores que las del gobierno, lo típico bienpensante es reducir los problemas políticos a cuestiones técnicas. El gobierno de Uribe es condenable porque no racionaliza la tributación ni favorece el empleo, pero eso quiere decir que es demasiado parecido a los políticos, columnistas y lectores de la oposición. Éstos sólo tienen el recurso de la guerra de los godos contra el pueblo liberal hace más de medio siglo, porque en cuanto dicen lo que realmente quieren encuentran el rechazo de la mayoría de la gente.

  • Anónimo
    20 julio, 2008 at 2:49 pm

    Una cosa es rezar otra cosa es ORAR.

  • Alejandro Gaviria
    20 julio, 2008 at 2:51 pm

    Carlos Alberto: una cosa es hablar de “papá” en sentido metafórico, y otra cosa, tomarse la metáfora en serio y pretender que Uribe se ha convertido en un “papá” en sentido literal, hasta el punto de decir que es un formador de valores o de la moral de todos los colombianos.

    Yo creo, de otro lado, que es importante opinar sobre las opiniones de los otros. Tal vez por venir de la academia, considero que la controversia es fundamental. Por eso tengo este blog. Y por eso opino sobre lo que otros opinan.

  • jaime ruiz
    20 julio, 2008 at 2:56 pm

    Alejandro, sí, tiene razón en lo del estilo de déspota de Uribe, lo que pasa es que el escándalo de los promotores de la negociación política como garantes del derecho y el gobierno rigurosamente democrático obnubila la mente.

    Ese mensaje de Carlos Alberto de las 9.26 es para enmarcar. Volviendo a Octavio Paz, decía que como hijos de la Contrarreforma los hispanoamericanos eramos refractarios a la crítica, y que de ahí venía todo el atraso. Lo que dice Carlos Alberto es que no quiere que usted opine libremente, porque al mostrarse en desacuerdo cono los demás los está despojando de algo. Una joya. Vean, eso es también retrógrado, pero aún más dañino porque ofusca el sistema nervioso central de la sociedad.

  • Tarantini
    20 julio, 2008 at 3:18 pm

    Yo creo que las ideas de la columna eran bastante simples y la idea central era dejar de hablar de Uribe, pero no se logró el objetivo. Definitivamente este presidente es bastante poderoso, mediáticamente hablando, porque incluso los que abogan por el silencio con respecto a él terminan hablando de él.

    Eso es lo que lo ha mantenido con el 80% o más de la popularidad. Creo que William Ospina en la columna de hoy, al refirse al poder de las estadísticas, toca las ideas que quizo exponer Alejandro en su columna.

  • juan farncisco muñoz
    20 julio, 2008 at 3:23 pm

    Carlos Gaviria es tal vez uno de los más apasionados por la figura de Uribe. Es parte del sinsentido de la sociología antiúribista. Carlos Gaviria es un opositor perfecto para el uribismo. Un humanista que quiere hacer de su vida una novela de personajes históricos que se debaten por sus ideales. Creo que el ex candidato presidencial es tan anacrónico como el mismo presidente.

  • MORALCOLOMBIANA
    20 julio, 2008 at 3:36 pm

    Oh, eso de la religión..

    Mis estudios en filosofía especulativa, metafísica y ciencias quedan resumidas en la imagen de un ratón llamado hombre corriendo por cada abertura del Cosmos y siendo cazado por el Queso Absoluto.

    De forma análoga sucede en Colombia. Los partidarios de los «amigos» de Uribe se tuercen por obtener dominio y poder soberano sobre algunas zonas del país encubriendo con astucia su intención, mientras que el cándido ochenta y pico por ciento del electorado se desvive por dar pronta solución a una absurda guerra.

    Interesante hoy el artículo en el Nuevo Herald

  • charlie
    20 julio, 2008 at 3:37 pm

    Uribe y su omniprecencia son ya un problema estetico. En algun momento la gente no va a querer verlo ni en pintura. Sobre todo en Bogota. Y, hasta ahi llega.

  • Anónimo
    20 julio, 2008 at 3:38 pm

    Como cristianos aceptamos una verdad fundamental: Dios existe y de esta forma todo lo demás tiene sentido. Un ateo para negar a Dios tiene que aceptar explicaciones increíbles para todo lo demás. Algo hay que reiterarle….Creo que requiere tener más fe para negar a Dios que para creer en Él.

  • jaime ruiz
    20 julio, 2008 at 4:15 pm

    El artículo de William Ospina es todavía (¡todavía!) más cursi de lo que me esperaba, el previsible halago a todos los que no salen en televisión y creen que este mundo está mal hecho porque les va mejor a otros, la previsible y clerical queja por la pérdida de valores. El cursi letargo de los que aborrecen este mundo y por eso admiran a Chávez.

    Pero tiene público. Un comentarista escribe:

    A esta columna le sobra la profundidad y la honestidad que hoy le hace falta a la columna de Alejandro Gaviria y a algunos de los columnistas que él critica. Bien por el Espectador que en una sola entrega, nos permite ver dos caras tan diferentes de un solo problema: la alienación de la gente para gobernarla y que el gobernente gane por donde sea o la alienación de la gente para venderle vainas. Casi siempre OSpina escribe para que uno guarde las columnas, las relea y depues trate de hablar de cosas muy importantes con los hijos.

    Sí, compañeros, esta sociedad falsea los genuinos valores morales, es tarde para el hombre. Pero podemos guardar las columnas de este pensador para que nuestros hijos sepan admirar al hombre que reflexiona en el avión en que vuelve de India sobre esa profundidad del hombre que vive lejos del mundanal ruido y del vano oropel de este predador capitalismo de casino. Gracias a… Perdón, perdón.

    Por cierto, ¿cómo que es anacrónico Uribe? De momento es un triunfador absoluto, un mito para toda la derecha de Occidente y un gobernante que cuenta con gran aceptación. El «paradigma» que subyace al comentario de Juan Francisco es: aquello que me gusta a mí es lo legítimamente moderno y avanzado, lo otro es caduco. Puro subjetivismo.

  • Gheysel Naranjo
    20 julio, 2008 at 4:23 pm

    ¿Y los ateos qué? Mas allá de la escenografía de Arrepentíiiiiiiiiiios….habría que observar y examinar los hechos del presidente Uribe, sin cargas contra él ni juzgamientos. No creo que ser devoto sea tan cruel, habría que analizar hasta que punto estatifica su devoción. Es bien sabido que el presidente creció en esos ambientes y la forma promedio del colombiano es ser religioso. Además la paradoja de autorizar en nombre de la biblia y legitimar es una muestra de idiosincrasia de origen español y mezcla de las propias costumbres indígenas de adorar al sol, la luna, etc. Por supuesto por más que se rece no se le devuelve la vida a nadie ni se reparan los actos, pero con el carisma que tiene el presidente es hasta simpático el asunto. Anteriormente a los guerreros les bendecían las almas antes de ir a pelear.
    Con respecto a la marcha de ahora, pues de lo que habría que cuidarse es de ser arrollado por la multitud, pero muy interesante la fuerza que crea el arte (incluyendo la ciencia y la tecnologia) por la construcción y la paz, la unidad y la fraternidad
    Gheysel Naranjo

  • jaime ruiz
    20 julio, 2008 at 6:27 pm

    Verdaderamente El Espectador es el órgano de propaganda del terrorismo. Por ejemplo, sale un escrito sobre la Cruz Roja, con bellezas como ésta:

    Son tantas víctimas y tan extremas las acciones perpetradas por los enconados antagonistas de esta guerra, que cuesta mucho ser imparcial ante tanto dolor.

    ¿Cómo se es imparcial ante el dolor? Nadie debería serlo, todos deberíamos estar en contra del sufrimiento ajeno. Pero lo que les interesa es poner en el mismo plano a los terroristas y a quienes intentan impedir que hagan de las suyas. Esa labor es como el fútbol del combo de Karina, pero no la hacen pobres rústicos hambrientos sino pretenciosos doctores. Al lado del sicario que escribió eso Karina es sólo otra víctima.

    Pero todo es así. En otra parte entrevistan al correspondiente experto, sobre la perfidia:

    C.O.T.- Si alguien le preguntara por qué un Estado tiene que tener límites en sus métodos y decisiones estratégicas, mientras que grupos irregulares como las guerrillas no reconocen ningún reglamento ni se acogen a los pactos entre naciones, ¿qué respondería?

    E.G.L.- Que el DIH está concebido para que todos los combatientes lo respeten y que es una obligación tanto para el Estado como para los alzados en armas. Ninguna de las partes puede argumentar que porque su contraparte no respeta esos preceptos, ella tampoco lo hará. Lo que sucede es que los Estados firman y ratifican las convenciones y en esa condición se espera que sean rigurosos y estrictos en el cumplimiento de lo pactado.

    Con lo que se va, clásicamente dando por sentado la beligerancia de la guerrilla. El DIH corresponde a la situación de guerra entre antagonistas reconocidos por el derecho internacional, no porque una banda de asesinos se declare parte en un conflicto va a haber que reconocérselo, salvo en la visión del experto, de la periodista y del periódico que quieren promover a esa banda de asesinos.

