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1974-78

Yo no soy historiador. ni pretendo serlo. Ni quisiera hacer juicios históricos improvisados. Pero si tuviera que resaltar algunas de las realizaciones de la administración López Michelsen mencionaría, primero, su intento (inconcluso) de modernizar nuestra economía, de eliminar algunos privilegios enquistados y de acabar con el maridaje entre la burocracia aduanera y el sector privado, el cual había estimulado no sólo la corrupción de cuello blanco, sino también el contrabando y otras actividades ilegales. En segundo lugar, mencionaría su rompimiento con el conservatismo social. El divorcio civil, por ejemplo, fue una de las banderas de la campaña presidencial de López Michelsen. Ya durante su gobierno, el divorcio fue aprobado exclusivamente para los matrimonios civiles (y el concordato fue prorrogado) pero López Michelsen contribuyó a desbaratar el monopolio histórico de la Iglesia Católica sobre la legislación social.

También valdría la pena mencionar, dado el contraste con la actitud sometida de la administración Uribe, la independencia (la dignidad, podríamos decir) con la cual la administración López Michelsen manejó sus relaciones con los Estados Unidos. En octubre de 1975, López renunció a la ayuda externa americana. “Hemos concluido —le dijo a un reportero del New York Times— que la ayuda externa crea una dependencia económica que no es saludable y menoscaba algunas de nuestras iniciativas de desarrollo”. En febrero de 1976, cuando Henry Kissinger, entonces de visita a Colombia, trató de presionarlo para que condenara la intervención cubana en Angola, López se limitó a señalar que no era la primera vez que un país de este hemisferio intervenía en otro continente.

Pero, a la hora de los balances históricos, el cuatrienio 1974-78 no será recordado por las realizaciones del gobierno de López Michelsen. Durante estos cuatro años, Colombia se consolidó como el primer exportador mundial de cocaína y su historia contemporánea se dividió en dos: antes y después de la coca (AC y DC). Algunos han acusado a López de haber permitido, por omisión, la consolidación de una industria criminal de dimensiones insospechadas. Su reunión con Pablo Escobar, en mayo de 1984, en Panamá, contribuyó seguramente a alentar estas acusaciones. Pero López fue simplemente un testigo privilegiado de una dinámica imprevisible. A nadie, creo yo, se le puede acusar de falta de clarividencia. Al final de su mandato, López expidió un decreto que absolvía a los miembros de la Policía y del Ejército de cualquier cargo por abuso de fuerza en el curso de operaciones contra el narcotráfico. Pero este voluntarismo de última hora resultó tan inocuo como las otras medidas de fuerza intentadas por sus sucesores.

En marzo de 1978, en medio de la agitada contienda presidencial para elegir el sucesor de Alfonso López Michelsen, David Vidal, entonces corresponsal extranjero del New York Times, escribió un extenso reportaje sobre Colombia en el que señalaba, entre otras cosas, que “los narcotraficantes han surgido no sólo como una nueva clase económica, sino también como una poderosa fuerza política, con enlaces corruptos en todos los niveles de gobierno”. Decía también el reportaje que “los dineros ilícitos afectaron las elecciones de Congreso, en las cuales muchos votos fueron comprados a diez dólares por unidad, particularmente en la Costa Atlántica”. Y citaba, para terminar, la opinión de un oficial de la Policía: “Nosotros ni siquiera aspiramos a detener el tráfico pero podemos mantener la presión con la esperanza de que el precio permanezca alto y la gente no pueda conseguir la droga”.

Las coincidencias del reportaje citado con la situación actual, pasados ya treinta años, son casi inverosímiles. Y confirman, creo yo, la conclusión de esta columna: Alfonso López Michelsen fue el primer presidente de la nueva era, de la Colombia DC, el mismo país en el que seguimos viviendo. Y en el que aparentemente viviremos por muchos años más.

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  • Carlos
    14 julio, 2007 at 2:22 pm

    Alejandro, que otras características definen a la nueva Colombia, además de lo del narcotráfico?

    Saludos,
    Carlos

  • Tarantini
    14 julio, 2007 at 3:09 pm

    Alejandro:

    Lo que lástima de su análisis y en general de todos los analísis de los columnistas por estos días es comprobar el hecho de como todas las ramas del poder público colombiano se heredan, pareciera que nuestra democracia fuera hereditaria, el poder se reparte de padres a hijos, luego a los hermanos, o los primos o a tíos, y así sucesivamente, como si los ciudadanos del común que habitaramos Colombia tuvieramos que aceptar tan deplorable remedo de democracia.

    Todo esto huele mal y lo hace a uno sentir mucha molestia y rabia. En veces pienso que el resentimiento del pueblo, tan palpable y dañino en este país, hace imposible conseguir la paz y no nació de la nada, tuvo su genésis en esta forma tan descarada de repartirse el poder.

    Me siento particularmente molesto y manipulado de esta manera tan vulgar con esta forma de hacer país y construir democracia. Temas que en este blog se han venido discutiendo de manera frecuente.

  • Jaime Ruiz
    14 julio, 2007 at 4:12 pm

    Impagable la columna de León Valencia sobre López. Para que sigan pensando que la guerrilla es otra cosa que un instrumento en manos de los clanes de dueños del país, cuyos crímenes protegen, alientan y con frecuencia encargan. Cuanto más presidencial sea la familia, peor. Trátese de Santos Calderón, de Pastrana, de López, de Rojas… De hecho, una vez apareció en El Espectador una necrológica de la esposa de Orlando Fals Borda por Alfredo Molano, y la señora, ligada a la fundación de la Facultad de Sociología de la UN, sí que reunía linajes presidenciales.

  • julio
    14 julio, 2007 at 4:17 pm

    Alejandro..excelente articulo, pero por ningun lado menciona que «el pollo» fue el presidente –oligárquico, claro- del ‘mandato caro’ de ‘hambre, miseria y represión’, que cosechó el Paro Cívico Nacional de 1977 en respuestas de sus políticas nefastas para el pueblo.
    Tampoco dicen que fue durante la presidencia del ‘pollo’ López Michelsen cuando se dio la ‘bonanza marimbera’ –de la marihuana- y que muchos de los ‘marimberos’ eran amigos del ‘pollo’. Cuando los gringos pudieron cultivar la marihuana en su propio territorio ésta dejó de ser un negocio de los ‘marimberos’ de la Costa.
    Tampoco hable de que durante su mandarto se crearon lo carteles de la Droga, los de Cali y de Medellin quienes industrializaron el procesamiento de la hoja de coca para la obtención de la cocaína y establecieron rutas de ‘exportación’ a través de aviones, avionetas y vía marítima.
    Así como durante el gobierno del ‘pollo’ López se dio un inusitado aumento de las ‘exportaciones de marimba.
    El ‘pollo’ López fue el creador de la ‘ventanilla siniestra’ del Banco de la República, a través de la cual los narcotraficantes ‘blanqueaban’ los narcodólares, lo cual produjo tal cantidad de circulante que disparó los precios de inmuebles y alimentos, encareciendo la vida de los colombianos comunes y corrientes; y al mismo tiempo ‘gobernaba’ el país con la tenebrosa figura del Estado de Sitio permanente, reprimiendo las justas luchas del pueblo trabajador contra sus nefastas políticas. ¿Cuántos crímenes cometieron las fuerzas militares al amparo del siniestro Estado de Sitio?

  • virgilio
    14 julio, 2007 at 5:08 pm

    Colombia no se salva de tener una aristocracia de oradores que para bien o para mal ayudan a construir la historia colombiana.

    Por lo menos Lopez no hizo mal uso de la libertad, ni estuvo RODEADO DE AMIGOS SINIESTROS Y PERVERSOS.

  • Alejandro Gaviria
    14 julio, 2007 at 6:00 pm

    Carlos:

    Tal vez el cambio más notorio esté relacionado con el incremento en los niveles de violencia en general y en la tasa de homicidios en particular. Al final del gobierno de López ocurrió, por cuenta del narcotráfico, un punto de quiebre en la tasa de homicidios (ver gráfico). Esta no superaba los 25 por cien mil habitantes en 1978 y llegó a ser la más alta del mundo tan solo una década más tarde. Para no mencionar los magnicidios, la toma del palacio de justicia, la infiltración de la constituyente, la campaña de Samper, en fin, la Colombia que nos ha tacado vivir.

  • Alejandro Gaviria
    14 julio, 2007 at 6:13 pm

    Y Cuba tocó fondo según El País de España.

  • Anónimo
    14 julio, 2007 at 7:30 pm

    BRABONEL.

    “El hombre que hacia pensar al País”

    Alguien me podría responder en que López ponía a pensar al País. Alguien me dijo por que una vez dijo que Colombia era el Tibe Sur Americano, pero es que eso lo sabe alguien que viva por lo menos dos años fuera de Colombia. Otros me dijeron por que fue quien controlo a la Izquierda extremista abriéndole espacio en el Partido Liberal. Eso de controlar es algo muy genérico, también se puede decir que los estragos de los sindicatos Estatales (la mayoría de corte Izquierdistas) manifestados en rentas fabulosas, es producto de que López los hubiera invitado a compartir la torta.

    Pero también hay gente que le quiere idealizar como un modernizador de la economía, ese episodio no pudiera ser refutado si en esa misma época no hubiera aparecido Jaime Michelsen, un hombre que creo un grupo económico colosal gracias a que un primo suyo era Presidente de la Republica ¿por que López Michelsen abrió en algo la economía Colombiana? ¿Para ayudar a que millones de colombianos dejaran de ser menos pobres o para abrirle paso a las ambiciones de su Primo? Yo personalmente no tengo buenos recuerdos del cucho López. Cuando niño siempre oía que era quien le había abierto las puertas al trafico de alcaloides y que las guerrillas habían crecido enormemente durante su mandato. Cuando fui creciendo, veo en el (en el cucho López) al profesor de FECODE acomplejado, que por desgracia me tocaba aguantar por mi situación económica, por pertenecer al tercer Mundo y en cualquier oportunidad “ponía al imperio en su lugar” pero al final regresaba al pizarrón a dictar la misma clase insulsa que le hacia entender que sus complejos no sobrevivirían mas allá de su salón de clases.

  • Sebastián
    14 julio, 2007 at 7:33 pm

    Es bueno este tipo de columnas que reivindican el papel de la mesura, en los juicios que se emiten de personajes ilustres.

    Toda esta pompa con la que han enterrado al Sr. López, me parece una prueba más, de la mentira en la que vivimos, y de la prostitución de algunos medios de comunicación (Caracol, RCN y CM& por supuesto).

    Un conteporáneo a Alfonso López escribió un libro después de que este último escribiera sus «Palabras pendientes». El libro se llamá «Lo que López olvidó contar». Entre sus páginas el autor señala algunos detalles:

    1. La segunda presidencia de López Pumarejo tuvo que acabarse por los escándalos de corrupción de López hijo, en la recuperación de unas acciones de una empresa alemana, Haendel. No en vano a este señor se le denominó por esta época «El mesías de la Haendel».

    2. La valoración de algunos predios en los llanos orientales, por donde estarían las tierras del ilustre.

    3. La traición al partido liberal MRL, pues cedió la presidencia a Lleras.

    Entre otras cosas… El libro es bastánte interesante, y me sugiere que no en vano Luis Carlos Galán se apartó del liberalismo.

  • Anónimo
    14 julio, 2007 at 7:33 pm

    BRABONEL. Disculpas.

    Quice decir que si Lopèz abrio en algo la economia para ayudar a salir a millones de Colombianos de la miseria o para ayudar a su primo.

  • Carlos
    14 julio, 2007 at 7:53 pm

    Alejandro:cual grafico?

    Por otro lado ese articulo del diario El Pais sobre Cuba debe ser una equivocación. De acuerdo a los politizados estudios de la ONU, citados con frecuencia por aspirantes a ingenieros sociales, en Cuba se vive muy bien y las libertades economicas solo le sirven a los ricos.

    Fidel empezó a permitir libertades economicas en los 90s luego que la Unión sovietica desapareció y se le acabó esa tetica. Pero hace unos años se asustó al ver que se empezaba a crear una clase de empresarios independientes y revirtió las medidas.Y además le apareció la nueva tetica de Chavez que le regala la energía. Toca ver si Raul es el «gorbachov» de Cuba o solo realiza reformas liberales por desesperación.

    Si Raul se convierte efectivamente en el Gorbachov» cubano, podría lavar su nombre para la historia.

    Saludos,
    Carlos

    Saludos,
    Carlos

  • Jaime Ruiz
    14 julio, 2007 at 8:17 pm

    Ese informe de El País sobre Cuba trata de otro país. Parece que hasta hace poco a la gente le alcanzara el dinero, y según cómo si alcanza, pues de todos modos no hay qué comprar. Pero lo de «tocar fondo» suena a broma, la situación cubana ha mejorado mucho en los últimos años gracias al turismo sexual, lo que pasa es que la propaganda mantuvo en secreto lo que ocurría en los noventa, cuando el ingreso de los pobres era de unos dos dólares al mes y algún periodista descubrió que en algunas partes la gente se estaba alimentando de hojas. De hecho, los turistas y periodistas no van a las provincias orientales, que es donde se concentra la miseria.

    Y Cuba no va a ser un país como China. No hablo de las proporciones. No hay un pasado de miles de años de teocracia confuciana ni amor al trabajo o a los negocios. Y el mecanismo es eficaz: cada vez será más fácil emigrar al tiempo que aumentan los ingresos de la prostitución y se siguen redistribuyendo como siempre. La novedad es el fin de la persecución a los gays, habida cuenta de que en medio mundo se vuelven cada vez más una clientela ideal de los totalitarios blandos.

    Es decir, se ampliará la oferta de turismo sexual, pero ni el régimen se abrirá ni la gente se rebelará.

  • Anónimo
    14 julio, 2007 at 9:11 pm

    Uribe baja en las encuestas por ser blando con las guerrillas. La mayoria de las personas piensan que la excarcelacion de los guerrilleros es un sintoma del debilitamiento de Uribe y el asesinato de los diputados es la prueba que las Farc lo vieron de esa forma. Si Uribe se debilita por hacerse al centro del espectro politico quiere decir que la derecha esta muy fortalecidad en el pais ¿entonces por que la obsecion con hacer del muerto lopez un herue de izquierda cuando este pais no se quiere identificar con esa ideologia? Parece que la oligarquia se niega a adactarse a la nueva Colombia.

  • Alejandro Gaviria
    14 julio, 2007 at 10:31 pm

    El gráfico (ya sí aparece) muestra la evolución de la tasa de homicidios (muertes por cien mil habitantes). Quiero resaltar el fuerte ascenso en los años posteriores a 1978: el comienzo de la nueva era. Últimamente la tasa ha disminuido. Pero los niveles actuales siguen siendo muy superiores a los observados en los años setenta.

  • Mauricio Ríos
    14 julio, 2007 at 11:27 pm

    Señor Alejandro aunque en parte tiene razón, hay cosas que distinguen, en el actual Gobierno se recuperó la institucionalidad, la justicia.

    Los vínculos de los políticos con la mafia no han sido ocultados y esto no gracias a la prensa (lo único que han echo es violar sumarios extorsionando policía: Caso de las intercepciones).

    El hecho de que políticos estén en la cárcel, es la prueba palpable de lo diferente de la situación. Mientras en el 1994-1998 había sido elegido Samper con dineros de la mafia y se estimaba que el 60% del congreso había sido elegido con dineros del «Cártel» de Cali en este gobierno se juzga hechos anteriores al gobierno. Mucho políticos del 8000 mil se reencaucharon con Uribe en el 2006: Miguel de la Espriella estuvo involucrado en el 8000, Mario Uribe, Luis Guillermos Vélez (qepd).

    Decir que la situación es la misma cuando funcionarios están en la cárcel, es un error garrafal.

  • la colombia que no claudica
    15 julio, 2007 at 2:23 am

    Yo tampoco tengo títulos suficientes para tratar de tan augusta majestad. Pero como este mundo es de los metidos, sostengo que ha muerto el pater falimias de la connivencia, aquel que dio forma, estatus y cache (a pesar de los vallenatos), a la hasta hace poco todopoderosa manera de gobernar (ordeñar): Maximización económica del robo con el clientelismo liberal conservador; y del asesinato, con el melifluo maridaje político con las farc, aquel que supo ver en las aristas sociales del conflicto la fuente de de explotación humanitaria, de lo cual da cuenta su inmensa fortuna petrolera. Estaba preparado, si el buen Dios nos apartaba del paraíso socialista su aristocracia lo perpetuaría, si la hermana cuba nos llevare en su vuelo, él, si no fuera el Casto en su vientre, sería la puta del régimen.

  • Anónimo
    15 julio, 2007 at 7:36 am

    Agrego que López fue el primer presidente sindicado por los Estados unidos de tener vínculos con el narcotráfico y ser pedido en extradicción por los gringos e igual que su jefe de campaña Ernesto Samper le cancelaron la visa para poder entrar a USA.

  • Maldoror
    15 julio, 2007 at 8:15 am

    Pues yo les señalaría tres aspectos a tener en cuenta:

    – En efecto, el crecimiento de la mafia (alimentado desde luego por la prohibición) por el paso de la producción de marihuana a la coca.

    – El inicio de una etapa de construcción militar de las FARC como un ejército ofensivo; un proceso que llegaría a su culmen a mediados de la década de los años 90 .

    – La aparición del paramilitarismo, de una alianza entre sectores del Estado y de las élites dominantes con narcotraficantes, con toda la consiguiente brutalidad y terror que ejercieron sobre amplios sectores de la población civil (rural en su mayoría).

    Ahí tienen el inicio del «país en el que vivimos». López presidió en muchos un gobierno corrupto sin lugar a dudas – a su imagen y semejanza-, pero fue más coincidencia que otra cosa que sucediera en su gobierno. Habría pasado en cualquier gobierno de los partidos tradicionales. La penetración del narcotráfico en todas las esferas de la sociedad ya venía de tiempo atrás, las FARC hubieran decidido volverse un ejército netamente ofensivo no importa que, y el paramilitarismo y la alianza de políticos y ciertas élites con narcos para financiar ese fenómeno, que como bien dijo Mancuso, era «una política de Estado». A todo eso habría que añadirle el desmoronamiento del frente nacional, esa farsa con la que las élites habían intentado tapar la violencia de los 50 y las profundas injusticias que la había alimentado.

  • Anónimo
    15 julio, 2007 at 8:41 am

    San lucas y anorí fueron las derrotas de los elenos, practicamente diezmados, el «pollo» les dio un respiro con la condición de que sacaran al alcoholico y exquisofenico de fabio vasquez que le entro a fusilar a sus mismos compañeros, el «intelectual nacional» hablo con castro y se envio a fabio, quien debe andar alli en cuba reunido con sus antiguos camaradas, siendo mas bien un estorbo indeseable pero permitido por los «compañeros» voceros..con esto el «pollo» abrio las puertas para entrara la primera ola de narcotraficantes con bonanza marimbera..los hoy padres de los implicados de la parapolitica, fueron ayer los mas duros cultivadores de marimba, hijo de tigre (…) dice el dicho..el «pollo» y el panfletario de santofimio, los autores intelectuales del nacimiento del narcotrafico y el paramilitarismo y de la narcoguerrilla..

  • Mauricio Ríos
    15 julio, 2007 at 8:59 am

    Maldoror: Muy bueno el punto que usted toca.

    Pero me parece que usted comete el error de decir que el paramilitarismo sólo surgió de la alianza de sectores del Estado con mafiosos.

    No también en muchas zonas del país los latifundistas crearon pequeños ejércitos de defensa contra la guerrilla. Muchos de esos ejércitos de defensa crearon un caos porque al comienzo tuvieron mucho apoyo popular. Apenas se les acabó la gasolina empezaron hacer escoltas del narcotráfico. Después se volvieron narcotraficantes. Desde la década del 90 más o menos en 1994 se convirtieron en narcos puros…

    También muchos de ellos se crearon de manera espotanea, muchos de ellos campesino llenos de odio y rabia contra la guerrilla.

    El paramilitarismo durante mucho tiempo fue un grupo criminal sin unidad. Todos los grupos eran independientes de otros, pero no significaba que se enfrentaran unos con otros (Caso ELN – FARC han tenido pocos enfretamientos.

    El paramilitarismo se convierte en unos solo por ahí entre 1995 y 1997 líderado por Los Castaño Gil y acólitados por muchos gobiernos.

    A ellos les empieza a interesar la política a fines del 1997 y entre 1999 y 2000 empezaron con el cuento de que son una organización político militar para que se les aplicara la sedición.

    Paradójicamente en los gobierno débiles con la guerrilla, se fortaleció el paramilitarismo. Los gobiernos de Gaviria, Samper y Pastrana son la clara muestra de esto.

    Que los paramilitares hayan llegado a más de 35 mil no me sorprende porque fue durante el gobierno de Pastrana en el cual ellos más crecieron. En esa época las FARC llegaron fácil a más de 25 mil hombres. En este país hasta el 2004 el paramilitarismo fue invicibilizado.

    Ahora llegará la desmovilización del ELN y sólo quedará las FARC.

  • Jaime Ruiz
    15 julio, 2007 at 11:33 am

    Muy bonito el contraste entre la dignidad de López y el arrodillamiento de Uribe. Por ejemplo, ante las presiones de Kissinger,

    López se limitó a señalar que no era la primera vez que un país de este hemisferio intervenía en otro continente.

    No era original, lo mismo había dicho el Che Guevara sobre tener bombas atómicas. Hizo falta comparar el volumen de la intervención (para merecer más el aplauso), pues las almas equidistantes son así: «Esos dos millones que le pagaste al sicario no son nada comparados con los dos billones que se gasta el gobierno construyendo escuelas». Genial. En realidad parece atávico: los castristas de la época de la intervención en Angola son sólo los nietos de los germanófilos de 1940. La estructura moral de la sociedad es la misma en los siglos del saqueo evangelizador y la encomienda amorosa que en el de la nostalgia de Sadam. La cocaína es sólo un corolario sobredimensionado.

  • Carlos
    15 julio, 2007 at 12:52 pm

    Yo creo que «la colombia en que estamos viviendo» se definió realmente en el gobierno de Gaviria por la nueva constitució que cambió gran parte del marco institucionales/reglas de juego,e incluso el rol del Estado, y las reformas económicas (apertura,etc). Durante ese gobierno (en el año 93) tambien se realizó la conferencia de las FARC que definió la estrategia de ese grupo hasta este año que hubo otra conferencia. Fue el primer gobierno luego del fin de la guerra fría. Se acabó el cartel de medellín y empezó la narcotización fuerte de los paras y la guerrilla. En fin. Me parece que la Colombia en que vivimos se definió en gran parte en el período 1990-1994.

    Saludos,
    Carlos

  • Alejandro Gaviria
    15 julio, 2007 at 12:53 pm

    Jaime:

    Kissinger es un criminal de guerra. Y no creo que sea equidistancia negarse a escoger entre Castro y Kissinger. O entre Angola y Vietnam.

    Sobre la falta de dignidad en el manejo de las relaciones con los Estados Unidos, el reclamo no es original. Lo han advertido muchas comentaristas de nuestra realidad. No todos castristas. O guevaristas. Esto escribió recientemente Rodrigo Botero: “Salvo que mi conocimiento de la mentalidad americana carezca de fundamento, una actitud tranquila de firmeza y dignidad sería más eficaz para lograr la aprobación del TLC que la mezcla de sometimiento con discursos altisonantes.”

    Sobre la ayuda externa, ojalá el Gobierno pudiera liberarse lentamente de ese lastre. Creo que hemos caída en una trampa. Y no habló en teoría. Me tocó vivirlo en la práctica. Y la decisión del Gobierno de López de rechazarla me parece no sólo adecuada, sino también instructiva. Un ejemplo a seguir.

    Sobre la nostalgia de Sadam, ver aquí.

  • Alejandro Gaviria
    15 julio, 2007 at 1:14 pm

    Carlos:

    No quisiera alargar la discusión sobre cuando cambió Colombia. Sin duda, el manejo económico (y sobre todo la situación fiscal) cambiaron de manera definitiva con la Constitución de 1991. Pero ésta fue, a su vez, un resultado de los magnicidios de la coca.

    En fin, insisto en lo mismo: la consolidación de Colombia como el primer exportador mundial de cocaína (ocurrida en el cuatrienio citado) cambió la política, la economía y la sociedad.

  • Anónimo
    15 julio, 2007 at 2:48 pm

    Dice María Isabel Rueda sobre el difunto López y el acuerdo humanitario, algo que JR siempre ha tratado de enturbiar:
    «López lo había entendido así: el acuerdo humanitario no debe estar atado a ninguna condición distinta, ni por parte del gobierno, ni por parte de las Farc, que la de intercambiar secuestrados por delincuentes detenidos en las cárceles, sin colocarse en el callejón sin salida de condicionar ese gesto al inicio de un proceso de paz o al cese de la guerra contra la insurgencia».

    «Por eso insistió tanto en que se trataba de dos caminos separados. Veía el acuerdo humanitario como una operación autónoma que categóricamente no era un preludio hacia la paz, sino un acuerdo para aliviar las terribles condiciones de los cautivos de las Farc. ‘No se trata de la paz, ni de ponerle fin con este acto a la situación existente, sino de aliviar la condición de los civiles no comprometidos en la guerra o de los propios cautivos o prisioneros, a través del canje –no me gusta el término–: a través del intercambio de prisioneros entre el gobierno y quienes están alzados en armas’. Y volvía a insistir en ello: ‘Esto no es, de ninguna manera, un acto de capitulación del Estado frente a la insurgencia'».
    Y así debe ser, sin mayores tardanzas.

