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El lío de las universidades públicas

Miles de estudiantes, con libros en la mano y determinación de cruzados, colmaron esta semana las calles bogotanas en defensa de las universidades públicas. La Universidad Nacional y algunas universidades regionales decidieron cerrar sus puertas ante la vehemencia de las protestas. Incluso algunos estudiantes de secundaria sumaron sus mutantes voces (siempre prestas a repetir estribillos) a las ruidosas denuncias. No sé cuántos de los manifestantes habrán reparado en las razones de su indignación. Pero, mirado desde afuera, todo este asunto luce exagerado. O, al menos, sobrecargado de emociones. Las graderías están llenas de espectadores vociferantes pero el partido ya terminó. Sin grandes emociones. No obstante la gritería continúa. Como siempre, la inercia del corazón supera a la de la razón.

El origen de las protestas es un confuso artículo incluido en la Ley del Plan de Desarrollo, aprobada recientemente por el Congreso, que dice, palabras más, palabras menos, que el Gobierno y las universidades públicas del orden nacional concurrirán en el saneamiento de las deudas pensionales. El artículo no dice nada sobre cuánto aportará el primero y cuánto las segundas. Durante el trámite de la ley, el Gobierno dio versiones contradictorias sobre el objetivo del articulito. El Ministerio de Educación decía una cosa; el de Hacienda, otra; Planeación Nacional no decía nada. La ambigüedad oficial despertó dudas. Alimentó sospechas. Y contribuyó a crear la sensación de que el Gobierno tenía el propósito oculto de transferir una buena parte del pasivo pensional a las universidades, lo que pondría en riesgo su viabilidad financiera, comprometería sus objetivos misionales y obligaría a aumentar las matrículas.

Pero esta semana se han revelado las intenciones del Gobierno. O, al menos, se han moderado sus pretensiones. El Gobierno Nacional seguirá asumiendo entre 95 y 98% de los aportes destinados a atender el pasivo pensional. Aparentemente el articulito en cuestión estuvo motivado por un exceso de santanderismo, por un prurito de ortodoxia jurídica. El artículo 131 de la Ley 100 de 1993 autoriza al Gobierno a realizar aportes a las universidades públicas del orden territorial, pero no a las del orden nacional. Y el Gobierno quiso utilizar el Plan de Desarrollo para darle un soporte legal a lo que ya venía haciendo, para legalizar una situación de hecho. Probablemente el Gobierno quería también llamar la atención acerca de la magnitud del problema. Y exigir una mayor transparencia en las cuentas pensionales. Pero los objetivos eran más de forma que de fondo. En suma, una discusión formal se convirtió en un problema mayor por cuenta de la improvisación del Gobierno, de la susceptibilidad de las universidades y de la misma crispación ideológica del país.

Pero más allá de las intenciones del Gobierno y de la confusión reinante, la vehemencia de las protestas contrasta con la pasividad de los estudiantes ante los abusos pensionales y ante la misma corrupción de muchas universidades públicas. Algunas universidades se convirtieron en pensionaderos ante la mirada complaciente e indiferente de sus estudiantes. Las mesadas de varios millones nunca suscitaron protestas airadas. El desgreño administrativo nunca mereció denuncias: ni propias, ni ajenas. Pareciera que los rivales abstractos (el Estado, el neoliberalismo, etc.) fuesen muchos más enervantes que los enemigos concretos (los politiqueros, los corruptos, etc.).

Al mismo tiempo, algunos de los manifestantes sufren (y me perdonarán la cacofonía) de insolidaridad intergeneracional. El crecimiento del pasivo pensional no los inmuta. Sus efectos sobre el gasto social del futuro los tiene sin cuidado. Sólo el presente figura en sus cavilaciones. Pero, tristemente, serán las generaciones futuras (allí están, esas son) las que terminarán pagando la pensión.

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  • Anónimo
    19 mayo, 2007 at 5:09 pm

    Julio.

    Es increible la ignorancia de la juventud, por que mientras protestan para que Sus Profesores resivan mas plata inmerecidamente, ellos seran los que pagaran los platos rotos gracias a las Excesivas prebendas de su Profesorado, que por cierto, se creen con el legítimo derecho de exigir sueldos del primer Mundo enseñando educación del quinto Mundo ¿Manipulacion? No encuentro otra respuesta cuando se trata de niños, sobretodo cuando estos respetan demaciado a sus Profesores crellendo que estos los estan guiando por el camino del bien ¡Un crimen! Eso es lo que hace FECODE con nuestra juventud.

  • lelo69
    19 mayo, 2007 at 5:11 pm

    Mamertos, vivos e idiotas utiles..

    La máxima aspiración de muchos profesionales era trabajar en la Universidad del Atlántico, pero esa aspiración no tenía nada que ver con el hecho de pertenecer a la academia. El interés predominante siempre fue “sembrarse” como funcionario mediocre para vivir de un sueldo bastante bueno y asegurar una pensión vitalicia.
    Los profesores y funcionarios han defendido con muchas estrategias sus beneficios y una de estas es el discurso hipócrita del neoliberalismo y todas esas “pavadas”. Desafortunadamente el gobierno no es tampoco ejemplo de moralidad lo que sirve de pretexto para tirar piedra, capar clases y cantar consignas.
    Pero también es justo reconocer las ejecutorias de muchos que trabajan por el crecimiento del país calladamente y que son victimas de las guerras y mafias internas de las universidades publicas

  • Maldoror
    19 mayo, 2007 at 5:20 pm

    Vuelvo y pregunto…¿Cuanto gana un profesor promedio en las universidades públicas? Satanizarlos es muy fácil…más interesante sería discutir con cifras en la mano

