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Las drogas (segunda parte)

Quisiera comenzar mi comentario con un punto de énfasis. Dice Sergio: “pienso que antes que nada es una cuestión de principio, no de consecuencias”. Yo cambiaría la frase levemente y diría: es una cuestión de principios y de consecuencias.

La discusión por supuesto debería empezar por los principios. En particular, con John Stuart Mill y su principio de la libertad: la interferencia coercitiva sólo se justifica cuando se lesiona al otro. Por ello, la analogía con los homicidios yerra desde el comienzo: porque desconoce que de lo que se está hablando es de una decisión personal (el uso de drogas) que no le hace daño a los otros. “The only part of the conduct of anyone for which he is amenable to society is that which concerns others. In the which merely concerns himself, his independence is, of right, absolute. Over himself, over his own body in mind, the individual is sovereign”.

Creo, sin embargo, que allí no termina la discusión. Por dos razones: (i) mucha gente no acepta el liberalismo a secas de Mill y considera que, en algunas circunstancias, cierta dosis de paternalismo es conveniente; y (ii) otra gente argumenta que el mero consumo de drogas puede (mediante un efecto de contagio) lesionar a los otros. Es lo que los economistas llaman una externalidad.

Así las cosas, creo que también es necesario mencionar el tema de las consecuencias (o mejor, de la imposibilidad estructural de la prohibición). Una analogía interesante se encuentra en la política social. Muchos economistas están de acuerdo con la política social como cuestión de principio; esto es, creen que el bienestar de los más pobres debería ser el fin primero de la acción pública. Pero los mismos economistas no están plenamente de acuerdo con las políticas compensatorias debido a las dificultades de implementación y los problemas de incentivos: las burocracias se quedan con la plata, los individuos se aperezan, etc. Así en política social, como en el tema de la droga, muchas veces son los problemas prácticos, más que los filosóficos, los que ganan el argumento.

El ejemplo no es trivial porque nos lleva a Gary Becker: premio Nóbel de economía y el autor más citado de su profesión. Becker ha criticado la expansión del estado de bienestar aduciendo razones prácticas; y crítica la prohibición de la droga con el mismo tipo de argumentos. Dice Becker: “Assuming an interest in reducing drug consumption- I will pay little attention here to whether that is a good goal- is there a better way to do that than by these unsuccessful wars? Our study suggests that legalization of drugs combined with an excise tax on consumption would be a far cheaper and more effective way to reduce drug use. That would reduce consumption in the same way as the present war. Besides, there would be no destruction of poor neighborhoods, no corruption of Afghani or Colombian governments, and no large scale imprisonment of African-American and other drug suppliers”.

Becker está esgrimiendo un argumento pragmático, no filosófico. Incluso supone que el objetivo explícito es reducir el consumo de drogas. La última frase de la cita es interesante pues sugiere (entre líneas) los grandes costos de la guerra contra las drogas para la sociedad estadounidense, un hecho incuestionable desdeñado con frecuencia por los comentaristas tercermundistas.
Quizás la brega por la legalización sea una quimera. Pero ello no implica que debamos renunciar a los muchos debates conexos. Por ejemplo, incumbe combatir los intentos demagógicos del Presidente Uribe a favor de la penalización del consumo. No estamos simplemente ante una exhibición de puritanismo, sino ante la exacerbación de una idea equivocada por parte de un político glotón que sólo piensa en maximizar su tajada electoral.

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  • Fidel Galván K.
    3 mayo, 2006 at 8:21 pm

    Noticia que leo hoy (miercoles 3 mayo) en el periódico La Nación, de Buenops Aires (y que aquí en Colombia no sale en la prensa):

    «Según un informe anual, cinco países de la región (Latinoamérica), son «Estados fallidos»: Colombia, Bolivia y Haití, entre ellos

    WASHINGTON (AP).- Cinco países latinoamericanos, Haití, Colombia, Guatemala, Bolivia y Nicaragua, figuran entre los 60 países con mayor riesgo de convertirse en «Estados fallidos», con peligro de colapsar, según el segundo informe anual presentado de la revista Foreign Policy y la ONG norteamericana Fondo para la Paz (Fund for Peace) .

