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La bonanza de confianza

“En el siglo pasado, el general Pedro Nel Ospina emprendió unas obras importantísimas que fueron una bonanza en ese momento. Se financiaron con la indemnización de Panamá. Primero el gobierno del General Rojas Pinilla y más adelante los gobiernos de los doctores López Michelsen y Belisario Betancur, gozaron bonanzas cafeteras. Caño Limón, Cusiana, Cupiagua, trajeron bonanzas. Hemos tenido las bonanzas ilegítimas, que finalmente tanto daño han hecho: la de la marihuana y la de la coca…Yo diría que actualmente Colombia goza de confianza…Yo veo que el país tiene hoy bases de una bonanza de confianza”.

Las palabras anteriores fueron pronunciadas, de manera reiterativa, por el Presidente Uribe durante la campaña presidencial. Las mismas resumen con elocuencia la hipótesis oficial sobre la causa preponderante de la reactivación económica; hipótesis que puede resumirse en una sola frase: la bonanza de confianza. En contraste con otras coyunturas similares, argumenta el Presidente, la prosperidad en ciernes no está siendo jalonada por circunstancias externas (efímeras y variables), sino por condiciones internas (duraderas y estables). La recuperación, se sugiere, no depende del albur de la geología o de los vaivenes de los precios de las materias primas o del capricho de la ayuda extranjera, sino de un estado de ánimo expansivo fundado en la gestión del Gobierno. En últimas, la tesis oficial constituye la elaboración de una vieja teoría de John M. Keynes, según la cual “una proporción significativa de la actividad económica depende del optimismo espontáneo”. Salvo que en este caso el optimismo no es espontáneo, sino inducido desde arriba por el liderazgo presidencial.
Pero los acontecimientos económicos de las últimas semanas han puesto de presente que la supuesta bonanza de confianza puede ser tan pasajera como las bonazas anteriores. Si antes dependíamos de las impredecibles heladas del Brasil, ahora dependemos de las inescrutables declaraciones de los banqueros centrales del mundo desarrollado. Como escribió el mismo Keynes, las inversiones de portafolio dependen de “la psicología de masas de un gran número de ignorantes” y suelen cambiar “violentamente como resultado de fluctuaciones repentinas en la opinión pública”. Y cuando las inversiones se frenan de manera súbita, usualmente se invierte el signo de la economía. Así, la bonanza de confianza podría desvanecerse en el aire, tal como se desvanecieron las bonazas anteriores. La psicología colectiva, sobra decirlo, es tan caprichosa como la misma naturaleza.
Detrás de la bonanza de confianza, existe un problema cognitivo ampliamente estudiado: la interpretación causal de los patrones aleatorios. Tanto en la vida diaria como en la política, somos reacios a asignar a la buena o a la mala suerte lo que ocurre en la realidad. Siempre estamos en busca de un talismán. De alguien (o de algo) a quien podamos echarle la culpa o asignarle la gracia. De un depositario de nuestra fe causal y de nuestra confianza determinista. Así, los gobernadores de los estados productores de petróleo en los Estados Unidos tienden a ser reelegidos cuando los precios suben y a ser derrotados cuando los precios bajan. En la India, los gobiernos se caen en los años de sequía y se fortalecen en los años de lluvia. Sistemáticamente, se confunde la suerte con la gestión.
En últimas, la tesis de la bonanza de confianza plantea un contagio mutuamente beneficioso entre economía y política. La confianza en el gobierno nutre la confianza en la economía, y viceversa. Pero un cambio en las condiciones externas (ya previsible) podría invertir el sentido de la retroalimentación, y de la bonanza de confianza podríamos pasar a la destorcida del optimismo. Un escenario inevitable que mostrará, una vez más, la naturaleza efímera de todas nuestras bonazas.

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  • Anónimo
    11 junio, 2006 at 12:14 pm

    Algunos interpetan el éxito de Uribe desde una perspectiva psicológica dándole valor a la confianza que genera la figura paterna: severo pero «justo», serio pero dadivoso. Pero en este caso Uribe no solo reemplaza una figura paterna, sino religiosa. Desde que murió el Padre García Herreros no teníamos un orientador moral ni religioso equivalente.

    La confianza en un pais como el del Sagrado Corazón es un sentimiento de origen religioso no racional.

    En cuatro años veremos a Uribe repitiéndose, pues quien le dará la talla? Santos el oportunista sin votos? Vargas-Lleras el nieto? o Peñalozas sin argumentos?