  • Apelaez
    15 julio, 2007 at 3:13 pm

    A mi también me incomoda la fórmula aquella de que López Michelsen ponía a pensar al país. Creo que López fue el rey de los políticos profesionales y no el último de los políticos de envergadura. López fue un mago para las intrigas, para acumular poder tras bambalinas y para cranearse mecanismos prácticos para que sus fieles seguidores llegaran (o permanecieran) en el poder. Lopez para mí fue un Vito Corleone criollo, un gran señor que dispensaba favores a cambio de favores, en fin, un político profesional en su máxima expresión. Y si, tambien fue profesor, escribio libros y publico columnas, muchas de ellas lucidas, pero siempre subordinadas a sus intenciones políticas. Lopez nunca dio puntada sin dedal, todo servia para mantener su influencia y la de sus allegados. Para Lopez el fin siempre justifico los medios.

  • Anónimo
    15 julio, 2007 at 4:01 pm

    Todo lo que dice Apelaez, y más, es cierto. Pero eso no impide que se le conceda la razón en lo que planteaba sobre el intercambio humanitario. No estamos en un sin salida: el viejo dio una salida que se puede poner en práctica sin que haya que hacer concesiones objetables.

  • Carlos
    15 julio, 2007 at 4:11 pm

    Lopez fue el gestor de un movimiento (el MRL) con relativo exito teniendo en cuenta el contexto del Frente Nacional. Desde mi punto de vista se le abona algunas reformas liberales durante su gobierno. No creo que todo lo malo(el aumento del narcotráfico) ni todo lo bueno(el crecimiento de la economía) que pasó en el pais durante su gobierno sea responsabilidad de el, aunque sin duda le debemos varias cosas malas.

    En realidad Lopez Michelsen continuó una tradición iniciada por su padre: el aristocrata antiliberal que promueve ideas de izquierda para ganar o conservar poder político. Lopez Michelsen quiso ser el Franklin de Roosevelt o el Biscmarck «platanizado». Pero solo fue otro presidente al servicio del club que manda en Colombia

  • Carlos
    15 julio, 2007 at 4:14 pm

    Tambien estoy de acuerdo con abonarle a Lopez el acabar con el conservatismo social y haber reducido la dependencia de los gringos. Algo que lamentablemente se ha venido aumentando en este gobierno(y ahora hasta parece que nos van a poner una base militar gringa)

  • Carlos
    15 julio, 2007 at 4:18 pm

    anonimo 09:48: la idea del intercambio humanitario tal como la planteaba Lopez suena mas razonable. Pero el problema es que ignora cuales son las motivaciones para que las FARC quieran ese acuerdo humanitario: ganar legitimidad política a nivel internacional. A las FARC no la mueven intereses humanitarios, sino políticos y militares. Por eso secuestraron a militares,policias y políticos.

    Por eso el acuerdo humanitario debe analizarse desde el punto de vista político y no solamente desde el punto de vista humanitario.

    Y además. No solo hay que pensar en los secuestrados existentes hoy en dia, sino en los que existirán mañana si se da el acuerdo humanitario como lo quieren las FARC.

  • Jaime Ruiz
    15 julio, 2007 at 4:33 pm

    Lo de si en Vietnam debería haberse resistido al avance de la justicia social es un tema bien extenso porque siempre remite al crimen yanqui de no haber perdido la guerra fría (sin resistencia en Vietnam, habría guerra en Tailandia, Myanmar, Malaisia e Indonesia; sin guerra en esos países, la habría en Bangla Desh, Filipinas y Papúa Nueva Guinea…, etc.). Pero lo interesante es esto: Kissinger es un criminal, por tanto no hay que complacerlo. ¡Que uno de los nuestros también pueda participar en una guerra imperialista ya que ellos lo hacen! Si me entero de que hay algún psicópata por ahí matando niños, no toleraré que ningún paisa me pida una condena al respecto. ¡No sería el primer colombiano que mata a un niño!

    La nostalgia de Sadam también es muy llamativa: es tanto el sentimiento que genera el mártir que los iraquíes se viven inmolando desde hace tiempo. Pero chiflados que son, cuando podrían haber mostrado su apoyo a la insurgencia haciéndole caso (absteniéndose de ir a votar, y tenían argumentos convincentes para hacer caso), participaron dos tercios. Chifladuras de uno: ¿cómo no van a echar de menos al gobernante que los alivió de casi un 10 % de la población entre desapariciones y guerras? Esta vida de todos modos es injusta y realmente estar vivo mientras tantos niños se acuestan sin cenar es una forma de cinismo. En fin: la nostalgia de Sadam también se puede considerar positiva, porque al tener la ocasión de inmolarse por un ideal bello los iraquíes dan ejemplo de dignidad al mundo.

    Puro prejuicio y falta de rigor: sólo hay que imaginarse cómo hacen las entrevistas en Bagdad para comprender el rigor del planteamiento y del medio que publica esa encuesta. Lo extraño es que los enemigos de la intervención no aprovechen ese rechazo para presentarse a las elecciones, que no tardarán mucho, y remediar las cosas.

    (Uf, respecto al canje, ¿cuándo se ha negado el gobierno a liberar guerrilleros a cambio de los rehenes? La exigencia del finado López es la misma de todos los justicieros del país: facilitación de más secuestros. «Humanitaria», es como hay que llamar a esa amable propuesta del salvador del ELN. Y sigue sin saberse para qué hay que despejar dos pueblos. Todo lo que tuvieran que negociar lo podrían hacer por el correo electrónico. Lo que pasa es que en Colombia todavía se sigue creyendo que las FARC existen y son una amenaza importante. Y sí lo son: casi tan funesta como la articulación del dedo índice de los pistoleros. La conexión con quienes contratan sicarios es demasiado incómoda para un colombiano, con lo que las culpables de todo son esas malditas articulaciones de esos maditos dedos.)

  • Anónimo
    15 julio, 2007 at 4:38 pm

    Esto dice la última edición de The Economist (no precisamente una publicación “cobramasacres”):
    José Obdulio Gaviria, an adviser to Mr Uribe, says Colombia’s government will have to keep repeating its message over and over until it gets through, just as if it were dealing with “slow students”. To some degree, however, the problem is not so much the message as the messenger. In Washington Mr Uribe is paying the price for his high-handed manner, seemingly dodgy friendships and, above all, for having been an enthusiastic ally of George Bush…Mr Uribe says he cannot allow Colombia to be treated as a “servant” of the United States. But he has little choice. Outsiders might treat him with more respect if he threatened to legalise cocaine or cosy up to Hugo Chávez, Venezuela’s oil-rich anti-American leader…

  • Alejandro Gaviria
    15 julio, 2007 at 5:01 pm

    Jaime: Pues sí. Yo creo que vale la pena mostrar algunos escrúpulos ante la hipocresía criminal. Y que tiene valor hacerlo cuando los criminales son poderosos.

  • Icarus_
    15 julio, 2007 at 5:26 pm

    Mr Uribe says he cannot allow Colombia to be treated as a “servant” of the United States. But he has little choice. Outsiders might treat him with more respect if he threatened to legalise cocaine or cosy up to Hugo Chávez, Venezuela’s oil-rich anti-American leader…

    Anónimo 11:38: Yo no sé usted cómo interpreta ese artículo, y aunque sólo he leído lo que usted pegó, le digo que mi lectura es muy distinta:

    En primer lugar pone en evidencia que la oposición que enfrenta Colombia en EEUU está ligada a la «entusiasta alianza de Uribe con Bush», cosa nada halagadora si se entiende -como debe ser- en que están reconociendo que están playing politics con Colombia.

    Lo segundo grotesco -bueno, no es grotesco. El artículo es tremendamente irónico- de ese pedazo que usted pegó, es la sugerencia de que para Uribe ganarse el respeto de EEUU, le tocará empezar a hablar de legalización de droga y buscar alianzas con el loco Chávez.

  • Jaime Ruiz
    15 julio, 2007 at 5:37 pm

    Molano no es un criminal (ni lo fue nunca Gilberto Vieira) pero lo son los que impidieron el avance de la revolución proletaria y del camino de la sociedad sin clases, pero Kissinger sí lo es. Y uno responde a la arrogancia del criminal apoyando al justiciero que le revira. ¡En Angola eran sólo unos negros desobedientes!

  • Carlos
    15 julio, 2007 at 5:52 pm

    Hombre Alejandro, leyendo el periodico de los pastrana (que de conservadores solo tienen el nombre) me encontré esta perla que critica el recorte de los parafiscales, un tema que hemos discutido aquí varias veces:

    «Por: RAFAEL DE BRIGARD MERCHÁN, PBRO.

    Hambrear a la gente

    INSISTÍA recientemente un gremio de gente rica en la necesidad, dicen ellos, de quitar los costos parafiscales de las nóminas pues así resulta muy costoso dar empleo. Otros se han inventado una suerte de cooperativas que ponen a sueldo de hambre a muchos trabajadores. En numerosas empresas e instituciones han resuelto hacer contratos de sólo 3 meses a los trabajadores para no adquirir mayor compromiso económico con los mismos. El empleo informal está repleto de gente que trabaja sin recibir ninguna prestación social, no obstante verse obligada a mantener horarios inhumanos de actividad agotadora. Si es cierto que el país está creciendo a unas tasas bastante altas, al mismo tiempo hay que reconocer que paralelamente la clase trabajadora, incluyendo a miles de profesionales, está siendo pauperizada por las nuevas formas de explotación que han concebido quienes dirigen la economía y quienes les regalan leyes a su antojo.
    Estamos, y todos lo sabemos, en un sistema donde el capital es el gran consentido. Un sistema que pide poner a la persona al servicio de la producción y de las utilidades. Por encima de todo, el dinero y la ganancia. Después, dicen los dueños de todo, el tema aburrido de la distribución del capital y las riquezas. Sin embargo, y al menos por un instante hay que volver a contarles a los dueños de todo que sin las llamadas cargas paralelas a las nóminas la vida de la mayoría de los trabajadores colombianos sería miserable. No tendrían acceso a una pastilla de aspirina, no podrían comprar siquiera una casa de desinterés social (¡pues las hacen de 3 metros de ancho!), jamás podrían tomarse un tiempo de descanso, como pensionados comerían un par de veces a la semana, sus hijos apenas sí podrían encontrar oportunidades de desarrollo más allá de la cuadra de sus barrios superpoblados. Francamente sugerir la abolición de las contribuciones anexas a las nóminas es una afrenta y una provocación a nuestra precaria tranquilidad social.
    A los dueños de todo y a los que abundan en dinero sería interesante sentarlos un día y si todavía tienen capacidad de escuchar plantearles otras alternativas. Abrir la discusión sobre los salarios de propietarios y altos directivos. Poner sobre la mesa el tema de las utilidades, las cuales se logran también con el aporte de cada trabajador, pero que terminan en muy pocos bolsillos. Discutir el tema del despilfarro de gremios y grandes propietarios en toda clase de gastos suntuosos como convenciones en Cartagena, aportes a campañas políticas, favores a dignatarios del Estado, publicaciones inútiles, etc. Si mantener una nómina cuesta un ojo de la cara, no menos exorbitante es la forma como se gasta mucho dinero, fruto del esfuerzo de los trabajadores y también de los empresarios, en cuestiones innecesarias.
    Los que en Colombia vivimos cómodamente deberíamos ser más recatados en nuestras aspiraciones monetarias y materiales, al menos hasta que la gran masa de la población eleve aún más su todavía limitadísimo estado económico. No puede bajarse uno de un avión que lo trae por tercera vez en la semana de Miami o de Europa a pedir que les rebajen los ingresos a sus empleados. En alguna ocasión los fariseos le dijeron a Jesús que callara a sus discípulos. Jesús, enervado, respondió: “Si callan estos, hablarán las piedras”.

    Es increible que este señor(que por los apellidos parece ser de estrato alto) crea que el recorte de los parafiscales es lo mismo que el recorte de las prestaciones sociales!!

    O este señor es un irresponsable que escribe sin informarse o es un desinformador de lo mas deshonesto que existe.

    La calidad del debate sobre temas sociales y económicos en Colombia es bastanta baja por culpa de estos desinformadores.

  • Maldoror
    15 julio, 2007 at 6:27 pm

    Jaime, nah, el bombardeo de cambodia, la operación condor, la invasión de Timor Oriental (y la serie de asesinatos masivos que siguieron), ninguno de esos son «crimenes». Son simplemente nobles y humanitarias operaciones cuyo fin era frenar el comunismo.

  • Jaime Ruiz
    15 julio, 2007 at 7:05 pm

    Carlos: la realidad supera a la ficción. El presbítero De Brigard es un modelo de los Álvaro Montenegro y demás secuelas que conocemos, pero si un literato perverso se hubiera inventado el personaje habría parecido esquemático, acartonado, excesivo… Sólo hay que cambiar a los niños por las adolescentes, pasar de la caridad a la rebelión (pues los derechos no se mendigan, etc.), reforzarlo un poco con doctorados especializados y demás y sale una misma figura jesuítica que comparte rasgos de Camilo Torres, de Javier Giraldo, del sociólogo tipo de la Nacional, de los economistas que sabemos y en fin, sin siquiera hacer hincapié en lo jesuítico, sale un retrato perfecto del rancio poder opresor de siempre, hoy disfrazado de igualitarismo grotesco (¿qué importa que la inversión pública en educación en Colombia sólo sirva para adoctrinar asesinos si en EE UU de todos modos un hijo de un colombiano no tiene las mismas oportunidades que el hijo de Bill Gates?).

    La izquierda democrática sólo es eso, unos curas que se pintan bigotes con corcho para parecer duros y forcejean por las prebendas, las canonjías, los beneficios y las sinecuras mandando matar gente o aliados con cualquier asesino, como el cura que sale en Aguirre de Herzog.

    Sergio: KAMPUCHEA, KAMPUCHEA, respete. Y cuando tenga tiempo de leerse algo sobre el desembarco en Normandía, le aseguro que encontrará muchas más quejas.

  • Maldoror
    15 julio, 2007 at 7:26 pm

    Jaime:

    He leido bastante sobre los crimenes de guerra de los Aliados en la segunda guerra mundial: desde los bombardeos a Dresden y Hamburgo, pasando por las atrocidades sovieticas en Prusia y, desde luego, los ataques nucleares a Hiroshima y Nagasaki; y si, me quejo, y bastante. Igual no sé que pueda tener Kampuchea con, ejem, Timor Oriental o los desmanes de las dictaduras latinoamericanas de derecha, que Kissinger apoyó con tanto entusiasmo. Obviamente ud decidió ignorar el tema de manera conveniente. Típico

  • Jaime Ruiz
    15 julio, 2007 at 9:09 pm

    Sergio, para ser sincero no he leído nada que relacione a Kissinger con Timor Oriental, y la verdad es que el país al que pertenecía Timor Oriental en esa época provoca mucho timor, timblor. Podría haber muchos casos de crímenes de los gobiernos estadounidenses pero para evaluarlos haría falta saber qué es crimen y admitir que hay conductas criminales. La mera idea de ponerse por encima en el puro papel de buena persona a ver si los protagonistas de la historia jugaron limpio tiene algo infantil. Sobre todo considerando lo que pudo haber sido y no fue. ¿Cuánto habría costado la conquista del Japón (o la resignación de Stalin a lo acordado en Yalta) sin las bombas? ¿Y la derrota del nazismo sin la alianza con la mafia y los campos de concentración?

    Siempre es un juego deshonesto en el que el enemigo pierde de todos modos (aunque yo creo que gana, porque mi recordado maestro Friedrich Schiller decía que aliados con la estupidez hasta los dioses luchan en vano). Ningún crimen de Kissinger es comparable a la pasividad de Carter ante Pol Pot, pero en tal caso Pol Pot habría sido para ustedes un patriota destrozado por el imperio. Lo mismo se podría decir de Clinton y Ruanda, por mucho que hay quien acusa a la CIA y demás de apoyar al ejército tutsi-ugandés que presuntamente voló el avión del presidente y ocasionó la masacre para ganar la guerra: tendrían que haber enviado fuerzas especiales.

    Ya no sé cuántas veces he discutido eso con usted, siempre termino tratando de entender qué le hacen a la gente para que pierda a tal punto el respeto de sí misma (¿armas biológicas?): EE UU, Israel, el ejército colombiano, etc., deben ser siempre buenos porque para eso son los demócratas. Si sus actos son terribles, entonces está justificado el terror de quienes intentan destruirlos, tienen que ser siempre buenos porque en los sueños de varios millones de personas como usted tienen que hacer el papel de sparrings y renunciar a vencer o a tener poder porque el triunfo y el poder son malos y los verdaderamente buenos son las víctimas de los vencedores y poderosos.

    Bueno: las dos mayores tragedias posteriores a la segunda guerra mundial, aparte de lo que pasó en Irak, también con la pasividad de los gobiernos demócratas. La política norteamericana es errática y a menudo mezquina, pero no por cometer los crímenes o apoyar los de sus aliados sino sobre todo por permitir los de sus enemigos. De hecho, algún día los demócratas responderán por haber alentado a Pastrana a favorecer el asesinato en masa en el Caguán.

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2007 at 12:52 am

    Jaime: su punto de que los Estados Unidos han pecado mayormente por omisión no sólo es exagerado, sino que contradice al mismo tiempo su crítica (implícita) acerca de la prudencia que debe observarse antes de salir por el mundo en plan de conquistador moral o en misiones bondadosas a imponer valores y acumular aplausos. En fin, pecar por acción es mucho más grave que hacerlo por omisión.

    Sobre el discurso del curita De Brigard, habría que decir, primero, que una cosa son las contribuciones a la seguridad social y otra los aportes parafiscales; y, segundo, que el cuidado infantil, la capacitación laboral y el subsidio familiar pueden financiarse con recursos directos del presupuesto nacional. Y bueno…los jesuitas y semejantes llevan ya varios siglos enfermos de fiebre moralista.

  • Carlos
    16 julio, 2007 at 1:17 am

    Si, Alejandro. Lo que parece inaudito es que De Brigard haya escrito eso en un periodico como el Nuevo Siglo. O no se tomo el trabajo de entender bien de que iba a hablar o pretende desinformar.

  • Maldoror
    16 julio, 2007 at 2:54 am

    Jaime:

    Yo no sé ud, pero el asesinato masivo de más de 100 mil personas en Nagasaki e Hiroshima no tiene ninguna justificación moral, incluida la idea de ganar la guerra. Igual Japón ya estaba más que derrotado. Su flota naval había sido aniquilada hasta el último barco, y privado de sus colonias (de las materias primas mejor dicho) y su industria arrasado, su derrota era cuestión de tiempo. La resistencia que hubiera podido ofrecer era ínfima.

    En cuanto a lo de la supuesta pasividad de Carter con Pol Pot, creo que el comentario de Alejandro es certero. Uno no es responsable por algo que dejo de hacer tanto como por los crímenes que efectivamente cometió. Pero incluso si su punto fuera cierto ¿En que cambia eso que Kissinger era un criminal? ¿Su éstandar moral para exculpar a Kissinger es que no era Pol Pot?

    Por otro lado, ¿quién está justificando el terror y los crimenes de los enemigos de Estados Unidos, el ejército colombiano o Israel? El único acá tratando de justificar los crímenes de alguien es ud, diciendo que los enemigos del ejército colombiano, Israel o los Estados Unidos son malvados comunistas, o islamistas y que por eso se justifican.

    Por último, no sé de que habla con respecto a los demócratas. Fue un gobierno demócrata el que hizo todo lo que pudo para llevar a Estados Unidos a la segunda guerra mundial (aparte de haber metido al país en la primera), en la guerra de Vietnam y en la guerra en la guerra de Yugoeslavia. Los mismos demócratas en el congreso votaron casi que en su totalidad por la guerra en Irak. No sé de que se queja, la diferencia entre el guerrerismo demócrata y el guerrerismo republicano es nula. Peor cuando ignora que fue un presidente demócrata el que creo el plan colombia, y tiene todavía la culpa de echarles en cara la cuestión del proceso de paz (lo que entre otras, demuestra que no era sólo la guerrilla la que se estaba rearmando hasta los dientes mientras supuestamente negociaba la paz)

  • Anónimo
    16 julio, 2007 at 2:30 pm

    BRABONEL.

    Estoy totalmente de acuerdo con Jaime Ruiz sobre la actitud de López Michelsen respecto a Cuba. López no juzgo a Cuba por su invasión a Angola por que estaba de acuerdo con la Extensión del Comunismo y para justificar su complicidad entro en comparaciones desproporcionadas. León Valencia asegura que López fue un amigo del ELN y si, se pudo comprobar con la actitud que demostrara respecto al conflicto desarrollado en Angola entre otras y últimamente con la presión al mal llamado intercambio humanitario.

    Eso demuestra que la familia López y la revista Semana tiene fines ideológicos definidos, talvez similares a la toma de los “alternativos” a la prensa.

    Ahora, no estoy de acuerdo con Alejandro Gaviria sobre “liberarse del lastre de la ayuda de los gringos” es a una ayuda que se recibió aquí por que ayuda al País, no por que lo perjudica.

  • Alejandro Gaviria
    16 julio, 2007 at 2:48 pm

    Brabonel:

    Yo no creo que una pueda suponer que la ayuda externa es buena en todas las circunstancias. Claramente llega plata. Pero se pierde autonomía. Y los costos de lo segundo pueden superar los beneficios de lo primero. Sin mencionar la dependencia que se genera.

    Hace unos meses, el Fiscal Iguarán, en lugar de pedirle más plata al Ministro de Hacienda para la aplicación de la Ley de Justicia y Paz, se fue a los Estados Unidos a mendigar unos cuantos dólares. Este comportamiento sugiere que la dependencia a la ayuda externa ya se está volviendo crónica.

  • Carlos
    16 julio, 2007 at 3:20 pm

    La ayuda externa tiene los problemas que menciona Alejandro. Lamentablemente, como sucede en muchas cosas, cada quien aprueba o desaprueba la ayuda externa de acuerdo a su ideología. La derecha aprueba la ayuda militar y a veces desaprueba la ayuda para el desarrollo o «la social». La izquierda aprueba la ayuda para el desarrollo o «la social» y desaprueba la militar.

    Ambas son malas por las mismas razones. Son regalos «envenenados» y condicionados.Crean depedencia y afectan la autonomía(lo mismo que pasa con los programas sociales o el estado de bienestar, pero eso es otra discusión).

    Las condiciones a las que me refiero tienen que ver con las exigencia a contratar con empresas gringas bien sean productos o servicios militares o de otro tipo. Esas ayudas son un subsidio a ciertas empresas bien conectadas con los gobiernos desarrollados y son una forma de «corporate welfare».

    Saludos,
    Carlos

  • Anónimo
    16 julio, 2007 at 3:36 pm

    Más vale tarde que nunca. En vista de que no pude opinar en la columna anterior; recordando a Rawls, quisiera hacer unas observaciones sobre unos aspectos donde la cuestión no es de encubrimiento semántico –como planteó la semana pasada A. Gaviria- sino simplemente de rigurosidad del lenguaje. Y también de imparcialidad. El Derecho Internacional Humanitario (DIH) consigna las normas que limitan los métodos y medios de hacer la guerra. Es un acuerdo que seguramente estaríamos dispuestos a firmar sin saber qué posición ocuparemos en la sociedad. Es un ejercicio coherente con los dos principios de la justicia de rawls, que no parte de consideraciones morales previas. Es un acuerdo rawlsiano, o si se quiere Kantiano. «Las partes en conflicto harán, en todas las circunstancias, la distinción entre la población civil y los actores armados del conflicto, con miras a respetar a la población y los bienes civiles», dice el DIH. Por eso se utiliza el término “población civil” y no simplemente “gente” (como dijo A. Gaviria la semana pasada). Por eso se habla de actores armados del conflicto; y aquí también caben las fuerzas del Estado. En las otras consideraciones de A. Gaviria creo que si hay encubrimiento semántico…Y a propósito de el intercambio humanitario, en el que tanto insistió Lopez Michelsen, este es coherene con la noción de justicia defendida por rawls. josearcadio

  • Carlos
    16 julio, 2007 at 5:33 pm

    Jose Arcadio: Yo he leido a Rawls y la verdad creo que su teoría de justicia esta mas relacionada con la igualdad y la distribución de la riqueza que con un conflicto armado.

    Y aún si fuera aplicable los argumentos de Rawls son bastante cuestionables. El mismo reconoción que había ideado su famosa «posición original» a partir de la intuición a priori que tenía de la justicia. Tampoco es claro porque los principios de justicia que la gente acuerde en la «posición original» serían los que Rawls dice.

    Saludos,
    Carlos

  • Jaime Ruiz
    16 julio, 2007 at 6:08 pm

    Carlos, el problema es dedicar tiempo a esos personajes:

    … recordando a Rawls, quisiera hacer unas observaciones sobre unos aspectos donde la cuestión no es de encubrimiento semántico –como planteó la semana pasada A. Gaviria- sino simplemente de rigurosidad del lenguaje. Y también de imparcialidad.

    ¿Cómo que imparcialidad? El conflicto colombiano se puede definir como un atraco, una agresión contra la sociedad. La imparcialidad es la del policía venal o la del que avisa cuando se acerca la policía.