    Sudán encabeza el ranking y es considerado el país bajo mayor tensión, debido al violento conflicto interno. Es seguido por Congo, Costa de Marfil, Zimbabwe, Chad y Somalia.

    En el octavo lugar figura Haití, seguido de Paquistán y Afganistán. Colombia figura en el puesto 27º, Guatemala en el 41º, Bolivia en el 56º y Nicaragua en el 59º. Once de los veinte países más vulnerables de las 148 naciones examinadas en la investigación están en Africa.

    Un «Estado fallido» es uno en el que el gobierno carece de control efectivo sobre su territorio, no es percibido como legítimo por gran parte de su población, no provee seguridad interna o servicios públicos básicos a sus ciudadanos y carece del monopolio en el uso de la fuerza.

    El ranking, elaborado por primera vez en 2005, tiene en cuenta para evaluar la situación en cada país 12 indicadores económicos, sociales, políticos y militares, entre los cuales figuran las presiones demográficas, el desarrollo económico desigual, la criminalización o la deslegitimación del Estado, el deterioro económico y la violación de los derechos humanos. A cada país se le da un puntaje en base a los indicadores considerados».

    Hasta aquí la noticia.

    El narcotráfico ha tenido buena parte de la culpa de lo anterior. Y cómo no, nuestros eximios y asquerosamente corruptos políticos.

  • Alan de Batter
    3 mayo, 2006 at 8:46 pm

    Uribe, ¿»político glotón que sólo piensa en maximizar su tajada electoral»? Evidentemente que sí, como todos los demás. Pero creo que en esta propuesta de volver a penalizar el consumo de estupefacientes (estup-idizantes, más bien)prima su visión de puritano iluminado que del politiquerito que, sin duda alguna, es. No creo que sea popular la propuesta, máxime cuando estamos en una sociedad traqueta y llena de marihuaneritos. Así que el politiquero Uribe no ganará con ello más votos de los que ya de por sí tiene.

  • Alejandro Gaviria
    3 mayo, 2006 at 9:59 pm

    alan: las encuestas que yo he visto muestran que un % bastante grande (superior a 70%) apoya la penalización del consumo.

    Digo que Uribe es glotón porque no necesita de este tipo de populismo para ganar.

  • Scared Crow
    3 mayo, 2006 at 10:23 pm

    Hace bien Alejandro, desde luego, en atacar el problema por los dos cabos: su implicacion moral y el efecto practico que este tiene; ahora, si uno se ciñe a la estricta terminologia la pragmatica es una rama filosofica; quizas esto sea irrelevante, a mi parecer no lo es; creo que el problema «filosofico», como se empeño en llamarlo A.G; subentiende el otro, el practico, y son dos partes indisolubles que deben ser atacadas en conjunto.
    Ya harto se ha ventilado e hipotetizado sobre los beneficiarios y los culpables del drama enorme de la guerra contra las drogas; en Colombia Antonio Caballero, lamento si a los lectores les causa escozor que le cite, lleva formulando lo que dice Gaviria en este post por lo menos durante veinticinco años (para la prueba leanse los libros compilatorios de columnas), y repitiendo casi al pie de la letra lo que cita Gaviria de Becker; que sea Caballero quien lo dice o que sea un Premio Nobel quien lo escribe ni le da valor ni le quita importancia al tema; solo prueba la obcecacion de los sucesivos gobiernos del primer mundo seguidos de cerca, mucho, por sus pares colombianos. Cabria preguntarse ademas, y sin animo de ser perspicaz, a que se debe tanta tozudez?
    Los alaridos preelectorales de Uribe, como lo anota Gaviria, son la prueba de el uso abusivo e ignorante que dan los politicos al tema, y esto me remite a la idea del comienzo de mi post, el tratamiento debe ser aplicado desde ambas opticas, la legalizacion y al mismo tiempo dejar la estigmatizacion: los adictos (siendo extremistas) no son criminales, y menos lo son aun quienes se fuman un porro ocasionalmente; es el mercado, el trafico ilegal lo que ha demonizado a quienes consumen; si uno se fija bien, el problema de adiccion a las drogas esta lejos de ser un «problema de salubridad publica» en Colombia, ni siquiera España, siendo el pais en donde mas cocaina se consume se ha razgado tanto las vestiduras, tanto asi que Izquierda Unida ha pedido “la legalización del consumo, producción, distribución y uso terapéutico del cannabis”.
    Y es que uno no puede pretender ser pragmatico dejando de lado la moral; y esta indica que el interes, sea este economico o politico, no puede ir en contravia de la libertad individual y menos aun servirse de su mencion para imponer la represion en su nombre.