    Y el cinismo, de nuevo, muestra a criaturas más asquerosas que Karina y compañía: precisamente el DIH prohíbe el secuestro, pero para liberar a los secuestrados no se debe infringir esas convenciones ante un enemigo que no se reconoce. Supongamos que para liberar a Íngrid el recurso hubiera sido realmente engañar a los terroristas haciéndose pasar por miembros de la Cruz Roja. Sería un crimen atroz, lo correcto es dejar a los secuestrados en manos de sus captores, en respeto del DIH: es el DIH el que prohíbe el secuestro, pero también prohíbe la liberación salvo cuando es imposible.

    El poder del gobierno colombiano en los medios de comunicación es tal que ni siquiera se denuncian todas esas campañas de promoción del terrorismo. Pero a los Kalmanovitz les parece excesivo, quieren que reine sólo esa propaganda.

  • juan farncisco muñoz
    20 julio, 2008 at 6:53 pm

    Jaime:

    Cuando califico a Uribe de anacrónico, me refiero a sus actitudes religiosas y rezanderas ante eventos que no ameritan ese tipo de aproximación. Es cierto que muchas personas se identifican con esas actitudes, pero, si consideramos que este es un país en el cual las personas no xdeben imponer un culto religioso,entonces considero que sí cabe el calificativo.
    Ahora, culturalmente tal vez sea discutible que Uribe sea anacrónico, como usted bien afirma, pero basandose en la ley y en ciertas posiciones filosóficas ante la política y la vida, creo que cabe tal afirmación. Puede ser una cuestión de gustos, eso lo admito.

  • Anónimo
    20 julio, 2008 at 7:31 pm

    Una cosa es rezar otra cosa es ORAR.

  • Gheysel Naranjo
    20 julio, 2008 at 8:08 pm

    En el ajedrez hay veces que es necesario conducir al caballo para atrás y que tome otras oposiciones sin aparentemente estar avanzando en el tablero…entonces lo del “factor retardatario” mmmm creo que es cuestionable al igual que la frase que dice: “pa atrás ni para coger impulso”… nada que hacer, “Pa delante”, si se necesita IR PARA ATRÁS para coger impulso.
    Bueno creo que con tantos comentarios que ha recibido el doctor Uribe habrá cambiado un resto su devoción, aunque si hay libertad para todos ¿por qué no para el presidente?… -Mockus la tuvo en su momento ante los estudiante de la UN (poco efectivo ese acto por su puesto)…. En ultimas todos somos cristianos… –ello se comprueba cuando se le da “cristiana” sepultura a la gente que muere, incluido a los mismos guerrilleros–.

  • Anónimo
    20 julio, 2008 at 8:22 pm

    “El operativo tuvo la luz del Espíritu Santo y la protección de Nuestro Señor y la Virgen”
    Manifestó el presidente Uribe al dar a conocer el rescate de Ingrid y los otro 14 secuestrados, pero que pasó cuando fueron por orden de él a rescatar al gobernador Gaviria de Antioquia,quien fue masacrado por la FARC. Parece que ese día el Espiritu Santo estaba de asueto, la Virgen Maria jugando canastas con Santa Ana y otras amigas y Chucho dominó con San Pedro, San Juan y el Beato Marianito. Amén

    Lelo69

  • MARO
    20 julio, 2008 at 10:56 pm

    Pero es que no existe sólo una «sociologia antiuribista» digna de primíparos de la UN, también tenemos la hagiografía oficial que se encarga de meterle leña al asunto.

    Escucha uno a los ministros, a JoseO (cuyo hijo, contra todo lo expresado será finalmente columnista del diario de Planeta) y a demás miembros del sanedrín palaciego hablar de las «obras y milagros» de nuestro señor con un fervor y un arrojo que ni los seguidores del canonizado Escrivá de Balaguer: que si Uribe tilín, que si talán, que si no será un estadista a la altura de Churchill o de Mandela, que qué hombre sapiente y pulcro.

    Y ni lo uno ni lo otro; el temita de la reelección y la renuencia presidencial a referirse categóricamente al tema sí permiten creer que a Uribe le gusta que hablen de él, bueno y no sólo eso, también la infinidad de consejos comunitarios televisados, las inauguraciones de plantas eléctricas y de lechonerías de barrio; pero la cosa es casi normal, es el Presidente: todo político tiene esa desagradable tendencia al exhibicionismo, los que no, pues no llegan ni a la esquina.

    La sombra mediatica, sociológica y hasta freudiana (como la llama Alejandro) de Uribe no es sino la muestra de la pobre cultura política colombiana: unos se lamentan de que el país comience y se acabe en Uribe, mientras que los otros no conciben una mañana sin él frente al timón de mando.

    Tal vez (seguramente) tiene razón Jaime Ruiz (quien debería reabrir su blog para poder condenar al Espectador a sus anchas y contestar a cada comentario aquí consignado) cuando en una entrada anterior se quejaba de quienes se dedican a criticar las poses de Uribe.

    Los hay, países en los que ni siquiera se sabe cómo se llama el primer ministro, y los senadores andan en bus y no contestando entrevistas; pero en América al fin y al cabo la política nowadays es otra variedad del entertainment.

  • Maldoror
    20 julio, 2008 at 11:58 pm

    Alejandro:

    Creo que ud tiene un punto. Quizás muchos de los argumentos sobre el tema son ridiculos, como el que ud cita de Kalmanovitz. Asi que le concedo el punto. Y más bien lo reformulo en el sentido de que incluso si la mayoría de las quejas son ridiculas, eso no quiere decir que no existan argumentos validos contra que un presidente rece en un acto público.

    Respecto a lo que ud dice de Hitchens, lo que me molesta de gente como él es:

    1) La ligereza con la que se toma a los creyentes, como si todos fueran estupidos e irracionales a la hora de justificar sus creencias

    2) La ligereza con que se toma muchos de los argumentos en favor de la existencia de Dios y/o de creencias religiosas.

    3) El afán de erradicar la religión – asi no sea por metodos violentos- como si la creencia religiosa fuera en si misma una enfermedad.

    Nada de eso debe evitar el debate entre una posición atea o una creyente, pero no está demás tomarse lo que los otros piensan en serio. Hitchens como buen fanático que siempre ha sido, es incapaz de eso.

    Apelaez:

    Todos esos ejemplos que ud pone (como si pertenecieran a una misma categoria de cosas) me parece que son problemas por separado. Por ejemplo si yo fuera presidente, no prohibiría que un funcionario publico tuviera imagenes religiosas en su escritorio o que rezara el rosario en el trabajo -siempre y cuando lo haga a mottu propio y no oficial- En cambio si quitaria los crucifijos de las altas cortes o los juramentos por «Dios…». Todos esos debates por lo demás existen, en paises como Estados Unidos o Francia, y si arman peloteras tenaces y a veces inecesarias (como lo de la prohibición del velo o de simbolos religiosos en las escuelas francesas) pero a veces validas. Y no como Alejandro Gaviria dice, porque uno se empeñe en imponer el ateismo a otros, sino precisamente por el deseo de tener un estado laico y lo más neutro posible frente a cuetsiones religiosas.

  • Anónimo
    21 julio, 2008 at 12:30 am

    Me parece mejor que Uribe con sus actos REFLEJA al pais. El gusto por la trampa,la mentira, sacar ventaja sin importar cosas como la ética, mañosos, etc.

  • Anónimo
    21 julio, 2008 at 1:54 am

    Tiene razón. El 84% de los colombianos son así.

  • Lanark
    21 julio, 2008 at 12:30 pm

    jcastros: Increíble, hasta en los periódicos de Israel se meten J., Julián Ortega, Lanark y Maldoror a opinar con nombres falsos. Un supuesto israelí Mark Keil dice:

    «I do hope that the authors understand that jumping into bed with the Colombian leadership, given its horrendous human rights record, is something that we should do very carefully, not just because we can sell them weapons. I am not at all sure that it is a good thing for us in Israel to be too closely associated with the Colombian regime, even if some of its neighbors are even worse»

    Pero no puede ser israelí, porque ese es un país decente sin gente deforme, o al menos en proceso de deshacerse de ella.

  • Lanark
    21 julio, 2008 at 12:36 pm

    Claro que me parece interesante que las abundantes críticas que se hacen en el exterior recaen sobre el régimen colombiano, y no sobre nuestro patroncito. Allá no pega tanto el showman con su «¡quieta Margarita!-EP». Esa es probablemente una buena estrategia para reconocer a los colombianos opinando en otras partes: si para referirse al gobierno usan el nombre del presidente, seguro que son colombianos o venezolanos (cada vez cuesta más distinguir unos de otros).

  • jcastros
    21 julio, 2008 at 12:44 pm

    Lanark, lo increíble es que hasta Jaime Ruiz presente columnas en un periódico judío con el alias de ABRAHAM KATSMAN AND KORY BARDASH

  • jaime ruiz
    21 julio, 2008 at 1:35 pm

    Tengo que admitir que he sido obstinado en no reconocer el valor de Lanark, una especie de adalid de la universidad colombiana que intenta salvarla de la práctica inexistencia en el mundo del conocimiento fuera de nuestras fronteras. Bueno: Alfredo Molano daba clases de solución de conflictos en Barcelona, y creo que Eduardo Pizarro en Stanford. Ya se sabe, si los españoles llegan a tener algún conflicto, llamarán a personas formadas con el profesor Molano para que lo resuelvan. Tampoco sería justo decir que no, que no hay profesores colombianos en esas falsas universidades del imperio porque no tienen nivel ni aptitud.

