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La maldición del segundo período

Muchos analistas han puesto de presente la nefasta experiencia latinoamericana con la figura de la reelección inmediata. Pero no debemos olvidar la accidentada experiencia norteamericana con la misma figura. Los últimos cuatro presidentes estadounidenses que tuvieron la dudosa fortuna de ser reelegidos han tenido que afrontar graves escándalos durante sus segundos períodos: Nixon soportó su Watergate, Reagan padeció su Iran-Contras, Clinton sufrió (o disfrutó, vaya uno a saber) su Monica Lewinsky, y Bush parece cada vez más atrapado en una guerra imposible.

Pero más allá de esta coincidencia, existen razones de fondo para los padecimientos de segundo período. El desenamoramiento convierte las rencillas naturales en problemas estructurales. Peor aún: los presidentes reelegidos generalmente no tienen luna de miel: su primer año no es el primero sino el quinto. Además, las alianzas reeleccionistas involucran tantas transacciones que algunos políticos tienden a sentirse utilizados: tratados como simples parejas de ocasión. Para no mencionar los efectos estratégicos de final de período: un presidente en campaña puede ser una pareja útil, un presidente con siete años encima es un estorbo.

Dadas las razones anteriores, no resulta extraño que muchos analistas ya estén anticipando graves problemas de gobernabilidad durante el segundo período de Uribe. O que otros se apresuren a describir la elección de las directivas del Congreso como un espectáculo de canibalismo uribista. Ambas opiniones parecen estar preparando el camino para una gran confrontación política (o un gran escándalo) durante un probable segundo período de Uribe. Sea lo que sea, no me queda duda de que el Presidente Uribe será la primera víctima de su malhadado invento.

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  • Respondón
    25 mayo, 2006 at 1:51 am

    Que el profesor Gaviria, muy inteligente y de le major buena voluntad, nos explique cuáles son los factores estructurales, relacionados con el segundo mandato, que unen los casos citados de la historia reciente de EEUU. No los hay, a mi juicio.

    Aunque fuera cierto todo lo que dice el profesor Gaviria sobre los factores de gobernabilidad que suelen afectar al segundo mandato, la idea de votar por otro candidato que no sea de mis preferencias, únicamente para salvar mis preocupaciones sobre desgaste y gobernabilidad, sería bastante perversa. Yo también era enemigo de la reelección con efectividad inmediata (yo la quise a partir del 2010), pero fué debidamente tramitada y aprobada y es de mala presentación que los demócratas sigan peleando una cosa juzgada. Si Alejandro prefiere a otro candidato, que nos lo indique si quiere, y si no, pues….

  • Adán
    25 mayo, 2006 at 8:41 am

    Estás atrasado, Respondón. Desde hace ya varios comentarios ha quedado expresa la preferencia del anfitrión. Aquí todos, hasta Jaime Ruiz, son Mockusistas.

  • Anónimo
    25 mayo, 2006 at 12:58 pm

    Qué pereza cuatro años más de patrioterismo barato, diminutivos a granel, cifras al por mayor y al detal, llamadas tempraneras a las emisoras (A propósito, el partido de la U debería cambiar su nombre al partido de la W…). Y pobres los columnistas, comentaristas, caricaturistas, los inventachistes y los repentistas: cuatro años más (si no más) tratando de sarcale pelos a una calavera sin ninguna gracia. Ahhhhh

  • Nonita
    25 mayo, 2006 at 3:13 pm

    De acuerdo, segundas partes (en todo) por lo general no han sido buenas.

  • Anónimo
    25 mayo, 2006 at 8:08 pm

    Siempre he pensado que el problema de Uribe para su segundo mandantos son los mismos uribistas. El polo no hace una oposición certera porque termina en sus propias peleas, pero pienso que lo que se viene ahora, es un «canibalismo» entre uribistas que van a perjudicar al presidente, éste no podrá entonces enfrentarse a Vargaslleras y a Juanmanuel y la corruptela va a traer más disgustos a AUV, que serán más difíciles de esconder. Los famosos partidos uribistas se odian entre ellos y buscarán su beneficio. En toda esta campaña me dí cuenta que los contendores de AUV no tuvieron garantías plenas, me parece en algo a viejos jugeos de niños, en el que AUV era el dueño del balón y no dejaba jugar a los demás. Lo que debieron hacer los opositores fue retirarse y dejarlo jugando solo, en ese evento las cosas hubiesen sido distintas. Pero bueno, los 4000 millones son más necesarios que el balón y el juego.