  • Adán
    3 mayo, 2006 at 10:36 pm

    Todo el statu quo sabe perfectamente de la inutilidad de la actual política represiva contra la droga. Muchos saben también cuáles son los intereses ocultos que hacen que el problema se siga enfrentando como hasta el día de hoy. Lo que resulta inadmisible es que todavía haya expertos, legisladores, ejecutores de dichas políticas, detentadores de medios con vasta penetración en la opinión pública, que sin mayor provecho personal y a sabiendas, no actúen con la celeridad y la gravedad que exige la situación.

    Aun siendo quimérica la posibilidad de que los estados pasen a controlar todos las fases de la producción y del consumo de drogas, el permanente debate sobre el particular serviría, entre otras cosas, para abrir la posibilidad de incluir el tema en las prioridades de las agendas de los organismos internacionales. Pero no. La visión miope de quienes controlan las decisiones que solo proyectan a corto plazo y la manera como la tradición ha perpetuado el estilo de las ejecutorias de éstos, no nos dejan más opciones. ¡Tan evidentes sus intenciones y tan impotentes para oponernos!

    Nos queda la expresión individual. Por eso más que nunca son bienvenidas las voces que desde una postura guiada por la sensatez y apoyadas en argumentos, hacen crecer el mar de conciencias limpias que oportunamente se abstuvieron de bailar al son de las gaitas de palacio. En los ratos de ocio divago sobre supuestos dilemas éticos que deben sufrir algunos funcionarios que pese a participar del gobierno, en su fuero interno condenan los hechos. Los he presentido elaborando informes asépticos, que no controvierten al supremo pero que tampoco afirman la verdad plena, y que al final optan por escaparse en actos culturales de homenaje a glorias pasadas, mientras sus vanas esposas se pavonean delante de sus amigas alardeando de su pedazo de poder. No los envidio.

  • Alejandro Gaviria
    3 mayo, 2006 at 10:38 pm

    Ancora:

    Estoy de acuerdo con tu punto. Sólo quisiera agregar que la diferencia entre Caballero y Becker está en la sofisticación de los argumenstos (así las conclusiones sean las mismas). Mientras el primero simplemente esgrime una opinión, el segundo va más allá y ofrece una demostración (ver http://home.uchicago.edu/~gbecker/).

  • zangano
    4 mayo, 2006 at 2:26 pm

    los ingleses ,maestros de la filosofia pragmatista,que diria yo,la siguen en sus decisiones personales y politicas,entendian que el control de los opiaceos,era,si se quiere, el menor de los males.
    en 1968 al mismo tiempo, que el gobierno colombiano de turno,wesminster paso una ley que cambio,el status quo. en ese entonces ,no habia mortalidad por el uso de opiaceos,no habia ni presos ni criminalidad asociada,no habia aparato de seguridad, ni presupuesto destinado a este topico.
    48 anos despues,hay cerca de ,no estoy au fait con las cifras,cientos de muertos anuales por abuso opiaceo,las dos terceras partes de la pobacion carcelaria cumplen condenas por delitos asociados a las drogas,el numero de reclusos se disparo hasta el punto de saturacion, haciendo necesario,contratar buques prision para tal efecto,ademas de ser ahora un buen negocio,construir y operar carceles privadas,resultando el reino unido con el mayor numero de presidiarios per capita de toda la union europea.
    lo anterior, si se considera el pragmatismo como una filosofia y una praxis, debiera debatirse,desde el angulo filosofico,lo que los ingleses llaman: the law of unintended consequences.
    no hablo de cuestiones morales aunque si hay repercusiones de esta ley.
    que opinan los bloggers?

