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Hacia un difícil consenso

Un día después de un resultado previsible sólo cabe volver sobre lo ya dicho. Uno podría detenerse sobre el triunfo de Carlos Gaviria en Nariño y en La Guajira. O explayarse sobre la muerte de los partidos tradicionales. O extenderse sobre la aritmética electoral (el 1.5 millones de votos adicional conseguidos por Uribe, los 2.0 millones adicionales conseguidos por la izquierda). Pero, para ser honestos, los análisis electorales del día después tienden a confundir la coyuntura con la estructura. Son meras extrapolaciones burdas. Futurología de afán para el consumo inmediato.

Por ello, repito, sólo cabe insistir sobre lo dicho. Un primer punto tiene que ver con la nueva realidad institucional: el presidencialismo ampliado. La reelección inmediata no sólo acrecentó el poder del Ejecutivo; al mismo tiempo sesgó la competencia electoral en favor del presidente en ejercicio. El nuevo mandato de Uribe pondrá a prueba esta nueva realidad. En su discurso de victoria, el Presidente llamó la atención del Congreso sobre la necesidad de trabajar con diligencia y responsabilidad. Pero además de diligencia, el Congreso necesita independencia. El mandato renovado del Presidente Uribe no debe convertirse en un mandato irreflexivo sobre el Congreso.
Un segundo punto tiene que ver con la polarización de las opiniones y posturas políticas. El triunfo mayoritario del Presidente no puede ocultar la enorme brecha que separa a uribistas y opositores. Entre unos y otros, no parece existir ningún punto en común. Ninguna intersección más allá de la desconfianza mutua. La polarización ha crecido de tal manera que el país parece haber perdido la capacidad de construir acuerdos políticos. Pareciera que las únicas posturas posibles fueran la oposición a ultranza o el apoyo absoluto. Actualmente resulta imposible, incluso, hacer una valoración objetiva de nuestra realidad económica y social: las cifras son acomodadas de un lado y del otro. En la política colombiana, la verdad no existe. Sólo hay interpretaciones sesgadas de antemano.
Un tercer punto, también mencionado por el Presidente en su discurso, tiene que ver con la necesidad de construir una visión compartida de largo plazo. No se trata de refinar un ejercicio tecnocrático. Ni tampoco de definir una lista de inversiones prioritarias, como a veces parece creer el Presidente. Sino de liderar un acuerdo metapolítico que permita, entre otras cosas, salvaguardar la estabilidad macroeconómica, asegurar los recursos necesarios para la construcción de equidad y avanzar en la superación del conflicto. A veces el Presidente parece dispuesto a liderar el consenso. Otras veces, sin embargo, parece empeñado en exacerbar las rencillas partidistas. En echarle leña al fuego ardiente de la polarización política.
La semana anterior, el senador chileno Carlos Ominami, de visita en Colombia para participar en un evento académico, nos dejó una enseñanza fundamental: su país sólo pudo avanzar decididamente después de alcanzar un consenso que implicó concesiones difíciles de lado y lado: la izquierda, por ejemplo, se comprometió con la estabilidad macroeconómica, y la derecha con la política social y la reparación de la víctimas de la dictadura. Además, la sociedad chilena fue capaz de dejar de lado la pretensión absurda de cambiarlo todo, del borrón y cuenta nueva, y se dedicó a construir sobre lo construido. Con la anuencia de los lectores, quisiera insistir en un lugar común: la principal tarea de nuestros gobernantes, incluido el Presidente recién reelegido, es liderar un proceso similar. Esto es, un consenso que permita, al menos, imaginarnos un país más próspero y equitativo, donde no se piense (como hoy se piensa) que el futuro está en juego en cada elección.