    El Derecho Internacional Humanitario (DIH) consigna las normas que limitan los métodos y medios de hacer la guerra. Es un acuerdo que seguramente estaríamos dispuestos a firmar sin saber qué posición ocuparemos en la sociedad. Es un ejercicio coherente con los dos principios de la justicia de rawls, que no parte de consideraciones morales previas.

    Como aplicar las normas de la esgrima al atraco con arma blanca. ¿Por qué hay que hacer la guerra? Ya pasa por debajo de cuerda la legitimidad del terrorismo. Y ese lenguaje sólo termina siendo justificación del terrorismo de Estado (tipo Argentina o Indonesia) o del paramilitarismo. Si dedicarse a matar gente es legítimo, ¿quién lo merece más que los asesinos?

    Es un acuerdo rawlsiano, o si se quiere Kantiano. «Las partes en conflicto harán, en todas las circunstancias, la distinción entre la población civil y los actores armados del conflicto, con miras a respetar a la población y los bienes civiles», dice el DIH.

    Pero las guerrillas nunca lo hacen y de nada sirve que sus amigos lo hagan. Y el Estado no puede hacerlo porque lo prohíben sus propias leyes, y en caso de que lo haga, no hacen falta las normas de la esgrima para perseguirlo. Lo único que lleva la retórica del DIH es la legitimación del «conflicto», lo cual es el interés de estos canallas. Y como las guerrillas no dejan de operar según su conveniencia, la exigencia de respetar el DIH se podría volver una demanda igual de falaz y patética para los émulos de la guerrilla que se resolvieran a hacer higiene en las ciudades.

    Realmente no son un problema estos criminales rawlsianos y kantianos sino la sociedad que no los desaprueba.

    Por eso se utiliza el término “población civil” y no simplemente “gente” (como dijo A. Gaviria la semana pasada).

    Aplíquese al caso del atracador: las ganas de proteger a la población civil son la legitimación del asesinato de la población militar, como si el conflicto fuera otra cosa que la insurrección de la minoría universitaria para reimplantar la esclavitud.

    Por eso se habla de actores armados del conflicto; y aquí también caben las fuerzas del Estado.

    Eso seguro: por ejemplo en España respecto a ETA, por no hablar de Alemania o el Reino Unido hace unas décadas respecto a sus bandas terroristas, todo el mundo ve al Estado democrático como un actor del conflicto. También en EE UU, McVeigh y Unabomber creen que Colin Powell es otro actor del conflicto y que cualquier día le dan el Oscar a alguno de los dos.

    En las otras consideraciones de A. Gaviria creo que si hay encubrimiento semántico…Y a propósito de el intercambio humanitario, en el que tanto insistió Lopez Michelsen, este es coherene con la noción de justicia defendida por rawls.

    Una vez yo escribí un post sobre otro post que leí en una página de ñángaras y me encontré con una interpretación de Orwell en un comentario que perfectamente ilustra la categoría de estos psicópatas: Un precursor de las FARC. Pero ya los compañeros del CINEP les dan ejemplo, si Cristo autoriza a ordenar asesinatos, castraciones (incluso de obispos), secuestros, etc., ¿quiénes van a ser Rawls, Orwell o Walt Disney para no servir?

    Pero es cosa de cada colombiano, la mayoría legitiman esas retóricas, bien porque pertenecen a la universidad, bien porque reconocen la jerarquía establecida.

  • Daniel Vaughan
    16 julio, 2007 at 6:49 pm

    Carlos,

    Por su comentario, intuyo o que no ha leido a Rawls, o que no lo entendió.

    ¿Qué entiende usted por la posición original?

    ¿Qué entiende usted por su teoría de justicia?

    Note que una teoría de justicia, sea cual sea, es independiente del conflicto, si el conflicto es independiente de la distribución de la riqueza o del ingreso.

    Ahora, en el caso colombiano hay dos posibilidades:

    1. El conflicto armado no tiene relación alguna con la desigualdad del ingreso y la riqueza en Colombia.

    2. El conflicto armado tiene alguna relación con la desigualdad.

    En general, los sociólogos suelen pensar que 2 es cierta, y a esto lo llaman las causas objetivas de la violencia: la injusticia social es un caldo de cultivo de la violencia.

    Los economistas, esos ingenieros sociales que a usted tanto disgusto le generan (entre otras cosas porque según usted se han inmiscuido en temas que no les competen), sugieren algo distinto, en lo que se llama el análisis económico de la violencia, o la teoría del crimen que Becker hizo famosa: las causas del crimen tiene que ver con los incentivos: si hay penas/multas bajas, y baja probabilidad de captura (o ineficiencia del aparato policivo), va a haber crimen.

    El análisis económico tiene que ver con 1, pues el incentivo de los criminales es hacerse más ricos, y no tiene nada que ver con la injusticia social.

    Ahora, la relación con cualquier teoría de justicia depende de si usted acepta 1 o 2 como causas del conflicto en Colombia.

    DV

  • Daniel Vaughan
    16 julio, 2007 at 7:16 pm

    Jaime,

    Aunque intuyo la respuesta quiero tener algo claro:

    ¿Para usted la injusticia social es causa del conflicto armado en Colombia?

    ¿Y si no, por qué?

    DV

  • Jaime Ruiz
    16 julio, 2007 at 8:50 pm

    Daniel, creo que la injusticia social no existe, que la noción de justicia social es falaz y forma parte de una serie de cadenas de inferencias en que se va dando por sentado todo lo que interesa al manipulador.

    La orgía de asesinatos con que los sectores que controlan las universidades pretenden imponer una tiranía como la cubana es CAUSA de desigualdad y exclusión. En últimas, perdón por repetirme tanto, hay terrorismo porque la globalización y el sistema democrático amenazan la jerarquía de los De Brigard y otros javerianos.

    Pero el Estado colombiano sería otro sin el poder de la tropa de la izquierda democrática: no sería el mismo el saqueo en los hospitales, ni la exacción brutal en Ecopetrol (donde comenzó a hacer carrera el Cantinflas semi-oligarca que está de alcalde de Bogotá) ni en tantas otras empresas públicas.

  • Daniel Vaughan
    16 julio, 2007 at 9:01 pm

    Jaime,

    La primera parte de su respuesta está muy buena, pero lo único que muestra es usted no se uniría a la guerrilla por injusticia social.

    El punto no es si usted o yo creemos que hay justicia o injusticia social, sino si usted o yo creemos que hay gente que se uniría a la guerrilla porque ellos sí creen que hay injusticia social.

    Finalmente lo que estamos es tratando de identificar las causas del conflicto, y como ni usted ni yo somos actores activos del conflicto, no es relevante si usted o yo creemos en la injusticia social.

    Habiendo dicho esto, ¿cree usted que alguien como el Mono Jojoy o Tirofijo, o alguno de los elenos, tiene en su cabeza la injusticia social como causa del conflicto? ¿Si no, qué tienen en la cabeza? ¿Lucrarse económicamente? ¿Alguien los está manejando, tal vez de las universidades?

    DV

  • Anónimo
    16 julio, 2007 at 9:03 pm

    Jaime Ruiz:
    Usted ha partido en muchas partes, lo que yo he tratado de decir de forma unificada. Por momentos pareciera que usted interpreta mi argumentación como una apología a la guerra. No pretendo hacer eso. Uno puede estar o no de acuerdo con Rawls y mucho más con una interpretación de su teoría. Es cierto que Rawls no habla en particular de la guerra.

    Pero si el principio de la libertad y el de la diferencia uno lo utiliza para evaluar una situación tan anómala como la que se vive en Colombia, tendrá que la población civil es distinción importante, debido a que prioriza sobre una población que está en una situación de indefensión.

    Y algunos como el presidente pueden pensar que hay que acabar con el terrorismo hoy, con la intensificación de la guerra, a sabiendas que habrá muchas muertes, pero con la esperanza de que en el futuro habrá muchas más personas que vivirán en mejores condiciones. Y la mayoría estará de acuerdo. Pero los problemas del utilitarismo y decisiones tomadas por la mayoría ya han sido ampliamente tratados por autores como Amartya Sen. Insisto, ¿es o no es válido el DIH en presencia de la guerra? Lo que debe quedar claro es que en la guerra no todo se vale.
    josearcadio

  • Daniel Vaughan
    16 julio, 2007 at 9:16 pm

    Jaime,

    Y más interesante aún: suponga que efectivamente no hay tal cosa como «justicia o injusticia social».

    ¿Por qué hay gente que si lo cree? ¿Qué diferencia a la gente que si lo cree de gente que, como usted, sabe que no hay? ¿Por qué esas diferencias tan grandes? ¿Coeficiente intelectual? ¿Más y mejor información? ¿Más y peor educación?

    Esa pregunta a mi es la que me parece interesante, porque si la respondemos, y logramos estar de acuerdo en que «no hay injusticia social», debería ser fácil convencerlos que no lo es. ¿No lo cree?

    DV

  • Jaime Ruiz
    16 julio, 2007 at 9:59 pm

    Daniel, no tengo tiempo de contestarle hoy. La verdad es que es sencillo: usted es de estrato 6 y yo soy de estrato 2 y eso genera una sensación terrible de humillación que se le presenta a uno (adoctrinamiento) como una ofensa al honor (chantaje de los ideólogos) y de ahí salgo a matarlo a usted porque su existencia acomodada y su arrogancia ultrajan sin cesar mi humanidad siempre maltratada (a nadie le sonríe siempre la vida)… Es una historia vulgar, antes de trabajar el hombre guerreó. La cultura de la delincuencia en Colombia (sea política, mafiosa o callejera) es la de la inadaptación de los guerreros a la vida urbana y a la asimilación a sociedades de trabajo.

    De modo que el guerrillero cree que lucha por el pueblo y por la justicia social porque son los nombres que da a su interés: «pueblo», él y los de su pueblo. «Justicia social», que sea él quien mande y no otro.

    La pregunta suya sólo muestra una cosa (perceptible todos los días más allá de su lamentable suficiencia): su arraigo en el sistema de valores colombianos. Los guerrilleros no son mafiosos sino idealistas que se sueñan liderando a la humanidad y organizando las cosas, un poco como los economistas sueñan con lo mismo basados en sus conocimientos. En el fondo prevalece un mapa mental de castellanos viejos, en el que el trabajo y la codicia y esas cosas se dejan noblemente a los demás.

  • Anónimo
    16 julio, 2007 at 10:25 pm

    BRABONEL.

    Alejandro me podría decir cual es la autonomía que se pierde por aceptar plata de otros Países. La otra vez oí decir que era por las fumigaciones, que ellas eran diseñadas desde la capital Norte Americana. Yo realmente no veo nada malo en las fumigaciones, sin ellas el narcotráfico se hubiera fortalecido y por esa causa la guerrilla. Para muchos las fumigaciones son un fracaso por que cada vez aparece mas tierra cultivada de coca, pero muchos no entienden que es consecuencia de fumigar. Cuando mas se fumigue los narcos utilizaran más capital de riesgo, es decir, cultivaran mas territorios para que algunos cultivos se salven, llevando a que el negocio sea cada vez menos rentable por el riesgo y por el mayor costo. A lo último los narcos buscaran territorios mas tranquilos como las selvas Ecuatorianas Peruanas Brasileras pero principalmente las venezolanas. Las fumigaciones no se deben detener, sino por el contrario, se deberían acelerar.

    Lo bueno seria no pedirle limosnas a nadie- el caso del Fiscal es patético además de innecesario- pero las circunstancias del País ameritaban pedir ayuda para que no cayera en manos del terrorismo, cosa que se evito, ahora la idea es salir de esa ayuda pero para eso se necesita una Nación mas madura, entonces en vez de renegar por que se recibe plata lo mejor seria atacar a lo que hacen que Colombia mantenga atado al Pasado. En todo caso, yo creo que Políticamente será inevitable replantear las relaciones con los Estados Unidos, la llegada de los Demócratas al poder cambiara todo y en esa dinámica no se puede envolver Colombia, nosotros tenemos otros intereses muy diferentes a los que tienen los demócratas.

    Carlos ¿esa ayuda que le gusta a la Izquierda Colombiana será para aumentar sus rentas parasitarias o para desahogarlas? Contéstateme esa.

  • Anónimo
    16 julio, 2007 at 10:41 pm

    A los únicos que les interesan las razones que explican el origen de las guerrillas es a los historiadores. Y esos mismos historiadores tendrían que señalar que el fin del Frente Nacional, la implantación de la elección popular de alcaldes y gobernadores y la expedición de la Constitución del 91 (que tanto aborrecen Jaime Ruiz y su aprendiz Carlos por otras razones), entre otras cosas, han permitido la participación relativamente amplia en el escenario político de sectores anteriormente excluidos, como lo prueba la presencia parlamentaria y en los gobiernos departamentales y municipales de ex guerrilleros, indígenas, mujeres y otras minorías sociales. Es precisamente por eso que, incluso admitiendo problemas serios de pobreza y profundas desigualdades sociales, todas las cuales se pueden tramitar por las vías legales,no existe justificación posible a la acción armada. En este momento las guerrillas no son otra cosa que organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico y al secuestro extorsivo que dicen tener «retenidos políticos» para darle una barniz ídem a las atrocidades que cometen. De ahí el absurdo de la famosa columna del PhD Montenegro (Alvaro), que propone nada más y nada menos que utilizar a los secuestrados para negociar las leyes, como si careciéramos de las herramientas que permiten el debate civilizado ¿Hay que darle más vueltas al asunto, don Daniel?

  • Daniel Vaughan
    16 julio, 2007 at 11:08 pm

    Don Anónimo (17:41)

    A mi no me tiene que convencer que «nada justifica la violencia». Yo soy el primero en decir que tomar las armas es estúpido. Además soy el primero en creer que los argumentos son suficientes (aunque el experimento social en el que hemos convertido este blog demuestra lo contrario).

    Pero insisto que el punto es distinto: don DV se da cuenta que hay conflicto, y que hay gente que lo justifica con el argumento de mayor justicia social. Don DV está mamado del conflicto y cree que para buscar una solución toca convencer, con argumentos, a la gente que este conflicto estúpido nos tiene literalmente jodidos.

    DV o «don DV» (como una especie de «don Berna»).

  • Carlos
    16 julio, 2007 at 11:19 pm

    Brabonel, lo de la ayuda exterior es otra mina de oro de las ONGs del primer mundo y de las ONGs y burocratas del tercer mundo. Y las mayoría de esos grupos son de «izquierda», es decir hablan de «justicia social», «pagar la deuda social» y otras mentiras para incautos.

    Saludos,
    Carlos

  • Jaime Ruiz
    16 julio, 2007 at 11:24 pm

    Don DV: hay mucha gente que tiene vocación de ocupar embajadas y dedicarse todo el día a intrigar y defender causas con retóricas y darse aires de intelectuales. Esas personas son riquísimas y felices gracias al conflicto. Sólo hay que averiguar cómo les va en Europa a los intelectuales de izquierda, o incluso en Colombia a los líderes de ONG. A ellos no los tiene jodidos el conflicto. ¡No les plantea ningún conflicto! Y naturalmente no les parece nada estúpido.

    El día que se entienda cómo un niño que combate en las FARC sólo es un peón de ínfima categoría y todo el problema está en los políticos que organizan la trama de influencias e intereses y en los intelectuales que construyen el entorno de falacias, empezará a resolverse el conflicto.

    La verdad, este gobierno tuvo el acierto, tal vez por influencia de J. O. Gaviria de poner en duda las premisas de la retórica terrorista. Lo que pasa es que no hay una significativa corriente intelectual que le haga frente a esa retórica. Y el motivo es el poder de los promotores de la guerrilla, sumado a la naturaleza servil de los colombianos.

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 12:11 am

    Don JR:

    Estoy de acuerdo con usted: el conflicto, o la guerra en la que estamos, le beneficia a mucha gente. Por ejemplo, una de las hipótesis que había hasta antes del gobierno Uribe era que la guerra no se había ganado era porque al Estado no le convenía, o que a los propios militares no les convenía (si no, de qué van a vivir?).

    Pero ese es un problema distinto: esa no es la causa del conflicto, sino una de tantas consecuencias que ha tenido el mismo.

    Pero creo que usted, y otros de los comentaristas del blog, son idiotas útiles del gobierno, cuando se comen el cuento de que las FARC son terroristas sin objetivos políticos.

    Su lectura del contexto histórico internacional es totalmente sesgada, y por eso digo que son idiotas útiles. Sale Uribe, o JO Gaviria a decir que las FARC son terroristas y ustedes ahí mismo les dan la razón. Pero son idiotas útiles porque Uribe y los secuaces hacen eso aprovechando «la guerra contra el terrorismo» librada por «nuestro principal aliado».

    DV

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 12:14 am

    Carlos,

    Sólo leí el primer párrafo del documento de Hayek que colgó. Y bueno, de ese primer párrafo estoy de acuerdo con Hayek en una cosa:

    En una sociedad de hombres libres el término «justicia social» no tiene sentido.

    El problema es precisamente ese: esta sociedad, y en particular la colombiana, es todo menos una sociedad de hombres libres, así que el término sí tiene justificación.

    DV

  • Anónimo
    17 julio, 2007 at 2:10 am

    Yo no dije que «nada justifica la violencia». Para mí hay situaciones que no dejan otra salida. Si yo viviera en Norcorea posiblemente me alzaría en armas contra el régimen.Igual en Myanmar o en Cuba. Lo mismo hubiera hecho si me hubiera tocado vivir bajo la dictudura argentina o la de Pinochet. Pero aquí la cosa es distinta, y ahí están Petro, Navarro, León Valencia, Piñacué, los Garzones y muchos otros (también Molano, Caballero, Bejarano, Duzán y hasta el genio de Montenegro) para demostrarlo. Los primeros pueden hacer política y promover todos los debates que quieran, y los segundos publican semanalmente sin censuras de ninguna especie.Ahora que si Jaime Ruiz llega al poder, habría razón para el «timor» (hizo dos chistes en tres días: increíble), y hasta ESC tendría que exiliarse.

  • Jaime Ruiz
    17 julio, 2007 at 3:05 am

    Daniel

    Pero creo que usted, y otros de los comentaristas del blog, son idiotas útiles del gobierno, cuando se comen el cuento de que las FARC son terroristas sin objetivos políticos.

    Quien se comiera ese cuento sería muy dudosamente útil, pero idiota… seguro. ¿Qué clase de terroristas carecen de objetivos políticos? Incluso dudo que el gobierno lo diga. Es como cuando la muchacha no quiere salir de noche sola porque vio a alguien que podría ser un violador. «¡Cálmate, mija, puedes estar segura de que es un muchacho con objetivos sexuales!».

    Las FARC tienen los mismos objetivos políticos de quienes quieren que se premien sus proezas. El no concebir a éstos como criminales es la increíble singularidad colombiana. El sicariato existe porque en la percepción «funésica» colombiana no hay nada inmoral en pagar a alguien para que mate a otro, sino en el cumplimiento de ese compromiso.

    (Funes, el del cuento de Borges no entendía que el perro de las tres visto de frente fuera el mismo de las tres y cuarto visto de perfil.)

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 3:24 am

    Jaime,

    Si el gobierno quisiera aceptar que las FARC tiene objetivos políticos les daría status político.

    El punto es que Uribe ha aprovechado la «guerra contra el terrorismo» vendiendo a las FARC como narcotraficantes terroristas sin objetivo político alguno. De esta forma obtiene financiación de los gringos (acuérdese que hasta hace unos años los recursos del Plan Colombia sólo podían usarse en la lucha antinarcóticos), y como «los aliados» también están apoyando la «guerra internacional al terrorismo» hasta la UE le ha quitado el estatus a las FARC y el ELN.

    En eso consiste la estrategia de Uribe, y le ha funcionado.

    DV

  • Jaime Ruiz
    17 julio, 2007 at 4:50 am

    Daniel, qué deprimente esa cháchara. Si la muchacha reconociera que el violador tiene interés sexual le daría un beso. La guerrilla es una organización criminal, eso no la hace apolítica.

    Aburre discutir en esos términos circulares que hacen de Colombia una secta de psicópatas.

    Más interesante leer a José María Aznar.

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 2:00 pm

    Jaime,

    Que deprimente su capacidad de asociación.

    En en donde mis papás viven hay una banda de atracadores, que se han metido a varias casas y se han robado todo. Es un organización criminal, y es apolítica.

    Eso es lo que el gobierno Uribe ha tratado de hacer, e insisto, con éxito, así sea para conseguir recursos internacionales o para que los países, en especial los de la UE y nuestros vecinos, condenen a las FARC y digan que «en Colombia no hay conficto social sino un grupo de bandoleros».

    Desafortunadamente eso es pura diplomacia: ni los gringos se creen ese cuento, como ha sucedido con el juicio a Simón Trinidad. Los europeos mucho menos: ellos creen que en Colombia se está librando un guerra cívil, en donde un grupo— las guerrillas — abogan por «justicia social», y otro, el gobierno, manetiene el orden social.

    DV

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 2:49 pm

    Y bueno, para la muestra un botón.


    Aunque la visita de Harper tenía como propósito destacar el comienzo de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) con su país, el tema del conflicto armado o, de la «amenaza terrorista» (como lo llama el Gobierno), saltó a la agenda.

    Pero esto no es extraño. Es el truco político más viejo. Político que se respete sabe cambiar el contexto de la situación para utilizarla a su favor. Otro de los trucos más utilizados es la llamada al patriotismo, la unificación de un país, de «una gran nación».

    Como siempre, recomiendo la lectura o el video del discurso del premio nóbel en literatura Harold Pinter.

    E insisto, por eso la reiteración del estado de idiotas útiles.

    DV

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 2:54 pm

    Y bueno Jaime, la columna de Aznar no dice absolutamente nada. De hecho, si uno la lee con ojo crítico se da cuenta que está siendo igualmente político en el sentido que tiene una agenda política clara y utiliza las mismas artimañanas de siempre:

    1. Colombia, una gran nación que rechaza el terrorismo.

    2. «Ha llegado el momento de demostrar que los amigos de la libertad, los amigos de Colombia, son fuertes y también sabios.»

    Hágame el favor, pero eso sí, ya encontró idiotas útiles en Colombia que hinchen el pecho y se llenen de orgullo patrio con lo que dice el español.

    DV

  • Anónimo
    17 julio, 2007 at 2:58 pm

    A propósito de hinchada de pecho y orgullo patrio, acabo de ver al colombiano jose mauricio soler, un novato, ganar de manera contundente la etapa mas dura de la vuelta a Francia. Impresionante!

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 3:03 pm

    Anónimo,

    Eso es algo que yo no termino de entender:

    ¿Por qué nos sentimos orgullosos cuando un colombiano gana una etapa del Tour de Francia? ¿Por qué nos sentimos orgullosos cuando Shakira triunfa en tal parte?

    La respuesta obvia será que «son representación de Colombia». ¿En serio? Que la selección Colombia es representación de Colombia no lo dudo, pero es Shakira, o un ciclista, o un estudiante de física en Alemania, representación de Colombia?

    Hay algo detrás de ese patriotismo de mentiras que es bastante interesante: ¿Será la necesidad de sentirse parte de algo? ¿Un sentiminiento de pertenencia?

    Yo no se, pero es claro que por eso hablar de una «gran nación liberal y democrática» funciona. Porque se nos hincha el pecho de orgullo patrio cuando alguien nos dice eso.

    DV

  • Apelaez
    17 julio, 2007 at 3:20 pm

    Daniel.

    Siento que para usted el patriotismo es una tontería, una niñada. Que resulta tonto el que se alegra de un colombiano que le va bien o que canta con una manillita con la bandera de colombia en Frankfurt o en otro lado.

    Supongo que tambien le parece tonto el soldado que se siente orgulloso cuando lo condecoran o cuando da la vida por la patria. O tonto el que ve el buque gloria en un puerto extranjero, se alegra y se siente orgulloso.

    Yo me siento feliz por estas cosas, aunque se perfectamente que con Shakira solo comparto la casualidad de haber nacido en el mismo sitio, que a la vez fue definido de manera fortuita por otra gente hace rato, gente con la cual tampoco comparto mucho. ¿Y que?

    El patriotismo es un sentimiento, para usted tonto, para otros no. No se explica, se siente. Si usted no lo siente, pues bien, chevere para ud. Para los que si lo sentimos deje de decirnos de manera paternalista que somos uno idiotas.

  • Jaime Ruiz
    17 julio, 2007 at 3:30 pm

    En Colombia efectivamente se libra una guerra civil entre una facción que busca la justicia social y otra que defiende el orden establecido. Claro que la justicia social es el nombre que le da la izquierda democrática a la sociedad que quiere implantar que es una copiada del modelo cubano, respecto de lo cual la intención es manifiesta e innegable.

    De ese modo hay un bando de la justicia social que no gana las elecciones pero sí agrupa a la gente que tiene estudios superiores y que extrañamente no muere ni mata ni pierde nada cuando mueren los suyos ni cuando mueren los otros. Esa facción de la sociedad reconoce su adhesión a la facción que combate el orden establecido por la justicia social cuando exige que el gobierno negocie el orden con la minoría armada, lo cual en buen romance se llama «hacer la guerra con los hijos ajenos».