    La segunda reelección se probará justamente en el territorio donde ganó: en la confianza de la gente hacia el mesías criollo.

    Solo como ejercicio convendría revisar los trayectos de Chávez en la institucionalidad Venezolana para ver como se alinearosn las «fuerzas» para la nueva reelección.

  • Respondón
    11 junio, 2006 at 5:58 pm

    Creo que se están confundiendo dos cosas distintas: el crecimiento económico, y los precios de las acciones. En las últimas semanas los precios de las acciones han caído, pero que yo sepa no hay indicios de que el crecimiento económico esté en peligro. Claro, Alejandro dice que «cuando las inversiones se frenan de manera súbita, usualmente se invierte el signo de la economía,» pero si las acciones están sobrevaluadas, una caída no frena la economía sino que hace más factible su estabilidad con crecimiento.

  • Alejandro Gaviria
    11 junio, 2006 at 6:16 pm

    Respondón:

    El tema es de secuencia. Lo que está sucediendo con las acciones (y con los TES y con el dólar) es el reflejo de la recomposición de los flujos internacionales de capital. Lo cual, tarde o temprano, afectará el crecimiento económico. La correlación entre las entradas y salidas de capital y el comportamiento económico es, quizás, la regularidad empírica más sobresaliente de las economías emergentes durante las últimas dos décadas. Los macroeconomistas han bautizado este fenómeno “sudden stops”. Con ello buscan enfatizar un doble frenazo: el de los flujos de capital primero y el de la economía después.
    El problema es que el Gobierno confundió una corriente favorable con un motor renovado.

  • Jaime Ruiz
    11 junio, 2006 at 8:15 pm

    1. Yo no sé si se generaliza demasiado hablando de «economías emergentes» o de cese de los flujos de capitales. El pánico de los últimos días puede ser tan poco fundado como el crecimiento vertiginoso de las acciones en los últimos años, y al mismo tiempo una corrección lógica. ¿Ocurrió lo mismo en todas las economías emergentes? ¿Tienen todas perspectivas de crecimiento semejantes? ¿Hay las mismas estrategias de productividad?

    2. Claro que en el precio de las acciones siempre hay muchos componentes subjetivos, pero un banco o una petrolera no especulan con tulipanes ni nada equivalente. Por eso, más allá de la euforia de los especuladores o del juego piramidal, yo creo que hay en cierta medida un valor estimable de las empresas y unas perspectivas mesurables de crecimiento. No creo que se pueda decir que la corrección de la bolsa de las últimas semanas signifique lo mismo para Colombia que para otros países. Habría que pensar seriamente qué perspectivas de estabilidad política ofrece el país, o de desarrollo de infraestructuras, o de actividad en sectores competitivos que no están expuestos a los altibajos de las materias primas… Me resulta difícil resistir la tentación de ver rasgos de «razón deseante» (opositora) en las aprensiones de don AG.

    3. ¿No se culpaba a la depreciación del dólar del crecimiento insuficiente de las exportaciones? Hay que volver a lo mismo, se podría considerar una oportunidad si la máquina exportadora funciona, lo cual está por verse. Lo que no está tan claro es que las inversiones vayan a seguir menguando, que no se haya dado un avance considerable en desarrollo empresarial, que no haya sectores que experimenten un crecimiento inesperado gracias al TLC o a las perspectivas de que entre en funcionamiento… Pero eso es también razón deseante. Lo único claro es que las diferencias de renta de Colombia con otros países de su entorno y con los desarrollados permiten esperar un crecimiento mayor. O deberían.

  • Alejandro Gaviria
    11 junio, 2006 at 11:08 pm

    Jaime:

    Más allá de la coyuntura de la bolsa quisiera llamar la atención sobre el grafico anexo. Muestra los movimientos conjunto del PIB regional y de los flujos de capital (Fuente: BID). La evidencia sugiere que el ciclo económico en LAC-7 (Brasil, México, Argentina, Venezuela, Chile, Colombia y Perú) está íntimamente ligado a los flujos financieros externos.

    En el lenguaje del post, nuestras bonanzas (no sólo las colombianas; las latinoamericanas en general) tienen un componente exógeno indiscutible. Algunos indicadores de la economía han cambiado para bien. Quien puede negarlo. Pero el buen comportamiento de la economía obedece primordialmente a condiciones externas.