    Pero ya han pasado unos cuantos años de lo de Molano y el conflicto lejos de resolverse se agravó por la negativa de la oligarquía y el establecimiento a buscar una solución, de modo que Lanark se dice «No permitiré que la universidad colombiana se quede sin reconocimiento» y busca a toda costa aparecer él en el Libro Guiness de los Récords, aunque sea como el autor de la mayor cantidad de tonterías.

    Lo último es el «horrendous» récord del doptor Varito (alias «El Salgareño», bueno, Alvaraco, ya me entienden) en materia de derechos humanos, ¡certificado por algún adolescente israelí vejado por su propio padre! Porque lo que es las personas que han sufrido el terror de la insurgencia le tienen un gran aprecio, en proporción a la intensidad de su experiencia. Curioso, más tonto no se puede ser, ¿irán los mongoles a consultar a los chocoanos para conocer el estado real de la cruel climatología de su país?

    Respecto a Obama, me deja pasmado que haya estado por encima en las encuestas. Ya se sabe que la democracia tiene sus riesgos, pero que un personaje de esa calaña llegue a la presidencia de la primera potencia mundial me parece inverosímil. Después de oponerse al TLC porque hay gente que cree que le da ventajas a Colombia en materia arancelaria cuando en el corto plazo es al revés, favorecería, si bien en medida modesta la creación de empleo en EE UU, bueno, y de decir que apoya el muro entre México y EE UU para que los inmigrantes no se insolen en terrenos tan inhóspitos, ahora promete sacar las tropas de Irak.

    Cada vez que, bajo una presidencia demócrata, EE UU ha «dejado hacer» el resultado ha sido una suma de genocidios y amenazas a la paz mundial, Carter significó Camboya, la intervención soviética en Afganistán y en Nicaragua y la revolución de Jomeini; Clinton, la orgía de Milosevich y el genocidio de Ruanda. Pero ésos sólo permitieron la barbarie, el Zapatero mulato la estimularía.

    Yo creo sinceramente que Uribe debería advertir a los votantes, caso de que las encuestas sigan siendo favorables al orador inspirado, que Colombia se plantearía sus alianzas internacionales caso de ascender semejante personaje. De todos modos habría que hacerlo, ¿o es que ya olvidamos los «cameos» de McGovern y Pelosi en el computador de Raúl Reyes? ¿Y las invitaciones a Borja y Petro por parte del entorno demócrata?

  • Anónimo
    21 julio, 2008 at 2:45 pm

    1+2+3

    Para nadie es, o debería ser, un misterio la ya clásica forma de hacer política en los tiempos que pasan. Quien pretenda gobernabilidad ejerciendo el poder impone su agenda –por medios licitos- y define el problema que el país debe atacar o resolver. Hace bien Alejandro en pedir que hablemos de otra cosa. De resto contribuiremos con la Uribitis del país. A la política de seguridad se le hará el mismo seguimiento que se le haga a otras que el país debe ir montando para que ojalá algún político abandere. Pero mucho me temo que así no ocurra y algo fortuito aparezca.

    La sociología es algo mas serio Alejandro.

  • los nuevos
    21 julio, 2008 at 4:08 pm

    Profesor Gaviria excelente columna.De lo mejor que ha escrito. Creo en verdad que el sujeto de nuestra obsesión nos ha llevado a olvidar, desatender asutos institucionales, puntuales, y concretos de la política y las instituciones. Algunos columnistas de prensa, opositores políticos, comentaristas irritados han elaborado una sociologia antiuribista muy simple y vaga, que solo se la creen ellos mismos y su sequito. Es hasta magica, abracadabrante, infantil..

    Recomiendo a todos (deberia citar mas in extenso pero a penas me aproximo al asunto) la obra del historiador clasico Paul Veyne:
    pan y circo que trata las sociedades autoritarias en el mundo antiguo (Grecia y Roma). El analisis de su obra lo encontre en un texto de psicologia política del profesor Jon Elster. Espero elaborar más el tema y compartirlo con ustedes.

    Va un adelantico de mis impresiones sobre la obra que vienen como anillo al dedo. Veyne era un agnostico, por eso pudo estudiar la noción de autoridad y culto en la antiguedad con objetividad. De esa manera observo que el culto a la divinidad del emperador en Roma, no era tan determinante como se pensaba, en esa sociedad habia multitud de creencias y sectas. Esa no era fuente de autoridad y transformación social. Eso culto solo lo creian los cristianos.

    Creo que en Colombia ese culto, divinidad y omnipotencia de Uribe sola la creen estos improvisados sociologos antiuribistas que señala Gaviria. Pero si que hacen ruido en periodicos,pasquines y academias.

  • Carlos
    21 julio, 2008 at 8:01 pm

    Yo estoy muy de acuerdo con la idea que la oposición a Uribe en general es mediocre y claramente inefectiva.

    A este gobierno hay muchas cosas que criticarle, pero, por ejemplo, el PDA y Piedad Cordoba, dedican mas esfuerzo a hacerle el juego a la guerrilla con el mal llamado «acuerdo humanitario», en vez de identificar las fallas en las politicas economicas, la infraestructura,entre otros aspectos.

    Sobre la separación iglesia-Estado: creo que entre las gentes mas educadas y «los universitarios» hay una confusión. Una cosa es libertad de cultos y separación iglesia-estado. Y otra muy diferente un anticlericalismo, anticristiano, y/o ateismo militante que ahora pretende caer en la intolerancia antireligiosa. Es decir, el mismo pecado de la iglesia catolica en siglos pasados pero al reves.

    Hoy en Colombia existe bastante libertad de cultos y la influencia de la iglesia catolica en las decisiones estatales ha disminuido considerablemente. Sin embargo, tampoco se puede pretender que en un pais con tanta gente catolica, el presidente no pueda persignarse en publico o hacer referencias a la virgen María. Creo que esa es una visión idealista/irreal del Estado como algo completamente separado de la sociedad que controla.

    Si las mayorias en Colombia son catolicas,si la sociedad es mayoritariamente catolica (asi sea nominalmente) que se puede esperar de los funcionarios estatales que tambien pertenecen a esa sociedad, incluso cuando actuan en publico?

    Aqui veo un ejemplo mas de intentos de imponer criterios de «corrección politica»(es decir, se quiere mostrar como «politicamente incorrecto» que un presidencie reze en un acto público) que un peligro real a nuestra libertad de creencias.

    Que el presidente reze en un act publico no es grave. Que el presidente quiera que todos los colombianos adoptemos el catolicismo o el cristianismo si es grave.

    Y valga la aclaración: tiendo mas al ateismo aunque tampoco considero que la evidencia de la No-existencia de «un dios» sea irrefutable. La ausencia de evidencia (de la existencia de «un dios») tampoco es la evidencia de la ausencia (de un dios).

    Los nuevos: me gustaria conocer mas sobre la obra de Paul Veyne. Sus libros se consiguen facilmente aqui en Bogota?

    Cordial saludo,
    Carlos

  • Maldoror
    21 julio, 2008 at 8:54 pm

    Esta intersante la discusión. Por un lado Alejandro parece confundir el deseo por un estado laico con un «ateismo militante», lo cual es el tipico argumento de la derecha religiosa gringa. Y por otro Carlos revive el viejo argumento del hecho social catolico (este pais es mayoritariamente católico, entonces esta bien mezclar la religion en asuntos de estado). Quizás estoy en el lugar equivocado como dicen…

  • Alejandro Gaviria
    21 julio, 2008 at 10:08 pm

    Yo creo que la sociología es seria (como dice 1+2+3). Por tal razón, me parece importante llamar la atención sobre la ligereza de la sociología antiuribista, o sobre la misma falta de fundamento empírico en la opinión generalizada según la cual Colombia es un país de mañosos y avivatos. Las diferencias entre naciones o regiones, en cuestiones como el respeto por la ley, la confianza interpersonal, la tolerancia, etc., son difíciles de demostrar. La hipótesis del Almendrón (para usar el término que le dio Gomez Buendía a la supuesta malicia colombiana) no ha sido probada, es un supuesto conveniente para el discurso miserabilista tan común en este país.

    Sergio: yo no asocio el deseo por un estado laico con el ateísmo militante. Simplemente, a al luz de un comentario de apelaez, mencioné la evidente incoherencia del ateísmo piadoso. Pero mi punto es otro. A saber: la sociedad colombiana es, en buena medida, inmune al exhibicionismo religioso del Presidente, y por lo tanto, creo yo, algunas de las críticas recientes al respecto son exageradas. Eso es todo.

    Hay otra faceta de la sociología antiuribista que vale la pena mencionar: el tono solemne. Este fin de semana, leí una entrevista con el poeta chileno Nicolás Parra que me llamó la atención. Alguien le preguntó “¿Para usted quien es el enemigo público número uno?”. “El tonto solemne –respondió Parra–. Ya sea de izquierda o de derecha”. Hay tanta solemnidad, en un tipo como Rodolfo Arango, por ejemplo, que Parra puede tener razón.

  • Alejandro Gaviria
    21 julio, 2008 at 10:13 pm

    Buen artículo sobre reelección. A mí nunca me ha gustado la idea, ni siquiera por un período. Pero este artículo me puso a pensar.

  • Carlos
    21 julio, 2008 at 10:27 pm

    Sergio: que entiende por «asunto de estado»?

    Rezar un avemaria en un consejo comundal es interferir con un asunto de estado? No lo creo.