    El núcleo de esa enorme falacia, lo que la hace posible, es la persistencia de un orden atávico en las mentes, según el cual ciertas pertenencias étnicas, ciertas formas de expresarse y de vestirse, ciertas relaciones sociales y demás deben ser privilegiadas. De ahí que la asociación entre ese deseo de paz y la clásica negociación de un secuestro sea inaceptable para los demás colombianos. ¿Cómo se va a creer que el que llama por teléfono a pedir un rescate millonario para que otros que retienen a un niño lo suelten es equiparable al pensador amante de la paz que exige que el gobierno elegido por los ciudadanos admita su igualdad con una banda de asesinos? Esa lógica tiene una palabra que la describe: «anticolombiana». Es una lógica anticolombiana. La lógica colombiana no puede establecer la asociación porque ante todo el nombre del sacerdote es el de ministro de Dios y oficiante de la comunión en el amor y el intelectual, su remanente social para el nuevo milenio, del mismo modo es inocente por definición, incluso cuando se le ve en su BMW ostentando la prosperidad que la justicia social le ofrece.

    En fin. La clase universitaria colombiana, vista desde el mundo delirante de Jaime Ruiz, está en la difícil tarea de convencer al padre del niño retenido de que entregue el patrimonio y al mismo tiempo de que su papel en la labor es desinteresado y amoroso. ¿Cómo consigue que la gente crea eso? Porque una vez sus antepasados quemaron vivos a quienes dudaron de la buena nueva que les traían con el saqueo y la esclavitud, de modo que en el fondo del alma de esas personas la religiosidad, que de algún modo se puede entender como «temor de Dios», es ante todo «temor del amo». Y es un temor atávico manifiesto en el servilismo exasperante de los colombianos humildes.

    Pero cada uno está en su papel: en la guerra civil que libran teóricamente unas decenas de miles contra 40 millones esas decenas de miles, igualmente pobres sometidos y serviles y asustados y crédulos, tienen que ejecutar los crímenes que hacen posible el negocio de la justicia social, y los pensadores están en su labor de aportar argumentos. El último es ése: ¡lo que los colombianos experimentan respecto a las guerrillas puede ser una ilusión creada por un hábil flautista de Hamelin, porque la realidad real es la que se imaginan los europeos y estadounidenses que no saben nada del país y sí tienen la presión de varios miles de personas colombianas de la clase de los pensadores y sensibles y amorosos que reciben ingresos millonarios por promover la leyenda de la guerra civil entre el orden de la sempiterna pobreza relativa y el anhelo de justicia social o adhesión al modelo cubano!

    Colombia es en fin algo fascinante, pero no por sus crímenes ni por el descaro demencial de quienes los determinan y encargan y cobran, sino por la capacidad de los demás para mirar para otro lado. ¿Cómo podrían siquiera figurarse que su mundo es un muladar si las alimañas que viven en medio de eso tolerándolo y diciéndose que el paraíso debe despertar envidia en otros sitios son precisamente ellos, los equidistantes y distraídos que no pueden sentir enemistad por el amable intermediario de las retenciones ni rechazo por la petición de nuevos crímenes ni por la exuberancia intelectual de poner el testimonio de los ignorantes como prueba?

    Yo siempre digo que es más fácil entenderse con los niños castradores que con sus patrones de la izquierda democrática. Cada día descubro que en realidad es más fácil entenderse con los filántropos igualadores (en sentido relativo) que con los distraídos y comedidos. Algo de ese desasimiento es más ominoso que el descaro de los justicieros sociales.

    (Ah, y por cierto, la retórica de Aznar no es nada digno de encomio, sólo que es una persona influyente que se ocupa de comentar el rechazo de los demócratas al TLC, cosa que debería importar a los colombianos.)

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 3:35 pm

    Apelaez,

    El patriotismo superficial me parece una tontería. Ahora bien, la pregunta entonces es, ¿cuál es el patriotismo superficial? ¿Hay algún tipo de patriotismo que no sea superficial?

    Definiciones complicadas pero los ejemplos son dicientes: sentirse orgulloso porque un estudiante colombiano de 9no grado gana unas olimpiadas de matemáticas, que Miss Colombia quede de 3ra en Miss Universo, que Juanes haya vendido 1 millón de copias de su último CD, que Shakira haya triunfado en Turquía, que DV sea el mejor estudiante de su doctorado (caso hipótetico, por supuesto) o que un comerciante colombiano en Afghanistán haya sido elegido el mejor vecino de su barrio.

    Ninguna de estas cosas dice algo de Colombia, y por eso son superficiales. Contentillo para…

    Dejémoslo así… o bueno, en colombiano castizo, «mejor deje así, si?»

    DV

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 3:42 pm

    Jaime,

    Como usted no cree que haya injusticia social, y como usted cree que el polo democrático (o la izquierda democrática, como la llama) y los profesores de la Nacional se quieren tomar el país para implantar un régimen como el cubano lo llevan a generalizar de manera absurda: «todo el que quiere justicia social quiere implantar un régimen como el cubano».

    Como la idea de «injusticia social» se encuentra a lo largo del espectro temporal y espacial, en todas las culturas y momentos de la historia, su generalización es absurda y sólo tiene un objetivo claramente ideológico.

    Pero bueno, columnas como la de Aznar tienen efectos importantes. Que buena columna. Que gran pensador. Que profundidad.

    ¿Dónde firmo? Yo quiero ser uno más de esa gran nación liberal y democrática que Aznar desde donde quiera que esté (tal vez NY) dice que somos.

    DV

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 3:46 pm

    Aznar,

    Como la gran mayoría de columnistas de oficio, y los políticos, por supuesto, sólo están «making a living».

    De eso viven, de los idiotas útiles como JR.

    Insisto, ¿dónde firmo?

    DV

    pd. ¿Por qué debería preocuparnos que el partido demócrata no apoye el TLC? Yo creo que deberíamos mandar a Uribe a que siga rogando por el TLC. Porque el TLC es la única salida del subdesarrollo, así que nuestra salida del subdesarrollo depende de la gran nación liberal del norte. Si no, pregúntele a Puerto Rico.

  • Anónimo
    17 julio, 2007 at 4:07 pm

    Daniel: Yo la verdad estaba hablando, no de política o de sociología, sino de un novato de 22 años que se acaba de ganar la etapa mas dura del Tour de Francia (la misma que se ganó Santiago Botero hace unos años). Y usted tiene razón: a lo mejor el hecho de ser colombiano poco o nada tiene que ver con su triunfo, aunque yo creería que sí: «le agradezco a mis patrocinadores sudafricanos, a mi mamá, a mi esposa y sobre todo a las montañas de Boyacá, que no son cualquier lagaña de mico» (inventado).
    El día en que usted se gane el Nobel de Economía, le prometo alegrarme exclusivamente por usted, porque seguro que la «colombianidad» es más una maldición que un activo, como lo sugiere una de las cinco tesis filosóficas de Jaime Ruiz.
    Ah, y Sarkosy, que iba en un carro acompañante como buen populista, lo felicitó en vivo y en directo. Pero claro, que importancia puede tener esto para un joven de Ramiriquí de 22 años …

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 4:20 pm

    Anónimo,

    Yo también me pondría feliz por el novato de 22 años si hubiera tenido la oportunidad de verlo, además porque el ciclismo siempre me ha gustado muchísimo (recuerdos nostálgicos de los álbumes de la Vuelta a Colombia que se quedaron sin llenar en la infancia, tal vez).

    Pero yo, DV, no me siento mejor como colombiano. Me siento contento por él, por el triunfo de una persona que probablemente ha tenido todo, incluso su país, en contra, y por berraco ahora está donde está.

    Pero el punto es ese: no tiene nada que ver con ser colombiano.

    Y bueno, una pregunta que me parece más interesante aún es: ¿De dónde sale esa felicidad, ese sentido patriota, que brota por nuestras «venas cafeteras» cuando algún colombiano «triunfa en el exterior»?

    ¿Será porque estamos acostumbrados al fracaso, así que cualquier triunfo, así no sea nuestro, nos alegra? ¿Será porque es la única forma de sentirnos parte de algo más grande? ¿Será que es porque hemos sido educados así, a sentirnos felices con victorias irrelevantes?

    Note que mi molestia tiene que ver con una asimetría clara: los colombianos nos sentimos felices con victorias anónimas e irrelevantes, pero nos tiene sin cuidado lo que en realidad pasa en el país. Hay 3000 secuestrados y eso nos tiene sin cuidado (sólo marchamos cuando alguien nos convoca, quién sabe con qué objetivos personales, porque 11 diputados, personajes importantes de la política local, fueron asesinados). Hay 50% de pobres y eso nos tiene sin cuidado.

    Pero que Miss Colombia gane Miss Universo eso sí es una victoria. O que Betty la Fea en inglés esté número uno en el rating gringo, eso sí es una victoria colombiana.

    «Pa’que vean que acá lo que hay es talento y belleza.»

    DV

  • Alejandro Gaviria
    17 julio, 2007 at 4:25 pm

    Yo también me siento orgulloso de Soler. También tengo ese sentido instintivo de la nacionalidad. Y creo, además, que con la purga antidoping y el destierro del EPO, los ciclistas colombianos (beneficiados del doping natural que sólo se adquiere en las lomas de los Andes) volverán a descollar internacionalmente.

  • Anónimo
    17 julio, 2007 at 4:27 pm

    El patriotismo seguramente es un sentimiento tribal y primitivo, y sobre todo algo que no me interesa discutir, pues si me pongo a racionalizar o a ver si «hay dos posibilidades», se ma daña el festejo.

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 4:45 pm

    Alejandro,

    Pero por supuesto. Si usted la semana pasada se sentía orgulloso de que Colombia iba mejor que México, Cuba y Haití en la competencia por el país más democrático.

    Es que además de gente linda y emprendedora, en esta «gran nación liberal y democrática» tenemos la fortuna que por nuestras «venas cafeteras» brota «el doping natural que sólo se adquiere en las lomas de los Andes».

    ¡Colombia es Pasión!

    DV

  • Anónimo
    17 julio, 2007 at 4:47 pm

    AG: Interesante su tesis («Y creo, además, que con la purga antidoping y el destierro del EPO, los ciclistas colombianos (beneficiados del doping natural que sólo se adquiere en las lomas de los Andes)volverán a descollar internacionalmente». Valdría la pena explorarla.

  • Jaime Ruiz
    17 julio, 2007 at 5:17 pm

    La vida colombiana sin remedio produce asombro a quien no comparte lo cotidianidad ni el arraigo en los valores locales. Sobre todo por la recurrencia de los argumentos. Veamos las objeciones de Daniel al patriot(er)ismo:

    Note que mi molestia tiene que ver con una asimetría clara: los colombianos nos sentimos felices con victorias anónimas e irrelevantes, pero nos tiene sin cuidado lo que en realidad pasa en el país. Hay 3000 secuestrados y eso nos tiene sin cuidado (sólo marchamos cuando alguien nos convoca, quién sabe con qué objetivos personales, porque 11 diputados, personajes importantes de la política local, fueron asesinados). Hay 50% de pobres y eso nos tiene sin cuidado.

    ¿Qué es lo que en realidad pasa en el país? No creo que a nadie le tenga sin cuidado, sólo que el cuidado (es decir, la preocupación) no lo hace copartidario de Daniel sino probablemente muy uribista y en muchísimos casos justificador de los paramilitares. Ésos no se preocupan. La señora que autorizó el rescate militar de su marido no se preocupa por el marido porque no se apresuró a pagar. Es esa clase de lógica.

    Lo que me parece bien difícil es llevar a la gente a la comprensión de que es su mundo conceptual el que es deforme y monstruoso. Pongamos el caso de la «injusticia social». Sólo es la insumisión ante el sacerdote De Brigard. Si lo planteamos desde el punto de vista de un lenguaje menos tendencioso y manipulador hablaríamos de desigualdad. ¿Cuántos doctores colombianos se quejan de la desigualdad? ¡Todos se quejan de la indolencia de los que no tienen educación ante tanta injusticia social y pobreza relativa!

    Es una fatalidad, no recuerdo al primero que no repita ese modelo, como si la individuación de la especie no se hubiera alcanzado completamente o como si hubiera perversos experimentos de clonación. Pero ¿es muy atrevido pensar que esas personas están a favor de la igualdad? La pregunta es retórica, porque la respuesta en apariencia es obvia. Hay colombianos que obtienen al cabo del año 1.000 dólares y otros que obtienen 1.000 millones de dólares. De modo que los doctores no quieren que siga habiendo toda esa desigualdad (y sobre todo que todos esos que no tienen educación sigan sin preocuparse de las desgracias del país y siendo en fin personas sin educación, tan diferentes a los educados). Bien, se les abona la noble intención. Pero si hiciéramos una operación de suma y división, tal vez saldría que los colombianos se ganarían de promedio unos 3.000 dólares al año. ¿Cómo es que no se apresuran los partidarios de la igualdad a aportar lo que les sobra, siempre muchísimo más, respecto a esa cantidad igual? Podrían hacer un gran esfuerzo de caridad y sin duda aliviarían la desesperación de personas que no llegan ni a 500 dólares al año.

    Bah: uno habla con un niño y descubre que cierto término tiene para él un significado para ellos que no corresponde al diccionario y se siente autorizado a menospreciar al que no lo entiende. Lo mismo pasa con los colombianos educados: claman por la igualdad pero cada vez que tienen ocasión la agravan.

    Es que «igualdad» es otra cosa. La demanda por igualdad parte de que los doctores se sienten parte de una comunidad definida por el estrato y consideran la superior provisión de servicio doméstico de los banqueros una afrenta. Quieren tener igual cantidad de empleadas de servicio que los banqueros. Bueno, eso sobre la injusticia social. Sobre los secuestrados es lo mismo: yo era un niño muy pequeño cuando oí por primera vez que cualquier acto de rechazo a los crímenes era una manipulación de tal o cual político. ¡Los colombianos según Daniel no se preocupan por los secuestrados pero la única forma en que deberían preocuparse es exigiéndole al gobierno que considere legítimas a las FARC porque tienen intenciones políticas!

    Lo mismo: el hombre oye por la radio: «Se anuncia a los conductores que transitan por la autopista 56 que se ha metido un loco en contravía». «¿Uno? —piensa el hombre—. Yo he visto lo menos 30». Uno se siente como ese hombre cuando explica que ese tipo de razonamientos, pero no expresarlos sino incluso tolerarlos sólo define un mundo de imbéciles y canallas comparados con los cuales los secuestradores y sicarios son gente decentísima.

    Hay una mitad de pobres y cuando Daniel dice «nos» ya da por sentado que el «cuidado» no debe afectar a esos pobres. (Son muchísímos más los pobres.) ¿Le tiene sin cuidado a alguien ser pobre? No, es que el «cuidado» forma parte del proyecto totalitario unánime de la universidad colombiana. Preocuparse porque haya pobres es estar a favor del reconocimiento de las FARC y de propuestas como las de Álvaro Montenegro.

    Fuera de eso, el nacionalismo es la peor peste, tal vez la pasión más despreciable. Pero tiene poco que ver con que uno se alegre de que Shakira venda discos o un ciclista gane una etapa del Tour. Ese anhelo de que se valore la gente como uno es algo completamente natural. Es decir, ese patriotismo es casi una obviedad. Como si mañana le preguntaran a alguien si le gustaría que los premios Nobel cayeran en manos de sus parientes o se los ganaran personas remotas. Alegrarse por el triunfo del ciclista me parece inevitable, sólo es que puede que no sirva de nada para la justicia social. Mucho peor: sirve para que la gente tome ejemplo del esfuerzo y se identifique con el que se pone a conseguir las cosas y en lugar de organizarse y luchar se ponga a trabajar y deje a los promotores de la justicia social con tres palmos de narices.

  • Jaime Ruiz
    17 julio, 2007 at 5:51 pm

    Uf, Álvaro Montenegro se deschavetó, pero en realidad es razonable y liberal si se lo compara con los columnistas de El Tiempo. Claudia López exhibe un cinismo que deja a Montenegro haciendo ironía.

  • Anónimo
    17 julio, 2007 at 6:06 pm

    Daniel: La verdad es que usted, como el finado mil veces mentado, pone a pensar al país (o por lo menos a mí, y eso que no quería). Trancribo una simple tabla de posiciones de la etapa de hoy, tomada de cualquier medio y remitida por alguna agencia internacional de noticias:

    Posiciones de la novena etapa:

    1. Mauricio Soler (COL/Barloworld), 4h, 14m y 24s
    2. Alejandro Valverde (ESP/Caisse d’Epargne), a 38
    3. Cadel Evans (AUS/Predictor-Lotto), m.t.
    4. Alberto Contador (ESP/Discovery Channel), a 40
    5. Ibán Mayo (ESP/Saunier Duval-Prodir), a 42
    6. Michael Rasmussen (DIN/Rabobank), m.t.
    7. Levi Leipheimer (USA/Discovery Channel), m.t.
    8. Kim Kirchen (LUX/T-Mobile), a 46
    9. Andreas Kloden (ALE/Astana), m.t.
    10. Carlos Sastre (ESP/Team CSC), m.t.

    Note que aun en la era de la globalización y de los patrocinadores privados, al lado de cada corredor aparece primero su país de origen. Así que cunde el tribalismo. Todos somos primitivos.

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 6:23 pm

    Anónimo,

    Aunque el sentimiento de satisfacción por ponerlo a pensar es inmenso, me preocupa que el esfuerzo mental se vaya a tirar la celebración de un gran triunfo colombiano.

    Mi recomendación es que mejor no piense: mejor tómese un guarito a nombre del novato Col/Barloworld, otro a nombre de Shakira y un último a nombre de Fernando Gaitan, y güepajey!

    DV

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 6:29 pm

    Y bueno Jaime, ya que estamos de celebración, me imagino que está contento después de las declaraciones de Uribe y del ideólogo JO Gaviria: las FARC estuvieron a punto de tomarse el poder!

    «(…) hubiéramos tenido (si Álvaro Uribe no hubiese sido elegido) un gobierno polpotiano evidentemente, y hubiéramos perdido prácticamente… todo… el sector empresarial estuviera totalmente arruinado, las carreteras estarían prácticamente convertidas en las carreteras del cartero… estaríamos viviendo el peor de los mundos.»

    José Obdulio Gaviria hoy en la W.

    Bueno, hoy tenemos un doble motivo para celebrar: tuvimos una importante victoria en Francia, y hoy si podemos dormir tranquilos.

    Cualquier parecido con «la amenaza al terrorismo» en EEUU, o con «la amenaza nuclear en Irak» es un invento de los profesores de la Nacional.

    Eh, Ave María, Colombia es Pasión

    DV

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 6:30 pm

    Será que alguien es capaz de mandar a estos señores a la mismísima !»»!#$%?

    Es que cuando a uno le dicen en la cara que es retrasado mental ya la cosa se vuelve ofensiva.

    Digo yo…

    DV

  • Apelaez
    17 julio, 2007 at 7:47 pm

    Daniel es un berraco, va a llegar a Colombia a echarse el pais al hombro, dia tras dia luchará por los secuestrados, aplicará la enseñanzas aprendidas «abroad» y reducirá la pobreza (en terminos absolutos y relativos) a su mínima expresión. Lo unico malo es que no tendrá tiempo para comentar en este blog

  • Maldoror
    17 julio, 2007 at 8:01 pm

    Apelaez:

    Yo comparto la opinion de daniel sobre el patriotismo. Y pienso que el peor patriotismo es el de corte militarista ¿Preferiría que le dijesemos de manera no paternalista «idiota»?

  • Apelaez
    17 julio, 2007 at 8:05 pm

    Maldoror, si quiere tambien me puede decir malparido o paraco, eso si, en tono no paternalista, por favor.

  • Anónimo
    17 julio, 2007 at 8:20 pm

    Nada tiene que ver el patrioterismo delirante de Uribe con el sentimiento sano de orgullo inspirado por un compatriota que triunfa en el exterior, y que representa una tradición (una tendencia)sabiamente cultivada en estas tierras, aunque muy abandonada por el capital privado que tanto se lucró de las cosechas originales.

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 8:34 pm

    Anónimo (15:20),

    Lo divertido es que «el patrioterismo delirante de Uribe» y su «sentimiento sano de orgullo inspirado por un compatriota que triunfa en el exterior» pueden estar relacionados.

    Generar un sentimiento de nacionalismo y patriotismo es un truco político bien conocido que todos los «grandes líderes» han utilizado, Hitler, Bush, Castro, Chávez, Uribe, etc.etc.etc.

    ¿Se le olvida quién ideó la campaña de «Colombia es Pasión»?

    DV

  • Anónimo
    17 julio, 2007 at 8:47 pm

    Su ejemplo es «muy divertido», además de totalmente chimbo y paranoico. Supongamos que usted es publicista y le encargan el diseño de una campaña para «vender» al país bajo un gobierno cualquiera (es una tarea, punto). Usted se ingenia un lema tipo «Colombia es un muladar»?

  • Maldoror
    17 julio, 2007 at 8:49 pm

    Me remito entonces a la definición de Ambrose Bierce al respecto:

    Combustible rubbish read to the torch of any one ambitious to illuminate his name.

    In Dr. Johnson’s famous dictionary patriotism is defined as the last resort of a scoundrel. With all due respect to an enlightened but inferior lexicographer I beg to submit that it is the first.

  • Apelaez
    17 julio, 2007 at 8:50 pm

    Y Gandhi, Churchill, Kennedy, Marco Fidel Suarez, Golda Meier, Tony Blair, Zapatero, Gaitan, Galán…

    No se cual es el lio con el patriotismo y que es lo que tanto le molesta a Daniel y a Maldoror. (Salvo que se creen superiores porque les parecen muy tontos los colombianos que se alegran con maricadas)

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 8:54 pm

    Anónimo,

    Su ejemplo de la publicidad es perfecto: un buen político es un buen vendedor. Y como buen vendedor, un buen político genera lo que se llama «framing effects», para lograr lo que quiere.

    El patriotismo es uno de ellos. La idea de estar librando una guerra «juntos», de enfrentar un «enemigo común», es otro.

    Por eso lo de idiotas útiles. Pero bueno, usted puede tener razón, tal vez sea que yo estoy un poco paranoíco últimamente. Pero si usted oye la entrevista de José Obdulio Gaviria en la W hoy, no es difícil imaginarse que él también está detrás de la campaña «Colombia es Pasión». Ese tipo es muy inteligente… y los demás, idiotas útiles.

    DV

  • Apelaez
    17 julio, 2007 at 8:56 pm

    Mas «citas citables» para ambientar el blog:

    Ask not what your country can do for you, but what you can do for your country.

    John F. Kennedy:

  • Anónimo
    17 julio, 2007 at 9:20 pm

    José Odulio le vendió la idea de que es inteligente? Usted confunde «inteligente» con propagandista? A José Obdulio se le desbarata el discurso de un pastorejo. Lo he oído muchas veces y me da risa («No se dejen engrupir»: esto, en voz del engrupidor mayor del régimen!). Y es un atento lector de estos blogs.

  • Apelaez
    17 julio, 2007 at 9:31 pm

    Ojalá Jose Obdulio visitara mi blog y me dejara un mensajito

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 10:21 pm

    Anónimo,

    Estoy de acuerdo con usted, el tipo habla muy mal. Pero creo que es un estratega político tremendamente inteligente.

    Ahí los tiene a todos felices y contentos, claro, no él, sino lo que dice Uribe.

    DV

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 10:22 pm

    Apelaez,

    Vi que José Obdulio le dejó un mensaje en su blog.

    Vea pues, tan querido el home, home!

    DV

  • Apelaez
    17 julio, 2007 at 10:38 pm

    Si, José Obdulio me dejó un mensaje, que emoción!!

  • Daniel Vaughan
    17 julio, 2007 at 10:41 pm

    Hágales propaganda en su blog y hasta de pronto le dan una embajada, no?

    Sale hasta buen negocio montar uno su blog presidencialista.

    DV

  • Apelaez
    17 julio, 2007 at 10:43 pm

    Ya tengo embajada. A lo mejor un trasladito a una con mejor clima

  • charlie
    17 julio, 2007 at 10:45 pm

    José Obdulio es el sacristán de Palacio.
    Como todo sacristán, sacristán y teólogo.

  • Saúl Rincón
    17 julio, 2007 at 11:49 pm

    Estimado Alejandro,

    Discrepo con tu distinción AC – DC, existe evidencia empírica de que la coca ya daba sus tumbos en el norte del Valle del Cauca y en inmediaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta. De hecho a Misael Pastrana, en algunos debates en el congreso (octubre, 1973)se le señalaba la necesidad de prestar atnción al problema que se gestaba.

    También Alejandro, me extraña que no menciones la bonanza cafetera y petrólera (esta última reiterada por el autor como su gran logro, en los últimos años)que vivió López Michelsen bajo su mandato, y que ciertamente dieron un ímpetu a su administración.

    Felicitaciones Alejandro, me alegras que no tomes el cliché de que López «hacía pensar al país» o tomes la coyuntura política para condenar al gobierno o a las Farc

  • Anónimo
    17 julio, 2007 at 11:53 pm

    Con perdón de Daniel

  • Anónimo
    18 julio, 2007 at 1:48 am

    Berraquera de foto

  • Alejandro Gaviria
    18 julio, 2007 at 3:19 am

    Saúl: la coca ya daba vueltas desde comienzos de los años setenta. Pero la consolidación de Colombia como el primer exportador mundial de cocaína ocurrió en el cuatrienio citado. En 1973, el líder era Chile. En 1978, ya se decía que Colombia exportaba el 80% de la cocaína consumida en los Estados Unidos. Ver aquí para una historia completa.

  • galactus
    18 julio, 2007 at 9:39 am

    Dice Jaime Ruiz:

    » lo cual en buen romance se llama «hacer la guerra con los hijos ajenos».»