    Infortunadamente, los movimientos bruscos de estos días son simplemente los tremores anticipatorios de una reversión en el sentido los flujos financieros (antes Norte-Sur, ahora Sur-Norte). Y si la historia se repite (ver gráfica), ya sabemos lo que ello trae consigo: una desaceleración económica.

  • Anónimo
    11 junio, 2006 at 11:56 pm

    Magnfico compadre, pero cómo hacemos para enseñar los engaños y enredos a la gente del común. http://www.estacionpoetas.blogspot.com

  • Anónimo
    12 junio, 2006 at 1:17 am

    Toda bonanza en por definición pasajera y presagia la caída. Lo importante es saber qué se hizo durante ella: se derrochó o se tomaron medidas para ayudarnos a aguntar la sacudida inminente originada en factores atmosféricos universales originados en las guerras por el combustible que alimenta el capitalismo. Quién fue el idiota que decretó el fin de la historia? Si Fukuyama fuera verdaderamente japonés se haría el harakiri.

  • Scared Crow
    12 junio, 2006 at 1:49 am

    Lo que Gaviria ha dejado claro, es que America Latina necesita consolidar una verdadera economia; creer que el flujo de capitales va a levantar las economias de la region es una mera ilusion.
    «Perspectivas de creciemiento semejantes» dice Jaime, (economista inveterado?) como si la colombiana fuese una economia fuerte que pudiese soportar los vaivenes que se avecinan; el tufillo politico viene es en la repuesta de Ruiz, que ve oposicion en cualquier posicion divergente y realista, repitiendo, cual Ministro de Hacienda, los objetivos de las politicas economicas actuales para argumentar su analisis.
    La colombiana deberia probar primero ser una economia emergente, es clara esa proclividad a separar a Colombia del contexto latinoameicano, y sin ser irrespetuoso, las economias mexicana, argentina y brasilera son de lejos mas importantes y relevantes en el contexto internacional; aqui el cuento es de poner los pies en la tierra; la simple reeleccion de un presidente que ha dado cierto resultado no es garantia de estabilidad a toda prueba ni de infalibilidad.

  • Jaime Ruiz
    12 junio, 2006 at 5:57 am

    Alejandro, gracias por la explicación. Obviamente por obstinación política quiero creer que los inversores verán con otros ojos a Colombia que a Venezuela, pues mientras en nuestro país se han dado pasos modestos hacia la diversificación, en Venezuela es al contrario, y a fin de cuentas aparte de las buenas perspectivas de ingresos petroleros los indicadores empeoran, por no hablar de las impredecibles salidas del amo.

    Con frecuencia me pregunto si el mamertismo no será un defecto cognitivo y no el resultado del daño moral que dejó el esclavismo, como suelo creer. ¿Cómo puede salirme uno con que las expectativas de crecimiento de la economía colombiana no pueden ser mejores que las de la argentina porque ésta es más «relevante»? Supongo que el mismo problema habrán tenido los soviéticos en su tiempo para evaluar la economía de Singapur, «¿cómo van a crecer esos enanos?» ¿Y qué hace a una economía fuerte aparte del desarrollo? No es ciertamente el tamaño, Luxemburgo es más estable que India. Es que cuando uno es economista «inveterado» (DRAE: ‘Antiguo’, ‘arraigado’), es decir, que lee la prensa económica desde hace tiempo, expone lo que piensa, con sus previsibles limitaciones. Lo mamerto, lo tropical, es decir disparates respaldados por un diploma.

  • Scared Crow
    12 junio, 2006 at 7:14 am

    Lo de inveterado era una pregunta, una ironia, exaltado escudero (mira quien habla de esclavo); en cuanto a sus divagaciones sobre mi curriculum vitae, estas si que me dan risa, ya que no, no tengo diploma y me considero profano en el tema, no como JR que rebate economistas fundamentandose en «que lee la prensa económica desde hace tiempo»; lo de la Argentina, si sabe leer señor Ruiz, fue manipulado a su manera, yo jamas utilice la frase: «que las expectativas de crecimiento de la economía colombiana no pueden ser mejores que las de la argentina porque ésta es más «relevante»; el disparate es suyo; aunque se agradece la confesion que le hizo a Gaviria, su tozudez con la politica y esa aversion a todo lo que suene a comunista (sino, a que viene la acotacion sobre Venezuela?) corrompen cada analisis suyo.
    Los insultos al fin de cuentas se agradecen, aunque cada vez sean mas parecidos los unos a los otros; escaso de imaginacion Jaime?; le recomiendo lea una columnita de Daniel Samper (si el prejucio lo deja) en la que el humorista de marras analiza el arte del insulto y da un breve curso para imprecar sin caer en desfachateces.