  • Jaime Ruiz
    19 mayo, 2007 at 5:32 pm

    En tiempos del Caguán se leían en la prensa las declaraciones de Pastrana y uno se quedaba con la impresión de que realmente él pensaba que Tirofijo era alguien que sencillamente no había tenido la oportunidad de ser él pero que estaría encantado de írsele asimilando un poquito. Eso mismo siento cuando leo que ya terminó el partido y las graderías siguen vociferando. ¿Cuál fue el partido que terminó? ¿Alguien recuerda los motivos de participación en el movimiento estudiantil de las décadas de 1960, 1970, 1980 y 1990? Siempre era un pretexto así, a menudo un lío mucho más insignificante en una universidad y el problema era convocar suficiente apoyo para la causa de fondo, que es la garantía de privilegios para los universitarios a través de la revolución socialista o de la amenaza de levantarse para provocarla. Los muchachos no están preocupados por la posibilidad de pagar más matrículas (cosa que en realidad les correspondería precisamente a los estudiantes del futuro), sino que están henchidos de sensación de poder en cuanto masa (ver Elías Canetti) y en cuanto masa ebria de misión histórica («Uribe, paraco, el pueblo está berraco»). Un tipo que publicó amenazas de muerte para los blogs que hemos defendido al gobierno aparecía ayer firmando un comentario al editorial de El País de Madrid: ¡a nombre de los colombianos honrados y decentes! (Es el mismo que cuando un bloguero creó una imagen con la leyenda «Yo rechazo a las FARC» puso «Yo rechazo al DAS».) La recuperación de los diez secuestricos diarios se presenta como la gran misión regeneradora de la nación, Dios mío, ¡precisamente porque ahora se sabe lo que ocurría antes de que Uribe ascendiera a la presidencia! Es decir, lo que producen décadas de movimiento estudiantil al que se llamaba cada semana con algún pretexto ridículo (alguna opinión de un profesor, la solidaridad con el rechazo a la opinión de algún profesor en otra universidad, el apoyo a una huelga…).

    La huelga estudiantil es un acto de rebelión contra el gobierno promovido por los mismos que mandan a los «capuchos» a matar policías. Me he enterado de que para la manifestación del 23 de mayo, que esperan que sea insurreccional (y tal vez amenizarán con una bomba de las FARC contra los manifestantes, que atribuirán al gobierno, naturalmente), ¡la convocaba por correo electrónico la Vicerrectoría Académica de la Universidad Nacional!

    Algo idéntico se me ocurre con lo de la «insolidaridad intergeneracional». El estudiante que participa en la lucha complace a sus profesores (beneficiarios de las pensiones tempranas), figura como líder y activista político, establece contactos que después le servirán para prosperar en cualquier cargo público. Consigue novio o novia, cosa que es de lo más importante y que sólo debería evaluar quien haya participado en esas manifestaciones. ¿Qué habría de ganar el estudiante huelguista contrariando el interés de sus profesores y del movimiento político que expresa la universidad y precisamente, en el largo plazo que tanto interesa a los profesores, el suyo propio de formar parte de una fuerza de presión, temible y autorizada, a fin de garantizarse privilegios? Como bien habría visto Martha Harnecker, antes que nada funciona la solidaridad de clase, y el mecanismo de las universidades públicas consiste en cooptar a jóvenes de las clases medias y bajas para que defiendan el interés de las camarillas que dominan la universidad (y la sociedad). Todo eso funciona perfectamente y ocurre que en realidad el tirapiedra de 1970 lleva 15 años cobrando pensión y probablemente todavía está trabajando en otro sitio y sea cual fuere su origen hoy es de estrato 5 ó 6. ¿Que eso es bastante poco en comparación con vivir en un país menos bárbaro? Seguramente, pero es como decir que el motor de explosión habría aliviado muchos sufrimientos a los vasallos del imperio inca.

    Hay algo de eso que se me hace como falta de un sentido para entender las raíces del delito. Lo que a todos nos convendría es ser disciplinados y esforzados y soñadores para emular a Einstein o a Mahler. Como se trata de Colombia, las ambiciones de los jóvenes no van más allá de asegurarse el mando (y los placeres y las seguridades a largo plazo) mediante la violencia. Podría predicárseles algún esfuerzo intelectual superior, siempre sin éxito mientras se dé por sentado que van a tener per se aspiraciones nobles. CUN, CUN-dinamarca. La inquisición lingüística a veces resulta imprescindible, a veces la ausencia de un prefijo nos traslada a otro planeta.

  • Maritza
    19 mayo, 2007 at 6:09 pm

    Es la realidad. Se le agradece al columnista su objetividad en la información. Se requieren mas intervenciones en este sentido, con el fin de que la opinión pública sepa los motivos de las protestas universitarias.
    Si algo he entendido es que una institución de educación superior no debe depender de los aportes del gobierno. Eso la hace mediocre e ineficiente. En Colombia los profesores no entiendes que son empleados de una empresa y como tal deben hacerla funcionar a través de resultados. El gobierno debe hacer su aporte en cuanto a inversión en investigación pero no directamente a la U.
    Saludos y los quiero mucho

  • Alejandro Gaviria
    19 mayo, 2007 at 6:14 pm

    ¿Cuál fue el partido que terminó? pregunta Jaime. Pues el partido de las pensiones. Ya el Gobierno abrió las piernas, ya el balón pasó por debajo, y ya las pensiones de los docentes universitarios son una deuda más (3 billones dicen en la Unal, pero yo creo que llegan a 5 billones) a cargo de las generaciones futuras.

    En fin, el campeonato no ha terminado. Pero este partido ya se perdió.