    A diferencia de Uribe, los ministros uribistas, los congresistas uribistas, Jaime Ruices, etc, que, como todos sabemos, mandan juiciosamente a sus hijos a prestar servicio militar, claro.

  • Jaime Ruiz
    18 julio, 2007 at 11:38 am

    No, Galactus, es que la gente de bien no quiere ningún conflicto sino que se respeten las leyes. Hay unos que encargan masacres y otros que intentan impedirlas. Los primeros son los intelectuales de la izquierda democrática (ustedes), los otros son los funcionarios de un Estado.

    Esas equiparaciones son ya el crimen, por mucho que Alejandro quiera imaginarse otra cosa. El Estado tiene el deber de defender la vida, los niños que lo harán embajador a usted no.

  • Maldoror
    18 julio, 2007 at 12:26 pm

    Si Jaime, tranquilo…los funcionarios del Estado jamás han encargado masacres, ni mucho menos se han beneficiado de ellas. Ellos son «gente de bien».

  • Anónimo
    18 julio, 2007 at 1:16 pm

    AQUI HAY ALGO INTERESANTE SOBRE LOPEZ.

    Por
    Diego Fernando Gómez Sánchez

    Alfonso López fue la persona más influyente en el último medio siglo en Colombia. Cincuenta años que fueron de profundos desaciertos, en los que el país se mantuvo en el subdesarrollo mientras naciones en situaciones iniciales más desfavorables dieron el salto al desarrollo en el mismo periodo. Años en que se cometieron los más grandes errores, ?y López estaba allí.

    Dentro de las investigaciones sobre procesos de transformación social dirigidas a realizar ejercicios de prospectiva para el país, con Colciencias y Planeación Nacional, se han encontrado cuatro dinámicas que son determinantes para explicar tanto lo ocurrido en las últimas décadas como lo que será el futuro del país. Estas son: el rentismo, la transparencia de la democracia, el narcotráfico y la acción de la sociedad ante la violencia. López actuó en cada una de ellas en la peor dirección posible.

    El problema central del subdesarrollo es la escasa capacidad de generar suficientes empresas de alto valor e insertadas en los mercados mundiales. En un reciente trabajo de Hausmann y el CID de Harvard sobre Colombia, se muestra la escasa capacidad de aprendizaje y empresarismo del país. Más que empresarismo lo que Colombia ha tenido son estructuras rentistas que derivan sus utilidades de la capacidad de intervención del Estado en favor de grupos de interés. Se configura lo que Charles Tilly llamó «el Estado como forma de crimen». La intervención de López sobre el tema inicia de manera temprana y estelar con el caso de la Haendel. Siguió toda su vida con su papel de «amigo» de los grupos económicos. Fue en la década de los setenta cuando casi desapareció el muy democrático mercado accionario que había tenido el país y se consolidaron los grandes monopolios y su oscura influencia en la política. Cómo no recordar el caso de Michelsen Uribe, la cercanía de López con el grupo Santo Domingo y sus «buenos oficios» o lobby para empresas multinacionales.

    Dudo que la democracia haya mejorado en transparencia y eficiencia con la influencia de López. Es célebre su frase «la política se hace con los políticos». Con ella validó la corrupción y el clientelismo que las fuerzas renovadoras del Nuevo Liberalismo querían cambiar y sus desplantes con Galán fueron antológicos. La frase y los hechos posteriores condenaron al liberalismo a ser el partido de los clientelistas. Eso, unido a la indefinición ideológica a la que condujo al partido, de ser «liberal» y a la vez pretender ser «socialista», generó el curioso mix de «socialchambonismo» que tiene a la colectividad en el peor momento de la historia. Patético escuchar las declaraciones de César Gaviria diciendo que se había ido el «gran ideólogo liberal». López casi acabó con el Partido Liberal. Además, nada más antiliberal que el rentismo y pocas cosas más opuestas al socialismo que el beneficio del Estado a los grupos poderosos.

    El tercer proceso y que es el mayor problema que enfrenta el país, es el narcotráfico con las estructuras de crimen y violencia que genera. De hecho, más que paramilitarismo lo que hemos tenido son ejércitos de narcotraficantes defendiendo cultivos, laboratorios y propiedades. Lo peor de López estuvo allí? En la campaña a la presidencia del año 82 recibió dineros de Pablo Escobar y admitió su permanencia en las listas liberales al Congreso, unas semanas después de que Luis Carlos Galán valientemente lo había expulsado del Nuevo Liberalismo en un discurso en el Parque de Berrío. Luego se reunió con ellos en varias ocasiones, incluso en Bogotá y luego de que ya se habían activado las estructuras paramilitares. Después Samper, su más cercano líder liberal haría lo mismo al recibir dinero de los narcotraficantes, lo que desencadenó la peor crisis política y económica del país. ¿Cuántos muertos, pobreza y atraso nos ha costado todo esto?

    En el tema de la posición contra la violencia política López tampoco fue nunca claro. Su posición fue sinuosa y alcahueta con la violencia, pues hizo parte de la «elegancia del Chico» pensar que se es de avanzada si se veía a los guerrilleros como unos muchachitos románticos. Si en los sesenta esto tuvo algo de cierto, a partir de los setenta ya no tenía nada de real. En el momento que el país tenía que asumir una posición contra la violencia como instrumento político él tomó la decisión de desactivar la campaña de Anorí y «dejar pasar» a los líderes del Eln camino a Cuba. Ahora, con el intercambio humanitario sí observaba nuevamente esa posición que sumió al país en décadas de guerra. López, más que un hombre de principios, fue un hombre de intereses, pero sobre todo personales.

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 3:53 pm

    Cambio de tema: para los que creen que EEUU es la potencia que es gracias a los valores libertarios de Jefferson (aunque esta bella cita que colgué en el blog libertario lo pone uno a dudar) y que el Estado no hay tenido un papel fundamental en la financiación de ciencia y tecnología, esto puede ser interesante.

    DV

  • Anónimo
    18 julio, 2007 at 5:41 pm

    Daniel Vaugan es el unico que se le ocurre ir a una revista de cientificos y esperar que digan que la ciencia no debe ser financiada por el gobierno o que no digan que es «fundamental para la sociedad»,etc. Algo parecido dicen los intelectuales, los artistas, los agricultores, los deportistas,etc,etc,etc,

    La realidad es que la financiación del gobierno a la ciencia puede ser buena pero no es necesaria.La pueden y la deben realizar los privados. Los cientificos pueden ser otro grupo de rent seekers.

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 5:55 pm

    Anónimo,

    Estoy de acuerdo con usted que hay un problema de self-selection con mi «fuente». Lo interesante es que lo que pegué es una carta de una fundación privada, con financiación privada (ver acá), y no una carta de científicos pidiendo financiación del Estado: es decir, no hay tal autoselección en este caso.

    Pero me gustaría saber por qué lo que usted dice es una «realidad».

    Las realidades de la gente suelen estar únicamente en sus cabezas, como se ha demostrado en repetidas ocasiones en este blog: tiene algún argumento, alguna evidencia, de que lo que usted dice es una realidad objetiva, y no sólo un producto de su imaginación antiestatista? Por ejemplo, tiene evidencia histórica de algún país que haya dado el paso el mundo desarrollado sólo con financiación privada ?

    Eso definitivamente demostraría que la financiación estatal no es necesaria, como usted, con la autoridad que le da el anonimato, argumenta.

    DV

  • Anónimo
    18 julio, 2007 at 6:10 pm

    Daniel, disculpe que interfiera, pero, ¿cuál es la paranoia suya con el anonimato? No le da lo mismo que uno le diga que se llama Pedro Pérez o Jaime Ruiz? Por qué tiene que saber quién es la persona? ¿Quién es con respecto a qué? ¿Grados académicos? ¿Barrio de residencia? ¿Nivel de ingreso? ¿Estudios en el exterior? ¿Todos los anteriores? Lo que importa en estos foros es QUE se dice y no QUIEN lo dice. La opinión expresada debe tener méritos propios, y sobre esa base se discute. El anonimato para mí es una factor democratizador.

  • Jaime Ruiz
    18 julio, 2007 at 6:11 pm

    Sergio, por cada funcionario colombiano que haya tenido relación con asesinatos de sindicalistas o miembros de ONG hay diez funcionarios colombianos dedicados a enseñar con diferentes sofismas que es lícito matar soldados y policías. El Estado colombiano es un Estado asesino en la medida en que se gasta los recursos comunes en pagar los lujos de una casta de criminales. La solución es despedirlos y exigir a quienes ocupan cargos públicos que se comprometan con las leyes que aprueban la mayoría de los ciudadanos.

    Pero en fin: el disco rayado. No pasa nada con que alguien diga que el que trata de impedir la masacre de Machuca está defendiendo los intereses de Londoño o de los gringos, lo ominoso es el silencio universal. Una posición moral tal vez más comprometida.

    Más disco rayado. La educación en Colombia. Veamos el caso del origen de la prosperidad estadounidense. Los que no tenemos estudios creemos que se basa sobre todo en el conjunto de valores en que se fundó la sociedad muchísimo antes de Jefferson. Valores religiosos relacionados con la Reforma y con su fértil descendencia. Al contrario que en Latinoamérica, donde al vicio de vivir del trabajo ajeno se sumó el terror contra la crítica que produjo como reacción la misma Reforma. Esos valores, como la misma Reforma, expresaban un poco como la juventud de unas comunidades que no habían vivido muchos siglos bajo el poder de Roma o de su heredera, la Iglesia, con lo que el libre examen de Lutero o la correspondencia entre el bienestar y la rectitud que buscaba Calvino tienen algo de nostalgia, de recuperación de una autonomía de la persona previa al cristianismo y a las grandes organizaciones estatales (curiosamente, Vargas Llosa dice que el Quijote es la expresión del liberalismo; lo cual también se puede entender como nostalgia de un mundo en el que la justicia no dependía de unos funcionarios puestos por encima de la gente o de unos profesionales del bien que sabiamente se las arreglaban para no trabajar).

    Bueno, de esos valores surgió la laboriosidad y el amor al ahorro y el espíritu de competencia y el culto de la propiedad. Más que en cualquier otro sitio, y sobre todo antes, en EE UU esos valores florecieron en condiciones que al principio eran bastante adversas (Nueva Inglaterra es un vasto pedregal en el que los cultivos producían muy poco a costa de mucho trabajo.)

    Pero ésa es la opinión que tenemos los ignorantes. ¡Los que van a hacer doctorados porque destacan en sus estudios saben que no fue nada de eso sino una adecuada planificación de los sociólogos y economistas y suficiente preparación de la juventud en buenas universidades! Pero va a parecer que me estoy aprovechando de lo que dice uno, Daniel Vaughan, para atribuir a todos los demás esa visión. Es que no hay ninguno con esa clase de formación que lo discuta.

    Es muy fácil que Daniel lo trate a uno de ignorante por desconocer alguna minucia académica sobre economía. ¿Cuántas personas con formación universitaria habría en proporción al total de la población en Nueva España en 1800 y cuántos en Nueva Inglaterra? ¿Cuántos diplomas tenían Edison o Ford? ¿Cuántas empresas crearon y cuántas máquinas inventaron los miles de graduados en Teología, Derecho, Medicina y alguna otra especialidad en la parte contrarreformista del continente?

    Estados Unidos es una sociedad basada en la religión. Cualquier lector de la biblia sabe bien que, como decía san Pablo, la sabiduría hincha y sólo las obran edifican. Pero en Colombia, el submundo de las falacias, donde toda bajeza tiene su asiento, no se trata de apariencia de sabiduría sino de datos que adornan y legitiman el descreste. Por eso cuando se le pregunta a cualquier profesor universitario sobre la exactitud de las suposiciones de Daniel sobre el origen del poderío estadounidense (que después contó con un continente de riquezas enormes y con una emigración muy productiva), NINGUNO dirá nada, salvo el que encuentre algún recurso de intimidación o descalificación ad hominem o algún grotesco argumento de autoridad.

  • CarlosH
    18 julio, 2007 at 7:02 pm

    Totalmente de acuerdo con Anonimo (13:10)

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 7:28 pm

    Anónimo, 13:10,

    Tiene toda la razón. Pero su punto es que lo que importa es la fuerza de los argumentos, y el otro anónimo (que puede ser el mismo, nunca sabremos, y bueno, no importa) no argumentó nada: dio «una realidad».

    DV

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 7:33 pm

    Jaime,

    Uno puede tener opiniones de todo: pero si quiere que lo tomen en serio, vale la pena tener algún argumento. Eso es todo. Si no quiere que lo tomen en serio, puede seguir dando sus verdades, como lo ha venido haciendo hasta el momento. Y bueno, ahí tiene una horda de seguidores, que son los únicos que creen en sus verdades.

    No se trata de tener estudios formales. Mucho menos de ser economista, tener una maestría o un doctorado. Acá eso no importa. Acá lo que importa son los argumentos.

    DV

    pd. Jaime, no deja de sonar en mi cabeza esa frase suya: «es peor robar a un pobre que a un rico». Pregunta: «¿es igualmente peor secuestrar a un pobre que a un rico?». Es «peor asesinar a un soldado pobre que a un soldado rico?»

    Note que el problema de aceptar esta tesis jaimeruizesca es que uno podría argumentar que debe haber un tratamiento preferencial ante la ley, y esto, por supuesto, es un absurdo.

  • Jaime Ruiz
    18 julio, 2007 at 7:39 pm

    Seguro, Daniel: definición de argumento, una certeza tan poderosa como que la riqueza estadounidense procede de la buena planificación es un argumento. Otra explicación no es un argumento.

    Yo no he dicho «Daniel dice que tiene razón porque hace un doctorado». He dicho: «la supuesta educación en Colombia adoctrina a la gente para decir estupideces que permiten ver una ignorancia estremecedora tras el barniz y el aire de suficiencia. No es tener diploma o dejar de tenerlo, sino decir estupideces que delatan la ignorancia o no decirlas.

    Sólo que esa costosa adquisición del barniz que autoriza a llamar argumentos a las estupideces forma parte de la deformidad profunda de la sociedad.

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 7:47 pm

    Y bueno Jaime, le doy un ejemplo:

    Usted dice «Los que no tenemos estudios creemos que se basa sobre todo en el conjunto de valores en que se fundó la sociedad muchísimo antes de Jefferson.»

    Si le preguntan, «¿Por qué cree eso? ¿Qué lo lleva a pensar eso?», qué responde?

    Yo también puedo creer que la razón es que los gringos tienen una pócima secreta. Y me preguntan por qué, y también me puedo victimizar, y decir que DV me hace sentir como un ignorante, etc.etc.etc.

    ¿El punto es, qué evidencia histórico le permite concluir eso? Si son «los valores religiosos relacionados con la Reforma», países con valores similares deberían tener resultados similares, no?

    Bueno, pues le cuento que su hipótesis histórico-institucional ha sido explorada por los llamados «neoinstitucionalistas».

    Si tiene tiempo, le interesa el tema, y quiere ver qué tan alejada está de su propia hipótesis, le recomiendo la lectura de esto, por ejemplo.

    La hipótesis es un poco distinta, y tiene que ver con factores geográficos también, como puede ver
    acá.

    DV

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 7:50 pm

    Ok, Jaime, de acuerdo. Ya que usted ha identificado «las estupideces que delatan la ignorancia», le ruego el favor las comente y diga por qué son estupideces.

    Y bueno, para que esto sirva de algo, pongamos una regla: no vale usar el «todo el mundo sabe» como argumento, ok?

    DV

  • Jaime Ruiz
    18 julio, 2007 at 8:01 pm

    Ah, y ciertamente cualquier juez que obrara con un poco de sensatez castigaría con más severidad a un rico que condene al hambre a una familia que a un pobre que se robe un mendrugo que se cae entre los pies de algún rico Epulón. La ley al respecto tiene muchas formas de permitir esa diversidad de juicios. En todas partes, no es un endemismo de esos justicieros que florecen en Colombia como la tutela. (Algún rudimento de derecho también conviene saber.) La verdad es que todo el espectáculo de la defensa de la justicia social está acompañado de ese viejo vicio de percibir a los demás como abstracciones, de modo que si un año la economía colombiana crece un 20 % pero en lo concerniente a los pobres sólo un 10 % y en lo concerniente a los ricos un 30 % se percibe un aumento de la desigualdad (¿pobreza relativa!) que haría preferible un crecimiento menor (¡para poder invertir en educación!), todo eso se dice sin la menor incomodidad, como quien habla de las alineaciones en fútbol, pero de tanto desvelo por los pobres resulta un escándalo que alguien se atreva a considerar más grave el despojo de los débiles que el de los que tienen de sobra.

    Adivinanza libertaria del día ¿Qué es algo muy feo y al mismo tiempo muy chistoso? La cabeza de un doctor colombiano.

    Bah, es el corazón mezquino de los fariseos que exhiben su buen corazón pero no pueden sentir cerca a los pecadores, como hacen los verdaderos cristianos. La idea de que el crecimiento «desigual» que di por supuesto antes aumenta la desigualdad (ni hablar de la pobreza relativa) deja ver también otra cosa: tosquedad intelectual. Incapacidad de ver las dimensiones de las cosas. Una persona que se gane dos dólares al día no es dos veces más rica que una que se gane un dólar al día en la misma medida en que una que se gane dos millones de dólares al día respecto a una que se gane un millón de dólares al día. Los dos ricos son iguales, los dos pobres son extremadamente desiguales. Tanto que uno sin duda está desnutrido y el otro podría no estarlo, o podría tener acceso a los medicamentos, etc. Son cosas que se miden con baremos distintos al vil metal, pero como decía un bolero arrabalero de mi época (¿Alci Acosta?) «pero eso sí que requiere inteligencia, y eso jamás ni tú ni él podrán tener».

    Un crecimiento alto pero mal repartido, según cuánto, no aumentaría la desigualdad real, pero sí lo haría en el sentido fariseo del término. En un país rico la gente es igual y no porque el individuo del segundo decil en EE UU sea comparable en patrimonio a Gates, sino porque puede ingerir las mismas calorías y proteínas y estar a salvo de las principales amenazas a su salud. La pobreza del conjunto multiplica la desigualdad real (no farisea) porque sólo unos pocos acceden a lo que está al alcance de todo el mundo cuando hay prosperidad.

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 8:06 pm

    Y bueno, Jaime, empiezo yo entonces:

    Yo propongo la siguiente hipótesis, que voy a dejar sin pruebas, mientras discutimos si la hipótesis tiene sentido, o no.

    Hipótesis 1: EEUU es la potencia que es gracias a su inusual capacidad de desarrollo tecnológico. No sólo eso, los países que son, o han sido potencias igualmente importantes, lo han sido por su capacidad de desarrollo tecnológico.

    Hipótesis 2: Esa capacidad de desarrollo tecnológico se debe a la activa participación y planificación del Estado. Sin la activa participación, financiación y planeación estatal, esos niveles no se habrían podido lograr.

    Listo, ahí hay 2 hipótesis. Después discutimos la evidencia y los argumentos, o si prefiere, «el barniz que no se qué». Por ahora quiero que discutamos la validez de las mismas.

    DV

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 8:14 pm

    Jaime,

    Afortunadamente no tenemos que depender de la sensatez de los jueces. Dependemos de la sensatez de las leyes, y en algunos casos, de la sensatez de la interpretación de las mismas (no sucede lo mismo en el caso del common law británico, que los gringos adaptaron).

    Ahora bien, suponga que el guerrillero secuestra o asesina a los ricos para financiar su causa, mientras que el paramilitar lo hace con el pobre para aumentar su riqueza.

    Lo sensato es, de acuerdo con usted por supuesto, que el primero vaya menos tiempo a la cárcel que el segundo, cierto? ¿Cuánto menos o cuánto más? ¿Depende de qué tan rico o que tan pobre es la víctima?

    Complicao, complicao ese sistema legal que hay en su cabeza.

    DV

    pd. ¿Qué tiene de libertaria su adivinanza? Usted se caracteriza por soltar uno que otro buen apunte, pero este, además de ser realmente malo, ni siquiera tiene sentido!

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 8:20 pm

    Y Jaime, insisto, usted ni siquiera se ha preguntado para qué quiere que la economía crezca. Sólo quiere que crezca. ¿Pero para qué? ¿Será que todos vamos a estar mejor si crecemos al 15% en vez de crecer al 5%?

    Bueno, si su respuesta es positiva, debe ser que usted quiere el crecimiento económico para mejorar el bienestar de todos, el bienestar de la población.

    Si es así, qué tal que encontremos evidencia que no es cierto que el bienestar de todos mejora, sino que sólo el bienestar de unos pocos lo hace? Yo se que usted no cree en la evidencia (sería un excelente abogado! O tal vez lo es, detrás de esa identidad de persona que no ha sido educado! Tal vez es un ilustre abogado rosarista, más conservador que un rosarista muy conservador!) pero entonces, que tal que «todos sepamos» que no es así?

    DV

  • Jaime Ruiz
    18 julio, 2007 at 8:22 pm

    No, Daniel, no pretendo demostrarle lo que todo el mundo sabe. Es su problema si quiere creer otra cosa. Todo hijo de vecino tuvo ocasión de pegarse una borrachera con alguien que conociera a alguno que hubiera leído a Max Weber o a Octavio Paz, o de encontrarlo en el google ¡o en el rincón del vago! Es muy interesante ese aspecto de la superstición generalizada. Todos los días lo encuentro como producto de la educación colombiana. Si el Indio Amazónico remedia las pringaciones con ensalmos corre un gran peligro a causa de los doctores colombianos, que a) no quieren demostrar que los ensalmos no curan las pringaciones, b) no quieren demostrar que lo que cura las pringaciones es otra cosa. ¡Van y le exigen el certificado de acierto al Indio Amazónico! Y como el pobre no puede demostrar nada porque a fin de cuentas quiénes van a dar un fallo son los que quieren desautorizarlo, entonces queda demostrado que las pringaciones no se curan con ensalmos sino con velitas a la Virgen. Sería muy interesante conocer la demostración de que el desarrollo estadounidense, incluido el invento del avión y tantos otros, es el resultado de una adecuada planificación. ¡Pero eso es esotérico, no conviene que lo sepa todo el mundo! Yo nunca había oído algo así.

    Ah: ¿quién ha hablado de instituciones? La causa de la prosperidad estadounidense es la mentalidad que predomina a causa de su tradición. Creo que las instituciones surgen de ese hecho.

  • Jaime Ruiz
    18 julio, 2007 at 9:44 pm

    Hipótesis 1: EEUU es la potencia que es gracias a su inusual capacidad de desarrollo tecnológico. No sólo eso, los países que son, o han sido potencias igualmente importantes, lo han sido por su capacidad de desarrollo tecnológico.

    ¿Qué es tecnología? Roma triunfó en el mundo de su época porque tenía una tecnología militar superior y una tecnología de organización social superior. Si se tratara del conocimiento siempre estaba en desventaja con Grecia. El episodio de la muerte de Arquímedes es característico. La relación es bien desafortunada. ¿Quiénes llegan a ricos en este mundo? Los que se casan con mujeres bonitas. Yo no recuerdo a ningún rico que no esté con una mujer bonita. Gengis Khan y su organización militar sabían más física que los chinos, los árabes musulmanes que conquistaron Egipto tenían máquinas más perfectas que las de los bizantinos…

    También, pero todo hay que decirlo muchas veces, los países más ricos de la tierra no tienen un nivel tecnológico destacado: Noruega, Irlanda, Dinamarca, Luxemburgo, Suiza… Si fuera por eso los soviéticos serían riquísimos.

    Hipótesis 2: Esa capacidad de desarrollo tecnológico se debe a la activa participación y planificación del Estado. Sin la activa participación, financiación y planeación estatal, esos niveles no se habrían podido lograr.

    Lo primero ya era falso, lo segundo también. Ya he puesto varias veces hoy ejemplos de estadounidenses: Edison y Ford. ¿Qué pintaba ahí el Estado? ¿Qué tal los hermanos Wright?

    El desarrollo tecnológico tiene que ver con el auge vital de una comunidad. Si varias generaciones se lanzan a conquistar el mundo o la fama o el esplendor van a llegar muy lejos y no depende del Estado que invierta en investigación. Lo que pasa es que en Colombia sólo hay rentistas y por eso la increíble pseudoilusión (es decir, estafa) de que el Estado va a despojar a la gente para que los investigadores de la UN inventen aviones.

    La energía que se requiere para crear una empresa de las primeras de Sudamérica es sólo una parte de la que se requeriría para conseguir alguna patente importante. Pero los doctores no tienen energía ni para buscar trabajo en el mundo competitivo, sólo haría falta que se dejara pasando hambre a los pobres a ver si cuatro millonarios pensionables temprano resuelven lo del genoma y la superconductividad a temperaturas altas.

    Afortunadamente no tenemos que depender de la sensatez de los jueces.

    Jan Hus vio a una anciana que iba con un manojo de leña para su pira y exclamó: «¡Oh, santa simplicidad!». ¿De dónde saca que no se depende de los jueces. Los jueces fallan, y no sólo en Colombia, lo que les da la gana. Si no hubiera una persona con un juicio moral resolviendo las cosas hace tiempo que la justicia sería un computador.

    Ahora bien, suponga que el guerrillero secuestra o asesina a los ricos para financiar su causa, mientras que el paramilitar lo hace con el pobre para aumentar su riqueza.