  • Scared Crow
    12 junio, 2006 at 7:19 am

    Y una duda, qué paises limitan con Luxemburgo?, y cuales con la India?

  • espectador
    12 junio, 2006 at 6:49 pm

    Venía siguiendo la discusión hasta ahora. Es increible ver como Jaime Ruiz arruina cualquier intento de debate, menospreciando a todo aquel que no piense como él. De la bonanza de confianza, terminamos llegando al inevitable tema del mamertismo y de las universidades colombianas. !Qué lástima, otra (¿alguien lleva la cuenta?) discusión echada a perder por el fanatismo.

  • helena
    12 junio, 2006 at 9:38 pm

    Nunca creí que iba a terminar intercediendo en favor del señor Jaime Ruiz.
    No porque esté de acuerdo con él, sino porque me parece que está intentando discutir con argumentos y mantener, hasta donde le es posible, un tono civilizado en la discusión. Claro que se ve que le cuesta mucho trabajo y que no puede evitar uno que otro exhabrupto contra sus interlocutores. Pero no vale la pena contestarle con más escaladas de insultos.
    Me parece más bien que es interesante debatir la afirmación que hace al principio de su post, cuando compara nuestra situación con la de Venezuela. Quisiera plantear sobre estetema varias inquietudes.
    ¿Será cierto en la situación actual de la economía mundial que tener una economía relativamente más diversificada que la de nuestro vecino -es decir, menos dependiente del petróleo- hace que nuestras perspectivas de crecimiento sean más estables? Es más, desde el punto de vista del peso de nuestras exportaciones no tradicionales, ¿sí será que estamos suficientemente diversificados?
    En cuanto a la relación de política con economía, la comparación con Venezuela también me parece interesante.
    Se supone que nuestro presidente le da confianza a los inversionistas extranjeros, mientras que Chávez los asusta. ¿Podemos predecir a partir de ahí un mayor nivel de inversión en Colombia que en Venezuela para los próximos años? ¿No estaremos sobrevalorando la importancia de la buena imagen del presidente con los dueños de la plata, frente a otros factores que influyen en la decisión de invertir o no en un país?
    Aquí no hablo sólo de lo que se denomina como «inversión extranjera», sino de la inversión- inversión; es decir de la formación bruta de capital, que es lo que realmente le sirve al crecimiento de las economías.

  • Anónimo
    13 junio, 2006 at 11:33 am

    Jaime y Alejandro:

    Lo único que demostraron es que no necesitamos Ministro de Hacienda ni Banco de la República. Más efectivo será entonces hacernos amigos del señor Bernanke.

    Asi, la mejor recomendación a Uribe es que ponga a Carrasquilla en la embajada en Washington.

  • Alejandro Gaviria
    13 junio, 2006 at 2:21 pm

    Creo que la discusión es complicada porque tendríamos que diferenciar entre tres momentos (o tres horizontes de tiempo).

    Primero está el cortísimo plazo: la gran volatilidad de la bolsa de estos días. Creo, como lo ha afirmado el Ministro de Hacienda, que éste es un fenómeno pasajero que no afectará grandemente la economía. Este es el punto, creo yo, hecho por Respondón en su comentario.

    Segundo está el corto plazo (uno o dos años). Este fue el horizonte que quise estudiar en mi columna, la cual no hablaba del cortísimo plazo sino del corto plazo. Considero que la reversión de los flujos internacionales de capital, inevitable, según estiman todos los analistas, ocasionará una desaceleración económica. O para decirlo en los términos planteados en la columna: acabará con la bonanza de confianza En el corto plazo: todos los países emergentes somos iguales. Y el contagio generalmente no distingue un buen ministro de hacienda de otro malo.

    Tercero está el mediano plazo. Aquí la diversificación mencionado por Jaime es importante. Aquí las hechuras del ministro de Hacienda cobran relevancia (por eso no lo mandamos de embajador). Y aquí lo que el Gobierno tiene para mostrar es rescatable pero modesto. Mientras los calificadores de riesgo aumentaron modestamente su calificación de los papeles colombianos, los inversionistas creyeron que el precio de los mismos papeles se había más que duplicado. Los primero es tendencia, lo segundo es ciclo.