  • Jaime Ruiz
    19 mayo, 2007 at 6:20 pm

    Alejandro, gracias por su respuesta: «a cargo de las generaciones futuras» que no tengan asegurados empleos y rentas. En realidad si las muchachas de estratos bajos tuvieran oportunidades sería un problema para los doctores, más caros los servicios domésticos y sexuales. Ordeñarlas (perdón por la indecencia del ejemplo) para pagar pensiones de los amigos bien relacionados (el nombre correcto del país es Colambia) también es una buena forma de tenerlas sometidas, y de paso a sus hijos. ¡Lo que es tener visión de largo plazo!

  • Pedro Mendoza
    19 mayo, 2007 at 6:49 pm

    Al leer los comentarios me pregunto como es posible que exista tantas injusticia en Colombia ¡Como es posible que los Profesores se lleven cinco billones en mesadas pensiónales cuando hay tanta hambre en el país! Sin contar con la cantidad de billones que se llevan en sueldos en periodos cortos, por enseñar como desangrar al Estado y como si fuera poco también terrorismo, este ultimo termino comprobado por el mismo Presidente de la Republica cuando era estudiante de la Universidad de Antioquia y según el Presidente dentro de los que enseñaba terrorismo con mas ahínco se encontraba nada menos de Carlos Gaviria, personaje que tiene el cinismo de hablar de lo social y de asegurar que Colombia carece de democracia por que existe miseria. Ahí están pintados esos salvajes, creyendo que mandar a matar de hambre o con fusiles y bombas de forma refinada los excluye de culpa.

  • Felipe
    19 mayo, 2007 at 7:26 pm

    Alejandro, muy buen artículo. Uno de los hechos más repudiables de estas protestas fue que se usaran niños de colegios públicos. A veces se comete el error de excusar a los universitarios porque muchos profesores y sindicatos son sumamente manipuladores; pero pues eso es culpa de los estudiantes por ser unos idiotas útiles. Ya están muy grandesitos y pueden averiguar e informarse. Pero bueno, es importante tener en cuenta que muchos jóvenes y sindicalistas viven convencidos que el culpable de todos los males es el neoliberalismo. Andan repitiendo como loritos.

    Pero que pongan a marchar a niños menores de 15 años, chantajeandolos con el cuento de que «capan» clase, si es verdaderamente vergonzoso y debería ser condenado. Cuando uno los oye a todos gritar «Uribe Paraco el pueblo está berraco», le queda la duda de cuántos de verdad entienden la situación. Y cuántos simplemente están contagiados por las masas y cantarían lo que fuera.

    Alejandro, muy bueno su punto sobre rivales abstractos y enemigos concretos. Lo de la insolidaridad intergeneracional es un mal que abunda en sectores de la izquierda.

    Si la verdadera intención del gobierno fue que las universidades públicas dejaran de ser «pensionaderos», me parece excelente.

  • jhon
    19 mayo, 2007 at 9:54 pm

    Es cierto pareció exagerado desde afuera, la pregunta que debe surgir entonces es, por que el descontento?, es la gota que rebaso la copa? si no somos capaces de encontrar en ello signos claves de la situación entonces no vale la pena discutir si es razón o corazón, si se acabo el partido o no…
    o es que ese afuera ya esta demasiado lejos

  • LUZR
    20 mayo, 2007 at 2:48 am

    Cuanto lamento su ignorancia y la de los comentaristas de esta columna, es mas, me pregunto si vale la pena escribir a personas con semejantes pensamientos estas palabras, pero he decidido perder mi tiempo con ustedes para que se hagan algunas reflexiones:
    1. En primer lugar señor columnista, por que usted y todos los demas periodistas son tan superfluos en sus comentarios?, por que no hay una disciplina de investigación antes de escribir cualquier reglòn o hacer afirmaciones en un medio de comunicación masiva?, que irresponsabilidad con los receptores de la comunicación, ¿por que antes de hacer ese, dicese análisis de la situación de las Universidades, afirmando que son exageradas y sobrecargadas de emociones, no se preocupo por lo menos por informarse?, ayer mismo se realizó una reunión del rector de la Universidad Nacional y sus profesores, en donde se realizó una discusión respetuosa y argumentada de las negociaciones o mejor de la reunión que se hizó con el presidente de la república, ¿por qué no asistió? o si no tenía tiemo, ¿por qué no pidió la relatoria y se informó de la realidad o no entrevisto a las diostintas partes involucradas en el problema? y si se permite conceptos ligerios, apriori y poco profundos. ¿Donde muestra usted en su artículo cifras de lo que significa que un compromiso de gobierno sea trasladado al ya menguado presupuesto de las Universidades publicas?, ¿donde hace un análisis del autofinanciamiento actual de la Universidad (debido al respeto y confianza que la Universidad a ganado gracias a la seriedad y responsabilidad con que maneja sus contratos)?, ¿donde muestra los indices de calidad académica ( resultados de ECAES, proyectos de investigación y extensión, artículos, libros y demas documentos publicados) Versus el presupuesto asignado a la educación SUPERIOR pública?.