    La cosa empezó porque alguien escriba en los blogs en lugar de trabajar que es por lo que le pagan. Eso es menos inmoral si el pagano va a ser un cristiano próspero o si van a ser los pobres. De ahí se pasa a secuestrar y matar gente. Qué jartera. Si una comunidad es esclava, oprimida, despojada de sus derechos por alguien es legítimo levantarse. En Colombia las tropas de Carlos Gaviria no se levantan contra la injusticia sino para implantar la injusticia. Para imponer el gasto del Estado en investigación, que interesa más que el PIB porque conviene a los doctores y no se consigue por el mecanismo democrático.

    Lo sensato es, de acuerdo con usted por supuesto, que el primero vaya menos tiempo a la cárcel que el segundo, cierto? ¿Cuánto menos o cuánto más? ¿Depende de qué tan rico o que tan pobre es la víctima?

    Un individuo le roba cien dólares a otro que tiene cien millones de dólares, esa persona apenas resulta afectada. Si le roba cien dólares a una persona que no tiene nada más la condena a vivir en la calle y demás. Usted lo traduce al asesinato. ¿No le da vergüenza?

    Complicao, complicao ese sistema legal que hay en su cabeza.

    ¡Ahora es el sistema legal! ¡Pero si el sistema legal se cambia aprovechando las castraciones porque hay que cogerles la flota a los que viven hablando de justicia social! Escribir en lugar de trabajar debe ser igual de punible que condenar al hambre a la humanidad, pero poner bombas como la de El Nogal debe llevar al reconocimiento, al premio, a la casa, al carro y a la beca porque puede ser útil a la justicia social, entendible ésta como oportunidad de que el Estado financie el esfuerzo de desarrollo tecnológico que metería a Colombia en las grandes ligas!

    En mi cabeza hay un sistema legal que debe ser sometido a la evidencia empírica: ¡que denuncien los empresarios el robo de los blogueros pícaros a ver qué juez condena a esos rateros!

    ¿Qué tiene de libertaria su adivinanza? Usted se caracteriza por soltar uno que otro buen apunte, pero este, además de ser realmente malo, ni siquiera tiene sentido!

    Es que las citas para cada día evocan la religión. No tenía que ver con libertario, fuera de eso es admirablemente exacta.

    Y Jaime, insisto, usted ni siquiera se ha preguntado para qué quiere que la economía crezca. Sólo quiere que crezca. ¿Pero para qué? ¿Será que todos vamos a estar mejor si crecemos al 15% en vez de crecer al 5%?

    Todo el mundo sabe que sí.

    Bueno, si su respuesta es positiva, debe ser que usted quiere el crecimiento económico para mejorar el bienestar de todos, el bienestar de la población.

    Si es así, qué tal que encontremos evidencia que no es cierto que el bienestar de todos mejora, sino que sólo el bienestar de unos pocos lo hace? Yo se que usted no cree en la evidencia (sería un excelente abogado! O tal vez lo es, detrás de esa identidad de persona que no ha sido educado! Tal vez es un ilustre abogado rosarista, más conservador que un rosarista muy conservador!) pero entonces, que tal que «todos sepamos» que no es así?

    Supongamos que secretamente las mafias del tráfico de órganos sobornan a la policía y crean un gran negocio de tráfico de órganos para asegurar a los gringos la vida más allá de los cien años. El negocio sería muy rentable, de modo que el país crecería a más del 15 %. ¿Los beneficiaría a todos? A las víctimas y sus familias no. Etc. También podría ponerse un impuesto universal de 500 dólares al año por individuo para inversiones en la bolsa americana. O algo así. El crecimiento sería alto en el conjunto y perjudicaría a los pobres, etc., etc. Todo eso sería posible sólo si la gente llegara a creer en un Estado que se permite estar fundado en el crimen y permite que el Estado se apropie de sus vidas. En condiciones de democracia política y asimilación al Occidente el crecimiento aumenta el bienestar de la mayoría.

    Evidencia simple: un solo país democrático en el que se haya pasado a la prosperidad y la situación de los descendientes de los nativos del país no sea considerablemente mejor en el índice del DIH (un caso) que cuando el país era pobre (caso de España, Italia, Grecia y Portugal después de 1960 y de Alemania, Austria, Francia y otros después de la guerra; caso de Chile y Costa Rica (que están en fase de avanzar), caso del sureste asiático.

    Desgraciadamente la duda metódica es otro recurso falaz: todo el mundo lo sabe, a nadie se le ocurre que en un país democrático rico la gente del país es miserable. En EE UU lo es una parte pequeñísima de la población, pero en cambio la que forma parte de una clase media mucho más acomodada que la europea es mucho mayor.

    En fin: la pérdida de tiempo es terrible. Sólo hábleme de un país democrático en el que las personas nativas o sus descendientes hayan empeorado su situación a pesar de registrarse un crecimiento del PIB. Venezuela es el único, pero Venezuela no es un país democrático.

  • Anónimo
    18 julio, 2007 at 10:12 pm

    «¿Quiénes llegan a ricos en este mundo? Los que se casan con mujeres bonitas. Yo no recuerdo a ningún rico que no esté con una mujer bonita».
    RuiZ; Como casi siempre, su lógica funciona al revés.No es que un hombre llegue a rico POR casarse con una mujer bonita; sucede que las mujeres bonitas buscan a hombres ricos para casarse. As♂ que primero hay que ser rico, si se quiere casar con una mujer bonita.

  • lully, reflexiones al desnudo
    18 julio, 2007 at 10:28 pm

    Alfonso López, insisto, en su gobierno no tuvo mucha influencia, pero después sí, ¿quizás acatado por las sociedades de las cuales hacía parte?
    Algo que admiraba era su buen gusto para todo… por la poesía, sus viajes, sus reuniones, la música… ¡un vida buena!
    q.d.e.p. y que d.d.e.p.

    Un abrazo cálido para tí y felicitaciones por tu espacio!

  • Jaime Ruiz
    18 julio, 2007 at 10:34 pm

    Anónimo 17:12. No es que mi lógica funcione al revés sino que usted tiene una capacidad asociativa muy limitada. Asociar la riqueza de una sociedad con sus avances en tecnología es como asociar el ser rico con tener una mujer bonita. Es decir, la frase es tan absurda como la idea de Daniel. Así como los ricos se casan con mujeres bonitas, los países organizados, laboriosos, ambiciosos, etc. obtienen tecnología.

    ¿Cómo entenderán el resto?

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 10:36 pm

    Jaime,

    Voy a aclarar las hipótesis o el lenguaje:

    H1: Las potencias mundiales, en cualquier momento histórico, han sido los líderes en desarrollo tecnológico.

    H2: Esto se debe al papel del Estado.

    Su contrargumento para H1 son países ricos, pero yo no estoy explicando diferencias en riqueza. Note que H1 habla de potencias, o si prefiere, imperios. Sin embargo, el caso de los países ricos en Europa es importante: para lograr competir en liderazgo con EEUU (es decir, para mantener el protagonismo a nivel mundial que perdieron individualmente durante la Guerra Fría) han centralizado recursos públicos para hacer más y mejor investigación en ciencia y tecnología. Así que hasta las diferencias entre ricos y pobres entra en esta hipótesis, y sus argumentos no la están discutiendo, de hecho, la apoyan como esta corta discusión muestra.

    Ahora para H2 sus contraargumentos son tremendamente bobos: mostrar que uno, varios o muchos inventos han sido realizados por el sector privado es facilísimo. La hipótesis no está diciendo que todo el desarrollo tecnológico se ha hecho con recursos públicos. La hipótesis está diciendo que lo que hace que los países ricos siendo países ricos, y en especial, que las potencias sigan siendo potencias (o si prefiere, que los imperios sigan siendo imperios), es la inversión en ciencia y tecnología de punta, financiada en su mayor parte por el Estado.

    Usted puede dar ejemplos de inventos realizados por individuos, y bueno, son válidos, pero definitivamente no son contraargumentos para la segunda hipótesis.

    Entonces vale la pena preguntarse qué es un contraargumento? Y respondo lo mismo que le dije a comentarista anónimo: un ejemplo histórico claro en donde H1 o H2 no sean ciertas.

    DV

  • Carlos
    18 julio, 2007 at 10:45 pm

    Jaime dice: «La causa de la prosperidad estadounidense es la mentalidad que predomina a causa de su tradición. Creo que las instituciones surgen de ese hecho.»

    Esta idea ha sido corroborada por el que probablemente sea el historiador económico mas importante en la actualidad, Douglas North (recibió un premio nobel por esa labor junto con Fogel. Lamentablmente como sus ideas no son políticamente correctas ni recibe plata de la ONU o de los gobiernos como Amartya Sen o Stiglitz, no es tan conocido).

    En su libro «Entendiendo el proceso de cambio económico» explica porque Estados Unidos se hizó rico y America Latina se estanco. Basicamente la conclusión es: culturas diferentes (la gringa mas liberal, la latinoamerica, mas autoritaria) hicieron que se desarrollaran instituciones(normas formales o informales) diferentes.

    Tambien ver el libro de North , «El Ascenso del Mundo Occidental» y el libro «Como occidente se hizo rico».

    Son libros muy buenos de historia económica que van desde la edad media. Los autores no son libertarios ni estan politizados pero sus conclusiones apuntan al liberalismo económico, es decir, a una idea «políticamente incorrecta»: el desarrollo económico de occidente fue causado por una mayor libertad económica e instituciones que protegían los derechos de propiedad y limitaban a la voracidad de políticos y burocratas. La mayor prueba es que los Arabes y China tenían un desarrollo tecnologico y cientifico superior a occidente hacia el siglo 16 pero occidente los superó.

    Saludos,
    Carlos

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 10:46 pm

    Jaime,

    Su último comentario me hace recordar el uso del término «causalidad», que a usted tanta gracia le da, tal vez porque no lo entiende.

    Usted sugiere la siguiente dirección de causalidad:

    Paises ricos ===> Mayor desarrollo tecnológico

    Yo sugiero que la causalidad inversa es la importante:

    Mayor desarrollo tecnológico ===> Potencias Mundiales

    Ahora, como su ejemplo de países como Dinamarca, Irlanda y en general de la UE demuestra, para hacer la inversión necesaria para mantenerse como líderes mundiales se necesita un mínimo nivel de riqueza. EEUU aprovechó que Europea había sido destruida en dos guerras mundiales, y que EEUU había estado en una bonanza económica desde mediados del siglo 19 para liderar el desarrollo de la bomba atómica (junto con Inglaterra, aunque esta no tenía los recursos disponibles precisamente por su participación activa en la II Guerra Mundial): por supuesto, financiado con recursos públicos.

    Los países europeos, por su parte, han tenido que unirse, lo que genera rendimientos crecientes que permiten el tamaño de inversión necesario para que todavía sean actores importantes a nivel mundial.

    Japón lo logró gracias a la financiación de EEUU después de la II Guerra.

    China e India van para allá solitos, sin necesidad de unirse a nadie.

    Pero ser ricos no es suficiente, por supuesto, como el caso de la Corono Española durante la Colonia muestra. Es necesario pero no suficiente.

    DV

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 10:57 pm

    Carlos,

    North no es tan citado como los otros economistas, porque el método histórico que utiliza North no es el método que utiliza la economía neoclásica, es decir, el método matemático. No tiene nada que ver con que sus ideas son políticamente incorrectas.

    El problema de una explicación institucional es que puede llegar a la trivialidad: ¿Por qué Colombia y EEUU crecen distinto? Respuesta boba: porque tienen instituciones distintas. Es casi tan boba y vacía como alegar que es por el contrato social.

    Y digo que es una respuesta y boba y vacía («vacuosly true») porque esta respuesta aplica para absolutamente todo. No tiene la capacidad de explicar nada, porque lo explica todo!

    Hay explicaciones neoinstitucionales mucho más interesantes, precisamente porque no se quedan en la explicación vacía de «diferencias institucionales», sino apuntando a cuáles diferencias institucionales, y cómo operan.

    Además de North y su combo de WSU, de Acemoglu y Robinson, o de Engerman y Sokoloff, hay un montón de gente haciendo esto, pero tratando de hacerlo más cuantitativo, es decir, buscando evidencia que sirva para dar algo de poder explicativo.

    Vea por ejemplo a Pranhab Bardhan: el capítulo 1 de su libro Scarcity, Conflicts and Cooperation: Essays in Political and Institutional Economics of Development es una buena revisión de esta literatura.

    DV

  • Apelaez
    18 julio, 2007 at 11:10 pm

    Carlos

    ¿Desde cuando la fe en el libre mercado es una idea «politicamente incorrecta?

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 11:21 pm

    Apelaez,

    Es una forma de victimizarse. Una forma de sentirse perseguido por la clase dominante de intelectuales.

    DV

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 11:27 pm

    Carlos,

    Dudo mucho que haya leido a North. Si lo leyó, el sesgo libertario le hizo perder el tiempo. La hipótesis de los institucionalistas como North no es que unos sean más «liberales» y otros más «autoritarios» como usted menciona.

    Tiene que ver con una institución en particular: los derechos de propiedad.

    Note que destacar la institucionalidad de la protección de derechos de propiedad no es ser libertario, así el derecho a la propiedad sea uno de los valores libertarios fundamentales: lo son la vida, la libertad y la propiedad, pero sólo la libertad define a un libertario (como su nombre lo indica).

    DV

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 11:30 pm

    Carlos,

    Para ser más claro: la hipótesis de los institucionalistas como North es muy clara e intuitiva:

    Una condición necesaria para que haya desarrollo tecnológico privado es que se protejan los derechos de propiedad, y en particular, el caso de los sistemas de patentes.

    Es una hipótesis absolutamente clara e intuitiva, que nada tiene que ver con ser libertario o no.

    DV

  • CarlosH
    18 julio, 2007 at 11:39 pm

    No? veamos si la siguiente propuesta es «políticamente correcta»:

    En Colombia no debería haber pensiones obligatorias. Los individuos saben lo que es mejor para ellos. Si alguien no quiere ahorrar para él es porque cree que no le conviene y por lo tanto no le conviene. Si alguien quiere ahorrar para su pensión, pues que lo haga. Yo no se que hace el Estado obligando a una persona a ahorrar a los 20 años para pensión, si a los 20 años ahorrar eso duele mucho, pero a los 40 son «chichigüas». Además, que hace el estado metiendo la mano también con eso de la «rentabilidad mínima»?

    Salga mañana a decir eso, a ver como le va con nuestros numerosos columnistas.

  • CarlosH
    18 julio, 2007 at 11:40 pm

    Perdón por la diéresis donde no iba

  • Daniel Vaughan
    18 julio, 2007 at 11:58 pm

    Carlosh,

    Hay muchos casos donde «los individuos no saben lo mejor para ellos», y en este caso, el papel del Estado puede ser útil.

    Por ejemplo, pregúntele a un niño de 9 años si quiere estudiar o si quiere jugar fútbol.

    Otro ejemplo, pregúntele a un tipo de 20, o 30, o 40 años si prefiere gastarse la platica en un carro, un apartamento o en cualquier otra cosa, o «ahorrarla para su pensión».

    Otro ejemplo, pregúntele a un individuo de 20 años, un jueves o viernes por la noche, si más bien en vez de sacar el carro no prefiere coger un taxi, para que pueda tomar.

    El punto de todo esto es que cuando hay incertidumbre, los individuos no saben qué es lo mejor para ellos. Las decisiones económicas son tomadas bajo incertidumbre, y los indivduos tiene una cantidad de sesgos psicológicos que les impiden hacer un análisis óptimo.

    DV

  • CarlosH
    19 julio, 2007 at 12:44 am

    Daniel, sin entrar a discutir sobre la optimalidad (para los individuos) de las decisiones de los individuos, el punto de mi comentario no era ese.

    El punto es que tener fe en el mercado es políticamente incorrecto. Aunque sería bueno para esta discusión definir lo que es políticamente correcto.

  • Maldoror
    19 julio, 2007 at 1:20 am

    Daniel:

    ¿Cúal es el escenario de «incertidumbre» que viven los individuos de 20 años que prefieren no ahorrar en pensiones a gastarse la plata en el momento? ¿Y sea cual sea su respuesta, porque el estado va a decidir mejor que ellos?

  • Daniel Vaughan
    19 julio, 2007 at 1:29 am

    Maldoror,

    Los dos que se me ocurren rápidamente son:

    1. Flujo de ingresos a lo largo de su vida como empleados.

    2. Duración de su vida como empleados.

    Con (1) me refiero a que los empleados jóvenes suelen ser optimistas en cuanto sus ingresos futuros, y por esta razón suelen contraer deudas, lo que se conoce como «suavización del consumo»: querer consumir en promedio lo mismo (en valores), así que cuando uno es joven se endeuda, esperando que cuando uno esté más viejo, los mayores ingresos permitan mantener un mismo nivel de vida, y pagar de vuelta los créditos.

    El problema es que los ingresos son inciertos, y dependen entre muchas otras cosas, del ciclo económico.

    Sobre (2) el punto es que mucha gente que tendrá trabajo hasta que se pensione, por ejemplo, a los 64 años. La verdad es que esto también depende del ciclo económico. Así por ejemplo, si usted tenía 50 años en el momento de la recesión del 99, la probabilidad de que haya conseguido trabajo con la recuperación estaba empezando fue más baja que si usted tenía 30 años cuando esto pasó. Hoy en día, si usted tiene 50 años, ya está viejo para el mercado laboral.

    DV

  • Daniel Vaughan
    19 julio, 2007 at 1:48 am

    Por cierto, no con esto estoy justificando la participación del Estado. En el primer ejemplo, en el primer mundo por lo menos, hay un consenso que el Estado debe garantizar el acceso a educación de todos los menores de edad.

    En el segundo caso, la interferencia del Estado es diferente: el Estado permite a cada individuo tomar libremente su decisión de tomar o no tomar, pero penaliza manejar en estado de embriaguez, y el argumento es diferente: no sólo es por el bien del individuo, sino más importante aún, lo es por el bien de los demás miembros de la comunidad.

    Y el tecer caso también es diferente, pues la interferencia estatal parece perder cualquier posible justificación: los individuos ya son mayores de edad (no como en el caso del niño), y el único perjudicado directo de la miopía del individuo es el mismo individuo.

    En este caso, es mucho más difícil justificar que el Estado juegue un papel para corregir los vicios de irracionalidad.

    DV

  • Jaime Ruiz
    19 julio, 2007 at 10:35 am

    Daniel:

    Su último comentario me hace recordar el uso del término «causalidad», que a usted tanta gracia le da, tal vez porque no lo entiende.

    Pues ¡qué causalidad!, esta mañana estaba pensando en eso. Casualmente, ¿qué interés tiene lo de ser o no una gran potencia? La no-relación causal entre la tecnología y eso es tan simple de demostrar como acordarse de la muerte de Arquímedes. Una gran potencia lo es porque consigue agregar grupos de población al núcleo estatal, como lo fueron los imperios bárbaros asiáticos, tanto los partos o como la Horda de Oro o como la misma potencia califal originaria que conquistó todo el norte de África en muy poco tiempo. Ya había explicado que su nivel de desarrollo tecnológico frente a los griegos o helenizados o romano-helenizados de Egipto era nulo. Pero eso no lo recuerda.

    Más recientemente, la Rusia de los zares y el Imperio otomano eran insignificantes en materia de ciencia y tecnología. Fueron otras cosas las que determinaron sus avances, incluso el triunfo de la Santa Alianza sobre las tropas napoleónicas sólo muestra entidades capaz de agrupar tropas numerosas.

    Ahora, una gran potencia es un gran Estado. No cabe la menor duda. No se dominan territorios sin tropas y grandes recursos sometidos a una autoridad. Lo que muestra la experiencia prácticamente siempre es que los Estados (organizaciones guerreras) tienen más éxito cuanto menos se dediquen a la ciencia. Toda la historia de Mesopotamia es la de la conquista de naciones nuevas de nómadas ignorantes resueltos a apropiarse del territorio y de las ciudades. La del México precolombino, ídem. La de Roma frente a los reinos helenísticos de Asia Menor y Egipto, ídem, la de los germanos sobre Roma, ídem, la de los árabes sobre los bizantinos y persas, ídem. Ídem y más ídem. La idea es disparatada.

    Pero podríamos hablar también de sentimientos, de formaciones musicales o de deportes. Creo que interesaba que la gente en Colombia mejorara su nivel de vida y lo que lo impedía. Para constituir una gran potencia no hay que investigar microbiología ni tectónica de placas sino unirse a Brasil y dar ejemplo al resto de los países de Sudamérica. Hay que estar muy chiflado para pensar que Colombia va a ser en el mediano plazo una gran potencia.

    Pero la segunda hipótesis es falsa:

    Hipótesis 2: Esa capacidad de desarrollo tecnológico se debe a la activa participación y planificación del Estado. Sin la activa participación, financiación y planeación estatal, esos niveles no se habrían podido lograr.

    Pero pongamos un lugar como EE UU en un momento como 1835, los recursos y el poder de su Estado son ínfimos para financiar doctorados e investigaciones en comparación con países como Francia, ni hablar de educación, sin embargo se inventó el telégrafo porque había personas tratando de hacer magia con los descubrimientos, a veces incluso con conocimientos precarios (puede que alguien como Edison tuviera conocimientos en realidad modestos frente a los de los físicos de su tiempo). Sería mucho más correcto decir que el desarrollo tecnológico estadounidense es fruto de la Biblia que de la inversión estatal. Pero…

    1. No es un blog sobre generalidades sino sobre problemas económicos y sociales en Colombia.

    2. No se plantea seriamente que Colombia sea una gran potencia.

    3. No hay que inventarse nada antes de al menos asimilar el conocimiento alcanzado por los países desarrollados.

    4. El Estado no tiene recursos para eso y la sociedad no tiene recursos morales para sobreponerse al rentismo. Si mañana el ciudadano X tiene la aptitud de lograr en Colombia con inversión del gobierno colombiano un gran descubrimiento científico o un gran invento tecnológico, es seguro que no lo va a hacer porque si llegara un día a la UN con muchas ganas de trabajar en serio por algo, lo matarían y es más cómodo y agradable ser rumbero y enemigo de Bush.

    La idea de que las pensiones a la gente joven son una forma de administración más correcta es atroz, por mucho que Daniel después haya querido matizarla. En España al menos (creo que en Colombia también) a la gente joven le cobran para pagar las pensiones de los que son viejos ahora. No, no se puede decir: «Muérase, viejo irrresponsable, ¿por qué no ahorró cuando joven?». En Colombia eso tiene otro sentido. Hay colombianos que viven cuarenta años cobrando pensión y otros que viven cuarenta años. Mo es (como afirma entre otros Alejandro Gaviria) que se esté gastando a costa de las generaciones futuras, porque se está gastando en las pensiones de la izquierda democrática a costa de las generaciones futuras de paramilitares, exactamente como siempre se ha hecho. No es rara esa distracción entre los economistas. Las generaciones futuras de educados y justicieros de la izquierda democrática tendrán generaciones futuras de paramilitares que les proveerán pensiones (y les cuidarán el jardín, les tenderán las camas, les atenderán las rarezas sicalípticas en los establecimientos apropiados, les vigilarán la puerta…).

    Por otra parte, la capacidad de entender mal las cosas puede que no sea el resultado de algún daño neurológico sino de la mala fe. ¿Qué pinta la diferencia entre «propiedad» y «libertad» en el análisis del historiador económico? Respecto al Estado, la libertad de los ciudadanos existe en la medida en que hay derechos de propiedad. Lo mismo que decir que el que se alegra del triunfo del ciclista es un canalla. El nacionalismo de que hablaba el doctor Johnson tiene muy poco que ver con eso; se trata de la adhesión irracional al mito nacional y a la hostilidad contra las demás naciones. Si uno se emociona cuando ve a la gente de su barrio triunfando no está afiliándose a ningún gremio de canallas. Eso no tiene ningún sentido más que como interpretación malintencionada.

    De todas las ideas atroces de Daniel (como aprovechar la retórica guerrillera para aplicar verdadera justicia social o cobrar pensiones porque el Estado administrará mejor la plata), la más horrible es la de que el desarrollo y prosperidad de una nación son producto de la obra estatal. Realmente se siente un demiurgo que mezcla las razas del ganado y logra una que gana premios Nobel. No hay vidas expuestas y ansiosas, sino productos del acierto de los planificadores.

    Creo que esa actitud y esos valores van en retroceso en Latinoamérica. Afortunadamente.

  • Carlos
    19 julio, 2007 at 1:05 pm

    Apelaez: te invito a que hagas un ejercicio simple de estadistica(como soy lector d etu blog he visto que «le jalas» bastante a los numeros). Supongamos que los columnistas de El Tiempo son representativos de la «intelligentsia» Colombiana. Cuenta cuantos columnistas escriben contra el libre comercio, la inversión extranjera, reducir regulaciones, reducir impuestos,etc, en un período de un mes. El Libre Mercado supuestamente es para los ricos (cuando la realidad es lo contrario. A los ricos les conviene mas el capitalismo de Estado o corporativismo, no el libre mercado. Ver Carson)

    Solo es suficiente ver la reacción a las propuestas de la comisión de gasto público donde participó Alejandro. Nuestros doctores casi se rasgan las vestiduras por proponer eliminar los parafiscales(que NO es eliminar las prestaciones como desinforma De Brigard), acelerar lo de facilitar que el sector financiero participe en construir infraestructura, y ni hablar de vender ISA e ISAGEN para reducir deuda (que es deuda tambien de nosotros).