    Decir que se va a combatir a las guerrillas porque son comunistas ateos? Eso si. (asi fue en una epoca. Revise la historia de la lucha anticomunista en america latina).

    El punto es que no es que las mayorias catolicas justifiquen el que Uribe reze avemarias en un consejo comunitario. Mi punto es que pretender extirpar todo intento de ritualidad religiosa en los actos públicos en una sociedad que apenas va en camino de la secularización es irreal.

    Tal vez usted lo considera deseable. Yo soy mas bien indiferente al respecto. Pero los politicos van a seguir haciendolo para poder conectarse con su electorado (si este es religioso).Sospecho que Uribe lo hace por esa razón.

    Así como Lopez Michelsen se las daba de vallenatero. Es pura táctica electoral.

    No veo porque alarmarse tanto por la ritualidad religiosa.

    Pienso que debemos alarmanos realmente cuando veamos discurso religioso en el contenido de leyes y decretos. Pero yo recuerdo que hace dos años, el mismo Uribe dijo en un acto publico que apoyaba las uniones de homosexuales. Y nunca objetó los proyectos de ley al respecto ni pretendio un «articulito» al respecto.

    La iglesia si se quejó y protestó. Pero Uribe no hizo nada. No salió en «defensa de la sociedad cristiana». ni a salvarnos de una «nueva sodoma y gomorra».

    Conclusión: en la era de las avemarias en actos publicos, se empezó a legalizar la unión de homosexuales.

    Asi que aqui hay mas alarma e intento de corrección política que sustancia.

    O por lo menos no veo evidencias.

    Saludos,
    Carlos

  • Apelaez
    22 julio, 2008 at 12:44 am

    A mi me da la leve impresión de que la categoría de «tonto solemne» esta sobre representada en la academia. Sobre todo en las facultades de humanidades.

  • Carlos
    22 julio, 2008 at 1:18 am

    Que bien Natalia Springer. Excelente columna diciendo las verdades sobre Daniel Ortega.

    Definitivamente no esta en la categoría de Molano.

    Y ya empiezan a pedir la renuncia de Diego Palacios. Me uno a ese grupo.

  • Anónimo
    22 julio, 2008 at 3:26 am

    Es increible el cinismo del sicario del blog Jaime Ruiz, en los comentarios que hace en las columnas de opinión de El espectador, desde allí señala a algunos columnistas y los manda a matar, se ha vuelto muy eficiente semejante criminal.

  • Anónimo
    22 julio, 2008 at 6:57 am

    Nicanor Parra.

  • jcastros
    22 julio, 2008 at 7:22 am

    «Quizás estoy en el lugar equivocado» dice malolor, le confirmo que si, desde que nació!

  • Maldoror
    22 julio, 2008 at 7:30 am

    Carlos:

    Yo aclaré desde un principio que no suscribo a la idea de que porque el presidente rece en actos publicos, eso implique que tenga alguna influencia real sobre la sociedad. Eso no es mi punto. Mi punto es que, si en verdad vamos a tener un estado laico, creo que no es conveniente que los miembros del gobierno mezclen su religiosidad con actos oficiales, por más que su religión sea la de la mayoría del país.

  • Javier Moreno
    22 julio, 2008 at 9:11 am

    Durante medio siglo
    La poesía fue
    El paraíso del tonto solemne.
    Hasta que vine yo
    Y me instalé con mi montaña rusa.

    (Nicanor (No Nicolás) Parra)

    🙂

  • Gheysel Naranjo
    22 julio, 2008 at 9:19 am

    Genéticamente no tenemos como pensar de otra manera, los mismos genes llevan a los colombianos a invocar a dios para todo. “Que dios nos ayude” viene de hace siglos, y difícilmente salir de estas placas cerradas de ADN…no somos nosotros que salimos a las calles a pedir paz y milagros a dios de libertad, ES EL GEN EL QUE NOS LLEVA… La gente con distintos genes no se manifiesta pidiendo a Dios ni saliendo a las calles, se queda en silencio y cree en sus capacidades y en las capacidades del gobierno de imponer orden y libertad. ¿salgan a las calles y pidan a Dios por la libertad? ¿Encomendarle la paz al pueblo??

  • Lanark
    22 julio, 2008 at 9:24 am

    ¿y ustedes de verdad creen que Uribe nombraría un ministro ateo que no quiera disimular que es ateo? Yo creo que ni siquiera se aguantaría a un ministro mamagallista. Ya me dirán los «enemigos de la solemnidad» que mamar gallo en una reunión de gabinete es más grave que rezar.

  • Lanark
    22 julio, 2008 at 9:26 am

    jcastros: me recordó a «Colombia soy yo» que sospecho que significa «Colombia no es usted, ábrase, gonorrea»

  • jcastros
    22 julio, 2008 at 9:38 am

    Lanark, el mensaje de «Colombia soy yo» tiene un destinatario puntual, si se siente identificado lo siento por ud.

  • jaime ruiz
    22 julio, 2008 at 10:24 am

    Lo de que Colombia es un país de mañosos y avivatos no se ha probado, pero al parecer lo de que ésa es una opinión generalizada sí. No lo pongo en duda, pero creo que a esa proposición le florecen los corolarios desasosegantes. Por ejemplo, el de que Colombia es un país en el que abunda la gente dispuesta a creer que en su país reinan los mañosos y avivatos.

    Me explico: en el parto de la sociedad colombiana tuvo un gran papel ese conflicto del barroco español entre los castellanos viejos y los nuevos, a los que se les atribuían raíces impuras (genes supersticiosos, tal vez, como los que menciona Gheysel). Al colombiano lo forma ese conflicto, todo el que puede lleva la reliquia de su hidalguía (y su parentesco con algún cargo eclesiásitco) y la afirma condenando a los indios y uribistas (valga el pleonasmo). Por ejemplo, casi todo el mundo condena el dinero fácil, cosa que en otras partes no ocurriría y más bien resultaría desconcertante. Si se trata de la delincuencia, ¿por qué hablar de «dinero fácil»? El anhelo del dinero fácil es el sentido común, pero para el que tiene algún dinero fácilmente gracias a su condición y relaciones nada hay más grato que despreciar la codicia ajena: rasgos de villanos.

    La sociología dirá lo que quiera pero la mirada del extraño no vacila, ni los datos de la experiencia histórica: el parasitismo relacionado con la esclavitud generó entre las clases altas urbanas (que sirven de modelo al resto) hábitos de crueldad e indolencia; la propia organización estatista de la sociedad hizo proliferar el servilismo, y todo eso en un entorno aislado y primitivo dio lugar a la chabacanería. Algo como la molestia porque los ministros no puedan «mamar gallo» es inconcebible hasta en el juerguista más bufonesco de un país europeo. La famosa conducta de los mañosos y avivatos sobre todo consiste en saltarse normas que siempre se salta el que puede (nadie ve a los obispos ni a los generales ni a los ministros haciendo cola), y la queja por eso también es el lamento del hidalgo que ve disolverse el mundo en el que los demás son dóciles y a él le toca sólo mamar gallo y pergeñar utopías.

  • jaime ruiz
    22 julio, 2008 at 11:03 am

    Carlos, acerca de Natalia Springer, espero que me expliques cómo es eso de que el hambre es la peor forma de terrorismo. Yo creo que ni Molano llegaría a decir eso, pero creo que es porque ese Bin Laden cósmico permanece oculto para algunos.

  • Alejandro Gaviria
    22 julio, 2008 at 12:16 pm

    Javier: gracias por la corrección en el nombre del antipoeta.

    Jaime: ese conflicto entre castellano viejos y nuevos, se dio, creo yo, con igual intensidad en otros países de América Latina. Algunos historiadores, dados a la exageración, han dicho que la guerra de independencia fue simplemente eso, una continuación de los juicios de sangre. Puede ser. Pero decir que Colombia es el resultado de la tensión entre la capa del viejo hidalgo y la ruana el nuevo me parece, por lo menos, una exageración.

  • Anónimo
    22 julio, 2008 at 12:27 pm

    Para aquellos que sangran por la herida / Y lamentan que vuelvan los cautivos / Y que hasta los captores sigan vivos, / Y exhalan patetismo sin medida, // En torno a leguleyas pretensiones / De legitimidad sobreentendida / De la tropa que ha dado ya la vida / Para hacer realidad sus ambiciones. // Para los desalmados empresarios / De secuestros, masacres, castraciones, / Cilindrazos y minas y extorsiones: // No los harán ministros sus sicarios, / Ya no verán cumplirse sus destinos / ¿Y saben qué? ¡Pues jódanse, asesinos! – Jaime Ruiz

  • jaime ruiz
    22 julio, 2008 at 12:45 pm

    En definitiva, el punto de la columna me parece muy equivocado, pues no tiene en cuenta la verdadera estatura histórica del presidente. Yo creo que en la historia de todo el continente Uribe quedará como EL GRAN ALQUIMISTA, y la prueba es sencillísima: ¿no recuerdan a toda esa gente que escribía comentarios en los foros burlándose de los secuestrados? ¿Y la que aplaudía a Molano cuando proclamaba que estaba bien la masacre de Vigía del Fuerte porque era una base paramilitar? ¿Y los que salieron a burlarse de los deudos de las víctimas de la masacre de El Nogal gritando «Ni un peso más para la guerra»? ¿Y los que explotaron la masacre de Bojayá para conseguirle voticos asustados al dicharachero sindicalista semioligarca? Pues por obra de nuestro amado líder y de su hipnosis genética esas personas han llegado a convertirse en maestros de moral, y no sólo eso, en garantes de la justicia y de la división de poderes. ¿Quién ha logrado algo comparable?