    Creo, en últimas, que el Presidente (en el discurso citado) confundió la tendencia con el ciclo, y que le dio un nombre a la confusión: bonanza de confianza.

  • Anónimo
    13 junio, 2006 at 3:31 pm

    En este mundo globalizado de hoy la labor de las autoridades económicas no es producir milagros (no pueden) sino estudiar el entorno para ver cómo van a conducir la nave de manera que se pueda acelerar al máximo cuando la vía está despejada, se esquiven con habilidad ciertos obstáculos que se interponen en el recorrido, y se amortigüen de la mejor manera posible los golpes provocados por quienes conducen de manera irresponsable sus poderosos vehículos. Esperemos, pues, que en Colombia nos hayan montado en una de Volvo 87 –confiable, predecible y con latonería reforzada–, y no en un último modelo con carrocería tan reluciente como frágil.

  • zangano
    13 junio, 2006 at 3:37 pm

    desde el punto de vista del inversionista extranjero el consejo es de abstenerse de invertir en los llamados mercados emergentes,esto es lo que recibo de mi consejero financiero,aqui en el reino unido,
    asi que la plata no llegara, ni en plazo inmediato o corto,porque como yo,este consejo lo reciben todos los inversionistas potenciales ,quienes muy naturalmente les importa un bledo que el mesias sea reelecto por 7 millones o mas de creyentes

  • Jaime Ruiz
    13 junio, 2006 at 3:40 pm

    Helena, muy interesante lo que usted pregunta sobre si es decisiva o no la diversificación y si la estamos alcanzando, y también sobre la importancia del presidente en eso. Buen tema para un post. Lo que pasa es que no se puede discutir porque en esencia la función de las universidades es adoctrinar asesinos, por eso la impaciencia porque no pueden amenazarlo a uno directamente por pensar diferente. Fíjese en que El Áncora asocia las perspectivas de la economía con el «ser fuerte», que sólo se entiende como ser grande, digo yo, y se burla de mi criterio porque supone que no soy economista (no, yo no he supuesto que él lo sea). Ya son dos rasgos de ideología colombiana clásica, de mamertismo, por eso tengo que aludir a eso y creo que mi respuesta es coherente. Si algo he leído es disparates ridículos firmados por economistas, y no porque su inteligencia o su conocimiento no les alcanzaran para razonar bien sino porque su diploma servía para respaldar algún proyecto político y a algún potentado que lo promovía.

    Es que no se puede salir de eso, ¿qué hago con Espectador que tiene un montón de cosas interesantísimas que decir acerca de la bonanza de confianza pero ya se las guarda porque no soporta que alguien mencione las universidades y el mamertismo? ¿Cuántos blogs de economía conoce usted y qué nivel de análisis tienen? Yo sí tengo uno, de nivel técnico ciertamente modesto pero lo suficientemente digno como para desbaratar las falacias de gente como Cecilia López Montaño o Pedro Medellín. Pero como ahora el fanatismo consiste en decir algo tan evidente como que en las universidades colombianas se adoctrina asesinos (¿O no han salido de ellas varios miles de guerrilleros? ¿O no salieron la semana pasada a matar policías?), mientras que la razón profunda está en quienes nunca argumentan nada que no sean amenazas e intentos de censura.

    Me pregunto si no sería «Espectador» el que dejó este comentario en mi blog:

    mire, resentido de mierda, si le amargan tanto las universidades «comunistas», por que no coge la plata que se hace en lablogoteca y monta una «con principios», «decente», bien derechista como a usted le gusta, cretino asesino.

    sergio, deje de discutir con este finquero paisa amargado de mierda, nunca va a cambiar, terco como las mulas que arrea

    por ahi me contaron que te estan buscando afanosamente al sur de europa, jaime, seguramente para felicitarte. no olvides limpiar bien el altar que le tienes a mancuso y a uribe.

    (Perdón por meter estos temas aquí, es que si se rehúye el tema de la educación, ¿cuándo se va a diversificar la economía si en lugar de cirujanos, traductores o programadores tenemos sólo luchadores por la justicia social con sobrado valor para ser ministros vitalicios?)

  • Anónimo
    13 junio, 2006 at 3:44 pm

    Disculpen el comentario frívolo, pero… ¿soy yo el único que se imagina a Jaime Ruiz muy parecido al señor Burns de los Simpsons?