  • Anónimo
    25 mayo, 2006 at 11:07 pm

    futurólogo lanzado : que le hace pensar que el pueblo se desenamore de un presidente que :

    1. Abandera el deseo de quienes lo apoyan : poner en su sitio a la guerrilla.
    2. Se dedica a su trabajo con dedicación admirable.

    Mientras insista en estos dos procederes sus electores no lo abandonarán.

    Los resultados en las diferentes áreas de a poco se tienen que ir dando, CUAL es la empresa que llega al éxito sin perseverar, a ningún líder se le quita el apoyo cuando se entrega como lo hace Uribe.

    Así como nó se lo creyeron que a estas alturas tuviera tanto apoyo, igual van quedar dentro de 4 años cuando la gente del común, la que sabe como hay que luchar en este país para conseguir los objetivos, le digan que siga otros 4 años mas.

    Es que es mucha la diferencia que Uribe ha marcado en cuanto a capacidad de trabajo, comparada con la mayoría de expresidentes que vegetaban y rumbeaban a la lata.

  • Scared Crow
    26 mayo, 2006 at 12:24 am

    Que pereza toda esta hagiografia uribista; ponganlo, o mejor, coloquenlo, en el atrio de la Iglesia del Veinte de Julio, al lado o en lugar del Divino Niño, y sigan pidiendole milagros….
    Perseverar, como si con la obstinacion bastara, qué tal que con estos cuatro añitos siguientes no le alcance?, le firmamos otro cheque en blanco por diez mas?, recuerde la promesa electorera y demagogica del AUV modelo 2002, con la voz tremula de orgullo patrio: «Acabare con la guerrilla en 18 meses»; qué analisis, qué claridad; como si trabajando ad nauseam se arreglaran todos los problemas; como si «poniendo en su lugar» a la guerrilla las cosas fueran a enderezarse magicamente, (a proposito: cuàl es el lugar de la Guerrilla?); y por ultimo, dejen de usurpar los «deseos de la mayoria», hable cada uno por si mismo.

  • Claudia Scognamiglio
    26 mayo, 2006 at 1:54 pm

    El lugar de la guerrilla es a dos metros bajo tierra

  • Anónimo
    26 mayo, 2006 at 3:27 pm

    Hace unos días escuché a los economistas hablando en Caracol, que va a llegar el momento en que la desigualdad ya no sea visto como un discurso más y se transforme en un real problema económico que hay que afrontar. Yo quisiera que Alejandro me explicara qué se podría hacer para enfrentar los 7 millones de indigentes en Colombia y si habrá cabida para esa preocupación cuando a AUV le toque pagar por todos los chocolates que se comió al fiado.

  • Anónimo
    26 mayo, 2006 at 4:45 pm

    Claudia se refiere a los combatientes? A la dirigencia? Al concepto? Porque a decir verdad los combatientes de las guerrillas pueden ser primos o hermanos o sobrinos de los «soldados de la Patria» y también de los paramilitares, sin descontar posibles lazos de sangre con el sicariato. Sucede, mi querida Claudia, que en este país ésas son la fuentes de empleo para los varones jóvenes con poca educación (y para algunas mujeres también). Así que de poco sirve poner las cosas en términos de buenos y malos. Y no le voy a preguntar cuál cree usted que el «lugar» de los paramilitares para no ponerla en apuros.

  • doppiafila
    27 mayo, 2006 at 1:03 pm

    Hola Alejandro, Uribe se adelantó a la tradición, entonces: o el del DAS no es escandalo suficiente? Lo que va a pasar en Colombia es que durante el segundo mandato los medios (y las estructuras de poder en general) no se las van a perdonar más, pues van a estar apostandole a otro «caballo»… O no?
    Saludos, Doppiafila

  • La Colombia que no claudica
    29 mayo, 2006 at 9:40 pm

    ¿De dónde les nace tanto rencor?
    ¿Por qué se descomponen de esa manera?
    ¿Por qué tanto problema con la serenísima verdad?
    ¿Por qué cualquier cosita tratan de volverla un mundo?
    ¿Qué tan grande será el tumor que se les ha formado?
    ¿Por qué han vuelto una simple y común falta de empatía en un odio visceral?
    ¿Qué tiene de malo reconocerle a cada uno lo suyo?

    Qué duro para los mamertos y los santanderistas reconocer que Uribe es un hombre extraordinario.

  • Anónimo
    8 febrero, 2007 at 2:56 am

    What a great site »