    (Alejandro, perdón, aparte: el punto es si ese discurso del almendrón corresponde a una ideología de hidalgos o no. Ya lo que sea Colombia me parece más complicado.)

  • bebeprobeta
    22 julio, 2008 at 12:58 pm

    El ‘enano’ es jugo mediatico de demagogia.Igualito a novelon con aroma Opus Dei.

    SIN CULEBREROS NO HAY PARAISO.

  • Anónimo
    22 julio, 2008 at 1:09 pm

    que chevere. jaime ruiz con su capa de brujo. inmarcesible. totalmente ALQUIMICO,sin omitir nada. con sus distracciones moralistas y los sintomas repetidos.

  • Lanark
    22 julio, 2008 at 1:14 pm

    El artículo tampoco toma en cuenta la verdadera inteligencia superior del presidente.

  • los nuevos
    22 julio, 2008 at 4:15 pm

    Profesor Gaviria va una pregunta sobre el tema de la reeleccion. No pude leer la columna de newsweek que ud enlaza, pero cual es la tesis de fondo que la sustenta? (Es un caso en Corea del sur, cual es la analogia?)

    Y de otro lado que le parece la propuesta del hermano del presidente de un acuerdo nacional para prorrogar el periodo hasta el 2012.Y de alli en adelante abrir el compas de reformas y la transición hacia la paz. Arreglado el caos y la anarquia viene el desarrollo, la reforma y la consolidación.

    En ultimas nos corresponde ser imaginativos, buscar un pacto para con uribe y su limite, y después barajar y repartir…

    No lo cree,,

    Camilo Ernesto

  • jaime ruiz
    22 julio, 2008 at 6:56 pm

    Camilo Ernesto, esa última frase suya es como «para». Enmarcar es algo que se puede hacer con ella, porque un pacto «para» con Uribe es lo que quieren los chavistas que parece que hay.

    Después del enorme reconocimiento que le han brindado a Uribe personas como Vargas Llosa, Edwards y muchos otros, acompañado de la recomendación de no buscar otra reelección, yo casi apostaría a que no va a haber tal. Lo que no veo es lo que va a cambiar con eso. La influencia de Uribe no terminará sino que puede multiplicarse.

  • Anónimo
    22 julio, 2008 at 8:34 pm

    Los colombianos, por alguna razón o coyuntura imprecisada (tal vez imprecisable) están con las manos y los bolsillos abiertos frente a cualquier predicador de la moral.

    Iba en un bus por la mañana del viernes pasado cuando se subió un vendedor que, para sorpresa mía, no ofrecía dulces de precaria calidad, o mani artesanal, o medallitas y bendiciones plásticas para el santo que ud. pudiera necesitar (busque algo que quiera, y le aseguro hay un santo que se lo promete conseguir, claro, con suficiente oración). El hombre, jóven, moreno y relativamente bien vestido, con un maletín que tenía improvisado en la parte frontal con letras doradas la palabra «PAZ», esgrimía con brazo estirado un libro de menos de 50 páginas que se titulaba algo como «Urbanismo…» (realmente no pude verlo bien).
    Comenzó su discurso (parafraseo yo sin exagerar) con «Dios ama a todos los que se dejan amar, y si tu no dejas a Dios entrar en tu corazón, él no va a impedir que ardas en el infierno mucho antes de lo que esperas».

    Mientras explicaba por qué al gobierno no le interesa la moralidad en el país, de cómo la guerra es un negocio promovido por el gobierno que jamás va a acabar porque la sociead no tiene los valores que se requieren para terminarla, de cómo el deterioro de los valores tradicionales (los de quién me preguntaba yo) estaban al borde de dejarnos en un estado primitivo, levantaba su panfleto sobre la urbanidad y los modales modernos (lo que sea que eso signifique) tan alto como el minísculo bus se lo permitía, mientras predicaba, en el sentido más vulgar de la palabra, cómo el conocimiento que blandía de mano en mano contenía el camino para la redención moral del país y que, para fortuna nuestra, estaba disponible por la módica suma de 2.000 pesos.

    No quiero aburrirlos con mis espantosas habilidades de cronista, pero si quiero que sepan que el tipo habló durante 20 minutos en el bus, recibió aplausos fuertes de los pasajeros, en especial de las mujeres y los más viejos, y vendió 12 copias de su libro sobre modales cívicos.

    Se bajo sonriente, mandando bendiciones a quienes creía que se las merecían (quienes le compraron el librito evidentemente) y listo.

    Espero que se lo encuentren si algún día dan un viaje por el maravilloso y surreal mundo del tansporte público tradicional, y si lo hacen, les pido que le pregunten por mí sobre la moralidad y religiosidad de Uribe. Depronto en su pequeño libro tenga alguna respuesta, ya que parece, por lo que ví, que algunos colombianos están dispuestos a aprender sobre moral en la incomodidad de un bus por sólo 2.000 pesos.

  • Luis Felipe Jaramillo
    23 julio, 2008 at 12:05 am

    Anónimo 15:34:

    No crea que sus habilidades son tan espantosas. A mi me gustó su pequeña crónica y no sé porqué, la primera parte del primer párrafo.

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 12:11 am

    Guapo de barrio el tal Jaime Ruiz.

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 12:16 am

    NOOOOOOOOOO que va… el TAL es un sociologo pro_uribista.

  • Alejandro Gaviria
    23 julio, 2008 at 12:56 am

    Anónimo 15:34:

    Muy buena la crónica: un mañoso que vive de la carreta anti-mañosa. Ya dirá Jaime que es un arquetipo de la colombianidad. Sólo me quedó una duda: ¿compró el librito? Quedé intrigado sobre la versión popular de la teoría del atajismo.

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 2:30 am

    Yo sí hago sociología. Miren no más la marcha. Todo el mundo de blanco: el color que invisibiliza los matices, que funde en uno solo el bello arco iris que simboliza la diversidad. Pero los colombianos decidieron uniformizarse, muy a tono con el guerrerismo. Miren también las noticias deportivas: Colombia aspira ganar medallas en los juegos olímpicos en tiro con arco, taekwondo y boxeo: armas y confrontación, esas son nuestras fortalezas. La única posibilidad distinta es el levantamiento pesas, un deporte individual, típico de un país no solidario. Miren nuestros triunfos: Juanes, Shakira, Villegas, todos fenómenos de una sola persona. Un colombiano es más inteligente que un japonés pero dos japoneses son más inteligentes que dos colombianos. Por eso estamos como estamos.

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 3:31 am

    Alejandro,dos preguntas sencillas:
    ¿Quiénes conforman la Comisión Independiente del Gasto?
    ¿Qué opinión le amerita la propueta de la venta del 10% de Ecopetrol?

  • jaime ruiz
    23 julio, 2008 at 3:43 am

    Ese anónimo nos está tomando el pelo, se trata de un cuento que intenta escribir pero para probar a ver si funciona lo cuenta como un hecho real y hasta pide excusas por no saber escribir. Un atajista es lo que es. Lo que pasa es que el cuento es bueno.

    Primero el mendigo como predicador, síntoma de que el nivel de educación mejora. Después el eco de la fecodicidad: eso de que la guerra le interesa al gobierno y los militares y por eso no se acaba se lo inventó algún abimolano hace cuarenta años, pero sigue funcionando porque en las escuelas es lo que la gente oye. Después el afán de hidalguía, aun en la penuria y en la incomodidad de ese transporte la gente aspira a alguna dignidad: que no los consideren atajistas como el hp del chofer.

    En realidad lo mejor es el personaje mismo, por una parte lo que sería en un mundo más ordenado y con más oportunidades de empleo, por el otro lo que será gracias a esa experiencia. Eduardo Barreiros era como un ayudante de «flota» que cobraba el pasaje, pero al cabo tuvo una enorme fábrica de camiones. Lástima que los hidalgos no permitan una gestión pública orientada a promover la creación de empresas y el empleo, se verían florecer muchos talentos hoy desperdiciados.

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 3:52 am

    Lo que si es Álvaro Uribe es un mago para embolatar. Para aceptarle como ministro a Valencia Cossio, un tipo que tomaba trago parejo con Raul Reyes y con el Mono Jojoy en el Caguan, los colombianos tenemos que ser muy pendejos.

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 3:55 am

    De fondo considero sus apreciaciones tan ligeras como las que crítica. En segundo lugar, la «sociología» es algo serio, y si una cosa hace falta para entender el fenómeno uribista es comprobar desde distintos campos el impacto real de la figura presidencial en la sociedad.

  • jaime ruiz
    23 julio, 2008 at 5:46 am

    José Obdulio Gaviria cree que se desmovilizará antes el frente de Jojoy que el de Cano. Esta frase corresponde a algo que merece considerarse:

    En temas de terrorismo, a más ilustración, más peligrosidad.