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  • syllogismes_mao
    30 mayo, 2006 at 6:05 pm

    Los intereses narcisistas del Uri-
    bismo. Los intereses narcisistas de Uribe. ( podria ser de otro modo ? ) ( que podriamos re-formular ? )

  • Scared Crow
    30 mayo, 2006 at 11:39 pm

    «La democracia es un abuso de la estadistica» dixit Borges; lo que se viene es el canibalismo uribista; los variopintos grupusculos uribistas ya comienzan a sacar los colmillos para ver como sacian sus ansias burocraticas; Alejandro Gaviria tiene razon; es urgente un concenso en temas neuralgicos, lo que no significa unanimismo ni homogeneidad: la oposicion es necesaria, y mas ahora que, como lo anota Gaviria, el ejecutivo ha aumentado su poder; por eso me parece grave que, en la alharaca victoriosa, el uribismo ataque a los «perdedores» por no alinearse con este; como si al perder en las urnas debiesen entonces renunciar al discurso de oposicion que mantuvieron durante la campaña para, como lo dijo el oportunista ex presidente Samper: «acercarse a Uribe».
    En resumen: concenso, claro, y oposicion tambien, ya que, como lo insinua el autor, la democracia deberia ir mas alla del «reality show» electoral.

  • Atrabilioso
    31 mayo, 2006 at 2:03 am

    LAS CONSECUENCIAS DE LA REELECCIÓN

    Por Jaime Restrepo, Director del Sistema Informativo Atrabilioso

    Si hay algo que debe primar en estos momentos en Colombia es la sensatez y la humildad. Con la primera se llega a la tolerancia frente a las generalizaciones que hacen aquellos que, de alguna manera, tienen que manifestar el dolor de la derrota.

    Sin embargo, la humildad debe ser una actitud constante para evitar las tentaciones de la vanidad que aplasta a los que no lograron la victoria.

    Por eso, el triunfo no puede transformarse en planteamientos absurdos que parezcan cuentas de cobro por las calumnias, los improperios y la guerra sucia.

    Aquí no hay nada que cobrar. Los politólogos dirán que lo vivido en los últimos 60 días fue la consecuencia lógica de un proceso polarizado y estigmatizador, absolutamente coherente con la realidad nacional.

    El llamado a la humildad debe llegar, por ejemplo, al senador electo Armando Benedetti, quien salió a pedir la renuncia de todos los ministros para que dejaran en libertad al Presidente de recomponer su gabinete para los próximos cuatro años de gestión.

    Eso no suena bien, pues queda la sensación de que aquellos dirigentes que apoyaron a Uribe, inmediatamente se conocieron los resultados, comenzaron a hacer cuentas clientelistas sobre ministerios y otras cuotas burocráticas.

    La propuesta la justificó Benedetti en que así se evitarían los tres meses de interinidad, de ausencia de decisiones, cuando hay la transición presidencial. Pero es una mala justificación, porque además de no existir la transición, quien ganó fue Uribe y él es quien tiene la potestad de elegir a su equipo de trabajo.

    Entonces, las declaraciones de Benedetti son prepotentes y soberbias, pues son una manifestación de ajuste de cuentas que no resulta benéfica para el país.

    Entonces, mientras algún sector del uribismo no deja enfriar los escrutinios para presionar las componendas, la izquierda asume la misión encomendada en las urnas: Yo no veo al Polo pidiendo puestos, ni prebendas… obviamente no las aceptarán en el marco de la dignidad que promulgan. Por el contrario: esperamos ver al Polo ejerciendo una verdadera oposición, por primera vez en el país.

    Ese fue el mandato que la democracia dictaminó: una oposición juiciosa, RESPONSABLE, con propuestas y planteamientos alternativos, crítica y escudriñadora, pero no OBSTACULIZADORA, porque finalmente la misión les fue encomendada y no pueden ser inferiores a semejante mandato.

    Es que las elecciones del domingo demuestran que en lo político no hay derrotados. Por el contrario: todos los sectores van a aprender valiosas lecciones de la jornada, tomarán apuntes ya en frío y aspiro a que asuman el papel que les ha concedido la democracia.

    Es más: la participación en la vida política de los sectores que no alcanzaron el triunfo hace que Colombia haya ganado, pues su presencia y sus propuestas (así deban concretarse y aterrizarse para hacerlas viables) enriquecen la democracia y hacen presagiar que el país está creciendo políticamente.