    Adicionalmente a su ligereza, sus afirmaciones hacen que sus lectores se hagan ideas erroneas como: «por que mientras protestan para que Sus Profesores resivan mas plata inmerecidamente» ( en este parrafo, transcrito, textualmente, se puede ver la calidad de sus lectores), en ningun momento los estudiantes han protestado para que sus profesores reciban mas dinero, la razón de la protesta es por que el gobierno nacional no quiere asumir sus obligaciones como empleador y apropiar los recursos del pasivo pensional que tienen las universidades de indole nacional.Ademas, Lamento que todos sus lectores confundan a los profesores universitarios con los profesores de colegio, pertenecientes a FECODE y que según ellos tienen muchos beneficios, los profesores de la Universidad Nacioanl de Colombia no gozan de ninguna prebenda laboral, son regidos por un estatuto docente que exige unos requisitos mínimos ( Tener un excelente curriculum como estudiante, tener titulos de posgrado preferiblemente doctor y trabajar 44 horas a la semana, no solamente dictando clases sino realizando investigación y proyectos para la comunidad) y con todo esto el salario promedio de un profesor con una carrera docente de 10 años, y con las calidades profesionales ya expuestas, es de cuatro millones de pesos.
    En cuanto el comentario «Si algo he entendido es que una institución de educación superior no debe depender de los aportes del gobierno. Eso la hace mediocre e ineficiente. En Colombia los profesores no entiendes que son empleados de una empresa y como tal deben hacerla funcionar a través de resultados. El gobierno debe hacer su aporte en cuanto a inversión en investigación pero no directamente a la U», definitivamente se termina de establecer que sus lectores y comentaristas están poco informados, la salud, la educación y todas las demas inversiones sociales deben ser deberes de un gobierno democrata y serio y sino por que no consultan quien financia la educación superior en la Comunidad Económica Europea, adicionalmente por que la lectra no se informa de la productividad y la calidad de la educaciónde de la universidades publicas del país? PARA INFORMARSEN PUEDEN CONSULTA las paginas del ICFES y de Colciencias allí pueden investigar quienes tienen los mejores calificaciones académicas e investigativas, y quienes hacen investigación seria en este país, con el precario presupuesto que se asigna para este item (si lo desconoce, puede averiguarlo en la página web de la CIA).

    El señor Jaime Ruíz, como muetra su escrito y su foto, no merece ningún comentario
    Creo al final de este escrito,que he perdido media hora de mi vida, tratando de hacer que personas desinformadas y ligeras en sus afirmaciones reflexionen .

  • Jaime Ruiz
    20 mayo, 2007 at 5:25 am

    Creo que el comentario anterior muestra la productividad de las universidades públicas, en particular en Filosofía y Letras. Una perla (dejemos bellezas como «informarsen», «a» por «ha», «resivan» etc.): «en ningun momento los estudiantes han protestado para que sus profesores reciban mas dinero, la razón de la protesta es por que el gobierno nacional no quiere asumir sus obligaciones como empleador y apropiar los recursos del pasivo pensional que tienen las universidades de indole nacional».

    La honradez intelectual se percibe en hechos como que «resivan» se pone en la cita de Alejandro. Después sí puede escribir bien «reciban».

    Ah, y yo conozco a un profesor que da unas diez horas de clase a la semana y tiene muchísimas otras fuentes de ingresos. Las otras 34 horas las dedica a preparar las clases. Supongo.

  • j.
    20 mayo, 2007 at 8:19 am

    «La honradez intelectual se percibe en hechos como que «resivan» se pone en la cita de Alejandro. Después sí puede escribir bien «reciban».»

    No es por molestarlo, Jaime, pero el recivan que citan no viene de un texto de Alejandro sino de uno de sus comentaristas, el primero de este foro, un tal Julio. Revise y verá.

  • Anónimo
    20 mayo, 2007 at 8:45 am

    luzrl: bienvenido al mundo de los blogs uribistas,esta es la realidad de acuerdo al prisma deformante,de los mesias academicos y seudo academicos que pontifican y hablan excatedra.
    bolombolo rules ok.

  • Anónimo
    20 mayo, 2007 at 5:47 pm

    Quisiera dejar mi opinión sobre la influencia de los profesores en la juventud. Muchos afirman que los alumnos que siguen las ideas Izquierdistas lo hacen por que llevan esa ideología impregnada en la sangre. Lo que se denomina como ideología Izquierdista en Colombia, es la idea de vivir bien trabajando poco o no haciéndolo, por ese motivo muchos jóvenes renuncian a prepararse para competir en el mercado laboral o empresarial todo por tirar piedras y protestar con el único propósito de hacerse notar por los jefes de la Izquierda, que seguramente les abrirán espacio en el mundo del vampirismo. Esa parte es cierta, pero que nadie me venga a negar que otra cantidad de jóvenes sean influenciados por sus maestros, psicológicamente ese tema se puede comprobar y quien lo niegue también podría afirmar que la llegada y extensión de hitler por Europa se debió a sed de sangre que llegaron a tener los europeos de esos tiempos. La influencia psicológica es real y por ese motivo debe existir una ley que les prohíba a los maestros hablar de política en Colegios y Universidades con sus alumnos.

  • Lanark
    21 mayo, 2007 at 2:05 am

    «Me he enterado de que para la manifestación del 23 de mayo, que esperan que sea insurreccional (y tal vez amenizarán con una bomba de las FARC contra los manifestantes, que atribuirán al gobierno, naturalmente)«

    Es curioso cómo el mismo Jaime ha exclamado ¡AMENAZA DE MUERTE, AMENAZA DE MUERTE! por mucho menos que esto

    ¿será que hasta allá llega el brazo justiciero de Jaime Ruiz?