  • alan de batter
    4 mayo, 2006 at 2:30 pm

    El presidente de México, Vicente Fox, dijo hace tres días que firmaría una ley que despenalizaba el consumo personal de narcóticos. Ayer (miércoles 3 mayo) se echó para atrás y dijo que ya no la firmaría. Según los periódicos, EEUU alertó sobre la posibilidad de que México se convirtiera en destino preferido de gringos drogadictos para un «turismo estupefaciente». Seguramente las muy corruptas autoridades mexicanas también tuvieron en cuenta eso para planificar la ley: más turismo de marihuaneritos a quienes chantajear, como hace la policía mexicana con todo aquel que entra a sus fronteras, sea drogo o no. Pero EE UU no se quedó quieto y le puso freno al «cándido» Fox, quien casi que sale a pedir perdón.

  • zangano
    4 mayo, 2006 at 2:50 pm

    les parece bien que uno de los paises mas desarrollados de centro y sudamerica,no pueda implementar las leyes promulgadas por su legislatura?
    si esperamos el visto bueno de washington para tomar decisiones ,que mejoren la salud social y moral de nuestros pueblos,no superaremos las dificultades que las leyes de washington causan,no olviden que fue presion de ellos la que configuro la resolucion de las naciones unidas, que adoptada por el gobierno colombiano en 1968,puso la primera piedra del infierno en que vivimos.

  • chicago boy
    4 mayo, 2006 at 7:15 pm

    Alejandro: ¿Cuál es su fuente para afirmar que Becker es el economista más citado? En el único ranking que he visto al respecto, http://student.ulb.ac.be/~tcoupe/update/
    nobelcit.html, los tres economistas más citados son Eugene Fama (Chicago), Robert Barro (Harvard, pero Chicago school) y James Heckman (Chicago). Si sabe de algún otro ranking, le agradecería me informe al respecto.

  • Anónimo
    4 mayo, 2006 at 10:52 pm

    Alejandro,

    Tenemos que tener en cuenta las implicaciones de la drogadicción y el costo sobre la sociedad. El problema no es legalizar la marihuanan, que por cierto no es el «negocio» de los narcotraficantes. El problema real es la legalizacion de drogas fuertes como la heroina, las meta-anfetaminas, cocaina entre otras. Estas son mucho más adictivas y por lo mismo más rentables. Por otro lado, si se legalizaran las drogas debería existir un marco institucional capaz de regularlo y evidentemente Colombia no lo tiene en la actualidad. Esto permetiría que llegara a jovenes e incluso a niños. Siempre que exista una reglamentación prohibitiva existiran incentivos para un mercado negro.

  • Adán
    4 mayo, 2006 at 11:23 pm

    Voy a dejar de lado la metáfora para ver si alguien me hace el favor de responder. ¿Qué se puede hacer para agilizar los debates sobre el tema? Son muy bien recibidos los ecos que suscitan los resultados de las investigaciones que concluyen el fracaso de la actual política y que a la vez proponen el camino de la legalización, pero, ¿son suficientes? ¿No estamos autorizados los colombianos a proponer la nombrada salida al ser parte principal en el asunto? ¿Tendríamos que esperar el final del próximo período de gobierno para adelantar acciones? ¿Funcionaría volver la discusión bandera de la oposición? ¿Cuáles son las propuestas más concretas al respecto? ¿De quién vienen? ¿Hay alguien encargado de aglutinar los argumentos en pro de tal punto de vista?

  • Anónimo
    5 mayo, 2006 at 1:57 am

    En conclusión, el asunto es eminentemente práctico. Si mañana el politiquerito anuncia que siguiendo las recomendaciones de Friedman, Becker et.al. (y el comportamiento de los adalides morales de la talla de Kate Moss y otros personajes del «primer» mundo) cual será el escenario con Colombia que unilateralmente despenaliza las drogas e impone el impuesto y tal…qué pasará? No importa?

    La propuesta pasa como otras a un terreno práctico imposible de imaginar, un mundo feliz que no soportaríamos: Qué si des-firmamos el concordato…todos sabemos que es lo lógico..pero si lo echamos para atrás?…o si le cobramos impuestos a Bavaria y se los hacemos pagar, o dejamos que las reinas de Cartagena, declaren que no son vírgenes.. Que los Santos (Rubino,Calderón etc.) se dediquen al circo…