    En ocasiones, claro está, las lecciones se aprenden con duros golpes:¿Alguien en el Partido Liberal no estará pensando en la renovación? Es un hecho ratificado ya en dos elecciones: la gente quiere caras y propuestas nuevas y van a castigar para siempre a Ernesto Samper Pizano.

    En este sentido, el liberalismo no conservó su lugar porque no quiso renovarse, porque prefirieron las propuestas populistas a programas de gobierno que pudieran capturar o retener sus votos.

    En este sentido, hay una pregunta que ronda a varios dirigentes liberales: ¿el Polo sería hoy el partido opositor si el liberalismo hubiese tenido a Rafael Pardo como candidato?

    En cuanto a Mockus, como siempre resulta una incógnita, pues debe tener claro que si quiere ser presidente, va a tener que replantear sus estrategias y comenzar a trabajar, desde ya, en su propuesta de centro como una alternativa interesante para el electorado… y él sabe que lo puede hacer, pero continuando con el trabajo, difundiendo sus ideas y obviamente recibiendo la colaboración de los medios que creemos en él y en sus propuestas.

    En cuanto al uribismo, la tarea es enorme para continuar sintonizado con el deseo de las mayorías. En esto, uno de los asuntos sustantivos es abordar VISIBLEMENTE el tema social, pues de hecho el gobierno Uribe asumió esa responsabilidad con los recursos disponibles, pero en un país con tantas y tan urgentes necesidades, todo lo que se haga resulta poco y lo que se deje de hacer se ve bajo una lente de aumento.

    De igual forma, el uribismo debe asumir la crítica constructiva como una constante, pues nada mejor para la democracia y para el futuro del país, que señalar las debilidades para convertirlas en fortalezas.

  • la colombia que no claudica
    31 mayo, 2006 at 2:32 am

    Que bonito analisis, para un pais sin guerrillas.

  • Claudia Scognamiglio
    31 mayo, 2006 at 4:53 pm

    ¿Que quiere la izquierda colombiana?

    Buscando descubrir cual es la propuesta de la izquierda colombiana me dediqué a escudriñar algunas paginas en Internet. En la del Polo, me encontré lo siguiente:

    “(…)
    Son entonces tres los elementos de nuestra caracterización de la IZQUIERDA DEMOCRATICA:

    1º.Transformaciones radicales de Nueva Democracia .Sin ninguna condescendencia con el neoliberalismo.

    2º.Lucha Política. Excluimos la lucha armada. Solución política para el conflicto armado.

    3º.Estado democrático y pluralista. Pluripartidismo en el marco de la Constitución.

    Y esta es nuestra propuesta para el POLO DEMOCRATICO INDEPENDIENTE”.

    Supongo que no puede a ver una triada más vaga y confusa que la anterior. Sobre lo de una nueva democracia, creo que se debe tratar de la democracia demagógica y burocrática propugnada por Chávez en el vecino país, lo anterior en vista de que en la misma pagina sus autores señalan que: “Lo que mas nos satisface de toda la América Latina es la propuesta de la República Bolivariana de Venezuela” Extraña idea de una nueva democracia. Sobre este punto, ayer en el canal capital, la ex senadora Piedad Cordoba manifestó abiertamente su chavismo y señaló que como era posible que en Venezuela la gasolina fuera 20 veces más barata que en Colombia, pues señora, es mas barata primero porque tienen para echar al cielo y segundo porqué la subisidian. Ni me quiero imaginar las consecuencias fiscales y de toda índole que le acarrearia al pais la idea de subsidiar a esos niveles la gasolina que consumimos.

    Por otro lado señalan que “excluyen la lucha armada”, además de la extraña redacción, dicha propuesta supongo que nos llevará a un nuevo Caguan, o en el peor de los casos a un cogobierno con sus copartidarios en armas.

    El tercer punto creo que es tan general que podría pertenecer a cualquier partido salvo al partido comunista estilo chino o soviético.