  • vulturno
    21 mayo, 2007 at 2:05 am

    Por primera vez me pongo a opinar en el blog de Alejandro Gaviria, pero ya he seguido de antes su labor de opinador y analista. Sus aportes acerca del tema no son triviales, pues es con la DNP que las universidades estatales tienen sus más crudas controversias sobre presupuesto. Por supuesto que siempre se dirimen en el parlamento y, como cualquier tema de política fiscal y gasto público, se transfigura después de negociaciones con los políticos regionales, para llegar a manos de los viejos jeques como Renán Barco, quienes dicen esto se puede, esto todavía no, cambiemos de tema. No es cierto que la Nacional haya cerrado sus puertas. Reprogramó el calendario académico para acomodarse a la situación del paro y le quita a éste (particularmente a la tiranía de la llamada asamblea triestamentaria) su principal orgullo: los auditorios llenos por las mañanas (mayoritariamente de quienes quieren saber cuándo acaba la cosa) y su ficción de mayoría.
    Coincido con el columnista en que el gobierno no consiguió la pretensión de la redacción original del artículo y que la negociación arrojó una situación idéntica a la actual, la concurrencia, la cual tampoco es del gusto de las instituciones de educación superior.
    Entiendo que el dato de los tantos billones del pasivo pensional sale de un cálculo actuarial (cuánto se desembolsará en pensiones a los profesores y empleados vinculados antes de la ley 100, de aquí a que se mueran todos, traído a valor presente) que sirve también de referencia para el gobierno, no sabía que fuera el dato que «… dicen en la Unal».
    De acuerdo totalmente con la conclusión. Es más, la pienso llevar para reforzar algo que he venido reclamando a los paristas con quienes he dialogado y me recuerda algo que afirmé en un foro de laneros.com. Se vuelve un derrotero de patria o muerte la elección directa de rector y decanos (embeleco político de ciertas militancias), pero se hace sistemática ausencia en los procesos de concurso docente (la rectoría solo dura 3 años y no es tan omnipotente, pues muchas instancias externas e internas la modulan; en tanto una carrera docente dura más y tiene un impacto más concreto en la academia). Se acusa a las recomendaciones de organismos multilaterales de conspirar contra la calidad, pero no se actúa contra formas prácticas de degradarla, como el fraude académico. Se insinúa que la concesión de determinado servicio (una cafetería, la administración de alguna actividad cultural, etc.) a un operador privado constituye privatización de la Universidad, pero se condesciende con el creciente fenómeno de las ventas informales, actividad que necesariamente tiende a comportamientos mafiosos, apropia bienes de la Universidad para provecho particular y no reconoce a ésta ni siquiera un mínimo compromiso contractual.
    Jaime:
    Sin perjuicio de la validez de sus tesis sobre la inspiración de estos movimientos, la mayoría de la juventud participante en ellos está de turismo chévere por esas cosas y cambiará de tema en unas semanas para nunca más volver a hacerlo. Posiblemente nunca se entere de la agenda a la cual sirvió ni le interese, ni le saque provecho clientelista. Hay una sutil diferencia generacional con lo que usted o yo conocimos. De hecho, cuando fue mi turno en las tarimas y las marchas, siempre hubo alguien de cualquier inclinación ideológica que lo trancara a uno en su mediocridad y existía fascinación por el reto intelectual. Hoy cualquier aparato vive un gran momento en crecimiento cuantitativo por cuenta de una actitud existencial adolescente impermeable a la provocación del debate. Hace unos años a muchos les oí decir que si había segunda vuelta esto se iba a guerra civil, les pregunté por qué y me voltearon el jopo simplemente. Los de los bloqueos son la misma cosa.
    Siempre que se invita a paro cívico nacional se evoca el tema del paro insurreccional; equivalente para la política revolucionaria del bartolazo en el fútbol, solo que con nula probabilidad de éxito. Sin descartar lo anotado por Jaime, yo he visto es muchas pistas sobre el componente electoral de la jornada. Muchos de los estudiantes caídos de los setentas y tempranos ochentas cayeron en año de presidenciales o en mitacas; principalmente en pedreas próximas a elecciones. Muchos de los paros y manifestaciones del fin del mundo se programan hoy ante la proximidad de elecciones de juntas directivas de sindicatos. Lo de llevar niños a gritar madrazos es una muestra de la inmensa crisis interna y la debilidad de la ADE (y en el paro de los colegios sí que es claro el tema de las elecciones a la alcaldía).
    Lo del profesor que trabaja menos horas de las que dice el contrato, es cuestión de que Jaime si quiere mande el dato a la oficina de personal o al comité de asuntos docentes de la respectiva facultad. No todas las horas de docencia ocurren en la clase, de hecho sí es válido justificar cierta proporción en preparación de clases y calificación de tareas y exámenes. No importa que lo hiciera como anónimo, en la Universidad todo rumor es cierto por defecto y los anónimos se desarrollan. Eso sí, sería bueno saber qué proporción del cuerpo docente, o qué porcentaje de la nómina, corresponde a esos casos extremos. En la Nacional existe corrupción, no en las escalas de ciertas universidades de región, pero existe y me parece urgente confrontarla.
    No me consta lo del vicerrector invitando al paro; ya me metí en que todo rumor es cierto, pero por lo menos a mí no me llegó tal especie al correo.

  • Alejandro Gaviria
    21 mayo, 2007 at 2:32 am

    vulturno: muchas gracias por sus comentarios. Clarifican varios puntos y dan una visión informada de los problemas y la discusión.

  • Anónimo
    21 mayo, 2007 at 10:15 am

    Qué sería de la WEB 2.0 sin un personaje como Jaime Ruiz?

    Lee, participa, comenta en medios de todo el mundo, en medio centenar de blogs con aún más largos que los mismos post del autor del blog.

    Así ¿Cómo va a tener tiempo acabar un libro de Vallejo, para documentarse un poquito en los temas de los que opina?.

    Solo le basta el prejuicio y una conexión a internet. Cómo lo siento por su santa esposa!

  • Lanark
    21 mayo, 2007 at 1:23 pm

    Vulturno: Estoy seguro que tu posición es la posición mayoritaria de los estudiantes, aunque desde luego la mayoría no la tenga tan clara. Sin embargo, la mayoría protesta. Eso se puede explicar en parte trayendo a cuento esa especie de instinto de banco de peces al que se refiere Jaime citando tan cómicamente a Elias Canetti. El que no tenga la menor idea de cómo es el medio académico, puede decir que también es porque los profesores les han lavado el cerebro a decenas de miles de estudiantes.