    En Colombia y en muchos paises el consenso es Estado Bienestar + Intervencionismo en Economía (o incluso economía manejada) Y si Daniel, Estados Unidos es uno de esos paises.Pero es que Estados Unidos y los «paises desarrollados» son mal ejemplo en muchísimas cosas y buen ejemplo en otras. Copiar todo lo que hace Estados Unidos o Francia o Alemania o Japón solo porque lo hacen ellos que son «del primer mundo» es estupido. Hay que copiar lo que se considera bueno y no copia lo que se considere malo. Y si, ahi entra la valoración propia de cada ideas políticas (Daniel copiaría el estado de bienestar y el «corporate welfare». Yo copiaría la protección a los derechos de propiedad, por ejemplo, la libertad del mercado laboral gringo, los recortes impostivos de irlanda,estonia y recientemente de los paises europeos (ya varios tienen impuestos de renta empresariales menores que los de Colombia))

    Quien escribe en la prensa colombiana pidiendo que tengamos libre mercado en salud y educación, por ejemplo? O eliminar esos articulos de la constitución que dicen que la educación, la salud, la vivienda, el deporte, la cultura…(la lista sigue) no son derechos..sino servicios que puede o no prestar el Estado? muy pocos o casi ninguno.

    Salirse de ese consenso implica ser rechazado, acusado de todo lo malo,etc. Es decir, es «políticamente incorrecto».

    Saludos,
    Carlos

  • Carlos
    19 julio, 2007 at 1:14 pm

    Sergio: lo que pasa es que Daniel es el tipo de personas que cree que solo es cuestión de darle el mayor poder de decisión a unas elites «capaces y honestas». Y seremos felices. No se le ocurre pensar, como sucede a menudo y como nos ha enseñado hasta la saciedad la historia que los individuos siempre buscarán su propio interes y que estas elites consciente o inconscientemente utilizarán este enorme poder(el que se tiene al ser parte de la maquina de coerción que es el Estado) para su propio beneficio. Es absurdo pensar que las personas solo porque trabajan en el gobierno se convierten en angeles que solo piensan en ayudar a los demás.

    Por otro lado, tampoco se le ocurre pensar que la realidad es muy compleja para centralizar las decisiones en pocas personas(es lo que Hayek llamaba la «fatal arrogancia»).

    Y por supuesto, a estos tecnocratas, muchisímo menos se le ocurre tener en cuenta la inmoralidad de la coerción y el uso del poder así sea para «promover el bienestar y la felicdad humana».

    Que bueno es recordar las palabras de Kant: «Nobody may
    compel me to be happy in his own way»

    Saludos,
    Carlos

  • Daniel Vaughan
    19 julio, 2007 at 2:13 pm

    Eh, ave maría, mi pecho se hincha de orgullo patrio al ver estas gratas noticias.

    Es que, en Colombia no sólo hay talento y belleza por separado, sino que hay una poderosa combinación de talento y belleza natural «que sólo se adquiere en las lomas de los Andes (colombianos por supuesto, sólo los Andes colombianos)».

    Gracias Manolo. Sigue dejando el nombre del país en alto. Es un hermoso regalo de día de la independencia.

    DV

    pd. Ahora que copio la cita de AG, me queda la duda si cuando habla de «el doping que sólo se adquiere en las lomas de los Andes» hacía referencia al sistema montañoso, o a la universidad… digo, por aquello del «doping académico».

  • Daniel Vaughan
    19 julio, 2007 at 2:18 pm

    Carlos,

    Noto una contradicción jocosa en su frase: Yo copiaría la protección a los derechos de propiedad.

    Intuyo, que nuestro amigo libertario, como buen colombiano, ha estado tomando citas de una fotocopia del libro de North (¡que además, creo que fotocopió por capítulos!).

    DV

  • Daniel Vaughan
    19 julio, 2007 at 2:24 pm

    «Cuando entre la quincena, fotocopio los capítulos 3 y 4».


    A mí deme un aguardiente,
    un aguardiente de caña,
    de las cañas de mis valles
    y el anís de mis montañas.

    (…)

    Lo demas será bonito
    pero el corazón no salta,
    como cuando a mí me cantan
    una canción colombiana.

    (…)

    Y para mí una muchacha
    aperladita y morena,
    o una rubia de ojos claros
    de suave piel montañera.

    Muchachas, música y trago
    de la sierra o de mi llano,
    Ay! que orgulloso me siento
    de ser un buen colombiano
    Ay! que orgulloso me siento
    de haber nacido en Colombia!
    Ay! que orgulloso me siento
    de ser un buen colombiano!

    Ay! que orgulloso me siento
    de ser un buen colombiano!

    O como terminaban creo que en La Tele de Moure y de Francisco, «Ay…ay…«

    DV

    pd. Ese debería ser el verdadero himno colombiano! Muchachas, música y trago… pa’qué más oiga?

  • Alejandro Gaviria
    19 julio, 2007 at 3:53 pm

    Daniel: me estaba refriendo a la cordillera. No a la universidad. Y (en particular) a los efectos de la altitud sobre la producción de eritrocitos. O, dicho de otra manera, a nuestra ventaja comparativa en muchachos de cachetes rojos, pulmones grandes, corazones pacientes y deseos de triunfar. Como Soler…y que suene el himno.

  • Anónimo
    19 julio, 2007 at 4:40 pm

    Alejandro: Yo le daría crédito, además del altiplano cundiboyacense, a la mamá de Soler, que no sólo lo amamantó hasta los tres años (!), sino que cuando se iniciaba en las competencias campesinas le aplicaba un tipo de dosis de «ánimo» que mucho bien le haría a la selección Colombia:»mire a ver si se deja ganar porque cuando vuelva no le doy sopa».
    A lo mejor la mamá de Daniel comparte esta filosofía y por eso el muchacho ha resultado tan beligerante.

  • Daniel Vaughan
    19 julio, 2007 at 5:01 pm

    Jejejeje, anónimo, he oido de mi madre que a mi lo que me faltó fue rejo.

    DV

  • Daniel Vaughan
    19 julio, 2007 at 5:09 pm

    Es que ahora que lo pienso, el problema fue haber crecido en un hogar liberal.

    Tal vez, con padres como Carlos, que imponen su autoridad por la fuerza, y obligan a estudiar a sus hijos lo que ellos creen «porque mientras que vivan en mi casa aceptan mis reglas», la cosa sería diferente. Mucha libertad para estos «muchachitos marihuaneros».

    Como dice JR, «todo variaría», o como dice Rubén Blades (y Roberto Anglero), «todo cambiaría».

    DV

  • Jaime Ruiz
    19 julio, 2007 at 5:45 pm

    Triste país aquel en el que «música» quiere decir «vagabundería». Si lo hubiera llegado a imaginar Vaughan-Williams se habría cambiado el nombre.

  • Jaime Ruiz
    19 julio, 2007 at 5:55 pm

    Muy bien por Soler, pero esos fervores de Alejandro me dejan la impresión de que algún día será candidato de una lista encabezada por Andrés Hurtado.

  • Jaime Ruiz
    19 julio, 2007 at 5:57 pm

    Y en tal caso sí sería preferible votar por el embolador.

  • Alejandro Gaviria
    19 julio, 2007 at 6:08 pm

    Jaime: aquí mismo expresé mi rechazo a los curitas vengadores. Pero el fervor puede ser un buen antídoto contra la impertinencia.

  • Daniel Vaughan
    19 julio, 2007 at 7:03 pm

    Ahora que lo pienso, creo que Carlos va a obligar a sus hijos a que estudien economía: por más que reniega de los economistas, ingenieros sociales, tecnócratas, o como quiera llamarlos, intuyo que su gran frustración es no haber estudiado economía. Y eso sí, papá dictatorial que se respete obliga a sus hijos a estudiar lo que ellos quisieron ser, y bueno, Carlos, que se las da de liberal (de hecho, de libertario) es más godo que un tipo muy godo.

    DV

  • Apelaez
    19 julio, 2007 at 7:37 pm

    Daniel el impertinente. Dice el DRAE:

    impertinente.

    (Del lat. impertĭnens, -entis).

    1. adj. Que no viene al caso, o que molesta de palabra o de obra. Apl. a pers., u. t. c. s.

    2. adj. p. us. Excesivamente susceptible, que muestra desagrado por todo, y pide o hace cosas que están fuera de propósito. U. t. c. s.

    Ambas aplican. Y conste que yo no fui el que lo dijo.

  • Daniel Vaughan
    19 julio, 2007 at 7:54 pm

    Apelaez,

    De acuerdo con usted. (1) por la falta de rejo, y (2) porque soy Cáncer: sensible y susceptible.

    DV

  • Daniel Vaughan
    19 julio, 2007 at 8:15 pm

    Pero bueno, hablando de cosas serias, muy buena la entrevista de Fajardo en la W. El tipo es muy bueno.

    DV

  • Jaime Ruiz
    19 julio, 2007 at 8:25 pm

    Es muy curioso el modo en que Daniel asume la vocería de todos los economistas. Y de paso de los tecnócratas e ingenieros sociales, cosas que tienen poco que ver. La ingeniería social parece darse más entre los sociólogos. Pero no tiene por qué tener relación con una profesión.

    Bueno, esa confusión de nociones (gracias a la cual el sacrificio del crecimiento en aras de la educación y de la justicia social relativa resulta ser el programa de cuanto economista y tecnócrata en el mundo ha sido) parece una apropiación de ciertas disciplinas científicas y de ciertas capas sociales en favor de un discurso político. Un poco abusiva, yo diría.

    Pero.

    Pero.

    Según Daniel yo soy de extrema derecha, cosa que hace pensar que él se considera de izquierda. Es un tema interesante. El dirigismo es de izquierda. El dirigismo de la tecnocracia, etc. Extraño, para la «izquierda» la tecnocracia es por definición «neoliberal». Pero más extraño, según Hernando Gómez Buendía, la extrema derecha es la tecnocracia. (Es decir, se refiere a la prevalencia de los planteamientos técnicos sobre los políticos.) Hoy sale Collazos con lo mismo de la izquierda y la derecha. Uribe fue a decir delante de Lula y Felipe González que ya no hay izquierda ni derecha, cosa de lo más impertinente por muchos motivos, entre otras cosas porque Uribe no es Aristóteles ni Cicerón, y porque a un discurso de ésos el auditorio no puede contestar.

    Pero Collazos nos pone un modelo de izquierda que puede que le dé la razón a Uribe. Felipe González no es el gran estadista que mira el mundo desde la distancia de una experiencia sabia sino desde los intereses de Cisneros, Slim y Polanco. Un poco como el gobierno de Santodomingo nombró en cargos de primer nivel a joyitas como Molano, Daniel García Peña o María Emma Mejía. La izquierda realmente existente en Colombia es el igualitarismo que defienden los beneficiarios de la desigualdad, la tecnocracia económica que renuncia al crecimiento, la justicia social a punta de privilegios, la fraternidad de los patricios con su servicio doméstico (en público, que no hay tiranos más crueles, por mucho que quienes no los conozcan quieran creer otra cosa), pero sobre todo el anticapitalismo a favor de los grandes multimillonarios.

    En estos días hablábamos de EE UU y yo trataba de explicar que EE UU es un país riquísimo porque la gente se dedicó a trabajar. Esa mentalidad religiosa, conservadora, conformista y apolítica forma parte de un bando en el que cabe también la burguesía del norte de Europa. El contraste es Francia, pero sobre todo las repúblicas hispanoamericanas: el territorio donde las multitudes se matan por imponer sus sueños desde la dirección del Estado y todo eso lo manejan hábilmente grandes señores mercantilistas que saben lucrarse de esa concentración de recursos. En tiempos de Mitterrand se hablaba del «socialismo de los negocios»…

    Bueno, es una buena definición de izquierda y derecha. La Kultur contra la Zivilization. La milicia Michigan o los davidianos contra los funcionarios entendidos que saben lo que les conviene hacer a esos patanes con su plata y con su vida familiar. Espero que no haya que explicar aceptando esas nociones de izquierda y de derecha en cuál estarían Hitler y Mussolini.

    Hoy me acordé de Andrés Hurtado y me resulta un buen ejemplo del nacionalismo que disgustaba al doctor Johnson. En una ocasión clamaba contra la extradición: ¡no importaba lo que hubieran hecho los colombianos, el gobierno debía negarse a extraditarlos! De ahí a la simpatía que despierta un muchacho sin oportunidades que brilla en una competición deportiva o un cantante de un barrio de esos nuestros que vende millones de discos hay un buen trecho. Seguro que al mismo doctor Johnson le agradaría que algún conocido suyo o afín adquiriera fama.

  • Daniel Vaughan
    19 julio, 2007 at 8:39 pm

    Jaime, de dónde saca que yo asumo la vocería de los economistas? La mayoría de economistas no piensa como yo, así que no me darían la vocería nunca. Y bueno, yo tampoco la tomaría.

    DV

  • Daniel Vaughan
    19 julio, 2007 at 8:40 pm

    Jaime, oyó la entrevista de Fajardo? Bueno, si no la ha oído bájela de la página. Es muy buena. Me cuenta que piensa.

    DV

  • Anónimo
    19 julio, 2007 at 9:57 pm

    […]La mayoría de economistas no piensa como yo[…]
    ¡Dios lo oiga!

  • Jaime Ruiz
    20 julio, 2007 at 4:07 am

    Daniel:

    Ahora que lo pienso, creo que Carlos va a obligar a sus hijos a que estudien economía: por más que reniega de los economistas, ingenieros sociales, tecnócratas, o como quiera llamarlos, intuyo que su gran frustración es no haber estudiado economía.

    1. Economista = ingeniero social = tecnócrata. 2. Rechazo de Carlos a las posturas ideológicas de DV = rechazo de los economistas.

    Es verdad que Carlos critica en general la arrogancia de los tecnócratas y por principio a los ingenieros sociales (el estatismo). Pero ¿cómo extender eso a todos los economistas? Recuerdo haber sentido leyendo algún artículo de Alberto Carrasquilla que para él el ejercicio de la ciencia económica presupone valorar la centralidad del mercado, un poco como convendría ser ateo para ser biólogo (aunque los hay por miles que no lo son).

    En fin: definición de vaughanismo: inclinación a inferir del conocimiento técnico consecuencias morales. Saber cómo operan ciertos mecanismos de la economía y qué piensan los entendidos sirve para decidir si es más importante la educación que el crecimiento económico o si la gente debe ahorrar y como no ahorra se le ahorra por su bien.

    En fin, creo que para Daniel será difícil aceptar que tras sus ideas no brilla el conocimiento económico sino los valores de dominación, que acaso tengan que ver con el entorno jesuítico. Es como si la nueva hornada de Antonios Caballeros y Lauras Restrepos se hubiera dado cuenta de que no basta con el manual de retórica. Pero, salvando las distancias, es como si los sicarios fueran a estudiar cirugía (no se me ocurre nada mejor).

  • Daniel Vaughan
    20 julio, 2007 at 4:45 am

    Jaime,

    Llamar a algunos economistas tecnócratas es insensato: los economistas son por formación técnicos. Economistas históricos, como Fogel y North quedan muy pocos: el 99% de los economistas estudian modelos matemáticos, y en ese sentido, equiparar economista con tecnócrata es correcto, y por eso, llamar a algunos economistas tecnócratas, de manera despectiva, es equivocado y muestra un desconocimiento de la formación como economista. Así que economista = tecnócrata, aunque el segundo término tiene una carga poyorativa que el primero no tiene.

    Ahora bien, la segunda igualdad es más interesante: economista = ingeniero social. Esta igualdad también es cierta, y tiene que ver con el método de la economía, que además es único (o lo era, hasta una época reciente en donde la ciencia política, en EEUU, ha venido utilizando el método de los economistas) dentro de las ciencias sociales.

    Así que en conclusión:

    economista = ingeniero social = tecnócrata. El problema es que las últimas dos tienen una carga peyorativa que Carlos utiliza para llamar «a economistas como DV», pero eso sólo demuestra desconocimiento.

    Ahora bien, de dónde saca usted que yo inferiero del conocimiento técnico consecuencias morales?

    ¿Me puede dar un ejemplo de esto, por favor? Como economista yo busco regularidades empíricas, que son las que siempre comento acá. Como economista, dadas unas regularidades y un conocimiento del funcionamiento de los mercados, hago recomendaciones. Este paso, que Carlos denomina, nuevamente de manera despectiva, «paso de lo descriptivo a lo normativo» es válido en cualquier ciencia, y de hecho, hace parte del método científico. Sólo si uno decide no darle el estátus de ciencia a la economía, sino devolverla al estátus de los clásicos de la economía como una filosofía moral, su observación tendría sentido.

    Y bueno, para Daniel definitivamente es difícil aceptar que tras sus ideas no brilla el conocimiento económico sino los valores de dominación, que acaso tengan que ver con el entorno jesuítico.

    Tras las ideas de Daniel no hay nada original, no hay valores de dominación. Hay regularidades empíricas, que ustedes, por falta de información, educación o sesgo ideólogico quieren desconocer. Pero como siempre digo: ahí están los datos y los estudios. Yo no me he inventado nada. Pero cada uno con su verdad: la de ustedes la dicta el dogma, la mía la dictan los datos y las ideas.

    DV

    pd. Esa frase final está horrible.

  • panOptiko
    20 julio, 2007 at 5:07 am

    Como ya es viernes, y esta semana a estado llena de triunfos, musica y farandula, queria me permito cambiarles el tema, de vuelta a la realidad.

    No queria que se pasara por alto el asesinato del lider ciudadano contra los moteles y prostibulos en Suba. A espera de las investigaciones, y el incierto proceso judicial, desde ya hay en esto un examen a los bogotanos y un reto a la presumida «Cultura Ciudadana» de la que se precia la ciudad.

    Es sencillo, no se trata de actores abstractos del conflicto, cualquier ciudadano ‘culto’ se abstendria de usar los servicios de cualquiera de los locales involucrados entendiendo que con ello podria esar pagando aquellos sicarios. Es un problema que no necesitaria instituciones para ser solucionado, ya deja de ser una cuestion legal y pasa a poner en entredicho los valores mas basicos de aquellos que conviven en una ciudad.

    No pasa esto en la mitad de la jungla, para que reine la ley del mas fuerte. O tal vez Bogota es mas jungla de lo que consideramos todos los que pasamos por este espacio – y por muchos otros – y todas las palabras y argumentos se reducen de nuevo a verborrea cosmopolita, o mamadera de gallo como dicen otros.

    Paz en la tumba de otro colombiano mas.

  • Daniel Vaughan
    20 julio, 2007 at 5:18 am

    PanÓptiko,

    ¿Cuál cultura ciudadana? Cuando estuvo Mockus, los bogotanos mejoramos en ciertas cosas, por miedo a la vergüenza pública (letreros con un dedo pulgar hacia abajo) o por conciencia moral.

    Pero Bogotá sigue siendo una ciudad de hampones: sale uno y hay madrazos por todo, amenazas de irse a los golpes por cualquier cosa. Vaya a tomarse unos tragos a donde sea, y habrá pelea de borrachos seguro.

    DV

  • panOptiko
    20 julio, 2007 at 5:38 am

    Daniel, todo lo que nombra me parece que esta enraizado a la forma de ser occidental. Me gustaria saber si no se oyen groserias en NY, ni hay rinas en los bares. Pero de ahi a ser una ciudad de asesinos hay un trecho.

    Ojala que usted este errado.

    Saludos

  • Jaime Ruiz
    20 julio, 2007 at 5:48 am

    Sin duda los que mandaron matar a ese líder cívico tienen aliados políticos. Lástima que en Colombia no haya ni periodismo ni política capaces de dar con la trama, pues en una democracia normal los adversarios de los socios de esos criminales obtendrían réditos de la denuncia. Y es muy, muy llamativo que eso no saliera en la portada de El Tiempo. Es como si se nos estuviera diciendo de qué sector son los protectores de esos asesinos.

    (Daniel: ¿de modo que las nociones de «justicia social», «pobreza relativa», conveniencia de sacrificar el crecimiento en aras de la educación, acuerdo con criminales a cambio de programas gratos, inversión estatal en ciencia básica y demás son resultados objetivos del estudio de regularidades y demás? Pero, hombre, si la mayoría de los economistas no piensan como usted. La inferencia es dolorosa: la mayoría de los economistas no han aprendido bien las cosas.

    Ahora bien: tecnócrata es el funcionario con conocimientos técnicos, cierto que sobre todo de economía (pero también de sociología, urbanismo, etc.), pero ésa es una acepción. Otra sería «miembro del gobierno de los técnicos». Si el político llama por teléfono a su amigo que tiene conocimientos técnicos para pedirle consejo, éste no tiene por qué ser un «tecnócrata».

    Y los ingenieros sociales son bastante más antiguos. Los reformadores sociales que llegan a imponerse sobre las demás voluntades existentes son siempre ingenieros sociales. Al menos en la acepción normal de eso, por ejemplo la que se encuentra en la wikipedia.

    De modo que vuelvo a la mención que hice antes de Carrasquilla. Yo infiero, forzando un poco las cosas, «economista = ‘neoliberal'». Usted, partiendo de regularidades y de un conocimiento objetivo que no se nos alcanza (es correcta la expresión, no hay problema por eso), llega a otra conclusión: «economista = antiliberal».

  • Jaime Ruiz
    20 julio, 2007 at 5:51 am

    No, Panóptiko, en España no hay riñas en los bares, ni en Francia ni en general en la Europa continental, y creo que en las islas poquísimo. Y las groserías no incluyen atribuir al otro el nombre de una enfermedad, ni siquiera el de otra especie.

  • Daniel Vaughan
    20 julio, 2007 at 6:09 am

    PanÓptiko,

    Puede que usted tenga razón. Mi impresión viviendo ahora en NY es que el nivel de «cultura ciudadana» acá es inusualmente superior e hipótesis para eso hay muchas, que no vale la pena discutir ahora: pero es claro que el nivel de violencia cotidiana que se vive en una ciudad como Bogotá es inmensamente superior al nivel de violencia (groserías, por ejemplo, para no hablar de seguridad en donde ya la cosa es obvia) que veo en NY.

    ¿Cómo es en Japón?

    DV

  • Daniel Vaughan
    20 julio, 2007 at 6:22 am

    Jaime,

    En lo único en donde yo me distancio del método económico es cuando hablo de «justicia o injusticia social» en donde claramente tengo en la cabeza una teoría de justicia.

    Las teorías de justicia no son el campo de la economía, sino de la filosofía.

    El concepto de pobreza relativo no tiene componente ético o moral: es una definición técnica de cómo medir la pobreza.

    La «conveniencia de sacrificar crecimiento en aras de la educación» está sustentanda en evidencia empírica y conocimiento teórico ampliamente conocido en la literatura económica:

    1. Mayor educación => Mayores ingresos.

    2. Mayor educación => Mayor desarrollo económico.

    3. Mayor educación y en especial educación terciaria y e investigación en ciencia y tecnología, mayor crecimiento económico.

    Todas hipótesis ampliamente discutidas en este blog, y todas bastante referenciadas en la literatura económica. Acá no hay ningún tipo de análisis ético subjetivo de DV.

    La mayoría de economistas no piensan como yo, porque la mayoría de economistas cree en los modelos teóricos que han desarrollado. Como verá, estas hipótesis están sustentadas por regularidades empíricas, así que los modelos teóricos no son necesarios para identificarlas: los modelos teóricos sencillamente intentan parametrizar dichas relaciones, y ahí es donde yo me distancio de la economía. Pero esta discusión se ha repetido en más de una ocasión y no voy a repetirla. Pero si, la inferencia es dolorosa: la mayoría de economistas que no se cuestionan qué están aprendiendo están perdiendo su tiempo. No voy a dar mayores explicaciones de esto, pero si quieren doy referencias de economistas reconocidos, muchos de ellos premios Nóbel, que creen lo mismo: ese parece ser el argumento de autoridad que «el pueblo» admite. Lo de «el pueblo» no es peyorativo, por cierto.

    Su discusión sobre tecnócrata pretende desviarse del punto: los tecnócratas son economistas. Ese es el uso peyorativo que se ha vuelto. Lo que yo discuto es precisamente la distinción entre economistas malos (los tecnócratas) y los buenos: sencillamente la formación académica que tenemos nos mete a todos en la bolsa de malos (tecnócratas) así que el uso peyorativo pierde poder explicativo.

    Sobre el origen de la palabra «ingeniero social», puede que usted tenga razón. Pero en la actualidad, los ingenieros sociales tienen que, por definición, ser científicos sociales. Y en ese sentido, sólo los economistas, nuevamente por su método, se acercan a esta idea. No sobra recordar que el método matemático de los economistas fue tomado de la física (otro día doy referencias de esto, para el que lo dude), por lo que la similitud de uno y otro es indiscutible desde un punto de vista histórico.

    DV

    pd. ¿Es correcta la expresión «que no se nos alcanza»? ¿De dónde saca esto? ¿Tiene datos o evidencia más allá del tradicional «todos sabemos»?

    pd2. Lo de la evidencia es molestando, por supuesto, pero si me gustaría saber por qué es correcta.

  • panOptiko
    20 julio, 2007 at 9:05 am

    Daniel, supe de una pelea pero fueron unos italianos. La groseria mas grave que me han ensenado es «bien si se mueren todos» – claro que poco se escuchan, tal vez «tonto» y «mierda» pero muy rara vez. Sin embargo, no se pueden comparar porque la cultura es muy diferente: aca el grupo esta por encima de los individuos y se respeta la jerarquia. Asi que no es cuestion de cultura ciudadana, sino que toda la cultura gira en torno a la convivencia.

    Poco a poco, de todas maneras, la cosa va cambiando.