    Pasando a otra página, encontré en la del precandidato Gaviria el siguiente lineamiento para la politica internacional: “Estimularemos las relaciones con diferentes países de Latinoamérica y el Caribe, la Unión Europea, África y los países del Pacífico; apoyaremos el proceso de integración alternativa de las Américas vinculado a la Comunidad Suramericana de Naciones y el proceso de cambio que se viene gestando en diferentes países de la región.” Al leer con detenimiento uno se da cuenta de que, curiosamente, Estados Unidos no se encuentra entre los paises con los cuales se piensa tener relaciones, me imagino que piensan sustituirlo con Venezuela y sus petrodólares. Igualmente, Gaviria debe estar pensando en el fuerte mercado africano para los productos colombianos: café para Togo, Tomate de Árbol para Zimbabwe y cuadernos norma para Mauritania y en compensación nosotros compraremos cabezas reducidas del Congo y dientes de cocodrilo del lago Victoria.

    En el ideario de unidad aprobado por el pdi y ad para la creación del polo democrático alternativo, se estipula lo siguiente: “Señalamos que la deuda pública (externa e interna) es la causa principal y determinante de la crisis fiscal crónica que ha padecido el Estado colombiano, y que el FMI y el gobierno buscan siempre resolver mediante planes estructurales de ajuste y reformas tributarias cada vez más onerosas para el pueblo. Además, la deuda es utilizada por las instituciones internacionales como instrumento de saqueo y chantaje contra el país. Daremos solución a este problema…” Claro, el problema del país no es culpa nuestra y de nuestros antepasados, sino de unos prestamistas malévolos que nos explotan abusivamente. La solución… No pagar. No pagar y que se nos cierren todas las ventanas de crédito y los intereses se suban a la estratosfera. Excelente política social.

    En el mismo documento nuestros sesudos izquierdistas plantean “Serán aumentados los sueldos y los salarios, de tal manera que se eleve la capacidad adquisitiva de la población.” También les falta decir que se decretará el fin de la pobreza y la felicidad para todos, y claro, no se les ocurre pensar que elevar los salarios a la brava terminará obligando a las empresas a despedir gente o a la ampliación exponencial del sector informal.

    Resumiendo, la izquierda colombiana plantea lo siguiente:

    1. Odio y rechazo a todo lo que huela a norteamericano. Yanquis Go Home
    2. Patriotismo pendejo, exaltación de lo latinoamericano con consignas de tipo “nuestro norte es el sur” y en un futuro uso obligatorio de buzo tipo Evo o en su defecto mochila arhuaca.
    3. Coqueteo con la revolución bolivariana (Paradójicamente Uribe les parece un fascista autoritario y el señor Chavez, en cambio, les parece el paladín de la democracia)
    4. Aumento descontrolado del gasto público (el estado debe dar absolutamente todo y para todos y todas)
    5. Odio al neoliberalismo, lo cual se refleja en una animadversión hacia todas las soluciones basadas en el mercado, por el contrario, plantean una intevención del estado en todo (fijación de precios, prestación directa de todos los servicios etc)

    Definitivamente la izquierda si es muy paupérrima.

    Para corroborar los anteriores puntos basta con las siguientes notas de la escritora del Polo democrático Laura Restrepo:

    1. “Cuanta lucha se emprende en nuestros países para lograr un avance democrático, es aplastada sistemáticamente por los Estados Unidos.”
    2. “Por lo menos los que estamos del otro lado(del sur) tenemos la posibilidad de pelear, de soñar con cielos más altos, pensar en la dignidad del hombre, en lo colectivo, en lo solidario, y esa es una ventaja humana enorme”
    3. “Chávez también ha volteado los ojos hacia el bienestar de las mayorías, eso es de celebrar. Yo estoy muy contenta. El neoliberalismo y el olvido absoluto de las mayorías, el desprecio por la pobreza, la glorificación del éxito personal, el darle permiso a las transnacionales y a los grandes negociantes de arrasar con todo, el desprecio por los niños, por los ancianos…afortunadamente eso tocó fondo,”
    4.