    Alejandro: Hay realidades que la realidad no soporta

  • zangano
    5 mayo, 2006 at 9:07 am

    la ralidad no es una sola,cada pais tiene la suya y si los ciudadanos de ese pais,tienen los medios para cambiarla,si hay voluntad e intencion indesviable la realidad cambia.
    los que esperan que la realidad colombiana ,la cambie los eeuu,la veran cambiar, como ha cambiado colombia siguiendo las politicas de washington.
    no se quejen si la realidad resultante beneficia alos que dictan el cambio.
    ee uu cambio la realidad de colombia,nos arrebato panama,para quedarse con el canal,nos ha despojado del oro y el platino que la compania choco pacific extrajo del atrato y el sanjuan,nos despojo del petroleo del catatumbo que esta casi agotado,nos cambio la realidad quedandose con el carbon del cerrejon y el petroleo de arauca.
    nos ha impuesto una guerra para dividirnos,con el achaque de combatir el comunismo, el terrorismo y la droga adiccion de los estadinenses, nosotros no hemos declarado estas guerras, nuestros dirigentes lo hacen como borregos y convencen a la mayoria que vota que esta es la realidad incambiable, asi se sacrifiquen y se arruinen las vidas de millones de jovenes. ahora quiere darnos el puntillazo con el tlc.
    asi se ha cambiado a realidad en colombia.
    bolivia cambia su realidad nacionalizando sus hidrocarburos,claro que la oligarquia colombiana y los que se benefician sirviendola,tienen una realidad distinta al resto de sus conciudadanos.
    quienes sean conscientes y pensantes, tienen el deber de liderar y efectuar el cambio de la realidad colombiana.
    si se quiere ,se puede!

  • helena
    5 mayo, 2006 at 3:17 pm

    Alejandro:

    ¿A que equivaldría un «excise tax» en nuestro sistema tributario? ¿Vendría siendo algo así como un IVA?

  • Alejandro Gaviria
    5 mayo, 2006 at 3:25 pm

    Chicago boy: la cosa es complicada porque el tema de las citas depende del período de referencia. Además, Becker es muy citado en derecho, sociología, criminalística, etc. Recuerdo que cuando Becker recibió el Premio Nobel, todos los reportes de prensa mencionaban el hecho de que era el más citado de los economistas. Hace poco encontré una mención al respecto, en un website que aprovecho para recomendarle: http://www.marginalrevolution.com
    /marginalrevolution/2005/11/who_are_the_mos.html

    Cambiando tema: creo que el estudio sobre drogadicción juvenil, que cita hoy la prensa, y que fue, supuestamente, realizado por el Ministerio de la Protección Social, es poca más que demagogia de campaña. Claro que hay realidades que la realidad no soporta. Claro que la legalización unilateral es imposible pero, mientras tanto, incumbe al menos denunciar que el traje del emperador prohibicionista no existe.

    Sobre las preocupaciones de salud pública, lo interesante del estudio de Becker es que muestra que un impuesto puede ser más efectivo para contralor el consumo que la misma prohibición. Seguramente habrá ilegalidad como consecuencia del impuesto (como hay hoy alambiques piratas) pero la situación sería muy distinta.

  • Alejandro Gaviria
    5 mayo, 2006 at 3:29 pm

    Helena:

    Es un impuesto a las ventas que se incorpora al precio. Esta es la definición de la Tax Foundation gringa: Excise taxes are special taxes on specific goods or activities—such as gasoline, tobacco or gambling—rather than general tax bases such as income or consumption. Excise taxes are often included in the final price of products and services, and are often hidden to consumers. Overall excise taxes account for less than 10 percent of all federal receipts. All 50 states and many local municipalities levy excise taxes of various kinds.

  • Anónimo
    5 mayo, 2006 at 4:10 pm

    Muy buen debate, en horabuena!
    La economía ofrece todas las razones para la legalización, la pregunta es, que es lo que nos conviene legalizar?
    Bien dice Alejo, que Colombia tiene gran parte de la oferta, sin embargo el país no se beneficia de esta producción y exportación, el negocio es rentable solo para unos pocos.
    Que hay del campesino que ofrece su trabajo cosechando la hoja, pero recibe solo unos cuantos pesos.
    Debieramos pensar en legalizar e industrializar la producción, exigir condiciones laborales adecuadas a los empleadores (OIT y demás parafernalia), para que este negocio tenga un impacto positivo.
    Por el lado de la demanda….Bueno esa es otra historia…pero cabría pensar en modificar el producto y buscarle un mercado distinto….
    Si hay reacciones podemos seguir discutiendo!