    Pero hay que reconocer que es un error confundir cualquier protesta estudiantil con los capuchos mañosos, que cuando son estudiantes suelen caer en el 10% con peor rendimiento académico (cuenta alegre con una muestra de 5 capuchos y unos 500 estudiantes que llegué a conocer de vista). Y en muchos casos, no son estudiantes en absoluto. Los que no son estudiantes caen, según creo, en tres categorías: un tercio son tiras infiltrados, un tercio son delincuentes peligrosos, desde jíbaros (vendedores de droga) hasta guerrilleros. Y el último tercio son fracasados que alguna vez fueron estudiantes pero perdieron el cupo por mal desempeño, y no pueden o quieren dedicarse a otra cosa que el jueguito de la rebeldía.

    Ahora bien, la protesta cada vez tiene un componente menor de capuchos, o incluso de «socialbacanos», y más de estudiantes comunes y corrientes, que sí sienten que la inquina de la derecha contra la academia está tomando proporciones peligrosas. Jaime Ruiz es un marginal, como él mismo lo dice, pero es una muestra de a dónde puede llegar ideológicamente la derecha si coge vuelo. Bueno, no exactamente: probablemente haya también un componente religioso tipo Opus Dei que a Jaime le falta.

    Los estudiantes comunes y corrientes son jóvenes comunes y corrientes, y no se me hace extraño que se tomen todo a juego y busquen novio(a) en la protesta. Pero me atrevo a espcecular que protestan porque tienen una idea (así sea vaga) del valor de la universidad pública, y sienten que está siendo amenazada.

  • vulturno
    21 mayo, 2007 at 5:50 pm

    Lanark:
    Yo creo que mi paso por el activismo fue del tipo menos racional que hay, del más desinformado. Yo fui de los que compró el cuento del «uso público de la razón», de los que estamos más muertos que Kant. El tipo consecuente con su oficio de político no se espera a madurar un concepto, a destacar una paradoja, a analizar una situación inesperada. El cuadro profesional tiene metas bien mundanas: que se «enchuspe» cierta cantidad de nuevos pichones, pintar cierta cantidad de murales de propaganda, que se pueda hacer una marcha grande para poner la foto en la cartilla del próximo congreso. Esos sacan la mayor relación beneficio / gasto de cerebro. A cambio reciben carita feliz, camiseta del Ché autografiada, viaje a alguna república liberada y, bajo ciertas chapas, retribución salarial.
    El paro sí estaba programado de antes. Curiosamente la participación masiva espontánea desborda a veces el repertorio del funcionario del aparato y, a pesar de haberse preparado para dos paros cortos separados por tres semanas, tiene que atender la situación. Por supuesto tiene la ventaja de tener ya impresos la cartilla y el formulario de enchuspe, de poder ofrecer charlas improvisadas (llenas de consignas y tergiversaciones) de funcionarios más viejos, para la dizque formación y el paquete de las inefables tareas. El tema de mayor profundidad es si la marcha sale por la 26 o por la 45.
    No se disputa la participación en una comisión negociadora, pues la economía es cifras, las cifras matemática y normalmente escogieron carreras que no exigieran regla de tres. El mejor ejemplo son las absurdas batallas por hacer una pinta en las paredes del BanRep (para que la borren menos de una hora después). Yo decía a manera de broma que ahí debíamos gritar consignas concretas, así fuera un juego de palabras bien bobo como abajo la banda y el encaje. Pero todo se quedaba en «los que roban la nación», aerosol, petos y cabezas rotas.
    Resumiendo, mi tema es que al menos con quien hable adquiera algunas nociones sobre lectura crítica y buenas prácticas de debate. Los que programaron paro no van a cambiar de actitud, pero la multitud es funcional a su agenda y la Universidad utilizada para ello. A mí la Universidad me permitió vivir la controversia, la crítica, la diversidad de miradas. Creo que retribuyo un poco desarrollando la discusión allá y en esas he tratado de andar, solo que tengo asuntos que atender. Reconozco la protesta en curso y por eso discuto con ella, pero busco su cualificación, la cual va en contravía de ciertas agendas y pasa por decirle a la multitud cosas que no quiere oír.

  • Carlos Lopera
    22 mayo, 2007 at 2:21 pm

    A partir de junio 1, espere en http://www.universidad.edu.co un informe especial sobre la situación financiera de las universidades públicas en colombia

  • Carlos
    22 mayo, 2007 at 10:01 pm

    La verdad es que Alejandro ha sido muy valiente en escribir esta columna que le puede crear enemigos de por vida en sectores muy poderosos de las universidades públicas que tienden a maquillar sus busquedas de rentas con discursos de izquierda.

    La propuesta del gobierno tal vez buscaba una mayor responsabilidad en el manejo de los recusos por parte de las Universidades Públicas pero esto pisa callos en ciertos grupos de interes, en especial la burocracia que maneja esos entes.

    El problema pensional en Colombia es muy grave. Si uno analiza los gastos del gobierno se da cuenta que gran parte de nuestros impuestos simplemente se van a pagar pensiones desfinanciadas de los tiempos alegres del gran estatismo(años 1940-1990) Es un escandalo la redistribución de riqueza que se esta presentando de jovenes a adultos mayores y de sectores productivos a personas que ya viven de una renta vitalicia incluso desde antes de los 50. Y la verdad es que mi familia (y yo durante varios años hasta que me independice económicamente) pertenecen a esa minoría privilegiada que vive de las generosas pensiones estatales de la era pre-Ley 100 o incluso de estos tiempos(Congreso, FECODE,etc).