    Tanto Enrique Krauze como Jorge Edwards han comentado esa peligrosidad de la izquierda universitaria (en contraste con Lula y en un caso recordando a Abimael). Más rotundo aún era Octavio Paz, que veía en las maneras de esa izquierda la evidencia de una modernidad inauténtica y la persistencia del viejo orgullo de los señores de tiempos de la Contrarreforma. Alfonso Cano (y los diez mil abimolanos que son la verdadera fuerza del ejército terrorista) es a un tiempo reencarnación de Álvaro de Oyón o de Lope de Aguirre y exaltado surgido de la madrasa o del monasterio (como surgieron muchos líderes hispanoárabes en la Edad Media). Lo que permite que hayan surgido las guerrillas y que periódicamente surja el correspondiente «Comandante Bochica» es el servilismo de la gente ante ese poder. Basta con matricularse para entrar en una cofradía que menosprecia al resto de la sociedad, y ningún grado de ignorancia invalida esa especie de pacto de sangre que se establece al ingresar.

  • Lanark
    23 julio, 2008 at 8:58 am

    En temas de terrorismo, a más ilustración, más peligrosidad

    Veo por ahí uno que se sintió muy halagado…

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 10:32 am

    A mi me aburrió el anonimo 15:34.

    Parece una historia de vargas llosa.

    ó una columna de Londoño.

  • jaime ruiz
    23 julio, 2008 at 12:05 pm

    Efectivamente, Lanark, el señor Gaviria cree que las personas como yo seríamos muy peligrosas si nos dedicáramos al terrorismo.

    En cuanto al anónimo, ¿no les parece una hechura mamerta muy ajustada: no creo que haya muchos columnistas menos aburridos que Londoño, y ciertamente las historias de Vargas Llosa son divertidísimas (sobre todo la de La tía Julia).

  • bebeprobeta
    23 julio, 2008 at 1:11 pm

    Si. mi tias julitas despues de su extremaucion se hizo partidaria del aborto,el divorcio y el derecho a culear con el loro. pero sus sobrinos jamas consentiran que el esoterismo cultural del MARIO se democratice. les gusta las opciones individuales de los terratenientes y la pura palabreria de los burocratas pro-yanquis.

  • jaime ruiz
    23 julio, 2008 at 2:02 pm

    A mí esos columnistas naives me inquietan menos que los absolutamente cínicos, como el tal Uprimny. Ayer escribía sobre ¡la asimetría moral de los colombianos!, pero eso se refiere a que la gente salga a exigir la liberación de los secuestrados y no a acompañarlos a justificar a las FARC por crímenes que se cometieron cuando Karina jugaba al fútbol con las cabezas y en el Huila castraban policías delante de sus vecinos. ¿Qué hacía Uprimny y todos los canallas como él entonces? Exigir el premio de esas proezas. El que muestren tantos mohínes por la levedad del castigo de los asesinos de las AUC cuando al mismo tiempo exigen el premio de los suyos no es asimetría moral sino muy centrada inmoralidad. Una forma de mentir que hace de ese asqueroso alguien mucho más despreciable que Romaña y Jojoy, y es típicamente colombiano que un campeón de la mentira se llame Uprimny, palabra que en lengua checa quiere decir «sincero».

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 2:28 pm

    Bebeprobeta a veces salva a este blog definitivamente…

  • Alejandro Gaviria
    23 julio, 2008 at 2:28 pm

    Anónimo 22:31:

    La Comisión está (o estuvo, mejor) conformada por Rodrigo Botero, Mauricio Cardenas, Armando Montenegro, Gabriel Rosas y yo.

    La medida propuesta plantea vender 10% de las acciones de Ecopetrol en el mercado local. Con los pesos recogidos, el Gobierno compraría dólares, lo que serviría para superar o aliviar el problema de la revaluación. Con los dólares, crearía un fondo soberano en el exterior, lo que disminuiría la deuda neta y podría por lo tanto acércanos al grado de inversión. La medida no va a cambiar el país. Pero ayuda a cumplir dos objetivos importantes de la política económica. Además, el Congreso ya había aprobado una capitalización de 20% (un 10% inicial ya se dio). Habría, eso sí, que volver al Congreso para cambiar “capitalización” por “venta”.

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 3:10 pm

    Colombia’s Gains Are America’s, Too .

  • Carlos
    23 julio, 2008 at 3:32 pm

    Alejandro: pero tal vez se podria evitar al congreso si es Ecopetrol quien usa esa plata para crear el fondo soberano o para prepagar su propia deuda (que no se si se incluya dentro de la de la nación) o comprar los TES que andan por ahi y luego hacer una jugada contable para no contabilizarlos como activos o transferirselos al gobierno.

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 4:46 pm

    Del Anónimo 13:54

    Alejandro, no compré el librito porque pensé por un momento que hacerlo implicaba un acto de validación y aceptación de un hecho grotesco: nunca había tenido sentimientos tan viscerales sobre un (aparentemente) inofensivo hecho, y no me he podido sacar de la cabeza la imagen tan desfavorable que me llevé de la muestra de colombianos que me acompañó en ese bus. ¿Qué triste desesperación los acongoja para buscar respuestas en una fuente tan turbia y oportunista? ¿Realmente los colombianos están tan necesitados de orientación moral? Qué peligro si están dispuestos a recibirla así, ¿no cree?

    Igual no compro nada en los buses porque conozco, de primera mano, la inercia de los vendedores y calibradores en esos trabajos (puedo dar cuenta de un tipo que lleva vendiendo maní al menos desde que entré a la universidad y me lo sigo encontrando en el camino al trabajo, al igual que un calibrador costeño con al menos 5 años de experiencia en el oficio que siempre está mejorando la calidad del transporte en el cuello de botella de la javeriana), así que lo desestimé completamente. Después pensé que podía ser un buen souvenir, la memoria física de una anécdota al menos simpática, pero rápidamente caí en cuenta que no hay tal cosa como un buen souvenir. O al menos uno que no reptara, junto con la decepción post de los consumos ridículos, hacia la caneca.

    Ese predicador me acordó a Tender Branson, el predicador estrella/sobreviviente amish de una novela de Chuck Palahniuk (para los que no lo conocen el es el autor de “Fight Club”), y me imaginé que, pasando canales un sábado por la mañana, me iba a encontrar con el “predicador urbano” en un canal cristiano, con el acento portugués desatendido en la garganta, engatusando ignorantes con vulgaridades comunes y deuteronimos desconectados. A mi me asusta un montón ver lo crédulos y ineducados que podemos ser como sociedad, y esa lógica discursiva de la religión, tibia de interpretación, me perturba profundamente. De ahí la historia, desafortunadamente verídica (como mis inseguridades dialécticas) para decepción de Jaime.

    Pero le aseguro Alejandro que si lo vuelvo a ver, le compro el panfleto y se lo mando a su oficina para que se divierta, jeje.

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 4:59 pm

    Lanark, pero Jaime Ruiz no es precisamente una persona muy ilustrada (el podrá creerse el cuento de que escribe como Borges y Nietzsche -y que además es tan profundo como estos, recitando el mismo discurso fanático en absolutamente todo lo que escribe-, y que su gramática y ortografía son mejores que las de Miguel Antonio Caro, pero eso no es más que un mero onanismo mental…digno de colombianos que se dejan tramar con cualquier cosa). No veo porque se habría sentido halagado

  • jaime ruiz
    23 julio, 2008 at 5:23 pm

    Anónimo, tampoco decepción: uno se acostumbra a que la realidad colombiana sea el gran autor, ahí tienen el caso de Marbelle, muestra de que aquélla ya emula a Dostoievski y a Bergman.

  • jaime ruiz
    23 julio, 2008 at 5:28 pm

    Anónimo 11:59. Usted no ve PORQUE (because) yo me habría podido sentir halagado, y la causa es ésa, que lo que Lanark quería decir es que yo me sentiría halagado de no ser buen terrorista por no ser ilustrado. Su «pesar por el bien ajeno» es tan patético que termina dando por sobreentendido lo que quiere negar.

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 5:43 pm

    Ruiz, Marbelle será lo que sea, pero más divertida y honesta que ud si es…

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 5:55 pm

    Ah Jaime..agarrarse de la diferencia entre «porque» y «por que» para tratar de ofuscar el punto – que está más bien claro-, cuando igual esto es un foro de internet y no un ensayo o un concurso de gramática , eso si es ser autenticamente patético. Igual fresco, ud no es propiamente un buen terrorista. En su propio léxico, ud es sólo otro «cobra masacres»

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 6:54 pm

    Alejandro, de nuevo dos preguntas, pero más sencillas:

    i) ¿Ha tenido conocimiento de si el gobierno acatará la sugerencia? o al menos, ¿se está estudiando?

    ii)Y la última, si con la compra de dólares, se superaría el problema de la revaluación; pero con la creación del fondo soberano se podría alcanzar ese grado de inversión, y yo desde mi ignorancia he leido que con la obtención de ese grado, nuestro peso se revaluaría mucho más. ¿Qué pasaría ahí? ¿En verdad, el grado de inversión generaría una gran revaluación? ¿Qué efectos ha tenido en Brasil, Perú, Chile?

  • Apelaez
    23 julio, 2008 at 7:19 pm

    Anonimo y Alejandro, alguna vez tomé un bus cerca a la Javeriana y se montó el personaje que describe el cronista anónimo. El libro que vendia no empezaba con «Urbanismo…»; empezaba con «Urbanidad» y terminaba con «Carreño».