  • El Chico de la Tapa
    1 junio, 2006 at 8:25 pm

    Es que es muy compicado conciliar cuando los propósitos están atados al caudillo, a un jartísimo culto a la personalidad como el que rodea a Uribe y al estilo autoritario que lo caracteriza. Uno, que se opone por raznes de forma y de fondo a Uribe, no puede desdeñar el efecto que los medios tienen sobre la deslegitimación del fin. Como no es un mandato renovado, como Uribe no extiende la mano sino que cierra el puño, no queda de otra sino de hacerse más para allá, imposibilitando para siempre ese consenso.
    Y debe ser Uribe el que extienda la mano porque es el vencedor. Si el lo hace sería genorosidad si el derrotado lo hace, sería una claudicación.

  • Anónimo
    2 junio, 2006 at 11:53 am

    No hombre Alejandro. Lo que se dañó, dañado está. 62% de Felicidad no cambia 100% de realidad. No somos capaces de construir instituciones.Esa es la diferencia con los paises desarrollados (me refiero a Nueva Zelandia no a Estados Unidos). Despues de la muerte de Juan Pablo II y del Padre García Herreros nos hacía falta un lider moral y religioso, y por ahí se metió el triunfo de Uribe, (que es el mismo de Chávez y de Bush) entonces padeceremos ese pequeño defecto. Lo malo de todo esto es que las consecuencias solo se verán cuando ya no haya nada que hacer…y el pobre Santos se quemará..

  • Jaime Ruiz
    2 junio, 2006 at 10:36 pm

    Claudia, usted es una loquita paranoica y delirante que NUNCA será profesora de Los Andes ni columnista de El Espectador. ¿No ve que cuando un candidato saca casi dos tercios de los votos lo que hace es ir corriendo a cambiar su programa para complacer a sus enemigos? ¿No ve que la «solución política negociada del conflicto social y armado es la superación de la democracia electoral hacia la democracia auténtica? ¿Y a quién se le ocurre no buscar un consenso con personas tan razonables? Pero… ¿no será usted de las que creen que llamar a matar gente es «criminal»? Un poco de respeto, por favor. De tolerancia, de aceptación de las ideas ajenas.

    Tiene que haber un consenso en que no haya ni planes quinquenales ni neoliberalismo, sino Estado Social de Derecho con toda clase de derechos, como en Venezuela, donde la constitución otorga el derecho a tener un nombre. ¿Cómo es que a muchos no se les otorga el derecho a usar calzoncillos?

    Hay algo en que cualquier miembro de las FARC es menos despreciable que estos doctores. Porque maquillar el totalitarismo ahí sí delirante de un personaje como Carlos Gaviria y sus seguidores, y la abierta disposición a premiar las masacres que hay tras la retórica de «solución política negociada» es en última instancia rehuir los problemas y tratar de congraciarse con ese lastre de barbarie que representa la minoría comunista y su proyecto de esclavitud. A. Gaviria es casi idéntico en eso a Posada Carbó: vienen a decir que Carlos Lozano y Wilson Borja son unos reformistas democráticos que no han prestado suficiente atención a sus columnas.

    No, no hay consenso posible con una gente que se opone a TODO lo que se pretenda hacer para impedir los secuestros. Ni siquiera con los que esconden la cabeza, tal vez ocultando motivaciones bien mezquinas.

  • Alejandro Gaviria
    2 junio, 2006 at 10:54 pm

    Jaime:

    Sólo quiero que lea algo que escribí hace unos años en una revista de internet de Medellín (http://www.rabodeaji.com/No-2/opinion/default.asp). Abogar por un acuerdo político no significa apoyar a las FARC. Ni patrocinar el secuestro. Creo que hay errores en la política de Uribe que vale la pena señalar. También existen problemas en su forma de gobierno que cabe criticar.

    No eche a todo el mundo en el mismo costal. O mejor, no crea ver enemigos en algunos aliados incómodos en la defensa de la democracia y del derecho (primordial y preponderante) de la vida y la libertad.

  • Anónimo
    3 junio, 2006 at 6:03 pm

    Como puede haber consenso en un país donde cada fuerza (Política, militar o de cualquier otra índole) quiere llevarse el crédito por haber «arreglado» el país! La izquierda empeñada en que la derecha no tenga éxto, y viceversa, cuando lo importante es que los problemas se soluciones independientemente de quien lo haga!