    Por otro lado, parece que ha pasado desapercibido otro «articulito» del Plan de Desarrollo que obligaría a los egresados de las Universidades Públicas a pagar una contribución para financiarlas.

    Saludos,
    Carlos

  • freddy
    23 mayo, 2007 at 1:32 am

    Carlos, de acuerdo con usted, seguramente Alejandro se ganará enemigos, basta con mirar los comentarios en la página de El espectador donde lo tildan de Uribista (volviendo al tema de la columna pasada).
    sobre la «justa lucha» de los estudiantes, la verdad es que son pocos los estudiantes que bloquean e impiden que las universidades desarrollen sus fines misionales (y con esto esperan defenderla, que contrasentido!!) y no sería extraño que estén siendo financiados por el Movimiento Juventudes Bolivarianas. Ahora que hay que ver que a las marchas asiste más gente lo que da una idea de lo maleable que son las masas (desde la del pan hasta la de personas).
    Del otro artículo que menciona Carlos, tengo entendido que también protestan por él (y por otro que tiene que ver con la potestad del gobierno de cerrar universidades de acuerdo a los resultados obtenidos en los ECAES, hasta el momento no he encontrado referencia de que esto sea cierto, no he encontrado un documento en el que se muestre cómo quedó el plan de desarrollo). filosóficamente estoy de acuerdo con el impuesto, los egresados de universidad pública debemos aportar para el desarrollo de la misma, sabiendo que fuímos beneficiarios de un inmenso subsudio del Estado lo que nos abrió oportunidades laborales. Sin embargo hay un aspecto que no se debe tomar a la ligera, del cuál Rudolf Hommes ya hizo cuenta en una vieja columna que escribió a propósito de esta propuesta, y es lo complicado que es llevar a la práctica este tipo de recaudos. Hommes concluye que en lugar de aprobar impuestos engorrosos se debería pasar a un esquema de subsidio educativo a la demanda a través de créditos blandos. Si se quiere eficiencia, esta propuesta es la mejor que he escuchado.

  • Luis Felipe Jaramillo
    23 mayo, 2007 at 2:06 am

    A mi lo que más me indigna de todo esto de las pensiones, es la actitud que toman la mayoría de los docentes universitarios pùblicos.
    Ellos son símbolo de injusticia social (Muchas pensiones que tal vez no se han ganado) y siempre estàn llorando y aclamando «más justicia social», cuando son símbolo de lo que quieren terminar.
    Es una ironía y una hipocresía que las generaciones jóvenes estamos mirando con una alarmante actitud pasiva, o peor aún, permisiva.
    Y ni contemos los sindicatos de profesores. (Nidos de estatistas que solo quieren más prebendas)

    Esta ignorancia nos va a costar mucho dinero en el futuro, nos va a restringir la inversión social del Estado y creará más estudiantes de del calibre que vemos ahora. Van a seguir exigiendo cosas que son inmerecidas o incumplibles.

  • Carlos
    23 mayo, 2007 at 2:08 am

    Freddy, yo tambien preferíria que pasaramos a un esquema de creditos educativos aunque tocaría ver que no fueran tan «blandos». Sería muchísimo mejor si toda esa plata que va los rentistas de las universidades estatales fuera directamente a los estudiantes. Y tambien manejar un esquema de bonos para la educación primaría y secundaria que le llegue a cada padre de familia y que puedan escojer donde educar a sus hijos. De paso así acabamos con FECODE.

    Saludos,
    Carlos

  • Anónimo
    23 mayo, 2007 at 2:33 am

    La propuesta del impuesto que ahora aparece como «articulito» en el PND a los egresados de las universidades públicas, particularmente de La Nacional, surgió de un profesor e investigador de ESA universidad, Jorge Iván González.

  • Camilo
    23 mayo, 2007 at 9:21 pm

    ¿Cuantos estudiantes tiene la Nacional? y ¿Cuantos van a las protestas?

    Con relación a los creditos educativos es necesario un amplio debate del tema ya que el acceso es muy restringido.

    Se debe entender que el colateral es el flujo de ingresos futuros y no la capidad de pago de un fiador con finca raiz.

    Ahora los créditos no pueden ser demasiado «blandos» porque la diferencia debe salir de algun lado y en estos dias se busca es reducir el gasto público (o no?)lo cual reduce la cobertura. No es logico dar uno pocos mucho y a los demas nada. En segundo lugar, no creo conveniente crear incentivos de tomar estos créditos a las personas que pueden pagar su educación superior ya que si las condiciones son excesivamente favorables los ahorros para la universidad se pueden destinar a otros menesteres, quitandole el acceso a los recursos a las personas que realmente lo necesitan.

  • Anónimo
    25 mayo, 2007 at 12:04 am

    Es increible la ignorancia de la juventud, por que mientras protestan para que Sus Profesores resivan mas plata inmerecidamente, ellos seran los que pagaran los platos rotos gracias a las Excesivas prebendas de su Profesorado, que por cierto, se creen con el legítimo derecho de exigir sueldos del primer Mundo enseñando educación del quinto Mundo ¿Manipulacion? No encuentro otra respuesta cuando se trata de niños, sobretodo cuando estos respetan demaciado a sus Profesores crellendo que estos los estan guiando por el camino del bien ¡Un crimen! Eso es lo que hace FECODE con nuestra juventud.

  • j.
    25 mayo, 2007 at 5:12 am

    Pues pasó la tal propuesta y parece que ahora nadie sabe qué hacer con ella. Típico.