    No se porque el cronista anónimo le saca tanto perendengue a la historia de un rebuscador que en vez de biblias vende un libro de urbanidad muy conocido. Para empezar, el discurso del señor no dura 20 minutos (imaginese la cantidad de clientes potenciales que perdería), sino màs bien cuatro minuticos. Las palabras del señor son bastante entretenidas metiendo el cuento de que lo que falta en colombia es buenas maneras, y cuando se refiere a las buenas maneras no esta hablando de la teoría del almendrón o las disquisiciones mockusianas, sino a que uno, jamás, pero jamás, debe salir a recibir la visita en pijama.

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 8:29 pm

    En piyama ni a Marbelle.

  • Anónimo
    23 julio, 2008 at 9:05 pm

    Lo de que los escritos de Jaime Ruiz se parecen a los de Borges, se refiere a los poemas esos que va dejando regados por los blogs? Alguien esta mal de la cabeza o simplemente no ha leido a Borges.

  • JuanDavidVelez
    24 julio, 2008 at 1:09 am

    Esta muy bacana la columna del señor de Mazda en el espectador, yo quisiera preguntarle a alguien que conozca de ricos de los de verdad ¿si es verdad que no hablan de plata?, yo no creo, yo conozco un par y la plata si los obsesiona y les ocupa su charla, claro que la plata ocupa su conversacion es en el subtexto, y esto no es malo, es bueno, han construido bienestar para todos, lo que me choca es ese tonito antioqueño de las buenas maneras, me parece hipocrita, es como escuchar las programas de la camara de comercio de Medellin de 100 empresarios, en ese programa se ensalzan de una manera fastidiosa, y lo que es peor es que se merecen todos esos elogios, pero hay algo que no me convence.

    Que alguien que conozca a los ricos me diga ¿hablan de plata?, o se mantienen es hablando del bienestar y de como ayudarle a los empleados y al pais, que es lo que predican.

    Yo no hablo de plata, y no soy negro, soy pobre, cuando sea rico voy a ser rico al estilo antioqueño de alcurnia, teniendo a la plata por dios pero haciendome el guevon.

    ¿La hipocrecia y la doble moral son buenas?, creo que no.

  • jaime ruiz
    24 julio, 2008 at 2:32 am

    Anónimo 16.05:

    1. Nunca he dejado ningún poema en ningún blog. He publicado dos veces versos de tipo propagandístico en los foros de la prensa porque los lee mucha gente y seguramente a alguno le parecerá divertido leer opiniones como las suyas en verso. 2. Nadie ha dicho ni pensado que nada que yo escribo se parezca a Borges. ¿De dónde saca eso?

    Sólo escribo opiniones sobre los temas del blog o de la prensa colombiana. Que de parte de las personas universitarias sólo encuentre la habitual intimidación o los intentos de censura, cuando no estupideces como su comentario, es un problema de la sociología de la vida colombiana. No mío.

    Juan David; pues yo no conozco a nadie rico, pero me figuro que no pasarán el tiempo en charlas ociosas sobre dinero. Un poco como los seductores de éxito pasan el tiempo con mujeres y no hablando de ellas. A lo mejor los millonarios pasan el tiempo en charlas ociosas sobre política o sobre arte, pero no sobre dinero porque ése es el trabajo.

  • Anónimo
    24 julio, 2008 at 2:34 am

    Jaime Ruiz esgrime el florete, sus adversarios chuzos.

  • Alejandro Gaviria
    24 julio, 2008 at 3:13 am

    Creo que el Gobierno no acatará la sugerencia. MinHacienda y MinMinas están de acuerdo pero el Presidente no. El Presidente siempre dijo que lo de Ecopetrol no era una venta sino una capitalización y la propuesta bajo análisis acabaría con esa distinción, irrelevante desde un punto de vista económico pero importante desde un punto de vista político.
    El grado de inversión puede apreciar la moneda pero también le dará más margen de maniobra a la política fiscal. Además, tendrá consecuencias duraderas sobre el servicio de la deuda. También es importante anotar que los flujos de inversión extranjera poco o nada tienen que ver con el grado de inversión.
    Carlos: no entendí su propuesta. El Congreso autorizó capitalizar hasta el 20% del valor de Ecopetrol. La propuesta no cambia el porcentaje pero sí la forma de la participación privada. Ecopetrol no necesita más plata (a duras penas puede cumplir con sus planes de inversión). Por lo tanto, la idea no es capitalizar sino vender un 10% adicional.

  • Alejandro Gaviria
    24 julio, 2008 at 3:17 am

    Apelaez: algunos de los sociólogos antiuribistas no están muy lejos de sugerir la adopción de la urbanidad de Carreño por parte del ejército: “lo invito a un duelo señor terrorista”.

  • Gheysel Naranjo
    24 julio, 2008 at 9:43 am

    Juan David:
    Hay dos clases de ricos, los que evolucionan y los que involucionan. Los ricos-ricos y los ricos pobres. Los primeros hablan de ESTRATEGIAS DE LIBERTAD, se preocupan cada vez más en la perfección y de cómo podrían MEJORAR GENÉTICA Y ESPIRITUALMENTE. Estudian filosofía, teología, arte, deporte, y en general de los sectores altamente estratégicos, y estamos hablando de lo social.
    Los ricos pobres son quienes sólo exploran la perversión y el libertinaje. Los primeros seguramente dormirán como un bebé y resisten cualquier situación. Los segundos no pueden dormir con temor de perderlo todo. Los primeros pueden regalar todo o perderlo todo pero están en una escala tan grande de evolución, que en un mismo día pueden volver a construir toda su riqueza.Ejemplos de ellos son los Masones (multimillonarios a morir), y el mismo caso de Bill Gates, quien se va a dedicar a su fundación y regalará todo su dinero. Toda una estrategia por su puesto, porque en ultimas está invirtiendo en el mercado más grande del mundo.

    Si tienes la fortuna de hablar con un rico como Bill Gates, no le hables de dinero, sería lo más aburridor, háblale de lo más simple y valioso del mundo, háblale de lo humano, de la inclusión social, pero no de dar limosnas a los pobres, sino de masificar el desarrollo de capacidades. Descréstalo con algunas de las teorías de genética de Juan Francisco y una idea muy simple que mueva continentes y la evolución de todas las razas. Ah, por supuesto pregúntale de qué equipos es Hincha.

    Saludos

    Gheysel

  • Anónimo
    24 julio, 2008 at 12:46 pm

    ¿para que le dan tanta importancia a la Organización Jaime Ruiz?

  • Gheysel Naranjo
    24 julio, 2008 at 3:04 pm

    Se me olvidaba, los “ricos-pobres” hablan de dinero y sexo, “los ricos-ricos” hablan de lo mismo pero más evolucionado: de la genética, de los futbolistas, de los caballos, de la rentabilidad social. Los ricos-pobres no tienen sino dinero y no tienen ningún ideal, es por ello que sus destinos es compartir con el diablo, y se reconocen cuando le dicen a los `pobres: le doy todo pero véndame su alma….sea mi esclavo… jejejeje… En fin el exceso de ignorancia de manejar el dinero te lleva al caos, pero igual te lleva al caos el exceso de conocimiento y saber de todo, y es que a veces se sabe tanto que uno la embarra en lo mínimo…

    Ah, alguien que se sienta dueño-dueño de Ecopetrol, no perseguiría vender el 10 porciento de su gallinita de oro, pretendería capitalizarla y fortalecer su propiedad ¿por qué venderla?…Pero como la preocupación para el país es la plata, pues tocará venderla a los mejores postores. En últimas la economía se mueve de vender productos y hasta el alma…- Los grandes ricos se mueven con productos y siempre necesitan plata… y no sé que dioses los dotan de inteligencia para que tengan cada vez más dinero… hasta muchos pobres se preguntarán, ¿pero por qué siendo tan malos Dios los protege? ¿Dios le pone esa inteligencia de conseguir sólo plata para joderlos?

  • Anónimo
    24 julio, 2008 at 4:24 pm

    Alejandro, podría especificar con más detalles los mecanismos que sustentan estas afirmaciones suyas?

    «El grado de inversión puede apreciar la moneda pero también le dará más margen de maniobra a la política fiscal. Además, tendrá consecuencias duraderas sobre el servicio de la deuda. También es importante anotar que los flujos de inversión extranjera poco o nada tienen que ver con el grado de inversión.»

  • jaime ruiz
    24 julio, 2008 at 6:10 pm

    Muy interesante lo que dice Alfonso Rojo sobre el Carlos Gaviria serbio y sobre el doble rasero de la CPI.

  • Anónimo
    24 julio, 2008 at 7:16 pm

    Si mal no recuerdo, la administración Pastrana cuando firmó el acuerdo con la corte penal internacional, se aseguró de dar una excepción para los grupos armados ilegales. Pedirle a los trolls del pasquín ese de ABC (o a Jaime Rui) que se informen al respecto sería demasiado..como pedirles un minímo de coherencia ¿por qué sólo la queja con las FARC…por qué no pedir a los lideres de las autodefensas, auténticos genocidas con el record de asesinatos en los últimos 15 años, y sus complices en el Estado para juicio?

    Por otro lado, vean a George Bush explicandonos el verdadero sentido de la independencia de Colombia…

    He’s done everything we have asked him to do and more

  • Bruno
    24 julio, 2008 at 7:27 pm

    Anónimo 14:16

    Su comentario está lleno de sensatez.

  • jaime ruiz
    24 julio, 2008 at 8:28 pm

    Estamos abusando de las FARC, aliados con esa porquería del ABC (mientras que los sicarios censuradores opinan doble).