  • zangano
    13 junio, 2006 at 4:08 pm

    jaimito sufre de OCD
    los anglos describen comportamientos obsesivos repetitivos los que ,el doliente no puede esquivar,sin entrar en un desasosiego de tal magnitud que tiene que ejecutar su rito defensivo, como jaimito que inevitablemente termina en su jaculatoria anti intelectual, antiuniversitaria y antijuvenil,de paso,parece que es un desorden de los nucleos grises subcorticales,
    y es refractario a todo tratamiento conocido.
    asi que paciencia blogers y comprension para el doliente!

  • Anónimo
    13 junio, 2006 at 4:42 pm

    Querido zángano: una de las características de una jaculatoria es su brevedad. ¿Breve Jaime? El hombrecito no se echa menos de cinco párrafos cargados en cada uno de los quince foros en los que pelea al mismo tiempo.

    Yo a su desorden obsesivo compulsivo sumaría un narcisismo irreparable. El tipo está enamorado de su propia voz.

  • zangano
    13 junio, 2006 at 9:05 pm

    vale anonymus debi decir letania.

  • Jaime Ruiz
    13 junio, 2006 at 9:24 pm

    Definitivamente es asombrosa la enjundia, el rigor, la sindéresis y la elegancia de estos intelectuales. Es impresionante, se quejan de no poder exponer sus análisis sobre la bonanza de confianza y después se explayan analizando las causas de su silenciamiento. Realmente uno tiene que tener un trastorno grave para meterse a cuestionar a tales pensadores. Yo creo que si fuera profesor universitario estaría… estaría… No. Iba a decir que estaría orgulloso de esos alumnos, pero casi con certeza los autores de los últimos mensajes son profesores universitarios. Fue una torpeza no darme cuenta, es que echaba de menos los madrazos y las amenazas.

  • Anónimo
    13 junio, 2006 at 9:40 pm

    el incansable señor Burns…

  • Anónimo
    13 junio, 2006 at 9:53 pm

    Creo que por respeto al dueño de casa los invitados deberíamos abstenernos de usar este espacio para ventilar rencillas personales, si es que así se las puede llamar. He notado que Jaime Ruiz tiene como cinco blogs, así que respetuosamente sugeriría que quienes quieran objetar sus afirmaciones salidas de toda proporción y sus juicios sumarios, lo hagan en uno de esos espacios.

  • zangano
    16 junio, 2006 at 8:35 am

    los blogs de jaimito son una sugerencia buena para devotos de letanias y otras practicas de aletargamiento mental,personalmente paso.

  • Anónimo
    16 junio, 2006 at 11:42 am

    Stocks Soar as Fed Chief Eases Fears on Inflation
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    By VIKAS BAJAJ
    Published: June 16, 2006

    Share prices turned up sharply yesterday in a broad rally that was fed by tame inflation remarks from the Federal Reserve chairman, Ben S. Bernanke, even as it added to concerns about increasing volatility in the market.

    Junio 15 de 2006
    Después de dos días de caídas sustanciales, Bolsa de Colombia tuvo ayer la mayor alza de su historia

    El Indice General de la Bolsa aumentó en 15,82 por ciento. Las compañías del Grupo Empresarial Antioqueño lideraron el desplome y la ‘resurrección’.

    El hecho es tan inusual que tampoco parece tener precedentes en el mundo.

    Si esto no los convence que no necesitamos Banco de la República ni Ministerio de Hacienda entonces qué?

  • Alejandro Gaviria
    16 junio, 2006 at 11:25 pm

    Una aclaración:

    Nunca dije que no necesitáramos Ministro de Hacienda. Lo que dije fue que, al menos en cuanto a los fenómenos de corto plazo, los ministros de hacienda merecen menos crédito del que se les asigna y tienen menos culpa de la que se les endilga.

  • zangano
    17 junio, 2006 at 9:37 pm

    no hay que confundir la leche con la magnesia.
    la bolsa de valores es un yoyo,del que ganan los corredores de bolsa, con comisiones por vender o comprar acciones.
    otra cosa es la economia de un pais donde las decisiones del gobierno, afectan la salud economica de los ciudadanos,ejemplos?
    tlc?venta de telecom?anulacion de la jornada de 8 horas?reforma pensional?
    hablemos de lo que en mi ninez se llamaba: plata en mano y siete en tierra