  • Anónimo
    26 mayo, 2007 at 8:58 pm

    Su columna titulada El lío de las universidades públicas (publicada por el Espectador, semana del 20 al 26 de mayo de 2007) me parece que el exagerado es usted al minimizar el serio problema oculto tras el Plan Nacional de Desarrollo y desvirtuar la protesta hecha por los estudiantes. Las protestas a nivel nacional no responden a caprichos pasionales ni son simples griterías, es un movimiento político serio que responde a las arbitrariedades hechas por el gobierno. Una de éstas es el Plan de Desarrollo, y específicamente el artículo 38, que descarga a las universidades públicas parte del pasivo pensional. Es cierto, como usted lo dice en su columna, que “el gobierno seguirá asumiendo entre el 95 y 98% de los aportes destinados a atender el pasivo pensional”, pero lo que usted no aclaró, y lo que no se le aclaró al país, es que ese 2 o 3% que se le deja a las universidades suma bastante dinero. Iván Cardozo, vicerrector de la Universidad de Palmira, sede de la Nacional, aseguró, el miércoles 16 de mayo del presente año por Caracol Noticias, emisión de las 7 a.m., que la universidad quedaría pagando cerca de tres billones de pesos del pasivo pensional, pero con la negociación hecha después con el propio presidente de la república se le dejó, a la Nacional, pagar el 3%, lo que equivale a 90 mil millones de pesos. Sí, el gobierno puede pagar el 98% pero la anterior suma no es pequeña y la plata tiene que salir de la autofinanciación que haga la universidad. Así que éste no es un articulito cualquiera, es un mico que obliga a las universidades a sacar miles de millones de pesos de donde sea para nivelarse con el pasivo. Al país se le persuadió con el “insignificante 3%”, que en la realidad no es tan insignificante.

    Por otro lado, las protestas, según usted inexistentes, contra la corrupción administrativa de las universidades públicas si se han presentado. Le pongo un caso: en la Universidad Pedagógica hubo muchas protestas contra la pretensión del rector Oscar Ibarra de modificar el estatuto estudiantil, además contra los desfalcos de esa administración a las arcas de la universidad, en lo corrido del 2005 y primer semestre del 2006. Le informo, señor Gaviria, que en el 2005 se protestó contra la modificación del artículo 107 del estatuto estudiantil que permitía la reelección del rector. Pues bien, ésta se hizo efectiva el año pasado a pesar de la negativa de la mayoría de la comunidad universitaria y a pesar de las investigaciones por corrupción adelantadas por la procuraduría en contra de la administración Ibarra Russi. En 2006 se llevó a debate el caso Valmaría –un megaproyecto de construcción en ese terreno para trasladar la universidad- donde, por este proyecto, se refundieron muchos miles de millones de pesos de la universidad; también se presentaron cifras de dineros perdidos en desayunos, hospedaje, pasabocas, etc. que la administración pagó a participantes de congresos venidos de otros países; también se presentaron cifras de sobregastos en viajes a Siete Cueros –la finca de la UPN- de los directivos de la universidad, que hacían los directivos de la universidad, hasta gastos millonarios hechos en botellas de güisqui, tintos, almuerzos y viáticos en general. Estos temas hicieron partes de las protestas adelantadas en 2005 y 2006, donde se convocaron marchas hasta al procuraduría (marzo de 2006) bloqueos a las instalaciones de la universidad, marchas conjuntas con las otras dos universidades públicas, etc. Pero el país, ni usted, se enteraron de esas protestas porque muchas de ellas, en especial las marchas, fueron obstruidas por la policía con la excusa que no estaban autorizadas. Lo invito, señor Gaviria, a que averigüe los motivos de esas manifestaciones, no solo en la Pedagógica sino también en la Nacional y Distrital que atravesaban situaciones parecidas. Allí usted encontrará que los estudiantes, profesores y trabajadores de las universidades públicas no son tolerantes con los enemigos concretos, como usted lo dice en su artículo.

    Todas éstas protestas, que sí existieron, se hacen no solo pensando en el presente sino en las generaciones de estudiantes que vienen. Sí nos inmuta la corrupción de las universidades y somos conscientes que de seguir así en un futuro habrían alzas en las matrículas o incluso la privatización al declararlas no viables, por eso el motivo de la protesta contra el Plan de Desarrollo porque ese articulito abre las puertas para que gradualmente le suban al aporte que tienen que dar las universidades, afectando los estudiantes por venir. Nosotros pensamos en eso, pensamos en el futuro.

    Finalmente hago la cordial invitación a acercarse a las universidades públicas para que pueda tener contacto con el movimiento estudiantil, para que conozca nuestras posiciones políticas, para que se informe del porqué de las protestas y para que, como resultados de esto, en su próxima columna critique algo que conozca y no cometa más generalizaciones e incurra en juicios de valor. Señor Gaviria, usted también estuvo presto a repetir los estribillos que venían desde el gobierno acerca de la coyuntura actual.

    Alejandro, estudiante de IV semestre de la Universidad Pedagógica Nacional

  • Gerardo Cabrejo
    12 abril, 2008 at 3:32 am

    Siendo concretos, con el problema pensional. Alejandr Cual es la solucion no solo para los Profesores, que bastantes años han dedicado ha estudiar e investigar para tener un nivel de vida bueno en su vekez, si no para mejorar la calidad de vida de los pensionados en Colombia.
    No sera que depronto podríamos intentar un modelo consumista, de corte Keynesiano, para mejorar la calidad de vida, no solo en la postrimería de nuestras vidas, si no desde ahora como jóvenes trabajadores.
    Además, entendi en su conferencia de Medellin, sobre el desempleo, que este factor pensional, y en si el de los parafiscales era desicivo en la generación de empleo seguro y estable.
    Cual a la luz de un academico como usted debe ser el camino a seguir??