  • Anónimo
    24 julio, 2008 at 9:31 pm

    Eso le dolió a la Jaime Ruiz & Organizatión.

  • Anónimo
    25 julio, 2008 at 5:33 pm

    La bancada que representan a los paramilitares no es propiamente una pera en dulce:

    http://www.eltiempo.com/colombia/justicia/2008-07-25/capturan-al-presidente-del-partido-de-la-u-carlos-garcia-orjuela-por-parapolitica_4397093-1

  • Anónimo
    25 julio, 2008 at 6:14 pm

    No parece haber remedio. Seguimos sin lograr «lo razonable», que no es lo deseado pero se vale. La clase dirigente, si ello existe, nos tiene prácticamente aferrados a los extremos en cuanto a estilo y tono en el ejercicio del poder.

    O son solemnes, o son folclóricos: de la cursilería al pintoresquismo. O una mezcla perfecta de los dos como lo es el caso Uribe: la pintoresca ejercida desde la solemnidad, un mundo de arrieros ilustrados y caballos inteligentes. Del campus al campo. La tiranía del diminutivo como expresión de bonhomía; la postal de la rústica bestialidad y sus metáforas como muestra inequívoca de «sencillez». El tono camandulero y el dejo lastimero para conquistar la teta nacional.

    Cada vez que el caudillo aparece en su escuelita sabatina inaugurando una bomba de gasolina o una carnicería al lado del cura del pueblo, las amas de casa (con el respeto que me merecen) gimen de gusto y lo llenan de diminutivos. Esa mezcla perfecta -la solemnidad y el pintoresquismo- gana, más que adeptos, devotos, en el país de la Vuelta a Colombia en Bicicleta.

    Él, arriero y caballista (en el resto del mundo se les conoce simplemente como jinetes), conoce el comportamiento de la masa precisamente porque es arriero; para qué publicistas o sicólogos sociales: con Obdulios basta.

    Porque se equivoca quien crea que Obdulio es uno solo. No. Obdulio es una idea, o más aún, un arquetipo. El hombre-caballo, obediente y fiel.

    Con semejantes armas no hace falta discurso político. Lo demás se compra. Y es aquí donde aparece por primera vez el pragmatismo de Harvard, por el lado del «conveniente manejo del recurso humano». La escuela en este caso sólo sirve para lo esquemático.

    Un país democrático sin democracia, moderno sin modernidad (jamás ingresamos al siglo veinte), diverso sin diversidad (la diversidad nos diferencia en vez de amalgamarnos), no requiere idea de estado, ni siquiera necesita plan de gobierno. Un país así se maneja con un aparato electorero eficaz y punto. Vendrán después los argumentos domésticos como carisma y «pantalones» y el asunto doctrinario, que bien proveído sea por RCN y Caracol, y defendido con denuedo por todos los santos (incluídos los que van con mayúscula).

    El efectismo y la cosmética de las tribunas recomiendan finalmente una fuerte dosis verbal de patria, con un buen primer plano de banderas tricolor que nos inunde de gloria inmarcesible. Viva il duce.

  • Anónimo
    25 julio, 2008 at 6:25 pm

    ¿Que mas sociología Uribista, que la chabacaneria? ¿Verdad hijitos?

  • Anónimo
    25 julio, 2008 at 8:03 pm

    En este blog su autor presenta una opinión o un planteamiento y algunos colaboradores hacen comentarios más o menos serios. Pero desafortunadamente cuanto más se discute menos se argumenta, tanto que pasa a ser un tedioso libelo. “Quien quiere agotar un tema, termina por agotar a su oyente”. Oscar Wilde

  • Carlos
    25 julio, 2008 at 9:12 pm

    Alejandro: que opina de la decisión del Banco de la Republia hoy?

    Era técnicamente lo correcto o ganas de mostrar su independencia?

    Algunos analistas dicen que los efectos de las subidas de tasas tienen un delay de varios meses o hasta un año, asi que dicen que todavia no se ha sentido todo el impacto en el crédito por la subidas de tasas del año pasado. Que opina?

    Saludos,
    Carlos

  • Anónimo
    25 julio, 2008 at 10:06 pm

    De Jaime Ruiz se podrìa decir que es el Mengele criollo, sòlo que este sicario colombiano si no se esconde para nada hasta que termine de limpiar èste muladar o letrina como la llama el.

  • Alejandro Gaviria
    25 julio, 2008 at 11:21 pm

    Carlos: la decisión es polémica. Pero creo que sí hay argumentos técnicos. Los argumentos de los rezagos en la política monetaria no son relevantes en este caso pues el BR no está pensado en la coyuntura actual, en el resultado del próximo mes, sino en el riesgo de un espiral inflacionario, de que las expectativas afecten las negociaciones de salarios y (por esa vía) se produzca un choque inflacionario más o menos permanente (el editorial del lunes de El Espectador refleja bien mi opinión al respecto).

    Ahora, yo creo que puede hablarse de un efecto contagio. Todos los bancos centrales habían subido las tasas en los días previos, y el BR no quiso quedarse atrás. La decisión contradice, en todo caso, la opinión del Presidente, quien el lunes pasado había hecho varias insinuaciones sobre la inconveniencia de un aumento de las tasas:

    Algunos opinan que aplaudimos el crecimiento alto y sostenido de otros países y nos atemoriza que ocurra en Colombia. Es claro que nuestro País no está en presencia de una inflación monetaria. Sufrimos una inflación mundial en combustibles y alimentos…Nos preocupa que las tasas de interés desmotiven consumos y encarezcan producción, finalmente esta sea reducida y se incremente la inflación…Pensamos que el exceso de confianza en el endeudamiento es asunto superado. Que la situación financiera es diferente a aquellas de vísperas de crisis. Que hay esfuerzos distintos al riesgo de estancamiento productivo para enfrentar el peligro inflacionario.

    Anónimo: el grado de inversión disminuye, casi por definición, los intereses de la deuda pública, lo que implica un menor gasto. Además, disciplina la política fiscal pues nadie quiere perderlo después de conseguirlo. Pero, en general, no afecta directamente el clima de inversión que depende no tanto de la política fiscal, como de la estabilidad jurídica y las percepciones sobre la seguridad y las oportunidades de negocios. Empíricamente, se ha demostrado que el grado de inversión no afecta la IED.

  • Carlos
    26 julio, 2008 at 12:58 am

    El grado de inversion disminuye en general el costo del capital, vuelve a nuestras empresas mas rentables en terminos economicos(EVA), no contables.

    Probablemente no aumente la IED, tal como lo dice Alejandro, pero en teoria permitiria endeudarse mas barato afuera.

  • Anónimo
    26 julio, 2008 at 5:35 pm

    El juicio contra Plazas:

    Saben ustedes que el Coronel Plazas tenia en su poder el video donde se ve a la Sra. Cristina Guarin salir con vida? Sabe usted que se prohibio investigar el caso y uno de los firmantes fue Espriella y el otro Serpa? saben que son muchos ya los testigos de que Escobar pago por estos hechos y no precisamente al M19? saben que un bebe esta aun perdido, porque su madre tuvo que parir en una ambulancia y luego fue «desaparecida? Sabe usted que los que se NEGARON a hablaron con el Dr. Echandia, eran sus «mejores amigos»?

  • Carlos Arberto
    29 julio, 2008 at 9:06 pm

    Dr Gaviria: Sé que la discusión sobre el «mal ejemplo» se acabó, pero no me aguanto las ganas de citar el caso reciente de la reacción del presidente frente a la decisión de la junta directiva de Banrrepública en cuanto a subir la tasa de interés. Uno quisiera ignorarlo y no seguir martillando sobre el mismo tema, pero la vocación de Uribe por la desistitucionalización es francamente alarmante. Ahora resulta que el Banco debe escuchar «la voz del pueblo» para fijar su política monetaria. Y cuando el presidente habla de «la voz del pueblo», ¿a quien se referirá? Porque en varios aspectos al «pueblo» lo beneficia la situación actual.

  • Alejandro Gaviria
    29 julio, 2008 at 9:49 pm

    Carlos Alberto:

    Tiene razón. En Brasil, Lula dijo que era casi una cuestión de honor defender el poder adquisitivo de los trabajadores. En México, el Ministro de Hacienda se atrevió, en términos bastante respetuosos, a cuestionar la decisión del banco central y armó un gran alboroto. El problema no es que el Presidente manifieste su inconformidad. El problema, en mi opinión, es la forma agresiva y las referencias populistas. La independencia del banco central busca, precisamente, blindar algunas decisiones económicas de las opiniones del pueblo, de las veleidades de la opinión pública. Uribe me recuerda a Rosseau que decía que el pueblo es una especie de jurado de conciencia llamado a decidir sobre lo divino y lo humano.

    Uribe, definitivamente, parece no tener límites.

  • Gheysel Naranjo
    30 julio, 2008 at 12:02 pm

    Pero una cosa es el poder personal de un presidente, otra cosa es respetar las instituciones. En efecto si Uribe se lo propone podría fácilmente estar unos 20 años más como presidente, pues tiene todo el apoyo del pueblo y el apoyo militar, pero creo que lo “divino y humano” no sería más que el respeto a las instituciones sobre el poder político personal.

  • Gheysel Naranjo
    30 julio, 2008 at 1:59 pm

    Demo=pueblo; Cracia = poder…La fuerza de un hombre dirigida por el pueblo?…