    Saludos

  • Jaime Ruiz
    20 julio, 2007 at 9:28 am

    Daniel:
    DRAE:
    alcanzársele a alguien algo.

    1. loc. verb. Entenderlo. U. m. con neg.

    Algo es correcto porque sale en el DRAE. No necesariamente será incorrecto lo que no salga, pero si sale… Por lo demás la lengua es libre, la policía no puede detener a alguien que diga cosas consideradas incorrectas en el diccionario.

    Y la educación superior gratuita en Latinoamérica tiene un maravilloso papel de selección: a los más aptos se los libra de vivir en el infierno con la plata de los menos aptos. Seguro, hombre, la evidencia empírica es que en Taiwan (región atrasadísima poblada por primitivos no-chinos antes de 1900) el Estado pagó investigaciones en ciencia básica para competir en astrofísica con EE UU, mientras que los países del Cono Sur que no han hecho otra cosa que trabajar como burros ahí están casi tan jodidos como los colombianos.

    TODO lo que usted supone se ha refutado con montones de ejemplos. Sólo es que usted posee el sello santanderista y a sus ocurrencias se lo pone: «evidencia empírica», etc.

    Y el origen matemático de la economía no tiene relación con la ingeniería social. Yo poseo una hacienda ganadera y me dedico a cruzar razas y a experimentar con alimentos heterodoxos. Eso sería ingeniería social aplicada al ganado. Otro caso sería un zoogenetista que aplicara sus conocimientos a soluciones concretas.

    He dicho muchas veces que los argumentos no convencen a nadie, y ciertas cosas es mejor darlas por supuestas. El que su «filosofía» u orientación moral sólo consista en dominación es algo de lo que nunca voy a convencerlo y que le resultará de todos los modos muy ingrato oír. Con decir que en toda Latinoamérica el castrismo fue completamente hegemónico entre los jóvenes de clases altas (es decir, de clases intelectuales porque los ganadores del baloto o los Mellizos no son de la clase alta). Sólo es la continuación del discurso y el orden de la evangelización. La caridad lleva dentro un componente de reducción del otro a objeto del sufrimiento que tiene algo muy repugnante. La justicia social a veces parece la campaña de defensa de los animales amenazados, y cada vez que uno oye a esos justicieros nota la complacencia que sienten en la jerarquía que les da su bondad. Mejor dicho, que se demuestra en su bondad. Para mí es muy fácil detectar esas cosas, soy una víctima de la injusticia social, sigo sin saber por qué todos los que claman por la justicia social no reparten sus ingresos para que todos seamos iguales.

    Leí en su página que usted tiene 28 años. Créame que casi todo lo que dice se oía hace 40, 30, 20 años entre los universitarios de toda Latinoamérica, más marcado y obsesivo cuanto más pobre fuera el país. Los fundadores de las guerrillas fueron personas que tenían exactamente ese discurso, pero la historia no se cambia porque uno se dé cuenta de cómo es. Dentro de varias generaciones seguirán buscándose formas de repartir la riqueza que extrañamente no afecta a la riqueza de los repartidores.

  • Carlos
    20 julio, 2007 at 1:59 pm

    Daniel entiende todo mal o es un manipulador impresionante de las discusiones. Como se le ocurre pensar que los economistas qua economistas son tecnocrátas. Ni siquiera se le da por pararle bolas a la etimología del termino

    Vayamos al diccionario:

    «Technocracy («techno» from the Greek tekhne for skill, «cracy» from the Greek kratos for «power») is a governmental or organizational system where decision makers are usually highly skilled in organization management or another field. A technocratic government therefore is a government by experts.»

    El termino fue utilizado por primera vez en 1919 por William H. Smyth
    para describir un gobierno de cientificos e ingenieros

    Las criticas que se le hacen a los tecnocratas son por su visión estrecha de la sociedad (generalmente desde un solo punto de vista) y su tendencia a imponernos sus decisiones de forma autoritaria utilizando como pretexto o justificación su superioridad técnica. Además, los tecnocratas tipicamente carecen de legitimidad real para tomar esas decisiones, porque no han sido elegidos.

    La tecnocracia tambien fue un movimiento en los años 20.

    Tipicamente abogan por la educación estatal y el crecimiento cero (Cualquier parecido con nuestro aprendiz de ingeniro social, es pura coincidencia)

    Para ser tecnocrata se requiere mas que ser un experto en un campo. Se requiere una visión autoritaria de la sociedad, una voluntad de poder y el permanente uso de argumento técnicos para intentar ganar legitimidad como tomador de decisiones que afectan a miles de personas. Muchos economistas no son tecnocratas.

    Por otro lado me permito hacer una aclaración: Daniel Vaughan, además de deshonesto(suplantador de usuarios) y mentiroso, ahora se ha vuelto calumniador. Aquí ha lanzado acusaciones de que miento al decir que leído a North o que lo he fotocopiado. El porque hace este tipo de acusaciones si ni siquiera me conoce personalmente, esta mas alla de mi comprensión.

    Para aclarar el tema del libro de North («Para entender el proceso de cambio economico»), la edición que poseo es de la colección vitral y fue editado por el departamento de economía de la Universidad de los Andes y editorial norma. Fue impreso en Cargraphics S.A en Marzo de 2007 el isbn es 978-958-04-9979-4. Lo compré en la librería lerner en la calle 92 con 15 aquí en Bogota. El capitulo donde compara a Estados Unidos con America Latina se llama «las fuentes del orden y del desorden» y va de la pagina 151 a la pagina 167. El capitulo que explica el desarrollo de europa occidental se llama «el ascenso del mundo occidental » y va de las la pagina 185 a la pagina 210.

    Saludos,
    Carlos

  • Carlos
    20 julio, 2007 at 2:52 pm

    Tocayo:

    No le pare tantas bolas a Daniel cuando dice que usted fotocopió un libro. Es su manera peculiar de recordarle el estrato al que asume usted pertenece. Es pura intimidación y despliegue de su «complejo de triste bacán…»

    De bacán del Granada, no es bacán ni es nada.

  • Joaquin
    20 julio, 2007 at 3:19 pm

    Daniel:

    No le puedo negar que ud hace buenas discusiones y pone puntos interesantes de debatir. Lo que si le critico, es que la forma de hacer prevalecer sus argumentos o de intimidar es contar todo el tiempo que esta haciendo doctorado, que estudia en los Estados Unidos, que es de clase privilegiada. Ud quiere mostrarse como un argumento de autoridad.

    Ud es de los que cree que la panacea del buen vivir esta reflejada en los estudios y siempre sus tesis estan argumentadas con su nivel de estudios.

    Denigra del país y cree tener siempre la razón, se parece tanto al polo democratico que cree que la forma de hacer oposición es no estando deacuerdo con nada, criticar, criticar y criticar y no dar posibles soluciones.

    Yo estoy deacuerdo con ud en que hay que prepararse para gobernar o legislar el país pero no estoy deacuerdo en su manera de deslegitimar a las personas por el hecho de no ser académicos o científicos como ud les dice.

    Siempre escribe premisas y al tiempo se disculpa diciendo que solo está bromeando o que quiere ver como reaccionan las otras personas. Yo mas bien creo que se disculpa de antemano de algo que ud mismo cree que no esta bien. ¿Qué será?

    Bueno son solo algunas apreciaciones pero Daniel no haga valer sus tesis por su grado académico y por su posición social, mas bien deje que los otros se den cuenta cuando revicen sus argumentos. A mi modo de ver eso es un complejo.

  • Joaquin
    20 julio, 2007 at 3:51 pm

    Ah se me olvidaba. Totalmente con Alejandro y que suene el himno.

  • Daniel Vaughan
    20 julio, 2007 at 6:00 pm

    Jejejejej,

    Esto se puso bueno al final de la semana! ¿Carlos tiene recibos del libro? Eso sería evidencia: igual si uno lo fotocopia toda la información que usted da aparece. De hecho yo creo que para que no queden dudas usted debería tomar y colgar fotos de libro.

    Sobre tecnocracia, Carlos, por qué copia una cita en inglés? La del DRAE no le sirvió, me imagino. Ahí vi la que yo encontré online:


    tecnócrata.

    1. com. Partidario de la tecnocracia. U. t. c. adj.

    2. com. Técnico o persona especializada en alguna materia de economía, administración, etc., que ejerce su cargo público con tendencia a hallar soluciones eficaces por encima de otras consideraciones ideológicas o políticas.

    Erda… a quién le creemos?

    Bueno, miremos qué dice la entrada de wikipedia que nuestro colaborador libertario pegó:


    In this sense, it is often a provisional form of oligarchy, in which the economy is regulated by economists, social policy is decided by political scientists, the health care system is run by medical professionals and so on, with all of the various branches of the government working together and sharing knowledge to maximise the performance of each in as equal a way as is feasible. Often, the upper branches of government are organised by logisticians, as technocracy sees society as a fundamentally logistical system.

    Y bueno, para dejarnos de pendejadas, pongo a continuación lo que uno de los premios Nóbel de economía, George Stigler, dijo en su artículo titulado «Economics: The Imperial Science?»

    La verdad es que la economía es la ciencia social fuerte por excelencia. Los economistas ocupan los cargos públicos en educación, salud, crimen y violencia, comunicaciones, infraestructura, etc.etc.etc.

    Así que estoy de acuerdo con Carlos y con Jaime: el término originalmente significaba otra cosa. Sucede lo mismo con otras palabras, así que rastrear su origen etimológico, aunque interesante y divertido (para algunos) puede no ser lo más apropiado. El uso actual de la palabra tecnócrata hace referencia a los economistas, por las razones esgrimidas.

    Carlos, yo no abogo por crecimiento cero, por supuesto. Abogo porque seres humanos como usted se pregunten: ¿Crecimiento para qué?

    De hecho abogo para que se cuestionen todo. Ah, y es obvio que no toda persona que quiera educación pública es un tecnócrata. Mucho menos un economista. Mucho menos alguien educado: pregúntele al 50% pobre si quiere educación pública y revise su definición.

    Quedamos a la espera de las fotos del libro de North.

    DV

    pd. Yo debo confesar que como estudiante no hice más que fotocopiar libros en la universidad. Ahora crecidito, con ingresos míos, si compro libros. Así que Carlos, si quiere le paso mis fotocopias de la universidad.

  • Daniel Vaughan
    20 julio, 2007 at 6:19 pm

    Joaquín,

    Gracias por los comentarios.

    Yo no siento que utilice el argumento de autoridad que usted menciona: de hecho nunca he argumentado algo como «la verdad es esta, porque yo estoy haciendo un doctorado en economía».

    Hace muchos meses en este blog me preguntaron y respondí. En particular, en discusiones académica de mi campo, el estudio es un argumento de autoridad: pero yo nunca digo «yo estudié acá, ahora estudio esto, bla,bla,bla». Mis argumentos siempre son con cifras, estudios o históricos. Y por eso los otros economistas que habitan este blog nunca los discuten (con Alejandro hemos tenido un par de discusiones, de las que creo haber salido bien librado).

    Insisto, lo que yo hago no es importante. Lo importante es la calidad y contudencia de los argumentos y por eso discutir conmigo es facilísimo: la transparencia de lo que digo es tal que si alguien no está de acuerdo puede discutir inmediatamente.

    Cuando yo digo que soy de clase privilegiada lo hago de manera relativa: ni soy rico, y de hecho, tampoco soy de clase alta. Cuando digo que soy privilegiado lo digo porque pude educarme, y eso en Colombia, es un privilegio inmenso. Y por eso es que aprecio tanto el valor de la educación: ser educado le da poder para discutir con los ricos, y de hecho, ser educado pone a los ricos a sus piés, si usted sabe cómo hacerlo, y lo quiere. La educación le da libertad para debatir con autoridad, incluso si usted es un ciudadano de clase baja, media, media-alta o alta.

    Por otro lado, yo no denigro del país. Denigro del nacionalismo bobo: de sentirnos orgullosos de lo que hace Shakira, cuando estamos literamente jodidos en el país. De sentirnos orgullosos de lo que Manolo Cardona triunfa en Hollywood, cuando el 50% de los colombianos están jodidos. Ese patriotismo, ese nacionalismo, me parece bobo.

    Sobre lo de criticar, criticar y criticar sin dar soluciones es totalmente falso, pero probablemente en este blog no quede en evidencia. En este blog yo me he dedicado en intentar discutir las razones de todo, el por qué de todo. Encontrar argumentos lógicos falsos, o encontrar vicios en la argumentación. Además he intentado, sin mayor éxito, intantar hacer prevalecer la razón sobre los sesgos ideológicos.

    Sobre las soluciones, empiezo por entender que los problemas son complejos y que por lo tanto requieren estudio. Sobre mi visión crítica de la economía y sus fundamentos teóricos, lo invito a que lea el artículo en el que estoy trabajando ahora, y que puede descargar de mi página. Ahí verá que no me quedo en la crítica sino en la construcción de nuevo conocimiento. Puede estar bien, o puede estar mal: insisto, son problemas complejos, pero mi filosofía sobre la utilidad de hacer un doctorado es que vale la pena si usted va a crear nuevo conocimiento. Si no, va a ser un consultor exitoso, y a mi eso no me importa.

    Sobre los problemas de Colombia, mi visión es igual: los problemas son complejos y exigen estudio. De mis discusiones acá se dará cuenta que, al igual que Fajardo alcalde de Medellín, creo en el acceso equitativo a la educación como una condición necesaria para empezar a resolver los problemas más graves que hay en el país. Y bueno, partiendo de ahí, ahora estoy dedicado a estudiar esto. Este blog no es el escenario indicado para plantear hipótesis serias, aunque debo confesar que lo he utilizado como laboratorio para ver qué piensa la gente con posiciones ideológicas totalmente opuestas a las mías. Por eso disfruto tanto las discusiones acá.

    Pero bueno, esta discusión es extensa. De todas formas gracias por su honestidad y sus comentarios. Eso hace que esto no sólo sea divertido sino pedagógico.

    DV

  • Daniel Vaughan
    20 julio, 2007 at 6:42 pm

    Y bueno, sólo con el ánimo de discutir y seguir cuestionándonos cosas, copio a continuación un fragmento de un libro que ando leyendo ahora.

    El libro fue escrito por dos economistas reconocidos, aunque poco ortodoxos, Samuel Bowles y Herbert Gintis.

    El título del libro es controversial a morir: «Schooling in Capitalist America: Educational Reform and the Contradictions of Economic Life», escrito en 1976.

    El fragmento es el siguiente (p.54), las cursivas son mías.


    The unavoidable necessity of growing up and gettin a job in the United States forces us all to become less than we could be: less free, less secure, in short less happy. The U.S. economy is a
    formally totalitarian system in which the actions of the vast majority (workers) are controlled by a small minority (owners and managers). Yet this totalitarian systems is embedded in a formally democratic political system which promotes the norms— if not in practice— of equality, justice, and reciprocity. The strongly contrastic nature of the economic and political systems can be illustrated by the diametrically opposed problems faced in maintaining their proper functioning. For the political system, the central problems of democracy are: insuring the maximal participation of the majority in decision-making; protecting minorities against the prejudices of the majority; and protecting the majority from any undue influence on the part of an unrepresentative minority. These problems of «making democracy work» are discussed at length in any high school textbook on government.

    For the economic system, these central problems are nearly exactly reversed. Making U.S. capitalism work involves: insuring the minimal participation in decision-making by the majority (the workers); protecting a single minority (capitalists and managers) against the wills of a majority; and subjecting the majority to the maximal influence of this single unrepresentative minority. A more dramatic contrast one would be hard pressed to discover. High school textbooks do not dwell on the discrepancy.

    DV

  • Daniel Vaughan
    20 julio, 2007 at 6:46 pm

    Al que le interese revisar las hojas de vida y lo que han hecho como académicos estos dos señores, sencillamente miren en sus páginas web. No son militantes de un grupo guerrillero, ni de la izquierda democrática, o de una ONG. Son académicos reconocidos.

    Además han dedicado buena parte de su vida académica a revisar empíricamente si la educación ha servido o no para aumentar la movilidad social e intergeneracional. El libro muestra los estudios (hasta los 70s sobre esto), los datos, y las referencias. No es un manifiesto comunista ni mucho menos. Desde la publicación del libro han seguido trabajando en esto, y bueno, recientemente miraron qué tanto ha cambiado la evidencia. El artículo es este.

    DV

  • Maldoror
    20 julio, 2007 at 6:56 pm

    Daniel:

    Interesante el libro. Aunque lo joderán porque los autores son marxistas, seguramente.

  • Daniel Vaughan
    20 julio, 2007 at 7:47 pm

    Y bueno, así no sea cierto que todos los tecnócratas sean economistas (digamos que hay, no sé, politólogos tecnócratas, o ingenieros tecnócratas, o lo que sea tecnócratas) el punto es que todo economista es tecnócrata por su formación.

    Así que llamar a algunos economistas «tecnócratas» de manera despectiva o peyorativa es desconocer la formación que tienen los economistas. No es casualidad que los economistas tengan que ver más (y más profundas) matemáticas que los ingenieros por ejemplo, incluso al nivel de pregrado. La distancia con los físicos al nivel del pregrado tampoco es muy grande y al nivel de posgrado tampoco lo es.

    Así que en conclusión: todo economista es técnico. Llamarlo «tecnócrata» es una forma peyorativa que desconoce su formación.

    DV

  • Daniel Vaughan
    20 julio, 2007 at 8:19 pm

    Y bueno, como es viernes 20 de julio, cerremos una semana con más citas similares. Esta la tomo de Gezerlis, Alexandros (2003), «Libertarian Education and its Limitations», Democracy and Nature, Vol. 9, No.2


    Rosa Luxemburg once said: ‘If the entire population knew, the capitalist regime would not last 24 hours’. The question that immediately springs forth can be put as: ‘Is it plain co-incidence that the entire population does not know?’. Clearly, the answer is no. Modern society has almost always, almost everywhere been in a state of instituted heternomy, a state in which polity and the economy are separated from society, given that a minority of the poulation dominates (through the hierarchical institutions created by the system of the market economy and representative ‘democracy’) the rest of society. This domination does not mainly refer to the sheer force various elites can or do use to crush any opposition (although this ‘material’ dimension cannot be ignored) but to the fact that elites in each given society prevent the majority of society from knowing: modern hierarchical institutions, by being internalised by individuals, secure their self-perpetuation by insuring passivity and (in a circular fashion) respect for the existing institutions.

    (…) in reality, an interesting ‘paradox’ presents itself: modern hierarchical educational institutions strivfe to create obeying (and thus non-critical) individuals at the same time that growth within the market economy is in constant need for new scientific and technological advances (…) which obviously have to be made by critical and creative individuals who are educated in these same hierarchical institutions.

    DV

  • panOptiko
    21 julio, 2007 at 1:04 am

    La discusión sobre la tecnocracia está como inoficiosa. Como consta en la etimología, es una cuestión de poder, así que Daniel no es un tecnocrata por ahora. Tal vez una pupa. Pero a la vez está involucrado con todo el conocimiento experto, o educación terciaria. Si le añadimos que lo dice un tercero, generalmente en tono peyorativo o descalificador, puede que tecnocrata sea cualquier educado que aparente poseer poder.

    Y, perdóneme, pero eso de que los economistas ven más y más profundas matemáticas que los ingenieros, casi como los físicos (tal vez hasta más que los matemáticos – me hizo acordar de ese concurso del que se pareciera más al pato Donald que estuvo tan reñido que el pato donald quedó de segundo), no se como hace para juzgarlo – si es que vale la pena hacer esas distinciones. Pero puede servir para hacer uno de esos psicoanálisis que a usted le gustan.

    Aceptando la premisa matemática suya, podemos compararla con las preferencias de los estudiantes de colegio buenos en matemáticas: generalmente prefieren las ingenierías y las ciencias. Son pocas las personas que a nivel de pregrado entienden el aspecto matemático de la economía. Así que, a no ser que los ilumine el espiritu santo, es muy probable que las elevadas habilidades matemáticas no estén cayendo en las tierras más fértiles. Eso podría explicar algunas cosas.

    A nivel de postgrado la cosa es a otro precio, pero me pregunto que tan fácil es conseguir un título siguiendo modelos, métodos y software ya desarrollado, de ese copiar, pegar apretar el botón e interpretar a conveniencia un dígito o una gráfico ( o, tal vez, repetir las palabras del profesor).

    Todo para decir que de seguro si existe una élite que cumple lo argumentado, dentro de las que se encuentra Daniel, sin lugar a dudas, pero la generalización es odiosa. Es mejor creer en la personas, y Daniel no parece un mal tipo, con defectos como todos, pero tan expuestos al público que genera confianza.

    Carlos, ¿Qué es voluntad de poder?

  • Jaime Ruiz
    21 julio, 2007 at 2:13 am

    Hace un tiempo tengo una inquietud bien extraña: ¿será la mala comprensión de lectura un factor decisivo a la hora de dejarse llevar por un lenguaje falaz? Es decir, el problema cognitivo puede dar origen a un problema moral, o sólo es una manifestación de éste, es decir, que los desaprensivos no quieren entender, quieren entender mal y entienden lo que les da la gana? Veamos esto. Dice Daniel:

    Ah, y es obvio que no toda persona que quiera educación pública es un tecnócrata. Mucho menos un economista. Mucho menos alguien educado: pregúntele al 50% pobre si quiere educación pública y revise su definición.

    La pretensión de que los recursos salen del aire, característica de los científicos sociales objeetivos. Usted es pobre, usted piensa que el gobierno debe proveer educación gratuita, usted cree que la universidad pública gratuita o muy barata es una oportunidad para los pobres. Por eso es usted pobre, por pendejo.

    La universidad pública gratuita es una transferencia neta de recursos de los pobres hacia los ricos. Eso es una verdad que todo el que evalúa con sentido las cosas sabe y que con el cuento del derecho a la educación se oculta. Sólo es que entre tantos sobreentendidos de Daniel está el que los pobres no tienen más que lo que los buenos gobernantes les darían, sin fiarse del mecanismo democrático, donde los pueden engañar. ¿No hay algo grotesco en todo eso?

    Lo que he puesto en negrita no tiene el papel sellado de los protocolos académicos, pero es verdad. Los pobres preferirían sin duda tener educación de calidad que adoctrinamiento sicarial, y en un país como Colombia no sería el resultado de redistribuir el fruto del trabajo de nadie sino el producto del subsuelo, que de momento sólo sirve para rodear de lujos a la clientela de la izquierda democrática. Un gobierno honrado repartiría esos recursos en bonos por cada niño para que los padres pudieran llevar a sus hijos a colegios que pudieran evaluar y en los que se les prestara un servicio y no se los hiciera servidores.

    ¿Cuál es el interesante sobreentendido de Daniel? Que la plata es de los gobernantes, no de quienes se la ganan trabajando o de los ciudadanos. Hacen falta economistas chéveres que den educación a los ignaros a la mejor manera estalinista. Todo es cuestión de que los lectores son jóvenes, en 1960 el discurso era el mismo, las razones las mismas, etc.

    De modo que querer «educación pública», en los términos en que se entiende en Colombia eso, es querer que siga el adoctrinamiento criminal a favor de las estructuras de dominación de siempre. La falacia, estúpida y vulgar a más no poder, es que sin la sujeción a Fecode los pobres no podrían aprender a leer. No aprenden a causa de esa estructura de dominación, si se repartiera el presupuesto de educación en bonos la mejora en el rendimiento sería automática.

    De mis discusiones acá se dará cuenta que, al igual que Fajardo alcalde de Medellín, creo en el acceso equitativo a la educación como una condición necesaria para empezar a resolver los problemas más graves que hay en el país.

    ¡Qué buena persona! ¡El acceso educativo a la educación! Ahí es donde se ve la diferencia con los demás políticos, que ante todo exigen nada de acceso educativo a la educación. Pero ¿cuál acceso educativo a la educación puede haber si los hijos de los fecodistas tienen asegurada la universidad casi gratuita porque las víctimas de los fecodistas sólo «aprenden» a tirar piedras para conseguir prebendas para sus profesores y a pensar que en la historia humana la desigualdad económica es una anomalía provocada por los gringos? Lo que impide siquiera remotamente el acceso educativo a la educación es el dominio de esos parásitos.

    En fin: los recursos no son de los que trabajan sino de los que saben y su fórmula es «denme su plata para que yo eduque a los hijos de todos». La demagogia ya llega a ser cursi: ¡Acceso equitativo a la educación! ¡Lucha contra la corrupción!

    Bueno: cursi, cursi. Los planteamientos de los teóricos que escriben en inglés son de un nivel que muestra cuánto saben lo que saben y cuán penosa es nuestra indigencia:

    The U.S. economy is a formally totalitarian system in which the actions of the vast majority (workers) are controlled by a small minority (owners and managers).

    Lo que se dice totalitarian, Virgen Santa, es que ni Herodes ni Gengis Khan eran tan totalitarian. Uf, Bah, ni el mismísimo Nerón. Y esas bellezas técnicas, esa cautela y elegancia del lenguaje, vastas mayorías y pequeñas minorías, propietarios y gerentes controlando a los obreros…

    Ser colombiano es no percibir eso como bazofia. Seguir la cadena de inferencias por la que la propiedad es totalitaria como un amable razonamiento democrático y liberal sin sonreír y sonrojarse a un tiempo. Y percibir la adhesión de la ciencia encarnada a esas valiosas premisas morales como algo tolerable.

    De algún modo cualquier decencia intelectual tiene que concebirse como «descolombianización».