  • Anónima
    5 mayo, 2006 at 8:52 pm

    En Bolivia, en 1990, antes de que se declarara ilegal el cultivo de la hoja de coca por presiones del Gobierno de USA, pude ver cómo este cultivo en realidad sí producía desarrollo rural autogestionario (de ese que muchos apenas hemos soñado …), aunque creo que por las condiciones muy particulares que se dan en ese país: un campesinado fuerte y muy bien organizado que no había sido penetrado por los carteles de la droga colombianos, cosa que sí sucedió en la región del Alto Huallaga de Perú. En esa época, Evo Morales estaba a al frente del sindicato más fuerte de Bolivia: la Confederación de Trabajadores Campesinos del Trópico Cochabambino. En la zona del Chapare tuve oportunidad de visitar un asentamiento de colonos relativamente nuevo (en ese entonces..) llamado Villa 14 de Septiembre, donde existía un mercado de la hoja de coca construído por los propios campesinos (con placa de inauguración y todo). Allí llegaban los cultivadores de la zona a depositar la cosecha para comercializarla, y cuando les entregaban sus ganacias dejaban un 10% para desarrollo comunitario. Así, en pleno subtrópico selvático, este pequeño poblado tenía una hospitalito con 20 camas y laboratorio clínico, salón comunal con aparatos de televisión, video, juegos infantilesetc., todo ello conseguido con el impuesto a la comercialización de la coca. Evidentemente desde entonces se sabía que la coca producida en el Chapare no iba al consumo tradicional sino al narcotráfico, pero los colonos no estaban haciendo nada distinto a lo que habían hecho cuando cultivaban coca en otras zonas de Bolivia (por ejemplo Los Yungas del Departamento de La Paz, donde se produce la coca para el consumo tradicional, muy generalizado en ese país). El hecho es que el enorme aumento de la demanda de cocaína que se registró en los años ochenta había ocasionado un cambio radical en la organización de la parcela campesina en el Chapare, de modo que la parte asignada al cultivo de la hoja de coca había aumentado de un 22% del total en 1971 (siendo lo demás repartido entre banano/plátano (52%), arroz (12%), yuca (9%) y naranja (4%)), a un 68% en 1985. Esto ya es historia pero dejo la inquietud …

  • anónima
    5 mayo, 2006 at 9:14 pm

    Le atribuyo al afán la tilde mal puesta y otros errores de digitación (…en caso de que ande por ahí el señor que corrige…)

  • P.G.
    6 mayo, 2006 at 8:33 am

    En los años 20s, en el teatro olimpya en Bogotá, los señores que reconocían las letras leían en voz alta para la mayoría anlfabeta supiera de qué se trataba. Bonito gesto. Le agradezco en nombre de los anlfbetas de la época una peuqeña traducción. Propia o ajena. O le cantamos la tabla e español, o le gritamos el himno en español. Bye man, Gaviria.

  • j.
    7 mayo, 2006 at 2:21 pm

    Traducción (burda).

    Dice Becker:
    «Suponiendo que el interés es reducir el consumo de drogas -y sin prestarle mucha atención al hecho de saber si este es un buen objetivo-, ¿habrá algo mejor que hacer al respecto que meternos en estas guerras fallidas?

    Nuestro estudio sugiere que la legalización de las drogas combinada con un impuesto al consumo podría ser una manera más barata y efectiva de reducir el uso de drogas. Algo así reduciría el consumo de la misma manera que lo hace la guerra actual. Pero adicionalmente, no habría destrucción de barrios humildes, ni corrupción en los gobiernos afganos y colombianos, asi como no habría niveles altos de encarcelamiento de negros y otras poblaciones de distribuidores de drogas.»

  • Alejandro Gaviria
    7 mayo, 2006 at 2:27 pm

    Gracias J.

  • El editor
    9 mayo, 2006 at 10:41 am

    Algo escribi sobre las drogas en la ultima entrada de mi blog, tal vez les interese leerlo.

  • Anónimo
    9 agosto, 2006 at 8:21 am

    best regards, nice info
    » » »

  • Anónimo
    16 marzo, 2007 at 3:23 am

    That’s a great story. Waiting for more. film editing classes